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Cáncer de riñón metastásico

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Cáncer de riñón metastásico

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Los tumores de riñón se pueden extender a otros órganos o a ganglios linfáticos alejados. A esto se le llama enfermedad metastásica. En la enfermedad metastásica el tumor de riñón se conoce como el tumor primario, y los tumores en otros órganos se denominan metástasis. Su médico puede recomendarle tratar las metástasis con cirugía, habitualmente en combinación con terapia antiangiogénica, también conocida como terapia diana. En algunos casos excepcionales se utiliza también la inmunoterapia. Para el tratamiento de las metástasis la radioterapia puede recomendarse.

Generalmente la enfermedad metastásica no se puede curar. El tratamiento de la enfermedad metastásica pretende reducir el tamaño del tumor primario y de las metástasis. Eso le permitirá vivir más tiempo y con menos síntomas.

Esta sección describe distintas opciones de

trata-Aquí se recoge información general, que no necesa-riamente se ajusta a sus necesidades específicas. Además tenga en cuenta que la situación puede cambiar de un país a otro. Además tenga en cuen-ta que la situación puede cambiar de un país a otro.

¿Qué es el cáncer de riñón

metastásico?

Si el cáncer de riñón metastatiza, lo suele hacer a los pulmones, los huesos, ganglios linfáticos a distancia, o al cerebro (Fig. 1). Las metástasis se pueden ver

en una tomografía computarizada (TC), tanto en el diagnóstico inicial como durante las visitas de seguimiento tras el tratamiento. También pueden ser detectadas porque causen diferentes síntomas, que dependerán de dónde estén alojadas. El síntoma más frecuente es la tos persistente en caso de metástasis pulmonar, o dolor óseo si el cáncer se extiende a los Los términos subrayados figuran en el glosario.

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Fig. 1: El cáncer de riñón metastásico puede extenderse a los pulmones, huesos, o cerebro. metástasis cerebral metástasis ósea metástasis pulmonar tumor renal

Opciones de tratamiento

Si usted tiene enfermedad metastásica se recomienda la extirpación del riñón para disminuir la cantidad de tumor y aliviar los síntomas. A esta cirugía se la denomina nefrectomía citorreductora. Este procedimiento es posible sólo si usted se encuentra en condiciones de aguantar la cirugía. Si se consigue llevar a cabo usted puede vivir más y con menos efectos secundarios.

Si las metástasis le producen mucho dolor u otros síntomas usted puede requerir alguna intervención quirúrgica adicional para extirpar esas lesiones. Su médico se lo puede recomendar si los tumores pueden ser extirpados, y usted está en condiciones de sobrellevar una cirugía mayor.

Si el tumor primario no es muy grande, o si su otro riñón no funciona adecuadamente, su médico puede recomendarle una nefrectomía parcial citorreductora. Durante esta intervención el médico preserva tanto riñón sano intacto como

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En la enfermedad metastásica la cirugía suele combinarse con tratamiento farmacológico. Existen varios tipos de tratamiento farmacológico para el cáncer de riñón:

Terapia antiangiogénica, denominada comúnmente terapia diana.

Inmunoterapia

Quimioterapia, en combinación con la inmunoterapia.

El tratamiento farmacológico más frecuentemente utilizado para el cáncer de riñón es la terapia antiangiogénica. Su médico puede recomendarle el tratamiento antes de la cirugía, para intentar reducir el tamaño del tumor para que pueda ser extirpado. En algunos casos la terapia antiangiogénica se utiliza antes de la cirugía para ver cómo responde el cáncer. Si responde bien, se continúa con el tratamiento tras la intervención. También es posible que su médico le recomiende tratarse sólo tras la cirugía.

Si la cirugía no es posible usted comenzará directamente con el tratamiento farmacológico. Estos fármacos influyen en los mecanismos que utiliza el tumor para crecer. Habitualmente se utiliza la terapia antiangiogénica. En algunos casos excepcionales

puede que le recomienden la inmunoterapia. La terapia farmacológica puede aliviarle los síntomas, y puede disminuir de tamaño tanto el tumor primario como las metástasis.

Si las metástasis continúan produciendo síntomas tras la cirugía o mientras le están administrando tratamiento farmacológico la radioterapia puede ayudar a aliviar esos síntomas.

Estos son algunos de los temas que debería comentar con su médico cuando estén decidiendo su estrategia terapéutica:

Su historia médica.

Su función renal.

Si tiene usted un tumor en uno o en ambos riñones.

A dónde se ha extendido la enfermedad.

Los tratamientos disponibles en su hospital.

La experiencia de su médico. Pregúntele sobre su experiencia con la opción terapéutica recomendada.

Sus preferencias personales.

El apoyo que tiene usted para el momento del tratamiento y durante la convalecencia.

Nefrectomía citorreductora

La nefrectomía citorreductora se recomienda para el cáncer de riñón metastásico si usted está en condiciones adecuadas para la cirugía y el tumor es extirpable. El objetivo es quitar la mayor cantidad de tumor posible. En este sentido en ocasiones puede ser preciso extirpar alguno de los órganos vecinos tales como el bazo, el páncreas, así como partes del intestino o el hígado.

Para la realización de una nefrectomía citorreductora se necesita anestesia general. Durante la intervención el paciente se coloca sobre su costado o tumbado sobre la espalda, dependiendo de la localización y el tamaño del tumor.

¿Cómo se lleva a cabo la nefrectomía citorreductora?

La nefrectomía radical abierta es la cirugía de referencia para la nefrectomía citorreductora. Primero se determina el tamaño del tumor y el médico comprueba cuáles de los tejidos u órganos de alrededor han sido afectados. El cirujano realiza una incisión en la pared del abdomen para acceder directamente al riñón. Para evitar la siembra de células del tumor el cirujano mantiene el riñón cubierto por una capa protectora de tejido graso. El cirujano separa

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entonces la arteria renal, la vena renal, y el uréter del riñón (Fig. 3). Finalmente, el riñón es extirpado. Nefrectomía parcial citorreductora

Si el tumor primario no es muy grande, o si el otro riñón no está funcionando bien, su médico puede recomendarle una nefrectomía parcial citorreductora. No es un procedimiento habitual. El objetivo es extirpar la parte del riñón que ha sido afectada por el tumor, dejando la mayor cantidad posible de tejido renal sano intacto. El procedimiento se puede llevar a cabo tanto por cirugía abierta como laparoscópica.

Otra posibilidad es tratar el tumor con terapia ablativa. La terapia ablativa puede ser por ablación por radiofrecuencia (ARF) o crioterapia. El objetivo de estos procedimientos es matar las células tumorales calentándolas (ARF) o congelándolas (crioterapia). Se puede realizar con anestesia local o general.

Metastasectomía

Su médico puede recomendarle una cirugía adicional para eliminar los tumores metastásicos. Sólo se recomienda si es técnicamente posible extirpar las metástasis y usted tiene una salud adecuada para la realización de una cirugía mayor. Este procedimiento puede ayudarle si tiene dolor u otros síntomas que le causen molestias.

¿Cómo me preparo para la intervención?

Su médico le dará, con detalle, las recomendaciones precisas para prepararse para el procedimiento. No debe comer, beber, ni fumar desde 6 horas antes del procedimiento para prepararse para la anestesia. Si toma cualquier tipo de medicamento coméntelo con su médico. Puede que deba dejar de tomarla varios días antes de la intervención.

¿Cuáles son las secuelas del

procedimiento?

Tras la cirugía citorreductora puede que tenga dolor en el flanco durante varias semanas.

Recomendaciones para las 4-6 primeras semanas tras la intervención:

Dependiendo de las recomendaciones de su médico, beba entre 1 y 2 litros todos los días, principalmente agua.

No cargue con nada que pese más de 5 kg.

No realice ejercicio intenso.

Comente cualquier medicamento que estuviera usted tomando.

Si lo ha precisado, pregunte la fecha de la retirada del catéter doble J con su médico.

Tendrá que consultar con su médico o acudir al hospital en el momento que presente :

Fiebre.

Sangre en la orina.

Pérdida de sangre o dolor intenso.

¿Cuál es el impacto del tratamiento?

Si la cirugía citorreductora es exitosa le dará una oportunidad de vivir más tiempo con menos efectos secundarios.

¿Cómo será el seguimiento?

Tras la cirugía citorreductora por cáncer renal metastásico su médico probablemente le recomiende tratamiento farmacológico.

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El tratamiento farmacológico es una opción frecuente para el tratamiento del cáncer de riñón metastásico. Existen varios tipos de tratamiento:

Terapia antiangiogénica, habitualmente denominada terapia diana.Inmunoterapia.

Quimioterapia, en combinación con inmunoterapia.

Estos fármacos actúan sobre los mecanismos que utiliza el tumor para crecer. Todas las decisiones sobre el tratamiento adecuado para usted se toman teniendo en cuenta cuidadosamente su situación general, sus síntomas, y su pronóstico. Probablemente se realicen varias pruebas y pruebas de imagen para evaluar qué tratamiento elegir.

Habitualmente se recomienda la terapia antian-giogénica para el cáncer de riñón. Si tiene un tipo poco frecuente de cáncer de riñón su médico puede recomendarle quimioterapia en combinación con inmunoterapia.

Terapia antiangiogénica

Son un conjunto de fármacos que frenan el crecimiento del tumor o incluso lo disminuyen de tamaño. Evitan la formación de nuevos vasos sanguíneos que nutren al tumor y le permiten crecer. Esta formación de vasos sanguíneos se denomina neoangiogénesis, y el término médico para estos fármacos es terapia antiangiogénica. La terapia antiangiogénica se denomina a menudo terapia diana porque afecta principalmente a las células del cáncer.

Existen varios tipos, en los que cada uno tiene distintos factores sobre los que actúa para afectar el crecimiento del tumor. La mayoría de antiangiogénicos son medicamentos orales que puede llevarse a su domicilio. Unos pocos son medicamentos intravenosos, que se le administrarán en el hospital. Para el tratamiento del cáncer de riñón algunos fármacos antiangiogénicos frecuentes son:

Sunitinib

Pazopanib

Axitinib

Sorafenib

Tivozanib

Bevacizumab (combinado con inmunoterapia) A los fármacos antiangiogénicos cuya diana farmacológica es una enzima llamada mTor se les denomina inhibidores de la mTOR. La enzima llamada mTOR es importante para el crecimiento del tumor y la supervivencia de la célula. Los siguientes fármacos buscan disminuir el tamaño del tumor atacando este enzima:

Temsirolimus

Everolimus

Basado en su pronóstico individual y las características del tumor su médico puede seleccionar el mejor antiangiogénico para su situación específica. Si ese fármaco no es eficaz o no le mejora los síntomas puede probar con alguno otro.

Dado que estos fármacos afectan a la formación de nuevos vasos sanguíneos pueden provocar varios efectos secundarios.

La fatiga es un efecto secundario frecuente. Esto significa que se siente más cansado de lo habitual, sin energía, y no mejora con el sueño. Además puede tener dolor en las articulaciones, músculos y pecho. La fatiga puede ser un efecto secundario del medicamento, o puede estar debido al mismo tumor o las metástasis.

Es frecuente que pueda sentir náuseas o encontrarse enfermo durante el tratamiento. También puede tener diarrea o estreñimiento. Si tiene alguno de estos síntomas debe hacerlo saber a su equipo médico. Su médico puede darle un tratamiento para controlar estos síntomas.

Tratamiento farmacológico para el tratamiento de la

enfermedad metastásica

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Durante el tratamiento puede tener un aumento de la presión sanguínea. La tensión arterial debe controlarse antes del tratamiento y también en las primeras semanas. Si lo precisa, su médico le puede prescribir fármacos antihipertensivos para controlarlo. La terapia antiangiogénica también puede producir disfunción eréctil.

Así mismo, estos fármacos pueden alterar la función del tiroides. El tiroides es una glándula que produce hormonas y controla el manejo de la energía por parte del cuerpo. Si hay una caída en el nivel de las hormonas producidas por el tiroides puede sentirse cansado, frío, o ganar peso. Si el tiroides se vuelve hiperactivo puede sentir calor, sudores, un exceso de energía, tener problemas de concentración o tener pérdida de peso.

Sunitinib, pazopanib, axitinib, sorafenib, tivozanib y bevacizumab frenan la cicatrización de las heridas, por lo que no puede comenzar el tratamiento hasta que las heridas de la intervención hayan sanado completamente.

Mientras tome estos fármacos puede notar que le falta el aliento, dolor en el pecho, y que se hinchan sus tobillos y pies. Además también pueden producir coágulos en la sangre que aumentan el riesgo de derrames cerebrales o ataques al corazón.

Su piel puede resecarse, volverse roja, o incluso puede desarrollar un sarpullido. En algunos casos su piel puede volverse amarilla, cosa que se recuperaría tras suspender el medicamento. Puede notar entumecimiento y hormigueo en los dedos de manos y pies. Su pelo puede volverse gris durante el tratamiento. En los descansos entre tratamientos algo del color puede recuperarse. También puede desarrollar el síndrome de mano-pie, que produce ampollas y enrojecimiento en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Si lo nota, su médico puede recomendarle ajustar o interrumpir el tratamiento.

Los inhibidores de la mTOR temsirolimus y everolimus pueden tener otros efectos secundarios,

principalmente relacionados con la sangre y los pulmones.

Esta terapia puede producir un descenso temporal del número de glóbulos rojos o blancos, o plaquetas, de la sangre. Un descenso en el número de glóbulos blancos puede aumentar el riesgo de padecer una infección. Niveles bajos de glóbulos rojos puede producir cansancio, o falta de aliento. Puede precisar una transfusión de sangre si los niveles son demasiado bajos. Un descenso en el número de plaquetas puede producir sangrado en la nariz, en las encías tras lavarse los dientes, o pequeños puntos rojos o hematomas en sus brazos y piernas, conocidos como petequias.

Debe contactar con su equipo médico si tiene alguno de estos efectos secundarios. Su médico le hará recuentos de las células sanguíneas con regularidad.

Los inhibidores de la mTOR pueden afectar a sus niveles de azúcar en la sangre y colesterol, aumentándolos. También se harán controles con regularidad en este sentido.

Otro posible síntoma es molestia o dolor en la mucosa de la boca. Un enjuague bucal le puede ayudar a aliviar los síntomas, pero debería evitar los enjuagues que contengan alcohol, peróxido, yodo, o tomillo, dado que puede empeorar las úlceras. Consulte con su equipo médico que le puede recomendar qué marcas utilizar.

Sus pulmones pueden verse afectados por estos tratamientos. Informe a su equipo médico si comienza con tos durante el tratamiento.

Puede leer más información sobre cómo enfrentarse a estos efectos secundarios en la sección Manejo de

los efectos secundarios del tratamiento farmacológi-co.

Inmunoterapia

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento farmacológico que potencia el sistema inmune

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para que se enfrente a las células tumorales. Estas terapias se utilizan en algunos casos específicos. Si su estado general es bueno y tiene pocas metástasis pulmonares, su médico puede que le recomiende este tratamiento.

Se utilizan dos tipos de inmunoterapia en el tratamiento del cáncer de riñón metastásico:

Interferón-alfa (INF-α)

Interleukina-2 (IL-2)

Su médico puede que le recomiende el tratamiento con interferón alfa si el subtipo de tumor es carcinoma de células renales de células claras, y el tumor se ha extendido únicamente a los pulmones. El interferón habitualmente se combina con el antiangiogénico bevacizumab. Se aplica bajo la piel. Su médico le indicará el calendario de tratamiento. Si el médico le recomienda la utilización de interleukina-2 deberá permanecer ingresado en el hospital durante el tratamiento dados los efectos secundarios.

El interferón alfa y la interleukina-2 pueden producir importantes efectos secundarios. Los más comunes incluyen fatiga y síntomas gripales, tales como fiebre y escalofríos, dolores de cabeza, dolor muscular y en las articulaciones. Casi la totalidad de los pacientes que son tratados con inmunoterapia sufren estos síntomas al iniciar el tratamiento. Generalmente mejora según el tratamiento continúa. Los síntomas suelen aparecer de 2 a 4 horas tras la inyección y duran unas 12 horas. El paracetamol puede ayudar a aliviar estos síntomas.

La inmunoterapia también puede producir un descenso temporal del número de glóbulos rojos o blancos, o plaquetas, de la sangre. Un descenso en el número de glóbulos blancos puede aumentar el riesgo de padecer una infección. Niveles bajos en glóbulos rojos puede producir cansancio, o falta de aliento. Puede precisar una transfusión de sangre si los niveles son demasiado bajos. Un descenso en el número de plaquetas puede producir sangrado de la nariz, de las encías tras lavarse los dientes, o

pequeños puntos rojos o hematomas en sus brazos y piernas, conocidos como petequias.

Debería contactar con su equipo médico si tiene alguno de estos efectos secundarios. Su médico le hará recuentos de las células sanguíneas con regularidad.

Otros síntomas pueden ser náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de apetito, cambios en el gusto, o sabor metálico en la boca. También puede experimentar molestias en la garganta, con dolor al tragar. Dado que estos síntomas pueden producir deshidratación, pérdida de peso, o malnutrición, asegúrese de comunicárselo a su médico o enfermero si no se resuelven espontáneamente pronto.

Durante el tratamiento puede sentirse deprimido, ansioso, o con problemas de sueño. Estas sensaciones pueden ser un efecto secundario de la inmunoterapia, pero también puede ser una respuesta a la enfermedad. Solicite a su equipo médico que le proporcione apoyo psicológico si tiene la necesidad de hablar de ello con alguien.

Puede leer más sobre cómo enfrentarse a los efectos secundarios en la sección Manejo de los efectos

secundarios del tratamiento farmacológico.

Quimioterapia

La quimioterapia es un tipo de tratamiento farmacológico que consiste en uno o más agentes químicos que son tóxicos para las células. Atacan a cualquier célula que se divida rápidamente, lo cual incluye al tumor, pero también las células de los folículos del pelo, y la médula ósea, entre otras. Habitualmente se administra por vía intravenosa.

La quimioterapia no es efectiva en general para el cáncer de riñón. En el cáncer de riñón metastásico la quimioterapia con 5 fluororacilo puede tener algún efecto en combinación con inmunoterapia tras la resección completa del tumor primario.

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Radioterapia

La radioterapia daña y mata los tejidos del cáncer. Los tumores renales no suelen tener una buena respuesta a la radioterapia, por lo que sólo se recomienda para aliviar síntomas causados por el tumor primario o por metástasis que no se pueden extirpar por cirugía. El tratamiento puede darse en una sola dosis de radiación. También puede tener que acudir al hospital en varias ocasiones para conseguir un tratamiento de radioterapia fraccionado. En ese caso usted recibirá una dosis de radiación cada día.

La radioterapia para el cáncer de riñón generalmente es recomendada como parte de un tratamiento paliativo.

Ensayos clínicos

Su médico puede proponerle que participe en un ensayo clínico. Es un tipo de estudio en el cual se evalúan nuevos fármacos. Puede ser también un estudio de secuenciación o dosificación de fármacos ya existentes.

Participar en un ensayo clínico tiene varias ventajas. Le permite la oportunidad de ser tratado con fármacos que no son fácilmente disponibles. Estos fármacos han sido aprobados previamente para asegurar que no suponen un aumento del riesgo para la salud. También pudiera ser que se le incluya en un ensayo clínico para evaluar el mejor orden en que varios fármacos pueden ser utilizados, o una combinación nueva de los mismos.

Su médico le facilitará toda la información necesaria antes de participar en un ensayo clínico. Sus síntomas y estado general será controlado más a menudo y más de cerca que durante un tratamiento habitual.

Es importante que sepa que puede interrumpir su participación en el ensayo clínico en cualquier momento, sin necesidad de dar explicaciones.

Apoyo para el cáncer de

riñón metastásico.

Ser diagnosticado de cáncer tiene un gran impacto en su vida, y en las vidas de sus seres queridos. Causa sentimientos de ansiedad, miedo o incluso depresión.

Someterse al tratamiento para el cáncer es duro, y puede afectar a su vida laboral y personal. Para encontrar apoyo consulte a su médico o enfermero. Le darán información de contacto con asociaciones de pacientes o de otras personas que puedan ayudarle con apoyo emocional, o recomendaciones prácticas como consejos económicos.

Prepararse para la consulta

Prepararse para la consulta puede ser muy útil. Les ayudará a usted y a su médico a resolver las dudas y preocupaciones que pueda tener. Aquí tiene algunos consejos que le pueden ser útiles:

Escriba las preguntas que le gustaría hacerle al médico. Le ayudará a recordar las cosas que quiere preguntar. Además puede ayudarle a organizar sus pensamientos.

Si es posible, trate de acudir a la consulta acompañado. Es bueno tener a alguien con quién discutir lo que ha dicho el médicoy además es probable que se recuerden más cosas.

Solicite información sobre su tipo específico de cáncer.

Si el médico utiliza vocabulario que no entiende, pida que se lo explique.

Dígale a su médico qué medicinas toma, y si toma algún medicamento alternativo. Algunas de estas medicaciones pueden alterar el tratamiento.

Tras la consulta usted puede:

Buscar en Internet o en la biblioteca más información sobre su tipo de cáncer. Tenga en

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cuenta que no toda la información que se puede encontrar es de buena calidad. Su médico puede recomendarle alguna página web fiable.

Contactar con alguna asociación de pacientes, que pueden ofrecerle información y ayuda.

Consultar con su equipo médico, y de ser necesario su aseguradora, las posibles consecuencias económicas de su tratamiento. Pueden recomendarle personas o sitios donde conseguir asesoramiento sobre su situación financiera o cómo conseguir ayuda económica.

Si lo desea, puede pedir una segunda opinión de otro especialista.

Apoyo tras una intervención quirúrgica

[H3] Apoyo tras una intervención quirúrgica

En los primeros días o semanas tras la intervención usted puede precisar ayuda con las actividades cotidianas. Si tiene la posibilidad puede pedir a amigos, familiares o vecinos que le ayuden con cosas como traerle comida a casa, cocinar, limpiar, lavar, y ocuparse del jardín. También puede preguntarle a su equipo médico por información sobre ayuda a domicilio profesional.

Manejo de los efectos secundarios del

tratamiento farmacológico.

Si precisa de tratamiento farmacológico para el tratamiento del cáncer de riñón puede experimentar distintos efectos secundarios desagradables. Los efectos secundarios son frecuentes, y en su manejo se incluyen otros tratamientos para aliviarlos. Es importante que avise a su médico cuando los note. Anote cada día los efectos secundarios que siente, y trate de describirlos con la mayor precisión que le sea posible. Apunte con qué frecuencia ocurren, y cómo le afectan en su vida diaria. En algunos casos se requiere una suspensión temporal del tratamiento, una modificación de la dosis, o detener por completo el tratamiento si es preciso.

Es frecuente que usted experimente fatiga. Esto significa que se siente más cansado de lo habitual, sin energía, con problemas de concentración, y no mejora con el sueño. La mayor parte de la gente

experimenta fatiga desde seis meses hasta un año tras la intervención. Para combatir la fatiga usted puede:

Escribir las cosas que le dan fuerzas, y darles prioridad durante el día o la semana.

Conseguir ayuda para las tareas del hogar como lavar, limpiar, o cuidar del jardín.

Dormir pequeñas siestas durante el día.

Mantenerse todo lo activo que sea capaz. Un paseo corto cada día es mejor que uno largo una vez a la semana.

Cuando planee actividades sociales como un viaje o una visita tenga en cuenta que puede precisar tiempo para descansar durante el día. Coméntelo con su familia, amigos o cuidadores, para que pueda planificarlo por adelantado. Es importante avisarles de cuándo está usted cansado.

Avise a su médico si planea realizar un viaje fuera de su país. Su médico puede darle consejos sobre vacunas o posibles restricciones para algunos fármacos. Asegúrese de comprobar que tiene seguro de viaje.

Otros efectos secundarios frecuentes son las náuseas, la diarrea, hipertensión, úlceras en la piel o la boca, y alteraciones del gusto. Debajo se incluyen algunas recomendaciones para enfrentarse a ellos.

Durante el tratamiento usted puede experimentar náuseas por el tratamiento, el crecimiento del tumor, o por la ansiedad por su pronóstico. Su médico le puede prescribir medicamentos para reducir las náuseas.

También le puede ayudar:

Comer comidas más pequeñas, pero más frecuentes, para asegurarse de que consume los alimentos que necesita.

Tomar barritas energéticas u otros bocadillos.

Beber líquidos en pequeñas cantidades, pero frecuentemente, para mantenerse hidratado.

Probar con comidas frías, si las calientes le hacen vomitar.

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Pedirle a alguien que cocine para usted, si es posible.

Otro efecto secundario frecuente es la diarrea. La diarrea puede producirle deshidratación, por lo que es importante:

Beber más de lo habitual.

Evitar los alimentos que hacen que su diarrea empeore.

Mantener la región anal limpia para prevenir la irritación.

Utilizar cremas, si ya tiene irritación anal.

Pedir a su médico que le prescriba algún medicamento para prevenir la diarrea.

También puede presentar un incremento en la tensión arterial que puede ser desde leve a moderado, especialmente al inicio del tratamiento. Esto es normal, y se puede manejar con fármacos habituales para la hipertensión. Su médico le recomendará que vigile su tensión arterial si lo precisa, y cómo de frecuentemente debe hacerlo. Si se siente mareado o con dolor de cabeza, hágaselo saber a su médico tan pronto como sea posible.

Otro posible efecto secundario del tratamiento farmacológico es la resequedad de la piel o la aparición de ampollas en las manos y pies. Para cuidar su piel usted puede:

Utilizar crema hidratante para mantener su piel suave.

Utilizar zapatos que no le rocen.

Secar con suavidad su piel después de lavarse.

Evitar la exposición al sol.

Utilizar crema solar.

Ponerse guantes cuando realice actividades como cuidar el jardín, para evitar lesiones en las manos.

Evitar productos de limpieza con agentes químicos fuertes.

Evitar las saunas.

La superficie de su boca puede irritarse y ponerse

cuando come o se lava los dientes. Para prevenir las infecciones es importante que se asegure de que su boca y dientes están limpios. Asegúrese de que:

Se limpia los dientes dos veces al día.

Utiliza un cepillo de dientes suave.

Utiliza una pasta de dientes suave.

La terapia farmacológica puede también producirle alteraciones en el sabor de las comidas. Puede comenzar a rechazar comidas que previamente le gustaban. La mejor manera de averiguar qué comida le puede gustar es probar distintas cosas:

Beba agua antes de comer para neutralizar su sabor.

Si la carne roja le sabe rara, pruebe con carne roja o pescado, y al revés.

Si la comida caliente le sabe rara, pruebe con la fría, o al revés.

Pruebe a utilizar más especias, o use menos.

Utilice cubiertos de plástico si la comida le sabe a metal.

Recomendaciones de estilo de vida

Es importante mantener un estilo de vida saludable durante y tras el tratamiento. Debe tratar de realizar ejercicio físico con regularidad. Encuentre alguna actividad que le guste. Si tiene dudas sobre qué puede hacer solicite a su médico que le remita a un fisioterapeuta.

Trate de mantener una dieta equilibrada con frutas y verduras a diario. También debe incluir alimentos ricos en almidón, como el pan o las patatas, el arroz o la pasta, y ricos en proteínas como la carne, pescado, huevos, o legumbres. Intente disminuir la ingesta de azúcar, sal, y grasas. Si tiene cualquier pregunta, solicite a su médico que le remita a un nutricionista o especialista en nutrición.

Apoyo psicológico

Tras la intervención usted puede estar preocupado por su pronóstico, por el impacto del cáncer en su situación económica, o por otros motivos.

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Es frecuente preocuparse porque el cáncer vuelva a aparecer. La mayoría de la gente a la que se lo han diagnosticado, o sus seres queridos, se preocupan por ello en algún momento. Si está preocupado consulte con su médico y averigüe el riesgo de recurrencia del cáncer. También le puede pedir al médico apoyo psicológico si siente la necesidad de hablar con alguien. Las asociaciones de pacientes pueden ayudarle también.

La cirugía y el tratamiento del cáncer pueden alterar su vida sexual. Es importante hablar con su pareja sobre sus sentimientos. Hay muchas maneras en las que se puede mantener una relación íntima. Si no desea ser sexualmente activo se puede estar uno junto al otro, tocarse, dar o recibir abrazos, y sencillamente sentarse o tumbarse cerca del otro.

Durante el tratamiento usted estará alejado de su trabajo. Hable con su jefe acerca de la mejor manera de volver al trabajo. Puede que pueda hacer una jornada reducida, o desempeñar un puesto nuevo.

Consulte las consecuencias económicas de su tratamiento con su equipo médico. Pueden recomendarle personas o sitios donde conseguir consejos sobre su situación financiera o incluso conseguir ayuda económica.

Si tiene problemas para volver a su vida normal, o regresar a su trabajo, hable con su médico o enfermero. Pueden ayudarle a encontrar el apoyo y el tratamiento que precisa.

El diagnóstico del cáncer le puede hacer ver la vida de otra manera, y puede que descubra que ahora sus prioridades han cambiado. Puede afectarle en su trabajo o en sus relaciones personales, y puede hacerle sentir desorientado e inseguro. Hable con su familia y amigos, y tómese todo el tiempo que necesite en este proceso. Si no se siente cómodo hablando de estas cosas con la gente que tiene a su alrededor puede pedir a su equipo médico que le remita a un psicólogo. El psicólogo puede darle las herramientas que necesita para enfrentarse con esos

sentimientos y ayudarle a encontrar los cambios que quiere o necesita.

Apoyo para la familia y amigos

El diagnóstico de cáncer no sólo afecta al paciente, sino que también afecta a la gente a su alrededor. Usted, como ser querido de una persona con cáncer, le puede dar apoyo de muchas maneras. En ocasiones incluso con cosas prácticas, como encargarse de la lavandería, jardinería, o comprar comida.

También puede ser de gran ayuda acompañar a su ser querido a la consulta del médico. Puede ofrecerse para llevarle, o para ayudarle a hacer las preguntas durante la consulta. Estar ahí durante la consulta también puede ser bueno. Usted puede recordar cosas distintas, o fijarse en otros detalles, que podrán comentar después. Usted también puede preguntar al médico cómo puede afectar el tratamiento a sus vidas en cuanto a los cuidadores y los efectos psicológicos del proceso.

El diagnóstico y el tratamiento pueden ser emocionalmente duros para todas las personas implicadas. El tratamiento del cáncer es complicado, y puede hacer cambiar su vida súbitamente. Las preguntas sobre el pronóstico, los efectos del tratamiento, o incluso la posibilidad de morir, pueden surgir. Como amigo o ser querido usted puede estar ahí para escuchar. No es preciso que tenga las respuestas.

Si usted siente que necesita a alguien con quien hablar consulte con su médico de cabecera o equipo médico para conseguir apoyo. Las asociaciones de pacientes pueden ofrecer también apoyo a los familiares o amigos de la gente que ha sido diagnosticada de cáncer.

Estas asociaciones pueden ayudar también en materias más prácticas, como apoyo económico.

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Esta información fue actualizada en Mayo 2014.

Este folleto es parte del paquete informativo en Cáncer de Riñón de la European Association of Urology (Asociación Europea de Urología, EAU). Esta publicación contiene información de tipo general sobre esta enfermedad. Si usted tiene cualquier pregunta específica de su condición personal, debe preguntar a su equipo médico o cualquier otro profesional sanitario relacionado. Ningún folleto informativo puede reemplazar una conversación personal e individualizada con su médico.

La información contenida en este folleto ha sido producida por la European Association of Urology (Asociación Europea de Urología, EAU) en colaboración con la sección de Uro-Oncología (ESOU), el Renal Cell Carcinoma Working Group of the Young Academic Urologists (YAU), y la European Association of Urology Nurses (Asociación Europea de Enfermeros/as en Urología, EAUN).

La información contenida está en línea con las

recomendaciones de las guías clínicas publicadas por la Asociación Europea de Urología (EAU Guidelines).

Puede encontrar toda esta información, así como información referente a otras enfermedades urológicas, en nuestra página web: http://patients.uroweb.org

Co-autores:

Dr. Bülent Akdoǧan Ankara, Turquía Dr. Sabine D. Brookman-May Munic, Alemania Prof.Dr. Martin Marszalek Viena, Austria Dr. Andrea Minervini Florencia, Italia Prof. Haluk Özen Ankara, Turquía Dr. Alessandro Volpe Novara, Italia Ms. Bodil Westman Stocolmo, Suecia

Referencias

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