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E

n un estudio anterior sobre el departamento de Sucre y la región de Montes de María, realizado por el Observa-torio del Programa Presidencial de

I

NTRODUCCIÓN

Derechos Humanos y Derecho Inter-nacional Humanitario1, se logró

esta-blecer que los grupos irregulares se implantaron en Sucre desde los años ochenta, en razón a que el departa-mento contiene corredores naturales, zonas de retaguardia y de avanzada y adicionalmente permite la obtención de recursos para el fi nanciamien-to de dichos grupos2. La subregión

de Montes de María en particular ha sido identifi cada por los grupos irregulares como un corredor estra-tégico porque su compleja geografía favorece el desarrollo de acciones armadas, la existencia de campos de

La subregión de Montes de

María en particular ha sido

identificada por los

gru-pos irregulares como un

corredor estratégico en

ra-zón a que su compleja

geo-grafía favorece el

desarro-llo de acciones armadas.

1 Panorama actual de Montes de María y su

en-torno, Observatorio del Programa Presiden-cial de Derechos Humanos y Derecho Interna-cional Humanitario, Bogotá, agosto de 2003.

2 El departamento se puede dividir en cinco

subre-giones: Morrosquillo, Sabanas, Montes de María, San Jorge y Mojana; a las que corresponde una división político - administrativa de 25 municipios, incluido Sincelejo.

entrenamiento, la comunicación y movilización hacia el noroccidente, nororiente, el Océano Atlántico y el centro del país. También, se precisó que si bien Sucre no es importante para los cultivos ilícitos, sí lo es para el tráfi co de la droga que, aprove-chando la disposición del relieve y las numerosas corrientes fl uviales, sale del país por el litoral Caribe. De ahí que los grupos de autodefen-sa se hayan localizados primordial-mente hacia el litoral del Golfo de Morrosquillo, donde ampararon la ampliación del dominio territorial del narcotráfi co y la exportación de estupefacientes a lo largo de la costa.

En cuanto a la violencia, se dijo en el estudio citado, que su baja in-tensidad registrada entre 1990 y 1995, se modifi có ostensiblemente en 1996, año en el cual las accio-nes propias de la confrontación ar-mada, los asesinatos selectivos, los homicidios indiscriminados y los secuestros comenzaron a crecer con respecto a los años anteriores. La mayor ocurrencia de violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanita-rio se relaciona con el escalamiento de la confrontación entre los acto-res armados ilegales y los ataques de éstos contra la población civil.

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Departamento de Sucre

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Vicepresidencia de la República Fuente Base Cartográfi ca: IGAC

CONVENCIONES Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal Bolívar Córdoba

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Sin lugar a dudas la declaración de la región de Montes de María como Zona de Rehabilitación y Consoli-dación (ZRC), el 21 de septiembre de 2002 – la cual estuvo vigente hasta el 30 de abril de 2003 – le permitió a la Fuerza Pública pro-ducir un quiebre en la dinámica de la confrontación armada. Dentro del conjunto de medidas que hi-cieron posible retomar la iniciati-va en la confrontación armada, se destacan el incremento del pie de fuerza con más policías y soldados campesinos en los cascos urbanos, el restablecimiento de la Fuerza Pública en los municipios de Co-losó y Chalán, así como la entrada en operación de cinco escuadrones contraguerrilla. Adicionalmente, la activación del Comando Conjun-to del Caribe hacia comienzos de 2005, incrementó el pie de fuerza, al sumarse a la Infantería de Ma-rina tropas del Ejército y el apoyo aéreo-táctico de la Fuerza Aérea. Teniendo como objetivo principal lograr el control sobre el extenso territorio de los Montes de María, se introdujo un esquema de coordi-nación entre las diferentes fuerzas bajo un solo mando responsable de la dirección de las operaciones militares.

De otra parte, el cese de hostilidades declarado por las AUC a fi -nales del año 2002, que dio inicio al proceso de negociación con el Gobierno nacional, se expresó pos-teriormente en un ostensible des-censo del accionar armado de los grupos con presencia en Sucre. Sin embargo, en el periodo

compren-dido entre el inicio del proceso de negociación y la desmovilización de las estructuras armadas presentes en Sucre, éstas continuaron participan-do activamente en el narcotráfi co, infi ltrándose en las administraciones municipales y determinando honda-mente la política local. En respuesta a esta conducta, la Armada Nacional llevó a cabo algunas operaciones que impactaron a los grupos de au-todefensa y sus fi nanzas3. Se destaca

además una serie de allanamientos, persecuciones y trabajo de inteligen-cia que produjeron el decomiso de más de 3.5 toneladas de cocaína en el Golfo de Morrosquillo en menos de un año. Se registraron también numerosas capturas y durante 2004 la muerte en combate de 30 integran-tes de estos grupos.

En cumplimiento del acuerdo de Santa Fe de Ralito suscrito entre el Gobierno y las Autodefensas el 15 de

3http://www.seguridadydemocracia.org/docs/pdf/

ocasionales/Desmovilizacionbloquemontesde-maria.pdf

julio de 2003 y ratifi cado por ese gru-po armado el 7 de octubre de 2004 a través de un comunicado público llamado “Acto de Fe por la Paz”, se desmovilizaron en 2005 dos grupos pertenecientes al frente Héroes de Montes de María de las Autodefen-sas Unidas de Colombia comanda-do por Edward Cobo Téllez, alias

Diego Vecino, con infl uencia sobre

el departamento de Sucre. En febre-ro de ese año, el frente La Mojana, creado en 1997 e integrado por 106 hombres y 4 mujeres al mando de Éder Pedraza Peña, Ramón Mojana, hizo dejación de sus armas en Nueva Esperanza, corregimiento del muni-cipio de Guaranda. Posteriormente, en julio, los integrantes del frente Golfo de Morrosquillo, comandado por Rodrigo Antonio Mercado Pelu-ffo alias Cadena, se desmovilizaron en el corregimiento de San Pablo, en el municipio de María La Baja en el departamento de Bolívar.

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El análisis de los hechos ocurridos con posterioridad a 2002, que tienen gran incidencia en la dinámica de la confrontación armada y que no fueron tratados en el documento elaborado por el Observatorio de Derechos Hu-manos y DIH, constituye el objetivo

L

a implantación de la guerri-lla en Sucre a partir de los años ochenta estuvo liderada, principalmente por el Ejército de Li-beración Nacional (ELN), así como por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), la Coordinado-ra de Renovación Socialista (CRS) y en menor medida por el Ejército Popular de Liberación (EPL). Estas estructuras habían logrado atraer ciertos sectores sociales y campe-sinos proclives a la reforma agraria que entraron en contradicción con los terratenientes. El confl icto por la tenencia de la tierra fue debilita-do, en gran parte, por la compra de tierras por parte de narcotrafi cantes a partir de la década de los noventa y la intensifi cación de la violencia.

El vacío que dejó la desmovilización del PRT y la CRS hacia comienzos de los años noventa fue ocupado, poco a poco, por el ELN, que le dio priori-dad al movimiento social y, a partir de 1994 por las Farc, que empezaron a desplazar a sus frentes con presen-cia tradicional en el bajo Cauca hapresen-cia el departamento de Sucre. El ELN logró implantar los frentes Alfredo

L

OS

GRUPOS

IRREGULARES

Y

SUS

ESTRATEGIAS

del presente estudio regional. Entre otros, se prestará especial atención a los hechos ocurridos durante el pro-ceso de negociación entre el Gobier-no nacional y los grupos de autode-fensa, así como a la continuación de la ofensiva de la Fuerza Pública que

se viene produciendo desde que se creó la ZRC y a los cambios en los movimientos tácticos y el accionar armado de la guerrilla que inter-cala un largo periodo de repliegue con ofensivas esporádicas.

Gómez Quiñónez y Jaime Bateman Cayón en la Mojana y los Montes de María. A partir de ese mismo año, las Farc ampliaron de manera signifi ca-tiva el número de combatientes del frente 35, expandiendo su presencia sobre el departamento, con espe-cial énfasis en La Mojana, zona que además cuenta con la presencia del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una disidencia del ELN que a partir del año 2000 fue asimilada por las Farc.

El frente 35 se ha caracterizado prin-cipalmente por contar con un gran número de milicianos y sus accio-nes están orientadas principalmente hacia la extorsión. Este frente está al mando de alias Humberto

Sepúl-veda SepúlSepúl-veda y comprende dos

estructuras: la Compañía Robinson Jiménez, con 35 hombres, actúa principalmente en los municipios de Betulia, Since, Buenavista y Galeras, y la Compañía Carmenza Beltrán, con 40 hombres, cuya infl uencia se extiende a la subregión de la Sabana, Morroa, Colosó, Ovejas, Toluviejo, San Onofre, Corozal, Chalán y Los Palmitos.

El ELN ha contado con presen-cia a través del frente Jaime Ba-teman Cayón, bajo la conducción de William Escobar Molina, alias

Nelson, quien actúa con muy

po-cos hombres, distribuidos en dos comisiones: Diomedes Cárdenas, con 10 hombres que actúan en el área de Ovejas y San Pedro y

Ed-win Pérez, con 10 hombres registra

actividad en Ovejas, Los Palmitos y Colosó y recibe apoyo de la Es-tructura Central que tiene presen-cia en Bolívar; las Milipresen-cias Rurales desarrollan alguna actividad en el Bajo Don Juan, Calle Larga, Des-barrancado, Naranjal y Oriente; las Milicias Urbanas, por su parte, se ubican en la ciudad de Sincelejo.

Ante el riesgo de hacerse

militarmente vulnerable

en-frentando directamente a la

Fuerza Pública, la guerrilla

ha recurrido al minado de los

accesos a sus zonas de refugio

y a la realización de

accio-nes terroristas y de sabotaje.

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CONVENCIONES Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal Mar Caribe 2002-2005 No. de Acciones

JBC

Presencia activa del ELN

Fuente: DAS

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente Base Cartográfi ca: IGAC

La persistencia de la Fuerza Públi-ca en la lucha contra la guerrilla en los últimos años, ha llevado a que las Farc, buscando evitar golpes contundentes, se repliegue hacia las

partes más agrestes de los Montes de María y se divida en grupos peque-ños que ejecutan acciones rápidas y de tipo económico (retenes ilegales y secuestros), que revelan las difi

culta-des presentadas en la consecución de los recursos necesarios para garanti-zar su sostenimiento.

JBC: Frente Jaime Báteman Cayón

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Mar Caribe Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal 2002-2005 No. de Acciones CONVENCIONES

35

Presencia activa de las Farc

Fuente: DAS

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente Base Cartográfi ca: IGAC Ante el riesgo de hacerse militar-mente vulnerable enfrentando di-rectamente a la Fuerza Pública, la guerrilla ha recurrido al mina-do de los accesos a sus zonas de refugio y a la realización de ac-ciones terroristas y de sabotaje.

Con este comportamiento, la gue-rrilla ha procurado que la Fuerza Pública disminuya su accionar con-trainsurgente en áreas rurales vita-les para su supervivencia y se con-centre en los cascos urbanos. De igual forma, ha buscado afectar la

gobernabilidad en los municipios mediante amenazas de muerte contra los alcaldes y concejales.

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Desde los años ochenta, grupos ar-mados creados por el narcotráfi co comienzan a actuar en localidades costeras de Sucre. Basta recordar que la muerte de Gonzalo Rodrí-guez Gacha, alias El Mexicano, se produjo en diciembre de 1989

como resultado de un operativo de la Policía Nacional desarrollado en-tre Tolú y Coveñas, que permitió dar de baja al temido narcotrafi cante. En aquel entonces, la presencia de las autodefensas tuvo la fi nalidad de amparar las propiedades adquiridas por el narcotráfi co y para ello se or-ganizaron en pequeñas estructuras. En cuanto a la identifi cación de las estrategias desarrolladas por estos

grupos, se presenta la difi cultad de que, al ser tan fragmentados y au-tónomos, no se aprecia una táctica ofensiva clara, ni asentamientos im-portantes y mucho menos planes de dominio territorial.

Entre 1985 y 1996, se desarrollaron múltiples estructuras que posterior-mente harían parte del bloque Norte de las Autodefensas Unidas de

Co-4 Territorialidad de las Autodefensas,

Observa-torio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Bogotá, 2002.

De otra parte, la irrupción de los grupos de autodefensa en Sucre co-incide con la expansión de las Auto-defensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU) en los departamentos

geográfi co en el cual el desarrollo de la actividad guerrillera se encuentra limitado, debido a la escasez de acci-dentes montañosos y selvas y el pre-dominio de amplias sabanas4.

de la Costa Atlántica a partir de 1996, año en el cual el modelo de Urabá se comienza a extender a otras regiones del país. El avance de las autodefensas sobre el Caribe se dio en un contexto

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lombia (AUC). Es a partir de 1997 que estos grupos se presentan como expresión regional de las AUC, adu-ciendo que su principal objetivo apunta a contener el avance de la guerrilla y arrebatarle sus principales fuentes de fi nanciación. Las

caracte-rísticas que anteriormente se señala-ron permiten entender que las AUC, más que una organización articula-da, son el resultado de la fusión de grupos con historias muy disímiles, intereses múltiples y en todo caso, fuertemente ligadas al narcotráfi co.

La fusión de grupos da origen en 1997 al frente Rito Antonio Ochoa, cuya territorialidad coincide con la del frente Héroes de Montes de María que respondía al mando de

Diego Vecino y que se desmovilizó

hacia mediados de 2005.

Presencia activa de las AUC

Fuente: DAS

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente Base Cartográfi ca: IGAC

CONVENCIONES Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal Mar Caribe 2002-2005 No. de Acciones

HMM

HMM: Frente Héroes de Montes de María

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El objetivo estratégico del frente liderado por Diego Vecino se pre-senta de manera mucho más clara que en los grupos que lo precedie-ron, centrándose principalmente en lograr el control del paso por el Canal del Dique y la comunicación entre el río Magdalena y el Golfo de Morrosquillo. Esta estructura adquirió especial protagonismo a partir de 1998, cuando realiza-ron algunas de las masacres más sangrientas y numerosas que haya presenciado el país. Así mismo, la evidencia disponible demuestra, cómo a partir de 2000 la ofensiva indirecta empleada por esta agru-pación ilegal, estaba encaminada a golpear a la guerrilla a través de asesinatos selectivos y masacres, acompañada de una serie de en-frentamientos armados, principal-mente contra las Farc.

El registro de enfrentamientos des-de 2000, muestra su nivel más ele-vado en 2002. Los municipios don-de se produjeron los choques entre las autodefensas y la guerrilla fue-ron Guaranda, Ovejas, San Onofre, Sincelejo y Sucre. Cabe anotar que no sólo hubo un incremento de los contactos entre grupos irregulares sino que a partir de 2000 se escaló también la confrontación armada entre la Fuerza Pública y los grupos de autodefensa. El período durante el cual se adelantaron los diálogos con el Gobierno, se caracterizó por una muy importante reducción de las acciones realizadas por estos grupos al margen de la ley.

La estructura al mando de Vecino con una fuerte presencia en Sucre y que hizo parte del bloque Norte, para el momento de su desmovilización había adquirido

una notable autonomía de Jorge 40, su cabecilla5.

Entre las principales cabezas del frente Héroes de los Montes de María se encuentra Rodrigo Antonio Mercado Pelufo, alias Cadena, quien se impuso en la región a través de la intimidación. Este personaje logró el control del narcotráfi co en el Golfo de Morrosquillo y en particular de los sitios Rincón del Mar y Verrugas, que son estratégicos para el bodegaje y el embarque de cocaína. Informes en poder de las autoridades señalan que Cadena fue el autor material de las masacres de Macayepo y El Chengue. En la primera, ocurrida en octubre del 2002, este grupo asesinó a 18 campesinos. Durante la segunda, registrada en febrero de 2001, otras 28 personas fueron ultimadas. También se le procesa por la ejecución de 18 personas en 2000 en los corregimientos de Flor del Monte, Canutalito y Canutal, municipio de Ovejas.

El proceso de negociación adelantado con los grupos de autodefensa ha sacado a la luz pública lo que sólo conocían quienes padecían el control directo de estos grupos ilegales. En el caso de Sucre, hoy en día es ampliamente conocida la forma como la organización comandada por Cadena, logró incidir en la vida política del departamento. De tal magnitud llegó a ser su poder que ante la ofensiva adelantada por la Armada contra los grupos irregulares en Sucre, muchos de sus aliados, políticos e infl uyentes personalidades del departamento, empezaron a presionar para que el comandante de la Primera Brigada de Infantería de Marina fuera relevado de su cargo. Argumentaban que el

Coronel Colón sólo perseguía a las AUC y no a las Farc, con lo cual se pretendía disminuir la presión sobre las estructuras lideradas por

Cadena. A pesar de la insistencia en

la estratagema, el ofi cial permaneció en la zona y las operaciones contra las autodefensas continuaron, lo que generó confi anza para que los pobladores comenzaran a denunciar los atropellos cometidos por

Cadena6.

La acción de la Fuerza Pública, que ha sido más efectiva desde que se creó la ZRC, ha debilitado, la de por si frágil unidad de las autodefensas, permitiendo un mayor control del territorio. En particular, el trabajo conjunto que se adelanta con la Fiscalía regional ha permitido abrir procesos de investigación y judicialización, como el que se ha iniciado en San Onofre, que apunta a esclarecer el hallazgo de varias fosas comunes en fi ncas de la región y especialmente en la hacienda El Palmar, donde funcionaba el cuartel general de la estructura bajo el mando de Cadena7. Sobre este individuo

pesan cinco órdenes de captura por homicidio agravado, concierto para delinquir, terrorismo, conformación de grupos paramilitares y el asesinato de una fi scal de la Unidad de Derechos Humanos. De igual forma, es procesado por la muerte de dos agentes del CTI encargados de investigarlo.

5 Juan Carlos Garzón, “La complejidad paramilitar:

una aproximación estratégica”. En Rangel, Alfredo (Comp.) “El poder paramilitar”. Bogotá: Fundación Seguridad y Democracia, Editorial Planeta, 2005

6 Revista Semana, “La Estrategia inteligente”.

http://semana2.terra.com.co/opencms/opencms/ Semana/articulo.html?id=88619

7 En octubre de 2005, la Fiscalía ofi cializó el primer

llamamiento a juicio de tres de los presuntos res-ponsables dentro de las investigaciones por la muerte, desde el año 2000, de al menos 76 per-sonas en San Onofre, cuyos restos fueron halla-dos en varias fosas comunes. El Tiempo, 25 de octubre de 2005.

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T

al y como se puede observar en el gráfi co la curva de la confrontación armada de Sucre se encuentra bastante integrada a las tendencias observadas a nivel nacional. Entre 1990 y 1999, no se registró en el departamento un elevado número de hechos por año y la confrontación se caracterizó por la ocurrencia de unos pocos combates entre la Fuerza Pública y la guerrilla, algunos actos de sabotaje y una que otra emboscada contra patrullas de la Infantería de Marina. A partir de 2000, se produce una ruptura con las tendencias anteriores y la confrontación se intensifi ca, alcanzando su punto más elevado en 2003. En 2004, a pesar de que los combates librados por la Fuerza Pública contra los grupos irregulares llegan a su punto máximo, la intensidad de la confrontación comienza a descender como resultado de la caída de las acciones realizadas por la guerrilla y los grupos de autodefensa que habían alcanzado su mayor protagonismo armado en 2002. En 2005, se advierte que las acciones de los grupos irregulares repuntan, debido a la mayor actividad de las Farc, mientras que los combates que se producen por iniciativa de la Fuerza Pública descienden.

La evidencia estadística que se pre-senta en un segundo gráfi co, muestra que las acciones armadas que parten de los grupos irregulares, excepto en 1998 y 2004, siempre han esta-do por encima de los combates pro-puestos por la Fuerza Pública. Cabe

destacar que entre 2000 y 2004 los grupos irregulares realizaron 161 acciones armadas, frente a 102 com-bates registrados por iniciativa de la Fuerza Pública. Pese a que en 2005 las acciones de los grupos por fuera de la ley vuelven a superar los com-bates, es importante destacar que la iniciativa de la Fuerza Pública en la confrontación se mantiene en un nivel elevado, en particular contra las Farc, aunque se registra un

in-Fuente: Base de Datos Presidencia de la República y Boletín del Das

Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

C

OMBATES

POR

INICIATIVA

DE

LAS

F

UERZAS

M

ILITARES

Y

ACCIONES

DE

LOS

GRUPOS

IRREGULARES

El propósito de recuperar la

soberanía, el imperio de la

ley y la vigencia plena de

to-dos los derechos ciudadanos,

que el Gobierno nacional

mantiene vigente desde que

se creó la ZRC, se expresa en

el restablecimiento de la

pre-sencia de la Fuerza Pública.

cremento en los contactos contra el ELN y las autodefensas.

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Entre los grupos irregulares, las Farc ha sido el más combatido, con 68 contactos registrados entre 2000 y 2004. Estos contactos aunque se han registrado en todos los muni-cipios del departamento, se pre-sentaron principalmente en Ovejas (22), Morroa (7), Chalán (6) y Los Palmitos (5). Contra el ELN y las autodefensas, la Fuerza Pública li-bró 11 combates respectivamente durante el período analizado. Con-tra las autodefensas, los contactos se concentraron en San Onofre (8), Galeras, Los Palmitos y Sincelejo (1 en cada uno) y contra el ELN se presentaron en Corozal, Ovejas y San Pedro (2 en cada uno) y en Majagual, Galeras, Chalán, San Juan de Betulia y San Onofre (1 en cada uno).

Por otra parte, desde la perspectiva de la iniciativa armada de los gru-pos irregulares, se destaca la rea-lización de sabotajes que en 2004 registra su punto más elevado. En-tre 2000 y 2004, se registraron 94 acciones armadas de este tipo en Sucre, 44% de las cuales, es decir, 66 sabotajes, fueron atribuidas a las Farc. A grupos sin identifi car, se atribuyen 13 de estos actos, al ELN 6, a las autodefensas 2 y a otras guerrillas 7. Estos actos afectaron a todos los municipios del departamento, sin embargo se presentaron con más frecuencia en Ovejas (17), Sincelejo (9), Sincé, San Onofre y Morroa (8, respecti-vamente). La proyección construi-da a partir de los construi-datos del primer semestre de 2005 permite prever una disminución en las acciones de sabotaje, que en todo caso si-guen siendo ejecutadas en su ma-yoría por las Farc.

La piratería terrestre es la segunda acción más recurrente de los gru-pos irregulares y en 2005 presen-ta una tendencia creciente que, de mantenerse a lo largo de todo el año, la llevaría a registrar el punto más elevado del período considera-do. Entre 2000 y 2004, se registra-ron 28 casos de piratería terrestre, principalmente en Ovejas (8), San Onofre (6) y Los Palmitos (5). Las Farc perpetraron quince de estos actos durante el período analizado, a grupos sin identifi car se les atri-buyeron once y a las autodefensas y a guerrillas no identifi cadas un acto respectivamente.

En tercer lugar, se encuentran los hostigamientos, que al igual que

las acciones de piratería terrestre presenta en 2005 una tendencia creciente. Entre 2000 y 2004, se registraron 17 de estas acciones, las cuales fueron perpetradas prin-cipalmente por las Farc (10) y se concentraron primordialmente en los municipios de Guaranda (6), Los Palmitos, Ovejas y Colosó (3, en cada uno). Las emboscadas que también tienden a repuntar en 2005, fueron 10 entre 2000 y 2004, registradas en los municipios de San Onofre (3), Chalán, Galeras, San Benito Abad (2 en cada uno) y Sincelejo (1). Estas emboscadas fueron atribuidas principalmente a las Farc (7), al ELN; a otras gue-rrillas y guegue-rrillas sin identifi car, se les atribuyó una respectivamente.

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Fuente: Base de Datos Presidencia de la República y Boletín del Das

Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente: Base de Datos Presidencia de la República y Boletín del Das

Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

El propósito de recuperar la sobera-nía, el imperio de la ley y la vigencia plena de todos los derechos ciudada-nos, que el Gobierno nacional man-tiene vigente desde que se creó la ZRC, se expresa por un lado, en el restablecimiento de la presencia de la Fuerza Pública, en zonas donde la guerrilla incursionaba con frecuen-cia, sin que hubiera forma de conte-nerla y por otro lado en la reducción del impacto de su accionar armado. Así mismo, el aumento muy signi-fi cativo en la capacidad de combate contra las organizaciones ilegales re-gistrado entre 2003 y 2004, produjo un descenso importante de los

ata-ques contra instalaciones militares y de policía, los asaltos contra la propiedad privada y la realización de retenes ilegales, tendencia que se mantuvo en 2005.

Buena parte de los mayores esfuer-zos en la lucha contra los grupos irregulares se dirigieron contra el frente Héroes de Montes de Ma-ría, que al momento de su desmo-vilización venía siendo objeto de operaciones por parte de la Fuerza Pública, que contribuyeron en for-ma decisiva a que el grupo ilegal no tuviera más posibilidades de expansión. Además, se tiene que señalar que desde el hallazgo de las fosas comunes en San Onofre, las denuncias y críticas arreciaron contra sus cabecillas, además de no haber logrado dar cumplimien-to al objetivo estratégico de derro-tar a las Farc en zonas donde esta guerrilla aún cuenta con presencia.

Cabe mencionar que la presión militar ejercida contra las organi-zaciones ilegales incidió en que

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entre 2002 y 2004 se desmoviliza-ran 13 de sus integdesmoviliza-rantes, 6 de ellos pertenecían a disidencias, 5 a las Farc, uno a las AUC y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) res-pectivamente. El municipio donde se presentaron más desmoviliza-ciones en ese periodo fue Corozal, donde se entregaron 3 miembros de disidencias y uno de las Farc. Le sigue Sincelejo, donde se en-tregaron 2 integrantes de las Farc y uno de disidencias. En Tolú y en Guaranda se entregaron 2 irregula-res, respectivamente; los desmovi-lizados en Guaranda pertenecían a disidencias, mientras que en Tolú se entregó un miembro de las AUC y uno de las Farc. Finalmente, en Los Palmitos se entregó un comba-tiente de las Farc y en San Benito Abad uno del Ejército de Libera-ción Nacional (ELN).

Entre 2000 y 2002, la mayoría de los enfrentamientos del frente Héroes de Montes de María se produjeron con-tra el frente 35 de las Farc, sin que se lograra afectar de manera crítica a este último. El principal escenario de los enfrentamientos fue Ovejas: en febrero de 2000, en los corregi-mientos Flor del Monte, San Rafael y Canutal; en agosto de 2002, en el corregimiento Chengue y en no-viembre de 2002, se registró otro en-frentamiento en el mismo lugar. En San Onofre, los choques entre las or-ganizaciones por fuera de la ley cau-saron el desplazamiento de 200 per-sonas procedentes del corregimiento de Cañas Frías y sus alrededores. El municipio de Sucre también fue esce-nario de enfrentamientos: en junio de 2001, en el corregimiento Palmarito, el choque entre las AUC y subver-sivos del ERP produjo la muerte de

un integrante de las autodefensas; en febrero de 2002, en el corregimien-to Cocobalanta, las víctimas de los enfrentamientos fueron 4 integran-tes del frente 35; en abril, en el caño Misalo, se registró un nueva acción armada entre las AUC y subversivos del ERP, de los cuales 8 resultaron muertos.

De otro parte, la distribución espa-cial de los combates liderados por la Fuerza Pública, que en los últimos tres años recaen principalmente so-bre las Farc, corrobora la existencia de una estrategia cuidadosamente di-rigida a lograr el control de las tron-cales de Occidente y del Caribe, a fi n de tender un cerco a la guerrilla que quedaría aislada en la parte monta-ñosa. El área que se encuentra entre estas vías principales, corresponde a los municipios de Chalán, Colosó, Morroa, Tolú Viejo, Ovejas, Los Pal-mitos, y San Onofre.

La persistencia en la lucha contra la guerrilla en los últimos años ha per-mitido a la Fuerza Pública avanzar en el objetivo de tender un cerco hacia el núcleo principal de las Farc, en la zona montañosa del norte del depar-tamento de Sucre, donde mantiene su principal retaguardia estratégica, que ha llevado a que el grupo armado desate en forma esporádica ofensivas que comprometen escenarios dife-rentes. Como se observa en la serie de mapas adjuntas, a partir de 2002 la actividad armada de la guerrilla que se encuentra concentrada en los municipios de Ovejas, Morroa, Los Palmitos y Chalán localizados en el norte, también comienza a regis-trarse en municipios del centro y sur del departamento como San Benito Abad, Sincé, Galeras y Guaranda.

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Fuente: Base de Datos Presidencia de la República y Boletín del Das

Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Desde el momento en que se creó la ZRC, la actividad armada de las Farc siguió el principio de economía de fuerza, es decir, realiza mayoritariamente sabotajes, hostigamientos y pequeñas embos-cadas, acciones que implican para el grupo irregular un mínimo gasto militar y una elevada ganancia estratégica. La ganancia para las Farc se obtiene al agotar física y moralmente a la Fuerza Pública, mediante la producción de acciones que multiplican los escenarios de la confrontación y la obligan a dejar de lado su objetivo principal. Por lo anterior, a partir de 2002 el centro y sur del departamento de Sucre comenzaron a registrar actividad armada de la guerrilla y desde 2003, se presentan combates que evidencian la respuesta de la Fuerza Pública.

La conducta que ahora caracteriza a la guerrilla se corrobora en las proyecciones del 2005 construidas a partir de los datos del primer semestre del año, las cuales muestran un repunte en las actividades de las Farc que protagonizan varias acciones de piratería terrestre y sabotajes y un menor número de hostigamientos y dos emboscadas. Estas acciones tuvieron como escenario principal los municipios San Benito Abad, Sincé, Galeras y Chalán. No obstante que las señales de reactivación de las Farc son inequívocas, no produjeron ningún hecho relevante, sin embargo provocó temor entre la población de que se presentara un ataque indiscriminado o acciones de los grupos de autodefensa contra las comunidades.

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Evolución de la distribución espacial de los combates

entre las Fuerzas Militares y los grupos irregulares

Fuente: DAS

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente Base Cartográfi ca: IGAC

2000

2001

2002

2004

2005

2003

CONVENCIONES Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal No. de Acciones

(17)

Evolución de la distribución espacial de las acciones

armadas de los grupos irregulares

2000

2001

2002

2003

2004

Fuente: DAS

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente Base Cartográfi ca: IGAC

Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal CONVENCIONES No. de Acciones

2005

(18)

E

n cuanto a la violencia pro-ducida por los grupos irre-gulares contra la población civil, la baja intensidad que se pre-sentó entre 1990 y 1995 se modifi có ostensiblemente en 1996. A partir de ese año, los asesinatos causados por los grupos armados comien-zan a aumentar, determinando la dinámica de los homicidios que se registran en el departamento8. La

actuación de los grupos de auto-defensa a través de la realización de masacres, que explica en buena medida la elevada intensidad que

adquiere la violencia, se enmarca dentro de los planes de expansión de la organización a nivel nacional. En efecto, paralelamente a la irrup-ción de las AUC en los Montes de María, se produce la incursión de esta organización en el sur de Bo-lívar, con lo cual no sólo se llevó a cabo una ofensiva encaminada a apropiarse de los cultivos ilícitos en la Serranía de San Lucas, sino que también tuvo lugar una fuerte disputa por el control estratégico de los corredores necesarios para la exportación de estupefacientes.

Para evitar la perdida de posiciones con elevado valor estratégico, la gue-rrilla contribuye de manera ostensi-ble en la producción de violencia y entre 2000 y 2004. La persistencia en los homicidios en Sucre hasta 2004, que contrasta con la tendencia des-cendente observada a nivel nacional desde 2003, encuentra explicación en las actuaciones de los grupos irregu-lares que, a pesar de haber dejado de recurrir a las masacres, intensifi can la comisión de asesinatos selectivos entre 2003 y 2004.

Fuente: Base de Datos Presidencia de la República y Boletín del Das

Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Vicepresidencia de la República

El peso de los asesinatos causados por las organizaciones armadas ile-gales en el conjunto de los homici-dios registrados, se descubre en la elevada correspondencia entre la periodicidad con que se producen los énfasis de los asesinatos y los ho-micidios. De esta manera, como se visualiza en los gráfi cos, resulta evi-dente que la violencia desencadena-da por autodefensas y guerrilla es la que jalona los homicidios en los años más álgidos (1996 y 2000). De igual forma, la disminución de las muertes

8 Se utiliza la expresión asesinatos para señalar

que son las muertes violentas que se originan en los grupos irregulares.

L

A

VIOLENCIA

CONTRA

LOS

CIVILES

PRODUCIDA

EN

MEDIO

DE

LA

CONFRONTACIÓN

ARMADA

Resulta evidente que la

vio-lencia desencadenada por

autodefensas y guerrilla es la

que jalona los homicidios en

los años más álgidos (1996 y

2000).

(19)

violentas a partir de 2001 se relaciona con la consolidación de la presencia de los grupos de autodefensa entre el Golfo de Morrosquillo y las estriba-ciones de los Montes de María. La intensifi cación de los asesinatos en 2003 que se prolonga hasta 2004 da cuenta del repunte de las muertes selectivas causadas por los grupos de autodefensa en el primer año y por la guerrilla en el segundo.

El recurso al terror por parte de los grupos irregulares pone de presente la existencia de una lógica que se expresa en el propósito de romper la relación entre el contrincante y la población, que enfrenta la disyunti-va de plegarse al nuevo dominio o desplazarse. La expansión territorial y la consolidación de la presencia de

los grupos de autodefensa en Sucre se lograron a través de la difusión del terror en las comunidades bajo la infl uencia de la guerrilla. El ob-jetivo primordial apuntaba a invertir las lealtades e imponer su presencia como actor hegemónico, pero sobre todo a generar incertidumbre, de tal manera que el carácter imprevisible de las acciones violentas, creará la expectativa sobre su posible repeti-ción. De tal suerte que al tener como objetivo el dominio de la población, la implementación del terror por par-te de los grupos de autodefensa tuvo una clara dimensión estratégica9.

En este contexto, la opción de la in-surgencia fue replegarse, amenazar la gobernabilidad y realizar

accio-nes principalmente de sabotaje, como se anotó anteriormente. En muy pocos casos, la guerrilla pudo responder a las incursiones de las autodefensas, que lograron la des-articulación de sus redes y la pene-tración en los cascos municipales por medio de la conformación de nuevos apoyos. Por medio de la aplicación de la violencia indiscri-minada se provocó por una parte, el repliegue de la guerrilla y, por otra, el dominio de la población. Con buena parte de las redes de la gue-rrilla desarticuladas en su periferia y el repliegue de algunos frentes, las autodefensas dieron el paso de una violencia indiscriminada a una violencia cuidadosamente dirigida hacia objetivos específi cos.

9 Como lo ha señalado Eric Lair, el control de las

poblaciones reviste una dimensión estratégica, en la medida en que son fuente de respaldo económico, político, moral y logístico, y por esta razón son al mismo tiempo medio y objetivo de la confrontación armada. “Refl exiones acerca del terror en los escenarios de guerra interna”. En Revista de Estudios Sociales, Facultad de Cien-cias Sociales, Uniandes-Fundación Social, No. 15, junio de 2003.

H

OMICIDIOS

Y

MASACRES

Fuente: Base de Datos Presidencia de la República y Boletín del Das y Policía Nacional Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

L

a tasa de homicidio en Sucre se ha mantenido signifi cativa-mente por debajo del

prome-dio nacional en todos los años anali-zados y muestra una tendencia a la disminución, al pasar de registrarse

37,12 homicidios por cada cien mil habitantes en el año 2000, a una tasa de 26,9 en 2004.

(20)

Evolución de los escenarios municipales con altos índices de homicidio

(Tasas por 100.000 habitantes)

2000

2001

2002

2003

2004

Fuente: Policía Nacional

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente Base Cartográfi ca: IGAC

2005

Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal CONVENCIONES Tasa de Homicidios

(21)

Como se observa en los mapas adjun-tos, Colosó ha sido el municipio que ha registrado las mayores tasas de ho-micidio durante los últimos seis años, a excepción del año 2001, cuando se ubicó en el quinto lugar. Las tasas de homicidio más elevadas en este mu-nicipio se registraron en 2000, cuan-do la tasa alcanzó los 326 homicidios por cada cien mil habitantes, en 2003 con 239 y en 2004, cuando fue de 217. Otros de los municipios que se desta-can en la serie de mapas con índices elevados son Chalán, Morroa, Ovejas, San Onofre, San Pedro, Tolú y Tolu-viejo, los cuales superan en todos los años estudiados la tasa de homicidio departamental y nacional. La mayo-ría de estos municipios, incluyendo a Colosó, hace parte de la subregión de Montes de María y los elevados índices de homicidio que se registraron en esta zona, refl ejan la intensidad que adquie-re la violencia en la zona montañosa y el Golfo de Morrosquillo, donde la dis-puta entre autodefensas y guerrilla por el dominio territorial y de la población tiene su principal epicentro.

Desde otra perspectiva, en términos absolutos, Sincelejo ha sido el munici-pio que mayor número de homicidios aglutina, con el 24% de los 1.250 que se registraron entre 2000 y 2004 en el conjunto del departamento. Le siguen los municipios de Ovejas, Toluviejo, San Onofre, Corozal, Colosó y Tolú, donde se concentró el 46%. Como se evidencia en los gráfi cos y mapas, en los siete municipios mencionados se registra simultáneamente una elevada concentración de los homicidios y los asesinatos cometidos por los grupos irregulares, lo cual estaría sugiriendo que la participación de estos actores ilegales en el conjunto de los homici-dios es más alta de la que se encuentra registrada.

Con relación a las masacres, en-tre 2000 y 2004 se produjeron 16 en Sucre, que arrojaron un total de 116 víctimas. Los años en que se presentaron la mayoría de los homicidios múltiples fueron 2000 y 2001, cuando fueron rea-lizadas nueve y cuatro masacres que dejaron un saldo de 61 y 37 víctimas, respectivamente. Las autodefensas perpetraron ocho de las 16 masacres registradas en el

departamento, las cuales tuvie-ron lugar en los municipios de Colosó, San Onofre, Toluviejo y Ovejas y dejaron un saldo de 77 víctimas, es decir que este actor fue responsable del 50% de los casos y del 68% de las víctimas. Por su parte, las Farc cometieron una masacre en Colosó en 2004, que dejó cinco víctimas. Sobre los demás casos no se conocen los responsables.

Fuente: Base de Datos Presidencia de la República, Boletín del Das y Policía Nacional Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

(22)

Evolución de la distribución espacial de los homicidios

2000

2001

2002

2003

2004

2005

Fuente: Policía Nacional

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente Base Cartográfi ca: IGAC

Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal CONVENCIONES No. de Homicidios

(23)

Evolución de la distribución espacial de los asesinatos cometidos

por los grupos irregulares

Fuente: Policía Nacional

Procesado y Georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente Base Cartográfi ca:IGAC

2000

2001

2002

2003

2004

2005

Cabecera Municipal Límite Departamental Límite Municipal Vía Principal Río Principal CONVENCIONES No. de Asesinatos

(24)

La primera masacre de que se ten-ga información en la década del noventa, se produjo en el mes de septiembre de 1992 en el corregi-miento El Cielo de Chalán, donde un grupo de hombres sin identifi car incursionó en una fi nca y procedió a dar muerte a siete personas. Una aproximación a las zonas donde se han concentrado las masacres a partir de la segunda mitad de la década del noventa, permite desta-car en primer lugar los municipios pertenecientes a Montes de María que limitan con el departamento de Bolívar. En Ovejas, en noviem-bre de 1996, un grupo armado no identifi cado asesinó a cinco habi-tantes del corregimiento El Piñal; en septiembre de 2000, en el corre-gimiento La Peña, miembros de las autodefensas dieron muerte a cinco personas; en enero de 2001, inte-grantes de las AUC incursionaron en el corregimiento Chengue, don-de asesinaron a 28 labriegos a quie-nes acusaron de colaborar con la subversión.10 En Colosó, el primer

hecho, que cobró la vida de cinco personas, se produjo en diciembre de 1996; en noviembre de 1998, en dos hechos relacionados, desco-nocidos asesinaron primero a tres personas en el perímetro urbano y más tarde a otras tres en el corregi-miento de Bajo Don Juan; en enero de 2000, en el caserío La Ceiba, desconocidos asesinaron a cuatro agricultores; en agosto de 2000, in-tegrantes de las AUC instalaron un retén ilegal y dieron muerte a seis personas; en septiembre de 2000,

en una nueva acción de las autode-fensas fueron asesinados ocho ha-bitantes del caserío El Parejo; entre el 13 y el 16 de septiembre de 2001, las autodefensas ultimaron a 15 cam-pesinos en las veredas La Balastera, El Parejo, El Bobo y La Arenita, ju-risdicción de los corregimientos de Chirulito y El Cerro.

El interés de los grupos de autode-fensa por consolidar la zona del lito-ral Caribe, garantizando el dominio sobre la carretera que conduce de Sincelejo a Tolú y que a su paso por Toluviejo comunica con San Onofre, se expresa en la ejecución de varias masacres. En diciembre de 1996, ocho personas fueron asesinadas; en enero de 1999, 8 habitantes del corregimiento Las Piedras corrieron

con igual suerte; en abril de 2000, en el corregimiento Guarón, fue ase-sinado el jefe de personal de la Al-caldía de Palmitos junto con cuatro acompañantes; en agosto de 2000, cinco personas fueron asesinadas entre los corregimientos Macaján y Chinulito; por último en octubre de 2001, la población del corregimiento Macaján vuelve a presenciar una in-cursión de las AUC que produjeron la muerte a cuatro de sus habitantes. En San Onofre, la primera masacre se registró en noviembre de 1995 en el corregimiento Palo Alto; en abril de 2000, este mismo corregimiento es escenario de una nueva masacre en la que fueron ultimadas cinco per-sonas; en mayo de 2000, un grupo no identifi cado asesinó a cinco personas en el corregimiento Libertad.

10 La fi scal de Sincelejo, Yolanda Paternina

inves-tigaba el asesinato de estas 28 personas en Ovejas, cuando fue asesinada el 29 de agosto de 2001 frente a su casa. Fabio Luis Coley y Jorge de la Rosa, los investigadores del CTI que trabajaban con Paternina en el caso tam-bién fueron desaparecidos en ese año.

(25)

Con respecto a las desapariciones forzosas, que en su mayoría no ha-bían sido denunciadas por temor a las represalias, con el hallazgo por parte de la Fiscalía y la Infantería de Marina de varias fosas comunes en zona rural bajo dominio de los grupos de autodefensa en el muni-cipio de San Onofre, se comienzan a esclarecer. Cabe recordar que este municipio reviste gran importancia para el narcotráfi co en cuanto domi-na el costado nororiental del Golfo de Morrosquillo, una de las princi-pales salidas de droga del Caribe co-lombiano. El primer hallazgo de 20 cadáveres se hizo en el sitio Pajonal y otras fosas con 16 cuerpos fueron encontradas en el sitio Buenos Aires. También se encontraron fosas en los corregimientos Higuerón, Brisas del Palmar, Sincelejito, Aguas Negras y Chinulito. Por otra parte, la Fiscalía precisó en un comunicado que inves-tiga el paradero de varias personas desaparecidas en la zona, que habían recibido con anterioridad amenazas de las autodefensas. En ausencia de los cabecillas ubicados en Ralito, la población muestra una mayor dis-posición a revelar los lugares don-de presuntamente fueron enterrados muchos de los desaparecidos.11

Así mismo, la violencia más selecti-va se ha dirigido contra los alcaldes, concejales, maestros, sindicalistas e indígenas. El 10 de abril de 2003 fue asesinado el alcalde de El Ro-ble, hecho del que se desconocen sus

autores y constituye uno de los más graves ocurridos mientras estuvo vi-gente la ZRC. Así mismo, se registró el homicidio de seis concejales. En el año 2002, fue asesinado un concejal en Colosó y dos en San Benito Abad, los tres por las Farc. En 2003, ocurrió el homicidio de un concejal de Ove-jas perpetrado por desconocidos. En 2004, las Farc asesinaron a un conce-jal de Chalán y desconocidos dieron muerte a un concejal en Sincé.

En cuanto a los maestros, se regis-tró el homicidio de cinco de ellos, pertenecientes al sindicato Ades y en ningún caso se conocen los res-ponsables. En 2002, se registró el homicidio de un maestro en Cha-lán y otro en Sincelejo, en 2003 uno fue muerto en Corozal y otro en Morroa y en 2004 se produjo la muerte de un docente en Sincelejo. De otro lado, en 2004 se registró el homicidio de un trabajador perte-neciente al sindicato de Sinsedena

en el municipio de Sincé y de un trabajador afi liado al sindicato Sutimac en Sincelejo, ambos ho-micidios perpetrados por autores desconocidos.

Entre 2002 y 2003, la violencia dirigida contra indígenas cobró la vida de cuatro integrantes de la etnia Senú; en tres casos no se co-nocen los responsables de los he-chos. El primer asesinato se pre-sentó en el año 2000 en Sincelejo, la víctima pertenecía al resguardo de San Andrés de Sotavento y fue muerto a manos de las autode-fensas. El segundo se produjo en mayo de 2002 en el municipio de Sampués, contra un indígena que pertenecía al mismo resguardo. El tercer asesinato fue cometido en julio del mismo año en Colosó y el cuarto se presentó en marzo de 2003 en Morroa, cuya víctima pertenecía también al resguardo de San Andrés de Sotavento. 11 Un informe periodístico señala que en la fi nca “El

Palmar”, un predio de tres mil hectáreas, entre el poblado de Verruga y el casco municipal de San Onofre, se presume la existencia de un elevado número de fosas donde estarían los restos de muchos desaparecidos de la región, ultimados por el grupo Héroes de los Montes de María “El Palmar, en San Onofre (Sucre), está sembrada de historias del terror paramilitar.” El Tiempo, abril 4 de 2005.

(26)

E

ntre 1996 y 2004 se regis-traron 633 secuestros en Sucre, aunque es importan-te destacar que esimportan-te tipo de delito muestra una tendencia a la baja, pasando de 114 en 1999 a 39 en 2004. Los años más álgidos en materia de secuestro en el

depar-Les siguen San Onofre, Tolú y Los Palmitos, que registran cada uno más de 40 secuestros.

La mayor responsabilidad en la ejecución de secuestros en Sucre durante el período analizado recae sobre las Farc, que representa el 29% (185). Le sigue el ERP, grupo irregular al que se atribuyó el 22% (140) de los plagios perpetrados en el departamento, sobre el 20% (118) de los casos no se logró establecer la responsabilidad, al ELN corresponde el 12% (79), la delincuencia común realizó el 11% (69), y las autodefen-sas el 5% (29).

En cuanto a los sectores sociales y económicos más afectados por este delito durante el período analizado, los ganaderos del departamento fue-ron las principales víctimas de los grupos armados (18% de los secues-trados pertenecían a este sector); el sector de los comerciantes también fue notoriamente afectado en razón a que el 59% de los secuestros que se registraron contra esta población fueron de carácter extorsivo. Cabe resaltar que durante 2004, el 46% (18) de las personas secuestradas en el departamento fueron menores de edad. A diciembre de 2004, 129 personas secuestradas entre 2000 y 2004 permanecían cautivas, 171 ha-bían sido liberadas, 46 rescatadas, cinco murieron en cautiverio, 29 fueron liberadas por presión, cuatro se fugaron y una fue reportada como desaparecida.

tamento fueron 1999, 2001 y 2002. La baja incidencia del secuestro en 2005 corrobora la tendencia descen-dente que se viene registrando desde 2003. Tal y como se observa en el gráfi co, Sincelejo y Ovejas han sido los municipios más afectados, supe-rando los 100 secuestros cada uno.

Fuente: Fondelibertad.

Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

(27)

E

l desplazamiento forzado en Sucre a partir de 2002 co-mienza a registrar una ten-dencia decreciente, tanto en el nú-mero de personas expulsadas como recibidas, al pasar de 18.070 perso-nas expulsadas y 30.840 recibidas en el año 2000 a 3.964 personas ex-pulsadas y 5.027 recibidas en 2004, lo que representa una disminución entre esos dos años de 78% en el

primer caso y de 84% en el segun-do. El gráfi co evidencia que Sucre es más un departamento receptor que expulsor de población. Lo anterior puede explicarse en buena medida porque el departamento, por su ubi-cación geográfi ca se constituye en paso obligado de las personas que se desplazan de departamentos como Bolívar, Atlántico y Magdalena.

Fuente: Red de Solidaridad Social

Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República

Los municipios más afectados por el desplazamiento durante el pe-ríodo considerado fueron Ovejas, San Onofre y Colosó. Entre 2000 y 2004, salieron por la fuerza 13.648 personas de Ovejas, 11.502 de San Onofre y 9.963 de Colosó. Hay que recordar que estos municipios han sido escenario de la confrontación armada, presentan altos índices de homicidio y han registrado

ma-D

ESPLAZAMIENTO

F

ORZADO

sacres y desapariciones. Por otra parte, la capital del departamento, Sincelejo, es el principal municipio receptor de personas desplazadas. Durante el período analizado, han llegado al municipio 60.714 perso-nas desplazadas, le sigue Corozal, a donde arribaron 5.862 personas, San Onofre, que recibió 5.281, Guaran-da, a donde llegaron 4.016 y Ovejas, que recibió 3.918.

(28)

C

omo se puede apreciar en el gráfi co sobre eventos por Minas Antipersonal (Map) o Municiones Abandonadas sin Explotar (Mase) en Sucre, tanto los accidentes como los incidentes

preocupante en este sentido, al regis-trarse 15 heridos y 18 muertos por este tipo de eventos, mientras que en los dos años anteriores no se habían registrado víctimas. En 2003 y 2004, la reducción en las víctimas de acci-dentes por Map es signifi cativa, aun-que se produce la muerte de dos per-sonas en estos eventos. En 2004, se registra de nuevo un aumento tanto en las personas heridas como las víc-timas fatales por accidentes por Map respecto del año anterior, al regis-trarse un herido y cinco muertos. El 85% de las víctimas que se presentó durante el período analizado fueron militares y el 15% fueron civiles. Todas las víctimas eran mayores de edad y 40 de los 41 accidentes ocu-rridos durante el período estudiado se presentaron en zonas rurales del departamento.

El municipio más afectado por even-tos por Map o Mase fue Ovejas, don-de se presentaron 20 eventos durante el período analizado, de los cuales 15 fueron incidentes y cinco accidentes. Así mismo, en ese municipio se re-gistró el mayor número de víctimas (25) durante el período. Los demás municipios afectados fueron Chalán con seis eventos, Colosó con cuatro y Morroa y San Benito Abad con tres, respectivamente. En Sincelejo y en Sucre, se presentaron dos eventos, respectivamente y en La Unión, Los Palmitos, San Onofre y Sincé, se re-gistró un evento en cada uno.

M

INAS

A

NTIPERSONAL

muestran una tendencia creciente al pasar de 1 incidente y 0 accidentes en el año 2000 a 20 incidentes y 6 accidentes en 2004. Respecto de las víctimas por accidentes por Map, es evidente que el año 2002 fue el más

Fuente: Observatorio de Minas del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República

Procesado: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República.

(29)

E

n Sucre, los grupos armados ilegales han cambiado sus es-trategias y movimientos tác-ticos, buscando sorprender a su ad-versario con el propósito de agotarlo gradualmente. Desde luego, como advierte Eric Lair en su trabajo de aproximación militar a la confronta-cion en Colombia, lo inesperado no es una garantía de éxito o parálisis to-tal del enemigo, sin embargo permite minar su capacidad de respuesta y su moral. De aquí que en Sucre escena-rios diferentes a los Montes de María hayan comenzado a registrar a partir 2002 actividad armada de la guerri-lla, con lo cual se busca mermar la

contundencia de las operaciones militares y romper el cerco tendido hacia la zona de mayor importancia estratégica para las Farc. En este contexto la violencia de los grupos irregulares dirigida contra los civiles ha ido en ascenso; mientras que los grupos de autodefensa se dedicaron a asesinar civiles en los cascos urba-nos y centros poblados, la guerrilla, en muchos casos acudiendo a los mismos métodos, hizo lo suyo en las zonas rurales y montañosas.

La realización de acciones de pirate-ría terrestre, sabotajes, hostigamien-tos y emboscadas en los municipios

de San Benito Abad, Sincé, Gale-ras y Chalán, a partir de 2002 su-giere que el teatro de la confron-tación armada está cambiando por cuenta de las Farc, que se han pro-puesto diluir el mayor esfuerzo mi-litar desplegado hacia su zona de repliegue sobre la serranía de San Jacinto. Por su parte, la Infante-ría de Marina hacia comienzos de 2005 reforzó su pie de fuerza en la zona mediante el establecimiento de un puesto de mando adelantado del BAFIN (Batallón de Infantería de Marina) 4 en el casco urbano de Chalán. En este sentido, la Fuerza Pública se ha propuesto reducir el perímetro de la zona de retaguardia de las Farc, ERP y ELN, concen-trando su ofensiva hacia la zona alta de la zona montañosa.

Las limitaciones de la estrategia de control territorial de esta zona del Caribe colombiano se descubren al analizar la conducta que caracteriza ahora a la guerrilla y que se corro-bora en las acciones desarrolladas durante 2005, las cuales muestran un repunte en la iniciativa arma-da de las Farc, que protagonizan varias acciones de piratería te-rrestre, sabotajes, hostigamientos y emboscadas. No obstante que las señales de reactivación de las Farc parecen inequívocas, no han producido hasta el momento nin-gún hecho relevante, sin embargo la población siente temor ante la posibilidad de que se presente un ataque indiscriminado o acciones contra las comunidades.

Si bien es cierto que la Fuerza Pública retomó la iniciativa en la confrontación, la guerrilla conser-va capacidad para realizar

accio-S

INOPSIS

:

E

STADO

DE

LA

CONFRONTACIÓN

Y

VULNERABILIDAD

DE

LA

POBLACIÓN

(30)

nes, aunque de manera limitada si se compara el período actual con el período 2000-2002. En efecto, durante 2005, Chalán ha sido es-pecialmente afectado por el accio-nar de las Farc. El 11 de enero, en el sitio La Cruceta, miembros del frente 35 atacaron a una patrulla de la Infantería de Marina, resultan-do muerto uno de sus integrantes; el 22 de febrero, en el área rural se produjo otro ataque contra una patrulla, resultando heridos dos In-fantes; el 7 de marzo, en el cerro La Lonaza, las Farc producen un nuevo ataque sin consecuencias fa-tales. Adicionalmente, en el mes de abril se registró un hostigamiento a una patrulla en Morroa. El ELN por su parte, ha minado corredores en el área montañosas, haciendo difícil para las tropas terrestres el acceso a las zonas de retaguardia.

Por otro lado, se debe mencionar que la circulación por las vías que rodean los Montes de María sigue estando restringida por las autori-dades durante la noche y la madru-gada, para evitar retenes ilegales y ataques a automotores por parte de los grupos irregulares. Es relevan-te mencionar que las extorsiones a los dueños de las fi ncas y ganade-ros se siguen produciendo. El no pago de las denominadas vacunas ha derivado en ocasiones en la des-trucción de las fi ncas por parte los grupos guerrilleros. En lo corrido de 2005, son 11 los ataques de este tipo que se presentaron. Uno de ellos ocurrió dos días después de la desmovilización del frente Héroes de Montes de María, en la fi nca Las Cumbres, en la vereda cono-cida como El Guamo, en el mu-nicipio de Sincé. En esta ocasión,

integrantes del frente 35 de las Farc incendiaron tres viviendas.

De acuerdo a lo observado en 2005, la población civil se ha convertido nuevamente en objetivo de los gru-pos guerrilleros, en particular de las Farc que a partir de fi nales de 2004 realizaron asesinatos contra parte de la población civil retornada y profi -rieron amenazas contra organizacio-nes sociales cercanas a programas o fondos del Gobierno nacional como proyectos productivos fi nanciados por la Nación y el Programa de Paz y Desarrollo de los Montes de Ma-ría, que fueron objeto de fuertes pre-siones, afectando la posibilidad de consolidar procesos sociales alter-nativos en medio de la confrontación armada.

A lo anterior se suma la creciente presencia urbana de las milicias en las cabeceras municipales de algunas poblaciones como Sincelejo y Coro-zal donde se afi rma que la presencia de la guerrilla se ha extendido en los barrios periféricos. A la amena-za latente de la guerrilla, se tiene que agregar el interés de los narcotrafi -cantes de conservar el dominio sobre el golfo de Morrosquillo, por ser una de las principales salidas de cocaina por la costa Caribe. Con la desmovi-lización de las estructuras de las au-todefensas, se abre la posibilidad de que la guerrilla busque apoderarse de estos corredores. En este escenario, la prevalencia de los intereses del narcotráfi co en la región puede pro-mover la reactivación de estructuras armadas que entrarían a reemplazar a las AUC.

Por lo anterior, se infi ere que con posterioridad a la desmovilización

del frente Héroes de los Montes de María se hayan producido hechos de violencia que estarían asociados con los ex-cabecillas. En efecto, al cum-plirse un mes del acto de dejación de armas, ocurrieron los asesinatos de Juan Carlos Jiménez Caliche, el 14 de agosto y ocho días después, el de Eliécer Villegas Mercado, alias El

diablo; ambos pertenecientes al

fren-te Héroes de los Monfren-tes de María. Aunque en un principio se rumoró la existencia de un plan pistola imple-mentado por la guerrilla en contra de los desmovilizados, posteriormente cobró fuerza la hipótesis de que en el trasfondo los crímenes estaría una disputa por los recursos provenientes de la coca entre los jefes de la zona

Diego Vecino y Cadena12 .

Estos hechos alimentan la descon-fi anza de la población que no cree que se haya producido la total des-activación de las estructuras arma-das. En efecto, ahora se habla de

Los fantasmas de Montes de María,

grupo armado que apareció a la par con nuevas extorsiones y amenazas y que la Policía en Sucre asocia a la continuación de la actividad delicti-va por parte de los integrantes de los grupos desmovilizados. Así mismo, en algunos corregimientos y muni-cipios, las personas que participaron en los actos de dejación de armas si-guen estando bajo la coordinación de un mando al que reportan novedades con el fi n de mantener el control de las zonas donde tuvieron infl uencia las AUC13.

12 Proceso a marcha forzada en los Montes de

Ma-ría, El Tiempo, 20 de septiembre de 2005.

13 Aparecen 12 nuevos grupos “paras”. El Tiempo,

(31)

En conclusión, en este estudio se ha analizado la evolución del accionar de las organizaciones armadas que se encuentran en competencia por el control de posiciones ventajosas en el desarrollo de la confrontación. Los movimientos de los grupos ar-mados sobre el territorio han variado así como han concentrado fuerzas en ciertos puntos decisivos, poniendo al descubierto que la lucha por el con-trol de objetivos estratégicos se ha vuelto más intensa. La existencia de estas posiciones permite explicar los énfasis geográfi cos en la realización de acciones y por qué la iniciativa ar-mada de los grupos irregulares pue-de superar por momentos la ofensiva

emprendida por la Fuerza Pública en estos escenarios.

La localización de las poblaciones más vulnerables a la acción de las organizaciones al margen de la ley se descubre en los mapas donde se muestra la presencia activa de los grupos irregulares, las acciones ar-madas y las manifestaciones de violencia que convergen en el área montañosa entre la carretera Troncal del Caribe y la Troncal de Occidente, correspondiente a los municipios de Chalán, Colosó, Morroa, Toluviejo, Ovejas, Los Palmitos, y San Onofre. Todos estos municipios excepto Cha-lán y Colosó, están comunicados por

carretera y conforman una zona estratégica no sólo para el departa-mento de Sucre, sino también para la región Caribe y el país, razón por la cual los protagonistas de la con-frontación armada pretendan lo-grar su dominio. Geográfi camente, la zona se encuentra ubicada entre los centros económicos de Valle-dupar y Bucaramanga (al oriente) y el mar Caribe (al occidente), y entre el corredor urbano-regional de Cartagena-Barranquilla-San-ta MarCartagena-Barranquilla-San-ta (al norte) y la carretera transversal de la Depresión Mom-posina, que comunica a Sucre, Cór-doba y Antioquia con Magdalena y Cesar (al sur).

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