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Los aguilandos en el Campo de Cartagena

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Resumen: Los conjuntos folklóricos denominados «Cuadrillas de Animeros», «Cuadrillas de Aguilanderos» o «Cuadrillas de Pascua» se pueden localizar en Murcia, Albacete, Almería o Alicante. Realizan su actividad a lo largo de todo el año coincidiendo con eventos destacados del calendario litúrgico. En la comarca del Campo de Cartagena existen numerosas cuadrillas en diferentes núcleos rurales. Estas centran la mayor parte de su actividad especialmente en fechas navideñas. Por ello, se las conoce como «Cuadrillas de Pascua». La parte más importante de su repertorio musical es el «agui-lando» o «aguinaldo», pieza navideña que toma su nombre de la tradicional dádiva de Navidad. Este artículo analiza dichas piezas en la zona del Campo de Cartagena profundizando en sus músicas y en el origen de las mismas. Tras una amplia investigación, se aportan también datos históricos y sociales a la vez que se repasan las principales características de este tipo de conjuntos musicales.

Palabras clave:aguilanderos, aguilando, aguinaldo, Campo de Cartagena, Cuadrillas de Animeros, Cuadrillas de Pascua, conjuntos folclóricos, música folklórica, folclore, Murcia.

Aguilandos in Campo de Cartagena

Abstract:The folk ensembles called «Cuadrillas de Animeros», «Cuadrillas de Aguilanderos» or «Cuadrillas de Pascua» can be found in Murcia, Albacete, Almería and Alicante. Their activity is per-formed throughout the year coinciding with important events in the liturgical calendar. In the region of Campo de Cartagena there are many gangs in different rural areas. Carrying out the major part of its activity especially at Christmas, these gangs are known as «Cuadrillas de Pascua». The most impor-tant part of its musical repertoire is «aguilando» or «aguinaldo», Christmas piece bearing the name of the traditional Christmas gift. This paper analyse these pieces in Campo de Cartagena, delving into their music and their origin. Due to further research, historical and social data and a review of the main characteristics of this type of musical ensembles are also provided.

Key words: aguilanderos, aguilando, aguinaldo, Campo de Cartagena, Cuadrillas de Animeros, Cuadrillas de Pascua, folk ensembles, folk music, Murcia, musical ensembles.

* III Congreso Etnográfico Nacional del Campo de Cartagena dedicado a la «Religiosidad Popular en el Campo de Cartagena. El monasterio de San Ginés de la Jara». Cartagena, 24 25 y 26 de octubre de 2012.

** Email: jfelipecl@gmail.com

en el Campo de Cartagena

*

Juan Felipe Cervantes López

Profesor Superior de Musicología **

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INTRODUCCIÓN

Las cuadrillas de «animeros», «aguilanderos» o «de Pascua» son conjuntos musicales procedentes del ámbito rural, muy habituales en gran parte de las loca-lidades de la Región de Murcia, aunque también podemos observar su actividad en algunas zonas de las provincias de Almería y Granada (Las Alpujarras), sur de Albacete, así como en el sur de la provincia de Alicante. Se trata de conjuntos instrumentales y vocales (un coro y un solista como explicaremos a continua-ción). Los instrumentos que portan son de cuerda pulsada –guitarras, bandurrias y laúdes–. En algunos casos incorporan también clarinetes, violines, acordeo-nes e instrumentos de percusión como panderetas, castañuelas, platillos y zam-bomba. El coro, cuya función suele ser cantar los estribillos de las piezas cua-drilleras -aunque no siempre es así- está formado por personas cuyo papel es exclusivamente ese y por los mismos instrumentistas que tocan y cantan a la vez. Todo esto para acompañar a un «guión», que es la persona que canta de forma solista y que improvisa coplas rimadas, es decir, los trovos, entre estribi-llo y estribiestribi-llo. Los trovos en las cuadrillas son repentizados en su modalidad más sencilla, la cuarteta octosílaba simple, procurando que la rima sea conso-nante en versos no correlativos.1El guión además es el encargado de «guiar» a la cuadrilla, valga la redundancia, en la interpretación de un villancico popular de la zona, denominado «aguinaldo», «aguilando» o «pascua». Como norma general, todos los miembros de la cuadrilla no tienen formación musical «culta», aunque en muchos casos si que han recibido clases que les proporcionan las nociones básicas para tocar el repertorio de la cuadrilla.

ORIGEN DE LAS CUADRILLAS

El origen de las cuadrillas es un tema de discusión muy frecuente. Es desco-nocido, aunque intuido, por la escasez de documentación concerniente a esa cuestión. Probablemente el origen de las cuadrillas -o al menos lo que se cono-ce hoy en día de él- está unido al de las cofradías de ánimas. No obstante, es con-veniente realizar una diferenciación entre las Cuadrillas de Hermandad y las Cuadrillas de Pascua, tal y como nos proponen Joaquín Gris Martínez, Emilio del Carmelo Tomás Loba y José Néstor Tomás Loba2: Una Cuadrilla de

Hermandad es aquella que se rige por un reglamento estatutario que la jerarquiza

1 LÓPEZ NAVARRO, Iván y DÍAZ MORENO, Pablo: Manual del Buen Trovero, Hermandad de Nuestra Señora del Rosario, Santa Cruz (Murcia), 2010, p. 93.

2 GRIS MARTÍNEZ, J. (coord.); TOMÁS LOBA, E. C; TOMÁS LOBA, J. N.: Pascuas y

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socialmente y organiza el ritual de la cofradía durante los tres ciclos del año litúrgico. Además, está compuesta por hermanos activos que participan para el buen funcionamiento de la hermandad. Asimismo, una Cuadrilla de Pascua, tam-bién denominadas de «Aguilanderos» o de «Ánimas», no está necesariamente vinculada a una hermandad de ánimas (a pesar de la designación). Limita su acti-vidad al periodo de Naacti-vidad y siendo su ritual más sencillo y extendido en zonas circundantes a pequeñas ermitas o parroquias más pequeñas, a diferencias de las Cuadrillas de Hermandad.3

En cualquier caso, cabe señalar que las cofradías de ánimas son consecuen-cia directa del Concilio de Trento (1545-1563), el cual inició el dogma del culto al Purgatorio, y la necesidad de purificar el alma para no pasar por ese «estadio intermedio». Esto se conseguía mediante una bula papal o, para las clases socia-les menos acomodadas, mediante la recaudación de fondos para las cofradías de ánimas las cuales aseguraban un entierro digno a los miembros de la hermandad. La cuadrilla de hermandad era, entre otras cosas, la encargada de recaudar los fon-dos para la cofradía. Algo similar ocurre con las cofradías del Rosario de la Aurora, cuyo nacimiento es paralelo a las cofradías de ánimas.

Antiguamente, las cuadrillas de aguilando cumplían funciones dentro de un contexto tanto religioso como profano, aunque éste fuera derivado y/o ligado al culto religioso, enalteciendo los rituales litúrgicos y paralitúrgicos con su música en el medio rural. Esto podía ocurrir tanto dentro como fuera del templo, y en romerías y misas al aire libre. Pero además, ejercían funciones sociales en actividades como bailes y misas navideñas. Estas actividades eran de suma importancia dentro de los núcleos rurales donde se desarrolló su actividad y de las cuales dependían las relaciones de los habitantes de los pueblos entre ellos y con la Iglesia. Su período de máxima actividad suele ser el comprendido entre el Adviento y la Festividad de la Candelaria.

Las actividades que se solían llevar a cabo eran las de amenizar bailes festi-vos mediante los denominados «bailes de pujas» o «subastaos». La cuadrilla tam-bién era la responsable de aportar música en rituales litúrgicos y paralitúrgicos. Además era la encargada de recaudar el tradicional aguilando o aguinaldo navideño para las arcas de la iglesia. Esta sería la función primigenia, teniendo en cuenta como se denominan y que esta actividad es –o era– la central de estas cuadrillas. La dádiva navideña le ha dado nombre a la pieza musical que se emplea par tal fin. Estas manifestaciones sociales se han ido perdiendo con los años. A pesar de esto, muchas de las cuadrillas de toda Murcia se han esforzado por no desapa-recer como agrupaciones musicales, aunque muchas de sus finalidades sociales sí lo hayan hecho.

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Uno de los medios de los que se han servido las cuadrillas en los últimos treinta años para su subsistencia son los encuentros de cuadrillas, que son actua-ciones donde varias de ellas se reúnen y suben al escenario habitualmente por turnos para ofrecer sus cantos. Suelen ir acompañadas de un ambiente festivo y distendido, y siempre en fechas próximas a la Navidad. Pueden durar varias horas y pueden ser una actividad complementaria a otras fiestas más importantes como fiestas patronales o romerías tradicionales.

MÚSICA DE LOS AGUILANDOS

Las características musicales de los aguilandos del Campo de Cartagena son sumamente diversas, pero no podemos dejar pasar el hecho de que existen gran cantidad de elementos comunes a todos los niveles, como más adelante observa-remos. En la práctica, esto se traduce en el uso por parte de la mayoría de cuadri-llas de la comarca, de armonías semejantes en todos los casos, agrupaciones instrumentales y vocales prácticamente iguales y, sobre todo, el uso de melodí-as tipo, lmelodí-as cuales suponen un elemento común a la mayoría de lmelodí-as cuadrillmelodí-as que nos ocupan. Está melodía es la característica musical más definitoria de cada pieza de aguilando y de la identidad popular de cada una de las cuadrillas. Todas las cuadrillas cartageneras (como las de otras comarcas murcianas) presentan variantes melódicas propias. Éstas variantes significan para los integrantes de las cuadrillas un rasgo de gran importancia, que identifica, sin lugar a dudas, su pieza de pascua y la distingue de las otras. A pesar de ello, podemos establecer un perfil melódico común a todos los aguilandos del Campo de Cartagena.4

4 Las notas entre paréntesis representa la melodía del aguilando de La Aljorra que, aunque seme-jante, presenta notables diferencias melódicas, estructurales y estilísticas con el resto de aguilandos.

La principal característica estructural de los aguilandos del Campo de Cartagena es su funcionalidad. En este punto también podemos hablar de carac-terística definitorias de cada pieza navideña. Esta vez en menor grado debido a que la estructura musical a menudo se ciñe a los requerimientos del texto de los aguilandos, elemento este mucho más unificado entre las cuadrillas. Por ello, la estructura básica de los aguilandos del la comarca cartagenera se puede resumir como sigue:

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Como se ve, tiene dos secciones principales A y B. Si bien es verdad que el contenido musical (nos referimos a melodías, armonías y compases) de estas secciones cambia notablemente de una cuadrilla a otra, está estructurado de manera muy similar en todas.

Así, la sección A es instrumental y se usa para iniciar el aguilando introdu-ciendo el contenido musical del mismo. A continuación la sección B es emplea-da para que trove el guión y para que el coro ejecute el estribillo (B`). Después se suele retomar de manera instrumental la sección Acon leves variantes, con el fin de dar tiempo al guión a pensar el siguiente trovo, aunque a menudo esta sección se suprime. Este fragmento (el formado por B, B` y A`) se repite tantas veces como deseen los ejecutantes, formando el grueso del aguilando. Cuando se quie-re finalizar la música se quie-retoma por última vez A con ciertas variantes musicales derivadas, esta vez, de su carácter conclusivo.

Armónicamente, los aguilandos del Campo de Cartagena son muy similares entre sí y también comparadas con el resto de sus hermanas de otras zonas de Murcia. La armonía es siempre sostenida por guitarras y, en algunas cuadrillas, con acordeones. Los grados armónicos (acordes) de las cuadrillas cartageneras son los siguientes:

III (do M) VII (Sol M) I (La m) V (Mi M)

Existe una excepción, que es el aguilando de Isla Plana cuyos grados armó-nicos se limitan a I (La m) y V (Mi M), pero bien podría usarse la progresión de acordes anterior ya que los demás elementos musicales (melodía, compás, etc.) son muy similares al resto de cuadrillas del Campo de Cartagena.

En esta progresión se puede observar un juego armónico entre la modalidad-tonalidad que sugiere un origen musical modal, lo cual nos lleva a pensar en repertorios musicales anteriores al siglo XVII.

ORIGEN MUSICAL DE LOS AGUILANDOS

El origen de la música del aguilando murciano es por parte de la mayoría de autores una simple conjetura. Pero no se puede pasar por alto su semejanza con numerosas danzas y «bajos tipo» del Renacimiento, lo cual podría reforzar la hipótesis que la tradición cuadrillero nació en el momento de mayor auge de este tipo de danzas en las cortes españolas.

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Según Manuel Luna la constante aparición de la 3a de picardía, tan frecuen-te en el Renacimiento, nos lleva a considerar el parenfrecuen-tesco probable de estos aguilandos con alguna danza de tipo cortesano, llamada «morisca» o «morisa», más comúnmente denominada «Danza de las Hachas», la cual tiene una estructu-ración armónica muy semejante a los aguilandos murcianos tradicionales. Esto puede observarse en el análisis armónico de un fragmento de la transcripción de «Las Hachas» de Gaspar Sanz.

En la corte de Felipe II fue muy solicitada, incluso el propio monarca la aprendió de un maestro de danza llamado Bárbaro Fernández. Cabe pensar, por tanto, en una recreación sobre tema popular de piezas hispanoárabes cuyo pare-cido a estos aguilandos es más que sospechoso.5

Manuel Luna, tal vez, se quede corto al afirmar que el origen es posiblemen-te la danza de hachas, ya que existieron gran cantidad de bajos ostinatos a lo largo de siglo XVI con dicho esquema armónico. Lo que está claro es que el bajo armónico de los aguilandos de Cartagena, y también de Murcia, están basados un bajo ostinato, que es como se denominaban en la época a progresiones armóni-cas preestablecidas y circulares, característiarmóni-cas de ciertas piezas musicales.

La danza de las hachas, antes mencionada, también resulta ser un bajo

osti-nato, al igual que lo fueron las danzas contemporáneas como la romanesca,

conocida en España como «Guárdame las vacas» o simplemente «Vacas». No obstante, la danza de hachas no tenía porqué seguir esta progresión de acordes. Sin embargo sí que es siempre así en el caso de la romanesca, que además se des-arrolla en un tiempo ternario (como el de la mayoría de aguilandos). A continua-ción se observa un fragmento de la trascripcontinua-ción de «Diferencias sobre Guárdame Las Vacas» de Luis de Narváez (1550-1550), que es un «bajo tipo» muy utiliza-do en España en el siglo XVI. Su esquema armónico y compás coincide con el de romanesca y con el ostinato «las vacas»:

Diferencias sobre Guárdame las vacas. Lluis de Narváez (1550)

5 LUNA SAMPERIO, Manuel: Las cuadrillas del sureste, Trenti antropológica y ediciones etno-murcia, 2000, sin paginar.

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El esquema armónico del bajo Guárdame Las vacas es el siguiente:

III (Do) – VII (Sol) – I (La) – V (Mi) – I (La)

Nótese que es sumamente similar al esquema de los aguilandos del Campo de Cartagena y exacto a la mayoría de cuadrillas de las demás comarcas murcianas. Incluso se pueden identificar algunos elementos melódicos semejantes a los aguilandos.

Por eso cabe relacionar la cuestión armónica con el origen tanto de las cua-drillas como de su música. Encontramos cierta relación entre el origen de las cofradías de ánimas en el siglo XVI con las características musicales de los agui-landos que se conocen hoy. Están claras las similitudes que presentan estos con uno de los ostinatos de moda durante el Renacimiento musical español: la Romanesca o «Las Vacas». El origen de este bajo no está claro, pero sabemos que comienza a aparecer en tratados y libros de vihuela a mediados del siglo XVI, como base para la composición de diferencias o variaciones instrumentales.6

Poco a poco, estas danzas fueron alcanzando gran popularidad, tanto en ambien-tes corambien-tesanos como en otros con menos estatus social, especialmente durante todo el siglo XVII.7Cómo el pueblo llano comenzó a dar uso de ellas es una

cuestión aún sin resolver, mas podemos presumir que esto sucedió al igual que en otras manifestaciones artísticas (literarias, musicales, etcétera): copiando los usos de la nobleza. La similitud con el repertorio de moda en el siglo XVI, muy frecuente también a principios de XVII y su conexión con las cofradías de áni-mas plantea que las cuadrillas surgieron en algún momento situado entre media-dos del siglo XVI y a finales del XVIII, que es cuando tenemos noticias documen-tales de ellas, por lo que el origen de sus aguilandos, probablemente, podemos situarlo dentro de ese período, aunque no descartamos un origen posterior debi-do a la gran difusión que experimentó este repertorio en centurias posteriores.8

CUADRILLAS DEL CAMPO DE CARTAGENA

En la región de Murcia, la mayor concentración de cuadrillas la encontra-mos en la comarca de Lorca y la comarca del Noroeste, lugares donde la tradición

6 CASARES RODICIO, Emilio: Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, Tomo VII, SGAE, Madrid, 2002, p. 939.

7 SADIE, Stanley, y otro: The new Grove Diccionary of Music and Musicians, Oxford University Press, Oxford, 2001.

8 BERLANGA FERNÁNDEZ, M.A; “El bajo Guárdame las Vacas y las música tradicionales en el sureste español”, Revista de Musicología, vol. XXVII n.º1, Sedem, Madrid, 2005, p. 504.

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está aún bastante arraigada. También se pueden encontrar cuadrillas de animeros en las demás comarcas de la comunidad de Murcia, como en la comarca de Cartagena, también denominada Campo de Cartagena. El presente documento se centra precisamente en esta área, concretamente en las cinco cuadrillas que más actividad presentan durante las navidades de entre 2008 y 2011. Estas cuadrillas son las existentes en los siguientes núcleos rurales: Molinos Marfagones, Tallante, Isla Plana, La Aljorra y Perín.

La condición de folklore de las cuadrillas hace que el rastro histórico de la cuadrilla quede casi limitado al testimonio de los propios integrantes de la cua-drilla, siendo su seguimiento documental casi imposible antes de finales del siglo XVIII, como consta en el libro de cuentas de la cofradía de ánimas de la localidad de La Palma, donde se observa un gasto relativo a cuerdas de violín y guitarra para los aguilandos en las últimas semanas del año 1786.

A excepción de este dato, parece que no existe a priori más vinculación entre las cofradías de ánimas y las cuadrillas del Campo de Cartagena. Al menos no entre las cinco arriba mentadas. Parece lógico pues nombrar estas cinco cua-drillas como cuacua-drillas de Pascua.

Las cuadrillas anteriores son las más activas en el Campo de Cartagena, aunque esto no quiere decir que sean las únicas. Existen numerosas cuadrillas en otros núcleos rurales, pero su actividad se suele limitar a las relativas a fechas navideñas en sus propios pueblos. Las cuadrillas de La Aljorra, Perín, Tallante, Isla Plana y Molinos Marfagones, sin embargo, participan en los denominados encuentros de cuadrillas, tanto del campo cartagenero como de otras zonas de Murcia. Todas ellas han sufrido una recuperación en los últimos treinta años, tras la desaparición que la mayor parte de este tipo de conjuntos folklóricos experimentaron entre los años 50 y 70 del siglo XX en toda la región de Murcia. Si bien existen dos excepciones: Isla Plana, que no ha cesado su actividad desde que sus miembros tienen memoria (y es la más envejecida del Campo de Cartagena) y Perín, cuya recuperación fue mucho más tardía, en 2008 después de 47 años de inactividad.

Esto tiene mucho que ver con la edad de sus miembros siendo Perín y la Aljorra las cuadrillas de menor edad media de la zona. Las más avejentadas son Isla Plana y Tallante, seguidas por Molinos Marfagones. La edad media aproxi-mada de las cinco cuadrillas es de unos 45 años. A este respecto cabe mencionar la incertidumbre que expresan muchos de los miembros de las cuadrillas cartage-neras respecto al futuro de las mismas.

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CONCLUSIONES

Como cualquier tipo de música de transmisión oral, la música de los agui-landos está sujeta a un inevitable proceso de cambio, a pesar de estar fundamen-tadas en la tradición. Por paradójico que parezca, el cambio es una de las premi-sas necesarias para la supervivencia de los fenómenos folklóricos sustentados en la tradición oral, en especial los musicales. De este modo, los actuales cua-drilleros del Campo de Cartagena centran la mayor parte de su atención en la organización de los encuentros de cuadrillas como pilar básico de esa adaptación a las necesidades actuales del folklore.

Los encuentros son el motor por el que se recuperan, en muchas ocasiones, rituales paralitúrgicos que han estado vinculados siempre a las cuadrillas y que desaparecieron o estuvieron al borde de la desaparición por la ausencia de signi-ficado cultural o social que conllevó el éxodo sufrido por los núcleos rurales durante las décadas de 1950 y 1960. Por ello los encuentros de agrupaciones fol-klóricas que surgieron raíz de la primera Fiesta de Cuadrillas de Barranda, en 1979, se han convertido en el principal elemento de supervivencia de las cuadri-llas, no sólo en Cartagena, sino también en otros muchos lugares de Murcia y Albacete.

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