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LA BÚSQUEDA DEL CRISTO RESUCITADO

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Academic year: 2021

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LA BÚSQUEDA DEL CRISTO RESUCITADO

Esteban: Durante la semana santa y su culminación en el domingo de resurrección se realiza muchas búsquedas, sin embargo la más determinante de todas es la del Cristo resucitado, puesto, como diría el Apóstol Pablo: “Si Cristo no ha resucitado nuestra fe no sirve de nada”.

Creo que la gente llega a esta época del año buscando diferentes cosas pero si no buscamos a Cristo en esta situación... ¿qué es lo que estamos buscando en definitiva? ¿cuál es el significado de esta fiesta que se ha instalado tan fuertemente en nuestro mundo?

Salvador: Bueno es muy interesante lo que estás planteando y yo quisiera que lo estuviésemos viendo desde el punto de vista histórico. Vamos a estar mirando el día eje de toda la historia, el día de pascua. El domingo, ¿cómo amanece?

Cuando amanece ese domingo de resurrección, tres mujeres se levantan temprano y antes que amanezca salen de la casa, vestidas de negro, con la cabeza cubierta, con ungüentos para conservar el cadáver y van a la tumba de Jesús. Dos hombres se levantan, están en Jerusalén, se miran y dicen ¿qué estamos haciendo aquí? Y deciden hacer el viaje de regreso a su aldea que es Emaús. Allí comienzan el camino de retorno. Los once apóstoles que quedan (porque Judas se ha suicidado) unidos por el miedo, están trancando las puertas del lugar donde están reunidos, pensando en las consecuencias, en las posibles represalias, y hay quien dice que si hicieron eso con Jesús que no harían con ellos. Y uno de ellos, Tomás, deserta y se va sólo. Allí tenemos todo un todo un cuadro, así empezó ese día, hay tres mujeres que están buscando la muerte, dos que se alejan de Jerusalén porque ¿qué vamos a seguir haciendo aquí? Un grupo que está temeroso en aquel lugar, en pocas palabras todos los sentimientos que tienen son negativos. El domingo de resurrección amanece bastante negativo para todas las personas. No miremos el sepulcro vacío, miremos como estaba la gente. Entonces sucede algo bien interesante en lo que va desde ese momento en adelante, es que ninguno de ellos, ninguna de estas personas que hemos mencionado, que eran seguidoras de Jesús, ninguno sale a buscar a Jesús. Por el contrario, es el mismo Jesús quien sale a buscar a todos ellos. Miremos a los dos que salen por el camino de Emaús... ¿por qué se van por ese camino? Emaús es una aldea que está a unos once kilómetros de Jerusalén, once kilómetros en aquel momento es una distancia larga. Dos le ponían entre dos y tres horas de camino, van hacia esa aldea, porque se van hacia esa aldea, ellos lo explican, porque esperaban que Jesús era quien iba a salvar a Israel y ahora: “se terminó todo”. “Nosotros esperábamos”, quiere decir que ellos estaban decepcionados, eran personas decepcionadas, que no es lo mismo que decir: “me siento engañado”, si alguien me promete algo y no cumple, me engañó y me siento engañado, yo esperaba algo y no se dio por ese lado. Para ellos había una promesa implícita de que Él transformaría todas las cosas, entonces no puede decir me siento engañado, tiene que decir en cambio, estoy decepcionado con esto. La decepción es una constante en la vida de los hombres, porque nos decepcionan los políticos, nos decepcionan los amigos, nos decepcionan los vecinos, nos decepcionan los colegas, quiere decir que es algo constante, y es una situación bastante dolorosa y hay

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decepciones religiosas, cuando uno va a un determinado movimiento religioso y le prometen

soluciones mágicas, dinero, etc., son decepciones. Quiere decir que ellos dieron vuelta a la pascua y a la resurrección porque estaban decepcionados y Jesús los sale a buscar. Los efectos de la decepción son tremendos. Shakespeare en una de sus tragedias, Julio César; está rodeado de conspiradores que lo apuñalan, y el último que llega es Brutus el hijo de Julio César, y él clava también el puñal y

Shakespeare pone en el nombre de Julio César una frase: “Tu también Bruto, tu también” e

inmediatamente dice: “muere César” y se muere, y esa frase “tú también Bruto” deja entrever que no lo mataban los puñales sino que lo mataba la decepción, porque dice: “tú también Bruto” y era el hijo, y entonces dice: “muere César”. Y lo hace como una afirmación, lo hace como una afirmación, como diciendo: “acá se acabó” creo que la decepción produce angustia tristeza y luego genera muerte, quiere decir que los que están ahí están decepcionados.

La resurrección de Jesús ¿qué es lo que trae? Trae un mensaje para los que están decepcionados, para hacerlos volver a la realidad de que uno puede decepcionarse de muchas cosas, pero hay algo que nunca jamás decepciona, la persona de Jesucristo, entonces Jesús lo sale a buscar en el camino. Jesús no espera que estos decepcionados reaccionen y vuelvan, sino que se adelanta a ellos, se adelanta a la decepción y se pone al lado de ellos, y al hacerlo, los convoca a volver. La pascua tiene eso, es Jesús convocándonos a salir de esos caminos destructivos que puede ser la decepción (fue el primero en mencionar, pero podemos mencionar otros, pero retornemos, y hagámoslo para encontrarnos con una respuesta diferente a la que tenemos. Si vemos a los discípulos veremos que los a cita a todos en el mar de Galilea y cuando están en el mar de Galilea, siete están en una barca y se van a pescar

nuevamente. Jesús los había sacado de una barca, había dicho “ustedes serán pecadores de hombres”. Pero vuelve.

Sabemos por lo menos el hombre de cinco: Pedro, Tomás, Juan, Jacobo y Natanael. Cinco de los discípulos están metidos en la barca, hay dos más que no sabemos quiénes son, pero son la gran mayoría. Porque llegaron a eso si ya habían visto a Jesús, es porque están desalentados, se han decepcionado consigo mismos, y cuando esto sucede uno se desalienta, y desalentarse es perder el aliento, perder la vida, perder el impulso vital, ellos están desalentados, se decían: “no servimos para esto” entonces vuelven a las redes, vuelven a la pesca y caen en el pantano del desaliento. Esta frase no es mía, es Juan Bunyan en el peregrino. Cuando dice que el cristiano va buscando la ciudad celestial y cuando la va buscando, bordea un pantano hasta que se descuida y se cae dentro, y yo creo que estos se cayeron en el pantano del desaliento, y bastó que Pedro dijera voy a pescar para que seis más dijeran nosotros vamos también, y se fueron, se plegaron, y ese plegarse es un acto de

renunciamiento, fuimos llamados a pescar pero Jesús no va con nosotros y esos discípulos están físicamente en una barca, pero espiritualmente están en el pantano del desaliento y Jesús los sale a buscar, sale a buscar a los desalentados, hay que hacerlos volver ellos no lo van a buscar a Jesús desde el desaliento, como tampoco lo fueron a buscar los del camino de Emaús, es Jesús el que los sale a buscar, en la pascua el resucitado sale a buscarnos a nosotros para que nosotros nos encontremos con Él, para revertir este proceso.

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Nosotros en este momento estamos saliendo por radio... ¿cuántos de los que están del otro lado están decepcionados o están desalentados? ¿cuántos? Y pasaron a lo mejor esta pascua pero siguen a lo mejor en el pantano del desaliento, y es importante entender que Jesucristo vino para darnos vida, y vida es justamente todo lo contrario a desaliento, porque el aliento es justamente el hálito de la vida, desaliento es justamente que no tengo el hálito de la vida, Jesucristo viene para darnos el hálito de la vida, para levantarnos de todo eso y ese es justamente el desafío espiritual que tiene justamente la pascua.

Esteban: Hacemos una pausa, estamos mirando justamente como en esta búsqueda del Cristo resucitado, no fueron los discípulos, sino que fue Cristo mismo quien salió a buscarlos, estamos en Tierra Firme y ya volvemos.

PAUSA...

Esteban: ¿Qué estamos buscando en este tiempo que recordamos la resurrección de Cristo? Tal vez usted no busca nada, porque como decía Salvador, antes, está como estos discípulos, que estaban decepcionados y desalentados, por lo cual, lo que se precisa es que alguien los busque, y desde aquí estamos tratando de darle las pistas, de como Jesús, el Cristo Resucitado, nos está buscando a cada uno de nosotros Salvador.

Salvador: Y no solamente a los desalentados y a los decepcionados, yo creo que también a los

fracasados. Y aquí ya entramos a un tema distinto. Pedro era un discípulo fracasado, negó a Jesús, y la palabra fracaso no la conoció Pedro, porque la palabra en nuestro idioma es nueva, antes se hablaba de ruina, de desastre, de pérdida, no se hablaba de fracaso, cien años después del descubrimiento de América, aparece la palabra en el Español, viene del italiano: “fracasare” que es “romperse algo haciendo mucho ruido, estrepitosamente”, y en el español comienza describiendo los naufragios, el barco se estrellaba contra un escollo por ejemplo, la tempestad lo hacía pedazos, y decía el barco fracasó...

Esteban: Interesante la aplicación.

Salvador: Esa palabra pasó después a los humanos, cuando tomamos un rumbo equivocado y nos “estrellamos”, en esos casos decimos: “fracasamos”. Pedro tomó un rumbo equivocado y se estrelló, fracasó, aunque no conocía la palabra conocía los efectos del fracaso. Cuantos hay que fracasan económicamente porque un negocio que pensaban les darían ganancias le dió pérdidas. ¿Cuántos fracasan emocionalmente porque su matrimonio ha fracasado? ¿Cuántos fracasan laboralmente porque pierden el empleo, en el cual habían puesto todas sus esperanzas? ¿Cuántos fracasan espiritualmente?.... quiere decir que todos estos son fracasos personales. Pedro había naufragado personalmente...¿por qué? Porque Jesús lo llamó para que lo siguiera, él le había dicho yo no te voy a negar nunca y sin embargo lo negó a Jesús. Todos tenemos fracasos en la vida. Tenemos fracasos espirituales o fracasos económicos o laborales, o todos juntos...no hay quien pueda decir: “yo triunfé en todo” siempre hay algún fracaso. Hay quien tiene la capacidad de levantarse y hay otros que no pueden hacerlo y sienten que un fracaso los instala en el lugar de los fracasados, es distinto todo eso, una cosa es el fracaso y otra cosa es estar en el lugar de los fracasados. Pedro se había instalado en el

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lugar de los fracasados, había tenido un fracaso solamente, pero se había instalado en el lugar de los fracasados. Y a pesar de haber estado con el Jesús resucitado agarró la barca y se los llevó a todos porque él había tenido un fracaso que lo llevó a pensar que había fracasado. Y Jesús sale a buscarlo. Jesús sale a buscar al hombre fracasado que había tomado la barca y salió a pescar para hacerlo mirar hacia adelante, esto se ve en su diálogo, lo hace mirar hacia adelante, no le habla nada del pasado, le dice: “¿me amas? Apacienta mis ovejas (futuro)” le dice esto porque Pedro ya pasó por el pasado y sacó malas conclusiones. La conclusión era que ese pasado lo tenía estacionado, había fracasado. Pero Jesús le dice que no, le dice que es un fracaso, y entonces podemos proyectarnos hacia adelante. Yo creo que el gran mensaje que nos trajo la pascua y Jesús resucitado, es justamente que Jesús resucita no para hacer milagros espectaculares que deje a todo el mundo con la boca abierta, sino que como Él fue muerto por nuestros pecados, resucita para nuestra eterna justificación, para que

nosotros podamos levantarnos.

Jesús sale al encuentro de los decepcionados y de los fracasados para decir: “miren, yo me levante de los muertos, miren que yo estoy presente, miren que yo puedo darles una nueva vida, no se olviden de esto”. Y toma a los que están de camino a Emaús y los hace retroceder, y tienen una nueva vida y nueva alegría, y toma a los siete que están pescando, y les muestra que con esa pesca nunca tendrán qué comer pero que si lo siguen a Él la vida sería distinta, y lo llama a Pedro y le propone lo mismo, y a las mujeres que estaban en el sepulcro también las sale a buscar. Es decir, Jesús sale a buscar a los que sufren, a los que están decepcionados, a los desalentados, a los fracasados, les dice: “miren les daré una nueva vida” si alguno recibe a Cristo es un nuevo ser, su vida puede cambiar, las cosas viejas se pueden dejar atrás, el asunto es que yo pueda acercarme a Jesucristo y decir, señor estoy desalentado, estoy decepcionado y estoy entristecido...necesito una nueva vida. Jesús muere y resucita para eso, creo que recién entramos al verdadero espíritu de la pascua cuando entendemos que Jesús vino para eso, para cambiar realmente nuestra vida, para cambiar lo que nosotros somos, para hacer de nosotros una nueva persona.

Seguramente todos habrán visto a los pintores callejeros que se sientan en una plaza y pintan un retrato en forma rápida, salió en Buenos Aires uno de esos pintores, y se paró en la plaza, con tablero, hoja en blanco, lápiz y nadie paraba, entonces se dieron cuenta que si le mostraba un retrato nadie iba a pararse a ver el retrato , pero quien se iba a parar, y cuando pasaba por allí le dijo: “no quiere que le haga un retrato”. Lo mira y se sienta y entonces lo empieza a dibujar y cuando termina, dice aquí está el retrato, y entonces el hombre lo mira y dice: “ese no soy yo” entonces el retratista comienza nuevamente a mirar el retrato, y lo ha retratado sin barba, peinado, sin la ropa caída, y entonces le dice: “es verdad, este es el hombre que usted todavía puede llegar a ser” y yo creo que en la

resurrección Jesús nos dice este es el hombre que usted puede llegar a ser. Yo creo que Dios tiene un retrato de nosotros perfecto. Ese retrato yo no lo veo, pero Dios lo tiene, y Dios me propone a través de la resurrección que yo llegue a ser eso que todavía puedo llegar a ser, y así como los discípulos que iban camino a Emaús, Él les dijo que tenía un retrato de ellos, no el retrato de los decepcionados que se van, y fue a los siete y les dijo: “yo no tengo un retrato de siete pescadores” y fue a Pedro y le dijo: “mira, yo no tengo un retrato tuyo de un hombre limitado, tengo un retrato tuyo de un hombre

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perfecto y yo quiero que cumplas ese retrato”, y por eso lo fue a buscar. Y yo creo que en el espíritu de la pascua está Jesús viniéndonos a buscar para que podamos ser el hombre y la mujer que todavía podemos llegar a ser.

Esteban: Así que en esta celebración, más que salir a buscar a Cristo, Él nos está buscando a nosotros. Salvador: Si, y tenemos que responder cada uno de nosotros. Cuando alguien busca es porque ama, es porque está creyendo que hay una posibilidad y nosotros somos los que tenemos que reaccionar y encontrarnos con Él.

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