• No se han encontrado resultados

Israel y Palestina: entre la existencia y la resistencia

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2020

Share "Israel y Palestina: entre la existencia y la resistencia"

Copied!
134
0
0

Texto completo

(1)UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI SALERNO - ITALIA - UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA. “Israel y Palestina: Entre la existencia y la resistencia”. TESIS DE MAESTRÍA Presentada por: Juan Carlos Caita Moreno. Dirigida por: Dra. Carmen Scocozza. Bogotá, D.C., 23 de Junio de 2016. 1.

(2) 2.

(3) Dedicatoria * En justa retribución, agradecimiento y obediencia, dedico la presente Tesis de Maestría a mi pequeño hijo Yohanán Itzyak, pues Hashem me bendijo aquél 11 de mayo de 2015. Gracias porque trajiste todo el amor y la felicidad a mi hogar, mi más preciado tesoro. * A mi amada esposa Ruth (Mahanaim), mujer virtuosa, por su incansable amor, esmero y dedicación. “Un hombre puede ser pobre en términos de posesiones materiales, pero si Hashem lo ha bendecido con una buena mujer, no se sentirá carente de nada” (Menorat HaMeor). * A mi querida madre Susana, por haberme dado la vida, por su amor, comprensión y paciencia.. 3.

(4) Agradecimientos Mis más sinceros agradecimientos a: El Eterno de Israel: Hashem Avinu Melejam lagim. * Mi Directora de tesis: Dra. Carmen Scocozza, gracias por su valiosa orientación y amistad, sus indicaciones y consejos supieron darle a nuestra tesis no solo la rigurosidad científica del caso, sino también, la mayor imparcialidad y objetividad posible. Los docentes que dejaron huella en mí: * Dr. Antonio Scocozza, orgullo del pueblo napolitano, la ringrazio molto per i suoi insegnamenti, gracias por comprender y defender a ultranza el verdadero significado de la Shoah. Jamás había escuchado hablar a alguien no judío con tal respeto, reverencia y pasión frente a la mayor atrocidad de la humanidad cometida en contra del Pueblo Judío. * Dra. Lucia Picarella, siempre dispuesta a ayudar, siempre elegante y alegre, gracias porque el esfuerzo académico fue grande y exigente. * Dr. Víctor Rafael Martín Fiorino, el filósofo de la negociación, gracias por permitirme concebir de manera distinta el concepto de conflicto, a su lado aprendí la práctica noción aristotélica de “frónesis”.. …la pace sia con tutti in nome di Hashem….. 4.

(5) “El antisemitismo es un espejo donde se reflejan los defectos de los individuos, de las estructuras sociales y de los sistemas estatales. Dime de qué acusas a un judío y te diré de qué eres culpable”. (Vasili Grossman: Periodista, escritor y corresponsal de guerra ruso).. “La paz llegará, cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros”. "Nosotros los judíos tenemos un arma secreta en nuestra lucha contra los árabes; no tenemos otro lugar a donde ir.” (Golda Meir: Política, diplomática y estadista israelí).. “Israel no fue creado con el fin de desaparecer -Israel perdurará y florecerá. Es el hijo de la esperanza y el hogar de los valientes. No puede ser roto por la adversidad, ni desmoralizado por el éxito. Lleva el escudo de la democracia y la honra de la espada de la libertad”. (John Fitzgerald Kennedy: Trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos).. 5.

(6) Tabla de contenido. Portada Dedicatoria Agradecimientos Frases alusivas Introducción. 9. Capítulo I. 13. 1. Diseño metodológico. 13. 1.1. Tipo de investigación. 13. 1.2. Contexto de investigación. 13. 1.3. Instrumentos de investigación. 13. 1.4. Proceso de análisis de la información. 15. 1.5. Variables de análisis. 15. 1.6. Fases de investigación. 17. Capítulo II. 18. 2. Orígenes, causas y efectos del conflicto entre Israel y Palestina. 18. 2.1. Orígenes del conflicto. 19. 2.2. Sionismo judío. 25. 2.3. Nacionalismo árabe. 30. 6.

(7) 2.4. Efectos y consecuencias. 32. 2.5. El terrorismo como efecto central del conflicto. 35. 2.6. Cinco Aspectos que condicionan los efectos del conflicto. 39. Capítulo III. 47. 3. La narrativa israelí versus la narrativa palestina. 47. 3.1 El nacionalismo dentro del conflicto. 47. 3.2. La izquierda y la derecha en Palestina. 47. 3.3. La intervención internacional en el desarrollo del conflicto. 48. 3.4. Fraccionamiento y medios de ataque entre los bandos. 55. 3.5. Posibles salidas al conflicto. 55. Capítulo IV. 58. 4. Sionismo y Estado judío. 58. 4.1. Orígenes del sionismo. 58. 4.2. Generalidades del sionismo judío. 60. 4.3. Objetivos del sionismo. 67. 4.4. Concepción actual del sionismo en el mundo. 79. Capítulo V. 79. 5. Geopolítica y geoestrategia de Israel y participación de Estados Unidos. 79. 5.1. Las fronteras del Estado de Israel. 80. 5.2. Los recursos naturales. 83. 5.3. La Franja de Gaza. 86. 7.

(8) 5.4. El terrorismo como medio para mantener la hegemonía en la región. 88. 5.5. El papel de Israel en el contexto actual de inseguridad en la región. 89. 5.6. Relación entre Estados Unidos e Israel. 90. Capítulo VI. 99. 6. Resurgimiento y auge del antisemitismo mundial. 99. 6.1. Tipología e historia del antisemitismo. 100. 6.2. El antiisraelismo: la nueva cara del antisemitismo. 103. 6.3. Posibles soluciones al conflicto. 116. Conclusiones. 125. Bibliografía. 129. 8.

(9) Índice de tablas Tabla 1. Variables de investigación .................................................................................... 15 Tabla 2. Fases y descripción ............................................................................................... 17 Tabla 3. Percepciones en torno a las fronteras de Israel ..................................................... 87. 9.

(10) Introducción El conflicto entre Israel y Palestina se caracteriza por sus múltiples dimensiones, sus justificaciones morales y éticas y sus componentes de tipo religioso, social, económico y geopolítico, que en conjunto han establecido las bases de una larga guerra en la que se utilizan sistemáticamente diferentes formas para hacer daño y debilitar al enemigo. En este conflicto, existen dos movimientos nacionales que han construido su historia a partir de sus propias vivencias, de su lógica interna y de sus valoraciones sociales y religiosas sobre la vida y el territorio. Estas historias se encuentran entrelazadas en el conflicto, hasta el punto en que hoy en día son inseparables y definen la trama de una guerra que pareciera no tener final. La guerra entre Israel y Palestina se considera como uno de los conflictos más complejos, largos y devastadores que han existido a escala mundial. Desde sus comienzos, hace más de seis décadas, se ha convertido en la disputa más emblemática de Oriente Medio y ha generado frecuentes episodios de violencia en la región. Las dinámicas de la disputa por un territorio se han caracterizado por una enorme complejidad, en la que frecuentemente cambian y se modifican las fronteras y se establecen zonas de autonomía ilimitada. En los ámbitos político e internacional se han hecho intentos que en vano han tratado de alcanzar la paz entre ambos pueblos y se han promovido conferencias y fechas para establecer nuevos acuerdos que nunca se concretan ante las emergencias de la guerra y del terror. Sin duda alguna, las dificultades para terminar el conflicto se derivan de la multiplicidad de factores que lo caracterizan y de la variedad de componentes etnológicos y etiológicos que han suscitado diferencias irreconciliables entre los pueblos, ante las cuales ha resultado muy difícil encontrar soluciones. Particularmente, uno de los fenómenos que ha caracterizado el origen y el desarrollo del conflicto entre Israel y Palestina es la fuerte defensa del sionismo, por parte del Estado de Israel, como un movimiento político que propugna por fundar y establecer un Estado propio,. 10.

(11) legítimo y soberano para los judíos, en contra de un creciente desarrollo del antisionismo del pueblo palestino. En el antisionismo se recogen los principios de antiguos modelos históricos antisemitas, basados en la segregación y en la discriminación, que se incluyen en las dinámicas propias de la guerra y forjan un rechazo mundial hacia los objetivos políticos e ideológicos de Israel, marcado por un fuerte sentimiento racista. Por tanto, el fenómeno del antisemitismo, justificado en contra del desarrollo de los principios sionistas en Israel, es clave en el análisis de las causas, la etnología y la etiología del conflicto entre Israel y Palestina. Es importante examinar las fuentes que han dado origen a los sentimientos antisemitas en contra de la ideología israelí y que se han extendido y popularizado internacionalmente, propagando la idea de que el origen del conflicto es el pueblo Israel, debido a sus pretensiones imperialistas y dominantes que deslegitiman, en suma, la intención primordial de formar un Estado judío libre, autónomo y soberano. De acuerdo con la problemática planteada, el objetivo central de la investigación es analizar el contenido etnológico y etiológico del conflicto entre Palestina e Israel y determinar las causas y las razones de una disputa que sigue teniendo grandes repercusiones internacionales, mediante una perspectiva en la que se incluyan los aspectos relacionados con la raza, la tradición, la religión y la historia. Para ello, es preciso analizar si las acciones de defensa desplegadas por Israel en contra de Palestina son desproporcionadas y examinar las razones y argumentos internacionales, que han desencadenado y creado un rechazo general a la causa de Israel, sentimientos que han rebasado el límite de la incompatibilidad ideológica y política y que se han convertido en una nueva expresión histórica del racismo y del antisemitismo. Igualmente, se tendrá en cuenta la noción según la cual el sionismo no es una ideología que responda de manera adecuada a las pretensiones ideológicas y religiosas del judaísmo, para determinar de esta manera las diferencias entre el antisionismo y el antisemitismo, cuyo. 11.

(12) análisis permitirá comprender de una manera más adecuada los fundamentos y el desarrollo del conflicto, así como las razones que tiene Palestina para atacar al pueblo israelí. Para cumplir con el objetivo de la investigación, se debe caracterizar la historia del conflicto entre Israel y Palestina, precisar sus orígenes, principios, etnología y etiología. También es relevante analizar los esfuerzos, políticas e ideologías que Israel ha promovido en cada una de las guerras libradas contra Palestina y determinar si existe algún escenario político y social en el que ambas naciones tengan la posibilidad de coexistir pacíficamente. Por medio de este análisis, finalmente, es posible examinar la ponderación entre el derecho legítimo de Israel a defenderse y una eventual desproporción en las acciones de defensa desarrolladas contra Palestina. El estudio se divide en seis capítulos. En el primero se presenta la metodología y el proceso que se utiliza para obtener y analizar la información, a partir de una detallada y cuidadosa revisión de literatura. En el segundo se analizan las causas, orígenes y efectos del conflicto árabe-israelí, para ofrecer un panorama completo que permita contextualizar las problemáticas en torno a la guerra. Posteriormente, en el tercer capítulo se examinan las motivaciones de las causas israelí y palestina, teniendo en cuenta la percepción de la comunidad internacional. Adicionalmente, se examina el sionismo judío como elemento fundamental del conflicto, teniendo en cuenta sus orígenes, preceptos y las críticas que ha recibido a lo largo de los años. En el cuarto capítulo se realiza el mismo análisis con el nacionalismo árabe, que ha entrado en pugna con el sionismo judío, en medio de una lucha impregnada de elementos religiosos, políticos y culturales que en gran medida sirven para explicar las dimensiones y dinámicas del conflicto. En el quinto capítulo se hace un análisis sobre la geopolítica de la guerra, teniendo en cuenta que, en última instancia, los actores disputan un territorio en concreto, que ambos se atribuyen como propio. En relación con la geopolítica, también se examina la relación de Estados Unidos con Israel, que también ha sido determinante para el desarrollo de los eventos más recientes en este sentido. Finalmente, en el sexto capítulo se elabora y se argumenta la hipótesis central del estudio, según la cual el antisemitismo es un componente clave que. 12.

(13) impide llegar a una salida negociada para la paz, en la medida en que es un sentimiento lleno de prejuicios, rencores y odios hacia el pueblo judío y la causa israelí, que trata de impedirle a toda costa la conformación de un Estado libre y soberano en Israel.. 13.

(14) Capítulo I 1. Diseño metodológico. 1.1. Tipo de investigación La investigación se define como un estudio documental, de tipo cualitativo, con enfoque descriptivo, involucrando métodos de recolección de datos. El objetivo principal, desde el punto de vista metodológico, es desarrollar un análisis, a partir de unos instrumentos concretos y de una investigación teórica previa, en torno al conflicto entre Israel y Palestina, establecer sus orígenes, causas, etnología, etiología y analizar los esfuerzos, políticas e ideologías que Israel ha promovido en cada una de las guerras libradas contra Palestina. 1.2. Contexto de investigación El estudio documental se enfoca en analizar el contenido etnológico y etiológico del conflicto entre Palestina e Israel, determinando las causas y las razones de un conflicto que sigue teniendo grandes repercusiones internacionales, mediante una perspectiva que incluya los aspectos relacionados con la raza, la tradición, la religión y la historia. El largo conflicto entre las dos naciones se ha caracterizado por una enorme complejidad, en la que frecuentemente cambian y se modifican las fronteras, se establecen zonas de autonomía ilimitada, se hacen intentos políticos e internacionales que en vano tratan de alcanzar la paz y se definen conferencias y fechas para establecer nuevos acuerdos que nunca se concretan ante las emergencias de la guerra y del terror. 1.3. Instrumentos de investigación Un estudio documental debe realizarse de manera sistemática, por medio del registro de la información y de las fuentes consultadas. En este sentido, las fuentes primarias para obtener la información son estudios teóricos en los que se analizan las casusas y el desarrollo del conflicto entre Palestina e Israel, con el fin de examinar la ponderación entre el derecho. 14.

(15) legítimo de Israel a defenderse y una eventual desproporción en las acciones de defensa desarrolladas contra Palestina. 1.4. Proceso de análisis de la información Para cumplir con los objetivos de la investigación, se siguen algunos puntos que facilitan la organización del estudio. Se realiza un seguimiento teórico que orienta los intereses y permite la adquisición de conocimientos básicos y facilita la construcción de objetivos y categorías que enfocarán el desarrollo del estudio. Luego se consultan estructuras, contenidos y tendencias de referencias existentes que aportan y mejoran el contenido de la investigación, con el fin de analizar las causas y las razones del conflicto entre Palestina e Israel, en los campos histórico y conceptual. Posteriormente, se define el instrumento que se va a utilizar, que consiste en una ficha de recolección de datos, en la que se registra la información bibliográfica de cada referencia consultada. Una vez se cuente con el registro sistematizado de las fuentes de información, se procede a realizar el análisis del contenido y a presentar los resultados del estudio documental, de acuerdo con los objetivos y con las variables de análisis que se definen a continuación. 1.5. Variables de análisis A continuación, en la tabla No. 1 se muestran las variables de análisis de la investigación, con su respectiva descripción y definición. Tabla 1. Variables de análisis. Variable. Descripción. Función. Antecedentes y causas del Analizar la posición que Por medio de esta categoría conflicto árabe-israelí.. sostenían los actores antes es posible analizar, de una. 15.

(16) de iniciar el conflicto, es manera. objetiva,. las. vital para establecer las distintas motivaciones que causas y los antecedentes han tenido cada uno de los que abrieron el camino para actores para participar en el la primera confrontación conflicto, directa.. lo. cual. es. fundamental para analizar su desarrollo y las distintas razones que se involucran en él y que responden a los planos político, económico, social, cultural y religioso.. Componentes religioso y Una de las principales bases Permite cultural del conflicto.. del. desarrollo. de. confrontaciones. reconocer. que,. las aunque el pueblo de Israel entre ha. utilizado. medios. Palestina e Israel es una violentos y terroristas que no incompatibilidad religiosa, son compatibles con sus cargada de un excesivo pretensiones y principios fundamentalismo, en medio religiosos. es. importante. de la cual se han producido entender la legitimidad de su diferentes. confrontaciones cultura y de su religión.. de tipo armado en las últimas décadas.. Política y gobierno de los Explicar la manera como Esta Estados en conflicto.. operan políticas. las. variable. instituciones función. en Palestina. de. tiene. la. explorar. el. e desarrollo institucional y el. Israel, mediante el análisis comportamiento de. la. ideología,. 16. de. las. la políticas sociales, religiosas,.

(17) constitución, el Gobierno económicas y culturales de parlamentar,. la. división ambos Estados a lo largo del. política, los intereses y la conflicto. maquinaria gubernamental.. 1.6. Fases de investigación La investigación se desarrollará a partir de cuatro fases, como se muestra en la tabla No. 2. Tabla 2. Fases y descripción Fases. Descripción. Recopilación y análisis de. Esta fase inicial parte de una investigación. documentación teórica.. teórica sobre el conflicto entre Israel y Palestina,. que. busca. determinar. sus. orígenes, causas, etnología y etiología.. Aplicación de instrumentos.. En la segunda fase, se aplican los instrumentos. útiles para recolectar. y. registrar la información. Análisis de resultados.. En esta fase se analizará la información a la luz. de. las. variables. previamente. desarrolladas y se presentarán los resultados que se obtuvieron a partir del análisis documental.. 17.

(18) Capítulo II 2. Orígenes, causas y efectos del conflicto entre Israel y Palestina Israel y Palestina han sufrido por más de cincuenta años los efectos de un conflicto armado, manifestado en un tipo de violencia de intensidad variable, caracterizado principalmente por sus diversas modalidades, dimensiones, rostros, formas de infundir el terror, maneras de expresar los ideales, de presionar al Estado y de imponer la autoridad en las respectivas regiones de cada país.1 Las transformaciones ideológicas y políticas de los bandos, la diversidad de los actores y sectores políticos, religiosos y sociales que hacen parte del conflicto, además de las estrategias y formas de conducir la guerra, han contribuido al desarrollo de las diferentes facetas de la violencia, representadas por innumerables perpetraciones que han generado graves consecuencias para la estabilidad y seguridad en la región. Por otro lado, las distintas manifestaciones del conflicto, implican ante todo un desafío para las organizaciones de derechos humanos y para la comunidad internacional, que deben entender su complejidad y su carácter multidimensional, rastrear sus orígenes y analizar su desarrollo, con el fin de diseñar acciones y políticas efectivas que ayuden principalmente a reducir los efectos de la violencia sobre la población civil. En cada una de las fases del conflicto en Medio Oriente, se han producido reacciones en los países árabes e islámicos que han conducido a actos violentos en contra de los judíos o a intensas manifestaciones de violencia verbal que deslegitiman al judaísmo, de tal manera que se ha establecido una conjugación entre los argumentos que existen en contra del judaísmo, del sionismo y del Estado de Israel.2 Según lo anterior, el fenómeno del antisemitismo, generado en contra del desarrollo de los principios sionistas en Israel, es clave en el análisis de las causas, la etnología y la etiología del conflicto entre Israel y Palestina.. Véase K. Christison, “Perceptions of Palestine: Their Influence on U.S. Middle East Policy”, en University of California Press, 2, 2011, pp. 56-67. 2 M. Tessler, “A History of the Israeli-Palestinian Conflict”, en Arab and Islamic studies, 4, 1994, p. 19. 1. 18.

(19) Para Weinstock3 a lo largo de diferentes lugares y en diversos momentos históricos se han planteado soluciones para finalizar el conflicto, acudiendo a simples llamados para que los palestinos detengan las acciones de terror, para que los israelíes finalicen con la creación y expansión de sus colonias en territorio palestino y para reiniciar la cooperación en seguridad o establecer un periodo de enfriamiento y de cese al fuego. Sin embargo, dichas peticiones no son soluciones efectivas y lo único que han conseguido es alargar y recrudecer el problema. La solución, por tanto, no debe partir de analizar qué Estado tiene la culpa, cuál tiene más derechos y cuál debe ceder, sino que debe generarse a partir de un análisis que permita tocar los grandes problemas de fondo y los orígenes y consecuencias del conflicto, partiendo de los siguientes escenarios: la creación del Estado palestino, el estatus de Jerusalén y el tema de los refugiados y de las colonias judías. De esta forma, es importante examinar las causas de los sentimientos antisemitas en contra de la ideología israelí, que se han extendido y popularizado en el contexto internacional y que propagan la idea según la cual el problema del conflicto es el pueblo de Israel, debido a sus pretensiones imperialistas y dominantes que deslegitiman, en suma, la intención primordial de formar un Estado judío libre, autónomo y soberano. Teniendo en cuenta lo anterior, a continuación se analizan los orígenes, causas y efectos del conflicto, con lo cual se podrá generar un conocimiento apropiado en torno a las razones de tipo social, político, cultural y religioso que han motivado el largo desarrollo de las confrontaciones y que permitirán concretar los objetivos de la investigación. 2.1. Orígenes del conflicto Existen diferentes interpretaciones en torno al origen específico del conflicto entre Palestina e Israel, que lo sitúan en diferentes momentos históricos. Algunas interpretaciones aluden a la expulsión de población judía del territorio de Palestina a manos del Imperio romano en los 3. N. Weinstock, El sionismo contra Israel. Una historia crítica del sionismo, Editorial Fontanella, Barcelona, 1970.. 19.

(20) comienzos de la Era cristiana.4 Otras hacen referencia al fenómeno de la inmigración judía a Palestina, a finales del siglo XIX, cuando el control del Imperio otomano comienza a incrementarse en la zona. Finalmente, existen otros análisis que ubican el origen del conflicto a principios del siglo XX, tras el establecimiento del mandato británico en Palestina después de la Primera Guerra Mundial y como consecuencia de un esquema colonial. Sin embargo, a pesar de las diversas interpretaciones que existen al respecto, el inicio del conflicto suele situarse en 1947, cuando la Resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas recomendó la división del mandato británico en dos Estados: uno el Estado de Israel, que se estableció dos meses después y otro el Estado de Palestina, que hasta el momento no se ha podido hacer realidad.5 Desde entonces, se han sucedido continuamente episodios de lucha armada en la zona, incrementados durante décadas por las dinámicas particulares de la Guerra Fría. La principal motivación de Israel es, precisamente, fundar un Estado judío en el territorio, lo cual no solo es esencial para cumplir con los principios sionistas, que propugnan por fundar y establecer un Estado propio, legítimo y soberano para el pueblo judío y también para terminar con la persecución que han sufrido a lo largo de la historia.6 Desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, muchos judíos comenzaron a llegar a Palestina con la intención de fundar su propio Estado, en una tierra que, según ellos, les pertenecía por un derecho divino. A pesar de los intentos de los pueblos árabes por resistir la llegada de nuevos judíos al territorio que habitaban, en 1948 nació el Estado de Israel, que les otorgó una nueva identidad ciudadana, luego de lo cual pasaron a ser conocidos como judíos israelíes.. Véase L. Bosemberg, “Estados Unidos y el medio oriente: moderación, rivalidad y hegemonía”, en Universidad de los Andes, 3, 2012, pp. 56-89. 5 H. Ben-Yehuda & S. Sandler, The Arab-Israeli Conflict Transformed: Fifty Years of Interstate and Ethnic Crises. SUNY series in Global Politics, Washington, 2002. 6 R. Margolies, The Path to Mass Rebellion: An Analysis of Two Intifadas, Lexington Books, Estados Unidos, 2004. 4. 20.

(21) Para empezar el proyecto de infiltración en el territorio palestino, los judíos fundaron el banco judío, con la finalidad de financiar y comprar las tierras a terratenientes árabes, con lo cual fueron conformando los primeros kibutz, definidos como asentamientos judíos en Palestina.7 Petakh-Tikva, la primera colonia sionista, es el ejemplo más claro del proceso de cómo fue copado el campesinado en Palestina. Los terrenos originales de esta colonia cercana a la ciudad de Jaffa, pertenecían a campesinos de los pueblos de Yahudiya y Um Labes. Cuando el Imperio otomano aumentó los impuestos, la población no pudo pagar y las tierras acabaron en manos de las autoridades otomanas, las cuales las vendieron a efendis de Jaffa, quienes a su vez las revendieron a colonos sionistas de Jerusalén en 1878. Durante todo este proceso los campesinos continuaron cultivando las tierras, incluso cuando se estableció la primera colonia, que fracasó debido a la resistencia del pueblo colonizado. Sin embargo, en 1882 llegaron nuevos colonos con la primera gran oleada inmigratoria desde Europa del Este y cuatro años más tarde expulsaron a los campesinos que cultivaban sus tierras, en virtud de una incipiente política de trabajo judío, que provocó las primeras tensiones entre la población palestina y los colonos sionistas.8 Un aspecto notable que se estableció a lo largo de este proceso de colonización, fue poner las tierras compradas a nombre del Fondo Nacional Judío, que tenía la doble intención de protegerlas de cualquier intento que hicieran los árabes por recuperarlas y mantenerlas como propiedad inalienable del pueblo judío.9 El Fondo Nacional Judío fue creado en 1901 por decisión del quinto Congreso Sionista con el objetivo de comprar tierra en Palestina para su colonización. Su actividad fue limitada mientras las organizaciones sionistas tuvieron poca capacidad de conseguir capital. En 1920, en la Conferencia Sionista celebrada en Londres, se creó el Keren Hayesod, un fondo para la inmigración y la colonización en Palestina, que debía ser la institución central de recaudación para el movimiento sionista. La intención de este fondo era establecer una tasa anual para la. 7. J. Bollo-Muro, El sionismo, una forma del imperialismo, Akal, Madrid, 1982. M. Benny, Righteous Victims. A History of the Zionist-Arab Conflict, 1881-2001, Vintage Books, Nueva York, 2001. 9 M. Tessler, “A History of the Israeli-Palestinian Conflict”, Op. cit., p. 35. 8. 21.

(22) población judía, aunque no fuera sionista. De esta forma, los dirigentes que controlaban la Organización Sionista Mundial adquirían un nuevo instrumento de acumulación de capital, que tendría una enorme importancia en el futuro.10 La instauración del Keren Hayesod le dio un gran impulso al Fondo Nacional Judío, pues el 20 % del capital recaudado se destinaba a la compra de tierras. No obstante, todavía más importante fue el cambio de la administración militar británica en Palestina a la administración civil. Su primer jefe fue Sir Herbert Samuel, un judío y sionista que hizo todo lo posible por facilitar la adquisición de suelo para el Fondo, declarándolo de utilidad pública. Así, las propiedades del Fondo pasaron de 22.363 dunams en 1920, a 278.627 en 1930, 515.950 en 1940 y 936.000 en mayo de 1948. En la fecha de la creación del Estado, el Fondo poseía el 54 % del suelo de propiedad judía y en sus tierras se asentaba el 85 % de las colonias.11 La función básica del Fondo Nacional Judío no era solo la compra de tierra, sino asegurar que la población árabe no la pudiera trabajar. Para ello, se estableció la etnización de los recursos adquiridos y la obligatoriedad del trabajo judío en las explotaciones. El proceso de adquisición de las tierras acostumbraba a ser largo, con sobornos y cooperación de las autoridades y, para evitar problemas con los campesinos, los sionistas acostumbraban a exigir que la tierra se les entregara vacía de habitantes. Al principio se pagaba a notables, intermediarios, autoridades y a todos aquellos que pudieran facilitar la venta. Los pagos al propietario se hacían en distintos plazos, que se procuraba que fueran largos, para asegurar que los fellahin (trabajadores agrícolas) desocuparan la tierra. Así, los latifundistas y notables palestinos se responsabilizaban de expulsar a los campesinos y de evitar su regreso. Los británicos establecieron dos órdenes para limitar la expulsión de los. 10. Véase J. Tortosa, Palestina: tiempo de justicia, tiempo de paz, Cáritas Española Editores, Madrid, 2012, pp. 13-99. 11 M. Tessler, “A History of the Israeli-Palestinian Conflict”, Op. cit., p. 202.. 22.

(23) campesinos, pero estas se mostraron inefectivas debido a la facilidad con que se podían sortear y a la poca voluntad para aplicarlas. Un aspecto interesante es que las instituciones sionistas procuraban simplificar las compras abarcando el máximo territorio posible. Las adquisiciones tenían repercusiones en un gran número de familias y eran muy visibles, lo que aumentaba el malestar palestino. De todo el proceso explicado nace lo que se conoció como el plan de partición que buscaba una solución biestatal para Palestina, que consistía en: 1. La partición de la zona en dos Estados soberanos, uno judío y el otro árabe; junto con el área del Gran Jerusalén, Belén incluida, que debía quedar bajo la administración de Naciones Unidas. Las fronteras de estos Estados se definieron según criterios de concentración de población árabe y judía, aunque el entrevero de las dos comunidades hacía imposible la creación de Estados homogéneos.. 2. Tanto árabes como judíos se convertían en ciudadanos del Estado en el que residían, con libertad para elegir la ciudadanía fuera del Estado de residencia y para disfrutar de plenos derechos civiles y políticos; además, se prohibía la expropiación del suelo excepto por necesidades públicas y con total compensación. Tampoco estaba permitida la emigración árabe al Estado judío ni la judía al Estado árabe durante el periodo de transición.12 En síntesis, desde los orígenes del conflicto, las estrategias utilizadas por el pueblo judío para apropiarse del territorio palestino han sido las siguientes: 1. Compra de tierras: el Fondo Nacional Judío, creado en 1901, tenía un Departamento de Tierras que se encargaba precisamente de la adquisición y distribución de territorios entre los habitantes judíos en Palestina. Muchas de estas tierras fueron entregadas bajo la modalidad de kibutzim, en la cual se producía también trabajo para los inmigrantes, que sembraban y cosechaban las tierras obtenidas.. 12. R. Margolies, The Path to Mass Rebellion: An Analysis of Two Intifadas, Op. cit., p. 42.. 23.

(24) 2. Ocupaciones militares: principalmente, entre 1948 y 1967, se produjeron asentamientos por la fuerza y confiscaciones de las tierras. También se desarrollaron organizaciones militares semiclandestinas cuyo fin era expropiar a los árabes de sus tierras, utilizando las amenazas y la violencia. 3. Acciones económicas: por medio de este tipo de acciones se bloqueó el retorno de los habitantes árabes a las tierras confiscadas y se implementaron estrategias de apoyo a la inmigración judía sobre la base de que cualquier hijo de madre judía, sin importar su procedencia, tenía derecho a la ciudadanía en Israel. Por otro lado, se establecieron acciones para bombardear y destruir las industrias y centros de servicios públicos de los palestinos para apropiarse de los recursos e imponer un bloqueo comercial a los árabes.13 Estas estrategias dieron origen a enfrentamientos violentos por medio de los cuales los judíos se anexaban una mayor cantidad de tierras. Citando a Durán:. Todos los judíos israelíes saben (aunque la mayoría prefieren ignorarlo y sobre todo que se ignore) que su «Estado judío» se construyó sobre las ruinas de una Palestina mayoritariamente no judía, que las ciudades, pueblos y kibutzim se establecieron sobre ciudades y aldeas palestinas destruidas, cuyos habitantes fueron expulsados o huyeron aterrorizados en una limpieza étnica llevada a cabo en 1948.14. Además de la creación del banco judío y del desarrollo de las estrategias mencionadas para apropiarse de la tierra, el pueblo de Israel también buscó apoyo político por medio de organizaciones internacionales que apoyaran su causa y que consideraran relevantes los principios promovidos por el sionismo. Principalmente, encontraron el apoyo en potencias mundiales como Estados Unidos y Gran Bretaña, con lo cual el movimiento y la causa judía en Palestina adquirieron mayores. Véase G. Mahler, “The Rise of Israel: A History of a Revolutionary State”, Cass series-Israeli history, politics, and society, 5, 2008, pp. 56-90. 14 J. Durán, El conflicto árabe-israelí: una visión no estatolátrica, Pról. de A. Arce. Bósforo Libros, Madrid, 2009, p. 138. 13. 24.

(25) dimensiones, que iban más allá de la simple compra y adquisición de tierras en el territorio árabe, contando con una representación y maquinara política más fuerte. Sin duda alguna, el desarrollo de la migración judía hacia el territorio de Palestina fue posibilitado en gran medida por la ayuda internacional, que como se ha visto, buscaba promover los ideales sionistas. De hecho, en cambio de ofrecer un apoyo desinteresado para que los judíos pudieran establecer su Estado soberano, pretendían, ante todo, controlar el territorio palestino, lograr aliados estratégicos en las guerras y apropiarse de los recursos de los árabes. El apoyo internacional a la causa sionista, motivado por la ambición de homogeneizar el territorio, agravó considerablemente el desarrollo del conflicto entre árabes e israelíes y es causante, en gran parte, de que todavía hoy, no se hayan alcanzado soluciones para finalizarlo.15 Por esta razón, entender los orígenes del conflicto árabe-israelí, solo es posible si se comprenden con profundidad los ideales que se oponen y que producen las confrontaciones. Entre estos: el sionismo judío, en sus pretensiones de fundamentar un Estado soberano y legítimo para el pueblo judío. El nacionalismo árabe se ha visto impregnado, con el tiempo, de un fuerte antisionismo, en el que se recogen los principios de antiguos modelos históricos antisemitas basados en la segregación y en la discriminación, incluidos en las dinámicas propias de la guerra. A continuación, se explican ambos ideales o movimientos, en la medida en que permiten develar las causas y orígenes de la confrontación entre árabes y judíos.. 2.2. Sionismo judío. El sionismo judío es una ideología de carácter nacionalista, desarrollada a partir de los planteamientos de Herzl,16 quien comprendió que la esencia del problema judío no era de 15. D. Neff, Fallen pillars: U. S. policy towards Palestine and Israel since 1945, Institute for Palestine Studies, Estados Unidos, 1995. 16 Véase T. Herzl, El Estado judío, Riopiedras, México, 2007, en part. pp. 13-69.. 25.

(26) tipo individual sino nacional y que, en su opinión, los judíos solo podían mejorar su situación si su condición era transformada positivamente por medio del establecimiento de un Estado judío legítimo y soberano, que gozara de la aceptación y del respeto de toda la comunidad internacional. Aunque desde un comienzo la idea de la colonización judía en Palestina era la más atractiva, se plantearon otras posibilidades y territorios en donde se podía fundar el Estado judío, como en las proximidades de Palestina, en Uganda y hasta en América. Sin embargo, la mayoría de los dirigentes sionistas rechazó estas posibilidades, pues consideraba que el territorio de Palestina les correspondía por derecho divino. La principal tragedia del sionismo fue el hecho de haber surgido cuando ya no existían territorios disponibles en el mundo. Sin embargo, esta apreciación no es del todo correcta, pues, aunque sí existían territorios disponibles, lo que ya no existía era la posibilidad de crear tales espacios, en la medida en que el exterminio había dejado de ser una posibilidad de conquista.17 En todo caso, a mediados del siglo XIX, el sionismo entró en contacto con las grandes corrientes del pensamiento en Europa, como el liberalismo, el socialismo y el nacionalismo. Por tanto, la idea de Herzl18 partía de una consideración histórica, según la cual el antisemitismo era un factor estable e inmutable en la sociedad humana y que la única manera de sobrepasarlo era mediante la creación de un Estado judío. En otras palabras: Lo original del sionismo es la pretensión de crear un Estado judío en un país mayoritariamente no judío, haciendo llegar a los judíos de todo el mundo para desplazar a la población no judía del país, todo ello en nombre de una presencia judía hace dos mil años o en virtud de un supuesto derecho divino.19. En general, se puede afirmar que el sionismo surgió en un momento clave para la historia judía, como un intento de integrar las condiciones tradicionales de los judíos europeos que se encontraban en rápida desintegración. En este sentido, el sionismo vinculaba los intereses. 17. Véase R. Schoenman, La historia oculta del sionismo, Vallejo, California, 1988, en part. pp. 24-65. Véase T. Herzl, El Estado judío, Op. cit., en part. pp. 13-69. 19 J. Durán, El conflicto árabe-israelí: una visión no estatolátrica, Op. cit., p. 295. 18. 26.

(27) y la voluntad de todos los judíos, que sentían la necesidad de unirse y de luchar por un mismo fin, condición necesaria para fundar un Estado soberano en Palestina.20 En particular, el movimiento sionista posee los siguientes elementos constitutivos: 1. Una visión según la cual el pueblo judío es diferente y posee unas condiciones y creencias totalmente opuestas a las europeas, por lo que debía abandonar tal territorio. 2. Una reacción al creciente antisemitismo que se desarrollaba en Europa, por medio de la unión de las diferentes etnias judías con el fin de fundar un Estado soberano. 3. El desarrollo de sentimientos nacionalistas que los llevó a buscar, a toda costa, la implementación y la creación de su propio Estado. 4. La expansión colonial, que podía además servir de base operativa para la hegemonía de las potencias mundiales que los apoyaran. De ahí el prosionismo de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. 5. El apoyo de la burguesía judía europea, que no respaldaba el sionismo como una manera de reivindicar los derechos judíos, mediante la creación de un Estado justo y soberano para todos, sino como un proyecto nacionalista en un territorio con un gran valor económico y estratégico. Otro aspecto clave que se debe mencionar en torno a la consolidación y a los orígenes del sionismo, es que con este movimiento los judíos buscaban acabar con la imagen del judío tradicional, imitando las características y maneras de proceder de los europeos, con movimientos como el militarismo, la colonización y el nacionalismo. Como ejemplo de ello están las conquistas y la limpieza étnica de 1947 y 1948, que dieron mayor oportunidad para la expulsión de la población palestina y para la apropiación de sus bienes. Otras acciones derivadas de esto tienen que ver con que la tierra quedó en manos de una Development Authority (autoridad de desarrollo) que podía venderla, pero solo al Estado, al Fondo Nacional Judío, a los municipios o a una “institución para el asentamiento de los árabes sin tierra”, que nunca llegó a crearse.. 20. I. Deutscher, El judío no sionista y otros ensayos, Editorial Ayuso, Madrid, 1971.. 27.

(28) Por otro lado, cabe aclarar que dentro del pueblo judío hubo una notable resistencia al sionismo, pues muchos (especialmente los judíos tradicionales) lo consideraban como un movimiento impío, ya que en que los sentimientos nacionalistas exacerbados podían llevar al hombre al uso de la violencia y al desarrollo de la guerra.21 Otros preferían optar por el asimilacionismo, movimiento que propugna porque los judíos gocen de los mismos beneficios de todas las personas que componen una sociedad determinada, tengan la posibilidad de integrarse sin ningún tipo de resistencia y mantengan el judaísmo como religión, pero practicando las mismas costumbres que sus compatriotas. Ahora bien, el movimiento nacional judío era liderado por una idea socialista, o sea, un socialsionismo que se caracterizaba por su pragmatismo y, al mismo tiempo, por su búsqueda de la máxima ventaja territorial; a diferencia del revisionismo sionista que, mucho más ideologizado, continuaría reclamando la totalidad del territorio palestino. En esta corriente del socialsionismo coexistían diversos estilos en cuanto a los árabes y a la política que se debía seguir en las relaciones con ellos. La principal y mayoritaria, era el bengurionismo, que defendía la normalización de relaciones desde una posición de fuerza israelí y sin concesiones importantes. La segunda, el weizmannismo, liderada por Moshe Sharett, quien fue ministro de Asuntos Exteriores con Ben Gurión y posteriormente primer ministro, impulsaba la búsqueda de soluciones ligeramente más moderadas, haciendo algunas concesiones para negociar con los árabes, sobre todo por las repercusiones que podía tener la intransigencia ante Estados Unidos y la comunidad internacional. La tercera, el buberismo, claramente minoritaria, aislada en el ala izquierda del socialsionismo y apartada de las responsabilidades de gobierno, daba un mayor peso a la paz, aunque hubiera que ceder más.. Véase R. Téllez, “Conflicto árabe-israelí y terrorismo: el islam en la política internacional”, Op. cit., en part. pp. 165-186. 21. 28.

(29) En realidad, el movimiento sionista no tuvo una gran mayoría de adeptos hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, luego del holocausto nazi, que fortaleció los sentimientos nacionalistas del pueblo judío sobreviviente, que debía reaccionar de una manera distinta, más fuerte y estratégica, para evitar las persecuciones que venía sufriendo. De esta manera, la primera opción era precisamente fundar un Estado propio, en el que pudieran gozar de los principios absolutos de legitimidad y soberanía.22 Además, tras el Holocausto nazi, la mayoría de los judíos del este de Europa fueron exterminados, desaparecieron la mayoría de los judíos ortodoxos. Los que sobrevivieron eran en su mayoría refugiados que emigraron a Israel o a países occidentales y que apoyaron fervientemente el movimiento sionista.23 Por otro lado, Estados Unidos y la Unión Soviética, las dos principales potencias mundiales luego de la Segunda Guerra Mundial, decidieron apoyar el movimiento sionista, en la medida en que sus gobiernos pensaban que con ellos podrían frenar los ideales imperialistas de los pueblos árabes. En efecto, la victoria de los judíos en la primera guerra árabe-israelí de 1948 no habría sido posible sin el armamento facilitado por el Gobierno soviético y sin el dinero aportado por los judíos prosionistas de Estados Unidos.24 Por otro lado, y a diferencia de los otros nacionalismos, el sionismo no tuvo que enfrentarse a los enemigos liberales y marxistas en su propia casa, ya que los emigrantes judíos a Palestina y los ciudadanos del futuro Israel creían en esta ideología de forma abrumadoramente mayoritaria. Si emigraban a Palestina era precisamente por su sionismo militante, y los que nacían en la tierra conquistada eran socializados desde la infancia en esta ideología nacionalista. Es más, el sionismo triunfó allí donde los otros nacionalismos étnicos habían fracasado: la creación del nuevo hombre en el marco colectivo de la nación. Sternhell25 sostiene que el individuo sionista sufrió una completa transformación porque emigró a una tierra lejana, adoptó una nueva lengua, en muchas ocasiones cambió de oficio,. 22. Véase D. Jacobs, Israel y Palestina. Ediciones B, Barcelona, 1999. Véase M. Tessler, “A History of the Israeli-Palestinian Conflict”, Op. cit. 24 Véase R. Margolies, The Path to Mass Rebellion: An Analysis of Two Intifadas, Op. cit. 25 Z. Sternhell, Los orígenes del Israel, entre el nacionalismo y el socialismo, Fayard, París, 1996. 23. 29.

(30) incluso de nombre y siempre transformó su modo de vida, todo por el bien del proyecto nacional. En síntesis, el sionismo judío vincula elementos que corresponden a la etnia, la religión y a la reivindicación nacional. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial el pueblo judío se convirtió al nacionalismo y se unió, principalmente, por la religión, pero también por la necesidad de legitimar su soberanía ante los ataques y persecuciones sufridas. “El sionismo, de facto, lo que hacía era «nacionalizar» una judaidad cuyo fundamento durante más de dos mil años había sido la religión judía, el judaísmo”.26 Sin embargo, desde el mismo momento en que se intentó poner en práctica los principios culturales y políticos del sionismo, se inició una campaña de deslegitimación, aludiendo a dimensiones y mecanismos ideológicos que señalaba que los objetivos del sionismo eran incompatibles con el sistema de creencias y valores de la comunidad internacional. En esta medida, el Estado de Israel ha sido fuertemente cuestionado y se le ha tratado de negar a toda costa la posibilidad de convertirse en una entidad política con derecho a la existencia. Principalmente, el sionismo ha encontrado su máximo opositor en el nacionalismo árabe, generando así un conflicto de intereses, al que también se vinculan elementos religiosos, ideológicos y políticos, que se han mantenido hasta la actualidad. 2.3. Nacionalismo árabe Al igual que el sionismo judío, el nacionalismo árabe aboga por conseguir la unión política y el desarrollo de un Estado unitario. Sin embargo, las condiciones históricas de este tipo de nacionalismo son distintas a las que posibilitaron el desarrollo del sionismo. Para empezar, los nacionalistas árabes, si bien aspiran a la unidad de la nación, no pretenden la creación de «la nación árabe», pues la existencia se da por descontada. En cambio, el sionismo sí promueve la idea de la creación de un Estado judío. Oriente Medio ha estado habitado por personas que profesan múltiples religiones y sectas, pero gracias a la llegada de las primeras oleadas de inmigrantes judíos, que comenzaron a. 26. J. Durán, El conflicto árabe-israelí: una visión no estatolátrica, Op. cit., p. 132.. 30.

(31) amenazar su existencia y a agotar los recursos de los árabes, se necesitaba de una unidad ideológica que permitiera establecer organizaciones antisionistas, para frenar la llegada de nuevos inmigrantes y eliminar a aquellos que ya se habían asentado en el territorio palestino.27 De hecho, esta unidad se promovió gracias al nacionalismo árabe, a partir del cual se planteó la cuestión básica sobre qué tipo de Estado nacional debía surgir y con base en qué criterios. El principal fundamento del nacionalismo árabe es de tipo religioso, por medio del islam y de su libro sagrado, El Corán. En este contexto, se desarrollan dos ideas políticas: 1. Panislamismo: entendido como una idea política que aboga por la unidad de todos los musulmanes en un Estado islámico. 2. Panarabismo: propone que, sin exclusión, todos los pueblos árabes , tanto de Asia como de África, conformen una única nación y una misma unidad política. Sin embargo, con esto no se quiere decir que todas las sectas y etnias que hacen parte del territorio árabe deban unirse en un solo nacionalismo a partir del islam. Más allá de ello, Borelli y Saborido28 explican que se gestaron tres enfoques fundamentales en torno a la relación entre el nacionalismo árabe y el islam. Ellos son: 1. Un nacionalismo árabe secularista, que propone la generación de una nación árabe completamente laica. Es de los panarabistas pertenecientes a las minorías no musulmanas sunníes o a sectores minoritarios abiertamente secularizados de origen musulmán sunní. 2. Un nacionalismo árabe que parte del islam y del Corán como su principal componente. Es el de la mayoría de los árabes sunníes y de una gran parte de los nacionalistas no sunníes. 3. Un nacionalismo árabe extremo, que solo concibe el panarabismo como una etapa hacia el panislamismo.. 27 28. M. Borrelli & M. Saborido, El fundamentalismo islámico, Dastini Editores, Madrid, 2006. Ivi, pp. 25-29.. 31.

(32) Desde la perspectiva ideológica, a lo anterior se le debe sumar la fragmentación del pueblo palestino que, como fruto de la guerra de 1948, quedó disgregado y sus habitantes se convirtieron en refugiados, unos dentro del Estado de Israel, Cisjordania y Gaza, otros fuera de Palestina, en Transjordania, Siria y Líbano. Como consecuencia de esa disgregación palestina y como respuesta organizada al avance sionista, en 1964 se forma la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que captó la mayoría de los refugiados, no solo por su objetivo político de devolverles su patria, sino porque les proporcionó un mejor sistema asistencial, sanitario y educativo hasta el punto de que el nivel educativo de los palestinos llegó a ser uno de los más altos del mundo árabe. La OLP dotó a los palestinos de una organización que representaba su causa ante el mundo y defendía sus intereses. De este modo, la OLP también supuso un giro de la causa palestina, que pasó del nacionalismo árabe a un nacionalismo más específicamente palestino. Esto se debió a varias razones: el interés de los dirigentes de la facción dominante en la OLP, el Fatah, por dotarse de un estado palestino bajo su dominio, más que en integrar la Palestina liberada en una entidad árabe mayor en la que esos dirigentes no serían los gobernantes, el declive en picada del panarabismo a partir de la derrota de 1967 y la muerte de Nasser en 1970. El panarabismo ya no podía proporcionar a los palestinos un horizonte de liberación de Palestina por medio de una acción mancomunada panárabe.29 En medio de este contexto, el sionismo, despojado de sus elementos culturales, históricos y nacionalistas, ha sido contemplado por los países árabes e islámicos como un movimiento político de tipo expansionista y colonialista, como una doctrina desarrollada en medio de motivos étnicos, en la que se conjuga un fanatismo religioso con un nacionalismo excluyente y racista.30 Dentro del conflicto entre Palestina e Israel se pasado del antisionismo al antisemitismo, en el que se descalifica al pueblo judío porque carece de una identidad propia y se deslegitima la ideología política de los israelíes y sus acciones en contra de los palestinos.. 29. J. Durán, El conflicto árabe-israelí: una visión no estatolátrica, Op. cit. J. Bokser, “El antisemitismo: recurrencias y cambios históricos”, en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 44, 2001, pp. 101-132. 30. 32.

(33) En todo caso, el nacionalismo árabe se opone drásticamente al sionismo judío, que continuamente se ha catalogado como un movimiento opresor, soberbio y pretencioso, calificativos con los que en gran medida se ha querido dar un carácter ilegal a las presunciones políticas del pueblo judío, justificando en cambio las del nacionalismo árabe, que se consideraban justas.31 Esta lucha, que proviene de ideologías incompatibles, como el sionismo judío y el nacionalismo árabe, y de la guerra interminable por la apropiación del territorio de Palestina, se ha intensificado de diversos modos y manifestado de forma violenta, puesto que los israelíes no quieren personas que no sean judías en el territorio y porque, a su vez, los árabes que permanecen en Palestina desean expulsar a los judíos del territorio. En este sentido, el conflicto persiste hasta la actualidad porque no se han podido establecer acuerdos por la vía política que permitan definir qué parte del territorio le corresponde a cada pueblo y porque no existe disposición al diálogo, debido principalmente al fuerte extremismo y al fundamentalismo, para acabar de una vez con los actos violentos que sacuden cotidianamente a las poblaciones árabe y judía. 2.4. Efectos y consecuencias Es difícil determinar de manera exacta las consecuencias de un conflicto en el que ambos bandos se concentran más en desprestigiar al rival, con el fin de hacerlo ver en la comunidad internacional como violento, arbitrario y beligerante, que en establecer una posición política e ideológica clara y abierta al diálogo. Israel, por ejemplo, ha tratado de ocultar las actividades que han propagado el terror en contra de los palestinos y se ha mostrado como la víctima de un conflicto originado por el antisionismo y por el rechazo a sus creencias.32. 31 32. Véase E. Said, Palestina: paz sin territorios, Txalaparta, Tafalla, 2002, en part. pp. 13-16. J. Durán, El conflicto árabe-israelí: una visión no estatolátrica, Op. cit., p. 28.. 33.

(34) La historia, efectos y consecuencias de esta reyerta, presentan una elasticidad conveniente, pues estos factores cambian dramáticamente dependiendo de quién cuente la historia y desde qué punto empiece a contarla.33 Por tanto, se advierte una enorme contrariedad que dificulta el análisis y el estudio del conflicto: por un lado, se encuentra la concepción según la cual Israel, en su formulación actual, no tiene derecho a existir, pues es una entidad colonial y beligerante, que mantiene un régimen de segregación y discriminación que la asimilaría con un Estado de tipo fascista; y, por otro lado, la concepción que ubica al pueblo de Israel como la víctima de una serie de prejuicios de sesgo cultural y religioso, promovidos por unos sentimientos antisemitas utilizados para deslegitimar la ideología y legitimidad política de los israelíes.34 El nacionalismo árabe, por medio del cual se ha abierto paso un fuerte antisemitismo que condena y rechaza las pretensiones del pueblo judío por fundamentar su Estado soberano en el territorio de Palestina, ha hecho que se enturbie aún más la visión del sionismo. En medio de esta situación, en los escenarios internacionales se confunde la lucha antisionista con una judeofobia, porque se integra el rechazo a cualquier desarrollo de un Estado judío, con un fanatismo religioso que ha dejado una serie de consecuencias negativas para el mundo árabe. Dentro de ellas se destacan: 1. Pérdida progresiva de las comunidades judías-árabes que habitan el territorio árabe, lo cual implica el empobrecimiento del mundo árabe, que pierde una parte valiosa y significativa de sus miembros. 2. Con el desarrollo de un antisemitismo exacerbado se ha facilitado el hecho de que los judíos presenten a los árabes como fanáticos violentos que son capaces de llegar hasta las últimas consecuencias con el objetivo de desterrar a los sionistas de Palestina.. Véase K. Christison, “Perceptions of Palestine: Their Influence on U.S. Middle East Policy”, Op. cit., en part. pp. 56-67. 34 Véase E. Said, Palestina: paz sin territorios, en part. pp. 13-16. 33. 34.

(35) 3. Distorsión de los objetivos y de la dinámica del conflicto, al convertir una lucha de tipo anticolonialista en una guerra fanática en contra de los judíos, en los ámbitos religioso, étnico e ideológico. 4. Degeneración del nacionalismo árabe a partir del desarrollo de un pensamiento considerablemente antisemita, que ha debilitado los principios ideológicos que orientaban las consignas nacionalistas de los árabes. 5. A raíz de las pretensiones sionistas sobre Palestina, el mundo árabe e islámico se han convertido en un campo fértil para la difusión de la propaganda antisemita, por lo que se ha enfocado más en desprestigiar por todos los medios al enemigo, que en fortalecer sus políticas y sus orientaciones ideológicas. El desarrollo continuo de los ataques terroristas en contra de Palestina, las crueldades que han llegado a cometer en contra de los árabes que mantienen en cautiverio, especialmente en la Franja de Gaza y la perpetración atroz de la violencia en el Líbano, les ha hecho perder a los judíos, la simpatía mundial que habían ganado después del Holocausto.35 2.5. El terrorismo como efecto central del conflicto Una de las principales consecuencias del conflicto árabe-israelí es el desarrollo y la perpetración continua de actos terroristas.36 En efecto, el uso sistemático del terrorismo y de las acciones bélicas dentro del conflicto se ha establecido conforme a una serie de necesidades sociales, políticas y económicas, en lugar de responder a una lucha ideológica que se base en un conjunto de principios y creencias religiosas. En palabras de Weinstock,37 las razones por las que ambos Estados utilizan el terror se relacionan con cuestiones geopolíticas, pues los dos buscan alcanzar la hegemonía y ejercer el liderazgo en la región. Gracias al largo y continuo desarrollo de la dinámica de la guerra, los grupos armados se han fortalecido en los campos técnico y tecnológico, para contar con. 35. Véase R. Schoenman, Op. cit. en part. pp. 24-65. Ben-Yehuda & S. Sandler, The Arab-Israeli Conflict Transformed: Fifty Years of Interstate and Ethnic Crises, Op. cit. 37 N. Weinstock, El sionismo contra Israel. Una historia crítica del sionismo, Op. cit. 36. 35.

(36) una mayor capacidad destructiva, con armas cada vez más letales y con sofisticadas maniobras militares. Por esta razón, las consecuencias de los ataques bélicos son cada vez más perjudiciales para la población civil. A medida que los efectos de las armas de destrucción se incrementan, los daños colaterales del conflicto crecen de manera sostenida durante los últimos años y aumentan la exposición de la población civil. En general, este enfrentamiento es un claro ejemplo de cómo los líderes de Estado se ven impulsados a soportar y a financiar agrupaciones terroristas que trabajen en contra de sus enemigos. Además de la seguridad nacional, en virtud de la compatibilidad ideológica y de la religión, a este conflicto se han sumado el patrocinio estatal de los crímenes terroristas. Por tanto, el caso de Israel y Palestina demuestran que, más allá de la ideología, de los principios sociales y de la religión, el apoyo a organizaciones terroristas se asocia más con el desarrollo de estrategias geopolíticas que pretenden consolidar mayor poder y hegemonía mundial, mediante la perpetración continua y sistemática de la violencia y del terror. El conflicto ha generado una nueva manera de sembrar el terror entre la población, derivado de un fuerte fanatismo y extremismo religioso que no contempla límites. El terrorismo generado por los árabes parte de considerar a sus enemigos como infieles, por esta razón cometen continuamente actos de suma violencia, especialmente cuando conforman comandos suicidas, a quienes no les importa perder la vida con tal de infligir daño a su enemigo. Un terrorismo xenofóbico, que no mide consecuencias, que se logra con la preparación minuciosa y sistemática en adiestramiento, sabotaje, activación de explosivos y elaboración de bombas. Un factor añadido del conflicto es la desproporción con la que uno y otro bando se atacan mutuamente. A medida que Israel ha ido desarrollando una capacidad militar más amplia y los países musulmanes han reconocido su imposibilidad de llegar a buen puerto, por medio de la lucha armada, las acciones de Israel, llamadas “represalias”, contra los palestinos han ido tomando una envergadura desmesurada.38. S. García, “El conflicto palestino-israelí a la luz del sistema de seguridad colectiva”, Instituto General Gutiérrez Mellado, Madrid, 2011, p. 11, en http://iugm.es/publicaciones/. Consultado el 11 de Febrero de 2016. 38. 36.

(37) Este tipo de terrorismo xenófobo, auspiciado por los Estados, ha demostrado la evolución de una estructura organizada, con un importante aleccionamiento militar y mayor poder destructivo para generar daños en la seguridad y en la estabilidad del enemigo. Los Estados de Israel y Palestina no apoyan los crímenes terroristas en aras de un horizonte ulterior de armonía y paz, luego de haber derrotado al enemigo, sino que lo implementan con el fin de mejorar la efectividad y el poder de las organizaciones financiadas y el Estado que apoya el terror.39 En este contexto, el terrorismo y las modalidades de violencia particulares son las principales consecuencias del conflicto, pues han producido resultados adversos para la seguridad y la estabilidad mundial. Esto se debe no solo al hecho de que las organizaciones terroristas tienen cada vez una mayor efectividad y poder destructivo, que se evidencia en las miles de muertes causadas a civiles por medio de atentados de distintos tipos, sino porque también representa la imagen de un mundo en el que el fin justifica los medios y en donde los Estados han utilizado el crimen, la violencia y el terror para disminuir a sus enemigos, proteger a toda costa la seguridad nacional y alcanzar un mayor poder y hegemonía en la región. Para poner un ejemplo de cómo las organizaciones terroristas han asumido el control y el destino del conflicto, vale la pena mencionar las características de la agrupación de resistencia islámica Harakat al-Muqawama al-Islamiyya, conocida popularmente como Hamás, que tuvo su origen en Palestina durante la década de 1980. Dicha organización se concentra en atacar mediante el uso continuo y sistemático de la violencia a Israel, con el fin de establecer un Estado palestino-islámico. Desde 1993, esta agrupación ha tenido como blanco principal de sus ataques a la población civil judía, utilizando especialmente bombas suicidas, con lo que ha cobrado la vida de miles de personas. Además, desde el 2002 ha comenzado a arrojar cohetes a territorio israelí, logrando sembrar el pánico entre la población. Estados Unidos y la Unión Europea califican a Hamás como una agrupación terrorista, que se ha convertido en el grupo con mayor influencia en Israel Véase L. Bosemberg, “Estados Unidos y el Medio Oriente: moderación, rivalidad y hegemonía”, en part. pp. 56-89. 39. 37.

(38) debido a su gran tamaño y a su soporte popular. Irán apoya y financia a esta agrupación, para derrotar a Israel e instaurar el Estado palestino-islámico. Aunque en realidad no se sabe cuál es el monto total de dinero que ha sido entregado por el Gobierno de Irán a Hamás, se estima que, de su presupuesto de 50 millones de dólares, ese país ofrece el 6 %, a esta causa. Gracias a su financiación, Hamás ha brindado al Estado iraní una poderosa protección, lo cual le ha permitido atacar frecuentemente al territorio de Pakistán, influenciar el desarrollo de la guerra mucho más allá de sus fronteras e incluso atacar a sus enemigos en Europa y en el Oriente Medio, tarea casi imposible para su ejército.40 Teniendo en cuenta el análisis que se ha planteado, es posible afirmar que las graves consecuencias y efectos acumulados a lo largo de la evolución de esta contienda, impiden que hoy se pueda solucionar una serie de incompatibilidades y desacuerdos para poner fin a la guerra. Particularmente, lo concerniente al sostenimiento de la violencia, la perpetración sistemática del terrorismo y la falta de escenarios de diálogo efectivos apoyados por las comisiones internacionales, ha traído las siguientes consecuencias: 1. La imposibilidad de solucionar diferencias irreconciliables en torno a la capitalidad de Jerusalén, ciudad que alberga sitios emblemáticos y religiosos tanto para los judíos como para los musulmanes. 2. El desarrollo de diferencias en relación con la posibilidad de retorno de los refugiados. Mientras los palestinos consideran el regreso como un derecho que se encuentra respaldado por la ONU, el pueblo de Israel ve en ello una amenaza potencial que podría recrudecer aún más el conflicto. 3. La delimitación de fronteras en el territorio que Israel ha tratado de consolidar en los últimos años, por medio de la construcción de un muro de separación. 4. La ocupación de Israel en territorios palestinos, pues aunque el fin de dicha toma se ha establecido como una condición indispensable para avanzar en el proceso de paz, el gobierno israelí mantiene inalterable su posición de conservar estos territorios.. Véase A. Mafinezam & A. Mehrabi, “Iran and Its Place among Nations”, en Praeger Publishers, 2, 2008, pp. 79-98. 40. 38.

(39) Por otro lado, a pesar del reciente crecimiento de la violencia y de los atentados terroristas, el enfrentamiento ha cambiado considerablemente desde la década de los setenta y se ha configurado como un conflicto organizado de regímenes que intentan establecer su hegemonía en la región.41 La principal solución, para frenar las terribles consecuencias que ha dejado la guerra a su paso, debe estar encaminada a resolver las profundas discrepancias ideológicas y étnicas existentes entre ambos bandos, buscando la manera de que las dos culturas y maneras de representar al mundo subsistan de manera legítima en la misma región. En este sentido, se deben proponer cursos de acción alternativos que tiendan a acabar con el conflicto, basándose en el hecho de que se ha mantenido una transformación constante y que se debe encaminar de forma adecuada, para terminar con el fundamentalismo y con las discrepancias étnicas y religiosas. En conclusión, la consecuencia central del conflicto es que los judíos, efectivamente, han ganado el territorio en disputa, se han apropiado de él por medio de una guerra y una batalla de conquista. Sin embargo, lo que no han logrado ganar es la seguridad del territorio, pues aún existe mucha resistencia en la zona, debido a la tenacidad del pueblo palestino, que ha sido calificado en más de un escenario internacional como terrorista. Si bien los judíos han conquistado el territorio, no han podido imponer sus condiciones, construyendo finalmente el Estado soberano y legítimo promovido por un sionismo que se ha contaminado durante las últimas décadas con la sangre, el terror y la violencia.42 2.6. Cinco aspectos que condicionan los efectos del conflicto Considerar los efectos intrínsecos de este conflicto implica reconocer los aspectos y motivaciones ideológicas particulares. De ellos se destacan: 1. Terrorismo de Estado: la presencia de amenazas inminentes a la seguridad nacional hace que los líderes de Estado se vean obligados a soportar y a financiar agrupaciones terroristas que trabajen en contra de sus enemigos. Además de este fenómeno, 41. H. Ben-Yehuda & S. Sandler, The Arab-Israeli Conflict Transformed: Fifty Years of Interstate and Ethnic Crises. SUNY series in Global Politics, Washington, 2002. 42 Véase G. Chaliand, La resistencia palestina, Ediciones Acervo, Barcelona, 1971.. 39.

(40) factores relacionados con la compatibilidad ideológica y con la religión se vinculan comúnmente al patrocinio estatal de los crímenes terroristas. Por otro lado, casos como el de Israel y Palestina demuestran que más allá de la ideología, de los principios sociales y de la religión, el apoyo a organizaciones terroristas se asocia más con el desarrollo de estrategias geopolíticas que persiguen un mayor poder y hegemonía mundiales, mediante la perpetración continua y sistemática de la violencia y del terror. 2. Extremismo: básicamente, implica ir en contra de la postura filosófica según la cual, la virtud, la justicia y el bien siempre se encuentran en la mitad de los dos extremos. Por tanto, el que practica una posición extremista se aleja del justo medio. En el conflicto entre Israel y Palestina, el extremismo se ha desarrollado como una postura radical, autoritaria, maximalista y dogmática, que utiliza métodos igualmente extremos y arbitrarios para atentar de manera violenta contra quienes no compartan el mismo nivel de extremismo o que tengan otro tipo de ideologías. 3. Integrismo: se ha desarrollado como una forma de oponerse al progreso, de mantener la exclusividad del poder y de los dogmas que lo sostienen. En el caso particular de Israel y Palestina, parte de rechazar cualquier tipo de adaptación religiosa, que trasciende las esferas políticas e ideológicas. 4. Fundamentalismo: es importante tener en cuenta que el término se acuñó en los Estados Unidos para denominar a grupos con ciertas características, especialmente a los movimientos islámicos. Etimológicamente la palabra proviene del latín fundamentum, que significa principio sobre el que se funda una cosa, razón con la que se requiere afianzar y asegurar algo. A lo largo del conflicto, el fundamentalismo se ha desarrollado como una actitud contraria al cambio, como la imposibilidad de aceptar ideas o pensamientos distintos a los propios y como la práctica de dogmas y principios inalterables. En gran medida el fuerte fundamentalismo que se ha desarrollado a lo largo del conflicto impide que existan escenarios de diálogo para llegar a un acuerdo y para acabar con la violencia.. 40.

Figure

Tabla 1. Variables de análisis
Tabla 2. Fases y descripción
Tabla 3. Percepciones en torno a las fronteras de Israel

Referencias

Documento similar

Por su parte, de forma teórica y a partir de la volun- tad política favorable de los Estados miembros, la Comisión de Asuntos Exteriores, Seguridad y Política de Defensa del

En suma, la búsqueda de la máxima expansión de la libertad de enseñanza y la eliminación del monopolio estatal para convertir a la educación en una función de la

Pero la realidad se impone por encima de todo; la misma Isidora es consciente del cambio: «Yo misma conozco que soy otra, porque cuando perdí la idea que me hacía ser señora, me

E Clamades andaua sienpre sobre el caua- 11o de madera, y en poco tienpo fue tan lexos, que el no sabia en donde estaña; pero el tomo muy gran esfuergo en si, y pensó yendo assi

Por eso, el pasado de la Historia aparece más claro y estructurado que cuando fue presente, ya que el esfuerzo del historiador consiste, justamente, en

Se trata de encontrar unos «principios de justicia que han de servir como principios de justicia públicos y efectivos»; «un acuerdo público y viable en materias de justicia

De hecho, este sometimiento periódico al voto, esta decisión periódica de los electores sobre la gestión ha sido uno de los componentes teóricos más interesantes de la

Para Russell, la historia posee una función que en ocasiones ol- vidamos: el poder de potenciar la imaginación; pasado con presente y futuro con presente son unidos y