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Y ahora... QUÉ HACEMOS?

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Academic year: 2022

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Y ahora . . .

¿QUÉ

HACEMOS?

BUBA HILL

Nuestra querida fauna arqueril con perdón, es especialmente variada, tan variopinta y tan colorista que seguramente cada uno de nosotros conocemos mil y una anécdotas, listas para contar igualmente de mil y una formas distintas. Uno intenta plasmar en estas líneas, sin ánimo de ofender y en la mayoría de los casos con permiso expreso de los directamente afectados.

En esta ocasión hablaremos de alguno de los "coñazos". De esos queridos compañeros que nos deleitan con su continuo parloteo del que, por

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educación, nos cuesta tanto librarnos.

En una de estas ocasiones además nos encontramos con un buen interrogante:

Y AHORA ¿QUÉ HACEMOS?

El escenario, por aquello de no dar muchas pistas, bien podría ser cualquier campo de tiro, de cualquier ciudad o pueblo español, y en el que uno o más clubes han citado a sus socios para realizar unas tiradas clasificatórias para un torneo de la maravillosa localidad donde se celebra la tirada. Saludos de rigor, ellas: que guapa estas, ellos: que tal tu arco, en fin. . . lo de siempre.

-Señores, calentamiento.

Dispuestos comenzamos a tirar y comienzan a volar las primeras flechas hacia un lugar determinado de la diana. Terminada la primera tanda se dejan los arcos y nos adentramos en el campo de futbol camino hacia los parapetos.

Día esplendido de sol sin mucho aire y temperatura agradable, presagiaban una buena Jornada de tiro con arco de disfrute en esto que algunos denominan "tirar flechas".

-Señores vamos a comenzar.

La familia observándote mientras que los niños juegan en un pequeño parque infantil, el arco está bien ajustado y el que está detrás del arco parece motivado.

Pruebas de funcionamiento de la bocina, pruebas del semáforo, encontrado por casualidad en unas aparatosas obras que se realizaron en la ciudad hace poco tiempo. Insisto: que día tan bonito.

-Piiiitttt-piiiittt-piiiittt.. . . .- A tirar.

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En el transcurso de la primera tanda de noventa metres se escuchaba a una persona hablar con dos o tres compañeros de la línea de tiro sobre los misiles de la guerra del golfo, la potencia de los mismo, o yo que sé que "chorradas" que no venían a cuento, ni en ese ni en ningún otro momento de una tirada. Pero bueno ya callará, nosotros a lo nuestro.

Pero si, precisamente a lo que nuestro ejemplar de la fauna del mes no estaba dispuesto era a callar-se ni "tapado con una manta". Y como dicen en Asturias" y vuelta la vaca al prado".

-¿Y la chapuza que han hecho los americanos con tanto desembarco delante de las cámaras de televisión?

-¿No me negareis que el marine ese que se cayó nada más abrirse la puerta? No tiene guasa.

-Vaya leche que se dio.

Todo ello con un acento de vendedor del último invento de los japoneses para pelar patatas.

A todo esto los oyentes directamente implicados en el tema, parecía que no les afectaba mucho y se dedicaban a tirar.

Pero es que no contento con el desarrollo del "monologo" el individuo en cuestión se iba detrás de los arqueros, soltándoles el rollo claro está, has-ta los parapetos y vuelta a la línea de tiro.

A estas alturas, ya había más de uno que "resoplaba" de forma ostentosa de forma parecida a Moby Dick, con el fin de que se diera cuenta de que ya empezábamos a estar un poco hartos del tema. Pero como el que tiene tos y se arrasca los..."X".

Si se pretende despejar la incógnita basta con resolver la siguiente ecuación: Silla = Sillón; cojín = X; Bueno pues dos "X".

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El seguía con su charla, daba igual que le cambiaras de conversación, se apuntaba a la nueva trayectoria que había, para él, retomando el monologo. Cuando ya nos tenía casi descentrados y con ganas de tirarnos a su cuello, salto una de las arqueras:

-Caballero se puede usted collar que nos está desconcentrando.

-Perdón, perdón no era mi intención...i Anda!

- ¡Sin haberlo pensado me ha salido un pareado!. Je. Je. Je.

Y vuelta a empezar:

-Pues dices tú, yo en el colegio tenia a un chaval que hacia pareados con todo, era un cachondo el tío y... Entonces fue cuando ya se me acabaron los buenos modales y no tuve más remedio que saltar.

-Pero bueno, es que no hay un juez que le diga a este tío, que se calle de una "puñetera" vez, que así no hay quien tire con tranquilidad.

-Ya está bien, ¡coñol. (Como dirían en el programa infantil en el que aparecía un personaje llamado Super "Ñ": Bonita palabra con "Ñ").

Fue en ese preciso instante cuando me lleve uno de los chascos en la arquería. El compañero que estaba tirando a mi derecha y el de mi izquierda, se volvieron hacia mí y casi al unísono me dijeron.

-Es que ese es el problema.

- ¿Cuál? – respondí sin entenderlo.

- Que él, es el Juez.

- ¡Joder! . . . . .¿Y ahora ¿Qué hacemos? . . .

Como solución de última hora hubo que pedirle a un arquero que estaba tirando y que también era juez , que se hiciera cargo de la competición e

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invitar a nuestro Juez-Coñazo a que se diera una vuelta de cuatro o cinco horas mientras que tirábamos con tranquilidad.

Otro día más

BUBA

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