El poder político de los municipios chilenos en la década de 1950 y su implicancia en el control del voto
Texto completo
(2) PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE INSTITUTO MAGISTER EN. DE ECONOMIA ECONOMIA. EL PODER POLÍTICO DE LOS MUNICIPIOS CHILENOS EN LA DÉCADA DE 1950 Y SU IMPLICANCIA EN EL CONTROL DEL VOTO. Felipe A. Anwandter Gibson. Comisión José Díaz Francisco Gallego Jeanne Lafortune Rolf Lüders Matías Tapia José Tessada Gert Wagner. Santiago, enero de 2013.
(3) El Poder Político de los Municipios Chilenos en la Década de 1950 y su Implicancia en el Control del Voto Felipe Anwandter* Enero 2013. Resumen La lógica de los mercados de votación sugiere que el precio de los votos se ve afectado por el poder político de la autoridad. Este paper estudia en qué medida la pérdida de poder político de las municipalidades chilenas en la década de los 50’s, antes de la introducción del voto secreto, afectó el precio de los votos, y a través de éste los incentivos de los dueños de la tierra a controlar el de sus empleados. Los resultados muestran que a pesar de que los municipios tenían un bajo poder de jure, el precio era tal que incentivaba el control de la votación, lo que sugiere que contaban con fuentes de poder político de facto. En esta investigación se proponen dos mecanismos a través de los cuales las municipalidades obtenían este poder: el efecto de los alcaldes en la votación parlamentaria y presidencial, y la capacidad de los ediles de obtener recursos informales del gobierno central. Para ambos mecanismos se encuentra evidencia cuantitativa que apoya su existencia.. * *Instituto de Economía Pontificia Universidad Católica de Chile. Agradezco a Felipe González por sus sugerencias y por facilitarme datos, así como los comentarios de José Díaz, Rodrigo García, Jeanne Lafortune, Rolf Lüders, Matías Tapia, José Tessada y Gert Wagner. Además quisiera agradecer especialmente a Francisco Gallego por su valiosa ayuda y sabios consejos durante la realización de este trabajo y a José Ignacio Llodrá por su generosa asistencia en la recopilación de datos y útiles observaciones. Email: faanwand@uc.cl. 1.
(4) 1.. Introducción Desde su independencia hasta el presente, los distintos países de América Latina han experimentado. la evolución de sus instituciones electorales. Poco a poco, las leyes electorales que plasmaron en sus primeras constituciones, fueron dando paso a reformas o nuevas leyes que permitieron una mayor participación política de la población (Engerman y Sokoloff, 2005). En Chile también se observan estos cambios, sobre todo en el siglo XX, permitiendo el voto femenino (en las elecciones municipales desde 1935 y presidenciales y parlamentarias desde 1949), facilitando la inscripción electoral (1962) y la participación de los analfabetos (1970), entre otros. Si bien todas estas reformas alteraron la composición del electorado y afectaron los resultados en las urnas, hubo una reforma que tuvo especial impacto, principalmente en los sectores agrícolas. Ésta fue la llamada ley del voto secreto, aprobada en el año 1958, que introdujo una cédula única electoral con la intención de evitar el control de la votación observado principalmente en el campo, dónde los dueños de la tierra (patrones) aprovechando su condición de empleadores habrían controlado el voto de sus trabajadores (inquilinos). No sólo las instituciones electorales chilenas sufrieron cambios en el siglo XX, los municipios también evidenciaron transformaciones importantes. Desde la Constitución de 1925 hasta las reformas de 1973, se introdujeron distintas leyes que redujeron su poder político de jure considerablemente respecto del que tenían en la época parlamentaria (1891-1925). Esto es relevante a la hora de analizar el efecto de las leyes electorales en la votación municipal. Si el precio de equilibrio de los votos, depende positivamente del poder político de la autoridad, entonces el precio de los votos municipales previo a la introducción del voto secreto era bajo. Un menor precio, por su parte, debería desincentivar el control de la votación, esto es, la presencia de intermediarios en la oferta, ya que los mecanismos de control son costosos. Ahora bien, el poder político total no sólo está compuesto por el poder de jure, sino que también por aquel de facto (Acemoglu, 2008). Luego, ambos deben ser considerados al estudiar el precio de los votos municipales y los efectos de éste sobre el control del voto antes de las reformas electorales. Este paper investiga este tema, encontrando que a pesar del bajo poder de jure de los municipios, sí existía control del voto inquilino en las elecciones municipales antes de la reforma electoral de 1958. Es decir, independientemente del bajo poder nominal de las municipalidades, el precio pagado por los partidos políticos era lo suficientemente alto como para incentivar los mecanismos de control por el lado de la oferta. Esto sugiere que las autoridades locales conservaron cierto poder de facto, que las hacía políticamente importantes. A lo largo del trabajo se investigan dos potenciales fuentes de este poder: el efecto de los alcaldes en el voto parlamentario y presidencial, y la obtención de recursos 2.
(5) informales por parte de los municipios. Distintos autores han escrito acerca del control del voto antes de 1958, argumentando el poder que le daba a la derecha en el campo y cómo la ley de 1958 permitió el surgimiento de la izquierda en el sector rural (Loveman, 1976; Millar-Carvacho 1981; Scully, 1992). Algunos han estudiado los patrones de votación parlamentaria y presidencial por partidos de aquella época en Chile, relacionándolos con variables socio-económicas mediante correlaciones (Petras y Zeitlin 1968; Hellinger 1978). Sólo Sinding (1972), incluye elecciones municipales y encuentra que el voto de la derecha tiene una correlación positiva (aunque débil) con el empleo agrícola. Sin embargo, no considera el voto secreto como un factor relevante, ya que de acuerdo al autor las elecciones eran muy honestas desde 1920. Para estudiar el control del voto municipal, este trabajo compara la votación por comuna que obtuvo la derecha en la elección municipal de 1956, previa al voto secreto, con la de 1963, tomando en cuenta la cantidad de inquilinos presentes en cada comuna. Específicamente, se estima con datos a nivel de comuna, el modelo de panel con efectos fijos municipales utilizado por Baland y Robinson (2008), dónde la variable dependiente es la proporción de votos de la derecha y la principal variable independiente corresponde a la proporción de inquilinos en el electorado interactuada por dummies de años. Los resultados muestran que previo al voto secreto, el apoyo a la derecha en las elecciones municipales es mayor en comunas con más inquilinos. Este efecto desaparece luego de las reformas electorales. Si bien los coeficientes obtenidos en las elecciones con voto secreto no son tan robustos a distintos supuestos sobre la importancia de los inquilinos en el electorado, no se puede rechazar la hipótesis de que sean iguales a los estimadores de las elecciones parlamentarias, los cuales tienen mejores niveles de significancia y robustez. Esta evidencia apoya la existencia de controles en el voto inquilino, lo que implica que las elecciones municipales eran importantes para los partidos. Respecto a los mecanismos que lograron un precio de equilibrio que incentivó el control, se estudia en primer lugar el efecto que un alcalde de derecha generaba en la votación parlamentaria y presidencial de su comuna. Dado que los alcaldes se elegían entre los regidores en votaciones cerradas, se estima una forma reducida del efecto anterior, tomando como instrumento del partido del alcalde el hecho de que ese partido tenga una mayoría amplia de regidores en la comuna, los que sí se elegían abiertamente. Utilizando un diseño de regresión discontinua (RDD por sus siglas en inglés), se obtiene que el hecho de que una comuna cuente con una mayoría amplia de regidores de derecha, es decir una alta probabilidad de elegir alcalde de ese sector, genera un aumento de un 12,8 % en la votación parlamentaria y un 7,9 %. 3.
(6) en la presidencial. Esto debería tener efectos positivos sobre el precio de los votos municipales, ya que al comprar uno de estos votos se estaría comprando parte de uno parlamentario y presidencial, los que tienen un mayor valor, debido al poder político que implican. Los resultados también sugieren que la ley del voto secreto no sólo afectó directamente a la derecha en las parlamentarias de 1965, sino que también indirectamente a través del menor número de alcaldías obtenidas en las municipales de 1963. Esto podría explicar la gran pérdida de votos experimentada por la derecha en las elecciones de 1965. En segundo lugar se investiga si los municipios tenían la capacidad de desviar recursos desde el gobierno central a sus comunas para aumentar su poder. Valenzuela (1977) propone evidencia anécdótica para este mecanismo, lo que motiva verficarlo de manera más rigurosa. Concretamente estimamos el efecto de la distancia en el voto inquilino antes y después del voto secreto. En teoría, comunas que se encontraban más cerca de Santiago, tenían ventaja en la obtención de recursos, ya que éstos se solicitaban de manera presencial y el viaje era costoso. Luego, estas comunas podían obtener más recursos que aquellas más alejadas y generar un mayor impacto en su comuna. Esto haría que el precio del voto y por ende los incentivos a controlarlo dependan negativamente de la distancia. Después de la introducción del voto secreto, la distancia dejaría de tener efectos en el voto inquilino, ya que éste deja de controlarse. Los resultados muestran que efectivamente en comunas más lejanas a Santiago, previo a las reformas electorales, la propensión de los inquilinos a votar por la derecha era menor que en localidades más cercanas, manteniendo el número de inquilinos constante. Luego de la introducción del voto secreto, este efecto desaparece. Si bien esta estimación no respalda de manera causal el mecanismo sugerido, y la distancia podría estar capturando el efecto de otras variables aparte del costo del viaje, está en línea con las implicancias teóricas del mecanismo. El trabajo se organiza de la siguiente manera. La sección 2 revisa el contexto municipal en la época del voto secreto, detalla la promulgación de la ley del voto secreto junto con el escenario política de la época y explica la forma en que el voto se controlaba. La sección 3 describe la racionalidad del mercado de votos y las implicancias teóricas de la situación municipal sobre el control de la votación. En la sección 4 se realiza una breve descripción estadística de los datos, se presenta el modelo empírico a estimar y se discuten sus resultados. La sección 5 presenta evidencia de los mecanismos que permitieron mantener el control del voto y la seccion 6 concluye.. 4.
(7) 2.. Municipios Chilenos y el Voto Secreto. 2.1.. Contexto Municipal. Después de la Guerra Civil de 1891, se dictó la Ley de Organización y Atribuciones de las Municipalidades, conocida como “Ley de Comuna Autónoma”. Esta ley “además de poner fin a la intervención del gobierno central en las elecciones, concedió facultades muy grandes a los cuerpos municipales, incluso más amplias que las que antes pertenecían a los gobernadores en sus departamentos” (Gil 1969, 148-149). Esto hizo que el poder ejecutivo perdiera gran parte de su influencia a nivel local. En este contexto se redactó la Constitución de 1925. Si bien en el papel ésta buscaba continuar la descentralización y la autonomía municipal, en la práctica le devolvió al ejecutivo gran parte del poder que había perdido a nivel local después de 1891 y generó una disminución considerable en el impacto que los municipios podían generar en sus comunas. En primer lugar, después de la Constitución de 1925, muchas actividades que antes eran llevadas a cabo por la municipalidad comenzaron a ser realizadas por los ministerios, disminuyendo la capacidad de acción de las municipalidades en su territorio. Por ejemplo, el Ministerio de la Vivienda y Desarrollo Urbano, se hizo cargo del desarrollo de la planificación urbana. La Dirección General de Pavimentación, perteneciente al mismo ministerio, comenzó a encargarse de la pavimentación de calles y veredas. En el área educacional, el Ministerio de Educación empezó a encargarse de establecer, mantener y operar todos los colegios. La Dirección de Industria y Comercio pasó a controlar los precios de los bienes y artículos esenciales y supervisar la industria y comercio local. La Sub-Secretaría de Transportes tomó el control de los taxis y se hizo responsable de fijar el precio del transporte público mientras que el Servicio Nacional de Salud se hizo cargo gradualmente de la supervisión y administración de hospitales. En segundo lugar los recursos municipales vieron una fuerte disminución desde principios de siglo hasta las reformas electorales de 1958. De hecho, el presupuesto municipal respecto al gasto del gobierno central fue disminuyendo a lo largo de los años, pasando de un promedio nacional de 11,4 % en 1896 a un 6,9 % en 1956. Las autoridades locales sostenían que las leyes mediantes las cuáles se asignaban recursos a la municipalidad eran arbitrarias (Valenzuela 1977, 44-46). Al mismo tiempo, debido a la incursión de los ministerios señalada anteriormente, los municipios vieron una disminución de sus ingresos. La caída de la asignación presupuestaria, junto con los menores ingresos se tradujo en que la fracción de recursos destinados para la inversión en nuevas obras disminuyera (Rehren, 1991). En tercer lugar, la fiscalización del quehacer municipal pasó a manos del gobierno central. Si bien. 5.
(8) de acuerdo a la Constitución de 1925 se tenían que crear Asambleas Provinciales (constituidas por representantes de todas las municipalidades de la provincia), que ejercerían una “vigilancia correccional y económica” (ley 11860 art. cvi, sec 1) sobre los municipios y que tenían facultades para suspender en un plazo de 10 días, ordenanzas o resoluciones municipales si éstas eran anticonstitucionales o contrarias a la ley y perjudiciales para los intereses provinciales o estatales (Valenzuela 1977, 32), la ley para constituir estas Asambleas nunca se dictó. Lo que si se dictó en 1942 fue una ley que ordenaba que hasta que se constituyeran las Asambles Provinciales, los intendentes podían autorizar, aprobar y reglamentar los actos y decisiones de los cuerpos municipales (Gil 1969, 147). La intromisión de los ministerios, la mala situación financiera y la fiscalización por parte del gobierno central redujo considerablemente el campo de acción de las municipalidades en sus comunas, lo que pudo haber llevado a que estas elecciones fueran de escasa importancia. Sin embargo, se han documentado otros factores que podrían haber elevado la relevancia de estos comicios. Para los partidos puede haber sido importante elegir alcaldes, si es que éstos lograban conseguir votos en las elecciones parlamentarias y en las presidenciales. Testimonios de la época apoyan esta hipótesis. En el año 1969, el alcalde Juan Rojas mencionaba que “la municipalidad es la base de todos los partidos políticos. La gente dice que va a votar como Rojas les dice que voten” (Valenzuela, 1977 p.131). No sólo las autoridades locales lo entendían así, de hecho un diputado mencionaba que “los regidores son los capos en los pequeños pueblos, ellos son los mandamases y son ellos quienes tienen la base electoral” (Valenzuela, 1977 p.133). De ser así, en los comicios locales, aparte de jugarse los puestos de la municipalidad, también se jugaban los votos de las elecciones más importantes. Por otra parte, tomando en cuenta el creciente poder local de los ministerios, los alcaldes podrían haber mediado para que los proyectos se realizaran en sus comunas. De necesitar un colegio, concurrirían al Ministerio de Educación, para expandir la red de agua potable visitarían el Ministerio de Obras Públicas, etc. Valenzuela (1977) sugiere esta práctica, mencionando que si bien los alcaldes de la misma coalición que el gobierno de turno corrían con ventaja en esta obtención informal o indirecta de recursos para la municipalidad, los alcaldes de oposición también lo lograban a través de diputados influyentes. También menciona que se encontraban en ventaja las comunas más cercanas a Santiago, sede del gobierno, ya que el contacto con los ministerios se realizaba principalmente de manera directa. “Incluso en pueblos pequeños, cercanos a capitales provinciales, regidores y alcaldes encontraban necesario realizar viajes a Santiago para que las cosas se realicen. El mayor de Estero decía: Sólo algunas cosas pueden hacerse en Concepción (capital provincial), y ésas son sólo las pequeñas, aquéllas de. 6.
(9) mayor significancia deben realizarse en Santiago” (Valenzuela, 1977 p.126). Así, previo a la reforma electoral de 1958, la realidad de las municipalidades era bastante especial. Por un lado, la Constitución de 1925 había mermado considerablemente su capacidad de acción, pero por otro lado existe la posibilidad de que los alcaldes hayan sido importantes para conseguir votos de elecciones más relevantes y para obtener recursos indirectos para las comunas.. 2.2.. Reformas Electorales y el Voto Secreto. La Ley N°12.889, se promulgó el 31 de Mayo de 1958, meses antes de la eleccion presidencial (realizada el 4 de Septiembre). Redactada por el diputado falangista Jorge Rogers Sotomayor, esta ley aprobada por todos los partidos de centro y de izquierda introdujo, entre otras cosas, la cédula única para la votación (también conocida como voto australiano o secreto). La ley fue impulsada por el presidente Carlos Ibañez al término de su segundo mandato. En el momento de su aprobación el panorama político de Chile contaba con la alianza del FRAP a la izquierda, los radicales y falangistas en el centro y los liberales y conservadores a la derecha.1 El FRAP agrupaba a los socialistas y a los comunistas (si bien los últimos estuvieron vetados hasta 1958, se incluían en el FRAP con otros rótulos). En 1957 los falangistas al fusionarse con un ala de los conservadores pasarían a formar el Partido Demócrata Cristiano que iría creciendo en relevancia hasta elegir un presidente en 1964. De acuerdo a Cruz-Coke (1984) y Loveman (1974), la introducción del voto secreto junto con otras leyes, formaba parte de una maniobra especialemente pensada para debilitar a la derecha. De hecho el 12 de Agosto de 1958, semanas antes de la elección presidencial se aprobó también la ley que levantó las restricciones sobre el Partido Comunista. A pesar de las reformas, la elección presidencial fue ganada por el candidato de derecha, Jorge Alessandri, gracias a la gran división de las fuerzas políticas. De hecho estas elecciones mostraron una dispersión de votos muy alta (Cruz-Coke, 1984) y el estrecho triunfo de Alessandri tuvo que ser ratificado en el Congreso. Si bien la derecha eligió a su presidente en 1958, de acuerdo a Loveman (1974) el apoyo a la derecha en los sectores rurales cayó bastante en esta elección, ya que el mecanismo que permitía a los patrones controlar el voto de sus inquilinos desapareció con la ley de la cédula única. 1 Las. siglas FRAP significan Frente de Acción Popular. Esta coalición surgió en 1956 y terminó en 1967.. 7.
(10) 2.3.. El Control del Voto. Antes de la introducción del voto secreto en 1958, era posible verificar por qué candidato había votado una persona, ya que los partidos distribuían sus papeletas. De acuerdo a distintos autores, el control se daba principalmente en el campo, donde el patrón verificaba en las urnas si sus inquilinos habían votado correctamente (Gil, 1969; Hellinger 1978; Sinding, 1972; Loveman 1976, 2001; Petras y Zeitlin, 1968). Millar (1981, 172-173) realiza una descripción detallada de cómo era este proceso; “El gran propietario hacía inscribirse en los registros electorales (que estaban en manos de los mayores contribuyentes de la comuna, vale decir, de los mismos dueños de fundos), a todos sus empleados, cumplieran o no con los requisitos exigidos por la ley, pues bastaba con ejercitarlos en escribir el nombre. El día de las elecciones concurría a los recintos de votación acompañado de sus trabajadores.” Ninguno de estos autores especifica si estas prácticas variaban su intensidad dependiendo el tipo de elección. Loveman (1976) hace referencia a fraudes en la elecciones municipales, mencionando que hasta antes de 1925, controlar las municipalidades para un partido era de gran importancia, porque éstas preparaban la lista de votantes y supervisaban el proceso en las elecciones parlamentarias, lo que les permitía alterar los procesos de elección, para que sus candidatos al parlamento ganaran en cada comuna. Sin embargo, esto fue prohibido al redactarse la Constitución de 1925. Dado que la literatura no hace referencia específica respecto al control del voto en las elecciones municipales previo a la introducción del voto secreto, es interesante pensar si al menos en teoría esta práctica se daba en este tipo de elecciones considerando la situación municipal de la época.. 3.. Implicancias Teóricas sobre el Control del Voto. 3.1.. Mercado de Votos. En este tipo de mercado, los votantes se encuentran en el lado de la oferta y los partidos en el lado de la demanda. La utilidad de los votantes depende del pago realizado por los demandantes y de factores ideológicos.2 Para determinar a qué partido venderá el voto, el oferente tomará en cuenta el pago que cada uno anuncie y comparará las utilidades que obtendría en cada escenario. Obviamente la opción ideológicamente más lejana al votante deberá ofrecer un mayor precio que aquélla más cercana si quieren ganar el voto. 2 Entendido como un tipo de beneficios no relacionado con las políticas que el individuo recibe si cierto candidato o partido llega al poder.. 8.
(11) La demanda estará compuesta por aquéllos que obtengan utilidad al estar en el poder. En este sentido, estará conformada por los partidos y por los candidatos individualemnte, ya que para ambos ganar la elección implica beneficios.3 Esta utilidad determinará el precio que están dispuestos a pagar por un voto. Concretamente, el máximo precio a pagar por un voto estará dado por la multiplicación entre el impacto que el voto tiene en la probabilidad de ganar la elección y la utilidad de estar en el poder. Es decir, por el aumento que ese voto genera en la utilidad esperada del demandante. Para determinar el equilibrio, los demandantes compiten en precios, ofreciendo el menor monto que les permita asegurar una mayoría. Si pueden observar la ideología de los oferentes, el precio puede ser específico a cada votante y el equilibrio dependerá tanto de la ideología como de las rentas en el poder. En el caso que la ideología no sea observable, el precio dependerá sólo de las rentas en el poder, tal que si son sólo dos competidores, en equilibrio se ofrecerá la segunda máxima disposición a pagar.4 Cuando el voto no es secreto, los pagos pueden ser contingentes al voto. Es decir, el demandante sólo paga si el votante emitió su voto a favor de él. Si el voto es secreto, los pagos son contingentes al resultado de la elección. Existen distintas líneas en la literatura que ocupan esta racionalidad. Se ha utilizado para estudiar el lobby (Groseclose y Snyder 1996), las promesas de campaña (Lindbeck y Weibull 1987; Myerson 1993) y la eficiencia de los mercados de votos (Buchanan and Tollock 1962; Piketty, 1994, 1999, 2000; Dekel, Jackson y Wolinsky 2008). También tiene aplicaciones en la literatura financiera de control corporacional y takeover battles (Grossman y Hart 1988; Harris y Raviv 1988). Una aplicación específica es la de Baland y Robinson (2008), que desarrollan un modelo agrícola de riesgo moral al que incorporan un mercado de votos. En él, los dueños de la tierra aprovechan la existencia de economías de ámbito y controlan el voto de sus empleados. Así, los terratenientes surgen como intermediarios por el lado de la oferta, ofreciendo paquetes de votos y vendiéndolos al mejor postor. Es importante notar que el hecho de que el voto no sea secreto es condición necesaria para la existencia de este tipo de intermediarios, porque permite los mecanismos de control. Por otra parte, dado que controlar los votos de los empleados tiene costos asociados, los dueños de la tierra lo harán sólo cuando el precio sea lo suficientemente alto. Luego, a medida que el precio de equilibrio de los votos sube, los incentivos a controlar el voto de los inquilinos aumentan. Si el precio es bajo, los 3 La. importancia de cada uno en la demanda dependerá de la magnitud de sus rentas en el poder. En países con alto caudillismo y poca importancia de los partidos, los candidatos tendrán más peso. Si los partidos son instituciones relevantes en las elecciones, la demanda reflejará principalmente sus preferencias. 4 Esto también puede darse si la ideología es un factor dependiente de quien esté en el poder, más que del candidato por el que se vota. De ser este el caso, cada votante podría considerarse no pivotal respecto a afectar quien está en el poder, luego no le importa por quien vota y solo compara pagos, no ideologías.. 9.
(12) intermediarios desaparecen -no existe control- y los votos se venden individualmente. De esta forma, aún cuando el voto no sea secreto, podría no existir control del voto. A continuación se aplicará esta lógica del mercado de votos a la situación municipal descrita en la sección 2.1, con el fin de entender bajo que mecanismos la realidad municipal pudo afectar el equilibrio del mercado y con esto los incentivos a controlar el voto.. 3.2.. Mecanismos Teóricos. 1. Efecto del voto municipal en el voto parlamentario y presidencial: Como se describió con anterioridad, la capacidad que tenían los municipios de afectar las políticas públicas de sus comunas era bajísima. Esto puede interpretarse como que las rentas en el poder o la utilidad obtenida por los candidatos al ganar era pequeña, lo que hace caer la máxima disposición a pagar por un voto. Todo esto se traduce en un bajo precio por los votos y con ello menores incentivos a que el patrón controle el voto inquilino. Sin embargo, también se mencionó que las autoridades locales podían ser importantes para que los candidatos de su partido consiguieran votos en las elecciones parlamentarias y presidenciales. De ser así, al comprar un voto municipal el partido no sólo considera lo que puede hacer a nivel de municipio, que es muy limitado, sino que también incorpora parte de las rentas que tendrá si obtiene un asiento en el parlamento o logra elegir un presidente. Esto eleva el precio de los votos y aumenta los incentivos de los patrones a controlarlos.5 2. Recursos indirectos: En la sección 2.1 también se mencionó que las municipalidades al tener muy pocos recursos, trataban de conseguirlos de manera informal a través de autoridades más importantes. Si los municipios efectivamente podían conseguir recursos de manera informal, entonces la capacidad que tenían de afectar las políticas en el municipio sería mayor que lo sugerido por la ley y lo que muestran sus finanzas. Estos recursos indirectos aumentarían las rentas en el poder y con esto la máxima disposición a pagar por el voto. El precio de equilibrio sería entonces mayor, al igual que los incentivos a controlar el voto inquilino. 5 Bajo. esta lógica, probablemente el precio de un voto municipal seguirá siendo menor que uno parlamentario o presidencial, ya que el primero está compuesto por las rentas en el poder municpal, que son pequeñas, y una fracción del voto parlamentario o presidencial.. 10.
(13) 4.. Elecciones y el Voto Secreto En esta sección estudiaremos empíricamente el efecto del voto secreto en las elecciones municipales,. comparándolo con los resultados de Baland y Robinson (2008) para las elecciones parlamentarias. Estos autores encuentran que antes de la reforma de 1958, la votación parlamentaria que obtenía la derecha era mayor en comunas con más inquilinos, lo que puede interpretarse como evidencia de que sus votos eran controlados. Después del voto secreto esta tendencia desaparece completamente. Es decir, el número de inquilinos deja de influir en la votación de derecha. En primer lugar se hará una descripción estadística de las principales variables antes y después del voto secreto además de mostrar algunas relaciones simples. En segundo lugar, presentaremos las estimaciones obtenidas siguiendo el modelo empírico de Baland y Robinson (2008).. 4.1.. Descripción estadística y relaciones básicas. El Cuadro 1 presenta una descripción estadística de las principales variables utilizadas, tomando una muestra de 231 comunas.6 La muestra se divide en aquellas comunas que presentaban una proporción de inquilinos respecto a los votantes sobre y bajo la mediana. Cada sub-muestra se separa a la vez en las observaciones previas y posteriores al voto secreto. Notamos que el apoyo a la derecha en las elecciones municipales pasa de un promedio de 47,8 % a un 36,9 %, en las zonas con más inquilinos. En aquellas comunas con una proporción de inquilinos bajo la mediana el apoyo pasa de un 25,3 % a un 25,1 %. Es decir la votación de derecha sufre un duro revés luego del voto secreto en las comunas con un mayor número de inquilinos. El mismo patrón se observa en las elecciones parlamentarias, donde si bien la votación de derecha cae en ambos tipos de comuna, la caída es sustancialmente mayor en aquellas con más inquilinos. Por otra parte la proporción de inquilinos a votantes en 1957, se mantiene más o menos estable, sin embargo cuando permitimos que el número de votantes varíe, la razón cae entre una elección y otra. Esto indica que el número de inquilinos cambió poco antes y después del voto secreto, sin embargo el número de votantes aumentó bastante.7 En las Figuras 1 y 2 se muestra la regresión MCO entre la proporción de votos que obtuvo la derecha y la proporción de inquilinos en cada comuna, para las elecciones municipales de 1956 y 1963 y las parlamentarias de 1957 y 1965. El gráfico para las elecciones parlamentarias replica el presentado 6 Ver. cuadro A.1 del anexo A para la definición de todas las variables y sus fuentes 1962 se dictó una ley que facilitó la inscripción, lo que explicaría el aumento en la cantidad de votantes (CruzCoke, 1984). Si bien esto pudo afectar el equilibrio en el mercado de votos, esta investigación, al igual que Baland y Robinson (2008), no estudia sus efectos. 7 En. 11.
(14) en Baland y Robinson (2008). Notamos que la relación entre inquilinos y votación de derecha antes del voto secreto es bastante similar en ambas elecciones.8 Después de la introducción del voto secreto la relación cae bastante.. 4.2. 4.2.1.. Estimación Modelo Empírico. A continuación se presenta el modelo empírico de Baland y Robinson (2008) a estimar. Se define h el número de votos de RVi,t como los votos a favor de la derecha, Vi,t el número total de votos y Vi,t. los individuos tipo h en el tiempo t para una comuna i. Existen tres tipos de votantes: h = inq si es inquilino, h = agr para los no inquilinos que trabajan en la agricultura y h = na si el individuo no trabaja en la agricultura. Así se puede escribir,. inq agr na RVi,t = θi + ρl,t + τtinq Vi,t + (θi + ρl,t + τtagr ) Vi,t + (θi + ρl,t + τtna ) Vi,t + i,t Vi,t. (1). Esta ecuación a su vez puede escribirse como, inq. agr. V Vi,t RVi,t i,t = ρl,t + τtna + τtinq − τtna + (τtagr − τtna ) + θi + i,t Vi,t Vi,t Vi,t. (2). donde θi es un efecto fijo comuna, ρl,t es un efecto fijo para la provincia l en cada período y τih representa la propensión a votar por la derecha de un individuo tipo h en t. Esta ecuación podría estimarse, pero inq no existen datos para Vi,t , es decir no se sabe cuántos inquilinos votaron en cada municipalidad. Sin. embargo, se conoce el total de votos en cada comuna y el número de trabajadores de cada tipo en la comuna. Ocupando estos datos, junto con algunos supuestos, puede obtenerse teóricamente la cantidad de votantes por ocupación y su evolución entre las elecciones. Los distintos supuestos dan origen a seis modelos, los que varían en la importancia que le dan a los inquilinos en el electorado. En el modelo 1, inq Vi,t = Vi,t. Vtinq o Ntinq o. !. inq Ni,t Vi,to. 8 El total de votos para el año 1956 no incluye nulos y blancos, luego las observaciones donde la proporción es uno corresponden a comunas en que todos votaron por la derecha, exceptuando los que votaron en blanco o anularon el voto.. 12.
(15) Este modelo supone que el número de votantes por ocupación aumentó en el mismo nivel para todas las ocupaciones en una comuna dada y que en to la probabilidad de que un inquilino votara es idéntica para todas las comunas. Realizando el mismo supuesto para los otros trabajadores de la agricultura, y suponiendo sólo dos elecciones9 , la ecuación (2) se puede escribir como,. RV i,t Vi,t. ! =. θi + +β. dónde θi +. X. l inq Ni,t. Vi,57. ρl Dl + τ. na. +. X. 4ρl Dl t63 + 4τ na t63. l. + 4β. inq Ni,t. Vi,57. t63 + γ. agr agr Ni,t Ni,t + 4γ t63 + i,t Vi,57 Vi,57. (3). ρl Dl +τ na representa el efecto fijo comuna total y 4ρl = ρl,1963 −ρl,1956 representa efectos inq inq na inq (V1956 )/(N1956 fijos a nivel de provincia que varían en el tiempo. β = τ1956 − τ1956 ) es la propensión de P. l. los inquilinos en 1956 de votar por la derecha más que los otros votantes, por lo que se espera β > 0. inq inq inq na na inq (V1956 )/(N1956 Por otra parte, 4β = τ1963 − τ1963 − τ1956 − τ1956 ) indica el cambio en la propensión anterior, luego de la introducción del voto secreto. En este sentido se espera 4β < 0. El resto de los modelos, hace distintos supuesto para obtener. inq Vi,t Vi,t .. El modelo 2 supone que para. todas las comunas y a lo largo del tiempo, la proporción de inquilinos votantes respecto al número de inquilinos en la población es constante, tal que, inq Vi,t = Vi,t. Vtinq o Ntinq o. !. inq Ni,t Vi,t. Como mencionamos anteriormente, el número de votantes aumentó en el tiempo. El supuesto del modelo 2 implica que este aumento se dio exclusivamente en la clase no-inquilina. El modelo 1 por el contrario, suponía que el aumento era homogéneo entre las distintas clases trabajadoras. Si en la práctica la mayor participación del 63 respecto al 56 ocurrió principalmente entre las clases noinquilinas, el efecto capturado por el modelo 1 en 1963 (4β) estaría sobreestimado. Por otra parte, si todas las clases aumentaron su participación de manera homogénea, el modelo 2 subestimaría el efecto de los inquilinos en la elección de 1963. En ambos casos los coeficientes correspondientes al año 56 (β), no estarían sesgados, ya que los modelos realizan el mismo supuesto respecto a la probabilidad de que 9 La elección de 1956 y la de 1963. El subíndice del número de votantes es 57, porque estas estimaciones se realizaron con poblaciones desfasadas en un año.. 13.
(16) en el 56 los inquilinos estén registrados. El modelo 3 se hace cargo de que los inquilinos registrados pueden ser endógenos al número de inquilinos en la comuna, es decir que la proporción de inquilinos que votan sea una función de la proporción de inquilinos en la población. Por ejemplo, en comunas con un alto número de inquilinos respecto a la población, asegurar estos votos tendría un gran impacto en la elección, por lo que podrían existir incentivos a registrar a gran parte de ellos. Así, este modelo estima el impacto de los inquilinos en el voto de derecha, combinando dos efectos; la propensión a registrarse y la propensión a votar. Para esto reemplaza en (3). inq Ni,t Vi,57. y. agr Ni,t Vi,57. por. inq Ni,t Ni,t. y. agr Ni,t Ni,t. respectivamente.. También puede argumentarse que incluso el número de inquilinos en una municipalidad era endógeno. Para solucionar esto, en el modelo 4 se reestima el modelo 3, usando la proporción de inquilinos en la población que existía en 1935. Los modelos 5 y 6 ocupan medidas alternativas de la proporción entre inquilinos votantes y votantes totales para estimar los efectos de la reforma. El modelo 5 supone que la proporción de inquilinos respecto a los votantes totales es constante a lo largo del tiempo: inq inq Vi,t Vi,t o = = Vi,t Vi,to. Vtinq o. !. Ntinq o. inq Ni,t o Vi,to. El modelo 6, supone que el número de inquilinos votantes permanece constante, es decir: inq inq Vi,t Vi,t o = = Vi,t Vi,t. Vtinq o Ntinq o. !. inq Ni,t o Vi,t. Los supuestos de los modelos 5 y 6 son más extremos que los de los modelos 1 y 2 respecto a la distribución que los nuevos inscritos tuvieron. De hecho, de acuerdo al modelo 5, si en el 56 los inquilinos representaban un 20 % de los votantes, en el 63 la proporción será la misma, aunque el número de inquilinos dentro de la comuna se haya doblado. Según el modelo 6, a pesar de que el número de votantes y/o el número de inquilinos aumente entre las elecciones, el número de inquilinos que votan sigue siendo el mismo. En este sentido los modelos 5 y 6 servirán para verificar la robustez de los resultados. El análisis se realizará tomando en cuenta principalmente los modelos 1 y 2, ya que sus supuestos son más plausibles y en ellos se debería observar de manera más directa el efecto de los inquilinos en el voto de derecha. Como se mencionó anteriormente, la sub o sobre-estimación en ambos modelos se da en los coeficientes de las elecciones posteriores al voto secreto (4β) y dependerá de la manera en 14.
(17) que los nuevos votantes se distribuyeron en la población. Si el aumento en el registro se dio de manera homogénea entre las distintas clases, entonces el modelo 1 se acercaría más a la realidad, mientras que el modelo 2 sub-estimaría el efecto de los inquilinos en la elección con voto secreto. Al contrario, si el aumento se efectuó en las clases no-inquilinas, el modelo 1 sobre-estimaría este efecto, mientras que el modelo 2 sería más acertado. Los modelos 3 y 4 incorporan en su estimación tanto los cambios en la propensión a registrarse como cambios en la tendencia a votar por un partido, lo que les da una mayor flexibilidad en la estimación. En ese sentido son útiles como complemento a los modelos 1 y 2. Debido a que los supuestos de los modelos 5 y 6 son poco plausibles o más extremos, su estimación permitirá verificar la robustez de los resultados. 4.2.2.. Resultados. Ahora se procederá a estimar los modelos explicados anteriormente, utilizando las elecciones municipales de 1956 y 1963 junto con las parlamentarias de 1957 y 1965. Los datos poblacionales y agrícolas que se utilizarán para la estimación corresponderán a los años 1957 y 1965.10 Los resultados se muestran en el Cuadro 2. El modelo 1 se estima en las cuatro primeras columnas. La primera columna incluye el efecto fijo comuna, pero al no incluir la interacción del año con la provincia, no permite flexibilidad en la evolución de la cantidad votos dentro de una misma provincia. En la columna 2, incluyendo esta interacción los estimadores caen bastante, mostrando que las características provinciales afectan el voto inquilino. En la columna 3 se realiza la misma estimación que en la 2, pero no se incluyen los controles de población total y proporción de tierra en fundos grandes. Los estimadores que se obtienen son casi idénticos a los de la columna 2, indicando que la caída en los mismos se debió principalmente a la interacción de las provincias con el tiempo. En la columna 4, la estimación se realiza sin efecto fijo comuna, pero se incluye un efecto fijo provincial. En las columnas 5 y 6 se estima el modelo 2. El modelo 3 se muestra en las columnas 7 y 8. Las estimaciones desde la columna 9 hasta la 15, corresponden a los modelos 4,5 y 6. En el panel A, la estimación se realiza para las elecciones municipales y en el panel B para las parlamentarias. La muestra en ambos paneles es idéntica, incluyendo 231 comunas para cada año. Respecto a las elecciones municipales, notamos en primer lugar que previo a las reformas electorales, 10 Para poder comparar ambas estimaciones es necesario que las variables del lado derecho sean las mismas. Por eso, para la estimación municipal de 1956 y 1963 se ocupan los datos poblacionales y agrícolas de 1957 y 1965. Dado que estos fueron calculados por interpolación lineal entre los censos de 1955 y 1965, adaptarlos a 1956 y 1963 requeriría una nueva interpolación que sólo produce un pequeño efecto escala y afecta muy poco la estimación.. 15.
(18) el apoyo a la derecha es mayor en comunas con más inquilinos. De acuerdo a la columna 1, previo al voto secreto, si una comuna aumenta la razón de inquilinos respecto a votantes en una desviación estándar, el apoyo a los candidatos de derecha aumenta en 7 puntos porcentuales. Esto corresponde a 19 puntos porcentuales de la votación promedio obtenida por la derecha en 1956. Estos coeficientes tienen el signo esperado (β > 0) y son significativos en la mayoría de las especificaciones, aunque algo más débiles en el modelo 6 que utilizaba supuestos más extremos. También se puede observar que los coeficientes obtenidos para los otros trabajadores de la agricultura en las mismas elecciones (γ) son bastante distintos, evidenciando diferencias en la forma en que ambas clases votaban. La comparación con las elecciones parlamentarias es interesante. Los estimadores obtenidos en estas elecciones antes del voto secreto, son muy similares a los municipales, aunque más significativos, indicando que la tendencia de los inquilinos a votar por la derecha previo al voto secreto era similar para las dos elecciones. Si bien los resultados obtenidos son esperanzadores para llegar a concluir que en las elecciones municipales el voto inquilino era controlado, y en magnitud similar que las parlamentarias, la tendencia observada podría ser el reflejo de variables omitidas correlacionadas. En este sentido, debemos verificar que sucedió en estas comunas con esa tendencia, cuando el voto comenzó a ser secreto. Luego de las reformas el efecto observado en las elecciones municipales de 1956 cae bastante. De hecho, en la columna 1 el coeficiente obtenido al interactuar por el año 1963 (4β) es significativo, negativo y similar en valor absoluto a β. Esto implica que β + 4β es cercano a 0, es decir, parecido al comportamiento de las clases no-agrícolas. También es semejante a γ + 4γ, correspondiente a la forma en que votaban los otros trabajadores agrícolas. Lo anterior indica que luego de la introducción del voto secreto, las diferencias en votación existentes entre los inquilinos y el resto de las clases trabajadoras dejan de existir. A pesar de tener el signo y la magnitud esperados, los resultados de la elección de 1963 parecen no ser tan robustos al incluir efectos provinciales interactuados por año, como se observa en las columna 2. También son más débiles en el resto de los modelos. De hecho los coeficientes obtenidos para la elección de 1963, sólo son significativos bajo especificaciones de los modelos 1 y 3. No obstante, al compararlos con la elección parlamentaria de 1965, notamos que los estimadores son de magnitudes similares. En las estimaciones se observa que los resultados obtenidos para las elecciones municipales son menos robustos que para las parlamentarias. Para las últimas se obtienen coeficientes significativos para las variables relevantes en la mayoría de las especificaciones, cosa que no sucede en las municipales,. 16.
(19) sobretodo en la estimación para las elecciones posteriores a la reforma. Sin embargo, puede ser que los estimadores no sean significativamente distintos entre ambos tipos de elecciones. Para verificar esto de manera más rigurosa, anidaremos ambos paneles en uno. Sin embargo, permitiremos flexibilidad en los estimadores, incorporando interacciones de todas las variables con una dummy que indica de que muestra viene la observación. La dummy toma el valor 1 si la observación es del panel B y 0 si es del panel A. Luego en este modelo los estimadores de las variables originales serán idénticos a los del panel A, mientras que los estimadores de las interacciones mostrarán la diferencia entre un panel y otro. Sumando el estimador de una variable cualquiera con el estimador de la interacción entre la dummy y la misma variable se obtendrá el estimador del panel B. Así, si queremos comprobar si la diferencia entre los estimadores de ambos paneles es o no significativa, sólo tenemos que realizar un test sobre el estimador de la dummy con la interacción.11 Los resultados de la regresión anidada se presentan en el cuadro 3.12 En este se reporta el coeficiente de la interacción año-inquilino y el p-value de esta misma variable interactuada con la dummy indicativa de la muestra. En primer lugar, notamos que el coeficiente de la variable es idéntico al que habíamos obtenido ocupando sólo la muestra municipal, pero con un error estándar algo menor. Esto sirve para confirmar que la estrategia se realizó de manera correcta. En la columna 2, dónde se obtiene un estimador no significativo para la elección municipal, el p-value es de 0.52, indicando que es muy poco probable que la estimación parlamentaria difiera de la municipal. De hecho, el p-value se encuentra sobre 0.18 en todos los casos donde el estimador de las parlamentarias era significativo, incluso para las especificaciones menos plausibles como el modelo 5 y el 6. Esto refuerza la observación de que los parámetros que reflejan el cambio en la tendencia, es decir aquellos obtenidos con elecciones posteriores a las reformas, son muy similares entre las distintas elecciones. Podemos afirmar entonces, que los resultados obtenidos para las elecciones parlamentarias, esto es, la tendencia inicial de los inquilinos a votar por la derecha, que desaparece y se iguala a la del resto de las clases luego del voto secreto, también se observa en las elecciones municipales y con magnitudes bastante parecidas. La evidencia está en línea con la existencia de un mercado de votación, que antes del voto secreto permitía la presencia de intermediarios, los patrones, que vendían paquetes de votos de sus inquilinos. Si bien los datos muestran que estos votos eran vendidos a la derecha, no permiten determinar por qué 11 Cuando. la estimación se realiza mediante efectos fijos, dejaremos que el efecto fijo comuna sea distinto para cada muestra. Es decir, la comuna de Ñunoa será considerada distinta si la muestra es parlamentaria o municipal para calcular su efecto fijo. 12 Por espacio, en este cuadro no se reportan los resultados de la columna 3 del cuadro anterior, la que sólo servía para separar el efecto de los controles del provincial.. 17.
(20) este sector era un mejor comprador. Esto podría explicarse desde el lado de la demanda, argumentando que las rentas de la derecha en el poder eran mayores que las de otros sectores, debido a una mejor organización de sus partidos, por ejemplo. Por el lado de la oferta podría sugerirse, en línea con los historiadores, que los patrones eran de derecha, lo que se reflejaría en el factor ideológico de su utilidad. Si el paquete de votos que vendían afectaba el resultado de la elección, entonces no les era indiferente a quién vendían el voto y la derecha corría con ventaja en la compra. Luego de la reforma, el mecanismo de control deja de existir y los inquilinos venden sus votos libremente al mejor postor. Suponiendo que la utilidad de los individuos es similar entre las distintas clases trabajadoras, el comprador debería ser parecido también, lo que explica por qué los datos muestran que cuando el voto es secreto, la votación de los inquilinos se asemeja al resto de las clases. Por otra parte, en la sección teórica se había mencionado que el voto público era una condición necesaria para la existencia de intermediarios, pero no suficiente. El control del voto inquilino por parte de los patrones también requería que el precio en el mercado de los votos no fuera muy bajo. En este sentido, los resultados sugieren que el precio del voto municipal era tal que generaba incentivos para que los patrones controlaran la votación de sus inquilinos. De hecho, dado que los estimadores en las elecciones municipales y parlamentarias no son estadísticamente distintos, probablemente ambos votos hayan tenido un valor similar.. 5.. Mecanismos En la sección anterior se presentó evidencia sugiriendo que a nivel municipal, tal como en las elec-. ciones parlamentarias, existía control del voto inquilino. En esta sección se muestran resultados que apoyan la existencia de mecanismos que mantuvieron un precio de equilibrio tal que permitió este control. En primer lugar se mostrará el impacto que los alcaldes tenían en las elecciones parlamentarias y presidenciales. Luego, abordaremos el mecanismo que hace referencia a los recursos indirectos obtenidos por los municipios.. 5.1.. Efecto de los Alcaldes en el Voto Parlamentario y Presidencial. Anteriormente se citaron algunos testimonios que sugerían la importancia que tenían los alcaldes en las campañas parlamentarias y presidenciales. Esto, en teoría, elevaría la disposición de los partidos a pagar por el voto, aumentando el precio de equilibrio y motivando el control del voto inquilino.. 18.
(21) ¿Pero, cuán importante eran las autoridades locales al momento de obtener votos parlamentarios y presidenciales? Visto de otra forma, resulta relevante verificar si este mecanismo era lo suficientemente importante como para mantener altos los incentivos a controlar el voto. Concretamente, se pretende estimar el aumento en la votación parlamentaria y presidencial que se generaba al tener la comuna un alcalde del mismo partido. Para probar esto nos gustaría estimar la ecuación V Di = f (Zi ) + i , donde V Di representará la votación parlamentaria o presidencial, según corresponda, de derecha en la comuna i (nuestro outcome de interés) y Zi es la variable de asignación. Si el tratamiento, en este caso que la comuna tenga un alcalde de derecha o no, es una función determinística y discontinua de la variable de asignación, por ejemplo el margen de victoria en elecciones mayoritarias, es posible hacer un diseño RD. La ventaja de este diseño es que aleatoriza la variación del tratamiento cerca de la discontinuidad, lo que a su vez hace que las “características base” tengan la misma distribución arriba y abajo del punto de corte.13 Debido a esto los diseños RD pueden analizarse como experimentos aleatorios (Lee y Lemieux, 2010). Dado que en la época que estudiamos la gente votaba por los regidores y éstos elegían entre sus filas al alcalde por votación mayoritaria, tomaremos como tratamiento el hecho de tener en la comuna una mayoría amplia de regidores de derecha.14 Como esta variable es un instrumento del partido del alcalde, la estimación será una forma reducida de aquella que idealmente nos gustaría estimar.15 Los regidores se elegían mediante un sistema proporcional D´Hondt, por lo tanto nuestra variable de asginación Zi corresponderá a la diferencia entre los votos obtenidos por la derecha y los votos necesarios para obtener una mayoría amplia de regidores.16 Nótese que tener una mayoría amplia es una función determinística y discontinua de Zi , generándose la discontinuidad cuando Zi = 0, lo que nos permite realizar un diseño RD. Para estimar f (Zi ) utilizaremos dos estrategias. La primera consiste en el siguiente polinomio:. V Di = α0 di + β0 M Ai + β1 M A2i + β2 M A3i + β3 M Ai di + β4 M A2i di + β5 M A3i di + µi 13 Las. características base corresponden a todas las variables determinadas previo a la realización del tratamiento (Lee y Lemieux, 2010). 14 Definimos mayoría amplia como las comunas dónde el número de regidores de derecha era uno más que la mayoría (en comunas que elegían 5 regidores, una mayoría amplia serían 4). De acuerdo a Valenzuela (1977) a la hora de elegir alcalde, los regidores formaban pactos poco convencionales. Por esto el cambio en la probabilidad de elegir un alcalde de derecha debería ser mayor cuando se pasa a ser una amplia mayoría que cuando se pasa a ser una mayoría simple, lo que convierte a la mayoría amplia en un mejor instrumento. 15 Si tuviéramos datos del partido de los alcaldes en cada comuna, podríamos hacer un RD de diseño fuzzy, estimando en una primera etapa el cambio en probabilidad de elegir alcalde, explotando discontinuidades en el número de regidores y con esto estimar el efecto de tener un alcalde de derecha en la votación parlamentaria de esta coalición. Dado que en Chile no existen estos datos, lo mejor que podemos hacer es una forma reducida. 16 Esto se calculó tomando en cuenta el cuociente que hubiese necesitado la derecha para obtener una amplia mayoría en cada comuna. 19.
(22) donde V Di es la votación parlamentaria o presidencial de derecha obtenida en la comuna i, M Ai corresponde a la proporción de votos necesarios para alcanzar una mayoría amplia y di es una dummy que toma el valor 1 si en la comuna hay una mayoría amplia de regidores de derecha. El parámetro de interés es α0 , correspondiente al efecto que la mayoría amplia de regidores tuvo en las elecciones presidenciales y parlamentarias. En la estimación se controla por un polinomio de tercer grado y por la interacción de éste con la dummy.17 La segunda estrategia corresponde al método no-paramétrico que combina estimación polinómica con kernel, llamado local linear regression.18 Esta estrategia de estimación implica menor sesgo y menor error cuadrático medio, por lo que será más importante al momento de ver los resultados. De hecho Hahn, Todd y Van de Klaauw (2001) recomiendan utilizar LLR, debido a que cuenta con mejores propiedades en la frontera. La estimación por polinomio puede considerarse en este sentido, como una manera de verificar la robustez de los hallazgos. El efecto de la mayoría amplia de regidores se estimó para las elecciones parlamentarias de 1957, 1961 y 1965 y para las presidenciales de 1958, 1964 y 1970. En ambos casos, se utilizaron las elecciones municipales más cercanas para calcular la proporción de votos necesarios para obtener la mayoría. Es decir para la estimación parlamentaria se utilizaron las elecciones municipales de 1956, 1960 y 1963, mientras que para la estimación presidencial se utilizaron las de 1956, 1963 y 1967. Los resultados del efecto en las elecciones parlamentarias y presidenciales, para la estrategia de polinomio y local linear regression se muestran en el Cuadro 4. Se puede notar que en aquellas comunas que tienen una mayoría amplia de regidores de derecha, la estimación mediante LLR indica que la derecha obtiene una votación un 12,8 % mayor en las elecciones parlamentarias, correspondiente a un 42,6 % de la votación parlamentaria promedio obtenida por la derecha en la muestra. Este estimador es significativo y robusto a la estimación por polinomio. Para el caso presidencial, el aumento en la votación que una mayoría amplia generaba, corresponde a un 7,89 %, es decir un 20,2 % de la votación promedio en las elecciones presidenciales de la muestra.19 El coeficiente presidencial, si bien significativo al 10 %, no es tan robusto al estimarlo por polinomio. 17 Iigual 18 El. que el utilizado por Ferreira y Gyourko (2009) para una estimación similar. estimador de f (Zi ) con este método es específicamente,. P (x − xi ) κ ĝ (x) = P 2 (x − xi ). x−xi yi h i κ x−x h. . . Para el kernel (κ) se utilizó kernel triangular y el ancho de banda óptimo se obtuvo de acuerdo a Imbens y Kalyanaraman (2009). 19 Cerda y Vergara (2005) encuentran que el partido político del alcalde obtiene una votación un 6,58 % mayor en las elecciones presidenciales tomando una muestra que va desde 1989 al 2000. Así, el efecto que encontrado en las elecciones de los 60´s no es muy distinto al obtenido en la de los 90´s.. 20.
(23) La evidencia indica que asegurar una mayoría amplia de regidores en una comuna y por lo tanto, tener una alta probabilidad de elegir alcalde en la misma, aumentaba la votación del partido en la localidad tanto en las elecciones parlamentarias como en las presidenciales, siendo el efecto mayor en las primeras. Esto implica que al comprar un voto municipal, el partido efectivamente estaba comprando parte del voto parlamentario o presidencial. Sin duda los partidos tomaban esto en cuenta, lo que elevaba el precio de los votos municipales y mantenía activos los incentivos a controlarlos. La magnitud de los efectos encontrados explicaría, en parte, por qué el bloque de la derecha pasó de elegir 51 diputados en las elecciones de 1957, a elegir sólo 9 en 1965. La introducción del voto secreto, eliminó los mecanismos de control no sólo en las elecciones parlamentarias sino que también en las municipales. Esto le propinó un doble golpe a la derecha. Por un lado, los inquilinos votaron libremente en las parlamentarias de 1965, lo que disminuyó directamente la votación de estos partidos. Por otro lado, los votos inquilinos no pudieron ser controlados tampoco en la elección municipal previa, la de 1963, lo que se tradujo en un menor número de alcaldías para la derecha y por ende una menor cantidad de votos en las próximas parlamentarias. El efecto estimado para el caso presidencial es relevante, considerando que las elecciones de 1958 y 1970 se definieron por un margen estrecho. En la primera, el candidato de derecha, Jorge Alessandri, superó al izquierdista Salvador Allende por un 2,7 %. En la de 1970, dónde se enfrentaron los mismos candidatos, Allende obtuvo sólo un 1,7 % más de votos que Alessandri. Hipotéticamente, la derecha pudo haber revertido este estrecho margen si la población que votaba en comunas con una mayoría amplia de derecha hubiese aumentado aproximadamente en un 25 %.20. 5.2.. Recursos Indirectos y Viajes a Santiago. Un segundo mecanismo sugerido para explicar los incentivos a controlar el voto en las elecciones municipales, es aquel que se refiere a la obtención de recursos de manera informal. No es sencillo observar si este mecanismo realmente actuaba, ya que el impacto se generaba de manera indirecta. Si un municipio conseguía que un ministerio realizara una obra, no se registraba en las finanzas municipales. Probablemente el registro quedaba en el ministerio, y actualmente esos datos no existen. Si existiesen, podríamos verificar si en las comunas con mayor inversión ministerial, el control del voto era mayor. No obstante podemos estudiar este mecanismo de manera indirecta. En la seccion 2.1 se mencionó que los favores se solicitaban de manera presencial. Los alcaldes tenían 20 Ya. que el voto de derecha a nivel nacional hubiese aumentado en 7, 89x0,25 ≈ 1, 9.. 21.
(24) que hacer viajes a Santiago para solicitar los favores en persona y aplicar la presión necesaria tal que los resultados fuesen satisfactorios. Esta práctica sugiere que aquellas comunas que se encontraban más cerca de Santiago tenían ventajas en el desvío de recursos, ya que los costos de realizar el viaje eran menores.21 Alcaldes en comunas más cercanas a la capital podían realizar estos “viajes especiales” más veces al año, aumentando así la probabilidad de que una agencia nacional realizara proyectos en la comuna. Esto implica que en comunas más alejadas de la capital del país (la sede de los ministerios y el Congreso en esa época), los alcaldes tenían una menor capacidad de generar cambios en la comuna, contaban con menos de estos recursos informales, por lo que las elecciones en estos lugares tenían menos importancia. Lo anterior se traduce en una menor disposición por parte de los partidos a pagar por el voto en aquellas localidades. El precio de equilibrio era entonces más bajo en comunas lejanas, disminuyendo en éstas el incentivo a controlar los votos. Luego, verificar si la distancia a Santiago tenía efectos en el control del voto, si bien no sería evidencia causal, apoyaría la existencia del mecanismo de los recursos indirectos. Para estudiar esto, realizaremos la misma estimación presentada en el Cuadro 2, pero ahora incluiremos interacciones entre las variables de interés y la distancia en millas a Santiago. Recordemos que el coeficiente que acompaña a la variable inquilino/votante indica la propensión por parte de los inquilinos sobre las otras clases de trabajadores a votar por la derecha. Si en las comunas más alejadas de Santiago el control del voto era más débil, el estimador de la interacción inquilino/votante x distancia debería ser negativo. Es decir, en comunas más alejadas de la capital el voto de los inquilinos se asemejaba más al de las otras clases trabajadoras. Dado que después de 1958 el voto inquilino dejó de controlarse, esperamos que la triple interacción 1963 x inquilino/votante x distancia sea positiva y de magnitud similar en valor absoluto que la primera interaccion. O sea, cuando el voto comienza a ser secreto, la distancia deja de tener un efecto en el voto inquilino. Los resultados de la estimación se muestran en el cuadro 5, donde también se agrega el p-value que se obtiene al testear si el primer estimador es igual al valor negativo del segundo. Se observa que antes de la reforma, el apoyo inquilino a la derecha era menor en comunas más lejanas a Santiago. El estimador de la columna 3 indica que en una comuna que se encontraba a 250 millas de Santiago, el efecto de los inquilinos en el voto de la derecha era la mitad que el de una comuna cercana a la capital, para el mismo número de inquilinos. Los coeficientes para la elección de 1956 tienen el signo esperado 21 Cabe. notar que esta variable no identifica de manera perfecta los costos de viajar a Santiago. Pueden existir dos comunas que se encuentren a la misma distancia y por una pase la línea del tren mientras que por la otra no, pero aún así debería ser una buena aproximación del costo del viaje.. 22.
(25) y son significativos para cinco especificaciones, incluyendo aquellas de los modelos más extremos, el 5 y el 6. Luego de la introducción del voto secreto el efecto de la distancia se atenúa. La estimación de la columna 3 muestra que la suma de ambos coeficientes es cercana a cero. De hecho el p-value de 0.76 indica que no se puede rechazar que ambos estimadores sean iguales en valor absoluto. Es decir, después de la reforma la distancia deja de afectar el voto de los inquilinos. En el resto de las especificaciones también se obtiene el signo esperado. Si bien los estimadores para la elección de 1963 son poco significativos, sólo en dos casos, uno de ellos el poco plausible modelo 6, puede rechazarse la hipótesis de que son distintos en valor absoluto a los de 1956. Para todos los casos donde no se podía rechazar la hipótesis anterior, se realizó la misma regresión, pero ocupando la restricción impuesta por la hipótesis. Por construcción, en esta regresión se obtiene el coeficiente estimado de la interacción 1963 x inquilino/votante x distancia. Bajo esta estrategia, el coeficiente obtenido luego del voto secreto mejora en significancia. De hecho, en las columnas 3,8 y 12, el estimador pasa a ser significativo y en las columnas 4 y 5 pasan a tener el signo esperado. Imponiendo la restricción, la suma de los coeficientes antes y después del voto secreto, se acerca más a cero, reforzando la idea de que el efecto que la distancia a Santiago tenía en la votación de los inquilinos, desaparece luego de la reforma. Podría suceder que nuestra medida de distancia esté capturando otros efectos aparte del costo del viaje, como el ingreso de la comuna. Si el ingreso afecta la proporción de inquilinos que votaban en una comuna, la cual es inobservable y los distintos modelos tratan de estimar, nuestros coeficientes podrían estar sesgados. Para verificar esto, estimamos nuevamente las columnas 3, 8 y 12 del Cuadro 4, pero incorporando interacciones de las variables relevantes con medidas de ingreso y con la distancia al puerto más cercano de cada comuna.22 Esto se muestra en el Cuadro 6. Los estimadores pierden significancia excepto en las columnas 4, 5 y 6 que corresponden a la columna 8 del Cuadro 5. Si bien puede ser que nuestra medida de distancia esté captando efectos de variables omitidas, es importante señalar que probablemente estemos sobrecontrolando. De hecho las columnas 1, 2, 3, 7, 8 y 9 del Cuadro 6 (correspondientes a las columnas 3 y 12 del Cuadro 5), ya incorporaban en su estimación controles.23 Al realizar la estimación ocupando como variable dependiente la votación parlamentaria se obtienen coeficientes de igual signo esperado y más significativos que para el caso municipal.24 Esto sugiere que 22 Los. estimadores de éstas eran los más significativos. de tierra en fundos grandes y población. 24 Esta estimación se muestra en el cuadro B.1 del anexo B. 23 Proporción. 23.
(26) el mecanismo de los recursos indirectos también podría aplicarse al caso parlamentario. Dado que los parlamentarios trabajaban en Santiago, en este caso la distancia no reflejaría el costo de realizar viajes a la capital, sino que quizás el costo para los ministerios de realizar obras lejos de Santiago, lo que tendría implicancias equivalentes.25 Así, los resultados parecen mostrar que la distancia tenía efectos sobre el voto inquilino. Concretamente, en comunas más alejadas de la capital, la propensión de los inquilinos a votar por la derecha era menor, lo que sugiere que en estos lugares el voto se controlaba menos. Teóricamente, lo anterior implica que en las localidades más distantes de Santiago, el precio del voto era menor. De esta manera los datos respaldan, aunque de manera no causal, que uno de los mecanismos que permitió mantener la relevancia de las elecciones municipales, a pesar de la pérdida de poder de jure, era la obtención de recursos a través de agencias ubicadas en Santiago. Si bien la distancia podría estar capturando el efecto de otras variables que afecten el voto inquilino, habría que argumentar por qué este efecto deja de observarse luego de la introducción del voto secreto, resultado perfectamente compatible con el supuesto de que la distancia afecta el control del voto a través de los costos de obtener recursos. Por último, los datos no implican de ninguna forma que esta práctica haya cesado luego de la introducción del voto secreto. Es decir, luego de las reformas, probablemente las comunas más cercanas a Santiago seguían teniendo ventajas en la obtención de recursos y por lo mismo el precio de los votos en esas comunas haya sido más elevado que en las que se encontraban lejos. Sin embargo, dado que el control del voto ya no era posible debido a su privacidad, este precio dependiente de la distancia, obviamente ya no tenía efectos sobre los incentivos a controlar la votación.. 6.. Conclusiones Este trabajo propone que a pesar del bajo poder político de jure que enfrentaban los municipios. chilenos en los años 50’s, la disposición de los partidos a pagar por los votos municipales era tal que generaba incentivos para que el voto se controlara. Para probar esto, compara la propensión que tenían los inquilinos a votar por la derecha antes y después de la introducción del voto secreto en 1958, utilizando el modelo de panel con efectos fijos a nivel de comuna de Baland y Robinson (2008). La evidencia señala que antes de la reforma electoral, las comunas con más inquilinos muestran un mayor apoyo a la derecha. Después de la reforma, el efecto desaparece. Si bien los resultados obtenidos 25 En este caso, parlamentarios que representaban a comunas más alejadas de la capital también se encontraban en desventaja al momento de obtener recursos informales.. 24.
(27) para las elecciones municipales son menos robustos que para las parlamentarias, no puede rechazarse la hipótesis de que sean distintos, lo que sugiere que en los comicios locales existía control del voto inquilino. Para explicar por qué las elecciones municipales seguían siendo lo suficientemente relevantes como para que los partidos compren el voto a un precio que incentivara el control, se sugirieron dos canales: el efecto de los alcaldes en la votación parlamentaria y presidencial, y la capacidad de los ediles de obtener recursos informales del gobierno central. Respecto al primero, utilizando un diseño RD encontramos que tener una mayoría amplia de regidores en una comuna aumentaba la votación parlamentaria en un 12,8 % y la presidencial en un 7,9 %. El segundo mecanismo se estudió de manera indirecta. Dado que comunas más cercanas a Santiago tenían ventajas en la obtención de recursos informales, se estimó el impacto de la distancia en la votación de los inquilinos. Los resultados muestran que en comunas más cercanas a Santiago el control del voto era mayor, en línea con lo predicho teóricamente. Ambos mecanismos otorgaban a los municipios poder político de facto lo que permite entender por qué el precio de los votos en este tipo de elecciones no cayó hasta el punto de desincentivar completamente el control de la votación.. 25.
Figure
Documento similar
Cedulario se inicia a mediados del siglo XVIL, por sus propias cédulas puede advertirse que no estaba totalmente conquistada la Nueva Gali- cia, ya que a fines del siglo xvn y en
El nuevo Decreto reforzaba el poder militar al asumir el Comandante General del Reino Tserclaes de Tilly todos los poderes –militar, político, económico y gubernativo–; ampliaba
que hasta que llegue el tiempo en que su regia planta ; | pise el hispano suelo... que hasta que el
Missing estimates for total domestic participant spend were estimated using a similar approach of that used to calculate missing international estimates, with average shares applied
Por PEDRO A. EUROPEIZACIÓN DEL DERECHO PRIVADO. Re- laciones entre el Derecho privado y el ordenamiento comunitario. Ca- racterización del Derecho privado comunitario. A) Mecanismos
En cuarto lugar, se establecen unos medios para la actuación de re- fuerzo de la Cohesión (conducción y coordinación de las políticas eco- nómicas nacionales, políticas y acciones
Así, antes de adoptar una medida de salvaguardia, la Comisión tenía una reunión con los representantes del Estado cuyas productos iban a ser sometidos a la medida y ofrecía
b) El Tribunal Constitucional se encuadra dentro de una organiza- ción jurídico constitucional que asume la supremacía de los dere- chos fundamentales y que reconoce la separación