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THE
LIBRARY
OF
THE
UNIVERSITY
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NORTH
CAROLINA
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ENDOWED
BY THE
DIALECTIC
AND
PHILANTHROPIC
^ SOCIETIES
8UILDÍNG USE
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PQ6217
vol.
19
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SERAFÍN
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DE LA RKAL ACADEMIA ESP
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MORAL
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PASO
DE
COMEDIA
MADRID
LA
MORAL
DE
ARRABALES
Estaobraespropiedad desusautores.
Losrepresentantes delaSociedad deAutores Espaheles\
sonlosencargados exclusivamente de concedero negarel
permiso de representaciónydelcobrode losderechosdt
!
propiedad.
Droitsdereprésentation, detraductionetdereproductioa reservespourtouslespays,y compris laSuéde, laNorvége
etlaHoUande.
SERAFÍN
Y
JOAQUÍN
ÁLVAREZ QUINTERO
DE LA REAL ACADEMIA ESPAÍ50LA
LA
MORAL
DE
A
R
R
ABALES
PASO
DE
COMEDIA
Estrenado
en
elTeatro
de
Lar
el 21 de
Marzo
de 192i,"/>
MADRID
MADRID.—ImprentaClálica Española. GlorietadeChamberí.—Teléf.J.
A
PEPE
GARRIDO
Acepta^ en nuevaprendade
nues-tra buena v antigua amistad^ la
dedicatoria de estepaso detu
pre-dilección^
y
recibe con ella lapro-mesadeofrecerte algún día una
co-media como <s-La
mala
hierba^^ quete guste a ti
y
no le guste a donPolión de la
Gama
y
Gildel Ojo^Barón dela Cuesta Abajo.
REPARTO
PERSONAJES ACTORES
BLANQUITA
Carmen Jiménez.DAMIANA
Leocadia Alba..Í3
.^y
cei
O
LA
MORAL
DE
ARRABALES
Laescena esenArrabales, ciudad de Castilla,en una sala
delacasa solariegadelseñordonFolióndela
Gama
y Gil delOjo, baróndela Cuesta Abajo. Unapuerta aladere-chadel actoryotraalforo.Muebles con fundas. En las paredes, dos otres retratosde amojamados ascendientes dedonFolión. Esdedía.
Damiana, vieja
ama
de llaves de don Polión^ quegruñe
más
que habla^ lee unperiódico delalocalidad,Damiana. (Anda! jSe lo tiene bien merecido la
jueza! Por... ¡por haber ido en cueros al bailedel
Ca-sino! ¡Porque iba en cueros!
Yo
la vi. Este papel nose paga con oro. Leyendo. «Teatro*. [Oiga! |A ver
qué pone! «Pronto debutará en nuestro Principal,
como
ya anunciamos, la notable compañía de la en-cantadora actrizB
anquita Revuelta,cuyorepertorio,no obstante, esharto discutible». Acogelanoticiacon
ungruñido.
«Y
nosotros, defensores constantes delamoralidad de las costumbres
y
del decoro públi-co—
¡vaya si está bien puesto!—
nos permitimos di-rigir una pregunta a todosy
a nadie: ^Se va acon-sentir en la culta Arrabalesla representación de esa nefanda obra que se titula «La mala hierba»? Tienen
la palabra para respondernos todos nuestros conciu-dadanos; pero no queremos dejar de aludir con este motivo ala persona que, por su alto prestigio
litera-10
La
moralde Arrabalesrio
y
por su intachable conducta, se ha distinguidosiempre en Arrabales
como
arbitro de estasdelica-das cuestiones». |Mi señorito! |Ya pondrá él los pun-tos sobre las haches, ya!
«Hemos
nombrado, sinnombrarlo, a
don
Folión de laGama».
¿-No lo dije?«En
susmanos
está laresolución de este pleito de«La mala hierba», objeto
hoy
día de todas lascon-versaciones
y
causa de laturbación detodaslas con-ciencias honradas». Pero ¡québien loexplical¿-Y queel herejote del otro papel le llame «Mantequilla» al
que escribe esto? ¡Vamos! «La mala hierba» es obra
de tal índole...
Dentro, en lapuerta de la derecha^pregunta Blan-quita Revuelta:
Blanquita. ^Se
puede
pasar?Damiana. Sorprendida. ¿Quién? Adelante.
Pasa
Blanquita, mujergraciosa, linday
picaresca. Vienede tiros largos. Sabe que va a libraruna
bata-llay
no ha dejadoarmas
conquevencer.Blaxquita. Buenos días.
Damiana. Buenos días. ¿Quién le ha abierto a
usted?
Blanquita.
Un
criado.¿Don
Folión de laGama?
Damiana.
Aquí
vive.Blanquita.
Ya
lo sé, >a.Damiana.
¿Qué
desea?Blanquita. Verlo.
Damiana. ¿Verlo?
Blanquita. Sí, señora; verlo.
Hágame
el favordeentregarle esta tarjetita.
Damiana. ¿La conocea usted?
Blanquita.
De
oídas, es posible.Damiana. Si no es
más
que de oídas,me
temo
que no la va a recibir.
Blanquita. ¿For qué?
re-La
moral de Arrabales 1 1cibir señoras... de oídas.
¿Y
usted a él, lo conoce? Blanquita.De
oídas también,como
ustedcom-prende.
Damiana. Pudiera usted haberlovistoalgunavez.
Blanquita.
No
he tenido ese gusto.Damiana.
Bueno
está.Vamos
allevarlelatarjetita.Se va porlapuertadelforo^gruñendo.
Blanquita. ¡Jesús; Parece una perra.
Echa una
ojeadaa la sala. ¡Ay ..! El Señor
me
ayude en esta aventura.Que
síme
ayudará; ^por qué no.^ Estreme-ciéndose de pronto. ¡Ah! La muerte chiquita.Tengo
el cuerpo cortado. |Ah... chísl ¡Ah... chis! ¡Vaya!
Lo
he pillado en el tren.
Como
siempre.Y
seme
pone
la nariz lomismo
que una guinda. Saca de su bolsouna polverita
y
se blanquea laguindagraciosamente,¡Ajajál
Aquí
saleotra vezla perra.En
efecto^ vuelveDamiana
pordonde semarchó.Damiana.
Que
tenga usted labondad
desen-tarse.
Blanquita.
Muchas
gracias.Damiana.
Que
viene enseguida.Blanquita.
Muchas
gracias.Damiana. ^'Usted es cómica, verdad?
Blanquita. Actriz; sí, señora.
Damiana. ¡Cómical
Blanquita. ¡Actriz!
Damiana.
Ya me
dio el tufillo apenas entró.Blanquita.
¿Cómo
el tufillo?Damiana. El tufillo, sí. Las cómicas huelen
uste-des
como
no huele nadie.Blanquita.
Como
no huele usted, desde luego,que hueleaalgarrobas.
Damiana. ¡Porquese puede! Siéntese usted
y
es-pere al amo.
Se marcha
por
lapuerta dela derechasin dejar deis
La
moraldi ArrabalesBlanquita. Pues, señor, siento no haber traído azúcar en el bolso. ¡Valiente mujerl [Priraer premio
en una exposición canina!
Y
este caballero^me
hará esperar aquímucho
rato?No, que yallega.¡Quéfino!S^retoca ligeramente.
Por
la puertadelforo aparece enesto don Pollón^señoramojamado, comosusparien-tes^
y
tristecomo lavejez deunjipijapa. Usa chaquet negroy
babuchas amarillas. Parece un mirlo. Gastaen cosméticos unagraitparte de su hacienda.
Su
ha-blaresrecortadoy
pulcro;sus ademanes^afectadamen-teseñoriles. Séatusa con frecuenciaelbigote,
y
cuandose turba, quiere disi^nular mirándose las guias
y
seponebizco.
La
reverencia quele haceala actrizestal^que
más
quea saludarla cieeriaseque seinclinaaco-ger algo que ha visto en elsuelo.
Don
Polión. ¿Señora... o señorita? Blanquita. Señorita.Don
Polión. Señorita...Blanquita. Caballero...
Don
Polión. Por no hacerla esperar a usted,sal-go en pantuflas. Usted
me
dispensará seguramente. Blanquita.¿Cómo
no?Aparte de que sonmuy
bonitas las pantuflas deusted.Don
Polión. Bordadaspormidifuntaesposa,quesanta gloria haya.
Blanquita. Pues son un primor. ¡Si parecen dos
relojeras!...
Don
Polión. Gracias.¿Me
hace usted lamerced
de sentarse?
Blanquita. Sí, señor.
Y
usted, ¿no se sienta?Don
Polión.Me
faltan seis minutos. Blanquita. ¿Cómo?;Para qué?Don
Polión. Para poder sentarme sin infringir laprescripción facultativa.He
de permanecer depieun cuarto de hora después del soconusco. Blanquita. Pero ¿ahora se desayuna usted?
La moral ae Arrabales 13
Don
Folión. No, señorita. Es que suelo tomarchocolate
como
finy
postre del almuerzo.Blanquita. Ya. Entonces ¿he venido quizá a im-pedirle la siesta?
Don
Folión.En modo
alguno.No
duermo
siestamás
que los domingos.Blanquita. ¿-Porprescripción facultativatambién?
Don
Folión. No, señorita; porqueme
levantomás
temprano yme
embarga
el sueño después delapitanza.
Blanquita. Ya. Fues... ¿usted, sin duda, se
figu-rará a lo que yovengo?
Don
Folión. Porelmomento,
señorita,arecrear-me
los ojos, que en este caso,como
los deSegis-mundo,
son hidrópicos.Blanquita. (On...l
No
en balde pregona la fama que es ustedmuy
galante.Don
Folión.Admiro
la belleza siempre que laveo a la luz delsol, mal que pese a los que
me
lla-man
mochuelo.Blanquita. Pero¿le llarnana usted mochuelo?
Don
Folión.Menguada
sátira de Casino,señori-ta. El proverbial ingenio castellano no da
más
de síen esta desventurada c.udad de Arrabales.
Blanquita. jVayaporDiosl Estremeciéndose otra
vez. ¡Ahí
Don
Folión. ¿Qué es eso?Blanquita.
La
muertechiquita. Seme
hacorta-do el cuerpo en el tren. ¡Ah... chísl
Don
Folión. ¡Jesús!Blanquita. ¡Ah... chis!
Don
Folión. ¡Jesús, María! Blanquita. ¡Ah... chis!Don
Folión. ¡Jesús, María yJosé!Blanquita. Gracias. Siempre
me
constipo en los viajes.Con
permiso. Vuelve a sacar lapolveritay
a14
La
moral de Arrabalesblanquearsela nariz. Esta nariz es mi condenación: se
me
pone
como
un tomate.Don
Folión. [En elnombre
del Padre, señorita! ^•Qué semejanza puede haberjamás entre su nariz deusted, de nieve y rosa, y ningún
miembro
de lafa-milia de las solanáceas?
Blanquita. ^'Las solanáceas? ¿Qué familia es esa? ^Es de aquí?
Don
Folión ¡Nol ¡Es la familia del tomate, pre-cisamente!Blanquita. ¡Aaaaahl
Se ríen los dos: ella^ de él, espontáneamente^
y
//,del^íquidpro quo^^ como si obedeciera a
un
resorte;y
comopor
resorte también^ seponeserio cuando creeque
ya
se ha reídolojusto.Don
Folión. Seme
disparó la hilaridad. Blanquita. Es que ha tenido gracia.Don
Folión. Bien, pues...Blanquita. Sí, señor, sí; voy a decirle ya cuál es
el objeto de
mi
visita, porque usted es persona degraves quehaceres, ysería en
mí
unagranimpruden-cia robarle
mucho
tiempo.Don
Folión. Usted no roba: arroba.Blanquita. Arroba;
muy
bien.Muchas
gracias.Don
Folión.No
hay de qué, señorita. Disimuleel juego de vocablos.
Soy
muy
dado
a talesequívo-cos. Tanto, que a veces
me
es forzoso recordarme amí
mismo
los versos del clásico:Los
equívocosseacaben;sólo reinefi los concetos.
^Ha
deestar la discreción en que nosequivoquemos}Blanquita. Pues yo, señor barón de la Cuesta...
Don
Folión.Don
Folión de laGama;
loLa
moral de Arrabales 15Blanquita.
y
amí
me
da lo mismo. Pues yo,don
Folión de laGama,
soy la primera actriz delacompañíacómico-dramáticaque pasado
mañana
debeinaugurar sus funciones en el teatro Principal.
Don
Polión. ¿La famosa Blanquita Revuelta? Blanquita. Para servir a usted.Me
hanasegura-do cuantas personas
me
quieren bien en Arrabales,que es usted aquí...
—
¿cómo lo diríamos.^—
algo amanera de un censor de teatros particular; que las
señoras y las señoritas de esta población tienen por
norma
eljuicio de usted para irono ir al teatro.Don
Polión. Sí,sí... no puedo negarque algo in-fluyo... Fían en mi gusto literario, en la rectitud demi
conciencia... ymás
que en nada, enmi
inque-brantable moralidad.Blanquita. ¡Ah... chis!
Don
Folión. ¡Jesús!Blanquita. ¡Vaya si lohe cogido! Perfectamente bien, señor de la
Gama.
Estoy segura de quehemos
de caminar de acuerdo. Mirándolocon zalamería.Sí.
Tiene usted
mucha bondad
en los ojos.Además,
es usted un caballeroy yo
soy una dama.No
usaráus-ted
mucho
rigor conmigo, ¿verdad? Con coquetería.No.
¿A
queno? Suspirando. ¡Ay, cuánto leagradezcoa usted esa sonrisal
Don
Pollón-,un
pocoenternecido^1se úentaal lado deella. ¿Han pasado ya los seis
mi-nutos?
I
Don
Folión.No
lo sé; pero ¿quémás
da minutoi
más
o menos? Se mira lasguías,Blanquita. Yo, no le fuera a hacer a usted
Imal...
Don
Folión. No.I
Blanquita.
Vamos
al grano entonces.I
Don
Folión. ¿Algrano ha dicho usted?Ergo
hayy^vigrano.
Presumo
que nuncaestuvo mejor empleada1
6
La
moral de ArrabalesBlanquita. ^Ha leído usted la lista de mi reper-torio
y
de mis estrenos?Don
PoliÓx^.He
leído la lista.Blanquita.
Y
^qué le parece?Don
Folión.Que
será fuerza queempleemos
el lápiz azul de vez en vez, principalmente en elcapí-tulo de estrenos, uno de los cuales no puede
pasar.
Blanquita.
^Qué
me
dice usted?Don
Folión.Lo
que usted ha oído.Blanquita.
Y
^cuál es ése, que no caigo...? ^Aca-,so «La paz déla altura»? '
Don
Folión. No. 'Blanquita. ¿«Corazones muertos»?
Don
Folión.Tampoco.
Blanquita. ^«E1 baile prohibido»?
Don
Folión.Menos
aún.Me
refiero,y
ha debidousted adivinarlo desde el primerinstante, a «La mala
hierba».
Blanquita. Consternadísima.
^A
«La malahier-ba»?¿No ie gusta a usted «La mala hierba»?
Don
Folión. Ni amí
ni a ninguna persona quese estime. ¡Esa comedia no se puede representar en Arrabales!
Hoy
lo dice el periódico. Se levantay
pasea.Blanquita. Suplicante. ¡Señor
don
Folión...!Don
Folión.Con
todos losrespetos debidos alaseñorita
y
a la actriz.Blanquita. Señor mío, nada ha podido usted
de-cirme que
más
me
desconciertey
aflija... Imagineusted que «La mala hierba» justamente es labase de este negocio.
Don
Folión. ¡Fues se viene abajo por su base!Y
yo lo deploromuy
mucho; pero se viene abajo.He
aquí elgrano^ queyo
temía que fuese maligno. Blanquita. ¡Señordon
Folión...!La moral de Arrabales 1
7
Don
Pouón. ¡Comedia torpe, en que se hace laapología del
amor
ubrey
disolutol Blanquita. ¡No, señor..!Don
Folión ¡Sí, señorita...!Yo
la he visto enMadrid varias veces...
y
sé bien a qué cartaque-darme.
Blanquita.
Eso
me
habían contado, que ustedlahab a visto ya en Madrid.. Por eso no temía...
Don
Folión.En
Madrid el ambiente es otro. Blanquita. ¡Pero usted es el mismolDon
Folión. Sí...Blanquita.
Y
tambiénme
habían dicho que ha-bía usted llevado a sus hijas.Don
Folión. Mirándose otra vezlas guias, tur-bado. Sí...Compromisos
sociales... mallas delam-biente... Aparte de que era día de moda, y ya
con-taba yo con que se atendería
muy
poco a lacome-dia...
Y
como
además
la conocía de antemano,cuan-do venía a'go vituperable les ofrecía a las
mucha-chas un
bombón
para que, mientras le quitaban elpapel de plata o paladeaban ei dulce,pasase
inadver-tido el veneno de la comedia. Al día siguiente
tuvie-ron un empacho.
Blanquita. Ya, ya. Esto no debiera
sorprender-me.
De
más
sé yo que todo el rigor de losmoralis-tas se guarda para las pobrecitas comedias.
Don
Folión. ^Qué quiere usted decir?Blanquita.
Que
a los padres y a las madres deldía no les importa que vean sus hijas las operetas
más
desven^onzadas,donde
no hay hmitea osatre-vimientos de palabra y de acción
—
¡son operetas!—
ni que vayan al cinematógrafo,
donde
ven a lopeorbesos silenciosí^s de dos metros de cinta
—
¡es el cine. .A—
Y
le hago a us ed gracia de los bailes demoda, en que de espectadoras pasan a ser actrices...
¿Me
comprende
usted?...Pero lascomedias... ¡ahí ¡lasiS
La
moral de Arrabalescomediasl... |Eri las comedias
hay
quefijarse mucho;hay que hilar
muy
delgadolDon
Folión.No
quiero entrar en minuciosasdis-cusiones, señorita...
No
divaguemos... El resultado esque no hay que pensar en que «La malahierba» se
represente en Arrabales.
Blanquita. Suspirando^ abatida. ¡Ay, Dios
mío
de
mi
alma!Don
Folión.^Qué
es ello?^Qué
significa esesus-piro?
Blanquita.
¿Qué
ha deser?^Qué
ha de significar?¡Que ha tronchado usted todas mis ilusiones en un
momento!
jTodaslYo
soyempresaria de compañía...«La
mala hierba» es la obra dedefensaquetraigo, laúnica que puede excitar lacuriosidad del público lo
suficiente parareportarmealgún beneficio.Yo,señor
don
Folión, no soy empresaria por recreo ni porva-nidad: lo soy porque mi vida asílo quiere. El
reina-do de la mujer es tan efímero
como
el de la actriz;con lascanas, quellegan, viene el desvío del público,
elcansancio, el volver laespalda a la que fuéla favo-rita, el herirla con la adoración de
nombres
nuevos...Y
hay que saber no abandonarse, hay que cuidarlosaños de triunfo... y coger las flores que
pródigamen-te nos ofrecen.
De
mi
risa de actriz, además; de millanto, fingido o verdadero
—
que en !a escena tam-bién se liora a veces—
; de mis gritos, de mis gestos, ¡si viera usted cuánta gente vive...I ¡Si usted supieraa cuánta gente le da un pedazo de pan la pobrecita...
la desdeñada cómica! Seenjuga
una
lágrima.Don
Folión. (jLlorausted, señorita?Blanquita. No.
Ha
sido unalágrimaimprudente.Don
Folión.Una
perla.Blanquita. Déjese usted de perlas. Si yo llorase perlas...
La
moralde Arrabales 19Blanquita. jLe pediría a usted que
me
diese undisgusto
mucho
mayor
aún que el que acaba de darme!Don
Folión. Señorita... el Fénix delos Ingenios ha dicho:/
Que
tantopuede una mujerque llora! Blanquita. Pues yo, por las trazas, bien pocopuedo.
Don
Folión.No
tan poco, por vida mía. Blanquita. Animándose. ^De verdad?Don
Folión. Gobernar es transigir, señorita.Va-mos
a ver si nos entendemos.Blanquita. Estremeciéndosede nuevo, ¡Ah!
Don
Folión. ^La muerte chiquita otra vez? Blanquita. Otravez; pero ahora de gusto. ^Quéva usted a decirme?
Don
Folión.Que
paso por quese represente en Arrabales «La malahierba»...Blanquita. ^Sí?
Don
Folión.Un
poco de calma.Con
una sola condición.Blanquita.
La
que usted exija.Don
Folión. ¡Arrancarle de raízelacto segundo! Blanquita. ¡Don Folión de mialma, nome
mateusted! ¡Si elacto segundo es la obra!
Don
Folión. ¡El acto segundo es intolerable!íCompréndalo usted, señorita, compréndalo. ¡No hay
'en Arrabales
bombones
bastantes paradulcificarlo
y
hacerlo pasar!
Blanquita. Usted está ofuscado. Frefiero no
re-presentar la comedia. ¡Mire usted el acto segundo...!
¡Si tiene una escena que es preciosa!
Don
Folión. ^-Freciosa una escena de ese aqto?¡Dígame usted cuál!
20
La
moralde ArrabalesDon
Folión. ¡Cascaras!Perdóneme
usted estascascaras...
No
he sidodueño de mi expresión... P. rosi quiere usted que tengamos la fiesta en paz, no
ha-blemos dela escena del coqueteo.
Blanquita. ¿Por qué no.?
Yo
he de convencera usted de que no la recuerda. Allí lo que se dice eslo de menos; casi nadie lo oye.
Y
sobre todo, señordon
Pollón, ahora no es la empresaria ni la mujerlaque le suplica, la que pretende persuadirlo: es Ja
ac-triz. |Se trata del
mayor
triunfo demi
carrera artís-tica!Don
Polión. jPoramor
de DiosiBlanquita.
Como
se lo digo.Hago
unalabor tan personal en ese mom^^nto, tan expresiva, tanfeme-nina...
Ko
tiene méiito ninguno, p( rqueyo
soy así.Mire usted: está el galán, tal
como
usted, en unex-tremo del escenario, y
yo
estoy en el otro.Ya
sabeusted que ha habido entre los dos amantes una gran borrasca de ce:OS y que la reconciliación es dificilí-si'Ta. Bueno. Pues primero,sin mirarlo casi, lo llamo
con un levísimo siseo: ssss... ssss... ssss .. El,
ins-tintivamente, riega con la cabeza, pero da un
pa-sito nacia mí.
Don
Polión loda níaquinalmente.Lue-go vuelvo a llamarlo sin palabras, con la manita,
como
una chiquilla que quiere hacer las paces; así...El vuelve a negar... y a dar otro pasito.
Da
otro donPolión a su vez, embelesado. Después lo llamo con
los ojos: los arrullo, los entorno, los mezco, los...los
evaporo casi... y él entonces da dos pas tosmás. Los
da don Polión.
En
seguida sacudo ligeramente laca-becita y guiño a la vez el ojo izquierdo,
como
di-ciéndole: «¡Vamos, hombre! ¡Pelillos a la
mar
»Y
después leenseño este lunar del cuello, quees su
lo-cura; y después frunzo laboquita con
mimo,
cargan-do de razón el labio de abajo; y después... Bueno,
La
moral ae Arrabales 21junto a mí...
y
sehunde
a aplausos el teatro.Don
PolioII, tn elpreciso viomento^ está corno elgalán de
la obra^ al lado de lapicaresca Blanquita^ hecho
una
jalea.
Dox
Folión.Y
yo no discuto el fundamento jus-to de e-a ovación. Pero no puedomenos
delamen-tar que emplee usted sus dotes artísticas en
repre-sentar personajes de tan baja estofa.
Blaxquita.
De
todo ha de haher en el arte...Además,
don Folión, si la protagonista de «La malahierba» es una infeiiz...
Don
Folión. ¡Una infelizlBlanquita. Sí, señor.
Y
de sobra lo sabe usted,que tiene cara de haber sido cocmero antes que
fraile.
Don
Folión. Halagado. ¿Yo?Blanquita. Sí, señor, usted.
Muchas
mujeresma-las .. luego resultan las
más
buenas.Dox
Folión. Riendo apesar suyo. Ja, ja, ja!Me
ha hecho usted reír nuevamente... ¿Qué le pasa a
!usted?
A
Blanquita le rondala nariz un estornudo que noacierta con la salida,
y
pone wia caray
haceunos vi-\sajes singularísimos^ que cautivanmás
de lo que lo¡< "^táa don Folión,hasta elpuntodeimitarlos sin
dar-se cuenta.
Blanquita. El catarro picaro.
Don
Folión. Fero {'qué lepasa? Blanquita. Nada, que...Don
Folión. iO\xéle pasa?Blanquita. Nada, que. . Estorítudando al cabo. ¡Ah... chis! Quería quedarse dentro.
Don
Folión. ¡JesúslNo
lo extraño. Blanquita. ¡Ah... thíslDon
Folión. ¡María yJosél Blanquita. ¡Ah... chísl22 La moral de Arrabales
Don
Folión. Joaquíny
Ana!Blanquita. Muchísimas gracias,
don
Folión. Se decora la narizpor
tercera vez.En
resumidascuen-tas, amigo mío, que usted es
muy
bueno...y
que nohay que tocarleal segundo acto.
Don
Folión. Señorita...Blanquita.
Vamos;
desarrugue usted ya elen-trecejo.
Don
Folión. Señorita... Bajando la voz. ¡Si esque
yo
me
he cansado de repetir en Arrabales queantes
moro
que darmi
venia para el estreno de esaobra de Barrabás! ¡Considere usted mi compromiso!
Blanquita.
No
hay tal compromiso. Diga usted ahora quese han suprimidomuchas
frases...y
hasta algunas escenas.Una
mentirilla.Don
Folión. No, eso no; por fuerza habrá queamputar algo.
Echaremos
abajo el acto tercero.Blanquita. ¡Ave María Furísima!
¿Me
va usted atocar al tercero?
Don
Folión. ^Otro triunfo de actriz?Blanquita. No, señor; en el tercero no es de
ac-triz.
Ahí
el triunfo—
va usted adispensarmelainmo-destia
—
es de la mujer.Y
no por mí, sinopor el tra-jecito que saco.Hay
que verme. Sin ser atrevido,¿me comprende
ust^^d?—
porqueyo
soymuy
pudo-rosa vistiendo
—
tiene su granito de saly
pimienta.Y
de canelay
clavo.Y
hastasu poquito deajonjo-lí. Y...
Don
Folión.No
más
especias, señorita.Blanquita.
Verá
usted. Esen lafiestade los du-ques. B.:eno, todo el traje es de fantasía.De
mucha
fantasía.Es una creación demi
modisto, que^^fan-tástico. Sobre todo en las cuentas. El escote es
muy
original.Empiezaaquíarriba del
hombro
izquierdo,y va bajando poquito apoco por aquí poraquíporaquíLa moralde Arrabales 23
Tiene ángel.La
manga
derecha...en rigor no esman-ga; no son
más
que dos cintas negras de terciopelo cruzadascapíichosamente,y queseunenenlamuñeca
en un lazo. Es bonito. El brazo izquierdo vadesnudo.
Don
Folión. ¡Y el derecho tambiénlBlanquita.
No
llevamás
que una guirnaldita de rosasmuy
tenues ymuy
chiquirrititas, que pareceque no están... y que están.
Hace
fino. Elcinturón...el cinturón es un poco oriental.
Y
me
lo anudo deuna manera... Bueno, no ledigo a usted
cómo
me
loanudopara que se sorprenda luego. Oriental. La
fal-daes de gasa finísima. Los zapatos son plateados, escotaditos,
y
con dos florecitas iguales a las del brazo izquierdo. Salgo de frente... y un murmullo.Me
vuelvo de perfil...y
otro murmullo.Doy
unpa-seíto... ¡y eche usted murmullos!
No
les tema usteden este acto a las crudezas del lenguaje, porque na-die se entera de una palabra desde que salgo yo.
Hue'gan los
bombones.
Nos
parece puerildetallar cómo ha escuchado donPollón ladescripción del trajecito.
El
hecho esque,por
toda respuesta, estornuda.
Don
Folión. , |Ah... chis!Blanquita. ¡Hola: ^Se ha contagiado usted?
Don
Folión. Así parece. ¡Ah... chis! Sin duda elmicrobio del catarro...
Blanquita. ^Quiere usted la borlita?
DoR
Folión. ¡Laborlitanovaaquerermea mí...lBlanquita. ¿For qué no?
Don
Folión. Sobre que yo no soy presumido... Blanquita. No;siyo nolallevoporpresunción...Es
que esto refrescay
alivia.Don
Folión. ¡Ah, ya: Si refrescay
alivia...Blanquita.
Verá
usted.Saca la borlita, la sacudegraciosamente,
y
antes de aplicársela a la berenjena quetienepor
narizdonFolión,ésteseestremecedegozo.24
La
moralae ArrabalesDon
Folión. ¡Ahí Blanquita. ^'Qué es eso?Don
Folión.Como
quien dice una picardihuela.¡La muerte chiquital
Sueltan los dos la carcajada.
Blanquita. ¡Ay, qué salado! Sepolvorea con
gra-cia la berenjena. Aspireusted, aspire usted...
Don
Pollón, extasiado,aspira lospohitosmedicina-les. Salelaperrapor lapuerta del foro.
Su
señor, al verla sesepara rápidamente de Blanquita, con la na-riz hecha unpolvorón.Damiana. Señor.
Don
Folión. Mirándoseuna
vezmás
las guias.^Qué
hay, Damiana.?Damiana. El señor alcalde.
Don
Folión. Poniéndosedel colordelasbabuchas,¡El señor alcalde! Fues dile... dile...
Blanquita.
Que
no le diga nada, porque yome
retiro.
Don
Folión.^Ah,
sí?En
ese caso, Damiana,acompaña
tú a esta señorita...Damiana. Sí, señor, sí; aquí fuera aguardo. Se va
por lapuerta de la derecha casicon el^noquillo.
Don
Folión. ¡Esto se complica, amiga mía! ¡Elalcalde ahí] ¡Estoy
comprometido
con él! ^'Qué ledigo?
Blanquita. Sonriente. Espere usted a ver lo que
él le dice... Forque yo vengo ahora de visitarlo.
Don
Folión. ^Eh?Blanquita. ¡Y lohe convencido tambiénl
Don
Holión. ¡Ah!Blanquita.
Y
anoche estuve en casa del señor cura parreco ..Don
Folión. ^Eh?Blanquita. ¡Y también cayó!
La
moralde Arrabales 25Blanquita.
y
como
es tan aficionado al teatroy3S hábitos levedan salir a la sala,
me
hapedidoque;ponga en el escenario una sillita...
Don
Folión. ¡Oh!Blanquita.
De
manera que...Don
Folión. ¡De manera que no lequedaa usted ae hacermás
que convencerasimismoa losdirecto-rs de los periódicos!
Blanquita.
Muy
bajito. Losdoshan ido estama-ma
a verme a la fonda.Don
Folióx. ¿Eh?Blanquita. Les escribí anoche.
Don
Folión. ¡Ah!Blanquita.
Y
ahora voy a la Casa del Pueblo.Don
Folión. ¡Oh!Junto alsaber de
una
mtijer astuta^Cicerón
y
Pascalno sabennada...y es fruta santa !a vedada fruta...
lasta colaborarcon el poeta
me
ha hecho usted!... '^espidiéndose.Encantadora Banquita,somos
amigos.Blanquita. ¡Amiguísimos!
Don
Folión. ¡Amiguísimos!Blanquita.
Me
voymuy
agradecida ymuy
con-nta.
Don
Folión.A
los pies de usted...Damiana
la:ompañará... Discúlpeme.
¡Blanquita. Discúlpalo completamente.
'
Don
Folión. ¡Damiana!. Dentro seoye ungrtiñido.
Blanquita.
Ahí
está, sí, señor.Don
Folión.A
los pies de usted. Semarcha
por' pturta dtlforo con rubor hasta en lasbabuchas.
o tropieza^ pero lefalta el canto de
un
papel de tmar.26
La
moral de ArrabalesVuelve asalir
Damiana^
quese acercaa Blanqiiitty
le dice cautelosamente:Damiana. Oiga usted; coi^i licencia.
Cuando
echíusted esa función, a ver si guarda para mí dos en Iradas de arriba. ¡Sin que el señor se entere, por su puesto!
Blanquita. ¡Ya lo creo! ¡Cuente usted con ellas
Damiana.
Muchas
gracias. Seva cojitentísima.Blanquita. ¡Está visto que ya no hay caracteres
Al
público:Gané
la voluntad de estos varonessin
más
que una pueril zalamería...Es
difícil vencer las convicciones, pero es fácil burlar la hipocresía.FIN
OBRAS
DE
LOS MISMOS
AUTORES
JUGUETES
CÓMICOS
(primeros ensayos)
Esgrimay amor.
—
Belén,12, principal.—
Güito.—
La mediana-ranja.
—
Eltíodelaflauta.—
Lascasasdecartón.COMEDL^S Y
DRAMAS
EN UN ACTO
La reja.
—
La pena.—
La azotea.—
Fortunato.—
Sin palabras,—
Pedro López.
EN DOS ACTOS
Lavidaíntima.
—
Elpatio.—
Elnido.—
Pepita Reyes.—
Elamor quepasa.—Elniño prodigio.—
La vida que vuelve.—
La escon-dida senda.—
Doña Clarines.—
La rima eterna.—
Puebla delasMujeres.
—
La consulesa.—
Dios dirá.—
El ilustre huésped.—
Así se escribelahistoria.—
Febrerilloelloco.—
Pasionera.EN TRES o MÁS ACTOS
Los Galeotes.
—
Lasflores.—
La dicha ajena.—
Lazagala.—
Lacasa de García.
—
La musa loca.—
El genio alegre.—
Las de Caín.—
Amoresy amoríos.—
El centenario.—
Laflordelavida.—
Malvaloca.
—
Mundo, mundillo...—
Nena Teiuel.—
Los Leales.—
El duque de Él.
—
Cabrita que tira al monte...—
Marianela.—
Pipióla.—DonJuan,buenapersona.
—
Lacalumniada.—Elmundoesunpañuelo.
saínetes
y
PASILLOSLa buena sombra.
—
Los borrachos.—
El traje de luces.—
El motete.—
Elgéneroínfimo.—
Los meritorios.—
La reinamora.—
Zaragatas.—El mal de amores.—Fea y con gracia.—La mala
sombra.—El patinillo.—Isidrín o Las cuarentay nueve
provin-cias.
—
Losmarchosos.—
LadelDosde Mayo.ENTREMESES Y PASOS DE COMEDIA
El ojitoderecho.—
Elchiquillo.—
Lospiropos.—
Elflechazo.—Lazahori.
—
El nuevo servidor.—
Mañanadesol.—
Lapitanza.—
nana...
—
Lazancadilla.—
LabellaLuccrito.—
A
laluzdelaluna.—
Eiaguamila^íiosa.
—
Lasbuñoleras.—
Sangre gorda.—
Herida de muerte.—
Elúltimocapítulo.—
Solico enelmundo.—
RosayRo-sita.
—
Sábado sin sol.—
Hablando se entiende la gente.—
<Aquién me recuerda usted?
—
El cerrojazo.—
Los ojos deluto.-Loquetúquieras.
—
Lecturay escritura.—
La cuerdasensible.—
Secreticode confesión.
—
LaNiña de JuanaoEldescubrimientode.América.
—
Elcorazón enlamano.—
Lasillita.—
LamoraldeArrabales.
—
Lafloren«:1libro.—Laseria.ZARZUELAS
EN UN ACTO
El peregrino.
—
El estreno.—
Abanicosypanderetaso ¡ASevi-llaenelbotijo!
—
Elamorensolía.—
Lapatria chica.—
La muela delrey Parían.—
Elamorbandolero.—
Diana cazadoraoPenade muertealAmor.—
Lacasadeenírente.EN DOS o MÁS ACTOS
AnitalaRisueña.
—
Lasmil maravillas.—
Lospapiros.MONÓLOGOS
Palomilla.
—
El hombre que hace leír.—
Chiquita ybonita.—
Polvorilla elCorneta.
—
LahistoriadeSevilla.—
Pesadoymedido.VAREAS
El amor en el teatro.
—
Lacontrata.—
Laaventurade losga-leotes.
—
Cuatropalabras.—
Carta a JuanSoldado.—
Las hazañas de Juanillo ei de Molares.—Becqueriana.—
Rinconete yCor-tadillo.
—
Castañuela,arbitrista.Pompasy honores, capricho literario en verso. Fernando Fe, Madrid.
Fiestasdeamory poesía,colecciónde trabajosescritosex
profe-soparatalesfiestas.ManuelMarín.,Barcelona.
Lamadrecita, cuadros decostiunbres.BibliotecaNueva,Madria.
Lamujerespañola, unaconferenciaydoscartas.Biblioteca His-pania, Madrid.
Ruido de faldas, paso<:y entremesesescocidos, con un prólogo sobreeltrabajo delamujer. Enciclopedia, Madrid.
EDICIÓN ESCOLAR:
DoñaClarines y Mañana desol, Editea luith introduction,
no-tesandvcccbulary by S.GriswoldMorley,Ph. D.Assistant
Pro-fessor of Spanish, Univ¿rsity ofCaifornia.
—
Heatks AlodernTRADUCCIONES
AL
ITALIANO:IGaleoti.
—
IIpatio.
—
Ifiori (Lasflores).—
La pena.—
L'amore che passa.—
La Zanze (LaZagala)^ por GiüskppePaolo Pac-CHIEROTTI.Animaallegra (Elgenioalegre), por Juan Fabré y Olivery LUIGIMOTTA.
Le fatiche diErcole(Lms de Caín),porJuan Fabréy Oliver.
I fastidi deila celebritá (La vida intima)^ por Giuuo de
Medici.
Lacasadi García,
—
Al chiarodiluna.—
Amore albuio (Amoraoscuras),porLuiisiMotta.
IIcentenario,porFrancoLiberati.
DonnaClarines,por GiULio deFrenzi.
Ragnaielled'amore (Puebla delasMujeres), por Enrico Te-DESCHI.
Mattinadisolé,
—
L'ultimo capitolo.—
IIfiore dellavita.
—
Mal-valoca,
—
Jettatura(Lamalasoinhra).—
Animamalata (Herida de muerte).—
Chi mi ricorda lei.'' {^A quién me recuerda usted?)—
Cosísiscrivelastoria,por Gilberto BeccariyLuiüiMotta.
AL
VENECIANO:Siora Chiareta(DoñaCarines),porGtnoCucchetti. Elpaesedele done{Puebla delasMujeres),porCarlo
Mon-TICELLL
AL
ALEMÁN:EinSommeridyllin Sevillaf^/;^íz//í').
—
Die Blumen {Lasflo-res).
—
Die Liebegeht vorübcr {Ela/norque pasa).—
Lebenslust {Elgenioalegre),porelDr.MaxBrausewetter.Dasfremde Gluck {Ladichaajena),pnrJ.GustavoRohde. Ein sonnigerMorgen {Mañanadesol),porMaryv.íIaken.
Begegnung (Mañanadesol),porFranziskaBeckeryS. Gr'Á-fenberg.
AL
FRANCÉS:Matinée desoleil{AIananadesot),porV. Borzia.
Lafleurdelavie{Lajiordelavidá)^ porGeorgesLafondy
Albert Boucheron.
Lepatio.
—
Lechouchou(Elojitoderecho),porMauriceCoin-AL HOLANDÉS:
De bloem van het leven {Laflor dela vidá)^ porN. Smidt-Reineke.
AL PORTUGUÉS:
O
genioalegre.—
Mexericos{Puebla delas Mujeres).—
Malva-loca,porJoAOSoler.
Marianela.
—
Assim se escreve a historia.—
Segredo decon-fissáo,porAlicePestaña(Caíel).
A
DamaBranca(Doña Clarines)^porAlbertodeMoraes.AL
INGLÉS:A
momingofsunshine {Mañana desot)^por Mrs.Ldcretia XavierFloyd.Malvaloca,por JacobS.Fassett-,Jr.
By their words ye shall know them {Hablandoseentiendela
26
LIBRERÍA
«FERNANDO
FÉ*PCERTA DELSOL, I5
SOCIEDAD DE
AUTORES
ESPAÑOLES
PRADO, 24