LOS GIGANTES D E
SAN LUIS POTOSI
Alfonso NIARTÍNEZ ROSALES El Colegio d¿ Aíexico
E N EL VIRREINATO DE M É X I C O las fiestas fueron u n aspecto de la v i d a social al cual se a t e n d í a con particular entusiasmo y esmero. E l regocijo comunitario, no sólo p ú b l i c o , tuvo u n p r i m e r í s i m o lugar en los pueblos, villas y ciudades disemi-nados en los grandes territorios de Nueva E s p a ñ a ; llegó a te-ner su sitio entre los importantes intereses p ú b l i c o s que se ventilaban en los cabildos seculares, donde los h a b í a ; donde no, se ajustaban al estilo de las poblaciones mayores e inme-diatas. Los ayuntamientos confiaban la o r g a n i z a c i ó n de las fiestas, c o m ú n m e n t e , a uno de sus miembros, al que llama-b a n diputado, p a t r ó n ,1 o bien mayordomo de fiestas.
Es claro que para este aspecto de interés general, como para la m a y o r í a de entonces, debe considerarse a la N u e v a Espa-ñ a inscrita en la e x t e n s i ó n inmensurable de los reinos de Es-p a ñ a , en que el Es-poder y la grandeza de la m o n a r q u í a e s Es-p a ñ o l a se fundaba, conforme a la o p i n i ó n de las clases dirigentes y el consenso general, en la voluntad p r i m a r i a de conservar, plantar y dilatar la cristiandad, o comunidad de p r í n c i p e s y reinos cristianos, que al fin de la edad media sólo h a b í a tras-puesto m u y limitadamente los confines del viejo i m p e r i o romano.
El cristianismo, con su bagaje recibido del pueblo j u d í o y del m u n d o clásico grecolatino; la edad media, con su labor
1 ENCISO Y T E X A D A , 1 7 8 7 , p . 4 1 . A g r a d e z c o a las doctoras P i l a r G o n
zalbo y V i r g i n i a G o n z á l e z sus observaciones. V é a n s e las siglas y b i b l i o -g r a f í a al final de este a r t í c u l o .
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introspectiva en y alrededor de su ser, y las circunstancias que le dejó el m u n d o antiguo, y la época de los descubrimien-tos vaciaron sus fiestas en el llamado nuevo m u n d o , a veces religiosas, y otras profanas en sentido estricto y no pocas mez-cladas de religiosidad y c a r á c t e r secular.
L a fiesta virreinal mexicana que encontramos revestida con la mayor grandeza y esplendor era la de Corpus Christi, cuya i n s t i t u c i o n a l i z a c i ó n se remontaba a la baja edad media, o r i -ginada por u n auténtico deseo de celebrar una fiesta en cuanto que, al estar inmerso el jueves santo en la semana santa, no se p o d í a festejar como se deseaba el hecho de que Jesucristo haya instituido el sacramento de la e u c a r i s t í a u n d í a antes de su muerte, s e g ú n la t r a d i c i ó n católica. Por eso, los á n i m o s se s u s p e n d í a n y, precisamente el jueves siguiente al d o m i n g o de la S a n t í s i m a T r i n i d a d , p r i m e r o d e s p u é s de P e n t e c o s t é s , se d e s t i n ó para externar sin cortapisas la alegría contenida.
L a del jueves de Corpus podemos situarla c ó m o d a m e n t e a la cabeza de las fiestas de los santos patronos jurados, o " d e t a b l a " , es decir obligatorias, que los ayuntamientos de todos los reinos de E s p a ñ a , incluidos los de Nueva E s p a ñ a , cele-braban a ñ o con a ñ o e i b a n formando de siglo en siglo.
E n este a r t í c u l o nos ocuparemos, solamente, de u n detalle de esa gran fiesta, el cual, a m á s de su significado, que luego veremos, h a c í a l a delicia del s i n n ú m e r o de chicos y q u i z á s de los mayores, logrando la r e c r e a c i ó n comunitaria que as-piraba lograr con sus afanes el mayordomo, p a t r ó n o diputa-do de fiestas, sobre todiputa-do porque, al paso del tiempo, sacaban los gigantes a todas a q u é l l a s en que se manifestaba el sacra-mento de la e u c a r i s t í a .
E n cuanto a la c o m p o s i c i ó n de lugar, p o d r í a tratarse de cualquiera de los pueblos, villas y ciudades de los reinos de E s p a ñ a , pero, en este caso, el asunto (los gigantes) de u n te-ma tan universal (la fiesta de Corpus) el escenario s e r á la ciu-dad de San L u i s P o t o s í en el reino de la Nueva E s p a ñ a . C o n respecto ai marco temporal, nos c e ñ i r e m o s a uno a m p l i o que va a 1655, a ñ o de la c o n c e s i ó n del título de ciudad al enton-ces pueblo, a 1859, a ñ o de la ejecución de las leyes que, entre otras cosas, secularizaron los ayuntamientos, des-coyuntaron las comunidades de indios —primeros
acto-LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSI
res de las fiestas—, despersonalizaron las cofradías, confis-c a r o n los bienes que las sufragaban y p r o h i b i e r o n las manifestaciones p ú b l i c a s de culto y , en consecuencia, propi-c i a r o n la d e s t r u propi-c propi-c i ó n de una inmensa parte del p a t r i m o n i o h i s t ó r i c o y artístico de M é x i c o .
ELEMENTOS DE IDENTIDAD
E S curioso que, yendo de lo general a lo particular, ha pasa-do inadvertida la presencia de los gigantes no sólo en obras de a m p l i o marco sino t a m b i é n de alcance regional. M á s a ú n porque, en cuanto al t a m a ñ o , sobresalía su gran estatura m u y por encima del pueblo reunido y, en las procesiones, del "cuer-po social" en movimiento, característica a propósito para ilus-t r a r escenas de la era v i r r e i n a l , cuya b ú s q u e d a ha sido infructuosa.
A l tratar de los cabildos seculares en la A m é r i c a E s p a ñ o -l a , Bay-le se -l i m i t a en su extensa obra a decir que en Corpus
" L a s danzas no p o d í a n faltar; sin ellas, como sin tarasca y gigantes, la p r o c e s i ó n p e r d í a el tono de alegre bullicio; cos-t u m b r e m u y e s p a ñ o l a , que, si quicos-taba gravedad, a ñ a d í a con-tento, no contrario a la d e v o c i ó n . "2 N i siquiera en obras
que estudian el llamado "arte e f í m e r o " en el mundo hispá-nico ha aparecido la figura de los gigantes.3
E n su monumental Historia de San Luis Potosí, V e l á z q u e z cita, con motivo de las fiestas de la f u n d a c i ó n del convento del C a r m e n en 1747, una d e s c r i p c i ó n que dice al respecto
ayer por las calles publicas advirtió vuestra curiosidad regocija-da acompañando al Santísimo a su nuevo templo, los Gigantes de la ciudad con la Tarasca y enanos, cuatro danzas, dos moji-gangas, arcos triunfales repartidos por el transito del paseo, loas discretas y sutiles pensamientos, que con su variedad y
hermo-B A Y L E , 1952, p . 743, CÍUEVAS, 1928, p p . 479, 480, CTARCÍA C¡Uhermo-BAS,
1945, p p . 358, 359, CJEMELLI C Í A R R E R I , 1946, p . 129j 'X'ANCK DE E S T R A D A ,
1979, p p . 325, 326, y V I Q U E I R A A L B Á N , 1987, p p . 117, 118 consignan u n a
q u e o t r a n o t i c i a de u t i l i d a d p a r a nuestro asunto. ^ Arte efímero, 1983.
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sura causaron colmado regocijo a todo el vecindario y devoción especial al Santísimo Sacramento, que paseando las calles con pompa tan majestuosa y festiva llegó a la oración a tomar po-sesión de su nuevo convento y templo, en el que ni de día ni de noche se echaron menos luces, fuegos, truenos y acordes ins-trumentos.4
El rey Felipe I V a p r o b ó en M a d r i d , el 17 de agosto de 1658, el t í t u l o y merced de ciudad con escudo de armas que, sien-do comisionasien-do por el virrey duque de A l b u r q u e r q u e , h a b í a concedido el alcalde de corte A n t o n i o de L a r a y M o g r o v e j o el 23 de agosto de 1655 al entonces pueblo de San Luis Poto-sí, cuyos vecinos, con e m p e ñ o y 3 000 pesos, que aportaron para aliviar "los aprietos" o necesidades urgentes de la real hacienda, realizaron u n anhelo que bien p o d r í a remontarse al 3 de noviembre de 1592, fecha de su f u n d a c i ó n formal. Por esto, el 25 de agosto de 1655 los miembros del nuevo cabildo t o m a r o n p o s e s i ó n de sus cargos. E l virrey y el comisionado insistieron en que la merced r e s p o n d í a a una p e t i c i ó n especí-fica de los vecinos de " t í t u l o y nombre de ciudad, con todas las honras, exenciones y preeminencias que tiene y goza y debe tener y gozar la ciudad de los A n g e l e s " , o sea Puebla. E l rey a g r e g ó que g o z a r í a prerrogativas e inmunidades.5
De lo anterior se desprende que en San L u i s P o t o s í , aun cuando desde antes hubieran celebrado las fiestas de hecho, ahora las r e a l i z a r í a n con pleno derecho, pudiendo gastar en ellas ciertos dineros de los propios y rentas o bienes del ayun-tamiento. De a h í se deriva t a m b i é n que la flamante ciudad pudiera insertarse en el gran movimiento celebrador de la cris-tiandad, del imperio e s p a ñ o l y del virreinato de Nueva Es-p a ñ a , con facultad de j u r a r a sus santos Es-patronos titulares y formar su calendario v i t a l y bullente o de fiestas " d e t a b l a " ; basta decir que la citada toma de p o s e s i ó n el 25 de agosto se d e b i ó a que era el d í a de la fiesta t i t u l a r del santo patrono San L u i s Rey de Francia. Para estos menesteres, el ayunta-miento no estaba solo, pues el clero secular, las ó r d e n e s
reli-4 V E L Á Z Q U E Z , 1 9 8 2 , p p . 3 8 2 , 3 8 4 . P o r esta cita conocimos el asunto de
los gigantes.
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giosas, la m u y ilustre archicofradía del Santísimo Sacramento y de " N u e s t r o A m o " y otras, así como el c o m ú n de los veci-nos, estaban prontos a colaborar. H a b í a unidad de gobernan-tes y gobernados en r e l a c i ó n con las grandes celebraciones festivas.
Efectivamente, como en otras partes, las Ordenanzas de Pue-b l a de los Angeles mandaPue-ban que se nomPue-brara el p a t r ó n de fiestas s e g ú n usos y costumbres. T o d o cuidado d e b e r í a ser para que las funciones festivas fueran " m á s lucidas y devo-t a s " y en especial por " e l buen ejemplo que se debe dar a la R e p ú b l i c a " , o sea a la comunidad. A d e m á s , es notable el mandato de que por n i n g ú n motivo se omitiera la celebra-c i ó n de las fiestas.
Las Ordenanzas s e ñ a l a b a n con p r e c i s i ó n , al referirse a la de
Corpus, su infraoctava y octava,6 entre las fiestas movibles,
que la n o b i l í s i m a ciudad o ayuntamiento de Puebla d e b e r í a acudir con uniforme grande o de gran gala y bajo mazas; a él se u n i r í a toda la r e p ú b l i c a ; y , plasmando la conciencia de participar en hechos de u n círculo m á s universal, a ñ a d í a n : "cuyas funciones se han ratificado desde el principio de la f u n d a c i ó n de esta C i u d a d , como se practica en todas las de-m á s del Christianisde-mo, dispuesto a s í por la Ley Real de Par-t i d a y DecrePar-to de nuesPar-tro S a n Par-t í s i m o Padre J u a n X X I I " . Luego, descendiendo a lo meramente material, se ordenaba que el encargado de las fiestas diera cuenta detallada, y, con-cretando nuestro asunto, con estas palabras se mandaba: "asi-m i s "asi-m o de lo que i"asi-mpendiere en los [gastos] de los Gigantes, que d e b e r á determinar siempre que estén maltratados, para la debida decencia, procurando en lo que erogare el mayor ahorro y e c o n o m í a " .7
A u n q u e se gastaron dineros en San Luis P o t o s í para ha-cer los gigantes y repararlos, las Ordenanzas de la ciudad no consignan nada al respecto, por la r a z ó n que veremos, a pe-sar de que se f o r m a r o n y publicaron en 1806, siglo y medio d e s p u é s de la c o n c e s i ó n del título y merced de ciudad. Sólo
6 E n ocasiones celebraban el o c t a v a r i o , u ocho d í a s seguidos d e s p u é s
de l a fiesta.
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hicieron eco de las fiestas poblanas mandando que el ayunta-miento acudiera a la fiesta de Corpus, a la iglesia p a r r o q u i a l con uniforme grande y bajo mazas, con " P e t i - u n i f o r m e " y con la misma formalidad a su octava, y que portaran las va-ras del palio los miembros del cabildo en ambas fechas, se-g ú n real cédula de 23 de abril de 1548; se o r d e n ó que precediera u n convite a los vecinos de distinción, quienes se-g ú n la costumbre se interpolarían con los rese-gidores; y se aclaró que tales funciones estaban aprobadas en los libros de acuer-dos desde la f u n d a c i ó n de la ciudad " c o m o se practica en to-das las de la C a t ó l i c a M o n a r q u í a ' ' , s e g ú n ley real de Partida y decreto de J u a n X X I I .8
Si las ordenanzas fueron avaras en sus noticias acerca de los gigantes, las cuentas de gastos presentadas al ayuntamiento se convirtieron en p e q u e ñ a s minas de i n f o r m a c i ó n en el caso de la ciudad de San L u i s P o t o s í . Las primeras noticias claras que conocemos aparecen en unas cuentas sin fecha, que pue-den situarse en el ú l t i m o tercio del siglo X V I I . Son de una fiesta de Corpus. Entre los pagos al maestro de capilla, c h i r i -miteros, acarreadores de zacate, billetes o invitaciones, ca-rretadas de l e ñ a , enramadas, luminarias de la infraoctava, zacate y flores, se consignan dos pesos para vestir a los g i -gantes; tres pesos y cuatro reales en su salida del d í a infraoc-tavo; 18 el de la fiesta y la octava; tres pesos y dos reales en la salida de la tarasca el d í a infraoctavo, el de la fiesta y la octava; tres pesos y cuatro reales por una caja con su llave para "encerrar los G u i g a n t e s " , t é r m i n o que se repite, y su r o p a .9
D e 1690 se conserva una m e m o r i a de gastos de ocho g i -gantes que se mandaron hacer a la ciudad de M é x i c o por em-p e ñ o del alcalde mayor Bernardo I ñ i g u e z del Bayo y el alférez Diego de Acevedo, personaje m u y cuidadoso de que los ob-jetos del ayuntamiento destinados a su o s t e n t a c i ó n se hicie-ran decorosamente. E l acta de cabildo del 6 de mayo asienta con claridad:
8 V I L D Ó S O L A , 1806, p . ( 6 9 ) , n u m e r a c i ó n equivocada pues d e b e r í a ser
p . 73.
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en atención a que en los días de la festividad de Corpus Christi no se ha festejado con el lucimiento que en otras ciudades se ha-ce y para que en lo de adelante se haga y sea con el regocijo que se debe, su señoría dicho señor general y alcalde mayor en-cargó al bachiller José de los Santos y Olmos, vecino de la ciu-dad de México, le mandase hacer en ella ocho gigantes para que danzasen en dicha festividad para los cuales viniesen sus ropajes.
Costaron 300 pesos y 3 tomines,, m á s 30 pesos del flete, y es de notar, por ser cosa del ayuntamiento y por ende de i n t e r é s comunitario, que se pagaron tres pesos por una tarja de hoja de lata en que se pusieron las armas de la ciudad. T a m b i é n mandaron hacer, se deduce que en el mismo San L u i s P o t o s í , una tarasca en 44 pesos.1 0
A fines del mismo siglo, 1699, se a c o r d ó pagar 53 pesos que costó otra tarasca " p a r a que saliese el d í a del Corpus y su o c t a v a " .1 1 D e s p u é s hacia 1715-1717, el maestro
carpin-tero J o s é de Oviedo pidió al ayuntamiento que se le pagaran 45 pesos del aderezo y " c o m p o s i c i ó n que h a b í a hecho a los gigantes". Se le asignaron 50, le dieron 20 y luego concerta-r o n pelucas en 12 pesos paconcerta-ra los mismos gigantes.1 2
E n 1717 y 1718 hubo otros gastos, que anuncian dos figu-ras m á s de a c o m p a ñ a m i e n t o llamados " e l v i e j o " y " l a vie-j a " . E l mismo Oviedo arregló a los gigantes.1 3 H a y t a m b i é n
registro de pagos por arreglar, vestir, sacar y bailar los gigan-tes en 1728, 1730, 1758 y 1759.1 4
1 0 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 6 8 5 - 1 6 9 4 " , ff. 134, 135,
139 y " M e m o r i a del costo que h a n t e n i d o ocho Gigantes que el B r . J o s é de los Santos y O l m o r e m i t e con A n t o n i o S á n c h e z Velasco al s e ñ o r gene-r a l d o n B e gene-r n a gene-r d o I ñ i g u e z del V a y o alcalde m a y o gene-r de San L u i s P o t o s í " , f. 136. ( V é a s e en el a p é n d i c e . )
1 1 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 6 9 4 - 1 7 0 2 " , sin foliatura,
17 de septiembre de 1699.
1 A H E S L P , A A S L P , leg. de 1 6 9 9 - Í 7 4 5 , f. 18.
13 A U C O T P A AQT P " T ; V ™ ^ ^ K ; i J „ „ 1 7 1 7 1 7 1 Q " ff AO A O
A r l i L o L i r , A A o L r , .Libro ue caDilaos, l/ l/ - l / i y , ir. 4 2 , 49v, 5 2 v , 54, 95, especialmente el f. 4 1 , que tiene la " í v í e m o r i a p o r m e n o r de lo que se h a gastado p o r o r d e n de los s e ñ o r e s de este i l u s t r e cabildo es co-m o sigue p o r co-m e n o r . Gasto de la v e s t i d u r a de los Gigantes a ñ o de 1717 a ñ o s . "
1 4 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1728, 1 7 3 1 " , f. 114; " L i
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Sobresalen, sin embargo, entre las fuentes documentales, las actas de cabildo del 20 de mayo y 5 de j u l i o de 1746, en que con toda atención, cual negocio de primer orden, se acordó mandar hacer ocho nuevos gigantes por haberse acabado los que h a b í a al paso del tiempo y ser m u y apreciable su hechu-ra pahechu-ra el esplendor del culto, m a n i f e s t a c i ó n del regocijo co-m ú n en la fiesta de Corpus, tan recomendada por los pontífices y los reyes; por la u t i l i d a d p r á c t i c a de i r adelante de la proce-sión; la no menos puntillosa, por cuestión de honra " d e que en algunos lugares de menos esfera se costean y se mantie¬ nen dichas estatuas", con mayor r a z ó n en la m u y noble, m u y ilustre m u y leal y m u y m a g n í f i c a ciudad de San Luis Poto-sí conforme al sentir de los potosinos de aquella época- y la importante de que " p o r este defecto no se eche menos la co-m ú n a l e g r í a , y el co-misterio que dichas figuras c o n t i e n e n " .
U n á n i m e s acordaron y mandaron los capitulares que, por haber en San Luis P o t o s í escultores, pintores, sastres, som-brereros y d e m á s oficiales de artes y oficios necesarios al ca-so, se evitara recurrir a la " I m p e r i a l " ciudad de M é x i c o con mayores gastos, usando " d e aquella materia y g é n e r o s que basten a la decencia, sin dar lugar a la i r r i s i ó n " . Se compro-metieron a sufragar los costos en forma t r i p a r t i t a , p r i m e r o cada u n o de ellos con lo que pudiere, luego "solicitar entre algunos particulares el donativo que voluntariamente contri-b u y e r e n " y el resto con dineros de los propios y rentas del ayuntamiento. Y , para constancia, con profunda conciencia h i s t ó r i c a y de recta a d m i n i s t r a c i ó n , ordenaron expresamen-te que se acumularan al acta del nuevo cabildo que al efecto se celebrase "las memorias de dichos costos, firmadas de los mercaderes, y los recibos de las cantidades, que cada uno de los oficiales percibiere por su t r a b a j o " v la lista de vecinos que contribuyeron y cantidades que aportaron < 'para que cons-te en todo tiempo de la importancia de escons-te g a s t o " . "
L a sesión de cabildo del 5 de j u l i o registra u n escollo que pudo ser fatal a causa de ios dineros. Habiendo hecho los
ar-12. E n estos m a n u s c r i t o s n o c o l e c t é i n f o r m a c i ó n p o s t e r i o r a 1759.
1 5 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 7 4 6 " , ff. 199, 200, acta
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tistas y oficiales "prudente r e g u l a c i ó n " de los costos, decla-r a decla-r o n que a l c a n z a decla-r í a n u n total de 400 a 500 pesos, que a su s e ñ o r í a , el cabildo, le p a r e c i ó " n o ser excesiva", m á s a ú n porque h a b r í a ayuda de los vecinos. Pero una vez que el maes-t r o de esculmaes-tura J o a q u í n Mascorro y sus oficiales los fabrica-r o n de madefabrica-ra y lienzo, se p fabrica-r o c e d i ó a que cuatfabrica-ro sastfabrica-res vistieran las estatuas, a d v i r t i é n d o s e entonces que aun con gé-neros baratos el total m o n t a r í a 600 pesos, casi el doble de lo gastado en 1690. " E n cuya c o n s i d e r a c i ó n , queriendo su se-ñ o r í a retraerse de lo intentado por evitar este gasto que le pa-r e c i ó excesivo", p e pa-r m i t i ó el avance de los tpa-rabajos popa-rque o n o quiso o no pudo, pues la obra h a b í a corrido ya en voz p ú -b l i c a , levantando el entusiasmo de los vecinos, que i-ban en " m u l t i t u d " a ver las estatuas, y " a u n personas de la mayor e x c e p c i ó n " . N o hubo m á s remedio que proseguir y consu-m a r la obra, saliendo al fin los gigantes nuevos a la proce-s i ó n de Corpus y su octava de 1746.
A u n q u e el alférez real A n t o n i o de M o r a y L u n a c o o p e r ó pagando las erogaciones parciales, para mejor supervisión del gasto y evitar molestias al ayuntamiento, y sin embargo de haber acordado éste en el cabildo de 20 de mayo que t a m -b i é n h a r í a n la figura del " T a r a s c o " , y de la a p o r t a c i ó n de los vecinos, m a n d ó que se suspendiera su hechura " H a s t a que se juzgue su fábrica por conveniente." Cooperaron el al-calde mayor y d e m á s miembros del cabildo, el contador de la real caja, los comerciantes, el m é d i c o y varios m á s , i n c l u i -da la " v i u d a de T o r r e s " con 2 reales y A n t o n i o de Abreo "alias E l Salinero" con otro t a n t o .1 6 E n total, los vecinos
d i e r o n 124 pesos y 5 reales.
Es importante la noticia de que en 1746 al fin se p a g ó la suma de 638 pesos y 2 y medio reales, pero i m p o r t a n t í s i m a es l a " m e m o r i a " de la ropa de vestir de los gigantes que el ayuntamiento e n t r e g ó en custodia a sus porteros en 1747 con carta de o b l i g a c i ó n , pues permite aproximarse m á s a la
figu-1 6 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 7 4 6 " , ff. 200-202 acta de
5 de j u l i o ; f. 203 " R a z ó n de l a a y u d a de costa, que se p e r c i b i ó , y d i e r o n a l g u n o s de los vecinos de esta c i u d a d para la f á b r i c a de los Gigantes, es c o m o se s i g u e " ; ff. 204-218 recibos que o t o r g a r o n los comerciantes.
3 9 4 . ALFONSO MARTÍNEZ ROSALES
ra de los gigantes, especificando la de cada una de las esta-tuas, para que la guardaran con todo aseo y cuidado, y cada mes la sacudieran " p a r a que no se a p o l i l l e " .1 7
E n 1767, 20 a ñ o s d e s p u é s de hechos los gigantes nuevos, llegó a San Luis Potosí el visitador J o s é de G á l v e z , u n d é s p o -ta de los ilustrados españoles que, por mano de Carlos I I I , quebrantaron la delicadeza del v í n c u l o de amor y fidelidad que u n í a al pueblo potosino con los reyes de E s p a ñ a . Su m i -sión fue consumar la e x t r a c c i ó n de los j e s u í t a s , obra que eje-c u t ó a eje-costa de u n m a r de l á g r i m a s y u n torrente de sangre popular, que p r o v o c ó de inmediato el nacimiento del "desa-m o r ' ' del pueblo potosino a los reyes de E s p a ñ a y su real co-rona, y a u n plazo de medio siglo su a d h e s i ó n a l m o v i m i e n t o de independencia. De las m i l y una reformas llamadas bor-b ó n i c a s de las cuales G á l v e z dictó y p r o m o v i ó su aplicación, fue que en Puebla p r o h i b i ó que de los propios y rentas del ayuntamiento se gastaran dineros en la fiesta de Corpus, que-dando reducida su a p o r t a c i ó n a 126 pesos y 4 reales, en que se i n c l u í a n las erogaciones para arreglar, solamente, los gi-gantes, pues unos nuevos sería imposible solventarlos.1 8 E n
San L u i s Potosí, contraviniendo el uso y la costumbre de su-fragar con dinero de los propios y rentas todos los gastos de dicha fiesta, el ayuntamiento q u e d ó l i m i t a d o a ayudar a la A r c h i c o f r a d í a del S a n t í s i m o Sacramento con 90 y pico de pesos. ^
O t r a reforma de la misma naturaleza y fines la dictó y ejec u t ó el segundo ejeconde de Revilla Gigedo, que virreino en M é -xico de 1789 a 1794. U n a de sus ú l t i m a s í 'providencias de
p o l i c í a " fue suprimir los gigantes en la procesión de Cor-pus.20 Fuera de la " O l l a " o valle de M é x i c o , a veces
algu-nas disposiciones virreinales no se acataban, otras sí. E n este
A . H E S L P , A.A.SLP, ' ' L i b r o de cabildos, 1 7 4 7 , f. 1 2 1 y f. 7 3 < (N l e
m o r i a de l a ropa que t i e n e n de v e s t i r los G i g a n t e s que salen el d í a de C o r -pus, y se le entrega a Francisco X a v i e r y J o a c h i n Machados porteros de c a b i l d o , h o y nueve de j u n i o de este a ñ o de m i l setecientos cuarenta y sie-t e " . V é a s e en el a p é n d i c e .
E N C I S O Y TEX_ADA, 1 7 8 7 ^ 9 1 ^ .
\ ^ I L D Ó S O L A , 1 8 0 6 , p . ^ 6 9 ^ .
LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSÍ 5 9 5
caso de l a s u p r e s i ó n de los gigantes y con respecto a San Luis P o t o s í , b i e n podemos suponer que su uso y costumbre entra-r o n a u n pentra-roceso de d e s a p a entra-r i c i ó n , cuyo p entra-r i m e entra-r s í n t o m a gentra-ra- gra-ve fue la r e d u c c i ó n de gastos para la fiesta de Corpus hecha por G á l v e z ; luego v e n d r í a la s u p r e s i ó n por el v i r r e y ; en 1806 la ausencia de los gigantes en las ordenanzas de San Luis Po-tosí; después la supresión en la misma ciudad y posteriormente en sus contornos, que M a n u e l M u r o c o n s i g n ó ; y al f i n la de toda m a n i f e s t a c i ó n de culto " e x t e r n o " en 1859. Esto es que el caso de los gigantes ofrece a la vista su serie de eslabones que c o n t r i b u y e n a completar la cadena de sucesos que con-f o r m a r o n el proceso de secularización de la vida mexicana. Sorprende, por cierto, que los d é s p o t a s ilustrados comenza-r o n podando la p o comenza-r c i ó n m á s seculacomenza-r de la fiesta m á s comenza-religiosa de N u e v a E s p a ñ a .
M a n u e l M u r o escribió que en su siglo se daba ya a la pro-cesión de Corpus u n
cierto carácter de seriedad y decencia, pero en los siglos XVII y XVIII participó de las mojigangas y ridiculeces que los indios agregaban a sus fiestas religiosas con permiso de los curas, y cu-ya tolerancia contribuyó bastante á que estos actos de culto ex-terno no tuvieran la respetabilidad conveniente, ni entre los mismos católicos que los promovían.2 1
E n tan pocas líneas, M u r o se autorretrato de una pieza con perfil de c ó m p l i c e de los que d e s t r u i r í a n g r a n d í s i m a s porciones del p a t r i m o n i o histórico y artístico de M é x i c o y la u n i -dad h i s t ó r i c a y artística de la ciu-dad de San L u i s P o t o s í ,2 2
pues por una parte pugna en favor del " c a r á c t e r de seriedad y decencia" de la p r o c e s i ó n ; luego arremete contra la vida novohispana de los siglos X V I I y X V I I I , sin conocerla n i com-prenderla, y calificando de "mojigangas y ridiculeces" la ac-t u a c i ó n de los indios, pinac-tando culpable la ac-tolerancia de la clerecía al procurar el regocijo y la p a r t i c i p a c i ó n comunita-r i a , en pecomunita-rjuicio, s e g ú n él, de la "comunita-respetabilidad
convenien-^ / I U R O , 1910, t. i , p . 147.
2 2 Para este asunto de su á n i m o y m a n o destructora, v é a s e M A R T Í N E Z R O S A L E S , 1 9 8 5 , p p . 2 5 7 - 2 5 9 , 2 8 7 , 3 1 1 .
ALFONSO MARXÍNEZ ROSALES
t e " de los que ya diferenció como actos de " c u l t o e x t e r n o " ; y fracciona la u n i d a d social y religiosa al referirse a los " m i s mos católicos que los p r o m o v í a n " , es decir a u t o e x c l u y é n d o -se como m i e m b r o de una p o r c i ó n que no p o d í a o no q u e r í a ser parte de la universalidad significada por los gigantes, a los que a t a c ó expresamente j u n t o con la tarasca e n g l o b á n d o -los en estas sus expresiones.
En síntesis, se deduce que M u r o , por convicción o pretex-to, apelaba a la " s e r i e d a d " , la "decencia" y "conveniente respetabilidad" del " c u l t o e x t e r n o " , menguados por "los i n -d i o s " con responsabili-da-d culpable -de la clerecía y complici-dad de "los c a t ó l i c o s " promotores. Por fortuna, s e g ú n su o p i n i ó n , " A principios de este siglo — e l X I X— d e s a p a r e c i ó de San Luis esa mojiganga, pero siguió en algunas Villas su-burbias, lo mismo que otras igualmente ridiculas e irreverentes que se verificaban en los d í a s de la semana mayor, y en los aniversarios de los santos patronos de los pueblos."
En otro lugar agrega que la p r o c e s i ó n de Corpus, " A b o l i -das las mojigangas del siglo X V I I I " , se hizo notable en el se-gundo tercio del siglo X I X al revestirse con " c a r á c t e r de seriedad y l u j o " ; d e s p u é s , en las villas suburbias t a m b i é n de-saparecieron "casi en su totalidad, las danzas y d e m á s actos ridículos que la caracterizaron en tiempos a n t i g u o s " .2 3 A s í
m u r i e r o n expresiones tan populares como los gigantes, que aunaban a su sentido religioso y a su aspecto fantástico y es-timulador de la i m a g i n a c i ó n , la escultura, la p i n t u r a , la sas-t r e r í a , y la s o m b r e r e r í a , pero no yersas-tas, e x a n g ü e s , frías, descoloridas y estáticas sino con el b r í o de la danza y el r i t m o de la m ú s i c a , la materia inanimada en m o v i m i e n t o i n v i t a n -do al regocijo.
C o m o en otras partes de Nueva E s p a ñ a y del Nuevo M u n -do, salían t a m b i é n en San L u i s hombres disfrazados de ani-males o aniani-males vivos en jaulas, pues hay indicios de que se buscaba que los tres reinos: animal (fieras y toda clase de animalillos), vegetal (flores y hierbas de olor) y m i n e r a l (oro, plata y piedras preciosas de la custodia, ornamentos, andas, estufa o carroza y d e m á s objetos del culto) r i n d i e r a n gloria
LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSI 597
y estimularan la alegría ante el sacramento de la e u c a r i s t í a . Esto porque, si nos atenemos al concepto de mojiganga de aquella é p o c a , los animales y sus figuras a p a r e c í a n en ellas, y M u r o y algunos de sus c o n t e m p o r á n e o s encontraron r i d i -culez en ellos y en la figura de los gigantes, a los que no com-p r e n d í a n , o simcom-plemente les molestaban com-por su significado de universalidad ante el sacramento.2 4 Es una l á s t i m a , sin
embargo, que n i Bayle, n i Cuevas descifraran el enigma que encerraban los gigantes. Poco p o d í a esperarse de G a r c í a C u -bas y de M u r o , q u i z á s con mayor responsabilidad de parte de G a r c í a Cubas, porque a d e m á s de afirmar que los gigan-tes eran " u n desdoro para aquel acto tan solemne y augus-t o " , dice palabras adelanaugus-te que " T o d a s esas figuras eran e m b l e m á t i c a s " , o sea que s a b í a que algo representaban.2 5
FIGURA
" G i g a n t o n e s . Se l l a m a n unas figuras de gigantes fabricadas, las manos y cabeza de c a r t ó n , y lo d e m á s del cuerpo de una a r m a d u r a de madera, sobre el cual se les pone los vestidos. Sirven principalmente para la celebridad del Corpus."26 E n
las actas del cabildo de la ciudad de M é x i c o hay una noticia de su existencia, muchos a ñ o s antes de que se hicieran los primeros gigantes para San Luis P o t o s í que conocemos. E l 18 de mayo de 1607 m a n d ó el ayuntamiento que Alvaro de Castrillo vistiera a los gigantes aprovechando lo viejo del ves-t u a r i o que fuera de u ves-t i l i d a d .2 7
Poco a poco la i n f o r m a c i ó n nos ayuda a reconstruir aun-que sea u n a imagen a grandes rasgos de la figura de los gi-gantes. D e los que se hicieron en M é x i c o en 1690 sabemos que sus cabezas eran huecas y sus cuerpos de cuero y c a ñ a sostenidos con ocho t r a v e s a ñ o s de " m a t l a c a h u i t e " , árbol
se-2 4 V é a s e l a voz m o j i g a n g a en el Diccionario de Autoridades, 1984. S A Y L E , 1 9 5 2 , p . 7 4 3 ; C U E V A S , 1 9 2 8 , p p . 4 7 9 , 4 8 0 ; G A R C Í A C U B A S ,
1 9 4 5 , p p . 3 5 8 , 3 5 9 ; M U R O , 1 9 1 0 , t o m o i , p p . 146-148; t o m o m , p . 110. Diccionario de Autoridades, 1 9 8 4 , voces: gigantones, gigante, gigantes, g i g a n t e o y gigantea.
598 ALFONSO MARTÍNEZ ROSALES
guramente de madera ligera, en obsequio de la facilidad con que d e b í a n ser transportados y bailados, lo cual, sin embar-go, no los p r i v ó de sus 16 manos.
Las noticias que tenemos entre 1715 y 1718 nos p e r m i t e n imaginarlos con sus cabezas adornadas con pelucas, las cua-les costaron 12 pesos. Los brazos, sueltos, sin a r m a z ó n y las manos colgantes, los configuraban con tela llamada "coten-se", fuerte y durable, en cuanto que se usaba en la hechura de los retablos de madera, aunque los h a b í a de sólo "coten-se" y pintados en "perspectiva", r a z ó n por la que t a m b i é n d e b i ó usarse en los gigantes, para poder darles color y que d u r a r a n .2 8 Todos llevaban enaguas, se deduce que para l o
-grar la ilusión óptica de mayor altura y cubrir a la vez a los que iban dentro cargándolos y d a n z á n d o l o s . O sea que la efigie y la a r m a z ó n dominaba de la cintura para arriba.
Su identidad q u e d ó plasmada en el inventario de su ropa hecho en 1747. I b a n en parejas: moro y m o r a , indio e india, negro y negra, e s p a ñ o l y e s p a ñ o l a .2 9 Los gigantes no iban
solos. A b r í a n la p r o c e s i ó n , pero, como s e ñ o r e s del m u n d o creado, los p r e c e d í a n a manera de lacayos u n gigantillo y una gigantilla, o enanos, que en San Luis P o t o s í aparecen con-signados en 1717 como " e l viejo" y " l a v i e j a " , llamados tam-b i é n catam-bezudos. E n seguida u n tamtam-borilero y u n t a ñ e d o r de pífano marcaban el ritmo y adelante la tarasca a b r í a paso entre la muchedumbre con su fealdad, y t i r a b a tarascadas, espan-taba y amedrenespan-taba a los muchachos.
Era la tarasca una figura monstruosa, en disposición h o r i -zontal, como u n d r a g ó n a manera de sierpe y ondulante, con cierto aire de espantajo marino o anfibio con apelativo de abo-lengo griego y significación cristiana.3 0 Por su misma
presen-cia y movimientos sinuosos provocaba r e a c c i ó n de repulsa, efecto favorable para el avance de la p r o c e s i ó n . A s í se a b r í a paso. E n las cuentas de 1690, correspondientes a los gigantes
2Í* U n a v a r a de cotense costaba 5 r e a í e s y en t o t a l se p a g a r o n , p o r 9
varas, 5 pesos y 5 reales.
2 9 Sus atuendos p u e d e n conocerse en el a p é n d i c e .
3 0 Diccionario de Autoridades, 1984, voces: tarasca, tarascada, tarascar y
LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSI
que se hicieron en M é x i c o , no aparece la tarasca, pero poco d e s p u é s , el 30 de mayo, se a c o r d ó pagar 44 pesos por la obra de u n a .3 1 Es posible que, hecha ésta a toda prisa, se
consu-m i ó pronto, pues en 1699 consta que se pagaron 53 pesos ' ' p o r otros tantos que m o n t a r o n el hacer una tarasca que se hizo para que saliese el d í a de Corpus y su octava". Se deduce, en cuanto no se c o n s i g n ó pago de flete, que la hicieron allí m i s m o en San Luis P o t o s í .3 2
E n 1746 suspendieron la hechura de la tarasca por el costo t a n alto que alcanzaron los gigantes, aunque en principio se h a b í a acordado hacerla. M a n d ó su señoría, el ayuntamien-to, que se p r o c e d e r í a a la obra "hasta que se juzgue su fábri-ca por c o n v e n i e n t e " .3 3 M a s la ausencia de la tarasca fue
poca, si la hubo, porque el a ñ o siguiente el cronista de la fun-d a c i ó n fun-del C a r m e n asegura que s a l i ó .3 4 M a n u e l M u r o
afir-m a que salía "sobre u n juego de ruedas", lo cual, de haber sido en el siglo X I X , le d a r í a mayor m o v i l i d a d .3 5
Confirmando su popularidad y la gran zona de presencia de los gigantes y su tarasca, J u a n y J u a n T o m á s de Baraona se comprometieron el 2 de mayo de 1626 a reparar a toda costa de manos (trabajo) y materiales los desperfectos de los gigantes y la tarasca de la coronada V i l l a de M a d r i d , que se h a b í a n de utilizar en la p r o c e s i ó n del S a n t í s i m o de ese a ñ o . A su escritura de o b l i g a c i ó n se halla anexo u n dibujo de la tarasca con m u y buen trazo y c o l o r i d o ,3 6 que bien puede
aproximarnos con gran certidumbre al monstruo que a b r í a paso.
Las gigantillas, llamados " e l v i e j o " y " l a v i e j a " en San Luis Potosí, eran unas figuras de p e q u e ñ a estatura, con m i e m
-3 1 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 6 8 5 - 1 6 9 4 " , f. 139. 3 2 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1694-1702, acta de 17 de
septiembre de 1699.
3 3 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 7 4 6 " , f. 202. \ ^ E L Á Z Q U E Z , 1982, p . 384.
35 ^NÍURO, 1910, t o m o i , p . 147.
3 6 A H P M , escribano M a n u e l de Robles, protocolo 5 8 0 1 , escritura del
2 de m a y o de 1626. S i n d i s e ñ a d o r , 3 tintas, escala sin medidas, 49 x 36 c m , plegado, deteriorado. N o fue posible conseguir fotografía en septiembre de 1986.
600 ALFONSO MARTINEZ ROSALES
bros desproporcionados y u n a gran cabeza; se llevaban " p o r g u í a de los Gigantones en l a p r o c e s i ó n de Corpus",37 y
ves-t í a n naguas y casacas.38 E n resumen, los gigantes, como
de-lanteros de la p r o c e s i ó n , t e n í a n todo u n a c o m p a ñ a m i e n t o propio, a que s e g u í a n las danzas y juegos de indios, e s p a ñ o -les y mulatos —tres partes del m u n d o representadas en v i v o , al no haber moros— y las a u t é n t i c a s mojigangas, que avan-zaban cual m a s c a r ó n de proa entre las olas humanas de la m u l t i t u d y bajo los arcos triunfales.
E N LA DANZA
Cuando se acercaba la fiesta de Corpus Christi, el ayuntamiento ordenaba sacar el vestuario y las piezas de los gigantes de una caja de madera hecha especialmente para guardarlos, los cuales h a b í a entregado a sus porteros previo inventario y carta de o b l i g a c i ó n y compromiso; guardaba dichos documentos en su "arca de tres llaves''. Puestos bajo llave, con chapa de " m o -l i n e t e " , -los porteros t e n í a n o b -l i g a c i ó n de sacar -los vestuarios y piezas cada mes y sacudirlos para que no se apolillaran; los e n v o l v í a n en " r u á n crudo de C h i n a " dentro de la caja para el m i s m o efecto.
Cada cabeza de gigante l a m e t í a n en una bolsa de " B r a -mante c r u d o " y las resguardaban colgadas, o bien en cajas, que j u n t o con la del vestuario y d e m á s piezas acojinaban con petates y "guangoches".
E l proceso de sacar a los gigantes de reposo, inyectarles v i d a y m o v i m i e n t o , como el m u n d o al despertar el d í a y vol-ver a su descanso a la c a í d a de la tarde, puede reducirse a varios pasos. Comienzan por sacarlos fragmentados de sus cajas y bolsas; sacudir los vestuarios y piezas; decidir cuáles r e q u e r í a n r e n o v a c i ó n , r e p a r a c i ó n , c o m p o s i c i ó n o retoque; y de ser necesario, su traslado a la casa de u n pintor, o
carpin-3 7 Diccionario de Autoridades, 1984, voz g i g a n t i l l a .
3 8 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1717-1719", f. 42; en 1690
se p a g a r o n 5 pesos p o r " d o s p a ñ u e l o s guarnecidos de puntas p a r a la vieja de los g i g a n t e s ' ' , p o d r í a tratarse de l a g i g a n t i l l a , A H E S L P , A A S L P " L i -b r o de ca-bildos, 1 6 8 5 - 1 6 9 4 " , f. 134.
LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSI 601
tero, o sastre, o escultor, s e g ú n el caso. E n 1746, " P o r traer los dichos Gigantes a la casa donde se vistieron, se dieron al mozo que l l a m a n E s t á ñ a t e seis reales";3 9 luego armar las
fi-guras; vestirlos conforme al atuendo con que se identificaba a sus respectivas razas, m u y probablemente con colores v i -vos, filetes y realces metálicos de oro y plata, y aderezarlos, adornarlos y pintarlos, en particular sus grandes caras con e x p r e s i ó n de alegría, sonrientes. E n el citado a ñ o de 1746, el maestro A n t o n i o J o s é de Faz vistió cuatro gigantes (espa-ñ o l y e s p a (espa-ñ o l a , india e i n d i o ) , por 43 pesos; el maestro J u a n A n t o n i o M a r í n , el negro y la negra, en 18; M i g u e l Ferrel del Castillo e n t r e g ó dos sombreros por 8 pesos, y el maestro de escultura J o a q u í n (Joachin) Mascorro recibió 79 pesos y dos reales para pagar a sus oficiales, cobrar su trabajo y costear los materiales de las ocho estatuas, sus chupas " d e perspecti-v a " sobre cotense y d e m á s . Conperspecti-viene aclarar que Felipe Jo-sé de Meave y Goicochea firmó a su ruego y en su nombre porque d e c l a r ó no saber.4 0 Y después sacarlos a las calles p ú
-blicas acostumbradas; danzados antes, e inmediatamente des-p u é s de las m u y largas des-procesiones, hechos que se consignan realizados por "mozos", sinónimo al parecer de jóvenes o m u -chachos. Esta circunstancia es m u y probable en r a z ó n de la necesidad de equilibrio por la verticalidad de las figuras, su peso aligerado por l a naturaleza de los materiales, pero za-randeado por cualquier airecillo, y por requerirse la aptitud para bailarlos con buen paso y r i t m o que se acentuaba con pretales en los pies cuajados de cascabeles.41
E n esta serie de acciones h a b í a u n sustrato continuado de resistencia al cargarlos; cuidarlos "los ocho d í a s " que per-m a n e c í a n arper-mados para salir al octavario,4 2 a fin de
prote-gerlos de la curiosidad y tocamientos de chicos y grandes; y llevarlos y traerlos a donde fuera necesario. E n 1691 los
lle-39 A T-TT7CT P A A « T P " i ; U w , J « ^ , U ; U „ . 17AG" f 009.
A r i r . o i - . r , A A o L r , L i b r o de cabildos, l/4-o , t. 2UJ.
/\riiLoi_ir, A A o L r , Labro de cabildos, , íí. ¿ 0 9 , 2 1 1 , ¿lo,
215.
•ti A H U Q I P A A C T P " I : Km ^ „,1,;1J„„ i c o e i c o / I " f 19C - J
A r i E j o l j r , A A o L r , Labro de cabildos, looo-loy^ , i . loo, ano de
1690.
42 ! ? „ 1 7 1 7 „ 0 , ™ , ™ I D „ „ „ „ „ „ „ „ • _„ i „ j <<i u
FJLI 1/1/ se pagaron 10 pesos a quienes los danzaron los ocnos d í a s " y u n peso al cuidador.
602 ALFONSO MARTINEZ ROSALES
v a r ó n y trajeron para participar en las procesiones de bajada y subida de la virgen de Guadalupe de su santuario a la pa-rroquia, hoy catedral.4 3
Delante de ellos iban u n tocador de t a m b o r i l y otro de p í -fano. Ambos llevaban atuendo especial y monterillas. E l tam-borilero lucía casaca ( 1 7 4 6 ) ,4 4 pero antes, en 1690, aparece
con sayo vaquero, gorra y listones y alegraba t a m b i é n con los cascabeles que portaba en pretales ajustados a pies y pan-torrillas.4 5 Consta a d e m á s que puntualmente se les pagaba
por su trabajo.
Vueltos a las casas reales, los desvestían, desbarataban sus armazones, y cuidadosamente guardaban bajo llave; los sa-caban cada mes para sacudirlos y volvían a exhumarlos cuando tornara una fiesta con manifestación del S a n t í s i m o Sacramen-to, " S o l de J u s t i c i a " , o de su madre la virgen de Guadalu-pe, " M a r í a Reina del D i v i n o Sol A u r o r a ' ' . Queda en el aire q u é altura daban los gigantes. Supongo que sería menor que una casa de dos plantas, y que sus grandes caras pasaban arri-ba de quienes asomaarri-ban a los arri-balcones altos. Es decir, apro-ximadamente 3 cuerpos regulares como m í n i m o .4 6
Así es posible evocar la imagen de los gigantes con sus rostros que revelaban gran alegría; inmensa, desbordante, g i -gantesca, superior a las fuerzas, c o n d i c i ó n y humana fragilidad, tanto para que hubiera concordancia de sus ras-gos con el r i t m o de la m ú s i c a como para significar la felici-dad de las cuatro partes del m u n d o , de sus razas y de todo el universo ante el S a n t í s i m o Sacramento.
SIGNIFICACIÓN
El m u n d o antiguo, por medio del pueblo j u d í o , h e r e d ó a la cristiandad el s í m b o l o de universalidad representado por los tres reyes magos que adoraron a Cristo n i ñ o , ofreciéndole i n
-4 3 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 6 8 5 - 1 6 9 4 " , f. 203v. 4 4 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 7 4 6 " , f. 2 0 3 v . . 4 5 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 6 5 8 - 1 6 9 4 " , f. 135. 4 6 T A N C K DE E S T R A D A , 1979, p . 326, les a d j u d i c a cinco m e t r o s .
LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSI
cienso como Dios, oro como rey y m i r r a como hombre. Re-presentaban al m u n d o entonces conocido: Asia, África y E u r o p a . Esta idea p e r d u r ó en la edad media hasta que Espa-ñ a llegó al Nuevo M u n d o , pues se c r e í a que dichas tres par-tes concordaban con la divina t r i n i d a d . Fue cuando se p l a n t e ó l a discordancia de cuatro partes del m u n d o , incluyendo ya las Indias E s p a ñ o l a s o A m é r i c a , con el n ú m e r o de tres perso-nas en Dios. M á s a ú n , las tres coroperso-nas de la tiara pontificia se cree que figuraban la u n i d a d de las citadas tres partes del m u n d o .4 7 Por esto en el siglo X V I I u n fray S i m ó n Pedro
pro-puso representar al nuevo m u n d o agregando u n a cuarta co-r o n a , con lo cual esa j o y a hubieco-ra cambiado su significado y a u n de nombre.
E n u n lienzo del siglo X V I I I , que muestra a Santa M a r í a R e i n a del D i v i n o Sol A u r o r a , de quien h a b r í a de nacer Cristo ' 'Sol de J u s t i c i a ' ' , en pocas palabras la V i r g e n de la A u r o -ra, ella aparece flotante, rodeada de s í m b o l o s marianos, disipando las tinieblas del error y del pecado en el m u n d o , por eso tiene a sus pies cuatro ciudades compactas en que se leen los nombres de las cuatro partes del mundo conocido des-p u é s de la llegada de C o l ó n al nuevo m u n d o : Asia, África, A m é r i c a y E u r o p a .4 8
E n la época actual, los cinco demasiado sencillos arcos olím-picos simbolizan las cinco partes del m u n d o reconocidas co-m o tales, es decir agregando O c e a n í a .4 9 Pues bien, tal
parece que para el mundo barroco y religioso no hubo i n t r í n -gulis, por eso las cuatro ciudades a los pies de M a r í a no eran m á s que los ocho gigantes, sólo que éstos en parejas, pero mostrando al mismo tiempo l a u n i d a d de las respectivas ra-zas con que los s ú b d i t o s de la m o n a r q u í a e s p a ñ o l a los identi-ficaban: á r a b e s , negros, indios y blancos europeos.
4 7 Para este asunto, v é a s e O ' G O R M A N , 1 9 8 4 , p p . 1 4 6 - 1 4 8 , 1 8 7 . E l
m i s m o D r . O G o r m a n nos h a c o m u n i c a d o personalmente este significado de l a a n t i g u a y desusada t i a r a p a p a l .
oe e n c u e n t r a en l a oaia i v i a r i a n a de la r i n a c o t e c a de L a r r o t e s a , iglesia g r a n d e q u e fue de la casa de los jesuitas en la c i u d a d de M é x i c o , a c u y a d e v o c i ó n parece que fue hecha esta singular o b r a .
4 9 E l D r . O ' G o r m a n o p i n a que d e b e r í a n ser seis p a r a i n c l u i r l a A n ¬
ALFONSO MARTINEZ ROSALES
Q u e d a pues así descifrado el enigma o " m i s t e r i o " de los gigantes, inmerso en el gran universo del barroco, en el cual la forma, la materia, el color, la s i t u a c i ó n , las trazas, los al-zados, las orientaciones, todo t e n í a una significación. Por eso, con exactitud, el señor justicia, cabildo y regimiento, en sín-tesis ayuntamiento de la ciudad de San L u i s Potosí, d e v e l ó la significación al ordenar en 1746 que se hicieran nuevos los gigantes " e n r e p r e s e n t a c i ó n de las cuatro partes del m u n d o , que deben adorar y celebrar tan d i v i n o m i s t e r i o " , el sacra-mento de la e u c a r i s t í a . De esta manera se escribió en el acta " p a r a que conste en todo tiempo de la importancia de este g a s t o " .5 0
L a presencia de la tarasca t e n í a u n significado propio, no era otro que representar en ella " M í s t i c a m e n t e el vencimiento glorioso de nuestro S e ñ o r Jesucristo por su sagrada M u e r t e , y P a s i ó n del monstruoso L e v i a t á n " , o sea el D i a b l o .5 1
Gar-cía Cubas dice lo mismo, pues escribió que era " e l d r a g ó n infernal humillado por el Dios Sacramentado, o sea el peca-do vencipeca-do por la gracia. Figuraba aquella una serpiente co-losal, a veces de siete cabezas que, por medios m e c á n i c o s , a b r í a n sus fauces para tragar cuanto a ella se arrojaba, y de cjue se aprovechaban los que iban en el interior del a n i m a l . "5 2
L a N u e v a E s p a ñ a , pues, r e p r e s e n t ó al demonio como ta-rasca, que avanzaba en las procesiones con su fealdad para apartar a la m u l t i t u d , a b r í a calle con figura y movimientos serpentinos por haber e n g a ñ a d o a Eva, la p r i m e r a mujer, en forma de sierpe; y lo hizo feo y horroroso por i r enojado al servicio del S a n t í s i m o Sacramento y lleno de odio a los h o m -bres. A q u í se daba la o c a s i ó n de adorar el cielo, la tierra y el infierno a la e u c a r i s t í a .
E n l a ciudad de M é x i c o , parece que, incluso, la llevaron a catedral a las v í s p e r a s . O sea que la Nueva E s p a ñ a llegó
5 0 A H E S L P , A A S L P , " L i b r o de cabildos, 1 7 4 6 " , f. 2 0 1 , acta del
ca-b i l d o de 5 de j u l i o . H a ca-b r í a que considerar l a p o s i ca-b i l i d a d de que las famo-sas c u a t r o partes del m u n d o se r e f i r i e r a n t a m b i é n a los c u a t r o puntos c a r d i n a l e s .
51 Diccionario, 1 9 8 4 , p . 2 2 7 .
LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSI 605
al grado de tener al demonio en v í s p e r a s .5 3
E n cuanto a las danzas no eran m á s que la t r a d i c i ó n pre-h i s p á n i c a de pre-hacerlo ritualmente en espacios abiertos, u n i d a a la h i s p á n i c a de hacerlo como el rey D a v i d d a n z ó
delan-te del A r c a de la A l i a n z a , sólo que sin la formalidad r i t u a l y pontifical católica, es decir, era la a d m i s i ó n de manifestaciones populares pero sin reconocerles n i otorgarles rango l i -t ú r g i c o .5 4
E n Santiago de Compostela y en A v i l a , E s p a ñ a , subsisten los gigantes y su gracia.5 5 E n el caso potosino, como uno
m á s de la antigua cristiandad y de todos los reinos de Espa-ñ a , sorprende reconstruir su identidad a base de recolección de noticias dispersas y fragmentarias, en abierta contradic-c i ó n a la unidad que significontradic-caban, asunto que, pudiendo pa-recer menor, es sin embargo u n buen vehículo para arrojar l u z sobre-temas y problemas considerados mayores.
Espasa Calpe s e ñ a l a q u e , s e g ú n los d e m o n ó g r a f o s , L e v i a t á n es el g r a n a l -m i r a n t e del infierno y g o b e r n a d o r de las co-marcas -m a r í t i -m a s de B e l c e b ú ; y q u e , s e g ú n los magos, es u n o de los c u a t r o e s p í r i t u s que p r e s i d í a n las c u a t r o partes del m u n d o o p u n t o s cardinales, c o n s i d e r á n d o s e l e el sur o m e -d i o -d í a .
Esto completa el desenlace del e n i g m a cifrado que encerraban los g i gantes, es decir que n o s ó l o representaban los cuatro continentes c o n o c i -dos d e s p u é s del d e s c u b r i m i e n t o del N u e v o M u n d o , sino m á s g e n é r i c a m e n t e a los habitantes del sur, el n o r t e , el o r i e n t e y el p o n i e n t e , que enfrentados c o n é x i t o al d e m o n i o p o r l a gracia de C r i s t o sacramentado p o d í a n d o m i -n a r l o . E -n pocas palabras que l a gracia l o puede t o d o y e-n todas partes. L a m i s m a Enciclopedia reproduce u n a m i n i a t u r a en que aparece L e v i a t á n m o n s t r u o s o a m o d o de tarasca.
A este respecto conviene r e c o r d a r a los n i ñ o s danzantes de M é n t r i -d a , q u e a ú n en 1980 i b a n -delante -de l a p r o c e s i ó n -de Corpus en T o l e -d o ; a s í c o m o a los n i ñ o s de los Seises, q u e p e r p e t ú a n l a t r a d i c i ó n de b a i l a r a n t e el S a n t í s i m o S a c r a m e n t o c o n l a cabeza c u b i e r t a al pie d e l altar m a y o r d e l a catedral de Sevilla, c o m o u n a e x c e p c i ó n que c o n f i r m a l a t r a d i c i ó n de l a iglesia c a t ó l i c a de ser mecenas de todas las artes menos de l a d a n z a y el baile.
5 5 D o n G u i l l e r m o Porras M u ñ o z cuenta que v i o unos gigantes en A v i l a
e n 1946; nosotros los v i m o s en j u l i o de 1986, mas n o en la f u n c i ó n n i c o n el sentido p r i m i g e n i o s .
606 ALFONSO MARTINEZ ROSALES
E P Í L O G O
A n t o n i o G a r c í a Cubas en M é x i c o y M a n u e l M u r o en San Luis P o t o s í escribieron a su manera, de hombres " p r o g r e -sistas" de su tiempo, contra los gigantes, la tarasca, las dan-zas y d e m á s a c o m p a ñ a m i e n t o . Q u i e n mayor responsabilidad carga es G a r c í a Cubas, porque declara saber que ' 'Todas esas figuras eran e m b l e m á t i c a s " y a r e n g l ó n seguido descifra la tarasca. Mas sólo se dejó llevar por la aversión y es obvio que con conocimiento de causa.5 6
D e s p u é s , ya avanzado el siglo X X , el padre M a r i a n o Cue-vas como que quiso y no pudo defender el recuerdo y la figu-ra de los gigantes; pero m á s bien parece que no d e s c u b r i ó el p u n t o de apoyo para hacerlo. D i j o :
Rompían la marcha los gigantones, la tarasca y las danzas y jue-gos de españoles, indios y mulatos. Todas estas diversiones tan tildadas por algunos irreflexivos, tenían su razón de ser, y muy poderosa, cual era la de llevarse por delante y a buena distancia de la parte seria de la procesión toda una turbamulta de mucha-chos y gente de poco peso que en otro lugar estorbaría y quita-ría la devoción.5 7
Bayle fue m u y lejos. Precisamente, en su obra El Culto del Santísimo en Indias escribió:
Para el recorrido [de la procesión de Corpus] se escogían las ca-lles más anchas, limpias y capaces de adorno, donde abundasen puertas y ventanas en que colgar tapicerías y paños. . U n pun-to engorroso era el de las danzas. Las burlescas, inventadas más en regocijo de la plebe que en fomento de la devoción, iban con los gigantes y la tarasca, bien adelante del cortejo litúrgico; aun así no les entraban a ministros tan celosos, verbi gracia, al do-minico fray Gonzalo Lucero, que no las consentía en sus doctri-nas de la Mixteca (Nueva España) así: "porque advertía que con las máscaras y gitanerías se divertían y perdían aquel tiem-po los que habían de ocuparle yendo abrasados de amor de tan grande beneficio".
G r A R O I A CZ* U B A S , 194*0, P • 358.
LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSI 607
E l mismo Bayle nos lleva de la mano al siglo X V I con este asunto de danzas y gigantes e informa que el s e ñ o r Z u m á -rraga las h a b í a prohibido en la ciudad de M é x i c o —mas co-m o no iban solas sino con los gigantes, por eso los suponeco-mos incluidos en estas apreciaciones. Pero que a los regidores, ele-m e n t o seglar o secular de la iglesia, " c o n la costuele-mbre de sus pueblos en la m e m o r i a y en el c o r a z ó n , les p a r e c í a faltar algo al Corpus sin la a l e g r í a retozona, y la p r o h i b i c i ó n d u r ó poco m á s que el Obispo. E n Méjico como en todas partes pre-v a l e c i ó el dictamen permisipre-vo, y aun o b l i g a t o r i o " . Agrega que las prohibiciones se repitieron con escaso fruto ' 'porque se i m p o n í a l a t r a d i c i ó n b u l l a n g u e r a " . M á s adelante se con-tradice u n poco al escribir que, con motivo de la s u p r e s i ó n de los gigantes y las danzas por el conde de R e v i l l a Gigedo, " n o estaba el ilustrado siglo X V I I I para entender simbolis-mos populares" y narra c ó m o a san Francisco Solano y a fray M a r g i l de J e s ú s p a r e c í a m u y bien lo que a otros m a l respecto de danzas — y gigantes.5 8
E n resumen, n i tirios n i troyanos valoraron el ser y la esen-cia de los gigantes de Corpus, su figura, a c o m p a ñ a m i e n t o y enigma. Los acabaron y escribieron acerca de ellos sin saber q u é eran, o haciendo caso omiso de su identidad. Pero sus rostros pueden volver a s o n r e í r a p r o x i m á n d o s e a la verdad h i s t ó r i c a , por medio de los documentos en que yacen los elementos que los integraban. Pueden resucitar con m o v i m i e n -t o , esencia, presencia y significación conocidos.
A P E N D I C E
M e m o r i a del costo que han tenido ocho Gigantes que el B r . J o s é de los Santos y O l m o remite con A n t o n i o S á n c h e z V e -lasco al s e ñ o r general don Bernardo I ñ i g u e z del V a y o alcal-de m a y o r alcal-de San L u i s P o t o s í . *
5 8 B A Y L E , 1 9 5 1 , p p . 266-268. E n l o r e l a t i v o al s e ñ o r Z u m á r r a g a cita
u n a o b r a que acerca de él p u b l i c ó d o n J o a q u í n G a r c í a Icazbalceta. * A H E S L P " L i b r o de cabildos, 1 6 8 5 - 1 6 9 4 " , f. 136.
608 ALFONSO MARTINEZ ROSALES
Primeramente 8 cabezas huecas, sus cuerpos sin brazos y de cuero y c a ñ a , 16 manos, 32 metlacahuites, 8 t r a v e s a ñ o s de lo mismo, 1 cupile, y 2 laureles, costaron . . . 30 pesos Para 6 chambergas 86 varas y una tercia de lampasillo de H o
-landa a 4 1/2 reales vara . . . 48 ps. 4 1/2
Para 8 polleras, las 6 de a 8 p a ñ o s , y las 2 de a 7 lienzos, 147 vs. y una cuarta de catalufa a 4 rs. . . . 73 ps. 5 tomines U n a pieza de elefante anteado con 41 vs. para forro de las
chambergas, y m á s se compraron sueltas 5 1/2 vs. que cos-taron a 2 ts. vara, y la pieza entera costo 9 ps. 4. con que suma uno y otro ... 10 ps. 7
17 1/2 vs. de crea graziana para armar y hacer brazos a 2 1/2 ts. ... 5 ps. 3 1/2
15 vs. y 1 tercia de platilla para j u b ó n , para camisa, para man-gotes blancos (quiero decir bocamangas) 2 corbatas y pa-ñ o de cabeza a 3 ts. vara . . . 5,ps. 6
2 ts. de hilo de m u ñ e q u i l l a . . . 2
De cinta de reata para las 8 polleras 1 peso - 1 peso Para 2 balonas 1 vara de C a m b r a y de P a r í s en 5 rs. - 5 rs. Para las 2 balonas, y las 2 corbatas 7 vs. de encaje de L o r e n a
a 2 ts. . . . 1 peso 6
De botones de motilla negros para el j u b ó n 3 dorados en . . . 4 rs.
Para el h u í p i l de la india, y la t i l m a del indio 2 zaras de C h i -na de 6 1/2 vara cada u-na, a 28 rs. cada u-na . . . 7 ps. 1 1 / 2 vara de m i t á n azul de la I n d i a para tiras al h u í p i l a 4
rs. vara . . . 6
Para dicho h u í p i l 4 vs. de bandilla azul a real 4
2 1/2 vs. de t a f e t á n anteado para fuelles y bocamangas a 1 de las gabachas a 4 1/2 rs. vara . . . 1 peso 3
Para el h u í p i l 9 vs. de puntas de Lorena a real y de ellas se echaron en una chamberga para lo que llaman Bobito ...
1 peso 1
15 vs. de p u n t a de L o r e n a , de a 1/2 real las 8 vs. para unas bocamangas, y las 7 para el p a ñ o de cabeza 7 1/2 3 vs. de C a m b r a y de P a r í s para cobija a 5 ts. . . . 1 peso 7 1/2 real de torzalblanco para apuntar los brazos y 1/2 de
cor-dones de hilo para poner a las chambergas en lugar de bro-ches . . . 1
3 1/2 vs. de gaza de la angosta para toca a 4 1/2 rs. vara . . . 1 peso 7 1/2
LOS GIGANTES DE SAN LUIS POTOSI 6 0 9
9 vs. de bandilla de diferentes colores para 3 perendengues en ... 1 peso
8 vs. de puntitas finas para la cobija a 1/2 real 4 2 sombreros blancos a 2 ps. cada uno . . . 4 ps. 3 pares de zarcillos costaron 42 rs. . . . 5 ps. 2 1 abanico costó 20 rs. . . . 2 ps. 4
3 gargantillas costaron 23 2 ps. 7 E s p a d í n , alfanje, macana costaron . . . 4 ps. Para toda la obra 1/2 vara de candelilla ... 5 rs.
1 peso de corchetes, los 6 rs. de grandes y 2 rs. de p e q u e ñ o s ... 1 peso
5 onzas de seda para toda la obra, a 5 ts. onza . . . 3 ps. 1 D e manufactura al sastre por cada gigante a 8 ps. todo
aque-llo que tocase a su arte, con que p a g u é . . . 64 ps. P o r 2 cajones de tablas para las 8 cabezas, a 18 rs. cada uno,
y de primero se hizo u n cajón para todas las 8. Pero por su deformidad se redujeron a 2 . . . 4 ps. 4
Para los 8 cuerpos, y suelos de los cajones 9 petates en 12 rs. ... 1 peso 4
Para los cuerpos y los cajones 12 guangoches a 5 ts. ... 7 ps. 4 U n a madeja de hilo de h a r r i a para coser en 2 rs.
D e zacate para brazos, acomodar las cabezas, y las manos ... 6 rs.
P o r una caja con su llave de molinete, en donde va parte de los ropajes, en 13 rs. . . . 1 peso 5
[ A l margen:] Son 3 vs. de jerga. [ A l centro:] 1 harpillera de 2 que lleva la caja, en 9 rs. a 3 rs. vara ... 1 peso 1 Suma trescientos pesos y tres tomines. Los cuales tengo recibidos de mano del c a p i t á n don D o m i n g o de Larrea y Z á -rate de que d i recibo a su favor. V a . M é x i c o y marzo 22 de
1690 a ñ o s . V a . J o s é de los Santos y O l m o ( r ú b r i c a ) .
M e m o r i a de la ropa que tienen de vestir los Gigantes que sa-len el d í a de Corpus, y se le entrega a Francisco X a v i e r y J o a c h í n Machados porteros de cabildo. H o y nueve de j u n i o de este a ñ o de m i l setecientos cuarenta y siete.*
E s p a ñ o l tiene camisa, delanteras de chupa, casaca, naguas de cambaya, sombrero, e s p a d í n , p a ñ o de pescuezo.
610 ALFONSO MARTINEZ ROSALES
E s p a ñ o l a camisa, naguas de cambaya, piqueta encarnada, zar-cillos, mascadita, tocado.
M o r a camisa, peto, banda de c i n t u r a , bata, naguas de cam-baya, banda de a t r á s , mascada, molote, rosas de oropel, zarcillos.
M o r o camisa, peto, bata, marlota, banda acamotada, banda verde, turbante, p a ñ u e l o alfanje, naguas de cambaya. Negro camisa, naguas de cambaya, casaca azul, delanteras
de chupa, alfanje, corbata, sombrero.
Negra camisa, naguas de cambaya, u n chulo de cotense, otro de chita, quisquemelito, listón del tocado, zarcillos y
gar-gantilla.
I n d i o camisa, c o t ó n , cotorina blanca, naguas de cambaya, corbata, macana y c u p i l .
I n d i a camisa, h u i p i l , cobija, naguas de cambaya, zarcillos, gargantilla, listón de Mastlagues.
Item dos batas, una cuarta, una m á s c a r a , dos monterillas, seis escudos de custodia. T o d o lo cual se les e n t r e g ó a los d i -chos para que con el mayor aseo, y cuidado lo guarden pro-curando cada mes los sacudan para que no se apolille dicha ropa y porque que conste en todo tiempo rogaron lo firmase por ellos Francisco X a v i e r de Béjar, y que esta o b l i -g a c i ó n se -guarde en el arca de tres llaves de su ayuntamiento. A ruego y por testigo Francisco X a v i e r de Béjar ( r ú b r i c a ) . D e s p u é s de haber firmado el testigo por los dos dijo el uno saber firmar Francisco X a v i e r M a c h a -do ( r ú b r i c a ) .
S I G L A S Y B I B L I O G R A F Í A
A H E S L P A r c h i v o H i s t ó r i c o del Estado de San L u i s P o t o s í , f u n -damentalmente A A S L P , A r c h i v o del A y u n t a m i e n t o de la C i u d a d de San L u i s P o t o s í .
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1945 El libro de mis recuerdos. Narraciones históricas, anecdóticas y de costumbres mexicanas anteriores al actual estado social,
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1946 Las cosas más considerables vistas en la Nueva España por el doctor..., t r a d u c c i ó n de J o s é M a r í a de A g r e d a y S á n -chez, revisada p o r los editores a la v i s t a del o r i g i n a l . P r ó l o g o de A l b e r t o M a r í a C a r r e ñ o , M é x i c o , Ediciones X ó c h i t l .
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1985 El gran teatro de un pequeño mundo. El Carmen de San Luis Potosí, M é x i c o , E l C o l e g i o de M é x i c o , U n i v e r s i d a d A u t ó n o m a de San L u i s P o t o s í .
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1806 Ordenanzas que debe guardar la Aduy Noble y Leal Ciudad de San Luis Potosí del Reyno de la Nueva España, hechas en vir-tud de la Real aprobación del Titulo de Ciudad en ellas inserta. Por Don ... Regidor perpetuo por Su Adajestad de dicha Nobi-lísima Ciudad, quien le comisionó para su arreglo, M é x i c o , M a r i a n o de Z ú ñ i g a y O n t i v e r o s .
V i Q U E i R A A L I Í A N , J u a n Pablo
1987 ¿Relajados o reprimidos? Diversiones publicas y vida social en la ciudad de México durante el Siglo de las Luces, M é x i c o , F o n d o de C u l t u r a E c o n ó m i c a .