AISTHESIS
N°34,
2001
ESTUDIOS
PEPE
DONOSO Y
JOSÉ MARÍA
ARGUEDAS:
EN LOS
REVESES DEL
PARAÍSO
Rodrigo
Cánovas
Instituto
de Letras
Pontificia Universidad Católica
de
Chile
En
estebreve
ensayo,comparamosEl Lugar
Sin Límites
de José
Donoso
conEl Zorro De Arriba Y
El Zorro De
Abajo,
de José María
Arguedas,
teniendo en cuenta
los
siguientesaspectos:la
situación existencialde
estos escritorescuando conciben estas novelas(el dolor
síquicode
Arguedas,
el alivio
de Donoso
entierrasmexicanas),suvivenciade la
cultura ex presada en ciertasfijaciones
sexualesy
su amplia reflexión sobrelas
uto píasy
suslímites (el infierno
olos
falsos
cielosde la
modernidadlatinoa
mericana).In
thisbrief
essay
we compareEl Lugar Sin Límites (written
by
José Do
noso)
andEl Zorro De Arriba Y El Zorro De Abajo (written
by
José María
Arguedas),
taking
in
account thefollowing
aspects: their personal situation whilewriting
thesenovéis (Arguedas'siquispain,Donoso's
relief
in
mexicanland),
their
experienceregarding
latinamerican
culture expressedthroughcertain sexualfixations
and,finally,
theirinsight
aboutmodernutopias
(hell
orfalse heavens
astherealface
ofModernity).
A
cualquiercaminantedistraído
quedeambule
undomingo
enla
tarde
porla
remozadaPlaza
de
Armas
de
nuestroSantiago de
Chile,
le llamará la
atención un sinnúmerode
pequeños gruposde hombres y
mujeresjóvenes
que conversananimadamente
parapeteadosjunto
ala iglesia
y
enlos
edificios adyacentes.Sus
gestos,sus vivasvoces,
cierto colorido especial en sus ropas usadas marcaUSA
los
señalancomo recientesmigrantesperuanos,
que encajanamedias en el paisajelocal.
¿Qué
hubiera dicho Arguedas
al ver a estoszambos,
chinosy
cholosde
supatria,
asídispuestos
en undía
domingo
sin músicaviva,
salvola
escuchade la
radio a pilas?De
seguroles hubiera
preguntadode
que partedel Perú
veníany
pedido quele
describieran
los
sucuchosdonde
estabany
si eranfelices
allí,
enese raroescenario cuadrangularde
la
Plaza,
conla
estatua ecuestredel
conquistadordon Pedro
de
Valdivia
en unlado
y
por ellado
opuesto,
endiagonal,
una escultura sobreelpuebloindígena,
representada porpedazos;
y
másallá,
alvoleo,
un modernoedificioforra
do
en ventanalesquereflejanla
antigua catedral.Acaso
le
extrañaríael optimismode
estas gentesy
querríasaber suspenas,
enquelengua
secomunican;
enfin,
querría retratarsunostalgia.La
apariciónde los
inmigrantes
peruanos en nuestraciudad,
La Meca
de
oportunidadesen el comienzo
del
nuevomilenio,
nosha
hecho
evocar ellibro
El
zorrode
arriba
y
el zorrode
abajo(1971),
Diario de
muertede José María Arguedas donde
seexhibe
la Modernidad
como un castigolujurioso.
Chimbóte,
elpuertode la
anchoveta,
la
concha-bahíaque chupa el almade
los
míseros migrantesquebajan desde
la
sierra,será su
teatro
de
operaciones.Allí
estála ilusión
y
elmalrevueltos,
el quechuay
el español en combinaciónmonstruosa,
las
wacas antiguasy las
chimeneasde
las
fábricas
queechanhumo
cualvolcanes,
olas
chimeneasde los
trasatlánticos
que semueven cualmontañasvivientes.
Estamos
afines de los
años60. Aquejado de
unadolencia
síquica-segúnsus propias
palabras-,
escribedesde
esehueco
unboceto
de
país.Ha
encontrado
unlugar
privilegiado,
Chimbóte,
ciudadmodernadonde
aparece embutidoeldisímil
puebloperuano.Ha
conversado con susactores,
gentes abandonadasde la
mano
de
Dios:
locos
que predican elfin del
mundo,
moribundos porla
silicosis,
prostitutas
mendigas,cruces sin cementerios.Hay
algo,sinembargo,
que aJosé María
lo
hace dudar:
cómo contar estahistoria,
osea,
cómocontarla dolencia.
La
duda
estáconectadade
cierto modo con suterror
al rechazo por partede
la
comunidad
lectora. Acaso
su visiónde
la
ciudadde Chimbóte
esté ensuciadaconsudolencia
o, peor,
su alma serranale impida
penetrarlos
secretosde
una urbemoderna.
Vargas Llosa
desde
Londres
y
Julio Cortázar
desde
París
lo
observancomoa un niñoounpongo(piensa él). Sólo
cuenta con unsolo objetoparamostrar,
Chimbóte,
unbasural;
y
no sabebien
cómo contenerlo(esta
vez,
ellenguaje
mitopoéticode
sus ríos profundos nole
sirveo másbien
circula como unasobra).Rayuela
será unpalacio,
donde
incluso la inmundicia
es una escenografía:la
clochardeEmmanuelle
conHoracio lamiéndose bajo los
puentesde
París,
comoen un cuentode hadas
surrealista.¿Y qué
decir
de La
muertede Artemio
Cruz,
donde
la
agonía esunpuro artificiopara contarla
revolución mexicanacomosifuera
unmelodrama?Chimbóte
no seráunpalacio
leído
en clavemándala,
con un personajefingiendo
sumuerte,
desde
un ventanuco
de
unhospicio (el famoso
"paf,
seacabó"
conqueremata
Cortázar
la
primeralectura
tiránica
expuesta en suTablero
de
Dirección).
Chimbóte
serátumba,
origenmuerto,
vidalarvada
en unútero
viejo.Arguedas decide
que para ser escuchado en estemundo,
debe
construir suobra como una
tumba
quelo
acoja.Sus
lectores,
entonces,
nopodránarrellanarseensus sillones para ver
desfilar
antesus ojoslas
vicisitudesde
la
trama
(los desvarios
de
Artemio
Cruz
enuna camade
hospital,
las letanías
del
Club de la Serpiente
en uncuartucho
parisino);
sino que severán obligadosacomparecerante un ritode
muerte.
Fuera
de
toda comodidad,
ellector
es partede
unHappening
enelcualsecomporta como garante
de
una experienciade
trascendencia negativa,quedando con eldolor
del
muerto,
heredándolo
de
por vida.Si
estedistraído
caminante abandonala
Plaza
tomando el cursodel Paseo
Ahumada,
es posible quepresencieeldesfile
de
una ordenada comparsaanimada,ala luz de las
pancartas,
porminorías,
muy
dispares
entre sí: ciertas agrupacionesindígenas,
de
inmigrantes
andinos,
homosexuales
y
travesties.Y
luego,
podráescuchar
breves discursos de
susdiversos
representantese,
incluso,
enla
nocheya ensuAISTHESIS
N°34,
2001
ESTUDIOS
estas escenas conunverdadero
"destape
cultural"
o considere que vivimos en una sociedaden crisis,en
la
medidaque se superpone una nueva mentalidadala
antigua;
está absolutamenteequivocado.Y
sinembargo,
si nos remontamoshacia
mediadosde
los
añossesenta,
esta escena pública estaba ausente en nuestra comarca.Un
escritorlocal,
José
Donoso,
condenadoalas fotos de las
páginassocialesde
los
Diarios
y
conminado acontinuarla
sagade la
novela realistachilena,aparece refugiado en unbarrio
elegantede Ciu
dad de
México,
allegado ala
joven
estrellaliteraria
del
momento,
Carlos
Fuentes.
Allí,
albergado por su cuatemexicano,Donoso imagina
unahistoria
situadaen medio del
campochileno,
escenariocomúndel
criollismo;
perodesfigura
sus casasy
gentes.Así,
elSeñor
es elDiablo,
unCreador
que se comea suscriaturas;
mientras que sus criados aparecenhacinados
en espacios que son cárceles.Habitamos
en elinfierno
y
la única
puertade
escapeestáenunpobreprostíbulo,
cuyaefímeraluz de
esperanza surgedel baile de la
Manuela,
un viejo maricóndel burdel
vestidode
española.Estamos
enEl
lugar
sinlímites
(1967),
en un país articuladode
un modoestamental,
cuyas aperturas sólo son concebiblesdesde
la
perversióndel
ordenestatuido;
pero ese gesto esdiscontinuo
y
regresivo:los
personajes salende
un espa cio maldito para entrar aotro, simétricodel
anterior;
los
encuentros sexualesestán mediatizadospor unimpulso
de destrucción
que es connatural a eseJardín
del Edén
invertido,
lugar irredento. Acaso
parapetándoseen una escenificaciónrulfiana,
Pepe
Donoso
concibe unaCómala
ala
chilena,
un espacio sinesperanza,
mostrándonoslos
esqueletosdel latinfundio
y
de los lenguajes
socialesy
corporales quehacen
de
nuestropaís una entidadinmóvil,
ajena ala
diversidad,
encarcelada en rígidas normas quecondenan asus gentesa vivirroles predeterminados que
los
cosifican.Aún
cuandoelescenarionacionalno seha
modificado endemasía,
sería posiblehoy
dis
tinguir
ala Manuela
en mediode
la
comparsadel
paseoAhumada,
más al airelibre
queantes,
como si estuviera gozandode
unalibertad
condicional.Es
posibletam
bién,
que porsu excesivo artificiotodavía
desentonaría y
hasta
echara a perder elacto,
aguandola buena disposición
de
éste
para abogarporla
tolerancia.
Sería
nue vamentela
escandalosa,
cantandoLa Vereda Tropical
comolo hacía
enlas
tristes
callesdel
puebloEl
Olivo.
En
fin,
hacia
mediadosde
esos años sesentaPepe
Donoso
se encuentra enla
mismísimaGloria
albergado en elencopetadobarrio
de San Ángel
Inn,
donde
entrany
salengentes contodo tipo
de
disfraces,
pueseljardín de la
casade Carlitos Fuentes
estátransformado
enun setde
filmación.
El
manuscritodel
Obsceno
pájaro,
entram pado enChile,
comienzaaquí,
enla
nochedel
cielomexicano,
senode
las
películasde
Buñuel,
atomar
cuerpoy
la M de la
Manuela
se retoma enla
M del Mudito
y
yaPepe
alucina otrocielo,
eldel
éxito
y
del
glamourenestatierra,
enestavida, instalán
dose
en elBoom.
Como lectores
borgeanos,
podemosespecular que quizásel autorha
seguidola
mismatrayectoriade
susenajenadospersonajes,
enelsentidode
que alcambiarde
espacioha
creído cambiarde
existencia.Recordemos
que enla
novelalas
prostitutas anhelandesplazarse
almodernoy
animadoburdel de la
Pecho de Palo
enTalca,
quela Manuela desea
servir enla
casa patronal para sentir el rasodorado de
la
camade
doña Blanca y
quePancho
vay
vienedesde
elburdel
pueblerino alfundo y
a su soñadacasita en unbarrio
modestotalquino.
¿Será quenuestroescritor nacional cambió la
cárcel criollista porla
mítica,
patentadaenPedro
Páramo?;
¿nohabrá
pasadode
unpequeñocírculo
del
infierno,
de
carácterlocal,
a sucentro,
con sedeenSeix
Barral,
ilusionándose
conla
engañosa universalidaddel
Boom? De
seguro,
Donoso hubiera
gozadoconesta ocurrencia o acaso
la haya
encontradodemasiado fácil y
enun gestopituco,
indicado
que pertenecía ala
esferadel
realismosocial.Los
lectores
podrándecir
que,
afin de
cuentas,
de
todo
hay
enlas
viñasdel
Señor.
Ahora
bien,
la
configuración míticade
la
realidad enDonoso
esde
caráctermás
bien
escenográfico.El
espacio,
los
personajesy las
situaciones están armadosconpiezas
bíblicas
y de
la
tradición
helénica,
muy
entreveradas entresí,
acondicionadas como unefecto
de luces y
sombras sobre el espectáculode la
vida cotidiana.No
existe aquí undescalce
entreentremitoehistoria,
sinomásbien
una operaciónde
trasvestismo.
E
incluso,
en unainterpretación de
cortetradicional,
se podría plantearque este relato
juega
conla
visiónteológica
que seha
dado
sobrela
sociedadoccidental
del
sigloXX:
elInfierno
eselmundoenque vivimos.El
casode Arguedas
esdiferente. El
mito es uncuerpo,
unalengua,
unaetnia,
unasensibilidad quenosconstituye.
Y
esestasensibilidadla
que aparece amenazadaen elproyecto
de
suúltima
novela,pues el mundo enquevivimoslo ha
chupado,
cualserpiente
de
aguaala
serpientede las
montañas,
para usar unaimagen
mapuchede la
creación.El
mundode
arriba,serrano,
indígena
(el de la
lana),
ha
sido atraídopor elmundo
de
abajo, costeño,
colmadode
zambos,
criollos einjertos
(los del
pelo),
seduciéndolos, pervirtiéndolos,
haciéndolos
materiainforme. El
cielo seha
estrellado
enla tierra,
quedandode
él
retazos casiindistinguibles
en esebasural. Es la
caída,
que
debe
serleída
en múltiplesinstancias:
esla
explotacióncapitalista;
perotambién
la
seduccióndel
podery
del dominio
sexual.¿Cómo rescatar un cielo mítico ya roto sin acudir a
las
categoríasde
la
modernidad,
gérmenesde la
caída?Y
por otrolado,
¿cómonoolvidarqueChimbóte
eslo
real,
elúnico
espacio queresta,eluso,un cuerpo yaintervenido y
trastocado?.
Esos
flamantes
cuerpos modernos están yalimpiamente
constituidos en el collagey
elmontaje
de los
mundosde
Cortázar y
Fuentes,
la ilustrada imaginación
de
don Alejo
Carpentier y los
fantoches
citadinosde Onetti.
¿Cómoincorporar
lo
nuevo,
materia sucia quetodo
lo
envuelve,
paralograr hacer
parir unalmacaída,
yainfectada?
José
María
acude al conocimiento milenariode los
zorros andinos presentesen
los
relatosmíticosde
Huarochirí,
quecirculan enlos
Andes
desde
hace 2.500
años.Serán
ellos sus ayudantesmágicos,
quele
otorgaránlas
claves para componery
recontarel mundo.
Sin
embargo,este conocimiento queinvolucra
unmodode
ins
cripción,
tiene
sulímite y
su abismo enla
modernidadde
Chimbóte,
que presenta unainesperada
contrapartede
seducción,subordinacióny
muerte:los
zorros serándisueltos
por una entidadcósmica vinculadaal sexofemenino,
las
zorras,
quedando allíen actitud pasivade
sumisión.Acaso
Arguedas
haya
buscado
enel repertoriomítico andino aquellasimáge
nes que
le
permitieran graficar una pérdida o ciertos miedosancestrales,
logrando
así una representación andina
de
la Caída. En
efecto,
los
zorros enmarcanel relatoAISTHESIS
N°34,
2001
ESTUDIOS
del
mundo.En
uno,
eljoven Huatyacuri
se enterade
quela
enfermedadde
unpode roso señor sedebe
a que su mujer extrajoungranode
maízde
su sexoy
selo dio de
comer a otrohombre.
Huatyacuri
curaal gran señor(revelándole
también
ala
comu nidad que esundios
falso),
se quedaconsuhija,
venceal yernoy
castigaeladulterio,
convirtiendo a
la
mujer enpiedra,consuvagina visible.En
elotrocuento,seevocala
figura del
guerreroTutaykire,
que yendohacia
elbajo,
fue
seducido porunavirgenramera,que
lo hace
dormir,
dispersándolo.
Así
desde
el primercuento,
Chimbóte
esvividocomo un castigodesde la
metáfora
de la
sodomizacióndel
cuerposerrano.Sin
embargo,
desde
el segundorelato,
Chimbóte
es concebido como un cuerpoerótico,
aunqueletal;
cuyo rocequizás anuncienuevos
tiempos.
¿AcudeArguedas
alas
grandes montañasandinas,
diosas
mujeres,
para ofrendarse aellas, proyectando un
impulso
autodestructivohacia
esasdeida
des?
¿O,
en ungesto másambiguo,
se ahoga enaguasdesconocidas,
sufriendola
seducción
de
lo
extranjeroy
aceptando con ellounacondenaimposible
de
eludir?Sea
comofuere,
esta obradibuja
dos
círculos:el cielode
arriba(roto,
descala
brado),
y
elinfierno
de
abajo,
hecho
de
otromaterialy
queha
chupado alde
arriba.No
hay
aquí réplica sinoabsorción,quedando en el presentede
abajo sólo restosde
unmundoido:
mediaslenguas,
cuerposmigrantes,
ritos sexualesintervenidos,
resabios de
felicidad
confundidos conla humillación de
estar vivos.En
la Estación El
Olivo,
lugar
abandonado en el mediodel
valle central chileno, también
se reconocendos
círculos:arriba,
la
casapatronal,
conunailuminada
salade
comedor presidida pordon Alejo Cruz y doña
Blanca;
y
abajo,unburdel
feo
y
pobre,
cuyoderruido
salónsólo seilumina
con elbaile de
la Manuela. Si los
perso najestienden
adistinguir
elfundo
como el cieloy
elprostíbulo como elinfierno,
los
lectores
sabemos que ambos círculos pertenecen alinfierno.
En
este espaciode
perversa
simetría,
donde
unapiezadel
mundode
arribatiene
su negativo en elde
abajo,
se exhiben
los
pecadosdel
mundo,a saber:elinquilinaje,
la
represiónsexual,einclu
so,
elmismo pensamientobinario,
que nos convierte enamos oesclavos.El
burdel
será elcírculodonde
se experimentala desesperanza
ensuplenitud,
siendotumba
o museode
objetospetrificados.Y,
paradójicamente,
estambién
unespacio quetiene
la
capacidadde
desfondarse,
esdecir,
permite a sus actores alucinar unasalida,
enla
medida que
éstos
realizan actosfuera de
control:la Japonesa
hace
funcionar
a unmaricón,
arrebatándole asíla
casa al granSeñor;
suhija
se enterrará viva allíy
no venderá elterreno y,
porúltimo,
la Manuela
aunque viejoy desdentado
seguirábai
lando
como si en unode
sus girosel piso pudiera cedery
por unhoyo
en elsuelo,
llegara
a salirfuera de
eseinfierno.
Por
suparte,Chimbóte
tiene
como suescenariode
operacionesprivilegiado,también,
elprostíbulo.Espacio
reglamentado,
encierra ala
ralea enflujos
de
circula cióndescendente
queincluyen
el salónrosado,
el salónblanco y
elcorral,
apareciendo
esteúltimo
como unembutidode
gentesde
muy diversa traza,
irreconocibles
a nivelindividual.
Los
actos que allí se realizan(el
baile,
elsexo,
los
diálogos,
elir
y
venirde
estosseresquesonremiendos)
tienen
uncarácter ritualy
conllevanla
semilla
de
sudegeneración:
elbaile
mágicodel
gringoMaxwell
conla China
es unbreví
simodestello
apagadoporla
acción asesinadel
Mudo;
la
relaciónsexualdel
zamboMendieta
conla Narizota
es unculto aldios falso
Braschi,
mafiosodel
lugar;
relación
de Chaucoto
conla
Flaca,
unritode
infertilidad.
Sólo
en elencuentrodel
indio
Asto
conla
descomunal
Argentina
habrá
unacelebraciónplena,
cita oblicuade
aquelcuento mítico
del
encuentrode Titaykuri
con unavirgen ramera.Lo
enigmático enArguedas,
lo
chocante,
es que enelburdel
aparecen confundidos la
servidumbre,
la
expoliacióny
el gocede
los
sentidos.El
sexoesuna condena,
queimplica
la
destrucción
del
pasadocomunitarioy la destrucción inminente
del
propio
cuerpo;
perotambién
el goce conlos
vestigiosde
todo
lo
añorado.En
fin,
el mismo puertode
Chimbóte
estádiagramado
comounaconchaba
hía,
unagrantragona
de
gentes,
elaguallegando
alas
alturaseinundando
el cieloo,mejor,
para usarlas imágenes
de
la
mismaobra,
unvolcán(hoyo,
culo, ano, chucha,
boca),
cuya erupción ocurrealrevés;
unvolcán que retienefuego
y
dinamita,
lo
cualle
permitehacer
parir.Tanto Donoso
comoArguedas diagraman
unmundoinfernal,
cuyas reglasde
procreación
lo hacen inmutable. Es
aquídonde
elsexo aparece comoelmaterial plástico
más adecuado para exhibir unagénesisde
corteinfernal. El
origendel
mal enArguedas
está enla
escena sexual animada porelMudo
(homosexual y
asesino),
la
Muda
(su
madreputa) y Braschi (que
tanto
monta como sedeja
montar porla
pareja).
La
economíalibidinal del
texto
señala que el creadorde
Chimbóte
esBraschi,
boca
tragona
quecreaChimbóte
a suimagen
y
semejanza comovolcán.Así,
Chaucato
y
Mendieta,
a pesarde
tener pincho,
no engendrany
surelaciónsexual seráunculto aBraschi,
por elcualle
traspasan
sudinamita. No
hay
aquísalida,
salvoexcepción,
comoen el casode Asto
y
la
Argentina,
única
pareja ala
cual el escritorperuano,
desde
suúltimo
Diario,
le
concedela felicidad.
También
enDonoso
hay
una escena sexual originaria quefunda
el mundoinfernal:
esla
que animanla Japonesa Grande
(como
macha),
la Manuela
(masculino
pasivo) y don Alejo (macho
mirón),
queda
como resultadola Japonesita (al decir del
narrador,
un pejerrey).Una
putay
un maricón conciben unaniña sinmarcasexual,
ante
la
mirada voyeuristade
un patrónde fundo. Aunque
aberrante,
este cuadro pretende sustituirla
relación primordial"amo-esclavo"
(en
su registrosocial,
sexualy
numinoso),
generada por el granSeñor
y
rajadiablosdel lugar.
El
resultado esfallido;
sinembargo,
estanuevaestructura permitedesconstruir la
anteriory
de
paso plantearse sobrelas
bases
existencialesde la
condiciónhumana.
En
ambas obras se exhibe el espectáculode
unamarginalidad que atraviesatodos
los
límites de
la
existencia.Los
seres mueren aplastados por sus carenciasy
excesos,
enunmundo sinDioses
o,
paraser másjustos,
con unCreador
que sealimenta
de
sus propias criaturas(don
Alejo,
elSeñor
quehace
y
deshace)
y
unosemidevorado,
escindido,
estrellado(el
conocimiento míticode
los
zorros procesadoen
Chimbóte
comoharina
de
pescadoy
pervertido por elcuerposensorial costeño).En
suHistoria
personaldel boom
(1972),
José Donoso
reconstituye el viaje queha
realizado como escritor
desde
elinfierno local
chileno alas
alturasdel boom. Su
biografía tiene,
por elmomento,
unfinal
feliz,
opuestoalos
personajesde
la Estación
El Olivo.
Así,
elprostíbulo-tumba,
sepultadobajo
untierra
maternaestéril,
deja
pasoa
la
casa-móvildel
artista,
quien sedesplaza
libremente
por parajeshispanos y
americanos.
Los Diarios
de
Arguedas diagraman
unatravesía
diferente.
Los
papelesde
diario
que guardanlos
escupitajos silicososdel
mineroEsteban
de
la
Cruz,
que yaceAISTHESIS
N°34,
2001
ESTUDIOS
tendido
moribundojunto
ala línea
férrea
enChimbóte,
se confunden conlos
papeles que guardanla biografía del
autory de
sunovela,
cuyasletras
colmande
cruceselespacio,
convirtiéndolo en cementerioo,
en el mejorde los
casos,
enlugar
de
adora ciónde ídolos
caídos. ¿Nohay,
entonces, salida,
para elchimbotanoArguedas? Sí la
hay. Es
el espaciode la
lectura,
desde
el cual uno alucina unaluz
más alláde
la
muerte,
elrevésde
estemundo,
lo
renacido.Estamos de
vuelta enla Plaza de Armas
de Santiago de
Chile,
antiguaCapita
nía
General del Reino
y
ahoraconvertida en urbemoderna,
ejemplode
civilidad.Si
bajara
desde
las
alturasJosé
María,
cualzorrode
Huarochiri,
quizás se sintieratran
quilo con
la
noticiade
que estos migranteshayan
caído aquí.El también
habitó
estos parajes gozandode
la hospitalidad de
susgentes,
de
su afecto(Roberto y
Nicanor,
Nelson, Pedro)
e,incluso,
del
privilegiode
suimprenta
ilustrada,
porla
publicaciónde
Los
ríos profundosy
de Yawar Fiesta
en el prestigioso sellode la Editorial Universi
taria.
Y
siPepe Donoso fuera
puestoenmediodel Paseo
Ahumada,
vestidoimpeca
blemente
en untraje
blanco
y
conla barba
retocada,
comprobaríagratamenteasombrado
de
quelas fiestecitas y
bailes
privados ensalones,
picholeosy burdeles
han
ganado
la
víapública, transgrediendo tímidamente
los límites de
lo
propio,
de
serchileno,
unimbunche
educado.¿Un
buen
comienzode
milenio o el engañosoinicio
de
una espiral cuyadireccionalidad
es másirreductible
de lo
queimaginamos?
*Nota:
Este
trabajo
forma
partedel
proyectoFondecyt
N°1990536 "Heterotopías.
El
prostíbulo en