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NOVENA A MARIA AUXILADORA

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Academic year: 2021

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Propaga la devoción a María Santísima y verás lo que son milagros. San Juan Bosco

NOVENA A MARIA AUXILADORA

El cristiano ora al Señor y también a la que es su Auxiliadora. Recibir los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.

El cristiano vive unido a Cristo, a la Auxiliadora de los cristianos y a la Iglesia por los Sacramentos. El cristiano, siente que la Auxiliadora le anima a ser apóstol y a sostener las obras de apostolado de la Iglesia de Cristo, si se puede se hace una ofrenda a alguna obra de la Santa Madre Iglesia.

TODOS LOS DIAS SE REZA ASI

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICCION

Jesús mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

ORACIÓN DE SÚPLICA

Santísima Virgen, Madre de Dios, yo aunque indigno pecador postrado a tus pies en presencia de Dios omnipotente te ofrezco este mi corazón con todos sus afectos. A ti lo consagro y quiero que sea siempre tuyo y de tu hijo Jesús.

Acepta esta humilde oferta tu que siempre haz sido la Auxiliadora del pueblo cristiano. ¡Oh María!, refugio de los atribulados, consuelo de los afligidos, ten compasión de la pena que tanto me aflige, del apuro extremo en que me encuentro.

Reina de los cielos, en tus manos pongo mi causa. Se bien que en los casos desesperados se muestra más potente tu misericordia y nada puede resistir a tu poder. Alcánzame Madre mía la gracia que te pido si es del agrado de mi Dios y Señor. Amén.

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas, y prometemos obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡Oh Virgen incomparable! que fuiste siempre Auxilio del Pueblo Cristiano, continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro infalible; preserva de la irreligión y del vicio a la juventud; promueve las vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos, el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos confines de la tierra.

(2)

Te suplicamos ¡Oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de los jóvenes, de los niños y de la familia completa expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos y de las almas del Purgatorio: sé para todos ¡Oh María! dulce Esperanza, Madre de Misericordia y Puerta del Cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes, particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos que te conozcan y amen y que podamos, llegar a salvar muchas almas. Haz, ¡Oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza; y en fin, el pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte una corona en el Paraíso. Así sea.

OFRECIMIENTO

Enséñame, ¡Oh María Auxiliadora!, a ser dulce y bueno en todos los acontecimientos de mi vida; en los desengaños, en el descuido de otros, en la falta de sinceridad de aquellos en quienes creí, en la deslealtad de aquellos en quienes confié.

Ayúdame a olvidarme de mí mismo para pensar en la felicidad de otros; a ocultar mis pequeños sufrimientos de tal modo que sea yo el único que los padezca.

Enséñame a sacar provecho de ellos, a usarlos de tal modo que me suavicen, no me endurezcan ni me amarguen; que me hagan paciente y no irritable; que me hagan amplio en mi clemencia y misericordia y no intransigente, intolerable y ofensivo. Que nadie sea menos bueno, menos sincero, menos amable, menos noble, menos santo por haber sido mi compañero de viaje en el camino hacia la vida eterna. Amén.

ORACION DE CADA DIA:

DÍA PRIMERO

¡Oh, María, poderoso Auxilio de los Cristianos que confiados de tu misericordia, acudimos a tu trono lleno de confianza! Oye los ruegos de nosotros tus hijos que suplicantes imploramos tu poderoso patrocinio, para poder huir del pecado y de las ocasiones de pecar.

DÍA SEGUNDO

¡Oh, María Santísima, Madre de bondad y de misericordia! tú que siempre libraste al pueblo cristiano, con tu poderoso patrocinio, de los asaltos e insidias del enemigo, protege nuestras almas, te lo suplicamos, de las acometidas del demonio, del mundo y de la carne, para que alcancemos

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Propaga la devoción a María Santísima y verás lo que son milagros. San Juan Bosco DÍA TERCERO

¡Oh, poderosísima Reina del Cielo, que sola triunfaste de las herejías, que intentaron arrancar a tantos hijos del regazo de nuestra Madre la Iglesia! Ayúdanos ¡oh María! a guardar firme nuestra fe y puros nuestros corazones, en medio de tantas insidias para no contaminarnos con el veneno de tantas perversas doctrinas.

DÍA CUARTO

¡Oh dulcísima Madre nuestra María, tú que eres Reina de los Mártires por los heroicos actos de valor y fortaleza que practicaste en la tierra! Dígnate infundir en nuestro corazón la fuerza necesaria para mantenernos constantes en tu servicio para que, venciendo todo respeto humano cumplamos sin rubor nuestros deberes religiosos y nos comportemos siempre como devotos hijos tuyos hasta la muerte.

DÍA QUINTO

Querida Madre mía, tú que en el triunfo del Papa Pío VII mostraste tu eficaz patrocinio, desplegaste tu manto protector sobre toda la Iglesia y especialmente sobre su augusto jefe el Sumo Pontífice, defiéndelo en todo momento de los ataques de los enemigos, líbralo de las aflicciones, asístelo siempre para que pueda dirigir al puerto de salvación la navecilla de San Pedro, triunfando de las oleadas embravecidas que amenazan de sumergirla.

DÍA SEXTO

¡Oh, María, Reina de los Apóstoles! toma bajo tu protección a los sagrados ministros y todos los fieles de la Iglesia Católica: alcánzales espíritu de unión, de perfecta obediencia al Romano Pontífice, y de celo ferviente por la salvación de las almas; especialmente te suplicamos extiendas tu amorosa asistencia sobre los misioneros, para que consigan atraer a la verdadera fe de Jesucristo a todas las almas, para formar del mundo entero un solo Rebaño bajo la guía de un solo Pastor. DÍA SÉPTIMO

No seas, Madre de misericordia, insensible a los dolores de la Iglesia menospreciada en su doctrina y en sus Sacramentos. No permitas sea derramada en balde la sangre preciosísima de tu divino Hijo, ilumina a los ciegos que la persiguen, fortalece a los débiles que no la defienden. Brille ¡oh María! tu poder sobre la tierra; sea glorificada y acatada la religión, observada la ley divina y eclesiástica, para que todos te alaben y alcance la humanidad los goces eternos.

DÍA OCTAVO

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra amantísima, de Ti se ha dicho: todo poder se le ha dado en la tierra y en el cielo; te presentas al trono del Altísimo, no como quien pide, sino como quien manda, a Ti clamamos desde el abismo de nuestras miserias, aleja de nosotros todo mal; bajo tu protección ponemos nuestras familias, nuestros bienes, nuestros corazones, almas, potencias, sentidos, vida y todo lo que tenemos; sé nuestro amparo y nuestra defensa durante toda la vida.

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DÍA NOVENO

¡Oh, piadosísima Madre!, Tú que en todo tiempo te mostraste verdaderamente la Auxiliadora de los cristianos asístenos con tu poderosísimo patrocinio en vida y especialmente en el trance de la muerte, y alcánzanos la perseverancia final. ¡Ah! no nos dejes un solo instante hasta que felices cantemos tus glorias y las misericordias de tu Hijo en el cielo, por los siglos de los siglos.

Después de la oración de cada día se rezan: Tres Padre Nuestro.

Tres Ave María

Las siguientes jaculatorias:

o "Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento". o "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".

SE HACE DE LA SIGUIENTE MANERA: Padre Nuestro…

Madre amable de mi vida auxilio de los cristianos, la pena que me atormenta, pongo en tus divinas manos.

Dios te salve María...

"Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento". "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros". Padre Nuestro…

Tú que sabes mis congojas, pues todas te las confío, da la paz a los turbados y alivia el corazón mío. Dios te salve María...

"Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento". "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros". Padre Nuestro…

Y aunque tu amor no merezco, no recurriré a Ti en vano, pues eres Madre de Dios y Auxilio de los Cristianos.

Dios te salve María...

"Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento". "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!,

que jamás se ha oído decir que alguien que haya acudido a Tí

haya quedado sin tu auxilio recibir; animado en esta confianza,

me presento a ti. ¡Oh Madre de Dios!,

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Propaga la devoción a María Santísima y verás lo que son milagros. San Juan Bosco SE HACE EL OFRECIMIENTO POR LA NOVENA:

En el Ministerio Kadosh pedimos todos los días por:

1. La santidad de todos los sacerdotes del mundo, de manera especial por nuestros sacerdotes asesores en el ministerio: El Padre Johnny Arguedas, El Padre Giovanni Obando, El Padre Juan Francisco Catalán.

2. Por las necesidades de todos los que formamos parte de la gran familia de Kadosh. 3. Por la sede para el Ministerio Kadosh.

SALVE

Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. ¡Dios te salve!, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea! Pues, Señora y Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

BAJO TU AMPARO

Bajo tu amparo nos acogemos ¡Oh Santa Madre de Dios!. Nos desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos siempre de todo peligro. ¡Oh Virgen, siempre gloriosa y bendita!. Amén.

Referencias

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