C&e
LílJtarp
h:ks
iVE
ÁLVAREZ QUINTERO
DK LA RBAI. ACADEMIA ESPAÑOLA
LAS
MUERTES
DE
LOPILLO
saínete en
tres
cuadros
OOH MÜSICA DS MajTUKIíFoNT DB Anta
f
MADRID
IQ2
Estaobraespropiedad desasautores.
LosrepresentantesdelaSociedadde Autores Españoles
sonlosencargados exclusivamente de concederonegarel
permiso de representaciónydelcobrodelos derechosde
propiedad.
Droitsderepiésentation,detraductiouetdereproduction reservespourtou»lespays,y compris laSuéde, laNorvige
ellaHollande.
ÁLVAREZ QUINTERO
DE LA RBAL ACADEMIA ESPAÑOLA
LAS
MUERTES
DE
LOPILLO
saínete
en
trescuadros
CON MÚSICA DE Maíutbl Font de Anta
Estrenado en el Teatro de Apolo el 27 de noviembre de 1925.
iM
A D
R
ID
A
RICARDO
DE
BORJAS,
amigo
y
condiscípulo, en recuerdode las travesuras estudiantiles
PERSONAJES ACTORES
ALEGRÍA
Eugenia Galindo.ROSARIO
Carmen Andrés.PERICiV María Ortiz.
UNA
ZAGAI.ILLA Angelita Medel.LA
CARACOLERA
Pilar Perales.LA
NARANJERA
Concha Girón.LOPILLO
Lino Rodríguez.CAMPANÍTA
José Marín.HABLA-SOLO
Francisco Gallego.TARUMBA
Jesús Navarro.EL CÓMICO
Luciano Ramallo.MALENCONÍ
A
Francisco Pernal.EL ENCAJERO
EduardoYcabalceta.VALVERDE
Isidro Sotillo.EL COSARIO
DE
LAS CANTERAS.
Emilio Stern.EL COSARIO
DE
DOÑA
MOLINA.
Daniel González.UNA
PAREJA
DE
LA GUARDIA
íjosé Rosell yCUADRO
PRIMERO
Exterior delfamosomesóndela Gaditana, a la entradade Puente Real, en tierrasandaluzas.
En
el centrodelafa-chada, que reluce de blanca, el portal, acuyo fondose
venlospatiosluminosos ypintorescos.Juntoal portal, a la derecha del actor, la puertecilladeuna cantina aneja
almesón,
A
lolargodelafachadadeéste,poyetesde la-drillo, blanqueados también.Mesa ysillasala puerta dela cantina.Porladerechaseva alcampoyporla
izquier-daaPuenteReal.
Esporla mañanay enbuentiempo.
Música
Sentados a la mesa, el Cosario de
Las
Canterasy
elde
Doña
Molina apuran una botellade vino blanco^en compañía del Cómico» Perica, mozuela delmesón^
provista de escobilla
y
cubo decal^ repara imaginarios desperfectos de la pared.En
dirección delpueblo alcampo pasa cantando una Zagalilla^ con uncántaro a
la cintura. Zagalilla.
Pa yorá
mi
desengañoyo
me
encaminé a unaermita,y
me
dijo el ermitaño:—
Consuélate, morenita,10
Las
muertes
deL
opilloPerica. Dale quedale a su escobilla.
A
mí
me
tira la cá;a
mí
me
alegra lo blanco;¡me
muero
porencala!Campanita^ hijo de Blas Campana^ celebre posade-ro de
Las
Canteras^ dentro^ hacia la derecha^ canta también.Campanita.
|Mes6n de la Gaditana,
queantes se
yamó
der Moro...lCosario I.° ¡Hombre, Campanita!
Cosario 2.° ¡Es verdá, tu paisano!
Córneo. ¡Campanita er de Las Canteras!
Cosario I.° ¿Quiés un vaso e vino,Campanita?
Campanita. Saliendo. Se aserta
y
seagrádese.Cosario I.° Siéntate aquí.
Campanita.
Déjame
primero saluda a la casa en que estamos.¡Mesón dela Gaditana,
que antes se
yamó
der Moro,limpio desde la
mañana
como
los chorros del oro!...En
tuscuartos se aposentaron damiselasy
cabayeros;a tu
sombra
se refugiaronmalhechores
y
bandoleros;entus patios se emborracharon
Er
sumo
de tus parrasdeja memoria,
y el agua de tuposo
me
sabe a gloria; perohoy
en díate da una rosa fresca
la nombradla.
¡Alegría,
hija de la mesonera,
si Seviya fuera mía,
deregalo te la diera!
[Mesón de laGaditana,
que antes se
yamó
der Moro,limpio desde la
mañana
como
los chorros del oro: tu tesoroes unarosa temprana,
que
yo
adoro!Cosario l.° ¡Ole!
Cosario 2.° jOle!
Cómico, ¡Bien por Campanitai
Cosario l.° ¡Otro vaso!
Campanita. ¡Venga! Sesienta con ellos.
Perica.
A
mí
me
tira la cá: lo blanco lo hizo laVinge
y
lo negro Barraba.Vuelve la Zagalilla hacia elpueblo^ cantando como
12
Las
muertes
deLo
pilloZagalilla.
Yo
quiero pasar el ríoy
nohay
puente ni barquiya,y
ayí se está erdueño
mío
mirándome
en la otraoriya... ¡Quién fuerapluma
de unnío! Cesa la música.Malenconia^
mozo
del mesón^ llamadoasiporque nopara
de suspirarpor los rincones, sale deélen busca dePerica.En
lamano
traeuna
colleraconcascabeles.Malenconía. Perica.
Perica.
Me
yamo.
Malenconía.
La
zeñá Rozario, que vayas aya.Perica.
^Ande
está eya?Malenconía.
En
la cocina.Perica. Bueno, hombre; no te apures por ezo.
Amenazándolo
conlaescobilla. ¡Te encalolas narices!Se va corriendo alinterior.
Malenconía. ^Quiés nojugá, niña? Reparando en
Campanita de pronto. ¡Marditazea! ¡Éste... éste va a
zé er que a
mí
me
dé er puntiyazol ¡Ay!... Con elsuspiro se aleja abatido hacia el campo^ sacudiendo lacollera tristemente.
Campanita. Terminando en voz alta la
conversa-ción quetra-e con los amigos.
Y
a eso vengo hoy: aremata el asunto
como
unhombre
serio: del hijo deBlas
Campana
er de Las Canteras no se burlamás
esta mujé.
Cosario 2.° Pos a eyo, Campanita,
y
buenasuerte.
Campanita. Grasias,Casteyón.
Cosario l.° Hasta mañana,
que
me
dirás lo queresurte.
Cosario l.°
Al
Cómico. ^Tiene usté argo quemandarlearCosario deLas Canteras?
Cómico.
Que
me
deje mandao.Cosario 2.°
^Y
ar deDoña
Molina?Cómico.
Lo
mismo.Cosario 2.° Salú.
Cosario l.° Salú.
Uno
y
otrocogen susalforjasy
losdiversos paque-tes que traeny
sevan haciaelpueblo. Perica vuelve, llena de coraje,por la escobillay
por
el cubo.Perica. (Míano ze queara
manco
er ladrón1Campanita; ¿Quién, Perica?
Perica.
Un
carrero mal ánge quedurmió
aquí anoche, y ha pintao en laparé, a lavera'er paja, undibujo indecente.
Y
ya zabe usté lo que ez el ama: jqueve en la paré la gracia de una moscal Éntrase, Cómico. Elama
y eya: tienen er visio dela cá.La
otra tardeme
quedé yo dormío en ese poyete,y
porpoco
me
encalan las botas.Campanita. Bueno, amigo, aquí viene laque
yo
quiero quesea
mi
suegra.Con
permiso deusté le via desí cuatro palabritas. Cómico. ¿Estorbo?
Campanita. No, señó.
Yo
juego siempre al aire libre. Ni pa esto ni pa name
estorban amí
los tes-tigos.SaledelmesónRosario^ el
ama
deél, mujer sanay
limpia.
Rosario. ¡Campanita!
Campanita. Dios guarde austé, Rosario. Rosario.
Ya
te esperaba, ya.Campanita.
¿Y
Alegría? Rosario. ¡Mirándose al espejol14
Las
muertes
deLopillo
Campanita. [MilagroiRosario. ^No
empacha
tanto espejo?Yo
fui pre-sumía; y lo soy; y lo seré mientras er cuerpome
haga sombra; pero esa hija mía es por demás.
¿Que-rrás creé que ni yo, que soy su madre, la he visto ni una vez por descuido enbabuchas?
Campanita. ¿Habló usté con eya? Rosario. ¡Vamos!
Campanita.
Y
¿qué dise?Rosario. Dise... dise... que sí, que no, que qué
sé yo... Na, Campanita: que no se sujeta a ningún
hombre; quequié tené
muchos
ar retorteropadiver-tirse eya, ¿tú
me
comprendes?y
punto concluío.¿Me
dolerá a
mí
desirte esto?Campanita. Pa divertirse eya, ¿verdá? Pos se va a divertí con los otros,porquelo que es
conmigo
nose divierte.
Y
la quiero...como
si fuera el aire parespira; pero no se divierte
más
conmigo.Rosario. Se divierte hasta con su sombra, no te hagas ilusiones.
Campanita. Sí, sí...
Yame
usté a su marío. Rosario. Llamando. ¡Juanl Juan!Campanita.
Lo
mismo. ¡Señó Juan!Cómico. Levantándose un
momento
y
asomándo-sea lapuerta de la cantina, ¡Tarumba!
Rosario.
Muchas
grasias. Cómico.No
las merese.Salede la cantina
Tarumba^
elposadero.Es
sordo^
aunque no
por
falta de orejas.Su
sordera^ sinem-bargo,es tan singularquehay quien laponeen duda;
pero todo elmundo^ no obstante^ le habla alzando la
voz.
Tarumba.
¿Me yaman?
Viendo almuchacho. ¡Ah!¡Campanita!
Campanita.
Venga
usté con Dios, señó Juan.Campanita.
Tan
bueno en su mesón,como
usté en er suyo.De
ayí no hay quien lo mueva.Tarumba. ¡Sudando se quita!
Yo
también andoestos díasargodestemplao.
Rosario. Mía qué despropósito.
Hoy
no oye ni lacampana
gorda.Tarumba. ¿Qué dises?
Rosario. Na. Este viene ahablarnos de la niña.
Tarumba. ¿Eh?
Rosario. ¡Dela niñal
Tarumba. ¡Buenol ¡Esoestá listo en mediahora!
Hay
huevos, hay arroz, hay jamón, hay carne... ^Cuántos son ustedes?Rosario. Pero ¡sino setrata dearmosá!
Tarumba. ¿Qué?
Rosario. ¡Que no setrata de armosál
Tarumba. Campanita, entiéndete con
mi
mujé,porqueesta
mañana
me
he levantao con la cabesabomba.
Campanita. Ya, ya.Pos usté,Rosario,ledirá
lue-go que no he venío
más
queadespedirme.Rosario.
¿Cómo
a despedirte?Campanita.
Como
suena.En
sien añosque vivan ustedes, nome
verán apáresemás
porestemesón
niporeste pueblo, mientras Alegría no se case o se
meta monja. Sufro yo
mucho
con erjuego que trae,pa seguí
tomando
parte en é. Por mí, se concluyó.Me
lo hejurao amí
mismo, selo he jurao a cuatroamigos que
me
apresian, y acabo de jurárselo,ade-más, a mi padre
y
a la Patrona de mi pueblo. Cruzyraya.
Rosario.
¡Várgame
Dios!Y
eso^porqué noselodises a eya,Campanita?
Campanita. ¿Usté cree que va a servirme de
argo?
i6
Las
muertes
deLopillo
cosaseria. ¿Tú, de tosmodos, no te vorverás a Las
Canteras hasta la noche?
Campanita.
Eso
es; hasta la noche: en er cochenuevo.
Rosario. Pos díselo.
Campanita. Basta: se lo diré.
De
aquí a na vuer-vo. Mientrasno desahogue,no descanso.Entere usté bien a su marío. Hasta ahora.Rosario. Hastaahora.
Seva Campanitahaciaelpueblo.
Tarumba.
^Adonde
va ése?Rosario. Llevándoseloaparte. ^No te has enterao
de lo que trae?
Tarumba.
Desde
que lo viasoma
por lacarrete-ra,estoypuesto.
Rosario.
Y
^qué te párese?Tarumba.
Que
hay pa mata a la niñasi lo deja í.^Dónde
ha deencontrámás
buen partióque el hijoemi
compadre? ¡Elamo
dela posamás
rica de estoscontornosl ¡Vamosl (Pa matarlal Pero ^la
vamos
a mata?Rosario.
Voy
a véyo
loqueconsigo.Tarumba. ¡Lo de siempre! ¡La niña tiene er-
fun-damento
de una caña!Rosario.
Aya
veremos. Entraseen elmesón.Tarumba
vuelve hacia lacantina.Cómico.
^Qué
es eso?¿Cosas delamuchacha,Ta-rumba?
Tarumba. Pía usté por su boca, amigo.
Hay
hue-vos, hay leche,
hay
jamón
deArasena, se pué mataun
conejo, se puémata un
poyo... ¿Cuántos sonus-tedes?
Cómico. ¡No
me
ha entendió usté!Tarumba. ¿Er domingo? ¡Bueno! ¡Avisándome la
nocheantes!...
Aquí
dentro estoy pa servirlo.Cómico. [Este arrastrao sordo, que no oye
más
que lo que leconvienel...
A
lapuerta deun
sordo cantaba un mudo.,,y
un
siego lo mirabacon disimulo.
Levantándose.
Vamos
a casa, a vé los paresesapatosque han roto los chiquiyosenocho días.
Va
a irseporla izquierda cuando oye que por la derecha lo llaman.LopiLLO. Dentro. ¡Ehl ¡eh! ¡Amigo!
Cómico. Volviéndose. ^Es amí? LoPiLLO. ¡A ti, hombrel
Cómico. ^-Quién es?
Yo
conosco esa cara.¡De-moniol ¡Lopiyol ¿De
dónde
sales?ApareceLopillo^gozoso del encuentro^
y
lo abraza.LopiLLO.
Me
quisiste parecer desde lejos,y
nome
engañaba.Hay
vista. Cómico.Hay
vista.LoPiLLO.
Tiempo
hacía que no nosencontrába-mos. ¿Qué hacestú aquí?
Cómico. Pa
mi
casaiba. Vivo hase tres años enPuente Rea. Dejéer teatro.
LopiLLO. ¿Ah, sí?
Cómico. Sí. |No iba a salí der coro nuncal Esta pronunsiasión andalusa ha sío mi perdisión.
A
lomejó se
me
escapaba un «sinco pezeta» o un «¿maquién yegas?» o un «¿a quéjablá deaqueyo días?>...
y
me
metían dentro. Hastaqueme
metí yo volunta-riamente pa no vorvéa salí.Ahora
soy viajante dei8
Las
muertes
deLopillo
comersio. Pero to er
mundo
en er pueblome
yama
«er cómico». ¿'Y tú?
Lopillo.
Yo
sigo enelteatro, aDiosgracias.Me
moriré haciendo comedias. Modestia aparte, soy a estashorasun fenómeno.Cómico.
Ya
lo eras, hombre.Lopillo. jCa!
En
tus tiempos era un meritorio inocente.No
habíadado
todavíaconmi
tecla.Cómico. Oye, ^'ytu mujé?
Lopillo. ¿-Cuál?
Cómico.
¿Cómo
cuá.?¡Tu mujé! ¡Felisa!Lopillo. ¡Ah, Felisa!
No
me
ocupo de ella. Seme
escapó con un apuntador.Cómico.
No
sabía... Perdóname.Te
compadezco.Lopillo,
¡Compadece
al apuntador! ¡Yo tengomucha
suerte con las mujeres! Cómico. ¿Por quélo dises?Lopillo. ¡Tú verás!
Me
he casado dos vecesy
hetenido tres o cuatro amiguitas. Pues en cuanto no
puedo aguantarlas, surge un pillín
y
me
las roba.Cómico. ¡Ja,ja, ja!
Lopillo. ¿Es suerte o no es suerte? ¡Lo
mismo
que
Don
Juan Tenorio!\Y
<íOtro»para
abandonarlas!...Sólo que elotro de
Don
Juan era un día,y
elmío
esunprimo. ¡Otro!
Cómico. ¡Ja, ja, jal Sin embargo, Felisa... Felisa...
¡una
mujé
tan guapacomo
Felisa!...Lopillo.
Tú
no conoces a Felisa en laintimidadde la casa dehuéspedes. ¡Lo discute todo! Mira; ese
apuntadorque se
me
la llevó, tenía una garganta dehormigón armado: se apuntaba tres dramas un
do-mingo, y tan fresco: luego era capaz de cantar
so-leares
como
un ruiseñor. Bueno: pueshoy
creo queCómico. ¿Der
mucho
trabajo?LopiLLO.
De
discutir con ella. ¡No te digo másl ¡Mi suertel/
Y
<íOtro>para abojtdonarlas!Cómico.
No
pierdes er buenhumó
con los años.LopiLLo. ^Para qué?
Cómico.
Que
ya son argunoslos queyevamos
a cuestas. Porque túyyo
somos
delamisma
quinta...y
haseunos días queempesamos
acontáconercua-tro. ¿Qué edátienestú?
LopiLLO. ¡Ayl ¡No
me
hables! ¡La edad de unquinto de zarzuela! ¡Pero galaneo todavía! ¡Y los
triunfos
me
rejuvenecen!Cómico. ¿Siempre en tu cuerda degrasioso? LopiLLO. ¡Quédisparate!
Eso
iba adecirte.Estoyhecho un trágicoimponente.
Cómico. ¡Muchacho!
LopiLLO. ¡Imponente!
En
lo que estriban las co-sas en elteatro: por casualidad; por una verdadera chiripa.Una
buena noche, en las ferias de Trujillo, anunciadaLa
muerte civil^ vendido el teatro desdepor la tarde, cayó malo el primer actor. ¡Imagina el conflicto!
Tuve
una inspiracióny
dije:«Yo
hago la obra». «¿Tú, Lopillo?» «¡Yo! ¡yo! ¡Con la caray
el pelo!» ¡Bendito sea aquel rasgo! ¡Él
me
abrió unhorizonte desconocido! Aquella noche enloquecí al público en la muerte. Tres veces seguidas
me
hicie-ron morirme.
Cómico. ^jTres veses? ¡Vaya éxito!
Lopillo.
Como
que a la tercera vez tuve que pe-dir por piedad queme
dejaran vivo, para nomorir-me
de veras la cuarta. Pues bien: allíme
hiceprimeractor; especialista en muertes. ¡Las muertes de un
20
Las
muer
igs deLopillo
Cómico. ¡Sf que es cambio de vía!
Lopillo.
Y
¡qué cambiol Porque, chico, ¡es queme
muero
como
los ángelesl Cómico. ¡Ja, ja, jalLopillo.
No
terías. ¡Me han felicitado lamar
de médicos! ¡Nada, que lehe cogido el tranquillo a esode morirse,
y
no haycaso que seme
resista!¡Asom-broso! ¡Qué hipos, qué ojos en blanco, qué rechinar los dientes!... ¡Asombroso! Excuso decirte quellevo
unrepertorio que está fichado. Cómico. ¡Es natural
Lopillo. Pero ¡me gano unas ovacionesde barba de pavo! ¡Crujen los teatros, Bautista!
En
Pablo el idiotame
muero
de la enfermedad del sueño.En
elprimer acto tengoya la
mosca
en la oreja;me
picaen elsegundo,
y
en elterceroy
último caigoredon-do
como
una pelotay
ni la ovaciónme
despierta.No
sé lo que hago.Es
una intuición particular.Bueno, pues en
Los
dientes del lobome
muero
derabia.
Cómico.
^De
rabia?Lopillo.
De
rabia: que seacentúa, por cierto, sies
domingo
y no llueve.Bromas
aparte, ¡cómora-bio! Muchacho,
doy
un alarido, que levanto alpú-blico.
Y
se va a la calle.Me
dejan solomorirme
co-mo
un perro. Pues ^y enLa
madrugada
del reo}¡Friolera!
Ahí
me
muero
de hambre. ¡De hambre,Bautista! ¡Supon tú el estudio que habré yo hecho
del caso en veinte años de cómico de la legua! ¡Me
lo sé de memorial
Cómico. Pero ¡caerás en la
cama
hecho migas! Lopillo. Los días queme
tengo que morirtardey
noche, caigocomo
muerto.Cómico.
Y
^qué te trae por Puente Rea?Lopillo.
Te
diré. ^Habrá enestepueblo cincuen-taduros?Cómico. Pa er teatro, no. LopiLLO. Pero ^los habrá? Cómico. Eso, sí.
LopiLLO. ¡Pues son míosl Los necesito a todo trance. Se
me
hatorcido el carro y he dejadoenre-henes a media compañía en el
mesón
de LasCan-teras.
Cómico.
Ahora
mismo
estaba aquí el hijo delamo.
LopiLLO. Campanita, ^no? Cómico. Campanita.
LoPiLLO. ¡Pues no quiero niverlo! Escucha: ^qué tal sealmuerza aquí.'*
Cómico. Divinamente. ^Tú tienes buen
estó-mago?
LopiLLO. Según: si voy yo a pagar, todo
me
cae
como
un veneno: la obsesión de la cuentame
vuelve de
plomo
hasta los merengues. Ahora, sime
convidan, digo lo que un empresario a quienacabo de conocer: «Piedras que
coma,
piedras quedirijo^.
Cómico. ¡Ja, ja, ja! Pos cuenta con que
hoy
te convido yo.LopiLLO. Dios te lo pague. Siempre fuiste tan generoso.
Cómico. Entraen la cantina
y
pide lo quequie-ras, mientras
me
yego en un sarto a besa a mischi-quiyos. Cuestión de diez minutos.
LoPiLLO. Pues ¡verás qué almuerzo voy a dispo-nerte!
Cómico.
A
tu gusto. Vasepor la izquierda. LoPiLLO. ¡Canario! ¡canario! ¡Llego aPuenteRealcon buen pie! Viendo de pronto aparecer a lapuerta
delmesón aAlegría^ la hija de la mesonera. ¡Cielos!
Pero ^qué divinidades ésta?¡Quéencanto decriatura!
22
Las
muertes
aeLo
pillo¡Ojos hidrópicos creo que mis ojos deben ser!...
Joven: deseando hacerle a ustedun favor cualquiera.
Éntraseen lacantina.
Alegría. |Ay, qué tipo de hombrel Pero ¿que
to er que
me
ve tiene que hasé conmigo? ¡Vamosl {Y quiere Campanita que yome
esclavise sólo a é!(Que
compre
una libra de pasiensia!Hombres
aireó,hombres
aireó...De
tosy
deninguno.Y
luego...es-coge er
que yo
quiera.Mirando
hacia el pueblo. jAnda! ¡Habia-Soíol Este eserqueme
hasemás
gra-sia. Sesienta a esperarlo, en los labios
y
en los ojos la sonrisay
dispuestaa coquetear todo lo quesabe.Habla-Solo, mocito que presume
más
que Alegría, pero conmuchos
menos motivos, saleporla izquierday
pasa ante ella sin mirarla.Luego
se sienta a la puerta de la cantina.Habla-Solo. Zí,zí;disparazonrizitas.
¡Como
quete
voy
a mirálMe
he levantaocon tortícolis.No
pueo vorvé la cabeza pa eze lao. Estazepienzaque yo zoycomo
er zimple de Campanita, que andapregonan-do en toas partes que ze
muere
por eya. ¡Jajay, qué rizal ¡Queno, hombre, que no! ¡De rodiyas tengo deverla pidiéndome por Dios quelamire! ¡Vale
mucho
unzortero! Gritando de pronto. ¡Caféee!
A
poco saleTarumba
y
selosirve. Mientras tanto continúa élsu soliloquio. ¡Vaya, hombre,vaya!Cuando
no hayper-zona con quién habla, poz habla uno zolo. ¡Por argo
me
dicen Habla-Zolol Claro que aguanto ermote
porque no
me
lastima.Que
lomismo
me
podíandecí Ríe-Zolo, Come-Zolo... |o Duerme-Zolo, que
paeceque es lo que molesta!
Alegría. ¡Ja, ja, ja!
Habla-Solo. (Ríete, ríete, que ya ze veque te ha
hecho
mucha
gracialTarumba. ^Quiere arguna cosa
más
la gala derpueblo?
Habla-Solo. Gracias, Tarumba.
Tarumba. Pa servirte siempre. Retirándose. ¡Esta
niñal... ¡esta niñal... ¡Ay qué arrastra niña! ¡Qué fina
me
hasalió1Habla-Solo.
Ya
ez er cuarto café queme
tomo
hoy.
Doce
me
tomo
ardía. ¡Doce! ¡Y na, no pierdo er zueño! Azi: durcezito: con tres turrones. ¡Y nopierdo er zueño!
Alegría. ¡Ejem!
Habla-Solo. Pastiyas, niña.
¡Como
que te voyamira! Humíyate, paloma. ¡Vale
mucho
un zortero! Vuelve Malenconia,Al
verallí a Habla-Solo^ sus-pira hondamente.Malenconía. ¡Ay!... ¡El otro ahora! ¡Er niño
mimao
de Puente Rea!...¡Cómo
va a hacerle cazo esta mujé a un tristemozo
e cuadra! ¡Ay!... Quédase como clavado mirando a Alegría.Vuelve también en este
momento
Campanita, a quien lecontraría 7iohallarla sola.Ella lorecibecon carita de Pascuas.Alegría. ¡Campanita! ¡Hola, Campanita!¿Tú por
PuenteRea? ¡Dichosos los ojos! Dios te guarde.
Campanita. Espontmíeamenté. ¡Y a ti tebendiga, iusero!
Ella, entonces, después de sonreírle, levuelve gra-ciosamente la espalda.
Él
se sienta en un poyete, des-concertado,y
la contempla.Habla-Solo.
A
modo
de comentario del hecho,¡Caféee!
Malenconía.
¡Ay
Diosmío
demi
arma!24
Las
muer
ie s deL
opilloMúsica
Alegríapasea coqueteando ante sus tres
adorado-res. Habla-Solo le huyesiempre elsemblante.
Alegría.
La
que quiera trastorna a loshombres
a su antojo,siemprelos debe mira
con el rabiyo del ojo.
Hay
miraditas parlanchinas,y
hay miraditas siiensiosas,y hay miraditas
como
rosas,y
hay miraditascomo
espinas.Pero el rabiyo malisiosiyo
es un tunante
y
es un burlón:¡es un diabliyo
que hase cosquiyas ar corasón!
Hay
miraditas suplicantes,y
hay miraditas atrevidas,y
hay miraditas furminantes,y hay miraditas sostenidas.
Pero el rabiyo revortosiyo
es esperansa
y
es tentasión:¡es gusaniyo
que
muerde
er fondo der corasónlHay
miraditas ofensivas,y hay miraditas salameras,
y
hay miraditas que dan «¡vivas!»Pero el rabiyo jüguetonsiyo
es caramelo y es aguijón:
[esun chiquiyo
que burla arguarda der corasón! Cesa la música.
Habla-Solo. ¡Bueno, hombre, buenol
Vamonos
a dá un pazeíto por ahí, que er tiempo convida. ¡Y
aquí no hay na que vél Llamando. ¡Tarumba!
¡Ta-rumba!
Tarumba
asoma.Tome
usté los ziete cafésque le debo.
Tarumba. ¿Has hablao con
mi
niña?Habla-Solo.
¿Cómo?
Tarumba. ¿Si has hablao con mi niña?
Habla-Solo. Remedándolo.
Hay
jamón, hayhue-vos,hayzarchicha,haylomo... ^Cuántos zon ustedes?
Tarumba. ^Eh?
Habla-Solo. ¡Yo también estoy una mijiya
te-niente,amigo! ¡Memorias aRozado! ¡A Rozarlo!
Tarumba. ¿Que
me
quede con lavuerta? Grasias.Seretira con elserviciodecafé.
Habla
Solo. Pero,hombre,jquéezezo,Malenco-nía?¿Qué te zucede? ¡Tienes cara de burro
embar-caol
Ten
ahí un cigarriyo.Malenconía.
Ze
agradece. ¡Ay!...Habla-Solo.
Y
quéate con Dios.Malenconía.
Que
ustélopazebien. ¡Ay!Éntraselentamente en elparador,fijo sie?npreen lamoza.
Habla-Solo. ¡Hola, Campanita!
No
había reparaoen usté. ¿Qué hay porLas Canteras? Campanita. Poca cosa.
Habla-Solo.
¿Mucho
tiempo en Puente Rea?Campanita. No:
me
voy esta noche. Alegría. ¡Ejeml ¡ejem!26
Las
muertes
deLopillo
Habla-Solo. ¿-Cuándo?
Campanita. Esta noche.
Habla-Solo. Pos que usté ziga bueno.
Ya
zabedónde
deja un amigo.Campanita.
Ya
sabe ustédónde
tiene otro.Habla-Solo.
Y
a la niña, ni agua. ¡No la hevis-to! ¡Mal educao que estoy! ¡Rabiyos a mí! ¡A la
es-tación,a véermujerío! jVale
mucho
un zortero! Vasepor
laizquierda.Lopillo salede lacantina a ver siviene
ya
su ami-go;y
alobservara Alegríay
a Campanita^ se ocultadisimuladamente
y
se quedaalpaito.Música
Campanita. Dirigiéndoseresuelto a Alegria, ape-nasse hallasolo conella.
Dos
palabras,Alegría.Alegría.
^Dos palabras? ¡Y dos mí! Campanita.
Dos
namás
en este díason las quete he dedesí.
Alegría.
¿Tienesprisa, pa tanpoco? Campanita.
¡Tengo prisa!
Alegría.
¡Biense ve! Campanita.
¡No quiero vorverme loco
Matan
a uno en er campo,y
una cruzponen
pa ercarmiento
y
avisode malhechores.
Donde
vives tú,que a
mí
me
tienes muerto,yo pondré una cruz.
Ya
en la boca der Puentedejo una raya,
que no pasaré nunca
cuando
me
vaya.Óyelo, mujé:
(por
más
años que viva,no la pasarél Alegría. Burlona.
¡Ay,Jesús! ¡qué repente!
¡Qué desatino!
jPor Dios,
yo
no merezcotanto castigo! Párate
y
verásmi
penita de muertesi por
mí
te vas. ¡Ay, Señó, qué trastorno!¡Qué penitensia!
^Qué haré yo noche
y
díasin su presensia? ¡Ay, vaya porDios! ¡Si se
me
va estehombre
vi a
morirme
yo! Campanita.^Teríes porquepadesco,
verdá?
^Tu burla es lo quemeresco, quisa?
28
Las
muertes
deLo
pillo(Pos vive con tucapricho, mujé,
queyo, lo que ahorate hedicho,
lo harél
Alegría.
¡Escúchamel
Campanita.
¡Detu boca
notengo
más
que escuchálAlegría.
Pero ¿de veras
me
dejas? Campanita.¡Ertiempo te lo dirál
¡Tú vivirás con turisa,
pero
yo
no yoro más;y
tú seguirás burlándote,pero de
mí
no será!Alegría. Acentuando eltono de burla,
¡Me esconderé no sé dónde!
¡Me meteré en unrincón!
¡Me enserraré en unacueva a yorá mi perdision!
¡Mearrastraré porlas cayes!
¡Me corgaré de un faro!
jMe tomaré un bebediso!
|Metiraré de un barcón!
Campanita.
¡Ríe, ríe hasta cansarte,
que argún día querrá Dios
que esté tu risa en
mi
bocay
entu pechomi
doló!Cua
dro prime
ro 29 Alegría sueltauna
carcajada de despecho, que quiere ser de mofa,y
luego, poco apoco^ va tornán-dose seria,presa deun crecientedesasosiegoAlegría. ¡Ja, ja,jal... ¿No ha tenío
mucha
gra-sia?... ¡Ja,ja, jal... ¡Y aya va
como
disparaol ¡Y novuerve la cara ni nal ¿Pa qué? ¡No, no la vuerve! ¡Ja,
ja, ial ;Será capaz de hasélo que hadicho.?¡No vuer-ve la caral Sí; ése es capaz de h^serlo. ¡Vaya si es capazl Pero ¿no va a vení
más
a verme? ¡Ay, Diossantol ¡Sí ahora
me
párese que es el único queme
gustal ¡Vingel ¿pa qué he hecho yo esto? ¿Pa qué lo
he hecho yo?
A
Rosario, que sale del mesónoportu-namente. ¡Ay, mamaíta, mamaítal
Rosario. ¿Quéte pasa, criatura?
Alegría. ¡Ay, mamaítal ¡Campanita se acaba de
í y no vuervel ¡Novuervel
Rosario. ¿No vuerve, eh?
¿Y
lo ves ahora?Y
¿paqué has consentío tú que se vaya? ¿No te lo ar-vertí?
Alegría. ¡Qué sé yol ¡Un
mar momentol
Pero ¡se val ¡se va de verasl ¡Se lo he visto en los ojosl Lloriqueando, ¡Ay, mamaíta, mamaítalA
Tarumba^
quesalede la cantina, ¡Ay, papaíto, papaíto!
Tarumba.
¿Qué
es eso, chiquiya? ¿Por qué yorasasí?
Rosario. ¡Porque ha dejao í a Campanita y está
pesarosal
Alegría. ¡Corretú, papaíto, y vé a buscarlol...
Tarumba.
¿Cómo?
Alegría. ¡Que vayas a buscarlo y le digas que
estoy arrepentíal ¡Que loquiero
como
a ningunolTarumba. Sí, hija, sí; ¡ya lo creol ¡Ahora
mismo!
¿A
qué estamos los padres?Alegría. ¡Por ayí abajo irál
Tarumba. Encamhiándose en dirección contraria.
30
Las
muertes
deL
opillo
Alegría. |Papaíto, si no va pa ese lao, si va pa
er pueblo!
Rosario. [Si ha seguío pa Puente Real ¿No te
enteras?
Tarumba. ¿No he deenterarme?¡Estoestabavistol
Continúa haciala derecha^ dando voces. ¡Campanita!
¡Escúchame, hombrel ¡Vuerve aquíl ¡Qué
mi
niñateha
tomao
por er pito'un sereno y se diviertemucho!Desapareciendo. ¡Campanita!
Alegría. ¡Ay, ayl ¡No quié yamarlol ¡Se ríe de
mí
ahora!Rosario. ¡Lo
mismo
quetúde Campanita, quete hubiera puesto en un arta!Alegría. ¡Ay, ayl ¡Ay, mamaítal ¡Yo no pueo
viví sin esehombrel ¡Anda vétú poré!
Rosario. ¡Búscalo tú si quieres, ya que lo has vuerto loco; quebien empleaoteestá lo quetepasa!
Se entra en elmesón.
x^LEGRÍA. Llorando
y
pataleando de rabia. ¡Ay, ay, ay, ayl ¡To ermundo
en contra mía! ¡Amí
me
dá una arferesía esta mañana!
Preséntasea ellaLopillo en este instante^ decidido
a todo.
LopiLLO. ¡Niña!
Alegría. Sobresaltada. ¿Eh?
Lopillo. Usted no
me
conoce, ¿verdad?Alegría. No, señó.
Lopillo. Ni falta.
Yo
soy quien va a sacarla a usted de esteapuro; quien va a lograrque esehom-bre a quien usted quiere no se vaya. Alegría.
¿Qué
diseusté?Lopillo. ¡Que Campanita no sale esta noche de
Puente Real; nopasa esaraya que le ha dicho a
us-ted que ha hecho en elPuente! ¡Usted tendrátiempo
para buscarlo! ¿El le ha jurado a usted que se va? ¡Pues
yo
lejuroa usted quese queda!Alegría. |Ay, señó! Pero¿quién esusté?...
Como
usté hagaeso...seaustéquiensea,¡yo nosabré
cómo
pagarle!
LopiLLO.
Yo
se lo diré a ustedasu tiempo.Aho-ra, vayase adentro y estese tranquila.
Alegría. ¿No
me
engaña usté?LopiLLO. ¡No la engafíol ¡Por la cuenta que a
mí
me
tiene, entre otras cosasl Ni una palabra a nadie. Estesetranquila...y
espere.Alegría Ea, pos a espera... y Dios bendigaa
usté, señó. Entrándose en el parador. ^Quién será este
hombre
tan simpático? Se aleja entonando la canción del «rabillo del ojo».LoPiLLO. ¡Juramentos de
amor
a un trágico de mi calibre!En
presencia de Diosformado
hasido: ¡C071mi
presencia queda destruido!Vuelve el Cómico
por
dondese fué.,y
alverlo^ le pregunta:Cómico.
^Qué
es eso, Lopiyo? ¿Hasencontrao yalos sincuenta duros?
LopiLLü. ¡Camino llevo!
¡Vamos
a almorzar san-tamente!Seabraza a él
y
entranenlacantina.Esdenoche.UnacallejadePuenteReal, alumbrada débil-menteporalgúnfarolmortecino. Hacialaderecha,
puer-tecilla practicable de una casa modesta, a la que dan
acceso un par deescalones.
Música
Por
laizquierda sale Campanita, que vay
viene con inciertospasos^ en la lucha de su voluntady
sudeseo.
Campanita.
El
hombre
que seenamora
ya pierdevela ytimón: (barquito desgobernao
a la clemensia de Dios! Mujeres, malas
y
buenas, guardáis pa elhombre
queos mira,sepos,griyos
y
cadenas.^Dónde
van mis pasos,que andan ar revés?
jNo sé qué
mano
por debajo etierra tira de mis pies!¿Dónde
van mis pasos,que
me
quiero í,y no
me
yevanadonde
yo quiero?34
Las
muertes
deLopillo
¡Dame
fuersas, madre, pa lo quejuré!iQue no seburle una mujé sin
arma
de un
hombre
de bien!^Dónde
van mis pasos? ¿•Dónde van mis sueños?^Dónde
va mi arma?<iDónde va mi cuerpo?
El
hombre
queseenamora
yapierde vela
y
timón: ¡barquito desgobernaoá la clemensia de Dios! Cesa la música.
Por
la derechasaleel Cómico, Cómico. ¡Campanita!Campanita. ¡Hola,amigo!
Cómico.
^Qué
haseusté porestoscayejones? Campanita.Tiempo
pa vorverme a mi pueblo.Hastalas diez y media no sale er cochesiyo...
Cómico. ¿Se va ustépor fin? »
Campanita.
Y
pa una témpora.Ya
lo hablamosesta mañana.
Además,
vi a aprovechaeste encuentropa haserle a usté una confidensia.
He
resibío estacarta...
—
Le
muestrauna
quesacadeun
bolsilloy
quevuelve a guardarse
—
en queseme
diseque si soyunhombre
cabáme
pasé esta noche a las diez por ahí,por la Prasuela.
Me
he pasao y no he visto a nadie.Se conose quees una
broma
de argún grasioso.Cómico. Poca grasiatiene.
Campanita. Pero, por si acaso,
como
yome
voy,aquí queda un testigo de que soy un
hombre
cabá,como
la carta pide.Cómico. Eso ya lo sabe to er
mundo,
Campa-nita.
Campanita. Hasta otra vista, amigo. Cómico.
Vaya
usté con Dios. Campanita.Que
usté sigabueno.Vasepor la derecha.
El
Cómico lovemarcharseyy
luego dice:Cómico.
Ya
dobló la esquina.No
hay tiempo que perdé.Llama
sigilosamente alapuertecillade la casa de los escalones. ¡Lopiyo! jLopiyolLopiLLO. Dentro. Ya, ya salgo. F, efectivamente^ sale en seguidanuestrohombre,caracterizado
para
re-presentar una de esas muertes que^ al decirde //, lohan hechofamoso:paliduchoy los ojos sombreados^ el
cabelloen desorden, desabrochadoelcuellodela cami-sa
y
la corbatasuelta. ¿Eh?^Qué tal?Cómico. (Muchacho! ¡Le dasunsusto armieol LopiLLO. ¡Ya verás qué trágico, Bautista! ¡Ya
verás!
Cómico. Pos ¡ya verás tú qué comiquito retirao!
|Como
aquí no letemo
a lapronunsiasiónl...Escu-cha: Campanita no sale de estos alreores.
LopiLLO. ¡Es natural! ¡Así que
me
ando yo porlas ramas! ¡El
drama
está planeadocomo
para que dé pesetas! ¡A ver! ¡Elanónimo
ha surtidosuefecto! Cómico.Y
que nadie sospechará una palabra.Esta casa yeva
más
e tres meses vasía, yelamo
estáfuera y no hayquien sepa que
yo
tengola yave. LopiLLO. ¡Dios, queprotege al genio! Cómico. ¡Arguien viene!LopiLLO. Pues sea quien sea, déjame con él.
Cómico.
Yo
estoy en la esquina, capote ar braso. LopiLLo. ¡A ello!Cómico. ¡Aeyo!
36
Las
muertes
deL
opillo
Lopillo, en el acto, se recuesta sobre los escalones de lapuertecilla, muriéndose a chorros.
LopiLLO. jAyl...¡ay!.. |ay!...
Por
laizquierda sale Valverde, hombre del pueblo^quese detieneal oír los quejidos^
y
que luego se acer-ca a Lopillo con solicitud^ la cual presto se convierte enasombro.Valverde. ^-EhP^QuiénP^'Quées eso,buen hombre?
Lopillo. |Ayl...
Valverde, ¿'Qué le suseder ^Se ha caío usté?
Lopillo. ¡Ayl... ¡No, señorl... ¡Justicial...
¡Soco-rro!... ¡Me han matadol...
Valverde. ¿Qué?
Lopillo. ¡Que
me
han matado!Vuelve elCómico por donde se fué, metido en si'
tuación^ comosueledecirse.
Cómico. ¿Qué ocurre?¿Quiéneseste
hombre?
Valverde,
Yo
no sé, señó... Estámedio
muerto,¿no lo ve usté? ¡Dise quelo han matao!... Cómico. ¿Que lo han matao?
Lopillo. ¡Ay!... Cómico.
¿ ^^uiénlo ha matao a usté, amigo? ¿Ha
sío en lucha?
Lopillo.
Ha
sido a traición...alevosamente...Porcelos de una mujer... deAlegría...
Cómico. ¡Ah!
Valverde. ¿La hija de
Tarumba?
Cómico. Pero ¿quién ha sío é?
Lopillo. Campanita el de Las Canteras,..
Valverde. ¿Es posible?
Cómico. ¡Sí! ¡Por aquí andaba! ¡Yo lo he visto! ¡Corra usté, amigo,
y
que lo detengan!...Lopillo. ¡Eso! ¡que lo detengan!... ¡que lo deten-gan!...
Cómico. ¡Corra usté,que
yo
voymientras porunValverde. |Sí, señó! ¡Socorrol ¡socorrol Vasepor laderecha a
más
andar.Cómico. ¡Bravo, Lopiyo!
LopiLLO. Levantándose. ¿'Te convences? Cómico. ¡Bravísimo!
LopiLLO.
^Me muero
con gracia, o nome
muero?Cómico. ¡Te mueres
como
pa morirse de risa!¿Y
yo,qué tal he estao?LoPiLLO. ¡Para subirteel sueldo!
Cómico, ¡ja, ja, ja! Métete dentro, que viene otra persona.
LopiLLO. ¡Pues
vamos
a darle otro golpe! Cómico. ¡No abases de tus facurtades! LopiLLO. ¡El quesemuere
a gusto!... Cómico. ¡Sime
paeseque es Habla-Solo!LoPiLLo. ¡Mejor que mejor! ¡Métete dentro tú,
que note vea!
Cómico.
¡Como
por tramoya! ¡Pero pamí
que túy
yo
paramos en lacárse! Obedecey
cierra lapuertatrasde sí.
Lopillovuelve a suficción engreídoporel éxito. LopiLLO. ¡Ay!... ¡ayl... ¡ay!...
En
esto^por
la derecha^aparece Habla-Solo^ que nosabe laque le aguarda.
Habla-Solo. ^Quién zerá eze que va porahí
pi-diendo zocorro? ^Qué habrá zucedío? ¡A lo mejó es
que hay fuego en zu caza!...
La
verdá es que estoscayejones tan oscurosdan er ¡quiénvivel Tropieza de pronto con Lopillo
y
se llevaun
susto comopara
elsolo. ¿Eh? ¡Quién vive!
Lopillo. ¡Ay!... ¡ay!... ¡Favor, hermano!...
Habla-Solo. ¿Eh?¿Quéezezo?¿Qué tiene usté?
Lopillo. ¡Que
me
hanheridomalamente!...¡Ay!...¡ay!... ¡Me muero! ¡me muero!... ¡Hip!...
Habla-Solo. ¡No,zeñó; no ze
muere
usté!...¡No38
Las
muertes
deLopillo
LopiLLO. ¡Me muero!... ¡Me han matado!... ¡A
traición!... ¡Me han matado!...Por amores de una
mu-fer... deAlegría...
Habla-Solo. ^De Alegría?
LoPILLO. Sí...
Habla-Solo. ¿La der
mezón
de la Gaditana?Lopillo. ¡Ella!...¡ella!... ¡Hip!...
Habla-Solo. ¡Qué barbaridá!...
Y
¿con quién hazío la pendencia, amigo?... Lopillo. ¡Ay!...
Habla-Solo. ¿Quién lo ha matao a usté?...
Lopillo. ¡Ay!...
Habla-Solo. ¿Quién lo ha matao a usté?
Lopillo.
No
sécómo
se llama... Habla-Solo le dicen...Habla-Solo. Saltando, ¿Quéeee?
Lopillo. ¡Habla-Solo, sí... Habla-Solo es quien
me
ha malherido!...Habla-Solo. ¿Ze quié usté cayá, moribundo, zi
Habla-Zolo zoy yo?
Lopillo. No... no...ustedno esHabla-Solo...
Ha-bla-Solo esmi matador... ¡Infame!... ¡Hip!...
Habla-Solo. ¡Que está usté equivocao, porra!
Lopillo. ¡Pido a Dios justicia para elmiserable asesino!...
Habla-Solo. ¡Oiga usté, oiga usté, agonizante,
que ezas ya zon palabras mayores! ¿Usté le ha dicho a arguien quelo ha matao Habla-Zolo?...
Lopillo. ¡A tres o cuatro buenas almas!...
Habla-Solo. ¡Caracoles! Pero ¿por qué ze le ha
metió a usté ezo en la cabeza?
Lopillo. ¡Ayl... ¡ay!... ¡Me muero! ¡Hip!...
Habla-Solo. ¡Hombre, no! ¡No ze
muera
ustéhasta mañana, que ze ponga esto en claro!
Lopillo.
La
Providenciame
lo depara a ustedcomo
parece, vaya sin perdertiempo a la calle Cor-ta,número
8,donde
vive un pariente mío... López... López...y
dígale que venga... queme
muero... queese canalla de Habla-Solo
me
ha herido a traición... Habla-vSolo. ¡y dalel Pero ^por qué la habráto-mao
conmigo?LopiLLO. López... López... jHip!...
No
lo olvideusted... López...
Y
¡por favor!... vaya en seguida...Habla-Sülo. ¡Ahora mismol ;Notengo deí?
¡Ló-pezl...
Zoy
yo
muy
buen cristiano, zí, zeñó...¡Ló-pez!...
Voy
corriendo... ¡Caféeel... ¡Ni zé lo que di-go!...No
zedé ustémucha
priza a morirze... ¡López!... ¡López!...¡Donde
voyyo
ez ameterme
en la camal¡Cámara qué encuentro! ¡Ez una pezadiyadela bilisl
¡Pa habla zolo! ¡pa habla zolo!
Con
una coza azi,^quié nohabla zolo?
Más
muerto quevivo^ desaparecepor la izquierda.
LopiLLo. Incorporándose^ orgulloso desu triunfo, ¡El amo! ¡Soyel amo!
¡Aunque
me
lleven alacárcel, soy el amolCUADRO
TERCERO
En el mesón de la Gaditana nuevamente. Esa lamañana
siguiente delcuadroanterior, tempranito.
Música
El
Encajero, la Caracoleray
la Naranjera van apareciendo sucesivamente.El
Encajero trae unca-nasto con su mercancía,
y
en una mano, variastablas detirasbordadas.La
Caracolerallevapañueloalaca-beza
y
sobre ellauna
olla de barro, puesta enun
rodete, que deja sobre la mesa para pregonar
más
desembarazadamente.La
Naranjera, un canasto al brazoy
alguna naranja en la mano.Encajero. Saliendo
por
la izquierda.jEl encajero, niñas,
el encajeroI
jLo que traigo en las manos, ¡salero
vale er dinero!
Caracolera. Dentro, a la derecha.
¡Caracoleral
¡Caracoles der campo!
¡Quién los comiera! Aparece.
¡Con la casita ensima, los cuernos fuera!
42
Las
muertes
deLopillo
Encajero.
¡En encajeroI
Naranjera. Dentro, a la izquierda.
¡La naranjera! ¡Mis naranjas las busca,
¡ganguera!
la confitera!
Encajero.
¡Encajítos
como
la espuma,como
la sá;pañolitos que son de pluma;
tiras bordas!
Caracolera,
¡Caracolitos tiernos, i que las mujeres ;.
se quitan pa pincharlos j
sus arfileres!
j
Naranjera. Saliendo. í
¡De Mairena las traigo!
^
¡La naranjera!
j
Van
los tres deun lado haciaotroypregonandosus \mercancías.
Ya asoman
almesón,ya
a lacantina,ya
\alcampo,
ya
al pueblo. | Encajero. ^ ¡Entredoses calaos, í blondas finitas! ; Caracolera. t ¡Caracoles burgaos \y
cabriyitas! Encajero.¡Pa regalos de enamoraos,
Caracolera.
¡Qué calentitosl iQuién los comieral
¡Caracolitos!
jCaracolera!
V
asepara
elpueblo.Naranjera.
¡Saben a besol
^'Quién no
me
compra
arguna sólopor eso?Vase
para
elcampo,Encajero.
¡El encajero, niñas,
el encajerol ¡Lo que traigo en las manos,
¡salerol
vale er dinerol Éntraseen el 7nesón.
Las
tres vocesse oyen últimamentelejos^ adistan-cias diversas. Caracolera. ¡Caracolera! Encajero. ¡El encajerol Naranjera. ¡La naranjera! Cesala música.
Del interior delmesón salen a lapuerta elCómico
y
Alegria.Alegrü.. Hablandohacia dentro. ¡Encajero,
44
Las
muertes
deLopillo
Cómico.
De
manera que ya está usté entera deto lo que ha pasao anoche por su causa.
Alegría. ¡Una peh'cula derisal ¡Ay, qué
hombre
más
salaol ¿Quién iba a pensá quese iba a vale deesatrasa? ^Está ahí en la cantina? Cómico.
Ahí
está.Alegría. ¡Porque tengo
que
verlo! ¡Esto no sepaga con orol ^'Y Campanita, no ha venío?
Cómico. Campanita vendrá después. ¡Baila de
contento!
Alegría. ¡t)omo yo! ¡Ole! ¡ole!
A
mis padres noles digan ustés na de to esto, hasta que Campanita
y yo hayamos
hablao. Cómico. Descuide usté.Alegría. ¡Er chasco que se van a yevá! ¡Eyos que creen que Campanita se ha despedío pa siem-pre!
Como
que estamañana
se han levantao los doscon er pío de que no piense
más
en Campanita y deque le haga caso a Habla-Solo. Cómico. ¿Sí,eh? ¡Ja, ja, ja!
Alegría. ¡Miste Habla-Solo!
Cómico.
A
Habla-Solo no le sale der cuerpo en unasemana
er susto que anoche pasó, en pensá quese corría por er pueblo que él había
matao
aun
hombre.
Alegría. ¡Ja,ja, ja!
Cómico. ¡Ayíviene! Quéeseusté con Dios,
y
has-ta luego.
Alegría. Hastaluego.
Cómico, ¡Cara e pajuela trae! Semete en la
can-tina.
Alegría. Sí queviene
muy
achicaíyo.Ahora
soyAparece Habla-Soloporla izquierda.Seconoceque
ha pasado
muy
7nala noche. Ostensiblemente haper-dido
mucho
de la arroganciadel dia anterior.De
to-dos moto-dos,pasa pordelante de Alegría sinmirarla,,auuque nopuede reprimir
un
movimieftto, queequiva-le a
un
bufido, ai hallarsetan pronto con ella.Es
el gato que ve la escoba.Habla-Solo. Sentándose a la puerta de la
canti-na,
y
en vozmuy
tenue. |Café!Tarumba
seguramenteno lo oye.Alegría. Sin mirarlo por su parte tampoco, e imitándolo en sus soliloquios. ¡Buenos días nos dé
Diüsl ¡Vaya una mañanita agradable! ¡O será que
está una contental ¡Grasias a Dios queen er pueblo
de una pasa un suseso que van a referí los papelesl
¡Digo! ¡Ypormil ¡Un
hombre
que mata a otro hom-bre! Habla-Solose siente aludidoy
se descompone to-davíamás
de lo quevenia. Sacapara
tranquilizarseuncigarrillo,quedificilmente consigue reliar
y
encen-der. ¡Oué orguyo pa una! jPa una
y
pa ermatado!^Quién^ habrá sío?
A
Habla-Solo leda ungolpede tos fulminante. ¡Ya se averiguará! ¡Amí
me
gustaríase-guí sus pasos, ir a verlo a la cárse, resarle en la
ca-piya, acompañarlo... hasta a la horca! Habla-Soloy
instintivamente, se lleva una
mano
alagarganta. ¡Yvestí de negro luto por é! ¡Qué satisfasión!
Habla-Solo repite, con menos vozqueantes,
y
vol-viéndose hacia lapuerta dela cantina:
Habla-Solo. ¡Café, hombre, café!
Alegría. ¡Pobresito er muerto! ¡Por
más
que,después de to, él ha muerto con gloria! ¡Si tos
te-nemos
que morí! ^Nomás
vale morirse en la cayedisputandoer cariñode una mujé,que noen la
cama
yeno de sinapismos.? ¡Diferensia va! ¡Le voy a resá
un padrenuestro ar pobresito! ¡Yo envidio a ese
úni-46
Las
muertes
deL
opillo
co que no deben morirse en er
mundo
es de mieoliJa, ja, jai
Entrase en elmesónriendo a carcajadas,
Habla-Solo.
¡Muy
graziozol ^Le paece a usté laniña? ¡Con la muerte'un
hombre
zobrezu concienciay la rizotá que ha zortaol ¡Ze pienza que lo arregla to con un padrenuestrol ¡Qué nochecita! ¡No he
po-dio pega un ojol Esperando a laJusticia deun
mo-mento
a otro, jhe visto clareál...Y
¡cómo retumbabaesta noche en la caye la voz de la gentel ¡Y los
pa-zos!
No
haycomo
está en vela. Porqueyo
no hema-tao a nadie; deezo estoy zeguro; pero zi aquel
hom-bre ha dicho quelohe mataoyo, y ya ze hamuerto, ¡vaya usté a convence a la gente de lo contrario!
Y
como
dio la mala pata de que acerté a pazá por er cayejón enaquerprecizo momento... ¡Caray,caray!... Zí; em^papelarme,me
empapelan. Ezo, por la partemás
corta. Quiea Dios que pare ahí. Viendo un rayode luz. Dicen que a loz azezinos lez entra
remordi-miento a úrtima hora, y confiezan zu crimen. ¡A vé
qué tar ze porta er que haya zío! ¡Porque
yo
no hezío! ¡Esto lojuro en loz artares!
De
improvisodirigela mirada hacia el pueblo
y
se queda sin vozy
sinaliento
para
moverse.Le
bajaelcolorhasta lapalidez de la cera^abredesmesuradamentelos ojosy
lospelosseleponen de punta.
En
tal actitudpermanece^ comopetrificado, mientrassale
y
cruza de izquierda a dere-chauna
pareja de la Guardiacivil^ quemaldito silomira alpasar
y
que se detieneun
instante detrásdeel a encender
un
pitillo.Cuando
desaparece^ poco apoco cobra ánimos el infeliz, logra rehacerse^
y
al cabo, tras un gran suspiro de satisfacción, exclama: ¡Claro, zeñó! ¡Pazan de largo!¡Como
que yo no hezío! Fuera desi, depurogozoso. ¡Y
como
no he zío,debo
estácomo
zi tarcoza; tan fresco; zozegaocomo
zería acuzarme
yo
mismo! [No, zeñó, nol ,iQue hanmatao a un hombre?
Y
^a ti qué, Habla-Zolo? ¡Poryá noz espere
muchoz
años!Que
haya un cadáver más^ ¿que importa armundo}
Dueño
ya
de todas susfacultades. ¡Caféee! {Claro,hombre, claro! ¡Iguáqueziempre! ¡Más contentoque
nunca! ¡Me pintan bien las cozas! Arrancándose de pronto por fandanguillos
para
espantar sus negrasideas.
—
Contrabandista valiente., ¿qué tienes quetantoy
oras}—
\Zeme
ha muertomi
cabayo....Interrumpiéndose. ¡No, porra, no ze
me
ha muertonadie! ¡También
me
heido a estreyá en unacopJi-ta!... ¡Ja, ja, ja! ¡Qué contento estoy!
Y
lo primeroque
yo
tengo que demostrarle a to ermundo
es quevengo aquí por er café, que es especia,
y
no por laniña. ¡Caféee!
Que
la niña a mí nome
ha gustao nunca,nime
dice na, nime
importa na, ni na, nina. Esto esmuy
importante pa queyo
zarga libre;por-que
como
er muerto acuzaba a unenamorao
de laniña... ¡Esto es
muy
importante! ¡Caféee! Volviendo acantar.Yono digo que
mi
barca zea la mejóderpuerto...A
Tarumba, que salea servirleel cafe. Cómicamentealegre. ¡Hola, Tarumba!
Tarumba. ¡Hola! Perdona, hijo, que haya tardao. Estabaacabando de hasé este espesiá que a ti se te sirve.
Habla
Solo. ¡Amí
y a to er que yega!¡Como
que yo por lo que vengo aquí es por er café!
48
Las
mtiertes deLo
pilloTarumba, Por er café, ¿verdá? ¡Poco sabes tul
Aludiendo a Alegría. jPor er café queestáaya
den-troI ¡V^aya caféI
Habla-Solo. ¡Pos no zeha enterao!
Yo no digo que
mi
barca...Tarumba. ^Estamos contentito?
Habla-Solo. ¡No tengo motivo paotra coza! ^Ha
visto usté
qué
día?Tarumba. ^-Eh?
Habla-Solo. (jQué día
máz
hermozo?Tarumba. ¡Ah, sil ¡Pa ti,
como
ningunolHabla-Solo.
Lo
convidoa usté.Tráigaze dosco-pitas decazaya.
Tarumba.
Muchas
grasias, hombre. Éntraseen lacantina.
Habla-Solo. Volviendo asu cómica alegría alver
a Rosario,quesale del mesón. ¡Buenos días, Rozaric1
Rosario. Buenos días, Habla-Solo. ¡Qué
tempra-nito por aquíl
Habla-Solo. ¡Jel...
Rosario.
Ar
que madruga...Habla-Solo. ¡Claro1
Ar
que madruga... ¿Havistousté qué día?
Rosario.
Hermoso.
¡Por tos estilosl ¡HermosolEn
tono de suegra futura. ¡Ya se fué el espanta]o1¡Bendito sea de Diosl ¡Ay, qué tormento de
Campa-nital
No
ganábamos
aquí pa dijustos, hijo mío.Habla-Solo. Maquinalmente. ¿Hijo mío?
Rosario.
¿Cómo
quiés que teyame
ya, despuésde lo que tú tienes pasao por
mi
hija y de lo que yole he escuchao a eya?¿Qué podrá está ocurto pauna
madre?
Habla-Solo. Oiga usté,oiga usté;
vamos
a poneRosario.
Ayé
mismo, durmiendola siesta,soña-ba en arta voz contigo. ¡Si estará prendaítal
Habla-Solo. ¡Zeñora!
Rosario. «¡Habla-Solo
—
desía—
,mataaesehom-bre que
me
persigue, que yo no quieo sémás
quetuyal ¡Mátalo!»
HablaSolo. ¡Québarbaridál ¡Yezo, en la ziestal
^Qué habíaarmorzao la niña?
Rosario. ¡Los disparates de los sueñosl... ^Eh?
Habla-Solo. ¡Y tanto, zeñoral Porque yo podré
gustarle a la niña,
como
les gusto a otras mujeres,porque un zortero vale mucho; perola niña a mí,¡ni
en compota! ¿Ze entera usté?
Y
usté dispenze. ¡Ni encompota, que es la otra especialidá de lacaza!
Rosario. Sí; si ya sé yo que ese es tu sistema; desdeñarla siempre; pero ^dequéte vale, sialos ojos
asoma
la verdá?A
sumaridoy quevuelvea salir conlas dos copitas de cazalla. Hazte cargo, Juan.
Tarumba. ¿Eh?
Rosario. ¡Éste dise queAlegría no le gusta; que no la quiere!
Tarumba. Apelando a su gramática parda. (Ar
pleito, nunca!
Habla
Solo.jCómo?
Tarumba. ¡Nunca! Esos terrenos, ¿no son detu
padre? ¡Pos que tu padre los disfrute mientras vival
¡Por eso no nos
vamos
a pelea!Habla-Solo. Pero, zeñó, ¿que está usté diciendo?
Tarumba. ¡Y er día quetú te cases con mi niña,
hora será de arregla lascosas agusto!
Habla-Solo. Pero, oiga usté...
Tarumba. ¡Hablando se entiende la gente!
Habla-Solo. ¡Con los zordos, no!
Tarumba. ¡A tu salú, hijo mío! Se bebe la cepita.
Habla-Solo. ¿Hijozuyo también?
mu-so
Las
muertes
deL
opilIocho! Hacia la cantina. ¡Voy ayál
A
Habla-Solo. (Arpleito, nuncal Semete en lacantina.
Rosario. ¿Ves tú?
Ya
lo oyes. Por nosotros nohabrá dificurtaes. ¡Escucha, Juan! Se va tras de
Ta-rumba.
Habla-Solo. ¡Caray! ¡Ésta está tanzorda
como
elotro!
En
estosale Malenconia con un costal al hombro,en dirección alcampo.
Al
pasarpor
junto aHabla-Solo^ lo m.ira conenvidia, suspira
y
le dice:Malenconia. ¡Ay!...¡Tútelayevarás,Habla-Zolo,
tú te la yevarás1
Habla
Solo. ^Otra te pego?Malenconía. ¡Ayl... ¡Pacencia! ¡Habé nació
bo-nito, y con dineros,
como
tú! ¡Ay!... Se alejapor
el campo.Habla-Solo. ¡Pos, zeñó, esto ze
pone
feo! ¡To ermundo
va a acuzarmel ¡No quizierayo
más
quepodé
habla dos palabritas con ermuerto,
como
Don
JuanTenorio!
Lopillo salede la cantina con
mucha
calmay
selesienta al lado.
Lopillo. ¡Que aproveche, amigo!
Habla- Solo lo mira y da unbote. Reconoce inmedia-tam£nte en élal <ímuerto^ con quien deseaba hablar^
y
lefaltan laspiernas.Habla-Solo. ^Quéee?
Lopillo. ¡Queaproveche!
Habla
-Solo. ¡Joroba!^Usté ez er muerto?Lopillo. Servidor.
Habla-Solo. ^Er muerto de anoche?
Lopillo. Servidor de usted.
Habla
Solo.^Y
está ustémás
vivoque mipadre? Lopillo. ¡Ya lo está usted viendo!Habla-Solo. Pero... pero... pero ^qué milagro ha
zío éste?
LoPiLLO.
Ahora
se lo contaré a usted, mi amigo.Venga
esa mano.Habla-Solo. ^Esta
mano?
LopiLLO. Esa mano, hombre. jNo soy de piedra,
como
elComendador!
Habla-Solo. Con risa nerviosa. ¡Je, je, jel
LopiLLO. ¡Venga esa manol
Habla-Solo.
Tenga
usté.A
la sacudida queledaLopillo. ¡Vaya zi estávivo! [Ya decía yo!... ¡Porque
he pazao una nochezital... Volviéndose a uno
y
otrolado, como hablando con acusadores invisibles. ¡Eal
¿Ze convencen ustedes de que
yo
no he matao anadie?
Lopillo. ¡A nadie! Porlo
menos
amí
nome
hatocado usted ni alpelo dela ropa.
Habla-Solo. Lleno dejúbilo. Bueno, pero
esplí-queme
usté... ¿Quié usté que lo convide? ¡Caféeel...^Qué
tomamos?
¡Zi viera usté lo nerviozo que esta-ba!... Usté^-quién es?Lopillo. Lopillo; ¡un cómico
muy
grande!Habla-Solo.
^Un
cómico?Y
,jqué ha zío esto?Lopillo.
Vamos
ahí al campo, y se lo diré...Porque aquí las paredes oyen.
Habla-Solo. Las paredes zerán; ¡lo
que
esTa-rumba!...
Lopillo.
Hombre
pobrt,todo es trazas, ycómi-co pobre,
mucho
más. Ustéi,que es persona de po-sibles,me
entenderámuy
bien.Habla-Solo. Zí, señó, zí... Bueno, la
broma
hazío pa anda a trastazos. Pero ahora estoy contento.
iQué pezoze
me
haquitao deencima! ¡Ycuidao que yo estabazeguro de que no lo había matao a usté! Perocomo
a vecesbebe unomás
vinoderquepuede y ze pierde er conocimiento... ¡nadie ze ve libre deuna mala hora!... ¡Qué nochecita! Calenturahetenío.
52
Las
muertes
deLopillo
LopiLLo.
Vamos,
y oirá usted maravillas. (¡Ya dicon la
Empresa
de gastos!)Se va con Habla-Solo por laderecha. Habla-Solo
cania dejúbilo.
Como
sise hubieranvisto venir^ salensimultánea-mente Alegría
y
Campanita; ella, del paradoryy
//,por
la izquierda.Van
aencontrarse radiantesdeamor
y
dedicha.Alegría. [Blasiyo! Campanita. ¡Alegría! Alegría. ¡No te fuiste!
Campanita. ¡No
me
fui! ^Tepesa?Alegría. ¡Me pesan las locuras que he hecho y
to loque por
mí
has padesíolCampanita. Pero eso ya pasó pasiempre,^verdá? Alegría. ¡Pasiempre, Blasiyo! ¡Qué pena si ye-gas a irte!
Campanita. ¡Cáyate! Piedras tenía
yo
anoche en los pies.Le
pedía a Dios, aya en er fondo de miarma, unacosa
muy
grande que nome
dejarasalídePuente Rea.
Alegría. ¡Ole!
Campanita. Así es que cuando Juan Varverde y
Pacoersereno
me
dijeron: «Está usté preso, porqueha matao a un hombre...»
Alegría. ¡Ja,ja, ja!
Campanita.
Me
entró esamisma
risa que tútie-nes. ¡Ya
me
quedaba aquí por fuersa mayó! ¡Ya noera unaflaquesa quedarse! Dejé queer cochesiyo se fuera; sereuniógente;fuimostosaloscayejones...¡No quieras sabe lajuerga que se
armó
arvé queayí no había ningún muerto!Oímos
reí en la casa vasía;hecho porquetú no tenías consuelosi
yo
me
iba dePuente Rea, ¡por nadie
me
cambiaba! jQué alegría,chiquiya! ¡En fin, nos ha amanesío bebiendo y
can-tando degusto!...
Alegría. jOle! |Pos ahora, Blasiyo, a querernos! Campanita. jA seguí queriéndonos! Pero ya,cara a cara.
Salen de la cantina Rosario,
Tarumba
y
elCómico; aquéllos^ enteradosya
por éste de todalafarsa.Cómico. ¡Aquí estála pareja!
Rosario. jHijo mío!
¿Qué
nos ha referió estehombre?
Campanita. ¡Rosario!
Rosario. ¡Si tenía que sé! ¡Si está escrito aya arriba! Besando a suhija. ¡Gloria de tu madre!
Alegría. ¡Mamaíta!
Tarumba. ¡Déjame quete abrase, Blasiyo!
Campanita. ¡SeñóJuan!
Tarumba. ¡Si te he visto nasé, hijo de mi arma!
jSi te quiero
más
que a tu padre!No
hase diez mi-nutos se lo desíayo
aquímismo
a Habla-Solo:«No
te compongas, inosente; Campanita
y
Alegría searreglan; ya lo verás... ¡Señó, porque se quieren!»
Y
érme
contestaba con sushumos
y sufachen-jda... ¡Ja, ja, ja! ¡Lo que nos
vamos
areí con ese galápago!
Habla-Solo ha vuelto delcampocon Lopillo a
tiem-po de oír todo esto.
\
Habla
Solo. ¡Que estáaquí ergalápago,Tarum-I
ba!^Habrá zinvergüenza?
Tarumba. ^Eh?
Lopillo.
Yo
quiero aprovechar esta alegría detodos, para presentar a mi nuevo empresario. Cómico. ^Habla-Solo?
Lopillo. ¡El mismo!
54
Las
muertes
deLo
pilloLOPILLO.
iSoy
un
grande agradadordetodos los Segismundos!
Habla-Solo. Lopiyo ez un comicazo zublime, i
yo
quieroque enmí
pueblo lo vean trabaja.Campanita.
y
yo irécon mi novia a toaslasfun siones.Alegría.
Y
yo le haréunregalo que no sele v;a orvidá en
mucho
tiempo.Como
amí
no seme
orvidará
tampoco
to loque ledeboa estehombre.Cómico. ¡Y si hayen arguna obraunpapel
anda-luz, repártemelo, Lopiyo, por lo que
más
quieras;que estoyya cansao de vendé porahí impermeables
y
chanclosde goma!Rosario.
A
Habla-Solo. |Sela yevó porfinCam-panital^Has visto?
Habla-Solo.
Como
amí
nome
gusta na... ¡postos tan contentos! Alegría.
Al
público:Ya
que
por fin tenemostanta alegría,
no nos nieguesarcabo
tu simpatía.
Y
al estribiyo, ¡un aplauso a sus muertes!(Viva Lopiyo!
FIN