Trabajo Práctico Nº2: Clipping. Consignas:
Elegir una noticia, en tres medios diferentes (nacionales/internacionales)
1) Desarrollar la historia/ideología, tirada y qué líderes de opinión escriben en el medio. 2) Seguimiento de la noticia durante una semana. Marcar las 5W, sección del diario en donde aparece dicha noticia, créditos.
3) Comparación del enfoque de los tres medios de comunicación 4) Conclusión Personal.
Clarín fue fundado el 28 de agosto de 1945 por Roberto Noble. El matutino tuvo como particularidad el ser uno de los primeros diarios del mundo en incluir un diseño más compacto (tabloide) en lugar del típico diseño “sábana” que usaban los diarios de ese entonces. El rasgo más distintivo de este periódico fue su adhesión al ideario desarrollista y a sus representantes, posición que mantuvo hasta los años 80.
Características del diario:
− Clarín le da prioridad a los temas locales: importancia a secciones como deportes y espectáculos. Estas secciones tienen un diseño diferente al resto de la publicación.
− Llegaba a los kioscos de venta de la Capital Federal antes que los demás. En la época en que fue fundado, en Capital Federal y la provincia de Buenos Aires costaba sólo 5 centavos (la mitad que el resto de los diarios). En el resto del país costaba 10 centavos.
− Su diseño es tabloide. Fue adoptado luego por varios diarios londinenses para no perder a los lectores jóvenes.
− Su lema es “Un toque de atención para la solución argentina de los problemas argentines”, y su actual eslogan publicitario: “El gran diario argentino”.
− Forma parte del PAL (Periódicos Asociados Latinoamericanos), al que pertenecen otras importantes casas editoriales de Latinoamérica.
Tirada:
Domingo: 600.000 ejemplares. Lunes a Sábado: 300.000 ejemplares.
La Nación es un diario matutino editado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, de circulación nacional y líder en el pensamiento liberal-conservador del país. Fue fundado por Bartolomé Mitre (1821-1906), expresidente de la República Argentina.
El primer director y fundador del diario La Nación fue sucedido por sus hijos, Bartolomé Mitre y Vedia y Emilio Mitre. Este último creó S.A. La Nación en 1909, que sigue siendo la sociedad propietaria del diario.
El diario La Nación es considerado como uno de los diarios argentinos más prestigiosos y con mayor trayectoria, que ha sabido tener una continuidad en su estilo y orientación a lo largo de su casi siglo y medio de existencia. Ha recibido numerosos reconocimientos y premios de diferentes organizaciones internacionales y nacionales, entre ellas una Mención Especial entregada por la Fundación Konex en 1987 por su trayectoria. Es el segundo diario en cantidad de circulación en Argentina, detrás de Clarín.
Tirada:
Domingo: 350.000 ejemplares. Lunes a Sábado: 180.000 ejemplares.
Página/12 es un diario argentino, editado en la Ciudad de Buenos Aires desde el 26 de mayo de 1987. Fue fundado por Jorge Lanata, su primer director, y Ernesto Tiffenberg, en ese entonces subdirector, y desde 1994, director. Desde sus inicios, el periodista Horacio Verbitsky es uno de sus principales columnistas. Desde 1987 su presidente es Fernando Sokolowicz, principal accionista del diario. Según encuestas del diario, el 58% de su público tiene entre 18 y 52 años y pertenecen al nivel socioeconómico medio y medio alto.
Un hombre fundamental en su creación fue Alberto Elizalde Leal, quien consiguió la financiación y fue el primer gerente general del diario.
El diario iba a llamarse Reporter, pero este nombre ya estaba anotado en el Registro de la Propiedad de Marcas. Entonces, contaron la cantidad de páginas, lo que determinó el nuevo nombre.
Con un diseño austero, una tirada diaria de 10 000 ejemplares y 16 páginas que crecerían al doble en pocas semanas, marcó desde el comienzo su diferencia con el resto de la prensa por su orientación progresista y sus extensas notas de análisis que llegaban a ocupar más de una página en promedio. Inspirado en el diario francés Libération, el estilo contrastaba con los diarios convencionales, en los que se privilegiaba la variedad de la información sobre su desarrollo.
Página/12 instauró un estilo que otros imitarían en cuanto a promoción de la lectura. Muchas de sus ediciones dominicales de la década del 90 incluyeron un libro de regalo. De este modo, se hizo cargo de difundir un enorme acervo de literatura universal.
Tirada:
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Noticia elegida: Atentado del 11-S, Torres Gemelas.
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 (denominados comúnmente como 9/11 o con el numerónimo 11-S) fueron una serie de cuatro atentados terroristas suicidas planificados, cometidos aquel día en Estados Unidos por 19 miembros de la red yihadista Al Qaeda, mediante el secuestro de aviones comerciales para ser impactados contra diversos objetivos, causando la muerte de alrededor de 3000 personas y dejando a otros 6000 heridos, así como la destrucción en Nueva York de todo el complejo de edificios del World Trade Center (incluidas las Torres Gemelas) y graves daños en el edificio de El Pentágono (sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, en el estado de Virginia), siendo el episodio que precedería a la guerra de Afganistán y a la adopción por el Gobierno estadounidense y sus aliados de la política denominada Guerra contra el terrorismo.
Día 1
GOLPE A UN SIMBOLO DE NUEVA YORK: DOS AVIONES SECUESTRADOS LLENOS DE PASAJEROS IMPACTARON EN LOS EDIFICIOS DE 110 PISOS.
Un demencial atentado borró las Torres
Gemelas
El ataque fue a la hora en que unas 50.000 personas que trabajaban allí empezaban sus tareas. Todavía no se sabe el número de muertos ni de heridos, pero podrían ser decenas de miles.
Las torres gemelas del World Trade Center, emblemas de Nueva York y del poderío económico de los Estados Unidos no existen más, y el desastre parece imposible de dimensionar. Con una diferencia de 18 minutos, dos aviones comerciales repletos de pasajeros —secuestrados por supuestos terroristas suicidas y desviados en pleno vuelo— chocaron contra los edificios de 110 pisos, que unos minutos después se desplomaron por completo frente a las cámaras de televisión y ante la vista de cientos de horrorizados testigos. En un primer momento, el desconcierto fue total y se pensaba
que el primer avión se había estrellado en un accidente. Pero lo que parecía un horror en ese momento fue, al término de la tarde, el principio de una tragedia impensada.
En medio del drama y sin datos precisos, el alcalde Rudolph Giuliani no pudo ser más directo: "Mi impresión es que el número de vidas perdidas es horrible", dijo.
Unas horas después del terrible atentado todavía era muy difícil para las autoridades calcular la cantidad de víctimas. Se descontaba que no había sobrevivientes en los aviones, que se estrellaron contra la torres a las 8.45 y a las 9.03, horarios pico de oficina. En el Boeing 767 de American Airlines, que iba de Boston a Los Angeles, viajaban 81 pasajeros y 11 tripulantes. El otro avión era un Boeing 737 de United Airlines, que hacía la ruta Washington—Los Angeles. La empresa informó que en ese vuelo iban 58 pasajeros, dos pilotos y cuatro asistentes.
En la torres gemelas, un mundo aparte dentro de una enorme ciudad, trabajaban unas 50.000 personas y los visitantes, entre ellos turistas, llegaban a los 150.000 por día. Muchos alcanzaron a escapar durante los minutos que pasaron entre el primer impacto y el segundo. Con un dato inicial y terriblemente parcial de seis muertos y unos 10 heridos solo dentro de los edificios, la Policía no dudaba en calcular en centenares —o tal vez en miles— la cantidad de víctimas.
Se cree que entre los escombros de los edificios puede haber decenas de socorristas que habían llegado al lugar antes de que los dos enormes edificios se desmoronaran. El desastre fue total en el sur de de Manhattan, el sector de Nueva York donde estaban las torres.
Los que podían escapaban hacia el puente de Brooklyn, donde los socorristas les entregaban máscaras de oxígeno para darles un poco de alivio. Los túneles de acceso a la isla se taponaron de autos como nunca y se repitieron las disputas por los teléfonos públicos, vitales para llamar a familiares aterrorizados.
Frente a los negocios, cientos de personas, entre desesperadas y curiosas, se agolparon para seguir por los televisores las escenas de una tragedia que nunca hubieran creído.
Todo ocurría en medio de una densa capa de humo y polvo que cubrió la zona y volvió más fuerte todavía la sensación de caos. Con las torres, también se desplomó otro edificio más pequeño que estaba a unos pocos metros.
Muchos de los que alcanzaron a escapar desde las oficinas, o que justo pasaban cerca del lugar, no olvidarán nunca las imágenes que les toco presenciar. Algunos llegaron a ver al segundo avión cuando chocaba contra las torres. Otros observaron impotentes como muchas personas se arrojaban desde las ventanas hechas pedazos. Muchos se tiraban desde los pisos más altos, directo a una muerte segura.
¿Qué? Dos aviones estrellaron contra las Torres Gemelas.
¿Cómo? Dos aviones de American Airlines fueron secuestrados por terroristas. ¿Cuándo? 11 de Septiembre de 2001.
¿Dónde? Nueva York. ¿Quién? Terroristas.
¿Por qué? Atentado terrorista, varias razones.
Alerta mundial por el más grave
atentado de la historia
Dos aviones con pasajeros fueron secuestrados ayer y estrellados contra las
Torres Gemelas, en Nueva York; otro impactó contra el Pentágono y un
cuarto cayó en Pittsburgh; sospechan del terrorista Bin Laden.
MIÉRCOLES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2001
W
ASHINGTON (Reuters).- En ataques tipo kamikaze contra dos de los principales símbolos del poder financiero y militar de Estados Unidos que dejaron miles de muertos, secuestradores lanzaron ayer tres aviones de pasajeros contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono.El ataque, el peor en la historia mundial y el más grave en los Estados Unidos desde el bombardeo japonés de Pearl Harbor en 1941, paralizó al gobierno,
cerró los mercados financieros y suspendió el tráfico aéreo del país, horrorizando y asustando a la población.
Ningún grupo se adjudicó los atentados, pero Washington sospecha de la organización dirigida por Osama ben Laden.
El presidente George W. Bush aseguró anoche que Estados Unidos perseguirá a los responsables hasta ubicarlos. "No haremos distinción entre los terroristas que cometieron estas acciones y aquellos que les dan refugio", advirtió.
Bush estimó en miles el número de muertes.
Las torres se desmoronaron después de que dos aeronaves -un Boeing 767 de American Airlines y un Boeing 767 de United Airlines- se estrellaron contra las estructuras de 110 pisos. En las Torres Gemelas, desesperados por el ataque, muchos saltaron de los edificios en llamas, antes de que ambas colapsaran casi en sucesión, aproximadamente una hora después de que fueran embestidos por los aviones.
Una víctima del avión que chocó contra el Pentágono logró llamar a su esposo por teléfono y dijo que los secuestradores, armados apenas con cuchillos y navajas, hicieron retirar a pasajeros y tripulantes a la parte posterior del aparato y que los secuestradores pilotearon ellos mismos.
¿Qué? Tres aviones secuestrados estrellaron contra las Torres Gemelas y El Pentágono. ¿Cómo? Dos aviones de American Airlines y un avión de United Airlines fueron secuestrados por terroristas.
¿Cuándo? 12 de Septiembre de 2001. ¿Dónde? Nueva York.
¿Quién? Terroristas.
Ataques terroristas derrumban torres de World Trade
Center y golpean Washington
NUEVA YORK/WASHINGTON, Set 11 (AFP) - Varios atentados terroristas perpetrados derribaron por completo las torres gemelas del emblemático World Trade Center de Nueva York, y provocaron fuertes explosiones en el Pentágono y en el departamento de Estado en Washington, haciendo prever un pesado balance de víctimas.
El presidente estadounidense George W. Bush afirmó desde Sarasota, Florida, que se trata de “un aparente atentado terrorista'”, y prometo hacer todo para encontrar a los responsables.
“No se tolerar el terrorismo contra nuestro país'”, dijo el mandatario. “Hoy vivimos una tragedia nacional luego de un aparente ataque terrorista contra nuestro país”, y afirmó haber ordenado “una completa investigación para buscar y atrapar a los terroristas”. Dos aviones civiles secuestrados se estrellaron a las 08H45 (14H45 GMT) y a las 09H03 (13H03 GMT), con una diferencia de 18 minutos, contra cada una de las torres gemelas del World Trade Center, dejando al menos seis muertos y más de 1.000 heridos.
Poco después del impacto de los aviones, las torres gemelas se desplomaron. Miles de toneladas de escombros cayeron en toda la zona, haciendo prever un duro balance, fundamentalmente entre los centenares de socorristas que haban llegado de todos los barrios de Nueva York. Personas saltaron por las ventanas del edificio mientras éste se desintegraba, según testigos.
En tanto, en el interior del Pentágono hubo dos explosiones que causaron el colapso de parte del edificio y dejaron muchos heridos. “Escuché dos fuertes explosiones -una grande, una pequeña'', dijo Lisa Burgess, reportera del diario Star and Stripes, quien vio salir humo de una parte del edificio. El Pentágono, la Casa Blanca, el Departamento de
Estado, el Capitolio, el Tesoro, el departamento de Justicia y la sede de las Naciones Unidas en Nueva York fueron evacuados.
Asimismo, un coche bomba explotó en el departamento de Estado, reportó la cadena de televisión ABC. Un periodista de la AFP que abandonaba el edificio tras las órdenes de evacuación escuché dos explosiones pero no pudo identificar su origen.
Cerca de los blancos de los atentados, tanto en Washington como en Nueva York, miles de personas corran presa del pánico, gritando.
La Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense ``perdió el control'' de uno o varios aviones, indicó un portavoz de la FAA.
American Airlines dijo en un comunicado que haba perdido dos aviones con un total de 156 personas a bordo.
Uno era el vuelo 11, un Boeing 767 en ruta de Boston a Los Angeles con 81 pasajeros y 11 tripulantes, incluidos dos pilotos, que se estrell contra una de las torres gemelas en Nueva York.
La otra torre fue impactada por un Boeing 737 de United Airlines, aparentemente también secuestrado, indicó este martes un responsable de la compañía aérea estadounidense en París.
El segundo avión de American Airlines es el vuelo 77, un Boeing 757 que salió del aeropuerto Washington Dulles a Los Angeles con 58 pasajeros, y seis tripulantes.
Un avión avanzaba hacia el Pentágono, dijo un funcionario del FBI a la AFP, quien añadió que el aeropuerto Nacional lo detectó en el radar. Poco después de la advertencia, un caza sobrevoló el edificio del Pentágono. Se desconoce si éste avión es el denunciado como perdido por AA.
Un Boeing 747 que realizaba la conexión Chicago-Nueva York, se estrelló cerca de Pittsburgh (Pennsylvania), entre Washington y Nueva York, indicaron las autoridades locales. United Airlines confirmó que este avión le pertence.
Las autoridades estadounidenses de la aviación civil ordenaron la anulación de todos los vuelos comerciales en Estados Unidos (FAA). ``Tenemos una orden nacional de detención (de los aviones) en tierra'', lo que significa que no hay vuelos, indicó la portavoz de la FAA Laura Brown. Los aviones que está en vuelo podrán continuar hacia sus destinos, indicó. Cerca de las 10H00 locales (14H00 GMT), todo el sur de la isla de Manhattan desapareció bajo una inmensa nube de humo luego del impacto de los aviones contra las torres gemelas.
¿Qué? Ataques terroristas derrumban torres del World Trade Center.
¿Cómo? Aviones de distintas aerolíneas fueron secuestrados por terroristas. ¿Cuándo? 11 de Septiembre de 2001.
¿Dónde? Nueva York, Washington. ¿Quién? Terroristas.
¿Por qué? Ataque terrorista, varias razones.
Día 2
Estupor, tensión y angustia en la
ciudad
Los transeúntes se pegaron a los televisores en los bares y
restaurantes del microcentro, y en subtes; el atentado era tema
excluyente
MIÉRCOLES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2001
Faltaban 15 minutos para las 10.30 y nadie podía trabajar. Ni pensarlo: miles de porteños se abrían paso a los codazos frente a los televisores de los bares, de las casas de electrodomésticos, de las oficinas, de los subterráneos.
Miraban y comentaban. Decían frases entrecortadas. Opinaban sobre los móviles de los atentados y de los responsables. Hablaban de películas norteamericanas.
Pero a las 10.30 esas voces callaron: con ojos bien abiertos por la sorpresa, los porteños vieron en vivo y en directo cómo la torre norte del World Trade Center cayó para siempre, con humo, escombros, gente corriendo, gente llorando. Para siempre.
Los porteños siguieron atentamente y en todos lados –como en la estación Carlos Pellegrini– los acontecimientos en los Estados Unidos. Foto: R. Abd
Daniel, un oficinista que trabaja en un edificio de San Martín y Viamonte, no podía despegarse del televisor, en un bar de la calle Lavalle. "Cuando lo ves en las películas decís "que se dejen de j..., eso es imposible", y resulta que puede ser. Era el país más seguro del mundo, viejo, y les volaron las torres y parte del Pentágono."
A treinta cuadras de allí, en las inmediaciones de la AMIA, el jefe de Comunicaciones de la DAIA, Alfredo Neuburger, decía que la entidad había "aconsejado" el desalojo de la AMIA y otras instituciones de la comunidad judía "por razones preventivas".
Y, enigmático, agregó que se estaba en "permanente contacto" con organismos de seguridad tanto de los Estados Unidos como de Israel, para informarse sobre la evolución de los acontecimientos y que, de acuerdo con ello, "se adoptarían otro tipo de medidas", aunque se negó a dar precisiones.
Neuburger calificó como "afortunado" el hecho de que ayer no hubo clases, por el Día del Maestro, lo cual evitó que las medidas de carácter preventivo se extendieran a establecimientos a los que concurren estudiantes judíos.
Ya Hugo Ostrower, titular de la AMIA, se había limitado a decir que se había evacuado el edificio "por razones preventivas y en consonancia con lo dispuesto por la Secretaría de Seguridad Interior", de la Nación.
En los subterráneos todos hablaban de los atentados y a nadie parecía importarle llegar tarde a sus obligaciones. A la Plaza de Mayo, repleta los días diáfanos como el de ayer, no concurrieron los amantes del sol, habituales al mediodía: prefirieron pegar la nariz en las vidrieras de los bares cercanos para no perderse detalles.
¿Había miedo entre los porteños? No, sólo sorpresa. Donde sí hubo una situación diferente fue en la mezquita situada en Bullrich y la Avenida del Libertador: fue visitada por muy pocos fieles y ninguna autoridad se presentó en todo el día. En cuanto a la seguridad, el templo fue fuertemente custodiado por el doble de la dotación que habitualmente lo vigila.
Cerca de treinta oficiales, uniformados y de civil, y varias patrullas estuvieron alertas ante la posibilidad de atentados. Así lo informó el encargado de la seguridad interna del templo, inspector Favio Fara, que indicó que el imán Naser Ibraim al Tuwain se retiró
temprano del establecimiento.
Todos los días, una decena de religiosos concurre a la hora del rezo, que comienza a las 18.30. Pero ayer sólo ingresó en la mezquita uno de ellos.
Abdul Yuñez, de religión musulmana, repudió la detención del director de la mezquita de Floresta, Abdul Karim Paz (sobre lo que se informa por separado), a quien la compañía de aviación alemana Lufthansa impidió viajar en el avión que partió ayer desde Santiago, Chile, hacia Buenos Aires.
Respecto del atentado, Yuñez dijo: "Me gusta. Algún día les tenía que tocar a ellos (a los Estados Unidos)".
"No sé qué va a pasar con el mundo ahora -reflexionó Yuñez-. Espero que no se produzca una tercera guerra mundial, porque no va a quedar en pie ni esta mezquita". En tanto, la Conferencia Episcopal Argentina invitó al pueblo a orar por las "numerosas víctimas de los atentados cometidos en los Estados Unidos".
¿Qué? Los porteños vieron en vivo y en directo cómo la torre norte del World Trade Center cayó para siempre, con humo, escombros, gente corriendo, gente llorando.
¿Cómo? Se pegaron a los televisores en los bares y restaurantes del microcentro, y en subtes.
¿Cuándo? 13 de Septiembre de 2001. ¿Dónde? Buenos Aires, Argentina.
¿Quíen? Los transeúntes de Buenos Aires.
GUERRA A ESTADOS UNIDOS: NINGUN GRUPO SE ADJUDICO EL ATENTADO
EE.UU. sufrió el peor ataque de su historia:
habría 10 mil muertos
Terroristas no identificados secuestraron 4 aviones.
Estrellaron dos en las Torres Gemelas de Nueva York, que quedaron destruidas. Otro, en el Pentágono.
Y el cuarto cayó en Pittsburg.
Los EE.UU. vivieron ayer el peor ataque de su historia. Cuatro aviones comerciales de United y American Airlines, con un total de 266 pasajeros, fueron secuestrados por terroristas y estrellados contra el corazón financiero y político-militar norteamericano: las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, y el Pentágono, en Washington. Se teme que el número de muertos supere los diez mil. Funcionarios señalan que la cifra será de varios miles, porque más 40.000 personas trabajaban en las Torres Gemelas, que quedaron completamente destruidas, y 24.000 en el Pentágono. Las 266 personas a bordo de los cuatro aviones secuestrados murieron. Algunas fuentes periodísticas hablaban de 20.000. Y sólo en Nueva York, los muertos podrían ser más de 10.000, dijo el representante demócrata Jim Moran. Los heridos se contaban de a miles, sin llegar a una cifra cierta. Anoche, el presidente George Bush regresó a la Casa Blanca para coordinar lo que vendrá, después de haber sido mantenido a resguardo durante todo el día, en un país puesto en estado de guerra. Desde su salida de Florida, a la mañana, Bush estuvo en pleno vuelo durante horas, y después fue llevado a una base militar en Louisiana y a otra en Nebraska. Con sus fuerzas militares en nivel de alerta nuclear (Delta 5), el tráfico aéreo suspendido totalmente, la capital del país evacuada, su centro financiero arrasado y cerrado, sus fronteras selladas, servicios de telefonía saturados, muertos, heridos y en emergencia médica, la primera potencia del mundo está paralizada en el caos, y envuelta en una tragedia nacional. Miles de socorristas se encontraban anoche rescatando cuerpos de los escombros. Los hospitales estaban abarrotados y los médicos pedían donaciones de sangre. Nadie se adjudicó aún los ataques. Aunque el aparato de seguridad norteamericano apuesta a que sólo una organización terrorista tiene la capacidad de dar un golpe tan coordinado: la agrupación del saudita Osama Bin Laden, que se refugia en Afganistán. El senador republicano Orrin Hatch, miembro de la comisión judicial y de inteligencia de la Cámara alta, señaló que fuentes bien informadas habían llegado "a la conclusión de que estos ataques llevan la firma de Osama Bin Laden". Anoche, la CNN mostraba imágenes de explosiones en Kabul, la capital afgana, pero la Casa Blanca negó que se trate de una represalia norteamericana (ver pág. 9). Considerado el peor ataque contra EE.UU. desde el bombardeo a Pearl Harbour, en 1941, el infierno se desató ayer en pleno centro de Nueva York y corazón financiero mundial, cuando a las 8.52 de la mañana (9.52 en Argentina) un Boeing de American Airlines se estrelló contra la torre Norte del World Trade Center. Sólo 18 minutos después apareció en el cielo
neoyorquino otro enorme avión de United Airlines que impactó contra la otra torre. Diez minutos después, la torre sur se desplomó íntegramente, formando un hongo de polvo y humo impenetrables. A la media hora cayó la norte. Edificios cercanos furon dañados y uno de 47 pisos se derrumbó, matando a 200 bomberos. Poco antes, a las 9.35, otro avión comercial con pasajeros se estrelló contra el Pentágono, en Washington. Una pasajera que viajaba en ese avión contó antes de estrellarse por teléfono a su marido que los secuestradores estaban armados con cuchillos y cortaplumas (ver pág. 19). Y en medio de la confusión de información, se advirtió que otra aeronave más también había sido secuestrada con dirección a Washington. Entonces, todos los edificios públicos, desde el Pentágono, el Capitolio, la Casa Blanca y las agencias federales fueron evacuadas. El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, pidió calma a los neoyorquinos y que abandonaran la zona de Manhattan. "No quiero decir cuál podría ser el número de muertos. Será un número horrible. Vi gente tirarse de las ventanas", dijo. Todos los vuelos fueron suspendidos y las fronteras cerradas. Las fuerzas militares de EE.UU. en el mundo están en su más alto nivel de alerta, equivalente al de una amenaza nuclear. "No habíamos visto un ataque como éste, ciertamente no desde Pearl Harbor", dijo el admirante Robert Natter, comandante de la Flota Altántica, que ayer despachó barcos, aviones y tropas anfibias a las costas de Washington y Nueva York. En sus primeras declaraciones, Bush dijo que se "cazará y castigará" a los responsables. "La libertad misma ha sido atacada esta mañana por una descarada cobardía —dijo—. Y la libertad será defendida". Por la tarde, el presidente fue conducido al Cuartel General del Mando Aéreo Estratégico (STRATCOM), situado en la base aérea de Offutt (Nebraska), desde donde se coordinan las fuerzas nucleares. Hace dos meses, el vicedirector de la sección antiterrorismo del FBI, Dale Watson, advirtió sobre el peligro de un ataque terrorista "aquí, en los Estados Unidos", con armas masivas de destrucción. Pero dos expertos israelíes rechazaron esa posibilidad con el argumento de que Bin Laden tenía grandes dificultades para operar en Occidente. Ayer, el canciller Wakil Ahmed Mutawakel, de los talibanes que controlan Afganistán, dijo que el movimiento islámico de su país "ha sido explícito al condenar el terrorismo". Washington había advertido el viernes a Kabul que habría represalias si Bin Laden atentaba contra EE.UU. El ataque de ayer tomó por sorpresa al aparato de seguridad norteamericano, que ayer resultó seriamente cuestionado (ver pág. 54). Las aerolíneas United y American Airlines confirmaron la "desaparición" de sus aviones, que tuvieron la siguiente suerte: A las
8.52, un Boeing 767 de American, que despegó de Boston a Los Angeles con 92 personas a bordo se estrelló contra la torre Norte del World Trade Center. A las 9.03, un Boeing 767 de United, que despegó de Boston a Los Angeles, con 65 personas, se estrelló en la Sur. A las 9.35 un Boeing 757 de American, con 64 personas, que despegó del aeropuerto de Dulles, en Washington, a Los Angeles, se estrelló contra el Pentágono. Un cuarto avión, un Boeing 757 de United, del vuelo 93 de Newark a San Francisco, también fue secuestrado y se estrelló en un descampado al sudeste de Pittsburg, con 38 pasajeros y 7 tripulantes. No se sabe cuál era su blanco, pero funcionarios dijeron que pudo haber sido la residencia presidencial de Camp David o la misma Casa Blanca.
¿Qué? Cuatro aviones comerciales fueron secuestrados y estrellados.
¿Cómo? Dos aviones de American Airlines, y dos aviones de United Airlines fueron secuestrados por terroristas.
¿Cuándo? 12 de Septiembre de 2001.
¿Dónde? Nueva York, Washington y Pittsburg.
¿Quíen? Nadie se adjudicó a los ataques pero se sospecha de la agrupación del saudita Osama Bin Laden.
¿Por qué? Atentado terrorista, varias razones.
Los atentados se vivieron en
las aulas
Los chicos llegaron a las escuelas porteñas muy
impresionados y con necesidad de comentar las imágenes
que vieron por TV
MIÉRCOLES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2001
No hubo muchos gritos ni alboroto en los pasillos, ni tantos empujones o carcajadas en los recreos. No. En las escuelas porteñas hubo ayer banderas izadas a media asta en los patios en señal de duelo, radios prendidas en plena clase de matemática, alumnos leyendo diarios y comentando las noticias del brutal atentado a los Estados Unidos.
La rutina de los colegios ayer cambió por completo. Fue muy difícil para los docentes dar clases, tanto en las escuelas estatales como privadas.
El horror de Manhattan -como reguero de pólvora- llegó e impactó las mentes y los corazones de miles de chicos y adolescentes que, shockeados, alterados y asustados necesitaron ayer habar sin parar con el fin de desahogarse. Sus maestros permitieron que el clima fuera más distendido que de costumbre. Y ayudaron a los chicos a procesar algo de todo lo que habían visto el día anterior por las pantallas de TV.
María Elena Fernández explica con tiza y pizarrón. Foto: F. Massobrio
Fue para todos una tarea ardua. "Los mismos profesores llegaron al colegio muy angustiados", admitió José Ordóñez, rector del Colegio Los Robles (Belgrano al 1500).
El mismo secretario de Educación porteño, Daniel Filmus, se ocupó ayer de que los atentados fueran tema por tratar en las aulas. "Creemos que las escuelas como ámbitos públicos de formación no pueden permanecer en silencio", dijo en un comunicado enviado a todos los docentes de escuelas estatales y privadas de la ciudad.
"Tenemos la responsabilidad de generar espacios donde lo ocurrido pueda ser dicho y analizado; donde se trabaje sobre el valor de la vida y el repudio al recurso de la muerte."
Los chicos necesitaron ese espacio. Es que, al no haber tenido clases la jornada anterior (se celebró el Día del Maestro), los alumnos pasaron gran parte de la jornada mirando las terribles imágenes del atentado por Crónica TV o por CNN. Ayer, llegaron muy temprano a las escuelas y no tuvieron otro tema en sus bocas.
"Lo que más me impresionó fue ver el avión incrustarse contra las torres gemelas y saber que los mismos pilotos se suicidaron. No me entra en la cabeza", señaló Florencia Borrego, alumna de 6° grado de la Escuela N° 13 (San Martín 458), que lleva el nombre del Libertador. Su compañero del costado que estaba hojeando el diario se detuvo en una foto: "Mirá el chabón que se tiró de tan alto. No lo puedo creer", agregó. Tres sensaciones calaron hondo en los alumnos: la impresión e impotencia ante las brutales y devastadoras imágenes registradas el día anterior; bronca por la alegría y los festejos de los árabes; y miedo al contraataque norteamericano.
"Esto es el inicio de la tercera guerra mundial", dijo Marcelo Schvindt, de la Escuela San Martín.
"No pude dormir en toda la noche. Tengo miedo por lo que pueda venir. No me siento segura", expresó Yanina Coronel, de la Escuela N° 6 (Juncal y Basavilbaso). Hace pocos meses a Coronel le mataron un hermano en la Villa 31 de Retiro, donde vive. La directora del instituto, María Elvira Kenny, comentó que, al reflexionar sobre el atentado en el acto de la mañana debió "bajar los decibeles para no alimentar la venganza que naturalmente sienten los alumnos".
"Son chicos que conviven con la violencia. No quiero fomentarles el odio, sino un espíritu de perdón", dijo Kenny.
Valorar la vida
Ayer la directora llevó a la escuela una reflexión de la Madre Teresa de Calcuta sobre la vida, que leyó en el acto matinal. Dice así: "La vida es preciosa, cuídala; la vida es tristeza, supérala; la vida es una tragedia, agárrala; la vida es felicidad, merécela; la vida es la vida, defiéndela". Kenny lo consideró oportuna. "Al clima de horror y muerte hay que contrarrestarlo con más vida", subrayó.
Pero lo cierto es que los estudiantes hablaron de muerte y de venganza. Cuando se les preguntó si deseaban que EE. UU. se vengara, algunos no dudaron: "Sí, que maten a los responsables". Otros, en cambio, dijeron: "No, no estoy de acuerdo. ¿Adónde va a terminar todo esto?", se preguntó Cristian Abreu, de la escuela de Juncal y Basavilbaso. En la Escuela Gral. San Martín los docentes crearon esta semana un taller ("Valores y tolerancia"). Fue interesante verlos interactuar divididos en grupos como: Torres Gemelas; Bomba Atómica; y Boeing 747. Los docentes sostienen que los ecos de los ataques se prolongan en el tiempo y, por eso, los atentados seguirán siendo temas de reflexión en las aulas.
Cartas que conmueven
"Querida Familia: Yo sé que están mui tristes. Si tu hijo está en el sielo no te procupes, porque estamos resando" , firma Alicia, una chiquita de preescolar, del
jardín de infantes The Clover, de San Isidro, en una carta dirigida a la familia de una de las víctimas norteamericanas. " No se preocupen
porque estamos rezando por ustedes" , escribe Nico, de 5 años (con
una letra casi inentendible). La directora, Marta Walker, le propuso a los alumnos del jardín escribir cartas -que enviaron al embajador de EE.UU. - y la mayoría se entusiasmó. "Tienen una afectividad, sensibilidad y espiritualidad rica. Es lindo que la expresen", agregó. Agustina Lanusse De la Redacción de LA NACION
¿Qué? Los atentados se vivieron en las aulas.
¿Cómo? Sus maestros permitieron que el clima fuera más distendido que de costumbre. Y ayudaron a los chicos a procesar algo de todo lo que habían visto el día anterior por las pantallas de TV.
¿Cuándo? 12 de Septiembre de 2001. ¿Dónde? Buenos Aires, Argentina.
¿Quién? Los colegios estatales y privados.
¿Por qué? El horror de Manhattan llegó e impactó las mentes y los corazones de miles de chicos y adolescentes que, shockeados, alterados y asustados necesitaron ayer habar sin parar con el fin de desahogarse.
Tres escenarios de respuesta a un terror con
Marina y Fuerza Aérea
Los atentados contra el World Trade Center y el Pentágono alzaron
cualitativamente el nivel de ataque conocido de las organizaciones
terroristas. Esta nota explora tres posibles niveles de represalia.
Por Claudio Uriarte
El triple atentado de ayer en Estados Unidos marca lo más cerca que el terrorismo ha llegado a disponer de una Fuerza Aérea propia. El procedimiento es reminiscente del atentado contra el destructor norteamericano USS Cole en aguas del Golfo de Aden en octubre de 2000, por el cual un kamikaze se lanzó contra el navío a bordo de una lancha cargada de explosivos; con ese procedimiento los terroristas resolvieron un viejo problema táctico, que consistía en la dificultad de atacar objetivos navales sin una fuerza de escape realmente veloz, y después de haber desistido de la compra de un submarino pequeño, que de todas maneras era inadecuado para el disparo de grandes cargas letales. Vale decir: se trata de una escalada, porque el ataque al USS Cole ya muestra la maqueta de lo que puede ser una Marina de Guerra sui generis para las organizaciones terroristas, y el triple ataque aéreo de ayer muestra los formidables niveles operativos, logísticos, materiales y financieros a que ha llegado una organización capaz de llevar a cabo cuatro secuestros aéreos casi simultáneos para convertir las aeronaves civiles en bólidos de fuego contra los principales símbolos del poder militar y financiero de la superpotencia única. Se trata de una escalada, y ahora sólo se trata de saber cómo contraatacará el imperio.
Se atribuye a Leon Trotsky haber definido una vez al terrorismo como “un puño sin brazo”, un golpe que desciende desde los cielos (en este caso literalmente) donde el golpeador permanece oculto. Justamente aquí radica la dificultad en contestar a los atentados con una respuesta de guerra clásica; en el hecho de que no constituye una guerra clásica, y que el enemigo es tan diligente como secreto. Sin embargo, pueden preverse ya con seguridad tres escenarios de acción para la inevitable respuesta de Washington. Uno estuvo ayer todo el día en los noticieros y talk-shows de la TV norteamericana, avanzado por senadores tan distintos como John McCain de Arizona y Christopher Dodd de Connecticut, hasta hacerse verbo en el secretario de Defensa Donald Rumsfeld y por último en el mismísimo George W. Bush, y consiste en que el Estado que proteja a los terroristas que practicaron este ataque no será considerado distinto a la hora de las represalias. Teniendo en cuenta el marco, las circunstancias y las características del ataque, nadie duda que se está hablando de Afganistán, un Estado totalmente fuera de la ley internacional, que vive del tráfico de heroína y que da santuario al millonario saudita expatriado Osama Bin Laden. Justamente, Bin Laden es el principal sospechado por los atentados de Africa Oriental en 1999 –que golpearon las
embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania con una sincronización muy reminiscente a la acción de los aviones de ayer–, y por el episodio del USS Cole enfrente a Yemen. Afganistán y Sudán fueron objeto de sendos bombardeos aéreos tras los atentados en Africa, pero se trató de acciones simbólicas –en el segundo caso se llegó a atacar una fábrica de aspirinas–, mientras lo de ayer se supone que provocará una represalia proporcionadamente superior.
Atacar Afganistán es fácil y es barato, pero es muy difícil que la operación logre un mínimo de eficacia. La razón es que Afganistán es un país de topografía tortuosa, repleto de montañas y de grutas, donde una sucesión de bombardeos masivos no garantiza necesariamente nada: el Ejército Rojo en el pico de su potencia de los tiempos soviéticos estuvo en pleno en Afganistán durante ocho años y no logró más que derrotas en un país donde el control de la capital equivale a poco, y donde los mismos talibanes en el poder todavía están luchando por conquistar la totalidad del territorio nacional. El empleo de explosivos del tipo combustible aire, que hicieron su debut en la Guerra del Golfo y fueron usados recientemente por el Ejército ruso contra Chechenia, puede relativizar un poco estas dificultades –en la medida que se trata de armas con un poder destructivo equivalente al de cabezas nucleares tácticas–, pero no aventarlas por completo. Una derivación ulterior de los atentados de ayer será el endurecimiento de las opciones medio orientales y el refuerzo del apoyo norteamericano al gobierno de Ariel Sharon en Israel, pero es poco verosímil una conexión directa en la medida que ningún grupo palestino tiene el poder ni la intención de lanzar un ataque contra Estados Unidos como el que se concretó ayer.
El segundo y tercer escenario de respuesta están íntimamente relacionados: uno es la multiplicación de los esfuerzos de infiltración e inteligencia dentro de las redes terroristas; el otro, una gigantesca recomposición de la inteligencia interna en Estados Unidos, que inevitablemente va a avanzar sobre las libertades civiles. Ya que el escudo antimisiles de Donald Rumsfeld es solamente la corteza exterior más llamativa de un concepto global con que el poderoso secretario de Defensa –que con estos ataques ha ganado de golpe toda su interna en la administración– busca asegurar la invulnerabilidad norteamericana en la época de su superioridad tecnológica incuestionada: desde hace algún tiempo -y hasta ahora con medias palabras- se habla de una “suitcase bomb defense”, la defensa contra el escenario de una bomba nuclear portátil a ser detonada en territorio norteamericano, y estos trabajos van en paralelo con la adopción de nuevas tecnologías de identificación personal –como el control de
identidades por el iris del ojo en los aeropuertos– y de espionaje interior a niveles foucaultianos. Este es el nuevo mundo que los atentados de ayer están ayudando a alumbrar.
La represalia que no fue
Las explosiones y disparos de armas antiaéreas que se registraron por la noche del martes y en la madrugada del miércoles en Kabul, la capital de Afganistán, fueron reivindicados por la llamada Alianza del Norte, el movimiento rebelde que lucha contra el gobierno de control talibán. Primeramente se pensó que se trataba de una represalia estadounidense por los atentados que hubo ayer contra los centros de poder financiero y militar en Estados Unidos: ataques contra el World Trade Center, haciendo estragos con las Torres Gemelas, y otro al Pentágono. El presidente norteamericano George W. Bush negó haber ordenado un ataque a Afganistán. Aunque se sospecha que en Afganistán se refugia al disidente saudita Osama Bin Laden, considerado el cerebro de una serie de atentados perpetuados contra los intereses americanos, y de hecho Washington cree que su figura está detrás de los ataques ayer. Los talibanes, que vienen combatiendo a los guerrilleros rivales del norte de Kabul, lanzaron una nueva campaña contra sus posiciones, coincidentemente después de que el domingo resultara herido en un atentado suicida su líder Ahmad Shah Masood. Pero Afganistán desmintió toda participación en los ataques a Estados Unidos, argumentando que Bin Laden no está en capacidad de montar una operación tan completa desde Afganistán.
AUN HAY MILES DE CADAVERES BAJO LOS ESCOMBROS Más muertos que en Pearl Harbor
Una escena de la destrucción en Pearl Harbor por Japón.
Las cifras de muertos de ayer rivalizan con las de una guerra clásica.
El ataque no tiene parangón en la historia de Estados Unidos: el número de muertos se encuentra en magnitudes comparables o superiores con las bajas norteamericanas en Pearl Harbor y otras situaciones de guerra clásica. Las cifras oficiales de las víctimas del múltiple atentado terrorista aún no se saben y, como anticipó el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, no estarán claras hasta hoy. Lo que sí resulta obvio es que la magnitud de muertos prevista está en varios miles, tomando como punto de partida que
más de 40.000 personas trabajaban en las Torres Gemelas y 24.000 en el Pentágono, sin sumar quienes fueron alcanzados por el impacto en los edificios aledaños. Hasta ahora, se cuentan las muertes de los 266 pasajeros a bordo de los aviones secuestrados, más de 200 bomberos fallecidos en las tareas de auxilio y 78 policías que aún permanecen desaparecidos.
Para acercarse a la dimensión de esta masacre, sirve recordar los muertos que Estados Unidos ha tenido en los conflictos armados más importantes de este siglo. La comparación, sin embargo, debe considerar el tiempo récord en que este atentado produjo semejante cantidad de víctimas. La intervención norteamericana en la guerra de Corea significó para Estados Unidos un saldo de 33.000 muertos al finalizar los tres años que duró el conflicto (1950-1953). El ataque de Japón contra Pearl Harbor, Hawai –el 7 de diciembre de 1941–, al que se comparó de inmediato con lo ocurrido en escala de intensidad, parece menor en términos de las bajas sufridas por Estados Unidos. La avanzada japonesa costó 2086 muertos, 749 heridos y 22 desaparecidos estadounidenses. Para más datos, en la prolongada y fracasada guerra contra Vietnam – según los datos del Pentágono– Estados Unidos perdió 56.237 hombres, aun cuando contabilizó más de 300.000 heridos y mutilados.
El mayor conflicto en cuanto a relación a la pérdida de recursos humanos fue la Segunda Guerra Mundial (1939-1945); las estadísticas estiman 55 millones de muertos. Por entonces, Estados Unidos resultó ser el menos perjudicado de los países aliados: su participación terminó con un saldo un poco mayor a 400.000 muertos.
¿Qué? Ataque terrorista en Nueva York.
¿Cómo? Aviones de distintas aerolíneas comerciales fueron secuestrados. ¿Cuándo? 12 de Septiembre de 2001.
¿Dónde? Nueva York, Washington ¿Quién? Terroristas.
Día 3
EL DIA DESPUES: EL MULTIMILLONARIO SAUDI, PRINCIPAL SOSPECHOSO
Bin Laden se mostró satisfecho, pero negó cualquier
vínculo con los ataques
Lo dijo a un diario pakistaní
Y calificó los atentados como una reacción legítima de los pueblos oprimidos por EE.UU.
El régimen talibán de Afganistán explicó que si existen pruebas de su responsabilidad podría extraditarlo
Islamabad, Pakistán. AFP
Osama Bin Laden, señalado por Estados Unidos como uno de los probables responsables de los atentados del martes, se mostró satisfecho por los ataques en Estados Unidos, pero desmintió cualquier relación con los atentados, según publicó ayer el diario pakistaní Ausaf. Este diario en lengua urdú indica que Bin Laden calificó los ataques de la víspera de "reacción legítima de los pueblos oprimidos contra la potencia estadounidense". Según el diario, esta reacción fue leída a la redacción por un "representante especial" -no identificado- de Bin Laden, que vive desde hace cinco años en Afganistán "invitado" por el poder talibán. El artículo no cita directamente a Bin Laden o el texto evocado, pero afirma que el millonario de origen saudí no está implicado en los atentados cometidos en Estados Unidos. Bin Laden habría declarado que tenía la "misión de poner fin a la agresión israelí contra Palestina y que cientos de jóvenes habían jurado morir por él". Según el artículo, habría calificado a Estados Unidos de "principal aliado de Israel" y acusado a Washington de armar al Estado hebreo. El diario señala igualmente que Bin Laden dijo no tener armas nucleares o misiles, pero sí el apoyo de decenas de químicos y biólogos musulmanes y que utilizaría
su ciencia contra los "infieles", o los no musulmanes. El martes, el régimen talibán trató también de "blanquear" al millonaria saudita. La milicia musulmana integrista Talibán, en el poder en Afganistán, sostiene que Bin Laden es un huésped inofensivo, pero algunos analistas creen que este millonario de origen saudita desempeña un papel mucho más importante dentro del misterioso movimiento islámico. Bin Laden y su red de militantes al-Qaeda son considerados los principales sospechosos luego de los atentados terroristas del martes contra el centro económico y militar de Estados Unidos. Pero si Washington decide tomar medidas de represalia, como hizo infructuosamente luego de los atentados simultáneos contra dos de sus embajadas en África en 1998, tendrá que decidir si los talibanes también deben pagar. "No haremos distinciones entre los terroristas que cometieron estos atentados y los que los esconden", dijo el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en un discurso a la nación transmitido por la televisión. Responsables de la milicia islámica hicieron enormes esfuerzos para negar las acusaciones de que Bin Laden utiliza a Afganistán como una base para sus "actividades". "Todas las actividades de Osama son controladas por nosotros. El no puede hablar por teléfono, no tiene Internet ni teléfono vía satélite para ponerse en contacto con persona alguna", dijo ayer el embajador Talibán en Pakistán, Abdul Salam Saeef. "Sin esas herramientas, no puede llevar a cabo atentados tan bien organizados", agregó. Con todo, el régimen talibán precisó que podría estudiar su eventual extradición si los investigadores norteamericanos consiguen probar su culpabilidad. "Nosotros podemos estudiar las pruebas y tomar medidas", dijo Abdul Salam Zaeef, durante una rueda de prensa. Interrogado sobre una eventual extradición del millonario de origen saudí, Zaeef indicó que la primera etapa debería ser ver qué prueba eventual puede ofrecerles Estados Unidos de la relación de Bin Laden con los ataques. "En cuanto a su entrega (a las autoridades estadounidenses), podríamos hablarlo en una segunda fase", precisó y recordó que hasta ahora EE.UU. no había acusado oficialmente a Bin Laden de los ataques. Hasta ahora, los talibanes siempre se negaron a extraditar a Bin Laden, buscado por la justicia estadounidense por su supuesto papel en los atentados de 1998 contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y en Tanzania, que dejaron un saldo de 224 muertos y miles de heridos. El martes, el mismo embajador había condenado los atentados y expresado su deseo de sus autores sean juzgados. "Queremos decirle al pueblo estadounidense que Afganistán siente su dolor. Esperamos que los terroristas sean detenidos y llevados ante la justicia", agregó el embajador horas después del atentado.
¿Qué? Bin Laden se mostró satisfecho tras ver el acontecimiento del 11-S. ¿Cómo? Se expresó de dicha manera a un diario pakistaní.
¿Cuándo? 13 de Septiembre de 2001. ¿Dónde? Islamabad, Pakistán.
¿Quién? Osama Bin Laden.
¿Por qué? Bin Laden calificó los ataques de la víspera de "reacción legítima de los pueblos oprimidos contra la potencia estadounidense".
EL DIA DESPUES: LOS ESPECIALISTAS COINCIDEN EN QUE ELLOS MISMOS DIRIGIAN LOS AVIONES
Los terroristas habrían recibido entrenamiento en
Estados Unidos
Algunos de los secuestradores de los aviones que protagonizaron el mayor atentado en la historia del terrorismo habrían sido entrenados en los Estados Unidos, según informó ayer en conferencia de prensa el fiscal general de ese país, John Ashcroft. También señaló que, de acuerdo a las información, cada uno de los cuatro aviones con los que se cometieron los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, así como el que se estrelló en Pensilvania, llevaba entre tres y cinco secuestradores.
Los medios de todo el mundo comenzaron a preguntarse qué había ocurrido dentro de los aviones, de qué modo habrían resistido los miembros de la tripulación y los pasajeros y, algo capital, quiénes habían estado a cargo de las naves a la hora de los atentados.
"Ninguno de nosotros dirigiría su avión contra las Torres Gemelas; antes nos dejaríamos matar", dijo Darryl Jenkins, director del Instituto Universitario de Aviación George Washington. Los especialistas coinciden: los aviones fueron conducidos por los propios terroristas, que deben haber contado con cierta base de adiestramiento y con conocimientos clave para interrumpir la comunicación de las naves con la torre de control.
En Estados Unidos, los pilotos reciben dos veces al año entrenamiento para actuar en casos de secuestro y tratar con los secuestradores. Según contó a la agencia AP Jim McIntyre, un ex piloto de TWA, de 70 años, lo más importante es el sentido común. "Básicamente, la frase es ''voy a hacer todo lo que me pidan''", dijo. "Claro, si me ordenan llevarlos al World Trade Center, yo trataría de dirigir la nave hacia el río Hudson", dice McIntyre. Y agregó: "No hay ninguna posibilidad de que uno de nosotros estrelle su avión contra un edificio"
Acerca de cómo hicieron los terroristas para atravesar los detectores de metales, los expertos saben que hoy, lo más sencillo para los atacantes, es abordar el avión sin armas. "El único arma es el propio avión", insisten.
En busca de un conjuro contra este tipo de ataques, algunos analistas arriesgan que tal vez sea hora de volver a imponer la presencia de un policía aeronáutico en cada vuelo, como en los 70. Claro que los propios especialistas saben que un disparo puede provocar la despresurización de la nave y, por consiguiente, la muerte de todos. "A nadie le gusta la idea de que haya armas en un vuelo. Pero es la última alter nativa de defensa en un caso como éste", dijo Rick Charles, profesor en el programa de aviación de la Universidad de Giorgia.
¿Qué? Los terroristas recibieron entrenamiento en EE.UU.
¿Cómo? Los aviones fueron conducidos por los propios terroristas, que deben haber contado con una base de adiestramiento y conocimientos clave para interrumpir la comunicación con las torres de control.
¿Cuándo? 13 de Septiembre de 2001.
¿Dónde? Nueva York, Washington y Pittsburg. ¿Quién? Los terroristas responsables del atentado.
¿Por qué? Los pilotos reciben dos veces al año entrenamiento para actuar en casos de secuestro y tratar con los secuestradores. No hay manera de que alguno de los pilotos haya dirigido el avión hacia uno de los edificios del World Trade Center.
Estados Unidos se prepara para la
guerra
LA CASA BLANCA Y EL AVION PRESIDENCIAL FUERON OBJETIVOS DE LOS TERRORISTAS
Bush pidió al Congreso poderes especiales, calificó como acto de
guerra los ataques terroristas; prometió que la batalla llevará tiempo
pero que no se equivoquen, que vamos a ganar
.
JUEVES 13 DE SEPTIEMBRE DE 2001
E
n el día después del peor ataque terrorista de la historia, EE.UU. se preparó ayer para la guerra. Lo anunció el mismo presidente George Bush, desde la Casa Blanca, en sus primeras declaraciones: "Lo que ocurrió no fue un acto terrorista, fue un acto de guerra". Subrayó que "esta batalla llevará tiempo y resolución, pero no se equivoquen, vamos a ganar". El mandatario envió al Congreso una solicitud especial que solo se usa en tiempos de guerra y que le otorgará autoridad total para gastar cuantos recursos económicos sean necesarios para proteger la seguridad nacional. Se habla de un paquete de 20.000 millones de dólares. La advertencia y las nuevas informaciones de que la Casa Blanca y el avión presidencial "Air Force One" también eran blanco de los terroristas, entre un abanico de revelaciones, marcaron el inicio de un nuevo capítulo de la realidad norteamericana tras el brutal ataque del lunes que según datos extraoficiales habría causado alrededor de 10.000 muertos. El secretario de Estado, Colin Powell, explicó a su vez que se espera "un conflicto de largo plazo", y que la mayor prioridad de la administración Bush será construir una coalición mundial contra todas las formas de terrorismo. Ayer, precisamente, los 19 miembros de la Organización del Atlántico Norte acordaron que los ataques contra Nueva York y Washington son considerados contra la misma OTAN y obligan a la acción conjunta. Significa un virtual cheque en blanco para la acción que planifica EE.UU. Cuando se le preguntó a Powell si contemplaban negociar, el funcionario afirmó tajante que "no" y afirmó que a ese enemigo "hay que arrancarlo de raíz, hay que destruirlo ... Los americanos tienen una clara comprensión de que esto es una guerra. Así loven". Bush remarcó que "no permitiremos que este enemigo gane la guerra. Estados Unidos usará todos sus recursos para derrotar a este enemigo. Buscaremos en todo el mundo. Seremos pacientes. Seremos firmes". Advirtió que cuando se lo localice "la guerra no será sólo contra ellos. También será contra las organizaciones y los países que les hayan facilitado santuarios, lugares dónde entrenar, dónde vivir y dónde organizarse, apoyo financiero y material". Si bien evitó nombrar un país en particular, se sabe que Bin Laden está en la mira de los investigadores, y que se refugia en Afganistán. "Todo apunta a la dirección de Osama Bin Laden", insistió ayer el senador Rrin Hatch. Y agregó que los servicios de inteligencia habían interceptado una conversación entre el terrorista y sus seguidores, en la que reconocían que los ataques habían dado en el blanco. Con sus emblemas de poder destrozados por "aviones bombas" secuestrados por terroristas, sin el reflejo de las Torres Gemelas sobre Nueva York, y con el Pentágono fisurado, en Washington, los norteamericanos amanecieron ayer sin noticias sobre una represalia contra un enemigo que se mueve en las sombras. Si bien todas las pistas —el FBI, ya reunió al menos 700—, parecen acercarse al terrorista saudita, Osama Bin Laden, la administración Bush aún no acusó a nadie. En medio de una investigación a ciegas, "masiva e intensiva como nunca antes se ha visto en EE.UU", según dijo el fiscal general John Ashcroft, comenzaron a surgir las primeras piezas de un rompecabezas para determinar al menos cómo ocurrieron los ataques del martes. El avión presidencial Air Force One, y la Casa Blanca eran los blancos del Boeing 757 de United Airlines que se estrelló en Pittsburg, con 45 pasajeros. Y según agregó el vocero presidencial, Ari Fleischer, el avión que impactó en el Pentágono apuntó primero contra la Casa Blanca. No pudo explicar por qué se desvió. Los secuestradores de los cuatro aviones de United y American Airlines —dos de ellos estrellados contra las Torres del World Trade Center, otro contra el Pentágono, y un cuarto que cayó en Pittsburg—, utilizaron cuchillos, e hicieron amenazas de bomba a la tripulación. En cada avión había entre tres y seis terroristas, lo que habla de un total de entre 12 y 24 personas entrenadas y dispuestas para inmolarse. El FBI dijo ayer que ya tiene identificados a los secuestradores. Y ayer por la mañana desató una verdadera caza de cómplices y datos, especialmente en Boston y Florida. En Boston, allanaron un hotel y confiscaron un auto alquilado
que tenía un manual de aprendizaje para pilotos escrito en árabe. Y en Florida identificaron los pasos de dos sospechosos que entrenaban en la escuela de pilotos de Huffman Aviation. Se revisa cada pista, cada posible dato, "desde los recibos de alquiler de automóviles hasta los de teléfonos" para tratar de encontrar pistas que conduzcan a la detención de los autores, dijo Ashcroft. El Departamento de Justicia y todas sus ramas y agencias, el FBI, la CIA, la Fiscalía General, la Guardia Nacional y la Agencia de Seguridad Nacional, pusieron en marcha una gigantesca maquinaria investigativa, para dar con los responsables y sus cómplices. Finalmente, en otro eje de acción, los equipos de rescate en Nueva York y Washington, intentaban ayer remover los escombros de los edificios atacados para encontrar a las miles de personas enterradas bajo toneladas de ruinas. También comenzaron a manejarse cifras de muertos. Ya se sabía que los 266 pasajeros de los cuatro aviones secuestrados, murieron. A ese número se suman, entre 100 y 800 víctimas mortales del ataque al Pentágono. Hasta ayer allí no se habían encontrado sobrevivientes. Y sólo pudieron rescatarse 80 cuerpos. Decenas de equipos de rescate están participando en las operaciones con la ayuda de perros que pueden diferenciar entre cadáveres y personas vivas. También se ayudan con equipos acústicos que pueden captar los sonidos más leves y cámaras de compleja tecnología. En el área de impacto, el FBI encontró partes del fuselaje del Boeing 757 de American. Aún hay miles de personas enterradas bajo los escombros, según dijo el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani. Un edificio cercano colapsó ayer. Se confirmó que había cientos de empleados trabajando en las Torres cuando impactó el primer avión de American. Giuliani dijo que unos 300 bomberos y 70 policías estaban desaparecidos desde que las torres colapsaron. Y en los hospitales de Nueva York el total de heridos trepaba a 2.000, según informes oficiales. Pasarán al menos 2 o 3 semanas para sacar todos los escombros de las Torres. Las fuerzas armadas norteamericanas seguían ayer en estado de alerta máxima.
¿Qué? Estados Unidos se prepara para la guerra.
¿Cómo? El Presidente George Bush, desde la Casa Blanca, dijo en sus primeras declaraciones: "Lo que ocurrió no fue un acto terrorista, fue un acto de guerra". ¿Cuándo? 13 de Septiembre de 2001.
¿Dónde? Nueva York.
¿Quién? Fuerzas Armadas Norteamericanas.
¿Por qué? El acto terrorista fue calificado como un acto de guerra contra EE.UU.
Día 4
EL DIA DESPUES: COINCIDENCIA DE ESPECIALISTAS
Las Torres Gemelas se cayeron al derretirse el acero
de sus estructuras
El fuego derritió las columnas de acero de los edificios, donde impactaron
los aviones
Esto provocó que los pisos superiores operaran como un martillo sobre los
de abajo y todos cayeron hacia adentro como en una implosión
CLAUDIA CELAY
T
odavía queda mucho trabajo por hacer hasta remover las inmensas pilas de escombros provocados por el derrumbe de las Torres Gemelas. Pero desde el momento de su caída, los expertos en estructuras analizan cómo y porqué se vino abajo uno de los conjuntos edilicios más altos del mundo. Y acusan al fuego como el principal culpable del colapso. En base a la información que se conoce hasta el momento, las primeras conjeturas de los expertos coinciden en trazar una sola hipótesis: las dos torres construidas con estructura de acero fueron víctimas del feroz incendio que se provocó por el impacto de los aviones. Alimentado por el combustible, rápidamente el fuego ganó una proporción inusitada y afectó la resistencia de la estructura de las torres. A partir de allí se desató una sencilla y terrible reacción en cadena: los pisos afectados perdieron la capacidad para aguantar el peso de los pisos superiores. Y comenzaron a caerse unos sobre otros, hasta que cada edificio se derrumbó sobre sí mismo como si hubiera recibido un martillazo mortal. El efecto fue similar al que se produce al cerrar el fuelle de un bandoneón. Hay una pregunta que recorre el mundo: ¿dos torres de 110 pisos y 419 metros de altura no estaban preparadas para un gran incendio? La respuesta de los expertos es contundente: hasta hoy ninguna estructura metálica estaba diseñada para resistir semejante fuego. "Históricamente, el gran riesgo de las estructuras metálicas fue el fuego. Por eso, en los Estados Unidos tienenreglamentaciones muy estrictas: las partes estructurales deben contar con una protección ignífuga", explicó a Clarín el ingeniero Tomás del Carril, presidente de la Asociación de Ingenieros Estructurales de la Argentina. "Para esto se usan materiales aislantes, que soportan unas dos o tres horas antes de que el fuego afecte a la estructura. Pero esa protección está pensada para incendios de proporciones normales, que se puedan combatir. En las torres hubo una carga térmica impresionante y el acero perdió su resistencia", agrega. Las torres del World Trade Center estaban fundadas sobre roca. Cada una tenía una estructura perimetral conformada por sesenta columnas de acero en cada cara. En el centro, contaban con un núcleo también metálico, como una gran caja que concentraba las escaleras y los ascensores. "El impacto de los aviones no pudo generar una fuerza suficiente como para hacer caer el edificio de costado. El avión es mucho más liviano y se rompió al chocar. Las torres cayeron sobre sí mismas y eso fue una ventaja para las construcciones vecinas", aseguró del Carril. Pese a todo, el mismo martes del atentado y también ayer se derrumbaron otros dos edificios más bajos que formaban parte del complejo. Y eso hace temer por las construcciones del entorno. "Es probable que estos derrumbes se deban a incendios, provocados por pedazos con fuego que cayeron de las torres. El colapso que sufrieron no tiene una onda expansiva como la que hay en un atentado con explosivos", señaló Carlos Soubié, ingeniero especializado en estructuras. Para este especialista, "el tipo de caída fue similar a la que provocó la implosión del ex Albergue Warnes, donde se destruyó con explosivos la estructura para que el edificio caiga hacia adentro sobre sí mismo y no hacia los costados". "El fuego de las torres tuvo proporciones inusuales. Era imposible de apagar. En cambio, las estructuras de hormigón armado tienen una mayor resistencia", opinó Alberto Fainstein, ingeniero civil especializado en estructuras. Tal vez por eso, de a poco este tipo de construcción tradicional en la Argentina está ganando más terreno en los edificios de gran altura en otras partes del mundo. Fainstein da otra visión: "El impacto de la caída se asimila a un terremoto y produce una vibración total en el terreno".
¿Qué? Las Torres Gemelas cayeron tras derretirse el acero de sus estructuras.
¿Cómo? El fuego derritió las columnas de acero de los edificios. Alimentado por el combustible, rápidamente el fuego ganó una proporción inusitada y afectó la resistencia de la estructura de las torres. A partir de allí se desató una sencilla y terrible reacción en cadena: los pisos afectados perdieron la capacidad para aguantar el peso de los pisos
superiores. Y comenzaron a caerse unos sobre otros, hasta que cada edificio se derumbó sobre sí mismo como si hubiera recibido un martillazo mortal.
¿Cuándo? 14 de Septiembre de 2001. ¿Dónde? Nueva York.
¿Quién? Aviones secuestrados por terroristas.
¿Por qué? Hasta ese día, ninguna estructura metálica estaba diseñada para resistir semejante fuego.
Alerta máximo en todo el
mundo
Se multiplicaron las ofertas de cooperación con EE.UU. en
la lucha antiterrorista
VIERNES 14 DE SEPTIEMBRE DE 2001
PARIS.- El mundo entero permanecía ayer en estado de alerta, mientras se multiplicaban las ofertas de cooperación con los Estados Unidos en la lucha antiterrorista tras los atentados en Nueva York y Washington. Desde Moscú, el Kremlin propuso una reunión urgente del G-8 (los siete países más industrializados y Rusia) para analizar los últimos acontecimientos y analizar la creación de un centro internacional antiterrorista.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dialogó por teléfono con su par norteamericano, George W. Bush, con quien coincidió en que "la comunidad mundial necesita una mayor interacción contra la amenaza común terrorista".
"Sentimos su dolor... También somos víctimas", recordaron ayer niños palestinos en Jerusalén a los estadounidenses, tras los atentados. Foto: AFP
Por otra parte, para evitar cualquier malentendido, Rusia postergó maniobras de sus bombarderos estratégicos sobre los océanos Atlántico, Pacífico y Ártico programadas para esta semana, dijo el Ministerio de Defensa.
Mientras tanto, continuaron extremándose en el mundo las medidas de seguridad en medio de un clima de paranoia.
Las gemelas Torres Petronas de Kuala Lumpur, Malasia, los edificios más altos del mundo, fueron evacuados ayer tras una falsa amenaza de bomba.
Asimismo, en Alemania, la policía ordenó evacuar la torre Messeturm, en Francfort, después de un incidente similar, pero suspendió rápidamente la operación.
"Es una situación extremadamente deprimente. La única otra oportunidad en que recuerdo una sensación así fue durante la crisis cubana", dijo un operador bursátil en Fráncfort, en referencia a la crisis de 1962 por el emplazamiento de misiles soviéticos en Cuba, que estuvo próxima a desatar una guerra nuclear. El Bank of America también evacuó sus oficinas en el centro de Londres después de un alerta de seguridad y las autoridades francesas reabrieron una investigación en torno del terrorista saudita Osama ben Laden, a quien se considera el posible cerebro detrás de los ataques, para indagar si Francia está amenazada.
En Gran Bretaña, las autoridades vedaron todos los sobrevuelos de aeronaves civiles por el centro de Londres, y el aeropuerto Gatwick, al este de la capital, fue clausurado. En París, unos 600 soldados y 1300 policías fueron desplegados para custodiar posibles blancos, en especial en las estaciones ferroviarias y de subte.
En tanto, Australia se declaró en alerta máximo y montó una zona especial de exclusión en torno de la embajada estadounidense en Canberra. La seguridad también se reforzó para el ex presidente estadounidense Bill Clinton, quien disfruta de vacaciones en Queensland.
América latina
En América latina también se incrementó la seguridad y la policía de Panamá informó ayer acerca de "una serie" de llamadas telefónicas anónimas realizadas en las últimas horas para advertir sobre la posible colocación de bombas en empresas, la