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Historia de Las Relaciones Internacionales Contemporanea

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HISTORIA DE LAS

RELACIONES

INTERNACIONALES

CONTEMPORANEA

- DE 1789 A 1991 -

D E M O R G A N M E D A L

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Índice

Cápitulo I – Coaliciones contra Napoleon --- Página 03

Cápitulo II – Olas revolucionarias de 1830 y 1848 --- Página 23

Cápitulo III – La Unificación Italiana --- Página 34

Cápitulo IV – La Unificación Alemana --- Página 42

Cápitulo V – Decadencia del Imperio Otomano, la cuestión oriental, la guerra de Crimea

y la paz de Paris --- Página 47

Cápitulo VI – La expansión territorial de los Estados Unidos --- Página 57

Cápitulo VII – Fase colonial de las relaciones internacionales en Asia y Africa --- Página 61

Cápitulo VIII – El orden internacional con eje Londres-Berlin --- Página 76

Cápitulo IX – Expansionismo de las grandes potencias --- Página 87

Cápitulo X – Extremo Oriente --- Página 96

Cápitulo XI – La formación de bloques antagónicos y la “Era de la Crisis” --- Página 104

Cápitulo XII – Relaciones Internacionales durante la I Guerra Mundial --- Página 113

Cápitulo XIII – Formación y evolución del Orden Paris – Washington --- Página 130

Cápitulo XIV – Los fracasos de la seguridad colectiva --- Página 140

Cápitulo XV – Relaciones Internacionales durante la II Guerra --- Página 158

Cápitulo XVI – La Guerra Fria --- Página 174

Cápitulo XVII – La distensión chino-sovietica y la “crisis de Tiananmen --- Página 207

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Capítulo I - Coaliciones contra Napoleón

Antecedentes

En 1791 ya se venían dando conversaciones entre Prusia y Austria sobre lo que ocurría en Francia. Como resultado de esto se da la Declaración de Pillnitz la cual es el producto de la reunión entre Leopoldo II de Austria y Federico Guillermo II de Prusia que tuvo lugar en 1791 en Pillnitz, Sajonia (actualmente en Alemania). Esta declaración fue interpretada por la Asamblea Nacional francesa como una declaración de guerra de las potencias europeas.

El objetivo fue: "permitir al rey de Francia afianzar en completa libertad las bases de la forma de gobierno, que es lo que corresponde al soberano y para el bienestar de Francia", lo que significaba la coalición de las potencias europeas en contra de la Revolución francesa. Esto implicaba que Austria entraría en guerra sólo si las demás potencias europeas también entraban. Leopoldo II hizo esta declaración para satisfacer las exigencias de los franceses refugiados en Austria y para evitar entrar en guerra. Sabía que el primer ministro británico, William Pitt, no era partidario de ella, y si Inglaterra no entraba, Austria no entraría.

Sin embargo, la Asamblea Nacional de Francia interpretó el documento como una declaración de guerra, lo que hizo ganar influencia a los radicales franceses, como Brissot, que la querían.

La Primera Coalición

La ejecución de Luis XVI (21 de enero de 1793) trastorno a todo europa. La opinión europeo acudió casi unánime en apoyo de los gobiernos del antiguo régimen, en la lucha que emprendieron contra la expansión de la revolución contra sus principios y contra su programa.

Durante la guerra de la Primera Coalición (1793-1797), Francia luchó contra la alianza formada por Austria, Prusia, Gran Bretaña, España, las Provincias Unidas (actuales Países Bajos), el reino de Cerdeña y Piamonte, a ellos se sumaron Portugal, Napoles, Toscana. El gobierno francés —el Directorio— confió a Napoleón la dirección de las operaciones militares contra las tropas austriacas en el norte de Italia en 1796. En menos de un año, Napoleón había vencido a las fuerzas de Austria, superiores en número (Paz de Campo Formio). En 1798, se le asignó el mando de una expedición que tenía como objetivo conquistar Egipto para cortar la ruta británica a la India. La invasión fracasó tras la batalla del Nilo y Napoleón regresó a Francia. Aunque ambas campañas se produjeron durante el régimen del Consulado, antes de la asunción del poder por Bonaparte, suelen ser consideradas como la primera fase de las Guerras Napoleónicas. Fue en ellas donde el líder francés desplegó por primera vez a gran escala su talento como jefe militar.

La Primera Coalición contra Francia fue el primer intento para acabar con el republicanismo. La coalición fue derrotada por los franceses debido a una movilización general, levas en masa, reformas en el ejército y una guerra absoluta. En 1795, Francia se anexionó los Países Bajos austriacos (actual Bélgica) y la Renania (orilla izquiera del Rin). Sigue la conquista de las Provincias Unidas (a las que había declarado la guerra en 1793) y su transformación en la República Bátava (Tratado de La Haya, 19 de enero de 1795). En 1795 Prusia firmó la Paz de Basilea, dejó la coalición y se dedico al tercer reparto de Polonia. España, tras unas victorias iniciales en la invasión del Rosellón en 1793 (Guerra del Rosellón), vio como las tropas francesas invadían Cataluña, Vascongadas y Navarra. Ante esta amenaza, también firmó separadamente en 1795 la Paz de Basilea. Las campañas italianas de Napoleón en 1796 y 1797, también hicieron abandonar al Piamonte la Coalición. Piamonte fue uno de los miembros originales de la Coalición y había significado un peligro persistente para Francia en el frente italiano durante cuatro años en la época en la que Napoleón asumió el mando del ejército francés en Italia. A Bonaparte le llevó un mes vencer a Piamonte y hacer retroceder a sus aliados austriacos. Las fuerzas de los Estados Papales se rindieron a los franceses en Fuerte Urbano, forzando al Papa Pío VI a firmar un Tratado de Tolentino en donde se reconoce a Napoleon y promete que los fieles franceses respeten las nueva república de Napoleon, quien se hace dueño de toda Italia. A su vez se las sucesivas contraofensivas austriacas en Italia fueron infructuosas, y condujeron a la entrada de Bonaparte en el Friul. La guerra terminó al forzar Bonaparte a los austriacos a aceptar sus propias condiciones en el Tratado de Campo Formio. Es aquí en donde Austria renuncia a Bélgica a cambio de

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Venecia. El biógrafo de Napoleón Felix Markham escribió que «la partición de Venecia no fue sólo una mancha moral sobre el establecimiento de la paz, sino que dejó a Austria una cabeza de playa en Italia, que sólo podría conducir a otra guerra». De hecho, la paz de Campo Formio, aunque redibujó el mapa de Europa y fue un gran paso en la fama de Napoleón, sólo fue un aplazamiento.

A su vez en Italia, Genova se constituye bajo la protección de Francia en República de Liguria. Con la parte de Lombardia cedida por Austria, Modena tomada por las armas a su Duque y por su parte con Ferrara, Bologna, Ancona y la romania quitadas al Papa por el Tratado de Tolentino se crea la Rep. Cisalpina.

El Reino Unido quedó entonces como la única potencia aún en guerra con Francia aunque reticente a enfrentamientos se dedico más que nada a pagar subsidios a los que hicieran la guerra a Francia.

En cuanto a Rusia, quien no forma parte de la primera coalición, mediante Catalina II se piensa una alianza anglo-ruso-austriaca de 1795. Una vez que Catalina ya había resuelto el reparto de Polonia empezó a preparar 70.000 hombres para enviarlos contra Francia. La zarina no buscaba restablecer la monarquía en Francia por que ya era imposible si no solamente la vuelta de Francia a sus fronteras anteriores poniendo un freno a la conquista y volviendo regiones limítrofes a sus regímenes monárquicos y aristocráticos. Pero la muerte de Catalina II en 1796 y la posición hostil de Prusia fueron un nuevo obstáculo para la participación del ejército Ruso en la guerra contra-revolucionaria.

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Segunda Coalición

La victoria de Napoleón en la campaña contra los austriacos en el norte de Italia puso fin a la Primera Coalición. No obstante, durante su estancia en Egipto se formó la Segunda Coalición (1798-1802) integrada por Rusia, Gran Bretaña, Austria, el reino de Nápoles, Estados Papales, Portugal y Turquia (Imperio Otomano).

En 1798 Napoleon empieza a pensar en Egipto y ocupa Malta y Alejandria, lo hace para desmembrar a Egipto y que el Imperio Otomano se haga cargo y reconozca a Francia. Según Potemkin la hegemonía de Francia en Turquia podía crear allí un obstáculo para la penetración de la influencia rusa de Pablo I. Sin embargo la expedición de Bonaparte a Egipto, que había colmado de terror al Sultan, permitió a Rusia e Inglaterra atraer a la coalición a Turquia. Europa vio entonces un espectáculo nuevo: la alianza de Turquia y Rusia contra la Republica Francesa.

Según Renouvin, algo que escandaliza a europa es la intervención del Directorio Frances en Suiza en 1798. Esto genera preocupación en Inglaterra donde se manifestaba un constante interés por los asuntos helvéticos.

La Segunda Coalición (1798-1801) de Imperio ruso, Reino Unido, Imperio austríaco, el Imperio otomano, Reino de Portugal, Reino de Nápoles y los Estados Papales contra Francia fue al principio más efectiva que la primera. El gobierno corrupto y dividido de Francia, bajo el Directorio Ejecutivo, se encontraba en plena agitación, y la República estaba en bancarrota (ciertamente, cuando en 1799 Bonaparte tomó el poder, encontró sólo 60.000 francos en el Tesoro Nacional). La participación rusa supuso un cambio decisivo sobre la guerra de la Primera Coalición. Las fuerzas rusas en Italia estaban mandadas por el notoriamente despiadado y nunca derrotado Aleksandr Suvórov. La República Francesa no disponía de líderes como Lazare Carnot, el ministro de guerra que había llevado a Francia a las sucesivas victorias que siguieron a las masivas reformas de la primera guerra. Además, Napoleón Bonaparte estaba ocupado en una campaña en Egipto, con el objetivo de amenazar a la India Británica. Sin dos de sus más importantes comandantes del conflicto anterior, la República sufrió sucesivas derrotas contra unos enemigos revitalizados, financiados por la corona británica.

Napoleón Bonaparte volvió en 1799, dejando la campaña en Egipto a cargo de su segundo al mando, el general Kléber, quien fue posteriormente asesinado. Tomó el control del gobierno francés en 1799, derribando el Directorio con la ayuda del ideólogo Emmanuel Joseph Sieyès.

Según Renouvin, Austria se encontraba peligrosamente aislada para seguir una política tan rigida, el Zar amenzaba con retirar del frente las fuerzas rusas. Los desastres que sufrió su ejercito en Suiza le decidieron abandonar el teatro de operaciones y de volver con sus tropas a territorio ruso. El cambio de frente era irrevocable, la partida de defunción de la coalición estaba firmada.

La ofensiva de las fuerzas austríacas en el Rin y en Italia, se convirtió en una amenaza acuciante para Francia, pero todas las tropas rusas habían sido retiradas del frente tras la muerte de la zarina Catalina II de Rusia. Napoleón reorganizó la milicia francesa y creó un ejército de reservistas para apoyar tanto los esfuerzos en el Rhin como en Italia. En todos los frentes, los avances franceses encontraron a los austriacos con la guardia baja. En ese momento, el ejército francés contaba sólo con 300.000 soldados luchando contra las fuerzas de la Coalición. En Italia, la situación era sin embargo más delicada por la presión de Austria, y Napoleón se vio forzado a movilizar al ejército de reservistas. Chocó con los austriacos en la Batalla de Marengo el 14 de junio de 1800, y podría haber perdido la batalla de no ser por la decisiva intervención del general Desaix de Veygoux, que atacó la retaguardia austríaca y la venció. Desaix murió en la batalla, y Napoleón conmemoró posteriormente su bravura construyéndole monumentos y tallando su nombre en el Arco del Triunfo. En el Rin, en cambio, la decisiva batalla llegó cuando un ejército francés de 180.000 hombres se enfrentó a 120.000 soldados austríacos en la Batalla de Hohenlinden el 3 de diciembre. Austria fue definitivamente vencida y abandonó el conflicto tras el Tratado de Lunéville, en febrero de 1801. El tratado declaraba que «de ahora en adelante y por siempre, habría paz, amistad y buen entendimiento». El tratado requería al mismo tiempo de Austria el reforzamiento de las condiciones del anterior Tratado de Campo Formio (27 de octubre de 1797) y además desposeía a Austria de las antiguas posesiones venecianas que había adquirido en 1971. El control francés se extendió a la margen izquierda del Rin «en completa soberanía», mientras

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renunciaba a la posesión de los territorios al este del Rin. Las fronteras en disputa de Italia fueron definidas, y el Gran Ducado de la Toscana pasó a Francia, siendo compensado el Duque con posesiones alemanas. Los dos partícipes del tratado acordaron la independencia de las repúblicas de Baviera, Cisalpina, Helvética y Liguria. Los franceses volvían a ser dueños absolutos de la península de los Apeninos. El Gobierno de Bonaparte obligo a los borbones napolitanos suscribir en Florencia un tratado de paz con Francia.

Luego Napoleon se aviene a buscar la paz con Rusia y Turquia para aislar a Inglaterra. En 1801 se firma un tratado secreto de paz entre Rusia y Francia en donde la república aceptaría la mediación del zar en los problemas de compensaciones en Cerdeña y prometiendo que no atentaría contra las posesiones de los borbones en Napoles a cambio de que Rusia “aseguraría la libertad de los mares”. En ese mismo año, Bonaparte suscribía con los turcos otro tratado de paz por el que Francia se comprometía a devolver Egipto a Turquia, aunque de hecho había dejado de dominar aquel país. Todas las concesiones a Rusia y Turquía ayudaron a Bonaparte a concluir la paz con Inglaterra quien había perdido todos sus aliados en el continente.

El mayor problema pendiente de Napoleón era ahora el Reino Unido, que permanecía como una influencia desestabilizadora en las potencias continentales. El Reino Unido había propiciado la Segunda Coalición a través de su financiación. Napoleón estaba convencido de que, sin una derrota británica o un tratado con el Reino Unido, no podría conseguir una verdadera paz. El ejército británico era una amenaza relativamente pequeña para Francia, pero la Armada Real Británica era una continua amenaza para la flota francesa y para las colonias en el Caribe. Además, los fondos económicos del Reino Unido eran suficientes para unir a las grandes potencias del continente contra Francia y, a pesar de las numerosas derrotas, el ejército austríaco todavía era un peligro potencial para la Francia napoleónica. En cualquier caso, Napoleón no fue capaz de invadir Gran Bretaña de una forma directa. En las famosas palabras del almirante John Jervis, primer Conde de San Vicente (en honor a la histórica victoria naval de la Batalla del Cabo de San Vicente contra la escuadra franco-española): Yo no digo, señores, que los franceses no vayan a venir; sólo digo que no vendrán por mar (palabras evidentemente irónicas tratándose Gran Bretaña de una isla), se expresaba la situación tras las derrotas de la flota francesa en la Batalla del Nilo (Aboukir, 1 de agosto de 1798) y la posterior derrota de la flota combinada franco-española en la Batalla de Trafalgar (21 de octubrede 1805), ambas con el almirante Horatio Nelson al mando de la flota británica. Por último, fue fácilmente contenida una expedición francesa a Irlanda.

El Tratado de Amiens (1802) dio como resultado la paz entre el Reino Unido y Francia, y significó el colapso final de la Segunda Coalición. Inglaterra acuerdo en Amiens pensando una actividad comercial con Francia. Sin embargo, nunca se consideró un tratado duradero: ninguna de las partes estaba satisfecha y ambas incumplieron partes del mismo. Las hostilidades recomenzaron el 18 de mayo de 1803. El objeto del conflicto cambió desde el deseo de restaurar la monarquía francesa a la lucha para acabar con Napoleón Bonaparte El tratado, que significó el colapso final de la Segunda Coalición, dejó sin solucionar cuestiones muy importantes, por lo que la paz duró tan sólo un año: el Reino Unido organizaría la Tercera Coalición, declarando la Guerra al Primer Imperio francés tras la llegada al poder de William Pitt (el Joven).

Bonaparte declaró el Imperio el 28 de mayo de 1804, y fue coronado emperador en la catedral de Notre-Dame de París el 2 de diciembre.

Se podría decir, como dice Renouvin, que Luneville y Amiens se enmarcan en la pacificación. Anexo: Guerra de las Cañoneras

Dinamarca y Noruega, que originalmente se habían declarado neutrales en las Guerras Napoleónicas, sacaron provecho de la guerra a través del comercio y establecieron una armada. Tras una muestra de intimidación en la Primera Batalla de Copenhague (1801), los ingleses capturaron un gran número de naves de la flota danesa, en la Segunda Batalla de Copenhague (1807). Esto terminó con la neutralidad danesa, enzarzándose los daneses en una guerra naval de guerrillas, donde con pequeños barcos cañoneros pretendían atacar a los barcos ingleses –mucho mayores– que estuvieran en aguas danesas y noruegas. La Guerra de las Cañoneras terminó cuando la flota inglesa obtuvo la victoria en la Batalla de Lyngør en 1812, en la cual fue destruido el último de los buques de guerra daneses, una fragata.

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Tercera Coalición

Las violaciones de los acuerdos internacionales por parte de Francia obligaron al representante ruso en Paris a hacer gestiones tratando de impedir su empresa de “hacer y deshacer a su antojo” el mapa de Europa. La reanudación de la guerra anglo-francesa, la entrada de tropas a Hannover y el fracaso de la mediación rusa entre Inglaterra y Francia convencieron definitivamente al Gobierno ruso en 1803 de que era imposible poner límites a la expansión de Francia en el mediterráneo y en Europa Central por vía diplomática. Es por ello que Alejandro I de Rusia se aviene a formar un sistema de alianzas con Dinamarca y Prusia para la defensa en común del norte de Alemania y los mismos acuerdos con Austria y Suecia.

Inglaterra y Rusia seguían distanciadas por ciertas diferencias: el gobierno ruso estimaba que Inglaterra debía renunciar a sus pretensiones de revisar barcos mercantes de países neutrales en mar abierto en tiempo de guerra. Las discrepancias no se limitaban a las cuestiones relacionadas con el derecho marítimo. Los intereses de las dos potencias chocaban ya en el Cercano y Medio Oriente. No obstante, frente a las pretensiones de Francia, que aspiraba a la hegemonía de europa, ambos gobiernos consideraban necesario concluir una alianza para la lucha contra el imperio napoleónico. Es decir “no lo unió el amor sino el espanto”. En 1805 era suscrito en San Petersburgo el tratado anglo-ruso de alianza. La coalición se proponía expulsar por completo las tropas francesas de Italia, Hannover, el norte de Alemania, Holanda y Suiza haciendo volver a Francia a las fronteras determinadas por el Rin, los Alpes y los Pirineos; en ella seria restaurada la monarquía y en Europa se establecería un orden de cosas que garantizase realmente la seguridad y la independencia de los distintos Estados y ofreciese un apoyo firme contra futuras usurpaciones.

Napoleon no contento con el titulo de emperador de Francia, que había tomado en 1804, en marzo de 1805 se declaro Rey de Italia y en junio de ese mismo año incorporaba Genova y Lucca a Francia. Como las anexiones de Napoleon en la península de los Apeninos afectaban a los intereses de Austria, ésta en agosto de 1805 se unió a Inglaterra y Rusia. Suecia y Dinamarca y el Reino de las Dos Sicilias no se incorporaron formalmente a la coalición, pero de hecho debían alinearse en virtud de los tratados que las unian a Rusia. A su vez la nueva amenaza francesa a Egipto hizo que ese mismo año se firmase un tratado de alianza entre Turquia y Rusia. La incorporación del Imperio Otomano a la tercera coalición fue un éxito importante en la diplomacia rusa: la Francia napoleónica tenia de nuevo frente a ella a toda una serie de Estados enemigos que se extendían desde Escandinavia hasta las regiones levantinas del Mediterraneo.

Napoleón se apresuró a tomar medidas contra la nueva alianza. Había ejercido una gran presión sobre Gran Bretaña desde 1798 al mantener a un ejército concentrado en Boulogne —a orillas del canal de la Mancha—, que hacía pensar a los británicos que se preparaba una invasión de Inglaterra. Bonaparte aumentó considerablemente el número de fuerzas destacadas en Boulogne cuando comenzaron las disensiones que hicieron estallar la guerra en 1803.

La batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre de 1805, en el marco de la tercera coalición iniciada por Reino Unido, Austria, Prusia, Nápoles y Suecia para intentar derrocar a Napoleón Bonaparte del trono imperial y disolver la influencia militar francesa existente en Europa. Tuvo lugar cerca del cabo Trafalgar (provincia de Cádiz), donde se enfrentaron los aliados Francia y España (al mando del vicealmirante francés Pierre Villeneuve, bajo cuyo mando estaba por parte española el teniente general del mar Federico Gravina) contra la armada británica al mando del vicealmirante Horatio Nelson.

Los acontecimientos históricos que precedieron a esta batalla se han de encontrar en el intento frustrado por parte de Napoleón de invadir las islas Británicas, en el que la escuadra franco-española debía distraer a la flota británica y alejarla del Canal de la Mancha para dirigirla hacia sus posesiones en las Indias Occidentales. Este plan de distracción fracasó, y se agravó con la consiguiente derrota de Finisterre (22 de julio de 1805). Tras esta derrota, la flota se dirigió al puerto de Cádiz, de donde zarparía el 19 de octubre hacia Trafalgar.

Tras este contratiempo, Napoleón abandonó (aunque no olvidó) sus planes para invadir las Islas Británicas, y volvió su atención a sus enemigos en el Continente. El ejército francés dejó Boulogne y se trasladó a Austria. Tras la formación de la Tercera Coalición contra Francia, sus tropas abandonaron Boulogne para enfrentarse a los austriacos, que habían invadido Baviera con un ejército dirigido por Fernando III, el gran duque de la

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Toscana, y el general Karl Mack von Leiberich. Varios estados alemanes, entre los que se contaban Baviera, Württemberg y Baden, se aliaron con Francia. Napoleón derrotó a las fuerzas de Austria en Ulm, capturó a 23.000 prisioneros y, a continuación, marchó con sus tropas a lo largo del Danubio y conquistó Viena. Los ejércitos rusos, liderados por el general Mijaíl Kutúzov y Alejandro I, emperador de Rusia, respaldaron a los austriacos, pero Bonaparte venció a las fuerzas austro-rusas en la batalla de Austerlitz, también denominada de los Tres Emperadores. Austria se rindió nuevamente y firmó el Tratado de Presburgo el 26 de diciembre de 1805. Una de las cláusulas del acuerdo estipulaba que Austria debía entregar a Francia la zona del norte de Italia y a Baviera parte del propio territorio austriaco; asimismo, Austria reconoció a los ducados de Württemberg y Baden como reinos.

La Confederación del Rin

Dado que las tropas del general Masséna habían derrotado al ejército austriaco mandado por Carlos de Habsburgo en Italia, Napoleón aprovechó esta situación para nombrar a su hermano, José I, rey de Nápoles en 1806; asimismo, nombró a otro de sus hermanos, Luis I Bonaparte, rey de Holanda (la antigua República Bátava); el 12 de julio estableció la Confederación del Rin, constituida finalmente por todos los estados alemanes a excepción de Austria, Prusia, Brunswick y Hesse.

La formación de esta entidad política puso fin al Sacro Imperio Romano Germánico y casi toda Alemania quedó bajo el control de Bonaparte. No obstante, los éxitos en el continente quedaron contrarrestados en gran medida por la derrota que el almirante británico Horatio Nelson infligió a la fuerza conjunta de la flota francesa y española frente a las costas del cabo de Trafalgar el 21 de octubre de 1805. Napoleón implantó en 1806 el denominado Sistema Continental por el que los puertos de toda Europa quedaban cerrados al comercio británico. La superioridad naval de los británicos dificultó la aplicación del Sistema Continental e hizo fracasar la política económica europea de Bonaparte.

Guerra Económica: EL BLOQUEO (1806-1810)

Inglaterra había destruido las flotas francesas, pero perdido todos sus aliados en Europa, la guerra económica se convertía para el gobierno de Londres en la forma esencial de lucha. En sus manos tenia la voluntad y los medios de obtenerla.

Después de la ruptura de la Paz de Amiens, Francia e Inglaterra iban tomando posiciones. El 20 de junio 1803 y el 13 mazo 1804, Bonaparte prohibió que se recibiesen en Francia productos coloniales u objetos manufacturados de origen ingles; los cargamentos neutrales solo serian admitidos mediante un certificado que atestiguase que no pertenecían a tales categorías. En Junio y Julio Inglaterra declaro en estado de bloqueo las bocas del Elba y las del Weser, luego la medida se hizo extensiva a los puertos franceses del mar del norte y del canal de la mancha. En 1806 se notifico que el bloqueo “empieza en el río Elba y llega hasta el puerto de Brest, ambos inclusive”

Fuera cual fuere la fuerza de la marina británica, esta decisión era casi completamente ficticia. Los publicistas franceses y alemanes encontraron en ella un excelente motivo de polémica.

Por otro lado la victoria sobre Prusia, le abría a Napoleón nuevas perspectivas ya que se da cuenta que tenia el poder de responder a un bloqueo de mar por un bloqueo de tierra.

En 1807 los tories suben al poder y declaran que todos los países que excluyeran el pabellón británico, esto es, prácticamente toda Europa, quedaban declarados en estado de bloqueo. Los barcos neutrales no podían dirigirse a un puerto bloqueado, ni venir legalmente de él, mas que si tocaban en Inglaterra, pagando los mismos derechos que si fuesen a importar su cargamento y comprando allí una licencia. De esta manera el tráfico neutral, abrumado por tales cargas, retrocedía e beneficio de los ingleses; y las materias primas que aun pudieran llevar a los países en obediencia napoleónica serían gravadas con tales gastos que las fábricas continentales no tardarían en cerrar. Además existía un producto que no debería entrar jamás en los puertos bloqueados: el algodón. Por ultimo, a su paso por Inglaterra, los neutrales serían inducidos fácilmente a introducir de contrabando en el continente las mercancías que abarataran los almacenes británicos.

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Napoleón con objeto de dificultar el contrabando, dio el primer decreto de Milán: todo barco neutral que hubiera tocado en Inglaterra se exponía por este solo hecho a ser capturado; en cuanto el emperador se entero de las violentas medidas tomadas por lo tories, su replica fue inmediata y estruendosa. Consistió en el segundo decreto de Milán: todo barco que se hubiera sometido a imposiciones británicas “será declarado desnacionalizado” perderá la garantía de su pabellón y se habrá convertido en propiedad inglesa”. Por lo tanto, puede ser capturado, lo mismo en puerto que en alta mar. Esto equivalía a declarar la guerra económica total.

La primera preocupación de Napoleón para organizar al Continente en economía de bloqueo, fue la información. Los órganos de estadísticas creados bajo el consulado se esforzaron por brindársela. Estadísticas anuarios departamentales le proporcionaban esas cifras exactas y abundantes que él exigía en todos los terrenos. Esta información económica recogida fue la base y el fundamento de una actividad imperial que causa asombro, por su precisión, su competencia y su ingeniosidad.

Pero en este terreno la materia era demasiado vasta para que el emperador pudiera dominarla, la mentalidad de napoleón era demasiado autoritaria para hecho tan fluidos. La producción industrial y las corrientes de cambio obedecían a otras leyes que la voluntad imperial.

En la doctrina de guerra económica que ideo el emperador, existen dos puntos primordiales: la voluntad de excluir de Europa el comercio Ingles, es decir, el bloqueo continental.

El otro aspecto de la política imperial se refiere a la organización económica de Europa, y esto es lo que se conoce como Sistema Continental. La idea napoleónica consistía en: había una economía dominante: la francesa, y unas economías dominadas: la de los vasallos. La primera fabricaría, confeccionaría y vendería sus productos acabados. Los otros le proporcionarían materias primas, y comprarían sus mercancías. De este modo la dominación política se afianzaría con la económica.

En manos de napoleón el instrumento esencial de esta política era el cordón aduanero. Las tarifas aduaneras tenían como primer objetivo, construir la economía francesa como economía dominante.

En el imperio la carretera reemplazo al mar. Francia disponía de un excelente grupo de ingenieros que habían sido formados por la Escuela de Caminos.

En esta guerra económica Napoleón encontraría el mismo adversario que en sus campañas militares en Rusia y Polonia: la distancia. En su tiempo el transporte por mar (más perfeccionado y menos costoso) daba a las economías marítimas una ventaja sobre las terrestres.

Por tierra, a partir de cierto punto, la distancia se convertía en un obstáculo insuperable para el rendimiento financiero de un tráfico que alcanzaría gran tonelaje. Buen ejemplo de esto era el transporte del algodón de levante, desde Salonia hasta Francia; las mulas eran robadas por los bandidos.

Pasados los primeros años del sistema, el comercio exterior francés perdió terreno. En lo que a cifras se refiere: 550 millones en 1799 – 933 millones en 1806 y baja en un 35% hasta 1813.

Parecía haber una solución: hacer extensivas las exportaciones francesas al adversario mismo. Inglaterra fue la primera en dar el ejemplo de aquel tráfico con el enemigo, ya que en 1803 entregó licencias y permitió remisas de la propia Francia. En 1809-1812 tolero el tráfico de vinos y aguardientes.

La aventura del bloqueo Francés fracasó, tal vez por anacrónica o por anticipación, por estar en discordancia con la época. Exigía estructuras sociales y técnicas de comunicaciones que aún no existían; suponía una unificación del continente mucho más profunda que la que se logró en el Imperio. La economía organizada y dirigida que soñó Napoleón iba contra la corriente de un siglo que Burguesía y capitalismo hacían lo suyo. Como conquistador, Napoleón se quejo alguna vez de haber nacido muy tarde. Para dirigir la economía, y por ella dar formas a las masas humanas, no cabe duda que nació demasiado pronto.

Cuarta Coalición

La Cuarta Coalición fue una alianza organizada contra el Imperio Francés de Napoleón entre los años 1806 y 1807. Los participantes en esta coalición fueron Inglaterra, Prusia, Rusia, Sajonia y Suecia. En

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julio de 1806, el Emperador de Francia había creado la Confederación del Rin, ignorando a los minúsculos estados alemanes del valle del Rin y del interior de Alemania. Muchos de los estados más pequeños se anexionaron a electorados, ducados y reinos más grandes para hacer del gobierno de la Alemania no prusiana una labor más sencilla. Los mayores estados fueron Sajonia y Baviera, cuyos gobernantes fueron elevados al rango de reyes por Napoleón.

En agosto, el rey de Prusia Federico Guillermo III tomó la decisión de ir a la guerra independientemente de las otras grandes potencias. El curso de los acontecimientos más sensato hubiera sido declarar la guerra el año anterior y unirse a Austria y Rusia. Esto podría haber contenido a Napoleón y prevenido el desastre aliado en la Batalla de Austerlitz. Así las cosas, el ejército ruso, un aliado de Prusia, se encontraba bastante lejos cuando Guillermo hizo su declaración de guerra. En septiembre, Napoleón lanzó a todas las fuerzas francesas sobre el Rin. Eran alrededor de 160.000 hombres, cifra que aumentó a medida que la campaña se desarrollaba, contra Prusia, y se movieron con tal velocidad que virtualmente aniquilaron al ejército Prusiano de unos 250.000 hombres. Prusia tuvo que soportar la muerte de 25.000 de ellos, 150.000 fueron hechos prisioneros y los franceses se apropiaron de unas 4.000 piezas de artillería y 100.000 mosquetes, que fueron almacenados en Berlín. El ejército prusiano fue definitivamente vencido por Napoleón en la Batalla de Jena, y por el mariscal Louis Nicolas Davout en la Batalla de Auerstädt (14 de octubre de 1806). Esta última batalla enfrentó a un simple cuerpo del ejército francés que derrotó al grueso del ejército Prusiano. En Jena, Napoleón únicamente luchó contra un destacamento.

Napoleón entró en Berlín el día 27, y visitó la tumba de Federico II el Grande, ordenando a sus mariscales quitarse el sombrero y diciendo: Si él estuviera vivo, nosotros no estaríamos aquí hoy. En total, a Napoleón había tardado solamente 19 días desde el comienzo de su ataque sobre Prusia hasta el final de la guerra con la caída de Berlín y la destrucción de sus principales ejércitos en Jena y Auerstädt. Como contraste, Prusia había luchado durante tres años en la guerra de la Primera Coalición.

En Berlín, Napoleón promulgó una serie de decretos, que entraron en vigor el 21 de noviembre de 1806, llevando a efecto el Bloqueo Continental, que pretendía eliminar la amenaza británica a través de medidas económicas. El Reino Unido mantenía un ejército regular de sólo 220.000 hombres en el momento álgido de las Guerras Napoleónicas, cuando las fuerzas francesas superaban la cifra de un millón y medio, además de los ejércitos de numerosos aliados y muchos cientos de miles de guardias que podían ser agregados al ejército en caso necesario. La Armada Real Inglesa era problemática en lo concerniente al comercio extra-continental de Francia, pero no podía hacer nada contra el comercio francés extra-continental, y no suponía una amenaza para el territorio de Francia. Por otro lado, la población y la capacidad de producción francesa eran abrumadoramente superiores a la británica; sin embargo, el dominio de los mares del Reino Unido le permitió consolidar una considerable fuerza económica, que era suficiente para asegurar que Francia nunca podría consolidar la paz por las coaliciones que Inglaterra levantaba contra ella. Los gobernantes franceses, en cambio, creían que aislar a Inglaterra del continente acabaría con su influencia económica sobre Europa. Esta era la base del llamado Bloqueo Continental, que fue el que se impuso.

La siguiente etapa de la guerra llevó a la expulsión de tropas rusas de Polonia y la creación del nuevo Gran Ducado de Varsovia. Napoleón entonces tomó rumbo norte para enfrentarse a los restos del ejército ruso e intentar capturar la nueva capital prusiana de Königsberg. Un movimiento táctico en la Batalla de Eylau, entre el 7 y el 8 de febrero, forzó a los rusos a una posterior rendición. Napoleón llevó al ejército ruso entonces a la Batalla de Friedland, el 14 de junio. Tras esta derrota, Alejandro se vio forzado a firmar la paz con Napoleón en Tilsit, el 7 de julio de 1807.

Los Tratados de Tilsit fueron dos acuerdos firmados por el Emperador Napoleón I de Francia en la localidad de Tilsit en julio de 1807.

El primero de los acuerdos fue firmado el 7 de julio de 1807 entre el Zar Alejandro I de Rusia y Napoleón I de Francia, terminando con la guerra entre Rusia y Francia e iniciando una alianza entre ambos países, lo cual dejaba al resto de los países europeos en una posición más débil aún. Ambos países acordaban en secreto la ayuda mutua en los conflictos. Francia prometía ayudar a Rusia contra los turcos, mientras que Rusia acordaba unirse al Bloqueo Continental contra el Reino Unido. Este tratado también daba lugar a la creación del Gran Ducado de Varsovia.

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El segundo tratado de Tilsit, firmado dos días más tarde (9 de julio de 1807), entre Prusia y Francia ponía fin a la guerra entre ambos países, aunque con unas condiciones extremadamente duras para Prusia, que perdía prácticamente la mitad de su territorio nacional

En el Congreso de Erfurt (1808), Napoleón y el Zar Alejandro I acordaron que Rusia debía forzar a Suecia a unirse al Bloqueo Continental, lo cual condujo a la Guerra Finlandesa y a la división de Suecia por el golfo de Botnia. La parte oriental fue anexionada por Rusia en el Gran Ducado de Finlandia.

Quinta Coalición

El alzamiento popular contra la invasión francesa el 2 de mayo de 1808 dio lugar a la Guerra de la Independencia Española, que finalizó en 1814 con la expulsión del trono de José Bonaparte y la restauración de la monarquía borbónica en la figura de Fernando VII.

La Quinta Coalición (1809) del Reino Unido y Austria contra Francia se formó mientras España se enfrentaba con Francia en la Guerra de la Independencia Española.

De nuevo, el Reino Unido se había quedado solo, lo que se debía en gran parte al hecho de que Gran Bretaña nunca había entrado en un conflicto a gran escala con Francia, al contrario que sus aliados continentales. La actividad militar británica se había reducido a una sucesión de pequeñas victorias en las colonias francesas y otras victorias navales en Copenhague (2 de septiembre de 1807). En tierra, sólo se intentó la desastrosa Expedición Walcheren (1809). La lucha se centró entonces en la guerra económica - Bloqueo Continental contra bloqueo naval. Ambos lados entraron en combate tratando de reforzar sus bloqueos; los ingleses combatieron a los Estados Unidos en la Guerra de 1812, y los franceses se enfrentaron en la Guerra de Independencia en España (1808-1814). El conflicto en la Península Ibérica comenzó cuando Portugal continuó comerciando con Inglaterra a pesar de las restricciones francesas. Cuando tropas españolas vencieron a los franceses en la batalla de Bailén, demostrando que una parte importante del pueblo español no quería mantener su alianza con Francia, las tropas francesas ocuparon gradualmente su territorio hasta entrar en Madrid, lo que propició la intervención inglesa.

Austria, previamente aliada de Francia, aprovechó la oportunidad de intentar recuperar su antiguo Imperio alemán que había existido antes de Austerlitz. Inicialmente tuvieron éxito contra las débiles fuerzas del mariscal Davout. Napoleón había dejado a Davout con solamente 170.000 soldados para defender la frontera oriental de Francia. Esta misma tarea se había llevado a cabo en los años 1790 por 800.000 soldados, y entonces tenían que defender un frente mucho menor.

Napoleón disfrutó de un fácil éxito en España, retomando Madrid y derrotando a españoles e ingleses, expulsando al ejército inglés de la península. El ataque de Austria cogió desprevenido a Napoleón, que estaba envuelto en victoriosas operaciones contra el Reino Unido. Esto hizo que abandonara la Península Ibérica y no volviera nunca más a ella. En su ausencia, y en ausencia de sus mejores oficiales (Davout permaneció en el este durante la guerra), la situación cambió, especialmente cuando llegó el general inglés Sir Arthur Wellesley como comandante de las fuerzas británicas.

Los austriacos se introdujeron en el Gran Ducado de Varsovia, pero fueron vencidos en la Batalla de Radzyn, el 19 de abril de 1809. El ejército polaco recuperó el territorio conocido como Galicia Occidental tras sus primeros éxitos.

Napoleón asumió el mando en el este y alentó al ejército para contraatacar en Austria. Una serie de batallas relativamente menores aseguraron la masiva Batalla de Aspern-Essling, la primera derrota táctica de Napoleón. El error del comandante austriaco, el Archiduque Carlos, al querer proseguir tras su pequeña victoria, permitió a Napoleón preparar un intento de sitiar Viena, cosa que hizo a primeros de julio. Venció a los Austriacos en la Batalla de Wagram, entre el 5 de julio y el 6 de julio. Durante esta batalla el mariscal Bernadotte fue desposeído de su título y ridiculizado por Napoleón frente a otros oficiales del Estado Mayor. A Bernadotte le ofrecieron entonces la corona de Príncipe de Suecia, que aceptó traicionando así a Napoleón. Posteriormente, Bernadotte participaría activamente en las guerras contra su antiguo emperador.

La guerra de la Quinta Coalición terminó con el Tratado de Schönbrunn (Tratado de Viena), el 14 de octubre de 1809. El Tratado de Schönbrunn fue firmado entre Francia y Austria en 1809, poniendo fin a la

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guerra de la Quinta Coalición durante el período de las Guerras Napoleónicas. Fue firmado en el castillo-palacio del mismo nombre situado en Viena, que es hoy una de las mayores atracciones turísticas y culturales de Austria.

Austria fue definitivamente vencida en la batalla de Wagram, y en esta ocasión, Francia impuso duras condiciones para la paz. Austria había de reconocer las anteriores conquistas de Napoleón Bonaparte, así como a su hermano José como rey de España. Austria se vio al mismo tiempo obligada a ceder el Tirol y Salzburgo a Baviera, partes de Polonia (Galizia occidental) al Gran Ducado de Varsovia, así como Trieste y Dalmacia, al sur del río Sava, a Francia. También tuvo que pagar una elevada indemnización económica.

En 1810, el Imperio francés alcanzó su máxima extensión. Napoleón se casó con la archiduquesa Marie-Louise, hija del emperador de Austria, con el fin de asegurar una alianza estable con Austria y proporcionar al Emperador un heredero, algo que su primera esposa, Josefina, no había podido darle. Además del Imperio francés, Napoleón controlaba la Confederación Suiza, La Confederación del Rin, el Gran Ducado de Varsovia y el Reino de Italia. Los territorios aliados incluían: el Reino de España (José Bonaparte), el reino de Westfalia (Jerónimo Bonaparte), el reino de Nápoles (Joachim Murat, hermano adoptivo), el principado de Lucca y Piombino (Félix Bacciocchi, hermano adoptivo), y sus antiguos enemigos, Prusia y Austria.

La victoria de Wagram fue la culminación de los éxitos militares de Napoleon, de la misma manera que la paz de Viena (Paz de Schoenbrunn) era el mayor y ultimo de sus éxitos en el campo de la política exterior y de la diplomacia. En 1810, el Imperio Frances, que había absorbido a Holanda y a muchas provincias de Austria, ocupaba una gran parte del mapa de Europa, a la vez que mantenía sometidos a una serie de Estados y naciones.

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Sexta Coalición

La Sexta Coalición (1812-1814) fue una coalición formada por el Reino Unido, Rusia, Prusia, Suecia, Austria, y cierto número de estados germánicos para combatir al Imperio Francés de Napoleón y sus aliados. Como resultado de esta guerra Napoleón fue derrocado y confinado a la isla de Elba.

Desde principios de 1812 toda la europa esclavizada por Napoleón esperaba ansiosamente el inevitable rompimiento de Francia y Rusia. La política de conquista de napoleón colocaba a Rusia en una situación extremadamente peligrosa. Las violaciones del bloqueo continental por parte de Rusia obligaban a Napoleón a cubrir a los diplomáticos rusos de quejas alternadas con amenazas y quejas. Exigía de Alejandro I el cumplimiento exacto y unilateral de los compromisos adquiridos en Tilsit y el fortalecimiento, e incluso la ampliación de la alianza con Francia.

Rusia sin embargo exigia como condición previa a todo esto la retirada de las tropas francesas al otro lado del Elba, la evacuación de Pomerania y el Danzig, y la aceptación del comercio de Rusia con países neutrales. Napoleon dice: “Como se atreve a hacerme semejante propuesta!”. Por su parte Alejandro I dice: “prefiero hacer la guerra durante 10 años….retirarme a siberia…antes que aceptar para Rusia las condiciones en que ahora se encuentran Austria y Prusia (subordinados a Francia)”.

La invasión del “gran ejercito” empezó el 24 de Junio. Cuatro días después napoleon se encontraba en la vieja capital Lituana. Tras frustrados intentos de Rusia lograr la paz con Francia, el Gran Ejercito llega hasta Moscú. La corte de Alejandro I se encontraba dividida entre anglófobos dirigidos por Rastopchin, quienes buscaban el acercamiento con la Francia burguesa y los anglófilos que buscaban el acercamiento con la Inglaterra aristocratica, entre ellos los hermanos Panin y Vorontsov. Despues de que Napoleon hubo huido de Moscu, los choques de las distintas orientaciones cobraron mayor virulencia. Los partidarios de una relación mas estrecha entre Rusia e Inglaterra, que contaban con el apoyo del Zar, no se conformaban ahora expulsar a los franceses de Rusia y Alemania Oriental hasta las orillas del Elba, sino que querían la demolición definitiva del Imperio Napoleónico.

La retirada hacia el Berezina y Vilno, puso al ejército de Napoleón al borde mismo de su desaparición completa. La situación de las tropas francesas, ya de por si catastróficas, se vio empeorada al pasarse con los rusos las tropas prusiana al mando de York quien tenía iniciativa propio y había firmado un convenio con

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Rusia para poner fin a las hostilidades. El cobarde, Federico Guillermo III, acostumbrado a someterse siempre a las órdenes de Paris, se negó a reconocer el convenio suscrito por York e incluso aparto a este del mando. Pero poco después bajo la presión de la opinión pública tuvo que entrar en relaciones directas con Alejandro I. El 28 de Febrero de 1813 fue suscrito un tratado entre Rusia y Prusia por el que después de la victoria comn sobre Napoleon, y de ser este expulsado de Alemania, Prusia debía recobrar sus anteriores fronteras “geográficas, financieras y estadísticas”. Con ello se creaba una nueva coalición, la sexta, contra Francia. Ademas de Inglaterra y Rusia, en ella entraron Prusia y posteriormente Suecia. En estas condiciones de, de la posición política de Austria, dependía, en grado considerable, el rápido fin del imperio napoleónico. Metternich trataba solamente de ganar tiempo, de conservar intactas las fuerzas del ejército austriaco para mas tarde obtener de Napoleón una compensación a expensas de la Rusia vencida o al contrario, acudir como mediador e imponer a ambas partes la paz en condiciones ventajosas para Austria. No obstante Metternich no se apresuro en acudir en ayuda de Prusia y Rusia. Sus vacilaciones eran debidas al miedo de una victoria demasiado grande de Rusia (rival del imperio austriaco en el sudeste de Europa) y también el temor de que una nueva derrota del ejército francés transportara las acciones militares contra Francia, provocase un nuevo ascenso revolucionario, la resistencia nacional de todo el pueblo y la creación de un nuevo comité de salud pública. Metternich no podía tampoco que Napoleón estaba casado con una princesa austriaco y que el –Rey de Roma- “Heredero del imperio Francés” era nieto del emperador de Austria. A fines de Junio después de las negociaciones previas con los representantes de Rusia y Prusia, se decidió Metternich a arrogarse las funciones de mediador, presentando al emperador francés una serie de condiciones de paz, que de hecho equivalían a un ultimátum: 1) supresión del gran ducado de Varsovia, cuyo territorio debía ser repartido entre Rusia, Austria y Prusia. 2) Devolución a Austria de las provincias iliricas. 3) incorporación de Danzig a Prusia. 4) Restablecimiento de las ciudades hanseáticas.

Si Napoleón se negaba a aceptar estas condiciones Austria se comprometía a entrar en la coalición. Napoleón obviamente no acepto las propuestas y dijo: “No puedo aparecer humillado ante mi propio pueblo, queréis dictarme leyes, está bien, ahora pero nos volveremos a ver en Viena”. El 10 de Agosto Austria se incorpora a la sexta coalición. Lo hacía en un momento en que en Alemania se había concentrado contra Napoleón un enorme ejercito integrado por contingentes Rusos, Prusianos, Suecos e ingleses.

Entrada de los ejércitos aliados en Francia. El tratado de Chaumont.

La decisiva “batalla de los pueblos” se libró 16-19 de octubre de 1813 en las inmediaciones de Leipzig. Los ejércitos de Napoleón, derrotados, se vieron obligados a retroceder al otro lado del Rin, y de ahí a poco la lucha era transportada al territorio de la propia Francia.

El desacuerdo en cuanto a los fines últimos de la guerra era un obstáculo para la buena marcha de las operaciones entre los aliados. El emperador de Rusia y el rey de Prusia querían acabar por completo en Francia con la dinastía de los Borbones.

En enero de 1814 Lord Castlereagh, ministro inglés de Asuntos Exteriores se entendió con Metternich, y manejando los subsidios ingleses para presionar sobre los aliados consiguió que algunos de los problemas de la futura organización de Europa fueran resueltos de conformidad con los intereses británicos.

Entre tanto los aliados no acababan de ponerse de acuerdo en cuanto a la futura organización de Francia. El deseo de robustecer la coalición y de unir a los aliados con unos compromisos comunes, en vista de la proximidad de las negociaciones de paz, movieron a Castlereagh a proponer la firma de un tratado general de alianza. Dicho tratado fue suscrito el 1º de marzo en Chaumont, por los representantes de las cuatro potencias: Inglaterra, Austria, Prusia y Rusia.

Dicho tratado significaba para los aliados el compromiso de no firmar la paz con Francia por separado y de seguir la lucha hasta la victoria completa. Se comprometían igualmente a poner cada uno de ellos frente a Francia un ejército de 150.000 hombres, a excepción de Inglaterra, que en vez de tropas había de entregar un subsidio anual. Francia quedaba reducida a su territorio anterior; en Alemania se creaba una confederación de Estados independientes, y en Suiza otra de cantones; Italia era fragmentada de nuevo de nuevo en varios Estados independientes, y Austria recobraba sus antiguas posesiones en esta península; Holanda era unida a Bélgica; en España eran restaurados los Borbones; Inglaterra conservaba Malta, la isla de San Mauricio, Toboga, y otras colonias.

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Hundimiento del imperio napoleónico. La primera paz de París y la restauración de los Borbones.

El 30 de marzo de 1814 las avanzadas de la coalición ocupaban el campo fortificado de París, y al día siguiente Alejandro I y Federico Guillermo III hacían su entrada solemne en la capital francesa.

Estaba a la vista la pasividad del pueblo francés, cansado de tanta guerra, lo cual hacia que los monarcas europeos dejen de ocultar su propósito de la restauración de los Borbones.

Napoleón que se encontraba en Fontainebleau, si vio obligado a abandonar la lucha, y el 6 de abril abdica a favor de su hijo. Embarcó para la Isla de Elba.

Tratado de Fontainebleau

El tratado de Fontainebleau de 1814 fue un acuerdo pactado entre Napoleón Bonaparte y los representantes de Austria, Rusia y Prusia en el contexto de las guerras napoleónicas. Tras la derrota de los ejércitos franceses y la ocupación de París por las fuerzas de la Sexta Coalición, el tratado establecía la renuncia de Napoleón y las condiciones de su exilio a la isla de Elba.

El acuerdo fue ajustado el 11 de abril de 1814 en París por Armand Augustin Louis de Caulaincourt, Michel Ney y Etienne Jacques Joseph MacDonald en nombre de Napoleón, y por los respectivos representantes del emperador austriaco Francisco I, Klemens von Metternich; del zar Alejandro I de Rusia, Karl Nesselrode; y del rey de Prusia Federico Guillermo III, Karl August von Hardenberg.

Entre las principales condiciones del tratado se incluían las siguientes:

- Napoleón Bonaparte renunciaba a todos los derechos de soberanía sobre todos los territorios bajo su dominio. Únicamente le seguiría perteneciendo la isla de Elba, adonde debería retirarse con un séquito de 400 personas para su servicio.

- La emperatriz María Luisa, esposa de Napoleón, recibiría los ducados de Parma, Placencia y Guastalla, que a su muerte pasarían a su hijo Napoleón II.

- Tanto Napoleón como los miembros de su familia conservarían sus títulos nobiliarios. Sus familiares conservarían sus bienes privados, pero los bienes que el emperador mantuviera en Francia serían devueltos a la corona francesa.

- Las tropas polacas al servicio de Francia quedarían libres para poder regresar a Polonia.

El tratado fue ratificado por el propio Napoleón en Fontainebleau dos días después. El 20 de abril salió de Fontainebleau, y el 28 se embarcó en Fréjus en una fragata inglesa en dirección a la isla de Elba , donde permanecería retirado hasta marzo del año siguiente, cuando tomó nuevamente rumbo a París para comenzar el período de los Cien Días.

Los aliados saludaban la vuelta a París del conde Artois, hermano menor del rey decapitado, en calidad de “gobernador del reino”. El regente de Inglaterra hizo suya la causa de la restauración de los Borbones. El Zar dejaba al país la libertad de elección. El 6 de abril de 1814 hay un nuevo rey Luis XVIII que le otorgo al pueblo francés la “Carta Constitucional”.

Talleyrand, antiguo ministro de Napoleón, y ahora ministro de Asuntos exteriores de Luis XVIII, suscribía el tratado de paz de las potencias aliadas a la Francia vencida. Una de sus cláusulas estipulaba que el 1 de agosto de aquel año se reuniría en Viena un congreso internacional encargado de dar solución definitiva a todos los problemas políticos y territoriales relativos a los distintos países europeos. Los representantes de Francia quedaban autorizados para asistir a dicho congreso.

1º Paz de París 30 de mayo de 1814, no exigía ninguna indemnización y Francia volvía a sus límites del 1º de

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El congreso de Viena (octubre de 1814 a junio de 1815)

Actitud de Alejandro hacia los miembros principales del Congreso:

En abril y mayo de 1814 Rusia era incontestablemente el Estado más poderoso en una Europa continental arruinada y desangrada por la guerra. Por esos motivos Metternich hizo todo lo posible para retardar la apertura del Congreso hasta el otoño a fin de que Austria pudiera reponerse. Alejandro consintió en esta demora.

Alejandro no sentía grandes deseos de colocar a Luis XVIII en el trono vacante de Francia. Cuando, a pesar de todo, ocurrió esto, el zar insistió enérgicamente en la necesidad de conceder a Francia una carta constitucional, estaba convencido de que los Borbones serían barridos por una nueva revolución si en el país no era establecida una Constitución que obrase a modo de pararrayos.

La intervención de Talleyrand:

Una semana antes del comienzo del Congreso llega Viena Talleyrand, ministro de Asuntos Exteriores de Luis XVIII. A su llegada a Viena sabía ya qué problema ocuparía la atención del Congreso. Era la complica cuestión de Sajonia y Polonia.

Alejandro cuyas tropas habían ocupado el Gran Ducado de Varsovia, no se recataba en decir que no lo cedería a nadie. Federico-Guillermo pedía compensaciones.

Talleyrand comprendió que era allí donde más le convenía presentar combate, combate que el necesitaba para conseguir su principal objetivo: destrozar la alianza de Chaumont.

El principio de legitimismo:

Europa representada en el Congreso por sus soberanos y sus diplomáticos, debía, al proceder a la redistribución y a la modificación de las fronteras territoriales, dejar intacto todo lo que existía legítimamente antes de la dar comienzo a las guerras revolucionarias, es decir, antes de 1792.

Problema de Polonia y Sajonia

Talleyrand después de su llegada a Viena fue invitado a una reunión de representantes de las cuatro “grandes” potencias. Criticó la palabra “aliados”, “si las potencias aliadas existen todavía, yo estoy de más aquí”.

A principios de octubre de 1814, Talleyrand se presentó ante Alejandro y expuso su “principio de legitimismo”. Alejandro debía renunciar a la parte de Polonia que no pertenecía a Rusia antes de las guerras

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revolucionarias, y Prusia debía abandonar sus pretensiones sobre Sajonia. “Prefiero la guerra” declaró Alejandro.

Alejandro le manifestó a Castlereagh que había decidido “corregir el error moral cometido por el reparto de Polonia”. No pretendía reunir todas las partes de la antigua Polonia inmediatamente, sólo hablaba del territorio que estaba ocupado por sus tropas. Allí se crearía el reino de Polonia, del que él sería monarca constitucional. Para Castlereagh la constitución que el zar proponía era demasiado “liberal”.

El Gobierno austriaco temía la creación de un régimen liberal en Polonia, y lo que estimaba un incremento excesivo del poderío de Rusia, mediante la anexión de la mayor parte de los territorios polacos.

El canciller austríaco sugirió inmediatamente a Castlereagh dar a entender al representante prusiano, Herdenberg, que Austria e Inglaterra estaban conformes con entregar toda Sajonia al rey de Prusia. A cambio de ello, Prusia debía hacer traición a Alejandro inmediatamente, adherirse a Austria e Inglaterra y, junto a ellas, impedir que el zar se apodere de Polonia. De este modo Sajonia serviría para pagar la traición del rey de Prusia a Alejandro.

Federico Guillermo III se negó a aceptar este plan. Estimó preferible poner a Alejandro al corriente de todo, a fin de mostrarle toda la nobleza de sus intenciones. El zar llamó a Metternich y se explicó con él con toda la franqueza.

Acuerdo secreto de Austria, Francia e Inglaterra contra Rusia y Prusia ( 3 de enero de 1815)

Los trabajos del Congreso, frenados por las grandes luchas internas no avanzaban. Talleyrand cambió de tácticas. En los deseos de impedir por un lado el fortalecimiento de Rusia y de poner a coto a la influencia que había ganado con la victoria contra Napoleón y por el otro impedir el fortalecimiento de Prusia que era un país enemigo y vecino de Francia, se alió secretamente con Castlereagh y Metternich. El 3 de enero de 1815 firmaron el acuerdo las tres potencias, se comprometían en si una de las altas partes contratantes es amenazada por una o varias potencias a acudir en ayuda con un ejército de 150.000 hombres cada una. También se comprometían a no concluir por separados tratados de paz con los enemigos.

El zar no quiso enemistarse con las tres potencias, cedió y Prusia recibió solamente una parte de Sajonia.  Organización de la Confederación germánica (1815)

El Congreso se consagró seguidamente a poner el orden los asuntos alemanes. No hubo grandes discusiones. Se decidió crear una organización “Confederación Germánica”, la cual debía representar una barrera contra eventuales avances de Francia hacia el Rin y, al mismo tiempo, asegurar a Austria la hegemonía dentro de Alemania.

Los cien días (20 de marzo- 28 de junio de1815)

El 1º de marzo Napoleón había desembarcado en Francia, el 20 de marzo de 1815 hacía su entrada en París. El Imperio quedaba restablecido.

Los rumores de desacuerdos que desgarraban el Congreso habían contribuido a la decisión que Napoleón tomó de abandonar la isla de Elba. El despacho del rey, que había huido de la capital, fue tomado por Napoleón, donde encontró el acuerdo secreto del 3 de enero de 1815. Napoleón envió un correo a Viena con la orden de entregar el documento al emperador Alejandro. El zar recibió la visita de Metternich, quien desde el momento mismo de la vuelta de Napoleón esperaba sobre todo del zar la salvación de Europa. Y a pesar del acuerdo secreto, el miedo a Napoleón se impuso, y Alejandro se consideró obligado a manifestar a Metternich que, a pesar de todo, tenían un enemigo en común, y que ese enemigo era Napoleón.

Después de la derrota en Waterloo, el 18 de junio de 1815, se produjo la segunda restauración de los Borbones en Francia.

Luis XVIII entró de nuevo en París. Castlereagh juzgó absurdo eliminar a Francia, por dos razones: necesitaba a Francia para contrarrestar la influencia rusa; además un exceso de rigor en la política aliada podía impulsar a los desesperados franceses a una nueva revolución.

Se firma la 2º Paz de París el 20 de noviembre de 1815, favorable para Francia, aunque no tanto como en 1814.quedaría reducida a sus fronteras de 1789, lo que significaba que el Sarre era incorporado a Prusia; pagaría 700 millones de francos como reparaciones de guerra y restituiría los tesoros artísticos confiscados por los ejércitos de la república y del imperio. Además un ejército aliado de 150.000 hombres ocuparía

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durante cinco años el norte del país. Como complemento de ésta paz se produce una renovación del pacto de Chaumont.

El Nuevo Mapa de Europa tras el Congreso de Viena

Unos días antes de Waterloo, el 9 de Junio de 1815, tenia lugar la ultima reunión del Congreso de Viena y se firmaba el “Acta Definitiva, que se componía de 121 articulos y 7 apendices. Los miembros del Congreso creain haber realizado algo muy solido. a

En el aspecto geográfico, las potencias centraron su atención en conformar Estados nacionales más fuertes, con un territorio más extenso y de mayor volumen demográfico, para prevenir cualquier intento expansionista como el que habían experimentado con Francia, que tratara de dominar otra vez Europa. El mapa continental europeo fue reconstruido como un gran rompecabezas que benefició particularmente a los países anti-napoleónicos:

Austria y Rusia se configuraron como las grandes potencias continentales, al lado de Gran Bretaña que consolidó su expansión oceánica, y Prusia que, aun con su territorio dividido, aumentó su poder en la zona del mar Báltico y dentro de la Confederación Germánica recién formada. Otros aspectos relevantes del mapa geopolítico de 1815 fueron la formación de una barrera para mantener el control de Francia y la creación de naciones artificiales mediante la unión de pueblos diferentes, como por ejemplo los belgas con Holanda, lo cual terminó drásticamente con sus expectativas nacionalistas.

Gran Bretaña: Fue la primera beneficiaria, ya que se le reconoció su rango de primera potencia marítima al asegurar su hegemonía sobre el mar Mediterráneo, mediante el dominio de las posiciones de Malta, las islas Jónicas y Gibraltar, así como de otras bases fuera de Europa, como El Cabo y Ceilán para controlar la ruta de la India y el refuerzo de sus posesiones en las Antillas, para favorecer el comercio americano.

Austria: Logró concentrar su poder en el norte de La Península Itálica al obtener el reino Lombardo-Veneto e imponer príncipes austriacos en los tronos de los ducados de Parma, Módena y Toscana; también consiguió una salida al mar Mediterráneo al iricorporarsé las provincias llíricas. Con las posesiones en Alemania garantizó la intervención de su emperador en tos asuntos de la recién creada Confederación Germánica. Prusia: Quedó dividida y formó parte de la Confederación Germánica. Recuperó la orilla izquierda del Rin con la anexión de Renania, una zona fronteriza con Francia. De este modo Prusia a pesar de la resistencia de Talleyrand y Metternich salía bastante robustecida gracias al apoyo del Zar y también de los diplomáticos ingleses en el Congreso. Aunque Prusia quedaba partida en dos muy poco después de 1815 empezo a acumular fuerzas hasta convertirse en un vecino peligroso.

Confederación Germánica: Quedó formada por 39 Estados, de los cuales Prusia y Austria fueron los más poderosos

Rusia: Obtuvo Finlandia antigua posesión sueca, Besarabia y una gran parte de Polonia

Suecia: Perdió Finlandia, pero fue compensada con Noruega. Lo anterior para evitar que Dinamarca controlara los accesos al mar Báltico.

Francia: Redujeron su territorio y se estableció una barrera con Estados tapón en torno a ella: aL norte el Reino Unido de Los Países Bajos con la incorporación de Bélgica a Holanda; al este con la anexión de Renania a Prusia y la Confederación Suiza, y al sur el reino Piamonte-Cadeña.

Península Itálica: Quedó dividida en siete Estados: al norte los reinos de Piamonte ~ Lombardía-Veneto; al centro tos ducados de Parma, Módena y Toscana, y Los Estados Pontificios; al sur, el reino de Dos Sicilias que devolvieron a los Borbones de Francia.

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Este trabajo de reorganización geopolítica provocó una serie de problemas que mantuvieron un clima de fuerte tensión en la vida de los europeos durante la mayor parte del siglo XIX, entre ellos: Rivalidades cada vez más acentuadas entre las potencias. Sometimiento de algunos pueblos como: Irlanda a Inglaterra, Bélgica a Holanda, Noruega a Suecia, y Polonia a Austria, Prusia y en su mayor parte a Rusia, sin tomar en cuenta sus intereses y características étnicas y culturales. Esta situación impulsó el desarrollo del sentimiento nacionalista.

Hubo conformación plurinacional de dos imperios:

- Austriaco, donde convivían alemanes, italianos, checos, croatas, eslovenos, y húngaros, entre otros. - Otomano, integrado por turcos, griegos, búlgaros, servios y albaneses, entre otros.

• División política de los territorios de los pueblos italiano y alemán, los cuales serían las semillas de los futuros movimientos nacionalistas con carácter de unificación.

El acta definitiva del Congreso fue acompañada de otros decretos como los que garantizaban la neutralidad de Suiza y la libre navegación de los ríos de Europa. Los aliados, satisfechos de su labor en los aspectos político y geográfico, establecieron el compromiso de reunirse periódicamente para decidir las medidas necesarias para mantener la paz europea, en caso de que las corrientes revolucionarias volvieran a alterar a Francia y amenazaran la paz de los demás Estados.

En conclusión, el Congreso de Viena fue la primera conferencia de paz moderna; un intento no sólo de resolver todas las cuestiones pendientes en el continente europeo, sino también de preservar la paz sobre una base permanente. Sus procedimientos fijaron la pauta de las futuras conferencias internacionales, que todavía en la actualidad se conservan como medio para establecer acuerdos entre las naciones.

La Santa Alianza

Las reuniones del Congreso de Viena fueron interrumpidas por el regreso de Napoleón a Francia y su Imperio de los Cien Días, y se reanudaron hasta la derrota definitiva de éste en Waterloo. Fue entonces, en el contexto de la Segunda Paz de París, en noviembre de 1815, y antes de que se disolviese el Congreso de Viena, que el zar Alejandro I realizó una propuesta particular, crear una Santa Alianza para prevenirse de otra amenaza revolucionaria. Ésta fue pensada como una fuerza solidaria de intervención integrada por tropas de Austria, Prusia y Rusia, con el compromiso de:

• Mantener el orden absolutista en Europa. • Defender de los principios cristianos.

Referencias

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