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DESCARTES CONTEXTUALIZACIÓN SU PUNTO DE PARTIDA Y SU OBJETIVO. EL METODO LA DUDA EL PRIMER PRINCIPIO DE LA FILOSOFIA DIOS

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DESCARTES CONTEXTUALIZACIÓN

SU PUNTO DE PARTIDA Y SU OBJETIVO.

EL METODO LA DUDA

EL PRIMER PRINCIPIO DE LA FILOSOFIA DIOS

LA EXISTENCIA DE LAS COSAS CORPÓREAS EXISTEN TRES TIPOS DE SUSTANCIAS.

EL HOMBRE: DUALISMO MENTE-CUERPO

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DESCARTES CONTEXTUALIZACIÓN RACIONALISMO Y EMPIRISMO

Al Renacimiento le sucede en toda Europa una época de crisis y angustia en un escenario de revueltas, guerras civiles y guerras religiosas. La unidad religiosa europea se había roto ya en el siglo XVI con la Reforma protestante. La Iglesia católica reaccionó con el movimiento de la Contrarreforma para mantener la pureza doctrinal y la Inquisición, utilizada como instrumento al servicio de los fines del Estado, se convirtió en un arma contra la libertad de pensamiento. Los conflictos religiosos se sucedieron en Europa y provocaron la Guerra de los Treinta Años. Este conflicto, que había empezado enfrentando a los estados católicos y protestantes del Imperio alemán, terminó siendo una contienda europea. En 1648 se firmó la Paz de Westfalia, donde se asentó el principio de la tolerancia religiosa.

Políticamente, el siglo XVII es una época de monarquías absolutas, y que tienen su modelo en el reinado en Francia de Luis XIV, y en las que el monarca concentra todos los poderes. Sin embargo, la burguesía ilustrada empieza a impulsar en toda Europa movimientos revolucionarios que tratan de limitar el poder de estas monarquías y que reclaman los derechos individuales y la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos.

El final del Renacimiento es una época de escepticismo en al que reaparece el ideal estoico del hombre moralmente independiente. Este pesimismo que induce a pensar que nada es lo que parece y que la vida es ilusión, se expresa artísticamente en el arte barroco, un arte que apuesta por la apariencia ante la fugacidad de la vida. En España, La vida es sueño —el drama de Calderón— y Las meninas de Velázquez son una muestra de cómo esa apariencia, la duda y el engaño de los sentidos expresan en el arte el escepticismo ambiental.

En el terreno del pensamiento filosófico surgen dos corrientes que tendrán una inspiración o motivación común, aunque parten de sup uestos contrarios y adoptan métodos totalmente distintos: el Racionalismo en la Europa continental y el Empirismo en las islas británicas.

Ambas corrientes suponen un giro en la concepción del mundo y de la Filosofía e inauguran la edad moderna en esta disciplina.

Surgen históricamente después del Renacimiento y en él hallan su punto de partida. ¿Qué ha ocurrido en el Renacimiento?:

1.- Ha caído el sistema aristotélico-escolástico y lo que en éste eran sus posiciones básicas:

El teísmo se sustituye ahora por el antropocentrismo (importancia del hombre y de sus facultades; se declara la razón como facultad autónoma de la fe)

 De la consideración del mundo como un proyecto racional de Dios, que puede ser conocido por el hombre, se pasa al escepticismo de algunos autores que desconfían de las capacidades humanas para llegar al conocimiento de verdades universales.

En el Renacimiento ha tenido lugar la llamada revolución científica de Copémico, Képler ... y ha surgido la ciencia moderna. Ésta se caracteriza fundamentalmente por conceder la primacía de !a razón sobe !os sentidos, por su matematicismo: la naturaleza tiene una estructura matemática y el método adecuado para conocerla es el matemático y el Mecanicismo: las causas que se buscan de los fenómenos son las eficientes y no las finales. Y también empieza a concederse un valor importante en la tarea científica a la observación y la experimentación.

El triunfo de la nueva ciencia acaba con la concepción aristotélica del universo. Además, el mundo ya no se interpreta como un organismo vivo- tal como lo entendiera Aristóteles y toda la Edad Media- sino como una gran máquina en la que el hombre ha perdido su lugar: ya no es el centro de universo.

De aquí parten Racionalismo y Empirismo, ambas son herederas del Renacimiento y en este sentido se caracterizan por lo siguiente:

- Ambas corrientes valoran la razón humana como facultad de conocimiento (aunque la entiendan en distinto sentido y le concedan diferente papel).

Rechazan el criterio de autoridad para aceptar verdades y sólo aceptan como verdadero aquello que la razón pueda fundar como tal.

Tanto racionalistas como empiristas pretenden salir del escepticismo, pero sin caer en los

errores en los que cayó la filosofía anterior. Para esto es necesario andar con CAUTELA (a estas

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filosofías se les llama filosofías de la cautela), y no aceptar como cierta cualquier idea, sino sólo aquello de lo que podamos tener garantía que lo es.

 Por tanto, antes de estudiar el ser, la realidad, hemos de estudiar qué podemos conocer con verdad, es decir, hemos de estudiar nuestra forma de conocer. Es decir hay que estudiar el sujeto de conocimiento con anterioridad al objeto. La Gnoseología ha de ser anterior a la Ontología. Este es el giro primero y fundamental que llevan a cabo estos sistemas filosóficos.

Ambas corrientes presentan elementos comunes: Se va a conceder importancia al sujeto frente al objeto de conocimiento, el conocimiento no se entiende como conocimiento de cosas, de realidades, sino como conocimiento de ideas, y lo que se estudia del conocimiento es fundamentalmente su proceso de génesis: de dónde se parte para saber cuál es su fundamento.

Pero las diferencias son también grandes: El Racionalismo concede el papel principal a la Razón en la tarea del conocimiento, en ella se contienen los principios de todo el saber que son, por tanto, innatos (ideas innatas), luego la razón ya posee contenidos antes de ponerse a conocer; la ciencia se desarrollará sacando de estos principios innatos, los conocimientos que se siguen de ellos mediante la deducción. El método del Racionalismo es, como se ve, el propio de las Matemáticas y la ciencia se entiende como un sistema deductivo.

Por el contrario, el Empirismo considera al sujeto como un papel en blanco, la razón está vacía al abordar la tarea del conocimiento, no existen ideas innatas, por lo que pasa a primer plano el papel de la sensibilidad y la experiencia para extraer conocimientos a partir de ellas por un proceso inductivo. Por tanto, el método que van a utilizar es el analítico propio de las ciencias experimentales.

Estos dos movimientos filosóficos se sitúan geográficamente en los nuevos centros de gravedad

europeos: el racionalismo, en el continente —Descartes en Francia, Spinoza en Holanda y Leibniz en

Alemania—, y el empirismo, en las islas británicas : Hobbes, Locke, Berkeley y Hume.

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DESCARTES

1.- SU PUNTO DE PARTIDA Y SU OBJETIVO.

Como heredero del Renacimiento, parte del rechazo del saber escolástico, pues éste no es un sistema claro y ordenado de conocimientos, sino una amalgama de opiniones confusas y dudosas, que llevan a discusiones sin fin y en las que nunca se halla el acuerdo.

El rechazo de este sistema generó, al final de Renacimiento, un escepticismo, al no crearse un nuevo sistema que suplantara al anterior.

Descartes pretende salir de este escepticismo, y para ello considera necesario hallar verdades firmes y seguras "Quería dedicarme por entero a la búsqueda de la verdad"-dice. Pero no pretende descubrir una multiplicidad de verdades aisladas, sino desarrollar un sistema de proposiciones verdaderas en el que no se diese por supuesto nada que no fuera evidente por sí mismo e indudable. Habría entonces una conexión orgánica entre todas las partes del sistema, y el edificio entero reposaría sobre un fundamento seguro. El sistema sería así impermeable a los efectos corrosivos y destructivos del escepticismo

Para lograr dicho fin Descartes decide aceptar como base del conocimiento aquello que su razón le muestre como absolutamente verdadero y cierto, no aceptar ninguna idea sólo porque se haya mantenido antes, si siquiera por los más prestigiosos filósofos, lo que significa que rechaza toda autoridad para aceptar algo como verdadero y resuelve confiar en la sola razón.

Pretendía hallar verdades de las que estuviera seguro que lo son, es decir, buscaba encontrar un conocimiento claro y evidente, y desterrar la confusión reinante en la filosofía, llena de conjeturas probables.

En conclusión, el primer objetivo de Descartes es, pues, reconstruir el sistema del saber sobre fundamentos sólidos y hacer del saber un sistema de verdades ciertas, mediante el solo instrumento de la razón.

Al logro de dicho objetivo responden el método y la duda cartesianos.

2.- EL METODO

Como se acaba de decir, Descartes quería encontrar y aplicar el método adecuado para la búsqueda de la verdad, un método que le capacitaría para demostrar verdades en un orden racional y sistemático, independientemente de que antes hubieran sido conocidas o no. Su objetivo primordial no era tanto producir una nueva filosofía, en lo que se refiere a su contenido, sino producir una filosofía cierta y ordenada en la que todo el conocimiento estuviera bien fundamentado, se partiera de verdades absolutamente ciertas y sobre ellas fueran asentándose las demás.

No es que Descartes rechace toda la filosofía anterior y considere todas sus afirmaciones falsas.

Algunas podrían ser verdaderas, pero habrían de ser redescubiertas y, sobre todo, tendría que descubrirse el fundamento de su verdad.

Para encontrar las verdades sólidas y primeras en las que apoyar todo el edificio del conocimiento hay que seguir un camino, un método adecuado que conduzca a la razón al descubrimiento de la verdad.

MÉTODO BASADO EN LAS MATEMÁTICAS. UN SOLO MÉTODO, UNA SABIDURÍA UNIVERSAL Descartes habla de hacer que las verdades se ajusten a un esquema racional. Su ideal de filosofía era el de un sistema orgánicamente conectado de verdades ordenadas de tal modo que la mente pase de verdades fundamentales, simples, evidentes por sí mismas a otras verdades implicadas por las primeras, esto es, un sistema deductivo.

Ese ideal le fue sugerido en gran parte por las matemáticas. Él mismo habla en sus obras

explícitamente de la influencia ejercida en su espíritu por las matemáticas. Así, en el Discurso del método,

dice que en sus años jóvenes había estudiado matemáticas, análisis geométrico y álgebra, que fue

impresionado por la claridad y certeza de esas ciencias, comparadas con otras ramas de estudio. Por eso

entiende que el método tiene que elaborarse de acuerdo con el que utilizan los matemáticos en sus

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investigaciones. Y ello, porque lo que hace verdaderos los conocimientos matemáticos es el método utilizado, no el objeto que estudian.

No es que las matemáticas sean un tipo de saber distinto del resto de los saberes. Si la razón es única, el saber es único, y debe haber un único método para alcanzar la sabiduría. Descartes concibe la idea de un saber o de una ciencia universal, la "Mathesis universalis" (Regla I). Existe un método único para hallar verdades porque todas las ciencias son similares, en el sentido de que el método que es aplicable en matemáticas les sea igualmente aplicable. Todas las ciencias "son idénticas a la sabiduría humana, que es siempre una y la misma, aunque se aplique a objetos diferentes". Hay solamente una clase de conocimiento, el conocimiento cierto y evidente. Y, en definitiva, no hay más que una ciencia, aunque posea ramas interconectadas. De ahí que pueda haber solamente un método científico.

El método nace del propio proceder de la razón y si se toma como modelo las Matemáticas es porque en ellas se muestra de forma sencilla y clara el modo de funcionar de la razón.

(Es de advertir que la teoría cartesiana de que todas las ciencias son en definitiva una sola ciencia y que hay un método científico universal, separa desde el principio a Descartes de los aristotélicos. Aristóteles creía que los diferentes objetos formales de las diferentes ciencias exigen métodos también diferentes. Por ejemplo, no podemos aplicar en la ética el método que es apropiado en las matemáticas; porque la diferencia de objeto formal excluye semejante asimilación de la ética a las matemáticas. Pero ése es un punto de vista que Descartes ataca explícitamente)

Una plena prueba de la validez del método no puede ser ofrecida por adelantado. Sólo puede ponerse de manifiesto su validez mediante su aplicación y sus resultados. Pero tal método, que ha sido obtenido del proceder matemático y luego generalizado a otras ciencias, ha demostrado ya su productividad en la geometría y en la aritmética; no es, pues, una propuesta caprichosa.

MÉTODO DESCUBRIDOR

El método, según Descartes, no ha de servir, simplemente para lograr la disposición sistemática y la demostración de verdades que ya hubieran sido enunciadas; Todo lo contrario, Descartes creía que el uso del método apropiado permitiría al filósofo descubrir verdades antes desconocidas. En este sentido critica el método escolástico de los medievales, pues en su opinión, sirve más para explicar a otro aquellas cosas que uno conoce... que para aprender algo nuevo". La utilidad de la lógica escolástica es primordialmente una utilidad didáctica. La lógica de Descartes nos enseña cómo dirigir nuestra razón del mejor modo para descubrir aquellas verdades que ignoramos".

FINALIDAD DEL MÉTODO: DIRIGIR LA INTUICIÓN Y LA DEDUCCIÓN HACIA LA VERDAD

Puesto que la razón dispone sólo de dos operaciones por las que obtiene conocimiento, intuición y deducción, la función esencial del método consistirá en facilitar el buen uso de la intuición y la deducción para llevar a la razón a la verdad. Descartes lo expresa así: “No es lo que otro piensa o lo que nosotros mismo conjeturamos lo que hay que buscar, sino lo que nosotros podemos ver por INTUICION con claridad y evidencia, o lo que nosotros podemos DEDUCIR con certeza: no es otra, en efecto, la manera en que se adquiere la ciencia” ( Reglas para la dirección del espíritu, regla II)

¿Cómo se definen intuición y deducción?

Intuición es el concepto que forma la inteligencia pura y atenta, tan clara y distintamente que no cabe sobre él ninguna duda. Concepto que nace de la sola luz de la razón sin posible duda por su facilidad, claridad y distinción.

Definición en la Regla III: "Entiendo por intuición, no la creencia en el variable testimonio de los sentidos

o en los juicios engañosos de la imaginación -mala reguladora- sino la concepción de un espíritu sano y

atento, tan distinta y tan fácil, que ninguna duda quede sobre lo conocido; o lo que es lo mismo, la

concepción firme que nace en un espíritu sano y atento, por las luces naturales de la razón."

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La intuición proporciona el conocimiento evidente, pues mediante ella la razón capta directa e inmediatamente su objeto.

La deducción es la operación por la cual la mente es capaz de pasar de un conocimiento a otro sólo por sí misma. (Paso de unas premisas a una conclusión). Supone movimiento y la intervención de la memoria.

La deducción "consiste en una operación por la cual comprendemos todas las cosas que son consecuencia necesaria de otras conocidas por nosotros con toda certeza".

Distinguimos la intuición de la deducción en que en esta se concibe un movimiento o cierta sucesión y en aquélla no, ya que la deducción no necesita como la intuición una evidencia presente, sino que, en cierto modo, la pide prestada a la memoria. En definitiva, la intuición nos ofrece el conocimiento de los principios y la deducción el de las consecuencias lejanas, a las que no se puede llegar de otro modo.

¿QUÉ ES EL METODO?

Se puede decir que es una vía para llegar a la certeza economizando esfuerzo. ”Entiendo por método — dice Descartes— reglas ciertas y fáciles, cuya exacta observancia permite que nadie tome nunca como verdadero nada falso, y que, sin gastar inútilmente ningún esfuerzo de inteligencia, llegue, mediante un acrecentamiento gradual y continuo de ciencia al verdadero conocimiento de todo lo que sea capaz de conocer

LAS REGLAS DEL MÉTODO

El método tiene 4 reglas o preceptos: evidencia, análisis, síntesis y enumeración. El precepto más importante es el primero, pues nos da el criterio de certeza para aceptar verdades:

1.- PRECEPTO DE EVIDENCIA : “No admitir como verdadera cosa alguna como no supiese con evidencia que lo es, es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no admitir en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mí espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda “ (D/M/)

Descartes establece como criterio de verdad la evidencia. Una idea se me presenta como absolutamente cierta si es evidente, es decir, clara y distinta. Una idea es clara si nace de la sola luz de la razón, es decir, si se halla clara y manifiesta a un espíritu atento. Una idea es distinta si aparece ante la mente como absolutamente separada del resto, imposible de ser confundida con otra. Estas ideas se conocen por intuición.

2.-PRECEPTO DE ANALISIS: “Dividir cada una de las dificultades que examinare en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución”.

Este precepto alude al proceso que la mente debe seguir para llegar a las naturalezas simples (ideas claras y distintas). Dicho proceso es el análisis y consiste en dividir un problema en sus elementos simples hasta llegar a aquéllos que pueden conocerse por intuición. A partir de estos se despliega todo el conocimiento.

3.- PRECEPTO DE SÍNTESIS: “Conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo gradualmente hasta el conocimiento de los más complejos” Este precepto alude a la segunda operación de la mente, la deducción.

4.- PRECEPTO DE LA ENUMERACION: “ Hacer en todas partes enumeraciones tan completas y revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada”. (Significa la comprobación del análisis y de la síntesis)

Las dos primeras conforman lo que se ha dado en llamar la parte analítica del método; y las dos

segundas la parte sintética. El método estaría compuesto así por dos operaciones básicas: el análisis y la

síntesis. Por lo que respecta al análisis, representaría lo que podríamos llamar un "ars inveniendi", es

decir, una forma de conocimiento propia para el descubrimiento y la investigación; nos permitiría

separar lo accidental, y establecer el orden corrector en la secuencia analítica, afirmando la primacía de

lo simple (reglas V y VI). La síntesis sería un "ars demostrandi, es decir, una forma de conocimiento útil

para exponer, explicar, o enseñar lo que hemos conocido a través de la investigación o del

descubrimiento, así como la constitución del saber como sistema.

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Siguiendo el método se llegará a poseer toda la sabiduría humana, partiendo de unos primeros principios evidentes.

LA DUDA

La base de todo el edificio de la ciencia corresponden a la filosofía como metafísica, pero ésta no ha conseguido aún ningún principio cierto por lo que toda la sabiduría humana se encuentra sin fundamento.

Urge aplicarse a buscar al menos una verdad en que asentar toda la ciencia.

¿Qué entendió Descartes por filosofía? "Filosofía significa el estudio de la sabiduría, y por sabiduría entiendo no solamente la prudencia en la acción, sino también un conocimiento perfecto de todas las cosas que el hombre puede conocer, tanto para la conducción de su vida y la conservación de su salud como para la invención de todas las artes." Bajo el título general de filosofía, Descartes incluía, pues, no solamente la metafísica, sino también la física o filosofía natural, que estaría, en relación a la primera, como el tronco está en relación a las raíces. Y las ramas procedentes de ese tronco son las otras ciencias, las tres principales de las cuales son la medicina, la mecánica y la moral.

Él parte de que sólo podemos estar seguros de aquello de lo que no podamos dudar, de aquello de lo que estemos ciertos (la verdad se entiende como certeza, y ésta, la certeza, la seguridad subjetiva con que aparece una idea a la mente del sujeto, va a servir como criterio para aceptar tal idea como verdadera) así, aplicando su método, comenzó a buscar una verdad clara y distinta, esto es, evidente, absolutamente transparente a la razón, de la que fuera imposible dudar.

Para ello lo que hace en primer lugar es dudar de todo lo que hasta ese momento ha tenido por cierto para ver si encontraba algo de lo que no le fuera posible dudar. Es decir, va a utilizar la duda como método para descubrir la verdad. No es, pues, una duda escéptica sino una duda metódica que va a implicar dudar de todo y tomar todo aquello de lo que se pueda dudar como falso hasta que no pueda decirse con certeza que es verdadero.

Esta duda es metódica, provisional, universal y teórica:

METÓDICA (no escéptica): se duda para buscar la verdad, no para dejar de creer en todo.

PROVISIONAL (no definitiva): sólo se duda hasta encontrar una verdad segura. Una vez que se ha encontrado, todo el edificio de la ciencia se podrá asentar en ella.

UNIVERSAL: se ha de dudar de todo lo que se pueda dudar, sin olvidar nada.

TEÓRICA (no práctica): afecta al conocimiento, no a la acción.

¿DE QUÉ SE PUEDE DUDAR?

1.- Del testimonio de los sentidos.

“Todo lo que he tenido hasta hoy por más verdadero y seguro lo he aprendido de los sentido o por los sentidos,’ ahora bien he experimentado varias veces que los sentidos son engañosos y es prudente no fiarse nunca por completo de quienes nos han engañado una vez”.

Puesto que nos han engañado una vez, pueden engañarnos siempre, y, por tanto, no podemos asegurar que a través de los sentidos percibamos las cosas tal y como son.

Descartes está aquí dudando de los sentidos como facultad de conocimiento que pueda conducirnos a la verdad... Entra, de este modo, en crisis la concepción que se tenía desde Aristóteles del conocimiento, según la cual todo conocimiento empezaba en la experiencia sensible: las cosas, cuya realidad era incuestionable, causaban el conocimiento en nosotros, conocimiento que era entendido como una copia de la cosa.

Descartes pone esto en duda y se pregunta: ¿realmente es el mundo como me lo muestran mis sentidos?

2.-Duda de la existencia del mundo exterior.

Pero no detiene en ese punto la duda, sino que llega incluso a preguntarse si los sentidos me

remiten a un mundo extramental. No ya si las cosas son como las percibo, sino si mis percepciones tienen

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como correlato una cosa real. Es decir, los sentidos ni siquiera nos aseguran la realidad de los objetos que se nos dan a través de ellos. :¿Existe lo percibido con independencia, de mi percepción?

Y ¿Por qué llega Descartes a dudar de esto? Porque es imposible distinguir la vigilia del sueño, y por ello es legítimo preguntarse: ¿Cómo sé que lo que percibo no es una ilusión? ¿El mundo es realidad o sueño?.

“Considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno, entonces, sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas que hasta entonces habían entrado en mi espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños”

( D.M.)

Esta fase de la duda supone cuestionar la existencia del mundo extramental y, por lo tanto, de nuestro propio cuerpo, ya que éste no es más que un objeto del mundo sensible.

3.- Duda de las verdades matemáticas (y lógicas)

Pero hay ciertas verdades de las que parece imposible dudar: las verdades matemáticas, por ser más simples y claras que las demás. ¿Podemos, a pesar de todo, dudar de ellas? Puedo pensar que existe un ser poderoso que ha empleado todo su poder en engañarme ( o que estoy hecho de tal manera que siempre me engaño): “es posible pensar en cierto genio o espíritu maligno, no menos astuto y burlador que poderoso, que ha puesto su industria toda en engañarnos continuamente, y manos, cabeza, cielo, tierra, y cualquier otra cosa o creencia, no son sino engei5os de este genio malignos’ ( M.M.)

Aparece en este texto lo que se ha llamado la “hipótesis del genio maligno”, que supone llevar la duda al extremo, radicalizarla al máximo, para que no pase por cierta ninguna afirmación de la quepa la menor duda.

Descartes ya tiene en tela de juicio el mundo todo ¿no hay verdad ni realidad alguna?

EL PRIMER PRINCIPIO DE LA FILOSOFIA

“Supongo, pues, que todas las cosas que veo son falsas,— dice Descartes— estoy persuadido de que nada de lo que mi memoria, llena de mentiras, me representa ha existido jamás, pienso que no tengo sentidos, creo que el cuerpo, la figura, la extensión, el movimiento, y el lugar son ficciones de mi espíritu. ¿Qué, pues, podrá estimarse verdadero? Acaso nada más que esto: que nada hay cierto en el mundo.

...Ya estoy persuadido de que no hay nada en el mundo: ni cielos, ni tierra, ni espíritu, ni cuerpos, ¿estaré, pues, persuadido de que yo no soy? Ni mucho menos, si he llegado a persuadirme de algo o sola mente si he pensado alguna cosa, es sin duda porque yo era.

Pero hay cierto burlador que dedica su industria toda a engañarme siempre. No cabe, pues, duda alguna de que yo soy, puesto que me engaña... La proposición siguiente: ”Yo soy, yo existo”, es necesariamente verdadera mientras la estoy pronunciando o concibiendo en mi espíritu” (M.M.)

La primera verdad que se me muestra clara y evidente y de la que me es imposible dudar es

“Pienso, luego soy“. (“Cogito, ergo sum”). Este es el primer principio de la filosofía. Nada ni nadie puede persuadirme de que no soy si tengo plena conciencia de mí mismo mientras pienso.

¿Ante qué se ha detenido la duda? Ante ella misma, es decir, ante el hecho inequívoco que dudar es pensar, y hace falta ser para pensar y dudar.

Ortega y Gasset en “¿Qué es filosofía?” dice así:

“Cuando se duda del mundo y aun de todo el Universo ¿qué es lo que queda? Queda...la duda, el hecho de que dudo, si dudo de que el mundo existe no puedo dudar de que dudo, he aquí el límite de todo posible dudar...Pero por qué de cosa tan gigantesca e importante como es el mundo exterior puedo dudar y, en cambio, no puedo dudar de que dudo. ¿Por qué?...Porque dudar es pensar”. La duda se detiene ante el pensamiento mismo, aunque pueda dudar de todo el contenido del pensamiento, no puedo dudar de que pienso, y si pienso, soy.

Es decir, el pensamiento es siempre pensamiento de algo, de un objeto, y yo puedo dudar del objeto porque es algo mediato, indirecto, ahora bien, nunca puedo dudar del pensamiento mismo porque me es inmediato, forma parte de mí, soy yo.

El “Cogito, ergo sum” es la base y el fundamento de toda la filosofía.

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¿Por qué puedo afirmar con absoluta certeza que soy?

Por la inmediatez del pensamiento: Me es inmediato el conocer que dudo, entiendo, concibo, afirmo, niego, siento..Y aunque todo lo que imagino no exista, aunque al afirmar esté en error, aunque al entender me engañe, aunque el creer que veo no sea sino aparente y falso, sin embargo paréceme que veo, sé que dudo...., necesito ser algo para dudar, para sentir, para pensar.

El conocimiento que tengo de mí mismo, que expreso en la afirmación “Pienso, luego soy”, es un conocimiento por intuición: intuyo la conexión necesaria y objetiva entre mi pensar y mi existir”

No es un razonamiento deductivo, un silogismo.

El conocimiento de nuestro espíritu es más originario y más cierto que cualquier otro, ya que no podemos llegar a concebir ningún objeto sin confirmar con ello nuestro propio ser pensante y cerciorarnos indirectamente de su existencia. “Si pienso que percibo el sol o que huelo una rosa, tengo que existir, y eso valdría incluso en el caso de que no hubiese ningún sol ni rosa objetiva alguna”

En resumen, el “cogito, ergo sum”:

1) No es un silogismo sino una intuición mental. El silogismo sería “todo el que piensa existe. Yo pienso, luego yo existo”. Pero este no es un conocimiento evidente, mientras que el “cogito”

sí lo es porque es una intuición, es decir, intuyo sin ninguna deducción la conexión necesaria y objetiva entre mi pensar y mi existir, la imposibilidad de mi pensar sin mi existencia.

2) Es una idea clara y distinta, que se impone con evidencia inmediata, sin necesidad de ningún raciocinio, que se manifiesta a mi espíritu sin ninguna oscuridad ni dificultad.

3) Es una verdad indudable: Es el primer juicio existencial seguro y evidente, absolutamente verdadero sobre el que se va a asentar todo otro conocimiento, por lo que se puede considerar como el principio de todo conocimiento.

El criterio de certeza

Al ser el ”cogito” la certeza primera e indudable, se presenta como paradigma de toda otra certeza y, por tanto, nos debe proporcionar el criterio para distinguir lo verdadero de lo falso.

La proposición “Pienso, luego soy” es verdadera porque es clara y distinta (evidente), luego, el criterio será el siguiente: Toda idea que se me presente con igual claridad y distinción será verdadera y, por tanto, podré estar cierto de ella y todo lo que corresponda a esa idea como atributos esenciales, podré afirmarlo de ella.

¿Qué soy yo, que soy?

Sólo podré afirmar que soy aquello que conciba mi espíritu clara y distintamente que corresponde a mi naturaleza, es decir, aquello que de manera evidente se manifieste como el atributo fundamental de mi esencia. Y ¿qué muestra mi razón como algo que resulte indudable de mi ser? No el cuerpo, del que puedo dudar, o un alma como un aliento o materia sutil, también cuestionable, lo único que en mí es indudable es que pienso, por tanto, puede afirmarse que soy una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una razón.

Pero, ¿qué es una coa que piensa? Es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma niega, quiere, no quiere, y también imagina y siente. En conclusión, dice Descartes, “Yo soy una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar, y que no necesita para ser de lugar alguno, ni depende de cosa alguna material”.

Soy “res cogitans” (Sustancia pensante)

POSIBLES CONSECUENOIAS DE LA REFLEXIÓN CARTESIANA -

El SOLIPSISMO: Yo, que soy consciente de las cosas, del mundo, puedo dudar de la existencia de las cosas, pero no puedo dudar de mí pensándolas. Si puedo dudar de todo salvo de mí ¿he de suponer que estoy solo en el mundo? Por ahora sólo esto puedo afirmar con certeza.

EL IDEALISMO: Y ¿a qué se reduce el mundo si sólo puedo estar seguro de mi pensamiento? A ser

pensamiento mío. El mundo, que antes parecía existir en sí, ahora me necesita a mí para existir. No es

en sí sino en mí...La realidad de las cosas es la de ser pensamientos míos, toda otra realidad de las cosas

más allá de la de ser ideas mías es problemática. El mundo es “mi representación”.

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El descubrimiento del cogito le ha llevado a Descartes al solipsismo, de momento sólo puede estar cierto de su existencia, de todas las demás ideas no puede asegurar que remitan a ningún correlato real, pues puede crearlas él mismo, con lo que el mundo, por el momento, se reduce a las ideas de un yo que piensa.

DIOS

ARGUMENTOS QUE PRUEBAN QUE DIOS EXISTE

o Argumento gnoseológico: basado en las ideas

De momento, la única certeza es la del yo que piensa pensamientos, la de la consciencia consciente de datos de conciencia, ¿existe este yo solo? ¿Cómo se puede recuperar el rnundo extramental? ¿Cómo salir del solipsismo?

El yo únicamente está relacionado con sus ideas, es decir, a mí lo único que me es inmediato es la conciencia de mis ideas, luego si he de averiguar si estoy solo en el mundo tendré que partir de ellas.

Las ideas que tengo pueden ser de tres tipos y contener distintos grados de realidad:

—Tipos de ideas:

—Fícticias: Creadas por mi imaginación a partir de otras ideas.

—Adventicias: Parecen proceder del mundo externo.

—Innatas: Las posee el pensamiento por sí mismo.

¿Las ficticias me aseguran la realidad del mundo exterior?. Es claro que no, puesto que son creadas por mí mismo. ¿Y las adventicias? Tampoco, pues no puedo asegurar que las cosas externas existan. Además, también puedo haberlas creado yo. Si hay algo fuera de mí he de tener noticia de ello por una idea innata, que posea por sí mi propia razón.

—Contenido de las ideas

Las ideas pueden considerarse desde dos puntos de vista:

— En cuanto que son ideas, modos de pensamiento,... todas las ideas son iguales.

— pero en cuanto que representan algo, en cuanto que son imágenes que representan una cosa y no otra, son muy distintas entre sí, es decir representa un grado de ser mayor o menor, participan, por representación, de mayor o menor perfección ( por ejemplo, las que representan sustancias tienen mayor realidad y son más perfectas que las que representan accidentes)

Realidad objetiva de una idea: realidad conceptual, contenido representativo. Es la realidad propia de las ideas.

Realidad formal: realidad efectiva o en acto que posee una cosa.

Realidad eminente: realidad superior a la formal que contiene a ésa, pero no con sus determinaciones precisas, sino superiores.

¿De dónde procede la realidad objetiva de las ideas, esto es su capacidad para representar algo?

Dicho de otra forma ¿Cuál es la causa de que una idea represente una cosa y no otra?

Para que una idea tenga tal realidad objetiva en vez de tal otra, debe haberla recibido de una causa que posea al menos tanta realidad formal (en acto), como objetiva tiene la idea. O bien, de una realidad más perfecta, que contiene eminentemente la realidad que se expresa en la idea. La causa ha de ser proporcionada al efecto.

Descartes razona así: Si hallo en mí una idea que contiene mayor realidad objetiva, mayor

perfección representativa, que la realidad actual (formal) o eminente que yo poseo, entonces esa idea no

puedo haberla creado yo, no puede proceder de mí mismo, pues de la nada no puedo haberla creado, y de

una causa imperfecta no puede derivarse un efecto perfecto o con más realidad que su causa. Luego, si yo

tengo una idea que me represente un ser más perfecto que yo mismo, este ser tiene que haberla puesto en

mí, y, por tanto, no estoy solo en el mundo. Dicho más fácilmente, si hallo en mí una idea que contiene

mayor realidad o perfección que yo mismo, no puedo haberla creado yo, no puede proceder de mí mismo,

pues de la nada no puedo haberla creado, y de una causa imperfecta no puede derivarse un efecto

perfecto o con más realidad que su causa. Luego, si yo tengo una idea que me represente un ser más

perfecto que yo mismo, este ser tiene que haberla puesto en mí y, por tanto, no estoy solo en el mundo.

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¿Tengo yo una idea así? Sí, la idea de Dios como ser infinito y perfecto esta idea no puede proceder de mí mismo pues yo soy un ser finito, y la realidad de esa idea que representa un ser infinito, exige una causa proporcionada, es decir, exige un ser infinito real que sea el que ha puesto esa idea en mi.

Por lo tanto, Dios como ser perfecto e infinito existe.

En definitiva no puede ser que yo exista como soy, es decir, teniendo la idea de Dios, si, al mismo tiempo, Dios no existiera. ¿De qué modo he recibido esta idea de Dios? Porque no la he recibido con los sentidos....ni ha sido imaginada por mí, puesto que no puedo sustraer nada a ella ni añadirle algo; hemos de reconocer, por tanto, que Dios, al crearme, ha puesto en mí esa idea, como el signo del artífice impreso en su obra...Por ello, es muy verosímil que haya sido hecho en cierto modo a su imagen y semejanza, y, en esa semejanza, es donde está contenida la idea de Dios. Descartes.

“ La idea de infinito es pues innata. Pero esa idea no puede proceder de una sustancia finita como el yo, sino que tiene que tener un origen igualmente infinito, porque de lo contrario, el efecto (la idea de infinitud) sería mayor que la causa (yo), y como el efecto no puede ser mayor que la causa, hemos de concluir que la idea de infinito procede de un ser infinito, es decir: DIOS”

Meditaciones metafísicas. 3ª Meditación Esta es la primera prueba que hace Descartes de la existencia de Dios.

o Argumento ontológico

La segunda es una reformulación del argumento ontológico de san Anselmo: La idea de Dios es la idea de una sustancia a la que corresponden todas las perfecciones. Ahora bien, la existencia es una perfección, luego, la idea de Dios incluye la idea de existencia

.

Luego Dios debe existir, pues si no existiera le faltaría la perfección de la existencia.

“Examinado la idea que tengo de un ser perfecto encuentro que la existencia está en ella comprendida de la misma manera, o aún más evidentemente que está comprendida en la de un triángulo que sus tres ángulos son iguales a dos rectos" [Discurso...]

o Argumento cosmológico

Hay, áun una tercera prueba en las Meditaciones, basada en la dependencia y contingencia del sujeto.Procede así:

a) Yo poseo la idea de perfección y existo

b) Pero si no debo mi existencia a Dios debo deberla a:

• A mí mismo

• Haber existido siempre

• A causas menos perfectas que Dios

• No soy causa de mí mismo, porque, de serlo, me habría creado perfecto.

• Parece evidente, según mi memoria, que no he existido siempre, sino que he comenzado a existir.

• Respecto a las causas, habrá tenido que recibir su existencia de sí misma o de alguna otra cosa.

Si es causa sui, se trata de Dios. Si no lo es, esa causa ha debido recibir su existencia de otra, y esta a su vez, de otra... pero como no podemos remontarnos al infinito en la serie de las causas, debemos admitir que la última causa, causa sui, es Dios, que es causa de su propia existencia

Puesto que se ha demostrado la existencia de Dios como un Dios perfecto y, por tanto, bondadoso y veraz. Dios, en su infinita bondad no puede permitir que exista un ser, igualmente poderoso que él, que me induzca a error cuando pienso. Y como Él es veraz no puede permitir que yo me engañe. De esta manera, queda garantizada la existencia de la verdad. Él se convierte en el garante y fundamento del criterio de verdad: ahora, porque Dios lo garantiza, puedo estar seguro de que si concibo una idea como evidente es verdadera y el objeto al que se refiere existe realmente aunque sólo en lo que tal idea se concibe como lo esencial al mismo.

(No obstante, como ya advirtió Arnauld en las cuartas objeciones a las Meditaciones metafísicas, en

Descartes hay un círculo vicioso: se apoya en la veracidad de Dios para asegurar la capacidad cognoscitiva

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y, por otro lado, afirma a Dios a partir de las ideas innatas que Él nos ha puesto en la mente. No queda claro, entonces, si el cogito es realmente el principio de la filosofía o se subordina a Dios)

LA EXISTENCIA DE LAS COSAS CORPÓREAS

Yo tengo ciertas ideas que me representan cosas sensibles y tengo una fuerte inclinación a creer que dichas ideas las causan en mí dichas cosas sensibles... Dado que Dios no es falaz, no es un Dios engañador, hay que concluir que dicha inclinación no es ilusoria y que, por tanto, las cosas corpóreas existen realmente. De manera que Dios, puesto que es veraz, se convierte en la garantía de que a mis ideas corresponde una realidad extramental.

Ahora bien, ¿estas cosas son tal y como las percibimos? Según Descartes, lo único que cabe afirmar como realmente existente en los cuerpos es lo que entendemos clara y distintamente que corresponde a su naturaleza puesto que se contiene en su idea, y lo único que se concibe con claridad y distinción como perteneciente a los cuerpos es su extensión y las características que de ésta se derivan: figura, movimiento... A estas cualidades —matematizables— de los cuerpos se les llama, desde Galileo

“cualidades primarias”.

En cuanto a las cualidades como el sonido, el color, el olor, etc, se perciben de modo confuso, y no se hallan en el objeto sino en el sujeto. Son las “cualidades secundarias”.

¿Qué son, pues, los cuerpos? Cosas extensas (res extensa) EXISTEN TRES TIPOS DE SUSTANCIAS.

La sustancia constituye en Descartes, y en todo el racionalismo, un tema fundamental. Descartes define la sustancia como aquello que no tiene necesidad más que de sí mismo para existir. Ahora bien, el único ser capaz de subsistir por sí mismo es Dios, los demás seres necesitan de la creación y conservación por Dios. ¿Quiere esto decir que sólo hay una sustancia, Dios? Descartes no saca esta conclusión; reconoce, en efecto, que el término sustancia sólo es aplicable, en sentido propio, a Dios, pero afirma que, en sentido analógico, puede aplicarse también a aquellos seres creados, que sólo necesitan del concurso divino para existir, a diferencia de aquellos otros, que necesitan, además, de otros seres creados. Así distingue dos sustancias creadas: el yo o sustancia pensante (res cogitans) y los cuerpos o sustancia extensa (res extensa). La res cogitans y la res extensa, si bien necesitan del concurso divino, no necesitan en cambio de otros seres creados para existir y, en este sentido, cabe decir que son sustancias. La sustancia pensante y la sustancia extensa son independientes entre sí, independencia que Descartes fundamenta en el hecho de que se tiene de ellas ideas claras y distintas. La nota más destacada de la noción cartesiana de sustancia es su autonomía o independencia.

Nosotros no percibimos las sustancias como tales, sino que las conocemos por sus atributos, Y entre éstos, hay uno que constituye la esencia o naturaleza de cada sustancia: la extensión en longitud, anchura y profundidad es el atributo esencial de los cuerpos, y el pensamiento es el atributo esencial del yo

Descartes habla también de modos, que son modificaciones variables de la sustancia y necesitan de ésta para existir la figura, el movimiento, son modos de la sustancia extensa, y la imaginación, el sentimiento, son modos de la sustancia pensante.

EL HOMBRE: DUALISMO MENTE-CUERPO

Existen dos sustancias que son independientes entre sí: pensante y extensa, que no se necesitan la una a la otra para ser.La conclusión natural que se deriva de lo precedente es que el ser humano consta de dos substancias separadas, y que la relación de la mente al cuerpo es análoga a la que hay entre el piloto y la nave.

Sin embargo, Descartes había ya rechazado esta analogía para explicar al hombre y él asegura que

tiene que haber alguna verdad en todas las cosas que la naturaleza nos enseña, pues la ha hecho Dios, que

no es engañador. Así pues, si la naturaleza me enseña que tengo un cuerpo que es afectado por el dolor, y

que siente hambre y sed, no puedo dudar de que en todo eso hay alguna verdad. Pero “la naturaleza me

enseña también mediante esas sensaciones de dolor, hambre, sed, etc., que no estoy solamente alojado en

el cuerpo como el piloto en su navío, sino que estoy muy íntimamente unido a aquél, y, por así decirlo, tan

entremezclado con él mismo que parezco componer con él un solo todo. Porque si no fuese así, cuando mi

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cuerpo es herido, yo, que soy solamente una cosa pensante, no sentiría dolor, sino que percibiría la herida por el solo entendimiento, lo mismo que el marinero percibe por la vista que algo ha dañado su navío”.

Descartes parece encontrarse en una situación difícil. Por una parte, su aplicación del criterio de claridad y distinción le lleva a subrayar la distinción real entre alma y cuerpo, e incluso a representarse a cada uno de éstos como una substancia completa. Por otra parte, no quiere aceptar la conclusión que parece inferirse, a saber, que el alma está simplemente alojada en el cuerpo, al que utiliza como una especie de vehículo o instrumento extrínseco, porque tenía conciencia de que el alma es influida por el cuerpo y el cuerpo por el alma, y que ambos tienen que constituir, en algún sentido, una unidad. Descartes no estaba dispuesto a negar los hechos de la interacción, y, como es bien sabido, intentó averiguar el punto de esa interacción.

Aunque el alma está unida a todo el cuerpo, pues es una e indivisible, hay, sin embargo, una cierta parte en la que ejerce sus funciones más particularmente que en todas las demás; y generalmente se cree que esa parte es el cerebro, en concreto una parte de él: la glándula pineal.

Indudablemente, la localización del punto de interacción no resuelve los problemas concernientes a la relación entre un alma inmaterial y un cuerpo material: desde cierto punto de vista, parece subrayar la distinción entre alma y cuerpo. No obstante, está claro que Descartes no tenía intención alguna de negar la interacción.

Tomados separadamente, son substancias completas. “Sé, dice el autor, que la substancia pensante es una cosa completa, no menos que la que es extensa”. Al mismo tiempo, “es verdad que en otro sentido pueden ser llamados substancias incompletas en tanto que se relacionan a otra substancia al unísono con la cual forman una sola cosa subsistente en sí misma.., alma y cuerpo son substancias incompletas, referi- das al hombre, que es la unidad que, juntos, forman”.

MORAL PROVISIONAL

El método cartesiano, ese método que unifica las ciencias con el fin de la construcción de la ciencia universal, también debía ser la base de una ciencia moral, racionalmente fundada. Sin embargo, hasta que llegase ese momento en el que pudiese elaborar “la más alta y más perfecta ciencia moral que, presuponiendo un conocimiento de las demás ciencias, es el último grado de la sabiduría”, era necesario proveerse de unas ciertas reglas morales, a fin de resolver la vida práctica sin caer en la irresolución.

Considera que, como muchas veces nos vemos obligados a actuar aun en medio de la duda, debemos hacerlo como si los postulados fuesen absolutamente válidos; lo cual no significa defender la indiferencia o la comodidad, puesto que el hombre ha de procurar clarificar todos los aspectos concomitantes a todo acto humano. De ahí el sentido de su “morale par provision” (que no provisional), cuyas máximas presenta ya en su Discurso del método.

Así, en su Discurso del método, antes de aplicar su duda metódica, Descartes plantea una ética provisional. En síntesis, los postulados o preceptos de dicha ética que propone para sí mismo, serían los siguientes: Se resuelve a

a) Obedecer las leyes y costumbres de su país,

b) Ser firme y resuelto en sus acciones, y seguir fielmente incluso las opiniones dudosas (opiniones aún no establecidas más allá de toda duda), una vez que su mente las ha aceptado.

c) Tratar de vencerse siempre a sí mismo más bien que a la fortuna y a alterar sus deseos más bien que tratar de cambiar el orden del mundo.

d) Finalmente, resuelve dedicar su vida entera al cultivo de su razón y a hacer tantos progresos como pueda en la búsqueda de la verdad.

Por consiguiente, Descartes elabora una moral para sí mismo que, si bien puede tener validez universal debido a su formulación en reglas normativas, no intenta proyectar hacia los demás.

Simplemente expresa el comportamiento que él mismo ha seguido en su vida, adecuándolo a sus

postulados filosóficos, pero sin intentar fundamentarlo con el rigor propio de una moral auténticamente

racional.

(14)

ESQUEMA-RESUMEN DE DESCARTES

OBJETIVO DE SU FILOSOFÍA: ENCONTRAR UNA VERDAD FIRME Y SEGURA

Para ello es necesario un MÉTODO: la certeza absoluta o EVIDENCIA (CLARIDAD Y DISTINCIÓN DE LAS IDEAS)

La principal finalidad del método: dirigir adecuadamente, hacia la verdad, las dos operaciones de las que dispone la razón: INTUICIÓN Y DEDUCCIÓN.

Para buscar las verdades evidentes que se conozcan por intuición es preciso antes utilizar la DUDA como método ( no una duda escéptica sino una duda metódica que será provisional pues se abandonará en cuanto se halle, si se halla, una verdad).

¿DE QUÉ DUDA DESCARTES Y POR QUÉ?

¿De qué duda? ¿Por qué? Significado

Del testimonio de los sentidos Porque algunas veces nos engañan, por lo que no son fiables

Puede que el mundo no sea tal y como lo muestran los sentidos. No nos podemos fiar de sus datos

De la existencia del mundo extramental

Es imposible distinguir la vigilia del sueño

Puede que el mundo sea una mera ilusión, una fantasía creada por mi propia imaginación

De las verdades matemáticas y lógicas

Hipótesis del genio maligno:

puede que exista un ser maligno y poderoso que emplee todo su poder en engañarnos y nos haga tomar lo falso por verdadero

Duda de la propia razón como fuente de conocimiento

¿No hay, pues, ninguna verdad? ¿Todo es dudable?

LA PRIMERA VERDAD ( PRIMER PRINCIPIO DE LA FILOSOFÍA): Es imposible dudar de que dudo, imposible dudar del propio pensamiento mientras se está pensando. Si yo estoy pensando necesariamente existo.

“Pienso, luego soy” ( “Cogito, ergo sum”) (Conocimiento que tengo por intuición)

De esta verdad no se puede dudar porque es evidente, clara y distinta a mi razón. Y ¿qué soy? Soy sólo PENSAMIENTO, una cosa que piensa, res cogitans.

Pero si sólo estoy seguro de que yo soy ¿estoy solo en el mundo y éste se reduce a ser ideas mías?

(Solipsismo e idealismo) Para salir de aquí se ha de probar que alguna otra realidad existe. ¿De dónde partir? De las ideas que yo poseo, y no de aquellas que puede crear mi fantasía (ficticias) o que parecen provenir de fuera (adventicias), pues el mundo entero está puesto en duda, sino de las que desde siempre posee mi razón (innatas) Si hubiera en mi razón una idea que remitiera a un ser más perfecto que yo mismo, no la podría haber creado yo pues de una causa imperfecta es imposible que se produzca un efecto superior a la causa. ¿Existe en mi razón una idea así? Sí, la idea de Dios como ser perfecto e infinito. Tal ser ha de existir y ha puesto su idea en mí. Como es perfecto no es engañador, pues es bueno y, por tanto, veraz. Él me garantiza que mi razón no se engaña cuando una idea se le presenta como clara y distinta, es decir, como absolutamente verdadera. Luego las verdades matemáticas son verdaderas y también el mundo a que ellas remiten: la realidad exterior, si bien considerada sólo como extensión (res cogitans).

En definitiva existen tres tipos de realidades o sustancias: Dios o sustancia infinita, yo o sustancia pensante

y mundo o sustancia extensa.

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EL CONOCIMIENTO

GIRO EN FILOSOFÍA: LA GNOSEOLOGÍA TIENE PRIORIDAD SOBRE LA ONTOLOGÍA RACIONALISMO

PUNTO DE PARTIDA Y OBJETIVO MÉTODO:

 NECESIDAD DEL MÉTODO

 TIPO DE MÉTODO: MATEMÁTICO

 MÉTODO DESCUBRIDOR

 FINALIDAD DEL MÉTODO: DIRECCIÓN DE LAS DOS OPERACIONES DE LA MENTE: intuición y deducción

 Definición de método

 Las reglas del método

 Aplicación del método a la filosofía: La duda metódica

 Fin de la duda: El “Cógito”

DIOS

BUSCA UNA VERDAD FIRME EN LA QUE ASENTAR TODA LA CIENCIA DUDA

1ª VERDAD: cogito, ergo sum

Consecuencias: solipsismo, idealismo

¿Cómo salir?

1.- Argumento Gnoseológico: Basándose en las ideas que posee llega a demostrar la existencia de Dios 2.- Argumento Ontológico: Basándose en la propia definición de Dios como ser que encierra todas las perfecciones

3.- Argumento Cosmológico: Dios como causa de mi propio ser.

Dios veraz  NO existe un genio maligno  La verdades matemáticas son verdades  me remiten a un mundo extra-mental del que solo puedo asegurar que es extensión.

Conclusión: Existen 3 sustancias: Dios, Sustancia pensante, sustancia extensa.

TEMA DEL SER HUMANO Objetivo de Descartes Duda  1ª Verdad  Cogito Criterio de Verdad=Evidencia

Llega a partir de sus ideas a establecer la existencia de tres sustancias: divina, pensante y extensa:

 Definición de sustancia

 Tres sustancias

 Atributos y modos

Por la aplicación del criterio de verdad sólo se podrá considerará que la esencia o atributo principal de una sustancia lo que se concibe con claridad y distinción en su idea. Por tanto, al aplicar este criterio al hombre se llega al dualismo, la sustancia pensante y la extensa se presentan con independencia a la mente  hombre= compuesto de dos sustancias completas

Rechazo de la metáfora del hombre como piloto del cuerpo Rechazo de tal dualismo extremo

Interacción

Base fisiológica de la misma: glándula pineal

Referencias

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