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IDEAL POLITICO DE BOLEVAR 15.

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medio de ilegar al fin. Deaqul, pues, que al desarrollar ci tema propusto vamos siguieri- do los pasos del itustre pesonaie no como la sombra que Ic acompana en todos sus movi- mientos,sino como un critibo investigador que trate de inquirir cual fue iL meta perseguida por ci hombre de Estadoque fundO tres in- ciones y aseguró Ia independencia tie todos los paises hispano-arnericanosl

II

Nadie, a primera vista, omprendera la cx- celsitud de la obra del Lib 2rtador sin compa' rar lo que era la America Meridional con lo que es en los dias presc rites. Para que un hombre ilegue a concebir: A perfeccionar Ia idea de independizar un :ontinente en que figu ran din y o&rn nacion as soberanas, due- ias de sus destinos, y ha :iendo parte de la sociedad internacional de :odo el universo, y como base y consecuencia, al propio tiempo, de tal hecho, establecer tin a nacionalidad que asegurandose su propia it .dependencia ase- gurara la de las demas, se recesitaba que ese hombre fuera uno de esos heroes cuya gran- deza sobrepasa a la de Ins tros; y cuando se considera que tat hecho sal e de los moldes or.

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dinarios en que trabajan y se agitan los he- roes comunes de la Humanidad, el asombro y Ia admiraciOn crecen hasta igualarse con Ia.

proceritud de ese genio extraordinario.

Tal acontece at pensar en Ia obra de SimOn.

Bolivar, porque es a todas li.ices claro que el, ideal que desde temprano genninO y se des- arrollo en esa mente creadora, yd Ia cual dedi-- co pensamiento, voluntad y energias, fue Ia do

dar al continente meridional una absoluta in- dependencia del poder europeo, y fundar una nacion que debia ser, por lo menos, tan res- petable como Ia de los Estados Unidos, con soberania absoluta, instituciones propias, es- tatuto republicano, poderosa y capaz por si sola de mantener Ia hegemonia de toda Ia- America, que antes fuera sujeta al dominio es- panol. Obra esta colosal, superior a los deseos.

de un hombre tie capacidades comunes y mas propia de lOS cerebros visionarios que de los reflexivos y calculadores.

A fines del siglo xvxu, el territorio que hoy comprende las republicas de Colombia, Ve- nezuela y Ecuador contenia tres millones de habitantes 0, en cifra exacta, dos miflones no- vecieritos mil, de los cuales la mayor parte, casi Ia totalidad, se componfa de indigenas, pardos libres y esciavos, correspondiendo Ia menor a los blancos, que son ordinariamente los inenos fuertes en Ia complexion fisica

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los de inejor constttuciOn dn voluntad, inteli- gencia y energia moral. Segon los calculos ue a principios del 51gb XIX dirigiO ci baron de Humboldt a Bolivar, la extension de Los tres paises en conjunto es de noventa y dos mil leguas, que, como todo1s sabemos, está Ii- initada at Norte por ci AtLantico a! Sur por el rio Amazonas; al OrienteL pane; Limites con el Brasil y la Guayana inglsa, y al Occidente, por el Oceano Pacifico.

En los años de La guerra magna nose cono- ccian ferrocarriles, ni buqt4s de vapor; los Ca- minos eran intransitables, las cornunicaciones fluviales se hacian en lentlsimos y mabos bar- quichueLos y curiaras,movida5 a fuerza debra- zos; rara vez en champaneL casi siempre inuy pesados, y las niaritimas a duras penas se sos- tenian en buques de vela, abundantes en Los paises europeos y escasisiflos en las regiones coloniales; aiTh no se habian inventado ]os te- legrafos, y los correos potales eran tardlos, fuera de correr muchos risgos en los vastos 'clesiertos que atravesabani.

La ilustracion estaba circunscrita entre ]as clases pudientes, y era la deneralidad del pue- blo, pacifica, respetuosa d1 poder consutuido, ignorante y timida en materia de revueltas p0- iiticas, enemiga de noveddes y fanatica en cuanto a creencias religioas. Pensar en mdc- pendizar de la metrOpoliun pueblo de estos

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para establecer naciones soberanas, mediante una gran lucha armada que no podia menos de sobrevenir, habria sido, para hombres quo no fueran como nuestros prOceres, pensamiento de dementes.

No habia, sin embargo, tal demencia. Bien sabian nuestros próceres lo que pensaban, cOmo lo hacian, y por qué medios podia lie- varse a cabo una revolucion. Las clases popu- lares no estaban preparadas para ello; pero los espaftoles crioltos si lo estaban, y corn- prendian que despues de haberse Ilevado a dma la independencia de las cotonias ingle- sas, tarde a temprano ci mismo acontecirnien- to sucederia en la America espanola. En la inisma Peninsula se comprendio asi por los hombres de pensamiento, bien que ci Gobier- no hiciera caso orniso de advertencias pie oportunamente le liegaron. A propOsito de esto copiamos los presentimientos del conde de Aranda:

La independencia de las coionias inglesas decia ci conde—acaba de ser reconocida, y esto para ml es Un motivo de temor y pesar. Esta RepUbiica fe- deral ha nacido pigmea, por decirlo asi, y ha nece- sitado ci apoyo de La fuerza de dos Estados tan pa- derosos como la Espafia y la Franca para lograr su independencia. Tienipo vendra en que ilegara a ser gigante, y aim coloso muy temibic en aquellas

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vastas regiones. Eritonces ela olvidara los benefi•

cios que reciblO de ambas potencias, y no pensará sino en engiandecerse. Su primer paso sera apode-

raise de las Flojidas para dotninar el golfo de Me•

jico. Esos temores son, senor!, dernasiado fundados y habran de iealizarse dentrd de pocos aims si an- tes no ocurrieren etros mas funestos en nuestras Ameilcas. Una sabia polItica nos aconseja preca- vernos de Ins mates que ameAazan.

Por otra parte, ci con(

estaba inforinado por las don Bernardo del Camp dres, Ic habta dirigido en ta de urn expediciOn q' proyectaba por don Luis te de varies americanos, conferencias con lord S interior, con el general I cretario, Mr. Barrier. En embajador espanol en Lo:

nuncio que sigue;

de Floridablanca )municaclones que ministro en Lon- 784, dándole cuen- en Inglaterra se dalle, representan- Lien at efecto tenia ney, ministro del rUng y eon su se- a misma epoca el Ires recibiO ci de-

19 Senor embajador: hacia e mo Ilegaron aqul dos hombr gados de ctertos asuntos poll partido compuesto de los va catolica en la America Meni Juan Bautista Morales y ci o

le Junio de 1784.

mes de Febrero ulti- que se dectan encar- cos, por cuenta de un LbS de su majestad onal. El uno se llama o Antonio Pita; ase-

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guran que sus coimtentes forruan un cuerpo consi- derable por su nüniero, fuerza e influenca. El uno se hace pasar por joyero y ci otro por medico, y su residencia ordinaria se halla en la Cite a sus arra- bales. Por muy grande que sea el secreto que han guardado, & objeto de su mision y los progresos de su negociacion son en parte conocidos, y Si vues- tra excelencia desea imponerse de ellos, la persona que tiene el honor de dirigirse a vuestra excelencia se los comunicará, siempre que se le indique ci tiempo y lugar en que pueda leer a vuestra exce- lericia 6A la persona que goce de su confianza una memoria en que consta Ia relaciOn de todo este asunto

Como la persona que esto escribe está interesada en que nadie sepa que ella se ha dirigido a un ml- nistro extranjero, por cualquier motivo, preferira que se Ic designe para la conferenca un lugar ths- tinto de la casa de vuestra excelencia.

El dador de ésta puede recibir Ia respuesta, si hay lugar a ella (i).

Las proposiciones hechas pot D. Vicente de Aguiar y D. Dionisio Contreras, "vecinos cria- //os—dice el documento—del Reino de Santa Fe a Nuevo Reino de Granada, hombres de talento, ricos, respetables; los prirneros gene- rales que dicho Reino nombro en las disputas que tuvo con Espana en el aflo de 1780", adon

(i) Manuel Briceflo, Los Cotnuneros, pig. 227.

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Luis Vidalle, en 1783, ci Curaçao, para que en nombre de ellos y de los habitantes del virreinato fuesen trasladadas al ministro in- glés, fueron:

1•a Que el ministro i ngles, acordandose del apoyo que los Estados Unidos recibieron de la casa de Borbon para independizarse de Inglaterra, tomará bajo su protectorado el reino de Santa Fe, con la s provincias de Ma- racaibo, Santa Marta y CArtagena.

2.1 Que Inglaterra des1pachara inmediata- mente at virreinato, bajo bandera hoiandesa ó imperial, 10.000 fusiles con sus bayorietas y cartucheras, x.000 sabes, 200 culebrinas,

600 trabucos de caballe9fa, balas, 30.000 Ii- bras de polvora comun y .000 libras de pal- vora de la mejor calidad.

3.' Que esos elementos fuesen enviados a Curaçao, encubiertos con supuesta came de vaca salada, manteca, etc., teniendose en cuen- ta que se indicaba esa isa por hallarse muy cerca de Bahiahonda, regiOn habitada por los indios más enernigos de la dominaciOn espa- nola.

4.' Que dichos elementos deberian ser embarcados para Ia isla I de Curaçao en un bergantin muy buen veero, y Ilegado allf serla despachado inmediatamente con D. Vi- cente Aguiar y D. Luis yidalle para Bahia- honda, para que pu diese i? ponerse en tierra

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cuidadosamente las armas y municiones, y despues pasar ci barco a Jamaica.

.ft Suplicar al Gobierno ingles Ia conce- siOn de pagar tales elementos a prorrata de una onza por cada fusil, los sables a peso, cu- lebrinas a veinte pesos, trabucos a ocho y la polvora a uno por libra, etc.

6.' Que la correspondencia fuese conduci- da por Ia via de Curaçao, por conducto de don Luis, quien habia de residir en aquella isla baja disfraz de comerciante. Alli se habria de tener un barco muy velero que pudiese des- pachar at Gobierno de Jamaica en cualquier caso necesario, a fin de que ci Gobierno ingles pudiese enterarse de las cosas más menudas que pasaran.

7.' Que ci Gobierno ingles impidiese ir a bordo de tat bergantin a toda persona que se hubiese ernpleado en cargarlo con aquellos elementos, y a toda persona ô personas que los hubiesen labricado, y a las que conocieran a D. Luis O al cornisario que el Gobierno in- gles quisiera nombrar.

8. Suplicatoria al Gobierno de Ia Gran Bretaa para que hiciera enseAar la lengiLa espanola a algunos oficiales, ingenieros y tro- pa, para que cuando estuviese bien encendido el fuego en el reino de Santa Fe, se Ic pudie- sen pedir algunos de esos oficiales, siendo cierto que en el reino de Lima no se espera-

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22 J. D. MONS ba sino los prilneros movi las arinas, lo mismo que ] racaibo, Santa Marta y Ca

No eran estos los ünico guerra de la independenci par esta época se present mas del inovirniento se I Mejico hasta Chile y la Ar por ci despertar del espiri nos pueblos, otras, por io cionales de Espana con liii casi siempre en las coloni:

Ni era menos anunciada que haWaii de acaecer en notes la decadencia crecie litando la monarquia de ic ya hacla cosa de ochenta siones de politica interior prolongada guerra de suc breciendo de dinero, de c bres de Estado a la nact decir quc en sus domin el sot.

iientos pant tomar provinctas de Ma- tagena (x).

preliminares de la sur-arnericafla que ban; ya los sinto- cian notar desde entina, unas veces

LI belicoso de atgu- confuictos intenna- aterra, localizados de los trastornos is dominios espa- e que estaba debt- Borbones, porque as que ]as disen- los efectos de la

;iOn venian cinpo- ergias y de horn-

que un dia pudo s no se ocultaba

(i) Manuel Briceflo, Los L'omiineros, pãgunas 22S-231

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