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Los Muiscas de Santafé a través de las prácticas y el territorio: 1550-1650

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Academic year: 2020

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(1)LOS MUISCAS DE SANTAFÉ A TRAVÉS DE LAS PRÁCTICAS Y EL TERRITORIO. 1550-1650.. LINA JARAMILLO PACHECO. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA BOGOTÁ 2003. 1.

(2) LOS MUISCAS DE SANTAFÉ A TRAVÉS DE LAS PRÁCTICAS Y EL TERRITORIO. 1550-1650.. LINA JARAMILLO PACHECO. Monografía para optar al título de Antropóloga. Director: Monika Therrien. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA BOGOTÁ 2003. 2.

(3) A mi familia.... 3.

(4) Agradecimientos. Ya concluido un trabajo que por momentos pensé nunca iba a terminar, quiero agradecer a todas aquellas personas cuyo apoyo me permitió llegar a este punto. A mi mamá por apoyarme durante estos años y llevarme a hacer las cosas cada día mejor; a mi papá por ser el admirador número uno de este trabajo y por creer en mi; a Nanis por su afán para que esto quedara siempre mejor; y a Juan, por su paciencia y la gran ayuda que me brindó en estos largos meses. A Monika Therrien por haber seguido como directora de la tesis aún cuando ésta parecía no andar, y a Roberto Lleras por lo que trabajando con él, aprendí sobre los Muiscas del altiplano Cundiboyacense.. Finalmente agradezco a quienes trabajan en el Archivo General de la Nación, al padre Antonio Calle y al Archivo Histórico de la Universidad Javeriana, quienes me facilitaron toda la información con la que fue posible realizar este trabajo.. 4.

(5) Índice Pág. Agradecimientos Introducción. 9. 1. Una aproximación al Contacto Cultural. 15. 1.1.Los Muiscas de Santafé a través de la ‘Teoría de la Práctica’. Pierre Bourdieu y Anthony Giddens.. 16. 2. Sociedad y territorio. El caso de los Muiscas. 2.1.El espacio y la construcción y reconstrucción de las sociedades.. 27 28. 2.1.1. Espacio como territorio. El espacio como tierra.. 29. 2.1.2. El carácter dinámico del espacio.. 35. 2.2.Los discursos que guiaron las acciones de los españoles y las acciones de los muiscas en la colonia frente al espacio y la tierra en el altiplano Cundiboyacense 36 2.2.1. Los Muiscas.. 37. 2.2.2. Los Muiscas se encuentran con los españoles.. 39. 3. La Santafé de los Muiscas: Un pueblo entre dos mundos.. 48. 3.1.La elección del sitio.. 48. 3.2.Los Muiscas de Santafé.. 53. 3.2.1. ¿Quiénes eran los muiscas de Santafé?. 53. 3.2.2. ¿Dónde estaban ubicados?. 57. 3.2.3. Vivir entre dos mundos.. 70. Conclusiones. 99. Bibliografía. 102. Anexos. 110. 5.

(6) Índice de cuadros Pág. 1. Procedencias de los Muiscas que residen en Santafé. 1550-1650.. 53. 2. Adquisiciones y herencias sobre los predios de los Muiscas de Santafé. 1550-1650.. 78. 3. Características de los solares que poseen los Muiscas de Santafé. 1550-1650.. 93. Índice de gráficos. 1. Fechas de los documentos analizados en esta tesis pertenecientes al Archivo General de la Nación.. 14. 2. Procedencias de los Muiscas que residen en Santafé. 1550-1650.. 55. Índice de mapas. 1. Mapa de Procedencias.. 52. 2. Parroquia de la Catedral. Parroquianos.. 60. 3. Parroquia de la Catedral. Propietarios.. 61. 4. Parroquia de las Nieves. Parroquianos.. 62. 5. Parroquia de las Nieves. Propietarios.. 63. 6. Parroquia de Santa Bárbara. Parroquianos.. 64. 7. Parroquia de Santa Bárbara. Propietarios.. 65. 8. Parroquia de San Victorino. Parroquianos.. 66. 9. Parroquia de San Victorino. Propietarios.. 67. 6.

(7) Índice de documentos. Caciques e Indios 1. Don Diego (Sacguacta). Tomo 20. Folios 820-825.1593.. Fincas de Cundinamarca 2. Catalina Núñez y Alonso Guanaco 3. Ines India Criolla 4. Juan Pelador. Tomo 2. N.O.A. 10. Folios 417-500. 1630. Tomo 5. Folios 197-284. 1594. Tomo 7. Folios 1-93. 1608.. Notaria 1 5. Catalina Pinjuela 6. Don Juan Cacique de Guatavita 7. Isabel de Figueredo. 8. Leonor.. Tomo 35. Folios 128-130. 1617. Tomo 31. Folios 379-380. 1609. Tomo 25. Folios 161-163. 1601. Tomo 2. Folios 519-521. 1585.. Notaria 2 9. Alonso Indio Ladino 10. Ana India 11. Beatriz India 12. Beatriz Yuste 13. Catalina India Ladina 14. Clara India 15. Clara India Ladina 16. Don Alonso Indio 17. Elvira Rodríguez 18. Francisca India Ladina 19. Ines India 20. Isabel Guayacundo 21. Isabel India Ladina 22. Juan Indio 23. Juan Quintanilla 24. Magdalena India 25. María India Ladina. Tomo 17. Folios 11-13. 1616. Tomo 49. Folios 92-96. 1628. Tomo 17. Folios 181-184. 1617. Tomo 14. Folio 186. 1613. Tomo 27. Folios 31-33. 1621. Tomo 32. Vol. 2. Folios 186-188. 1623. Tomo 30. Folios 374-376. 1622. Tomo 43. Folios 181-183. 1626. Tomo 3. Folios 201-203. 1587. Tomo 8. Folios 910-919. 1591. Tomo 45. Folios 224-225. 1627. Tomo 13. Folios 79-80. 1610. Tomo 23. Folios. 41-44. 1620. Tomo 43. Folios 51-52. 1626. Tomo 18. Folios 42-43. 1617. Tomo 20. Folios 109-111. 1618. Tomo 70. Folios 138-141. 1638.. Notaria 3 26. Ana India 27. Ana de Castro. Tomo 12. Folios 241-243. 1621. Tomo 37. Folios 25-26. 1633. 7.

(8) 28. Ana María India 29. Catalina Cañar 30. Clara India 31. Don Andres Cacique de Macheta y Tibirita. 32. Diego Indio y Magdalena India. 33. Felipa de Costilla 34. Francisca de Castro 35. Francisca de Guevara 36. Francisca India 37. Francisca India 38. Francisca India Ladina 39. Francisca India Ladina Criolla 40. Francisco Texar Indio 41. Isabel India Criolla 42. Juan Guayacundo 43. Juan Tambo 44. Juana India 45. Juana de Orejuela 46. Juana Sanguino 47. Luis Jiménez 48. Luisa India Ladina 49. Melchor Botonero. Tomo 48. Folios 3-4. 1637. Tomo 26. Folios 1-2. 1630. Tomo 37. Folios 24-25. 1633. Tomo 38. Folios 89-92. 1633. Tomo 9. Folios. 482-483. 1619. Tomo 46. Folios 32-33. 1636. Tomo 37. Folios 62-64. 1633. Tomo 27. Folios 181-183. 1630. Tomo 26. Folios 40-41. 1630. Tomo 38. Folios 95-96. 1633. Tomo 31. Folios 36-38. 1631. Tomo 38. Folios 74-75. 1633. Tomo 38. Folios 82-83. 1633. Tomo 38. Folios 109-110. 1633. Tomo 7. Folios 454-456. 1617. Tomo 32. Folios 121-123. 1631. Tomo 38. Folios 99-100. 1633. Tomo 27. Folios 144-145. 1630. Tomo 38. Folios 142-143. 1633. Tomo 37. Folios 66-68. 1633. Tomo 35. Folios 42-43. 1632. Tomo 37. Folios 38-40. 1633.. Testamentarias de Cundinamarca 50. María de Escobar. Tomo 45. Folios 781-790. 1631.. Tierras de Cundinamarca 51. Salvador Indio e Isabel India. Tomo 51. Folios 112-132. 1634.. 8.

(9) Introducción “las prácticas específicas crean el mundo o el tiempo y espacio en el que ocurren, y el cual por ende constituye el inmediato de los agentes que lo producen. En cuanto son las prácticas específicas las que constituyen el mundo y la experiencia subjetiva, es a las variaciones en prácticas específicas que debemos aplicar nuestra atención.” (Gow, 1995; 60)1 El hombre, como uno de los seres vivos que nacen y se reproducen sobre la tierra, es un espécimen cuya existencia depende y ha dependido, de la forma como éste se ha relacionado material y simbólicamente con el medio físico en el cual vive; con el fin de hacer un espacio en el cual pueda organizar grupos sociales aptos para sobrevivir. Esta construcción se realiza a través de sus prácticas -en los términos en que serán analizados en el capítulo primero-, de las acciones que lleva a cabo cada uno de los miembros de un grupo social en la búsqueda por satisfacer sus necesidades básicas así como por reproducir la estructura sobre la cual se levanta la sociedad de la cual hace parte –estructura que en general es aquella que también asegura la supervivencia material del grupo y sus individuos-. En esta medida, cada acción que se realiza no sólo significa revivir el orden social sino también el espacio sobre el cual la sociedad se estructuró, aquel que ésta generó para organizarse.. En esta medida, el análisis sobre las acciones que generan los seres humanos como sujetos sociales alrededor de ese espacio, pueden llegar a ser fuente importante en la comprensión no sólo del funcionamiento de la sociedad, sino también de las formas en que estos mismos sujetos se están enfrentando a los cambios que en su estructura presentan estas sociedades. Cambios que pueden ser tan radicales como aquellos que se viven en situaciones de conquista y colonización como las que vivieron los muiscas en el siglo XVI.. 1. “...specific practices create the world, or spacetime, in which they occur, and which thereby constitutes the immediate of the agents who produce it. In so far as it is the specific practices which constitute both world and subjective experience, it is to variations in specific practices that we must apply our attention.” 9.

(10) El objeto de estudio del presente trabajo será la población muisca que habitó la ciudad de Santafé entre 1550 y 1650. El tiempo abarcado es aquel que bien podría tomarse como los primeros cien años de colonización, en tanto es alrededor de esta época cuando se instauran en Santafé, instituciones coloniales como la Real Audiencia, máximo ente de ordenamiento y control durante la Colonia. Por su parte, la delimitación espacial será la ciudad de Santafé, lugar que si bien fue el centro administrativo del Nuevo Reino de Granada, hasta mediados del siglo XVII tuvo una población mayoritariamente indígena.. Esta situación hizo un contexto bastante particular, en el que en el corazón del dominio español, un amplio número de indígenas muiscas tuvieron que organizarse para sobrevivir. Tal organización, implicó aprender a vivir dentro del nuevo orden, aprehenderlo y apropiárselo; dotar a sus actores, acciones, y el espacio en el que éstas se desarrollaron, de significaciones. Significaciones que estaban dadas a partir de lo que éstos habían sido hasta entonces y eran en este momento, así como desde aquellos elementos que este nuevo mundo les brindaba, o, les imponía.. En esta medida el siguiente trabajo se desarrollará fundamentalmente en tres partes; la primera tratada en el Capítulo 1, será una aproximación a la Teoría de la Práctica, con el fin de poder entrar a mirar las acciones de los indígenas de Santafé como elementos significativos de la construcción de sus propias condiciones de vida. Acciones cuya existencia, cuya condición de ser, está determinada por una serie de discursos socialmente aceptados, que estructuran y sustentan el orden social; discursos que frente a situaciones como la del contacto pueden alterarse y, readaptarse según la forma como los sujetos sociales comienzan a percibirlos en medio de las nacientes circunstancias.. Luego, en el Capítulo 2, se muestra cómo estas acciones, son aquellos elementos que en una relación dialéctica con el espacio, harán de éste un cuerpo significativo; agente vivo en la reconstrucción de la sociedad y, por consiguiente de su ordenamiento. Y, finalmente, en el Capítulo 3, se entrará en aquellos detalles, acciones y actitudes que los documentos de archivo –como fuente directa de las acciones de estos indígenas –, 10.

(11) muestran, fueron la manera como los muiscas de Santafé se enfrentaron a las nuevas circunstancias. Acciones particulares, que sólo fueron posibles en medio de un contexto como el que ofrecía la capital del Nuevo Reino de Granada entre 1550 y 1650, una ciudad con una alta población indígena, mucha de ella quizás nativa del lugar, que poco a poco fue encontrando en la negociación entre su propio esquema de vida y la ley española una forma de sobrevivir física, social y culturalmente al mundo colonial.. Negociaciones que conllevaron cambios significativos en todas aquellas situaciones y relaciones a través de las cuales los sujetos, como entes sociales, se conectan con el mundo social; aquellas como los vínculos de parentesco y la relación entre el grupo familiar y el espacio ‘familiar’, el lugar de residencia. Aquel en el que los hombres se hacen seres sociales a través de la relación con sus padres, hermanos, y demás parientes, así como con cada uno de los lugares que les pertenecen, que son significativos para su identidad individual y grupal.. Metodología. Si bien fue a través de las prácticas cotidianas como los muiscas de Santafé interactuaron con el sistema -así cómo lo hicieron parte de sí-, es en éstas, donde ha de hallarse la respuesta a la pregunta de cómo se desenvolvieron éstos frente a las nuevas circunstancias. En esta medida, se recurrió al Archivo General de la Nación en busca de documentos en los que éstos hubiesen dejado plasmadas sus acciones. Documentos que fueron el resultado de la intercomunicación entre indígenas y españoles, elementos utilizados por las instituciones para administrar y poder controlar a la población a través de sus propios testimonios de vida.. Textos que permiten entrar, no a una historia particular, sino a las percepciones que sobre el sistema mismo tenían estos actores sociales; percepciones que guiaron sus acciones en situaciones que fueron determinantes en el devenir de su existencia; dotes que. 11.

(12) aseguraban una línea de descendencia 2 , junto a pleitos y testamentos que garantizaban los bienes a ésta estirpe. Historias narradas por indígenas que hacen parte del grupo de los dominados, pero utilizando el lenguaje de quien domina, situación que encontraron, unos más rápido que otros, cómo la forma más directa y aceptada para legitimarse en el nuevo espacio –social y espacial-.. Son historias que no dicen la verdad, pero que hablan de las verdades sobre uno mismo, y de uno como parte de un algo más grande y poderoso; “Posiblemente el archivo no dice la verdad, pero habla de la verdad, en el sentido en que lo entendía Michel Foucault, es decir, en la forma única que tiene de exponer el Habla del otro, atrapado entre las relaciones de poder y él mismo, relaciones que no solamente sufre, sino que las actualiza al verbalizarlas.” (Farge, 1991; 27) El archivo es la acción que se hace, y la acción que se dice, en otras palabras, la acción que se da a existir en la práctica. En la práctica que hace actores sociales y que hace el espacio en que éstos actores sociales llevan a cabo sus prácticas; el espacio en que se reside, en que se crean y recrean vínculos como los de parentesco, donde se aprehende un rol dentro del grupo familiar, que luego se abrirá y será parte constitutiva de toda la comunidad. Espacios también que podrían ser considerados como públicos o comunales, en los que a través de la interacción con otros iguales, y, con otros que son diferentes a uno mismo, se logra una integración a nivel macro con la sociedad.. Espacios que se convierten en lugares, lugares que en conjunto hacen un territorio; uno que cambia de la mano de los cambios sociales junto a los cuales éste se generó. Un lugar como el ocupado por la Santafé fundada en el siglo XVI, sitio ocupado por los muiscas desde aproximadamente 700 años atrás, lugar de asentamiento de varios poblados que le darían el nombre de Valle de Los Alcázares por Gonzalo Jiménez de Quesada. Lugar de recreo del Zipa, señor de la confederación de cacicazgos del sur del territorio de los. 2. En páginas posteriores se mostrará a partir de uno de los documentos analizados cómo una india con el fin de poner en cinta a su hija, busca que este contraiga matrimonio; para lo cual ella debe dar al futuro marido dinero y un solar. 12.

(13) muiscas, y lugar de reunión de muchos de los pueblos del altiplano en tanto parece haber sido un centro de mercado que se mantendría hasta entrado el siglo XVIII.. Lugar de prácticas permanentes, de una constante construcción social y espacial que la hacía un espacio con significado para su población, un lugar de identidad, en el que día a día, a través de las prácticas realizadas en él los muiscas se hicieron muiscas al menos hasta 1650.. En la década de los treinta del siglo XVI, no existe un fin, hay una transición, un cambio que significó introducir nuevos esquemas a los esquemas ya poseídos, en palabras de Whitehead, “el cambio cultural es una progresión con múltiples facetas que crean un número de posibles rutas para futuros desarrollos, y no es sólo una transición lineal desde un estado ‘tradicional’ hacia uno nuevo.” (Whitehead, 1993; 224). Pues bien, son estas posibles rutas lo que se buscó en los 51 documentos de archivo que fueron analizados en este trabajo; documentos cuya selección estuvo supeditada a tres factores fundamentales, que el sujeto que encabeza el documento fuera muisca –ser nacido en el territorio muisca y venir de una línea de descendencia muisca-, residiera en Santafé, y que el texto, de alguna u otra forma, hablase de la relación entre éste y el espacio, la tierra, el territorio, a través de los vínculos con alguno de los lugares que lo conforman. Con respecto a estos elementos hay un documento, documento N. 42, que parece salirse un poco del marco de elección pero cuya utilización tiene una explicación, el de un indio que es hijo de padre yanacona pero madre muisca, caso que parece no salirse de los cánones de esta investigación si se toma en cuenta que la descendencia entre los muiscas estaba ‘tradicionalmente’ dada por la madre, y que además este individuo era nacido y residía en este territorio, razones que debían haberlo hecho más muisca que yanacona.. 13.

(14) Gráfico N. 1. Los documentos oscilan entre 1550 y 1650 (Ver Gráfico N. 1 con las fechas de los documentos), y de las transcripciones la número 29 corresponde a Jimena Loboguerrero; las números 5, 6, 7, 8, 12, 18, 20, 35, 42, 43 y 48 fueron tomadas del libro de Pablo Rodríguez “Testamentos Indígenas de Santafé de Bogotá, Siglos XVI-XVII.”; y el resto de los documentos (N. 1, 2, 3, 4, 9, 10, 11, 13, 14, 15, 16, 17, 19, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 30, 31, 32, 33, 34, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 44, 45, 46, 47, 49, 50 y 51) fueron transcritos personalmente en el transcurso del segundo semestre del 2002.. 14.

(15) 1. Capítulo Primero. Una aproximación al Contacto Cultural. “...el cambio cultural sufrido por los pueblos nativos americanos no provino de un solo lado, no estuvo solamente dirigido por las intenciones y las estrategias de los europeos.” “...las gentes del continente americano utilizaron una variedad de estrategias para asimilar aquellas influencias europeas en su propio ambiente (social) político y económico, de la misma manera como diferentes grupos nacionales europeos se aproximaron a las personas del Nuevo Mundo a través de otro variado número de estrategias” (Rogers, 1993; 3-4)3. La sociedad colonial fue el resultado de la conjunción de diversas historias; la de los españoles que llegaron a América y la de los indígenas que en ella habían levantado sus sociedades. (Todorov, 1987; Drennan, 1993; Gruzinski, 2001) Así, si bien son claras la dominación física, social y cultural que ejercieron los españoles sobre los indígenas primero por la fuerza y después a través del sistema legal con el que buscaron reforzar el proceso de “occidentalización” iniciado con la evangelización- es importante resaltar el papel activo que frente a estas acciones tuvieron las sociedades amerindias. Ninguna sociedad, ningún grupo socio-cultural esta ‘muerto o fijado’, como lo muestra Gruzinski, lejos de esto, los grupos indígenas “...no dejaron de construir y de reconstruir sus culturas”. (Gruzinski, 2001) Y lo hicieron, porque es a través de adaptarse a las nuevas circunstancias que se les presentan, como es posible sobrevivir; abriéndose caminos entre lo que el nuevo sistema les ofrece, sobre todo cuando esta situación parecía ser algo que se eternizaba (Gruzinski, 2001).. Los indígenas tuvieron que buscar estrategias para insertarse en el nuevo mundo, estrategias que sobre todo y, ante todo, eran llevadas a cabo en el diario vivir, en las prácticas de la vida cotidiana (Loboguerrero, 2000); espacio en el que día a día los. 3. “...the cultural change undergone by Native American peoples was neither one-sided nor solely governed by European intentions and strategies. Native American peoples employed a variety of strategies for assimilating European influences into their own (social) political and economic environments, just as different European national groups approached the peoples of the New World using varying strategies.” 15.

(16) indígenas se encontraban con los españoles y en medio de conflictos y transformaciones, realizaron prácticas alternativas que les permitieron sobrevivir en el nuevo orden.. Prácticas alternativas que a través del trabajo de archivo realizado con relación a las poblaciones muiscas de Santafé, se nos muestran como la forma que este grupo encontró para sobrevivir en medio del ambiente hostil en el cual se vio inmerso desde el siglo XVI. Prácticas cotidianas que seguramente involucraron todos y cada uno de los aspectos de la vida de este pueblo; desde lo que comían, sus creencias religiosas4 , su forma de vestir y los artefactos que utilizaron5 , hasta las relaciones que tejieron con la población española y con los otros indígenas, así como con la tierra.. En esta medida, son los planteamientos de Pierre Bourdieu y Anthony Giddens, los que parecerían darle una explicación a lo que se encontró en los documentos dejados por los muiscas de Santafé en el período estudiado; una mezcla de elementos indígenas y españoles, más indígenas que españoles en algunos individuos, y más españoles que indígenas en otros, pero, una mezcla de elementos que parecerían el resultado de negociaciones entre los dos sistemas, y la manera como cada persona se encontró en el nuevo mundo.. 1.1. Los muiscas de Santafé a través de la ‘Teoría de la Práctica’. Pierre Bourdieu y Anthony Giddens.. En la búsqueda de los significados y significaciones que pudieron haber dado los pueblos ameríndios a los elementos que hacían parte de su vida bajo el régimen colonial, ha resultado oportuno para algunos investigadores recurrir a la “teoría de la práctica” propuesta por Bourdieu (1977) porque permite percibir a los indígenas como actores que participan en la construcción de la sociedad de la que hicieron parte, como elementos dinámicos cuyas acciones fueron aquellas que generaron y regeneraron el sistema en el cual 4. Sobre el tema de las creencias religiosas, y la transformación que sufren a través de la apropiación de elementos cristianos, aparece para el altiplano y sus habitantes el trabajo de Mercedes López (López, 2001).. 16.

(17) se encontraron inmersos. Hombres y mujeres cuya capacidad de negociación con el sistema no sólo les aseguro la supervivencia, sino que además, permitió que se creara alrededor de elementos “tradicionales” de la cultura muisca, una gama de relaciones y situaciones tan diversas, como pudieron haberlo sido las circunstancias que dentro de historias particulares, enfrentaron los muiscas frente a los españoles.. A través de sus investigaciones, Bourdieu planteó que las diferencias sociales presentes en un grupo estaban dadas por el uso y el consumo de los productos culturales, en otras palabras, por las ‘prácticas sociales’. Prácticas en que los individuos ponen de manifiesto, activan, aquellos elementos culturales que interiorizaron a través de la educación, o la socialización6 ; prácticas en las que la gente está constantemente creando y reproduciendo sistemas de creencias y principios estructurales que organizan y legitiman sus vidas día a día (Lightfoot, 1998)7 para sí mismos y para el resto de la comunidad. Principios estructurales que corresponden, se ajustan, a un capital económico que les dio acceso al manejo de tales esquemas culturales; que les abrió la puerta para que a través de los ojos de la sociedad –una sociedad jerarquizada que legitima cierto tipo de comportamientos según la pertenencia a una clase social específica- pudiesen recrear tales esquemas a través de la práctica, a través de sus habitus.. Así, los habitus de un obrero no serán los mismos a los del dueño de la empresa en la que éste trabaja, cada uno a través de sus acciones en el día a día está asegurando su posición en la escala social; el obrero actuará a través de su papel de subalterno, vestirá sólo aquella ropa que su salario le permite, y, que además está acorde con el que el resto de sus compañeros y familiares utilizan, así como el dueño de la empresa actuará bajo su condición de dueño, según el modelo que su entorno le permite, y le exige, para seguir 5. Tema trabajado por Jimena Loboguerrero (Loboguerrero, 2000) Entre el niño y el mundo todo el grupo interviene, con un grupo de prácticas rituales y discursos, dichos, proverbios; todos estructurados en relación con los principios a los hábitos correspondientes. (Bourdieu, 1977) Hábitos que “son mucho más que simples modos de ajuste con un mundo previamente dado de personas y objetos.” Que “son elementos constitutivos de una aceptación emocional de la realidad del “mundo externo”, sin la que sería imposible una existencia humana segura. Esta aceptación es al mismo tiempo el origen de la identidad del yo, por el aprendizaje de lo que es no yo.” (Giddens, 1997: 59) 7 Citando a Ortner. 6. 17.

(18) siendo parte del círculo en el que lleva a cabo su vida. En esta medida, cada uno adquirirá disposiciones e intereses propios a su estilo de vida, y tomará elecciones de personas, bienes y prácticas, acordes a éste. (Bourdieu, 1997). Tales esquemas y pensamientos que en su particularidad hacen las diferencias entre los distintos grupos de una sociedad, son bajo situaciones normales percibidos por el grupo como evidentes y “naturales”, razón por la que los reproducen de generación en generación. (Loren citando a Bourdieu, 2001) A esta correspondencia entre el orden objetivo y los principios subjetivos de organización, Bourdieu llamó doxa. (Bourdieu, 1977). Según el autor, hay ciertas circunstancias en las que ante la posibilidad de una crisis objetiva, se presente un rompimiento entre las estructuras subjetivas y objetivas, destruyéndose su evidencia y perdiendo el mundo social su carácter de fenómeno natural (Bourdieu, 1977); situaciones que pueden presentarse durante periodos de conflicto de clases o de contacto cultural. Momentos en que la línea entre lo objetivo y lo subjetivo deberá volver a trazarse, cuando aquellas nociones que antes eran percibidas como incuestionables (doxa), son puestas en cuestionamiento. Nociones como las que hasta el momento en que llegan los españoles al territorio de los muiscas comandaban el diario vivir de los indígenas, como la relación del pueblo con sus caciques, los vínculos establecidos a partir del parentesco y la residencia, etc.; pero también aquellas nociones que incorporaron los españoles buscando consolidar el nuevo orden social. Nociones ambas, que al encontrarse en el mismo espacio, deben entrar en negociación, en tanto de cada uno de los dos flancos aparecen normatividades que guían las prácticas de los sujetos en su diario vivir.. Aquellas nociones que guiaban las prácticas cotidianas, serán cuestionadas frente a la existencia de distintas circunstancias que generan nuevas prácticas para los sujetos, quienes necesitan amoldarse al nuevo sistema y sobrevivir tanto material, como social y culturalmente. La existencia de estas nuevas prácticas normalmente inaceptables (o. 18.

(19) heterodoxas) llevan a la creación de discursos ortodoxos8 , necesarios para guiar y controlar las prácticas diarias, y marcar así, categorías entre los distintos grupos y las personas (entre los españoles y los indígenas, pero así mismo entre los distintos tipos o grupos de españoles y entre los distintos tipos o grupos de indígenas).. En un espacio como el colonial, en el que era imprescindible controlar y restringir las acciones de los sujetos, los españoles utilizaron leyes, edictos y mandatos en aquellos espacios en que la estructura del orden era transgredida (Loren, 2001); aplicaron leyes como Las Siete Partidas y las Leyes de Indias en las cuales estaba estipulado el comportamiento que debían seguir los habitantes del Nuevo Continente.9 Aplicaron normas relacionadas al matrimonio10 , el trabajo de los indígenas11 , la venta de tierras12 , y formas 8. Según Bourdieu, la ortodoxa, es la forma que las clases dirigentes tienen para defender la integridad de la doxa cuando de ésta se ha observado su arbitrariedad. Existe sólo en su relación objetiva con la heterodoxa, o sea, ante la posibilidad de que los sujetos elijan actuar de formas alternativas a los modos ‘socialmente’ establecidos. (Bourdieu, 1977) 9 Es importante resaltar la apreciación de Corradine cuando hace énfasis en lo tarde –con relación al proceso de conquista y colonia- que se dictan las llamadas Leyes de Indias y tomar en cuenta que durante los primeros años de contacto fueron otra serie de normas las que controlaban a la población: Las Siete Partidas. Sin embargo, en tanto este trabajo está encaminado a analizar la sociedad colonial hasta 1650, se ha creido pertinente remitirse a Las Leyes de Indias, a la cual tenemos acceso. 10 Ley vj. Que los Indios no puedan vender sus hijas para contraer matrimonio. De Don Felipe III en Madrid á 29 de septiembre de 1628. En la que dice: “Usaban los indios al tiempo de su Gentilidad vender sus hijas á quien más les diese, para casarse con ellas. Y porque no es justo permitir en la Cristiandad tan pernicioso abuso contra el servicio de Dios, pues no se contraen los matrimonios con libertad por hacer las Indias la voluntad de sus padres, y los maridos las tratan como á esclavas, faltando el amor, y lealtad del matrimonio, y viviendo en perpetuo aborrecimiento, con inquietud de los Pueblos: Ordenamos y mandamos, que ningún Indio, ni India reciba cosa alguna en mucha, ni en poca cantidad, ni en servicio, ni en otro género de paga, en especie, del Indio, que se hubiere de casar con su hija, pena de cinquenta azotes, y de quedar inhábil de tener oficio de República, y restituir lo que llevó para nuestra Cámara, y si fuere Indio principal, quede por mazegual, y los indios, que fueren Justicias, lo executen, y el Gobernador, y Justicia mayor de la Provincia lo haga executar en los negligentes, ó se le hará cargo en su residencia.” (Consejo de la Hispanidad de Madrid, 1943: 190-191) Sin embargo es importante resaltar que en varios de los documentos analizados se muestra de forma abierta cómo el padre, la abuela, y la madre en un caso en que no había esa figura paterna, decidían con quién abría de casarse su descendencia, en todos los casos, mujeres. Llama la atención el que en uno de los casos la abuela paterna pudiera decidir sobre este tema, quizás como una transformación de ese esquema indígena donde la madre era el centro del linaje. 11 Ley xxiij. Que á los Indios se señale tiempo para sus heredades, y granjerías, y se procure que las tengan. Don Felipe III. Ordenanza 10 del servicio personal de 1609. “Justo es que á los Indios quede tiempo para labrar sus heredades, y las de comunidad, y que los Virreyes, y Gobernadores señalen el que hubieren menester, de forma que puedan acudir á sus granjerías, procurando las tengan, con que serán mas aliviados y la tierra mas abastecida. Así lo mandamos.” (Consejo de la Hispanidad de Madrid, 1943: 195) 12 Ley xxvij. Que los Indios puedan vender sus haciendas con autoridad de justicia. Don Felipe II en Aranjuez á 24 de Mayo y á 23 de Julio de 1571. En San Lorenzo á 6 y en Madrid á 18 de Mayo de 1872. “Quando los 19.

(20) más directas de ‘occidentalización’ como la construcción de escuelas donde se enseñase a los indios la lengua castellana, escuelas como las que a finales del siglo XVI se edificaron en Santafé y Tunja para que asistieran a ellas los hijos de los caciques13 , entre otras.. Una normatización que entró a regir la vida de los americanos, y del cual debían apropiarse si querían sobrevivir. Fue una apropiación incesante a partir de la cual, tanto individual como colectivamente, se le dieron nuevas significaciones a las personas y al mundo social y material. Fue un proceso de reconstrucción del espacio –y el tiempo- tejido a partir de la necesidad de seguir adelante en el mundo, así como de las historias de vida compartidas (Silliman, 2001) por los grupos muiscas y los esquemas que la tradición había dejado insertados en su ser social e individual a través del lenguaje, los rituales, las relaciones familiares y los vínculos con ese mismo espacio sobre el que a mediados del siglo XVI comenzó a implantarse una nueva sociedad.14 Fue así, un proceso en el que se vieron involucrados los habitantes prehispánicos del altiplano cundiboyacense como grupo socio-cultural que eran, pero también fue un proceso que se les presentó de forma distinta, a. indios vendieren sus bienes raíces y muebles, conforme á lo que se les permite, trayganse á pregón en almoneda pública, en presencia de la Justicia, las raíces por término de treinta dias, y los muebles por nueve días y lo que de otra forma se rematare sea de ningún valor y efecto; y si pareciere al Juez, por justa causa, abreviar el término en quanto á los bienes muebles, lo podrá hacer. Y porque los bienes, que los indios venden ordinariamente, son de poco precio, y si en todas las ventas hubiesen de proceder estas diligencias, seria causarles tantas costas, como importaria el principal: Ordenamos que esta ley se guarde, y execute en lo que excediere de treinta pesos de oro común, y no en menor cantidad; por que en este caso bastará que el vendedor Indio parezca ante algún Juez ordinario á pedir licencia para hacer la venta; y constándole por alguna averiguación que es suyo lo que quiere vender, y que no le es dañoso enagenarse de ello, le dé licencia, interponiendo su autoridad en la escritura, que el comprador otorgare, siendo mayor, y capaz para el efecto.” (Consejo de la Hispanidad de Madrid, 1943: 195-196) 13 Ley xviij. Que donde fuere posible se pongan Escuelas de la lengua Castellana, para que las aprendan los Indios. El Emperador D. Cárlos y los Reyes de Bohemia Gobernadores en Valladolid á 7 de Junio y á 17 de Julio de 1550. Habiendo hecho particular examen sobre si aun en la mas perfecta lengua de los Indios se pueden explicar bien, y con prioridad los Misterios de nuestra Santa Fe Católica, se ha reconocido, que no es posible sin cometer grandes disonancias, é imperfecciones, y aunque están fundadas Cátedras, donde sean enseñados los Sacerdotes, que hubieren de doctrinar á los Indios, no es remedio bastante, por ser mucha la variedad de lenguas. Y habiendo resuelto, que convendrá introducir la Castellana, ordenamos que á los Indios se les pongan Maestros, que enseñen a los que voluntariamente la quisieren aprender, como les sea de ménos molestia, y sin costa: y ha parecido, que esto podrían hacer bien los Sacristanes, como en las Aldeas de estos Reynos enseñen a leer, y escribir, y la Doctrina Christiana. Pp. 193. 14 Los grupos, así como los individuos que los conforman se apropian “de su pasado indagando a través del mismo a la luz de lo que se prevé para un futuro (organizado). La trayectoria del yo posee una coherencia que deriva de la conciencia cognitiva de las diversas fases del tiempo de la vida” (Giddens, 1997: 100). 20.

(21) razón de quienes eran como seres individuales y las posibilidades que el sistema mismo les fuese ofreciendo a partir de esas particularidades.. Las circunstancias que se iban presentando, así como el acceso al capital cultural y económico15 -retomando a Bourdieu-, no fue el mismo para toda la población indígena. Sobre esto, podrían plantearse dos ejemplos bastante claros, el de los caciques (y quizás los capitanes) y el de las mujeres. Los caciques – como algunos capitanes- fueron, en un principio, hombres a quienes se les reconoció su autoridad tradicional, y quienes al menos hasta 1650 –período estudiado- conservaron ciertos derechos sobre los hombres inscritos a sus dominios, así como a la tierra en la que éstos vivían su vida.16 De esta forma muchos caciques recibieron no sólo los derechos para actuar sobre los resguardos17 , en calidad de bienes comunales, sino que además recibieron derechos sobre tierras en calidad de bienes personales, como en el caso de Don Andrés cacique de los pueblos de Machetá y ‘Tibirita’ hacia el año de 1633, quien recibió como lo que hoy conocemos en calidad de personales, estancias en Manta y Machetá de manos de quienes eran en ese momento el presidente y el gobernador de este reino, el doctor Francisco de Sande y don Juan de Borja, respectivamente. (Documento N. 31). 15. Aunque seguramente la relación entre estas sociedades precapitalistas y la ‘economía’, en los términos que lo trata Bourdieu, no es equiparable; los documentos si parecen mostrar cómo los indígenas de Santafé han comenzado a introducir en sus vidas, en sus acciones y acciones, el valor del dinero y de los bienes materiales a partir de un modelo ‘europeo’. La venta de predios para costear celebraciones religiosas, para sobrevivir, la adquisición de bienes muebles e inmuebles en grandes cantidades por parte de los caciques residentes en Santafé –en comparación al resto de la población –, hace pensar en que realmente la población indígena comienza a involucrarse de forma distinta con el dinero y los bienes. 16 Sobre este tema quisiera resaltar que si bien se mantendrá hasta cierto punto el sistema jerárquico indígena, las formas de legitimación alrededor de las cuales éste se sustentó fueron radicalmente distintas a las que se presentaban antes de la colonia. El carácter sagrado -conferido en su relación con el sol- a partir del cual se les otorgaban características especiales –mágicas-, sobre las cuales se les conferían las facultades para dirigir a la comunidad, así como para controlar el espacio habitado por ésta; será reemplazado por un poder terrenal, material. Un poder conferido por los estamentos españoles, a partir de los cuales, y sólo desde los cuales, caciques y capitanes tenían la facultad de comandar las actividades, la vida de los indígenas a ellos subordinados, así como la tierra en la que ésta se desenvolvía y recreaba. 17 En tanto que encontramos caciques que más que señores de una tierra y su comunidad, parecen ser dueños de tierras propias, parecería que en algunos lugares esta idea de propiedad comunal tiende a desaparecer, para convertirse en bienes propios. 21.

(22) Circunstancias que aunque no se pueda decir que fueron fenómenos aislados, no parecen haber sido tampoco muy comunes, sobre todo con relación al resto de la población; ya que en los documentos analizados solamente aparecen dos casos en que las instituciones españolas entregan a indígenas del común tierras para su usufructo personal, el caso de una india de Usaquén que en la repartición de tierras de su pueblo recibe un solar (Documento N. 45), y dos, una pareja que tras su matrimonio recibe de las autoridades de Santafé un solar en sus inmediaciones (Documento N. 7).. Ahora bien, el caso de las mujeres, planteado anteriormente, está relacionado a esta posibilidad de compra de tierras. Durante la colonia hombres y mujeres indígenas estuvieron encaminados a trabajar en campos, por lo general, bastante diferentes. Por un lado, aparecen los hombres como, en su mayoría, trabajadores de la tierra y las minas, mientras que las mujeres indígenas fueron sometidas a las labores domésticas en las casas de sus encomenderos, sobre todo en las ciudades. Esta situación, de alguna manera pudo haber hecho que las mujeres se encontraran más temprana y directamente, inscritas en el nuevo sistema que los hombres indígenas, construyendo relaciones más personales, más directas, con la clase dirigente; lo que podría ser la causa de que se encuentren un mayor número éstas, como dueñas de tierras en Santafé para mediados del siglo XVII, que de hombres. Bienes sobre los cuales hubo constantes intereses y controles por parte de quienes dirigían el nuevo orden (desde el Rey, hasta las instituciones administrativas locales como la Real Audiencia, los encomenderos, los caciques, entre otros); pero frente a los cuales, al menos en la ciudad hubo cierta permisividad con el fin de mantener a la población indígena fuera del centro de la ciudad.. En el análisis de los documentos, se encontraron este tipo de particularidades: un mayor número de mujeres que de hombres recurren al aparato legal español para legitimar sus bienes, así como la herencia de estos mismos; caciques que recibieron tierras junto con el título del cacicazgo (Documento N. 1) frente a otros que no lo hicieron, o al menos no lo muestran en aquello que dejaron escrito, sino que por el contrario recibieron tierras de manos de las instituciones españolas en calidad de lo que parecen ser bienes personales 22.

(23) (Documento N. 31); y otros que, sin especificar cómo, durante su vida adquirieron cantidades inmensas de bienes (Documento N. 6).. En la búsqueda de una explicación a tales particularidades, recurrimos al análisis que de la obra de Bourdieu y Giddens ha hecho Silliman (2001), para plantear que éstas son el resultado de la yuxtaposición que entre la heterodoxia y la ortodoxia se presenta en los distintos contextos en que viven los individuos, así como según la manera en que estos se encuentren envueltos en el sistema (según su género, edad, status, clase, filiación étnica, entre otros),18 y la posición que deciden tomar frente al mismo. Una posición que ante una situación como lo fue la instauración del orden colonial en este lugar, jamás pudo haber sido de indiferencia, sino frente al cual, todos los indígenas debieron enfrentarse activamente, a partir de lo que el sistema les permitía a cada uno de ellos.. Enfrentamientos que eran necesarios en momentos en que los individuos se ven forzados a elegir estilos de vida entre una diversidad de nuevas opciones, cuando la tradición perdía su imperio y la vida diaria debía reinstaurarse en función de la interrelación dialéctica entre lo local y lo universal. Entre una diversidad de ámbitos de acción y de ‘autoridades’ (Giddens, 1997) – caciques, capitanes y sacerdotes pertenecientes a los estamentos indígenas presentes todavía hasta 1650, y encomenderos, oidores, escribanos y demás administradores reales -, a través, de además un nuevo lenguaje, la lengua española.19. Son enfrentamientos que, como se ha mencionado, se realizan tanto desde aquellos discursos socialmente aceptados desde los estamentos de control (indígenas o españoles en el contexto colonial), así como desde la posición que ocupa un individuo dentro de la 18. “Algunos aspectos sociales – hábitos alimenticios, atavíos corporales, prácticas funerarias, producción, intercambio, relaciones sexuales – exhíben cualidades de la doxa según los individuos envueltos o los contextos en que éstos ocurren. Todos tienen su propia forma de aceptabilidad, limitaciones y alternativas, pero éstas varían según el género, la edad, el estatus, la clase, filiación étnica, orientación sexual y ocupación del individuo” (Silliman, 2001; 193) 19 Con todo lo que implicaba la adopción de un nuevo lenguaje estructurado a partir de elementos extraños y muchas veces inexistentes dentro del esquema alrededor del cual se organizaba la lengua de los pueblos de lengua chibcha (así como para el resto de miembros de las familias lingüísticas americanas). 23.

(24) sociedad a partir de otra serie de rasgos distintos a su posición ‘de clases’. Factores que le darán a cada cual opciones de acción distintas frente al sistema, a partir de lo que Giddens llama ‘conciencia colectiva’, pero también desde su ‘conciencia práctica’.20. Junto a la situación de los caciques y las mujeres, mencionadas en párrafos anteriores, a las cuales se les podía dar una explicación a partir de los planteamientos de Bourdieu alrededor de los condicionamientos propios al contexto social, cultural y económico en las que se encuentran circunscritos los individuos – sin negar la ‘conciencia práctica’ planteada por Giddens -; existe otra situación que se nos presenta en los documentos, frente a la cual, además de estos elementos, es bastante claro se le suma éste último factor que se ha propuesto: las transformaciones en los vínculos de ‘parentesco’ que han creado los indígenas para 1650. Proceso al parecer bastante común en este tipo de circunstancias en que los hombres se enfrentan a un espacio social nuevo y, sobre todo, en uno como el que encontraban los muiscas, en el que los españoles a través de la guerra, la división del trabajo, entre otros aspectos, habían desmembrado los vínculos ‘tradicionales’ de los habitantes del altiplano.21. Como tratará de explicarse en el capítulo siguiente, según los datos presentados por arqueólogos y etnohistoriadores, antes de la llegada de los españoles al territorio muisca estas poblaciones se encontraban organizadas tanto social como política y espacialmente, a partir de los vínculos creados entre los hermanos mayores de la madre y sus sobrinos, así como entre los vínculos matrimoniales. Éste sistema en el que se resalta la vinculación a un grupo social -así como la herencia- a través de la figura materna, aparece alterado cien años después de la fundación de Santafé.. 20. Todos los seres humanos controlan constantemente las circunstancias de sus actividades como un rasgo de acción que realizan, y tal control posee siempre rasgos discursivos. (Giddens, 1997) “Sin embargo, la cognoscibilidad de los agentes humanos no se limita a la conciencia discursiva de las condiciones de su acción. Muchos de los elementos de la capacidad para “salir adelante” se poseen en el nivel de la conciencia práctica, presente en la continuidad de las actividades de cada día.” (Giddens, 1997: 51-52) 21 “...al experimentar cómo se deshace la maraña de los modelos familiares tradicionales, con todas las amenazas y riesgos que esos cambios conllevan, los individuos están explorando activamente un territorio social nuevo y construyendo formas innovadoras de relación familiar.” (Giddens citando a Stacey, 1997; 223) 24.

(25) Tema que se ampliará en el Capítulo 3, pero sobre el que cabe mencionar la amplia variedad de vínculos que se han creado para 1650, vínculos que construirán para el grupo social, una estructura radicalmente diferente a la que se supone levantaba la sociedad muisca. En algunos de los documentos de archivo analizados aparecen sujetos que siguen buscando legitimar su adhesión a un grupo social y a algunos terrenos, a partir de los vínculos de consanguinidad ‘tradicionales’, a través del tío materno (Documento N. 1)22 , junto a otros que reemplazan a los sobrinos por los hijos –quizás como consecuencia de alguna prohibición española- (Documento N. 2) y otras donde quien hereda además de los hijos es la esposa (Documento N. 6); o donde quienes tomarán posesión son los nietos (Documento N. 30).. Sin embargo, junto a éstas claras relaciones de parentesco, surgen otras situaciones en las estos vínculos se verán reemplazados por otros muy distintos, construidos totalmente en la vida diaria; casos en los cuales quienes heredan son personas ajenas pero que fueron criadas por quién deja un testamento, (Documento N. 14); otros a quienes les han servido y cuidado (Documento N. 35); y hasta a miembros o instituciones coloniales como los escribanos (Documento N. 21) y muy comúnmente capellanías (Documento N. 26) y cofradías (Documento N. 23).. Así, los indígenas (como cualquier otro miembro de la sociedad colonial, blanco, negro, mestizo, mulato, etc.), buscaron formas de introducirse en el nuevo sistema social a través de negociaciones entre lo que el sistema les ofrecía y permitía a cada uno, y las necesidades e intereses que cada uno de ellos tuviera. Cuando las circunstancias se presentan, y es necesario que el individuo transforme parte de su ser social, esto es lo que sucede, una transformación, no una sustitución. Como lo plantearon Bourdieu y Giddens, los discursos primigenios a partir de los cuales los individuos fueron inmersos en el orden social son imborrables, son marcas latentes en las motivaciones y toma de decisiones 22. Si bien cada una de las situaciones aquí citadas tienden a presentarse en más de un documento, en esta parte del trabajo solamente se presentarán uno o dos de los documentos que le corresponden a las dichas circunstancias en tanto el análisis completo de los documentos hace parte del capítulo tercero, y aquí sólo cumplen la función de ejemplificaciones. 25.

(26) durante la vida de los sujetos. Marcas, que sin embargo, poseen un carácter dinámico que permite a los actores sociales entrar a negociar en el espacio en que se generaba el mundo compartido, el de las prácticas cotidianas; aquel en que se construye lo apropiado y aceptable, y se diferenciaba de lo inconveniente e intolerable.23. El espacio de lo cotidiano, de las prácticas y los habitus que las generan y les dan significado. Prácticas que son el cuando, como y donde, de los esquemas discursivos sobre los que se estructura la sociedad a partir de igualdades y diferenciaciones; prácticas que son los medios y la evidencia del encuentro entre personas provenientes de diversos mundos que deben comenzar a vivir al mismo tiempo y en el mismo espacio; un espacio que estructuró y que fue estructurado a través de esas mismas prácticas cargadas de pasado y presente. Un espacio que para el siglo XVII, comienza a ser visto fundamentalmente como fuente de bienes materiales, como la tierra. “Cuando el pasado, que es dinámico, sigue informando el presente, que a su vez también es dinámico, los cambios del presente se convierten en parte integral de la tierra, el presente viene a yuxtaponerse, y éste se siente como parte de ese mismo pasado.”24 (Toren, 1995; 164). 23. “Lo que hace “apropiada” o “aceptable” a una respuesta dada requiere un marco compartido –aunque no demostrado ni demostrable- de realidad. El sentimiento de realidad compartida de personas y cosas es tenaz y frágil a un tiempo. Su robustez se la comunica el elevado nivel de fiabilidad de las condiciones de la interacción social cotidiana, producidas y reproducidas por actuantes profanos.” (Giddens, 1997; 53). 26.

(27) 2. Capítulo Segundo. Sociedad y Territorio. El caso de los Muiscas.. “El espacio debe ser incorporado en la teoría social, no como medio ambiente, sino como parte integral del acontecer del comportamiento social. Todo patrón de interacción ocurre en el espacio y en el tiempo. El significado de los elementos espaciales para el análisis social está representado por el concepto de “local”.25 (Lawrence & Low, 1990; 489) Varios aspectos deben retomarse del capítulo anterior con el fin de poder llegar a explicar la manera como los indígenas de Santafé establecieron sus vínculos con la sociedad colonial y con el espacio que a ésta le correspondía (al menos hasta 1650), a través de las relaciones que éstos construyeron entre ellos, y, consecuentemente, con el sistema. Uno, las prácticas que realizan los sujetos sociales día tras día son aquellas que construyen y reconstruyen la sociedad de la cual hacen parte; dos, tales prácticas están estructuradas a partir de discursos que han sido interiorizados por los sujetos, cuya reproducción asegura la continuidad del orden establecido; y tres, la realización de tales prácticas condicionan y son condicionadas por el espacio en el cual se llevan a cabo.. Con el fin de ir desde lo más general hasta lo más particular, se comenzará por el tercero de los enunciados, por tratar de explicar el papel que cumple el espacio (y por ende la tierra como elemento constitutivo de ese espacio) en la construcción de sociedad; para después abordar aquellos elementos discursivos que pudieron haber determinado las acciones que afectaban directamente la tierra y el espacio, y poder concluir en el tercer capítulo con algunos de las prácticas que vivieron los muiscas de Santafé entre 1550 y 1650, prácticas concretas, que hicieron parte de todo un conjunto de aproximaciones y. 24. “And even, as the dynamic past continues to inform the dynamic present, the changes wrought in the present are made integral to the land, and the present comes to overlap, becomes as it were continuous with, that ancestral past.” 25 “...space must be incorporated into social theory, not as an environment, but as integral to the occurrence of social behavior. Any pattern of interaction occurs in space and time. The significance of spatial elements for social analysis is represented by the concept of “locale”.” 27.

(28) negociaciones realizadas por este grupo, que dieron cuerpo a la sociedad colonial de Santafé para mediados del siglo XVII.. 2.1. El espacio y la construcción y reconstrucción de las sociedades.. En la medida en que los hombres realizan las actividades que, tanto comunal como individualmente, le van dando cuerpo a su sociedad y a sí mismos como seres sociales; el medio físico, el espacio en el cual se mueven, deja de ser un ente abstracto, externo y ajeno al grupo y sus miembros, para convertirse en elementos materiales que hacen parte constitutiva de las acciones que se llevan a cabo cotidiana y extraordinariamente. Comienza un proceso de significación, que a partir de los discursos y la necesidad misma de ‘salir adelante’, que guían las prácticas, estos se yuxtaponen para dar significación a los escenarios naturales convirtiéndolos en paisajes26 , y transformando los parajes en lugares. Es un proceso de la vida diaria que se constituye desde dos polos de la experiencia; lo concreto y lo abstracto, un ‘primer plano’ (foreground) y un ‘trasfondo’ (background), el lugar y el espacio, desde adentro y desde fuera, desde la imagen y la representación. (Hirsch, 1995) “...este proceso es aquel que relaciona un ‘primer plano’ de la vida social diaria con en ‘plano de fondo’ potencial de la existencia social (‘nosotros de la forma que debemos ser’). Es un proceso que alcanza una forma fija y ajena al tiempo en ciertas situaciones idealizadas y trascendentes, como en una representación de un paisaje en un cuadro, pero que puede ser alcanzado sólo momentáneamente, si se puede, en el mundo humano de las relaciones sociales.”27 (Hirsch, 1995; 22) A partir de las prácticas el hombre se apropia del espacio y lo transforma, lo vuelve parte de la sociedad, en parte de su propia reproducción y transformación (Lawrence & Low, 1990); lo vuelve espacio social. Un espacio en el que se plasma el orden social, las similitudes y las diferencias; un espacio constituido de tal forma que los agentes o los 26. Si bien, en el texto se utilizará la palabra paisaje, cabe aclararse que el término preciso es el vocablo inglés landscape. Vocablo con connotaciones dinámicas más claras que su traducción al español. 27 “...this process is one which relates a ‘foreground’ everyday social life to a ‘background’ potential social existence (‘us the way we might be’). It is a process that attains a form of timelessness and fixity in certain idealized and transcendent situations, such as a painted landscape representation, but which can be achieved only momentarily, if ever, in the human world of social relationships.” 28.

(29) grupos se distribuyen en él en función de su posición en las distribuciones según los principios de diferenciación social (económico y cultural). (Bourdieu, 1997) “Esta idea de diferencia, de desviación, fundamenta la noción misma de espacio, conjunto de posiciones distintas y coexistentes, externas unas a otras, definidas en relación unas de otras, por su exterioridad mutua y por relaciones de proximidad, de vecindad o de alejamiento y así mismo por relaciones de orden, como por encima, por debajo y entre...” (Bourdieu, 1997; 16) Es una diferenciación social que en el marco de la colonia lleva implícita un factor étnico inscrito a lo cultural; diferenciaciones entre ser indio o ser blanco que a la larga fueron el núcleo de las diferencias sociales. Ser indio era poseer una historia personal particular, especial, frente a la historia de un europeo del siglo XV, era estar inscrito en discursos particulares que eran constantemente rememorados en prácticas cotidianas y ceremoniales de manera estruendosa, al menos hasta la década de 1530 cuando llegan los españoles al altiplano. Son historias, discursos, inscritos en la memoria colectiva que de una u otra forma guiaron la forma como el muisca se enfrentó al dominante y coercitivo sistema español.. Antes de continuar con aquellos elementos que desde ambos grupos socio-culturales entraron a negociar el mundo colonial, y ya habiendo introducido la idea principal de este ensayo - la importancia de ver las prácticas como elementos constitutivos de la aproximación, concepción y organización que tienen los pueblos sobre el espacio, y por ende de la tierra - es necesario entrar a exponer, o profundizar, algunos de los otros elementos intrínsecos a esta relación entre práctica y espacio; elementos que además nos abrirán la puerta para pasar de la noción de espacio a la de tierra.. 2.1.1. Espacio como Territorio. El Espacio como Tierra.. Desde el momento en que los muiscas llegan al territorio que ocupaban cuando llegaron los españoles, y en la medida en que fueron constituyéndose como grupo, comienzan un proceso de apropiación del espacio en el cual a partir de la práctica darán significación a espacios, que se convertirán en lugares. Es un proceso de objetivación, así 29.

(30) como de subjetivación de éste, que permite al grupo así como a los sujetos, con base en imágenes, representaciones y proyectos, tomar conciencia de su espacio de vida; en otras palabras, adquirir un territorio. (Bustos Cara, 1995). Un territorio que es la conjunción de lugares en los que se desarrollan prácticas sociales que dan vida y recrean en cada uno de éstos, aquello que les da la distinción de lugar; así como prácticas que también darán a quien realiza la acción, la condición de ser parte del grupo, y de ser que parte del grupo.. Como se ha planteado, en todo grupo organizado jerárquicamente, las personas, según su condición social, llevan a cabo actividades propias a su posición; por ejemplo los sacerdotes, a través de las facultades inherentes a su linaje o adquiridas a lo largo de sus vidas, son los únicos capaces de realizar actividades en las cuales los hombres pueden entrar en contacto con el más allá. Actividades que además, generalmente sólo pueden realizarse en lugares poseedores de características especiales, propiciatorias para este tipo de actos. En el caso de los muiscas, por ejemplo, eran los jeques, sacerdotes o chamanes28 , como se les prefiera llamar, quienes podían entrar en contacto con los dioses que se encontraban en el mundo del más allá, realizando cierto tipo de rituales en lugares especiales como lagunas, cuevas, cruces de caminos, sembradíos, entre otros. Sacerdotes adscritos a un linaje comandado por un señor –cacique o capitán-, que dominaba un territorio atribuido al linaje, lo que significó una posesión que se legitimaba a partir de los vínculos con los ancestros; “la relación con los sitios, fundamento de la identidad, es así mismo el cordón umbilical que une al individuo con la sociedad y con sus orígenes divinos y terrestres.” (Hoffmann, 1995; 32). 28. Los grandes chamanes, además, estaban al parecer relacionados a las élites políticas; el poder máximo en estas sociedades estaba relacionado al parentesco, al linaje. 30.

(31) Así, es posible ver una clara relación entre sujeto-acción-lugar, también presente en otro tipo de actividades rituales, como la que llamaron ‘correr la tierra’. Cuentan los españoles en las crónicas que dejaron de estas poblaciones, que entre los ritos que realizaban los muiscas aparecía uno que se denominaba ‘correr la tierra’, el cual era llevado a cabo en momentos críticos para el grupo, como las cosechas y la guerra en calidad de ritos propiciatorios. Como su nombre lo indica, ésta consistía en juntar los hombres más fuertes de los distintos cacicazgos y mandarlos en una gran carrera por entre los lugares más sagrados del territorio, cuevas, cimas de montañas, lagunas como la de Guatavita, Siecha, Ubaque, entre otras; lugares en los que se hacían borracheras29 durante la noche para seguir a la mañana siguiente por varios días hasta alcanzar la meta y hacerse alguno de ellos vencedor. Tales lugares, eran considerados sagrados por causas especiales; algunas cuevas por ser el hogar de las momias de caciques enterrados años atrás, cimas de montañas por ser lugares desde los que se daba al dios sol la vida de hombres sacrificados en rituales como el de ‘la gavia’, y lagunas, por ser portales hacia el mundo de los dioses, lugares por donde alguna vez entró Bachué, madre de todos los hombres a este mundo. (Lleras, 1999) Sin embargo, esta sacralidad para no desvanecerse en el aire, debía ser revivida con periodicidad, y por esto se realizaban este tipo de actos; el mundo era para los muiscas un lugar estructurado a partir de fuerzas controladas por seres sobrenaturales, pero sobre las cuales el hombre tenía injerencia, (Lleras, 1999) fuerzas sobre las que éste actuaba a partir de rituales como los realizados por los sacerdotes cuando los miembros de su comunidad lo necesitaban, o como el de ‘correr la tierra’.. En esta medida, con las prácticas van apareciendo lugares con connotaciones singulares que van estructurando un territorio para una comunidad; lugares sagrados - como los que mencionamos anteriormente para el caso de los muiscas -, junto a otros como aquellos con características políticas y/o económicas importantes – muchas veces, como en el caso de los muiscas, ligados a la religión -. Es claro que en muchas sociedades, como en la occidental, el poder religioso y político se encuentra fundamentalmente separado, sin embargo en sociedades como la muisca, éstos aparecen unidos. Los caciques, líderes 29. Entiéndanse en su significado ritual y religioso. 31.

(32) políticos, y económicos, sustentaban su poder sobre el resto de la población a partir del vínculo ancestral que consideraban tenían con el dios sol (máximo dios para estas poblaciones), justificando así un poder terrenal a partir de relaciones de parentesco con lo sobrenatural. A partir de esta situación, los cercados de los caciques fueron centros religiosos en los que se llevaban a cabo sacrificios, pero también fueron el centro político y económico de la comunidad, en el que residía su jefe y señor, quien concentraba los bienes materiales para luego ser repartidos a la comunidad según una serie de imperativos sociales, así como alrededor del cual, se organizaban los mercados30 .. Alrededor de estos centros, de la construcción de lugares con características especiales, a partir de las relaciones entre sujeto-acción-lugar de la que se ha hablado, es que se construye un territorio colectivo. Son las prácticas comunales, como aquellas a las que se ha hecho mención las que lo estructuran, pero junto a estas, las prácticas de lo cotidiano sobre las que se levanta la teoría de Bourdieu (y Giddens). Prácticas fundamentalmente constitutivas de la estructura que de una u otra forma están alimentando constantemente las actividades comunales; prácticas que se realizan en los espacios comunales donde se llevan a cabo las negociaciones entre los distintos estamentos y las distintas jerarquías de la comunidad, pero también en los espacios privados.. Los espacios privados como aquellos en los que gira la vida familiar de los sujetos día a día; espacios en los que por lo general se lleva a cabo la socialización de los sujetos, su introducción en la sociedad a través de la familia – ó mejor, de los vínculos creados a partir del parentesco - (como se ha planteado en párrafos anteriores aspecto clave para Bourdieu y Giddens en la construcción de actores sociales). Es el espacio de lo cotidiano, de la experiencia, alrededor de la cual se gestan los vínculos con la sociedad y el mundo exterior. Hay una “...red de relaciones básicas, que partiendo de los espacios íntimos, del núcleo inicial, es la clave básica de la experiencia cotidiana” (Bustos Cara, 1995; 30. Fundamentalmente la importancia de los mercados radica en que estos fueron sitios en los que miembros de los distintos cacicazgos muiscas de la cordillera confluían, muchas veces junto a miembros de otros grupos como los Guanes y otros de sus vecinos con los cuales bajo otras circunstancias podían encontrarse en guerra. 32.

(33) 22); la familia, en torno a este se definen los primeros campos de relación y se objetivan las primeras redes y configuraciones, que permiten posteriormente, otros nodos de relación, y reconstruir el resto de la red o canales críticos de acción (nodos y canales que permiten la circulación preferencial de información). “Toda esta fase relacional que sustenta la cotidianidad es la territorialidad. La territorialidad es la dimensión latente de la cotidianidad, es la estructura relacional, poco o nada percibida de la cotidianidad.” (Bustos Cara, 1995; 23) Son los lugares de los sujetos por excelencia, aquellos donde éste nace, se desarrolla y muere; lugares particulares en los que ‘el para’ y ‘el por’ de la vida se desenvuelven, construyen, modifican, se mueven o abandonan según las cambiantes circunstancias de sus habitantes. Son espacios dinámicos, con características encapsuladas en la palabra residencia. (Carsten & Hugh-Jones, 1996). El espacio en el que el hombre reside, su espacio personal, es aquel en el que éste plasma constantemente aquellas convenciones sociales en las cuales se encuentra inmerso, así como las imágenes mentales que como ser social va construyendo en su cotidianidad. Así, es el espacio en el que por encima de cualquier otro, es posible encontrar la manera como cada sujeto lee la sociedad y su posición en ella; es el espacio, donde antes que en ningún otro, se desarrollan las prácticas cotidianas, donde la sociedad se construye y reconstruye. Es el espacio donde se crean y recrean los hábitos de los que habla Bourdieu, el espacio donde se conjugan las circunstancias de vida con los esquemas mentales, donde se encuentran la sociedad y la cultura; “A través de los hábitos y la residencia, cada persona construye una matriz de los esquemas fundamentales de su cultura.” (Carsten & Hugh-Jones, 1996; 2)31 El sitio donde residencia el individuo, es donde éste entra en contacto con su grupo social y se hace parte de éste al ser introducido en uno de los sectores sociales, o mejor, socioculturales que la estructuran. Y sucede, al ser introducido en un grupo de parentesco, en un linaje sobre el cual la sociedad ha creado una serie de derechos y deberes que hacen que funcione de tal forma que ayude a reproducir el orden social. Pertenecer a un linaje, 31. “Though habit and inhabiting, each person builds up a practical mastery of the fundamental schemes of their culture.” 33.

(34) portar su ‘nombre’, significa hacerse poseedor de tales derechos y deberes, así como de identificarse con el espacio que le pertenece, aquel donde se ordena la vida social, cultural y material de quienes hacen parte de él; aquel en que se reviven los títulos y las prerrogativas que hacen parte integral de su existencia e identidad.. Es el espacio socializador por excelencia porque es aquel donde confluyen las relaciones primarias que dan sentido al ser social sobre todo en grupos como lo eran los muiscas en el siglo XVI y XVII; la pertenencia a un linaje y las relaciones de alianzas entre los distintos grupos –a través del matrimonio-. Elementos que al llegar los españoles al territorio cambiaron radicalmente cuando éstos decidieron separar hombres y mujeres a través de una división del trabajo que llevaba a cada uno de los géneros a lugares totalmente diferentes; cuando castigan la poligamia e impiden a los grandes señores contraer matrimonio con mujeres de cacicazgos más pequeños que abren sus vínculos políticos, económicos y sociales; cuando separan a los miembros de los linajes, entre ellos los niños; o cuando se apropian del territorio, de los lugares sagrados y profanos, sobre los cuales cada linaje había creado y recreado la vida de su comunidad.. Todo esto es la razón por la cual, en la búsqueda de la forma como los muiscas negociaron y se enfrentaron al nuevo sistema, como éstos se adaptaron a él, se pensó en analizar aquellos documentos en los cuales los indígenas hubiesen plasmado los vínculos que tenían, y, buscaban mantener con su espacio privado. Documentos que más que eso, vínculos con la tierra, son vínculos sociales, de alianza y parentesco, de poder y dominación, vínculos con el espacio donde toma cuerpo la estructura mental y cultural, donde el hombre consigue lo necesario para que sobreviva él, y por consiguiente, su grupo.. Características que llevan el cambio dentro de sí, que nos muestran además el carácter dinámico de la sociedad, de la cultura y, por ende, del espacio.. 34.

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