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Psicologia Criminal

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TEMA I

FACTORES PSICOL\u00d3GICOS Y OTROS QUE PREDISPONEN LA DELINCUENCIA.-TIPOS DE FACTORES

Factores psicol\u00f3gicos: Entendemos por \u00e9stos los aspectos que hacen a la personalidad del adolescente, especialmente su manera de conducirse.

Factores familiares: En este caso nos referimos a la influencia que ejerce la familia en la formaci\u00f3n de la

personalidad de los adolescentes. La familia es el primer grupo humano que conoce el hombre. Es el medio donde

se establecen las relaciones m\u00e1s \u00edntimas y duraderas pero tambi\u00e9n es el n\u00facleo social donde pueden mayores conflictos y contradicciones. La familia sigue siendo el mayor instrumento socializador del hombre. La

familia puede construir la persona o destruirla para siempre. Las ra\u00edces familiares son insustituibles. Factores econ\u00f3micos: Aqu\u00ed hacemos referencia a los recursos y medios econ\u00f3micos, indispensables para satisfacer necesidades b\u00e1sicas.

Factores socioculturales: Entendemos por \u00e9stos a la influencia que ejerce el contexto o ambiente en el cual se desarrolla y se desempe\u00f1a el adolescente.

J\u00f3venes y escuela.

La escuela sigue siendo la instituci\u00f3n que legitima la inserci\u00f3n social, pero en muchos casos deja d cumplir esa funci\u00f3n, se "retira" y en su lugar queda un vac\u00edo.

A\u00fan incluidos en la escuela, los j\u00f3venes al vivenciar una desarticulaci\u00f3n tan marcada entre discurs sistema escolar y su propia experiencia cotidiana, dejan de percibirlo como un factor fundamental, para su

desarrollo.

Cobra mayor importancia la educaci\u00f3n informal, la que surge cotidianamente en las situaciones

vivenciales, por medio de mensajes de la familia, amigos, de la barra, de la esquina, los compa\u00f1eros de trabajo, la calle, el barrio.

El tr\u00e1nsito por la escuela primaria (educaci\u00f3n primaria) se expresa en una formaci\u00f3n de base preca que generalmente ha dificultado el ingreso en la educaci\u00f3n secundaria. De la experiencia de dicho transito y

haciendo una lectura cr\u00edtica, consideramos que se instala al joven de sectores populares muchas veces en una

vivencia de autodevaluaci\u00f3n, esto se produce a partir de la transmisi\u00f3n de conocimientos desde la ideolog\u00ed escolar. Esta transmisi\u00f3n de conocimientos se implementa en dispositivos de ense\u00f1anza y aprendizaje que

desconocen la experiencia particular y el saber previo del alumno: no hay sujeto realmente activo en su proceso

educativo. En el caso de los alumnos provenientes de los sectores populares, la pedagog\u00eda homogeinizadora de la escuela no respeta las diferencias culturales, reforzando su marginaci\u00f3n progresiva.

Este entorno que lo rodea no contribuye entonces, a esclarecer los problemas que lo afectan desde el

punto de vista familiar y social; sino que lo repudia y discrimina, dej\u00e1ndolo sin salida laboral. Les muestra que el estado no existe y que nadie los proteger\u00e1. En la sociedad actual se produce un quiebre de los sistemas de ideales. J\u00f3venes y trabajo.

Actualmente el escenario del trabajo en Espa\u00f1a se redefine a partir de nuevas normas que organizan el mercado laboral. Las nuevas leyes de flexibilizaci\u00f3n garantizan mayores facilidades para despidos y

contrataciones y trabajadores, sin relaci\u00f3n de estabilidad; movilidades entre puestos y labores, turnos y fijaciones de ritmo de trabajo, y una dr\u00e1stica de reducci\u00f3n de prestaciones econ\u00f3micas y costos laborales.

Como consecuencia de esto, se ha producido una mayor precarizaci\u00f3n de las condiciones de trabajo. Por otro lado la terciarizaci\u00f3n del empleo, implica que un mayor n\u00famero de empleados se ubique en el sector servicios. Aumenta el trabajo por cuenta propia, "cuentapropismo" y la rotaci\u00f3n del empleo, el cambio de un empleo a otro en un lapso relativamente corto.

Motivado por estas exigencias del mercado, con el correr de los \u00faltimos a\u00f1os, surgi\u00f3, un nuevo del trabajador que se caracteriza por:

\u2022Adaptarse a cualquier situaci\u00f3n, con tal de trabajar. Aunque este capacitado para determinadas tareas, es necesario, que pueda desempe\u00f1arse con eficiencia en otros puestos, "supuestamente" de menor

jerarqu\u00edas (Ej.: muchos j\u00f3venes con t\u00edtulos universitarios que hoy son empleados de estaciones de servicios, cajeros de supermercado, taxistas, etc.).

\u2022Tener inter\u00e9s por el aprendizaje permanente, especialmente en aquellas \u00e1reas de trabajo que pid mercado.

\u2022Poseer un alto nivel de compromiso, tener experiencia, buena presencia, ser joven, etc. Esto se agrava en

los j\u00f3venes de sectores populares, a los que se les es m\u00e1s dificultoso cumplir con estas exigencias, ya que no pueden tener experiencia si no se les da la posibilidad de entrar a trabajar, y tener buena

presencia muchas veces est\u00e1 asociado con factores econ\u00f3micos, como por ejemplo la vestimenta. No solo el individuo desempleado se ve afectado en su subjetividad por esta situaci\u00f3n, sino tambi\u00e9n aquellos que a\u00fan tienen empleo. El desempleo genera desconcierto, bronca, miedo, a no volver a estar inserto y hasta a veces, crisis en la autoestima del que ya no se siente \u00fatil, ni necesario para la sociedad. El trabajador precario sufre malas condiciones de trabajo, remuneraciones escasas, falta de cobertura social y de salud, stress, etc. Esta situaci\u00f3n

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as\u00ed caracterizada, afecta a los j\u00f3venes y a sus padres, donde ambos se enfrentan a este panorama de de subempleo y precarizaci\u00f3n.

ASPECTOS FAMILIARES Y SOCIALES:

En cuanto a las caracter\u00edsticas sociales de estos menores el autor hace referencia a que la mayor\u00eda suel ser de nivel econ\u00f3mico bajo o muy bajo, con muy escaso nivel de instrucci\u00f3n y cualificaci\u00f3n profesional por de los padres, la constituci\u00f3n familiar suele ser at\u00edpica siendo m\u00e1s frecuente que la figura materna est\u00 conservada, aunque d\u00e9bil, y que la figura paterna est\u00e9 ausente. Es frecuente el desamparo, el abandono, el maltrato, la ausencia de valores evolutivos, etc. Son familias carenciales y da\u00f1adas, con un alto estr\u00e9s psicol\u00 donde son frecuentes los conflictos familiares graves y las conductas patol\u00f3gicas.

Hay una tendencia a repetir los conflictos no resueltos de los padres y sus delitos porque se produce una

identificaci\u00f3n de los progenitores como modelos negativos. Todo esto favorece la aparici\u00f3n de conductas y personalidades antisociales.

Asimismo en su \u00e1mbito familiar y en los propios menores se observa un nivel de conocimientos muy

bajo y un desinter\u00e9s por el conocimiento y la cultura. El inter\u00e9s est\u00e1 puesto en la satisfacci\u00f3n inmedia consumo. La trayectoria escolar es de fracaso en el aprendizaje y de inadaptaci\u00f3n al entorno escolar. Su lenguaje

es empobrecido y poseen una escasa capacidad de reflexi\u00f3n y de an\u00e1lisis. ASPECTOS COGNITIVO-PERCEPTIVOS:

El procesamiento de la informaci\u00f3n de estos menores suele ser poco efectivo ya que sobresimplifican

constantemente evitando los est\u00edmulos complejos y responden sin pensar demasiado. Esta impulsividad les lleva a entrar en conflicto con su ambiente. A la vez su percepci\u00f3n de la realidad es incorrecta y cargada de prejuicios y la ideaci\u00f3n suele ser bastante restringida ya que sustituyen el pensamiento por la acci\u00f3n. Adem\u00e1s, no pueden consecuencias de sus acciones dada su impulsividad y falta de reflexi\u00f3n.

ASPECTOS EMOCIONALES Y DE PERSONALIDAD:

El nivel de estr\u00e9s suele ser alto en estos menores y su empobrecimiento personal (falta de habilidades

sociales, escasos recursos, etc). Hace que no puedan afrontar dicha situaci\u00f3n de estr\u00e9s. Esta tensi\u00f3n a vec manifiesta a trav\u00e9s de ansiedad difusa, de una inquietud que puede llegar a la hiperkinesia y al d\u00e9ficit de atenci\

Hay tambi\u00e9n un escaso deseo e inter\u00e9s en procesar los est\u00edmulos emocionales lo que les lleva a un retraimiento social, un aislamiento y a mostrarse como personas fr\u00edas. Se detecta en ellos dos emociones b\u00e1sica la rabia y la depresi\u00f3n.

Adem\u00e1s, las emociones m\u00e1s frecuentes que poseen son:

1. Una intensa necesidad de ser atendido, \u201cmirado\u201d, querido y valorado 2. Un sentimiento de ser utilizado, maltratado y abandonado

3. Un sentimiento de estar solo, indefenso 4. Un sentimiento de fragilidad

5. Un sentimiento de sobrecarga 6. Un sentimiento de maldad

Y por todo ello reaccionan con comportamientos narcisistas, con una reacci\u00f3n hostil y transgrediendo los l\u00edmites.

Estos menores presentan un gran sentimiento de inferioridad, no se valoran asimismo cuando se

comparan con los dem\u00e1s, no se quieren asimismo porque no se han sentido queridos por sus padres, no pueden tener autoconfianza por que nunca se ha tenido confianza en ellos. As\u00ed intentan ocultar su sentimiento de

inferioridad a trav\u00e9s de una reacci\u00f3n hostil, de una posici\u00f3n de autosuficiencia, de aparente seguridad en s mismos con una postura muy r\u00edgida. La mayor\u00eda de estos menores se perciben a d\u00e1ndose cuenta de sus d\ lo que su autopercepci\u00f3n es muy negativa, lo que les crea el sentimiento de inferioridad. Pero muchas veces la

imagen de que tienen de ellos mismos es distorsionada porque se basa en concepciones imaginarias. A veces, como un mecanismo de compensaci\u00f3n aparece un sentimiento de autoglorificaci\u00f3n.

La percepci\u00f3n que tienen de los dem\u00e1s es tambi\u00e9n fantaseada y cargada de proyecciones. Las relac suelen ser pobres y poco gratificantes dada su falta de habilidades por lo que se suelen aislar. Muchos carecen de

empat\u00eda.

ASPECTOS PSICOPATOL\u00d3GICOS:

La conducta antisocial de estos menores cuando se repite continuamente y les impide la adaptaci\u00f3n se

convierte en algo patol\u00f3gico. Asimismo, seg\u00fan Viu Masedo (1995) algunos presentan un d\u00e9ficit estructural personalidad, es decir un trastorno del desarrollo que afecta a las funciones del YO. Esto se refleja en la

imposibilidad de realizar un autoan\u00e1lisis real, en la incapacidad de aprender de los propios errores, en la falta de planificaci\u00f3n del futuro, en su conducta impulsiva y desenfrenada, en la falta de habilidades sociales y en su car\u00e1cter vivencial que es indefinido, inseguro sugestionable y vers\u00e1til.

Otro trastorno frecuente en estos menores es la depresi\u00f3n que aparece negada en la mayor\u00eda de los casos propios menores. Las consecuencias de la depresi\u00f3n ser\u00edan:

1. Escasa respuesta ante los est\u00edmulos y el acercamiento afectivo, inexpresi\u00f3n de los afectos, la inhibici\u y la apat\u00eda, la inhabilidad social, la escasa cooperaci\u00f3n, las dificultades para establecer relaciones

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2. La autodesvalorizaci\u00f3n, el pesimismo, la falta de ilusi\u00f3n, de esperanza, el no tener expectativas d lograr algo en el futuro, el abandono a la fatalidad, al destino, en una pasividad resignada.

3. El sentimiento de ser v\u00edctima de la injusticia de los dem\u00e1s lo que da lugar a continuas quejas, a culp los dem\u00e1s sin asumir responsabilidades.

4. Los sentimientos de rabia y c\u00f3lera por el da\u00f1o sufrido expresados en ataques a la sociedad.

5. La sobrecarga ps\u00edquica, la irritaci\u00f3n interna, la ansiedad e inquietud psicomotriz que busca y obt alivio en la actuaci\u00f3n antisocial.

En cuanto a los trastornos de la personalidad, algunos menores presentan si no un cuadro de psicopat\u00eda firmemente estructurado s\u00ed al menos suficientes rasgos psicop\u00e1ticos como apreciar que sus infracciones est\u00e1n motiva este trastorno de personalidad. Pero es realmente una minor\u00eda de estos menores quienes pueden ser evaluados de psic\u00f3patas; la mayor\u00eda responden, seg\u00fan el autor, mas bien a una personalidad fr\u00e1gil, empobrecida, escasos recursos, en los que la infracci\u00f3n es m\u00e1s el fruto de la inhabilidad que de la personalidad psic\u00f3pata trastornos emocionales y del comportamiento que aparecen son el trastorno disocial y el trastorno l\u00edmite de la

personalidad.

CRIMINALIDAD INFANTIL Y JUVENIL:

La preocupaci\u00f3n por la violencia no parece necesario justificarla, y menos en la era nuclear. Recordemos adem\u00e1s, que s\u00f3lo la especie humana es capaz de destruirse y de ejercer su propia fuerza contra s\u00ed mism

La violencia es de dif\u00edcil justificaci\u00f3n en nuestra \u00e9poca si se mira al horizonte con las armas nu su capacidad de destrucci\u00f3n total. Domenach lo ha expresado as\u00ed: "Puesto que ya no se puede contar con la

violencia para detener la violencia, es preciso que cada sociedad, y la humanidad entera, si quiere salvarse,

hagan prevalecer objetivos ecum\u00e9nicos sobre los intereses particulares. Es preciso que una pr\u00e1ctica del di\u00e una moral del amor o simplemente de la comprensi\u00f3n, modifiquen las instituciones y las costumbres",

Veamos, sin embargo, lo que se entiende por violencia, pues es \u00e9ste un concepto sometido a muy diferentes interpretaciones.

Para Domenach, es una definici\u00f3n poco compleja y de f\u00e1cil comprensi\u00f3n, violencia es "el uso de la

fuerza, abierta u oculta, con la finalidad de obtener de un individuo o de un grupo, algo que no quiere consentir, libremente".

Yves Michaud define la violencia como "una acci\u00f3n directa o indirecta, concentrada o distribuida,

destinada a hacer mal a una persona o a destruir ya sea su integridad f\u00edsica o ps\u00edquica, sus posesiones o participaciones simb\u00f3licas".

Mckenzie define la violencia como el "ejercicio de la fuerza f\u00edsica con la finalidad de hacer da\u00f1o o de

causar perjuicio a las personas o a la propiedad; acci\u00f3n o conducta caracterizada por tender a causar mal corporal o por coartar por la fuerza la libertad personal".

Para Curle, violencia es lo mismo que "no pacificada", y para Lain Joxe la violencia "tiene que ver con el intento de controlar a la sociedad mediante la centralizaci\u00f3n del saber".

Estas diferentes interpretaciones del concepto de violencia son, suficientes para hacer comprensible algo elemental: la necesidad de abandonar el concepto limitado de violencia, en el sentido de asimilarlo simplemente a

algunos tipos de violencia f\u00edsica. La violencia no es solamente un determinado tipo de acto, sino tambi\u00e9n una determinada potencialidad. No se refiere s\u00f3lo a una forma de "hacer", sino tambi\u00e9n de "no hacer".

Transici\u00f3n en lo social

Lasocializaci\u00f3n es el proceso de aprendizaje de la conformidad a las normas, h\u00e1bitos y costumbres del grupo. Es la capacidad de conducirse de acuerdo con las expectativas sociales. Muchos factores contribuyen a las

dificultades que tiene el adolescente para reemplazar las actitudes y la conducta social propias de la infancia por otras formas m\u00e1s propias del adulto. Los obst\u00e1culos m\u00e1s notables son:

Bases deficientes: La preparaci\u00f3n insuficiente y la identificaci\u00f3n con personas mal adaptadas en los a\u00f1os

formativos proporcionan bases deficientes sobre las cuales no es posible construir en la adolescencia las pautas de conducta social propias del adulto.

Falta de gu\u00eda: Padres y docentes creen a menudo que el adolescente se convertir\u00e1 autom\u00e1ticamente en un

individuo mejor socializado. Con frecuencia, los j\u00f3venes a quienes no les gusta ser mandados, rechazan el consejo adulto.

Falta de modelos aptos para la imitaci\u00f3n: Muchas veces los modelos proyectados por los medios masivos son inadecuados porque sus pautas de conducta no siempre se conforman a las normas grupales aprobadas.

La imitaci\u00f3n de un compa\u00f1ero que goza de popularidad significa de ordinario el aprendizaje de paut de conducta que se adaptan a las normas juveniles, no a las adultas.

Falta de oportunidades para los contactos sociales: El adolescente que no disfrute de aceptaci\u00f3n social y que no

tenga tiempo o dinero para participar en las actividades propias de su edad estar\u00e1 privado de oportunidades pa aprender a ser social.

Diferentes expectativas sociales: Dado que los diferentes grupos sociales cuentan con normas distintas de la

conducta aprobada, con frecuencia el adolescente piensa que debe cambiar cuando se enfrente con personas y situaciones diferentes.

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Nuevas clases de grupos sociales: Como las bandas y otros agrupamientos sociales reemplazan a la pandilla

infantil, el adolescente debe aprender a adaptarse a los miembros del sexo opuesto así como también a compañeros de distintos valores.

En la adolescencia es importante que se superen dos transiciones, una en lo moral en donde el

adolescente asuma la responsabilidad por el control de su conducta conformándose las costumbres, normas y reglas de la sociedad.Y otra en lo social donde su conducta se conforme según las normas aprobadas por el grupo, desempeñándose correctamente con respecto a la función social prescrita por el grupo, logrando una satisfacción personal derivada de la conducta social.

Desafortunadamente, algunos adolescentes no logran asumir esa responsabilidad por el control de su conducta moral, ni un aprendizaje de su conformidad con las normas, hábitos y costumbres del grupo,

(socialización). Esto trae como consecuencia adolescentes agrupados en pandillas, llevando a cabo actos donde se ejerce la violencia, se cometen fechorías constantemente y, aún peor, realizando actos ilícitos llegando, en algunos casos, a convertirse en adolescentes delincuentes.

Los jóvenes delincuentes y el medio.

Los adolescentes de todo el mundo poseen casi idénticas necesidades biológicas y celulares. Pero es quizás de mayor importancia aún, la comprensión de sus necesidades sociales y de la personalidad.

Las necesidades de la personalidad humana especialmente urgentes durante la adolescencia, son las relativas al status, la independencia de autorrealización y una adecuada filosofía de vida, es decir, anhela ser importante, tener preeminencia en su grupo, ser reconocido como persona valiosa, ansía alcanzar el status de adulto y dejar atrás las características de la infancia.

Ya es común ver adolescentes fumando cigarrillos (de cualquier tipo, tabaco u otro) imitando de modo sofisticado los gestos del adulto.

Para los adolescentes es más importante lograr el status en el grupo de sus iguales, que ante los ojos de sus padres; es sentirse independiente, aspiran a liberarse de restricciones que lo aten.

Todo ello lleva a crear una mayor distancia entre la autopercepción íntima del propio "Ser y Valer" y el ideal o pauta modélica del "Que Hacer" al que aspira, de aquí es donde comienza a discurrir los polos de la Ambición (ideal deseado) y la Angustia (realidad actual).

No es raro que el adolescente para evitar caer en la duda acerca de su propio valor, necesite someterse a pruebas experimentales, creándose artificialmente situaciones que demanden un especial esfuerzo para ser resueltas.

Pero si por estas pruebas, resulta imposible obtener la autosatisfacción, existe el peligro de que se busque autoafirmación en ellas, apartándose sensiblemente de los caminos que normalmente la consiguen. Entonces surgirá una actitud negativista y se presentará una especial obstinación en persistir en una conducta a todas luces perjudicial, y entonces invariablemente observará el medio y será éste quien le dé una respuesta. Los adolescentes cuyas necesidades se ven frustradas, o que viven en conflicto experimentan una tensión y disgusto. Se encuentran en un estado de desequilibrio Habrá que realizar en la medida de lo factible una

adaptación para reducir ese estado de hipertensión psicológica y volverlo tolerable para sí mismo.

Existen además para estos casos, situaciones en que los adolescentes aplican sus mecanismos de defensa ante el medio, y la situación en particular para cada caso, solo actúa. Analizamos someramente con casos

concretos cada una de estas evasiones a la realidad, por medio de "los mecanismos típicos de adaptación". • La agresión: Puede ser directa o indirecta, recordamos para estos casos aquellos docentes que fueron

golpeados por sus alumnos, tal vez por una mala nota o por no ser de su agrado, algunos hasta fueron hospitalizados según dicen las crónicas.

• La compensación: Todo adolescente tiende a sentirse importante, si no lo logra por un camino lo

buscará por el otro. A diario vemos en la actividad Policial o nos enteramos por los medios periodísticos de jóvenes armados y a los tiros, que tratan de dar muestras de fuerza y coraje para ocultar su minusvalía o debilidad.

• La identificación: El adolescente marginado o sin éxito, puede obtener de algún modo substitutivo una

especie de gloria, vinculándose con delincuentes mayores en los cuales creen sentirse reflejados: son su espejo; menores que desean formar bandas con mayores, terminando generalmente estos menores, como los responsables o a quiénes hacen responsables de los robos, muertes, etc..

• La proyección: Es una de las maneras en que los menores tratan de evitar la responsabilidad, con el

dicho "fue el otro", y lo que es peor aún la justificación de sus padres o parientes, al decir "es un buen chico, lo malo es la junta".

• El negativismo: Es que, todo lo que sea normal, social o de conducta aceptada, para él es No.

• Indudablemente buscará llamar la atención, aunque no lo vean. Es hacer algo que sabe que es No,

desde romper un foco, a agruparse y agredir, aunque no se sabe del porque lo hicieron, transformándose para el grupo un positivismo como la frase actual que emplean "todo esta bien loco".

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Hasta aquí hemos analizado algunas situaciones que motivan a menores a entrar en la delincuencia, también podemos observar que en su tarea diaria, la policía, se encuentra frente a hechos que dado a su repetitividad prácticamente ya no les llama la atención. Pero ocurren hechos a nivel internacional que titulan por ejemplo masacre que conmovió al mundo": Recordemos cuando se conoció la noticia de que dos niños norteamericanos

decidieron descargar una andanada de balas sobre sus compañeros de colegio cuando activaron una alarma de incendio, y aprovechando la carrera de sus compañeros, se transformaron en francotiradores, asesinando e hiriendo a varios de ellos.

A medida que transcurren los años, vemos que los hechos delictivos aumentan, descendiendo las edades de los autores, lo que antes reflejaban un promedio de 16 años, en la actualidad lo tenemos con 14 y hasta 11 años. La influencia de los medios

Los chicos están absorbiendo de cuatro a seis horas de televisión por día y en determinados programas infantiles, puede haber cada ocho segundos un acto de violencia. En el mundo, una hora de televisión contiene como promedio de cinco a diez escenas violentas, presentadas en su mayoría como agradables o buenas.

"Personaje de acción”, como lo conocen los chicos (Terminator), es conocido por el 88% de éstos en el Mundo y el 22 % lo toma como modelo. Para el 44 % de los chicos no existen grandes diferencias entre la

percepción de su realidad y lo que ve en la pantalla. El 91 % de los chicos encuestados tiene acceso a la televisión y pasan tres horas diarias frente a la pantalla".

Otro hecho que también es preocupaste y lo promueve el medio, son las salas de juegos o de videos, donde en más del 70 % de esos juegos intervienen hechos violents.Existen juegos que directamente afectan

derechos personales del ser humano como ser: el derecho a la vida, considerado como valor supremo, por nuestra Constitución Nacional, Constituciones Provinciales y el mismo Código Penal. Como ejemplo, tomemos en cuenta un juego llamado "Carmageddon" que consiste en conducir un vehículo y atropellar peatones, el puntaje es distinto: Los ancianos tienen puntaje menor mientras que las mayores puntuaciones se obtienen atropellando

niños, mujeres embarazadas o los que llevan bebes en cochecitos. Para lograr esta cacería humana pueden cometer cualquier infracción de tránsito, lo importante es "Matar". Puede entenderse claramente la deformación que llega a producir en el subconsciente, el hecho de asimilar jugando que se es ganador cuando, con un auto a disposición, se debe salir a matar seres humanos para ser premiados. No olvidemos que los niños aprenden jugando

En cuanto al adolescente, vemos con asiduidad que los inadaptados o los delincuentes no andan solos, y surge una pregunta: ¿Cómo se encuentran ...? , de acuerdo a la obra "Grupo de niños y adolescentes" publicada en España en el año 1967 por el Dr. Rene Fan, decía... "El niño inadaptado al término de la edad escolar se va en busca de las bandas o grupos... El delincuente juvenil raramente permanece aislado, siente la imperiosa necesidad de aceptación que anida en el alma, porque sigue joven o niño... está cargado de oposición y agresividad..."

El medio condiciona la vida y puede llegar a crear hábitos. Tras una adolescencia difícil se agazapa una familia y una sociedad difícil. El vertiginoso camino que la vida hace recorrer conduce a que los hijos se

encuentran desprotegidos, olvidados y hasta relegados a un segundo plano, estando en un primer lugar, la angustia económica: Padre y madre trabajando, el hogar es un lugar de reunión, sólo charlas informales y reposo.

De esta manera el adolescente busca refugio en el grupo de pares, gana la calle, se reúne con personas de cualquier tipo, en cualquier lugar; los padres pierden autoridad, los hijos no tienen marco de referencia, están frente al espejo de la desprotección.

Además si tenemos en cuenta que el pensamiento del hombre moderno se observa como alérgico a la

religión, no tiene aptitud para pensar, parece que la religión le estorba, o no tenemos necesidad de ella. Esta gente, estos adultos, estos mayores, forman parte de una familia, en la cual están educando a sus hijos y desean resaltar en ellos valores que los mismos padres no poseen.

Las bandas

Los primeros años de la adolescencia y los que la proceden inmediatamente constituyen la época en que el niño toma afición por las bandas y pandillas. En este período los intereses de los varones y de las niñas

continúan dilatándose e incluyen mayor cantidad de personas ajenas a su familia. Estos intereses son tan potentes, que la influencia de las opiniones y normas del grupo sobre el adolescente es mucho mayor que en cualquier

época anterior. Los compañeros llegan a tener más influencia que el padre o la madre. Si bien las pandillas de niñas no son tan numerosas como las de muchachos, también ellas son poderosamente influidas por las ideas, las creencias y los códigos morales de sus compañeras.

El lugar privilegiado y decisivo donde el adolescente consigue ampliar su ámbito de referencia es la calle, porque ahora dispone de una nueva y autónoma solvencia: puede salir solo, cada vez dando menos explicaciones y a veces inventando excusas por cualquier motivo.

En la calle de los adolescentes caben el colegio, el club, el trabajo temporal, los entrenamientos, los

boliches, los amigos, la soledad, los "jueguitos", el vagabundeo nocturno... Éstas actividades lo mantienen absorto, sumergido de cabeza en un mundo a su medida, renuente a los problemas que le proponen los adultos. Tal vez éste sea "su" mundo, el único capaz de absorberlo, el único que consigue interesarle. Indudablemente la calle es un espacio físico sin fronteras, pero sobre todo sin tutela ni horarios, de modo que parece diseñado a la medida de sus intereses.

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Además de esto, esta el "salir de noche" para reconocerse como los dueños de la calle que de día

pertenece a los adultos, los adolescentes suelen aprovechar la salida nocturna para divertirse; claro que esta diversión encubre una nueva excusa para liberar al niño, pero de otra manera (tomar cerveza, gritar por las calles desiertas, hacer graffitis en lugares públicos o sobre autos estacionados...).

La pandilla

Una pandilla es un grupo de adolescentes y/o jóvenes que se juntan para participar en actividades violentas y delictivas.

Se puede distinguir las pandillas asóciales de jóvenes que plantean problemas especiales, tanto por el tipo de individuos que las componen como por sus consecuencias, desde el punto de vista sociológico y del desarrollo psicológico de cada individuo considerado como entidad.

Las pandillas están constituidas por jóvenes cuya edad oscila entre 13 y 22 años. Las pandillas formadas por niños más jóvenes son excepcionales. Sin embargo, sabemos que algunos adultos se asocian a veces a las

pandillas de adolescentes. Comprenden más chicos que chicas; éstas últimas constituyen más bien un vínculo en el grupo, no tienen responsabilidades importantes. Los lugares de reunión son variables, a veces en la calle, otras una plaza o un jardín, muy a menudo un bar. Frecuentemente, un mismo lugar de reunión puede acoger diferente

pandillas sin que existan intercambios entre ellas; otras veces cada pandilla tiene su particular punto de reunión. Además, existen pandillas que suelen organizarse durante las vacaciones y se desintegran después; otras cuyo grupo está formado por la asociación de distintos individuos en trance de desplazamiento y que se disuelven en grupos más amplios, grupos de protección que no son más que una etapa durante desplazamientos sucesivos.

En las pandillas bien estructuradas puede existir un líder con autoridad, quien representa al ser corajudo que impone la norma conforme a cierto código de valores de uso interno. En algunas de estas sociedades de

adolescentes, hallan ritos de iniciación (tatuajes, heridas voluntarias) que significa el ingreso y la aceptación por la banda.

Aunque la mayoría de los miembros de pandillas son hombres es posible que se unan algunas mujeres. Las mujeres pueden ser parejas de los jefes de pandillas o ser intercambiadas en el "servicio sexual" entre los miembros varones de una misma pandilla. En sociedades que tienen este problema desde hace varios años comienzan a verse ya hábiles y feroces pandillas de mujeres.

La delincuencia juvenil

La delincuencia constituye un grave problema social de difícil prevención y de aún más difícil solución. El término delincuencia es un concepto de carácter legal, social, psicológico y moral. Desde todas estas

perspectivas se ha estudiado el tema de la delincuencia con diversos resultados e interpretaciones, y con

dificultades para establecer los límites entre la conducta delictiva y la no delictiva. La valoración de la conducta delictiva depende de factores culturales y del establecimiento de las leyes de una sociedad.

A lo largo del tiempo se van modificando las leyes, y por lo tanto cambia el carácter delictivo de determinados actos, e incluso varía en la misma época de una sociedad a otra.

Por ejemplo, la homosexualidad ha desaparecido como comportamiento delictivo en algunas sociedades, pero en cambio continúa en otras. También los delitos reciben distinta consideración social, hay delitos no exentos de cierto "prestigio", mientas que otros reciben una repulsa social más contundente.

Los comportamientos delictivos pueden darse en cualquier edad de la vida, de forma ocasional o

continuada. Algunos delincuentes han empezado sus conductas antisociales ya en la infancia y otros lo harán al llegar a la vida adulta; algunos solamente delinquen durante una época de su vida, por ejemplo, durante la adolescencia, y otros, lo hacen empujados por algunas circunstancias, como sucede a partir del consumo de drogas.

La delincuencia juvenil ha aumentado de forma alarmante en los últimos tiempos, pasando a ser un problema que cada vez genera mayor preocupación social, tanto por su incremento cuantitativo como por su progresiva peligrosidad cualitativa. La delincuencia juvenil es, además, una característica de sociedades que han alcanzado un cierto nivel de prosperidad. Es decir, en las sociedades menos desarrolladas la incidencia de la delincuencia juvenil en el conjunto del mundo del delito es menos que en las comunidades más avanzadas en el plano económico. En general, en las grandes ciudades latinoamericanas, la delincuencia juvenil está ligada a la obtención -delictiva- de bienes suntuarios de consumo y por lo general no practican la violencia por la violencia misma sino como medio de obtener sus objetivos materiales.

Una de las razones de que la delincuencia alcance su punto culminante entre la adolescencia media y la final es que en esa época muchos jóvenes aprenden a realizar adaptaciones sociales sin el auxilio de padres o docentes.

La delincuencia está presente en todos los grupos socioeconómicos. Si bien muchos casos no llegan a los estrados judiciales, los delitos de los adolescentes de las clases superiores a menudo superan en gravedad a los que tienen por actores adolescentes de clases inferiores. El motivo principal del aumento de la delincuencia en el

sector pudiente es el de "producir excitación".

Debido a que los desertores secundarios encuentran difícil obtener ocupación, el índice de delincuencia es mayor entre quienes no completaron el ciclo secundario que entre quienes se graduaron. Cuanto mayor es el desempleo de adolescentes, tanto mayor es el incremento de la delincuencia juvenil.

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De muchas maneras las comunidades han denominado los grupos de jóvenes y adolescentes calificados en "riesgo social" por sus actitudes, costumbres, situación de vida. Esos nombres varían: pandillas, barras,

huelgas, gamberros, hooligan, etc.; pero tienen en común dos cosas: por un lado la preocupación y la alarma social que provocan y, por otro, la falta de distinción entre lo que constituye una actividad delictiva propiamente dicha y un comportamiento simplemente desviado de las costumbres y tradiciones, o lo que es peor, "desviado" por los acondicionamientos socioeconómicos en que se encuentran o la ausencia de una familia.

Tenemos claro que "seguridad ciudadana" es un concepto bastante difuso, y que hoy se utiliza con muy diversos propósitos, como en épocas pasadas se utilizaron los conceptos de "seguridad nacional" y "seguridad del Estado" en el plano ideológico, que pretendieron constituirse en la razón de ser de la política criminal y

justificaron una gran cantidad de atropellos a los derechos humanos.

Cuando se habla de las pandillas y grupos juveniles, "seguridad ciudadana" se utiliza, por lo general, como sinónimo de seguridad física en las calles y las casas, olvidándose que un verdadero concepto del vocablo debiera incluir también otras libertades públicas y privadas, conformadas por derechos básicos y fundamentales como los derechos políticos, los derechos económicos y los derechos sociales, los cuales nunca se ven afectados -ni amenazados- por la existencia de esos grupos.

La criminología distingue entre delito (constituido por el volumen real de la criminalidad y sus

repercusiones) y temor al delito (constituido por la percepción de la criminalidad y el riesgo de ser victimizado). La percepción de la criminalidad y el temor a ser víctima de un delito agiganta y distorsiona la realidad, con un efecto multiplicador desproporcionado, sobre todo tratándose de hechos realizados por grupos de jóvenes y adolescentes, lo cual aumenta la posibilidad de adoptar políticas equivocadas e inconstitucionales en aras de la prevención general.

La delincuencia y sus expresiones violentas se explican, muchas veces, por el cuadro social. La sociedad de consumo tiene una especial influencia sobre la juventud con el fin de conseguir cosas. El coche, la moto, el equipo de sonido, ropa de marca, teléfonos móviles, son algunos de los productos que se ofrecen constantemente en el mundo comercial a los jóvenes. Todo esto sumado a los cambios fundamentales de las condiciones de vida, los cambios en los valores sociales, éticos, y morales, la inseguridad sociopolítica y económica, producen

tensiones que facilitan el paso de los jóvenes a la delincuencia. Está claro que la pobreza no es sinónimo de delincuencia pero es más probable que lleve a ella por necesidades.

Personalidades delictivas

Los delincuentes se distinguen entre:

-El individuo sano que se convierte en delincuente como reacción a razones educativas, situaciones inadecuadas o experiencias traumáticas.

-El individuo sano que se hace delincuente en el curso de una crisis que se confunde con la evolución del estado de pubertad.

-El individuo neurótico.

La aceptación social otorgada por pandillas juveniles, pero no por camarillas con estatus en la

comunidad, significa que el adolescente tiene demasiadas relaciones con la clase inconveniente de pares. Los delincuentes pueden ser populares -incluso pueden ser líderes- en sus propios grupos.

Los medios masivos de comunicación son responsables indirectos de actividades delictuosas sólo si refuerzan las otras condiciones ambientales desfavorables que rodean con frecuencia a los delincuentes potenciales. Las condiciones hogareñas adversas, la falta de respeto por los padres, la carencia de relaciones familiares afectivas, la disciplina ruda y las pautas marcadamente atípicas en la vida familiar hacen que el

adolescente sienta que no se lo ama y lo predisponen a tomar represalias conduciéndose de manera de herir a sus padres.

El patrón de personalidad de los delincuentes potenciales no está necesariamente mal ajustado, si bien muchos de ellos (los delincuentes) tienen conceptos desfavorables de sí mismos, albergan sentimientos de inadecuación e inferioridad.

La conducta delictuosa es una respuesta a la frustración de algún deseo. Si únicamente cierta forma de conducta no aprobada por la sociedad sirviera para la satisfacción personal del individuo, entonces éste no encontraría otro camino que la delincuencia.

Los estudios de los motivos de la delincuencia juvenil revelan que se tratan de razones propias de jóvenes normales, pero inmaduros.

Explotación de los menores delincuentes y de la delincuencia

Los menores delincuentes son con frecuencia explotados por los adultos. Explotación que queda más a la vista y que provoca una mayor indignación del público cuando adultos sin escrúpulos utilizan a menores para sus propósitos criminales, tales como la prostitución y otras formas del tráfico sexual, para la venta de

estupefacientes o como cómplices para llevarse cosas de negocios y otras formas de robo. Sin embargo, no son solo los criminales quienes explotan a los delincuentes y a la delincuencia. Los explotadores pueden ser miembros respetados de la sociedad que utilizan a los delincuentes para satisfacer necesidades psíquicas.

Dentro del marco constitucional y en forma bastante más moderada que las anteriores corrientes, algunos sectores (dentro de los cuales se ubican en su mayoría los mismos órganos represivos del Estado y los

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Tribunales, así como los medios de comunicación colectiva) proponen las "soluciones" tradicionales al problema de la delincuencia en general, y de la delincuencia juvenil en particular.

Estas respuestas tradicionales están inspiradas en la idea de "endurecer" el sistema penal dentro de los límites constitucionales, con algunas medidas que son las que siempre se han utilizado con mayor frecuencia para combatir la criminalidad:

• Aumentar y militarizar a la policía. • Aumentar y endurecer las penas.

• Aumentar el número de personas detenidas.

Es cierto que es necesaria una mayor presencia de los cuerpos de policía civil en las calles. Con ello se previenen hechos delictivos y se facilita una intervención rápida para impedir mayores consecuencias, se logra prestar algún auxilio a las víctimas, y además permite realizar de manera más eficiente la labor de aseguramiento y recolección de pruebas, así como también propicia la identificación y detención de los presuntos agresores, entre otras cosas. Sin embargo, el aumento del número de policías o su militarización, no se traducen necesariamente en una mayor "seguridad ciudadana".

En primer lugar, porque una gran cantidad de delitos de los que provocan alarma social no se realizan en las calles, pues ocurren en ámbitos de intimidad, interno incluso a las familias o en oficinas y lugares cerrados. En segundo lugar, porque la eficiencia del sistema depende del buen funcionamiento de la totalidad de sus

componentes (policía, fiscales, jueces, sistema penitenciario, etc.) y el subcomponente policial no actúa mejor cuando aumenta su número o cuando utiliza métodos militarizados en sus actuaciones contra la criminalidad. En tercer lugar, como ha puesto en evidencia la criminología, no tiene sentido pretender reducir la violencia callejera (en especial las agresiones y los homicidios) aumentando el número de personas armadas en las calles.

Algunos afirman que en los países que transitan por esa vía errada no se ha reducido la criminalidad, y se ha generado en cambio un fenómeno circular: los delincuentes sancionados por el sistema penal pertenecen en forma desproporcionada a los grupos más pobres de la población, y la numerosa policía que los persigue, con salarios miserables, pertenece también al mismo estrato. Y ambos grupos interactúan multiplicando una violencia espantosa que, obviamente, no puede detenerse sino multiplicarse cada vez más de esa manera.

Lo anterior no significa, desde luego, que descartemos la necesaria intervención policial. Al contrario; es indispensable para una adecuada y correcta aplicación de la ley penal, sin embargo la forma de mejorar su

intervención no se reduce a un problema numérico, ni a militarizar sus actuaciones, sino a la profesionalización y a un mejoramiento de la totalidad de las condiciones laborales y sociales en que se encuentra la policía,

incluyendo aspectos como el salario, la capacitación, instrumentos de trabajo, etc.

Tampoco ha sido eficaz, para disminuir o atenuar los índices de criminalidad, el camino del aumento y del endurecimiento de las penas o el aumento del número de menores presos en prisión preventiva o sentenciados. Al igual que el aumento y el endurecimiento de la pena, el aumento del número de personas detenidas constituye una de las respuestas más populares para combatir la criminalidad popular porque exista una generalizada creencia -sobre todo en sectores externos al sistema penal- de que a mayor cantidad de personas detenidas menor índice de delincuencia existirá en el país.

Esta posición tiene dos vertientes. Por un lado se propugna un mayor uso de la prisión preventiva con el fin de "sacar de la circulación" lo más pronto posible a menores que se estima son presuntos violadores de la ley penal desde el inicio de cualquier procedimiento judicial; y por otro también se propugna que la "medida tutelar" definida en sentencia, cuando se determina que el menor efectivamente realizó el hecho delictivo, se aplique en centros cerrados, de manera que también se impida su libre circulación en las calles, para lo cual deben

desconocerse todo tipo de beneficios de salida y permisos.

Esta es la respuesta que con mayor frecuencia clama la policía frente a los tribunales. Su queja constante es que ellos detienen a los presuntos delincuentes y los jueces los dejan en libertad, lesionando así -en su opinión-la seguridad de los ciudadanos. Los ciudadanos también tienen una gran confianza en opinión-la prisión (preventiva o no), pues creen que es posible por ese medio frenar los índices de delincuencia, y por lo general se pronuncian contra todos los programas dirigidos a racionalizar el uso de esa medida represiva, como resultan ser las medidas

sustitutivas, la libertad bajo palabra, la prueba, la excarcelación, etc.

En realidad no existe ningún estudio técnico que permita afirmar que a mayor cantidad de personas en prisión habrá menor cantidad de delitos, pero sí hay estudios que señalan que los países que han aplicado

desproporcionadamente la prisión preventiva no han disminuido los índices de criminalidad, y han multiplicado sus problemas. Ni para adultos ni para menores de edad exacerbar el uso de la prisión parece ser la solución recomendable".

En resumen, tampoco la prisión ha constituido un medio eficaz para disminuir los índices de

criminalidad, ni para resolver los conflictos provocados por los hechos delictivos, aunque constituye la respuesta más buscada por los ciudadanos para esos fines.

CRIMINALIDAD ADULTA Y CARÁCTER DE LA DELINCUENCIA: Personalidad, conducta desadaptada y ambiente

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Podemos relacionar una conducta desadaptada con una personalidad delincuente, y desde una

consideración psicosocial se puede invertir la relación, por lo que una conducta antisocial sería la consecuencia de una personalidad delincuente. La respuesta social e institucional al delito influye sobremanera en el proceso de modelado de la conducta y personalidad del inadaptado. La situación de internamiento provoca la creación y

desarrollo de nuevas pautas de conducta anormalizadoras y amenazantes, que sirven de defensa para el individuo, pero totalmente ineficaces en otro contexto que no sea el de encarcelamiento.

En conclusión, la anormalidad del comportamiento del inadaptado es consecuencia del permanente intento de adaptación a múltiples situaciones anormales. Por eso, definimos al inadaptado como un individuo tan adaptado que se inadapta para adaptarse.

El proceso de personalización e institucionalización del conflicto individuo-situación

La dinámica social interviene en el primer periodo, ya que durante este periodo el conflicto se plantea a nivel grupal porque el individuo nace y se socializa en un entorno social. Ahora bien si este individuo se socializa en un entorno social desfavorecido puede llegar a desarrollar un comportamiento desadaptado. Por ello

mantenemos que la inadaptación a menudo es previa al individuo y el lo verá como una “situación de normalidad”.

La conducta inadaptada provoca la intervención de las instituciones de control social, centrándose en el individuo en concreto y no en el entorno, produciéndose una personalización del conflicto.

El entorno desfavorecido provoca en el individuo una percepción negativa de la sociedad causando frustración y desvalorización personal sobre todo en plena adolescencia.

La personalización y la institucionalización se presentan como dos aspectos inseparables del proceso de inadaptación social.

Niveles de inadaptación social.

La única forma posible de profundizar en el conocimiento de las motivaciones individuales es desde el conocimiento de la realidad del inadaptado (contexto físico, escolar, laboral,...). De esta manera podremos elaborar estrategias de intervenciones preventivas y recuperadoras.

Inadaptación objetiva.

El primer nivel de esta inadaptación se basa únicamente en la dinámica social. El fenómeno de la

delincuencia es un problema social y político. En este primer nivel el inadaptado se encuentra en una situación de normalidad. A este nivel de inadaptación lo llamamos inadaptación objetiva que se caracteriza por un

comportamiento desadaptado de tipo utilitario, tendente a realizar ciertas metas adaptativas por los medios de que dispone el individuo, sin que el individuo presente un determinado tipo de perfil psicológico.

Inadaptación subjetiva

En el segundo nivel del proceso intervienen las instituciones de control social, pero su objetivo ira

encaminado a responder a las expectativas institucionales y no a las demandas reales del menor. Se crea un enfrentamiento entre las instituciones y el individuo, que frente a la superioridad de la institución, habrá de deteriorar adaptativamente su conducta y personalidad.

Si el individuo esta recluido y no puede escapar físicamente, escapara emocionalmente aislándose de la relación interpersonal.

En esta segunda fase de inadaptación social es cuando el comportamiento desadaptado comienza a perder su lógica cuando deja de ser utilitario y puede llegar a convertirse en una conducta agresiva y destructora de una personalidad deteriorada.

El proceso de inadaptación social.

Se establecen interconexiones entre el individuo y su entorno socializador. Según si este entorno sea favorecedor o desfavorecedor, el sujeto desarrollara o no sus capacidades intelectuales, afectivas y relaciónales.

No podemos plantearnos la formulación de un modelo ya que el patrón de interacción entre el individuo y el ambiente socializador es personal de cada individuo, por ello la psicología puede y debe orientar al

profesional hacia la observación del problema.

El conflicto anómico entre las expectativas sociales y la carencia de medios para alcanzarlas tiene tres posibles soluciones:

• Conformismo pasivo.- este conformismo pasivo se caracteriza por la aceptación implícita

individuo de la imposibilidad de acceder a las metas culturales evitando así el enfrentamiento con las leyes o con las instituciones de control social. Esta aceptación implícita o resignación del individuo a alcanzar un modelo le provoca una frustración y una insatisfacción vital del individuo. Adaptación social a costa de inadaptación personal.

• Conducta antisocial objetiva.- esta conducta se manifiesta en individuos que no aceptan

imposibilidad de acceder a las metas culturales y sociales, buscando caminos alternativos para alcanzarlos.

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• Conducta de retirada.-esta conducta la protagonizan los individuos que abandonan

culturales y sociales, y se aísla de la sociabilidad. En este tipo de conducta el individuo necesita vías de escape ante una realidad frustrante.

Relación y diferenciación de la conducta antisocial objetiva y la conducta de retirada: -Los individuos caracterizados en ambas conductas se desenvuelven en el mismoambiente social de marginación.

-La droga es una fuente habitual de retirada, introduciéndose el individuo en unconflicto mayor. -El individuo que presenta una conducta antisocial objetiva tiene conocimientode que la droga esta presente constantemente, además de enfrentarse con lasinstituciones de control social.

-La individualización del conflicto llega en la etapa adolescente para losindividuos de ambas conductas, ya que en esta etapa de la vida el individuo es inmaduro e inseguro.

Se comienza a institucionalizar el conflicto entre el individuo y el ambiente social, de las características de esa intervención va a depender la recuperación de individuo o la profundización del conflicto.

La actuación institucional lo más que puede lograr es una vuelta al conformismo pasivo, a una conducta de retirada o una profundización del conflicto individuo-ambiente.

Seria factible otro tipo de actuación institucional, pero para ello es precisa una nueva perspectiva social con un cambio de política de bienestar social.

La intervención institucional debe posibilitar el desarrollo del individuo, mediante una adaptación crítica a la realidad a través del desarrollo de sus capacidades.

Una vez implantada la institucionalización del conflicto empieza el enfrentamiento y donde el individuo pierde parte de la coherencia de su comportamiento y su personalidad es alterada.

Finalmente el proceso de desintegración personal y de anormalización institucional va a cualificar el comportamiento desadaptado del individuo, inadaptándole no solo a los medios sino también a las metas culturales. Así lo que empezó siendo un problema social de desigualdad de oportunidades termina siendo un cúmulo de contradicciones que perjudica al serio problema de la seguridad ciudadana.

SALUD MENTAL: Concepto

Entenderemos la salud mental como la “capacidad de las personas y grupos para interactuar entre sí y

con el medio ambiente, de modo de proveer el bienestar subjetivo, el desarrollo y uso óptimo de las

potencialidades psicológicas (cognitivas, afectivas y relacionales), el logro de las metas individuales y colectivas, en concordancia con la justicia y el bien común”.

Imputabilidad en el Código Penal

La imputabilidad o capacidad de culpabilidad no se define el CP. Para decir que un sujeto tiene capacidad de culpabilidad o que es imputable, es necesario:

- Que el sujeto tenga un determinado desarrollo y grado de madurez de su personalidad.

- También se exigen unas determinadas condiciones bio-psíquicas que le permitan comprender y conocer la licitud o ilicitud de la realización de delito y de obrar conforme a este conocimiento.

Una persona imputable es aquella que tiene capacidad de culpabilidad y una inimputable es aquella que carece de esta capacidad.

Causas de imputabilidad

En nuestro CP podemos aludir a causas de inimputabilidad o exclusión de la culpabilidad por las que la persona que comete el delito no puede ser declarada culpable Vienen recogidas en el Art. 20 CP y son las siguientes:

- Anomalía o alteración psíquica (Art. 20.1.1) - Trastorno mental transitorio (Art. 20.1.2)

- Intoxicación plena por consumo de ciertas sustancias (Art. 20.2) - Síndrome de abstinencia (Art. 20.2)

- Alteraciones perceptivas (Art. 20.3) Personas que carecen de algún sentido desde su nacimiento o infancia.

Anomalía o alteración psíquica y trastorno mental (art. 20.1)

El Art. 20.1.1 dice: “quedará exentos de responsabilidad criminal el que al tiempo de cometer la

infracción penal a causa de cualquier anomalía o alteración psíquica no pueda comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión. El trastorno mental transitorio no eximirá de pena cuando hubiese sido provocado por el sujeto con el propósito de cometer el delito o hubiera previsto o debido prever su comisión”.

Se requieren por tanto para declara a alguien inimputable 2 requisitos:

-

Un presupuesto psiquiátrico: que pueda comprobarse que la persona padece una anomalía o alteración psíquica

-

Un efecto psicológico: como consecuencia de ese padecimiento mental, el sujeto no puede comprender la ilicitud del hecho o no puede actuar conforme a ese conocimiento.

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¿Qué es anomalía o alteración psíquica?

En el antiguo CP se hablaba de enajenación mental. Este era un término poco adecuado porque se ciñe sólo a enfermedades mentales, sin embargo anomalía o alteración psíquica se refiere también a otros tipos de trastornos.

En la eximente de anomalía o alteración psíquica estarán comprendidas todas las enfermedades mentales incluidas en la clasificación de la OMS o de la asociación psiquiátrica americana (DSM IV), con excepción de trastornos mentales y de conducta debidos al uso de sustancias psicoactivas, como el alcohol y las drogas (Art. 20.2)

Las enfermedades mentales vienen catalogadas en el Diccionario de Salud Mental, que va ya por su edición cuarta (DSM IV). Las podemos clasificar muy brevemente en:

-Psicosis exógenas: trastornos mentales orgánicos como demencia o epilepsia.

Psicosis endógenas: esquizofrenia o trastornos delirantes persistentes como la paranoia.

Trastornos de humor o afectivos: psicosis maniaco-depresiva, neurosis, oligofrenia (retraso mental)... Trastorno mental transitorio: son perturbaciones mentales pasajeras o de breve duración, de aparición más o menos brusca producidos por causas inmediatas y exógenas (estado febril). El CP dice que este trastorno exime de pena cuando haya sido provocado por el sujeto con el propósito de cometer en delito o incluso cuando podía haber previsto o debido prever su comisión (ACTIO LIBERA IN CAUSA). El sujeto es inimputable en el momento de realizar la acción u omisión típica y antijurídica, pero no lo era en un momento anterior, cuando se provocó el trastorno mental transitorio. Este sujeto sería responsable del delito cometido y además dolosamente.

-

También estarían incluidos en principio los estados emotivos o pasionales aunque no es fácil que

priven por completo al sujeto de la capacidad de comprender el carecer ilícito de la conducta o de obrar conforme a ese conocimiento. Igualmente en la eximente del Art. 20.1 estarán comprendidos también los supuestos de sugestión hipnótica, siempre que el sujeto se hubiera visto privado por completo de la capacidad de comprender la ilicitud del hecho o de obrar conforme a esa comprensión.

Intoxicación plena por consumo de ciertas sustancias

Art.20.2 : “está exento de responsabilidad criminal el que al tiempo de cometer la infracción penal se halle en estado de intoxicación plena por el consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras que produzcan efectos análogos, siempre que no haya sido buscado con el propósito de cometerla o no se hubiese previsto o debido prever su comisión o se halle bajo la influencia de un síndrome de abstinencia, a causa de su dependencia de tales sustancias, que le impida comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a dicha comprensión”.

Antiguamente, la intoxicación por el consumo de estas sustancias se consideraba una forma de trastorno mental transitorio. El TS apreciaba sólo esta causa de inimputabilidad cuando el sujeto se encontrase ante una embriaguez plena y fortuita. El TS distinguía según el grado de embriaguez:

-

Embriaguez letárgica: estado total de inconsciencia o sueño (coma etílico). Da lugar a la exclusión directa de la acción.

-

Embriaguez plena: la embriaguez produce una perturbación total de la conciencia que impide al sujeto

tener conocimiento de la licitud o ilicitud de su conducta. Es el único tipo de embriaguez que el TS

considera que da lugar a la causa de inimputabilidad, ya sea fortuita, imprudente o voluntaria. El sujeto que padece una intoxicación plena, queda eximido de responsabilidad penal.

o Fortuita: cuando la embriaguez se produce sin voluntad por parte

embriagarse ni pudo prever que se iba a embriagar (emborracharse a causa de una enfermedad).

o Imprudente: el sujeto pensaba que la embriaguez no se iba a pro

produce (cuando alguien toma alguna sustancia mezclada con alcohol y aumenta el efecto de éste).

o Voluntaria: el sujeto intencionadamente busca embriagarse. Es plenamente

-

Embriaguez semiplena: perturbación parcial que da lugar a una disminución de su culpabilidad.

-

Simple excitación: estado de agitación o excitación que se produce al ingerir muy poca cantidad de alcohol.

La embriaguez preordenada de delito no da lugar a la causa de inimputabilidad. No se eximirá al sujeto de responsabilidad penal si éste busca embriagarse para cometer el delito (ACTIO LIBERA IN CAUSA). Busca de propósito la situación de inimputabilidad.

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Síndrome de abstinencia:

En el CP anterior no se admitía esta causa de inimputabilidad y el TS tenía muchas reticencias a la hora de aplicar esta eximente. A lo máximo que daba lugar el síndrome de abstinencia era a una atenuante pero no a una causa de inimputabilidad.

En el CP actual se recoge el síndrome de abstinencia como eximente siempre que se pueda demostrar que a consecuencia del síndrome, se produce una privación completa de su capacidad de comprender la ilicitud de su conducta y de obrar conforme a ese conocimiento.

Es irrelevante si el sujeto se provocó el síndrome de abstinencia para cometer el delito. Nuestro CP no recoge la ACTIO LIBERA IN CAUSA para el síndrome de abstinencia. Es una laguna del CP que se olvidó el legislador, si bien es cierto, que la actio libera in causa para el síndrome de abstinencia es bastante improbable. Alteraciones perceptivas

Art. 20.3: “queda exento de responsabilidad criminal el que por sufrir alteraciones en la percepción desde el nacimiento o desde la infancia tenga alterada gravemente la conciencia de la realidad”. Hablamos de personas que sufren alteraciones en la percepción de algún sentido desde el nacimiento o desde la infancia y a consecuencia de ésta tiene alterada gravemente la conciencia de la realidad.

En 1952 ya se aludía al sordomudo de nacimiento o infancia que careciese absolutamente de instrucción. Actualmente se exigen 3 requisitos para aplicar esta causa de impunidad:

-Cronológico: la alteración tiene que existir desde el nacimiento o la infancia.

Biológico: tiene que haberse producido una alteración de la percepción, un déficit en los sentidos.

Psicológico: en el sujeto se debe haber producido una grave alteración de la conciencia de la realidad. Se exige que tenga una incomunicación total con la sociedad.

Cerezo considera esta eximente superflua y nunca se ha aplicado en la práctica. Otros autores piensan que

esta causa de impunidad debe extenderse a otras situaciones como el aislamiento total, o déficit educativos... CONSECUENCIAS JURÍDICAS DERIV DAS DE LA DECLARACIÓN DE INIMPUTABILIDADA

De la declaración de inimputabilidad se derivan dos consecuencias para el sujeto: - Se le exime de responsabilidad penal.

- Se le aplica una medida de seguridad.

El Art. 101 CP dice que para los declarados inimputables por la causa del Art.. 20.1, la medida de

seguridad a imponer será el internamiento para tratamiento médico o educación especial en un establecimiento adecuado al tipo de anomalía o alteración psíquica que se aprecie o cualquier otra de las medidas previstas en al Art. 96.3 (prohibición de estancia y residencia en determinados lugares, privación del derecho a conducir

vehículos a motor y ciclomotores, privación de licencia o permiso de armas, inhabilitación profesional, expulsión del territorio nacional de extranjeros no residentes legalmente en España…). El internamiento no podrá exceder del tiempo que habría durado la pena privativa de libertad si hubiera sido declarado responsable el sujeto.

El Art... 102 CP dice que para los declarados inimputables por la causa del Art.. 20.2, se les aplicará, si

fuera necesaria la medida de internamiento en centro de deshabituación público, o privado debidamente acreditado u homologado, o cualquiera de las medidas previstas en el Art. 96.3.

El Art... 103 CP dice que para los declarados inimputables por la causa del Art.. 20.3, la medida de seguridad a imponer será en internamiento en centros educativos especiales.

Para aplicar las medidas de seguridad es necesario que además de ser declarado inimputable, el sujeto haya cometido un delito y que sea peligroso según el juicio de peligrosidad objetiva.

Se puede dar el caso en el que el sujeto cuando cometió el delito era imputable, pero con posterioridad le sobreviene alguna anomalía, alteración, enfermedad... Para estos casos la solución será distinta si la enfermedad sucede antes o después de la celebración del juicio.

-

Antes: el sujeto se enferma después de detenido y antes de condenado. El Art.. 383 de la LEC, dice

que en estos casos en sumario se archivará y se esperará a que el sujeto sane para la celebración del juicio y mientras tanto, se le podrá aplicar alguna medida de seguridad. En este caso, las medidas de seguridad serían predelictuales pues todavía no se ha demostrado que el sujeto haya cometido el delito.

-

Después: el sujeto se enferma una vez condenado, en prisión. El Art. 60 CP dice que se suspenderá la

ejecución de la pena de prisión y se le trasladará a un centro psiquiátrico para que allí cumpla la medida de seguridad. Una vez curado, tendrá que cumplir la pena privativa de libertad en prisión, descontando el tiempo de la medida de seguridad o siempre que la pena no haya prescrito. Se dice en este artículo que si la enfermedad se ha producido por la entrada en prisión y se puede demostrar, se le aplicará otra pena más adecuada.

TEMA II

ELABORACIÓN DE PERFILES CRIMINALES DESCONOCIDOS CON BASE EN LA ESCENA DEL CRIMEN

Elaboración de Perfiles de Criminales desconocidos con base en la Escena del Crimen es una técnica de

investigación judicial que consiste en inferir aspectos psicosociales del agresor con base en un análisis psicológico, criminalístico y forense de sus crímenes, con el fin de identificar un tipo de persona (no una persona

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en particular) para orientar la investigación y la captura, esta técnica es útil para la justicia porque permite ser aplicada en diferentes situaciones como crímenes violentos, descarte de sospechosos, identificación del tipo de criminal que cometió el delito; también es ventajosa para los profesionales de la justicia como herramienta al preparar interrogatorios, justificar la petición de pruebas; pero sobretodo es de gran utilidad en la aproximación judicial a un delincuente. Después de haber revisado a varios autores, se logró como principal aporte un modelo del proceso de generación del perfil de criminales desconocidos basado en la escena del crimen, en donde se recopiló la teoría de la mayoría de autores que trabajan con perfiles criminales.

Es importante tener en cuenta que al perfilar hay ciertos aspectos de la victima o de la escena del crimen que pueden ser observados y de los cuales se pueden extraer inferencias psicológicas, a esto es a lo que se le

denominó evidencia psicológica y es una estrategia clave para lograr generar el perfil. DEFINICIÓN DE PERFILES CRIMINALES

A continuación se presentan definiciones tradicionales de perfiles criminales emitidas por autores

reconocidos y al final del apartado, se propone una definición general que recopila los conceptos de la literatura para unificar el lenguaje y favorecer la comunicación, lo cual constituye un paso fundamental en el avance del conocimiento.

El centro nacional de Estados Unidos para el análisis del crimen violento (1990), citado por Knight y colaboradores, (1998), define la investigación analítica criminal como una herramienta investigadora que usa datos de la escena del crimen para generar información descriptiva y probable sobre un ofensor, disminuir el número de sospechosos y ayudar en esfuerzos de aprehensión.

Similarmente y de acuerdo con Ressler y colaboradores, (1986), citados por Homant y Kennedy (1998) y Ailt y Reese en 1980, citados por Knight (1998), el uso de perfiles psicológicos en los crímenes puede ayudar a

determinar el tipo de personalidad del criminal y sus características conductuales desde un análisis de los crímenes que él o ella hayan cometido; la técnica permite realizar un perfil del agresor tenga o no tenga antecedentes

judiciales, si los tiene seria un criterio facilitador para la elaboración del perfil (Homant,1998); esta definición está relacionada a la del FBI (Federal Boureau of Investigation), la cual determina que el perfil criminal es una

herramienta que ayuda a obtener información específica del delincuente agilizando la investigación, además brinda información a la policía sobre la manera más adecuada de interrogar sospechosos.

Así, Ressler y colaboradores (1.999), aclaran que los perfiles criminales sirven para describir el tipo general de persona que puede cometer un acto criminal, no para señalar a un individuo determinado.

APLICACIONES DE LA TÉCNICA

Las siguientes son las aplicaciones de la técnica de elaboración de perfiles: 1.Crímenes violentos y seriales

2.Identificación del autor y eliminación de sospechosos

3.Técnicas investigativas con base en la identificación del tipo de criminal 4.Provocar al agresor a través de los medios de comunicación

5.Preparación de interrogatorios

6.Justificación de solicitud de otras pruebas 7.Vincular crímenes

Se enuncia el terrorismo dentro de los crímenes para aplicar la técnica porque existen antecedentes del uso de los perfiles en casos de cartas amenazantes, ya que de acuerdo con las palabras que se usen, se puede determinar las características del posible actor de este hecho, su estado mental en el momento de escribir la amenaza e inferir su motivación para encontrar a los posibles implicados y de esta manera salvar vidas. (Ressler, 1999).

Así mismo, recurrir a la técnica para identificación del autor y eliminación de sospechosos del crimen es para limitar la investigación a un grupo de “sospechosos”, pero no permite identificar inequívocamente a un solo sujeto, este aspecto lo debe tener presente todo el tiempo el investigador, de manera que no se base la resolución condenatoria en el perfil como único indicador. Cuando la información se complementa con el análisis forense y la evaluación de la declaración de los testigos, se pueden obtener los parámetros de eliminación de sospechosos. Otra aplicación importante es la de las técnicas investigativas con base en la identificación de tipos de criminales debido a que se han presentado casos que han llamado la atención y por tal motivo han sido sometidos a

investigación, así mismo ha crecido el interés en la aplicación de la técnica de elaboración de perfiles criminales identificando los tipos de criminales que pueden estar inmiscuidos en el hecho criminal; en este caso, se sigue el siguiente procedimiento:

1.Predecir las características del criminal.

2.Establecer si es parte de una serie de crímenes.

3.Desarrollar sugerencias acerca de cómo tomar ventaja investigativa con base en las características del delito. Dentro de las sugerencias de técnicas investigativas se encuentra el proporcionar guías para el

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