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Producción alimentaria y agricultura sostenible en los países tropicales de América Latina y El Caribe

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Academic year: 2020

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(1)PRODUCCIÓN ALIMENTARIA Y AGRICULTURA SOSTENIBLE EN LOS PAÍSES TROPICALES DE AMÉRICA LATINA y EL CARIBE. Gustavo A. Nores'. En. esta presentación pretendo resumir los principales desafíos que deberá enfrentar el sector agropecuario de los países tropicales de la región durante las próximas tres o cuatro décadas. Estos desafíos se refieren a la necesidad de producir alimentos, a la capacidad de ese sector de servir como fuente principal de crecimiento económico y de contribuir a aliviar la alta incidencia de la pobreza y la malnutrición que aún prevalece en la región, y a la capacidad del mismo sector para hacer ambas cosas no sólo de manera sostenible en el tiempo, sino preservando los recursos productivos, base del crecimiento futuro. En primer término, me referiré a los determinantes que caracterizan este reto, es decir, al contexto presente y futuro de éste, en términos de crecimiento de la población, empleo, pobreza y nutrición. Luego me referiré a la disponibilidad de los recursos de tierra y a los desafíos que será necesario enfrentar en materia de preservación ambiental. Por último, resumiré las implicaciones que puede tener la articulación de las estrategias del uso de tierras con las políticas económicas y tecnológicas, a fin de hacer compatibles los objetivos sociales de crecimiento, equidad y preservación ambiental. Tal como lo define la Comisión Brundtland, por agricultura sostenible se entiende aquella que permite satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de generaciones futuras de satisfacer sus pro-. •. Director General del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) ..

(2) 28. Los TRÓPICOS v.nNoAMERICANOS. pias necesidades. En otras palabras, se trata de hacer un manejo racional de los recursos naturales para poder satisfacer las necesidades cambiantes de la sociedad. POBLACIÓN: AUMENTOS REQUERIDOS EN LA PRODUCCIÓN AGROPECUARIA Y EN LA PRODUCTIVIDAD DE LA MANO DE OBRA RURAL. La población de América Latina y el Caribe aumentó el 150% durante el período 1950-1985. De acuerdo con proyecciones hechas por organismos de las Naciones Unidas, se estima que la población pasaría de 401 millones en 1985 a 779 millones en el año 2025 (Tabla 1). Es decir, que prácticamente se duplicaría en un período de cuarenta años. Una primera conclusión que se deriva de estas proyecciones es que la producción agropecuaria regional deberá aumentar, al menos a una tasa cercana al 2% anual. TABLA 1. Población estimada en América Latina y el Caribe, 1950-2025. Año. Tolal Urbana Rural. América Región Cono Cenlral Caribe Andina Brasil Sur Millones de habilanles México. 1950 1985 2015. 161. 6S. 401 779. 279. 97 126. 79. 27. 655. 124. 154. 1950 1985 2025. 100 100 100. 41 69. 59 31 16. 17 20 20. 9 26 6S. 15. 30. 53. 27. 30. 81. 55. 172. 136 246. 49 78. 9. 18 20. 33. 22. 32. 17 12 10. Porcentajes. 84. 6 7 9. 8 7. 34. FUENTE: United Nations, 1987.. El período 1950-1985 se caracterizó por la aparición de un proceso de migración rural-urbana muy intenso, que resultó en un aumento de 310% en la población urbana comparado con uno de sólo 30% en la población rural. Según estas proyecciones, la población urbana aumentaría en 135%, mientras que la población rural de la región permanecería esencialmente constante en un nivel de 124 a 128 millones de habitantes. Esto significa que el sector agropecuario, que posee aproximadamente la misma fuerza laboral, necesitará proveer alimentos para más del doble de la población urbana actual, esto es, para 376 millones de personas adicionales. Una segunda conclusión, derivada de estas proyecciones, es que, a nivel regio-.

(3) Los TRÓPICOS LAllNOAMERICANOS. 29. nal, la productividad media de la mano de obra en el sector rural deberá más que duplicarse para el año 2025. Cuando se estudia la problemática de los países tropicales de la región, es necesario considerar cuatro elementos adicionales; éstos determinan una mayor necesidad de aumentar la producción de alimentos y la productividad de la mano de obra rural. En primer lugar, las tasas de crecimiento de la población son superiores en los países tropicales. A excepción de los países del Caribe, tanto las estimaciones del crecimiento de la población, hechas en el pasado, corno las proyecciones futuras han sido superiores al promedio regional en estos países. En el período 1950-1985, la población de América Central creció en 190% y en la Región Andina, en 170%; creció, además, en 150% a nivel de toda la región. Entre los años 1985 y 2025 se esperan en ambas regiones crecimientos de 162 y 112%, respectivamente, frente a un 94% a nivel continental (Tabla 1). Un fenómeno similar se proyecta para las zonas tropicales de Brasil y México. En segundo lugar, las zonas tropicales son, en general, importadoras netas de alimentos y su disponibilidad media de calorías y de proteínas por habitante es aún muy inferior a los niveles que se recomiendan para la composición de su población y para la distribución predominante de ingresos. En tercer lugar, los cambios en la composición por edades de la población, tal como se dan en los países tropicales tienen implicaciones importantes en las l)ecesidades futuras de empleo y de disponibilidad de alimentos. En Colombia, por ejemplo, se estima que la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) pasará del 60% en 1990 al 86% en el 2025; en Ecuador pasará del 56 al 68%, y en Honduras del 52 al 67% (World Bank, 1990). Dado que las personas de este rango de edades tienen, en general, el doble de los requerimientos nutricionales que las personas menores de 10 años, es preciso que la disponibilidad de alimentos aumente a tasas superiores a las del crecimiento de la población. Por último, los procesos de migración rural-urbana son en general más intensos en las zonas tropicales y, en muchos casos, se acentúan de manera aguda como consecuencia de la violencia que oprime el medio rural. De todo lo anterior se deduce que en los países tropicales la producción agropecuaria deberá aumentar a tasas superiores al 2% anual y la productividad media de la mano de obra en el sector agropecuario deberá al menos triplicarse para el año 2025, a fin de que pueda alimentar la creciente población urbana..

(4) 30. Los TRÓPICOS U,nNOAMERICANOS. En el caso colombiano, las proyecciones de población indican que ésta crecería de los 28.7 millones de habitantes de 1985 a 38 millones en el año 2000. Cerca de 10 millones de personas se agregarían al sector urbano (FAO, 1987), razón por la cual la productividad de la mano de obra rural debería aumentar a una tasa anual del 3% para mantener, al menos, el status quo en materia de disponibilidad de alimentos por habitante. Conviene anotar que estas primeras conclusiones en materia de aumentos requeridos en la productividad de la mano de obra rural pueden considerarse "conservadoras", ya que están basadas solamente en el crecimiento cuantitativo esperado de la población, en los cambios ocurridos en su composición por edades yen la migración rural-urbana; además, no tienen en cuenta los aumentos de consumo de alimentos y fibras que se originan en la elevación del nivel de ingreso de la población, ni los aumentos requeridos para satisfacer la demanda externa. NECESIDAD DE GENERAR EMPLEO En 1980 los niveles de desempleo urbano en los países de la región ascendían de 6% a más del 20%, siendo en general mayores en los países tropicales y subtropicales. Así, la tasa de desempleo abierto en Colombia subió de 9.2% en el período 1978-1980 a 13;8% en 1986 (BID, 1988). Se estima que el número de desempleados en la región aumentó en cerca de un 50% entre 1980 y 1985 (FAO, 1988). Aunque no se dispone de estadísticas actualizadas, la información disponible parece indicar que los niveles de desempleo y subempleo han continuado aumentando hasta el presente en muchos de estos países. El desafío de generar empleo será aún mayor en el futuro. A pesar de la disminución en las tasas de crecimiento de la población, el número de personas que se agrega cada año a la población de la región pasará de cerca de 9 millones, que es la cifra actual, a 10 millones hacia fines de la década presente. Las adiciones anuales netas a la población económicamente activa o en edad de trabajar crecerán de los 3.5 millones del presente a 4.6 millones durante la primera década del siglo próximo (Tabla 2). En América Central y en la Región Andina las adiciones anuales netas a la población económicamente activa continuarán creciendo durante el período 2010-2025, y aun más allá del año 2025 en algunos países tropicales de crecimiento rápido. De esto se deriva que, en la mayoría de los países, particularmente en los tropicales, durante las próximas 3 Ó 4 décadas existirá la necesidad de proveer cada año un número mayor de empleos adicionales..

(5) Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. 31. TABLA 2. Población económicamente activa (PEA) en América Latina y el Caribe, 1950-2020. América. Año o período. LAlC. México. Central Caribe Millones. Región Andina. Brasil. Cono Sur. 10.7 12.2 16.2 18.9 22.3 25.7 28.7. .54. .15 .27. Población (PEA) 1950 1960 1980 1990 2000 2010 2020. 58 71 121 158 200 246 289. 8.8 11.1 22.2 30.5 40.4 51.0 60.4. 3.1 3.9 6.9 9.5 13.1 17.8 23.5. 6.3 7.1 10.3 13.1 15.9 18.9 21.8. 10.4 12.9 30.0 38.8 49.2 59.6. 17.9 23.3 43.2 55.0 67.9 81.7 93.1. .23. .08. .83 1.03 1.06. .26. .08 .28 .28 .30 .29. .25 .75 .88 1.04 1.04. 1.18 1.29 1.38 1.14. 22.5. Aumento anual de PEA 1950/60 1980/90 1990/2000 2000/10 2010/20. 1.3 3.7 4.2 4.6 4.3. .86. .34 .47 .57. .34 .34 .30. FUENTE: United Nations, 1987.. Es importante señalar el rápido incremento de la participación de la mujer en la fuerza de trabajo en América Latina. De 18.0% en 1950 pasó a 26.1% en 1990 y se espera que en el 2000 represente el 28% de la oferta laboral (BID, 1988). Frente a este reto corresponde preguntar por el papel que le cabe al sector agropecuario en la generación de empleo, dado que el sector ocupa hoy más del 40% de la población activa. Este tema se analizará más adelante. Por otra parte, conviene destacar que durante la primera mitad de la década del ochenta ocurrió una caída considerable en los niveles de salario real. Se estima que entre 1980 y 1985 los salarios declinaron en la región en más de un 15% (FAO, 1988), Y en algunos países, como Perú y Ecuador, en cerca de 40% (Bianchi, 1987). En muchos casos, el nivel de ingreso real de los más pobres cayó por debajo del nivel medio de ingreso de toda la población. En Colombia, por ejemplo, entre los años 1978 y 1988, el ingreso medio real de la población descendió en 11%, mientras que el ingreso del decil de la población más pobre cayó en más del 20% (World Bank, 1990). Como consecuencia de los procesos de ajuste de la economía implementados durante la década, en la mayoría de los países "el índice de.

(6) Los TRÓPICOS LAT1NOA/IIERICANOS. 32. precio" de los alimentos aumentó más que el índice general de precios (FAO, 1988). La caída en el salario real se explica, en parte, por el costo de la canasta básica de alimentos, que aumentó en la década pasada, en relación con la anterior, entre el4 y el 53% en varios de los países tropicales de la región (Tabla 3). TABLA 3. Relación entre el costo de la canasta básica de alimentos de varios. países estimada para los años ochenta, y ese costo en 1970, valorado a precios del 20. semestre de 1988. Rubro alimenticio Cereales y derivados Tubérculos Azúcar Legumbres. Verduras Frutas Carnes Pescado. Leche Huevos Bebidas (café y té) Aceites y grasas Total. Colom- Costa México Argenbia Rica Brasil tina 0.81. 0.81. 0.66. 0.83 0.63 0.38 0.91 0.80 1.00 1.81 1.49 1.29 8.94. 0.20 0.93 1.07 1.76. 0.94 0.74 1.51 1.79 1.55 2.89 3.61 1.40 2.89 4.87 2.03 1.35. 0.97 0.96. 1.02 1.89 0.71 0.99 1.15 3.01 2.24 1.04. 0.81 1.38. 0.58 0.68 1.60 1.37 279 0.91 0.90 1.38 2.00 1.06 1.15. 0.87 0.66 0.80 1.04 1.51 0.% 2.82 2.33 1.28 3.15 1.34 1.37 1.53. Perú. Uroguay. Vene-. zuela. 0.80 0.61. 0.80. 0.71. 1.12. 1.01 0.50 0.89 1.68 2.44 0.81 1.05 2.89 5.00 0.92 1.12. 0.65. 0.80 0.59 0.70 1.40 2.18 3.07. 0.32 0.69 0.70 0.80 1.38 1.32 0.75 13.75 1.13 0.89. 1.08 1.34 0.99 2.41 0.86 1.33. FUENTE: CEPALC-PNUD.l990.. De lo anterior se deriva que el efecto combinado, durante la década del ochenta, de altas tasas de desempleo y subempleo, de aumentos en el costo de los alimentos y de salarios reales declinantes, ha contribuido a agravar no sólo el problema de la pobreza sino también el riesgo de desnutrición y malnutrición entre los sectores de menores ingresos de la población. POBREZA y NUTRICIÓN Las estimaciones sobre la pobreza en América Latina efectuadas por la CEPALC permiten concluir que" durante los años setenta el porcentaje de hogares en situación de pobreza, al igual que aquéllos en sí!uación de indigencia, se habría reducido de 40 a 35% en el primer caso y de 19 a 15% en el segundo, mientras que en los años ochenta la tendencia se habría revertido para incrementar en dos puntos porcentuales tanto la pobreza como la indigencia" (CEPALC-PNUD, 1990). Estimaciones realizadas para algunos países con criterios más restrictivos (menores niveles de ingreso) confirman que la incidencia de la pobreza habría aumentado durante.

(7) 33. Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. los años ochenta, como también el diferencial del ingreso medio de los pobres con la linea de pobreza (Tabla 4). TABLA 4. Cambios en la pobreza de la población en los años ochenta. Diferencial. Pobres. con línea de. País Brasil. Colombia. Venezue1a. Año. Millones. %. pobreza(%). 1981 1987. 23.1. 19. 33.2. 24. n.a, n.a.. 1978 1988. 6.0 7.5. 24. -36. 25. -38. 1982 1987. 1.9 3.0. 12 16. -26 ·31. FUENTE: World Bank. 1990.. Tanto las estimaciones de la CEPALC como las realizadas en varios países de la región concuerdan en que durante los años ochenta el número de personas pobres habría aumentado más en el sector urbano que en el sector ruraL En 1989, el 57% de los pobres y el 45% de los indigentes estarían en el sector urbano (Tabla 5). Sin embargo,la incidencia tanto de la pobreza como de la indigencia continúa siendo mayor en el sector rural: e161 % de las personas de este sector estarían en situación de pobreza y un 37% en situación de indigencia, porcentajes muy superiores a los niveles urbanos. Estimaciones de la situación colombiana muestran un cuadro similar, aunque menos grave que el promedio regional (Tabla 6). Sin duda que de estos indicadores se pueden derivar consecuencias importantes para las estrategias de desarrollo económico, en general, y de desarrollo rural, en particular. TABLA 5. América Latina: Magnitud de la pobreza en 1989 (proyección a partir de cifras de 1986). Hogares Pobreza. Área Tota). Urbana Rural. Población Indigencia. Pobreza. Indigencia. Miles. %. Miles. %. Miles. %. Miles. %. 34.600 20,300 14.300. 37 31 54. 15.800 7.600 8.200. 17 12 31. 183.200 103.700 79.500. 44. 87.700. 36 61. 39.400. 21 14 37. FUENTE: CEPALC-PNUD. 1990.. 48.300.

(8) Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. 34. TABLA 6. Colombia: Porcentaje de hogares en situación de pobreza e indigencia. Indigencia. Pobreza. Área Total Urbana. RUl'al. 1980. 1986. 1980. 39. 38 36 42. 16. 17. 13. 15 22. 36 45. 1986. 22. FUENTE: CEPALC-PNUD. 1990.. Estimaciones de la población desnutrida, es decir, con acceso presunto a un consumo de calorías inferior a 1.4 veces su tasa de metabolismo basal (1.41MB), indican una situación alarmante alrededor de los años ochenta, particulannente en los países tropicales (Tabla 7). El 50% de los 55 millones de personas desnutridas corresponde a América del Sur tropical (FAO, 1990). Se estima que alrededor de dos tercios de esta población estarían en situación de riesgo serio (por debajo de 1.21MB). En relación con la malnutrición proteico-energética infantil, se ha comprobado que la tasa media de incidencia es más elevada en las zonas rurales que en las urbanas de muchos países (FAO, 1990). T AULA 7. Estimaciones de la desnutrición existente en algunos países de la región. País. Año. Argentina. 1982. Brasil Chile. 1982. Colombia. 1982. Guatemala. 1979/81 1982. Honduras México. 1984. 1977. Panamá. 1982. Perú. 1978 1982. Venezuela. Porcentaje de población con consumo energético- inferior 01.4 TBM' 5.6 24.2 12.5 24.8 38.7 41.3. 25.5 13.1 40.5 12.7. .. TMB: Tasa de metabolismo basal. FUENTE: FAO. 1988.. Cabe concluir que, para mejorar la situación de desnutrición y malnutrición en la región, es necesario aumentar la disponibilidad de alimentos y el acceso a éstos de la población de menores recursos. Para ello se requiere mejorar la articulación de las políticas macroeconómicas con las políticas agropecuarias, ya que las primeras determinan el com-.

(9) Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. 35. portamiento del sector agropecuario en mayor medida que las propias políticas sectoriales (Garramón, 1988). Sin embargo, conviene anotar que incrementar la disponibilidad de alimentos es condición necesaria, aunque dista mucho de ser suficiente, para resolver los problemas de desnutrición y malnutrición. Es necesario aumentar considerablemente los niveles de empleo e ingreso de la población de menores recursos, enfocar los programas de intervención alimentaria hacia los grupos de población urbana y rural más vulnerables, elevar su eficiencia y mejorar su articulación con programas de salud, agua potable y educación. Asimismo, es particularmente importante apuntar a la solución de las deficiencias notables que aún existen en el consumo de ciertos minerales, tales como yodo, hierro y vitamina A; estas deficiencias se dan en forma generalizada, particularmente en zonas tropicales (OMS, 1988; FAO, 1990).. POBREZA y ESTRUCTURA AGRARIA La raíz del problema de la pobreza rural se halla generalmente en la dicotomía que caracteriza la estructura de la pobreza agraria regional. Dos sectores socioeconómicos distintos han emergido en el tiempo: uno moderno, que utiliza abundante tierra y capital, hace uso de tecnología, crédito y demás servicios agrícolas; y otro menos desarrollado, el sector campesino, compuesto por pequeñas unidades de producción,que tiene acceso limitado a los servicios agrícolas y cuyas tierras tienden a disminuir en capacidad productiva (FAO, 1988). El sector campesino, que incluye unidades pequeñas y medianas de tipo familiar, representa el 80% de las unidades de producción y provee el grueso del empleo rural. Cerca del 40% de la producción regional destinada al mercado interno proviene de este sector (López Cordovez, 1982). En algunos cultivos como la yuca, la papa, el frijol y el maíz, la contribución del sector campesino a la producción total es superior al 50%, y en algunos países supera el 80%. El sector campesino utiliza más intensivamente la tierra al dedicar una mayor proporción de la finca a cultivos. En Colombia, Brasil y Perú el estrato de productores de menos de 5 hectáreas utiliza en promedio más del 55% del área total de la finca en cultivos, mientras que el estrato de más de 50 hectáreas utiliza menos del 9% (Tabla 8). Este sector utiliza menos capital e insumas químicos y tecnologías más intensivas en mano de obra. Dados los altos niveles de desocupación y la escasez relativa de capital, se puede argumentar que el sector campesino hace un uso eficiente de los recursos disponibles en la sociedad..

(10) Los TRÓPICOS LATlNOAMERICANOS. 36. TABLA 8. Área cultivada como porcentaje del área total de la finca. Colombia, Brasil y Perú, 1970. Porcentaje de área cuJtjvada. Tamaño de finca. ,. ... Menosde5ha Entre 5 y 10 ha Más de 50 ha Total de las fincas. Brasil. Perú. 58.6. 76.4. 32.0. 35.6 65 1\.6. 55.5 28.5 2.6 9.7. Colombia. 8.1 14.4. FUENTE: BID, 1987. Economic and social progress in Latin América, 1986 Report. p. 122.. Durante los últimos años han surgido en muchos países empresas medianas que utilizan tecnología moderna. Sin embargo, la información disponible sugiere que dicho fenómeno no ha sido suficiente para cambiar el carácter dual de la agricultura regional. El grueso del empleo rural continúa proviniendo de la agricultura campesina, en la que hay bajos ingresos y niveles bajos de productividad de la mano de obra dado que la mecanización y la disponibilidad de la tierra son allí limitadas. Los resultados de los programas gubernamentales para aliviar la pobreza rural han sido, con algunas excepciones, desalentadores. Entre los principales están los programas de reforma agraria, de asentamiento y de desarrollo rural integrado, que han llevado un alivio limitado y local a la pobreza rural. Como resultado, el fenómeno de la migración rural-urbana continúa, transfiriendo así el desempleo y la pobreza a las áreas urbanas. Merece destacarse que en Colombia, el diferencial entre los niveles medios de ingreso rural y urbano ha disminuido considerablemente durante las últimas dos décadas. Aunque con menos gravedad que en la década de los años sesenta, la migración rural-urbana continúa, y hace evidente la necesidad de estrategias de generación de empleo en el medio rural, tanto en la agricultura como en la agroindustria. La experiencia pasada permite a los analistas de la FAO concluir que un sector agrícola dinámico es condición necesaria pero no suficiente para combatir la pobreza. Resulta absolutamente necesario promover una estrategia de desarrollo, en la cual el pobre rural desempeñe un papel importante en la generación del crecimiento de la producción y participe de sus beneficios. Asimismo, se concluye que la solución al problema de la pobreza debe tener alta prioridad en las estrategias de desarrollo económico, ya que sólo si el mercado interno se expande se pueden lograr altas tasas de crecimiento del sector agropecuario y del resto de la economía (FAO, 1988)..

(11) Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. 37. DISPONIBILIDAD DE LOS RECURSOS DE TIERRA América Latina y África, al sur del Sahara, son regiones abundantes en tierra, en el sentido de que utilizan en cultivos anuales y perennes, o en descanso temporal, una proporción baja (22 y 25%, respectivamente) de su tierra potencialmente cultivable. En contraste, el Cercano Oriente y el Norte de Africa utilizan el 97% de esa tierra, y el Lejano Oriente, un 82% (FAO, 1988). Existen grandes diferencias entre los países de la región: las islas del Caribe, El Salvador, México, Chile y Argentina utilizan más del 50%, mientras que el resto de los países de América Central utiliza menos del 30%, y los países tropicales de América del Sur, menos de 16%.. :!,. :•. 11. De hecho, los países tropicales suramericanos emplean, en cultivos I I anuales y perennes, una proporción mucho menor de su territorio que los • • países del Caribe y de América Central (Tabla 8). A excepción de Jamaica, : ~ todos los países aumentaron el área cultivada entre los años 1965 y 1987, • aunque en proporciones muy diferentes. La combinación de estas diferen- : cias con las observadas en la migración rural-urbana implicó que en 9 de: los 20 países tropicales considerados aumentó el área cultivada por perso-; na económicamente activa en la agricultura, mientras que en 8 países disminuyó; aparentemente, Colombia estaba entre estos úllimos.. r. EL CASO DE COLOMBIA Conviene subrayar que tanto Colombia como Perú utilizan dos o menos hectáreas por persona económicamente activa en la agricultura; estas áreas resultan similares y hasta inferiores a las utilizadas en muchos de los países de América Central y el Caribe, y son significativamente inferiores a las del resto de América del Sur tropical (Tabla 8). Mientras que el caso de Perú es explicable por su menor reserva de tierra cultivable por habitante y por su relativamente alta densidad de población en el altiplano andino, el caso de Colombia amerita análisis. La información disponible sugiere que, a pesar de su alta tasa de deforestación (1.6 a 1.8% anual, o sea, cerca de 900.000 hectáreas anuales, FAO, 1988), Colombia adoptó una estrategia de crecimiento más parecida a la de los países con escasez de tierra que a la de los países con abundancia relativa de este recurso. Una hipótesis posible es que la expansión de la frontera agropecuaria se orientó más a la ganadería que a la agricultura y que los aumentos logrados en la producción de cultivos se debieron más al incremento de la productividad que a la expansión del área cultivada (Tabla 9)..

(12) 38. Los TRÓPICOS LATINOAMERICI\NOS. TABLA 9. Dotación relativa de tierras según clase y proporción de tierra/PEAA. América Latina y el Caribe: 1965 - 1990.. País y subregión. América Central y México Costa Rica El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá Región del Caribe Cuba Rep Dominicana Haití Jamaica Trinidad América del Sur Tropical Bolivia Brasil Colombia Ecuador Guyana Paraguay Perú Venezuela Cono Sur Argentina Chile Uruguay América Latina. Área en Área en Área pastos agropecuarial cultivos! permanentes área total en área agrope- lárea agrotierra cuaria pecuaria 1965 1990 1965 1990 1965 1990 % 48 30 61. 51 56. 25. 30. 32 51 45. 39 52 56 29. 22. 48 41 65. 49 45. 20 22 27 20 38 17 7 37 23. 22. 54 61 19 86 31. 64. 26 31 52 57 42 24. 26 19. 22. 19 30. 34. 55. 57 42 25. 59 57 73 51 42 26. 41 40 33 54 60 92. 51 53 41. 30 27 29. 15 5 18 13 53 26 6 9 18 14. 20 8. 44 28. 9 59 24 24. SS 62 24 85. 37. 13. 28 9 17. 65. 59 92. 74 69 48 43 58 76 78 66. 59 60. 67 46 51 8. 10 12 18 16 16. 85 95 82 87 47 74 94 91 82 86 87. 25. 72. 9 21. 91 83. 25 12 35. 29. Has agropecuarlas PEAA 1965 1990. 9. 75 81 70. 13 7 2 3 7 15 17 8. 49 47 59 35 41 8. 3 5 5 1 2 2. 80. 74 81 45 43 58. 92 75 88 65. 71 90 88. 82 84 84. 75 91 79. Has en cultivos! PEAA 1965 1990. 3 2 1 2 3 4 4 3. 2 2 1 1 2 3 3 3. 3 7 4 1 1 4. 1 2 2. 2 4 2. O. O. 1 2. 1 3. 15 42. 18. 13. 18 16 8 26 35. 2 2 2 2 3 6 3 2 4 11 14 6 7 3. 4 2 4 2 3 8 3 2 5 17. 16 5 21 42 17 25. 78 106 20 71. 18. 1J. 2 2 5 1J. 14 10. 30. 13 29. 104 142 31 91 18. 23. 8 8. 4. PEAA :;: Persona Económicamente Activa en la Agricultura, FUENTE: Cálculos basados en cifras de FAO, Agrostat. P .c., 1992. +. La jnformadón disponible para el período 1960-1990 tiende a sustentar dicha hipótesis (Tabla 10). Durante ese período, el área sembrada en Colombia habría aumentado a una tasa relativamente baja, sobre todo.

(13) 39. Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. si se compara con las tasas alcanzadas en otros países de América del Sur, mientras que la productividad de la tierra y de la mano de obra empleada en la agricultura aumentaron a tasas relativamente altas. Ello fue posible gracias a la adopción de variedades de mayor rendimiento, a las prácticas de cultivo apropiadas y al aumento considerable en el uso de fertilizantes. La valiosa contribución en materia de desarrollo tecnológico que ha hecho ellnstituto Colombiano Agropecuario, ICA, durante los últimos 30 años, merece ser reconocida en este contexto. No obstante esta meritoria labor de desarrollo y adopción tecnológica, el aumento en el consumo de fertilizantes y el incremento de la productividad de la tierra presentan, como lo señalan Silva y Montes (1991), un sesgo hacia la tecnología de tipo químico y biológico, y no hacia la mecánica (Tabla 11); hay entonces una tendencia hacia el ahorro del factor tierra. TABLA 10. Tasas anuales de crecimiento de los factores de la producción agropecuaria y la productividad agropecuaria. Colombia: 1960-1990. Períodos Factor Área sembrada (ha) Mano de obra (trabajadores) Fertilizantes (ton.métricas) Potencia (caballos de fuerza) Productividad de la mano de obra (O/L) Productividad de la tierra (OlA). 1960-1969. 1970-1979. 1980-1985. 198&-1990 1960-1990. 0.7 0.7 16.6 6.7. 2.8 -1.3 9.1 4.0. -3.4 -0.6 4.2 -1.8. 4.8 2.0 7.2 -0.6. 0.3 1.4 26.2 3.6. 2.5. 8.4. 3.9. 2.1. 6.3. 1.2. 3.9. 2.7. 2.8. 3.2. FUENTE: Silva y Monte$, 1991.. TABLA 11. Uso de fertilizantes y de maquinaria agrícola por unidad de tierra. Colombia: 1%0-1990. F/A. MlA. Años. Fertilizante usado (l/ha). Maquinaria usada (CF/ha). 1960. O.OSO 0.089 0.115 0.134 0.168 0.244 0.299. 0.253 0.319 0.394 0.390 0.437 0.476 0.360. 1965 1970 1975 1980 1985 1990. CF = Caballos de fuerza FUENTE: Silva y Montes, 1991..

(14) 40. Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. Este fenómeno llama considerablemente la atención porque ocurre en Colombia, un país con abundancia de tierras potencialmente cultivables y con un nivel relativamente bajo de tierra cultivada por persona económicamente activa del sector agrícola. En otras palabras, el sector agropecuario colombiano, tomado en conjunto, hace mayor uso de uno de sus factores abundantes, la mano de obra rural; no así del otro, que es la tierra. Una posible hipótesis, que armonizaría esta observación con la teoría de la innovación inducida formulada por Ruttan (la tecnología generada y adoptada tiende a ahorrar el factor más escaso), es que la tierra cultivable es abundante en térmínos físicos pero resulta socialmente escasa. Esta situación puede originarse en la interacción de un conjunto de factores; entre ellos están la política macroeconómica y sectorial adoptada durante el período considerado, el costo de oportunidad del capital, la insuficiencia de infraestructura rural y de acceso a nuevas tierras, la dicotomía en la tenencia de la tierra, la violencia e inseguridad en el medio rural y la ausencia de tecnologías apropiadas que permitan la producción sostenible de algunos cultivos en tierras marginales de frontera y que, por su rentabilidad, compensen las demás deficiencias. Si se parte de la premisa de que Colombia necesita apoyar su desarrollo futuro en un crecimiento dinámico del sector agropecuario, surge un interrogante: ¿Cuál sería la estrategia más apropiada para lograr el ritmo y la naturaleza del crecimiento socialmente deseable? Espero que de este foro surjan elementos que permitan formular una respuesta a esta pregunta. Antes es necesario analizar el contenido de los desafíos que imponen las preocupaciones prevalecientes. DESAFÍOS DE CRECIMIENTO Y DE SEGURIDAD ALIMENTARIA En América Latina tropical, uno de los principales desafíos es la movilización del sector agropecuario para que genere mayor actividad económica, empleo, divisas y seguridad alimentaria. Uno de los argumentos esgrimidos frecuentemente contra esta iniciativa por algunos analistas, es el siguiente: a medida que los países se desarrollan, el sector agropecuario pierde importancia relativa en la economía y su capacidad de contribuir al crecimiento disminuye proporcionalmente. De allí concluyen, erróneamente a mi juicio, que el desarrollo debe basarse fundamentalmente en otros sectores de la economía. El análisis comparativo de aquellos países en desarrollo que han tenido altas tasas de crecimiento indica que, en la gran mayoría de ellos, el sector agropecuario desempeña un papel sumamente importante (Mellor,.

(15) Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. 41. 1987 Y 1988; Lele y Mellor, 1990). Ello se debe al efecto multiplicador que tiene el crecimiento de este sector sobre el de otros sectores de la economía, primero a través de la adquisición que hace de insumos (eslabonamiento hacia atrás) y segundo, en la agroindustría procesadora y en la de servicios vinculados a la comercialización de sus productos (eslabonamientos hacia adelante). Por otra parte, merecen destacarse la ampliación de la demanda que sería generada por un mayor empleo rural y el efecto multiplicador del gasto familiar del sector campesino, del asalariado rural y de aquél vinculado a la agro industria y a los servicios, todos con alta proporción marginal a consumir y altas elasticidades ingreso de la demanda. Por ejemplo, si bien el sector agropecuario en Colombia contribuye actualmente con el 20% del Producto Interno Bruto, PIB, su contribución neta prácticamente se duplica cuando se incluye en él la fracción de los otros sectores que está directamente vinculada al sector agrícola. En otras palabras, cuando se considera todo el "negocio agricola", y no sólo la actividad productiva directa, el sector cobra un dimensión estratégica para los planes de desarrollo económico. Su rol no es solamente producir alimentos y fibras, sino también generar empleos e ingresos, tanto en el sector mismo como en otros sectores de la economía. En el contexto actual, la apertura económica provee una oportunidad para expandir, por la vía de la demanda externa, la producción agropecuaria, en particular la de aquellos productos en los cuales Colombia tiene ventajas comparativas claras. Pero la apertura también expone el mercado interno a la competencia externa, incluyendo aquí la competencia desleal facilitada por los subsidios directos e indirectos implementados en muchos países desarrollados, subsidios que tardarán en desmontarse. Por último, cabe recordar que, si bien el consumo medio de calorías y proteínas en Colombia ha aumentado considerablemente durante los últimos 30 años, está aún muy por debajo de los niveles deseables; particularmente, cuando se tiene en cuenta la distribución del ingreso y la composición por edades de su población. Como se mencionó antes, el crecimiento de la producción agropecuaria es condición absolutamente necesaria, aunque no suficiente, para lograr niveles adecuados de seguridad alimentaria a nivel nacional. La importación de alimentos tiene sentido solamente en aquellos productos en que el país no tiene ventajas comparativas, o no podría alcanzarlas a mediano plazo mediante el desarrollo tecnológico..

(16) 42. Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. PREOCUPACIÓN AMBIENTAL Tanto en la región considerada, como fuera de ella, han surgido preocupaciones sobre el ambiente. Algunas de ellas encontraron un foro adecuado de discusión en la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente yel Desarrollo, UNCED, reunida en Río de Janeiro. En la Tabla 12 se presentan las más pertinentes al desarrollo sostenible de la producción agropecuaria y forestal, y se relacionan con las prácticas en uso. TABLA 12. Preocupaciones ambient"les en los países en desarrollo.. Preocupación. Deforestación. Relacionado con: Sistemas o prácticas Excesiva culturales uniformidad inaprogenépiadas tiea. Mal uso de insumos químicos. Calentamiento global (COz) Contaminación de aire, agua y. alimentos. •. Desarrollo de plagas Reducción de la diversidad genética y extinción de especies Erosión de suelos Deterioro de la estructura de. los suelos Dísmmudón de la fertilidad de los suelos Desertificadón Salinizaci6n. •. Acumulación de elementos tóxicos. Sedimentación en cursos de agua y represas. Es preciso destacar la complejidad de las interacciones biofísicas, sociales y económicas en que se originan estos problemas ambientales. Como resumiera Trigo (1991), los problemas del desarrollo sostenible no pueden ser entendidos ni, en consecuencia, resueltos, si sus distintas dimensiones se consideran de manera aislada. Los argumentos políticos, económicos y ecológicos están estrechamente interrelacionados en todos los niveles -local, regional, nacional y global- y están irunersos en un complejo de causas y efectos en donde es difícil, si no imposible, diferenciar con nitidez y precisión los alcances y límites de cada ámbito. De hecho, las interacciones que originan los problemas ambientales y las oportunidades de solucionarlos se dan en una cadena de agregación cada vez más compleja, que va desde el nivel microscópico genético hasta.

(17) 43. Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. el nivel macroscópico mundial. En la Tabla 13 se ilustran estas interacciones, según posibles niveles de intervención. Si bien la mayoría de los problemas ambientales se originan en circunstancias socioeconómicas como el minifundio o la pobreza rural, o en estrategias implícitas o explícitas de uso de tierras y de políticas gubernamentales, las instituciones de investigación y desarrollo agrícola tienen un papel muy importante que desempeñar en determinados niveles de intervención. En esta ponencia me referiré solamente a algunas de las preocupaciones ambientales -las más importantes en las zonas tropicales- y a su vinculación con la investigación agropecuaria. TABLA 13. Posibles niveles de intervención en relación con las preocupaciones ambientales y los factores socioeconómicos asociados. Niveles de intervención. Preocupaciones ambientales (bióticaslfísicas)". Gen Planta Cultivo Finca. ZAE. País Región Mundial. A,B B,e,D B,e,D,E,F e.D,E,F e,D,E,F,G·Z D,E,F,G·Z F,G-Z G-Z. • Preocupaciones ambientales: A = Diversidad genética angosta B = Desarrollo de plagas. e = Salinidad. Factores o restricciones socioeconómicas ,.. .. 1 1,2,3 1,2,3,4 1,2,3,4,5 4,5,6 4,5,6,7,8·n. 7,8-n S-n "".. Factores o restricdones socioeconómicas:. 1 = Preferencias de consumidores y agricultores.. D = Disminución de fertilidad de suelos. 2 = Prácticas y capacidad de. E = Contaminación de agua, suelos y alimentos. manejo de los agricultores 3 = Mano de obra y recursos financieros de los agricultores.. F = Erosión de suelos G-Z = Deforestadón, efecto invernadero, C02, lluvia ácida. 4 = Tenencia de la tierra. 5 = Mercados y demanda 6 = Transporte e infraestructura, políticas agrarias y de uso de la tierra, organización de Jos SNIAD. 7 = Políticas de intercambio, acuerdos de bloques regionales, organización de redes regionales de investigación. 8-n = CGIAR, CA TI acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente, la pesca, el comercio de animales salvajes y de pieles.. FUENTE: Adaptado de eIAT, 1989..

(18) 44. Los TRÓPICOS LATINOAMERIC"NOS. Deforestación. La deforestación indiscriminada es, tal vez, el problema más alarmante, no porque preocupe mundialmente, sino porque, en muchos casos, da origen a serios problemas de degradación de los suelos, de sedimentación en los cursos de aguas y en los embalses, de inundaciones y de pérdidas del hábitat natural de la flora y la fauna autóctonas. Estimaciones realizadas hacia 1980 sugerían que la deforestación llegaba a más de 5.9 millones de hectáreas anuales de bosques densos y a 1.1 millones de otros tipos de bosques y zonas arbustivas; aproximadamente otros 3 millones de hectáreas eran sometidas a procesos de extracción selectiva de madera. En total, se talaban alrededor de 10 millones de hectáreas anuales. La tasa anual de deforestación en toda América Latina se estimó en 0.6% para esa época (FAO, 1988). Las estimaciones realizadas por la FAO permitían concluir que aproximadamente un tercio de la deforestación era causada por la agricultura migratoria o el campesinado que practica el sistema de tumba y quema (FAO, 1988). Corno ha sido tradicional en la región, estos agricultores pobres capitalizan el único recurso que poseen, su mano de obra; tumbando pequeilas áreas de bosque y quemando la biomasa para plantar !=ultivos de subsistencia y también comerciales. Al declinar la fertilidad reSidual de la quema, al cabo de dos o tres años, repiten el proceso abriendo nuevas parcelas. i Otra fracción importante de la deforestación se debe a programas de desarrollo y asentamiento mal concebidos, sin una base tecnológica y de mercadeo que permita una agricultura sostenible, y ala apertura de tierras para fíncas ganaderas de naturaleza extensiva. Los análisis realizado~ por Mihar (1988) y Binswanger (1989) les permiten concluir que los grandes desarrollos logrados en la Amazonia brasilei\a fueron, en buena medida, inducidos por políticas de exención impositivas, por normas para la asignación de tierras públicas y por políticas crediticias que tendieron a favorecer a las grandes explotaciones. Las estimaciones disponibles sugieren que más del 50% de la población de la región depende de la leila corno fuente de energía para cocinar o para calefacción (FAO, 1988). Cerca de 80 millones de personas, normalmente las más pobres, dependen exclUsivamente de la leila corno fuente de energía (McGaughey, 1988). Las principales regiones deficitarias son el altiplano andino, las islas del Caribe, El Salvador, las regiones semiáridas de México y las costas de Perú y Chile..

(19) Los TRÓPICOS lJ\TINOAMERICANOS. 45. Particularmente preocupante es el riesgo de erosión genética y extinción de especies animales en algunas áreas, de continuar los procesos de deforestación acelerada a que están sometidas. La Unión para la Conservación de la Naturaleza y otras agencias conservacionistas han identificado áreas de alto riesgo en el corto y mediano plazo. Éstas incluyen grandes extensiones del piedemonte amazónico, del noreste del Ecuador, de la costa norte del Brasil, del Departamento del Chocó en Colombia y de los bosques tropicales del sureste de México. Riesgo de Vulnerabilidad y Erosión Genética La preocupación por la biodiversidad se origina en la suposición de que aumenta el riesgo de la producción agrícola (vulnerabilidad frente a las plagas o a la variación en las condiciones climáticas), a causa de la adopción generalizada de variedades similares, es decir, cuya base genética sea similar. Esta preocupación es válida en el caso de algunos cultivos, particularmente de los que fueron introducidos con una base genética angosta. No existe evidencia de que la preocupación sea válida para los principales cultivos comerciales nativos, como la yuca, el maíz y el frijol, que han sido domesticados en convivencia con las plagas que los atacan, dentro de los llamados centros de origen o de diversidad genética. Menos válida aún es la preocupación cuando, a través del fitomejorarniento, se ha ampliado la base genética de esos cultivos incorporando en ellos resistencia o tolerancia a plagas que poseen niveles económicos de daño potencial; en esta actividad están empeñadas las instituciones de investigación de la región. La preocupación es válida respecto a aquellos cultivos nativos de interés local, como los cultivos alto-andinos, que han sido "desanidados" por la investigación, y respecto a la colección y preservación del material genético. En el caso de los cultivos nativos, la preocupación por la biodiversidad se origina en la destrucción del hábitat natural de las especies de uso conocido o potencial y de sus parientes cercanos. En estos casos la protección del hábitat natural, o conservación in situ, tiene mucho sentido, particularmente si las especies consideradas corren alto riesgo de erosión genética. Sin embargo, la conservación ex situ en bancos de germoplasma bien caracterizados y accesibles a los investigadores tiene particular importancia porque permite explotar el potencial genético para obtener variedades más productivas, de base genética más amplia y adaptadas a las condiciones de producción de los agricultores de cada localidad. En otras palabras, la conservación ex situ es esencial para una agricultura sostenible..

(20) 46. Los TRóPIcos LATINOAMER1CANOS. Plagas La preocupación por las plagas de alto daño económico se origina en la expansión de los monocultivos, que reemplazan a los sistemas de policultivo tradicional en las zonas tropicales de la región y en el abuso de los pesticidas. La expansión del monocultivo puede favorecer la evolución de nuevos biotipos de organismos nocivos (CIAT, 1989). Las tendencias observadas en muchas zonas son: la siembra de grandes áreas con monocultivos, el aumento en el uso de pesticidas no selectivos y los métodos de aplicación masivos- aéreos y tractorizados.Frecuentemente, estas prácticas resultan en un uso excesivo (sobreuso) o en un mal uso de los pesticidas, que generan no sólo problemas ambientales por el debilitamiento del control biológico natural, sino también aumentos en los costos de producción.. Una práctica alarmante, que se ha vuelto frecuente, es el uso de mezclas de pesticidas en dosis excesivas. Los resultados son una contaminación ambiental innecesaria, riesgos serios de salud para los agricultores y consumidores y resistencia de los artrÓpodos al control químico; ésta invita, a su vez, al uso de dosis más altas y de menor frecuencia de aplicación (Belloti el al., 1990). El manejo integrado de plagas, MIp, combinando la resistencia yarieta!. el control biolÓgico y -de ser necesarios- los pesticidas selectivos en cantidad y oportunidad definidas en funciÓn de "niveles críticos" predeterminados, es esencial para reducir el riesgo de deterioro ambiental y los costos de producción, El éxito obtenido en los pocos programas MIP implementados en la región constituye una evidencia de los beneficios potenciales que se derivan de tales prácticas. El papel que le toca desempeñar a la investigación agrícola en este tema resulta obvio. DegradaciÓn de los Suelos La preocupación por la degradación de los suelos se refiere a los problemas generalizados de erosión, deterioro de la estructura del suelo, declinación de la fertilidad, desertificación en las zonas semiáridas y salinización. Exceptuando la salinización, los problemas de degradación de los suelos están frecuentemente asociados con la deforestaciÓn generalizada de la regiÓn. Estos problemas se originan en usos de la tierra y prácticas culturales inapropiadas, inducidas por las circunstancias socioeconómicas y de la escasez social de las tierras que prevalecen en la región. Son exacerbados con frecuencia por políticas inapropiadas, por la ausencia de estrategias.

(21) Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. 47. para el uso de tierras y por limitaciones en la disponibilidad, el conocimiento y el USO del alternativas tecnológicas rentables a nivel de las fincas. La erosión del suelo es un problema extendido por toda la región. Es. particularmente serio en la agricultura de ladera practicada por el sector campesino, pero también lo es aun en pendientes suaves que no pasan del 2% (FAO, 1989; CIAT, 1989). La deforestación y la erosión que se presentan en las cuencas medias y altas implica un alto costo social, no sólo por la pérdida del "capital productivo", sino también por la sedimentación acumulada en cursos de agua y en los embalses,por las inundaciones que ésta provoca cuenca abajo y por la reducción de los caudales de ríos y arroyos en las épocas de menor precipitación. El origen del problema radica principalmente en la alta presión social ejercida por la agricultura campesina sobre las tierras de ladera y en el uso que hace de prácticas inapropiadas la agricultura comercial en las sabanas y bosques húmedos tropicales. La solución de este problema, ya generalizado y de grandes costos sociales, radica, en primer lugar, en la adopción de estrategias de uso de tierras y de políticas tanto nacionales como a nivel de cuencas, que permitan aliviar la presión social y del mercado, ejercidas sobre las zonas más afectadas por estos procesos. Ahora bien, para poder diseñar estrategias de uso de tierras a nivel nacional y a nivel de las cuencas, es necesario, ante todo, entender dos cosas: la naturaleza de los fenómenos que se manifiestan como presión social o presión de mercados sobre las zonas más afectadas y la reacción de los distintos grupos de productores frente a las políticas macroeconómicas y sectoriales. En segundo lugar, esa solución requiere alternativas tecnológicas compatibles con las condiciones tanto de producción como socioeconómicas prevalecientes en cada zona. En las laderas de pendientes altas, la reforestación puede ser la única alternativa para controlar la erosión y regular el flujo de las aguas. En las laderas con menor pendiente, las opciones de control de la erosión incluyen sistemas agrosilvopastoriles, combinaciones de labranza cero y labranzas reducidas, laboreo en contorno y siembra de barreras perennes; ellas necesitan, no obstante, ser diseñadas o adaptadas a las condiciones físicas, sociales y de mercado de cada localidad. La experiencia demuestra que los agricultores sólo adoptan aquellas prácticas que les proporcionan productos para los cuales tienen mercado. Para lograr la identificación, el desarrollo y la utilización de tales prácticas, se requiere adoptar en pleno el nuevo paradigma de investigación y desarrollo, en el cual los agricultores y sus organizaciones de base participan activamente, desde un comienzo, como actores principales del proceso de investigación y desarrollo rural..

(22) 48. Los TRóPIcos LAnrtOAMERICANOS. En los bosques húmedos tropicales, a diferencia de las zonas templadas, una gran proporción de los nutrientes se encuentra en la biomasa y en la materia orgánica acumulada en la capa superficial del suelo. La reserva de nutrientes liberados por la tumba y quema del bosque dura poco bajo los regímenes de lluvia existentes. La producción sostenible de un cultivo depende aHí tanto de que se desarrollen y se siembren variedades adaptadas a las condiciones prevaleciente de acidez y baja fertilidad de los suelos, como de sistemas de rotación y agrosilvopastoriles, y de prácticas culturales y de fertilización que permitan mantener niveles de materia orgánica altos y nutrientes disponibles en la solución del suelo. En este campo, a las instituciones de investigación les compete el papel fundamental de comprender y explicar los procesos biofísicos y de ciclaje de los nutrientes involucrados, a fin de poder ofrecer soluciones tecnológicas apropiadas y económicamente atractivas para cada localidad.. PRESIÓN 5CX:lAL SOBRE LA TIERRA En esta ponencia he argumentado que, sin desmedro del importantísimo papel que debe desempeñar el sector agrícola-empresarial moderno, le corresponde a la agricultura campesina un papel de tipo económico-social no menos importante. La información analizada permite concluir lo siguiente: a pesar de que la tierra es un recurso relativamente abundante en el trópico suramericano, en muchas zonas resulta socialmente escasa y hay, por tanto, necesidad de que las políticas económicas y tecnológicas estén estrechamente articuladas con estrategias nacionales y locales de uso de tierras orientadas a aflojar la presión social y de mercado que oprime las tierras más susceptibles de degradación. El caso de la yuca en la costa norte de Colombia ilustra la lucha del sector campesino por aumentar su productividad y las posibles consecuencias de este aumento en términos de la fertilidad de los suelos. En los últimos seis años la producción de yuca en la costa norte de Colombia aumentó un 130%, y esta región pasó a contribuir con más del 50"10 de la producción nacional (Tabla 14). Ello fue posible gracias a la expansión del área y a un aumento en el rendimiento inducido por la disponibilidad de tecnologías y de mercados; estos últimos habían sido desarrollados por asociaciones de campesinos y por un conjunto de instituciones de investigación y desarrollo, entre las cuales se hallaban el ICA,el DR!, la Caja Agraria y el CIAT. Estos logros fueron, sin duda, altamente positivos porque generaron nuevos empleos e ingresos en zonas de alta desocupación y pocas oportunidades. Sin embargo, es necesario.

(23) 49. Los TRÓPICOS LATINOAMERICANOS. hacer algunas observaciones, no todas de signo positivo, desde el punto de vista ambiental. TABLA 14. Área, rendimiento y producción de yuca en la costa norte de Colombia, entre 1986-1991. Área (000 ha) Región Bolivar. Córdoba Sucre Costa Norte Colombia. Rendimiento (tlha). Producdón (000 t). 1986. 1991". 1986. 1991". 1986. 8.0 7.3 17.0 61.1. 20.0 15.9 24.2 112.4. 8.0 73 715 7.8. 12.0 11.3 93 9.8. 64 53 128 475. 1991". 1098. 153.3. 219.7. 8.7. 915. 1335. 2079. 240. 180 226. ... Estimación preliminar. F(JENTE: Ministerio de Agricultura, Colombia, 1991.. La labranza mecanizada aumentó considerablemente y permitió un laboreo más profundo, pero sólo fue utilizada por el 30 a 70% de los agricultores, según la zona y el tamaño de las parcelas. Menos del 10% de los agricultores aplican algún fertilizante, situación que no cambió en los últimos ocho años. Del 43 al 60% de los agricultores emplean hoy herbicidas, práctica que aumentó aceleradamente con el fin de liberar mano de obra para otra actividades, incluyendo en ellas la expansión del área cultivada por cada agricultor. El porcentaje de área en descanso disminuyó drásticamente (Tabla 15).. TABLA 15. Evaluación de los rendimientos de yuca, intercalada con maíz, y del área en descanso en la costa norte de Colombia, entre 1983-1991. Rendimiento (tlha) Región Bolívar Córdoba Sucre. Área en descanso (%). 1983. 1991. 1983. 1991. 8.0 6.0 6.0. 11.4 12.0 10.7. 37 19 9. 12 6 5. FUENTE: ClAT, Sección de Economía del Programa de Yuca.. En resumen, la producción de yuca se extendió y se intensificó; generó, así, empleo e ingresos adicionales y utilizó más nutrientes; no obstante, éstos no fueron repuestos mediante la fertilización o el descanso de la tierra. Fenómenos similares ocurren en la mayor parte de la agricultura campesina e ilustran el dilema de sostenibilidad de la producción en que se.

(24) 50. LOs TRÓPICOS LAT1NOIIMERICANOS. encuentra ese importante sector de la agricultura en el trópico latinoamericano; manifiestan también la presión que ejercen estos importantes grupos sociales sobre la tierra limitada a la que tienen acceso. CONCLUSIÓN De todo lo anterior cabe concluir que la agricultura en los países tropicales de la región considerada -Colombia es uno de ellos- debe enfrentar grandes desafíos en el futuro; en efecto, debe aumentar la producción y la productividad en forma sostenible para alimentar una población creciente, debe competir en el mercado internacional, contribuir al desarrollo económiCo y generar empleo. De allí que surja la necesidad de desarrollar un proceso de investigación interdisciplinaria en cada país, que permita: a.) Cuantificar las externalidades o costos sociales de los procesos de degradación ambiental que se han puesto en marcha en las principales zonas afectadas y documentar sus causas para permitir un debate nacional bien informado; b.) desarrollar las tecnologías apropiadas y el análisis de la factibilidad técnica y económica para los sistemas alternativos de uso de tierras en las principales zonas agroecológicas'y, c.) hacer el análisis socioeconómico de las estrategias alternativas de uso de tierras a nivel nacional y a nivel de las cuencas, para obtener dos efectos: uno, aliviar la creciente presión social y de mercados sobre las tierras más frágiles, y otro, orientar tanto la política económica como las políticas agropecuaria y de investigación hacia una actividad agropecuaria y forestal sostenible, que aumente la producción y el empleo rural sin deteriorar el capital representado en los recursos naturales disponibles. El desafío 'consiste pues en crecer sin consumir este capital, sino utilizando el interés que él produzca.. Considero, por tanto, que el debate organizado por el ICA en este seminario para festejar sus 30 años de vida resulta, dado que analiza los retos y oportunidades de la agricultura en las distintas zonas agroecológicas del pais, no sólo muy bien orientado sino además sumamente oportuno. No cabe duda de que esta prestigiosa institución se prepara para dar a la sociedad colombiana una contribución decisiva que le permitirá a ésta enfrentar con éxito el reto de lograr una agricultura dinámica, competitiva y sostenible. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1.. Belloti, A.C.; Cardona, c.; Lapointe, S. 1990. Recent trends in pesticide use in Latin America. Joumal of Agricultural Entomology..

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