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TEMA 7 EL ENLACE COVALENTE Y SÓLIDOS COVALENTES

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TEMA 7

EL ENLACE COVALENTE Y SÓLIDOS COVALENTES

Toda teoría del enlace químico debe ser capaz de explicar tres aspectos:

.) La proporción en que los átomos entran a formar parte de una molécula y el número total de átomos de ésta

.) La geometría de la molécula

.) La energía de la molécula

Aunque existen varios tipos de enlaces químicos, pueden considerase unos tipos ideales límite. Entre ellos, los más importantes son el iónico y el covalente. Existen otros más específicos: el metálico, el de hidrógeno y el de fuerzas de Van der Waals

Enlace covalente o iónico ¿cuál se estudia en primer lugar?

El tratamiento del enlace iónico es mucho más simple que el del enlace covalente, pero como el estudio de los aspectos energéticos de los compuestos iónicos implica las energías de los enlaces covalentes, la descripción del enlace iónico se efectuará

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Enlace covalente según la teoría de Lewis

La idea básica de la teoría de Lewis consiste en admitir que las uniones químicas se deben a que dos átomos comparten uno o más pares de electrones

No es necesario que los átomos que forman la unión contribuyan formalmente con igual número de electrones a la misma. En el enlace covalente coordinadoo dativo un mismo

átomo aporta los dos pares de electrones

Una vez que el enlace coordinado se ha formado no se diferencia en nada del enlace covalente ordinario

En una molécula diatómica homonuclear, el par o los pares de electrones compartidos, deben estarlo por igual entre los dos átomos, y en consecuencia, no existe polaridad en el sistema

núcleo-electrón-núcleo.

En una molécula diatómica heteronuclear, uno de los átomos tendrá en general una mayor afinidad por los electrones que el otro resultando una unión polar

Par enlazante es un par compartido entre dos átomos

Par solitario es un par de electrones no compartidos; son pares de electrones

que ocupan orbitales de un solo átomo y se representan por puntos asignados solo a un símbolo químico

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Reglas para escribir las fórmulas de Lewis 1.- Regla del octeto

Cuando los elementos representativos comparten electrones, suelen alcanzar una configuración electrónica estables de gas noble

Las fórmulas de Lewis se basan en el hecho de que los elementos representativos alcanzan la configuración de gas noble en la mayoría de sus compuestos

Esta es la regla del octeto

La regla del octeto, por si sola, no permite escribir las fórmulas de Lewis

Se precisa conocer cómo están colocados los electrones alrededor de los átomos unidos ,o sea, cuántos electrones utilizados son realmente electrones enlazantes (compartidos)

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2.- El número de electrones compartidos en una molécula o ión poliatómico se calcula como:

N – D = C

N = número de electrones de valencia que presisan todos los átomos de la molécula o ión para alcanzar la configuración de gas noble

N = 8 x número de átomos (sin incluir el H) + 2 x número de átomos de H

D = número de electrones disponibles en las capas de valencia de todos los átomos (representativos), o sea, la suma de sus números de grupo en la tabla periódica.

D = 7 (Cl) , D = 4 (C)  CCl4 , D = 4 + 4x7 = 32

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3.- Para una molécula de más de dos átomos (CS2); el elemento central es aquél que necesita el mayor número de electrones para completar su octeto. En el caso de que haya dos átomos que cumplan esta condición (p. ej., SOCl2) el átomo central será el más

electropositivo

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“Una estructura de Lewis es un resumen esquemático de la misión que desempeñan los electrones de valencia en una molécula

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Limitaciones a la regla del octeto

En los casos en los que la regla del octeto no se cumple, no será válido aplicar la expresión :

N – D = C

Existen cinco casos:

1.- Los compuestos covalentes del berilio

2.- Los compuestos covalentes del grupo 13 (III A)

3.- Compuestos en los que el átomo central debe compartir más de ocho electrones para acomodar todos los átomos unidos a él. Compuestos hipervalentes del período n > 2

4.- Compuestos de los elementos de transición “d” ó “f”

5.- Especies con un número impar de electrones (p. ej., NO que tiene 15 electrones de valencia)

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“La regla del octeto es una generalización manual, y es afortunado que funcione tan bien como lo hace, pero no es una ley natural”

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Resonancia

Una molécula o ión poliatómico tiene resonancia cuando existen dos o más formas igualmente aceptables para representar los enlaces. La relación entre las formas resonantes se indica mediante una flecha de dos puntas :

Esta representación resonante no implica alteración u oscilación entre las dos formas constituyentes o canónicas.

La estructura real es una especie de promedio o combinación, es decir, un medio camino entre ellas. A parte de las representaciones dadas, existe aún otra con 24 electrones de valencia de los cuales 10 son compartidos:

Las pruebas experimentales indican que la longitud del enlace entre el N y O al que está unido el hidrógeno, es más larga que los otros dos enlaces nitrógeno-oxígeno del HNO3.

Se sabe que los dobles enlaces son siempre más fuertes y más cortos que los sencillos, por tanto, se debe rechazar la última fórmula como inconsistente con los datos experimentales

Los enlaces entre el nitrógeno y los otros oxígenos del HNO3 no son ni dobles ni sencillos,

sino intermedios en longitud y fuerza. La longitud media del enlace N-O es 1.41 Å, y la distancia del enlace doble N=O es de 1.19 Å, mientras que la del enlace que nos ocupa N-O del HNO3 es 1.22 Å. Una manera de representar esta situación es mediante la deslocalización de los electrones del enlace:

La línea punteada indica que los electrones compartidos entre el nitrógeno y los dos oxígenos de la derecha están deslocalizados sobre los tres átomos, es decir, hay tres pares de electrones repartidos por igual entre ambos enlaces

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TRATAMIENTO MECANO-CUÁNTICO DEL ENLACE COVALENTE

El enlace covalente es debido, esencialmente, a la compartición de electrones entre átomos. Esta compartición rebaja la energía y hace que el sistema sea más estable

que los átomos por separado

El procedimiento correcto para tratar el enlace sería plantear la ecuación de Schrödinger y resolverla. Como esto no es factible se recurre a métodos

aproximados

i) método de los orbitales molculares (OM) ii) método del enlace de valencia (EV)

El primero trata a la molécula como se fuese un átomo. El segundo, parte de los átomos individuales situados a una distancia infinita uno con respecto al otro, y los

acerca, calculando las interacciones (electrostáticas y de otro tipo) que surgen durante la aproximación

Se puede utilizar la ecuación de Schrödinger para describir el comportamiento de los electrones en las moléculas, pero únicamente se puede resolver por medio de

técnicas aproximadas

Dos métodos se han utilizado para abordar este problema: La teoría de OM, asociada a los nombres de Hund y Mulliken

La teoría del EV desarrollada por Heitler, London y Pauling

En la teoría de OM los electrones se colocan en OM semejantes, en muchos aspectos, a los orbitales atómicos, pero cada uno contiene dos o más núcleos

En la teoría del EV se considera que la formación de una molécula se produce al juntarse los átomos completos, que, aunque interaccionan entre sí, retienen en gran

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TEORÍA DEL ENLACE DE VALENCIA

Moléculas diatómicas

La teoría del EV describe los enlaces en términos del apareamiento de electrones (uno de cada átomo) con espines antiparalelos

El número de electrones desapareados que tiene un átomo, tanto en su estado

fundamental como en un estado excitado que sea accesible, indica el número de enlaces que puede formar. Los electrones de la capa de valencia que se encuentran apareados constituyen los pares solitarios de la configuración electrónica de la molécula formada La teoría del enlace de valencia comienza tratando los átomos separados y considera la

interacción que se produce cuando se aproximan. Cuando los átomos se encuentran muy distantes, no hay interacción apreciable entre ellos, el electrón 1 está

exclusivamente asociado con el núcleo A y el electrón 2 con el núcleo B

Este sistema se puede describir mediante una función de onda Y I. Sin embargo, como en una molécula de hidrógeno los electrones son indistinguibles, una descripción igualmente buena del sistema es aquella en la que el electrón 2 está asociado con el núcleo A y el electrón 1 con el núcleo B; este estado puede describirse mediante una

función de onda Y II. Cuando los átomos se aproximan, las dos funciones de onda interaccionan y resultan dos nuevas funciones de onda, combinaciones lineales de Y I y

Y II, con factores de normalización N+ y N-: Y+ = N+ (Y I + Y II)

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El cálculo de las energías asociadas a estos estados muestra que Y- representa un estado de repulsión; por otra parte, la curva de energía del estado Y+ tiene un mínimo a una distancia de 0.80 Å y corresponde a una energía de enlace de 277 KJ/mol. Estos valores están próximos a los

experimentales 0.74 Åy 436 kJ/mol. Es obvio que la noción de la indistinguibildad de los electrones es un concepto importante; la energía de enlace resultante de la inclusión de este concepto en la teoría del enlace de valencia se conoce, ordinariamente, como energía de cambio.

Si se desea recurrir a una imagen física de la fuente de la energía de cambio, lo mejor es, probablemente, atribuir el descenso de energía de la molécula al incremento de volumen del

que dispone ahora cada electrón para moverse libremente

Se pueden introducir nuevas mejoras en la expresión de Y+ : (i) teniendo en cuenta el hecho de que cada electrón apantalla al otro en cierta proporción, de las atracciones de los núcleos, y (ii)

teniendo en cuenta la probabilidad finita (aunque relativamente pequeña) de que ambos electrones estén asociados con el mismo núcleo en un instante determinado. El segundo factor se

tiene en cuenta asociando dos nuevas funciones de onda, YIII y YIV, correspondientes, respectivamente, a los dos electrones unidos al átomo A o los dos electrones unidos al átomo B.

Entonces, la función de onda total se convierte en Y+ = N[Y I + Y II + l(Y III + Y IV)]

o, de forma más adecuada,

Y + = Y cov+ lY ion

l es el coeficiente de mezcla, es decir, el grado de contribución de las estructuras iónicas al enlace

Los cálculos basados en esta expresión de Y + dan una longitud de enlace de 0.77Å y una energía de 360 kJ/mol

Otras modificaciones, conducen a una expresión con 50 términos de corrección, de la que se obtienen valores que concuerdan exactamente con los valores experimentales

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La función de onda de la molécula de hidrógeno, y, por tanto, su estructura, puede expresarse en términos de las funciones de onda, o estructuras, de las

configuraciones :

HA.1 HB.2 (I) HA.2 HB.1 (II) HA.1,2 HB (III) HA HB.1,2 (IV)

Con frecuencia, el estado real de la molécula se describe como un híbrido de resonancia de las cuatro estructuras contribuyentes, o se dice que resuena entre

ellas; las estructuras se conocen con el nombre de formas canónicas. La

resonancia entre las estructuras I y II, por una parte, y entre III y IV, por otra, se conoce como resonancia iónica-covalente, y la energía adicional de enlace resultante de ella recibe el nombre de energía de resonancia iónica-covalente. La condición general para que exista resonancia es que las estructuras contribuyentes

deben tener energías semejantes, las posiciones relativas de los núcleos deben ser aproximadamente las mismas, y el número de electrones desapareados debe ser el

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La teoría del enlace de valencia describe, esencialmente, los enlaces en términos del apareamiento de electrones (uno de cada átomo) con espines

antiparalelos

El número de electrones desapareados que tiene un átomo, tanto en su estado fundamental como en un estado excitado que sea accesible, indica el número de

enlaces que puede formar.

Los electrones de la capa de valencia que se encuentran apareados constituyen los pares solitarios de la configuración electrónica de la molécula formada. Así, el helio (1s2 en su estado fundamental) no forma He

2, el litio (2s1) forma Li2, y el berilio (2s2) no forma Be

2, carbono (2s22p2), nitrógeno (2s22p3) y flúor (2s22p5) forman C

2 con enlace doble, N2 con enlace triple, y F2 con enlace sencillo, respectivamente; el neon (2s22p6) no forma Ne

2

La teoría del enlace de valencia no da ninguna explicación satisfactoria del paramagnetismo de B2 y O2, donde es de esperar que se apreen los electrones

desapareados y se formen estructuras con enlace sencillo y doble, repectivamente

Tampoco dice nada de las fuerzas de enlace relativas de enlaces como los O2+ y O2

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La polaridad de los enlaces se trata poniendo de relieve la mayor contribución que tiene una función de onda atómica en la función de onda molecular, utilizando el parámetro l. Por ejemplo, en el caso del HF, a partir de la función de onda 2pz del

halógeno, se escribe: YHF = N[YH + lYF]

con l > 1

La descripción del enlace de valencia de HF sería un híbrido de resonancia iónica-covalente de H-F y H+F

-(la estructura H-F+ tendría una energía mucho mayor, por lo que no se considera)

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Moléculas poliatómicas

Consideremos las moléculas pliatómicas BeCl2 y BeCl3

Si se considera la formación de dos enlaces Be-Cl a partir del átomo de berilio en un estado fundamental (1s22s2), en primer lugar hay que promocionar un electrón para que el berilio alcance su estado excitado 1s22s12p1. Se podría esperar entonces que la interpenetración del orbital 2pz del berilio con el orbital 3pz del cloro diese lugar a la

formación de un enlace a bien definido, y que la interpenetración del orbital 2s, esférico, del berilio con el orbital 3pz del otro átomo de cloro produciria un enlace de

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Está firmemente establecido que los dos enlaces del cloruro de berilio son equivalentes y colineales; por tanto, el átomo metálico no debe utilizar simples orbitales 2s y 2pz, sino combinaciones de ellos. Se puede resolver la ecuación de onda para el átomo de berilio y obtener soluciones adecuadas Y2s y Y2pz. También

son soluciones válidas las combinaciones lineales de las dos soluciones anteriores, de ahí que se puedan describir otros orbitales por combinación o hibridación de funciones de onda. Por ejemplo, si las dos soluciones Y2s y Y2pz contribuyen en la

misma proporción, se obtienen dos nuevas funciones de onda equivalentes que describen dos orbitales dispuestos linealmente

que reciben el nombre de híbridos sp : Ysp (i) = [1/(2)(1/2)](Y

2s + Y 2pz) Y sp (ii) = [1/(2)(1/2)](Y

2s - Y 2pz)

Estos nuevos orbitales tienen fuertes propiedades direccionales, y cada uno de ellos se extiende a lo largo del eje z más que el orbital 2pz contribuyente original; debido a esta característica, producen interpenetraciones más efectivas y enlaces

más fuertes. El estado excitado hibridado 1s2(2s2p)2, o, como se escribe ordinariamente, (sp)2, se conoce como estado de valencia del berilio; la energía requerida para llevar el berilio desde su estado fundamental al estado de valencia

debe ser compensada con creces por la energía en la formación de los enlaces Be-Cl

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Aunque es extremadamente útil, el concepto de estado de valencia no tiene existencia fuera de la teoría del enlace de valencia, y no es, por ejemplo, un estado

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En la formación de BCl3, el átomo de boro (estado fundamental (2s22p1)) debe

conseguir primero alcanzar el estado de valencia hibridado (2s2px2py)3 correspondiente a tres orbitales coplanares que forman entre sí un ángulo de 120°

Los enlaces s boro-cloro se forman, entonces, por interpenetración de los orbitales híbridos sp2 del átomo de boro con los orbitales 3p de los átomos de cloro

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El estado de valencia del carbono es sp3. En este caso, la combinación lineal del orbital 2s y los tres orbitales 2p conduce a la formación de cuatro orbitales híbridos

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Para las geometrías más complicadas, ordinariamente es necesario recurrir a los orbitales “d”. Los casos más importantes son :

.) s + px + py + pz + dz2

Hibridación bipiramidal trigonal (p. ej., en PF5) .) s + px + py + pz + dx2

-y2

Hibridación piramidal cuadrada (p.ej., en IF5) .) s + px + py + dx2-y2

Hibridación plano cuadrada (p. ej., en ICl4-) .) s + px + py +pz +dx2

-y2 + dz2

Hibridación octaédrica (p. ej., en SF6)

Hay algunas series de valores que son útiles, como los que se refieren al enlace C-H, para el que la fuerza de enlace disminuye según el orden siguiente de

hibridación del átomo de carbono. sp > sp2 > sp3 > p

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TEORÍA DE ORBITALES MOLECULARES

Moléculas diatómicas homonucleares

En la teoría de orbitales moleculares se empieza colocando los núcleos de la molécula en sus posiciones de equilibrio y averiguando los orbitales que, abarcando la molécula

entera (es decir, orbitales moleculares), podrían ser ocupados por un solo electrón

Para deducir el estado fundamental de la molécula, los electrones se colocan en los orbitales moleculares disponibles, comenzando por el orbital de mínima energía; cada

orbital molecular puede acomodar un máximo de dos electrones, siempre que sus espines sean opuestos (es el principio de exclusión de Pauli aplicado a las moléculas); y llenando el menor número posible de orbitales con la menor energía posible, se llega al

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Se puede obtener una descripción aproximada de los orbitales moleculares de H2 considerándolos como Combinaciones Lineales de Orbitales Atómicos (CLOA). Designemos los núcleos por A y B. El orbital de energía

más baja asociado con cada núcleo es el orbital 1s, y cada uno de estos orbitales atómicos se puede representar mediante una función de onda YA ó YB. Cada orbital molecular se puede representar mediante una función de onda que sea una combinación lineal adecuada de los orbitales atómicos; como A y B son átomos idénticos, sus orbitales atómicos contribuyen, obviamente, por igual a los orbitales moleculares. En este caso se pueden escribir

dos orbitales moleculares derivados de la combinación de los orbitales atómicos 1s, estando representados por :

Ym = N[YA + YB]

Ym*= N*[YAYB]

En estas expresiones, N y N* normalizan las funciones de onda moleculares, de tal forma que para cada uno de los orbitales la probabilidad de encontrar el electrón en todo el espacio es la unidad:

N = [(1) / (2(1+S))(1/2)]

N* = [(1) / (2(1-S))(1/2)]

donde S recibe el nombre de integral de interpenetración : S = YAYBdn

La integral de interpenetración da una medida de la coincidencia de las dos funciones de onda; es sustancialmente menor que la unidad, por lo que, con frecuencia, se desprecia en el procedimiento de normalización, en cuyo caso :

N N* [1/(2)(1/2)]

Las funciones de onda moleculares Ym y Ym* son los orbitales moleculares enlazante y antienlazante; los orbitales de este tipo, en los que la línea de unión de los dos núcleos es un eje de simetría de la distribución

electrónica, se conocen como orbitales s si es el enlazante y s*, si es el antienlazante, y, alternativamente, podemos designarlos como s1s y s1s*. Cuando se suman las dos funciones de onda 1s, cada una refuerza a la otra

en todos los puntos del espacio, pero muy especialmente en la región comprendida entre los dos núcleos; la acumulación de densidad electrónica en dicha región hace que disminuya la repulsión internuclear y el resultado

es la formación de un enlace fuerte. Cuando una de las dos funciones de onda 1s se resta a la otra, se cancelan exactamente en un plano que pasa por el punto medio del segmento que une los núcleos y es perpendicular a él,

de forma que la función de onda molecular cambia de signo en este plano nodal. La ausencia de densidad electrónica hace que aumente la repulsión internuclear y la energía total aumente, los dos núcleos no están

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Moléculas diatómicas homonucleares del primer período

En la molécula de hidrógeno en su estado fundamental, los dos electrones ocupan el orbital s1s; en el ión de la molécula de hidrógeno, H2+, solamente hay un electrón en

dicho orbital y el efecto de enlace total es menor, aunque el enlace es todavía fuerte, siendo la energía de disociación de 269 kJ/mol (compárese con los 436 kJ/mol de H2),

pero la teoría de orbitales moleculares no queda restringida, de ninguna forma, a aquellas situaciones en que intervienen un número par de electrones enlazantes. Por

ello, frecuentemente es útil referirse al orden de enlace de una molécula; se define éste como la mitad del número neto de electrones enlazantes, esto es, del número de

electrones en orbitales enlazantes menos el número de electrones en orbitales antienlazantes. Así, el orden de enlace de H2+ y de He

2+ es 0.5 y el del He2 sería cero

Orden de enlace

El enlace sencillo convencional es aquel en el que intervienen dos electrones enlazantes (como en H2)

La teoría de OM no queda restringida a aquellas situaciones en las que interviene un número par de electrones enlazantes

El orden de enlace de una molécula se define como la mitad del número neto de electrones enlazantes, es decir, del número de electrones en orbitales enlazantes

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Moléculas diatómicas homonucleares del segundo período

Pasamos ahora a considerar otras moléculas diatómicas homonucleares. El tratamiento de Li2 y de la hipotética molécula Be2 es esencialmente semejante al del H2 y al hipotético He2,

utilizándose ahora los orbitales atómicos 2s para formar los orbitales moleculares

Para los elementos que siguen al berilio, donde se han de considerar combinaciones de orbitales atómicos “p”, se han de tener en cuenta algunos factores nuevos. Para un número cuántico principal determinado hay tres orbitales “p” equivalentes y mutuamente perpendiculares, px, py, pz; y los dos lóbulos de un orbital “p” tienen signos opuestos para Y. Si se toma como eje z la línea

que une los núcleos de una molécula diatómica, cuando se combinan los orbitales atómicos 2pz se obtienen orbitales moleculares enlazantes y antienlazantes semejantes a los orbitales s2s y s*2s;

son simétrico respecto al eje z y, por ello, se designan como orbitales s2p y s*2p. Sin embargo, la combinación de los orbitales px ó py produce orbitales moleculares

completamente diferentes de los anteriores. En el orbital molecular enlazante formado a partir de los orbitales px, por ejemplo, las partes positivas de las dos funciones de onda se interpenetran,

y lo mismo sucede con las dos partes negativas; en el orbital molecular antienlazante

correspondiente, las partes de las funciones de onda tienen signos opuestos, no se interpenetran sino que se repelen. Estos orbitales moleculares se conocen como orbitales p2px y p*2px. Los orbitales p2py y p*2py correspondientes son perpendiculares a ellos, y son degenerados con los orbitales p2px y p*2py, respectivamente. Estos cuatro orbitales se conocen, colectivamente, como

orbitales p2p y p*2p. Por tanto, la combinación de los orbitales atómicos 2pz conduce a la formación de un orbital s2p, un orbital s*2p, dos orbitales p2p y dos orbitales p*2p. Puede observarse que todos los orbitales p son “ungerade” (no centrosimétricos) mientras que los p* son “gerade” (centrosimétricos). En la siguiente figura se han representado las combinaciones de

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NOTA :

Las propiedades magnéticas de B2 y C2 y el estudio espectroscópico de N2+ aseguran que la energía de px,y es inferior a la de spz. Éste es el orden previsto cuando las energías de los orbitales 2s y 2p difieren ligeramente. Esta circunstancia permite que

se mezclen los orbitales s y p (hibridación). El resultado es que el orbital s de menor energía (simbolizado por ss) queda con un contenido energético todavía menor y el otro orbital s (spz) aumenta su contenido energético hasta superar al de los orbitales

px,y. En este caso, en las combinaciones lineales cada híbrido contribuye a cada uno de los orbitales moleculares pero cuanto más próxima es la energía de un orbital híbrido a la del orbital molecular resultante, mayor es su contribución. La energía

del orbital enlazante más estable disminuye mucho, mientras que la del orbital antienlazante menos estable aumenta también mucho.

La diferencia de energía de los dos híbridos depende así de las energías relativas de los orbitales “s” y “p”. Conforme aumenta la carga nuclear a lo largo de un período,

aumenta también la diferencia entre las energías de los orbitales “s” y “p”. La energía del orbital 2s, más penetrante, disminuye al aumentar el número atómico, es

decir, al aumentar el número de electrones “p”. Cuanto mayor sea la separación entre las energías de los orbitales 2s y 2p, menor será la mezcla de ellos y mayor la

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Nota personal:

[La formación de un OA híbrido supone que se va a facilitar la interpenetración de los híbridos para formar OM, lo que conllevará un mayor descenso energético del (OM)b y un mayor ascenso energético del (OM)a]

Los orbitales 2s y 2p tienen energías mucho más parecidas en los primeros elementos del período Li-Ne, que en los miembros posteriores. Por ej.,

Be(Z= 4) 1s2

2s2 Z*(2s2) = 4 – [1x0.35] = 4 – (0.35) = 4 – 0.35 = 3.65

B(Z=5) 1s2 Z*(2s) = 5- [2x0.35)] = 5 – (0.7) = 5 – 0.7 = 4.3 2s22p1 Z*(2p)= 5 – [2x0.35]= 5 – (0.7) = 5 – 0.7 = 4.3

La diferencia de Z* entre 2s del B y 2p del B es 4.3

F(Z=9) 1s2

2s22p5 Z*(2p)= 9 – [6x0.35]= 9 – (2.1) = 9- 2.1= 6.9 Z*(2s)= 9 – [6x0.35]= 9 – (2.1)= 9 -2.1= 6.9

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Veamos algunas configuraciones de moléculas diatómicas homonucleares del segundo período

Diagrama general de OM para moléculas anteriores al O2:

s1s < s*1s < s2s < s*2s < s2pz < p2px = p2py, p*2px = p*2py < s*2pz

Diagrama general de OM para moléculas posreriores al O2, inclusive éste:

s1s < s*1s < s2s < s*2s < p2px = p2py < s2pz <, p*2px = p*2py < s*2pz Por ejemplo: Li2 Li 1s22s1 Molécula 2e -(s2s)2 O.E.= (1/2)2 = 1 Be2 Be 1s22s2 Molécula 4e -(s2s)2(s* 2s)2( O.E.= (1/2)(2-2)= 0 B2 B 1s22s22p1 Molécula 6e -(s2s)2(s*2s)2(pxy)2 O.E.= (1/2)(4-2)= 1 C2 C 1s22s22p2 Molécula 8e -(s2s)2(s*2s)2(pxy)4 O.E.= (1/2)(6-2)= 2 N2 N 1s22s22p3 Molécula 10e -(s2s)2(s* 2s)2(pxy)4(s 2pz)2 O.E.= (1/2)(8-2)= 3 O2 O 1s22s22p4 Molécula 12e -(s 2s)2(s * 2s)2(s 2pz)2(pxy)4(p *xy)2 O.E.= (1/2)(8-4)= 2 F2 F 1s22s22p5 Molécula 14e -(s 2s)2(s * 2s)2(s 2pz)2(pxy)4(p *xy)4 O.E.= (1/2)(8-6)= 1 Ne2 Ne 1s22s22p6 Molécula 16 e -(s 2s)2(s * 2s)2(s 2pz)2(pxy)4(p *xy)4(s*2pz)2 O.E.= (1/2)(8-8)= 0

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Antes de terminar con el tema de las moléculas diatómicas homonucleares se debe añadir algo acerca de sus propiedades

magnéticas

De momento sólo es necesario saber que la presencia de uno o más electrones desapareado en un ión o molécula hace que sea paramagnética (PM), es decir es atraído por un campo magnético,

mientras que las especies sin electrones desapareados son

diamagnéticas (DM), o sea, son repelidas por un campo magnético; el momento magnético de las especies paramagnéticas aumenta conforme

lo hace el número de electrones desapareados

El paramagnetismo de O2 se explica fácilmente mediante la descripción de orbitales moleculares basada en la semiocupación de cada uno de

los orbitales p*2p degenerados

De la misma forma se explica el paramagnetismo observado en la molécula B2; por otra parte, C2, N2 y F2 son diamagnéticas

Cuando se intenta aplicar la teoría de orbitales moleculares a elementos más pesados, el problema se complica

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TEORÍA DE ORBITALES MOLECULARES

Moléculas diatómicas heteronucleares

En el tratamiento de las especies heteronucleares nos vemos implicados en una situación en la que los dos átomos tienen disponibles orbitales diferentes para la formación de

enlaces. La condición esencial para que se forme un enlace es que se produzca la interpenetración de funciones de onda del mismo signo, y que la interpenetración de funciones de onda de signos diferentes conduce a una situación antienlazante. Una tercera

posibilidad es que las dos funciones de onda no se interpenetren an absoluto (p. ej., px y py) o que una interpenetración positiva sea contrarrestada por otra interpenetración negativa (p. ej., la interpenetración lateral o del tipo p entre un orbital “s” y un orbital “p”. Los orbitales moleculares resultantes en estos casos se conocen como orbitales no

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Las condiciones generales para que produzca una combinación efectiva de los orbitales atómicos en una molécula AB son las siguientes: (i) que tengan energías semejantes; (ii) que la interpenatración sea la mayor posible; y que (iii) que tengan la

misma simetría respecto al eje z (el eje internuclear)

En una molécula heteronuclear, AB, como el HF, la elección de los orbitales atómicos que se han de combinar viene dictada por la información suministrada por la

espectroscopia, que proporciona las energías de los orbitales atómicos.

En aquellos casos en los que dos orbitales de energías diferentes tienen que combinarse para dar orbitales moleculares, el diagrama es el siguiente:

Las funciones de onda moleculares son: Ym = N[YA + lYB]

Y*m= N*[YB - lYA]

donde B es el elemento que contribuye con el orbital de energía más baja en este caso el F

y l es una constante (en ocasiones denominada coeficiente de mezcla) que refleja la amplitud con la que el orbital YB contribuye a la función de onda molecular; en el caso del HF, l > 1, es decir, la función de

onda 2pz del flúor contribuye mñas que la función de onda 1s del hidrógeno a la función de onda molecular. El valor de l da

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En una primera aproximación, la estructura de la molécula de monoóxido de carbono es semejante a la del nitrógeno molecular, con el que es isoelectrónico

El óxido nítrico, NO, tiene una configuración electrónica semejante a la de N2, pero con un electrón adicional en uno de los orbitales p*2p; su ionización para dar NO+ se

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En el diagrama de niveles de energía de OM que se muestra en la figura de abajo para el CO, las energías de los orbitales son inferiores para el oxígeno, más electronegativo, de forma que el híbrido de menor energía del

carbono es de energía comparable a la del híbrido de mayor energía del oxígeno. Estos orbitales de energía comparables se combinan para dar orbitales moleculares enlazantes y antienlazantes. El híbrido de oxígeno de

energía muy baja y el híbrido de mayor energía del carbono están ampliamente separados (en términos de energía), por lo que son no enlazantes. En vez de combinarse para formar orbitales moleculares, quedan como orbitales localizados sobre O y C, respectivamente. Estos son los orbitales ocupados por los dos pares solitarios

dirigidos hacia el exterior del enlace CO. Debido a su mayor energía, el par solitario del carbono está más débilmente unido, de ahí que sear el par donado a los metales en los complejos carbonilo. La nube eelctrónica de los orbitales p se polarizará hacia el átomo más electronegativo, el oxígeno. Los orbitales p* vacíos estarán

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Consideremos una molécula que contenga H enlazado a un elemento del segundo período (F). En primer lugar, debemos tener en cuenta la disponibilidad y simetría de los orbitales de ambos átomos. El hidrógeno tiene solamente un orbital 1s, por lo que su

simetría permite la formación de enlaces s solamente por interpenetración con los orbitales 2s y 2pz del F. El orbital 2s del flúor es no enlazante, dado que su energía es

muy inferior a la del orbital 1s del H, ver figura de abajo. El enlace s implica una interpenetración del orbital 1s del H con el orbital 2pz del F. Al no haber orbitales de

simetría apropiada para combinarse con ellos, los otros orbitales p del F son no enlazantes.

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Enlace múltiples en moléculas poliatómicas

En el tratamiento que se realiza a continuación se incluyen términos del enlace de valencia y de los orbitales moleculares.

El etileno y el acetileno son moléculas que contienen enlaces múltiples localizados, es decir, sólo necesitamos considerar el par de átomos de carbono de dichas moléculas para la formación de un enlace de orden mayor

que la unidad; esto es así porque el átomo de hidrógeno no tiene otro orbital distinto del 1s cuya energía sea próxima a la de los orbitales 2p del carbono.

Experimentalmente se encuentra que los seis átomos de la molécula de etileno son coplanarios, con ángulos de enlace próximos a 120°. Se puede considerar, por consiguiente, que cada átomo de carbono hace uso de su orbital 2s y dos de sus tres orbitales 2p para formar tres orbitales híbridos sp2 coplanares; uno de estos se

interpenetra con el orbital correspondiente del otro átomo de carbono, formando un enlace s, y los otros dos forman enlaces s con los orbitales 1s de los átomos de hidrógeno. El orbital “p” restante de cada átomo de carbono se utiliza para formar dos orbitales p como los indicados en la figura 4.4 (c) y (d) sharpe; como hay solamente dos electrones, los dos entran en el orbital enlazante. La interpenetración lateral no es tan grande como la frontal, por lo que un enlace C=C, aunque es mucho más fuerte que un enlace C-C, no es dos veces

más fuerte; en el etileno y el etano, las energías del enlace carbono-carbono son 598 y 346 kJ/mol, respectivamente. Cualquier intento de torsión de la molécula se traduce en una disminución de la interpenetración, y es esto lo que explica que la energía de activación para la rotación de los grupos CH2 respecto del enlace C=C sea tan alta. En la siguiente figura se ha representado la molécula de la forma usual,

es decir, indicando solamente los orbitales enlazantes. El compuesto N2F2 es un ejemplo de molécula inorgánica con una estructura electrónica semejante a la del etileno

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En el caso del acetileno, en el que todos los átomos son colineales, cada átomo de carbono utiliza híbridos sp para la formación de enlaces s, quedando dos orbitales “p” en cada

uno de los átomos de carbono para la formación de enlaces p. Hay, por tanto, dos orbitales p enlazantes perpendiculares entre sí, cada uno con dos electrones, formándose

un enlace C.C que es más fuerte que el enlace C≡C del etileno (su energía es de 813 kJ/mol).

Es posible, desde luego, formar enlaces p entre dos tipos diferentes de orbitales. Sin embargo, en general, los enlaces muy fuertes se forman solamente entre átomos del primer período, p. ej., C≡C, C≡O, C≡N y N≡N. Así, una de las diferencias principales entre el silicio y el carbono, la ausencia en silicio de especies análogas a C2H4, C2H2, CO,

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Al contario que el etileno y el acetileno, el benceno tiene enlaces múltiples no

localizados. Los doce átomos son coplanares, pero hay solamente una longitud de enlace carbono-carbono (1.40 Å). La representación del enlace de valencia de la molécula de

benceno es un híbrido de resonancia de las formas canónicas

De las que las dos primeras son, con diferencia, las más importantes; la magnitud en la que la molécula de benceno es más estable que una hipotética molécula de

ciclohexano es la energía de resonancia del benceno. Según la teoría de orbitales molecualres, seis orbitales p” (uno de cada átomo de carbono) intervienen en la formación de orbitales p, por lo que deben formarse tres

orbitales p enlazantes y otros tres antienlazantes. El orbital p más fuertemente enlazante es el originado por la

interpenetración de seis orbitales “p” (es decir, las funciones de onda tienen el mismo signo a cada lado del

anillo) y es el que ordinariamente se muestra como el orbital p. Sin embargo, como cualquier otro orbital molecular, puede acomodar solamente dos electrones, y, por tanto, otros dos orbitales p (menos enlazantes) deben

estar también ocupados. En la figura siguiente se da una representación esuqemática de los orbitales moleculares p

del benceno. En la terminología de los orbitales moleculares, el margen de estabilidad del benceno con respecto a la hipotética molécula de coclohexatrieno no

representa su energía de deslocalización, que es, desde luego, equivalente a la energía de resonancia de la teoría

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Enlaces policéntricos

Hasta ahora se han considerado solamente moléculas en las que hay suficientes electrones para que, al menos, exista un par electrónico por cada par de átomos enlazados. Sin embargo, hay varias especies para las que esto no es así, siendo el ejemplo mejor conocido el del diborano B2H6, que tiene la estructura representada en

la siguiente figura

Existe un amplio conjunto de pruebas experimentales (p. ej., las longitudes de enlace) que muestran que los enlaces B-H terminales son enlaces sencillos ordinarios (de dos electrones), y como el boro tiene la configuración electrónica 1s22s22p1 quedan, solamente, un electrón de la capa de valencia de cada boro y los

electrones 1s de los hidrógenos, es decir, un total de cuatro electrones, para la formación de los dos puentes BHB

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De forma alternativa, se puede dar una descripción sencilla, aunque parcial, de orbitales moleculares, de la forma siguiente. Comenzamos con dos unidades BH2 en las que los orbitales 3s

y 2p de cada átomo de boro se han hibridado para formar orbitales sp3; dos de estos se utilizan para formar enlaces B-H terminales, y, a continuación, las unidades BH2 se aproximan de forma

que los seis átomos son coplanares. Si los átomos de hidrógeno se colocan, entonces, en las posiciones que ocupan en la molécula real, cada uno de los orbitales 1s de los hidrógenos se interpenetra con dos orbitales sp3 de los átomos de boro y se forma así un orbital enlazante con la forma de banana y que abarca los tres átomos. Este orbital contiene solamente dos electrones, por

lo que se puede denominar orbital de tres centros y dos electrones; por tanto, el enlace entre el átomo de hidrógeno y el átomo de boro es solamente la mitad de fuerte que un enalce B-H

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Sólidos covalentes

Los sólidos en los cuales los diversos átomos que los constituyen están enlazados a lo largo de toda la red cristalina mediante enlaces covalentes se denominan sólidos covalentes. A diferencia de la estructura de los metales, en donde los electrones se correlacionan entre sí, estos sólidos tienen por lo menos un enlace sigma localizado por

cada átomo constitutivo. Los demás electrones pueden estar deslocalizados o no estarlo, lo cual depende de los estados de valencia de los átomos. Tanto los elementos

como los compuestos pueden existir como sólidos covalentes

1.- Estructura del diamante

En una estructura tipo del diamante, que está presente en el diamante, la sílice, los silicatos, cada átomo está enlazado en forma tetraédrica a cuatro átomos, y la estructura se extiende en las tres dimensiones del espacio. La estructura del diamante

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2.- Estructura del grafito

El grafito posee una estructura de capas en la cual cada capa está separada por 335 pm. La gran distancia entre las capas indica una interacción pequeña entre las diferentes capas. La blandura y las propiedades lubricantes que manifiesta el grafito se deben a la facilidad con que las capas se deslizan entre sí. En una capa cada átomo

de carbono está unido a otros tres átomos de carbono y, en consecuencia, utiliza orbitales híbridos sp2 para formar tres enlaces s con cada uno de sus átomos contiguos. Cada átomo de carbono presenta un electrón más en el orbital pz no

hibridado, el cual forma un sistema ampliamente deslocalizado de enlaces p.

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PROPIEDADES DE LOS ENLACES

Orden de enlace

En el modelo de Lewis-Gillespie se define el orden de enlace como el número de pares de electrones involucrados en un enlace determinado.

Longitud de enlace

La distancia entre los núcleos de los átomos enlazados por medio de un enlace covalente es una magnitud relativamente fácil de medir experimentalmente por medio de técnicas espectroscópicas o de difracción.

En las moléculas diatómicas homonucleares, tales como H2, F2, Cl2, I2, O2 y N2, se puede definir el radio covalente del H, F, Cl, Br, I, O y N, como la mitad de la correspondiente distancia de enlace.

Energías de enlace

La disociación de la molécula H2 en sus dos átomos constituyentes: H2(g) 2 H(g)

Exige la aportación exterior de una cierta cantidad de energía. En toda reacción química se produce una absorción o un desprendimiento de calor por parte del sistema reaccionante. Los químicos se refieren a la cantidad de calor involucrada en un proceso como la variación de entalpía, DH, de la reacción.

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Constantes de fuerza de los enlaces

A pesar que hasta ahora los enlaces químicos se han tratado como entidades con una distancia de enlace fija y característica, la realidad dista mucho de ser tan simple. Ya se comentó anteriormente que cualquier enlace vibra; es decir, que la distancia entre los núcleos de los átomos enlazados varía periódicamente con el tiempo. La distancia de enlace que se ha comentado con anterioridad, y que es la que se determina experimentalmente, debe considerarse sólo como la distancia media de enlace. El par de electrones de enlace no actúa como una barra rígida de unión entre los dos átomos, sino más bien como un muelle que permite cierta libertad de movimiento a ambos átomos.

Se puede demostrar que la frecuencia del movimiento de vibración vale:

n= (1/2p) (k/m)(1/2) en donde m es la masa reducida del sistema igual a :

m = (m1 x m2) / (m1 + m2)

La frecuencia de vibración es proporcional a la raíz cuadrada de la constante de recuperación del muelle. Cuanto más “fuerte” sea el muelle, mayor será la frecuencia del movimiento vibratorio.

Una molécula diatómica AB vibra. Mediantes técnicas experimentales, tales como la espectroscopia infrarroja y Raman, puede asignarse una constante de fuerza (constante de recuperación) al enlace A-B, que es característica del mismo.

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Correlaciones entre las propiedades de los enlaces

Desafortunadamente, no existe una relación matemática bien definida entre estas propiedades que se acaban de exponer, pero sí pueden enunciarse unas tendencias generales en la relación entre el orden de un enlace, su longitud, su energía y su constante de fuerza.

Cuanto mayor es el orden de un enlace, mayores son su energía y su constante de fuerza, y menor su correspondiente distancia de enlace.

Cuanto menor es el orden de un enlace, menores son su energía y su constante de fuerza, y mayor su correspondiente distancia de enlace.

Polaridad de un enlace

Hasta este momento se ha considerado que los pares de electrones que generan un enlace químico entre dos átomos son compartidos por igual entre ambos. Es decir, se considera que los dos electrones del par se encuentran, por término medio, a la misma distancia de los dos núcleos enlazados. La situación real es bien distinta si los átomos enlazados son de distinta electronegatividad. La electronegatividad de un átomo en una molécula se define, precisamente, como su capacidad de atracción de electrones. Por este motivo, el par de electrones de enlace entre dos átomos de distinta electronegatividad no será nunca compartido por igual entre ambos.

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En electrostática, un sistema formado por dos cargas iguales y de signos opuestos (q+ y q-), separadas por una distancia r, se llama dipolo eléctrico. A todo dipolo eléctrico se le asocia un vector momento dipolar, cuyo módulo es:

m = q ± . r

La dirección del vector es la de la línea que une las dos cargas, y el sentido se toma, convencionalmente, de la carga negativa a la positiva. La unidad de momento dipolar en el sistema internacional sería la correspondiente a un dipolo formado por dos cargas iguales y opuestas de 1 Coulomb y separadas por 1 m (1C . m). Sin embargo es más útil la unidad del sistema electrostático-CGS, denominada Debye (D). La relación entre ambas es : 1Debye = 3.388x10-30 C.m. Un dipolo formado por dos cargas iguales a un electrón y de signo opuesto, separadas por 1 Å, es de 4.80 D.

Referencias

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