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La sistematización de la práctica educativa y su relación con la metodología de la investigación

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Academic year: 2020

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RESUMEN

En el presente artículo de revisión se presenta una propuesta argumentada con sentido crítico de la sis-tematización como proceso de conocimiento, modalidad o metodología de investigación de las prácticas educativas, desde el enfoque dialéctico materialista. En él se evidencia que la investigación educativa posee insuficiencias como la lectura simplificadora de la realidad educativa basada en categorías de análisis asumi-das de manera “rígida” y “acabada” y que diversas experiencias de sistematización cuestionan la investigación educativa de tipo positivista, aferrada a la identificación y explicación de supuestas “estructuras objetivas” que inciden en la realidad educativa, concebida como totalmente ajena a los actores y su contexto. Tales estudios no dan cuenta de la integralidad de los procesos, y de los cambios subjetivos que produce una experiencia educativa entre sus participantes.

Palabras claves: sistematización, práctica educativa, investigación educativa

ABSTRACT

Teaching Systematization together with a Research Approach

In this paper, there is a critical proposal presented about systematization as a process of knowledge, modality, or research approach for teaching from a materialistic dialectical approach. This evidences that educational research has insufficiencies such as the simplifying reading of educational reality based on categories of analy-sis taken as “rigid” and “finished”. Also various experiences of systematization question positive educational research which is clinging to the identification and explanation of supposed “objective structures” affecting to educational reality, conceived as totally alien to the actors and their context. Such studies do not account for the integrality of the processes, and for subjective changes produced by an educational experience among its participants.

Keywords: systematizing, educational practice, educational research

La sistematización de la

práctica educativa y su relación

con la metodología de la

investigación

Dr. C. José María Ramos Bañobre Dr. C. Ramón Vidal Pla López

Universidad de Ciego de Ávila, Cuba

Dr. C. Omar Abreu Valdivia

Msc. Bertha Soraya Rhea González, Lic. María Gabriela Arciniegas Romero

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Introducción

Mao Tse Tung (1965) aseguró “Des-cubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través de la práctica com-probarla y desarrollarla. Esta forma se re-pite en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del conocimien-to se eleva a un nivel más alconocimien-to. Esta es en su conjunto la teoría materialista dialécti-ca del conocimiento, y de la unidad entre el saber y el hacer”.

La sistematización es un proceso per-manente y acumulativo de creación de co-nocimientos a partir de las experiencias de intervención en una realidad social. Registrar, de manera ordenada, una expe-riencia que se desea compartir con otros, combinando el quehacer con su sustento teórico, y con énfasis en la identificación de los aprendizajes alcanzados en dicha experiencia.

Es fundamentalmente un proceso de conocimiento, por lo tanto, es una moda-lidad o metodología de investigación, que procura hacer una conceptualización a partir de las prácticas. Se fundamenta en la acción planificada y por tanto intencio-nada: pero no se agota en ella, porque la trasciende, la toma como objeto del saber; para tratarla, analizarla, comprenderla y reelaborarla en un nivel cualitativamente distinto a una simple descripción.

La sistematización parte de las de-mandas de la práctica educativa (conocer para actuar), para comprender y enrique-cer las experiencias. De este modo puede servir para conocer mejor los problemas y las necesidades educativas atendidas, me-jorar los aportes metodológicos, técnicos, instrumentales; identificar y comprender las interacciones entre los actores de la promoción y el desarrollo educativo.

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informes, investigación, evaluación, técni-ca de diagnóstico comunitario, planifitécni-ca- planifica-ción participativa, etc.

El objetivo de este artículo es presen-tar una propuesta de la sistematización como proceso de conocimiento, modali-dad o metodología de investigación de las prácticas educativas, desde el enfoque dia-léctico materialista.

Desarrollo

Materiales y métodos

Se utilizaron el método histórico ló-gico y analítico sintético para estudiar la historia de las definiciones de sistema-tización, el dialéctico para establecer la relación entre sistematización y práctica educativa, el inductivo y el genético para llegar a la nueva definición de sistematiza-ción. Para evaluar la calidad del trabajo se utilizó la metodología de la comparación por pares del criterio de expertos. Se se-leccionaron 15 expertos, 5 ecuatorianos, 5 cubanos, 1 boliviano, 2 españoles, 1 ar-gentino y 1 colombiano. El promedio de años de experiencia profesional es de 17 años. Entre los expertos, 6 son Doctores en Ciencias Pedagógicas, el resto en otras especialidades, pero todas vinculadas a la docencia universitaria. Para evaluarlos se les indicó que marcaran con una cruz (X), en una escala creciente de 1 a 10, el valor que se corresponde con el grado de conocimiento e información acerca del tema objeto de investigación, consideran-do los indicaconsideran-dores siguientes: 1) participa-ción en investigaciones relacionadas con el tema, 2) estudios teóricos relacionados con el tema, 3) participación en eventos

internacionales relacionados con el tema y 5) nivel de conocimientos acerca de la Didáctica.

Tabla 1. Resultados de la autoevalua-ción de los expertos

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 0 0 0 0 0 0 2 2 5 6

A los expertos se les hizo llegar un cuestionario para evaluar con las catego-rías muy adecuado (MA), bastante ade-cuado (BA), adeade-cuado (A), poco adeade-cuado (PA) o no adecuado (NA) a los siguientes indicadores: 1) vigencia del objeto de es-tudio, 1) planteamiento del objeto de estu-dio, 3) método empleado, 4) resultados del estudio epistemológico y 5) nueva defini-ción de la Didáctica.

Como parte del proyecto de investi-gación se desarrolló un curso de capacita-ción a manera de taller concebido como espacios para el trabajo en equipo con las fuentes del contenido bajo la conducción del profesor para el análisis, la síntesis, la integración, la presentación y el debate de la información recopilada y procesada para ejecutar las tareas orientadas previa-mente. Los talleres propiciaron la profun-dización, la generalización, la integración y la aplicación del contenido a situaciones cognoscitivas y metacognoscitivas nuevas. En el taller integrador los docentes expu-sieron todo el contenido relacionado con el tema y lo vincularon con situaciones propias de su profesión. Demostraron los niveles de conocimientos y las habilidades desarrolladas en el proceso de enseñanza-aprendizaje del tema, la aplicación de este contenido en su actuación como miem-bros activos de la comunidad en su

ges-Nro Indicadores MA BA A P A NA Categoría definitiva 1 Vigencia del objeto de estudio 15 MA

2 Planteamiento del objeto de estudio de la sistematización. 15 MA 3 Formulación del de los objetivos de la sistematización. 9 3 3 BA 4 Resultados del estudio epistemológico. 13 2 MA 5 Nueva definición de la sistematización. 5 3 6 1 A

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tión transformadora de la sociedad y el desarrollo de su capacidad comunicativa mediante la exposición de los resultados del proceso investigativo (Abreu, et. al. 2016). Se utilizó el método de elaboración conjunta mediante el desarrollo de situa-ciones problémicas que implicaron un estudio epistemológico de la sistematiza-ción.

Discusión y resultados

¿Qué es la práctica educativa?

Por “práctica educativa” se entiende la actividad intencionada, sustentada en el conocimiento previo, las vivencias, expe-riencias, circunstancias o acontecimientos vividos por los sujetos del proceso educa-tivo, que les proporcionan conocimientos, habilidades, valores y motivaciones para actuar en la transformación y mejora de dicho proceso. Al margen de que las si-tuaciones vivenciales sean producto de proyectos planificados o propuestas cu-rriculares en el campo de la educación se requiere integrar a la acción procesos pla-nificados de reflexión crítica sobre los pro-cesos desarrollados, que permitan llegar a sistematizarlos.

Es evidente que el intercambio y la socialización de experiencias no pueden estar liberadas del recuerdo anecdótico de las acciones a partir de un proyecto, tam-poco es cierto que la intervención genera conocimiento de manera espontánea, por más creativo y flexible que pueda ser un proceso de sistematización exige proce-dimientos formalizados y controlados de recogida de información, procesamiento, análisis, síntesis y comunicación.

Los profesionales que ejecutan pro-yectos de orden educativo deben partir del principio de complementariedad entre teoría y práctica, se necesitan mutuamen-te; la iluminación que da la teoría para tomar decisiones operativas es tan impor-tante como los referentes empíricos, o las interrogantes concretas que la experiencia le presenta a la teoría. La sistematización

procura justamente ese diálogo y acerca-miento fructífero.

La sistematización facilita una recu-peración ordenada de los procesos que se generan en la práctica, lo que hace posi-ble promover intercambios más fluidos de experiencias entre los sujetos. La socia-lización de experiencias educativas será productiva en tanto se pueda definir con claridad la complejidad de ese todo o siste-ma que es el proceso educativo, objeto de análisis.

La tarea empieza definiendo con cla-ridad la naturaleza y los componentes del sistema, su estructura, avanza con la com-prensión de su dinámica y funcionamien-to encontrando los facfuncionamien-tores que explican los procesos que se han desarrollado y los resultados obtenidos.

Es evidente que, no se trata sólo de contar o relatar lo sucedido de manera cronológica, con ello solo se avanzaría ha-cia la difusión de las experienha-cias quizá a un nivel muy primario de descripción de los hechos, que informa pero no enrique-ce con conocimientos o aprendizajes que puedan servir de referente para otras in-tervenciones. El reto es el manejo de un acervo conceptual que permita pasar del detalle empírico y la ocurrencia concreta a la comprensión reflexiva, articulada y con sentido que se expresa a través de catego-rías y conceptos con un contexto teórico que sustenta la acción y que a su vez se en-riquece de ella.

Es también común entender a la sis-tematización como una mirada crítica so-bre las experiencias y procesos recogiendo constantes para mejorar las prácticas, bus-car la eficacia del trabajo y mejorar la me-todología que finalmente nunca es nada acabada.

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que se contrasta con los conocimientos adquiridos anteriormente y que serán lue-go difundidos y, a su vez, contrastados con otras experiencias en un proceso en espiral flexible y dinámico donde lo aprendido es siempre base para nuevos conocimientos.

El asumir la sistematización como instrumento de auténtico cambio depende de los valores que inspiran a la organiza-ción y a los equipos de los proyectos, de la transparencia para dar a conocer lo que se hace, sus “aciertos” y “errores”, el respeto por las personas que participan en la prác-tica y los usuarios, de tal manera que todos sean participantes activos en las decisio-nes que los involucran. De todas formas tales “aciertos” y “errores” lo serán siem-pre desde el prisma de quienes participan y valoran críticamente, no hay verdades absolutas.

También es importante identificar la actitud del investigador frente a los erro-res, si los considera o no oportunidades de aprendizaje, de tal modo que sea capaz de hablar con humildad de ellos, si reco-noce públicamente las críticas y las incor-pora como fuente de perfeccionamiento. Dar y recibir los reconocimientos a la la-bor realizada de forma madura, colectiva, otorgando crédito y respeto a quienes lo acompañan en un proceso. Aceptar como investigador que tiene cosas que aprender de los otros.

La reflexión sobre los cambios que se producen en el proceso de reconstrucción de la experiencia, exige disciplina en do-cumentar lo que se hizo, el desarrollo de hábitos para registrar de manera selectiva y armar la memoria de la experiencia, lo que genera un estilo de trabajo en equipo.

A la vez, la reflexión sobre la práctica opera cambios en las personas y equipos, el hecho de tomar la experiencia como fuente de información y conocimiento los vuelve más dialógicos y genera una dispo-sición para escuchar con paciencia y tole-rancia. Los equipos empiezan a despertar interés por conocer “lo que pasó” y recu-perar los distintos porqués que permiten captar los diversos modos de

compren-der una experiencia. Los cambios a nivel del equipo se expresan al producirse una apertura a reconocer distintos puntos de vista, a buscar sustentos teóricos y empí-ricos para dar cuenta de los hechos, se de-sarrolla una actitud inquisitiva frente a las experiencias.

El desarrollar una nueva actitud fren-te al error hace que los equipos se vuelvan más cautos, serenos y más modestos. Se aprende a reconocer que nadie es dueño de la verdad absoluta. Se desarrolla una nueva ética de la investigación educativa.

La sistematización permite compren-der cómo se desarrolló la experiencia, y responder a preguntas centrales ¿por qué la experiencia se desarrolló de esa ma-nera? ¿Qué criterios orientaron la toma de decisiones teóricas, metodológicas y técnicas? ¿Cómo evolucionó el proyecto desde la idea inicial hasta el término? De esta manera es posible encontrar la lógica y el sentido de la intervención, identificar procesos, comparar las intenciones con las realizaciones y analizar las relaciones entre los actores en un contexto determinado.

La sistematización facilita el desarro-llo de experiencias creativas, proactivas evitando el activismo y la repetición mecá-nica de las acciones, esto es posible en tan-to surgen preguntas acerca de los funda-mentos (¿por qué?), del sentido (¿para qué y hacia dónde?) y del modo de intervenir (¿el cómo?). Permite entender y explicar cómo las prácticas particulares pueden ar-ticularse con otras y pueden ir confluyen-do en un proyecto educativo alternativo, señalando así el rumbo de nuestro trabajo si se quiere contribuir a perfeccionar la ac-tividad, desde las experiencias.

Aproximación preliminar

al concepto de sistematización

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permitir obtener los mejores resultados posibles de acuerdo al fin que se tenga que alcanzar. La sistematización se puede apli-car en los ámbitos científicos y académicos pero también hay muchas situaciones de la vida cotidiana que implican cierta siste-matización a modo de lograr un objetivo específico.

La sistematización no es otra cosa que la conformación de un sistema, de una or-ganización específica de ciertos elementos o partes de algo. Ya que un sistema es un conjunto de reglas, métodos o datos sobre un asunto que se hayan ordenados y clasi-ficados, llevar a cabo un proceso de siste-matización será justamente eso: establecer un orden o clasificación.

La manera más sencilla, breve y cla-ra de definir la sistematización consiste en afirmar que se trata de una reflexión sobre la experiencia. Aun cuando esta reflexión no es nada ‘sistemática’ y tampoco inten-cionada siquiera, esta disposición a sacar lecciones de las experiencias cotidianas, incluso de las más triviales, constituye in-dudablemente el punto de partida de la sistematización. Así, algunas de las formas fundamentales del aprendizaje, el tanteo, el ensayo y error, descansan fundamental-mente en una actitud sistematizadora: ir descartando progresivamente los procedi-mientos que resultan infructuosos mien-tras se van reteniendo y perfeccionando los que parecen llevar exitosamente al re-sultado esperado.

Es preciso subrayar que esta actitud sistematizadora se aplica también a un nivel personal pues, aunque sea general-mente de manera bastante implícita y des-ordenada, también se sistematiza cuan-do se ‘ponen en sistema’ las experiencias y pensamientos antes de emprender un nuevo proyecto. Cuando se toman deci-siones importantes que marcan los hitos de la vida, nunca se parte de cero, siem-pre se carga con la herencia de procesos vividos anteriormente, ya sea para no co-meter los mismos errores o para potenciar los logros. En la medida en que se hace de manera explícita y consciente,

identifican-do pros y contras, valoranidentifican-do críticamente las fortalezas y debilidades antes de tomar decisiones, se puede decir que se sistema-tizan las experiencias de vida.

Al hablar de sistematización hoy, se puede entender en dos direcciones; una de ellas es la sistematización de información o de datos y la otra es la sistematización de experiencias; la primera hace referencia a la ordenación, clasificación y categoriza-ción de todo tipo de datos, de informa-ción; incluso que la obtenida a través de otros procesos investigativos. La segunda está relacionada con experiencias desde ópticas de procesos, desarrolladas en un período determinado durante el cual in-tervienen diferentes actores.

Sin embargo, la noción de sistemati-zación también está presente en muchos aspectos y momentos de la vida cotidiana aunque uno no se dé cuenta de ello. En este sentido, un acto tan simple como por ejem-plo usar una agenda es sin duda alguna un modo de sistematizar el uso del tiempo de acuerdo a las necesidades y preferencias. Cuando varias personas conviven juntas en una misma vivienda, la sistematización se puede hacer presente a través de la or-ganización de las tareas de la casa y cuál corresponderá a cada quién. Esto también puede darse en el ámbito laboral, escolar e incluso en ámbitos formales como reunio-nes con amigos o familiares.

Por un lado, la sistematización apunta a mejorar la práctica, el acompañamiento, desde lo que ella misma enseña (...); de otra parte (...), aspira a enriquecer, con-frontar y modificar el aprendizaje teórico actualmente existente, contribuyendo a convertirlo en una herramienta realmente útil para entender y transformar la reali-dad. (Barnechea, 1992) subraya que la sis-tematización tiene que generar un nuevo modelo o una nueva propuesta generali-zada.

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con-sensuada sobre qué es la sistematización, lo que puede añadir confusión a la hora de entender el concepto, pero también abre puertas a un aporte en este sentido. Esta carencia de definición ha posibilita-do el surgimiento de diferentes “escuelas” o enfoques que tienen ciertas inquietudes y objetivos comunes: aprender de nuestras prácticas.

Definir un concepto es siempre ma-teria compleja ya que es difícil recoger en pocas palabras todas las característi-cas que se consideran fundamentales. Por ello, se encuentran diferentes definiciones de la sistematización que dan pistas sobre lo que es y pueden ayudar a comprender mejor esta propuesta metodológica, así la sistematización es:

Acción y efecto de sistematizar. Orga-nizar según un sistema (Microsoft Encar-ta, 2008).

Registrar, de manera ordenada, una experiencia que se desea compartir con los demás, combinando el quehacer con su sustento teórico, y con énfasis en la identi-ficación de los aprendizajes alcanzados en dicha experiencia. (Instituto Interameri-cano de Derechos Humanos).

Es un proceso permanente, acumula-tivo, de creación de aprendizajes a partir de la experiencia de acompañamiento en una realidad social, como un primer nivel de teorización sobre la práctica. En este sentido, la sistematización representa una articulación entre teoría y práctica (...) y sirve a objetivos de los dos campos (Taller Permanente de Sistematización del Perú).

La sistematización es aquella inter-pretación crítica de una o varias experien-cias que, a partir de su ordenamiento y re-construcción, descubre o explica la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo han hecho de ese modo y con ello construye nuevos conocimientos (Oscar Jara, 1994).

Una alternativa a la evaluación tradi-cionalmente aplicada a los proyectos so-ciales y educativos. También se presenta como una respuesta a las insuficiencias de

la investigación social predominante para analizar las problemáticas que relevan los proyectos de cambio y de intervención so-cial (Martinic, 1998).

Un proceso intencionado de creación participativa de conocimientos teóricos y prácticos, desde y acerca de las prácticas de transformación emancipadora, con el propósito de que ésta pueda de mejor ma-nera lograr sus finalidades de contribuir al desarrollo creciente de la fuerza y de las capacidades de los sectores populares para que, conformándose como sujetos colec-tivos, puedan ser verdaderos protagonis-tas en la identificación y resolución de sus necesidades y anhelos, tanto cotidianos como históricos, superando las relaciones y mecanismos de subordinación que se oponen a esta transformación.

En la Educación Popular, la siste-matización es una especie particular de creación participativa de aprendizajes teó-rico-prácticos, desde y para la acción de transformación, entendida como la cons-trucción de la capacidad protagónica del pueblo.

Es un proceso participativo de recu-peración e interpretación de las prácticas desarrolladas, en el que se busca explici-tar los marcos conceptuales y teorías de acción en uso, descubrir los factores y di-námicas que determinan el curso y efectos de la misma y extraer lecciones que permi-tan mejorarlas. Todo para contribuir a la construcción del conocimiento pedagógi-co teóripedagógi-co-práctipedagógi-co y la calidad educativa, propiciando el desarrollo profesional y el carácter transformador –innovador que debe tener el movimiento (Murillo, et al, 2015).

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Consiste en la conceptualización de la práctica (...), para poner en orden todos los elementos que intervienen en ella; no un orden cualquiera, sino aquel que orga-nice el quehacer, que le dé cuerpo, que lo articule en un todo, en el que cada una de sus partes ubique su razón de ser, sus po-tencialidades y sus limitaciones (...); una puesta en sistema del quehacer, en la bús-queda de coherencia entre lo que se pre-tende y lo que se hace. (Antillón, 2002).

Es un proceso colectivo de recupe-ración y lectura crítica de la práctica edu-cativa y organizativa determinando su sentido, los componentes y procesos que intervienen en ella, cómo intervienen y qué los relaciona. Su finalidad es produ-cir nuevos aprendizajes en la perspectiva de contribuir al fortalecimiento y conso-lidación de la organización popular, en su propósito de conformación del pueblo como sujeto histórico protagonista de una transformación social alternativa.

Obtener un producto consistente y sustentado, a partir del cual es posible transmitir la experiencia, confrontarla con otras y con el aprendizaje teórico existen-te, y así contribuir a una acumulación de aprendizajes generados desde y para la práctica (Francke y Morgan, 1995).

“...La sistematización como un pro-ceso de recuperación, tematización y apropiación de una práctica formativa determinada, que al relacionar sistémica e históricamente sus componentes teóri-co-prácticos, permite a los sujetos com-prender y explicar los contextos, sentido, fundamentos, lógicas y aspectos proble-máticos que presenta la experiencia, con el fin de transformar y cualificar la compren-sión, experimentación y expresión de las propuestas educativas de carácter comuni-tario” (Ghiso, 2001).

La sistematización no es sólo un tra-bajo de recuperación de experiencias y su consecuente interpretación, sino también una tarea permanente de construcción de un sistema de ideas, conceptos y símbolos (Antillón, 2002).

Sistematizando los rasgos esenciales

comunes a las definiciones antes expues-tas se aprecia que estos conceptos hacen mención a cinco aspectos fundamentales que son: Registro ordenado y sistémico de la experiencia a partir de objetivos previa-mente determinados. Proceso permanente de interpretación crítica, colectiva, parti-cipativa e intencionada de las prácticas. Explicita, descubre, explica la lógica del proceso vivido, los factores que han inter-venido, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo han hecho de ese modo. Cons-truye un sistema de ideas, conceptos y sím-bolos (conocimientos teórico-prácticos) subyacentes en la práctica que pueden ser contrastados con la teoría existente sobre el proceso en cuestión, en este sentido es un primer nivel de conceptualización so-bre la práctica y permite la confrontación de diferentes experiencias y de éstas con la teoría existente para mejorar la práctica.

Las ideas enunciadas permiten un acercamiento a la elaboración de una defi-nición de la sistematización de la práctica educativa como metodología de investi-gación, entendiendo que: es un proceso permanente de registro ordenado y sisté-mico de la experiencia que permite su in-terpretación crítica, colectiva participativa e intencionada; descubre, explica e inter-preta la lógica del proceso educativo y las causas de su desarrollo; lo que posibilita construir un sistema de conocimientos teórico-prácticos subyacentes en la prác-tica educativa, contrastables con la teoría existente, que pueden ser compartidos con otras personas, expresados en modelos, sistemas, estrategias, metodologías u otros tipos de resultados científicos y emplearse para contribuir al mejoramiento del pro-ceso en cuestión.

Objetivos de la sistematización

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Apreciar el cambio producido. Comunicar la experiencia. Apropiación analítica de la propia experiencia por los y las parti-cipantes. Lograr una visión sistémica del proceso realizado y revelar los intereses al interior del proceso vivido.

Se sistematiza fundamentalmente porque se quiere aprender de las prácti-cas y, además porque se busca: Reconocer lo realizado. Recuperar la memoria de lo puesto en marcha. Analizar y reconocer no sólo los fracasos sino los avances reali-zados y también los puntos críticos encon-trados. Analizar los procesos concretos en el marco de un contexto más amplio. Aprender de la práctica. Generalizar los conocimientos nuevos desde la propia práctica. Mejorar las prácticas y avanzar en el trabajo en el campo de la transfor-mación.

¿Qué se sistematiza?

El objeto de la sistematización

Cuando se habla de sistematización la referencia se hace a sistematización de prácticas ya sean de intervención o de in-vestigación.

Características de las prácticas: La práctica entendida como actividad inten-cionada, sustentada en el conocimiento previo y que plantea objetivos de trans-formación, son acciones desarrolladas por sujetos que tienen una visión del mundo y de los fenómenos que los rodean y a partir de ahí identifican problemas y sobre ellos actúan. La persona parte de la situación sobre la cual está interviniendo y que está conociendo; es decir, la acción modifica la situación a la vez que lo modifica a sí mis-mo, profundizando tanto sobre el conoci-miento de la situación como de sí mismo y las prácticas son acciones de sujetos, con diversas vivencias, intereses, visiones, for-mas de intervenir e interpretarlas.

Son importantes también algunos componentes desde los que se puede de-velar aspectos para la sistematización (Barnechea, et al, 1992) y (Ruiz, 2001): Su-jetos: Son las diferentes personas que

ex-perimentan la práctica. Contextos: Como los lugares territoriales y espacio – tem-porales donde se desarrolla la práctica o influyen de una u otra manera en las prác-ticas. Intencionalidad: Sentidos, intereses o motivaciones que orientan las prácticas. Consiste en el para qué de estas. Referen-tes (conceptuales, políticos, culturales): Orientan, retroalimentan o condicionan las prácticas sociales. Contenidos: Es la in-formación que circula en una práctica, los códigos, mensajes, las emociones o senti-mientos que tienen los sujetos, incidiendo en las relaciones y dinámicas de la práctica y resultados: Son los productos que se ob-tienen desde la práctica, son los cambios, las transformaciones de las condiciones del proceso o de los sujetos que intervie-nen en él y sus relaciones.

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Fundamentos de la

sistematización de la

práctica educativa como

metodología y proceso de

investigación

En la actualidad, el debate se centra en la relación de la sistematización con otros procesos y herramientas como la elaboración de informes, la investigación y la evaluación.

Se empieza a vincular la sistematiza-ción con otras metodologías como técni-cas de diagnóstico comunitario, planifica-ción participativa, evaluaplanifica-ción iluminativa, etc. Ello posibilitó que, durante los años 90, y todavía en América Latina, se desa-rrollaran adaptaciones y nuevas experien-cias de sistematización en diferentes ámbi-tos. El debate oscila entre la priorización de lo académico y la producción de nuevo conocimiento, y lo descriptivo y la carac-terización de tipologías de prácticas con-cretas. (Silva, 2004).

En cualquier caso se va vislumbrando que hay diversos niveles de sistematiza-ción en funsistematiza-ción de los objetivos, personas destinatarias, utilidad, etc. que marcan los contenidos de la misma. Las fuentes teóri-cas para denominar este proceso de pro-ducción de conocimiento sistematizado son: El Materialismo Dialéctico e Histó-rico: Por ser las prácticas sociales pensa-miento histórico: Pensar la práctica en su devenir, en la historia. Ese develar depende de elementos históricos y contextuales que intencionan y orientan la práctica educa-tiva. La Teoría General de Sistemas: Las organizaciones sociales con perspectiva sistémica desde orientaciones de sistemas abiertos que tienen en sí mismos detona-dores. No buscan el equilibrio y la estabi-lidad. Es reconocer el proceso educativo como sistema, en un tiempo y espacio, con sujetos que sienten, piensan y sueñan; no como estructura o modelación estáti-ca y predeterminada. Las práctiestáti-cas como procesos en tanto tienen intencionalidad, componentes, sujetos, mensajes, resulta-dos, impactos. El Hacer evidente un

siste-ma, develar lo que organiza y da sentido e identidad a la práctica. (Morgan, 1996). Este debate parte de cuestionar si con la sistematización de una o varias experien-cias se puede obtener conocimiento “aca-démico”; si de uno o varios casos puntua-les se puede elaborar teoría.

El proceso educativo, no está confor-mado por hechos o secuencias aisladas, sino que están relacionados, conectados, inter-dependientes, articulados; de manera que forman estructuras que le dan carácter de sistemas. La realidad educativa es un conti-nuo de procesos educativos sistémicos.

Las ciencias pedagógicas han alcan-zado el desarrollo necesario para poder descubrir, comprender, explicar e inclu-so aprovechar en beneficio del propio proceso educativo las relaciones, nexos y dependencias entre los aspectos que lo componen. Esto ha sido posible gracias a la capacidad del intelecto humano de sis-tematizar la información que acumula en forma de conocimientos.

La sistematización es un proceso me-todológico de reflexión y de producción de conocimientos de las experiencias prác-ticas de proyectos educativos. Desde el punto de vista epistemológico se inscribe en la tradición crítica e interpretativa que relaciona la teoría y la práctica o, en otras palabras, el saber y el actuar. Construye un lenguaje descriptivo propio desde adentro de las propias experiencias, reconstituyen-do y explicitanreconstituyen-do el referencial que le da sentido.

Debe tenerse en cuenta que en el proceso de sistematización las opiniones varían en correspondencia con el sujeto que investiga la realidad, pues es un modo particular de hacer investigación, se auxi-lia de técnicas fundamentalmente cualita-tivas para registrar, clasificar e interpretar las opiniones de los actores y otras de tipo etnográficas para la observación de las mismas prácticas en el terreno.

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identificación y explicación de supuestas ‘estructuras objetivas’ que incidieron en la realidad educativa, concebida como to-talmente ajena a los actores y su contexto. Por lo tanto, estos estudios no logran dar cuenta de la integralidad de los procesos, mucho menos de los cambios subjetivos que produce una experiencia educativa entre sus participantes. (Medrano, 2002).

En cambio, la sistematización se ins-cribe en la tradición interpretativa, apun-tando a la comprensión integral de los fenómenos educativos, analizados como sistemas de interacción en los cuales di-ferentes actores construyen y reproducen significados desde sus propios horizontes, desde su propia experiencia y formación. Se trata de un análisis contextualizado, so-cial e históricamente determinado, de las relaciones intersubjetivas que establecen diversos actores para alcanzar finalidades compartidas, para llevar a cabo un proyec-to común. (Van de Velde, 2002 y 2008).

Otro aspecto en el cual coinciden las diferentes propuestas conceptuales y metodológicas de sistematización es la disconformidad con una lectura simplifi-cadora de la realidad educativa basada en categorías de análisis que dicotomizan al sujeto que conoce del objeto a conocer. La sistematización intentará, por el contrario, dar cuenta simultáneamente de la teoría y de la práctica, del saber y del actuar, pues objeto y sujeto son las dos caras de una misma moneda.

El contexto teórico en el que

se desarrolla el proceso de

sistematización

Por definición, el fundamento de toda sistematización es empírico y su ló-gica es inductiva. Parte de una reflexión sobre uno varios casos particulares para inferir generalizaciones teóricas. Es decir, que la teoría se genera a partir de la praxis, apareciendo como conclusión del proceso de sistematización.

Una característica personal indispen-sable para sistematizar consiste en

mante-ner una actitud flexible y abierta para dejar que la experiencia hable por sí misma y no hacerle decir sólo lo que nos interesa o nos conviene. Jara (1998) lo planteaba incluso en términos de honestidad.

La reflexión anterior conduce a consi-derar paradójico iniciar un trabajo de sis-tematización planteando, de entrada, una guía de interpretación teórica rígida que condicionaría la lectura de la experiencia a sistematizar. En este sentido, la sistema-tización rompe radicalmente con el pa-radigma tradicional de investigación que acostumbra exigir de entrada un ‘marco teórico’ ya acabado que tiende a encasillar toda reflexión posterior.

Sin embargo, tampoco sería honesto proyectar las actuaciones como libres de condicionamientos. Aunque sólo a nivel subconsciente, siempre el investigador arrastra en sus maneras de sentir, pensar y actuar – y por ende en sus maneras de percibir e interpretar una experiencia – las herencias del sistema de representación del mundo en el cual creció, el legado de sus vivencias acumuladas anteriormente, sus utopías, etc. Se afirma al respecto que la única objetividad posible radica en la objetivación de la subjetividad propia.

Desde luego, otra condición necesa-ria para la sistematización consiste en ex-plicitar, lo más claramente que se pueda, lo que Jara (1998) llama ‘nuestro contexto teórico’: Se afirma que todas las personas que viven una experiencia y quieren siste-matizarla, utilizan un conjunto de catego-rías de análisis que les sirven de referen-cia para inireferen-ciar la sistematización: todos aquellos conceptos y aprendizajes con los que fundamentan la práctica, con los que sustentan lo que hacen, con los que han definido sus objetivos, prioridades y procedimientos (su apuesta institucional, su visión del contexto y la coyuntura, sus afirmaciones sobre el sentido del trabajo que realizan).

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in-terpretaciones antes de iniciar la sistemati-zación. Es con ese bagaje con el que van a definir los objetivos de la sistematización, van a delimitar su objeto, precisar el eje, formular los criterios de ordenamiento y, también es la base fundamental de la que surgirán las categorías para la interpreta-ción. Dicha interpretación, no será reali-zada con otro “marco” teórico, más que el proveniente del propio “contexto teórico”, aunque esto no significa que van a utilizar de manera rígida y dogmática los concep-tos y categorías con los que ya cuenta el investigador en el punto de partida.

Precisamente, una sistematización bien hecha podrá llevar a cuestionar los propios conceptos y categorías, en parti-cular los que se revelen como insuficientes para dar cuenta de los fenómenos y facto-res que se expfacto-resan en la experiencia siste-matizada. De ahí que, muchas veces, una sistematización obligue a repensar plan-teamientos, revisar concepciones, y a la necesidad de buscar enriquecer concep-tos y buscar nuevos elemenconcep-tos teóricos. Es, quizás, la primera manifestación del aporte que una reflexión crítica sobre la práctica puede hacer a las formulaciones teóricas: cuestionarlas.

Conclusiones

Sistematizar es ‘reconstruir experien-cias, analizar e interpretar críticamente lo ocurrido o lo obtenido para llegar a pro-fundizar y comprender lo mismo’. La siste-matización es la extracción de aprendizajes (lecciones) basada en una interpretación crítica de la lógica integral (holística) de las experiencias, reconstruyendo sus pro-cesos y/o contenidos. Busca descubrir las articulaciones estructurales e históricas en juego en las dinámicas de desarrollo así como el tejido de significados resultante de las interacciones entre actores.

La sistematización puede ser consi-derada como un nuevo tipo o una nueva metodología de investigación educativa, que parte de la evaluación crítica de las experiencias, que se han ido modificando

de forma activa, la reconstrucción de su lógica interna y el establecimiento de las bases para regresar a la práctica y mejorar-la, tomando en cuenta las características siguientes:

a) La sistematización es un proceso que busca articular la práctica con la teo-ría y, por lo tanto, aporta simultáneamente a mejorar el acompañamiento y a criticar el aprendizaje.

b) El aprendizaje a partir de la prác-tica sólo es posible desde una reflexión analítica que confronte lo que se propuso hacer y, por tanto, el aprendizaje inicial con que se contaba, con lo realmente su-cedido, que contiene lo que se fue apren-diendo durante la práctica y que se valida mediante la reflexión sobre la misma.

c) Ese aprendizaje debe ser transmiti-do a otros para que sirva de inspiración a las nuevas intervenciones, no para ser re-plicado mecánicamente.

Esta concepción de la sistematización va más allá de la recuperación histórica y el ordenamiento de información: apunta a constituirse en una profunda interpre-tación crítica del proceso vivido, desde donde busca lanzar perspectivas para lo-grar cambios cualitativos en la realidad estudiada.

El ejercicio de sistematizar experien-cias es un ejercicio claramente teórico; es un esfuerzo riguroso que formula cate-gorías, clasifica y ordena elementos em-píricos; hace análisis y síntesis, inducción y deducción; obtiene conclusiones y las formula como pautas para su verificación práctica.

La sistematización relaciona los pro-cesos inmediatos con su contexto, con-fronta el quehacer práctico con los supues-tos teóricos que lo inspiran. Asimismo, el proceso de sistematización se sustenta en una fundamentación teórica y filosófica sobre el proceso de aprendizaje y sobre la realidad histórico-social.

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su dinámica- permite aportar a la teoría algo que le es propio: explicaciones sobre el cambio en los procesos.

Con base en estas características pro-pias, como ejercicio intelectual que permi-te elaborar aprendizajes desde lo cotidiano y explicarse los factores de cambio en los procesos, es que la sistematización puede contribuir de forma decisiva a la

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Referencias

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