Lección 3
CAMBIAME SEÑOR
¿Que debemos hacer para que Dios nos cambie?
PASAJE BĺBLICO
“6 No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel”. Jeremías 18.6
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
“13 …una cosa si hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3.13, 14
OBJETIVOS
• Concientizarnos de que ningún cambio es posible sin la ayuda de Dios. • Reconocer algunos factores por los cuales no hay cambios en nuestras vidas. • Conocer algunas cosas que debemos hacer para que Dios nos cambie.
INTRODUCCIÓN
El mundo siempre habla de cambios, pero todo lo que dicen que van hacer y dejar de hacer, es en su propia fuerza; por esto es que, siempre están en lo mismo y no consiguen cambiar. Es muy importante que reconozcamos que los cambios no los podemos hacer en nuestras propias fuerzas. Por eso, vamos a hacer un compromiso de decir: ¡cámbiame tú, Señor! Dios quiere cambiar nuestra vida, pero desea nuestra participación en el asunto. Hay algo que Dios nunca va a poder hacer, y es la parte que nos corresponde. En otras palabras, hacemos lo que debemos hacer y Dios hace lo que Él quiere. Dios nos dice: “haz lo que tú puedes y yo hago lo que quiero”. Dios necesita sólo un poco de nosotros, para bendecirnos y cambiarnos y hacer lo que anhela hacer en nuestras vidas.
EL MENSAJE PARA HOY. ¿Qué debemos hacer para que Dios nos cambie?
Preguntémonos : ¿Qué es lo más difícil de hacer para Dios? ¿Será sanar un leproso? ¿Será sanar a una persona de Sida?, ¿levantar un muerto?, ¿abrir el Mar Rojo?, ¿hacer un milagro financiero? Pues, ¡no! Lo más difícil para Dios es cambiarnos a nosotros. Por ejemplo, ¿cuántos años le ha tomado a Dios cambiarle su mal carácter? Mucho, ¿verdad? ¿Por qué? Porque, en este proceso, está involucrada nuestra voluntad; depende de que usted quiera el cambio. ¿Cuánto tiempo le ha tomado a Dios llevarlo a ser un hombre o una mujer valiente, segura y llena de fe? Por eso es que, cuando Dios logra formar o cambiar a un hombre, lo cuida y lo guarda de una manera especial, debido a que ya ha hecho una inversión en él y no está dispuesto a perderla.
¿Cuál es la inversión que Dios ha hecho en nosotros?
Dios ha invertido en nosotros su Gloria (tiempo, dinero, conocimiento, virtud, dones,
unción), que es un tesoro derramado en vasos de barro, para la excelencia del poder de Él y no de nosotros. Todo lo bueno que tenemos es de Dios. Toda habilidad, don o talento que tengamos es de Él, y nada le podemos ofrecer, excepto nuestra obediencia y nuestra voluntad.
¿Qué nos sucederá si no hay cambios en nuestro corazón?
• No recibiremos las bendiciones que Él tiene para nosotros. • Dios no nos podrá usar como Él desea.
• Nos seguiremos haciendo daño a nosotros mismos y a otros. Esto lo ve usted en creyentes que nunca cambian, “son los mismos ayer y hoy”.
¿Qué debemos hacer para que Dios nos cambie?
• Acercarnos a Él
¿Qué significa acercarse?
Empezar a hacer y amar lo que Dios hace y ama. Al acercarnos a Dios, vamos viendo nuestros defectos y faltas. Acercarse, significa leer la Palabra, orar, estar en su presencia; pues, es allí, que somos cambiados. Veamos algunos factores resultantes de acercarnos a Dios:
Ø El acercarse a Dios es un bien.
“28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras”. Salmos 73.28
Ø Acercarse de labios solamente, no es suficiente.
“13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mi no es más que un mandamiento de hombre que les ha sido ensenado”. Isaías 29.13
Ø Acercarse con un corazón sincero.
“16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Hebreos 4.16
Ilustración: Imagínese usted que Dios dice: “El domingo me estas adorando y el lunes estas mintiendo en tu trabajo”, “el domingo me adoras y durante toda la semana no le hablas a nadie de mi”; “el domingo me adoras y el sábado estuviste en la discoteca
bailando”. El acercarse a Dios y honrarlo con nuestros labios, no es suficiente; tenemos que hacer lo que Él nos ha encomendado.
Cuando nos acercamos a Él, nos damos cuenta de la necesidad de cambios en nuestra vida. Cuando estamos en su presencia, nos son reveladas las áreas que necesitamos cambiar, y solamente lo podemos lograr con su presencia.
§ Olvidar lo pasado
Hay personas que son víctimas del pasado y no quieren olvidar lo que les hicieron.
“18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”. Isaías 43.18, 19
La razón por la cual Dios no ha hecho algo nuevo en nosotros, es porque todavía estamos recordando el pasado; y tomamos muchas actitudes incorrectas como: lamentarnos, quejarnos, hablar de las victorias del pasado y de cómo Dios nos usaba, seguir con falta de perdón hacia el hermano que nos hirió, entre otros.
“10 Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que éstos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría”. Eclesiastés 7.10
No obstante, si le fallaste al Señor, ten presente que Él es un Dios de segundas oportunidades.
“22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”. Lamentaciones 3.22, 23
§ El estar conformes con la condición actual y no odiar el pecado lo suficiente.
“13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco”. Proverbios 8.13
Muchos están conformes como se encuentran en este momento y por eso no ven cambios; porque hasta que no odien lo suficiente la condición de estar desagradando a Dios, Él no puede empezar a hacer cosas mejores en nuestra vida.
¿Está enojado por la falta de perseverancia, por el mal carácter, por no llevar fruto en evangelismo, por no ser un buen padre, madre o hijo? ¿Está enojado por ser chismoso; por ser un creyente de doble ánimo, que vive de emociones, sintiéndose rechazado, super sensible y con falta de perdón? ¿Está enojado, harto, cansado con el vicio de la droga, la pornografía, el alcohol? Si su respuesta es sí, entonces está listo para que Dios lo ayude a cambiar. Hay muchas mañas, vicios y costumbres, las cuales tenemos que desechar de nuestro sistema; y es en ese momento, que le damos derecho a Dios de cambiarnos.
Para desarrollar el temor de Dios en nuestra vida, debemos amar lo que Dios ama y odiar lo que Él odia; en esto consiste el temor a Dios.
§ El reconocimiento de nuestra condición
Reconocimiento – Es un acto de humildad por medio del cual aceptamos abiertamente nuestras faltas, sin justificarnos ni excusarnos. En el momento en que reconocemos y le admitimos a Dios, a nosotros mismo y a los demás nuestras faltas y debilidades, Dios empieza a obrar y a cambiarnos.
Por ejemplo, soy chismoso y lo reconozco; soy mentiroso, soy de doble ánimo, tengo
espíritu de Jezabel, soy de los que me gusta llamar la atención. El primer paso para cambiar es reconocer nuestra condición presente.
§ La perseverancia en buscar la cura
Perseverar es persistir, mantenerse firme en una actitud; en este caso, en buscar la cura. Para eso, hay algunas cosas que debemos hacer.
v Buscar versículos bíblicos que hablen de su problema; medítelos y vívalos. v Busque liberación y sanidad interior.
v Distinguir si es una obra de la carne, o una influencia demoníaca.
§ Renunciar a lo que debemos cambiar
Debemos morir a lo que desagrada a Dios. Cuando alguien renuncia a algo, está diciendo: esto ya no lo quiero en mi vida.
“12 …enseñándonos que, renunciado a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente”. Tito 2.12
PREGUNTAS FINALES
• ¿Podemos cambiar en nuestras propias fuerzas? • ¿Cuál es la inversión que Dios ha hecho en nosotros? • ¿Qué pasa si no suceden cambios en nuestro corazón? • ¿Qué debemos hacer para que Dios nos cambie?
ACTIVACIÓN
• Buscar la presencia de Dios en adoración. Hacer una oración en grupo para que Dios le revele, a cada uno de los integrantes, cuáles son las áreas que debe cambiar. • Preguntar quiénes no han podido olvidar su pasado y orar por ellos.
PREGUNTA IMPORTANTE QUE PUEDE SURGIR DURANTE LA ENSEÑANZA:
¿Cómo se sabe que existe la influencia de un espíritu y que no es la carne?
La influencia de un espíritu es cuando usted se ha concientizado del problema, quiere de todo corazón cambiar, ha orado, ayunado y no consigue cambiar. Esto le muestra que lo que está enfrentando es una influencia demoníaca que opera en su vida, porque alguien le dio el derecho legal para hacerlo. Persevere hasta que usted sepa cuál es la raíz espiritual del problema y destrúyalo.