EL
DERECHO
A IA
EDUCACI~N
EN
EL
MUNDO: C O N S T X ~ C I ~ N
DE
AVANCES
Y
UNA
DENUN-
OBLIGADA
hsmam.
El &&me
hnakd la Ebucaclán 2000, el quinto de uria serie que eiabora la UNESCO m elfin
de dar a conocer el estado de Ia educación en el mundo,~ e n ~ o c a s i 6 n a i ~ i I ~ s i d o d d d e l a h h e d u c l d d n d e s d e m ~ c i 6 n e n l a ~ ~ ~ d El eanailisisse ~ wha reH u ~ alizado en dos planos: por un lado, la evolud6n de su concepción a través de los dis-
tintos mmdm internadonales que, con pmdoddad a
h
han ahdado la -6n eckicativa; y por o m , los avances en el cumphmienm de lo estipulado endídm docummm. La principel md& que se t w o e del Informe es qiie, al tiem po que se ha ampliado su contenido y se ha avanzado de forma impomte en su apli- cacibn, su plena rtdización requerirá todavía de un gran esfuerzo y un fuerte compromiso por parte de la eornunidad internacid. Se trata, sin duda, de una tarea impstergable y todo un d e d o p r a este siglo que ahora comienza.
(9 Unhemidad Pontifida de Comillas. Madrid
3 . h p a d r e s W t b n dsrscbop#mnts a
~ ~ : o g e r e l ~ & e r l ~ q u e b a t n t &
k a sus b&x.
¿Que se entendia
entonces por
dere-medida se cumple cada una de las facetas cación es la siguiente. El pasado año se
del derecho a la educacidn? Todos estos cumplía un decenio de la celebración de la interrogantes son planteados y respondi-
dos en el Informe Mundial
sobre
la Educa- ci6n 2000, el quinto & la serie bianual que elabora la U N S C O desde1991,
y dedica-do en esta ocasión a exDoner c6mo ha
evolucionado el contenido
v
de la realiza-ci6n
del
derecho
a la educición desde suformulaci6n a mediados del sigio XX. La UNESCO, en calidad de organizaci6n de
las
Naciones Unidas encargada especifi-m e n t e de
mornover
los ámbitos de edu-caci611, la ciencia y la cultura, publica con
regularidad informes sobre las áreas
que
con de su competencia1. La serie dedicada a laeducaci6n Gene como objeto la presenhción de dam cuantitativos y cualimcivos cobre el estado & la educación en el mundo, al tiem- po
que
se profunclm cada vez en el anáíisisde
una cuecti61-1 educativa en prticular. En oms ediciones, por ejemplo, elInforme
se ha ocupado de Ia educación de mujeres y ni-ñas (informe Mundial sobre la Educaci6n
1335)
y de la situación & los dcicentes Qn-forme Mundial sobre la Educación 1998). La raz6n por la que el Informe se con-
sagra
en
esta ocasión al derechoa
la edu-conferencia Mundial
sobre
Educaci6n para todos (Jomtiern, Tailandia,1990)
y de la proclamau6n de la Declaración Mundial sobre Educaci6n paraTodos,
en la cual se manifestaba el compromiso de Ia comuni-dad internacional con la democratización del
acceso a ia edumción, en general, y la uni- versalizaci6n de la enseñanm primaria para el año 2000, en particuld. Para c o m p r o h el progreso y las difiniltades encontradas en el camino hacia el cumplimiento de esta gran meta, se determinó llevar a cabo en el
año 2000 una evaiuación mundial, sin prece-
dentes, que se ha basado en 183 informes nacionales, sintetizados en diversos infor- mes regionales, catorce estudios temáticos
y
encuestas sobre la calidad del aprendiza- je aplicadas en más de 30 países3. En este contexto, el 5Q Informe Mundial sobre la Educación ha sido una apormcidn clave a la evaluaci6n de lo acaecido en el decenio pasado, enmarcandola en el desarrolIo del derecho a la educación desde su promul- gaci6n a mediados del siglo IM4.El proceso & evaluación cdminó en la celebración del Foro Mundial & la Educa-
(1) *nos ejemplos smi los Informes Mundiales sobre Comunicaci6n, Informacldn, Ciencia y Cultura. (2) Lac metas cstabkcidas en Jomticm fúcron las seis siguientes (Marco de Acci6n dt Jomtiun, 1990): &ccnsj6n de la educacidn infantil, especialmente para nlñm pobres, discapcitados o desfavorcdh.
-
Acceso universal y terrninaci6n de la eduadón primaria lo del nivel que se considere como básico).-
Mejora del tendimhto e d d v o .-
M 6 n de la ~ l s a de anaifabsbmo enbe los adultos, m tspedal entre ia mujeres.-
Expansi611 de la educacI6n básica en aras Iiabilidades esenciales que requieran jóvenes y adultos para su ple- na integración socid y i b l .-
Incremento de la adquisición por parte de individuos y familias de los conocimientos, habilidades y valmes nocesarice para una vida mejor y para el d e s a d o sostenible, a tmv& de malquier mnal sducatlvo M i o s de m u n i a c i ó n , acci6n social, mas formas & comunimcih m&ma y tradicional).(3) &tsoCdocuincntos se encuentran disponibles en h página web de Ia U N E 0 (www.unesco.or&. (4) S m d o mucho ios resultados de la evaluaci6n, según el Cancrirario detallado al Mami de Atan dt Dakar (m], p i b k afirimr qw sc -cn elemenbs p w W (aumenm de las nEirricuh en educa- ción primaria, más & la mitad de las niíms; anpliadón & la e d u a c i h infantii; reduccik de ia ma de mdhbetismo
en un v a r h píw; a p l i de nuevas poliai~as y rcairsas en paks; myor imphibai de ONG, m n i d 3 d e s y padres en el diseño y ejecucih de pmgmms eduutivm), p r o que quedan n u m m en el M a m e ne- gativo (mcnm & un tario de los niños inenorcs de sets aiim reciben algún tipo de educación; unas 113 millones de niiios no tienen acceso a la ensebnza primaria, el 6wson niiias; d incnos 880 millones de adultos son a d -
ción de
Dakar,
Senegal, en mayo de 2000,en el cual se ecmbleci6 un nuevo Marco de acci6n paca el siguiente decenio, básicamente las
mismas
metas establecidas en Jomtiem, pero pospuestashasta
elaño
20155.Pocos organismos tienen la autoridad moral, por un lado, y la posici6n privilegia- da, por otro, para presentar
un
I n f o m de estas características. Lo primero, porque laUNESCO ha sido desde su creaci6n una de
las organizaciones que más lian trabajado a favor de la universaüzación y de la mejo- ra de la educación en el mundo (corno se aprecia en su
labor
de ampliacióny
afina-miento
delcontenido
del derecho a la edu- caci6n).Y
lo segundo, por su disponibiüdad de los queson,
con probabilidad, ladatos einformaciones más extensos y fiables de
que se dispone sobre la educaci6n en el mundo. estos provienen de fuentes oficia-
les
(como
informes nacionalesde
los Esta-d o s - ~ i e m b r o s y las respuestas a la Sexta
Consulta sobre la Aplicaa6n de la Conven- ci6n y
la
Recomendaci6n relativa a la Lucha contra la Discriminación en Ia Esfe12 de laEnseñanza)
y
fuentes no oficiala (como in-formes de organitaciones internacionales presentados en conferencias internacionales de la UNESCO). N o obstante, sorprende
la
ausencia de cifras para ciertos indicadores en
países del mundo-rico, los cuales se supone
que deberían tener mayores facilidades p m
elaborar y registrar información estadística sobre su realidad educativa.
El Informe reconoce la existencia d e avances importantes en el cumplimiento del derecho a la educación, pero tambitn
que tenemos ante nosotros, en este siglo que aliora comienza, u n reto de magnitud
y mscendencia enormes. Es preciso reco-
nocer como una situación & profunda in-
justicia el hecho de que tantos millones de niños y adultos, en su mayoría mujeres, no
tengan acceso a la educacidn básica y de
que aumenten a velocidad imparable las desigualdades en los indicadores educati-
vos entre las regiones m5s
pobres,
como el África Subsahariana y Asia Meridional, y las regiones m á s ricas. La negacien del de- recho ala
educaci6n supone un grave obs- táculo para el desarrollo humano y, en muchas ocasiones, la imposibilidad de es-pem
una
vidamejoP.
Para comentar las principaies aportacie
nes
del Informe, hemos estructurado este ejercicio en dos partes: una dedicada a laevolución del contenido del dereclio a la educaci6n a través de los distintos trata- dos, recomendaciones y declaraciones que han seguido a la Declarati611
Univer-
sal
de Derechos Humanos y que han abor- d a d o la cuesti6n educativa; y otra dedicada si los avances en la aplicaci6npráctica d e dicho derecho.
(5) Los compromisa contraídos por 10s p k prtjclpantes en eI Foro h.lundi1 sobre la Eduaci6n de Dakar son los siguientes (Marco de Aaci6n de Dakar, 2000):
-
Extender y mejorar la protección y eduwcidn integrales de la primera infancia.-
Velar por que antes del año 2015 d o s los nihm y niñas tengan seso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de buena calidad, y la terminen.-
Atender las necesidades & aprendizaje de todos los j6venes y adultos mediante el acctso equitativo n un aprendizaje adecuado y a programas de preparación para la vida activa.-
Aumentar para el aiio 2015 el número de adulta alfabetizados en un 5046, en particular mujeres, y facilitar a todos un acceso equitativo a la eduact6n bdsica y permanente.-
Suprimir las disparidades entre los génwos en primaria y secundaria p a n el af~o 2005 y lognr antes del nho 2015 la igualdad entre l a generos en eduacibn.-
Mejorar todos los aspectos cualitativos de la cducacl6n, garantiwndo los par;ímetm más e l m d o s , p a n con- seguir resultados de aprendimje reconddos y mensunbles.EVOLUCI~N DEL CONTENIDO DEL DERECHO A LA EDUCACI~N
Según el Informe, las dos principales cues- tiones
que
se han sometido a revisi611 con posterioridad a la promulgacibn del dere- cho ala
educaci611,han
sido,por
una par-te, la concepción de la educacidn como un proceso limitado a los primeros estadios de la vida humana y, por otra, los nivela
en los que la enseñanza ha de ser gratuita.
HACJA L4 EDUCACI~N A U) LARGO DE TODA LAVIDA
Para adenuarnos en el análisis que el In- forme realita de la evolución que ha
expe-
rimentado el contenido del derecho a la educaci611, vamos a parrir del sign3cado
que tenía tal y como fue formulado en la
Declaracidn Universal. El artículo 26
men-
ciona cuatro tipos de educacibn: la im-truccióa
elemental (que había d e ser gratuita y obligatoria), la instrucción fun-h m t d (también gratuita), Ia i w m -
ción
técnica yprof&nd
(generalitada) ylos estudios
supenbres
(para 10s que se re-clamaba iguaIdad de acceso, en función de los méritos).
En aquel tiempo, por
Zmtrucci6n
e&- mntal se entendía el primer estadio & laeducacidn escolar, aquella que había de
proporcionar las bases imprescindibles para una inserción social satisfactoria y, por tanto,
en
muchos Esrados, de carácterobligatorio y gratuito. En la Declaraci6n Universd no se concret6 qué niveles edu- cativos habían de incluirse en esta catego- ría, para n o poner límites estrictos a aquello que en cada país se considerara como nivel indispensable d e enseñanza.
Durante un tiempo, y
aún
hoyen
la granmayoría de los países pobres, se conside16
que la instruccibn elemental equivalía a
educación primaria, excluyendo a la edu- cación infantil
y
la secundaria.A partir de los años sesenta, en los paí-
ses más desarrollados empezó a conside-
rarse que la enseñanza secundaria también
debía incluirse dentro de la tducaci6n ele-
mental
v
wrowesivamente se ha ido hacien-do obl&rio, al menos, el primer
cid0
de este nivel. En cuanto a la educaci6n infantil, hoy es considerada generalmente parte de la educación básica, aunque todavía nohaya
sido así reconmido en el tmto de los
m-
dos nacionales
.
Por bmtmcción fundamental se
enten-
d a , en el momento de la promulgación de la Declaracidn
Universal,
la educacidn de personas adultasanalfabetas
o carentes de una educacidn elemental completa. Su ob- jetivo principal era la alfabetizacibn, peroenmarcada en proyectos más amplios de educación comunitaria. Se diferenciaba de
la educación de adultos en que 4sta hacía
referencia a la educacidn que en la edad
adulta se recibía, fundamentalmente a modo de reciclaje o actualización profesio- nal, tras haber adquirido una
formaudn
de base. Pero esta distinción era poco títi1 encontextos donde la mayoría d e la pobla- ción adulta
era
analfabeta, de forma que acabó generalizándose el uso de la expre-sión educaci6n de adultos para designar
cualquier forma & satisfaccidn de necesi- dades educativas en Ia edad adulta.
La principal evoluci6n que relata el In- forme en el concepto de educacidn consis- te en que, tanto la instrucción elemental
como la hndamental, han pasado a formar
parte de un concepto
m&
amplio: la edu-cacwn básica-
definida como aquella quese proporciona para satisfacer neceshdades
b&cm
de
aprendizaje yque
hade
prepa-
rar para e1 dprendizaje
permanente.
¿Qué supone la aparición de estas nuevas nocio- nes? ¿Se trata deun
mero cambio termino- 16gico? No, el cambio es sustancialy
afecta a la esencia del propio derecho a la educa- ci6n. A principios de los años setenta, la Comisión InternacionaI para el Desarrollo de 1,a Educación (conocida como Comisi6nFaure, en nombre de quien fue su direc- tor), presenta a la comunidad internacional
una idea que ya se había ido vislumbrando
d e la década anterior: la necesidad de
plantear la edumción en cuanto a aprendi- zaje a
b
Iargo
& to&Icii
m%,
en el marco de una smiedad queofrezca
múltiples opor-ninidades de aprendizaje en t& los cam- pos
y
modalidades posibles. En este contexto, la inctrucci6n elemental y la funda-mental dqan de concebirse como Ia adquisi-
ci6n de los conocimientos y habilidades imprescindibles (múiimos) para favorecer la integracidn & los sujetos en la vida activa y
productiva, sino como la adquisicidn d e aquellos que sirvan de base para el aprendi-
zaje
a10
largode
t d ala
vida.Cada persona -niño, joven o adulto- debe- rá estar en condiciones de aprovechar las oportunidades educativas ofrecidas para satisfacer sus necesidades básicas de aprendizaje. Estas necesidades abarcan tanto las herrarnienms esenciales para el
aprendizaje (como Ia Iectura y la escritura, la expresi6n oral, el &lculo, la soluu6n de
problemas) como los contenidos basicos del aprendizaje (conocimientos te6ricos y prEicticos, valores y actitudes) necesarios
para que los seres humanos puedan sobre-
vivir, desarrollar plenamente sus mpacida-
des, vivir y trabajar con dignidad, participar plenamente en el desarrollo,
mejorar la calidad de su vida, tomar deci- siones fundamentadas y continuar apren- diendo. (...) La educaci6n básica es más que un fin en sí misma. Es la base para un aprendizaje y un desarrollo humano per-
manentes sobre el cual los paices pueden
construir sistemáticamente nuevos niveles y nuevos tipos de educacibn y capacita- ci6n (Declamc f6rt MvgdiaI sohe Educa- ci6np"ro Tordos, ariículo 1).
Este cambio de perspectiva supone también un
cambio
de tnfasis en lo querespecta al derecho a la edumción, A fina-
les de los años ochenta, la atencidn ya no se centra e n lo
que
la sociedad y, porende, el Estado debe ofrecer (educación), sino en lo
que
demandan los sujetos en funci6n de sus necesidades d e aprendiza- je: en su derecbo aaprender,
m á s allá de su derecho a ser escoIarizados o alfabetiza-dos.
Lo importante es la satisfacci6n delas
necesidades de aprendizaje, que segura- mente variarán en funcidn del contexto, y no tanto la modaIidad educativa que se
emplee para satisfacerlas, que no tiene porqué ser siempre
y
para todos la misma.Se admite, por tanto, la validez de distintos canales educativos: informales, no forma-
les y formales. De hecho, algo tuvo
tam-
biénque
verel
cuestionamiento del modelo lineal d e expansibn del sistemaeducativo formal. Tanto esfuerzo se había
hecho en la provisión d e educación
bajo
parámetros cuantitativosy
formales, que sehabían desatendido los elementos cualitati- vos y 10s resultados de aprendizaje, lo cual provoc6 que en algunas regiones que se
criticara el modelo d e enseñanza formal. En los noventa se profundiza en la perspectiva del aprendizaje, en parte debi- do a Ias dudas sobre la capacidad de los
Estados
para financiar la crecientedeman-
da de oportunidades educativas más allá
de la escolaridad obligatoria. En los últimos años se ha b d i d o en algunos países
de-
sarrolIados el concepto deresponsabiiW
co- entre el
Estado,
los empleadomy
10s propios aIuqmos. Según esta visión, elderecho
a aprender supone que cada cualasuma la responsabilidad de su propio aprendizaje, lo cual resulta razonable s i m -
pre que se evite colocar en una siniaci6n de desventaja a la poblacidn que menos recur-
sos dispone para invertir en su formacidn.
Es probable que el debate sobre quién
ha de financiar el coste de la educacidn a
lo
largo de toda la vida seauna
delas cau-
sas de que, a pesar de la difusi6n de esta nueva forma de concebir la educacidn,
w
davía no esté recogida enninguno
de losuatados internacionales relarivos a la edu- cacidn, los únicos documentos internacio- nales d e carácter vinculante para los
Estados
que los adopten.d e la Declaración Universal, la enseñanza
secundaria no se mencion6, probablemente porque era considerada en la mayor parte de los países una fase preparatoria para el ame-
so a la educacidn superior, una vía reservada a los que accederían a la cúspide de la esfe-
ra económica, social y política. Según esta
concepcibn, para la mayoría de la pobla- ci6n seria suficiente con generalizar la ins-
trucci6n técnica y profesional. De hecho,
en ningún tratado se ha mencionado
que
la educación superior tenga que ser gene-
ralizada. Lo que si preocup6 fue que la se- ' leccidn d e los alumnos fuera equitativa, esto es, basada únicamente en sus méritos y capacidades. Más adelante, no obstante, a partir de la Convención relativa a la Lu-
cha contra la Diirirninación en la Esfera de Ia Eweiianza de
1360,
se indica en todos los tratados que la enseñanm secundaria, inclu- yendo la instrucción técnicay
profesional,también ha de ser generalizada.
GRATUIDAD DE U ENSEhN2.4
La implantación de la grataaidd estA ínti- mamente vinculada a la generalización y
democratizaci6n del acceso a la enseñan-
za.
En un principio se exigió Únicamentepara la instrucción elemenml
y
a Ia funda- mental (Declaracidn Universal), pero enlos años sesenta se indic6 que la enseñan-
za secundaria
y
la superior debían hacerse también progresivamente gratuitas (Pacto Internacional de Derechos Económicos,Sociales
y
Culturales,1966).
La educau6n fundamental fue exdui-
da en el Pacto de esta exigencia. Sin em- bargo, dado que educaci6n elemental y fundametital se solapan e identifican con
el concepto de educaci6n bhica,
en
la ac-tualidad se reconoce generalmente que esta educaci6n ha d e proporcionarse.de forma gratuita,
ya
que la beclaraci6n Uni- versal establece que ambas sean gratuitas.Esta exigencia d e gratuidad, notable- mente amplia, puesto que se extendía in-
cluso a la educación superior, ha cido
matizada con posterioridad. En la Conven-
ci6n sobre los Derechos del Niño (1989), cuando se menciona la enseñanza supe- rior, s6lo se indica que
ha
de ser -accesible a todos, sobre la base & la capacidad, por cuantos medios sean apropiados., yla
re- alidad es q u e numerosos países se han puesto en práctica políticas d e recupera- cidn de costosy
de concesi6n de présta- mos a los alumnos de educacidn superior. La espectacular extensi611 de la matrículaen educacidn superior, poco previsible en
los años inmediatamente posteriores a la
Declaración, es lo que posiblemente ha
provocado este cambio en la concepcibn política sobre la gratuidad en este nivel.
Numerosos países pobres, además, se han visto obligados por los programas de re- ajuste estructural a centrar sus esfuerzos y
recursos en la educaci6n básica.
Respecto a la enseñanza elemental, a pesar de que su caracter obligatorio
y
gra-tuito fue aceptado d e forma universal, se
entendi6 que su aplimcidn debía ajustarse a las circunstancias de cada país. En los
paises pobres, tanto la obligatoriedad como la gratuidad han sido aplicadas de
forma pragmática; por un lado, se ha per-
mitido
que
los Estados pudietan
comerisat
de forma provisional con periodos mtno- res de obligatoriedad y, por otro, se reco- noce la existencia d e la costumbre de implicar a las comunidades y a los propios padres en la construcci6n y mantenimiento d e las escuelas, mediante aportaciones enmetálico o especie.
Tal y como están las cosas, se está t e
dada lejos & reclamar que la educación a
lo largo de toda Ia vida sea gratuita. De
momento, lo que se reconoce con carácter general es
d
derecho a contratar servicios educativos, empleando para ello recursos econbmicoc propios y gozando, segiin seael caso, de mayor o
menor
apoyo financie-ro por parte
del
Estado. Pero, como se afir-AVANCES
EN
LA, WALIZACI~N DELDERECHO A LA
EDUCACIUW
Hasta aqui,
la
evolución enla concepci6n
del derecho a Ia educaci6n. A continuación,se sintetiza el análisis que presenta el Infor-
m e sobre el cumplimiento de lo estipulado
en las declaraciones, tratados, recomenda-
ciones y programas de acción relativos
al
derecho a la educación. Pero antes, se va a
dedicar
un
apartado a m n e r en quemedi-
da estos documentos incemacionales repre-sentan un compromiso en firme por parte de los Estados que a ellos se adhieren.
JñN MEDIDA OBLIGAN LOS TMlXDOS XN- ~ A C I O N A U S ?
Se ha visto cómo h e formulado el derecho
a la educaci6n y cu5I ha sido su evoIución a través del tiempo. Ahora bien, para
ha-
cernos una idea realista de hasta d6nde
puede llegar la aplicacidn de estas ideas,
resulta importante saber en qué medida 10s paises se sienten comprometidos con ellas.
De los distintos instrumentos interna- cionales, los únicos que tienen caracter vinculante son los tratados multilaterales.
Las declaraciones, recomendaciones y pro- gramas o marcos de accibn, a pesar de su
importancia y su peso moral, no gozan de ninguna fuerza legal. Los principales trata- dos internacionales que contienen disposi- ciones relativas a
la
educacidn son los siguientes:Pacto Internacional de Derechos Econ6micos, Sociales y Culturales
(Naciones Unidas,
1966).
En vigordesde el
3
de enero de 1976. Convenci6n relativa a la Lucha contralas Discriminaciones en
fa
E s f a deIa Enseñanza (UNESCO,
1960).
En vi- gor desde el 22 de mayo de 1962. Protocolo para instituir una Comi- sidn de ConciIiaci6n y Buenos Ofi-cios facultada para resoIver las
controversias a que pueda dar lugar la Convención relativa a la Lucha contras las Discriminaciones en la
Esfera de la Enseñanza (UNFSCO,
1962). En vigor desde el 24 de octu- bre de 1968.
Convenci6n sobre los Derechos del
Niño (Naciones Unidas, 1W). En vi-
gor
desde
el 2 de septiembre de1990.
Convencidn sobrela
EnseñanzaTécnica y Profesional (UNESCO, 1989). En vigor desde el 29 de agos-
to de
1591.
Como se aprecia, de los cinco tratados, tres han sido promovidos por la
UNESCO,
que es una de las dos organizaciones de las Naciones Unidas (Ia otra es la OrganizaciónInternacional del Trabajo), que cuentan con
procedimientos especiales de ejecución,
principalmente convenios y recomendacio- nes, para proteger los derechos liumanos en
sus ámbitos de competencia.
De estos cinco documentos, el que
más ratificaciones ha recibido, y con dife-
rencia, ha sido la Convención sobre los Derechos del Niño (191 ratificaciones) y el
que menos,
la
Convenci6n sobre Ia Ense-ñanza Técnica y Profesional (sólo doce, en
su mayoria países asiaticos). El Pacto ha sido ratificado por
139
países. En lo que respecta a la Convenci6n relativa a la Lu-cha contra las Discriminaciones en la Esfe-
ra de la Enseñanza, sorprende la ausencia
entre 10s 84 Estados ratificantes de varios
países europeos (Austria, Bglgica, Grecia, Irlanda, IsIandia o Suiza), así como de Ca- nadá y Estados Unidos de Amkica (que no
ha ratifiado
ninguno de los tratados seña-lados). De estos 84 Estados, sólo 30 han ra-
W
t
c
a
d
o
el
Protocolo7.En generai, se observa que son nume-
rosas Ias ratifmciones de estos tratados. Ahora bien, jen qué medida son jurídica-
mente vincuIantes? Los Estados rauficantes
se comprometen a cumplir lo estabIecido
en eiios, pero existe la posibilidad de que
añadan en sus documentos de ratificaci6n
cl5usuhs en las que matizan su adhesión a
una
o varias dispocicionesdel
tratado. Ade- más, la ratifimci6n no significa siempre cum- plimiento estricto. De hecho, como se p i r á apreciar m& adelante, el incumplimiento del derecho a la educaci6n es alto en numerosas regiones del mundo.Los tratados suelen prever mecanis- mos de supervisidn, consistentes en
la
pre- sentaci6n por parte d e los paises deinformes
periedicos a las Naciones Unidas o a laUNESCO,
según sea el caso, sobre Ias medidas que han tomado para su aplica- ci6n. Los organismos encargados de la su- pervisión suelen publicar informes o recomendaciones en los que se da cuenta delgrado
de cumplimiento de Ias distintas disposiciones por parte de los Estados. Enel caso del derecho a la educacidn, ade- más, la Comisibn de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas
nombr6 en 1998 au n
Relator Especial para que dé segui- miento, durante tres años, a las medidas que se tomen a favor del derecho a la edu-caci6n en t d o el mundo.
E D U G ~ ~ N ELEMENTAL
Según los primera d c u l o s de la
UNESCO,
a mediados del sigloIM,
el porcentaje de ni- iios entre5
y
14 años matriculados en algúntipo de escuela primaria o secundaria no
lle-
gaba al 509.6. En unos cien paises, la sima- ci6n era bastante peor: s61o un cuarto de
esta poblaci6n estaba matriculado.
A partir & esta fecha, se multiplican los esfuerzos por aumentar la tasa de ma-
triculaci6n bajo la presibn, en parte,
del
in-cremento d e la demanda popular
y,
en parte, de los compromisos que l a gobier-nos
habían ido adquiriendo.No
obstante,
los esfuerzos difieren notablemente entre regiones. Mientras que en los países po-
bres, se trabaja
por
que cada vez sean máslos niños que acceden a la enseñanza pri- maria y por mejorar sus oportunidades de
acabarla, en 10s países desarrollados se
amplía la escolaridad obligatoria hasta la enseñanza secundaria. Las condiciones so-
ciales
y
econemicas d e numerosas regio- nes obligaron a queel
compromiso en torno a la universalización dela
enseñanza elemental fuera asumido d e forma pragmá- tica en atenci6n a la realidad educativa decada país. Por ejemplo, en las conferencias regionales organizadas por la UNESCO en la década de los
cincuenta
(Bombay, 1952;El Cairo, 1955;
Lima,
1956),
se admiti6 lapo-
sibilidad de
que
los países avanzaran
progre-
sivamente e n la instauracidn de la obligatoriedad & laenseñanza
primaria, con periodos provisionales & duraciónmenor
alo recomendado (siete &S), Antes de poder exigir la obligatoriedad, se reconoció que era
necesario estar en dispocicidn de proveer su-
ficiente oferta de escuelas gratuitas.
Entre
1950
y1970,
el avance en la ex- pansi611 & los sistemas & enseñanza pri- maria es enorme. En &rica, se cuadniplica el número de matriculaciones y en Asia y Oceanía, y en América Latina y el Carik, se uiplicai A partir de los 70, sigue aumen-tando la tasa de matriculaci6n en la
mavo-
ría
de las regionespobres, excepto'en
Africa Subsahariana, donde se estanca en-tre 1980 y 1985 y se reduce en los cinco
años posteriores (del 80% al 75%). Actual-
mente, en esta regidn, el porcentaje de ma-
triculación bruta ronda el 77% y hay
43
millones d e niños no escolarizados enedad de cursar estudios primarios
(18 mi-
llones
más
de los que habíaen
1980). Africa Subsahariana y Asia Meridional son lasregiones
que concentran el mayornúmero de niños no escolarizados en edad de cursar enseñanza primaria. De los 94
d o n e s que se calcula que hay en el mun-
do, 78 pertenecen a estas dos regiones, de
los cuales
son
niñas casi el 6M. Noobs-
tante, las previsiones para el futuro sonun
poco mejores para la regi6n de Asia Meri- dional, que prevé reducir para el año 2010
EL Informe
señala la dif~cultad para obte- ner una información completa y precisa so-bre
d
grado en que se está cumpliendo el mandato de la educación primaria universal,gratuita y obiigatoria. De momento, tenemos
los
idcadores
sobre
maúiculaci6n bruta y neta, perono
son del todo satishctorios y escomplicado conseguir datos sobre repetid*
nes y abandono eccolar.
En cuanto a la educacion infantil, su extensi611 en los últimos tiempos se debe fundammmlmente a la progresiva incorpo-
ración de la mujer al mercado laboral y al creciente consenso sobre su importancia
para un 6ptimo desarrollo del potencial humano. Ha tenido una extensidn destaca- & en las regiones más desarroliadas (en las que el porcentaje bruto de inatnculación ha
pasado del 4 W o
en
1970 al 72% en1337),
enArn€zica Latina
y
el Caribe(con una
evolu-ci6n
del
9%
al
53%
para
ias
mismas
fechas) y
en Asia Orientaly
OceanIa(del 7%
al 3M). Sinembargo,
es desmmble la reduccibn quehan sufrido los paises de Europa Oriental y
la ex Union Sovit5tica, que pasaron dei Wo
en 1 al
54%
en
1995.Tras la promulgación de la Declaración Universal, para un gran número d e palses,
el objetivo prioritario en el ámbito de la
educacidn fundamental consisti6 en la erradicación del analfabetismo. En 1950,
las
cifrassobre
el número de personasadultas
analfabetas
eran
alarmantes:la
tasaera del 50O/6 o rnás de la población adulta (personas mayores de 15 años) en la mitad
de los paises del mundo. En &rica, el 84%
de la población adulta era analfabeta y en
Asia,
el
63%.
A mediados del sigo XX,
había
un to- tal de 705millones
de personas adultas analfabetas (de las cuales el 74% pertene- da al continente asiatico). En el año 2000, el número absoluto de personas analfabe- tas ha ascendido a 875 millones, pero, sin embargo, se constata una notable reduc-ci6n de la tasa de analfabetismo en todas las regiones del mundo desde los niveles de 1950.
<Qué sigdica este
hecho?
Que
las posi- bilidadec deIoc
Estados & proveer suficien- te oferta educativase
han
vistodesbordadas
por el crecimiento demográíico.
A pesar & ello, hoy
en
día es palpable la mejora en los indicadores de alfabetiza-ción en el mundo. Hoy &lo son 23 los paí- ses con una tasa de analfabetismo igual o
superior al 50% y más de la mitad mues- tran
una
tasa inferior al 10%. Desde 1950, éstaha
bajado en Africa del 84% al3%;
en Asia, del63%
al 25%; en America Latina y el Caribe, del 42% al 12%; y en el resto del mundo, del 7% al 1%.Los
esfuerzos a favor de la alfabetiza-ci6n han tomado diversas
formas
a lo largo de los años. Las estrategias empleadas va- riaron según los países, pero se pueden adscribir básicamente a dos grandes enfo-ques: por
un
lado, las grandes campañas masivas nacionales (la realizada en la exUnidn Sovietica, por ejemplo) y, por otro, métodos mas selectivos orientados a la al- fabetización funcional en el contexto de actividades laborales e integrada en pro-
gramas d e desarrollo socioeconómico.
Aunque
ambos
tipos de estrategia se apli- caron concierto
éxito, incluso combinados en algunos lugares,se
impuso la preferen- cia por la alfabetizacidn funcional, aquella que iba dirigida a satisfacer necesidades educativas concretas, ligadas a la supervi-vencia y
al progreso económicos, y
cam- biantes según loscontextos
y la situaciónde cada persona o colectivo.
En
1966,
con base en esta idea de alfa- betización funcional, se PUSO en marchael
ProgramaExperimental Mundial
de Alfa-betizacidn, promovido por la UNESCO
y
el Programa de las NacionesUnidas
para el Desarrollo (PNUD). Durb hasta mediados de los años setenta y e n el participaron once países Qa mayoría africanos). Su ob-mostrar
que un programa de esms caracte-m
-S p;oduc~i beneficios sociala yeco-
nómicos probados. Su éxito fue notable,
pero
no
se
logró
el gran adeianto que de- mostrara inequívocamente la rentabilidad del programa y que,por
tanto, justificara el lamamiento de una campaña mundial.Según el Informe,
y
apesar
deque
el aumentodel
número de adultos alfabetiza- dos es mucho mayor que el de adultos analfabetos, las previsiones para el futuro no son deltodo
halagüeñas. Mientras cre-ce sin cesar
d
nivel educativode
la pobla- d6n delas
regiones m&ricas,
la poblaa6n analfabeta se concenbad afin más enlas
mais pobres, fundamentalmente en AsiaMeridional y en los
países
menmadelanta-
dos del &rica Subsahariana (se calcula
que
los
tresmayores
paises
del Asia Meridio- nal, Bangladesh, indiay
Paldstán, concen- tran casi ia mitad de los analfabetos del mundo). En estos paises seguirá creciendo el n6mero absoluto de personas adultasanalfabetas, aunque con un &no cada vez menor debido a
los
esfuerzos por extender la educacidnprimaria.
Las
mujeres, por otro Iado, seguidn siendo la población más afectada. Actual- mente constituyen el 63,% & la pobiaudnanalfabem
en
las
regiones
menos
desarroila-
das.Eh~sia~&dional,los~stadosÁrabesy
en el grupo de países menos addancados, la
mitad o más & las mujeres son
(el
56%
el
m
y el59%
respeaivamente),aunque en
determinados
países sea l a m m
porcentajes muy
por encima: el7 M
en
Ban-g l a d e s h , e l 6 % e n ~ e l 6 7 e b e n E t l o -
p 4 por -10.
Otra cuestidn que se podría plantear, tras conocer estas cifras, es qué
tipo
& al-fabetizaci6n es la que
en
general seha
propordonado y en
qué
medida se trata de una alfabetizacibn funcional. Según laOCDE,
el 20% de laspersonas
adultas de sus países miembros son analfabetas fun- cionales, lo cual hace sospechar, aún sin disponerde
cifras, que este porcentaje noser5
menor
en elresto
de1 mundo.Entre
1950
y 1970 se cuadruplic6 el nfime- ro &matrículas en
ia enseñanza secunda- ria.Este
datobasta para
dar
una ideade
la expansibn que ha experimentado este ni- vel educativo,que
ha pasado progresiva-mente & ser una via elirista de acceso a la
universidad a ser considerada una parte de la edumci6n básica.
En el momento de
la
adopcidn de laDeckmci6n Universal, predominaba en la
mayor parte del mundo un modelo de es-
colaridad diferenciada: la escuela
secunda-
ria, & carácter académica y preparatoria para la universidad, convivía con distintas escuelas & carácter profesional. S610 en América del
Norte
y
en la ex Unión Sovié-tica
sehabla
implantado unmodelo global
de escuela
secundaria
única, abiertaa
to- dos. En los pafses con el modelo de esco- laridad diferenciada, el aumento de la demanda popular, quese
ejerci6funda-
mentalmente sobre la escuela secundaria
tradicional (un sistema diseñado para ser dishvtado por unos
pocos
elegidos),obli-
g6
a quese
cuestionaran los objetivos y la propia naturaleza & la educacidn secun- daria y, en cuaIquier caso, a que se hiciera especial énfasisen
la igualdad de oportu-nidades
a la ahora de acceder a las distin- tas modalidades & enseñanza secundaria.En los países más &samUados, este
cuesiionamiento
fue
dando piea
unproceso
& a j u s t e e n l a s ~ ~ & l a e d u c a c i 6 n
secundarla para permitir que se acogiera al total & niños en edad de asistir a ella, meta que aicanzaron a principios de los noventa.
Con multados todavía no tan buena,
el
res tode
los
países tambiénha
ido introducien-docambioseniasesmcturasdesussistemas
educativos. La nlayoría ha incorporado al troncocomúndelaemdmma,ademásdelaprfmaria, el
primer
ciclo & la educaci6n se-cundaria,
yha relegado al
segundo dcio la enseñanza & c o e . m a S académico yla
p
preocupacidn por garantizar Ia igualdad de oportunidades ha ido desplazándose al se-
gundo
ciclo de la educau6n secundaria y a Ia educaci6n superior.Según el Informe, en la actualidad pre- domina el modelo de enseñanza secunda- ria
gIobal,
especialmenteen
America del Norte, Asia, los Estados Árabes y el &rica Subsahariana. En estos países la práctica totalidad de los alumnos asiste a escuelassecundarias generales (excepto en Asia, donde s61o lo hace el 75%). En Europa este porcentaje es del 61%, con lo que se
convierte en
la
regibn con la tasa más alta d e asistencia a escuelas profesionales: el31% de los alumnos.
A pesar del crecimiento general de las matriculaciones en la Enseñanta Secundaria, las diferencias entre regiones siguen siendo
notables.
En Asia Oriental y Oceanla, h é r i -ca
Latina yel
Canbe,y los
Estados
Árabes,
elporcentaje bmto de matricuIau6n ronda el 60%; en Asia Meridional, el porcentaje es del
45%; y en el hfrica Subsahariana,
el
26%.
La tendencia de futuro, e n todas Ias regiones del mundo, es d e progresiva re- duccidn del número de j6venes no escola-
rizados, excepto en el Africa Subsahariana que, según las previsiones, pasará de tener 48
d o n e s de jóvenes no escohrbdos en 2000 a
54
d o n e s en 2010.Siguiendo las convenciones d e la Clasifica-
ción Internacional Normalizada de la Edu-
cacidn
(CINE)
aprobadapor
la UNESCO,en el
Informe
se emplean 10s thninos en- señanza terciaria o enseñariza superior deforma indistinta para designar la oferta educativa postsecundaria, no restringida a la mera enseñanza universitaria.
El aumento, desde mediados del siglo
XX,
d e la matriculaci6n en este nivel ha sido aún m á s espectacularque
el que se ha dado en educación secundaria. Se ha pasa-do de
6,5
millones en 1950 a 88,2 millones en 1997. Es preciso tener en cuenta que enla época en Ia
que
se promulgó la Declara- ción Universal, s61o nueve países contaban con más de 100.000 estudiantesmatricula-
dos (un cuarto de los países del mundo ca-recía d e instituciones universitarias),
mientras
que
afinales
de losnoventa
son68 los países que superaban esta cifra.
Cuando se redact6 la Declaración
Uni-
versal, la enseñanza terciaria tenía como objeto la formación de las elites sociales yecon6micas, y la cuestión central fue asen- tar el principio de igualdad d e oportunida- des en el acceso, es decir, que éste fuera
justo pero, como antes se
ha
mencionado, no necesariamente generalitado.Por este motivo, el Informe destaca que el enorme
aumento
de la matrícula en este nivel es el mejor indimdor de los avances en la democratizaudn de la educacidn en e1mundo, mejor
incluso
que el incremento &matriculaciones
en secundaria.No obstante, persisten las disparidades entre regiones y entre colectivos. Mientras que en las regiones más desarrolbdas, el porcenmje bruto de matriculacidn es apro- ximadamente el 60% (y en algunos países casi el 90%,
como
en Canadá, o el 8M enEstados Unidos d e h e r i c a y Australia),
en
América Latina y e1 Caribe es el 20%, enAsia Oriental y Oceanla es el 1 l%, en Asia
Meridional es el 7%, y en el &rica
Subsa-
hariana es el 4%.En cuanto a las mujeres, su participa- ci6n e n la educación superior ha mejora- do: han pasado d e representar el 32% d e las matriculaciones
en
1950 al 47% en 1997, pero fundamentalmente gracias a los índices quehan
ido alcanzando en los paí- ses más ricos.Un problema que se esta. empezando a
manifestar con claridad en cada vez un
mayor
número d e paises es el endeuda- miento estudiantil, producido por las polí-ticas d e concesidn de prestamos y
LO5 0-0s DE LA EDUCAQ~N Y EL DERE- sociales), bajo una nueva luz acorde con m0 A D ~ J O I R DE los PADRES los ideales
de
paz y d e m m c i a .Para aclarar a quién corresponden las Hemos analizado el
contenido
y
desarro- decisiones en eduacióq los dela
Ilo &l artículo 26 de la Deciaracidn Uni- necesario re-
versal, e n lo concerniente a las distintas derecho de los padres a decidir d modalidades
y
niveles educativos a 10s que tipo d e ducaci6n quedeberían
recibir sustenemos derecho como seres humanos. hijos. era proteger a la de un
Pero, el adculo mmbi&n contiene indica- excesivo inmencionismo Por pa*e de 10s ciones sobre cuáles han de ser los objeti- Si bien en
Ia
ha vos d e esta educación y cuál es la sido poco discutido, el problema se ha dado capacidad de 10s padres para decidir sobreen
la práctica? en en lala
educacibn de
sus hijos.
ción de la obligación de los Estados & con-corno
objetivos dela
el
ar- tribuir fmncieramente a satishcci6n de los tículo 26 designa e l pleno d m o l l o d e la deseosde
10s padres, espeuahenteen
el
personali&&, .el fortal,=cwen~:~ del respe- de minorías étnias,=@mas
0li*
to a
los deredos
humanos y a las liberta- ticas. A este respecto, 1.d Declaración sohe&S fundamentalesn
y .la
comprensión,la
10s Derechos de las Personas pertenecienks tolerancia y la amictad enme todas las na- a "nodas muonales o éniicas, PeligiosasY
cienes y todos los p p s ,átnkos o religio- Iingüislicas (19921, e s d i -
que
se&M
sos., rnaterializafidn estos garantizar el derecho de estas personas a
se ha encaumdo, según el Informe, a través apr* su idioma o a recibir
de
dos tmas: la educm,,jraw,.a cau6nen
él, así como promover el mumopar,
d-bm y la d m m c ~ conocimiento (historia, tradiciones, cultura)por
un lado, y lae d - f a p a m
e l d m m - entre la sociedad general Y las minorías que lb? por otro. A ambas ha dedicado esfuer- "venen su
zos la
comunidad
internacional, aunque En paises con minorías consolidadas q u i d sea más manifiesto elapoyo
a la pri- sehan
hecho avances notables en lo quemera. &te se ha reflejado en la adopción atañe a la protecci6n de estos derechos,
de varios dacummtos internacionales (una pero su aplicacidn entraña ddicultades en
Recomendad611 en 1974 y una Declaracibn paises donde las minorías proceden de
en