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La afasia. Características comunicativas para la intervención enfermera.

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La afasia. Características

comunicativas para la intervención

enfermera.

William Martín Dorta (1) Ignacio Sicilia Sosvilla (2)

(1) Logopeda. Enfermero del Centro de Salud de Tejina-Tegueste. Tenerife. (2) Enfermero de Enlace del centro de Salud de Tejina-Tegueste. Tenerife.

Resumen

Por afasia se entiende la alteración del lenguaje expresivo y/o receptivo a causa de una lesión cerebral . Este trastorno tiene una alta prevalencia afectando al 21%-38% de pacientes que sufren un accidente cerebrovascular . Las áreas del lenguaje pueden verse afectadas de diferente manera dependiendo del tipo de lesión que presente el paciente (etiología, extensión, localización,…) y de factores personales (personalidad, factores intelectuales, motivación,…) pudiendo dificultar en diverso grado a su capacidad comunicativa. A pesar de la alta prevalencia de este trastorno, el conocimiento del término “afasia” en la población general, es todavía altamente desconocido en relación con otros trastornos neurológicos con menor incidencia y prevalencia, como la Enfermedad de Parkinson o la Esclerosis Múltiple. La afasia puede llegar a ser el déficit cognitivo más devastador secundario al ACV, hasta el extremo de que algunos pacientes consideran que con la alteración del lenguaje han perdido su identidad personal, creando sentimientos de profunda angustia e invalidez que afecta a todas las esferas de su vida. Este artículo intenta explicar, utilizando un modelo conexionista, en qué consiste la afasia, cuáles son los principales síndromes afásicos y cuáles sus características más importantes con el Martín Dorta W, Sicilia Sosvilla I. La

Afasia. Características comunicativas para la intervención enfermera. ENE. Revista de Enfermería. Dic. 2012; 6(3).

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objetivo de aportar información que facilite a la enfermera interactuar comunicativamente de la manera más eficaz posible, aprovechando al máximo las habilidades conservadas de nuestro paciente y abrir una puerta al desarrollo de los cuidados enfermeros de la persona con afasia.

Palabras clave: Afasia, atención de enfermería, trastorno del lenguaje, comunicación, equipos de comunicación para personas con discapacidad.

Abstract

Aphasia is understood as the expressive and/or receptive language alteration caused by brain damage. This disorder has a high prevalence affecting 21%-38% of patients that suffer a cerebrovascular accident. The language areas can be affected in different ways depending on the type of damage that the patient suffers (etiology, spreading, location) and personal factors (personality, intellectual factors, motivation) creating difficulties of different grades in his/her communicative capacity. In spite of the high prevalence of this disorder, the knowledge of the term "aphasia" in society is highly unknown in relation to other neurological disorders of less incidence and prevalence, such as the Parkinson`s disease or the multiple sclerosis. Aphasia can become the more devastating cognitive deficit secondary to the cardiovascular accident. This is to the point that some patients consider that they have lost their personal identity because of the language alteration, creating feelings of anxiety and disability that affect all the areas of their life . This article tries to explain what the aphasia is, which are the main aphasic symptoms and its most important characteristics, using a connectionist model. Its main aim is to provide information. This is mainly to help the nurse communicate in the best effective way, taking advantage of the abilities that the patient keeps and to give way to the development of the nursing care with aphasic person.

Key words: Aphasia, nursing care,

language disorders,

communication,communication Aids for disabled.

Introducción

El lenguaje constituye el instrumento a través del cual podemos interactuar con el entorno, aprendemos, organizamos nuestros pensamientos, nos relacionamos con quienes nos rodean y con nosotros mismos. El lenguaje interviene en la configuración de los rasgos de nuestra personalidad, identificándonos como únicos e irrepetibles. Nos manifestamos a través del lenguaje y adquirimos los elementos para hacerlo al interactuar y al comunicarnos.

La afasia

El término afasia fue acuñado por el médico francés Armand Trousseau en 1864 y tiene se origen en el vocablo griego a- (ausencia, falta), -phasia (palabra).

La afasia se puede entender como la pérdida total o parcial de los procesos implicados en la formulación y compresión del lenguaje, que son secundarios al daño cerebral adquirido de una red neuronal distribuida en estructuras corticales y subcorticales del hemisferio cerebral izquierdo dominante, usualmente el hemisferio dominante para el lenguaje (1). Las definiciones modernas consideran a la afasia como un trastorno cognitivo multimodal que afecta no sólo a la comprensión auditiva, el lenguaje oral, la lectura y la escritura, sino también a otros procesos cognitivos dependientes de la actividad del hemisferio cerebral izquierdo indispensables para el funcionamiento adecuado del lenguaje, como por ejemplo la memoria auditivo-verbal a corto plazo y la atención (2).

Causas

La afasia puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género, nivel de educación y grupo social. Las principales condiciones neurológicas potencialmente capaces de producir

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alteraciones del lenguaje son los accidentes cerebro-vasculares (ACV), los traumatismos cráneo-encefálicos, los tumores, las intervenciones quirúrgicas,las infecciones y las enfermedades neurodegenerativas (1) .

Los accidentes cerebro-vasculares representan la causa más frecuente de afasia (21%-38%) (3) y sus efectos van a depender fundamentalmente del territorio vascular afectado. Si hablamos de estadísticas, el ictus genera en España de 120.000 a 130.000 nuevos casos al año (4).

Los ACV de la arteria cerebral media izquierda producen afasia en la mayoría de los casos, mientras que las isquemias de las arterias cerebrales anteriores tienden a producir cambios comportamentales. Las alteraciones de la memoria y los defectos en el reconocimiento visual son más comúnmente observados en caso de compromiso de territorios de la arteria cerebral posterior (5).

Los traumatismos cráneo-encefálicos son la causa más frecuente de daño cerebral en personas menores de 40 años (5). Después de los ACV, las lesiones traumáticas del cerebro son la segunda cuasa más común de inicio súbito de afasia (6). El daño cerebral producido por un TCE puede ser primario, debido a la contusión, laceración y hemorragia, o secundaria a isquemia, anoxia, edema y hemorragia intracraneal. Los defectos del lenguaje y del habla se correlacionan con la gravedad y la extensión de las lesiones traumáticas. Si el efecto focal del traumatismo afecta a áreas del lenguaje, es natural esperar una sintomatología afásica.

Los tumores que se sitúan en áreas del lenguaje, generalmente producen alguna sintomatología afásica, sin embargo, cuanto más lento sea el desarrollo del mismo, más lenta será la aparición de estos síntomas, pudiendo incluso pasar

desapercibida dependiendo de las áreas del lenguaje que se vean afectadas (5).

Lenguaje y cerebro

La zona del lenguaje fue definida por Déjerine a principios del siglo XX (5) (6) como la región del hemisferio izquierdo localizada dentro de la distribución de la arteria cerebral media, rodeando la Cisura de Silvio en la superficie lateral del hemisferio, incluyendo regiones de los lóbulos frontal, parietal y temporal. Anteriormente, incluye el área de Broca, en la región premotora del lóbulo frontal, adyacente a la región del área motora responsable de los músculos del aparato glosofaríngeo. Posteriormente, incluye el área de Wernicke, que es la corteza asociativa auditiva en la zona posterior de la circunvolución temporal superior. Estas dos áreas están conectadas por fibras subcorticales de sustancia blanca que incluyen el fascículo arquedado y el fascículo longitudinal superior y unen los lóbulos temporal y parietal (6).

A partir de 1975 la introducción y difusión de la tomografía axial computerizada implicó una verdadera revolución generando una redefinición, al menos parcial, de algunos conceptos acerca de la organización cerebral del lenguaje. Y a partir de los años 90 se fortalece la investigación usando imágenes, ya no sólo anatómicas, sino funcionales con la utilización de la resonancia magnética funcional (RMF) y la tomografía por emisión de positrones (TEP) que han permitido visualizar la actividad eléctrica cerebral mientras se realizan diferentes tareas verbales, surgiendo un nuevo modelo en la interpretación de la organización cerebral de la cognición, el “modelo funcional, ya que hasta entonces el modelo utilizado había sido el “modelo lesional” (5)(6).

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Características básicas del lenguaje que pueden verse afectadas:

Articulación: Los trastornos articulatorios dificultan producir voluntariamente sonidos simples. Esta característica, como fenómeno afásico, se diferencia de la disartria no afásica, en que la articulación del paciente afásico es relativamente normal durante secuencias automatizadas, como por ejemplo al contar, en la repetición o en la exclamación, mientras que en la disartria es más constante en todas las condiciones (7).

Fluidez del Habla: Se refiere a la capacidad para producir palabras en secuencias conectadas y se suele asociar estrechamente con la facilidad para articular, pero no siempre viene indicada por la articulación (7). Un paciente que articule correctamente una palabra puede tener dificultad para mantener uniones gramaticales y conjugar los verbos con el conjunto de elementos que dan cohesión a los distintos elementos de la frase (8).

Comprensión Auditiva: Puede verse afectada de diversas formas, con distinto grado de severidad. Puede ir desde una “sordera de palabras” en la que el paciente reacciona como si no hubiese oído la palabra o sólo hubiese capturado fragmentos de sus sonidos, hasta una dificultad para asociar los sonidos reconocidos con su significado. Con frecuencia, el éxito a este nivel depende de la familiaridad de las palabras empleadas y de la longitud y densidad informativa del mensaje (7). Por lo general, si el trastorno del paciente es exclusivamente de carácter afásico, la comprensión de la entonación y la mímica están coservadas (8)

Encontrar palabras: Por lo general, todos los afásicos padecen alguna restricción en el repertorio de palabras que necesitan para hablar y en el tiempo que necesitan para producirlas. Las palabras que más

usa el paciente suelen ser las primeras en recuperarse (7).

Repetición: Ésta es la capacidad para reproducir patrones de sonidos del habla a partir de la representación auditiva. En la afasia, esta característica se puede ver afectada en tres puntos: Se puede fracasar en el reconocimiento de los sonidos como palabras, se puede fracasar a nivel de la articulación pese a reconocer el significado de la representación auditiva, o se puede dar una disociación selectiva entre el input auditivo y el sistema de output (7).

Lectura: La adquisición normal de la lectura parece basarse en el dominio del lenguaje auditivo (7). La base neurológica de la lectura incluye el sistema de compresión auditiva, de tal manera que el paciente afásico con una alteración grave del lenguaje auditivo muestra, por lo general, un deterioro en la lectura.

Escritura: La escritura es la más compleja de las modalidades del lenguaje y, por ello presenta muchas dimensiones en las que puede verse alterada. Desde la dificultad para la ejecución de los movimientos necesarios para su producción, hasta errores de deletreo, ortográficos, semánticos y sintácticos. En general, la capacidad de la escritura en el paciente con afasia es similar a sus posibilidades orales, aunque en algunas ocasiones se presentan pacientes con prácticamente ninguna verbalización y que poseen algunas habilidades para la escritura de palabras cortas de alta frecuencia (7).

Principales Errores Lingüísticos . Anomia: Dificultad o incapacidad para evocar los elementos lingüísticos correspondientes al nombre de los objetos (falta del normbre) (8). Es uno de los síntomas nucleares de la afasia (7). Automatismos: Son elementos del lenguaje automático o expresiones

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emocionales de uso común en la vida corriente, que en los casos de reducción grave del lenguaje, pueden constituir la mayor parte de la producción hablada del paciente con afasia (8).

Circunloquios: Es la utilización de muchas palabras para expresar algo que hubiese podido decirse con una sola o muy pocas. Aparece en situaciones donde hay dificultad para evocar palabras. Ecolalia: Fenómeno de iteración verbal por el cual el paciente con afasia repite con carácter automático la frase o las últimas pabras que acaba de dirigir a su interlocutor.

Estereotipia: Producción verbal en forma de conjunto de sonidos, sílabas o palabras que el paciente emite de forma repetida cuando intenta articular el lenguaje. Esta producción puede tener o no significado en sí misma.

Jergafasia: Expresiones verbales convertidas en no inteligibles debido a una excesiva acumulación y sobreproducción de parafasias.

Parafasias: Sustitución de la palabra adecuada a la idea subyacente por otra no adecuada o bien, sustitución de un sonido por otro que no pertenece a la sílaba o palabra emitida. Es uno de los rasgos característicos de los síndromes afásicos por su intensidad y extensión. Existen varios tipos (8):

Parafasias verbales: Consisten en utilizar una palabra en lugar de otra. En ocasiones la palabra emitida tiene una relación semántica con la que buscaba (parafasia semántica)

Parafasias fonémicas: Consiste en la utilización de fonemas que no corresponden a la sílaba o palabra que se desea emitir. Cuando las sustituciones parafásicas deforman totalmente una palabra determinada puede parecer una palabra nueva, no perteneciente al idioma del hablante (neologismo)

Principales Síndromes Afásicos Una forma de simplificar la clasificación de las afasias, ha sido utilizando dicotomías sencillas. Algunas de estas dicotomías son las de “expresivo-receptivo” (Weisenburg y Mc Bride, 1935) , “fluida-no fluida” (Benson, 1967) y “anterio-posterior” (Guodglass y Kaplan, 1972).

La subdivisión que se utiliza en este artículo es la que se basa en el carácter del output verbal (“fluidas- no fluidas”) (7). Cuando está afectada la parte prerrolándica (anterior) del área anatómica del lenguaje (área de Broca), el flujo expresivo está más o menos alterado en los niveles de iniciación del habla, en el hallazgo y secuenciación de movimientos articulatorios y en la producción de secuencias gramaticales, por lo tanto el habla resultante se denomina “no fluida”.

Las formas contrarias o “fluidas” se deben generalmente a lesiones posteriores a la cisura rolándica, manteniéndose intacta el área de Broca. Éstas se caracterizan por la facilidad de articulación y largas series de palabras, con diversidad de construcciones gramaticales y, dificultad para encontrar sustantivos y palabras (7). A partir de esta división y para facilitar la compresión de los trastornos del lenguaje del paciente afásico, se agruparán constituyendo una clasificación clásica en síndromes. De acuerdo con este modelo conexionista (clínicotopográfico) se relacionará un conjunto específico de signos y síntomas con la anatomía más probable de la lesión que los produce. Estos síndromes representan los patrones de conducta língüística que se repiten con mayor regularidad cuando se ven afectadas determinadas áreas cerebrales del lenguaje, pero existen variantes de estos síndromes, no sólo porque las lesiones naturales varían casi hasta el infinito en cuanto a su localización y extensión concreta, sino también porque la respuesta a una misma lesión no es fija e inmutable en todos los individuos (6).

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Principales síndromes afásicos (6).

Afasia de Broca (Afasia verbal de Head, afasia motora de Goldstein, afasia motora eferente de Luria, afasia expresiva de Weisenburg y McBride)

Las características esenciales son torpeza articulatoria, restricción del vocabulario, restricción gramatical a lo más simple, mayoría de formas sobreaprendidas y conservación relativa de la compresión auditiva (7). El lenguaje escrito está normalmente alterado por lo menos en grado tan severo como el habla. La lectura suele estar afectada de manera leve.

Al comienzo de la recuperación la denominación de objetos suele volver a niveles funcionales, sin embargo la sintaxis se mantiene alterada, construyendo frases de una o dos palabras y manifestando gran dificultad para la combinación de sujeto y verbo.

Afasia de Wernicke (Afasia sintáctica de Head, afasia sensorial de Goldstein, afasia acústica de Luria, afasia receptiva de Weisenburg y McBride)

Este síndrome constituye la más común de las afasias “fluidas” (7). Los rasgos característicos de este síndrome son la compresión auditiva alterada y el habla articulada fluida pero parafásica. Tienen un evidente trastorno de la comprensión auditiva incluso, en ocasiones, a nivel de palabras aisladas(7) (8). El paciente puede repetir palabras pero sin entenderlas o bien repetirlas con distorsiones parafásicas. En ocasiones la parafasia es tan generalizada que el paciente puede utilizar una jerga sin significado (jergafasia). La dificultad para encontrar palabras es muy característica de este síndrome y por lo general suelen estar afectadas también la escritura y la lectura.

El paciente con afasia de Wernicke puede parecer, debido a la fluidez y a la entonación melódica de su habla, un hablante normal (7).

De manera usual estos pacientes pueden seguir utilizando su mano derecha para escribir debido a la localización posterior de la lesión que deja indemne el área motora, sin embargo ésta es parecida a su habla, fluida pero parafásica.

Afasia Anómica (Afasia nominal de Head, afasia semántica de Wepman, afaisa amnésica de Goldstein)

La característica más llamativa de este síndrome, es la dificultad para encontrar palabras manteniendo por lo general un habla fluida y gramaticalmente correcta. Muchas veces para suplir esta dificultad utilizan circunloquios allí donde les falta palabras. Se diferencia de la afasia de Wernicke en la ausencia de parafasias fonémicas y verbales.

Aunque la compresión auditiva es relativamente buena, el paciente puede tener problemas para reconocer una palabra que él no ha sido capaz de evocar por sí mismo.

La lectura y la escritura pueden variar de paciente a paciente a lo largo de un amplio rango (7).

Afasia de Conducción (Afasia central de Goldstein, afasia motora aferente de Luria)

Este tipo de síndrome se caracteriza por la alteración severa de la tarea de repetición en relación con el nivel de fluidez en el habla espontánea y con su, generalmente, buen nivel de compresión auditiva (7) (8).

El flujo de su habla puede verse interrumpido por las pausas de evocación, ya que tiene dificultad para la elección y secuenciación apropiada de los fonemas. La frecuente parafasia fonémica puede interferir repetidamente en su

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discurso pudiendo ser difícil de diferenciar desde el punto de vista articulatorio con la afasia de Broca. Cuando el nivel de fluidez es mayor, el predominio anómico puede ser la característica más llamativa. La diferencia con respecto a la afasia de Wernicke es que el paciente es, en la mayoría de ocasiones, consciente de su inexactitud y va a rechazar los intentos no correctos (7).

Afasia Motora Transcortical

(Afasia Extrasilviana

Motoral,Afasia dinámica de Luria)

El concepto “transcortical” conlleva la conservación de la tarea de repetición en el contexto de una estructura de lenguaje verbal por lo demás limitada. La persona con afasia motora transcortical presenta una gran dificultad para iniciar y organizar respuestas en la conversación, predominando la anomia y la longitud de frase corta (7) (8). Suele tener buena compresión auditiva y, a diferencia de la afasia de Broca, una mejor repetición y menor esfuerzo articulatorio (6).

El déficit básico es la incapacidad para generar oraciones o cadenas de oraciones completas.

Afasia Sensorial Transcortical (Afasia Extrasilviana Sensorial) Se caracteriza por una anomia significativa y una pobre compresión auditiva pero, a diferencia de la afasia de Wernicke, mantiene una buena capacidad de repetición (6). La severa anomia interrumpe la fluidez del discurso, sin embargo sigue manteniendo el patrón de una afasia “fluida” (facilidad de articulación, correcta entonación y construcción gramatical adecuada). El paciente típico con este trastorno mantiene una conversación con una parafasia bien articulada pero irrelevante que puede incluir tanto palabras reales como neologismos. Estas personas producen con frecuencia ecolalias y

automatismos. El lenguaje escrito suele estar muy alterado (7) (8).

Afasia Global

Todos los aspectos del lenguaje están severamente afectados. Existe una profunda anomia, pobre compresión auditiva y la producción verbal es prácticamente inexistente (6).

En ocasiones la articulación de unas pocas palabras o expresiones esteriotipadas está conservada. A veces, estos pacientes pueden producir expresiones esteriotipadas que pueden consistir en palabras reales o sin sentido (neologismos).

Es importante destacar a la hora de realizar la valoración de enfermería, que en este tipo de afasia, la competencia en compresión auditiva en el contexto de una conversación puede estar menos comprometida que otras características del lenguaje, si el tema del que se habla está relacionado con su entorno más cercano o con hechos recientes para el paciente (7).

Afasia no fluida mixta

Esta afasia se encuentra a medio camino entre la afasia global y a la afasia de Broca. Destaca la presencia de una anomia grave y una compresión auditiva relativamente pobre (6) (7). Puede aparecer en el proceso de recuperación de una afasia global, bien de manera espontánea o por la acción de la terapia logopédica(6). La producción verbal en algunos casos puede estar limitada a emisiones esteriotipadas, y en otros, pueden producir habla escasa pero con significado, con esfuerzo articulatorio, parafasias fonémicas y perseveraciones.

Valoración de las características comunicativas del paciente con afasia

Los logopedas son los profesionales que se encargarán, junto a otros profesionales como psicolingüístas, médicos rehabilitadores, neuropsicólogos, foniatras, entre otros, de evaluar las alteraciones del lenguaje y la

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comunicación del paciente afásico, de analizar las habilidades de comunicación de la familia y su entorno y de establecer y desarrollar el plan de rehabilitación en éste área, sin embargo, la intevención en la afasia debido a la diversidad de trastornos asociados, requiere de un abordaje multidisciplinar, especializado, con un plan de tratamiento holístico, integrador y personalizado (4). La calidad de los cuidados que preste la enfermera dependerá, en gran medida, del conocimiento que ésta tenga sobre el tema que esté abordando. Conocer las características básica de los trastornos de lenguaje y de la comunicación que puede presentar la persona con afasia nos permitirá interactuar de manera más eficaz y adaptada a sus posibilidades, aprovechando los recursos que el paciente conserva para sacar el máximo rendimiento a la interacción, favoreciendo la mayor autonomía e independencia comunicativa posible. Los datos recogidos dependerán de los conocimientos que tenga la enfermera, de su experiencia, filosofía y/o modelo conceptual de trabajo.

Las enfermeras solemos utilizar cuestionarios o tests que nos permiten recoger información durante el proceso de valoración. Algunos de los cuestionarios y test que se utilizan para detectar deterioro cognitivo, nos pueden ayudar, sin pretender realizar una valoración completa del trastorno, a detectar algunas características del lenguaje del paciente e identificar algunos de sus errores lingüisticos.

•Test de Pfeiffer: Podemos valorar la fluidez verbal, dificultad para encontrar palabras, uso de parafasias, el nivel de comprensión auditiva.

•Cribado de Demencias. Set-Test de Isaacs: Podemos valorar compresión auditiva, dificultad para encontrar palabras, uso de parafasias. Si este test lo mostramos por escrito no permite valorar la compresión escrita.

•Mini examen cognoscitivo MEC: Nos permite valorar la fluidez verbal, búsqueda de palabras y denominación por confrontación visual, repetición de frases, compresión auditiva, compresión del lenguaje escrito, mecánica del lenguaje escrito, memoria a corto plazo y atención.

Además de los tests y cuestionarios que solemos utilizar las enfermeras, existen otros diseñados específicamente para la evaluación de la afasia o de los trastornos relacionados con la misma. A continuación se muestran algunos:

•Test de Boston. Evaluación de la afasia y de trastornos relacionados. Este test es actualmente uno de los más utilizado. Diseñado con tres objetivos generales: Diagnosticar la presencia y tipo de síndrome afásico, evaluar el nivel de rendimiento a lo largo de un amplio rango tanto en una determinación inicial como la detención del cambio en el tiempo y, evaluación global de las dificultades y posibilidades del paciente en todas las áreas del lenguaje como guía de tratamiento. Las áreas deficitarias que valora utilizando múltiples subtests son: Articulación, pérdida de la fluidez verbal, dificultad para encontrar palabras, repetición, habla seriada, pérdida de la gramática y la sintaxis, parafasia, compresión auditiva, lectura y escritura.

•Bateria de las Afasias de Western. Diseñado como instrumento para objetivar y clasificar la alteración del lenguaje en su inicio, así como para el estudio sistemático y seriado de su evolución

•Test EPLA (Evaluación del procesamiento lingüístico en la afasia). Test útil para evaluar los procesos psicolingüísticos que se encuentran alterados en los sujetos con afasia. Enfocado desde la perspectiva de la neuropsicología cognitiva valora el procesamiento fonológico, la lectura, la

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escritura, la compresión de palabras y dibujos y la compresión de oraciones.

•Índice de Porch de habilidades comunicativas: Basado en un modelo estrictamente conductual pretende reflejar la evolución del paciente, sirviendo de guía para la rehabilitación.

• Test de Barcelona Revisado (Programa integrado de exploración neuropsicológica). Evalúa numerosos

componentes (lenguaje,

memoria,orientación, cálculo,…)

Recomendaciones generales para comunicarnos con la persona que presenta afasia.

- Buscar el entorno más propicio para la interacción, reduciendo al mínimo o eliminando el ruido de fondo.

- Mirar a la cara del paciente y hacer que mire a quien le habla.

- Hablar de modo lento y bien articulado sin exagerar ni aumentar el volumen de la voz, adaptada para un adulto.

- Utilice frases cortas y sencillas. Ponga énfasis en las palabras claves.

- Hable de temas concretos, objetos y personas familiares, del ambiente próximo.

- Repita varias veces las ideas importantes.

- Compruebe que el paciente comprende lo que se ha informado antes de introducir nueva información.

- Dar tiempo al paciente para que hable y dejarle un margen de tiempo razonable para que responda.

- Puede pedir que repita lo que ha dicho cuando no se entiende, pero no insista demasiado para evitar la frustración. - Evitar críticas y correcciones frecuentes. - Hágale preguntas que se puedan responder de manera breve.

- Animarle en todos sus esfuerzos, los pequeños logros deben aceptarse como grandes.

- El tiempo que se dedica a la interacción comunicativa debe ser limitado, ya que la fatiga suele aparecer con sesiones muy largas.

- Usar diferentes formas de comunicar aprovechando las habilidades del paciente: expresión facial, gestos y signos, objetos, fotografías,…

Sistemas

Alternativos/Aumentativos de Comunicación (SAAC)

Es interesante plantear el uso de sistemas alternativos o aumentativos de comunicación en pacientes que sean susceptibles de usarlos. Por ejemplo, un paciente que tenga dificultad para iniciar un mensaje, puede servirse de imágenes o iconogramas que representen un objeto o una acción determinada. Los sistemas alternativos / aumentativos de comunicación están diseñados para superar las limitaciones sobre todo de la expresión fónica-oral. Sin embargo, hay que tener claro que su utilización no garantiza la comunicación entendida como proceso interactivo. Los SAAC buscan:

- Iniciar interacciones comunicativas.

- Introducir temas de

conversación. - Mantener un tema.

- Terminar las interacciones cuando sea pertinente.

- Pedir lo que se necesita.

- Proporcionar y compartir información

Se puede utilizar SAAC sin apoyo o con apoyo. Los SAAC sin apoyo son los que no requieren de equipos adicionales. Estos incluyen el deletreo digital, la gesticulación, la indicación digital, la mirada dirigida hacia un objeto específico,… Los sistemas con apoyo incluyen algún tipo de dispositivo externo, que pueden ser de diseño casero, de baja tecnología o de alta tecnología. Incluyen tarjetas con dibujos o fotos de objetos, imágenes que representen determinadas acciones, tableros de comunicación con carteles o tarjetas, paneles electrónicos,…

La selección de uno u otro debe ser valorado por un equipo multidisciplinar,

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donde la enfermera puede participar como parte integrante del mismo y, por supuesto, el propio usuario y su entorno. Láminas que representan objetos y acciones

En este sentido, las enfermeras del Hospital Punta Europa de Algeciras del Servicio Andaluz de Salud han diseñado un panel de comunicación con traducción a varios idiomas que vale la pena consultar y disponer en la siguiente dirección:

http://www.juntadeandalucia.es/servicio andaluzdesalud/principal/documentosAc c.asp?pagina=pr_desa_Innovacion11&url =../contenidos/gestioncalidad/DICE/Pa

neles/Paneles.html.

Bibliografía

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Referencias

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