Introducción
El cáncer es una enfermedad crónica que se de-sarrolla en múltiples fases y por un período prolon-gado de tiempo, conlleva la modificación del curso
natural de la vida y demanda a quien la padece nue-vas pautas de adaptación, indispensables para ma-nejar los estresores físicos, sociales, laborales y financieros que genera.
Los reportes de la Organización Mundial de la Salud (2017) revelan que más de 60% de los nuevos casos de cáncer en el mundo tienen lugar en África, Asia, Sudamérica y Centroamérica y el 70% de las muertes por cáncer también ocurren en estas regio-nes. La tasa de incidencia de cáncer en Argentina (ajustada por edad a la población mundial) es de
ANALISIS DEL EFECTO DE UN PROGRAMA DE INTERVENCIÓN
GRUPAL SOBRE LA CALIDAD DE VIDA EN PACIENTES ONCOLÓGICOS
ANALYSIS OF THE EFFECT OF A PSYCHOLOGICAL INTERVENTION
PROGRAM GROUP ON QUALITY OF LIFE OF ONCOLOGY PATIENTS
Alicia Massone * y Darío Llull**
Resumen
Este estudio se propuso evaluar el efecto de un programa de intervención psicológico grupal sobre el afrontamiento y la calidad de vida del paciente oncológico. Se utilizó un diseño cuasi-ex-perimental de grupo excuasi-ex-perimental y cuasi-control, con medidas repetidas pretest/postest. La mues-tra se conformó con 27 personas con diagnóstico médico de cáncer, no metástasicos y en etapa de primer tratamiento activo, un 65% mujeres y 35% de varones, con un rango de edad de 28 a 73 años y una media de 51 años (DT 11,6). Según la localización tumoral es una muestra mixta. Para evaluar calidad de vida se administró el cuestionario FACT-G, Functional Assessment of Cancer Therapy General quality of life, (Cella y Tulsky, 1993) y para afrontamiento el MAC, Mental Adjus-tment to Cancer Scale, (Ferrero, Barreto y Toledo, 1994). El tamaño del efecto (η2) del programa de intervención fue moderado. Los resultados reportaron un efecto positivo del programa sobre la ca-lidad de vida (F=22,60; p<0,01) y el desamparo (F=5,34; p=0,01), fatalismo (F=8,06; p=0,02), espí-ritu de lucha (F=6,15; p=0,01), preocupación ansiosa (F=6,44; p<0,01) y negación de la enfermedad (F=79,10; p<0,01).
Palabras clave:Psicooncología; Intervención Psicológica; Calidad de Vida; Afrontamiento; Psicología Positiva.
Abstract
This study aimed to evaluate the effect of a program of group psychological intervention on coping and quality of life of cancer patients. Quasi-experimental design, with pre-intervention-post tests was employed. The sample consisted of 27 participants with a medical diagnosis of cancer, non-metastatic at first treatment phase, 65% women and 35% men, with an age range of 28-73 years and a mean of 51 years (DT 11,6). The FACT- G Functional Assessment of Cancer Therapy General quality of life (Cella & Tulsky, 1993) questionnaire was administered to assess the quality of life, and the MAC Mental Adjustment to Cancer Scale (Ferrero, Barreto y Toledo, 1994) to assess coping. The size of the intervention program effect (η2) was moderate. The results indicated a positive effect of the program on quality of life (F=22,60, p <0,01) and helplessness (F= 5.34, p = 0.01), fatalism (F=8,06 p = 0,02), fighting spirit (F=6,15, p = 0,01), anxious preoccupation (F= 6,44, p <0.01) and denial of illness (F=79, 10, p <0,01).
Key words:Psycho-Oncology; Psychological Intervention; Quality of Life; Coping; Positive Psychology.
Recibido: 26-04-14 | Aceptado: 30-05-17
* Instituto de Investigación en Psicología Básica, Aplicada y Tec-nología (IPSIBAT). UNMdP- CONICET. Facultad de Psicología. Mar del Plata, Argentina. E-Mail: amassone@mdp.edu.ar
** UNMdP. Facultad de Psicología. Mar del Plata, Argentina. E-Mail: dariollull@gmail.com
REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XXVI p.p. 202-209 © 2017 Fundación AIGLÉ.
206,3 por cada 100.000 personas y se diagnostican 104.900 casos nuevos al año. En este sentido, Argen-tina se encuentra en un nivel medio-alto de inciden-cia de cáncer y se estiman más de 200.000 nuevos casos para el año 2020.
Dada su alta incidencia y el incremento expo-nencial de casos proyectados a futuro, el abordaje psicosocial de estos pacientes debiera ser un tema prioritario en las agendas de los sistemas de salud públicos y privados de nuestro país. Según las estimaciones realizadas por la International Agency for Research on Cancer -IARC- (2012) el 45% de los pacientes oncológicos sufren malestar emocional, en tanto perciben que las demandas de la nueva situación son demasiado altas o que sus recursos son escasos para responder eficaz-mente a dicha demanda.
Para Hoffman, Zevon, D'Arrigo y Cecchini (2004) el sufrimiento psicológico se presenta a lo largo de un continuo que abarca desde aspectos de la adap-tación normal, como proceso de ajuste constante en el que cada paciente trata de manejar el sufrimiento, hasta un estilo de afrontamiento desadaptativo ca-racterizado por sentimientos de indefensión, deses-peranza, resignación y pasividad.
La adaptación normal o exitosa se asocia con: percepción positiva del propio estado de salud o bienestar subjetivo, estabilidad emocional, expe-riencia subjetiva de buena calidad de vida y bajo nivel de afrontamiento pasivo/evitativo (Pearlin y Schooler, 1978; Schnoll, Knowles y Harlow, 2002; Camacho, Andrade, y De Valderrama, 2007). Cabe aclarar que según Rodriguez, Bayon, Orgaz, Torres, Mora y Castelo (2007), el estilo de afron-tamiento activo se asocia a elevado espíritu de lucha, y el pasivo con elevada preocupación an-siosa, desamparo-indefensión, fatalismo y nega-ción de la enfermedad.
Si bien hay evidencia del impacto del cáncer y de la necesidad del paciente de actualizar sus recursos adaptativos durante los diferentes estadios de la en-fermedad (Jacobsen y Jim, 2008), son escasos los re-portes de estudios empíricos que indagan si, cómo y por qué las intervenciones psicosociales son efec-tivas para personas con diagnóstico médico de cán-cer. Según la European Organization for Research and Treatment of Cancer Quality of Life (EORTC, 2012) no existe criterio unificado y transcultural para el abordaje de esta tipología de pacientes.
Los estudios más actuales sugieren que la incor-poración de una intervención breve como parte in-tegral del tratamiento clínico-médico del paciente oncológico, podría ser beneficiosa para enfrentar los problemas asociados al diagnóstico y optimizar el tratamiento posterior (Watson y Kissane, 2011) aun-que los datos disponibles con población
latinoame-ricana son escasos y poco concluyentes (Campos-Ríos, 2013).
A nivel nacional no existe un protocolo para el abordaje psicológico del estos pacientes, las inter-venciones psicosociales que abordan el malestar emocional son en su mayoría norteamericanas y res-ponden a objetivos diversos. Algunas abordan la pa-tología psicológica y otras trabajan sobre la potenciación de los recursos psicológicos del pa-ciente (Spiegel, Bloom y Yalom, 1981; Spiegel, Kraemer, Bloom y Gottheil, 1989; Fawzy, Fawzy, Arnt y Pasnau, 1995; Seligman, Steen, Park y Peterson, 2005; Font y Rodriguez, 2004; Vázquez, Hervás y Samuel, 2006).
Asimismo, la determinación de la eficacia de estas intervenciones es objeto de análisis constan-tes y arrojan resultados no concluyenconstan-tes, controver-tidos y contradictorios, que se atribuyen al escaso número de investigaciones, amplia diversidad en los instrumentos de evaluación, variación en las condi-ciones del tratamiento médico-clínico (etapa del cán-cer, tipo de tratamiento, localización, edad, origen racial) y dudosa calidad metodológica.
Por lo antes expuesto, este estudio se pro-pone diseñar y evaluar el efecto de un programa de intervención psicoeducativa grupal sobre el afrontamiento y la calidad de vida del paciente oncológico.
METODOLOGÍA
Diseño
El estudio se encuadra en un diseño cuasi expe-rimental con grupo expeexpe-rimental y cuasi-control, con medidas repetidas pretest y post-test, sin asignación aleatoria a las condiciones y emparejados en estadio de enfermedad, y esquema de tratamiento. La téc-nica de muestreo utilizada es de tipo no probabilís-tica por disponibilidad.
Muestra
Compuesta por 27 pacientes con primer diagnós-tico de cáncer, bajo tratamiento médico activo, se distribuyeron n=10 en el grupo cuasi-control y n=17 en el grupo experimental. Se distribuyeron según gé-nero en 65% mujeres y 35% de varones, con un rango de edad de 28 a 73 años, una media de 51 años y un desvío estándar de 11,6. Todos los partici-pantes fueron atendidos en el servicio de oncología del Sanatorio Central EMHSA de la ciudad de Mar del Plata, Argentina.
El 73% son casados; 4% son solteros y divorcia-dos y 19% viudivorcia-dos. Un 34% completaron estudios pri-marios, seguidos del 34% con estudios secundarios y el 32% con estudios terciarios-universitario.
Los criterios para la inclusión de los pacientes en el estudio son:
- Diagnóstico de cáncer. - Localización tumoral variada. - Ausencia de metástasis distal. - En fase de primer tratamiento activo. - No hospitalizados.
- En ausencia de enfermedades concomitantes. - Mayores de 18 años y menores de 75 años. - Que presten consentimiento para participar del estudio.
Procedimiento
Se tomó como lugar de trabajo la sala de quimio-terapia del Sanatorio Central EMHSA de la ciudad de Mar del Plata, Argentina. A los pacientes que asistie-ron para cumplir con el tratamiento de quimioterapia y que cumplían las condiciones para ser incluidos en el estudio, se los invitó a participar y se pautó una entrevista individual para evaluar aspectos asocia-dos a la enfermedad, datos sociodemográficos y fir-mar el consentimiento.
Fueron asignados al grupo control los pacientes que desearon participar del estudio, pero carecían de disponibilidad y/o tiempo para asistir semanal-mente al sanatorio. Se les ofreció dos entrevistas in-dividuales de frecuencia mensual con fines evaluativos, de manera que el paciente no asistió al sanatorio con más frecuencia de la que el trata-miento médico/clínico le demandó.
El grupo experimental se compuso de 4 a 6 pa-cientes, con ellos se pautaron cuatro encuentros de noventa minutos y frecuencia semanal con tareas inter-sesión, los mismos fueron coordinados por la autora del estudio en colaboración con el médico oncólogo y la enfermera responsables del servicio de oncología del Sanatorio Central EMHSA. Al fina-lizar el programa de intervención (en adelante PROA) se volvió a evaluar a los pacientes en una entrevista individual.
El mismo procedimiento con el grupo control y experimental se repitió en varias oportunidades para incrementar la cantidad de sujetos que conformaron la muestra.
Instrumentos
Los instrumentos de evaluación usados son es-pecíficos para pacientes oncológicos y de marcada trascendencia en este ámbito.
Con el objetivo de complementar el consenti-miento y evaluar datos sociodemográficos, clínicos y expectativas en relación a la intervención psicoló-gica se administró una entrevista semi-estructurada. Para evaluar afrontamiento, se administró el MAC (Mental Adjustment to Cancer Scale) (Ferrero, Barreto y Toledo, 1994) es un cuestionario autoad-ministrado para ser aplicado en estudios clínicos con
el fin de determinar respuestas desadaptadas ante el diagnóstico oncológico.
Está compuesto por 40 ítems, que se clasifican en cinco subescalas o estilos de afrontamiento: espíritu de lucha, indefensión, preocupación ansiosa, fata-lismo y negación. En la muestra bajo estudio el valor Alfa de Cronbach global del cuestionario MAC es de 0,43, mostró una consistencia interna media-baja.
Para evaluar calidad de vida se administró el cuestionario FACT-G (Functional Assessment of Can-cer Therapy General quality of life) su 4ta versión (Cella y Tulsky, 1993) está diseñado para medir cali-dad de vida en pacientes oncológicos bajo trata-miento médico, mide cuatro dominios: bienestar físico, bienestar social/familiar, bienestar emocio-nal, bienestar funcional.
Para la muestra en estudio el valor Alfa de Cron-bach global del cuestionario es de 0,89, mostró alta consistencia interna.
Descripción del Programa de Intervención (PROA). Objetivos del programa PROA.
Se trata de un programa psico-educativo que se centra en la enseñanza de habilidades que favorecen el afrontamiento positivo, la estabilidad emocional y el bienestar. Concretamente aborda los siguientes objetivos distribuidos en las cuatro sesiones presen-ciales y tareas inter-sesión.
- Desarrollar estrategias adaptativas y funcionales de afrontamiento.
- Experimentar puntos de vista positivos y negativos sobre el mismo tema.
- Conocer e identificar las propias fortalezas y las del grupo.
- Inducir sensaciones de gratitud.
- Promover resignificación cognitiva, a partir de tomar conciencia de cómo una misma historia o si-tuación vital estresante permite diferentes posibili-dades conceptuales.
Diseño del programa PROA
Este programa de intervención pasó por un pro-ceso de validación de contenido con interjueces (psicólogos clínicos externos al estudio, n=3); el pro-grama de intervención se materializa en actividades intencionales positivas.
A los fines de su diseño e implementación se tomó especial consideración de las pautas de Lyubomirsky (2008) referidas a adecuación, necesi-dades y posibilinecesi-dades de aquellos a quienes va diri-gido el programa. A continuación, se describen los momentos o etapas del diseño.
Primera etapa: Diagnóstico de las necesidades del paciente oncológico.
diagnosticar los intereses y necesidades de los sujetos del estudio como grupo con enfermedad crónica grave. A partir del análisis de la bibliografía se identificaron las características psicológicas, intereses y necesida-des que presentan la mayoría de estos pacientes.
Las investigaciones actuales apoyan la noción general de concordancia entre características emo-cionales del paciente y dispositivo de intervención (Higgins y Green, 2005) así cada intervención en par-ticular se debe adecuar a la vida emocional del grupo de referencia. La idea del programa PROA es propiciar actividades de alta adecuación al grupo de referencia para que el paciente se las apropie e in-corpore a su rutina cotidiana.
Segunda etapa: Adecuación persona-actividad. El ajuste entre las características personales y la naturaleza de la actividad propuesta en el programa es vital, porque si la actividad está bien elegida el participante se sentirá motivado para asistir al pro-grama, se sentirá bien con lo que hace, la práctica le resultará natural y agradable y seguirá ejercitándola después de la intervención.
Tercera etapa: Adecuación objetivo-estrategia positiva. Se consideró la asociación entre objetivo y estra-tegia, tal como se describe a continuación:
Objetivo: practicar la gratitud y el pensamiento positivo. Estrategias: diario de gratitud; expresar gratitud a una persona significativa.
Objetivo: cultivar el optimismo. Estrategia: reco-nocer los pensamientos negativos y autolimitantes. Objetivo: invertir en contactos sociales; cuidar los vínculos sociales. Estrategias: dedicar tiempo; mostrar agradecimiento y afecto; comunicarse; ma-nifestar apoyo y lealtad; abrazar.
Objetivo: manejar el estrés y las dificultades, es-timular afrontamiento activo. Estrategias: encontrar sentido; ver el lado positivo; auto-cuestionar los pensamientos.
Objetivo: vivir el presente. Estrategias: saborear las alegrías de la vida; saborear las experiencias comunes; disfrutar de familiares y amigos; revivir días felices.
El diseño e implementación del PROA cumplió con las normas éticas Helsinki 2000 (Salako, 2006) en rela-ción a los derechos de los pacientes incluidos en el es-tudio, es decir, se cumplimentaron los tres requisitos que las normas de Helsinki establecen para toda inves-tigación clínica. A continuación se describen cada uno de los requisitos y como se cumplimentaron.
Primero, realizar la intervención con un pequeño grupo de voluntarios que “gocen de buena salud” con el objetivo de determinar si las actividades se ajustan a la cantidad de sesiones estimadas, cómo son procesadas y sus posibles efectos. Para cumplir con esta condición se trabajó sobre una muestra de estudiantes avanzados de la carrera de Psicología
de la Universidad Nacional de Mar del Plata (n=19), que prestaron su consentimiento para participar del PROA. Esta experiencia fue útil para ajustar a nivel léxico los instrumentos de evaluación y monitorear tiempos, formatos y dinámica que cada tarea reque-ría para su aplicación.
Segundo, realizar la intervención en un grupo de pacientes que tienen la enfermedad, para conocer si la intervención produce algún efecto beneficioso o si tiene efectos secundarios nocivos. Se administró el PROA a un grupo de pacientes con cáncer de mama (n=4) de la clínica Pueyrredón de la ciudad de Mar del Plata; en esta primera instancia, el programa no mostró efectos significativos sobre las variables y no se observaron cambios en las medidas de las variables pre y postest.
Tercera condición, es el ensayo clínico que adminis-tra la intervención a una gran cantidad de pacientes y a un grupo control, se intervino sobre los 27 pacientes oncológicos del sanatorio EMHSA de la ciudad de Mar del Plata reportados en el presente estudio.
Contenidos del programa PROA
Durante cada sesión y como tareas inter-sesión se aplicaron distintas intervenciones positivas que gozan de validez empírica: (a) El árbol de los Talen-tos (Park, Peterson y Seligman, 2004); (b) Ejercicio V.I.P -valores, influencias y proyectos- (Marujo, Neto, Caetano y Rivero, 2007); (c) Tres cosas Posi-tivas (Seligman, et. al., 2005); (d) Ejercicio de los Activistas de la Esperanza y la Desesperanza (Marujo, Neto, Caetano y Rivero, 2007); (e) Tu mejor recuerdo (Seligman, et. al., 2005); (f) Ejerci-cio del DicEjerci-cionario Positivo (Neto y Marujo, 2007); (g) Ejercicio de gratitud (Emmons y Mc Cullough, 2003); (i) Carta y Visita de Gratitud (Watkins, Woodward, Stone y Kolts, 2003).
RESULTADOS
El análisis estadístico se realizó con el pro-grama estándar Statistical Package for the Social Sciences, SPSS versión 17.0. Los niveles de signi-ficación estadística utilizados para valorar las di-ferencias entre los grupos, son los corres-pondientes a p<0,05.
Se estimaron los estadísticos descriptivos bási-cos de media y desvío estándar para cada variable; para las comparaciones intra-grupo se usó el esta-dístico no paramétrico de Wilcoxon y para estimar la efectividad del programa y comparar el grupo ex-perimental con el cuasi-control, se realizó un aná-lisis de variancia sobre el post-test incluyendo como covariable las puntuaciones de los partici-pantes en el pre-test.
Análisis del comportamiento del grupo cuasi-control: cambios entre la pre-evaluación (medida basal) y la post-evaluación (al mes):
Tal como se observa en la tabla 1 las personas
que no participaron del PROA mostraron un deterioro significativo de su calidad de vida global (z=-2,80; p=0,005); del bienestar físico (z=-2,27; p=0,02) y del bienestar funcional (z=-2,32; p=0,02).
Tabla 1. Estadísticos descriptivos y prueba de Wilcoxon del grupo cuasi-control
Pre Media (DT) Post Media (DT) Wilcoxon z(p) CALIDAD DE VIDA
Bienestar Físico 29,80(5,54) 24,70(4,49) -2,27 (0,020) Bienestar Social 20,00(4,54) 18,20(5,37) n.s. Bienestar Emocional 16,70(4,87) 16,50(2,95) n.s. Bienestar Funcional 24,00(4,94) 22,10(4,81) -2,32 (0,020) Cal. de Vida Global 89,60(11,52) 81,10(10,38) -2,80 (0,005) AFRONTAMIENTO
Espíritu de Lucha 43,70(4,39) 43,80(4,44) n.s.
Desamparo 10,00(2,74) 11,40(3,68) n.s.
Preocupación Ansiosa 22,60(3,23) 24,80(3,88) n.s.
Fatalismo 21,30(3,49) 21,90(2,84) n.s.
Negación 2,00(1,15) 2,10(1,10) n.s.
Análisis del comportamiento del Grupo Experi-mental: cambios antes y después de la aplicación del PROA.
Los estadísticos descriptivos y la comparación de Wilcoxon mostraron (tabla 2) que las personas que participaron de la intervención incrementa-ron con significatividad estadística el bienestar social (z=-3,43; p=0,001); el bienestar funcional
(z=-2,69; p=0,01) y la calidad de vida global (z= -2,33; p=0,02).
También mostraron una disminución significativa de las variables asociadas a estilos pasivos de afron-tamiento de la enfermedad, del desamparo/indefen-sión (z=-3.43; p=0,001); la preocupación ansiosa (z=-2.08; p=0,005) y el fatalismo (z=-2.83; p=0,040).
Tabla 2. Estadísticos descriptivos y prueba de Wilcoxon del grupo experimental
Pre Media (DT) Post Media (DT) Wilcoxon z(p) CALIDAD DE VIDA
Bienestar Físico 20,25(7,63) 18,25 (9,56) n.s. Bienestar Social 20,56(4,38) 23,75(3,27) -3,43 (0,001) Bienestar Emocional 16,75(4,61) 17,38(5,70) n.s. Bienestar Funcional 22,25(3,94) 25,88(3,82) -2,69 (0,007) Cal. De Vida Global 79,81(9,86) 85,37(14,22) -2,33 (0,020) AFRONTAMIENTO
Espíritu de Lucha 43,81(5,71) 46,38(6,20) n.s.
Desamparo 12,81(2,16) 9,44(2,19) -3,43 (0,001)
Preocupacion Ansiosa 22,75(3,51) 20,31(3,97) -2,08 (0,005)
Fatalismo 21,75(3,41) 18,62(3,07) -2,83 (0,040)
Negación 1,38(0,50) 1,25(0,44) n.s.
Análisis del efecto del PROA: comparación del comportamiento del grupo cuasi-control (GC) y grupo experimental (GE) en el postest.
Para determinar la efectividad del trata-miento se realizó un análisis de variancia sobre
el post-test incluyendo como covariables las puntuaciones de los participantes en el pretest (Cook y Campdell, 1979). En la tabla 3 se presen-tan los resultados globales para todas las varia-bles de resultado.
Se observaron cambios significativos a favor del grupo experimental en bienestar funcional (F=13,67; p<0,01), social (F=43,22; p<0,01), emocional (F=2,84; p=0,05) y en la calidad de vida (F=22,60; p<0,01). El bienestar físico no mostró diferencias entre los grupos.
En cuanto a las medidas de afrontamiento se iden-tificaron diferencias significativas entre los grupos en las variables: desamparo/indefensión (F=5,34; p=0,01), fatalismo (F=8,04; p=0,02), negación de la enfermedad (F=79,10; p<0,01), espíritu de lucha (F=6,15; p=0,01) y preocupación ansiosa (F=6,44; p<0,01). Estas diferencias favorecen a los pacientes que participaron del programa de intervención porque ellos reportaron mayor espíritu de lucha y menor ne-gación, fatalismo y preocupación ansiosa.
Coe y Soto (2003) recomiendan que los resulta-dos de este tipo de estudios, deben interpretarse no sólo en función de los valores de las pruebas de sig-nificación estadística tradicionales, sino también en función de la información que aporta el índice ta-maño del efecto.
Respecto a la interpretación del TE y su relevan-cia clínica, los meta-análisis estiman un tamaño del efecto moderado de 0,40 sigmas para los estudios con alta calidad metodológica (diseños con grupo de control equivalente) y 0,37 para los de menor cali-dad (Raingruber 2011). Asimismo, Kazdin y Bass (1989) afirman que para el caso de una investigación que pone a prueba un tratamiento frente a un pla-cebo o condición de no tratamiento, para considerar el tamaño del efecto como clínicamente relevante debe ser igual o superior a 0,80 sigmas.
Siguiendo estas consideraciones el PROA mostró un efecto (eta cuadrado parcial) elevado sobre las variables bienestar social (η=0,79) y negación (η=0,87); efecto moderado sobre calidad de vida global (η=0,66) y fatalismo (η=0,41); efecto bajo
sobre el bienestar emocional, espíritu de lucha, desamparo y preocupación ansiosa y efecto nulo sobre el bienestar físico.
DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
De modo general, podemos valorar un efecto fa-vorable a corto plazo del programa de intervención sobre la calidad de vida y el afrontamiento de la en-fermedad, el PROA logró mejorar la calidad de vida y disminuir estilos pasivos de afrontamiento en los participantes del estudio.
Los resultados del afrontamiento que se reportan en este estudio contradicen los obtenidos por Hart, Hoyt, Diefenbach, Anderson, Kilbourn, Craft y Stanton (2012) y los de Dolbeault, Cayrou, Bredart, Viala, Desclaux, Saltel y Dickes, (2009) que reportaron au-sencia de diferencias significativas entre los grupos control y experimental en todas las sub-escalas de la escala MAC. Esta discrepancia podría atribuirse a los estrictos criterios de elegibilidad e inclusión es-tablecidos en dichos estudios que emplean un di-seño aleatorizado, como así también a cuestiones socioculturales asociadas a la edad y/o el origen ra-cial de los participantes.
Los resultados alcanzados en bienestar emocio-nal, son similares a los reportados por Bellver (2007) y por Fernandez-Suarez, Blum-Grynberg, Aguilar-Villalovos y Bautista-Rodriguez (2010).
Estos resultados solo permiten analizar el efecto del programa a corto plazo, se consideran limitacio-nes de diseño la falta de seguimiento diferido o a largo plazo y de asignación aleatoria a los grupos; también sería recomendable incrementar la muestra.
Por todo lo anterior, estos resultados, aunque preliminares, son alentadores y nos llevan a seguir investigando con el PROA y recomendar su
aplica-Tabla 3: ANCOVA. Medias y desviaciones típicas (entre paréntesis) del post-test para el grupo experimental y cuasi-control.
POST-TEST
EXPERIMENTAL CONTROL F Sig. Eta Parcial Media (DS) Media (DS)
CALIDAD DE VIDA
Bienestar Físico 18,25 (9,56) 24,7 (4,49) n.s. -
-Bienestar Social 23,75 (3,27) 18,20 (5,37) 43,22 0,00 0,79 Bienestar Emocional 17,38 (5,70) 16,50 (2,95) 2,84 0,05 0,20 Bienestar Funcional 25,88 (3,84) 22,10 (4,81) 13,67 0,00 0,54 Calidad Vida Global 85,37 (14,22) 81,10 (10,38) 22,60 0,00 0,66 AFRONTAMIENTO
Espíritu de Lucha 46,38 (6,20) 43,80 (4,44) 6,15 0,007 0,34
Desamparo 9,44 (2,19) 11,40 (3,68) 5,34 0,010 0,31
P. Ansiosa 20,31 (3,97) 24,80 (3,88) 6,44 0,006 0,35
Fatalismo 18,62 (3,07) 21,90 (2,84) 8,04 0,020 0,41
ción para valorar los beneficios como estrategia para la promoción de la adaptación psicológica y la cali-dad de vida del paciente con cáncer.
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