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LOS PROGRAMAS DE EMPLEO TEMPORAL COMO

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L

OS PROGRAMAS DE EMPLEO TEMPORAL COMO

PROMOTORES Y GESTORES PARA LA CONSERVACIÓN Y

PROTECCIÓN DE RECURSOS NATURALES Y

PATRIMONIALES

:

EL CASO DEL RÍO

T

EUCHITLÁN

,

MUNICIPIO DE

T

EUCHITLÁN

,

J

ALISCO

Dr. Rodrigo Esparza López

1

Resumen

Los programas de empleo temporal (PET) por parte de distintas dependencias de gobierno

constituyen en la actualidad mecanismos básicos para la preservación y la conservación de bienes

naturales a nivel nacional. A últimas fechas se ha conformado una importante relación en el uso de

estos programas para la protección de bienes culturales como fue el caso del río Teuchitlán. Este

proyecto generó nuevas estrategias de gestión cultural e interdisciplinariedad siendo el primero en

su tipo para el occidente de México. Con estas bases, se pretende que en el futuro se pueda

promover un mayor número de estos proyectos con un enfoque social y de sensibilidad para la

preservación de la naturaleza y de los sitios arqueológicos.

Palabras clave

: programa empleo temporal, río Teuchitlán, obsidiana, talleres prehispánicos,

nutria,

Ameca spendens

.

1

(2)

I

NTRODUCCIÓN

Teuchitlán se ha convertido actualmente en un polo de atracción turística del estado de Jalisco por el interés que han generado las investigaciones en los sitios arqueológicos de Guachimontones y Loma Alta (Weigand 1993; Weigand 2008 y Esparza 2008). La tradición Teuchitlán -como se le ha denominado a esta cultura regional-,

constituye una fuente invaluable de

información sobre las primeras sociedades complejas del occidente de México. Este interés ha desencadenado un crecimiento acelerado de la población cercana al sitio arqueológico donde se observa, por una parte, la infraestructura relacionada con los

servicios turísticos como caminos,

restaurantes, hoteles, etc., así como también la construcción de nuevos desarrollos habitacionales dentro de la población y en las márgenes del río Teuchitlán.

Debido a esta tendencia de intenso

desarrollo, desde el 2005 se proyectó un plan de desarrollo municipal para la protección del medio ambiente y los sitios patrimoniales cercanos a la cabecera municipal, donde a través de la zonificación por categorías se contemplaba un desarrollo urbano más armonioso con la naturaleza y los vestigios

arqueológicos. Desgraciadamente, este plan de urbanización no se ha aprobado por parte del municipio hasta la fecha.. Así también, en el 2008 se oficializó por parte del INAH la poligonal de protección de los sitios arqueológicos de Guachimontones y Loma Alta con casi 88 hectáreas de terreno, sin embargo, existen todavía ciertos vestigios arqueológicos fuera de la poligonal como son en este caso los “talleres de obsidiana” situados en la rivera del río Teuchitlán. Los talleres prehispánicos de obsidiana son lugares donde se elaboraba todo tipo de herramientas de trabajo y de preparación de alimentos, algunas se utilizaban para el comercio o en cuestiones estéticas como la joyería. Estos talleres constituyen una fuente de conocimiento muy importante para reconocer por un lado la tecnología existente en la fabricación de herramientas, y por otro, en el conocimiento de la economía regional y suprarregional, ya que la misma obsidiana fue el bien de prestigio más utilizado para el comercio de productos fuera de la región Valles de Jalisco (Soto, 1983; Esparza, 2010).

Así también, el río de Teuchitlán está

considerado como uno de los más

importantes de la región Valles por sus características de microclima, variedad de ¿CÓMO CITO ESTE ARTÍCULO? Esparza, Juan Rodrigo. “Los programas de empleo temporal como promotores y gestores para la conservación y protección de recursos naturales y patrimoniales: el caso del Río Teuchitlán, Municipio de Teuchitlán, Jalisco”; en: Patrimonio Cultural y Natural. Experiencias mexicanas en torno a su protección y su manejo”. Red Patrimonio, Revista Digital de Estudios en Patrimonio Cultural. Nueva Época. Volumen I, Número 1. Abril de 2013. El Colegio de Michoacán, A.C.; Universidad Autónoma de Campeche. México. www.colmich.edu.mx/red.

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especies animales y vegetales, y sus grandes manantiales. Cabe mencionar que la Presa de la Vega y el río Teuchitlán fueron declarados a nivel internacional en el 2011 como sitios RAMSAR2l.

Por estas razones, se intervino a través de un proyecto multidisciplinario dirigido por el Comité Técnico de la Presa de la Vega constituido por instituciones estatales y

universidades de educación media y

superiro, entre ellas participaron el CEA-Jalisco, CONAGUA, SEMARNAT-CEA-Jalisco, el Municipio de Teuchitlán, la Universidad de Guadalajara, la Universidad Autónoma de Guadalajara y El Colegio de Michoacán. Con el apoyo de la SEMARNAT-Jalisco se sometió el proyecto del Programa de Empleo Temporal (PET) que consiste esencialmente en generar jornales de trabajo para un número determinado de personas y la compra de herramientas para cumplir ciertas tareas anteriormente predeterminadas. En esta primera tarea del proyecto unimos la protección ambiental y de patrimonio arqueológico que rodean al río de Teuchitlán como un plan piloto de trabajo para su conservación y planeación en el futuro inmediato.

2

RAMSAR: La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, conocida en forma abreviada como Convenio de Ramsar, fue firmada en la ciudad de Ramsar (Irán) el 2 de febrero de 1971 y entró en vigor en 1975. Su principal objetivo es ”la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo“. Fuente:

http://es.wikipedia.org/wiki/Convenio_de_Ramsar.

U

BICACIÓN

La región “Valles de Jalisco” se localiza en la parte centro-occidental del estado de Jalisco que comprende varios municipios: Tala, El Arenal, Tequila, Magdalena, Ahualulco, Etzatlán, Teuchtilán, entre otros. En la actualidad la región es muy conocida porque parte de ella está reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad como el “Paisaje Agavero”, declarado en el 2006. Sus características de ser una zona de conjunción de montañas, volcanes y lagunas hicieron que desde tiempos remotos fuera de gran interés para la ocupación humana. Dentro de la región Valles y al sur del volcán de Tequila, se localiza el poblado de Teuchitlán, ubicado a 45 kilómetros al este de la ciudad de Guadalajara por la carretera que conduce al poblado de Etzatlán, entre los municipios de Ahualulco del Mercado y Tala. Hacia el extremo oriental del pueblo se ubica el río Teuchitlán que lleva el mismo nombre del pueblo. El pueblo fue rebautizado con el nombre de Teuchitlán en el siglo XVI que en lengua náhuatl significa “Lugar del dios viejo”.

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Fig 1. Plano general de la región Valles de Jalisco donde se señala la riqueza de yacimientos de obsidiana en la región.

U

BICACIÓN Y CARACTERÍSTICAS DEL RÍO

T

EUCHITLÁN

La región Valles de Jalisco se caracteriza fisiográficamente por la concentración de cuencas lacustres (Teuchitlán, San Marcos, Etzatlán y Magdalena) que eran regiones idóneas para el desarrollo de la vida humana. A principios de la era cristiana existía en lo que ahora es el municipio de Teuchitlán la laguna del mismo nombre; investigadores como Weigand (1993) y Stuart (2005) han calculado que esta laguna se extendía alrededor de 20 kilómetros y que en sus

riberas se construyeron sistemas de

irrigación a base de canales parecidos a las

“chinampas” del centro de México y que servían para una agricultura especializada; éstas podrían tener una producción anual de hasta 3 cosechas principalmente para la siembra del maíz y el amaranto (Stuart, 2005). En la época colonial esta laguna fue desecada para aumentar el espacio para las haciendas ganaderas y así permaneció varios siglos hasta que en la década de los 40’s del siglo XX se construye la Presa de la Vega.

En la actualidad, el río de Teuchitlán es uno de los mayores afluentes de la Presa de la Vega. Este río tiene una extensión de 1.2 kilómetros de largo, su origen parte del

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manantial conocido como “El Rincón”, localizado a las faldas del volcán de Tequila; su recorrido va de norte a sur hasta su desembocadura junto a la carretera y la Presa de la Vega. A lo largo de su camino existen otros manantiales que amplían su caudal, además de canales de aguas negras

del mismo poblado. Aún con esta

contaminación, la preservación de la flora y de la fauna del río es de llamar la atención, ya que conforma un microclima con árboles subtropicales, árboles frutales como mangos, platanares, así como tules, otates y otras variedades silvestres de plantas. En cuanto a la fauna se pueden observar en ciertas zonas del río algunas madrigueras de nutrias, además de varias especies de peces, en especial el llamado Ameca spendens que es endémico del mismo río, único a nivel mundial.

Así, durante la época prehispánica el río de Teuchitlán tenía la importante función de sostener gran parte de la producción agrícola regional, la cual en los tiempos de esplendor de la tradición Teuchitlán (200 d.C.) habitaban en la zona alrededor de 40,000 personas (Weigand, 2008). A escasos metros del manantial llamado “El Rincón” todavía existen los vestigios de las antiguas chinampas que conformaban parte del sistema agrícola prehispánico. Por su parte, es muy probable que los nacimientos de agua hayan sido considerados como lugares sagrados con base a los materiales hallados en la rivera y la conformación de espacios con círculos de rocas alrededor del manantial

Es indudable que la riqueza de este río no es sólo por su flora y su fauna, sin embargo, si no se toman en cuenta ciertos parámetros de protección del patrimonio arqueológico asociado con el río en este momento, en algunos años, estos vestigios y estas

características únicas desaparecerán

irremediablemente debido principalmente a la falta de planeación y consciencia de sus

moradores y visitantes (Figura 2).

Programas de Empleo Temporal (PET) Los programas gubernamentales por parte de las secretarías de Desarrollo Social (SEDESOL); de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT); de Comunicaciones y Transportes (SCT) y del Trabajo y Previsión Social (STPS) han contribuido, de manera relevante a la protección del medio ambiente y del patrimonio cultural de México. Estos programas sin tener un tono político o abanderados por algún partido, ya que están directamente manejados o coordinados por la sociedad civil, remarcan la importancia de contar con un recurso económico para la

elaboración de tareas urgentes de

protección, de investigación o en su caso de un proceso de desarrollo económico regional con el propósito de revalorar y fortalecer al campo y a las zonas más marginadas de México.

A través del Programa de Empleo Temporal (PET), la SEDESOL en el ámbito del patrimonio cultural contribuye en la actualidad con un 5% del capital PET en la acción para el mejoramiento y conservación de zonas arqueológicas y monumentos

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Fig. 2. Fotografía en Google Earth del poblado de Teuchitlán. A un costado se puede ver el recorrido del río hasta su desembocadura en la Presa de la Vega.

históricos. Esta reconocida labor es llevada en conjunto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia a través de un convenio de colaboración expedido en el año de 2001 bajo el cual se han realizado distintos trabajos en los sitios arqueológicos para su mantenimiento, investigación y preservación. Este programa ha fortalecido una de las cuestiones que más adule al

trabajo arqueológico, que es el

financiamiento de la mano de obra y de los

materiales en el trabajo de campo. Así también, sirve de plataforma para el desarrollo económico local cercano a los sitios arqueológicos y a su vez contempla una concientización y sensibilización por parte de las comunidades cercanas para la protección de los vestigios arqueológicos. El INAH informó que durante el 2011 el PET generó 14 mil trabajos eventuales en

comunidades aledañas a 289 zonas

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históricos, al contar con la participación de localidades con alto grado de marginación,

que ayudan en la preservación del

patrimonio.

En estas acciones los participantes del PET realizan labores de mantenimiento menor, que son actividades no especializadas y que

son supervisadas ampliamente por

arqueólogos y arquitectos. Así, en 2011 hubo la aplicación de 289 proyectos, de los cuales

el 66 % fue destinado para zonas

arqueológicas, un 17% para monumentos históricos y 11% para museos, mientras que el 6% restante se destinó a centros históricos (INAH, 2011). Algunos de los estados más beneficiados con este programa fueron en primer lugar el estado de Morelos que registró un número de 1,850 empleos generados, seguido de Yucatán con 1,290 y Michoacán con 1,233 jornales.

De las aportaciones de recursos financieros, el 80% del presupuesto proviene de SEDESOL que destinó los recursos para el pago de jornales principalmente, y el 20% restante proviene del INAH para la compra de herramientas y de materiales para el trabajo de campo (ibidem).

La respuesta positiva del uso del PET para la preservación de sitios arqueológicos ha sido tan bien recibida que en la actualidad se ha implementado en zonas arqueológicas que aún no se abren al público, con la intención de agilizar el proceso de mejora en su infraestructura. De los sitios arqueológicos atendidos por este programa, algunos han

sido Teotihuacán, Mitla, Chichén-Itzá, Uxmal, Las Yacatas, Tres Cerritos, Chalcatzingo, Tulúm, Toluquilla y Tancaná, entre otros. Por su parte, los proyectos llevados a cabo por la SEMARNAT, además del apoyo al ingreso de los beneficiados, contribuyen a

mejorar la calidad de vida de las

comunidades con un medio ambiente más sano.

La SEMARNAT amplió su radio de acción a localidades mayores a los 15 mil habitantes incorporando a beneficiarios de zonas urbanas, con los cuales lleva a cabo proyectos de reforestación, de manejo de residuos, de mantenimiento de áreas verdes públicas, entre otros. La participación social

en el PET–SEMARNAT es de gran

importancia ya que las acciones

desarrolladas responden a las propuestas y las demandas de los propios beneficiarios. La SEMARNAT, dentro de la estrategia de apoyo a zonas turísticas, promueve acciones de limpieza de playas y mantenimiento de zonas arqueológicas en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, principalmente en zonas declaradas como Patrimonio Natural de México y Patrimonio Cultural de México. Estas sinergias son

importantes para relacionar a otras

instituciones y organismos civiles que han incidido en la creación de un puente de unión

para la conservación del patrimonio

directamente en los lugares en peligro. Debemos de señalar que dentro de los parámetros del reglamento de la SEMARNAT

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para la ejecución del PET existen algunos puntos que se relacionan directamente con la protección del patrimonio cultural o áreas

naturales protegidas dentro de las

poligonales de un sitio arqueológico, como son, las siguientes acciones:

• Cercados de exclusión de ganado • Rehabilitación y mejoramiento de

tierras

• Barreras vivas con diferentes especies (cactus, nopal, agave) • Establecimientos de plantas

medicinales silvestres o comestibles • Establecimiento y reparación de

viveros

• Manejo y conservación de cuerpos de agua

• Limpieza y saneamiento de sistemas hidrológicos

• Establecimiento y rehabilitación de la vida silvestre

• Repoblamiento de especies nativas • Acciones para fortalecer la cultura

ambiental

• Construcción de centros para la transformación de recursos naturales para la producción de artesanías que generen recursos adicionales para las comunidades

• Recuperación de sistemas riparios • Construcción y mantenimiento de infraestructura ecoturística comunitaria • Museos comunitarios • Senderos interpretativos • Señalamientos en general • Además, podrán anexarse obras,

siempre y cuando sean análogas o similares a las descritas

anteriormente (Semarnat, 2011). Con esas acciones podemos vislumbrar una capacidad de trabajo apoyada por la comunidad para mejorar y fortalecer el patrimonio natural y cultural. Sin embargo,

aunque estos programas lleven siempre hacia un mejoramiento y desarrollo local, existen algunos inconvenientes en su uso y procedimiento.

En primer lugar, estos programas son relativamente cortos y por lo regular duran de 2 a 3 meses de trabajo en campo. Esto reduce considerablemente las acciones, y aunque existe la posibilidad de programar otro PET año con año, la dinámica de trabajo se rompe por lo que es necesario para su continuidad buscar apoyos de terceros, ya sea del propio municipio, de asociaciones civiles o fundaciones culturales para cubrir ciertas necesidades que no entran a estos programas. Por ejemplo, la compra de ciertos equipos o herramientas de trabajo necesarias para el buen funcionamiento del trabajo del arqueólogo en campo son muy limitadas, ya que los presupuestos de herramientas están enfocadas principalmente a palas, picos, carretillas, y otros objetos que se puedan conseguir fácilmente en las ferreterías, pero deja fuera aspectos como equipos de localización satelital, papelería, impresiones, etc. Así también, no cubre los honorarios de arqueólogos, solamente de los jornaleros. Es por ello que la relación que pudiera haber con los municipios es importante para cubrir ciertas necesidades que no se desprendan del PET.

Por otro lado, debemos de tomar en cuenta

que estos programas se adecúan

principalmente a las problemáticas naturales o fenómenos atmosféricos de cada año, ya que se les da mayor peso a los proyectos

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con desastres naturales. Por ejemplo, en este año de 2012, los programas del PET en Jalisco estarán enfocados principalmente a las zonas declaradas como desastre natural por la sequía que arrecia la zona norte del estado y a los desastres ocasionados por el huracán Jova en la Costa Alegre de Jalisco.

Así también, los programas se ven

influenciados por las políticas

gubernamentales de cada sexenio, tanto por el monto destinado a cada uno de los PET

como también por la disposición de

financiamientos adicionales en cada

municipio.

E

L

PET

EN EL

R

IO

T

EUCHITLÁN

El programa de empleo temporal por parte de la SEMARNAT y El Colegio de Michoacán nace como una propuesta interdisciplinaria de mejora al medio ambiente cercano al sitio arqueológico de Guachimontones (sitio que ha sido investigado en los últimos 10 años por el COLMICH) que posee el mayor impacto social y turístico en la región. En este caso se plantearon las siguientes actividades:

a) Limpieza de basura, lirio y matorral

caído del embalse de la presa (principalmente frente a Teuchitlán) y la limpieza del río en su longitud de

1.2 km. Esta tarea se llevó a cabo

gracias a la colaboración de las tres

cooperativas de pescadores que

existen en la presa: Guachimonton, Presa de la Vega y La Estanzuela. Las jornadas de trabajo con 80 participantes

consistieron en la limpieza del lirio exógeno de las zonas de restaurantes, del río de Teuchitlán y de partes del embalse de la presa. Se tuvo cuidado en dejar el lirio nativo de la región, pues éste ayuda a la alimentación de peces y no prolifera como el exógeno. El lirio fue retirado de la presa y en vez de ser quemado como se hace habitualmente se utilizó como alimento para el ganado de la región. En Teuchitlán también este lirio se utiliza para hacer

artesanías, conformando cuadros,

canastas y paisajes utilizando las hojas de la planta. Esta tradición todavía está presente en la comunidad y se ha estado concientizando para promover su uso. Las artesanías se venden en la Casa de la Cultura y en los centros comunitarios del poblado de Teuchitlán.

b) Protección en el área de madrigueras

de las nutrias que se asientan en el

río de Teuchitlán. En pocas regiones

del estado de Jalisco se ha mantenido el hábitat de la nutria de río; curiosamente en el municipio de Teuchitlán, existen por lo menos dos sitios donde este mamífero habita, uno es el río de Teuchitlán y otro es la llamada “Lagunita”, cercana al poblado de La Mora. En estos dos sitios se han podido observar poblaciones de nutrias que se alimentan principalmente de peces, bivalvos y caracoles de agua dulce. La comunidad de nutrias no es muy grande debido a la alteración que ha sufrido en los últimos años, por lo que era necesario proteger estas zonas

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de madrigueras para que fueran intocables en el desarrollo del mismo municipio de Teuchitlán.

En el río de Teuchitlán existen dos zonas bien establecidas de las madrigueras, las cuales han sido estudiadas en la actualidad por los biólogos Roberto Dávila y Manfred

Meiners. El proyecto consistió en estudiar el número y los hábitos de la

nutria, ya que son pocos los

avistamientos filmados y registrados para su estudio (Figura 5).

Figura 3. Fotografía de los jornaleros del proyecto PET-Teuchitlán con el delegado de SEMARNAT en Jalisco (Foto: Rodrigo Esparza).

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Fig. 5. Nutria del río Teuchitlán

c) Mejoras en el andador junto al río.

Dentro del proyecto se rehabilitaron los andadores del río, en los cuales se pintaron los machuelos y se arreglaron los juegos infantiles. Además se colocaron nuevos botes de basura y se pintó la base de los árboles. Estos trabajos fueron realizados por los jornaleros contratados por el PET. Los trabajos sirven en gran medida para que los visitantes y la gente del mismo Teuchitlán puedan pasar un día de campo, salir a correr o tan sólo admirar el paisaje junto al río (Figura 6).

d) Estudio y análisis del pez Ameca

spendens para su reproducción en

laboratorio por parte de la

Universidad Autónoma de

Guadalajara.

En cuanto al estudio realizado a la

fauna, se realizaron algunas

inspecciones a los hábitats del pez

Ameca spendens que es endémico de

este río y de las lagunas cercanas.

Desgraciadamente este pez se

encuentra en peligro pues los hábitats del mismo están siendo dañados por la contaminación del río, el uso de detergentes y la poca protección existente en los manantiales. Estos últimos donde el pez habita con mayor número, pues cerca de los manantiales

crecen algunas algas donde se

alimentan.

Figura 6. Andador del río Teuchitlán (Foto: Rodrigo Esparza).

Junto con el Dr. José Luis Zavala de la Universidad Autónoma de Guadalajara, empezamos a trabajar en un esquema

de protección al mismo pez,

organizando el registro de los lugares de mayor número de ellos. Los lugares

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con estas características fueron el manantial del Guayabito, manantial del Rincón y la laguna de La Mora. En estos lugares se pretende realizar un mayor trabajo de conciencia ambiental y de planeación de uso de los acuíferos.

En una segunda fase que se inició en el 2012, se pretenden construir granjas acuícolas para la proliferación del pez. Así también, esta granja aunará para conocer las características fisiológicas

del Ameca spendens (Figura 7).

Fig. 7 Ameca spendens (Foto: Ivan H. Deeble)

e) Análisis y delimitación de los

“talleres” prehispánicos cercanos al río de Teucihtlán para su protección y estudio.

La protección de estos “talleres” como parte del entorno arqueológico de la región constituye una tarea posible como parte de las actividades del PET, sobre todo si tomamos en cuenta la importancia que éstos tienen para el entendimiento de los modelos de explotación, de producción y de comercio de la obsidiana para la región

desarrollados en época prehispánica y referidos por Soto (1983), Saunders (2001), Esparza (2003) y Spence et.al. (2002). Éstos constituyeron una base fundamental de conocimiento de las sociedades establecidas en la región.

Durante este programa, con un

esquema de recorridos de superficie en las inmediaciones del río, y con la ayuda de un equipo de más de 10 jornaleros del PET para desmontar la maleza sobre los talleres, se registraron hasta el momento 4 concentraciones de desechos de talla de obsidiana, que

presumiblemente son talleres

prehispánicos (Soto, 1990). Estas concentraciones, como se muestra en la figura 6, se encuentran muy cercanas a la ribera del río. Los talleres presentan además de la acumulación

de desechos de talla algunos

materiales cerámicos entremezclados. Algunos de estos talleres se encuentran muy cercanos a casas actuales de los pobladores de Teuchitlán, lo que pone en riesgo su preservación (Figura 8).

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Figura 8. Detalle de uno de los talleres cercanos al río. Se puede observar la

cantidad de desechos de talla junto con algunos fragmentos de cerámica

(Taller La Capilla, Foto: Rodrigo Esparza, 2011).

En cuanto a su relación con el río Teuchitlán, hasta el momento no

hemos encontrado alguna implícita en

el proceso de manufactura que

definiera la necesidad de colocar estos talleres cercanos al río, más allá de la idea de localizarlos en zonas fuera de las terrazas habitacionales para que las personas no se cortaran (Figura 9). Soto (1983), realizó un análisis exhaustivo de los materiales, sin embargo nunca hizo comentarios sobre su situación espacial, sólo

comenta que existían en los

alrededores ciertas plataformas

habitacionales, pero fuera del depósito

de obsidianas.

Fig. 9. Localización de los talleres de obsidiana cercanos al río Teuchitlán. a) La Capilla, b) El Guayabo, c) La Cima, d) Taller de Dolores Soto.

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Durante nuestros recorridos de superficie en la zona se pudieron identificar los 4 talleres

de obsidiana, que a continuación

comentamos: a) La Capilla b) El Guayabo c) La Cima

d) Taller de Dolores Soto

En cuanto a los vestigios relacionados con la

producción de objetos de obsidiana,

considerando lo antes expuesto, los

depósitos registrados junto al río Teuchitlán al parecer corresponden principalmente a la

última etapa durante el Posclásico Temprano y Tardío, ya que la industria que más se puede observar está relacionada con la reducción para obtener navajillas prismáticas. Sin duda en estos depósitos existen otras temporalidades pero se encuentran muy entremezcladas con la última ocupación. En la figura 10 se pueden observar las poligonales propuestas para los talleres de obsidiana. Éstas están en su primera fase de proyección para después ser acopladas al Plan de Desarrollo Municipal de Teuchitlán, el cual a su vez contempla un reglamento ecológico para la utilización de los mantos acuíferos y el uso de suelo junto al río.

(15)

Figura 10. Propuesta de poligonales de protección para los talleres prehispánicos de obsidiana. (Elaboró: Mtro. Armando Trujillo).

La protección de estos “talleres” como parte del entorno arqueológico de la región constituye una tarea posible en la actualidad, sobre todo si tomamos en cuenta la importancia que éstos tienen para el entendimiento de los modelos de explotación, de producción y de comercio de la obsidiana para la región desarrollados anteriormente por Soto (1983), Saunders (2001), Esparza (2003) y Spence et.al. (2002) y que constituyeron una base fundamental de conocimiento de las sociedades establecidas en la región. El peligro latente de su desaparición por el avance inusual de viviendas en Teuchitlán pone en “focos rojos” a las autoridades para su protección.

C

OMENTARIOS FINALES

Los programas de empleo temporal, como hemos visto, constituyen planteamientos importantes en la actualidad para reconocer la importancia de la participación social en pro de la salvaguarda del medio ambiente y del patrimonio.

En el caso del río Teuchitlán, estamos seguros que seguirán los esfuerzos para darle mayor ámbito de participación a la gente que vive y se entretiene cercano al río de Teuchitlán.

Para el 2013 estaremos por comenzar la cuarta temporada del PET en Teuchitlán, por lo que se ha convertido no sólo como un proyecto sino un proceso de reelaboración y de ayuda mutua con las autoridades

federales y estatales. En este programa las ambiciones serán más grandes, se contará con la colaboración de 80 jornaleros de Teuchitlán, La Estanzuela y La Mora, principalmente pescadores de la presa que se verán beneficiados con los proyectos de mejora del ambiente natural y protección de sus recursos acuíferos. Así, también se promoverá la creación de una granja acuícola para el pez Ameca spendens y se realizará

un vivero de plantas endémicas,

ornamentales y medicinales de la región en conjunto con el Centro Interpretativo de Guachimontones, que será un invitado más a la participación continua y mejoramiento del río Teuchitlán.

Esperamos que el logro para el 2013 sea igual al del año pasado recibiendo un reconocimiento por parte de la Semarnat como “Proyecto Líder” por su carácter interdisciplinario en el estado de Jalisco.

A

GRADECIMIENTOS

Debo agradecer a las siguientes personas que de alguna forma ayudaron al buen ejercicio de este programa en Teuchitlán: C.P. Oscar Rivera González (Presidente Municipal de Teuchitlán, Jal.); Lic. Luis Gerardo González Blanquet (Delegado de la SEMARNAT-Jalisco); Gustavo Horacio Ayala Ramírez (SEMARNAT); Juan Carlos Moreno León (SEMARNAT); Ing. Sofía Hernández Morales (CEA-Jalisco) y a las cooperativas

de pescadores de Teuchitlán y La

(16)

R

EFERENCIAS

Esparza López, R.

2003 “La obsidiana en el contexto

arqueológico de Los Guachimontones: un recurso estratégico en el desarrollo de sociedades estatales”. En:

Arqueología del Centro de Jalisco. Núm

1. Vol. IV, 2003. Editor Eric Cach. Universidad de Guadalajara, Campus Lagos de Moreno, Jalisco.

2008 “Los yacimientos de obsidiana de El Pedernal-La Mora: una explotación constante durante el desarrollo de la Tradición Teuchitlán”. En: La Tradición Teuchitlán: Una síntesis basado en las excavaciones de los Guachimontones y Navajas, Jalisco. Dr. Phil Weigand y Dr.

Chris Beekman, eds. El Colegio de

Michoacán, A.C., 2008.

2010 “La Revalorización de la Obsidiana en

la Era de la Globalización: un material patrimonio cultural de México”. Tesis para optar al grado de doctor en Ciencias Sociales. CIESAS-Occidente, Noviembre 2010, 358 pags.

INAH

2011 “Duplica PET inversión destinada al Patrimonio Cultural”. En:

http://www.inah.gob.mx/index.php/bolet

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2011 Reglamento del Programa de Empleo Temporal. SEMARNAT. México. Saunders, Nicholas

2001 “A Dark Light: Reflections on Obsidian in Mesoamerica World” Archaeology, Vol. 33, No. 2, Archaeology and Aesthetics (Oct., 2001), pp. 220-236. Soto de Arechavaleta, Ma. De los Dolores 1983 “Análisis de la tecnología de producción

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Guachimonton, Teuchitlán, Jalisco, Tesis de licenciatura en arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México.

1990 “Areas de actividad en un taller de manufactura de implementos de piedra tallada”, En: Nuevos enfoques en el estudio de la lítica. Ma. De los Dolores Soto de Arechavaleta (ed).UNAM, Pp. 215-242.

Spence, M. W., P. C. Weigand, M.D. Soto de Arechavaleta

2002 Production and Distribution of Obsidian Artifacts in Western Jalisco. Pathways to Prismatic Blade., A study in Mesoamerican Obsidian Core-Blade Technology. B. A. Kenneth Hirth. Los Angeles , California, The Cotsen Institute of ArchaeologyUniversity of California, Los Angeles. Monograph 45: 61-80.

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Stuart, Glen

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http://www.famsi.org/reports/99104es/in dex.html (Consulta: 10-nov-2012). Weigand, Phil

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http://wikipedia.algolibre.com:8080/A/Sitio%20R amsar.html (Consulta 15-Nov-2012).

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