Il
VEÏERIMRIl
REVISTA
PROFESIONAL Y
CIENTIFICA
(Continuación
delEco
de laVeterinaria.)
SE
PUBLICA
LOS
DIAS
10, 20 Y ULTIMO DE
CADA MES.
PRECIOS DE SUSCRICION.
Lo mismoenMadridque enprovincias: irs.al mec.-12rs.trimes,
tre.En uUrarnar. SOrs.al aûo.En elextranjero,18francos, también por unajio.Soloseadmiten sellosdel franqueo decarias,de lospue-^ bles enque nobaya gi^o,y aun enoslecaso,enviándolos encarta
certificada, sincuyorequisito laAdmiuihtracioanoresponde deios cslravios, abonando siempreenlaproporciun siguiente: 9 sellospor
cada 4 rs;13sellosporcada6 rs.;*22 sellosporcada 10rs.
PUNTOS Y MEDIOS DE SÜSGRICION.
Bn Madrid:enlaRedacción, calle de la Paaion, númeroi ^ y i
erceroderecha.
£nprovincias:porcooduotode corresponsal 6 remitiendo á ln^
Redacción,encartafranca, libranzassobre Correos ó el número* deselloscorrespondientes.
CRONICA GENERAL.
Libro semi-mistlco.
En el primer lomo
del Tratado elemental de
fisiologia
humana,
queestà dando á
luz
enBar¬
celona el catedrálicofde
aquella
universidad doc¬
tor D. Juan
Magaz
yJaime, hallamos,
entre otrosno menos curiosos, el
siguiente
párrafo
casi
espi-riíísía-casi absurdo:»La vidaes Jtigomas qne el resultado de la acción
>deios agentes físicosy químicos sobre la materia. >Las fuerzas físicas nodaránjamás vitalidaI á
nin-»gua cuerpo, si le faltaese quid dioinum, esa fuerza
»descouocida que anima al organismo. La vida es
»algomenos que una actividad inteligente, àrbitra
^soberana jcáusa única de los fenómenos de la
vita-»lidad. Esequiddivinum, esa fuerza desconocida que »reside en elgérmen, nopodránunca porsi sola
con-»vertirloen un individuo desuespecie, ni podrá
ha-^ce^ queeste individuoseconserve, se acreciente y
•reproduzca, si le faitaelconcursode' calórico, de la
•luz,de laeíectri-idad y de losdemás agentesfísicos
•que tan incuestionable influencia ejercen enla
exis-•toneia de todos los séres animados.»
listo da lástima! Entre el neismo puro
de
El
iigio
médico. Xapsicología fisiológica deD.
Pedro
Mata, el
teologismo evangélico
de
D. Pedro Feli¬
pe
Monlan
yel
quid divinum del
Doctor D. Juan
Magaz,
dígole
á V.
que nohay
más
quepedir. Así
es cómo se
comprende
que enMedicina
humana
haya
nada
menos queacademias de
la
doctrina
homeopática.
De dónde habrá sacado elSr.
Magaz la existencia
deese
quid divinumi
De dónde la existència
rea*deesasenlidades,
piirameu'.eaósíracíaí, puramente
figuradas
à
que seda el nombre
de fuerzas'^
Los
homeópatas
son,al lin,
untanto
lógicos
en susde¬
ducción s teóricas: pues,
sentada la premisa
espi¬
ritualistade la fuerza vitaL dela fuerza
anímica,
del vital smo, en una
palabra,
nada
esmás .piocé-
• dente q idiscurrir, sabre
la
dlnaroizacicn de
las
fuerzas morbos-as y
de las fuerzas
medicatiices.
Empero
casarimprudentemente
el
quid divinum
con la materia, esa nocabria
ni
aún
enla
ley
de
matrimonio civil tal como los neo-católicos han
fingido
interpretarla.—Y
queestas
cosas seescri¬
ban
después (le publicadas
las
obras
de
Luis
Büch-ner,después
de
serbien
conocida
la Fisiologia de
Bóraud,
enpresencia
de los trabajos de
Bernard,
y cuando laFisiología de Vogt ha llenado y.à de
es¬panto
yde
vergüenza
á
los
adversarios
del
mate¬
rialismo cienlilico! ... Estosseñores dualistas tie¬nen ocurrencias
pereg:inas;
pero¡mejor será
no mcncalM
Cara fosea.
A nosotros nos está haciendo reir el aspec¬
to que estos
últimos dias ofrece
la
prensacieuli-íica con motivo del decreto que,
sobre
exámenes,
validez de cursos, etcetera,
hizo
brotar el
señorEchegaray de
sucabez.i
ecléctica,
y quepu¬
blicamos en el número 462 de La
Veterinaria
Es¬
pañola. Ahora se va
cayendo
enla
cuenta
de
que todo lo que seha legislado
acercade
la libertad de
2896 LA
VETERINARIA ESPAÑOLA.
pero
la
apvpciacion
estrasnochada. En el mismísi¬ moaño de1868,
La Veterinaria Española dió yá la voz de alarma sobre lagravedad de
aquellas
modilicacion's que
tan
aplaudidas
fueron,
y
hasta
profetizó
queresultaria
unembrolloinsoportahle.
Sinembargo,
nueslioscolegas
no tuvieron enton¬ces la amabilidad(\è prestarse
á
unadiscusión pie-vi.,ora, y
héaquí
que yá estarde.—Si
sequeria
proleccionisnao,
hubiéranse declarado reaccionariasy neas todas las clases cientiíicas
privilegiadas,
ynosotros habríamos sellado el lAbio para no ser
til¬
dados de
enemigos
de
lasprofesiones médicas
alsustentar doctrinas liberales. Peroaclamar la
über-tc.d con entusiasmo casi
frenético, aplaudir calu
rosamente al primer asomo de enseñanza libre, no ver en e.sta enseñanza sinó la
posibilidad
deabrir
muchas cátedras
particulares (o
sea, extraoficia¬les),
de
convertirse en catedráticos todo el mundo, de ganar mucho dinero abriendo repasos yforman¬
do parte graciosísima de los tribunalesde
examen;
no ver en esamedida sinó
gollería
yruede-la-bola,
podiiasermuy
halagüeño,
mas nopodía
serverdad, ni debía serposible.—Libertad
y
privilegio
se re¬pelen;
yá lo
dijimos
yhemos
venidorepitiéndolo
en atronadoras voces. Dada la libertad
de ense¬
ñanza, había queaifmitir susconsecuencias
lógicas;
y estas consecuencias estánrepresentadas,
en ulti¬mo pero inevitable
término,
porel
ejercicio
libre
detodas las
profesiones,
y, como términos intercala¬res de la
.série,
por una multitud deperturbaciones
en la existenciaactual de la enseñanza y
del
ejer¬
cicio.—^^Por eso, y (lorque no somos
rfti/aií/ízs.por-quesabemos
positivamenteque nopuede haber
con-scrcio de la verdad con la mentira, de la libertad
con el
privilegio,
planteamos
nosotros elproblema
en proposiciones de un valor absoluto: ó
libertad, ó monopolio; ó las
profesiones
médicasse declara¬
ban neas, y en este caso tenían que
rechazar
contodas sus fuerzas la libertad de
enseñanza; ó se
inspiraban
en un sentimiento de amorpatrio,
de
dolor
profundo
porel
atraso enques
halla
nuestracultura social, y,
decididamente,
teníanque
resig¬
narse à soltar tíe entre las manos las
conquistas de
su le.speclivo
privilegio.—Por desgracia,
ni el se¬ ñorEchegaráy,
nisu antecesorel Sr. Iluiz Zurrilla sellan atievido á decretar la reforma en su cabal
pureza; y
de aquí
que noshallemos
enplena
pertur¬bación de enseñanza y
de ejercicio profesional;
deaquí
esa extravagante mezcla que sead\ierle
enlos efectos
producidos
porla ley.
De
una doctrinaecéclica, dualista,
han desurgir /atalmenle
he ■chos opuestos entre
sí
por su naturaleza misma y
por la trascendencia que
impliquen;
pueslos resul¬
tados correspondensiempre,
y con exactitud, á sus
Causas generadoras. El falseamiento de la
ley
es,por lo
demás,
¡laliimouio
exclusivo de lodorégimen
doctriuario,
que se presta admirablemente a estegénero
de abusos. Lo que nopuede
eludirse
son lasleyes absolutas,
cuyainterpretación
essiempre
ciara como la luz del sol, y cuyos
efectos
constan¬tesé inmediatosson tan
palpables,
que nopueden
menosde mantener
perfectamente
deslindados
todosios campos,
todas las
e.'iferas de acción del indivi¬ duo.Que
sedecrete, porejemplo, la
verdadera
li¬
bertad de enseñanza, es decir la libertad de en¬ señar y
de
ejercer cada
cual la
ciencia óarle que
mejor
le parezca, ydígasenos
si
estaley
seria
sus¬ceptible
de tergiversacionesyJe
amaños.—Nóvale,
pues,
quejarse
porlo
queestá suciendo; yla
prensamódica es /a que menos
derecho
tiene á exhalarjeremiadas.
La pren.samédica aplaudió
cuando seanunciaba In libertad de enseñanza; la pieii.sa
mé¬
dica no se ¡-;LÓ omparse endiscutir
esta materiaimpoflantísima
cuando la ocasión fué oportuna; la ciase médica haquerido
que enlas regiones
del po¬der domine una
política
deecieclici-nno,
con la es¬peranza de que,
convocando
asambleas profesiona¬
les, enviando à las Cortes y
á
los
puestosde
im¬ portancia n-presenlantesnacidos
de su seno, le.seria dado
atajar la
acción gubernativa
en cuantose.aparlara de seguir un
derrotero egoísta
ycalcu¬
lado ....
¿Con qué
razónba
de
quejarse
la
prensa
médica | orque sea
rigurosa,
ii contraslable lamarcha de los
acontecimiento.'.?—Què
es lo qne sepretendía? Aumento
de derechos, mayor extensionde
privilegio
enfavor de las clases coligadas,
y estoá expensas
del
dercho
quela libertad
reconoce eu
todas las demás clases sociale.'?....
I'ero,
endefi¬nitiva:
¿cuál
es el programapelillco-adminislralivo
de la prensamédico
farmacéuticaespañola?
el de laiiberlad,
el delmonopolio, ó
el de
unlégimen
ecléctico?
La üloncloaen estudio.
No parece
dudoso
queel Sr.
Echegaray,
al
in¬
sertaren la Gaceta el decrelo y
las bases
(1) sobre
edificación de
escuelas,
etc.. enel sitio llamado La Moncloa, lo habrá hecho con el fin de conocer dequé
manera esrecibido
porla
opinion
pública
aquel
provecto, que es de
grande
importancia. Siasí
es, si tal ha sido elonjeto
del Sr.
Echegaray,
m.sotrosle feücilamos por tan
buefi
acuerdo;y
respondien¬
do ai llamamienlo é imitando la conductade un pe¬ riódico deFatmacia,
vamosá formular nuestro dic-támen.Suponiendo
que esinevitable
la continuación deunaescuela vet.'rinaria en Madrid
(aunque
mejor e.'iariaeo otropunto),
aceplaniosdesde
luego
como
preferible
su inslaiacionen^
La
Moncloa. Mas el
pensamiento de!
Sr. Echegaray perdería
mucho de
su mérito si, ilándo«íe oídos ó cierto
género
de in¬
fluencias
personales,
sellegara á desnaturalizar el
proyectodisminuyendo
susproporcione
Nos expli¬
caremos.
De laescuela do sordo-mudosy
ciegos
notene¬mos para
qué
ocuparnos, como nosea para presu¬mir que
tai
vezhaya
ocasiones
de
aprovechar
en'
tareasútiles
algunos de
esosdesgraciados,
y que to¬dos ellos disfrutarían allí
mejor
salud
quehaciendo
eaMadrid una vida de cuartel yseilentaria, ó
pocomenos. Pero relativamente á las otras tres escuelas
(de Agricultura, Farmacia
yVeterinaria),
la
idea
de tecerlas reunidas no
puede
sermás laudable,
ni
tampoco
más conforme á las
necesidades
yá las
conexiones de una buena enseñanza. Entre la
Agri¬
cultura y
la
Veterinaria, á nadie
sele oculta,
nosólo que
hay
afinidad
muyestrecha, sinó
que, con • sideradas como ciencias deproducción,
s. nlas
dos
inseparables, la
una escomplemento
de la
otra.
Por
su parle
la
Farmacia, además del
grande ensanche
que
podria dar
á
sulaboratorio de operaciones
químicas
yfarmacéuticas,
extendería,
connotables
ventajas
para susalumnos, los ahora reducidos
límites de sujardin botánico,
yde
este modo
laasignatura de determinación de
plantas
medida
nales seria lo que
hoy
no es porcompleto,
seria
una verdaidemostrable.—Que
los a'umnos
deVe¬
terinaria
ganaiian
muchísimo teniendo siempre
ante sus ojos esa
hermosa sèrie de estudios
yde
prácticas que .son
peculiares à la Agricultura
yá la
Farmacia,
ridículo fueranegarlo. Mas
también, yal mismo tiempo, estas dea ciencias
últimas
repor-tarian incontestables beneficios enpresencia
d" lainstrucción que
los
veterinariosreciben
y de lasprácticas
á
que sededican. Todo
lo
que serefiere á
praticultura
y zootecnia es, yserá,
absolotami-li¬
le estéril en la carrera deingeniemos
agrónomos
mientras ellos anden divorciados d" los veterina¬
rios; todo lo que se
refiere
ala
acción fisiològica.
de los materiales medicinales, á.susdiferentes«sos
terapéuticos,
ála
ijo.ndad ó ineficacia de tal ó cualpreparación medicamentosa,
á la apreciaciónposi¬
tiva de las dosis, todasestas materiasson, y
serán,
perniciosos enigmas
enlas farmacopeas, mientras
iaMedicina(en general)
yla Farmacia
notomenel
feliz acuerdo de intinuar á un
grado
sumosu natu¬ral parentesco.
Y téngase
presente que. paraal¬
canzar este resultado, la Veterinaria es más ade¬
cuadaque
la Medicina del
hombre; porque enVe-lerinfríanocabe la fascinación de lam- teorias, mejor
dicho, de las
hipótesis, sinó
laverdad
pura vdes¬
nuda. Sirvámonos de un par
de ejemplos; 1."
Si
losfarmacéuticosestuvieran más próximos á los vete¬ rinarios que
á los
médicos,
no lenórian que respon¬derante la
mageslad
científica de laresponsabilidad
moral que,
si bien
indirectamente,
les afecta porel
hecho dehaberse
prestado á secundar la farsa
de
la
homeopatía, confeccionando
yvendiendo miste¬
riososglóbujos de grajea,
yejecutando
di\uciones
ri>ibies lahomeopatía nació
muertaenVeterinaria,
y no
h
ipodido dar
un paso ennue,stras
clínicas:
2.*
Hay
unbuen
número de medicamentos
de
ac¬ción
poderosísima
quela medicina humana
noha
querido
(ó
noha
sabido) utilizar,
ya porque,aban¬
donada ia
polifarraacia,
sedió
enla
manía
de
re¬chazar todolo que norepresentase
comjBwes^'ttfmícoí
definidos,
ya porquela metafísica ejerce
undomi¬
nio casi soberano en la medicina del hombre, en tantoque
á los veterinarios
no nossirve más
quepara
burla
ydesprecio,
ya porotras
causas que nohace al casomencionar; y
sucede
quelos farmacéu¬
ticos, ó bien noconocen esosmedicamentos,
ó
creenque
los veterinarios
sonhijos
espúreos
de las
cien¬
cias
médicas,
ó en fin, como esharto frecuente,
suponiendo
quela
medicina (en general)
no essinó
unaciencia
laberíntica,
abusan, que es undolor,
de ios succedáneos, tienen en sus
boticas
(y a,sí ios
despachan) géneros buenos,
géneros medianos
y
géneros malos,
y consemejante
conducta han
coo¬cluido por no
entenderse
ellos
mismos,
pordesorien¬
tar al
público,
por matarla
fé científica de quien
no la tenga muyarraigada,
y portener
quemeterse
á
expendedores de
revalenta
arábiga
yhasta
¡Sabe Dios si
undia
habremos de
comprarsopa-juliana
enlas oficinas de Faripacia!
—Interesa, pues, que
vivamos
jiinlitos
allá
enLa
Moncha y que nos conozcamosá fondo,
si
hemos
da
sacar á salvo la
dignidad de la
ciencia, si
hemos
de
rendir á la
pátrla el tributo de
utilidades
quepiulemos
y
debemos dar, si
hemos de caminar
guiados
jiorla nalurela de las cosas, no por la
antorcha
del
fa¬ risaísmosocial, ysi,
comoDios manda
y es muyjusto,
hemos de
serbuenos
yleales
compañeros enlos
pueblos.
Con
re.-pecto
á la
parte
económica del
coalrato
solicitado por
la
e npresacoastruclora,
nosdeclara¬
mos iiicompelentes para
decir ni
unapalabra;
nues¬ tro deseo se reduceúnicamente á inculcarenel ani¬ mo del señorMinistro la conviccióndeque
á lod.is
yá cada una de, las escuelas eíi proyecto se
asigne
la
mayor
extension
posible de
terreno, yde
que,|mès
el Estado no habrá de hacer gastos, sedé á los
rdi-ficiostodas las condiciones
exigidas
porla
severi¬
dad de la
ciencia.=IIay,
noobstante,
unabase, la
última > el proyecto, que nos pareceocasionada
á
complicaciones
futuras, quizás
insuperables. Qur la
escuela veterinaria se encargue
de asistir
_^ra^íííío-meníela enfermería de la
Granja, será
unbien
para la instrucción de los alumnos(pues
sin
estacundí
-clon,
probablemente
nolendrian
chuicas);
pero¿será
posible á la escuela
llenar
porobligación
este
servicio?
Seguramente
que no,á
poco que se2898
LA VETERINARIAESPAÑOLA.
es mucho menos admisible la cláusula de que
haya
deser lambien
gratuito el herrado de
los ganados;
ni>se
puede
concebir
quela escuela
disponga de
los
biazos que para
ello hablan de
serindispensables;
ni
dejarla de
ser unabobada
insigne la
aceptación
de dicha cláusula.
¿Qué significará el valor de los
animalesmuertos
(que
entregaría la
Granja,
paraeísolo
objeto de los estudios anatómicos),
compa¬ rado con el delherraje,
combustible,
trabajo
ma¬nual,
asistencia científica ymedicinas? Condescen¬
der enesto con laempresa,
seria
unagranprima¬
da yadquirir el Estado
uncompromiso
que no po¬dra
cumplir
nunca.L. F. G.
TERAPÉUTICA.
El doral y sus aplloa«lones.
A los veterinarios nos es
imposible participar
del entusiasmo con que
los médicos de
la especie
humana acogen
diariamente
esaprodigiosa
multi¬
tud de novedades
terapéuticas
que,nacidas
enios incansables laboratorios de la
investigación
es¬ tudiosa, pasaná
ocupar un puestode honor
enlas
páginas de los Anuarios,
yde.«pués, al
pocotiempo,
suelen ir
quedando
enel olvido
y como asunto demeracuriosidad en las oficinas deFarmacia. Bueno
es saber lo que
deba saberse,
y no seremos nosotrosde losque
miran
concri iiinal
apatía el
movimientocientífico en todas sus
esferas;
pero nuestrocriterio,
radicalmentematerialista, no nos
permite soñar
des¬piertos,
trátese
de medicina
ó decualquiera
otraciencia ae
religion. Je política,
.seade lo
quefuere...
En slos últimos
tiempos,
la
cuestión deldoralV sus
aplicaciones
está siendo el tema favorito dela prensa
médica
yfarmacéutica;
á
penassehalla¬
rá un
periódico
que no se ocupede ella
entodossus
números;
ysin
embargo, La Veterinaria
Españolano ha escrito todavía esa
palabra
^clorai»
en .suscolumnas.
¿Por
qué?—En
primer
lugar,
porque
de
las
variadas,
yá
vecescontradictorias,
noticias que
acerca del doral veíamos en los
periódicos
nuncahemos
podido
inferir
que este nuevo agenteofrece
ventajas formales;
y ensegundo lugar,
porque, comonuestrasescuelas noacostumbran hacer ensayos
so¬ bre nada,comoque nuestra
Academia
está muerta, y
la
ex-realde Medicinatienemucbasemejanza
en susefectos con la
espada de
Bernardo,
nopudien-do referirnos á hechos
propios, á hechos
nacionales,
por
necesidad debíamos
esperarlos resultados
quela prensa
extranjera
sedignara publicar.
Por fin, estos datos parece que
yá existen. El
Lyon médical
ios ha
presentado
en unresómen
me¬tódico;
nuestro ilustradocolega
El
Pabellón
médico
acaba de traducir al
español
el artículo
de
aquel
periódico
francés;
^La Veterinaria Española,
queno tiene el honor deconocer
personalmente
mso-dicho
Lyon médical,
sepermite copiar
íntegra la
traducción de El
Progreso.
Copiaremos,
pues,hasta las fórmulas que
han sido
propuestas
parala
administración del c.loral en la
especie
humana;
porque,
así
comode los experimentos hechos
enanimales han ido
después los
médicos
calculando,
pordeducción
yanalogía,
enqué
forma,
paraqué
casos y
á
qué dosis pudieran
ellos utilizar el
doral,
delmismo
modo, conocida
yá
su acción en mayorescala,
los veterinariospueden dedicarse
á
ensa¬yarle
en un grannúmero de
casosprácticos, si
así
lo estiman conveniente. Por nuestra parte, aunque noconcedemos al doral una extr.ordinaria
impor¬
tancia,cempletaremos
el cuadro de sus efectos fi¬siológicos
yterapéuticos,
añadiendo
en extracto lasnoticias que acerca
de
esto mismo encontramos enlos
peiiódicos
veterinarios del
Extranjero.
Pero ante todo, no estará demás que
recorde¬
mos las
ligeiiíimas
nociones quesobre
el
doral
ysus dei ivados oyen
ios
alumnos
encátedra
deterceraño.—La voz doral se ha formado de las tres
pri¬
meras letras de cloro yde
las dos
primeras de
al¬
cohol —-El doral es un
producto
liquido
queseob¬
tiene haciendo pasarà través
del
alcohol absolutoòdel éter una corriente de cloro seco, y su
fórmula
química
es:H Cl® O'' .—En
contactocon la hu¬medad, el
doral se convierte en una masa cristali¬na,
representando
la
combinación
deunequivalente
de doral con des
equivalentes de
agua.Al cabo de
cierto
tiempo
el doral
sealtera,
tomael
aspectode
la porcelana, y, aunque(según dicen)
conserva sucomposición primitiva,
sehace
insoluble.—Tratado
por
los
álcalis
cáusticos, el clo^'al
sedescompone
en cloro, ácido
fórmico
ycloroformo.—Tratando
por
el
ácido
sulfúrico
unadisolución
de hidratode
doral,
se obticie también un doral que sella¬
ma insoluble
modificado....
Hé
aquí el artículo
queEl Progreso
médico ha
traducido:*Hittona del elóral.—Este cuerpo, descubierto en
1832, por Liebig, estudiado mas detenidamentepor
|
Dumas en 1834, y recientemente introducido en la j
terapéuticaporLiebreich, ha sido en éstos últimos ;
tiempos objeto de importantes observaciones de par¬
tedeBardeleben,Langobeck, Richardson, John Ogle,
Spencer -Weélls, Demarquáy, J. Worni's,
Ëouchut,
L. Labbé y Goujon, Dieulafoyy Krishaber, Giraldes.
Personne, Namias, Barnes, Crawford, Alexandre, de
la Harpe, J. Russell, Verga, Valsuani, etc. Este
nú-Hierodeautores explican suficientemente la impor¬
tancia que este agente merece y que se hará digno
de ocupar en lo sucesivo un lugar distinguidoenla lledicinâ:
iÈaterià médica.—Ï"1 clorai resulta de la acción
del gascloroso anhidro sobre el alcohol etylico; puro
•Ilíquido, dcjconsitencia oleosa, mancha el papelcomo
uncuerpo graso; suolor fuerte provoca el lagrimeo;
hierve á 95grados; puestosobre la lengua, su acción
esbastantecáustica, perodisuelto enagua tiene un sabor fresco. Agitadoen un frasco con un volumen
igual deaguasesolidiflca, pudiendo aún cristalizar, y constituye unasustancia blanca quees el hidrato dedoral ódoralconcreto, en cuyaformaes preferi¬
bleemplearlo. Las diversasespecies de doral deque
se hace uso, no tienen el mismo grado de pureza y
estabilidad,yesta circunstancia debetenerse muy en
cuenta para su aplicación á la medicina, puesto que
estasdistintasimpurezas han dadoorigen é diver¬
gencias muy notables en el modo de apreciar sus
efectos enlaeconomíaanimal; así es, que La borde,
deduce de susobservaciones practicadas ensimismo
y endiversos animales que ofrece muchos inconve¬
nientes su administración, mientras que Landrin,
habiendo obtenidoresultadosnegativos en sus expe
rieúcias, negó al principio que tuviese propiedades hypnóticas, hyperestésicas y anestésicas; pero ha¬
biendoensayado un nuevodoral, hizo justicia átan
precioso descubrimiento, confirmando los
bcneflcio-sosy variadosresultadosquela mayoría de prácticos
le conceden.
chfeetos fisiológicos. —Las observaciones verificadas
con el doral han demostrado que posée dos propieda des muynotables; una hynóptica y otra anestésica;
la primera está hoy generalmente admitida. Admi¬
nistradoâ dosis conveniente y segúnla susceptibili¬ dad individual, el hidrato de doral después de un
tiempo,quevaria entre diez minutosy unahora,pue¬ deproducir cuatro, cinco ó seis de unsueño tranqui¬
lo y profundo, que persiste á pesar de dolores muy vivos y que nodejaen pos de si al despertarse lame¬
nortorpeza nientorpecimiento, ni el recuerdo de lo
pasado, lo queacontece con frecuenciacon el
doro-ormo, y sobre todocon la morfina. Los efectos anes¬
tésicos han sido diversamente interpretados; Lie¬
breich, Richardson, Bouchuty Landrin los conceden,
•ntanto que Demarquayy aún Giraldes,J. "Wormot,
Speneer-Wells,yJohn Ogle, no ven enel doralmas que un hynóptico 6un sedativo del sistema nervioso.
No obstante, entre losque han reconocidoen e^te
agente propiedades anestésicas, sehan dividido las
opiniones; asipues, Dieulafoyy Krishaber, declaran
queel doral excita la sensibilidad en débiles dosisy
ladisminuye endosis elevadjis hasta producirgra¬ dualmente la anestèsiacompleta. L. LabbéyGoujon,
sostienen que la anestèsia ocasionadaporeste agento
no vá precedida de periodo de e;fcitacion alguno, como se observadurante la administración del cloro¬
formo. En cuanto á nosotros, los efectos anestésicos
de el hidrato de doral nos han parecido incontesta¬
bles infinitas vecesque lo hemos usado; entre otras
hemos visto quetres gramosde esta sustanciatoma¬
dos de una solavez, han determinado un profundo
sueño que duró ocho horas, en una persona atacada
deneuropatía, unida á un tenaz insomnio; en todo
este tiempo, las excitaciones mas enérgicas de la
piel, nohan podido conseguir mas que una sensibili¬
dad obtusaé inconsciente, con movimientos reflejos
muylimitados y olvido completode todo lo ocurrido
duranteeste sueño. El hidrato de doral, que en la
mayoría de casos se tolera perfectamente, no ejerce
ninguna perturbaciónenlas funciones digestivas; no
causavómitos, diarrea, niconstipación,y porelcon¬
trario, aumenta el apetito cuandose administra re¬
petidamente; bajo su influencia el pulso aumenta de
frecuencia ylatemperaturaexterior del cuerpo baja
soloalgunos milésimos de grado. ¿Pero cómo obra el
doral? Aquí han surgido también,nuevas divergen¬
cias, Añadiendo áunasqlucionacuosadeestehidrato
lasosa óla potasa cáustica, se descompone aquel y
resulta un formiato de una ú otra base, según el
álcaliempleado, y una cmtidad de cloroformo que
queda en libertad. Fundado en esta reacción, Lie¬ breich, trató deensayar la acción fisiológica de esta
sustancia en los animales, previendo que las sales alcalinas del suerode la sangreproducirían el mismo
cambioquelos álcalis indicados, yqueel cloroformo
puestoasi enlioertad,perolentamente,seria la cau¬
sade la acción anestésica prolongada: según pues,
esteautor, á la transformación enelsenode la eco¬ nomía del hidrato de cloraten cloroformo se leberia losefectos de este medicamento. Tal era asimismo laopinion de Dumas, Richardson, Bouchut y Person¬
ne, entanto que la teoría química de Berlineracom¬
batida por Demarquay, Krishaber, Dieulafoy, L.
Labbé, A. Fernaud y últimamente por Gubler que
explica deeste modo la diferenteacción del cl«ral y
del cloroformo:este último, mata obrando sobre la
célula nerviosa sensitiva, y produce lamuerteconse¬ cutivamente á la anestesia y la resolución muscular
progresiva; el doral, por elcontrario, parece ser un veneno delcorazón alque paralizaantesdeextender susefectos á los demás elementos del sistema mus¬ cular
2900
LA VETERINARIAESPAÑOLA.
*Accion terapéutica.—aplicaciones terapeúticas del doral son numerosas en extremo y quizás sean
hoy todavía muy limitadascon relación á lo sucesi¬
vo: contodo, hé aquí la enumeración de las afeccio¬
nes y circunstandasen queestemedicamento se ha
empleado: manía aguda, insomnio y alucinaciones
que acompañan á distintas formas de enagenacion mental, delirium tremens, varias neuralgias, cólicos
nefríticos, coréa, tétanos, gota, coqueluche, enfer¬
medades delútero,reumatismo muscular,trabajodel
partoy operaciones de obstetricia, afecciones nervio¬
sas puerperales, quemaduras, agitación, excitabili¬
dadconsecutiva á las grandes operaciones, delirio
traumático, enla extracción de los dientes y demás
operaciones de cirujia para producir la anestesia.
Asimismohemoshecho uso del hidrato de doral en losviolentos accesosdoloro osdel reumatismo arti¬
cular, agudoyfebril, en losdel cáncer, de la otitis,
del cólico nefrítico,en los de muchas neuralgias
comola facialyla ciática, enciertascefaleas tenaces,
comola quesobreviene al principio de la fiebre tifoi¬
dea, en e) insomniorebelde, consecutivo á estados neuropáticos comola manía aguday enlas enferme¬
dadesde larga duración. Generalmente, hemos obte¬
nidocon suma rapidezy seguridad la acción sedativa que este medicamento ejerce sobre elsistemanervio¬
so, uniendo á laproducciónde un sueñosereno y re¬
posado, la preciosa cualidad deconservar y aun ex¬
citarel apetito y no producir constipación alguna,
circunstancias muyimportantes en aquellos enfer¬
mos en quees necesario conservar la integridad de
las funcionesdigestivas, comoacontece en los neu¬
ropáticos, dispépsicosy convalecientes: estas exce¬
lentes propiedades contribuirán sin duda alguna á que sedé iílcloral la preferencia en vez del ópioysus
diversos preparados que no poseen tan brillantes
cualidad:s. Peroen medio del entusiasmo de que el
doral hasidoobjeto, noha podido hasta ahora cono¬
cerse su correspondiente antídoto, porque si bien á
dosis moderadas presta verdaderos servicios á la te¬
rapéutica por su poderosa acción sedativa sobre el
sistema nervioso motor ysensitivo, deben, sin embar¬
go, temersesus efectos tóxicosen dósis muy eleva¬
das; asíes,qutó más de una vez ha causado la muerta
de los animalessometidos á losexperimentos y
has-taen el hombre lia producido accidentesalarmantes
administrado como anestésicoen cantidad de cinco
gramos, en una amputa-cion de la pierna,la que se
practicó sin elmenor dolor en verdad,perola insen¬ sibilidad y elcomo persistieronporespacio de 24 ho¬
ras é inspiraron sérios temores. Según Bouchut, el hidrato de doral está contraindicado en las enfer¬ medadesorgánicas deleorazony del cerebro, ácausa del peligro áque su administración expone á estos enfermos.
(Concluirá.)
VARIEDADES.
Conferencias
agrieolas del instltulo
catalán do San Isidro. Concluyela sesión de 21 de Alarto de 1870.
Tomóluego la palabra el Sr. Fivallery dijo.
A la benevolencia de la mesa y de los señores asistentes á la Conferenciaanterior debo lareserva del uso de la palabra parael dia de hoy,y lo celebro
porque esto me ha proporcionado la satisfacción
deoiral Sr. Ubach,quenosha dado noticias del ma¬
yorinterésparael tema objeto del debate. Tomando pié de los discursos de los Sres. FlaqueryUbach, diré algunas generalidadesypresentaré algunas observa¬
cionesen contestación á ellos. Decia el primero, que
dado el estado actual cenuestras leyes de
Aduanas^
marchábamos alpleno libre-cambio. T'ene muchara¬ zón,y yo añadoque la consecuencia será la ruina de
nuestraindustria y de nuestra agricultura. No ha
bastado hacer una comp'eta revolución política; ha sidopreciso hacerla también económica, y esta des¬
graciadamente ha sido bienpocomeditada. Acostum¬
brados nuestrosgobernantes á resolver las cuestio¬
nesde mayortrascendenciaporel criterioy atmósfera
que Sí respiraen la capital de U península, las pro¬
vincias son raras veces consultadas y casi nunca
atendidas.
Todos sabe.uos quela escuela librecambista está
en plena mayoría en Madrid, y que Inglaterra que
siemprenos presentanpormodelo, debeestarmuy sa.
tisfechadelos progresos rápidos que sus doctrinas
han hecho en laantigua córte de España. La li^a de Manchester creada en un principio con un fin políti¬
co, y que continuó despues con un fin económico, empezó la propaganda del libre-cambio porque vió
queya no tenia rivalespara susprodueto.s industria¬
les.Sus doctrinas hallaron eco en España, yhombrcg
demuchotalento y erudiciónsepusieron al frente de
esta nuevaeseuela .ylograron rodearse de ardientes
partidarios.El Sr. D Luis María Pastor, persona co¬ nocida por subuen talento é ilustración, fué uno de
los que con mas calor hicieron la propaganda de estas
nuevas ideas. No le faltaron entre sus admiradores
algunos catalanes, y de esta manera ha ido progre¬
sando la escuela libre-cambista, amenazando termi¬
narprontocon la producción nacional.Sin duda no
tienen presentequela misma Inglaterra antesde te¬
nerlasupremacia de los mercados del mundoha sido
muyprotecciomista, y solo dejó la protección cuando
no temió laconcurrencia. Estonos demuestra quela protección bien entendida eselcamino para llegaron
dia al libre-cambio.Quese nosponga enlas mismas
condiciones deaquel país; que se nos de el capital
co-municacion; que tengamos en fin, la protección en
el sentido político y económico como la ha tenido
aquella nación, y entoncesno temeremos al libre¬
cambio.
En esteestado, ¿qué debemos hacer los agriculto¬ res? Imitar el ejemplo de los industriales. Unirnos,
agruparnos, defendernos y hacer la ropaganda en contra de unas ideas que no pueden ser en nuestro
pais del dia de hoy. No conviene dejarnos llevar por
el pesimismo, y si esforzarnos para que se entre en
una nueva era de protección que saque á la pobre elasecontribuyentedel triste estadoenque se halla;
ácuyofin, el Instituto comocorporación, ytodossus
sócioscomocontribuyentes, deben coadyuvar á tan deseadoobjeto.
Alude el tema ála imperfección de nuestras vias de común cacion. Muy imperfectas son en efecto, porque en esto hemos sido también víctimas de la
poca premeditación de las administraciones pasadas, que pensaron encruzar nuestra península de grandes
vias férreas sin tener en cuenta qin carecíamos no
solo de las desegundoy tercer orden, sino hasta de
loscaminos vecinales yvias de pequíña comunica¬
ción,quesonlas quedebían llevar lavida áesasgran¬
des arterias.Seria masconvenienteque en lugar le pensar encompletarla red de¡as viasférreas,sepen¬
sase en formarla red de las viasvecinales,y de este modo muchos de nuestros productos agrícolas que
hoy diacarecen de salidû, adquirirían valoren bene¬
ficio de los productores.
Indicó tambiénel Sr. Flaquer, en son de justa ,
censura, que se ven algunas veces en la cúspide de
una montaña yenmedio deuna roca queno definía,
unavid que no estaba en condiciones de prosperar.
Estonos indica que es querer forzar la naturaleza. Con estemotivo se lameníó, aunquede pasada, de
lafalta de montes en Cata'uña. Debo ocuparme de
esta observación, queá mi juiciotiene grande impor¬
tancia y es una de lascausasde dec idenciadenues¬ traagricultura. En toda España se notala falta de
losmontes,no porquenohayan existido sino porque el afau de'^amortizador, pocomeditado, de nuestros
gobernantes, losha hechadesaparecer,y aLgaso que
vamos pronto desaparecerán por completo. Se ha
creídoequivocadamente quecon la venta lelosmon¬ tes del Estado y de propios se sacaría al Tesoro de grandes apuros y sebariaun beneficioá laagricultu¬
ra. Lamentable errordo loshombres exclusivistasen
las ideas de escuela. Dicen muchos denuestros eco¬ nomistasque la acción individual essuperior á la co
-lectiva y ;ue entregando los montes á la industria
privadaaumentará nuestrariqueza. De ahí la lucha
queha existido siempreentre el elemento
desamorti-zador y el conservador de losmontes. Nocomprenden
óno quieren comprender
esosseñores que losmontes
desempeñan enlaeconomía de la vida funciones que counada sereemplazan;que
sudestru cion es obra
de un momentoy su creación là de siglos; queel
par-'ticular
solo piensaenel presentey no enel porvenir; y que el Estado esel únicoque puedeydebe conser¬ var los montes altos ó maderablespor sus funcionesgeneralesy con relación á lo futuro. Todos sabemos
que los montesdesempeñan dos clases deservicios:
los llamados generales,queconsisten en purificar la
atmósfera, en conservar las aguas, en guardar los
Valles, en encauzarlòs rios, enevitar las
iuundacio-nes, conteniendo los torrentes, etc.; y losllamados
especiales,que son los de proveerá los habitantes de maderas, leñas, broza,etc., etc.Destruidos losmontes
¿cómo seproveerá á estos servicios tan necesarios? Laagriculturaserá la primera víctima desu
desapa¬
rición. Reciente es la sensible inundación del Jácar en la provinciadeValencia, que causó inmensos
per¬
juiciosá aquellasricas comarcas. Una luminosa me¬ moria escrita porórden del Gobiernosobre lascausas de esta inundación y sus estragos, nos dice que es debidaprincipalmenteá la
desaparición do los mon -tesen la sierra deAlmansay parte de la de Cuenca.
Si comparamos lasnperfieie tot:.! de España con
la de otras naciones, con relación á la snperfieief».
restai,veremosque,siendonuestropaísmuyacciden¬
tado ymontuoso, esta relación esbastante inferior,
pueses solodel 12por 100 desu teiritorio. Kn
Fraa-cia, país de doble poblaciónperode poca mas
-xten-sion,es de un 16por ciento. En l'rusia de un 35 por
00. En Austria ySajoniade un 30 por 100. Si á este se añade que nuestros montes, comparados
conlos de
esasnaciones, son losque están en peor estadoy no
responden álos'principios dj la ciencia, es evidente
queen lugar de ¡destruirloshabríaque pensar en au
mentarlosy mejorarlos.
En Cataluña tenemos pocosmontesy seindicó la
otra noche que sólo teníamos algun pinar. Debo
rectificar esto, porque si bien es ciertoque el Estado
notiene aquí montes, lostenían los pueblos,
exis¬
tiendoalgunos pinares,encinares y robledales. Elre¬
poblado de los montesestambiénnecesario en Cata¬ luña, porque es precisoconvencerse que en los domi¬
nios de la sevilcultura es muy difícil introducir la
agricultura. Lanaturaleza mismanosindica siempre los limites de ambosdominios, y donde solo prospera un pino,un roble ó unahaya,es inútilque nosesfor¬
cemosenquererhacerprosoerarlos olivosylas vides.
Se ha dic'io que convendría aumentar el cultivo del almendro.No soydeesaopinionporque esun ár¬ bol ue exige condiciones especiales de abrigo
y que
por supronta florescencia está siempreexpuesto á que
I
el
menor viento haga desaparecer su cosecha. Eni. puntos tan abrigados como la isla de Mallorca ó al-i gunaspequeñas zonas de nuestro litoral, comprendo 5
que se le dé alguna importancia.
1
Es muy difícil poder decir,comoregla general, que
conviene cambiar nuestro actual sistema de cultivos daúdoespecial preferenciaála ganadería. Es preciso
2902 LA
Miï^KlNAKlA
ESPAÑOLA.
tenerpresente que en Catalufia hay gran diferencia
entrecomarca y comarca,provincia y provincia. Te¬
nemostodaclase deproductos, lo que indica queel
agricultor catalán 'os busca todos; tenemospor lo ge
neral un suelo ingratoy escasez deaguas,y se exa¬ geraá veces elestado rutinario denuestros agricul¬
tores.No son aficionados áinnovaciones,pero cuando
se les demuestra las ventajas de tal ó cual cambio
por medio de ejemplos prácticos no se resisten á
adoptarlo. Conviene dar algo mas de educación agrícola á las clases
del
campo y queles propietarios
seanlos primerosque verifiquen los ensayosde toda
innovación. Su
ejem'plo
servirápara las clases infe¬riores, pero parapoder obtener que los propietarios dirijan sus explotaciones
agrícolas
espreciso
queabandonenlasciudadesy que vivan mas enelcampo.
—En el día estono puede lograrse, porque desgra¬ ciadamentecarecemos no solo de laprotección nece¬ saria para la producción, sino de la protección que
en toda nación regularmente gobernada sedá á las
personas y
haciendas. Mientras el propietario
nopue¬davivirconcompleta seguridaden sus haciendas,no
hay quesoñaren
grandes explotaciones ni
enintro¬
duciraquelloscambiasque sean mas
necesarios á la
prosperidad y
desarrollo
de
nuestra agricultura.
Terminaremos diciendo que paraindicar el siste¬ma que conviene introducir en
tal
ó cuallocalidad,
esprecisoestudiar
las condiciones
geológicas
ycli¬
matológicasdel terreno,caráctery costumbre de sus habitantes,la facilidad de salida en los productos y
atendersobre todoá la demanda.Creo que puede de¬
cirseque debemos
dar
mayorimportancia al cultivo
de la vidprocurando mejorar la elaboración denues
-tros vinos, no tanto en sentido de darles mayor ó
menor riqueza alcohólica sino en
el de
procurarin¬
terpretar
el gusto
del
consumo.Sírvanos de ejemplo
lo que en
conversación
particular
noscitó nuestro
digno señor
Presidente
conreferencia á
sureciente
visitaáalgunos
departamentos
del Mediodía de
Fran¬
cia, localiaadesque yo tambiénconozco.
Hace veinte
(3 masaños que elsistema agrícola de esos
países
eracasi idénticoal nuestro; cultivaban los cereales los
olivos, la vid en mayor
ó
menoresc.la, el
iCgadío
etcétera,y enel dia
todo
seha
arrancado
paraformar
inmensos viñedos que, según confesión propia de al•
gunos
propietarios
conocidos
de
dicho
señor, han
cuadruplicado la rertaqueposeíanenaquella época.
Laantigua exposición del
Instituto
enVich
yla
que
debia verificarse el
año
6S
noshubieran
demos¬
trado losadelantos de aquella comarca en que se vaintroduciendo laafición á la ganadería, y las
'renta-jasquereportaun
pais
de
quesusprincipales
propie¬
tarios vivanen sus haciendas.
Diré por último con
el
Sr. übach
que creodebe
restringirse porreglageneral el «ultivo de
los
cerea¬les,por lasrazonesque muyoportunamente
ha indi¬
cado,y queatendiendo encada comarca
á Jas
leye»
dela demanda yásuscondiciones especiales, se pue-: de aconsejar,no en absoluto, el aumento de la gana¬ deríay el del cultivo de la vid, teniendo en cuenta
que nuestrosvinos han gozado de algun crédito ep los mercados extranjeros y especialmente en los de
América,y quesieneldia están algoen decadpnçia
nr esdebido solo á laculpa de los productores, sino
masbien á lasofisticacion delos vendedores.
[Rev.
del
Inst.
agrícola catalan.)
(Se continuará.)
Sección de
anuncios.
OBRASQUE SE HALLAN DE TENTA
EN LA REDACCION DE LA VETERINARI.A.
ESPAÑOLA.
Ensayo clínico, porD. Juan Tellez
Vicen.—Proeio
12rs. en Madrid; 14enprovincias.
Genitologia eeterinaria ó nociones históricofisiológi¬
cas sobre la propagación do los animales, porD. José
Bazquez Navarro.—Precio; 16 rs, enMadrid; 18 rs. en
provincias.
Enteralgiologia veterinaria,porlos señoresdon Sil¬
vestrey donjuánJoséBlazquezNavarro.—Constitu¬
yeuna extensa monografíaacerca del llamado cóltco flatulento óventosoy
de
sucuración
cierta
pormedio
de
lapunciónintestinal.—Precio; 24 reales, tomando
la
obraenMadrid;28rs., remitida á Provincias.
Tratadocompleto de las
enfermedades
particulares
a losgrandesrumiantes,porLafyre.
Traducción
anotada
y adicionada,porD.
Gerónimo
Darder.—Comprende
laPatologíayTerapéutica
especiales del
ganado
va¬cuno, coninteresantesdetallesy
consideraciones
ana¬tómico fisiológicassobre las
regiones,
aparatos
yór¬
ganos que pueden serafectos
de
alguna
enfermedad
—Precio:36rs. enMadrid;38en provincias.MADRID:—1870.