Autor: e-MARO. LA HABANA. CUBA.
Pequeño Cuaderno de
Poesía.
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Pequeño Cuaderno de Poesía.
Autor: e-MARO.
La Habana. Cuba. 2018.
INFANCIA PERDIDA.
Te busco insistente entre las pequeñas olas de un lago efímero. Ha llovido anoche y he botado al agua varios barcos hechos
mejor que hace veinticinco años. A pesar del papel idéntico no he logrado recrear aquella sensación,
felicidad inmensa de ser niño capitán de todo
en todas partes.
Ahora cuando llueve es solo lluvia
aunque han comenzado a aparecer las evocaciones. Por eso hoy busco en cada ola
la infancia perdida
y no logro recrear la sensación, la inmensa tranquilidad
de ser niño, rey feliz,
2 y mientras me marcho pensativo
me refugio en mis hijos.
Los enseñaré a construir ilusiones como aquellas,
a danzar alegres
en cada ola de un lago condenado a muerte cuando suba el sol
o pasen veinticinco años.
ESCAPE PELIGROSO.
Hay un fuerte olor a ti por todas partes,
debe de haberse roto alguna tubería en el subsuelo,
o quizás las líneas transmisoras fueron mal unidas.
De todas formas
no voy a avisar a reparaciones, el ambiente es evocador
y me estoy llenando los pulmones a plenitud. Lo único malo
es que alguien prenda alguna chispa. La combustión ocurriría tremenda y serías la causa de otro accidente como cuando te conocí
y cometí el error de amarte para siempre.
3 PROBLEMA.
He vuelto por el mundo perdido, un mundo antiguo
como el de Alicia y dicen
que gustaba codearse con Palas Ateneas cuando la estatua aún no estaba
cubierta de verdín.
Me preocupa tener que irme lejos, no Atenas,
ni siquiera al País de las Maravillas; solo hasta tu mundo,
ese lugar donde todo es bondad, donde las aceras
y las miradas
están hechas de ternura, de tu ternura.
Allí estoy tan a gusto, pero me han dicho
que los sueños duran solo segundos y estamos dormidos.
Cuando regreso
tengo tantas cosas por contar a nadie;
tantas alegrías por confesar a mí mismo.
4 Entonces llegan los poemas,
estos largos escritos cuales tú misma nunca llegues a leer
a pesar de haber ido de las manos tan contentos
por las calles de mi mente, solo por allí.
La realidad es bien distinta; mucho calor,
una esposa solo para pelear, hace un año no te veo y sin esperanzas.
Solo se salvan mis hijos aunque a veces me pregunto mientras miro a sus ojos infantiles ¿comprenderían?
OTRA VEZ.
Cuando el sol duerme tranquilo en alguna parte sin pensar en mí,
sueño verte pasar.
Estoy con los párpados abiertos pero es de todas formas un sueño porque nadie cabalga
en un corcel de estrellas ni lleva en sus pupilas
5 el último lucero en apagarse.
Lucero buenos días. Transdiador.
Amigo.
Cuánto quisiera besarte cuando vas en sus ojos y después también. Seguramente guardas ese perfume que ella deja en cada lugar donde toca.
Quizás por eso desde dentro de mí brota esa fragancia indeleble, un poco al lado izquierdo donde ha dejado su ausencia, donde duele a veces
cuando se apaga una sonrisa en el espacio y solo queda el recuerdo.
TRANSCURSO ATRÁS.
Hay veces que asisto al pasado con la tremenda fuerza del presente. Hay veces que me voy de visita a buscarte
con un montón de años menos y muchas esperanzas más.
Ansioso por encontrarte sonriente por los vericuetos de mi vida donde se ha ido acumulando
6 una montaña de basura
y apoyo la espalda contra la pared con los ojos asustados muy abiertos. Las manos las tengo en los bolsillos apretadas.
En ellas está lo bueno, tú.
Por eso regreso a buscarte
dando codazos en la muchedumbre, rompiéndome la ropa
como quien quisiera quitarse la piel y encontrarme
de verdad allí.
DEFINICIÓN DE AMOR.
El amor hace noble todo cuanto toca.
Es un dispositivo que inventaron algunos tontos de remate
para llenar un hueco aún vacío en las vidas.
Fue solo un pedacito pero se fermentó y lo inundó todo.
Nadie sabe hasta dónde
va a estar creciendo y a cuántos quemará.
Por lo pronto con él han comenzado a hacer el pan, la carne, la ropa. Con él se confeccionan los niños,
7 los poetas
y las piedras.
Nadie sabe hasta cuándo habremos de estar enfermos
y si nos vamos alguna vez a curar.
CONSTRUCTORES.
Después de hacer el amor la obra nos quedó perfecta. Nos paramos a mirarla como esos constructores útiles a sí mismos,
satisfechos del deber cumplido. Frente a ella
nos admirábamos de la puerta de besos, de la ventana de caricias
y la arquitectura perfecta de toda la mansión.
Nos abrazamos y fuimos felices después de todo
y a pesar del cansancio. Estábamos tan alegres, todo era tan color de rosa -el crepúsculo o la aurora, ni sabíamos-
8 que decidimos entrar de nuevo
a dar los últimos toques.
NEGATIVO.
El viejo celuloide
me trajo tu imagen invertida. El haz de luz en la pared dibujaba tu pelo blanco que caía sobre tus hombros manchando el pulóver negro. Estabas de espaldas.
Hice bien en fotografiarte así apenas hasta la cintura. No vi tus ojos,
ni tu boca,
ni aquella sonrisa de costa a costa, ni todos los demás atributos.
Para identificarte necesitaba tanto de ellos como de tu ausencia sin restricciones,
como de las causas para buscar este negativo escondido con celo;
para identificarte,
porque por demás había tantas ganas, tantas uñas arañando el concreto,
9 tantas sumas, restas, multiplicaciones, calor, dedos quemados.
¿Para qué te habré fotografiado de espaldas? Ahora he desconectado el cable
para verte, he hecho la cama para no dormir. Tal vez te sueñe
y te haga el amor despierto y cuando amanezca me dormiré mientras voy al trabajo
y no te daré el asiento como todos los días, porque quizás ya no te reconozca
en cada una
y te haya comprendido.
CAMBIOS.
A la oración le han cambiado el nombre sencillamente porque el mundo
tiene que variar, ahora le llaman frase.
10 Lo aprendí en una sesión
de geografía del idioma
donde supe mucho de cosmonáutica, de una herencia del hablar
que ya no es nuestra
y las palabras que me como. Por eso estoy tan gordo. Los paras y los todos a medio despertar
abundan como los mosquitos en esta ciudad
donde sobran algunas cosas que tenían que faltar
como lenguaje inútil.
QUEDARSE.
Por todas partes dejo mi presencia grata o no, eso nunca se sabe. Es como quedarse un recuerdo después de una estatua de bronce que te hicieron alguna vez sin pensarlo o después de la lluvia,
La luz a la salida del túnel, un jirón de piel
en el borde agudo,
la sonrisa con los ojos perdidos. Una mujer.
Eso nunca se sabe.
11 en el mismo.
INCORPORIEDAD FASTIDIOSA.
Tu nombre viene a visitarme a ratos motivado por efectos externos y alguna música suave. Me pregunto entonces
por qué cuando el recuerdo era real no había el entorno
ni la melodía.
La vida misma
es más rica que la fantasía, por eso vivo ahora
y soñaba cuando iba de tu mano. Sabía que después te tendría así puro producto de la nostalgia y apretaba el tacto suave para sufrir cada instante.
Entonces me mirabas con los ojos hermosos y grandes
sin apenas saber que te amaba en la realidad
y en los sueños.
Allí se agazapa
12 en el mejor recodo
tu recuerdo,
salteador de cuando más hace falta, impredecible tú,
penosamente etérea.
POR MI CEREBRO.
Hay una segunda generación en mi mente, muchas intenciones de cómo olvidarte, pero ese producto gris
ha manchado mis camisas y mi ropa interior huele mucho a tu aliento.
Las ideas siguen fluyendo
como si estuvieran al alcance de la mano y las circunvoluciones se hicieron para que yo fuera tropezando una a una
para en cada caída
en vez de una maldición diga tu nombre y sonría.
No sé nada de química, pero sigo buscando por mi cerebro
la causa de este amor por ti. Dispersos he encontrado ya tus labios, tu sonrisa, tu cuerpo.
13 estaba ahí mismo detrás de los ojos.
Será por eso que tengo siempre tantísimo deseos de verte de abrazarte
y amarte.
DEFINICIÓN DE AMOR.
El amor hace noble todo cuanto toca.
Es un dispositivo que inventaron algunos tontos de remate
para llenar un hueco aún vacío en las vidas.
Fue solo un pedacito pero se fermentó y lo inundó todo.
Nadie sabe hasta dónde
va a estar creciendo y a cuántos quemará.
Por lo pronto con él han comenzado a hacer el pan, la carne, la ropa. Con él se confeccionan los niños, los poetas
y las piedras.
Nadie sabe hasta cuándo habremos de estar enfermos
14 y si nos vamos
alguna vez a curar.
EMBRIAGUEZ.
Todo fue de pronto ayer, después pasado mañana.
Los días perdieron su consecutividad divina mientras las horas iban a pasearse
en los minutos
expuestos a que los días
se quedaran más allá de la semana.
Un año pasó entre el tic tac
de un reloj detenido mientras sonaban las doce y el anciano pidió
llorando a gritos
que le cambiaran el culero.
El tiempo puso el vaso de ron sobre la mesa y se juró que no bebería más
a la memoria de aquel amor pues solo había una dirección que seguir.
15 Por aquellos pequeños defectos
de la vida
nos encontramos con personas a destiempo.
Errores triviales, mediocres y temerosos
porque a fin de cuentas aparece negándose a sí mismos.
Surge una tarde cualquiera y con esa trivial mirada nos hemos dado cuenta,
con una irrelevante conversación de asientos de escalera incómoda nos burlamos
de nuestras propias existencias inconexas y los deslices se van
humillados y cabizbajos prometiendo el falso regreso,
inútil por lo irrevocable del encuentro.
A destiempo
porque debíamos haber chocado antes.
16 las magulladuras y los moretones
hubieran sido de menor intensidad, y por este larguísimo tiempo analfabetos de nosotros mismos. No obstante
había reservado un lugar,
una diminuta mesa por algún rincón donde veo tus labios finos,
tus ojos de locura y tu rostro sin pintar con muchísimos colores -¡qué Picasso ni Goya!-
y tu cuerpo delgado excelente y evocador se deslinda de una nube de semipenumbras a donde deseo asaltar
y besar y tocar,
y de un tirón ser feliz como a un niño la vida para después,
dado el extraño caso recíproco, amarnos.
DESEOS.
17 por qué no amamos a todo el mundo.
Nos cuidaríamos todos con esa ternura inmensa, con esa voz limpia y cristalina
con la cual se le dicen caricias a las muñecas nos transmitiríamos unos a otros
nuestros más fervientes deseos de verte bien. Yo quiero amar a todo el mundo
como te amo a ti.
Quiero ser feliz cuando alguien se me acerque, o me hable
o me toque.
Cuántas cosas habríamos de revisar, giraría de un lado a otro una rosa y arrancaría soles
para ponerlos en tu pelo. Iríamos a dormir a alguna parte juntos
solitarios y sin pagar. ¡Me amarías tanto!
TRANQUILIDAD.
A los cuervos nunca los había visto por aquí. Tengo bien observado mi patio.
Han aparecido sobre la cerca alta sin un permiso o un RD 3 de improviso.
Son aves admirables y organizadas
valientes hasta el punto de saltar a tu mesa para robar el pan que no le has dado.
18 vigilante
por un gato, un ser humano, u otro predador. Por más que atiendo no logro descubrir cómo seleccionan y controlan
a quien le toca la guardia en lo alto del aguacate. Mi patio es una diminuta reserva de gorriones las gallinas de todos los vecinos
los perros que congenian y una gata amiga de mi hijo.
A veces se hospedan ocasionales pitirres, y todos los veranos
tengo reservada una rama suite para una pareja de sinsontes que los cuervos han alejado.
Los cuervos son pandillas urbanas
y me asombra hayan llegado hasta mi patio. Parecen mala suerte
todos de negro sobre la cerca
o en el césped observando a un mundo rojo. El gallo es el ave más tonta de mi patio y me desafía la propiedad.
Estúpido y todo controla un harén.
Hay cocos, aguacates, chirimoyas, mangos, ciruelas, y buganvilias invasoras.
Mi patio es verde lleno de sonidos y hojas mi salón de lecturas y relajamiento. Estos cuervos no están autorizados no me va bien el color negro por todos los sinónimos que trae y porque han llegado con el invierno de este año.
19 CARTA VIEJA.
Hoy volví a leer tu carta de hace treinta años.
Me senté en un rinconcito a revisar unos libros viejos y me saltó tu escritura sobre el papel amarillento. Realmente no recordaba que existieras
y sin embargo tú fuiste la única que alguna vez se vio atrapada por mis poemas,
aquella hermosa mujer de veinte años que se sintió emocionada por mis versos sin rimas y sin versos,
muchachita que se dejó arrastrar por mi personalidad literaria y real, quien creyó que yo era el mejor de los poetas románticos,
el próximo premio nobel de literatura.
Se dejó llevar por una grácil y breve aventura literaria donde imaginó muchas más cosas de las que le realmente le decía.
Tu carta expresa ideas que he olvidado.
Tu letra menuda me cuenta como soy lo más inteligente,
lo más romántico y que es una suerte que no hable como escribo, pues no resistirías la tentación de besarme.
Eso fue hace treinta años
pero el recuerdo cálido me llegó amable,
actual, como si sintiera tú aliento ahora sobre mi mejilla. Tengo tu letra frente a mí
aunque ya no sé por dónde estás. Ni siquiera si estás,
allá por Alemania, o España, o los Estados Unidos, o Marte. ¿O acaso me recuerdas? Creo que no.
Ya nadie guarda las cartas viejas y no se escriben en Internet, o en las redes sociales y el estrés.
Ya no te acordarás que alguna vez enloquecisteis de amor por un poeta
y lo escribiste, y lo mandaste en un sobre. Hoy habría desaparecido en el próximo virus de mi computadora
20
y me habría perdido estos cinco minutos de tremendo empujón a mi autoestima, del impacto enorme con el recuerdo cálido de tu presencia,
de tu elegante voz,
del único y exclusivo humano que me amó por lo que yo era, o creía que era, un poco más allá del amor filial.
Volví a doblar la carta con cuidado.
Nunca vas a saber cómo esta vez quien se quedó emocionado fue el poeta sentado en un rinconcito de una biblioteca vieja
sin saber por dónde andas o si andas y te acuerdas de mí
o de aquel amor fugaz de veinte años hace treinta. Atrapo una lágrima mientras se escurre hacia el mouse.
¿Podré lanzar este poema en una botella cerrada a navegar por el océano de Internet? ¿Te acordarás de mi cuando la encuentres en la costa de tu ancianidad y volverá tu juventud a llenarte el pecho por cinco minutos?
¿Te acordarás de mí?
CAMBIO TODA LA VEJEZ QUE ME QUEDA POR UN DIA DE JUVENTUD CONTIGO.
Ya lo tuve todo ¿Qué puedo decir?
Tuve una niñez y adolescencia sobrecargada de aventuras de montones de amigos locos como mi persona
conservadores y liberales de la existencia.
Tuve muchas novias y un solo amor grande, grande grande
que como toda buena historia tuvo su preámbulo, desarrollo, nudo y desenlace cuando te escapaste justo a tiempo de mis brazos
21 de mi vida
de mi país.
Tengo varios hijos que han crecido.
He tenido trabajos excelentes, sucesos importantes e incontables. Me he leído toda la literatura que ha caído en mis manos.
He escrito montones de libros subversivos que nadie lee y aún continúo metiéndome en problemas.
Una parte de mí está feliz.
La otra se pregunta si tendré tiempo de recomenzar por mi niñez o mi adolescencia,
si podré retener mis aventuras y emociones
si podré recuperar aquellos sentimientos sublimes que generabas en mí si podría, por favor, conservar a mis amigos y a mis hijos
conmigo.
Si podré encontrarte de nuevo por primera vez y entregarnos aquel primer beso
que no he podido olvidar
y que me asalta a ratos en mi soledad.
MÁS QUE POEMAS, MÁS QUE AMARSE.
Escribir poemas es fácil, difícil es hacerlos. Lo logramos tú y yo
cuando sonreímos al unísono sin vernos, lejanos,
recordando las travesuras del amor desnudo
22 en una cama extenuada.
Eso es difícil.
Imposible sería entonces no amarte, no sonreír,
no esto.
CONSTRUCTORES.
Después de hacer el amor la obra nos quedó perfecta. Nos paramos a mirarla como esos constructores útiles a sí mismos,
satisfechos del deber cumplido. Frente a ella
nos admirábamos de la puerta de besos, de la ventana de caricias
y la arquitectura perfecta de toda la mansión.
Nos abrazamos y fuimos felices después de todo
y a pesar del cansancio. Estábamos tan alegres, todo era tan color de rosa
23 -el crepúsculo o la aurora,
ni sabíamos-
que decidimos entrar de nuevo a dar los últimos toques.
TRANSCURSO ATRÁS.
Hay veces que asisto al pasado con la tremenda fuerza del presente. Hay veces que me voy de visita a buscarte
con un montón de años menos y muchas esperanzas más.
Ansioso por encontrarte sonriente por los vericuetos de mi vida donde se ha ido acumulando una montaña de basura
y apoyo la espalda contra la pared con los ojos asustados muy abiertos. Las manos las tengo en los bolsillos apretadas.
En ellas está lo bueno, tú.
Por eso regreso a buscarte
24 rompiéndome la ropa
como quien quisiera quitarse la piel y encontrarme
de verdad allí.
CAMBIOS.
A la oración le han cambiado el nombre sencillamente porque el mundo
tiene que variar, ahora le llaman frase. Lo aprendí en una sesión de geografía del idioma
donde supe mucho de cosmonáutica, de una herencia del hablar
que ya no es nuestra
y las palabras que me como. Por eso estoy tan gordo. Los paras y los todos a medio despertar
abundan como los mosquitos en esta ciudad
donde sobran algunas cosas que tenían que faltar
25 FIN.
