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Universidad de Magallanes Facultad de Ciencias Escuela de Ciencias y Tecnologías en Recursos Agrícolas y Acuícolas

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Academic year: 2021

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Universidad de Magallanes Facultad de Ciencias

Escuela de Ciencias y Tecnologías en Recursos Agrícolas y Acuícolas

Población de la avispa chaqueta amarilla (Vespula germanica) (Hymenoptera: Vespidae) en la región de Magallanes durante 2005 - 2006

Seminario para optar al Título de

Técnico Agropecuario Mención Ganadera Profesor guía: Vicente Pérez D’A.

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AGRADECIMIENTOS.

Quisiera dar las gracias a mi familia que me ha apoyado siempre. En los buenos y malos tiempos. Que han hecho de mí la persona correcta que soy. Agradezco a mis padres por ser quienes son: esforzados y buena gente, a mis hermanos y hermana por tratar de comprenderme. A mi sobrinos por ser como son, a mis cuñadas y cuñado por la alegrías que me traen. A mis amigos de estos años que de alguna u otra manera me han ayudado en cosas que a veces parecen simples pero que son importantes al momento de recordar los momentos vividos.

Deseo también agradecer a profesores y personal del Instituto de la Patagonia, Centro Hortícola, Biblioteca, por su entrega a su trabajo y su colaboración hacia nosotros, sus alumnos, deseo hacer también extensivo este agradecimiento al personal administrativo y profesores de la Escuela de Recursos Agrícolas y Acuícolas. Por su apoyo en todo sentido a las señoras: Cecilia Mladinic, Claudia Salinas, Mónica Álvarez, Yanira Carrasco junto a todas las funcionarias y profesoras. A don Eduardo Mihovilovic, don Alex Muñoz, haciendo extensivo este agradecimiento a demás funcionarios y profesores. No puedo dejar de mencionar, en especial, el apoyo brindado en todos estos años a don Sergio Kusanovic mímica (Q.E.P.D.) quien como director de esta escuela guió el trabajo en post de un mejor porvenir para sus alumnos.

Además deseo agradecer a todo el personal administrativo, funcionarios y profesores de la Universidad de Magallanes que alguna vez han participado en mi desarrollo como estudiante.

También deseo agradecer a mi profesor guía Sr. Vicente Pérez D’Angelo por su colaboración. Por utilizar parte de su tiempo en la realización de este seminario, por apoyarme con sus sabios consejos, por su experiencia en esta institución y en sus proyectos.

Para ir concluyendo deseo agradecer muy cordialmente a funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero. Tanto ingenieros como técnicos y funcionarios de planta por su colaboración en este seminario. Por ayudarme cuando el tiempo y cansancio se hacen duros después de una dura jornada de trabajo. Además de todas aquellas personas que con simples gestos han logrado que este seminario se realice.

Por último deseo agradecer a Dios por ser quien es y estar donde está. Gracias

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ÍNDICE TEMÁTICO

1. RESUMEN

2. INTRODUCCIÓN 3. OBJETIVOS

4. CLASIFICACION DE LA AVISPA CHAQUETA AMARILLA

4.1 Vespula germanica (Fabricius) 4.2 Descripción biológica de la especie

4.3 Ciclo de vida 4.4 Desarrollo del nido

4.5 Impacto de la chaqueta amarilla en la actividad económica

4.6 Introducción de la especie en la XII región 4.7 Control de nidos

5. MATERIALES Y MÉTODOS 5.1 Nidos descritos

5.2 Fase de denuncia, ubicación y destrucción de nido

5.3 Fase de transporte, preparación y conteo 6. RESULTADOS 7. CONCLUSIONES 8. BIBLIOGRAFÍA 9. ÍNDICE DE ANEXOS 9.1 Índice de esquemas 9.2 Índice de cuadros 9.3 Índice de imágenes Página 1 2 3 4 7 9 11 13 17 19 20 23 25 27 31 33 45 48 52 52 55 57

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1. RESUMEN

La avispa llamada “chaqueta amarilla”, “Vespula germanica” (Fabricius, 1793), es una especie introducida que constituye una de las potenciales plagas a nivel nacional debido a su voracidad como especie, a su capacidad de sobrevivir a climas templados fríos, alta tasa de reproducción y carencia de controles biológicos naturales. Si a esto sumamos su capacidad para adaptarse a variados lugares a donde llega a formar una colonia, nos damos cuenta que esta especie tiene una gran capacidad de llegar a ser un peligro en lugares donde la densidad poblacional es alta, convirtiéndose, al tener una picadura venenosa y unas mandíbulas muy fuertes, en una seria amenaza para aquellas personas que desconocen a la especie que se enfrentan a ella.

El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) está desarrollando desde 2001 un programa de control de esta especie en Magallanes, con buenos resultados preliminares. Dentro de este marco tuve la posibilidad de realizar actividades que me permitieron elaborar este Seminario, que presento en esta ocasión y (que someto a la consideración de mi Escuela Agropecuaria) para obtener el titulo de Técnico agropecuario en la Universidad de Magallanes.

En este trabajo se describen todos los antecedentes recopilados sobre los nidos de

Vespula germanica, describiendo su forma de vida, comportamiento frente al medio

ambiente, estructura social, alimentación y cómo se ha adaptado a la región, describiendo aspectos nuevos que no se han descrito anteriormente en la literatura común.

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2. INTRODUCCIÓN

La presencia en la región de Magallanes de la especie denominada vulgarmente como “chaqueta amarilla”, Vespula germanica (Fabricius, 1793), fue comunicada el año 2000 (Pérez 2000). En ella se describe, además de la aparición de la especie, una descripción cronológica de la aparición de la especie en distintos sectores del mundo, información de su forma de vida y la probabilidad de aclimatación de esta especie en la región.

Pasados seis temporadas desde dicha noticia se ha demostrado una de sus mayores características como especie introducida a nivel nacional, que es la gran capacidad de adaptación a climas templados fríos pasando de su aparición en el año 1975 en la región metropolitana (fide Pérez 2000) hasta estos días donde ya ha colonizado la mayor parte de la zona centro sur de Chile y parte sur occidental de Argentina.

Aparentemente su aclimatación ha sido buena en este nuevo escenario ya que es capaz de colonizar tanto sectores rurales como urbanos.

Ante la carencia de controles biológicos naturales, la única opción del SAG ha sido la instalación de trampas con cebos tóxicos para atraer a los individuos recolectores de alimento y así disminuir las poblaciones de esta especie, contándose con la colaboración de personas informantes sobre la existencia de nidos para proceder a la destrucción de éstos.

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3. OBJETIVOS

Objetivos generales:

 Reunir los antecedentes bibliográficos y de terreno sobre la Vespula germanica.  Recopilar antecedentes ecológicos sobre especies invasoras en territorios que carecen de potenciales controles biológicos naturales.

 Averiguar sobre las acciones de control que podrían llevarse a cabo para erradicar esta especie plaga que hasta el momento no ha podido ser controlada en ninguna parte del mundo.

Objetivos específicos:

 Reunir y procesar los antecedentes resultantes de la observación y análisis de nidos de Vespula germanica, referentes al número de reinas, obreras y machos de cada colonia encontrada.

 Analizar la forma de los nidos, su ubicación y tamaño, para tratar de establecer cuáles son las estrategias colonizadoras de Vespula germanica en un ambiente tan hostil como el que presenta la región de Magallanes.

 Observar el comportamiento de Vespula germanica ante un clima tan variable como el de la región de Magallanes, ante parámetros como el viento y los bruscos cambios de temperatura.

 Proponer medidas de control que pudieran ser efectivas para mantener controlada a la población de esta especie invasora, mientras se estudian métodos de control biológico.

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4. CLASIFICACION DE LA AVISPA CHAQUETA AMARILLA (VESPULA

GERMANICA FABRICIUS, 1793)

Reino Animalia

Subreino Eumetazoa (animales pluricelulares)

Phylum Arthopoda (cuerpo con dermoesqueleto y apéndices articulados) Subphylum Unirramia (con par de antenas)

Clase Insecta (desmoesqueleto quitinoso, adultos con seis patas) Suborden Apocrita (abdomen peciolado)

Familia Vespidae (cuerpo con pelos sencillos, hembras provistas de aguijón) Subfamilia Vespinae (avispas sociales, con varias castas sexuales)

Género Vespula Especie germanica

Hymenoptera es un orden de insectos caracterizados porque sus formas aladas poseen 4 alas, 2 mesotorácicas y 2 metatorácicas, siendo las anteriores más grandes que las posteriores; las alas posteriores poseen en su borde anterior una fila de ganchitos que constituyen el hamulis. Esta estructura une las alas de un mismo lado para que funcionen como una sola superficie durante el vuelo.

Son insectos holometábolos, presentando lo que se denomina metamorfosis completa, con una secuencia de 4 estados: huevo, larva (vermiforme, no se parece al adulto, de aparato bucal masticador constituido por dos mandíbulas de movimiento lateral, se alimenta de material que le proporcionan las hembras), pupa (estado de inmovilidad, no se alimenta, y durante el cual experimenta una serie de cambios internos de destrucción de tejidos y formación de nuevos órganos) e imago (insecto adulto, sexualmente maduro) .

Los himenópteros adultos tienen aparato bucal mordedor-lamedor constituido por 2 mandíbulas de movimiento lateral, 2 maxilas y un labio alargados. Con las mandíbulas pueden cortar y cuando liban néctar forman una trompa temporal uniendo las maxilas con el labio. Comprenden hormigas, abejas y avispas.

Podemos decir también que hay aproximadamente unas 150.000 especies distintas identificadas de éstas. Es uno de los órdenes mas importantes para el hombre por los beneficios que aporta pero al mismo tiempo puede convertirse en un peligro debido a las peligrosas picaduras de alguna de sus especies. (Corley et al. 1997).

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Conforman un grupo de insectos de los cuales se han conocido sus propiedades beneficiosas desde hace mucho. El consumo de miel de abeja, que ha dado origen a una industria apícola mundial de enorme envergadura es un buen ejemplo. Las poblaciones humanas desde tiempos primitivos obtenían alimento dulce y en él aminoácidos y elementos menores importantes para su dieta, de miel de abejas silvestres. En varias familias son parásitos de otros artrópodos especialmente insectos. Cuando parasitan insectos perjudiciales prestan un beneficio indirecto a la agricultura, el que el hombre ha llegado parcialmente a manejar mediante el denominado “Control Biológico de Plagas”. Los himenópteros florícolas son importantes polinizadores. La llegada de los insecticidas de amplio espectro que destruyó poblaciones enteras de polinizadores, permitió conocer, con buena aproximación, la incidencia de los polinizadores en la producción de frutas y semillas.

Las hormigas con una típica forma de “hormiga” son insectos sociales: forman sociedades con hembras fértiles, individuos neutros y machos; las abejas (cuyos adultos poseen pelos plumosos, por lo cual son eficaces polinizadores) pueden ser solitarias (sólo se emparejan machos y hembra durante la reproducción) o sociales (forman sociedades constituidas por hembras fértiles, hembras neutras y machos); las avispas, según las especies lo mismo que las abejas pueden ser solitarias o sociales, de forma parecida a las abejas por lo cual su contribución a la polinización es exigua.

Las avispas son fácilmente reconocibles por su abdomen pedicelado y su aspecto característico. Muchas de las especies son coloniales, viviendo en grandes comunidades, cada una compuesta de una hembra fértil o reina, machos y obreras. Otras especies son solitarias o forman comunidades mínimas. Las grandes colonias, en climas fríos o de invierno bien marcados, duran una sola temporada, los machos y las obreras mueren durante el otoño, sólo las hembras fertilizadas pasan el invierno y cada una funda en la primavera siguiente una nueva colonia. Las tres castas son similares en coloración pero las reinas son de tamaño mayor. Para describir de cual clase de avispa es se dividen en familias. (Índice de anexos, cuadro 1)

Todos los véspidos son principalmente depredadores y alimentan a sus larvas con presas premasticadas, emplean otros insectos, carne fresca de mamíferos, carne descompuesta, pescado, etc. Los adultos se alimentan de néctar, frutas bien maduras, miel, azúcar, alimentos que en pequeñas cantidades también incluyen en la dieta de sus larvas. Las avispas son peligrosas por su picadura y mordedura, ambas muy dolorosas. Las fuertes mandíbulas les permiten cortar trozos de carne y perforar frutos dulces, por lo que son consideradas dañinas.

Son insectos de tamaño variable, entre 11-40 mm de longitud, de aspecto típico de avispas: cabeza ancha y corta, tan ancha como el tórax; antenas de 13 segmentos en los machos y 12 en las hembras, alcanzan aproximadamente hasta la mitad del tórax; ojos compuestos bien desarrollados, emarginados; mandíbulas fuertes y funcionales para cortar y raspar.

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Tórax bien desarrollado, variable entre las subfamilias. Alas bien desarrolladas, dos pares, con venación bien destacada; el primer par se caracteriza por poseer una gran celda discoidal muy alargada, tan larga como la mitad de la longitud del ala; el segundo par de alas es más corto; ambas alas son plegadas longitudinalmente sobre el abdomen durante el reposo. Patas largas, similares los pares medianos y posteriores, las anteriores más cortas. Abdomen pedicelado, con 7 segmentos visibles en los machos y sólo 6 en las hembras (reinas y obreras). Sólo las hembras poseen aguijón. (Artigas 1994b)

En Chile predominan las avispas solitarias, existiendo sólo unas 4 especies sociales que han sido introducidas y se han radicado en el territorio.

Existen 58 especies de avispas pertenecientes a la familia Vespidae. (Ripa 2004b) La subfamilia Vespinae incluye dos géneros de interés rural y agrícola, Polistes y Vespula, esta última con la especie V. germanica, todas introducidas en las últimas dos décadas. La característica común de las especies más importantes es su comportamiento social. Forman colonias estructuradas en castas con labores diferentes. Esto les permite desarrollar sus actividades con gran eficiencia y alcanzar una gran densidad poblacional, lo que les demanda una alta actividad de forrajeo (búsqueda y alimentación), que incide en el nivel de molestia o daño que producen (Ripa 2004a).

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4.1 Vespula germanica (Fabricius)

El véspido Vespula germanica (Fabricius), de reciente introducción a Chile, ha sorprendido a los habitantes por su espectacular comportamiento de comer fruta y carne además de ocasionar una dolorosa mordedura y picadura (Artigas 1994a). (Índice de anexos, cuadro 2)

La chaqueta amarilla (Índice de anexos, imagen 1) es una especie nativa de Eurasia y Norte de África (fide Rizzuto 2003), pero está ampliamente distribuida en el mundo (Corley et al. 1997). Fue detectada por primera vez en Chile a fines de la década de los 60 y en Magallanes el año 2000 (Peña 1975, Pérez 2000) aunque según Beéche su introducción se habría establecido durante la década de los años 70. (Beéche 2006). Su presencia se ha indicado entre las regiones IV a XII, hasta los 1800 m s.n.m. (Estay 2004).

Actualmente se puede decir que en pocos años se expandió a toda la Región Andino - Patagónica avanzando 250 km./año. El éxito invasivo que esta especie tiene, quizás esté determinado por su gran adaptación a distintas situaciones del medio ambiente (comportamiento plástico), su gran habilidad para cambiar de dieta según la disponibilidad de alimentos, su flexibilidad en los hábitos de nidificación y por no poseer enemigos naturales. Estas características y su voracidad la hacen una especie problemática. Sin embargo, en Chile aún no es declarada oficialmente como plaga agrícola (fide Rizutto 2003).

Se estima que su reina llega a recorrer alrededor de 70 km en busca de un lugar adecuado para formar una nueva colonia de ahí su capacidad de colonización en amplios territorios (Corley et al. 1997).

Debido a esto este insecto puede afectar una amplia de operaciones humanas, tales como el turismo en épocas de verano, explotación apícola, cosecha frutícola y en algunos casos algunas operaciones forestales. En el ámbito ambiental, y derivado fundamentalmente del hábito omnívoro de la chaqueta amarilla, este insecto puede afectar la entomofauna nativa a través de la depredación de especies nativas, desplazamiento de avispas nativas o la depredación sobre crías de aves, poniendo en riesgo la sobrevivencia de algunas especies amenazadas (Apicultura 2005).

La avispa chaqueta amarilla es considerada en la zona central de Chile una importante plaga urbana y rural como lo demuestran las numerosas denuncias de la población a través de cartas públicas, búsqueda de información, consultas a expertos.

En verano a nivel urbano afecta las actividades recreativas de la población ya que en su búsqueda de alimento como carne, frutas maduras, al ser perturbada reacciona provocando dolorosas picaduras y también daña a los animales domésticos, en especial a los perros; en el medio rural se caracteriza por el daño a la fruta madura, por atacar colmenas de abejas y por dificultar las faenas de cosecha (Estay 2004).

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En general no posee un comportamiento agresivo con el ser humano, pero sí podría manifestarse éste en otoño cuando se acerca el fin de su ciclo. Son agresivas con otros animales e insectos a los que depredan y transportan a su nido. Esta situación la sufren mucho los apicultores y los ganaderos especialmente cuando hay animales lastimados. Causa molestias y problemas a la gente, los animales y eventualmente puede producir daños a alimentos sin protección (fide Rizzuto 2003).

Entre las contingencias que influyen en la percepción que se tiene de su nocividad está el temor de ser picado o mordido y la dificultad de controlar su permanencia en ambientes al aire libre (Ripa 2004a).

En este sentido hacia fines del año 2000, el SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) acoge una denuncia referida a la observación del insecto en Punta Arenas. El Servicio confirma lo anterior y procede a instalar una red de trampas en la zona afectada. La avispa habría ingresado probablemente acompañando fruta procedente de la zona central de Chile o por vía terrestre desde un medio mecánico desde el centro sur sudamericano y pese a que el posible establecimiento del insecto no constituiría un problema relevante desde el punto de vista agrícola o ganadero en nuestra zona, se consideró conveniente iniciar acciones de control a partir de septiembre del año 2001. Éstas dieron como resultado la destrucción de varios nidos y la confirmación definitiva del establecimiento de la avispa en la comuna de Punta Arenas (SAG Magallanes 2005).

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4.2 Descripción biológica de la especie

Las chaquetas amarillas se encuentran en colonias grandes, normalmente solamente visibles como agujero pequeño de la entrada. Sus nidos normalmente son subterráneos, o en cavidades en paredes, techos o árboles.

Las avispas se diferencian en tres castas distintas (Índice de anexos, imagen 2) en un nido: las obreras que son hembras que no desarrollan su sistema reproductor y se encargan de todo lo referente a la manutención del nido ya sea reparando o agrandando el nido, recolectando alimento y manteniendo a las larvas y huevos (Artigas 1994a). (Índice de anexos, cuadro 3)

Las reinas o hembras fértiles, no se diferencian mucho de las obreras a excepción de su tamaño ya que mientras una obrera mide entre 1,2 a 1,5 centímetros una reina oscila entre 1,9 y 2,3 centímetros de largo. Los machos aparecen en la misma época que las reinas nuevas y que tienen la función de fecundar a la reina. Sus diferencias morfológicas que se ven más estilizados al poseer un segmento abdominal más (7 en vez de 6 segmentos); además poseen un segmento más en sus antenas (13 en vez de 12) lo que los hace verse más alargados como individuos (Artigas 1994b).

Las reinas, aparecen a finales del verano o comienzo del otoño como descendientes de la reina que formó el nido: en Chile se han encontrado hasta 277 reinas en un nido. Una vez fecundadas buscan lugares donde hibernar para en la temporada siguiente formar una colonia nueva (Estay 2004).

Las obreras son hembras estériles. La reina libera una hormona específica (una

feromona) que bloquea el desarrollo reproductivo de las obreras. Si la reina muere, las

obreras pueden desarrollar ovarios y eventualmente llegar a poner huevos. Sin embargo, de esos huevos siempre eclosionan machos, pues no poseen la facultad de ser fecundadas (Corley et al. 1997).

Las obreras son las que construyen la gran mayoría de la población activa en terreno, tienen el cuerpo de color negro y amarillo. La cabeza negra, tiene color amarillo entre las antenas y bajo ellas, el clípeo, el área posterior a los ojos y las mandíbulas; las antenas son gruesas e intensamente negras. El tórax es en su mayor parte negro con pelos cortos raleados, bordes laterales del pronoto amarillos; frente a la base de las alas hay unas manchas triangulares amarillas que destacan contra el fondo negro de la pleura; en el escutelo hay dos grandes manchas amarillas. Los fémures son bicolores y el resto de las patas amarillos. El abdomen luce mayormente amarillo con bandas negras en el dorso y puntos o lobulaciones de las bandas; en los costados de los esternitos abdominales 2-5 hay una mancha blanca a cada lado. Las larvas son blancas, ápodas, con una pequeña cabeza castaño claro amarillenta, de 10,4 mm de largo; permanecen en el interior de celdillas al igual que las pupas, blancas, que alcanzan una longitud de 10,7 mm (Artigas 1994b). (Índice de anexos, imágenes 3 y 4)

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Las obreras al igual que las reinas están provistas de aguijón, no así los machos, que causa extremo dolor al picar e inyectar el tóxico. En la mayoría de los casos tiene efecto secundario como alérgeno, el que origina ronchas, prurito y cuadros alérgicos generales de diversas magnitudes (Artigas 1994b).

Pican sólo si son provocadas. Utilizan su aguijón para defenderse o inmovilizar a sus presas. El aguijón de la obrera es un aparato ovipositor modificado, y está conectado a una glándula de veneno, que hasta puede provocar la muerte en las personas alérgicas. Un ejemplo es que al arar se debe tener cuidado cuando exista la posibilidad de que haya un nido en el suelo, para evitar hechos como la muerte de un trabajador agrícola en Trehuaco, octava región, en abril de 2003. (Ripa 2004c, Garrido 2006)

El aguijón está constituido por valvas que poseen un canal por el cual fluye el veneno al momento de picar. (Índice de anexos, imagen 5) El aguijón es retirado con rapidez y puede insertarla nuevamente, a diferencia de la abeja en la cual la lanceta posee bordes aserrados que le impiden sacarla del tejido atacado. Las picaduras ocurren cuando uno intenta espantarlas con la mano, al comer alimentos donde ellas están posadas, o al detenerse delante de la entrada del nido. En este último caso se recomienda salir caminando lentamente, sin movimientos bruscos. Las personas alérgicas a este tipo de venenos deberán consultar al médico antes de realizar actividades al aire libre en zonas donde hay posibilidades de encontrar a estos insectos. En caso de ser picadas, deben concurrir en forma urgente al centro hospitalario más cercano para recibir atención médica (Garrido 2006).

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4.3 Ciclo de vida

Todas las especies de véspidos sociales producen nidos apergaminados donde se reproducen y protegen. Los nidos son construidos anualmente; raramente son reocupados al año siguiente. El proceso de fabricación del nido incluye dos fases: una primera que transcurre más o menos lejos del lugar de nidificación (hasta 500 m), en que la avispa roe con sus potentes mandíbulas algún material leñoso para elaborar, junto a su saliva, la pasta de celulosa con la que construir el avispero o panal; (Índice de anexos, imagen 6) y una segunda fase en la que, una vez encontrado un lugar idóneo para la nidificación, se dedica a ir dando forma al avispero con la pasta de celulosa previamente preparada. El nido típico consta de un pedúnculo o base por la que se sujeta al sustrato, una envoltura externa de protección (a modo de copa) y una parte interna que incluye las celdillas hexagonales donde se desarrollan las larvas que generalmente apunta hacia abajo o lateralmente, en todas las especies de véspidos sociales, sólo las hembras fecundadas (reinas) sobreviven al invierno. Pasan éste refugiadas en construcciones humanas o en lugares cercanos o bajo las cortezas de los árboles. En la primavera (según la latitud), los invernantes se reactivan y cada hembra comienza la formación de una nueva colonia (fide blatta soft 2003).

El ciclo de vida es generalmente anual. Tiene éxito tanto en climas fríos como calurosos, pero es sensible al frío prolongado y al calor intenso. Se inicia con una reina que es fecundada por un macho en vuelo fuera de la colonia. (Índice de anexos, imagen 7) A principios de primavera, las reinas abandonan sus refugios invernales, eligen un terreno en pendiente o con buen drenaje o en lugares protegidos de la lluvia, hacen una galería corta, diagonal en el suelo y una cavidad en la cual inician la construcción de un pequeño panal en cuyas celdas desovan; las reinas trabajan activamente cazando presas y colectando materias azucaradas y proteicas para alimentar las primeras larvas. Cuando estas primeras obreras emergen como adultos, la reina ya no abandona la colonia (Ripa 2004c, Artigas 1994b).

La celdas son de fibra de madera que es masticada y macerada con saliva formando una especie de papel maché de color gris perlado. (Índice de anexos, imágenes 8 y 9) En cada celda del nuevo nido, la reina pone un solo huevo del cual eclosiona una larva en 5 a 8 días. La reina colecta sustancias azucaradas e insectos para alimentar a las primeras larvas que nacen. Después de 5 mudas, que ocurren a lo largo de más o menos 9 días (la duración está determinada por las condiciones ambientales) cada larva tapona su celda y empupa. Ocho días más tarde emerge de la celda una avispa adulta (Corley et al. 1997). (Índice de anexos, esquema 1)

La chaqueta amarilla construye los nidos cerca de fuentes de agua, por lo general de 10 a 100 metros y en ocasiones hasta 300 metros (Ripa 2004c). El agua es vital para esta especie y deben disponer continuamente de ella, tanto para alimentación de larvas y adultos como para mantener la humedad adecuada en el interior de la colonia. Si falta el agua la colonia perece. De todos modos, a principios de invierno la colonia se destruye y todos los individuos excepto las reinas fecundadas, mueren.

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En Australia algunos nidos pasan el invierno activos, aumentando enormemente en tamaño y población en el segundo año, llegando a tener 450.000 celdillas (Artigas 1994b).

También es utilizada para escarbar la tierra y agrandar la entrada del nido. Las obreras mezclan el agua con el material a remover formando bolos. Esos bolos son luego acarreados fuera del nido. Las sucesivas capas de panales se van agregando debajo de las existentes, por lo que el nido crece hacia abajo. (Corley et al. 1997)

Durante los meses de septiembre y octubre. Muchos nidos, una vez formados, no sobreviven a las lluvias de primavera, especialmente los subterráneos. En los nidos establecidos con éxito, nacen las obreras y la colonia crece rápidamente. El radio de acción de las obreras de un nido es de unos 300 metros. El máximo tamaño se alcanza a fines del verano, época en la cual las obreras buscan alimentos ricos en proteínas (carne, insectos) para alimentar a los futuros machos y reinas (fide Rizzuto 2003).

Al principio, las colonias son bastante reducidas en cuanto a individuos (10 o menos), puesto que es la reina la encargada de llevar a cabo todas las actividades relacionadas con la producción del avispero y con la alimentación de las larvas; los avisperos primaverales tienen pocas celdas, en cada una de ellas, la reina deposita un huevo. Las larvas de esta primera generación son alimentadas y cuidadas exclusivamente por la reina. Transcurridas unas semanas, dependiendo de las condiciones meteorológicas, la reina recibe señales químicas por parte de las larvas a través de las cuales interpreta que ya han alcanzado su tamaño máximo, y sella las celdas con más sustancia pergaminosa. Dentro, las larvas se transforman en prepupas y, tiempo más tarde, en pupas. Al cabo de unos días las celdas se abren y aparece la primera generación de adultos, todos obreras (fide blatta soft 2003).

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4.4 Desarrollo del nido

Los nidos se ubican en colonias grandes sólo visibles por un agujero pequeño de entrada en el suelo. (Índice de anexos, imagen 10) También utilizan cavidades en paredes, techos, galpones, árboles y otros (Corley et al. 1997, Artigas 1994a).

Una vez que la colonia cuenta con unas 5 a 7 obreras, la reina permanece en el nido dedicándose solo a poner huevos. A partir de ese momento la colonia comienza a crecer rápidamente y con seguridad sobrevivirá varios meses. Son las obreras las encargadas de la ampliación del avispero, (Índice de anexos, imagen 11) de la alimentación y limpieza de las larvas (fide blatta soft 2003)

Los nidos son estructuras huecas ovoides o esféricas; (Índice de anexos, esquema 2) la celdas están ordenadas en panales más o menos circulares que cuelgan de finos pedúnculos, (Índice de anexos, imagen 12) formando pisos paralelos en número de 5 a 15 más algunos pequeños dispuestos sin mayor relación con los demás; en el fondo del nido hay un espacio para desechos y refugio de algunos ejemplares, los nidos se ubican entre 5 a 25 cm de profundidad. En ocasiones la reina fundadora aprovecha galerías subterráneas de roedores e insectos para iniciar su colonia, algunos nidos son ubicados en árboles o en construcciones rurales, pero son excepciones. El nido tiene una sola entrada, (Índice de anexos, imagen 13) mide entre 20 cm y 1 m de diámetro, el numero de celdillas varia entre 3.000 y 10.000 (Artigas 1994b).

En general existe una única reina por nido. A veces ocurre que una reina intenta robar el nido a otra reina para evitarse el trabajo de construir uno propio. Ésta es una de las causas por las que una alta proporción de nidos no llega a establecerse y crecer. Además, se sabe que en las primaveras frescas y húmedas se reducen la supervivencia de un número de nidos que recién se establecen. El éxito del establecimiento de nidos al inicio de la temporada determina en gran medida la densidad poblacional de la avispa en ese año. Esto contrasta con la visión generalizada de que el determinante del número de avispas es el número de reinas producidas en el año anterior (Corley et al. 1997)

La envoltura del nido, una capa externa que protege los pisos con celdas, se va extendiendo para proteger a los nuevos panales y se van formando bolsitas de aire para aislar el nido y mantenerlo tibio. La temperatura dentro de los nidos se mantiene casi constante en 31º C. Después de trabajar un tiempo en la construcción del nido las obreras se dedican a aprovisionar alimento por unas dos semanas. Obtienen energía de néctar y otras soluciones azucaradas y proteínas de la captura de otros insectos y de la carroña (Corley et al. 1997).

A veces se agregan hasta 20 pisos separados por una distancia muy pequeña que sólo permite a las obreras moverse entre medio para alimentar a las larvas. (Índice de anexos, imagen 14) En la zona central, la reina comienza a construir una colonia a comienzos de temporada, entre agosto y fines de octubre (Correa 2006)

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Los huevos (Índice de anexos, imagen 15) pasan a estado larvario. Las larvas pasan por cinco estados en aproximadamente 10 a 15 días. (Índice de anexos, imágenes 16 y 17) El período de pupa es de 10 a 20 días. Las larvas son alimentadas con las sustancias proteicas llevadas por las obreras, éstas reciben a cambio de parte de las larvas una sustancia en forma de gotas, de alto contenido energético. Una vez concluido el periodo de larvas y pupas emergen los nuevos individuos adultos.

Durante los primeros tres a cuatro días desde su emergencia, las obreras permanecen en el nido y colaboran en la alimentación de las larvas. Luego salen del nido para colectar agua y fibra de madera para agrandar el nido y albergar a la creciente colonia (Corley et

al. 1997). (Índice de anexos, imagen 18)

Las obreras son responsables de la alimentación de la progenie, para lo cual forrajean por agua, pulpa de madera, carbohidratos y proteína animal. En su búsqueda agresiva de alimento, principalmente sustancias proteicas y líquidos azucarados, en este sentido, las obreras causan muchos problemas en diversas actividades humanas. En agricultura, por ejemplo, es una molestia constante durante la cosecha de frutas y causa en el ganado una reducción en la producción de leche al atacar a los animales que pasan sobre los nidos. (Correa 2006)

La alimentación es variada y consiste en presas de artrópodos (larvas, adultos de insectos y arácnidos. (Índice de anexos, imagen 19) sobre todo dípteros y lepidópteros adultos, larvas eruciformes de diferentes órdenes de insectos, arañas y carroña), también cualquier recurso proteico que puedan obtener en forma oportunista. También se ha observado una conducta carroñera. Alimentos ricos en carbohidratos, principalmente provenientes de frutas maduras (duraznos, peras, higos, uvas y frutas secas), mielecilla de insectos, néctar de flores, savia, etc., sirven como recursos energéticos. Además de restos de materia animal sobrantes de la actividad humana (Corley et al. 1997, Correa 2006).

Las avispas adultas apenas se alimentan de otra cosa que sustancias vegetales azucaradas (néctar, jugos de frutas, savia, etc.), pero son depredadoras activas puesto que alimentan a sus larvas de una dieta carnívora. (fide blatta soft 2003)

Las obreras poseen muy pocas enzimas en su intestino, por lo que no pueden digerir bien el alimento que obtienen. Llevan entonces el alimento sin digerir al nido y se lo entregan a las obreras encargadas de alimentar a las larvas, quienes sí lo pueden degradar. A cambio, las larvas liberan un bolo cremoso que sirve de alimento a las obreras. Este tipo de intercambio se llama trofolaxia y es clave en el contacto social entre las obreras y las larvas en desarrollo. En la mayoría de los viajes en que salen en busca de alimento, las obreras vuelan en un radio no mayor a los cientos de metros desde la entrada del nido, pero ocasionalmente pueden volar hasta 1 km. (Índice de anexos, imágenes 20 y 21)

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Las obreras pueden seguir a otras hacia buenas fuentes de alimento, pero no pueden comunicar entre ellas la localización de ese sitio a través de una danza, como hacen las abejas. Tampoco acumulan miel o polen en el nido por lo que se ven forzadas a forrajear aunque las condiciones meteorológicas no sean propicias.

Estas avispas poseen no obstante comportamientos que les permiten explotar el alimento de un modo muy eficiente. Por ejemplo, se ha demostrado la existencia de un proceso denominado de “incremento local”, por medio del cual la presencia de obreras sobre una fuente de alimento atrae a otras obreras hacia esa fuente. (Índice de anexos, imagen 22) Este proceso está mediado por olores y se ha postulado incluso, que podría tratarse de una feromona emitida por glándulas ubicadas en la cabeza durante la alimentación. Esta atracción permite a las avispas agregarse sobre una fuente de alimento y explotarla rápidamente. Luego de un período en que buscan alimento, las obreras vuelven al nido para ocuparse de defender la entrada del mismo. Casi todas las obreras mueren a las tres semanas de haber nacido (Corley et al. 1997).

Las avispas defienden con enorme agresividad tanto la comida que han recolectado, especialmente la de origen animal (que no se olvide que va destinada a sus larvas, ya sean éstas hijas o hermanas), como el avispero. El intruso que ose acercarse más de la cuenta será severamente castigado por la picadura o incluso los mordiscos de las propietarias (Artigas 1994a).

En verano algunos avisperos pueden llegar a contener colonias muy numerosas, de varios miles de individuos, todos descendientes directos de una misma hembra fértil. A mediados de otoño las obreras construyen celdillas especiales para machos y reinas, las reinas son de mayor tamaño. Al llegar el final del verano las reinas dejan de producir obreras y dan lugar a una generación de individuos aptos para madurar completamente, formada por machos y hembras (fide Blatta soft 2003, Artigas 1994).

La colonia que suele tener su máximo tamaño para esa época (unas 6.000 obreras), comienza a producir hembras fértiles (futuras reinas) (Índice de anexos, imagen 23) y zánganos o machos. Mientras que los machos salen de celdas de obreras, las celdas especiales de mayor tamaño de las reinas se ubican en la parte inferior del nido. Cada nido puede producir entre 1.000 y 2.000 reinas por temporada.

Esas hembras permanecen en el nido engordando para enfrentar el invierno. Los machos permanecen en el nido hasta que son forzados por las hembras a salir, lo que sucede unas dos semanas antes que la salida de las hembras. A partir de su expulsión del nido, los machos permanecen fuera, esperando la oportunidad para aparearse con las hembras. Las hembras fecundadas guardan el esperma colectado en cópulas múltiples, en pequeños sacos (llamados espermatecas) hasta que necesitan fertilizar sus huevos para fundar un nuevo nido en la primavera (Corley et al. 1997).

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Los machos viven por períodos breves y su principal función es la cobertura de las reinas nuevas en esa época. Mientras tanto, el número de obreras en la colonia disminuye rápidamente, y la reina vieja muere.

Una vez que las hembras fueron inseminadas, buscan un lugar oscuro y seco para pasar el invierno en estado de letargo. Esto suele ser debajo de la corteza de árboles o leña. En ese estado, las reinas acomodan sus antenas prolijamente entre las piernas y muerden el sustrato para permanecer “ancladas” en el sitio. Durante la hibernación las reinas usan muy poco de la grasa que acumularon en el otoño y gran parte de ellas sobreviven a esta etapa. Sin embargo, el 99% de ellas fracasa en el intento de establecer un nido. Por esta razón los métodos de control que se apliquen sobre las reinas en la primavera no son muy efectivos (Corley et al. 1997).

Entre fines de otoño y principios de invierno se terminan las larvas y las obreras adultas al no disponer de alimento entregado por éstas deben obtenerlo del campo, por lo cual dañan frutos y otros productos azucarados y acuosos (Artigas 1994b).

El ciclo varía cada año por factores ambientales, especialmente en primavera, lo que genera años con gran incidencia y otros con menor actividad. Fríos intensos al comienzo de la temporada pueden reducir fuertemente la infestación, pero inviernos suaves favorecen a esta especie (Correa 2006).

Al llegar el invierno con las bajas temperaturas muere la colmena antigua. Pero en ciertas ocasiones algunas colonias pueden resistir al invierno (nidos hibernantes) y tener una cantidad de obreras inusualmente alta en la siguiente primavera. En estos nidos la primera reina es reemplazada por varias otras al año siguiente. El mayor nido hibernante encontrado en Nueva Zelanda tenía 4 millones de celdas. En la zona central de Chile, encontraron colonias hibernantes que duraron 19-20 meses, y numerosos huevos, larvas y adultos agresivos. Según estudios que se han hecho en Nueva Zelanda, la abundancia de avispas debe reducirse entre un 80 y 90 % para asegurar la conservación de las especies nativas de artrópodos (Corley et al.1997, Estay 2004).

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4.5 Impacto de la chaqueta amarilla en la actividad económica

La chaqueta amarilla es una especie polífaga que interfiere en el desarrollo normal de varias actividades en una zona. En su función depredadora ataca en vuelo a las abejas, disminuyendo notablemente el número de los individuos de la colonia. Además ataca colmenas de abeja melífera en un activo pillaje, donde roba miel, produciendo una elevada mortalidad de obreras las que mueren decapitadas por la avispa. También suele alimentarse de las larvas y polen de la colmena. (Índice de anexos, imagen 24) Cuando se encuentra en alta densidad, puede ocasionar problemas a los operarios durante la cosecha de miel (Garrido 2006, González 2006).

Las larvas son alimentadas por las obreras con moscas, arañas, abejas, chinches, larvas de lepidópteros, etc. (Índice de anexos, imagen 25) Las presas son trituradas con las mandíbulas antes de entregarlas a las larvas. Es frecuente ver a estas avispas en lugares en los que hay moscas domésticas, por ejemplo en lecherías. Allí vuelan a ras de piso y cazan las moscas recién emergidas que aun no tienen la capacidad de volar. Se trata de un rol benéfico de la avispa (Ripa 2004c).

Los aromas de la fruta madura atraen a estas avispas, (Índice de anexos, imagen 26) pues no sólo se alimentan de proteínas, sino que además necesitan de sustancias azucaradas. En los frutos maduros provocan dos heridas muy características que si bien son pequeñas recién iniciadas, se agrandan progresivamente hasta alcanzar daños de importancia, provocando el descarte de los frutos durante la clasificación en el empaque (Garrido 2006).

En Chile sus poblaciones inciden sobre la uva de mesa y vinífera, generando entre un 10% y un 30 % de pérdidas en rendimiento, por daño directo e indirecto al favorecer la pudrición ácida una importante problema en este cultivo. También a nivel apícola este insecto representa un peligro para el desarrollo y crecimiento de las exportaciones de miel (SAG 2005).

En la ganadería o cría de animales de granja, es tal vez donde generan más molestias. Tal es el caso de los criaderos de pollos para carne, donde traen problemas durante la faena, alimentándose sobre todo de las vísceras, plumas con sangre, etc. También son de importancia los daños que causan en la ganadería, (Índice de anexos, imagen 27) donde las heridas en los animales o la parición generan un atractivo importante sobre las poblaciones de esta avispa. (Garrido 2006). Ocasionalmente la extraen de heridas en animales domésticos, placenta, pescado, etc. (Ripa 2004c) También el ganado se ve afectado dado que las chaquetas atacan animales durante la ordeña (fide Rizutto 2003). La chaqueta amarilla también provoca molestias en las actividades al aire libre. (Índice de anexos, imagen 28) El mayor riesgo de picaduras se produce si se perturba un nido. Puede ocasionar picaduras, que se agravan cuando las personas son alérgicas. (Índice de anexos, imagen 29)

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Son conocidos los problemas que causan en la zona de la cordillera, cuando se realizan campamentos, por el fuerte atractivo que para esta especie tienen los alimentos o las bebidas azucaradas. Algunos de los síntomas asociados con picaduras de avispas son: dolor e hinchazón por más de 30 minutos en la zona afectada, mareos, temblores, sudoración y dificultad para respirar. Entre otros síntomas, la picadura de avispas contraen la musculatura lisa, aumentan la permeabilidad capilar y provocan una vaso dilatación, la que origina una baja en la presión arterial y dolor. Varias de las substancias que contiene el veneno provocan sueño, sobre todo en casos de múltiples picadas. En estas circunstancias no se debe conducir vehículos. Cuando se deben realizar trabajos en una zona de alta densidad de avispas, o bien durante las tareas del control de nidos, se debe evitar el uso de perfumes y cosméticos y se recomienda el uso de ropas de colores claros, para evitar irritarlas (Ripa 2004c, Garrido 2006).

La mayoría de las personas muestran en el área de la picadura una pequeña hinchazón. Una persona de cada 100 presenta una hipersensibilidad alérgica, (Índice de anexos, imagen 30) la que se manifiesta por una rápida progresión de la reacción a otras zonas, desencadenándose un shock anafiláctico. Si no es tratado en forma oportuna, produce riesgo de muerte. En EE.UU. mueren aproximadamente 90 a 100 personas por año por picaduras de insectos. Quienes padecen de esta condición deben portar una identificación que lo indique y medicamentos recetados por un médico para casos de emergencia. Además de su picadura, las avispas muerden con cierta fuerza con sus potentes mandíbulas, aunque normalmente no les da tiempo más que de clavar su aguijón. La mordedura no suele tener consecuencias (Yela 2006, Ripa 2004c).

Cuando ocurre una picadura se debe lavar la zona afectada con agua y jabón, colocar hielo, agua fría, barro, vinagre o clorhidrato de pramoxima, para reducir el dolor. Las molestias se pueden aliviar con aspirinas, antihistamínicos, broncodilatadores, etc., pero todos estos medicamentos deben ser usados bajo estricto control médico (Ripa, 2004c, Garrido 2006).

Si bien aún no ha sido muy estudiado, el efecto depredador de la plaga sobre las especies de poblaciones nativas de artrópodos es muy importante. Para lograr un eficiente control, debemos integrar, prácticas de manejo como: en el caso de las granjas de faena de animales, se debe procurar mantener una estricta higiene del lugar, eliminar vísceras, desperdicios de carnes, plumas, cueros, etc., que se pueden quemar y luego enterrar o enterrar directamente. Esto es muy importante sobre todo si se están implementando medidas de control como la del cebo tóxico, ya que los cebos compiten como atractivo con los desperdicios, y el método pierde eficacia. En jardines, parques o granjas, evitar en lo posible las pérdidas de las llaves de agua o cañerías, que sirven de fuente de agua a las avispas.

En zonas de recreación al aire libre mantener los alimentos y líquidos azucarados bien cerrados, los utensilios limpios y envueltos en papel o dentro de una bolsa, eliminar toda la fruta madura del suelo, como uvas, manzanas, peras, duraznos, damascos, etc. (Garrido 2006).

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4.6 Introducción de la especie en la XII región

Hasta el día de hoy la teoría más común acerca de la aparición de la Vespula germanica en la región de Magallanes es que la especie se trasladó desde Argentina o la décima región (Pérez 2000). La verdad es que es imposible precisar cuándo y cómo llegaron a la región de Magallanes. Siendo dentro de las probables razones la de que:

 Reinas fecundadas vinieron por vía terrestre en vehículos diversos desde la décima región de Chile o zonas cordilleranas argentinas.

 Reinas fecundadas vinieron por vía marítima en vehículos en el trasbordador desde la décima región.

 Aunque es la menos probable, nidos instalados en partes de vehículos o objetos que se han traído desde la décima región (comunicación personal, R. Ruiz y M. Aranda, SAG 2005).

La razón por la cual se estiman sólo estas razones como una probabilidad de ingreso a la región de esta plaga es que sólo se han detectado en puntos focales en la provincia de Magallanes. Se detectó su aparición en el año 2000 en Punta Arenas, viéndose sólo algunos años después su aparición en otras zonas de la región (isla Riesco 2005, parque nacional Torres Del Paine 2006). Todas estas indicaciones sólo dan a estimar que esta especie se ha trasladado por vía mecánica de un punto a otro de la región sin que haya hasta el momento alguna conexión ya que no se han detectado en puntos intermedios como para creer que la especie se estuviese trasladando por medios propios (SAG 2005). En la Patagonía, el promedio de nidos por hectárea en bosques modificados de coigüe es de 3,4 lo que implica que haya unas 6000 avispas por hectárea en el pico de la temporada. En algunas áreas, la densidad de nidos puede ser mucho mayor. De todas formas la densidad de avispas en la Patagonía sería de unas 3 a 8 veces menor que en Nueva Zelanda, un país en que las avispas están fuertemente establecidas.

Al igual que en otras partes del mundo las avispas depredan sobre otros insectos y artrópodos, principalmente larvas de mariposas, arañas, avispas, abejas y moscas. Se estima que las avispas probablemente reducen las poblaciones de ciertas especies de artrópodos, aunque aún no existen datos para la región. Se han descrito para otras regiones, y en algunos casos los niveles de depredación sobre ciertas especies pueden ser tan altos como para amenazar su supervivencia. Incluso, se han hecho listas de especies amenazadas de extinción por la acción de estas avispas (Corley et al. 1997).

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4.7 Control de nidos

El control de las avispas sociales es complejo. A la barrera física que plantea su sistema de nidificación (nidos subterráneos, sistemas de camuflaje, etc.), se suma la presencia de potentes substancias químicas en su organismo, propias de su organización (feromonas de alarma y venenos). Lo anterior se ve reforzado con un extraordinario sentido de higiene dentro de su colonia, lo que representa un desafío para el control biológico (Merino 2005).

Para el control de avispas existen tres métodos; 1) encontrando y destruyendo físicamente sus nidos, 2) usando trampas con cebos tóxicos o atrayentes y 3) el control biológico con parasitoides y patógenos (Corley et al. 1997, Correa 2006).

La ventaja de los cebos tóxicos es que no es necesario encontrar los nidos, ya que las avispas obreras llevan el veneno hasta el nido. Este método alivia el problema de la chaqueta amarilla localmente y sólo durante el verano en que se realice el tratamiento. El área tratada en un verano será con seguridad invadida por avispas reinas en la siguiente temporada. Además, durante un mismo verano, las avispas de las áreas vecinas no tratadas con cebos tóxicos invadirán el área tratada en busca de alimento (Corley et al. 1997).

Se han determinado varios tipos de lugares típicos donde se ubican nidos de chaquetas amarillas. El más común es en el suelo por lo general en lugares con una ligera pendiente para evitar la inundación de esta; lugar soleado protegido del viento y cerca de zonas de fácil obtención de agua como por ejemplo: pozos, ríos, charcas. El segundo tipo más común es en lugares fabricados por el hombre como: entre paredes, entretechos, debajo del piso de casas.

Estos lugares deben tener cualidades importantes para ser elegidos para formar un nido como por ejemplo: cobertura a las inclemencias del tiempo, espacio para el crecimiento del nido, cerca de una fuente de agua; por lo que los nidos se instalan en lugares no visibles a simple vista. Otros tipos de nidos pero en menor ocurrencia de aparición son por ejemplo; árboles, pilares de cemento, murallas de cemento y utensilios botados en los campos como por ejemplo una bota de goma (SAG 2005).

La búsqueda de los nidos debe hacerse, preferentemente, al amanecer o al atardecer, dado que el ángulo de incidencia de la luz del sol hace más visibles las avispas. Mirando a contraluz, es fácil observarlas, debido al brillo de sus alas, y descubrir su vuelo hacia el nido. Por otro lado, en estos horarios el flujo de avispas desde o hacia el nido es más intenso (Ripa, 2004c, Corley et al. 1997).

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Los nidos estructurales (construidos en paredes o techos) son más fáciles de detectar al inicio de su construcción (en diciembre o en las primeras semanas de enero), que los nidos subterráneos. Es conveniente destruir los primeros en ese momento, cuando lo integran pocas avispas y consecuentemente el riesgo de recibir picaduras es menor (los nidos estructurales son mas difíciles de eliminar una vez avanzados en su desarrollo) (Corley et al. 1997).

La búsqueda de los nidos debe hacerse cuando las temperaturas son templadas y existe un mayor tránsito de avispas (si se buscan cuando las temperaturas son muy bajas, su detección será más dificultosa). Una vez detectados se marcará la entrada con una cinta o una varilla y se esperará hasta la noche para iniciar el control, cuando la actividad de las avispas es baja y se encuentran en su mayoría dentro del nido (Estay 2004).

La destrucción de nidos debe hacerse de noche o antes del amanecer, momento en que las avispas se encuentran en su mayoría dentro del nido y el nivel de actividad es más bajo. Es importante también protegerse la cara, en lo posible utilizando caretas de apicultor o un tul colocado sobre un sombrero y ajustado en el cuello. Además, es conveniente protegerse las manos con guantes (Corley et al. 1997). (Índice de anexos, imagen 31)

Durante la noche, cuando se efectúe el control, se puede utilizar una linterna cubierta con celofán rojo que permitirá mejorar la visión, ya que este color no es identificado por las avispas. Este es un método muy efectivo, pues se elimina el origen de la plaga: el nido. Sin embargo, es el más peligroso, por el riesgo de picaduras. (Estay 2004, Garrido 2006)

Existen varias formas de controlarlo, siendo la más simple la de introducir bencina o un insecticida líquido por la entrada del nido para después tapar la entrada del nido para que los vapores de la bencina den cuenta de la colonia. Es importante no encender el combustible por lo peligroso que puede ser el fuego para la persona que está manipulando el nido y por el alto riesgo de incendio. Los vapores del combustible por sí solos son suficientes para matar las avispas. Los nidos estructurales son más difíciles de eliminar, ya que al inyectar un insecticida y taponar la entrada al nido las avispas pueden abrir otra salida rápidamente, introduciéndose en la vivienda. La eliminación de las avispas de estos nidos puede hacerse mediante la aplicación de algún insecticida en aerosol por las entradas del nido. Los mejores, más potentes y de mayor poder residual son los aerosoles mata cucarachas y hormigas. Estos tienen un efecto rápido con una colonia pero su alto precio y peligrosos vapores los hace de uso restringido (SAG 2005, Corley et al. 1997).

Un método más económico y efectivo es el de insecticidas líquidos que se diluyen en agua. Estos son más fáciles de utilizar con objetos como bombas de espalda además estos poseen un efecto residual que los hace más aptos a largo plazo. Su inconveniente radica en que su efecto es lento por lo que se recomienda su uso junto con un poco de insecticida en aerosol (SAG 2005).

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Algunos insecticidas usados para controlar nidos son, diversos piretroides y otros, siendo los utilizados para esta región por el SAG los productos utilizados como baño de inmersión lanar. Las partículas de formulaciones en polvo se adhieren a las obreras, que contaminan después el nido, consiguiendo su control en pocos días. El gran número de colonias y obreras en un área infestada hacen poco práctico, si no imposible, el control químico de las obreras en busca de alimento. Otro aspecto importante, es considerar que cuando vuelan avispas muy temprano en primavera, normalmente se trata de avispas reina que anda tratando de anidar, así que allí es oportunidad para controlarlas con algún insecticida aerosol, porque así disminuyen el número de nidos para el verano. El uso de trampas para chaqueta amarilla se ha orientado a matar reinas y obreras forrajeadoras. El uso de trampas debe comenzar en primavera, continuar en el verano y otoño, especialmente cuando la población de avispas fue grande el año anterior. Capturar reinas durante los 30 a 45 días entre el comienzo de la emergencia y el inicio de la construcción de nidos podría reducir la población siguiente. Se recomienda un promedio de 2 trampas por hectárea. El usar trampas con cebos o atrayentes puede reducir el forrajeo y nidificación. Los cebos más eficaces son aquellos que logran que las obreras los transporten al nido, pero esta estrategia requiere de atrayentes específicos. En otros países se comercializa una gran variedad de trampas, incluso algunas con cebos (ej: diazinon micro encapsulado mezclado con algún tipo de pescado) (Garrido 2006, Correa 2006).

Los atrayentes pueden definirse como aquellas sustancias que estimulan en forma orientada a los insectos hacia la fuente productora y se utilizan especialmente en trampas. Los atrayentes se pueden dividir en dos grandes grupos: atrayentes alimenticios y atrayentes sexuales. Los atrayentes alimenticios para las chaquetas amarillas deben ser sustancias proteicas en la primera mitad del ciclo. Recomiendan harina de huesos y sangre y posteriormente líquidos dulces. Para el control biológico aunque existen especies que depredan avispas, aún no se dispone de algún agente de control biológico efectivo para Vespula germanica, a lo que se debe en parte su éxito como especie invasora. En Chile se han estado evaluando, desde el año pasado las avispas parásitas

Sphecophaga vesparum vesparum (Curtis). El control biológico se auto mantiene en el

tiempo y actúa en forma específica por lo que es preferible al control químico. Sin embargo a nivel mundial aún se encuentra en etapa de investigación por lo que es una estrategia que hay que evaluar más aún cuando se cuenta con una colección de entomopatógenos nativos los cuales deberían ser evaluados sobre esta plaga. Como por ejemplo Beauveria bassianna (hongo perteneciente a la subdivisión Deuteromicetes, orden Moniliales) (Correa 2006).

La pastilla de fosfuro de aluminio es un método de control de nidos a través de una pastilla que al disolverse en el ambiente se convierte en un gas provocando la muerte de la colonia en unos días. Para utilizarlas se debe contar con personal entrenado. Se coloca una pastilla en el interior del nido, dejándola caer desde la entrada. Posteriormente se coloca una tela plástica en la entrada y se cubre con tierra. Una variante es tapar la entrada con barro. Una semana después, verificando que no haya actividad, se

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5. MATERIALES Y METODOS

Para realizar este seminario de título se determinó que la primera necesidad para esta región, antes de realizar cualquier otro estudio sobre el comportamiento de esta especie, es la de conocer cómo se ha aclimatado a esta región la especie y una manera de determinar esto es a través de el número de individuos que se encuentran presentes en una colonia.

Para ello se obtuvieron nidos en un período que abarca de principios de enero a finales de abril del año 2006. Cada nido fue examinado determinando el número de individuos a través del conteo manual de la colonia separando huevos, larvas, prepupas, pupas, obreras, machos y hembras. Este trabajo se vio dificultado por la cantidad de material que no pertenecía al nido que a veces incluido en cada nido extraído (tierra, piedra, madera); también fue dificultoso el conteo en los nidos de mayor tamaño lo que determinaba varios días de conteo con la idea de que la información obtenida sea lo más cercana a la realidad.

Al comenzar este seminario me basé en porcentaje de nidos a capturar para su conteo. La temporada anterior (2005) se habían destruido una gran cantidad de nidos, 113 nidos de suelo y 30 nidos de casa, creí conveniente un promedio de 10 nidos por mes, desde enero al mes de abril, a contar lo que equivaldría a 40 nidos en total.

Grafico 1: Cantidad de nidos eliminados por temporadas (2003 – 2006)

Nidos destruidos por temporadas

3 32 88 143 3 19 35 51 67 83 99 115 131 147 2003 2004 2005 2006 t Temporadas (2003 - 2006) fuente: SAG

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Como lo acabamos de observar en el gráfico lo que no esperaba viendo que en temporadas anteriores el número de nidos había crecido en un porcentaje amplio fuese que en la temporada 2006 el número de nidos se redujera drásticamente en un 38,5% del año 2005 (143) al año 2006 (88).

Esto modificó el trabajo pasando de una búsqueda de 10 nidos mensuales a una búsqueda de la mayor cantidad de nidos que se encuentren en posibilidad de ser contados. La razón por la cual no se pudieron contar una gran cantidad de nidos fue por variadas razones, entre las que se encuentran:

 Muchos nidos se encontraban en lugares de muy difícil ubicación como por ejemplo entretechos donde no se podía ingresar o paredes lo que significaba un nivel de destrucción de la habitación que no podía ser solventado por los dueños de casa y que tampoco hubiera sido ético aumentar el grado de destrucción de una propiedad privada para la extracción de un nido que ya no representaba peligro.

 Condiciones climáticas adversas y de horario que afectaban el correcto actuar al momento de proceder a extraer un nido. (poca luz artificial, fuerte viento, agua, nieve en sectores altos de la ciudad hacia el final de la temporada)

 Nivel de destrucción en algunos nidos. Debido al tipo de control efectuado, y a que el SAG contaba con muy limitados recursos para poder efectuar el control lo que significaba la aplicación de un veneno liquido, junto a una bomba de espalda con agua la cual al actuar en nidos subterráneos convertía al nido en una especie de sopa mezclando el nido con tierra, una masa que en algunos casos hizo imposible su conteo.

Debido a esto el número total de nidos que efectivamente fueron extraídos, analizados y contados fue de 33. Éstos representan a un gran número de sectores dentro de la comuna de Punta Arenas.

De estos nidos contados podemos decir que una gran cantidad de ellos pertenecían al subterráneo, que es la clase más común. Aunque su porcentaje disminuyó en comparación con la temporada 2005, también encontramos nidos de casas en un número superior al de la temporada anterior y algunos nidos en lugares poco comunes como botas de goma, árboles y pilares de cemento.

Un dato nuevo para mi estudio fue que en la mayoría de los trabajos citados en la literatura no se hacían referencias a nidos que no poseyeran una forma distinta de la clásica forma de nido ovoide. Al parecer debido, por sobretodo, a la fuerza del viento, aunque también el factor temperatura influye para que las obreras hayan inventado novedosas formas para convertir a sus nidos en lugares protegidos manteniendo la temperatura interna ideal. Estos nidos se describen a continuación.

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5.1 Nidos descritos

a. Nido tipo esquinero: (Índice de anexos, esquema 3) Este tipo de nido a diferencia de otros nidos colgados presentan una estructura en forma torre – balcón donde no se observa un pedúnculo principal de sujeción sino que varios a los costados y arriba. Probablemente para evitar oscilaciones producidas por la fuerza del viento. Poseen una o dos entradas y en algunos casos la entrada se encuentra en el esquinero hacia afuera por lo que su cobertura exterior es total; las celdas de reinas al ser las ultimas en criarse se encuentran en las celdillas de mas abajo. Hay que agregar que en estos nidos al interior de un entretecho no se observan chaquetas amarillas volando, sólo caminan hasta el exterior del nido y ahí vuelan aunque sí se observan algunas obreras alrededor de la cobertura o en el suelo del entretecho, Probablemente como sistema de defensa de la colonia. (Índice de anexos, imagen 33)

b. Nido tipo piso de entretecho: (Índice de anexos, esquema 4) Este nido a diferencia del anterior se ubica en el piso de los entretechos y en algunos casos utiliza parte del entretecho y de la pared separadora de piezas con abertura que dan al entretecho. Estos nidos impresionan por su forma de carpa abombada y su gran tamaño en algunos casos. Las celdas poseen forma de torre o torta de pisos siendo esta vez las celdas superiores las que utilizan las reinas. En general estos nidos se encuentran muy al interior del entretecho para evitar el daño por efecto de viento, por lo cual las obreras para salir al exterior del nido requieren recorrer caminando un trecho relativamente largo. Estos nidos son de muy difícil control debido a que además de tener un sistema de defensa exterior posee una gran cantidad de individuos en el exterior del nido que no ingresan al nido como tal por lo que pueden actuar inmediatamente como defensa. Su entrada al nido se encuentra a ras del piso.

c. Nidos tipo entre tabiques: (Índice de anexos, esquema 5) De todos los nidos de casa son los más comunes de observar. Se inician en paredes donde se observa una entrada que puede haberse utilizado para cable de teléfono o televisión. Estos nidos aprovechan las formas de construcción tradicional de una casa en la región, en la cual se ocupa una pared interior separada por largueros con sus respectivos rellenos y una cubierta exterior que en algunos casos es otra pared y sobre ella planchas acanaladas. También sólo aparecen planchas acanaladas al exterior. En estos nidos parecen verdaderos edificios con varios pisos. Poseen cobertura de protección exterior y también aumentan la protección hacia los lados exteriores de la casa puesto que la temperatura del acanalado puede dañar el nido. Este nido es de difícil control debido a su dificultad para atacarlo. Se recomienda hacerlo desde el interior de la casa escuchando la actividad del nido para ubicarlo fácilmente debido es que a veces el nido no se ubica precisamente en el entretabique donde se ubica su entrada. Una vez localizado, apagar las luces hacer un orificio y atacar. Siempre cuando el dueño lo desee.

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d. Nido tipo entretechos: (Índice de anexos, esquema 6) Este nido es el menos común pero igual importante debido a que este nido aparece en las construcciones más recientes o en casa remodeladas donde como una forma de hacer más moderna la edificación se ha eliminado el entretecho modificándolo al separar el acanalado del techo con filtro y a continuación maderas finas con tal de que la casa se vea moderna con un toque rústico y una visión amplia del techo como una especie de galpón cubierto. Para ser más específico estos nidos tienen bastantes semejanzas con los nidos entre tabiques aunque su diferencia radica en la disposición de las celdas, con formas de grandes tortas unas sobre otras ocupando la mayor parte del entre tabique, las celdas para reinas se ubican en la parte más alta por ser las ultimas en criarse. La cobertura exterior en la mayoría de estos nidos se encuentra en el entretabique que se ubica más hacia la entrada del nido siendo una gran maza de papel con formas de láminas y una entrada que va al nido siendo lo más común que se ubique al ras del piso debido a que los individuos de la colonia sólo caminan dentro de la zona de protección del nido. Para ingresar al nido o ingresar a su entrada al exterior utilizan la separación que se forma en el acanalado.

Además de estos tipos de nidos hay algunas más que se diferencian un poco de éstos por algunas modificaciones aunque siguen siendo muy semejantes en sí. Los nidos de suelo en general se basan en el mismo esquema común aunque su entrada pude variar en su extensión (siendo algunas muy largas) y que en algunos casos poseen más de una entrada (De esas es más común que posean dos entradas, una principal y una secundaria).

Para poder describir el proceso que se utilizó para poder llegar al conteo de todos los individuos de nidos capturados debemos dividir el proceso en dos fases. La primera fase se basa en las actividades que realizamos desde la denuncia hasta la destrucción del nido mientras que la segunda fase va desde el transporte del nido hasta el conteo final de individuos.

Referencias

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