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TRABAJO FINAL DE GRADO SI ME VIERAS AHORA

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Academic year: 2021

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UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA – FACULTAD DE PSICOLOGÍA

TRABAJO FINAL DE GRADO

SI ME VIERAS AHORA

Propuesta de dispositivo psicodramático para generar procesos de socialización en personas con Esquizofrenia.

Pre-proyecto de intervención.

Portada de “El hombre que perseguía su sombra”. Ilustrador: Gino Rubert

Ana Micaela García Irazábal. C.I: 4.529.827-6. Docente Tutora: Gabriela Etcheverry. Docente revisor: Fernando Texeira.

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2 INDICE RESUMEN ………..…..3 INTRODUCCIÓN………..4 FUNDAMENTACIÓN………..5 ANTECEDENTES……….7 OBJETIVOS……….10 MARCO TEÓRICO……….11 Psicodrama………...…11 Esquizofrenia………....12 Dispositivo………..……..13 Socialización………....13 Grupo social………...14 METODOLOGÍA………....16 RESULTADOS ESPERADOS………....19

APARTADO DE CONSIDERACIONES ÉTICAS……….20

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RESUMEN

El siguiente pre-proyecto de intervención tiene como objetivo explorar los beneficios de un dispositivo psicodramático en personas diagnosticadas con Esquizofrenia, con la finalidad de propiciar una mejor calidad de vida, espontaneidad en decisiones cotidianas y autonomía en los participantes, facilitando así aspectos en su proceso de socialización.

La población con la cual se intervendrá, estará compuesta por personas de entre 18 y 60 años, y que estén en un proceso de tratamiento en un Hospital Psiquiátrico o Centro de Rehabilitación psicosocial en la ciudad de Montevideo.

Palabras clave: Psicodrama - Esquizofrenia - Socialización.

ABSTRACT

The following intervention pre project has as its objective to explore the benefits of a psychodramatic dispositive on schizophrenia diagnosed patients, with the goal of generating a better life quality, spontaneity in daily decisions and autonomy in participants, therefore enabling aspects in socialization process.

The intervention population will consist of 18 to 60 year old people currently under treatment in psychiatric hospitals or psychosocial rehab centers in the city of Montevideo.

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INTRODUCCIÓN

La locura siempre estuvo presente en las sociedades humanas, su definición y tratamiento variaron con el paso del tiempo y según determinadas condiciones geográficas y sociales en general. Desde épocas remotas se hablaba de causas sobrenaturales, asociadas al orden mágico y divino. En los siglos XVIII y XIX se constituyó como punto de partida para el estudio científico (Bertoni, 2002).

El término Esquizofrenia fue introducido por el psiquiatra suizo Bleuler en 1911, pero este trastorno ya había sido identificado por el psiquiatra alemán Kraepelin en 1896, bajo el nombre de "demencia precoz", queriendo expresar que las personas afectadas, sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales similares a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso, se daría a una edad temprana.

La Esquizofrenia es clasificada como un trastorno mental grave y ha sido objeto de un sin fin de investigaciones. Desde el momento en que se diagnostica, es abordada desde un plano médico/biologicista en nuestro país y el sujeto que se encuentra transitando por este proceso de enfermedad es etiquetado como “loco” o “enfermo mental”, producto del estigma social, produciéndose efectos devastadores en su identidad. Se entiende por “estigma” lo que determina que una persona antes concebida como “total y corriente” pase a interpretarse en tanto portadora de un atributo que en un determinado contexto socio-histórico se concibe no deseable (Goffman, 1988).

Varios estudios en diferentes partes del mundo han demostrado que la enfermedad tiene una evolución más favorable para quien la transita si acompaña el tratamiento farmacológico con un plan de rehabilitación psicosocial. Se podría decir que las condiciones actuales del tratamiento para esta enfermedad se aproximan más a una “humanización” para quienes la padecen, pero aún así, “el pensamiento y lo dicho acerca de la locura ha evadido la propia palabra y sufrimiento del loco” (De León, 2002, p. 120). Es aquí donde la utilización del Psicodrama, como herramienta psicoterapéutica, habilita el despliegue de las diversas formas de ser y de estar del sujeto en su contexto social y posibilita la reconstrucción de todas las relaciones que se producen en la vida cotidiana (J.L. Moreno, 1974). De esta manera, se desplazaría el silencio que captura al sujeto diagnosticado, habilitando la producción en otro tipo de espacio que ofrece protección y cuidado, lo que hasta ahora sólo se ha podido manifestar a través de maneras convencionales, como emisiones radiales (por ejemplo, la radio Vilardevoz), producciones artísticas (incluyendo las musicales y escritas), etc.

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FUNDAMENTACIÓN

Las personas que transitan por esta enfermedad presentan dificultades de comunicación y de relación social, dependencia del modo institucional de vida y disminución de la iniciativa (Verdugo & Martín, 2002) que en algunos casos, se da en gran medida por un fenómeno llamado “hospitalismo”, concepto utilizado para designar todo aquello que genera apatía, aislamiento social y bajos niveles de motivación en las personas hospitalizadas en instituciones psiquiátricas (Rozanes, 1984). Por este motivo, la pertinencia al utilizar dispositivos grupales como herramienta de intervención podría favorecer al fortalecimiento de vínculos entre los participantes.

Según Pichón Rivière (1999)

Un grupo es un conjunto restringido de personas, que ligadas por constantes espacio-temporales articuladas en su mutua representación interna, se propone en forma implícita y explícita una tarea que conforma su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles. (p.28)

Ahora bien.. ¿Por qué intervenir con un dispositivo de estas características?

Según el Diccionario Etimológico de Chile, el prefijo inter significa entre, el verbo veníre significa venir y el sufijo-ción significa acción y efecto. Si vamos a una definición más psicológica del término, podríamos decir que es la aplicación de ciertos principios y técnicas psicológicas por parte de un profesional, cuyo fin sería ayudar a otras personas a comprender, visualizar y prevenir sus problemas y/o mejorar el potencial personal. (López, 2008). Y es en este lugar donde precisamente se desea habilitar a la práctica psicodramática, en ese entre que se produce entre el sujeto, la “enfermedad” y la institución, institución que de alguna manera se apropia de la identidad y subjetividad de la persona, provocando la pérdida total y parcial de su autonomía. En palabras de N. de León (2002): “(..) abandonar nuestro saber del otro. Desencontrar, perder al enfermo mental, implica que podamos escuchar y hablar (agregaría aquí ver en acción), reconociendo que tampoco nada sabemos de nosotros mismos” (p.117).

Es aquí donde se pone en cuestionamiento: ¿Es esta corriente psicoterapéutica capaz de llegar más allá de la mirada exclusiva de la patología, trascendiendo y utilizando los recursos personales manifiestos y potenciales de cada persona? ¿Podrían utilizarse los mismos al servicio del proceso psicoterapéutico?.

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Existe una nula utilización del Psicodrama como herramienta psicoterapéutica para la investigación en el campo de la Salud Mental, más específicamente en el tratamiento de la Esquizofrenia en Uruguay. Se estima que alrededor de un 1% de la población uruguaya padece Esquizofrenia, y según la Organización Mundial de la Salud, más de la mitad de las personas que transitan por esta enfermedad no reciben la atención adecuada (O.M.S, 2016).

Teniendo en cuenta que a rasgos generales las intervenciones terapéuticas actuales se inclinan hacia la línea farmacológica o hacia la línea de intervención por la palabra, sería interesante la integración de nuevas herramientas que apuesten al análisis de las expresiones corporales y la acción. El encuentro con el otro, el uso del cuerpo como herramienta de acción, o la inversión de roles, serían valiosos recursos para ayudar al paciente a resolver sus conflictos. Las formas de expresión creativas que se podrían producir en un dispositivo grupal psicodramático, habilitarían una nueva oportunidad para rescatar del silencio al individuo que está sufriendo y encontrar nuevas formas de comunicación con su entorno. (López, 2008). Parafraseando a Nelson de León (2002): “Compartir un tiempo y un espacio donde generalmente el que es hablado debe hablar” (p.124).. y producir teniendo la oportunidad de llevar a la acción aquello que desea denunciar de una sociedad que lo etiqueta de “enfermo mental”.

Teniendo en cuenta la falta de investigación en el plano de la Salud Mental y las modificaciones legislativas y sanitarias que se han implementado en los últimos años en nuestro país, sería pertinente el acompañamiento de estos cambios habilitando nuevas posibilidades en la mejora de las condiciones sociales en relación a esta temática y más específicamente, en personas con Esquizofrenia.

El aislamiento y estigma sumados a la cronicidad en la internación, generan una condición de dependencia del sujeto con la institución que aumenta constantemente, hasta que desplaza y anula cualquier participación que el sujeto pueda tener con la comunidad. La sumatoria de estos factores difícilmente se reconoce, invisibilizando la violencia que se deposita en quien transita por la enfermedad, siendo interrogado y desplazado de sus roles e identidad (de León. 2002).

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ANTECEDENTES

“Psicodrama de Adolf Hitler”.

En 1940 y comienzos de 1950, en el inicio de la II Guerra Mundial. J.L Moreno realizó un tratamiento con un paciente adulto llamado Karl, quien creía ser Adolf Hitler, en Nueva York. Su objetivo fue crear un dispositivo grupal capaz de proporcionar elementos para la estructuración de sentimientos, pensamientos y sensaciones interiores y exteriores, provenientes de la realidad o de la imaginación, de manera espontánea y creativa. Se privilegió como punto clave del proceso el respeto a la producción dramática del protagonista, aceptando su delirio y trabajando desde el interior del mismo. Según P.H.A Mascarenhas, este caso constituye un modelo de Psicodrama de terapia familiar y comunitaria para pacientes psicóticos y otras patologías que necesiten un encuadre familiar y comunitario (Mascarenhas, 1996).

“Psicodrama y esquizofrenia crónica. Un estudio clínico y sociométrico”.

Este trabajo experimental de diez meses de duración, fue realizado por Pablo Alvarez Valcarce. Tuvo como objetivo evaluar la eficacia del Psicodrama en el tratamiento de pacientes esquizofrénicos crónicos con largo tiempo de internación en el Hospital Psiquiátrico de Leganés, utilizando objetos intermediarios (títeres elaborados por los propios participantes). El material empleado consistió en dos grupos de pacientes comparables en cuanto a sexo, edad, tiempo de internamiento y nivel de deterioro, utilizando el método de pares comparables. Los métodos de evaluación empleados fueron el Psicodiagnóstico de Rorschach, una Escala de Observación de Conductas de Autonomía e Integración Social, los Test Sociométricos y el Test de Roles. Se analizaron los resultados empleando métodos estadísticos no paramétricos. Se concluyó que el Psicodrama, utilizando objetos intermediarios, es un método eficaz para mejorar el contacto con la realidad y las habilidades sociales de los pacientes esquizofrénicos crónicos, como paso previo o simultáneo a un programa de rehabilitación de mayor especificidad y alcance (Valcarce, 1985).

“Aplicación de un programa de habilidades de autonomía personal y sociales para mejorar la calidad de vida y autodeterminación de personas con enfermedad mental grave”.

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En este artículo se presentaron dos estudios llevados a cabo con el objetivo de mejorar la satisfacción y autonomía del paciente respecto a la atención prestada por las Unidades de Rehabilitación. El análisis cualitativo de los resultados mostró la necesidad de diseñar programas de rehabilitación psicosocial centrados en el entrenamiento de habilidades de autonomía personal y social. El estudio de aprendizaje de habilidades mostró que la mejora de las habilidades de autonomía personal y social incrementa el nivel de independencia de las personas con problemas de salud mental. (Verdugo, Martín, López y Gómez, 2004)

“Autocuidado y psicodrama. Resultados parciales de una experiencia grupal con profesionales que trabajan con niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual”.

Esta investigación surgió como respuesta a una demanda de ayuda de un grupo de profesionales que trabajó con niños/as y adolescentes víctimas de abuso sexual, ante el desgaste emocional que les producía el contacto con las historias traumáticas de los mismos. Se creó un dispositivo grupal con veintiún profesionales que mantuvieron contacto directo con niños/as y adolescentes víctimas de abuso sexual. Se realizaron cinco sesiones, con el empleo de la metodología del psicodrama por su pertinencia para estimular las potencialidades del ser humano, así como el desarrollo de sus habilidades y capacidades en función de ampliar el control y dominio sobre sí mismos y su mundo interno. Los resultados parciales reflejaron que el desgaste emocional disminuye al contar con un espacio donde pueden expresar y compartir sus vivencias y sentimientos reprimidos, así como liberar fuertes cargas emocionales. El uso de las técnicas psicodramáticas favoreció un mayor desarrollo del autoconocimiento y posibilitó la apropiación de nuevas herramientas para manejar sus propias emociones. (Vidal y Besada, 2015)

“Técnicas psicodramáticas y discapacidad intelectual. Ventajas y limitaciones encontradas en su utilización con dos grupos de usuarios de una residencia de adultos”.

En este trabajo se expone la utilización de distintas técnicas psicodramáticas en el ámbito de la discapacidad intelectual con personas que viven en hogares tutelados. Se trata de un grupo heterogéneo tanto en edad como en diagnósticos. En este artículo se explica la aplicación y evaluación de distintas técnicas, así como la funcionalidad de estas y el grado de comprensión y seguimiento por parte de los/as residentes y las posibles aplicaciones de técnicas psicodramáticas para abordar diversas temáticas dentro de este campo. (Castro, 2013)

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“Desarrollo personal en grupo con mayores a través de técnicas de expresión corporal y psicodrama: Un estudio de caso”.

En este artículo se presentan los resultados de una experiencia terapéutica con un grupo de personas de edades entre los 70 y los 91 años. La intervención se sostuvo durante 6 meses y se utilizaron, además de técnicas verbales, técnicas de expresión corporal y psicodramáticas. En la evaluación se empleó el EASY CARE (sistema rápido de evaluación del bienestar físico, mental y social del mayor) y se tuvieron en cuenta las opiniones de los propios implicados. Los resultados revelaron un aumento de la calidad de vida percibida por los mayores y el desarrollo de algunas habilidades cognitivas. También se notó disminución de los niveles de depresión y de incapacidad funcional. Estos resultados reflejaron la importancia de este tipo de intervención en el desarrollo de la calidad de vida y en la prevención de su deterioro en las poblaciones de edad avanzada. (Pedroso y González, 2007).

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OBJETIVOS Objetivo General:

● Componer un dispositivo psicodramático grupal para generar procesos de socialización en personas con esquizofrenia.

Objetivos específicos:

● Implementar técnicas psicodramáticas que estimulan el deseo de pertenencia a un grupo social.

● Explorar los posibles movimientos que se puedan producir en los roles sociales y psicodramáticos de los integrantes del dispositivo dentro de la institución.

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MARCO TEÓRICO

PSICODRAMA

El Psicodrama es un método terapéutico, donde el paciente utiliza la dramatización como medio de comunicación de los acontecimientos relevantes de su vida. En estas dramatizaciones, se exploran las dimensiones psicológicas de los acontecimientos, como lo son los pensamientos no verbalizados, los encuentros con quienes no están presentes, pensamientos o sentimientos ajenos y otros aspectos de la experiencia humana. Es habitualmente utilizado en contextos grupales para estimular, impulsar, promover y favorecer el proceso grupal. (Blatner, 2005)

Según palabras de Moreno (1974), el Psicodrama representa “el punto decisivo en el apartamiento del tratamiento del individuo aislado hacia el tratamiento del individuo en grupos, del tratamiento del individuo con métodos verbales hacia el tratamiento con métodos de acción" (p.32).

Para ejecutar este método psicoterapéutico se necesitan cinco elementos fundamentales, ellos son: el protagonista (quien trae la escena, siendo el centro de la misma), el director (es el terapeuta, quien dirige la dramatización y no se implica en la situación que se despliega), el escenario (donde acontecen las dramatizaciones), los “yoes auxiliares” (son sujetos entrenados que participan en la dramatización siguiendo indicaciones del director, interpretando roles significativos para el protagonista) y el auditorio (personas presentes fuera del escenario y que potencialmente pueden ser yoes auxiliares). La sesión grupal psicodramática consta de tres momentos fundamentales, ellos son: el caldeamiento, donde se centra la atención del grupo en un tema común, la acción, que es la dramatización de una escena, y el sharing, donde el grupo comparte las emociones y sentimientos que vivenciaron los integrantes respecto a lo trabajado (Moreno, 1995).

Durante la dramatización, se ejercen roles psicodramáticos, los cuales pueden ser reales o imaginarios. Según J.L.Moreno (1974): “son las formas reales y tangibles que toma la persona” (p.213). Es la posición que asume un individuo ante una situación de características específicas en la que están involucrados otras personas u otros objetos (Moreno, 1974). En Psicodrama, se observa el proceso del rol en el contexto de la vida cotidiana, se lo estudia en condiciones experimentales, luego se emplea como método psicoterapéutico y se examina y enseña la conducta en el “aquí y ahora” (espontaneidad) (Moreno, 1974). Los roles se clasifican en tres grupos, por un lado, están los roles “fisiológicos o psicosomáticos”, que son los que ejerce el sujeto al comer, dormir o tener

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actividad sexual en la dramatización. Los roles “psicológicos o psicosomáticos” son aquellos que se asemejan más a personajes fantásticos, como hadas, fantasmas o roles alucinados; y los roles “sociales” son aquellos que se acercan más al rol social del individuo en la sociedad, como lo sería ser madre, doctor, hijo, carpintero, etc. (Moreno, 1974). Estos tres tipos de roles, deben desarrollar vínculos operacionales y de contacto entre sí, para que se pueda identificar y experimentar, luego de esta unificación, lo que se denomina el “Yo” en Psicodrama. (Moreno, 1974, p. IV).

¿Por qué es tan importante un grupo psicodramático para trabajar esta temática? En palabras de Ana María Fernández (2002)

El despliegue de una escena cotidiana en un grupo que utiliza recursos psicodramáticos en el marco de la clínica, permite explorar los juegos identificatorios poniendo de manifiesto la relación entre resonancia fantasmática e identificación. ¿Con qué, con quién, cómo, se produce un enlace identificatorio?. En primer lugar, no es con quién, sino con qué, el quién, personaje sostenido por algún integrante del grupo abre el con qué, ¿con qué singularidad de algún rasgo de ese personaje se juega un enlace identificatorio?, con aquel rasgo que resuena por similar u opuesto, complementario, suplementario; con aquella posición en la escena fantasmática motivo de sus repeticiones (p. 141-142).

ESQUIZOFRENIA

Este concepto ha estado en discusión desde finales del siglo XIX y ha ido evolucionando a lo largo del siglo XX, hasta llegar a una definición clínico-evolutiva (Pichot, 1995). Desde la perspectiva biopsicosocial se afirma que las manifestaciones de la Esquizofrenia son el resultado de las posibles combinaciones entre la interacción genética y las influencias del medio social. En lo que respecta a los desórdenes en las relaciones interpersonales se puede visualizar el retraimiento, dificultad para crear vínculos significativos y sanos con otras personas, demanda excesiva, expresiones inadecuadas debido a su monto de agresividad y un déficit generalizado en las habilidades empáticas relacionado al deterioro en el funcionamiento social (González & Fernández, 2012).

Hoy en día para que el paciente logre tener un mejor pronóstico de su enfermedad, el tratamiento debe ser interdisciplinario y debe incluir: tratamiento farmacológico, psicoterapia grupal, psicoterapia individual, psicoterapia familiar, psico-educación y terapia ocupacional entre otros (Channon, Davis & Flaherty, 1991). Se podría afirmar que al completar las tareas asignadas en un medio ambiente menos amenazante, el autoestima podría incrementarse.

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DISPOSITIVO

Según Foucault, un dispositivo es una circulación de relaciones entre distintos elementos y componentes institucionales que incluyen discursos, leyes, instalaciones arquitectónicas, medidas administrativas, enunciados morales, etc. El objetivo de estos dispositivos es producir en los cuerpos de los sujetos modos de ser y estar, para controlar y dar sentido útil a los pensamientos, gestos y comportamientos de los individuos. (García, 2011).

Un dispositivo institucional, como lo es un Hospital o Centro de Rehabilitación psiquiátrica no es ajeno a la sociedad, ni tampoco la sociedad le es ajeno a él, pero como agrega Agamben, el problema no es que los dispositivos subjetiven, sino que también producen procesos de subjetivación en los que la creación de un sujeto implica la negación de un sujeto.

Deleuze (1999) interpreta el concepto aportado por Foucault como “máquina para hacer ver y hacer hablar” (p.155), la cual funciona unida a determinados regímenes históricos de enunciación y visibilidad. Esto implicaría entonces la presencia de “líneas de fuerzas” que van de un punto singular a otro, y que forman una trama, o una red de poder, de saber y de subjetividad. (Deleuze, 1999)

Si pensamos sobre el factor dispositivo operando sobre las personas en tratamiento dentro de una institución psiquiátrica, sin dudas podemos llegar al entendimiento más directo y real sobre la problemática del “enfermo mental”, basta con observar las normas que rigen respecto al horario de comida, recreación (si es que existe, en el mejor de los casos) y sueño (de Leon, 2002).

Nelson de Leon, en “Locura y cronicidad II” (1997), plantea una pregunta que transversaliza tres ejes fundamentales en este concepto: institución, enunciación y subjetividad, en relación a la temática que se pretende abordar en este pre-proyecto : “¿cómo es posible comunicarse si fundamentalmente hablamos? y lo que escuchamos es lo que esperamos” (p.81).

Más interesante aún sería plantearse la interrogante, ¿Cómo funcionaría un dispositivo psicodramático dentro de un dispositivo institucional?.

SOCIALIZACIÓN

David Amorín define la socialización como un cauce, “¿Por qué cauce?. Porque el proceso de socialización es lo que media y produce la construcción de lo que originalmente es

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un potencial biológico, hasta desplegarlo en lo que es y va siendo un ser social” (Amorín, 2008, p.75).

Otros autores lo definen desde otra perspectiva, Vander Zanden (1986) afirma que es "El Proceso por el cual los individuos, en su interacción con otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales para su participación eficaz en la sociedad" (p.32).

Amorín afirma que en este cauce existen dos dinámicas relacionadas entre sí y que se encuentran en continuo relacionamiento, por un lado, la individuación construyendo una identidad psíquica y por otro, la socialización, construyendo el ser social y lo que se denomina “identidad colectiva” (Amorín, 2008). Si pensamos el proceso de socialización como un continuo que da identidad, status y roles al individuo en sociedad, en el caso de las personas con esquizofrenia se produce un quiebre, un cambio brusco que da lugar, a consecuencia de la estigmatización de la enfermedad, a la pérdida de la identidad que se venía desarrollando. Estas personas no sólo afrontan las dificultades derivadas de los síntomas de la enfermedad, sino también se encuentran con desventajas que se producen a través de las reacciones de la sociedad, que frecuentemente son hostiles y presentan actitudes de rechazo, exponiéndolas a sensaciones de desconcierto ante la pérdida de sus roles sociales y a un sufrimiento difícil de tolerar (Arniz & J.Uriarte. 2006). En lo que refiere a “roles sociales”, se pueden definir como un conjunto de pautas conductuales que se relacionan entre sí y se agrupan en torno a una determinada función social, y una vez asumido, las relaciones con los demás están en gran medida definidas de antemano. (Suriá. 2010). A diferencia de los roles psicodramáticos, los roles sociales no son ficticios ni temporales.

GRUPO SOCIAL

Un grupo social es un número indeterminado de personas, que se encuentran unidas e interactuando entre ellas desempeñando roles recíprocos para conseguir diversos propósitos y objetivos comunes. Dentro de este grupo, las personas siguen las mismas normas, fines y valores a lo largo del tiempo. (Almeida, Barrionuevo, Barroso, García, Martín., s.f).

Según la perspectiva del diccionario de la Real Academia Española, grupo social es aquel al que un individuo se adscribe por compartir comportamientos y creencias, siendo indispensable la forma en que los miembros se relacionan y afectan mutuamente.

Algunas características de los grupos sociales son: actitud (porque comparten los mismos valores), estabilidad (perduran en el tiempo), finalidad (tienen un objetivo común), interacción (los miembros se interrelacionan según pautas establecidas), interdependencia (a

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través del desarrollo de funciones complementarias alcanzan sus objetivos), motivación (el individuo participa en el grupo si sus necesidades individuales son satisfechas por el grupo), organización (a través de la adjudicación de roles) y percepción (los miembros tienen un sentimiento de pertenencia y perciben la existencia del grupo) (Almeida et al., s/f).

Algunas razones por las cuales se forman grupos sociales pueden ser por afiliación (satisfacen las necesidades humanas de sociabilidad), autoestima (la pertenencia a un grupo hace que las personas se sientan valoradas), consecución de metas (se trabaja en conjunto para llegar a los objetivos), estatus (los miembros adquieren una determinada posición y reconocimiento) y seguridad (aumenta la confianza si la persona se encuentra rodeada de otros miembros, reduciendo la inseguridad y las dudas personales) (Almeida et al., s/f).

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METODOLOGÍA

Los participantes de este dispositivo, serán personas entre 18 y 60 años de edad, de cualquier sexo y con diagnóstico de esquizofrenia, encontrándose en tratamiento o participando de actividades en un centro de rehabilitación psicosocial, dentro de la ciudad de Montevideo. El número de participantes del dispositivo será para un cupo de 7 personas; se plantea este número teniendo en cuenta la dificultad de integración que poseen estas personas debido a los efectos que produce esta enfermedad.

Este pre-proyecto de intervención está pensado para realizarse dentro de las instalaciones de un Hospital Psiquiátrico o Centro de Rehabilitación psicosocial. Tomando en cuenta las características de la herramienta que se utilizará para intervenir (en este caso, el Psicodrama), el espacio donde se desarrollen las actividades deberá ser amplio y contar con espacio libre de mobiliario para garantizar la comodidad en la movilidad de los participantes.

La convocatoria se realizará durante dos meses antes de comenzar con la ejecución del dispositivo, dentro de la institución que habilite la intervención. En este lapso de tiempo, también se mantendrán reuniones con los profesionales a cargo del diagnóstico y seguimiento de los pacientes, para presentar la propuesta e intercambiar sobre los criterios de derivación, poniéndose hincapié en la importancia del dispositivo.

La frecuencia será de un encuentro por semana, con una duración de dos horas y media cada uno, en un período de nueve meses. Se considera pertinente esta frecuencia ya que sería favorable para los participantes disponer del tiempo necesario para elaborar lo trabajado en el dispositivo.

El rol que cumplirá la coordinación, será el de dirigir cada sesión proponiendo las técnicas que considere apropiadas para cada dramatización.

Las sesiones no serán planificadas por temática, sino que se trabajará espontáneamente con el material que los participantes deseen dramatizar y que consideren les ayude a sobrellevar situaciones cotidianas que les son adversas o presentan algún impedimento para su desempeño diario.

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CALENDARIO

Desde la coordinación, se utilizarán técnicas psicodramáticas para llevar a cabo cada encuentro. Según Blatner, existen decenas de técnicas psicodramáticas, y de ellas, más de cien variaciones (Blatner, 2005). Las técnicas que se describen a continuación, serán las más tentativas a utilizar en el dispositivo, pudiendo variar según amerite la dramatización. Las técnicas del doble y soliloquio se utilizarían para facilitar al coordinador el esclarecimiento de los sentimientos del protagonista. Se recurrirá a la inversión de roles, espejo, escultura y silla vacía con el fin de ayudar al protagonista a tomar conciencia de su conducta en la escena, confrontándolo consigo mismo y sus emociones. (Blatner. 2005).

Técnica del doble: El coordinador congela la escena e invita al público a que participe haciendo doblajes. Consiste en situarse junto o detrás del protagonista de la escena, toma su misma postura y verbaliza sus pensamientos inconscientes o no dichos, la carga de afecto que no está expresando, o incluso el gesto que no está realizando (Castelli, 2016). Los distintos doblajes en una misma escena pueden mostrar distintos aspectos del conflicto del protagonista, y ayudarle a que los reconozca, los acepte y los integre (Anchústegui, s.f).

Técnica del soliloquio: Con esta técnica, el protagonista (o un yo auxiliar) expresa en voz alta sus sentimientos más íntimos, su confusión, su estado de ánimo y las dificultades que encuentra (Anchústegui, s.f).

Polanco (2013):

Se puede definir como una expresión de sentimientos y pensamientos por parte de un individuo sobre la percepción que tiene en ese momento de sí mismo y/o del sistema del que forma parte. Implica una aclaración de contenidos ocultos, y suele conllevar una redefinición del sistema desde un punto de vista personal ( p.14).

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Técnica del espejo: El protagonista elige un yo auxiliar para que represente la escena tal cual es vista desde el auditorio, incluyendo las posturas, los diálogos, las reflexiones y las actitudes. La finalidad de esta técnica consiste en que el protagonista visualice la escena desde afuera y pueda tomar conciencia de lo que está haciendo y diciendo. Esto ayudaría al protagonista a salir de un bloqueo en la representación, a superar la resistencia, o a involucrarse más en la dramatización (en caso de no estar caldeado con su rol). (Anchústegui, s.f)

Escultura: Consiste en pedirle al protagonista que moldee su propio cuerpo (y el de los yoes auxiliares) de tal forma que exprese lo que está viviendo internamente en la escena. Es la técnica más rápida para vencer las resistencias, y representar con el cuerpo el mundo interno del protagonista. (Anchústegui, s.f)

Inversión de roles: El cambio o inversión de roles consiste en indicarle al protagonista que tome el papel y el lugar en el espacio de otra persona, objeto o parte de sí misma o síntoma en la escena. (Polanco, 2013). La inversión de roles consiste en un reemplazo mutuo. Los roles que puede representar el protagonista, pueden abarcar una gama muy extensa y sin limitaciones, totalmente abierta a la creatividad y el devenir del proceso. (C.A.T.R.E.C. 2013).

La silla vacía: Es similar a la técnica de intercambio de roles, con la diferencia que es el mismo protagonista quien dramatiza su propio rol y el complementario, siendo él mismo quien plantea preguntas y él mismo quien las responde al momento de pasar a ocupar la otra silla que estaba vacía. (Polanco, 2013)

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RESULTADOS ESPERADOS

Se espera que los participantes de este dispositivo al finalizar el proceso de intervención logren empoderarse de aspectos de su vida que habían abandonado al adaptarse al modelo institucional en el que se encuentran. Fortalecer su autonomía y espontaneidad en la toma de decisiones diarias, reanudar sentimientos de participación colectiva y disminuir la ansiedad social, así como también tomar conciencia de los roles sociales perdidos y que pueden reanudar y/o fortalecer.

Un resultado muy positivo sería generar en los participantes el deseo de sostener el espacio y la concurrencia a todos los encuentros semanales, no abandonando el grupo a mitad del proceso.

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APARTADO DE CONSIDERACIONES ÉTICAS

Como consideración ética básica y fundamental, el manejo de la información brindada por los participantes del dispositivo se enmarcará dentro del Código de Ética Profesional del Psicólogo (Cap. II) y la Ley Nº 18.331 de Protección de Datos Personales.

La participación de los sujetos será voluntaria y podrán abandonar el dispositivo en cualquier momento, sin necesidad de justificación alguna.

Si en la persona se produce un daño producto de la participación en el dispositivo, el coordinador del mismo se hará responsable del perjuicio ocasionado.

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BIBLIOGRAFÍA

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Anchústegui, C. (s.f). Técnicas básicas psicodramáticas. [archivo PDF]. Recuperado de http://www.psicodrama.eu/archivo/38.pdf

Amorín, D. (2008). Apuntes para una posible psicología evolutiva. Montevideo, Uruguay. Ed. Psicolibros.

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Bertoni, M. (2002). La locura: cómo y por qué varía su comprensión. Buenos Aires, Argentina. Ed. Longseller.

Blatner, A. (2005). El Psicodrama en la práctica. Recuperado de https://books.google.com.uy/books?id=RRqWfk4bwTcC&printsec=frontcover&hl=es&sourc e=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

Castelli, F. (2016). Técnicas y procedimientos en psicodrama. [Mensaje en un blog]. Recuperado de http://milnovecientossesentayocho.blogspot.com.uy/2016/08/tecnicas-y-procedimientos-en-psicodrama.html

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