CODEPENDENCIA
CODEPENDENCIA
2013
2013
RAMIRO
RAMIRO
CALDERÓN
CALDERÓN
–
–
COACH
COACH
–
–
ADICCIONES,
ADICCIONES,
COMPORTAMIENTOS
COMPORTAMIENTOS
COMPULSIVOS,
COMPULSIVOS,
PENSAMIENTOS
PENSAMIENTOS
OBSESIVOS
OBSESIVOS
2013
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CODEPENDENCIA
CODEPENDENCIA
Guía para parejas o familiares de adictos
Guía para parejas o familiares de adictos
Por Ramiro Calderón
CODEPENDENCIA CODEPENDENCIA
2013
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Contenido Contenido Introducción Introducción ... ... 33 LaLa historia historia de de Marcela ...Marcela ... 11... 11 Otras
Otras historias ...historias ... ... 1818 La
La historia historia de de Magnolia ...Magnolia ... 25... 25 La
La historia historia de de Liana ...Liana ... 38... 38 La
La historia historia de de Lucía ...Lucía ... 45... 45 La
La historia historia de de Maritza ...Maritza ... 53... 53 ¿Eres
¿Eres Codependiente? Codependiente? Preguntas Preguntas de de Autodiagnóstico Autodiagnóstico ... 60... 60 Primer Paso
Primer Paso para Recuperarpara Recuperarte de una te de una Adicción ...Adicción ... 63... 63 Segundo P
Segundo Paso para aso para Recuperarte Recuperarte de una de una Adicción Adicción ... ... 7272 Tercer Pa
CODEPENDENCIA
CODEPENDENCIA
2013
2013
Introducción
Introducción
Mi primer contacto con un programa de recuperación de adicciones
Mi primer contacto con un programa de recuperación de adicciones
fue hace poco más de diecisiete años.
fue hace poco más de diecisiete años.
Alguien
Alguien me me extendió extendió la la mano mano en en un un momento momento en en el el que que no no meme
quedaba nada; había destrozado mi vida por completo con mi
quedaba nada; había destrozado mi vida por completo con mi
problema de alcoholismo. Había perdido a mi familia, mis amigos, las
problema de alcoholismo. Había perdido a mi familia, mis amigos, las
posibilidades de seguir estudiando, mi futuro, mis sueños y
posibilidades de seguir estudiando, mi futuro, mis sueños y
esperanzas.
esperanzas.
Creía que la única salida posible era el suicido, pues no concebía la
Creía que la única salida posible era el suicido, pues no concebía la
vida sin alcohol. Sin embargo, decidí darme una última oportunidad
vida sin alcohol. Sin embargo, decidí darme una última oportunidad
mientras planeaba mi muerte. Me dije a mí mismo: "No pierdo nada.
mientras planeaba mi muerte. Me dije a mí mismo: "No pierdo nada.
Solamente lo intentaré. Si no funciona... continúo con mi plan de
Solamente lo intentaré. Si no funciona... continúo con mi plan de
suicidio".
suicidio".
Hoy puedo decir que los Doce Pasos de recuperación son el
Hoy puedo decir que los Doce Pasos de recuperación son el
mejor regalo que he recibido en mi vida. Han sido la puerta de
mejor regalo que he recibido en mi vida. Han sido la puerta de
entrada a una libertad que nunca imaginé
entrada a una libertad que nunca imaginé: La ruptura de esas: La ruptura de esas
cadenas invisibles pero casi indestructibles que me ataban a mis
cadenas invisibles pero casi indestructibles que me ataban a mis
hábitos
hábitos autodestruautodestructivos.ctivos.
De manera casi natural y sin
De manera casi natural y sin esfuerzo di los primeros tres pasos.esfuerzo di los primeros tres pasos.
El dolor de la derrota se vio aliviado por la esperanza de una vida
El dolor de la derrota se vio aliviado por la esperanza de una vida
nueva.
nueva.
Nunca volví a probar el alcohol, pero además de eso, los pasos, poco
Nunca volví a probar el alcohol, pero además de eso, los pasos, poco
a poco me fueron convirtiendo en un hombre feliz. Primero aprendí a
CODEPENDENCIA
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vivir feliz sin necesidad de beber... luego, poco a poco, a medida que
vivir feliz sin necesidad de beber... luego, poco a poco, a medida que
profundizaba en los pasos, fui entrando en unas nuevas dimensiones
profundizaba en los pasos, fui entrando en unas nuevas dimensiones
de la felicidad. Comencé a liberarme de la búsqueda de aprobación,
de la felicidad. Comencé a liberarme de la búsqueda de aprobación,
de la necesidad de aceptación, de la dependencia emocional, de mis
de la necesidad de aceptación, de la dependencia emocional, de mis
temores... de esos temores que me paralizaban y no me dejaban
temores... de esos temores que me paralizaban y no me dejaban
luchar por mis sueños. Esos temores que me hacían vivir la vida
luchar por mis sueños. Esos temores que me hacían vivir la vida
detrás de la barrera y ver con envidia a otros que sí se arriesgaban a
detrás de la barrera y ver con envidia a otros que sí se arriesgaban a
vivir. Esos temores que me hacían convertirme en el muñeco de un
vivir. Esos temores que me hacían convertirme en el muñeco de un
ventrílocuo y adoptar la personalidad de mi interlocutor.
ventrílocuo y adoptar la personalidad de mi interlocutor.
Día a día fui recibiendo regalos de los Doce Pasos. Primero fue la
Día a día fui recibiendo regalos de los Doce Pasos. Primero fue la
abstinencia. Luego el recuperarme a mí mismo y a mi vida, y
abstinencia. Luego el recuperarme a mí mismo y a mi vida, y
reconocerme como un ser único con mis capacidades y talentos.
reconocerme como un ser único con mis capacidades y talentos.
Luego, la capacidad de disfrutar mi trabajo. Luego, la capacidad de
Luego, la capacidad de disfrutar mi trabajo. Luego, la capacidad de
bajar de peso y mantenerme.
bajar de peso y mantenerme.
Creo que pertenezco al reducido grupo de las personas que disfrutan
Creo que pertenezco al reducido grupo de las personas que disfrutan
a la familia, los fines de semana, la comida, el parque, los viajes y
a la familia, los fines de semana, la comida, el parque, los viajes y
también su
también su trabajo.trabajo.
Este camino no ha sido fácil, ni rápido... pero ha sido más
Este camino no ha sido fácil, ni rápido... pero ha sido más
agradable que la vida de marioneta gobernado por cualquier tipo
agradable que la vida de marioneta gobernado por cualquier tipo
de adicción
de adicción..
Al principio compré un libro de los Doce Pasos y me lo metí debajo del
Al principio compré un libro de los Doce Pasos y me lo metí debajo del
brazo durante cinco años. También lo ponía al lado de mi cabeza
brazo durante cinco años. También lo ponía al lado de mi cabeza
cuando me acostaba a dormir. Esperaba que los
cuando me acostaba a dormir. Esperaba que los pasos entraran en mípasos entraran en mí
por ósmosis o por hipnopedia... No lo hicieron. Al menos, la mayoría
por ósmosis o por hipnopedia... No lo hicieron. Al menos, la mayoría
de ellos.
de ellos.
Me quedé patinando en los tres primeros pasos, por fortuna abstemio.
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Seguía recibiendo regalos de la vida por el simple hecho de no beber, pero comencé a cuestionarme. El sentido de la vida tenía que ser algo más que pasar abstemio un día más. En ese momento, alguien me dijo: "Estás listo para hacer los pasos" y extendió su mano ofreciéndome su ayuda.Poco a poco, con la ayuda de los pasos, sentí como sanaban mis resentimientos, mis miedos, mis culpas y los dolores del pasado. Ni siquiera era consciente de esos sentimientos; sin embargo gobernaban mi vida, mis pensamientos y mis acciones. A veces me hacían reaccionar de manera automática e inconsciente. Veía impotente cómo ofendía a una amiga amorosa, diciéndole lo que debí haberle dicho a la que me había puesto los cuernos unos años antes. En otras ocasiones, tratando de evitar el rechazo que tanto me había dolido, me esforzaba desesperadamente por buscar aceptación y aprobación... y lo único que lograba obtener era rechazo y desaprobación.
A medida que fueron sanando mis sentimientos, también lo fueron haciendo mis relaciones. Todas las relaciones fueron sanando gradualmente; la relación que más tuve que trabajar, fue la relación conmigo mismo. Esta incidía de manera directa en las relaciones con los demás.
Con el tiempo, los Pasos me llevaron a dejar de seguir huyendo de lo que no quería, y comencé a buscar lo que quería. Era una óptica completamente diferente y una de las claves de la felicidad.
Me di cuenta de que todas mis conductas compulsivas eran una manera de escaparme de mi realidad... de mi dolor. Y mientras no hiciera algo por sanar ese dolor permanente y palpitante que me
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acompañaba a donde quiera que fuera, estaría condenado a una existencia infeliz, miserable y gobernado por mis comportamientos compulsivos.Con el tiempo, los Pasos me llevaron a dejar de seguir huyendo de lo que no quería, y comencé a buscar lo que quería. Era una óptica completamente diferente y una de las claves de la felicidad.
A partir de ese momento dejé de criticar a las personas que eran inconscientes de, (o impotentes ante), sus comportamientos compulsivos. Comencé a ver sus almas y las razones más profundas que los llevaban a hacer lo que hacían.
· Entendí al que se queda pegado frente a un computador jugando solitario por horas, chateando con desconocidos, actualizando su perfil en las redes sociales, viendo pornografía, o navegando sin sentido, mientras su vida se desmorona a su alrededor.
· Entendí al que se queda pegado a la consola de juegos de video mientras sus relaciones sociales y familiares se deterioran lentamente.
· Entendí a la que solamente es feliz mientras él esté a su lado, así el costo (siempre creciente) que tenga que pagar por tenerlo a su lado sea en dignidad, autor respetó y autoestima. · Entendí al que trabaja de día y de noche gobernado por la necesidad de poder, prestigio y dinero, a pesar de que su vida familiar se derrumba ante sus ojos.
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· Entendí al que come hasta hartarse y luego come más... y no es capaz de dejar de comer compulsivamente, a pesar de su obesidad evidente y los problemas de salud asociados con ella. · Entendí al que ayuna o vomita hasta morir a pesar de que su vida se va con cada gramo que pierde.· Entendí al que sueña compulsivamente con mundos, amores, logros y realizaciones maravillosas, mientras su falta de acción lo lleva a experimentar en su vida lo contrario a todo eso que desea.
· Entendí a los que necesitan tener todo inmaculadamente limpio; a los que se lavan la piel hasta que ésta queda roja; a los que tienen todo tan ordenado, que pueden detectar que alguien entró a su cuarto sin su autorización; a los que necesitan tener todo bajo control en sus casas, en sus vecindarios, y entre sus familiares y amigos, a pesar de los problemas que eso les trae; a los que se obsesionan con el tiempo y la puntualidad a tal grado, que termina generándoles conflictos en su vida social y familiar. · Entendí a los perfeccionistas
· Entendí a los que permanecen quince años en la insatisfacción de sus circunstancias con un jefe maltratador, un salario por debajo de sus capacidades o unas funciones ofensivas y denigrantes, a pesar de ser conscientes y quejarse de ello todo el tiempo.
· Entendí a los que se emborrachan o se drogan a pesar de que cada vez que lo hacen pierden un poco más de sí mismos, de sus capacidades y sus sueños.
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·
· Entendí Entendí a a los los que que hacen hacen ejercicio ejercicio hasta hasta morir; morir; a a los los queque
cuidan su salud hasta matarse y a los que cuidan su dieta
cuidan su salud hasta matarse y a los que cuidan su dieta
alimenticia hasta que todos sus amigos los evitan.
alimenticia hasta que todos sus amigos los evitan.
·
· Entendí Entendí a a los los que que se se deprimen, deprimen, se se encierran, encierran, se se aíslan aíslan yy
se acuestan en posición fetal durante años con las cortinas
se acuestan en posición fetal durante años con las cortinas
cerradas y las luces apagadas.
cerradas y las luces apagadas.
·
· Entendí Entendí a a los los que que no no confían confían en en nadie, nadie, creen creen que que todo todo elel
mundo está tramando algo para hacerles daño y se sienten
mundo está tramando algo para hacerles daño y se sienten
incapaces de amar o de dar de sí mismos a pesar de sentirse
incapaces de amar o de dar de sí mismos a pesar de sentirse
infinitamente solos e
infinitamente solos e incomprendidoincomprendidos.s.
·
· Entendí Entendí a a los los que que sienten sienten que que el el corazón corazón se se les les sale sale deldel
pecho, les sudan las manos, las axilas, la frente y el bigote,
pecho, les sudan las manos, las axilas, la frente y el bigote,
respiran agitado, les tiembla el pulso y sienten que se van a
respiran agitado, les tiembla el pulso y sienten que se van a
desmayar antes de hacer una llamada, hablar en público, asistir
desmayar antes de hacer una llamada, hablar en público, asistir
a un evento social o tener una entrevista de trabajo.
a un evento social o tener una entrevista de trabajo.
Entendí que su problema NO es flojera, pereza, falta de voluntad,
Entendí que su problema NO es flojera, pereza, falta de voluntad,
de inteligencia o de talento.
de inteligencia o de talento.
Entendí que sus conductas compulsivas son apenas la punta del
Entendí que sus conductas compulsivas son apenas la punta del
iceberg de su verdadera problemática, que es mucho más profunda.
iceberg de su verdadera problemática, que es mucho más profunda.
De hecho, las conductas compulsivas son el único alivio que han
De hecho, las conductas compulsivas son el único alivio que han
podido encontrar para su verdadero problema: Su dolor.
podido encontrar para su verdadero problema: Su dolor.
Los entendí a todos porque yo tengo un poco de cada uno
Los entendí a todos porque yo tengo un poco de cada uno..
Actualmente, una de las labores que realizo con
Actualmente, una de las labores que realizo con más amor y gusto, esmás amor y gusto, es
mi trabajo como consejero de adictos. Para nadie es un secreto que
mi trabajo como consejero de adictos. Para nadie es un secreto que
aunque utilizo diferentes herramientas tomadas de
aunque utilizo diferentes herramientas tomadas de otras disciplinas,otras disciplinas, lala
columna vertebral de mi trabajo son los Doce Pasos
columna vertebral de mi trabajo son los Doce Pasos..
Es un trabajo gratificante y lleno de regalos.
CODEPENDENCIA
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Cada vez que este trabajo devuelve a una persona a su familia y a la
Cada vez que este trabajo devuelve a una persona a su familia y a la
sociedad, las sonrisas e inclusive las lágrimas de
sociedad, las sonrisas e inclusive las lágrimas de alegría producealegría producen unan una
satisfacción que lo eleva a uno a las nubes y lo hace sentir que su
satisfacción que lo eleva a uno a las nubes y lo hace sentir que su
presencia en este mundo tiene una razón de ser. Cada vez que al final
presencia en este mundo tiene una razón de ser. Cada vez que al final
de una conferencia alguien se aproxima y con voz quebrada agradece
de una conferencia alguien se aproxima y con voz quebrada agradece
por fin haber descubierto la naturaleza más profunda de su
por fin haber descubierto la naturaleza más profunda de su
problemática o la de su ser querido, cada vez que alguno de los
problemática o la de su ser querido, cada vez que alguno de los
lectores de mi novela o de este libro escribe diciendo que su vida
lectores de mi novela o de este libro escribe diciendo que su vida
cambió para bien, siento que todo ese dolor y el proceso por el que
cambió para bien, siento que todo ese dolor y el proceso por el que
tuve que pasar... ¡Valió la pena!
tuve que pasar... ¡Valió la pena!
De repente, todo cobra sentido con los pasos. Hasta
De repente, todo cobra sentido con los pasos. Hasta los episodios máslos episodios más
dolorosos de nuestras vidas.
dolorosos de nuestras vidas.
Estos pasos, de los cuales hablaremos con más detalle en las
Estos pasos, de los cuales hablaremos con más detalle en las
próximas entregas, no son para llevarlos debajo del brazo, ni
próximas entregas, no son para llevarlos debajo del brazo, ni
memorizarlos o filosofar sobre ellos. Estos pasos son un proceso de
memorizarlos o filosofar sobre ellos. Estos pasos son un proceso de
aprendizaje con el corazón. Hay que sentirlos, vivirlos, trabajarlos y ver
aprendizaje con el corazón. Hay que sentirlos, vivirlos, trabajarlos y ver
como ellos trabajan en nosotros... nos cambian.
como ellos trabajan en nosotros... nos cambian.
Esta no va a ser una
Esta no va a ser una visión científica, ni objetiva de los pasos. Va a visión científica, ni objetiva de los pasos. Va a serser
una visión subjetiva, sesgada y llena de prejuicios. Es la visión de un
una visión subjetiva, sesgada y llena de prejuicios. Es la visión de un
ser humano como yo, que ha pasado por los pasos en varias
ser humano como yo, que ha pasado por los pasos en varias
ocasiones, para cada una de mis problemáticas y también incluirá los
ocasiones, para cada una de mis problemáticas y también incluirá los
testimonios de personas que han vivido cada uno de los pasos a su
testimonios de personas que han vivido cada uno de los pasos a su
manera en cada uno de los programas de recuperación.
manera en cada uno de los programas de recuperación.
Habrá testimonios de Alcohólicos Anónimos, de Narcóticos Anónimos,
Habrá testimonios de Alcohólicos Anónimos, de Narcóticos Anónimos,
Postergadores Anónimos, Codependientes Anónimos, Sexólicos
Postergadores Anónimos, Codependientes Anónimos, Sexólicos
Anónimos,
Anónimos, PostergadorPostergadores es Anónimos, Anónimos, Sub-remuneraSub-remunerados dos Anónimos,Anónimos,
Jugadores Anónimos, Deudores Anónimos,
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Anónimos,
Anónimos, Comedores Comedores Compulsivos Compulsivos Anónimos Anónimos y y Víctimas Víctimas AnónimasAnónimas
de Incesto.
de Incesto.
Cada uno mostrará una faceta de la recuperación en el trabajo de
Cada uno mostrará una faceta de la recuperación en el trabajo de
cada uno de estos pasos. Vale la pena aclarar que cada programa de
cada uno de estos pasos. Vale la pena aclarar que cada programa de
recuperación, es autónomo e independiente.
recuperación, es autónomo e independiente.
Ninguno paga por aparecer en este libro, y aunque los recomiendo a
Ninguno paga por aparecer en este libro, y aunque los recomiendo a
ojo cerrado y la mayoría de personas con quienes trabajo, asiste a
ojo cerrado y la mayoría de personas con quienes trabajo, asiste a
alguno de estos programas por sugerencia mía, yo no tengo nada que
alguno de estos programas por sugerencia mía, yo no tengo nada que
ver con los programas, ni son una extensión de mis servicios.
ver con los programas, ni son una extensión de mis servicios.
Cada uno de los testimonios que veremos en este libro, pertenece
Cada uno de los testimonios que veremos en este libro, pertenece
exclusivamente al individuo que lo da. Cada persona habla en su
exclusivamente al individuo que lo da. Cada persona habla en su
nombre propio y no como representante de la comunidad a la que
nombre propio y no como representante de la comunidad a la que
pertenece.
pertenece.
Todos los nombres serán cambiados para proteger la identidad de las
Todos los nombres serán cambiados para proteger la identidad de las
personas.
personas.
Espero que les guste.
CODEPENDENCIA
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2013
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La historia de Marcela
La historia de Marcela
Cuando Marcela llegó pidiendo ayuda, estaba al borde del suicidio,
Cuando Marcela llegó pidiendo ayuda, estaba al borde del suicidio,
pero no tenía problemas. El enfermo era otro. Las dos primeras
pero no tenía problemas. El enfermo era otro. Las dos primeras
sesiones estuvo hablando de todo lo que otra persona la había hecho
sesiones estuvo hablando de todo lo que otra persona la había hecho
sufrir y de cuán buena, perfecta, compasiva y comprensiva era ella. En
sufrir y de cuán buena, perfecta, compasiva y comprensiva era ella. En
realidad podría parecer una chica sin problemas. Su problema de
realidad podría parecer una chica sin problemas. Su problema de
fondo era más difícil de detectar. Jamás había probado drogas, no le
fondo era más difícil de detectar. Jamás había probado drogas, no le
gustaba la sensación de pérdida de control que producía el alcohol,
gustaba la sensación de pérdida de control que producía el alcohol,
era bonita, agradable, se mantenía en la línea, había sido buena
era bonita, agradable, se mantenía en la línea, había sido buena
estudiante, ahora era buena empleada y tenía unos ingresos
estudiante, ahora era buena empleada y tenía unos ingresos
razonables... pero se sentía vacía e infeliz.
razonables... pero se sentía vacía e infeliz.
Su sueño era escribir y siempre lo había dejado de lado. Pero eso no
Su sueño era escribir y siempre lo había dejado de lado. Pero eso no
era lo único que
era lo único que había abandonado de sí misma. había abandonado de sí misma. Desde muy pequeña,Desde muy pequeña,
criada en un hogar con un padre alcohólico, y olvidada por una madre
criada en un hogar con un padre alcohólico, y olvidada por una madre
cuya única función además de trabajar era estar obsesionada y
cuya única función además de trabajar era estar obsesionada y
preocupada por su esposo, aprendió a valerse por sí misma, y a
preocupada por su esposo, aprendió a valerse por sí misma, y a
sacrificar sus deseos y necesidades por tratar infructuosamente de
sacrificar sus deseos y necesidades por tratar infructuosamente de
"ser perfecta" y ganar un poco de cariño y aprobación de sus padres.
"ser perfecta" y ganar un poco de cariño y aprobación de sus padres.
No recuerda su niñez como un período de risas, juegos y
No recuerda su niñez como un período de risas, juegos y
espontaneidad, sino como una eterna y monótona depresión; una
espontaneidad, sino como una eterna y monótona depresión; una
búsqueda incesante de afecto. Además de recordarse como una niña
búsqueda incesante de afecto. Además de recordarse como una niña
obediente que casi no reía ni hablaba, una de las imágenes más
obediente que casi no reía ni hablaba, una de las imágenes más
vívidas de su niñez es acurrucada bajo la ducha, sintiéndose
vívidas de su niñez es acurrucada bajo la ducha, sintiéndose
infinitamente sola, llorando e imaginándose que era una niña
infinitamente sola, llorando e imaginándose que era una niña
abandonada bajo la lluvia.
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2013
A los catorce años pensaba en el suicidio al menos dos veces por semana. De pronto un día apareció Luis. Él era un muchacho universitario, conocido en el barrio por ser alegre y dicharachero... y se fijó en Marcela.
Ella no lo podía creer. ¿Qué habría visto en ella, la paria, indigna, indeseable e intocable?
Con la relación, se acabó la depresión de Marcela. Comenzó a sentirse feliz y completa. No era difícil verse con Luis, pues debido al abandono por parte de sus padres siempre había sido independiente. La mayor parte del tiempo que estaba en casa, vivía sola. Así comenzó a recibir visitas de Luis todas las tardes después del colegio. Luis era todo lo que había soñado: A veces la acogía entre sus brazos y la hacía sentir protegida y amada. No era perfecto; era soberbio, prepotente, un poco egocéntrico y egoísta; a veces la agobiaba con sus juicios y críticas, pero ella aprendió a interpretar eso como amor; él quería convertirla en una mejor persona. Los fines de semana se desaparecía para irse a beber con sus amigos y Marcela sentía ese vacío en el estómago que conocía desde la niñez a raíz de las andanzas de su padre, pero estaba segura de que poco a poco, el amor que sentía por él, lo cambiaría.
Sin darse cuenta, en nombre del amor, Marcela había caído en una de las adicciones más sutiles y destructivas en las que puede caer un ser
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2013
humano: La Codependencia o adicción a una relación. Esa adicción paradójica en la que por controlar a otra persona terminó siendo controlada; en la que por tratar de hacer que otro viera la luz, terminó sumida en la oscuridad de la incapacidad de verse a sí misma; en que por tratar de liberar a su pareja de la esclavitud, terminó siendo esclava.Comenzó a descuidar sus estudios y su vida, por tratar de controlar la manera de beber de Luis; esas conductas que tanto criticó en su madre, ahora eran lo más normal en su vida; hacía grandes esfuerzos por "aparecer casualmente" en los lugares en donde él estaba bebiendo; rehusaba invitaciones a fiestas o paseos, para quedarse en casa marcando repetidamente el número de celular de Luis, obviamente sin recibir contestación alguna. Cada vez que Luis se perdía, se sentía culpable; ella había fallado en algo; se sentía responsable de los sentimientos, pensamientos, acciones, elecciones, deseos, necesidades, bienestar, malestar y destino final de Luis; trataba de complacerlo en todo para tenerlo a su lado; le hacía comidas suculentas; tenía relaciones sexuales con él sin desearlo; tenía relaciones sexuales cuando hubiera preferido que él la abrazara y le dijera que la amaba; tenía relaciones sexuales cuando se sentía enojada y herida; se apropiaba de sus problemas y trataba de ayudarlo en todo. A veces se sentía loca y se preguntaba cómo sería ser normal.
Una vez Luis la gritó y la abofeteó delante de sus amigos. Ella se envalentonó y le pidió que la respetara. Luis le dio la espalda y se fue
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caminando sin decir palabra. Ella, salió corriendo detrás de él pidiéndole perdón.La relación con Luis duró Nueve años. El final de su educación secundaria y toda su vida universitaria. Aunque ya no era la estudiante perfecta, seguía obteniendo muy buenos resultados académicos a pesar del tiempo y la energía que invertía en tratar de controlar a Luis. Él ya había tenido varios deslices con otras mujeres, uno de los cuales le había acarreado la responsabilidad de un hijo, pero Marcela lo seguía aceptando; al fin y al cabo; "nadie era perfecto". Finalmente un día Luis decidió dejar a Marcela para formalizar una relación con Andrea, una compañera de oficina que lo despreciaba; anteriormente
había tenido algunas aventuras con ella y siempre lo había dejado por otro hombre.
Marcela no podía dejar de pensar obsesivamente en Luis; en lo enfermo que estaba al enamorarse de una abusadora, maltratadora y destructora como Andrea. Sin Luis se sentía como un cascarón vacío e inservible. Él era la luz de su existencia. Lo único que le producía esporádicamente una sensación de plenitud. Sin él no era nada. No se sentía capaz de enfrentar los desafíos de la vida; no le provocaba ir a cine, a comer, bailar, ni hacer nada. Todas las noches llegaba del trabajo a su casa, se encerraba a ver televisión hasta que se quedaba dormida, y al día siguiente se levantaba a trabajar y a repetir el mismo ciclo. En ese momento, habría dado cualquier cosa, habría renunciado
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lo que fuera, por volver a recibir las migajas de afecto que Luis le daba.Así pasaron unos dos años, hasta que conoció a Enrique. Era un compañero de oficina, ocurrente y gracioso que la hacía reír cuando le contaba sus historias. Un día la invitó a comer, después se fueron a bailar, y terminaron la noche teniendo relaciones sexuales.
Enrique fue claro al explicarle que quería ser un buen amigo; nada más. Ella lo aceptó así. En la oficina eran compañeros de trabajo y los viernes en la noche salían a dar rienda suelta a toda la pasión reprimida. Luego se despedían, no se veían más durante el fin de semana y la semana siguiente repetían el ciclo.
Marcela tenía veinticinco años, unos ingresos estables, había terminado su especialización y decidió independizarse para alejarse de la disfuncionalidad de su núcleo familiar.
Tan pronto como comenzó a vivir sola, pasaba más noches con Enrique. Él iba a su apartamento dos o tres veces a la semana, tenía relaciones sexuales con ella y luego se iba para su casa. Ella comenzó a hacer cosas para que se quedara. También hizo cosas intentando obtener un mayor compromiso, compasión o ayuda de Enrique, como mentirle diciendo que creía estar embarazada, o que tenía problemas económicos. Esas conductas actuaban como un repelente contra Enrique, quien desaparecía hasta que ella le contaba que ya había
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salido de sus apuros. Entonces todo volvía a la normalidad de las dos o tres relaciones sexuales por semana.A Marcela le molestaba que Enrique coqueteara descaradamente con otras compañeras de oficina delante de ella, que no se comprometiera, que ya prácticamente no hablaban, que solo la buscaba para sexo y luego la abandonaba.
Sentía que se repetía la historia, que su vida era otra vez vacía e infeliz y que entre los contados y cortos instantes de relativa alegría con los abrazos y caricias de Enrique, su vida era un océano de ansiedad y desasosiego. En ese momento pensó que él podría tener algún problema de adicción al sexo, decidió que no quería, como su madre, envejecer sumida en una relación con un adicto. En ese momento llegó buscando ayuda para Enrique.
Lo más difícil para ella, fue dejar de mirar hacia los demás, y comenzar a mirar hacia adentro. Con dolor, se dio cuenta de que se le facilitaba más adivinar lo que los otros pensaban o sentían, que saber qué era lo que ella sentía y necesitaba. Empezó a buscar dentro de sí, qué era lo que la llevaba a relacionarse con personas problemáticas, poco afectivas y herméticas emocionalmente.
Una vez tomó conciencia de su codependencia y comenzó a trabajar en ella, su vida cambió radicalmente. No solamente sus relaciones sentimentales, sino todas sus relaciones comenzaron a basarse en el respeto y el amor. Pero lo más importante, es que Marcela ha acogido
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a esa niña abandonada y necesitada de cariño, caricias, afecto y aprobación que había dentro de sí, la ha amado con todo su ser, le ha enseñado que vale por lo que es, no por lo que hace para los demás... y al mejorar la relación consigo misma, ya no necesita llenar sus vacíos con otras personas. En este momento tiene una relación sentimental que no la debilita, ni consume todas sus energías, sino la fortalece.A veces se obsesiona, con los problemas de las personas en los realities y quisiera decirles qué hacer o sacarlos de su sufrimiento; a veces quisiera decirle al presidente cómo manejar el país o escribirle una carta al presidente de los Estados Unidos y hacerle caer en cuenta de sus errores, pero rápidamente se acuerda del fondo que tocó por estar pendiente de las vidas de otros y recupera su rumbo. Ahora dedica parte de su tiempo a lo que tanto soñó: Escribe textos
hermosos que reflejan sus sentimientos, que espera publicar algún día y que seguramente compartiremos pronto en esta colección.
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Otras historias
A raíz de la publicación del Post "Codependencia (la historia de Marcela) he recibido muchos mensajes de personas, que han querido compartir sus testimonios.
Espero que les guste este pequeño collage de testimonios, (algunos escalofriantes), sobre "adicción a las relaciones" o "codependencia". Esta problemática se manifiesta de formas muy diversas. Estas historias son solo un abrebocas, pero espero que sean suficientemente ilustrativas.
Andrea nos cuenta su historia:
Amo a mi novio más que a mi vida misma. Me trata como la mujer más bella del mundo, es un amor... ¡lo amoooo!... pero me a sido infiel varias veces.
No puedo soportar eso; me duele en el alma; no puedo perdonarlo; sudo frio; lloro del rabia; siento que me hierve la sangre y que me voy a morir; ¡siento un vacío inmenso en el pecho!
Cada vez que recuerdo su infidelidad me provoca matarlo y salir corriendo, pero no puedo dejarlo.
Quiero dejar de ser codependiente y terminarlo sin que me importe más.
No quiero terminar en un manicomio. Siento que esta experiencia emocional ha sido tan fuerte, que está afectando mi capacidad de juicio. Tanta rabia y tanta tristeza van a acabar conmigo. Si no termino haciendo una barbaridad y metida en la
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cárcel o en un manicomio, voy a terminar en una clínica con un cáncer o un infarto.No sé por qué lo hace. Lo peor es que trato de buscar explicaciones y entenderlo. Cada vez que cae en lo mismo, me ruega y dice que no volverá a hacerlo nunca más... ¡y yo le creo! Quiero ponerle fin a esta relación tormentosa que está acabando conmigo emocionalmente, pero lo único que logro es llorar, encerrarme, no salir de mi cuarto, no saber nada de la vida... y hundirme en mi propia miseria.
Por su parte, Arturo nos dice:
Yo no sabía que había un problema en mí. Ella me coqueteó y yo le puse atención.
Yo estaba solo y bien; ella recién divorciada. Terminé hundiéndome hasta el cuello en esa relación. Nos fuimos a vivir juntos, yo adopté a los chiquitines, y el propósito de mi vida se
volvió sacar adelante esa familia ¡De verdad amaba a mi familia con todo mi corazón!
A pesar del maltrato y la neurosis de ella; a pesar de su alcoholismo y de que se transformaba en un monstruo cuando bebía; a pesar de sus múltiples ofensas, yo seguía ahí pegado con mi firme compromiso de sacarla adelante.
Hasta que un día se fue otra vez con el padre de los niños. Me dijo que no había dejado de quererlo nunca y que él era el verdadero padre de sus hijos.
¡Casi me enloquezco! En un instante perdí a toda mi familia; mi única razón para vivir. Odié a esa mujer con toda mi alma.
CODEPENDENCIA
2013
Extraño mucho a los niños pero sé que ella los adora y ellos están felices de ver a sus padres juntos.Me he dado cuenta de que soy codependiente. Necesito estar al lado de alguien necesitado para sentir que valgo. ¡Voy a buscar ayuda!
Margarita también ha querido compartir con nosotros algo de su vida: Tuvimos un noviazgo de tres años. Él era un derrochador, pero pensé que se corregiría cuando tuviera compromisos y
obligaciones...
En dos años de casados, me engañó todo el tiempo con asuntos de dinero.
No me dijo que tenía deudas cuando nos casamos. Si me hubiera dicho, todo estaría cancelado. Cuando llegaba un dinero extra, proponía salir de compras y yo aceptaba pensando que nuestra situación financiera estaba en orden. Hasta creí que teníamos unos ahorros... ¡que desaparecieron!
Él comenzó a darme señales y cuando fui a revisar la cuenta, pude ver que no quedaba un centavo. Y otra vez me salió con lo
mismo: "Debo un poco de dinero".
La primera vez vendió su carro para pagar, pero todavía quedó debiendo y yo no sabía. La segunda me prestaron mis padres. Ya les pagué. La última vez le iba a ayudar nuevamente, pero me dijo que ya no me quería.
Ahora me pide disculpas y me dice que fue un momento de "ira e intenso dolor"... pero analizando bien la situación y la forma como venía la relación, me doy cuenta de que era cierto.
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2013
Seguramente necesita más dinero y por eso quiere que volvamos.Gracias a Dios me dijo que no me quería. Si no hubiera sido por eso, lo habría ayudado otra vez y otras mil veces.
Pero gracias a tu artículo me di cuenta de que no tenía una pareja. ¡Yo había adoptado a un hijo! He identificado ese patrón
con todas mis parejas. Yo misma los invalido. Necesito que me necesiten ¿Por qué busco muchachitos así?
Yo pensaba que solo él era el del problema... con su pereza, sus comentarios insulsos, su intolerancia, sus discusiones sin argumentos sólidos, su incapacidad para verse a sí mismo y aceptar sus errores. Pero ahora me he dado cuenta de mi parte en el problema ¡Eso me ha dado más duro que el mismo divorcio! Aceptar que necesito ayuda y que si no la busco, voy a terminar repitiendo esto durante toda mi vida.
También me parece importante mostrar el compartir de Pedro:
Creo que estoy en una relación destructiva. Yo sé que ella no me quiere y sigo ahí porque siento literalmente que se me va la vida, el autoestima, el sentido de la propia valía y el propósito de todo lo que hago.
La llamo, le ruego, me arrodillo, lloro y finalmente logro (eso creo) que ella deje al otro hombre y vuelva conmigo por lástima. Eso ha sucedido muchas veces. Una de las veces volvió embarazada. No sé por qué sigo con alguien que cada vez que quiere va y se acuesta con otros hombres y hasta convive con ellos. Y luego vuelve conmigo haciéndome sentir que lo hace por lástima, porque no valgo nada.
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2013
Necesito un grupo o centro que me ayude porque esta situación me está destruyendo.Mildred nos envía una historia escalofriante:
Yo me considero una mujer exitosa, hago lo que me gusta, tengo un trabajo donde me encuentro muy bien y me siento bonita. Sin embargo, estoy metida hasta el cuello en una relación de codependencia con mi ex.
Terminamos hace unos años porque él era adicto a las drogas, pero nunca lo pude olvidar. Ahora está en la indigencia y yo he perdido todos los límites; le soporto todo, absolutamente todo. Me encuentro dispuesta a todo con tal de estar cerca de él y eso me está acabando. Le he aceptado propuestas indecentes, ha traído a mi casa amigos espantosos, se desaparecen mis cosas, y hasta me ha gritado, insultado y golpeado delante de otras personas.
Esto ha tenido consecuencias serias para mí, en muchos sentidos, incluyendo la salud.
Necesito ayuda, pero me da miedo, pues creo que lo primero que me van a decir es que termine con la relación... y sin él a mi lado yo definitivamente no tengo nada que hacer... no soy nada. Y para terminar con broche de oro, un testimonio laboral como el de Alberto:
Mi jefe es una abusadora, maltratadora, destructora de autoestimas. Todos los días me grita. Me dice cosas como: "¡Sirva para algo!", "¡haga valer lo que se le paga por su trabajo!", "inútil", "imbécil" y cuando me hago el que no me doy por aludido, me dice: "¡Oiga cretino! ¡es con usted!".
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2013
Lo peor de todo es que soy el empleado más solícito. El único que se queda horas extras; el que viene los sábados y domingos cuando hay entregas de informes.Todo lo que hago es buscando su aprobación y aceptación. Una aceptación que nunca llega y nunca llegará. Y yo cada vez me sumerjo más en ese círculo autodestructivo.
El año pasado mi esposa me dejó convencida de que yo tenía un affaire con mi jefe porque me la pasaba todo el tiempo, de día, de noche, fines de semana y festivos, en la oficina.
Me quedé solo y lo tenaz es que todavía no he conseguido la más mínima aprobación o consideración por parte de mi jefe. Pero al menos, me he dado cuenta de que tengo un problema y voy a comenzar a hacer algo al respecto...
He conocido a muchas personas en situaciones parecidas. Curiosamente son muy buenas para dar consejos a otros, pero no aplican los consejos en sus propias vidas.
Antes de que digas "qué horror" al ver los casos aquí expuestos, te invitaría a que buscaras identificarte más que juzgar.
La buena noticia si te llegas a sentir identificado con alguna parte de alguna de las historias, es que hay una solución para ti.
La codependencia era una enfermedad prácticamente desconocida hace veinte años. Pero ahora hay una esperanza para todas esas personas que todo el tiempo escuchaban de los demás: "No sea boba", "Aprenda a poner límites", etc.
Ellos pueden dar testimonio de que en su proceso han llegado a mejorar sus relaciones con los demás, comenzando por un trabajo muy fuerte con ellos mismos. A medida que van teniendo una mayor
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2013
fortaleza interior, va siendo para ellos más fácil poner límites con un pleno convencimiento, cambiando y manejando sanamente situaciones que los habían agobiado durante toda la vida.CODEPENDENCIA
2013
La historia de Magnolia
Decidí pedir ayuda porque acababa de terminar una relación sentimental y sentía que me moría.
Pensaba que no podía ser normal; que está bien sentir dolor, pero no ese vacío tremendo que yo sentía. A veces me miraba el estómago para ver si tenía un hueco ahí. La sensación era como si estuviera cayendo de un avión, sin paracaídas, permanentemente. Una eterna caída libre. No podía rendir, no podía concentrarme, no podía pensar en nada. Lo único que tenía era ese vacío sobrecogedor y la sensación de que así no podía seguir viviendo. No sabía qué hacer, sentía una angustia, una ansiedad, un miedo, una incapacidad para vivir la vida; más que miedo, lo que sentía era pánico; pánico por estar sola, a pesar de que toda mi vida había estado sola.
La relación había sido terriblemente disfuncional. Él normalmente no estaba disponible. Se perdía por días, semanas y a veces hasta meses. Mi familia lo odiaba, pues según ellos era el peor novio que pude haber conseguido.
La relación duró siete años.
Comenzamos cuando yo tenía diecisiete años. Ahora pienso que desperdicié los mejores años de mi vida. Desde que nos conocimos él me manipuló para conseguir lo que quería de mí. Yo ni siquiera estaba buscando una relación sentimental. Estaba saliendo del dolor del desamor de la traición de mi mejor amiga quien terminó saliendo con un muchacho que me gustaba.
Pero Jorge comenzó a endulzarme el oído, a convencerme de que me escuchaba, siempre estaba para mí.
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2013
Entonces caí. Caí redondita. Comencé a verme con él a escondidas de mis padres, porque él ya estaba terminando la universidad y yo apenas estaba terminando el colegio. Me invitaba a comer, a algunos planes intelectualoides estúpidos que me hacían sentir en el mundo de los universitarios, pero más importante que todo, me hacía sentir bien. No me sentía sola; sentía que pertenecía allí.De alguna manera, cuando estaba con Jorge desaparecía ese dolor profundo y permanente que había tenido durante toda la vida. Ahora sé que era el dolor de mi propio auto despreció, de mi baja autoestima, de no cumplir con las expectativas que tenía de mí misma, de sentir que era una decepción para mí, para Dios y para el mundo.
Pero en ese momento no lo sabía. Solo me sentía mejor con Jorge y le pedía que me dedicara más tiempo. Todos los días le pedía más y más tiempo, y Jorge cada vez me daba menos.
Terminamos encontrándonos solamente para tener sexo, porque llegué a creer que así era la única forma como él accedía a verme. La pasábamos increíble y luego él se perdía durante largos períodos de tiempo. Me escribía de vez en cuando que estaba muy ocupado pero que apenas se desocupara le gustaría verme... y yo le creía y lo esperaba.
Mi vida era un gran desierto en el que esporádicamente aparecía un pequeño oasis que me daba un poco de energía para seguir viviendo hasta el siguiente oasis.
Nunca me cuestioné la relación. Solamente esperaba las pequeñas dosis de afecto que Jorge me daba con cuentagotas.
Cuando se desaparecía durante meses eran los peores momentos de mi vida. Pero después de dos o tres meses yo comenzaba a sentirme
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2013
un poco mejor, a plantearme algunos propósitos personales, a salir con amigos y amigas, a tener algún pretendiente y a rogarle a Dios que él no volviera a aparecer... pero él como si tuviera un pacto con el diablo, sabía cuándo aparecer y desbarajustar toda mi vida nuevamente.Me llamaba, me mandaba notas, me pedía que nos viéramos, me tiraba anzuelos de todas las formas posibles... hasta que yo picaba y ahí quedaba pegada durante otro año.
Ahora me doy cuenta de que no toda la culpa era de él. Yo podría haberle dicho que no. Pero no sabía que más que amor, lo que yo tenía era una dependencia emocional de él. Yo era una adicta y él era mi droga. Siempre decía que había cambiado, que había vuelto para quedarse, que no se imaginaba la vida sin mí. Me decía lo que yo necesitaba oír. Luego teníamos sexo brusco y él volvía a ser el mismo de siempre.
Como los jíbaros que visitan a los drogadictos rehabilitados y les regalan las primeras dosis para que recaigan, él me llamaba a mí y me ofrecía las dosis de cariño, caricias, afecto y comprensión que yo tanto necesitaba, para después manejarme como una marioneta.
Yo era supuestamente creyente, pero me arrodillaba ante él. Lo convertí en mi Dios. Hacía todo lo que él quería que hiciera. Me comportaba como él quería que me comportara. Todo esto lo hacía para poder escapar de mí misma. De mi dolor. Lo que buscaba era no sentir y no estar conmigo misma. No sabía que la única forma de quitarme ese dolor era sintiéndolo y sanando las heridas emocionales que lo causaban.
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2013
Con el tiempo me he dado cuenta de que no dependía solamente de él. Soy tremendamente susceptible a la crítica, al rechazo y a las respuestas negativas, tanto de mis padres, como de mis amigos, profesores y jefes. Al mismo tiempo la aprobación me producía una especie de éxtasis. Por eso siempre estaba buscando la aprobación de todo el mundo. Vivía esforzándome por hacer las cosas bien en la casa y en el trabajo, para lograr la dosis de aprobación que necesitaba. Así me convertí en la alumna y la empleada perfecta. Nunca decía que no. Nunca incumplía. Todo el tiempo dependía de los demás para poder sentirme bien, porque no podía estar bien conmigo misma. Eso me llevó a volcar mi vida hacia los demás; siempre estaba pendiente de atenderlos, de satisfacer sus necesidades, deseos y demandas. Todo el tiempo estaba atendiendo a los demás y desatendiéndome a mí misma; olvidándome de mi misma. Dejando mis deseos y necesidades para el final.Llegué al punto de no saber qué era lo que yo quería o necesitaba. Sabía muy fácilmente lo que los demás querían o necesitaban, pero me costaba mucho trabajo saber quién era yo. Perdí mi identidad. Creía que me gustaba el fútbol, pero en realidad no me gustaba. Me gustaba estar con Jorge y como él hacía programas para ver fútbol, yo terminé "amando" el fútbol. También decía que la mejor música del mundo era la que Jorge escuchaba, olvidándome de la música con la que crecí, viví mi adolescencia, y me inspiraba para escribir poemas. Pero ahora todo está cambiando. He tenido que sentir dolor. Tenía mucho miedo de sentir el dolor de estar conmigo misma, pero por ese miedo me sumergí en mi propio proceso de autodestrucción que me causó más dolor que nada en este mundo. Ahora sé que si no siento
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2013
el dolor, lo enfrento y lo sano, estaré condenada a depender de los demás para escaparme de mí misma.Sé que la relación terminó porque finalmente yo tomé la decisión de no volver a tener contacto con Jorge.
Él me ha seguido llamando, me ha seguido buscando, me ha llorado, se me ha arrodillado, me ha pedido perdón; ha hecho lo que siempre desee en mis sueños que hiciera. La diferencia está en que en los sueños yo le decía que sí volvía con él, pero bajo ciertas condiciones. Ahora le digo que no quiero saber nada de él ni de sus manipulaciones
diabólicas. Ya le quité el poder que tiene sobre mí. Ya he encontrado mi propio poder.
También estoy descubriendo mis gustos. Me estoy vistiendo como a mí me gusta, no como creo que a otros les gustaría. Cuando voy a un restaurante pido lo que quiero y no lo que me parece conveniente.
Antes, para hacer cualquier cosa, para comprarme un vestido o un celular nuevo, le preguntaba a todo el mundo... y eran tan diversas las opiniones, que nunca pude tomar decisiones que dejaran a todos satisfechos... y terminaba recibiendo críticas. Ahora me doy cuenta de que mi error era invitar a los demás a que se inmiscuyeran en mis asuntos. Ahora compro lo que se me da la gana y cuando alguien amablemente me da su "opinión" que en realidad es una crítica disfrazada, le contesto que cuando quiera su "opinión" se la pediré. Que por lo pronto me deje tranquila, que lo que compré era lo que más se adecuaba a MIS necesidades y que yo lo había decidido.
Poco a poco estoy liberándome de la necesidad de aprobación de los demás. Todavía me falta un largo camino por recorrer, pero lo lindo de
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2013
este proceso es que he recibido regalos desde el día en que lo comencé.La historia de Mercedes
Hola. Soy Mercedes y soy una codependiente en recuperación.
Espero que mi historia y mis fondos truculentos puedan servir para ayudar a otras personas a identificar esta problemática en sí mismas, o a servir de puente para dar esta información a otros codependientes que están sufriendo.
Me crié en un hogar disfuncional, con un padre neurótico y perfeccionista, y una madre cuya misión en la vida era complacer a mi padre.
Mi padre nos atormentó durante toda la niñez con su desprecio por no ser perfectos, por no ser como él quería que fuéramos. Todos sus regaños fueron creando en nosotros las creencias profundamente arraigadas, de que no éramos suficientemente buenos, no podíamos hacer nada bien, no nos merecíamos nada bueno de la vida, y que éramos una especie de error de la naturaleza...
¡Y éramos niños normales! Pero cuando actuábamos como niños, o como adolescentes de acuerdo a nuestra edad, él siempre estaba recriminándonos, criticándonos y preguntándose en voz alta cuándo iríamos a madurar.
MI madre lo dejaba y no nos defendía, pues ella recibía las mismas recriminaciones y malos tratos... y todavía lo hace. Nunca fue capaz de ponerle un límite claro a mi padre, siempre estaba pendiente de que no hiciéramos las cosas que lo sacaban de sus casillas como jugar, saltar, hacer ruido, desordenar, ensuciar nuestra ropa, sacar
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2013
malas notas, etc. De alguna manera, todos en la familia nos sentíamos inferiores a mi padre y nos esforzábamos todo el tiempo por ganar su amor y aceptación... y nunca lo lográbamos. Ahora me doy cuenta de que él estaba enfermo también. Su problema de autoestima era tan terrible, que necesitaba pisotear y minimizar a quienes estábamos alrededor suyo para poderse sentir bien consigo mismo.Desde muy pequeños aprendimos que las cosas de la casa eran más importantes que nosotros. Si se nos regaba el jugo en el comedor, era tan importante el mantel que habíamos manchado, que no importaba traumatizar y destruir de por vida al pobre infante... y ¡ay! De que rompiéramos la ropa. Mi padre decía que si dañábamos la ropa nos la sacaba por la cola... y nos azotaba hasta que quedaba satisfecho. Todavía, cuando se me riega el jugo, lo primero que siento es un miedo incontrolable. Me tiemblan las manos y las piernas se me ponen débiles.
Desde los seis hasta los quince años me comí compulsivamente las uñas. En ese entonces no sabía por qué lo hacía y por qué no era capaz de dejar de hacerlo. Hoy sé que era por ansiedad, por mi sensación de no ser digna de ser amada, que hacía que fuera muy difícil relacionarme con los otros niños.
Estudié en un colegio femenino y en mi curso había subgrupos: El de las Barbies creídas, el de las inteligentes, el de las hiperactivas, el de las chistosas, el de las gorditas, el de las que sobraban, y yo.
Nunca encajé en ninguna parte.
Ahora me doy cuenta de que era inteligente, bonita y buena para los deportes, pero en esa época me consideraba un ser abominable y defectuoso. Sentía vergüenza por existir. Constantemente soñaba con
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mi propia muerte, la cual veía como un descanso del dolor que me producía vivir; sonreía con malicia al pensar que ante mi ausencia algunas personas se sentirían culpables por no haber sido buenas conmigo.Mis padres, en vez de tratar de averiguar por qué no podía evitar comerme las uñas, me golpearon, me echaron ají, me humillaron... y nunca lograron que dejara de comérmelas.
A los catorce tuve mi primer amor, y dejé de comerme las uñas. Aprendí a llenar mis vacíos de otra manera. Ahora me doy cuenta de que fue el primer muchacho que medio se fijó en mí. Mi autoestima era tan baja, que quedé perdidamente enamorada desde el primer piropo. Con él tuve mi primera relación sexual y también mi primera decepción, pues entró a mi vida para repetir el ciclo de mi vida. Todas las personas que pasaban por mi lado me rechazaban y él también lo hizo. Eso era lo que yo sentía. Que todo el mundo me rechazaba.
A los dieciocho me casé con el primero que me propuso sacarme del infierno de mi casa. Por supuesto, mis padres no estaban de acuerdo y me escapé con él en su moto.
Tuvimos que decirle al cura que yo estaba embarazada para que accediera a casarnos.
Desde los dos meses de casados comenzó a salir con sus amigos los viernes. Todas las semanas borracho, me insultaba, me golpeaba y después me buscaba para tener sexo conmigo.
Yo comencé a odiarlo, pero tuvieron que pasar ocho años para que se acabara la relación... y lo peor es que no fue por decisión mía.
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Él terminó abandonándome y quedé destruida. Si ese pseudo-humano me había rechazado, ¡imagínate la piltrafa humana despreciable que yo era!Cuando estaba en medio de mi duelo, llegó a mi vida Ernesto, y como dicen: Un clavo saca a otro clavo.
Ernesto llenó mi vida vacía y sin sentido tan rápidamente, que mi ex esposo llegó a creer que yo tenía una relación con él desde antes de separarnos. Y yo sentía cierto placer viendo cómo se mortificaba al hacer sus películas mentales.
Ernesto era adicto al sexo. Con él accedí a cosas que nunca pensé que le permitiría a una pareja mía.
Le permití meter a otra mujer en la cama, azotarme, amarrarme, en fin, con él experimenté muchas cosas, algunas muy agradables, otras dolorosas y desagradables en el sexo. Él siempre estaba pensando en sexo, sexo y solo sexo.
De pronto un día comenzó a ser más parco en el sexo y yo comencé a sospechar.
Casi me vuelvo loca persiguiéndolo, espiándolo, mirando el historial de su computador, entrando a su correo electrónico y grabando sus llamadas.
Él me decía que yo estaba loca, que era mi imaginación y llegué a creérselo. El peor fondo de codependencia y negación con él lo toqué cuando me contagió con una enfermedad venérea.
Después de que le reclamé, él terminó echándome la culpa, haciéndose el digno y tratándome de puta... Y yo terminé rogándole que no se fuera, y creyéndole. Llorando, le decía que no sabía cómo había llegado esa enfermedad a mí, que debía haber sido en un bus o
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un baño público y que por favor me creyera que no le había sido infiel. Finalmente, después de rogarle como durante un mes, él me "perdonó" y volvió conmigo.Yo seguía obsesionada por los celos y él seguía negándolo todo. Escuchaba sus conversaciones con otras mujeres, veía los correos en los que coqueteaba con ellas, lo perseguía.
Una vez lo seguí hasta un motel a donde entró con otra mujer. Como no me dejaron entrar a armarle un escándalo, lo esperé afuera. Cuando salió me provocaba estrangularlo, le reclamé, lloré... y él me miró como si fuera una lunática y me dijo que habían venido a hacer un trabajo con la administración del motel. Terminé pidiéndole disculpas por mi celotipia y mi locura.
De verdad, yo pensaba que veía cosas que no eran ciertas... Hasta que él se cansó de mis "celos enfermizos" y me dejó.
Casi me muero. ¡Literalmente! Me quedé acostada en la cama sin poder moverme durante quince días. Luego salí a comprar veneno para ratones. Cuando volvía a casa me encontré con una amiga de bachillerato, que apareció como enviada del cielo, pues me contó su historia de codependencia.
Inmediatamente me di cuenta de que yo era adicta a las relaciones. Mi sustancia adictiva eran las otras personas. Las usaba para mitigar mi soledad, para sentirme querida, útil y para encontrarle un sentido a mi vida.
A pesar de los problemas que me traían ciertas relaciones, yo no podía librarme de ellas, ni lograr un cambio por mí misma.
Mi estado de ánimo dependía por completo de las demás personas. Cuando tenía algún reconocimiento en el trabajo, cuando me daban
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tres palmaditas en la espalda, cuando mi pareja me llamaba por cualquier motivo, me sentía útil y necesitada. No puedo decir que querida, porque no creía que nadie me quisiera, pero me conformaba con sentirme necesitada. ¡Necesitaba sentirme necesitada!Cuando mi pareja me decía: "Te necesito". Era el mayor cumplido que podía hacerme.
Pero cuando el señor de la tienda me saludaba un poco seco, pensaba: "¿Qué habré hecho? ¿Por qué estará bravo conmigo?". Y me devanaba los sesos durante toda la semana sintiéndome culpable y pensando en cómo reconciliarme con el señor. Alguna vez hasta le llevé una chocolatina.
Cuando me saludaba normalmente, todo volvía a la normalidad, me sentía en paz con el universo y me enorgullecía de haber logrado que se reconciliara conmigo.
Jamás se me ocurrió que él estuviera pensativo y envuelto en sus propios problemas. Yo sentía una necesidad imperiosa de controlar los pensamientos y sentimientos de todos los que me rodeaban.
En el trabajo siempre estaba disponible. Era la más diligente. Siempre estaba esforzándome por agradarle a todo el mundo... y paradójicamente, con mi melosería y complacencia, lo que más obtenía era eso que tanto quería evitar: Rechazo.
La codependencia marcaba no solo mis relaciones de pareja, sino todas las demás. Todo el tiempo estaba centrada en los demás. Estaba más pendiente de lo que ellos pensaban o sentían que de lo que yo misma pensaba y sentía. Lo que yo quería o necesitaba no era importante. Lo de los demás sí, porque en realidad lo que me movía era la búsqueda de aceptación de los demás. Ese era mi motor, mi
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motivador. Esa necesidad hacía que me comiera algo que no me gustaba y pusiera buena cara; hacía que me aguantara en una posición incómoda durante horas, sin siquiera darme cuenta; hacía que me vistiera, no como a mí me gustaba, sino como creía que les iba a agradar a los demás; hacía que me pudiera trasnochar en el trabajo a cambio de las gracias; hacía que viniera un domingo a trabajar y me dejara gritar por mi jefe, creyendo que eso era "ponerse la camiseta"; hacía que no reclamara cuando me daban menos cambio en el bus, o cuando me traían gaseosa en un restaurante a pesar de haber pedido limonada; hacía que me aguantara mis necesidades fisiológicas por horas; hacía que pensara en qué era conveniente o adecuado decir, matando mi espontaneidad en las conversaciones. Pero gracias a Dios estoy en este momento en el programa de recuperación. Ahora soy consciente de todos mis patrones disfuncionales de conducta.Ahora sé que es más importante feliz que mostrarle a alguien que tengo la razón. Ya no persigo a mi pareja para encontrarlo con las manos en la masa, sino le digo lo que espero de una relación.
Sé que no es una locura desear que mi pareja me diga que me ama; haga proyectos a largo plazo y busque pasar tiempo conmigo; que no me deje los fines de semana para irse a beber con los amigos; que no tenga amantes y que ayude en la casa.
Sé que eso es lo que cualquier persona desearía y en vez de tratar de cambiar a mi pareja, o de perseguirlo para encontrarlo con las manos en la masa; si noto que la relación no está funcionando, le expreso mis deseos y necesidades, que no son para nada egoístas ni egocéntricos.
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2013
Si no me siento satisfecha, puedo tomar la decisión de irme en cualquier momento.En este momento tengo una relación de tres años y medio basada en el respeto y el amor con un hombre maravilloso que ilumina mis días. Estamos pensando en tener un hijo, tenemos un negocio en el que los dos trabajamos pero no estamos juntos todo el día, y cuando nos encontramos en la tarde nos besamos, arreglamos la casa juntos, cocinamos juntos y somos muy felices.
Tenemos conflictos y los arreglamos cediendo cada uno en la parte que le compete. Nos complementamos, pero no dependemos el uno del otro.
Cada día que pasa celebramos un día más de relación y sabemos que si algún día la relación no funciona, cada uno puede seguir su camino. Yo creo que eso es lo que nos mantiene juntos y con tanto amor para dar y recibir.
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2013
La historia de Liana
Soy Liana y soy lesbiana.
Mis amigas, en son de broma me decían Liana la lesbiana. No me gustaba, pero me lo callaba, como me he callado muchas cosas en la vida.
Todo el dolor que me había comido produjo una corriente subterránea de ira que pujaba por salir de la peor forma. A veces sentía ganas de asesinar a las personas que hacían chistes a costa mía. Me provocaba cortarlos en pedacitos y botarlos por el sifón. Pero simplemente me quedaba callada y sonreía. Eso era lo único que había aprendido bien durante toda mi vida. A sonreír y tragarme todo.
En mi casa no se podía expresar rabia o miedo. Solo mi padre tenía permiso de hacerlo... ¡y de verdad lo hacía!
Llegaba borracho, y como loco. Nosotros corríamos a meternos debajo de la cama, muertos del susto. Mi mamá aguantaba sus ataques de ira y a veces sus golpizas.
Al día siguiente, como si no hubiera sucedido nada y fuéramos una familia feliz, todos nos sentábamos a almorzar sonrientes. No decíamos nada.
Sentíamos miedo, pero mi mamá nos decía que sonriéramos para que no provocáramos a mi papá.
Cuando él se enfurecía y tiraba los platos, yo sentía que era mi culpa; que lo había provocado por no sonreír con suficiente entusiasmo.
A los veintidos años, poco antes de graduarme como fisioterapeuta, me fui a vivir con Julieta. Ella llevaba años trabajando como
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fisioterapeuta, era lesbiana, mayor que yo, y me ayudó a salir del infierno que era mi hogar.Como yo no trabajaba, se generó una relación disfuncional con Julieta. Ella era la que mandaba. Yo obedecía.
Ella decía qué hacer, cómo hacerlo, todas las cosas no eran "nuestras" sino "de ella" y yo me sentía arrimada en una casa que no era la mía y ganándome la sopa y la dormida con mi sonrisa y mi desempeño sexual.
Me dio mucho afecto, pero también fue muy dura conmigo. Algunas veces que no accedía a sus antojos sexuales, me hacía bajar de la cama y dormir en el piso.
Yo no tenía adónde irme. Lo único que pude hacer fue aceptar el primer trabajo mediocre y mal pago que me ofrecieron, para comenzar a poner límites dentro de la relación.
Como ganaba dinero, podía irme así fuera a vivir en un cuarto cuando quisiera. No podía porque dependía emocionalmente de Julieta, pero el hecho de que se abriera la posibilidad de irme, hizo que ella cambiara... al menos por un tiempo.
Claro que parece que yo quisiera que me dominara, pues todo el tiempo pedía su aprobación para todo. Para comprarme un vestido, le preguntaba a ella. Para comprar un celular, lo consultaba con ella. Para tomar cualquier decisión trataba de adivinar qué quería ella, o se lo preguntaba.
Así comencé a vestirme como a ella le gustaba, a pedir en los restaurantes lo que ella me sugería, y a esforzarme en todos los aspectos por ser lo que ella quería que yo fuera.
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2013
Lo último que hice fue darle la tarjeta del banco para que manejara mi dinero.Ahí comenzaron los maltratos nuevamente.
Un tiempo después, con mucho dolor estaba yéndome de su lado.
Fue una de las decisiones más dolorosas de mi vida. No podía vivir con ella, y sentía que sin ella la vida no tenía sentido. Pensé seriamente en el suicidio durante el primer año.
Julieta se las arregló para estar siempre cerca, lo que no me permitió cerrar completamente ese ciclo. Seguíamos hablándonos, ella seguía dándome consejos sobre cómo comportarme, qué hacer, cómo vestir... ella siempre ha sido muy dominante, y creo que yo necesitaba a alguien que me dominara para sentirme amada.
Finalmente ella comenzó a salir con alguien y yo casi me muero nuevamente. Entonces tomé la primera decisión pensando en mí en toda mi vida. Dejé el trabajo donde me explotaban y conseguí uno en donde me explotaban menos.
Eso me dio un respiro. Pude irme a vivir a un apartamento compartido con otras tres amigas fisioterapeutas. Una de ellas era lesbiana como yo.
No sé bien cómo sucedió todo, porque yo estaba muy melancólica todo este tiempo, pero creo que fue algo así como: Yo, lesbiana... tú, lesbiana... yo, sola... tú, sola... la casa sola...
Oriana se fue convirtiendo en alguien muy importante en mi vida. Me la alegró. Volvió a traer el color cuando todo era en blanco y negro. Hasta que Julieta volvió a aparecer. Bueno... le permití a Julieta volver a meterse en mi vida.
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Me llamó supuestamente interesada en mi bienestar y terminamos acostándonos un par de veces. Oriana no lo supo.Luego, Julieta nos propuso que nos fuéramos a trabajar a la IPS en la que ella estaba. Ella era la directora de fisioterapia y supuestamente nos podía ayudar. Cuando conoció a mi novia me felicitó. Me dijo que era muy bonita.
Terminamos trabajando las tres juntas y ahí comencé yo a padecer. Desde el primer día Oriana me dijo que Julieta no hacía sino mirarla. Confronté a Julieta y ella dijo que Oriana era una buscona, que todo el tiempo estaba coqueteándole y "ofreciéndosele".
Oriana y yo peleamos, Julieta nos dijo que si queríamos nos podíamos ir, que ella solamente intentaba sacarnos de la m..., pero que si nos gustaba la m..., podíamos irnos a seguir revolcándonos en nuestra propia m...
Seguimos trabajando allí sin ponerle más atención a Julieta, hasta que Oriana me dijo que no se aguantaba más el acoso de ella.
Decidí confrontarla un día enfrente de su novia. Las vi juntas y le reclamé a Julieta por acosar a mi novia.
Tanto Julieta como su novia, se fueron encima de mí diciéndome que aprendiera a controlar a mi "noviecita", que ella era la que todo el tiempo buscaba a Julieta y que estaba atentando contra la "hermosa" relación que ellas tenían.
Me sentí estúpida, sin saber qué hacer y tremendamente insegura. Ese fue el comienzo de una época terrible en la que todo el tiempo estaba espiando a Oriana, a Julieta, viendo cómo hablaban, cómo se miraban y sufriendo mucho... sin demostrarlo por supuesto. Siempre tenía una sonrisa en la cara.