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Perspectivas para la Economía Mundial

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Academic year: 2021

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(1)

Perspectivas

para la

Economía

Mundial

Crisis, Finanzas y Crecimiento

Apéndice: Perspectivas Económicas Regionales

Europa y Asia oriental

(2)

© 2010 Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial

1818 H Street NW

Washington, D.C .20433, EE.UU.

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Europa y Asia central

Acontecimientos recientes

Europa y Asia central4 ha sido la región en

desarrollo más perjudicada por la crisis financiera mundial, aunque el impacto ha sido muy variable. Se calcula que el PIB agregado se contrajo 6.2 por ciento en 2009, casi el doble del declive de 3.3 por ciento previsto para los países de ingresos altos y más de cuatro veces mayor (2.2 por ciento) al registrado en el resto de los países en desarrollo, con excepción de China e India (cuadro A3).

La severidad del impacto de la crisis en la región refleja la preexistencia de vulnerabilidades significativas en muchos países. Numerosas economías eran sumamente dependientes del financiamiento externo debido a la excesiva expansión del crédito permitida por los bancos extranjeros, lo que se sumó a grandes déficits en cuenta corriente, elevados niveles de deuda externa y considerables desajustes cambiarios en los pasivos de las empresas y los hogares. En consecuencia, la región fue especialmente vulnerable a la contracción de los flujos de capital que caracterizaron las fases iniciales de la crisis financiera.

Apéndice: Perspectivas económicas regionales

95 -05 a 2006 200 7 2008 2009 e 201 0 f 2011 f

PIB a precios de mercado (en dólares de 2005 constantes) b 4.1 7.6 7.1 4.2 -6.2 2.7 3.6 PIB per cápita, cons t. US$ 4.0 7.5 7.1 4.2 -6.2 2.6 3.5 PPP GDP c 4.0 7.7 7.4 4.5 -6.5 2.7 3.6 Consumo p rivad o 4.8 7.5 9.2 6.4 -4.6 2.2 3.3 Consumo p úblico 2.0 6.0 5.2 4.1 2.3 2.1 2.6 Inversión en capital fijo 4.7 16.5 14.2 8.7 -16.5 4.1 4.7 Exportaciones de bienes y servicios d 7.9 8.1 7.1 3.9 -13.2 4.3 6.6 Importaciones de bienes y servicios d 8.7 13.9 17.9 9.0 -12.9 3.7 6.0 Exp. netas, influencia en el crec. 0.1 -1.5 -3.4 -1.9 0.3 0.1 0.0 Bal. en cuenta corr, % de PIB 0.9 1.1 -0.6 -0.3 0.5 0.4 0.2 Deflactor del PIB, med, mon eda local 1 8.8 9.3 7.7 9.5 3.5 6.7 4.0 Equilibrio fiscal, % del PIB -5.5 3.0 2.4 0.7 -6.2 -4.5 -3.4

Partidas pro memoria Países en transición 4.0 6.9 5.7 3.0 -4.1 2.2 3.8 Europa central y oriental 3.8 6.8 6.8 5.0 -2.5 1.3 3.5 CEI 4.1 8.3 8.4 5.4 -8.1 3.1 3.3 Federació n de Rusia 3.9 7.7 8.1 5.6 -8.7 3.2 3.0 Turquía 4.3 6.9 4.7 0.9 -5.8 3.3 4.2 Polonia 4.3 6.2 6.7 4.9 1.6 2.2 3.4

Cuadro A3. Europa y As ia Central - Resumen de la s perspectivas

(variación porcentual anual, a menos que se indique lo co ntrario)

Fuente : Banco Mundial.

(a) Las tasas de crecimiento para los intervalos son promedios compuestos; la influencia en el crecimiento, los coeficientes y el deflactor del PIB son promedios.

(b) PIB en dólares de 2005 constantes.

(c) PIB medido en función de factores de ponderación de la paridad del poder adquisitivo. (d) Exportaciones y importaciones de bienes y servicios no atribuibles a factores. (e) Estimado.

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La fuerte reducción de la demanda externa de exportaciones, la disminución de los flujos de inversión extranjera directa a la mitad y la caída de las remesas exacerbaron la crisis de confianza entre los inversionistas y restringieron el crédito, lo que provocó una dura contracción de 4.6 por ciento, así como una disminución de 16.5 por ciento en la inversión fija bruta durante 2009, luego de registrar expansiones de 6.4 por ciento y 8.7 por ciento, respectivamente, en 2008. El efecto de la crisis fue mayor en países donde los hogares y las empresas tenían grandes deudas en moneda extranjera (Armenia, Bulgaria, Letonia, Lituania, Rumania, Ucrania y Turquía), y donde el crecimiento antes de la crisis dependía en gran medida de los flujos de capital extranjero (destacan Letonia, Lituania, Bulgaria, Georgia, Ex República Yugoslava de Macedonia, República de Moldavia, Montenegro y Rumania, con déficits en cuenta corriente equivalentes a 10 por ciento o más del PIB en 2008). Al mismo tiempo, los exportadores de petróleo (Rusia y Kazajstán) y otros exportadores de productos básicos (Ucrania) también resultaron seriamente golpeados por el desplome de los precios internacionales de esos bienes.

El decaimiento sostenido del financiamiento internacional ha obligado a hacer ajustes drásticos en la demanda interna. Las entradas brutas de capital a la región cayeron 65 por ciento durante los tres primeros trimestres de 2009 en comparación con los del mismo periodo de 2008, casi el triple de la baja de 19 por ciento experimentada por otros países en desarrollo (figura A8). Esta disminución de los flujos refleja en primer lugar la sequía de préstamos de consorcios bancarios, que representaron 60 por ciento de los flujos totales a la región antes de la crisis (2007). Aunque el crédito bancario permanece muy debilitado, los flujos de bonos y capital accionario a los países de la región empezaron a recuperarse en el tercer trimestre, lo

que refleja en cierta medida el sustancial apoyo de las instituciones financieras internacionales. Como indicio de la reducción de los flujos de capital (y de las correspondientes disminuciones de la demanda interna), los déficits en cuenta corriente en la región han ido a la baja, y Lituania y Bulgaria han reportado, en puntos porcentuales, mejorías de dos dígitos en sus posiciones de cuenta corriente como proporción del PIB (figura A9). A raíz de los recortes al gasto, las necesidades posteriores de financiamiento de la región disminuyeron, al tiempo que la ayuda externa y persuasión contribuyeron a evitar que el acceso al financiamiento externo tuviera una caída tan fuerte como se esperaba desde el comienzo. Como consecuencia de estos acontecimientos, las condiciones de financiamiento han mejorado. Los diferenciales sobre deuda soberana, que se dispararon en el tercer trimestre de 2008 y hacia

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el primer trimestre de 2009, han disminuido desde entonces. Por ejemplo, en el caso de Ucrania, los diferenciales sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos saltaron de 3,100 a 3,660 puntos base en marzo de 2009, y para finales de noviembre ese margen había regresado a 768 puntos base. Esta mejoría en las condiciones de mercado también se ha visto favorecida por un relajamiento de las presiones inflacionarias, que ha permitido que las políticas monetarias se concentren en amortiguar la depresión. Muchos gobiernos también aplicaron políticas fiscales contracíclicas para impulsar la demanda interna. Estas dos medidas, la profundidad de la recesión y el debilitamiento de los precios de los productos básicos, propiciaron que los déficits gubernamentales se incrementaran a cerca de 7 por ciento del PIB, al pasar de un superávit de 0.7 por ciento en 2008 a un déficit de 6.2 por ciento del PIB en 2009. Aunque la actividad económica en Europa y Asia central sigue deprimida, el ritmo de la contracción se está moderando. De esta manera, aunque la producción industrial en la región comenzó a expandirse a una tasa anualizada de 4.8 por ciento en el segundo trimestre, el resultado obtenido en se mantuvo en 6.0 por ciento menor al reportado en el mismo mes de 2008, antes de la crisis (figura A10).

En Rusia se considera que la recesión de 2009 fue mucho más aguda que aquella que siguió a la crisis de 1998. Se calcula que durante la recesión de 2009 el PIB cayó 8.7 por ciento, contra 5.3 por ciento en la crisis de 1998, el mayor desplome del crecimiento desde la desintegración de la Unión Soviética5. Esta contracción refleja tanto factores externos (se estima que la demanda de importaciones entre los principales socios comerciales de Rusia decreció 15 por ciento en 2009) como internos (una caída de 18 por ciento en la inversión y una contracción de 4.7 por ciento en el consumo privado). A raíz de la desaceleración económica

generalizada, la inflación ha caído por debajo del nivel de 10 por ciento y el Banco Central ha recortado varias veces su tasa de refinanciamiento, que es casi de cero en términos reales. El gobierno también ha puesto en marcha un amplio programa de estímulo fiscal con el cual se espera que el presupuesto fiscal pase de un superávit equivalente a 4.3 por ciento del PIB en 2008 a un déficit de 7 por ciento del PIB en 2009.

Se prevé que la economía de Turquía se haya contraído 5.8 por ciento en 2009, en línea con el retroceso de 5.7 por ciento registrado durante la crisis de 2001, y sufrió la mayor caída desde 1969. La economía resultó golpeada por una retirada de inversionistas y por la fuerte astringencia de la demanda en los mercados de exportación, principalmente de Europa occidental y oriental, cuyas economías padecieron algunas de las desaceleraciones más severas del mundo. La baja se agudizó en el primer trimestre de 2009, cuando llegó a 14.7 por ciento en comparación con el año anterior, pero la tasa de contracción se redujo significativamente a 3.3 por ciento en el tercer trimestre, en un cambio de tendencia relativamente rápido. El desempleo ha repuntado y ha contribuido al marcado declive del consumo privado y la inversión fija. Como los volúmenes de importación disminuyeron aún más rápido que los de exportación, el déficit en cuenta

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corriente mejoró, de un estimado de 3.3 por ciento del PIB en 2008 a 1.9 por ciento del PIB en 2009. Para apoyar la demanda interna, el Banco Central de Turquía ha reducido a menos de la mitad su principal tasa de referencia, al recortarla en 1,025 puntos base a octubre de 2009, después de ubicarse en 16.75 por ciento en octubre de 2009.

Las condiciones económicas de los cinco países en desarrollo que son nuevos miembros de la Unión Europea siguieron empeorando durante el primer semestre de 2009, con una contracción interanual de la producción real de 3.8 por ciento en el primer trimestre, y un retroceso de 4.8 por ciento en el segundo trimestre. Debido en parte al fortalecimiento de la demanda en los países europeos de ingresos altos, el crecimiento se fortaleció en el tercer trimestre de 2009, y en el periodo junio-agosto la producción industrial avanzó 8.9 por ciento a tasa anualizada.

Entre estos cinco miembros de la Unión Europea que son países en desarrollo6, Polonia es el que

mejor ha resistido la tormenta económica y uno de los pocos entre los 24 países en desarrollo de Europa y Asia central que no sufrieron una caída de su producción. El buen desempeño de Polonia refleja la relativa resistencia de sus sectores de servicios y agrícola luego que la producción industrial cayó 9 por ciento en el primer semestre de 2009 en comparación con el mismo periodo de 2008. Las exportaciones netas también mostraron cierta resistencia e hicieron una aportación positiva al crecimiento.

Fuera de Polonia, las otras cuatro economías en desarrollo que ingresaron a la Unión Europea experimentaron marcadas contracciones en su producción durante 2009, tras el colapso del auge crediticio y la contracción de la demanda en Europa occidental. Las economías de Letonia y Lituania experimentaron una presión considerable antes de que comenzara la fase aguda de la crisis, exacerbada por el aumento de la aversión internacional al riesgo y por las

preocupaciones sobre la sostenibilidad del vínculo entre sus monedas y el euro, debido a los grandes desequilibrios acumulados. El impacto de la crisis global fue más severo en Letonia y Lituania. Se calcula que el PIB en ambos países cayó mucho más de 10 por ciento en 2009. Los cuatro países enfrentaron la crisis con déficits muy cuantiosos en cuenta corriente Aunque el colapso de la demanda interna ha mejorado sus posiciones externas, aún enfrentan fuertes obligaciones de deuda externa que han socavado el entorno para los negocios y la inversión. En la Comunidad de Estados Independientes, se prevé que Ucrania reportará en 2009 la mayor contracción del PIB: 14.5 por ciento, de hecho, una de las más fuertes del mundo. El desplome de los precios de los metales en 2008 afectó a esta economía, donde los metales no preciosos representan más de 40% de los bienes de exportación. Más aún, las tensiones políticas previas a las elecciones presidenciales de enero de 2010 ocasionaron que el gobierno haya retrasado la aplicación de todas las políticas planteadas por el FMI (como aumentar el precio del gas para los hogares), como parte de un acuerdo de derecho de giro por 16,400 millones de dólares firmado en noviembre de 2008. Así, aunque el gobierno ha logrado algunos avances para cumplir sus compromisos con el FMI, parece que la liberación del último paquete de 3,700 millones de dólares se pospondrá hasta después de las elecciones. Esta incertidumbre — aunada a la actual inestabilidad política— ha socavado la confianza y propiciado la depreciación y la volatilidad de la grivna, que se devaluó 50 por ciento contra el dólar en 2009. En los cinco países de Asia central que forman parte de la Comunidad de Estados Independientes las condiciones económicas han sido relativamente más robustas7. Sin embargo,

esta imagen de conjunto oculta grandes diferencias en el desempeño de cada país. En Turkmenistán y Uzbekistán —dos de las

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economías menos abiertas de la Comunidad de Estados Independientes y exportadoras de gas natural—el impacto de la crisis global fue moderado. Además, estas economías se beneficiaron de la aplicación de medidas de estímulo fiscal, y se estima que alcanzaron las mayores tasas de crecimiento del PIB en la región de Europa y Asia central, con 8 y 5.5 por ciento, respectivamente. El crecimiento en Tayikistán y República Kirguisa se mantuvo a flote gracias a un aumento de la producción agrícola, resultado de buenas cosechas. En contraste, el PIB de Kazajstán se contrajo debido a la caída de los precios del petróleo y sus efectos fiscales.

Entre los tres países del Cáucaso8 que forman

parte de la Comunidad de Estados Independientes, la crisis mundial tuvo un impacto particularmente fuerte en Armenia y, en menor medida, en Georgia. En este último país la economía también resultó afectada por el conflicto con Rusia en 2008. En la mayoría de los demás países de Asia central y el Cáucaso, la debilidad de la economía —en particular la marcada reducción de la demanda comercial de Rusia, los bajos precios del petróleo y los productos básicos y una significativa disminución de los flujos de inversión y las remesas— se ha visto compensada parcialmente con el apoyo económico sostenido de Rusia. En términos generales, se calcula que en 2009 el número de personas pobres o vulnerables en la región de Europa y Asia central (con base en una línea de pobreza de cinco dólares al día) se incrementó en alrededor de 10 millones, en comparación con lo que habría ocurrido de no presentarse la crisis. La contracción de la actividad económica ocasionó que la tasa media de desempleo en comparación con agosto de 2008 se incrementara en 2.5 puntos porcentuales en los 10 países que reportaron información. Se espera que el desempleo se mantenga elevado por algún tiempo, lo que restringirá el gasto de

los hogares y contribuirá a incrementar las tasas de pobreza. Debido en parte a un mayor desempleo en los países receptores de migrantes (en particular la Unión Europea y Rusia), se calcula que las remesas disminuyeron 15 por ciento en 2009, lo que generará presiones adicionales para los hogares pobres. El impacto macroeconómico de la caída de las remesas será mayor en países como Albania, Armenia, República de Moldavia y Tayikistán, donde esos envíos de dinero representan entre 9 por ciento del PIB (Armenia) y 50 por ciento (Tayikistán). Se estima que en este último país una disminución de 30 por ciento en el flujo de remesas puede provocar que un 5 por ciento adicional de la población caiga en la pobreza9.

Perspectivas a mediano plazo

Se prevé que la recuperación del crecimiento económico en la región será un proceso lento y caracterizado por un aumento de la pobreza. El PIB crecería un modesto 2.7 por ciento en 2010 y 3.6 por ciento en 2011. Esta tendencia contrasta de manera notoria con el crecimiento promedio de 7 por ciento observado en la región de 2003 a 2007, y con el crecimiento agregado previsto para otros países en desarrollo, de 5.6 en 2010 y de 6.1 en 2011. Aunque un repunte de la demanda en partes de Europa y Asia, combinado con la estabilidad y/o un ligero aumento de precios de los productos básicos, podría favorecer un reestablecimiento de las exportaciones regionales, la débil recuperación de la Europa desarrollada resultará en un crecimiento relativamente bajo de las exportaciones totales. De manera similar, se espera que la inversión extranjera directa —que tiene una estrecha relación con la actividad comercial—y los flujos de crédito permanezcan en niveles significativamente menores a los observados antes de la crisis.

En tanto, el excesivo apalancamiento del sector privado de la región, la debilidad de la banca y el

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endeudamiento de los hogares opacarán la recuperación de la demanda interna. El aumento de impuestos, los recortes al gasto público, el crecimiento del desempleo y la reducción de los salarios mermarán el consumo privado, que se estabilizará en 2.2 por ciento en 2010 y en 3.3 por ciento en 2011, menos de la mitad de la insostenible tasa de 8.4 por ciento registrada en 2006-2007. La capacidad excedentaria y el desplazamiento que provocarán los gobiernos al endeudarse harán que se retraiga la inversión, que crecería alrededor de 4.1 por ciento en 2010 y 4.7 por ciento en 2011, muy por debajo de las tasas de crecimiento de dos dígitos registradas en los años previos a la crisis.

Como resultado de la débil demanda interna y la relativa restricción financiera, es probable que el saldo de la cuenta corriente regional permanecerá cerca de cero en el periodo pronosticado. Sin embargo, en la región habrá grandes variaciones (cuadro A4). Por ejemplo, se espera que las economías exportadoras de hidrocarburos logren superávits crecientes o reducciones de sus déficits al niveles históricas debido a precios del petróleo un poco más altos y aumentos de la producción (Azerbaiyán, Kazajstán, Rusia, Turkmenistán y Uzbekistán). Sin embargo, esta mejoría quedaría anulada por una expansión de los déficits en cuenta corriente, provocada por una recuperación más rápida de la demanda interna, que ocasionará que los volúmenes de importaciones excedan a los de exportaciones en República de Moldavia, Polonia, Rumania, Ucrania y Turquía. En cuanto a los países europeos con importantes industrias automovilísticas, se pronostica que las ventas se desaceleren a medida que se desactiven los programas de renovación del parque vehicular en los países europeos de ingresos altos.

La mayoría de los países tienen poco margen de maniobra para aplicar políticas fiscales expansivas. De hecho, es posible que el gasto gubernamental se modere como resultado de

programas estructurales de consolidación fiscal. Se espera que el ajuste presupuestario —aunado a una consolidación del crecimiento, que fortalecería los ingresos — reduzca progresivamente el déficit fiscal de la región de 6.2 por ciento del PIB en 2009 a 4.5 por ciento en 2010 y 3.4 por ciento en 2011. Sin embargo, hacer ajustes en un entorno caracterizado por grandes déficits de producción y bajas tasas de crecimiento será difícil, sobre todo porque al comienzo la recuperación de la recaudación fiscal estará por debajo de lo previsto y a mediano plazo esta situación se agravará debido a las presiones generadas por los sistemas de seguridad social y de pensiones a medida que la población envejezca.

Durante la mayor parte del periodo pronosticado la política monetaria seguirá siendo adaptable en la mayoría de las economías regionales. Las presiones inflacionarias permanecerían controladas, en un contexto de alta capacidad excedentaria, débil demanda interna y economías relativamente abiertas. En los países que enfrentan continuos ajustes de la demanda para reducir desequilibrios externos e internos, es probable que la política monetaria siga siendo relativamente restrictiva para ayudar a desestimular la actividad. En los países donde se aplican programas del FMI la política monetaria estará definida por los esquemas previstos en los acuerdos de derecho de giro. Aquellos países que están en vías de adoptar el euro o cuyo tipo de cambio está vinculado a esa moneda (Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Letonia y Lituania), la política monetaria estará influida por la posición del Banco Central Europeo que, se prevé, seguirá apoyando el crecimiento durante el periodo pronosticado, pero eliminará gradualmente las medidas de estímulo (incluso podría revertir los recortes a las tasas de interés de referencia) conforme las condiciones de la demanda lo permitan. Para 2010 se anticipa un aumento moderado en el nivel general de inflación

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(variación porcentual anual, a menos que se indique lo contrario)

95-05 a

2006 2007 2008 2009 c 2010 d 2011 d

Albania

PIB real a precios de mercado b

5.4 5.0 6.0 6.5 2.2 3.0 4.5

Bal. en cuenta corr, % de PIB -5.5 -5.9 -8.6 -13.4 -12.8 -7.6 6.4

Armenia

PIB real a precios de mercado b

8.6 13.2 13.8 6.8 -13.0 1.5 3.5

Bal. en cuenta corr, % de PIB -11.7 -1.8 -2.6 -4.9 -2.8 -0.6 3.7

Azerbaiyán

PIB real a precios de mercado b

10.2 34.5 25.0 10.8 3.1 5.2 8.5

Bal. en cuenta corr, % de PIB -16.6 17.7 28.5 37.6 19.5 27.2 26.2

Belarús

PIB real a precios de mercado b

6.9 10.0 8.6 10.0 -1.0 2.0 4.0

Bal. en cuenta corr, % de PIB -3.2 -4.0 -6.8 -8.4 -9.2 -6.3 -5.1

Bulgaria

PIB real a precios de mercado b

2.2 6.7 6.2 6.0 -6.5 -2.0 3.6

Bal. en cuenta corr, % de PIB -3.6 -18.4 -25.2 -25.4 -9.8 -5.2 -4.9

Georgia

PIB real a precios de mercado b

6.6 9.4 12.3 2.2 -4.0 2.0 3.5

Bal. en cuenta corr, % de PIB -10.0 -16.2 -16.9 -22.8 -18.2 -15.8 -16.7

Kazajstán

PIB real a precios de mercado b

6.4 10.7 8.2 3.0 -1.9 1.8 3.5

Bal. en cuenta corr, % de PIB -2.3 -2.5 -7.0 9.5 -1.3 2.2 1.4

República Kirguisa

PIB real a precios de mercado b

4.7 3.1 8.5 7.6 0.6 2.4 2.8

Bal. en cuenta corr, % de PIB -10.2 -10.6 0.6 4.6 5.2 2.4 4.9

Lituania

PIB real a precios de mercado b

6.0 7.8 8.9 3.0 -17.5 -3.5 2.2

Bal. en cuenta corr, % de PIB -7.9 -10.7 -14.6 -16.1 0.5 0.3 -0.5

Letonia

PIB real a precios de mercado b

6.9 12.2 10.3 -4.6 -17.5 -3.9 2.4

Bal. en cuenta corr, % de PIB -7.5 -22.7 -21.4 -11.3 5.3 6.0 7.0

Rep. de Moldova

PIB real a precios de mercado b

2.3 4.8 3.0 7.2 -9.0 1.4 2.8

Bal. en cuenta corr, % de PIB -7.9 -11.3 -16.5 -17.4 -9.0 -10.2 -11.1

Ex Rep. Yugoslava de Macedonia

PIB real a precios de mercado b

2.2 4.0 5.9 5.0 -1.3 1.9 3.8

Bal. en cuenta corr, % de PIB -5.9 -0.5 4.4 -12.5 -9.4 -8.3 -7.3

Polonia

PIB real a precios de mercado b

4.3 6.2 6.7 4.9 1.6 2.2 3.4

Bal. en cuenta corr, % de PIB -3.3 -2.7 -4.7 -5.5 -0.9 -2.6 -2.5

Rumania

PIB real a precios de mercado b

2.2 7.9 6.2 7.1 -7.8 0.5 4.2

Bal. en cuenta corr, % de PIB -5.8 -10.4 -13.7 -12.8 -4.4 -5.1 -5.7

Federación de Rusia

PIB real a precios de mercado b

3.9 7.7 8.1 5.6 -8.7 3.2 3.0

Bal. en cuenta corr, % de PIB 7.6 9.6 5.9 6.2 3.1 2.5 1.7

Tayikistán

PIB real a precios de mercado b

4.6 7.0 7.8 7.9 2.0 5.0 5.0

Bal. en cuenta corr, % de PIB -4.5 -2.8 -8.6 -7.9 -10.9 -11.1 -10.2

Turquía

PIB real a precios de mercado b

4.3 6.9 4.7 0.9 -5.8 3.3 4.2

Bal. en cuenta corr, % de PIB -1.5 -6.0 -6.1 -5.8 -1.9 -2.5 -2.8

Ucrania

PIB real a precios de mercado b

2.7 7.3 7.9 2.1 -15.0 2.2 3.0

Bal. en cuenta corr, % de PIB 2.7 -1.5 -3.7 -7.2 -0.6 -0.1 -2.1

Uzbekistán

PIB real a precios de mercado b

4.6 7.3 9.5 9.0 5.5 6.5 6.5

Bal. en cuenta corr, % de PIB 3.3 14.4 19.5 26.3 16.9 20.4 19.2

Cuadro A4. Europa y Asia Central - Previsiones por país

Fuente : Banco Mundial.

Nota: Los pronósticos del Banco Mundial se actualizan con frecuencia a partir de nueva información y las cambiantes circunstancias (mundiales). En consecuencia, las proyecciones presentadas aquí pueden diferir de las contenidas en otros documentos del Banco, incluso si las evaluaciones básicas de las perspectivas de los países no difieren significativamente en un momento dado.

Por falta de datos, no se incluyen previsiones de Bosnia y Herzegovina, T urkmenistán y Ex Rep. Yugoslava (Serbia y Montenegro).

(10)

regional, a medida que desaparezcan las presiones a la baja causadas por la caída de los precios del petróleo en el segundo semestre de 2008 y el reciente aumento de los precios de los productos básicos empiece a surtir efectos en el sistema. Parte de estas presiones podrían ser neutralizadas parcialmente por la fuerte apreciación de las monedas desde marzo de 2009 (en particular el rublo ruso y la lira turca), lo que contribuirá a reducir los costos de importación. No obstante, la inflación subyacente seguirá una tendencia descendente y se espera que el nivel general de inflación disminuya hacia 2011. Riesgos

Los escenarios de referencia para la región se inclinan hacia el debilitamiento, debido a las restricciones financieras, el limitado margen de maniobra para aplicar políticas fiscales de estímulo, las grandes y crecientes vulnerabilidades del sector bancario y la falta de diversificación económica. Si la recuperación en el ámbito nacional es lenta y sigue enfrentando altas tasas de interés que asfixien el crecimiento de la inversión, ello podría mermar el crecimiento potencial, lo que llevaría a un aumento del desempleo estructural. Una recesión más larga y profunda de lo previsto podría generar presiones adicionales sobre los sistemas bancarios y sobre las monedas en aquellos países cuyos regímenes cambiarios son relativamente rígidos. La consolidación de balances generales de las sucursales bancarias en el extranjero por parte de sus matrices puede traducirse en nuevos recortes a los flujos financieros hacia la región en los próximos meses. El aumento de la cartera vencida y la consecuente constitución inadecuada de reservas implican riesgos significativos para el crecimiento de la región al restringir la disponibilidad de capital o, en el peor de los casos, puede llevar a la congelación de los sistemas bancarios (figura A11). Este panorama, de por sí sombrío, podría agravarse si coincide con un escenario de doble recesión

global, en particular si ésta afecta severamente a los principales mercados de exportación de la región, como Alemania.

Un riesgo permanente para la región proviene del hecho de que varias economías arrastran un alto nivel de endeudamiento de hogares y empresas denominado en moneda extranjera. En Hungría, Kazajstán, Letonia, Lituania, Rumania y Ucrania, ,el volumen de los préstamos en divisas de otros países es superior a 50 por ciento del crédito total, tanto para empresas como para hogares. Los altos niveles de pasivos en moneda extranjera implican un riesgo aun mayor para los hogares, pues, a diferencia de las empresas, no están protegidos contra fluctuaciones del tipo de cambio10. Los países

con regímenes cambiarios relativamente rígidos pueden sufrir ataques especulativos, lo que limitaría la capacidad de los bancos centrales de la región para aplicar políticas monetarias flexibles.

Revitalizar los programas de reformas que se estancaron con la crisis global podría ayudar a lograr un crecimiento más fuerte de lo esperado11. Los gobiernos de la región tienen la oportunidad de efectuar reformas institucionales para mejorar el marco regulatorio, reducir la burocracia, aplicar las leyes de manera más estricta, adoptar convenios y normas internacionales sobre derechos de propiedad y aplicar medidas drásticas contra la corrupción a

(11)

fin de mejorar la competitividad y la eficiencia. El fracaso de los intentos para reformar los sistemas de pensiones representa una amenaza de largo plazo para el crecimiento, dadas las enormes cargas financieras de los sistemas de seguridad social. La aplicación exitosa de estas reformas puede reducir el ahorro precautorio, lo cual tendría efectos positivos en el consumo privado y el crecimiento. De hecho, un consumo privado más alto en la región ha sido identificado como una posibilidad prevista en un escenario global de “sector privado más próspero” (ver capítulo 1).

Por último, se espera que los trastornos generados por la crisis incrementen las actividades del mercado negro, lo que impondrá retos a los encargados de la toma de decisiones y será un obstáculo para el reordenamiento de las finanzas públicas. En la Comunidad de Estados Independientes, la falta de diversificación económica más allá de las actividades relacionadas con la exportación de minerales es una debilidad estructural común y sigue siendo una vulnerabilidad fundamental.

Notas

4. Los países incluidos en el anexo regional sobre Europa y Asia central son aquellos que entran en la categoría de ingresos medios y bajos del Banco Mundial (ingreso nacional bruto por habitante igual o inferior a 3,855 dólares en 2008). Estos 24 países son: Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Kosovo, Letonia, Lituania, Ex República Yugoslava de Macedonia, Montenegro, Polonia, Rumania y Serbia (en la subregión de Europa central); Armenia, Azerbaiyán, Belarús, Georgia, Kazajstán, República Kirguisa, República de Moldavia, Federación de Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania, Uzbekistán (en la subregión de la Comunidad de Estados Independientes) y Turquía. El grupo de países en transición incluye a los 24 mencionados, con

excepción de Turquía. De estos países en desarrollo, Bulgaria, Letonia, Lituania, Polonia y Rumania son nuevos miembros de la Unión Europea. Por falta de datos, no hay pronósticos disponibles para Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Montenegro, Serbia, Tayikistán y Turkmenistán. 5. Ver “Russian Economic Report #20: From Rebound to Recovery?”. Banco Mundial, 10 de noviembre de 2009, http://go.worldbank.org/ FKGLSQ4NF0.

6. Bulgaria, Letonia, Lituania, Polonia, y Rumania. Ver “EU10 Regular Economic Report: From Stabilization to Recovery”. Banco Mundial, octubre de 2009.

7. Kazajstán, República Kirguisa , Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.

8. Armenia, Azerbaiyán y Georgia.

9. “Migration y Remittance Trends 2009”. Migration and Development Brief 11, 3 de noviembre de 2009, The World Bank Group. 10. “The Crisis Hits Home: Stress-Testing Households in Europe y Central Asia”. The World Bank. 2010.

11. “Turmoil at Twenty”. The The World Bank. 2010.

Referencias

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