BOLETÍN MENSUAL
Boletín número 243. Enero 2021
1.- Artículo del mes:
CLAVES PARA ADIESTRAR
EL COBRO EN EL AGUA
2.- Producto recomendado:
PRISMÁTICOS KAHLES HELIA RF CON MEDIDOR DE DISTANCIA
3.- Ofertas especiales.
4.- Nuestros compañeros los perros:
PACHÓN NAVARRO
5.- Gastronomía:
Ficha nº 485:
LIEBRE EN SALSA DE VINO
1.- ARTÍCULO DEL MES:
CLAVES PARA ADIESTRAR
EL COBRO EN EL AGUA
T
odos los perros disponen de una flotabilidad innata que les permitirá salir del agua en caso de caer en ella. Se trata de un mecanismo de supervivencia que, por supuesto, no tiene nada que ver con “saber nadar”; para conseguir esto último es necesaria mucha práctica y cierta habilidad que no todas las razas poseen.Pero partiendo de esa capacidad natatoria innata, sea cual sea la raza de nuestro perro, podremos plantearnos adiestrarlo para el cobro en el agua; una tarea que es, como poco, complicada y
que no todos los perros son capaces de desarrollar correctamente.
En este artículo recogemos las claves para el adiestramiento de nuestro perro en el cobro en el agua.
Antes de nada, conviene señalar la necesidad de armarnos de paciencia, el adiestramiento requiere de tiempo y complicidad con nuestro perro.
CÓMO NADA UN PERRO
Tal y como hemos dicho, todos los perros disponen de una flotabilidad innata que impedirá que, si se cae al agua, termine hundiéndose. Pero es evidente que de eso a nadar va un buen trecho...
La forma más adecuada de propulsión en el agua para un perro se define por los siguientes puntos:
Miembros anteriores deberán encargarse de la propulsión.
Miembros posteriores, se encargarán de mantener el equilibrio.
Cola y miembros posteriores: actuarán haciendo el efecto de timón, para indicar la dirección a seguir.
Pero no te ilusiones: no podemos enseñar al perro a nadar. Resulta imposible inculcarle una técnica correcta de natación, sólo la práctica puede conseguir que el animal nade de forma eficaz.
IMPEDIMENTOS
Evidentemente el agua no es el medio natural del perro, y eso dificultará su posible adaptación, así como su correcta disposición a entrar en ella.
De primeras, el perro mostrará toda una serie de impedimentos a meterse en el agua. Conviene conocerlos y tenerlos en cuenta para poder ponernos “en su situación”:
El cambio de temperatura: la primera sensación al meterse en el agua es, sin duda, frío. Una sensación sin duda molesta que puede provocar el rechazo inicial, sobre todo en los meses más fríos del año.
El miedo a lo desconocido. Resulta normal que el perro se sienta inseguro y note una cierta angustia ante un medio que le resulta totalmente desconocido. Un temor que sólo se supera con la experiencia, por eso creemos que no sirve de nada intentar forzar al perro a hacer algo que le da miedo, puesto que corremos el riesgo de generar el efecto contrario al deseado.
La respiración: para un perro puede resultar realmente complicado respirar sobre el agua. Lo normal es que con la experiencia acaben por controlar el tema y desarrollen un ritmo constante, cerrando la boca y respirando entre el posterior de las comisuras y alargando la nariz para captar el rastro.
EL CHAPOTEO
Puede que el estímulo de la pieza, aleteando herida sobre el agua, provoque que un perro que no sabe moverse en el agua o que le tenga cierto temor, se lance a ella sin pensarlo. Sin embargo, tras ese primer impulso, el animal intentará por todos los medios salir de allí y lo hará chapoteando con todas sus fuerzas.
Este chapoteo conlleva los siguientes inconvenientes:
Mayor gasto energético.
Menor velocidad de desplazamiento.
Dificultad para visualizar la pieza (por las continuas salpicaduras del chapoteo).
Merma del rastro olfativo.
Por eso es tan importante que intentemos adiestrar a nuestro perro para que sea capaz de controlar este impulso de chapoteo y reaccione convenientemente al entrar en el agua.
LAS CLAVES DEL ENTRENAMIENTO
Tal y como hemos dicho, no resulta posible enseñar a un perro a nadar. Lo que sí podemos es intentar ayudarle en su proceso de adaptación al medio acuático, tratando de evitar en todo momento experiencias traumáticas que podrían provocar un rechazo frontal al agua por parte del animal.
En base a esto, te recomendamos que tengas en cuenta lo siguiente:
Intenta empezar a entrenar a tu perro lo antes posible (desde los 4 meses), cuanto más pequeño sea, más posibilidades tenemos de que no haya desarrollado ningún miedo y que, por tanto, tenga una mejor predisposición a entrar en el agua.
Dicho esto, si tu perro es aún cachorro o no tiene ninguna experiencia, intenta evitar aguas profundas. Lo más recomendable es que comience siempre en una zona donde pueda corretear o incluso correr sin hundirse repentinamente. Ten en cuenta que, si de primeras tiene una mala experiencia o se lleva un susto, se generará en el perro un temor muy difícil de superar.
Procura realizar las sesiones de entrenamiento en días donde la temperatura sea agradable, para intentar minimizar el efecto negativo del frío. Cuanto más
caluroso sea el día, mejor: el perro sentirá cierto estímulo al “refrescarse”.
Esto puede complicar los entrenos durante el invierno, pero no deberíamos eliminar los entrenamientos durante largos periodos. En esa época intenta siempre usar las horas del día en las que la temperatura sea más alta.
Conviene que busquemos una zona sin corrientes que puedan envolver al perro. También se evitarán las orillas con mucha vegetación, ya que ésta puede provocar enredos y sustos innecesarios (sobre todo por enredos a la hora de salir del agua).
En caso de que el perro se muestre reacio a entrar, hay que tener presente que esa reacción es casi con seguridad fruto de su miedo. Nosotros debemos estar ahí para ayudarle a superar ese temor y para eso hay algunas actitudes recomendadas por ciertos adiestradores, como por ejemplo meterse nosotros mismos en el agua, para mostrarle a nuestro perro que no existe peligro; otra opción es ayudarse de perros experimentados que sirvan de guía al novato y le ofrezcan la necesaria seguridad.
Por supuesto también hay que probar con el habitual juego de lanzarle un objeto que le gusta para que nos lo traiga.
Muy importante: nunca fuerces al animal a entrar en el agua, la decisión debe tomarla él mismo. Si forzamos la situación podremos conseguir justo el efecto contrario al deseado: el perro recordará esa situación de manera traumática.
En línea con esto, nunca arrastres a tu perro con la correa al introducirlo en el agua. La sensación que experimentará le hará huir de esa situación la próxima vez.
Por supuesto, una de las mejores formas de estimular la entrada en el agua será lanzándole objetos que deberá ir a recoger. Cuando nos los traiga debemos enseñarle que primero debe entregar el objeto y después sacudirse, nunca en el orden inverso.
COBRAR EN EL AGUA
Una vez que nuestro perro se encuentra familiarizado con el medio acuático, podremos emprender la labor de adiestrarlo para el cobro.
Antes de nada, debemos tener en cuenta que no todos los perros están genética ni físicamente preparados para el cobro. Nunca debemos exigirle a un perro algo que no está capacitado a ofrecernos.
Los pasos correctos del cobro pasan por:
Entrada en el agua: conviene que sea pausada, evitando ruidos y alborotos que sólo conseguirán espantar a otras posibles piezas del entorno. Además, si el perro se muestra
calmado en el momento de entrar en el agua, le será más fácil la correcta visualización de la pieza (evitar chapoteos).
El perro debería entrar en el agua en el momento en que así sea indicado por el cazador, nunca antes ni después.
Dentro del agua: la localización de la pieza es fundamental y para ello conviene que el perro sepa interpretar las indicaciones que nosotros podamos darle desde tierra: desde palabras como “izquierda”, “derecha”, “dentro”... hasta nuestros gestos.
Dentro del agua es preciso que el perro tenga la suficiente paciencia y tesón para “pelear” hasta conseguir localizar la pieza. De nuevo aquí se necesita experiencia: si el animal se siente incómodo en el agua, intentará abandonar la tarea cuanto antes. Sólo si está seguro de lo que hace y cuenta con la suficiente seguridad en sí mismo, conseguirá el resultado esperado.
Seguir el rastro: sin duda este es un tema difícil de conseguir. Localizar el rastro en el agua es más complicado que hacerlo en superficie: las partículas olorosas que deja la pieza permanecerán en superficie únicamente unos segundos (transcurridos los cuales se diluirán en el agua o será dispersadas por la brisa), la pieza puede sumergirse entre la vegetación ribereña, pueden existir corrientes... resulta evidente: ¡nuestro perro no puede perder el tiempo! De nuevo la experiencia y seguridad en sí mismo resultan indispensables.
Transporte de la pieza: una vez localizada y trabada la pieza, es importante que el perro sepa trasladarla hasta la entrega. Para conseguirlo es de vital importancia que sea capaz de respirar bajo el agua, puesto que bajo ningún concepto deberá soltar nunca a la pieza de la boca.
Al salir del agua nunca debe sacudirse, puesto que este gesto conlleva la relajación de la boca y la suelta de la pieza (que sin duda aprovechará con su último aliento de vida para escapar).
LAS MEJORES RAZAS PARA EL COBRO EN EL AGUA
Aunque no cabe duda de que existen razas más “predispuestas” para el cobro en el agua, creemos que todas ellas pueden llegar a obtener buenos resultados con un adiestramiento correcto y, sobre todo, con tiempo y dedicación
Dicho esto, conviene saber que tanto Labradores como Golden Retriever son razas especialmente buenas para el cobro, tanto en tierra como en agua.
2.- PRODUCTO DESTACADO
PRISMÁTICOS KAHLES HELIA RF
CON MEDIDOR DE DISTANCIA
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99€4.- NUESTROS COMPAÑEROS LOS PERROS:
PACHÓN NAVARRO
El Pachón Navarro está considerado uno de los descendientes más directos del antiguo perro de muestra Hispano (Perdigueros Ibéricos); de hecho es una de las siete razas que aparecen en la clasificación de la Real Sociedad Canina Central de 1912, como perro de muestra.
Como su propio nombre indica, proviene de Navarra.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
- Cuerpo rectangular, cilíndrico y con mucho hueso.
- Cabeza mediana tirando a grande, cráneo ancho y plano, hocico cuadrado no excesivamente corto, hendidura central como un surco que va desde el entrecejo hasta la trufa, presentándose partida o entera.
- Orejas de nacimiento altas y anchas, carnosas, planas y redondeadas en su borde.
- Pecho Ancho y fuerte, lo que compone en general un perro muy resistente.
- Nariz: partida o entera, amabas formas se presentan en ejemplares de la raza (50 %). La nariz partida es un defecto típico, congénito, heredado a través de los genes. Hasta el momento no se ha descubierto que este defecto prive al perro en el desempeño de sus funciones (cazar) siendo más un problema estético e higiénico.
- Altura: Hembras: de 53 a 60 cm. Machos: de 55 a 64 cm. - Pelo corto y áspero, piel muy gruesa, fuerte y sobrante.
- Colores: Negro, Marrón (Dorado), Marrón (Chocolate), Marrón (Caoba), Blanco naranja, Blanco hígado, Blanco y Negro, Tricolor (cuatro ojos). Los unicolores portan casi siempre manchas blancas en el pecho, estrella en la cabeza, botines dos o cuatro patas y bajo vientre, son muy apreciados los ejemplares que dispongan de manchas de fuego en el pecho, botines, mejillas, debajo de la cola y cejas, conociéndose como “cuatro ojos”.
CARÁCTER:
Noble y entregado. Se trata de una raza sumamente resistente, casi incansable en la caza. Muy inteligente y obediente, por lo que el cazador no necesitará realizar un gran esfuerzo a la hora de enseñarle.
Es además un buen perro de guarda, capaz de proteger lo que considera suyo, incluida la familia. Es bueno como animal de compañía, puesto que se muestra afectuoso y dócil, siendo estupendo con los niños.
UTILIZACIÓN EN LA CAZA:
El Pachón Navarro se caracteriza fundamentalmente por su capacidad de trabajo, su búsqueda constante de la pieza que hace que quien cace con él obtenga siempre buenos resultados, de ahí que se diga que es óptimo para iniciarse en la actividad cinegética. Caza con trote sostenido, manteniendo y respetando el ritmo marcado por el cazador.
Conserva la acreditada vocación de rastro de los perros perdigueros españoles, con una muestra firme. Realiza una incesante búsqueda: cada rincón, cada matojo, zarza, camino... allá donde tenga posibilidad de encontrar una pieza, el pachón lo inspeccionará pegando la nariz al suelo, con un preciso y eficaz rastreo.
Especialista en terrenos abruptos y que para otras especies pueden entrañar gran dificultad. No es espectacular, pero sin duda resulta sumamente eficaz.
PIEZAS DE CAZA:
Muestra predilección por la caza de pelo, sobre todo la perdiz, el conejo.CUIDADOS ESPECIALES:
Se trata de un animal rústico, preparado para cazar en cualquier condición, por lo que no precisa de ningún cuidado específico.5.- GASTRONOMÍA
La carne de liebre resulta sencillamente espectacular al paladar.
En el boletín de este mes, te proponemos dos recetas con las que podrás sacarle el máximo partido.
RECETA 485:
LIEBRE EN SALSA DE VINO
RECETA 485:
LIEBRE EN SALSA DE VINO
Dificultad:
Media.Ingredientes:
Para 4 personas: 1 liebre. 500 ml de vino tinto. 1 copa de brandy. 1 cebolla. 6 dientes de ajo. 1 puerro. 2 zanahorias. 1 pimiento verde. Tomillo. Laurel. Harina. Caldo de carne. Aceite de oliva Sal.Primer paso:
Como sucede con la gran mayoría de carnes de caza, conviene dejar en maceración durante unos días. Con eso conseguiremos que quede mucho más tierna y sabrosa.
Una vez limpia, retiramos y reservamos la sangre y el hígado. El resto lo partimos en trozos, los echamos en un bol y los cubrimos con el vino, añadiendo después los ajos previamente machados, el tomillo y el laurel; tapamos con film y dejamos reposar por un mínimo de 8 horas.
Segundo paso:
Transcurrido ese tiempo, escurrimos los trozos de liebre y colamos el vino, que deberemos reservar para su posterior uso. Secamos los trozos de liebre y los pasamos por harina, para después freírlos en una sartén con aceite de oliva.
Cuando la carne esté bien dorada en el exterior, añadimos la sangre que habíamos reservado y la copa de brandy. Procedemos a flambear para evaporar el alcohol y aportar un poco de sabor a tostado.
Tercer paso:
Cortamos las hortalizas en trozos medianos y las ponemos a pochar en una olla de gran tamaño. Añadimos después la liebre y a continuación el vino (colado) y el caldo de carne, hasta que el líquido cubra bien la carne.
Añadimos tomillo y llevamos a ebullición. Tras alcanzar la ebullición, bajamos al fuego y dejamos que continúe cociendo a fuego lento durante 2 horas más.
En una sartén aparte, salteamos el hígado, tras lo cual lo trituramos y añadimos al guiso.
RECETA 486:
LIEBRE CON ARROZ
Dificultad:
Fácil.Ingredientes:
Para 4 personas:
1 liebre.
Arroz tipo bomba.
1 vaso de vino blanco.
3 ajos. Media cebolla. 2 hojas de laurel Aceite de oliva Pimienta negra Sal.
Primer paso:
Limpiamos bien la liebre, troceándola y reservando la sangre.
En una cazuela echamos aceite de oliva y sofreímos la carne. Cuando comprobemos que está hecha añadimos el ajo y la cebolla, bien troceados.
Segundo paso:
Una vez que todo está bien pochado, echamos el vino y la sangre que habíamos reservado. Añadimos también las hojas de laurel.
Tercer paso:
Dejamos reducir un poco y cubrimos con abundante agua.
Deberá permanecer en el fuego durante una hora y media. Cuando comprobemos que está blanda, añadimos el arroz y dejamos hacer durante otros 15 minutos aproximadamente.
