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Recursos sanitarios: integración de la persona mayor en el Sistema Nacional de Salud

Todavía hoy, existe en España una gran dispersión en los recursos sanitarios y sociales para la atención a las personas mayores. La insuficiente coordinación de los sistemas social y de salud está ocasionando frecuentemente una duplicidad de recursos o una ineficacia en sus prestaciones, que requiere de una solución definitiva, ya que gran parte de los problemas que plantean las personas mayores precisan de un abordaje multidisciplinar.

En materia de salud, la Ley General de Sanidad 14/1986, de 25 de abril, en ciertos aspectos no ofrece ya una respuesta adecuada a las necesidades de salud de los ciudadanos y, en especial, al desarrollo de mecanismos de integración de la atención sociosanitaria. El estado legislativo actual de las distintas Comunidades Autónomas (CCAA) es muy heterogéneo, ya que éstas han ido asumiendo progresivamente competencias en materia de salud y servicios sociales.

En 1986, se aprueba en Cataluña el programa "Vida als anys" para coordinar las actuaciones de los servicios sanitarios y sociales en colectivos con necesidades especiales, como los ancianos y los pacientes con enfermedades crónicas y terminales. Este programa proponía una sistemática de trabajo multidisciplinar, así como la creación de una serie de niveles asistenciales específicos para este tipo de pacientes, que se han ido implantando progresivamente al contar con un presupuesto propio y creciente. En este sentido, la Comunidad Autónoma de Cataluña cuenta con un desarrollo de los recursos sociosanitarios muy por encima del resto de España.

En 1993, el INSERSO edita el Plan Gerontológico Nacional que marcaba las directrices a seguir en la asistencia a las personas mayores, principalmente las relativas a los recursos sociales, con algunas referencias a la atención sanitaria. El Plan Gerontológico Nacional fue considerado en su día un marco importante, sin embargo no consiguió cubrir los objetivos que se proponía inicialmente.

En 1995, el INSALUD publicó el documento "Criterios para la ordenación de los servicios para la atención sanitaria a las personas mayores", en el que se diseñaba la política de atención sanitaria a los mayores y la implantación progresiva de unidades de coordinación sociosanitaria y recursos hospitalarios de geriatría. Diferentes motivos, principalmente cambios en los responsables políticos, ocasionaron que estos planes fueran relegados.

En 1999, la Oficina del Defensor del Pueblo encargó a la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) un informe sobre "La Atención sociosanitaria a las personas mayores en España", publicado en el año 2000, entre cuyas conclusiones figura el estado de carencia de recursos y la necesidad de potenciar los servicios sanitarios y sociales dirigidos a las personas mayores, así como su coordinación.

Tema 6: Recursos sociosanitarios en la

atención a las personas mayores Unidad I: introducción a la enfermería geriátrica y gerontológica

Índice

Recursos sanitarios: integración de la persona mayor en el Sistema Nacional de Salud

» Asistencia primaria

» Asistencia especializada Recursos sociales

» Hogares y clubes

» Programas de acción social

» Participación y desarrollo cultural

» Bonificaciones en cuotas de servicios básicos

» Centros residenciales

» Sistemas de vida compartida Enlaces - Bibliografía

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En el 2003, entró en vigor la Ley 16/2003, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, (BOE 29 de mayo de 2003) por la que se establecen acciones de coordinación y cooperación de las Administraciones Públicas Sanitarias como medio para asegurar a los ciudadanos el derecho a la protección a la salud, con el objetivo común de garantizar la equidad, la calidad y la participación social en el Sistema Nacional de Salud. Aunque deja abierta la diversidad de fórmulas organizativas, de gestión y prestación de servicios producidas por las competencias de las CCAA en esta materia, se pretende que la atención sanitaria tenga un marco común.

En la actualidad, sin embargo, se cuenta ya con un cierto desarrollo de servicios o unidades de geriatría en los hospitales, así como equipos de valoración geriátrica que están realizando un importante esfuerzo por llevar a cabo una asistencia geriátrica que tenga en consideración las siguientes líneas generales:

¡ formar parte y estar absolutamente integrada en la red sanitaria

general, lo que no es óbice para que disponga de recursos propios especializados.

¡ ser integral, es decir, considerar a la persona mayor en todas sus

dimensiones, física, psíquica y social.

¡ perseguir la permanencia de la persona mayor en su entorno

habitual mientras sea posible.

¡ contemplar aspectos preventivos, terapéuticos y rehabilitadores y

disponer de una dotación estructural adaptada a las distintas situaciones de salud.

¡ proporcionar continuidad en los cuidados.

¡ estar sectorizada, es decir, estructurada geográficamente en

áreas o sectores de salud.

¡ estar coordinada, de forma que los diferentes recursos sanitarios

y sociales, primarios y especializados, estén disponibles en el momento y lugar en que se precisen.

La asistencia geriátrica se asienta sobre la base de tres pilares: la atención primaria, la atención especializada y los servicios sociales, tanto comunitarios (ayuda social a domicilio, centros de día, etc.) como institucionales (centros residenciales, etc.).

Asistencia primaria

El modelo actual de Atención Sanitaria, resultado del desarrollo de la Ley General de Sanidad de 1986, mantiene como estructura fundamental del Sistema Sanitario el Área de Salud o Sector Sanitario. El Área de Salud es la unidad básica donde se desarrollan las actividades sanitarias correspondientes tanto a la Atención Primaria como a la Especializada. Su creación tenía como finalidad descentralizar la atención de salud acercando los servicios al usuario y coordinando los distintos niveles de actuación.

En el ámbito de la Atención Primaria se presta asistencia a la persona mayor en los problemas básicos de salud, función que se lleva a cabo en los centros de salud, a través de programas específicos dirigidos a este grupo poblacional, así como mediante la atención directa en consultas. Un programa de salud es un proceso dinámico y las actividades que propone deben ir modificándose en función de los cambios que se produzcan en la situación de salud de la comunidad a la que están dirigidos. Por este motivo, antes de iniciar actividades en la comunidad de forma protocolizada, es preciso analizar el nivel de salud de la población e identificar los problemas de salud más relevantes.

Las guías de práctica clínica, entendidas como las normas o procedimientos empleados ante determinados problemas de salud, elaboradas por los propios equipos de salud sobre la base de la evidencia científica, delimitan las tareas y responsabilidades de cada unos de los profesionales del equipo y permiten evaluar los resultados y racionalizar los recursos.

El objetivo primordial para Atención Primaria es el mantenimiento de la persona mayor en la comunidad durante el mayor tiempo posible y en unas adecuadas condiciones de salud. Para ello abarca aspectos de promoción y prevención de salud, y, detección y asistencia precoz a los problemas de salud más básicos; estableciendo como prioridades la visita domiciliaria, los cuidados paliativos y la educación para la salud de la persona mayor y de sus familiares y/o

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cuidadores, potenciando el autocuidado y la atención informal.

Asistencia Especializada

La Atención Especializada presta a la persona mayor, a través de los centros de especialidades y los hospitales, una asistencia de mayor complejidad cuando lo requieren sus problemas de salud. Es evidente que muchas de las personas mayores no se consideran pacientes geriátricos y, en este sentido, la atención de salud especializada es la misma que se proporciona al grupo de adultos. Sin embargo, un porcentaje de personas mayores presentan características de paciente geriátrico y requieren ser tratadas por profesionales especializados en departamentos geriátricos. Todavía hoy, muchos de nuestros hospitales generales carecen de estos departamentos, que no sólo deben contar con personal especialista, sino también con unos recursos materiales más adecuados a las necesidades que plantea el paciente geriátrico y, sobre todo, con una filosofía de trabajo orientada al paciente y no a la enfermedad, teniendo como finalidad proporcionar una mejor calidad de vida. Como suele decirse en el ámbito de los cuidados geriátricos: "puede no ser posible tratar cada enfermedad, pero siempre es posible tratar al paciente".

Los departamentos geriátricos se caracterizan por tener una especial consideración a los siguientes aspectos:

¡ Acomodación correcta de los pacientes, para lo que cuentan con

unidades de agudos, unidades de media estancia (conocidas también como unidades de rehabilitación o convalecencia) y unidades de larga estancia o de tratamiento continuado. Actualmente también se están desarrollando unidades especiales dirigidas al tratamiento de pacientes con problemas de salud más complejos o que requieren de un abordaje más multidisciplinar, tales como son las unidades de psicogeriatría, ictus, ortogeriatría o de Alzheimer.

¡ Política de cuidados flexible, adaptada a cada tipo de paciente y

dando siempre prioridad a éste y no a la enfermedad. De esta forma, han surgido también otras modalidades asistenciales como la hospitalización a domicilio o el hospital de día, que al tiempo que evitan o disminuyen la separación del paciente de su medio habitual, que en el caso del paciente geriátrico tiene gran trascendencia, están siendo también útiles para descongestionar los hospitales. La hospitalización a domicilio es un sistema que proporciona tratamiento activo durante un tiempo limitado, por parte de profesionales sanitarios especializados, en el domicilio del paciente. El hospital de día geriátrico es un centro diurno, interdisciplinario, integrado en el hospital, dirigido al paciente geriátrico frágil, que presenta habitualmente algún tipo de incapacidad, para recibir valoración y tratamiento integral y regresar el mismo día a su domicilio. Finalmente, también se han puesto en marcha proyectos de coordinación entre Atención Primaria y Especializada como el Programa de Atención Domiciliaria con Equipos de Soporte.

¡ Cuidados de enfermería de alta calidad, principalmente todos los

relativos a satisfacer los requisitos universales de autocuidado a través de los distintos sistemas de enfermería -compensación total o parcial y apoyo educativo- dependiendo del tipo de paciente.

¡ Trabajo en equipo multidisciplinar y con unidad en los criterios de

actuación, a través del establecimiento de protocolos de trabajo.

¡ Especial importancia en la información al paciente y su familia,

tanto en el momento del ingreso como durante su estancia, pero especialmente en el momento del alta, que en muchos casos se tendrá que plantear cuando habiendo llegado al techo de las posibilidades terapéuticas, el paciente no haya conseguido la recuperación que él o su familia esperaban.

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Recursos sociales

La descentralización de los servicios sociales, y el consiguiente aumento de las competencias de las CCAA, plantea el debate sobre el principio de igualdad entre los ciudadanos de todo el territorio nacional, ya que al no existir un marco legislativo general se están produciendo grandes diferencias en el desarrollo y asignación de los recursos sociales. La legislación sobre servicios sociales en las diferentes CCAA se presenta como una realidad compleja, ya que actualmente conviven disposiciones estatales, autonómicas y municipales entre las que no existe conexión y que regulan de forma heterogénea los asuntos sociales que competen a la población y su coordinación con los recursos sanitarios.

En materia de recursos sociales dirigidos a las personas mayores, el Plan Gerontológico Nacional, como ya se ha mencionado más arriba, trataba de marcar las líneas generales de actuación que han tenido un seguimiento desigual en las distintas CCAA.

Actualmente, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a través de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, tiene como proyecto inmediato poner en marcha el denominado Sistema Nacional de Dependencia, con una cartera básica de servicios sociales, que podrá ser complementada por las CCAA y los Ayuntamientos. En dicha cartera se incluirán prestaciones como la teleasistencia, la ayuda a domicilio, los centros de día y las residencias de mayores, entre otros.

Por otra parte, el Instituto Nacional de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO), junto con las Consejerías y Concejalías de Asuntos Sociales de las CCAA y los Ayuntamientos respectivamente, continúan siendo los gestores de los servicios sociales dirigidos a las personas mayores. Tradicionalmente los recursos sociales destinados a las personas mayores se clasifican en tres apartados: cuidados en la comunidad, cuidados en el domicilio y cuidados residenciales.

Los cuidados en la comunidad tienen como finalidad favorecer la integración de las personas mayores en la vida comunitaria, estableciendo medidas que favorecen el desplazamiento en el medio comunitario y el acceso a bienes culturales y sociales, fomentando un mejor desarrollo personal y una mayor interacción social. Los principales recursos que se contemplan en este apartado son:

Hogares y Clubes

Son centros públicos, gestionados principalmente por las CCAA o los Ayuntamientos, en los que fundamentalmente se promueve la participación en actividades socioculturales de las personas mayores de una determinada población, barrio o comarca. Se fomenta también la animación y la cooperación social a través del voluntariado, las visitas a enfermos, los homenajes a socios de mayor edad, etc. Las actividades culturales -grupos de teatro, conferencias, visitas a exposiciones y museos, etc.- y recreativas -bailes, excursiones, juegos de bolos, etc.- ocupan un destacado lugar en la oferta de actividades que se proponen. Además, la mayoría de los centros suelen disponer de cafetería-comedor, peluquería, biblioteca, etc., así como servicios básicos de salud y asistencia social.

Pueden ser socios de estos centros, las personas de 60 y más años, el cónyuge o pareja aunque no haya cumplido los 60 años, y, excepcionalmente, quienes sean titulares de una pensión o reunan determinadas circunstancias personales.

El personal que presta sus servicios en estos centros varía desde personal funcionario y laboral del IMSERSO, personal de los servicios concertados (contratas) y personal ocasional para la realización de cursos y/o actividades, generalmente en régimen de voluntariado.

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Se trata de un recurso muy consolidado, ya que actualmente existen más de 5.000 centros de mayores en toda España.

Programas de acción social

Entre las competencias del IMSERSO, en relación con las personas mayores, está la planificación y gestión de diversos programas encaminados a mejorar la calidad de vida y favorecer su salud. Los principales programas que se llevan a cabo son:

Vacaciones para la tercera edad

Este programa se desarrolla durante el período comprendido entre los meses de octubre y abril, estableciéndose turnos de 15 días de estancia en las zonas costeras españolas en el que pueden participar pensionistas y personas mayores de 65 años. Se trata de un programa que cubre dos objetivos al mismo tiempo, por un lado, permite a las personas mayores disfrutar de un período vacacional a precios más asequibles, y, por otro, es un eficaz instrumento desde el punto de vista econnómico, al incidir en la política de empleo y en la economía del sector turístico de los puntos de destino.

El programa de Vacaciones se ha ido adaptando a las nuevas demandas y necesidades de las personas mayores, de esta forma la inicial oferta en zonas costeras de la Península, se ha ido incrementando con los viajes a Canarias, el intercambio con Portugal, los Circuitos Culturales y el Turismo de Naturaleza. Su éxito se puede comprobar fácilmente con la evolución de las plazas ofertadas, que en 1985, fecha de su puesta en marcha, eran 16.000 y para la temporada 2004/2005, la oferta es de 680.000 plazas.

Termalismo social para la tercera edad

Se trata de otro de los programas de éxito organizados por el IMSERSO, ya que desde su creación en 1989, en el que se ofertaron 12.000 plazas, la oferta de plazas se ha ido incrementando progresivamente hasta las 120.000 plazas previstas para la temporada 2004/2005.

El principal objetivo de este programa es dar respuesta a la necesidad de un importante porcentaje del colectivo de personas mayores de seguir tratamientos recuperadores en establecimientos termales especializados, sin embargo, también como en el caso anterior, se cubre un segundo objetivo al potenciar el desarrollo económico de las zonas que rodean a los balnearios, que hace unos años estaban en una situación económica difícil.

La mayoría de los solicitantes precisan tratamientos para problemas osteoarticulares, si bien también se conciertan plazas en establecimientos que ofrecen tratamientos para afecciones respiratorias, digestivas, renales, etc.

La duración de los turnos es de 12 días y los precios oscilan en función de las estaciones termales solicitadas y la temporada.

Participación y desarrollo cultural

Ya desde hace algunos años, y en especial como respuesta a las estrategias de envejecimiento activo, las políticas educativas dirigidas al colectivo de personas mayores han tenido una especial

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importancia. Potenciar el envejecimiento activo, implica ofrecer oportunidades de aprendizaje durante toda la vida. Las personas mayores pueden seguir aprendiendo y adquiriendo habilidades que les permitan adaptarse a las nuevas tecnologías; pueden seguir siendo creativas y aportar su experiencia y conocimientos para la resolución de muchos problemas. Con esta línea de pensamiento se han puesto en marcha los programas de Universidad para los Mayores y distintas propuestas para acercar las nuevas tecnologías a este sector de la población.

Los programas de Universidad para los Mayores son el resultado de los convenios establecidos entre las Consejerías de Asuntos Sociales de las CCAA y las universidades respectivas. Su finalidad es facilitar el acceso de las personas mayores a una formación universitaria adaptada a sus características personales y que contribuya al desarrollo de un espíritu crítico que les haga ser más independientes.

Bonificaciones en cuotas de servicios básicos

Este servicio consiste en un sistema de prestaciones para la adquisición de ayudas técnicas, eliminación de barreras, movilidad y transporte, a través del "Programa de Prestaciones Técnicas" y en colaboración con entidades e instituciones públicas y privadas; en orden a potenciar el nivel de autonomía y la integración de personas con discapacidades.

Por otra parte, también se incluyen actuaciones destinadas a promover el bienestar social mediante un sistema de prestaciones que les permiten beneficiarse de descuentos económicos en determinadas actividades de ocio y tiempo libre (abono transporte, tarjeta de oro de la RENFE, tarifas senior en vuelos aéreos, bonos especiales para actividades deportivas, descuentos en cines y teatros el día del espectador, plan estrella de telefónica, etc.).

Los recursos que integran los denominados Cuidados en el domicilio, adoptan el lema "envejecer en casa", que se ha convertido en el objetivo común de las políticas sociales de atención a las personas mayores de todos los países desarrollados. Por tanto, el objetivo de los cuidados a domicilio es proporcionar ayuda a aquellas personas que teinen dificultades para permanecer solos en su propio hogar o bien para aportarles una mayor seguridad. Entre los recursos de este apartado destacan:

Atención domiciliaria

Llamado también Programa de Ayuda a Domicilio, tiene como finalidad favorecer la permanencia de la persona mayor en su domicilio habitual, mediante la prestación de servicios domésticos y personales, adaptados a cada situación concreta. En España su desarrollo parte de 1982, sin embargo, el nivel de cobertura es todavía muy escaso y desigual.

El apoyo a "estar en casa" contempla varias categorías de ayuda: limpieza del hogar, compra, aseo personal, distribución de comidas y ayuda para comer, terapia ocupacional, compañía, paseo, etc. Estas actividades se llevan a cabo en parte con la colaboración de grupos de voluntariado.

Actualmente la Atención Domiciliaria está siendo complementada con otros servicios como la Teleasistencia, Estancias de Día, Estancias Temporales, Vigilancia Nocturna y Apoyo Psicosocial. Finalmente, los cuidados residenciales tienen como objetivo ofertar distintas opciones de alojamiento y atención a aquellas personas mayores que no puedan o no quieran seguir viviendo en sus domicilios. Además de los ya tradicionales centros residenciales, actualmente se cuenta con una variada oferta de posibilidades que tratan de adaptarse a las necesidades y preferencias de cada persona mayor.

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Centros Residenciales

Los centros residenciales ofrecen atención integral y vivienda permanente a personas mayores de 60 años que, por su problemática familiar, social y/o económica, no pueden ser atendidos en sus propios domicilios. Los centros residenciales pueden ser de varios tipos:

n Residencias de válidos: destinadas a personas mayores independientes en la realización de

las actividades de la vida diaria. Suelen disponer de unidades asistidas para la adecuada atención de las personas que, ingresadas como independientes, hubieran experimentado un empeoramiento en sus condiciones físicas y/o psíquicas.

n Residencias asistidas:destinadas a personas mayores dependientes. En esta categoría se

incluyen a las personas:

¡ incapacitadas como consecuencia de enfermedades

degenerativas o neurológicas.

¡ que por inmovilidad prolongada, presentan grave dificultad para

la deambulación.

¡ dependientes por causa psíquica que no provoque un trastorno

grave de su comportamiento.

¡ con circunstancias especiales que les impidan permanecer en el

propio domicilio (situación social o económica, etc.).

n Residencias mixtas:destinadas tanto a personas mayores indepencientes como

dependientes.

Los requisitos para el ingreso en un centro residencial son:

¡ Edad de 60 y más años.

¡ Ser pensionista de la seguridad social o tener condición

asimilada; sin embargo, esta circunstancia no es exigible para acceder a las residencias gestionadas por el IMSERSO financiadas con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, o para los centros concertados.

¡ No padecer enfermedad infecto-contagiosa, ni enfermedad

crónica en estado terminal que requiera atención imprescindible en un centro hospitalario.

¡ No estar afectado por trastornos mentales graves que puedan

alterar la normal convivencia en el centro,

¡ También podrán ingresar el cónyuge o persona que conviva

maritalmente con el residente, y excepcionalmente, en calidad de acompañante, un familiar hasta el segundo grado de cosanguinidad, cuando se demuestre una absoluta dependencia respecto del residente.

Los servicios que se pueden recibir en estos centros son:

¡ Recepción: una comisión, de la que forman parte algunos

residentes y directivos del centro, acoge a la persona de nuevo ingreso para integrarla en la comunidad.

¡ Alojamiento y manutención.

¡ Biblioteca, peluquería, cafetería, etc. ¡ Asistencia social.

¡ Atención psicológica. ¡ Atención sanitaria.

El personal que presta sus servicios en estos centros está integrado por un equipo multidisciplinar, consitituido por médicos, psicólogos, enfermeras, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales, así como personal de apoyo para las distintas áreas y servicios.

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Sistemas de vida compartida

Se conocen también como Sistemas Alternativos, precisamente porque intentan aportar otras alternativas de vivienda a los tradicionales centros residenciales. Su puesta en marcha es una expresión de las nuevas políticas sociales que se están llevando a cabo en estos últimos años con la finalidad de proponer a las personas mayores modos de vida normalizados que supongan una alternativa real a su vivienda habitual, cuando por cualquier razón no se puedan o no quieran seguir viviendo en ella.

A pesar de tratarse de alternativas recientes se dispone ya de un amplio abanico de experiencias, algunas de ellas con suficientes años de funcionamiento como para que puedan servir de modelo a otras que comienzan. No hay que olvidar que este tipo de alojamientos presenta algunas ventajas, pero también inconvenientes y sólo serán alternativas válidas y estables si se adaptan a las realidades culturales de cada comunidad. Las personas mayores no constituyen un grupo homogéneo y parece justo que se les ofrezca una suerte de alternativas según sus demandas y necesidades.

En un intento de sistematización podríamos agrupar estas iniciativas en dos grandes bloques: alojamientos en los que prima la intimidad por encima de la convivencia y aquéllos en los que es más importante la participación en comunidad y las relaciones de grupo. Las experiencias más frecuentes de sistemas de vida compartida son:

Residencias no institucionales

Llamadas también pisos o viviendas tuteladas. Existen numerosas fórmulas en esta línea, siendo la mas frecuente la de viviendas ocupadas por grupos que suelen oscilar entre cuatro y ocho personas, con diferentes grados de protección o tutela en función de los niveles de dependencia de las personas residentes. La organización de la vida cotidiana es también diversa: distribución de las tareas domésticas entre los miembros del grupo, servicio de atención domiciliaria o existencia de una persona que desempeña el papel de "ama de casa" y convive con el grupo. Este tipo de residencia inicialmente, favorece la convivencia, el desarrollo de la solidaridad y la ayuda mutua, elevando los sentimientos de utilidad y de autoestima y evitando los problemas de soledad. Pero, como cualquier sistema de convivencia, también plantea problemas, no siempre fáciles de resolver. El compartir la vida cotidiana con personas con las que no hay uniones afectivas previas es una tarea francamente difícil.

Otras iniciativas en este sentido son los apartamentos individuales o bipersonales con una gama más o menos amplia de servicios centrales, que se ofrecen en el mismo edificio o en algún centro gerontológico cercano: lavandería, restaurante, asistencia doméstica, servicios médicos y de enfermería, actividades de ocio y animación, etc. Estos apartamentos oscilan entre 30-50 m2 y

suelen disponer de algún sistema de teleasistencia o simplemente una alarma conectada con la conserjería del edificio.

Viviendas compartidas

A diferencia del sistema anterior, la vivienda es propiedad de uno de los residentes, quien ofrece la posibilidad de compartirla con alguien con el que no esta emparentado, generalmente a través de una entidad. Hay distintos modelos de vivienda compartida, siendo especialmente interesante el llamado "modelo intergeneracional", en el que la persona mayores comparte su vivienda con un joven estudiante.

Acogimiento familiar

Constituye otro ejemplo de vida compartida desarrollado especialmente en estos últimos años. Pretende el acogimiento de personas de edad avanzada en entornos familiares o "cuasi familiares" sin que exista parentesco. El régimen de acogimiento consiste en un contrato que

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vincula a una persona mayor con otra más joven, con unas obligaciones similares a las que tiene un hijo con un padre, pero sin los derechos sobre la administración de sus bienes ni de representación legal. BIBLIOGRAFÍA RECURSOS ELECTRÓNICOS n » En revisión n » En revisión

Referencias

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