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VENGA A NOSOTROS TU REINO

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Academic year: 2021

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FOLLETO Nº 4 3/2021

VENGA A NOSOTROS TU REINO

Congregación de las Misioneras Hijas del Corazón de Jesús

“Quien intenta desentenderse del amor se dispone a desentenderse del hombre en cuanto hombre. Siempre habrá sufrimiento que necesite consuelo y ayuda. Siempre habrá soledad. Siempre se darán también situaciones de necesidad material en las que es indispensable una ayuda que muestre un amor concreto al prójimo”

… DEUS CARITAS EST

Con la esperanza de vivir cada día y disfrutando la oportunidad de ver en la ciencia la ayuda del hombre, nos encontramos nuevamente con ustedes en este 2021, confiando nuestra vida en el Dios de Jesús. Un Dios que es siempre fiel.

Central: Calle Arabial, 59, 18004 Granada, España, info@misionerashcj.com

(0034) 958 25 05 25 www misionerashcj.com

“Acerquémonos a la palabra con un corazón dócil y

orante, para que ella penetre a fondo en sus

pensamientos y sentimientos y engendre dentro de

sí una mentalidad nueva” … EVANGELII GAUDIUM

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AL ENTERARSE DE QUE ERA JESÚS

DE NAZARET, SE PUSO A GRITAR:

“¡HIJO DE DAVID, JESÚS, TEN

COMPASIÓN DE MÍ!”

MC 10,47

Los saludamos con alegría en esta cuarta edición, no sin olvidar la

situación de nuestra humanidad.

¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí! ¿Cuántos de nosotros hemos vivido esta expresión? Hemos visto y expresado la necesidad de la misericordia de Dios en los momentos de dificultad; en esta pandemia que nos ha azotado, de formas tan diversas: en la salud, en la economía, en la estructura sanitaria de nuestros gobiernos y como no mencionar el hecho de confrontar nuestra capacidad de comportamiento como ciudadanos frente a los otros, en ser corresponsables y copartícipes en el cuidado de todos.

Pero todo esto ya lo sabemos; solo esperamos no olvidar todos los aprendizajes que resuenan en los momentos de dificultad, para esta edición tendremos en cuenta la experiencia siempre nueva de nuestra fe, vimos como el pasar años de procesiones y aglomeraciones por la Semana Santa a un año en donde el Papa Francisco solo en la plaza de San Pedro nos daba su bendición. Este año se nos brinda más apertura a diferencia del 2020 y nos encontramos llamados a ahondar más en la Iglesia doméstica, que aprende en casa y comparte su fe en el Templo. Porque nuestra finitud es para compartir en vida lo que realmente podemos dejar, una huella, que es la huella de nuestro vivir en el corazón del otro.

Es Jesús mismo quién en la celebración de la Semana Santa nos da la enseñanza de como una vida deja huella en la humanidad. Dios nos llama a la vida, una vida que se mantiene en el presente, con esperanza.

Que este tiempo de cuaresma nos permita ahondar en el silencio y el misterio de Dios, en reconocer a lo que él nos está llamando, acogiendo nuestra humanidad.

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UNA SEMANA DESDE EL

CORAZÓN, PORQUE EL AMOR SE

HA MANIFESTADO EN ACCIONES

CONCRETAS, EN UNA VIDA

ENTREGADA.

Hemos caminado de una manera poco usual, no lo vimos venir, pero la apertura de nuestros hogares a la vivencia de la Fe, una fe más consciente y aterrizada. Es retornar a los inicios, en donde Jesús caminaba junto a sus discípulos e iban por las casas y acrecentaban la experiencia del Dios de Jesús en lo cotidiano de sus vidas.

La entrada de Jerusalén es el signo del Domingo de Ramos. Jesús nos muestra su compromiso con el Reino de Dios, al asumir las consecuencias de dar a conocer el amor de Dios, un amor que perdona, que libera y reconforta. Con palmas y ramos de olivo, aclamemos al Señor, que nuestros actos de cariño sean visibles y perceptibles cada día.

Reconocer al Mesías esperado ¡Hosana! ¡Aleluya! estamos en la Pascua del Señor, un aire de fiesta llega a nuestros hogares, proclamando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, la entrada en nuestros hogares, en el signo más grande de humildad, sentado sobre un pollino; el maestro sube a Jerusalén a asumir las consecuencias de la coherencia de su vida, el compromiso con su religión (Jesús como buen judío de su época subía a Jerusalén a celebrar la Pascua).

En la búsqueda de cumplir nuestras metas y propósitos subimos al lugar culmen de nuestras vidas, al límite de nuestras existencias, pero ese subir no siempre está acompañado de humildad o de asumir las consecuencias de nuestras acciones, consecuencias que resultan dolorosas y negativas para nosotros o para alguna persona en nuestro entorno. O una subida a afrontar nuestra vulnerabilidad, tan expuesta de manifiesto en esta pandemia.

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“Los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos

oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva” Mt 11,5

Después del día de Domingo de Ramos, tenemos tres días Santos los cuales son los últimos de la cuaresma antes de nuestro Triduo Pascual.

En estos días los textos del profeta Isaías nos invita a una lectura del Siervo de Yahvé, retomamos los textos del Pueblo elegido que espera al Santo de Dios, el Salvador que viene a salvar y nos salva no de una forma mágica, sino de maneras inesperadas porque como hemos visto durante estos últimos meses, salvar es también: cuidar, cuidarme y cuidarnos.

Y los evangelios nos muestran el eco de las primeras comunidades entorno a la muerte de Jesús, lecturas de fe, experiencia del Mesías. Es retomar la muerte en la sensibilidad que estamos manifestando, la muerte dejada de lado en muchos momentos, que por el pasar tan rápido de los días solo era una pena vivida y que ahora se está presentando en un vacío al no poder expresar y vivenciar las despedidas de aquellos quienes ocupan un lugar en nuestra mente y corazón.

Porque hemos desarrollado un vínculo una reciprocidad, no solo en el contacto cotidiano de nuestra vida sino en estos vínculos de identificación y acompañamiento desarrollados en medio de la pandemia.

Has roto mis ataduras Dios mío,

te recuerdo con agradecimiento

y proclamo tu amor hacia mí.

Que mis huesos se empapen de tu amor.

Y digan: nadie está tan cerca de mí,

nadie me quiere tanto como él.

Has roto mis ataduras.

Contaré en la comunidad cómo lo has hecho,

y todos mis compañeros dirán:

tenemos en Dios que es bendición.

Donde él entra, se va la muerte

y brota la vida a raudales.

San Agustín.

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Pascua o Triduo Pascual; es la celebración cristiana, sacramental y comunitaria que nos convoca a edificar nuestra fe en la experiencia de Jesús muerto, sepultado, resucitado y glorificado.

“Jesús le respondió: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; lo comprenderás más tarde” Jn. 13,7

En la celebración del Jueves Santo encontramos estos dos signos de entrega: el lavatorio de pies y la cena del Señor. Signos de servicio, de enseñanza, de compromiso y de donación; si a aquel a quien llamamos Maestro nos enseña el camino ¿Cómo no hemos de aprender? Es el testimonio que damos, el seguir el ejemplo de Jesús.

Jesús en la libertad y autenticidad de ser Hijo de Dios, va manifestando el amor y la verdad que en el compartir del pan y el vino, nos invita también a ser signos de amor y de verdad, en medio del sufrimiento y la injusticia de nuestros pueblos, para dar testimonio de fortaleza y de entrega para quien se encuentre con nosotros.

Subida al interior: subida hacia la cruz para llegar a la resurrección. Es la desnudez del altar del

Viernes Santo lo que nos invita a apreciar nuestra tristeza y soledad, muchas veces no comprendida, un momento de encrucijada, que para Jesús fue en Getsemaní porque en el camino de la Cruz y el instante mismo de la crucifixión significo la entrega total.

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“Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida… Nadie me la quita; yo

la doy voluntariamente…” Jn 10,17-18.

Reconozcamos como Dios se mantiene al lado nuestro, sintiendo nuestro dolor y sufrimiento, porque a pesar del dolor sentimos, la presión y la dificultad vemos también como el corazón no deja de latir. Después del contemplar al crucificado en tantos hombres y mujeres que entregan su vida en el trabajo por una sociedad mejor, en tantos inocentes que sufren la injusticia de los que tienen poder, en tantas personas que por ir tras la banalidad y superficialidad de un mundo perfecto sufren el sin sentido de sus vidas.

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Un amor que se expone a la calidez del fuego a su purificación junto a la frescura del agua que se esparce para bendecir el fuego de la Vigilia Pascual y el agua los símbolos de está gran noche. En la victoria de Jesús Resucitado.

Noche llena de amor, detalles de amor en la inocencia, la justicia, la integridad, el crecimiento, la fortaleza, la vulnerabilidad y el cuestionamiento. Nuestro jubilo de Resurrección, en la escucha atenta del paso del Dios desde la creación y todo el proceso de Salvación.

Renovamos nuestra esperanza y confianza, porque la muerte no tiene la última palabra, y la experiencia del Resucitado nos da la fortaleza para continuar el camino que aun nos queda por recorrer, nos levanta para levantar, nos reconforta para ayudar y nos sensibiliza para construir un mundo mejor.

En todos estos crucificados contemplamos también a sus seres queridos que, como María al pie de la Cruz, en la impotencia de no poder cambiar nada, están acompañando a los más sufrientes a los necesitados Durante la mañana del Sábado Santo acompañamos la espera, la tristeza corta o larga de muchas personas que esperan que el amor, la confianza, la cercanía, la esperanza se habrán paso, aun cuando seamos indiferentes para poder ver, aceptar y acoger los mensajes de cariño, las acciones de solidaridad, gestos tiernos que animan nuestro corazón enterrado. Un corazón ansioso de estallar de amor.

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¡HA RESUCITADO EL SEÑOR!

Meditando la palabra Mc 16, 1 – 17

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro. Se decían unas a otras. “¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?” Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande. Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: “No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde lo pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo”.

En el relato de este Evangelio encontramos a 3

mujeres en camino, apresuradas, preocupadas,

frágiles; que aguardan con premura el primer

día de la semana y la primera hora del día para

ir en busca del cuerpo de Jesús. Para

comprender su actuar es preciso recordar el

drama que habían vivido el viernes santo. Ellas

habían visto morir a Jesús injustamente, de

modo violento y sin poder hacer nada para

impedirlo. No pudieron evitar la muerte de

quién amaban y tampoco pudieron sepultarlo

adecuadamente, porque la ley lo impedía.

El dolor y la impotencia que acompaña a estas

mujeres, es el mismo que viven hoy, miles de

familias en todo el mundo. Es indescriptible el

sufrimiento que experimentan aquellos, que

amando tanto, no pueden hacer nada para

impedir la muerte repentina del hermano, la

hermana, el padre, la madre, el abuelo, la

abuela, el familiar, el amigo o el vecino; y a

esto se suma el no poder celebrar los ritos

fúnebres como debe ser.

Por eso es preciso volver la mirada sobre el

caminar de estas mujeres, para descubrir

algunas claves que nos ayuden a atravesar este

tramo doloroso de nuestro caminar como

humanidad. Para pasar de la muerte del Viernes

Santo, de la espera silenciosa del sábado, hasta

llegar al esperanzado primer día de la semana.

Así pues, la primera clave que encontramos es

la COMPAÑÍA. Ellas se acompañan en el

dolor, se unen para vivir juntas este momento,

no se hunden en la soledad y el vacío que deja

la partida de quien se ama. Por lo que somos

invitados a acompañarnos unos a otros, a sufrir

juntos.

La segunda clave está en la PRESENCIA Y LA

VOZ “del joven vestido de blanco”, que es al

único que ven, que escuchan y que encuentran

en la tumba. Ellas habían llegado buscando el

cuerpo de Jesús y no esta. Por sus

características, este joven representa a Dios, Él

es presencia, Él se nos adelanta a nuestras

búsquedas, nos sorprende y como dice el Papa

Francisco, “nos primerea” en todo; Él está ahí,

para ayudarnos a comprender lo que ha pasado

y lo que nos está pasando, por eso hay que

escucharlo. Hoy más que nunca necesitamos

escuchar, en lo hondo de nuestro ser, la voz de

Dios que nos dice: “No se asusten… Ha

resucitado…No está aquí…vayan a Galilea,

allí le verán”.

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alilea es el lugar donde Jesús inicio su predicación, donde conoció a sus primeros discípulos,

donde creció junto a su familia y amigos, donde aprendió a amar, a valorar y a cuidar la vida.

Galilea es la patria, la tierra, la casa de Jesús. Aquí esta, la tercera clave que encontramos en

este reto, VOLVER A GALILEA, volver a casa, volver al lugar donde compartimos la vida con los

que amamos y ya no están. Volver para resucitar su presencia, sus gestos, sus miradas, sus palabras,

sus risas, sus acciones más significativas. Solo allí podremos verlos, y entonces encontrará alivio y

descanso nuestro corazón abatido, y surgirá la esperanza y el gozo de seguir unidos a ellos. Poco a

poco se abrirá paso, en nuestros corazones, un profundo y sincero agradecimiento a Dios, a la vida y

a ellos por todo lo vivido.

Que, de la mano de María Magdalena, María de Santiago, Salomé y con la gracia de Dios sigamos

atravesando el duro tramo de la enfermedad y la muerte que invaden nuestros corazones en este

tiempo de pandemia, para que juntos alcancemos a vislumbrar la esperanza gozosa de la Resurrección

entre nosotros y en nuestras vidas. Confiemos en el Corazón de Jesús,

“consuelo de los afligidos”,

quién no nos deja sumidos en la muerte y el dolor, sino que, nos devuelve la esperanza y la alegría

de vivir eternamente en su corazón, junto al Padre y junto a los que se nos han adelantado.

Hna. Gloria Sarango Moreto MHCJ.

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NOS UNIMOS AL PAPA

FRANCISCO EN ORACIÓN:

Marzo: El Sacramento de la reconciliación. Recemos para que vivamos el sacramento de la reconciliación con renovada profundidad, para saborear la infinita misericordia de Dios.

Abril: Derechos fundamentales. Recemos por aquellos que arriesgan sus vidas luchando por los derechos fundamentales en dictaduras, en regímenes autoritarios e incluso en democracias en crisis.

Mayo: El mundo de las finanzas. Recemos para que los responsables del mundo financiero colaboren con los gobiernos, a fin de regular los mercados financieros para proteger a los ciudadanos de su peligro.

Secuencia de Pascua

Lucharon vida y muerte en singular batalla,

y muerto el que es la vida,

triunfante se levanta.

¿Qué has visto de camino, María en la mañana?

A mí Señor glorioso, la tumba abandonada,

los ángeles testigos, sudarios y mortaja.

¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!

Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia

que estas resucitado; la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate de la miseria humana

Y da a tus fieles parte en tu victoria santa

.

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Luis Guillermo Sarasa, sj

Textos para la Semana Santa: El hombre es curado es feliz, cuando la Palabra de Dios nos

acompaña, nos permea, cuando asume su historia de vida en nuestra vida.

• Domingo de Ramos en la Pasión del Señor (14 de abril)

Is 50, 4-7; Sal 21; Flp 2, 6-11; Mc 14,1 - 15,47

• Lunes Santo (15 de abril)

Is 42, 1-7; Sal 26; Jn 12, 1-11

• Martes Santo (16 de abril)

Is 49, 1-6; Sal 70; Jn 13, 21-33.36-38

• Miércoles Santo (17 de abril)

Is 50 4-9; Sal 68; Mt 26, 14-25

• Jueves Santo de la Cena del Señor (18 de abril)

Éx 12, 1-8.11-14; Sal 115; I Co 11, 23-26; Jn 13, 1-15

• Viernes Santo de la Muerte del Señor (19 de abril)

Ayuno y Abstinencia

Is 52, 13 - 53, 12; Sal 30; Hb 4, 14-16; 5, 7-9; Jn 18, 1 – 19, 42

• Sábado Santo de la Sepultura del Señor - Vigilia Pascual (20 de abril)

En el día la Iglesia se abstiene del sacrificio de la Misa

Gn 1,1 - 2,2; Sal 103; Gn 22, 1-18; Sal 15; Ex 14,15 - 15,1; Ex 15, 1-6.17-18; Is 54, 5-14; Sal 29, Is 55, 1-11; Bar 3, 9-15.32-4,4; Sal 18; Ez 36, 16-28; Sal 41 ó 50; Rom 6, 3-11; Sal 117; Mc 16, 1-7

• Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor (21 de abril)

Hch 10, 34a.37-43; Sal 117; Col 3, 1-4; Jn 20 1-9

Para seguir meditando:

https://www.iesuscaritas.org/wp-content/uploads/2021/02/Mensaje-del-Papa-Francisco-para-la-Cuaresma-2021.pdf

https://pastoralsj.org/ser/3048-necesitamos-heroes-maestros-a-imitar

https://pastoralsj.org/creer/1653-decir-creo?fbclid=IwAR1G2QMsSFehTaL-QuxliVuVoo593-FDLw2_i4sdAZuWsqrTj5-3ihcZ0xE

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FELIZ PASCUA

DE RESURRECCIÓN

@: misionerashcj.com

Referencias

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