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CARTOGRAFÍA. El mapa del tesoro

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CARTOGRAFÍA

S

al de Morella y busca la carretera N-232 en dirección norte hacia La Pobla d’Alcolea. En el punto kilométrico 78,5 toma el desvío a la derecha y sigue las indicaciones del paraje, ya casi estás. En total son unos 12 kilómetros los que separan el paraje de la localidad.

El mapa del tesoro

CARTOGRAFÍA

El verde intenso del acebo simboliza el resurgir de la vida

Has llegado a un Espacio Protegido. Sé protagonista de su conservación

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P

ereroles tiene todo aquello que uno es-pera cuando piensa en salir a la montaña. Un

pinar de pino negral con solera, de grises troncos espigados acompañados aquí y allá por acebos, guillomos y quejigos. Rincones más sombríos y húmedos donde los arces

y los tilos regalan sus colores. Y multitud de

herbáceas bajo todos ellos esperando servir de alimento a la ganadería extensiva que allí pasta.

Y las ardillas, con sus juegos, tan abundantes en el Pla de Roqué que son todo un espec-táculo. También la cabra montés, el jabalí, el

corzo, el zorro y el gato montés, que, si no ha-ces mucho ruido, incluso te pueden sorpren-der. Ahora para un momento y escucha, ¿no oyes ese repiqueteo? Es el pico picapinos. In-tenta localizarlo, verás qué ave tan hermosa. Pero el ser humano también ha aportado mucho a esta imagen típica de montaña que todos tenemos formada. Antiguos hornos de cal, fuentes, viveros forestales, refugios rehabilitados que esperan acogerte... ¡Y una

casa forestal de principios del siglo XX!

Descubrir una pequeña maravilla

El verde intenso del acebo simboliza el resurgir de la vida

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E

ste paraje es perfecto para hacer senderis-mo o recorrerlo con bicicleta de montaña ya que está repleto de sendas. Si te paras a mi-rar los carteles, parece que desde Pereroles se pueda caminar a todas partes.

Hay senderos para todos los gustos y esta-dos de forma pero el simple placer de mero-dear bajo el pinar, subir por el antiguo vivero, pararse a tomar un poco el sol y jugar a dis-tinguir los cantos de las aves junto a la casa forestal... Solo con eso, sin darte cuenta, se te pasarán las horas y verás cómo se te dibuja una gran sonrisa en la cara.

También se puede ir a buscar setas en otoño con cesta y navaja, respeto por el medio am-biente, permiso y pensando en las que, de verdad, te vas a poder comer.

Es un lugar ideal para quedarse varios días y

desconectar del mundo. Las mil y una acti-vidades que se te pueden ocurrir o las cami-natas que puedes hacer harán de tu estancia

en sus tresrefugios rehabilitados una expe-riencia que querrás repetir.

Disfrutar de lo natural

En Pereroles hasta la fauna hace senderismo

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E

l monte Pereroles está vinculado desde siempre a la vida forestal pero también a la

ganadera, pues por allí pastan vacas y ovejas desde hace generaciones.

La ganadería extensiva pasa seis meses al año en el paraje y otros montes, se protege allí de los rigores del invierno de Morella y ayuda a proteger la montaña de los temidos incendios limpiándola de herbáceas y ma-torral bajo. La actividad ganadera es tan im-portante en Morella que incluso celebran una

feria dedicada a ella.

La casa forestal, con sus casi 100 años de vida, fue creando todo un entramado de ins-talaciones utilizadas por el propio forestal, que vivía allí, tanto para el cuidado del monte como para aprovechar sus recursos, que no es sino otra forma de cuidarlo. El vivero fo-restal, donde criar y aclimatar plantas para repoblaciones que enriquecieran la montaña es una de ellas. Como también las antiguas carboneras y hornos de cal,de los que ape-nas quedan vestigios.

Además, en el refugio de Pereroles guarda-ban los troncos talados hasta el momento de partir hacia su destino: construir barcos para la Marina.

Érase una vez

El agente medioambiental, guarda de campo y monte desde el siglo XVIII

allí de los rigores del invierno de Morella y ayuda a proteger la montaña de los temidos incendios limpiándola de herbáceas y ma-torral bajo. La actividad ganadera es tan im-portante en Morella que incluso celebran una

, con sus casi 100 años de vida, fue creando todo un entramado de ins-talaciones utilizadas por el propio forestal, que vivía allí, tanto para el cuidado del monte como para aprovechar sus recursos, que no es sino otra forma de cuidarlo. El vivero

fo-, donde criar y aclimatar plantas para repoblaciones que enriquecieran la montaña es una de ellas. Como también las antiguas

hornos de cal, de los que

ape-Además, en el refugio de Pereroles guarda-ban los troncos talados hasta el momento de partir hacia su destino: construir barcos para

El agente medioambiental, guarda de campo y monte desde el siglo XVIII

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Sabores: tierra y tradición

P

ereroles regala vida y platos sabrosos aun-que sea de forma indirecta. Con la leche de las ovejas que allí pastan, aunque cada vez paseen menos por el paraje, preparan una

cuajada y unos quesos deliciosos.

Las setas sí que son un gran regalo de es-tos montes, que los restaurantes de Morella aprovechan para realizar jornadas gastronó-micas.

El clima tan riguroso de la localidad no permi-te mucha variedad en cuanto a cultivos, ape-nas cebada, centeno forrajero, trigo y unos cuantos almendros, pero con el fruto de estos últimos preparan unos dulces como el flaó de Morella, relleno de requesón, los almen-drados y los carquinyols. ¡Y no te vayas del horno sin comprar un buen pan tradicional! La cocina de Morella es rica en calorías para soportar el frío y el trabajo duro. Los platos típicos de pastores, como las migas, siguen atrayendo a las gentes a sus restaurantes. Igual ocurre con las carnes, con las famosas

croquetas morellanas o con las recetas tru-fadas. Y para digerir todo eso recomiendan un buen orujo de hierbas.

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D

espués de perderte por la naturaleza, vuel-ve a la ciudad y disfruta de sus milenios de historia y de la vida que allí vibra. Visitar su

castillo es obligado para conocer la historia de la localidad y entender el porqué de sus muchas fortificaciones.

Además, repartidos por sus calles, en anti-guos edificios rehabilitados, varios museos

atraerán tu atención, comenzando por el de los dinosaurios. Puedes seguir descubriendo las pinturas rupestres de Morella la Vella, las torres de San Miguel y las salas góticas del Ayuntamiento.

El bello estilo gótico de la iglesia arciprestal de Santa María la Mayor necesitará una visita detenida y atenta, y callejear en busca de una buena manta morellana es lo tradicional. La agenda de la ciudad tiene citas importan-tes con la música, como su Festival Interna-cional de Música de Órgano, o el Early Music Morella, de música antigua.

La fiesta de Sant Antoni, en enero, es quizá la más representativa, con una curiosidad, pues celebran la llaurà i el mondongo, que es una representación de la vida tradicional.

representación de la vida tradicional.

Más allá del paraje

¿Sabes ya quién es el ángel de la

guarda de Pereroles?

La ciudad de Morella se impone entre un mar de montañas

torres de San Miguel y las salas góticas del Ayuntamiento.

¿Sabes ya quién es el ángel de la

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