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COBERTURAS MIEMBRO SUPERIOR E INFERIOR

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COBERTURAS MIEMBRO SUPERIOR E INFERIOR

INTRODUCCIÓN

Los defectos de tejido han constituido siempre un reto para los cirujanos. Finalizando el siglo XIX y en los primeros años del XX fueron realizados muchos colgajos que no siempre se publican o describen pero constituyeron un extraordinario avance en la cirugía reconstructiva y permitiendo formular los conceptos y conocimientos técnicos y anatómicos que forman la base de la cobertura cutánea. Antes de la II Guerra Mundial los cirujanos reconstructivos contaban con elementos suficientemente establecidos para realizar colgajos pediculados e incluso algunos libres.

A finales de los años 50 del pasado siglo se estimula la investigación el campo de la microcirugía en países como Japón, Estados Unidos y Unión Soviética apareciendo en la literatura una serie de trabajos experimentales. En 1960 Jacobson y Suárez describen por primera vez la anastomosis de un vaso de 1 mm. Desde entonces la microcirugía vascular hace posible la transferencia libre de tejidos. Los mayores avances ocurren en la primera mitad de los 80 en el siglo XX.

COLGAJOS EN EL MIEMBRO SUPERIOR

1. Colgajo pediculado axial muscular o músculo-cutáneo dorsal ancho. Su vascularización depende de la arteria tóraco-dorsal, rama a su vez de la arteria

subescapular. Recibe además riego sanguíneo de las arterias intercostales en la inserción de dicho músculo a nivel de la columna vertebral. Se puede utilizar como:

- Cobertura para defectos mediales de la espalda, basado en estas ramas de las arterias intercostales.

- Colgajo muscular, colgajo músculo-cutáneo ó como colgajo compuesto incorporando un segmento óseo de 9ª ó 10ª costilla.

- Apoyo a transferencias funcionales:

- Como colgajo axial tiene un amplio radio de cobertura que abarca desde la mejilla homolateral pasando por hemitórax hasta casi el

tercio medio de antebrazo.

- Como colgajo libre tiene la ventaja de poseer un pedículo largo y de buen calibre para anastomosis microquirúrgica.

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2. Colgajo escapular o para escapular:

Fundamentalmente se utilizan como colgajos libres. Se nutren de ramas cutáneas de la arteria circunfleja escapular, que sale de la arteria subescapular y se dirige hacia el borde axilar de la escápula entre los músculos redondo mayor y redondo menor. La arteria para escapular es la más larga y constante de las dos y permite incorporar al colgajo una pastilla ósea de la escápula.

3. Colgajo del músculo serrato anterior:

Es un músculo fino conmúltiples digitaciones entre la escápula y la pared torácica lateral. Tiene una vascularización dual: la arteria torácica lateral y ramas de la arteria tóraco-dorsal. Normalmente se utilizan las 3 últimas digitaciones preservando las 5 a 6 superiores para evitar la escápula alada. Permite cubrir defectos de tórax, parte posterior de tronco, axila y cavidad intratorácica. Se utiliza también a menudo como colgajo muscular libre, transferencias funcionales (parálisis facial) o para coberturas complejas combinado con dorsal ancho en el mismo colgajo.

4. Colgajo antebraquial radial.

Nutrido por ramas septocutáneas de la arteria radial, ha sido probablemente el colgajo mas utilizado en la cobertura de defectos grandes en mano y miembro superior. También se ha utilizado ampliamente como colgajo libre

5. Colgajo interóseo posterior.

Está basado en ramas septocutáneas de la arteria interósea posterior. Aunque es el colgajo de elección para los defectos del dorso de la mano y la primera comisura, también se puede utilizar para la cobertura de pequeñas pérdidas de sustancia en la cara posterior del codo.

6. Colgajo lateral del brazo.

Se talla en los dos tercios laterales del brazo entre la inserción del músculo deltoides y el epicóndilo lateral. Se trata de un colgajo fascial o fascio cutáneo nutrido por una rama de la arteria braquial profunda, la arteria colateral radial que discurre en el septo formado por los músculos tríceps y braquioradialis para anastomosarse distalmente con la arteria recurrente radial a nivel del epicóndilo lateral. Es precisamente esta

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anastomosis la que posibilita a este colgajo la cobertura de pérdidas de sustancia en el codo.

Coberturas de la mano: Coberturas de la cara dorsal

7. Colgajos intermetacarpianos dorsales.

Están basados en las arterias intermetacarpianas dorsales, que discurren en los espacios intermetacarpianos y se anastomosan en la región comisural con la red vascular palmar, lo que permite su uso como colgajos con flujo anterógrado ó retrogrado. Aunque en teoría se pueden tallar en cualquier espacio intermetacarpiano, la arteria mas constante es la del segundo espacio, siguiéndole en orden de frecuencia la arteria del tercer espacio. El plano de disección de estos colgajos debe ser profundo a la aponeurosis de la musculatura interósea.

8. Colgajos dorso-comisurales.

Son colgajos en isla con flujo retrógrado basados en perforantes de las arterias intermetacarpianas dorsales, que irrigan la piel del dorso de la mano y son distales a las uniones intertendinosas. Se tallan fácilmente (solo hasta el peritenon) y no requieren incluir la aponeurosis del músculo interóseo subyacente. Permiten cubrir pérdidas de sustancia distales en dorso de la mano y dorso de dedos largos hasta la articulación interfalángica proximal (IFP).

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9. Colgajo interóseo posterior.

Está especialmente indicado en esta situación, pues permite cubrir todo el dorso de la mano sin excluir uno de los ejes vasculares importantes de la mano. También es la mejor opción para la cobertura de los grandes defectos de la primera comisura.

10. Colgajo antebraquial.

Está basado en la arteria radial a flujo retrógrado.

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Coberturas del pulgar:Cobertura del pulpejo Su localización, tiene las siguientes características:

- Los injertos no son recomendables.

- En caso de amputaciones distales del pulpejo, el acortamiento óseo y cierre directo, está contraindicado en el pulgar.

- Los colgajos locales de avance (Atasoy, Kuttler), usados con frecuencia en dedos largos, tampoco están indicados en el pulgar pues a veces producen cicatrices en pulpejo que son dolorosas al realizar la pinza.

11. Colgajo de avance volar de Möberg.

Moviliza la piel de la cara volar del pulgar sobre los dos pedículos neurovasculares. El cierre se consigue con una ligera flexión de la articulación inter falángica. Se describe una variante de este colgajo haciendo un avance bipediculado parcial de la piel volar e injertando con piel de espesor total la zona dadora.

12. Colgajo dorso-cubital de la articulación MCF de pulgar

Se basa en la arteria dorso-cubital del pulgar a flujo retrógrado que se anastomosa con la arteria dorso-radial por la arcada dorsal de la matriz ungüeal y con las arterias colaterales palmares a nivel del cuello de la primera falange. Se puede sensibilizar el colgajo. En el caso de amputaciones oblicuas, Venkataswami y Subramanian proponen un colgajo triangular de avance lateral con un cierre V-Y del defecto.

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Para grandes pérdidas de sustancia del pulpejo se utilizan los colgajos axiales a distancia:

13. Colgajo hetero-digital de Littler.

Es uno de los más utilizados. Es tomado fundamentalmente del cubital de 4º dedo resensibilizando el nervio dador mediante sutura microvascular al colateral del pulgar para evitar que la sensación táctil se localiza en la zona dadora.

Colgajo de Littler para defecto pulgar Gentileza Dr. Del Cerro

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14. Colgajo de dorso de F1 y MCF de 2º dedo.

Inicialmente descrito por Foucher y Braun, es un colgajo sensible basado en la arteria intermetacarpiana dorsal del primer espacio y en ramas sensitivas del nervio radial. Es una de las primeras opciones en cobertura de defectos del pulgar y la primera comisura.

Coberturas de los dedos largos: Coberturas de los pulpejos 15. Colgajos locales de avance, Atasoy y Kutler.

Tienen su indicación especialmente en amputaciones transversales distales.

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16. Colgajo de avance triangular de cara lateral y volar del dedo. En caso de amputaciones oblicuas podemos utilizarlo sobre el pedículo

neurovascular homolateral descrito inicialmente para el pulgar (Venkataswami y Subramanian).

Coberturas de la cara volar

Para pequeños defectos con exposición tendinosa, resultan útiles colgajos locales de transposición tipo Hueston utilizando una charnela lateral.

17. Colgajo latero-digital.

Para las pérdidas de sustancia en la falange proximal; se trata de un colgajo tomado de la cara lateral del dedo que se rota 90º. También podemos utilizar colgajos

homodigitales de flujo anterógrado tomados de cara dorso-lateral de falange media.

18. Colgajos cross-finger heterodigitales

Se pueden utilizar para la cobertura de defectos volares tanto en falange proximal como en falange media. La zona dadora se recubre con un injerto laminar y requiere dos tiempos quirúrgicos.

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Coberturas de la cara dorsal

La piel de la cara dorsal de los dedos es fina y móvil y a diferencia del pulgar los dedos largos no poseen red arterial dorsal independiente y mas allá de la articulación interfalángica proximal, la vascularización dorsal depende solo de las arterias colaterales volares.

Cross -Finger para defecto palmar Gentileza Dr. Del Cerro

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19. Colgajo cuadrangular de avance y rotación de Hueston.

Es útil para las pérdidas de sustancia pequeñas. Precisa injerto complementario en zona dadora.

20. Colgajos en isla intermetacarpianos dorsales a flujo retrógrado

Permiten cubrir las pérdidas de sustancia dorsales y de la articulación IFP, especialmente de dedos índice y medio, dadas las variaciones anatómicas de estas arterias en 3º y 4º espacios interdigitales.

21. Colgajos cross-finger desepidermizados del dedo adyacente.

Para las pérdidas de sustancia del dorso de falange media y articulación IFD, que se separan a los 15-20 días. Al utilizar colgajos desepidermizados, la secuela estética es menor.

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COBERTURAS DEL MIEMBRO INFERIOR

Con frecuencia la mejor solución para los defectos del tercio medio-distal de la tibia son las transferencias microvasculares. Durante las tres últimas décadas el desarrollo de las técnicas microquirúrgicas y la aplicación de estas técnicas a la reconstrucción de la extremidad inferior han hecho que los colgajos libres sean en muchas ocasiones la técnica de primera elección, especialmente en grandes defectos, defectos combinados o cuando no se pueda recurrir a defectos locales. Las indicaciones son las lesiones traumáticas de alta energía, lesiones actínicas, osteomielitis y pseudoartrosis recalcitrantes.

De entre los más de 60 colgajos libres descritos los más útiles para cubrir defectos del tercio medio e inferior de la pierna son los colgajos musculares como el recto abdominal, dorsal ancho, serrato y gracilis y los colgajos fasciocutáneos como el escapular, parascapular y el anterolateral del muslo.

Los colgajos musculares tienen en común algunas características que los hacen idóneos para la reconstrucción de la extremidad inferior. La razón es que los músculos se puede moldear y adaptar a la geometría irregular de la herida. Por su gran volumen son idóneos para rellenar grandes defectos si se transfieren libres. Están ricamente vascularizados, lo que es una ventaja para el ambiente isquémico que envuelve los defectos postraumáticos, los tejidos infectados o radiados de las extremidades inferiores. Su contorno mejora con el tiempo a diferencia de los fasciocutaneos que pueden hacerse edematosos o congestivos en determinadas posiciones. El resultado cosmético con un injerto sobre el músculo es aceptable aunque inferior a un colgajo fasciocutáneo. La morbilidad de la zona dadora es pequeña cuando se requiere una cantidad grande de tejido. Por último todos aportan un pedículo vascular largo aunque la única fuente de drenaje es la vena del pedículo principal. Otro inconveniente es que al carecer de tejido subcutáneo la zona del colgajo puede tener intolerancia al frio.

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Fractura abierta grado IIIB de codo

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Los colgajos fasciocutáneos tienen como ventajas que no se sacrifica ningún músculo y por lo tanto no se altera ninguna función. Una gran ventaja es que suelen tener 2 venas y además se pueden obtener fuentes de drenaje venoso alternativo con venas subcutáneas incluidas en el colgajo. En pocos días se restaura el plexo subpapilar y subdérmico en las suturas cutáneas que hacen el colgajo autónomo del pedículo principal. Esto permite una supervivencia tras obstrucciones tardías del pedículo principal y permite su abordaje por la mitad del colgajo en cirugías posteriores. La zona dadora, si no son muy grandes, se puede cerrar de forma directa siendo la morbilidad mínima. También están ricamente vascularizados y si se eligen correctamente tienen un magnífico aspecto estético y no desarrollan intolerancia al frio. En algunos casos se pueden utilizar con un nervio sensitivo que le proporciona cierta sensibilidad de protección, especialmente en zonas de apoyo. El pedículo en general es más corto aunque puede ser muy largo como en el colgajo de perforantes anterolateral del muslo. En general recomendamos los colgajos fasciocutáneos para medianos y pequeños defectos y reservamos los colgajos musculares para grandes defectos.

Colgajo neurocutáneo sural de base distal.

Colgajo tipo neurocutáneo. Su vascularización se basa en el nervio sural, acompañado por la más o menos desarrollada arteria sural, que continúa hacia la región retromaleolar como una verdadera red vascular. Existen numerosas anastomosis entre este eje y la arteria peronea. La más distal se encuentra a tres dedos del maleolo lateral, siendo considerado como punto pivote. Entre sus aplicaciones clínicas está: elevado sobre la cara posterior de la pantorrilla, especialmente indicado para la cobertura de la cara posterior del talón y la región del maleolo lateral.

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Colgajo sural con islote muscular de gemelo

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Colgajo de gemelo

El colgajo con gemelo es muy útil para el tratamiento de los defectos que afectan al 1/3 proximal de pierna y rodilla. Aunque su utilización se ha popularizado tras complicaciones cutáneas y de infección tras la artroplastia total de rodilla, es muy útil para el tratamiento de perdidas de sustancia tras fracturas de 1/3 proximal de tibia o de la región anterior de la rodilla.

Su uso en muy elevado porque su extracción es relativamente sencilla y su vascularización bastante constante.

Se puede utilizar este colgajo únicamente con músculo, o con músculo y piel. Además puede ser pediculado (lo más frecuente) o libre.

Se puede utilizar la cabeza medial o la cabeza lateral, siendo la primera la más utilizada. Cabeza medial del gemelo: es más empleada y de mayor tamaño que la cabeza lateral. Permite la cobertura del 1/3 proximal de la tibia y de la cara anterior y medial de la rodilla. La asociación con una paleta cutánea a nivel distal del músculo y sobre la aponeurosis distal permite un colgajo de mayor tamaño para la cobertura de parte del 1/3 medio de la pierna. Es útil para el tratamiento de fracturas abiertas grado III B que afectan al 1/3 proximal de la tibia y para el tratamiento de fracturas abiertas de rotula con perdida de sustancia cutánea. Además es útil para el tratamiento de problemas cutáneos tras cirugías de meseta tibial que se complican con una infección o un problema de partes blandas. También se puede utilizar en pseudoartrosis atróficas para mejorar la vascularización de la zona.

Indicaciones: Permite la cobertura del 1/3 proximal de la tibia y cara anterior y medial de la rodilla. La asociación con una paleta cutánea a nivel distal del músculo y sobre la aponeurosis distal permite un colgajo de mayor tamaño para la cobertura de parte del 1/3 medio de la pierna.

Vascularización: Tipo I de Mathes y Nahai. Tanto la cabeza medial como lateral están irrigadas por las arterias surales, que se originan de la arteria poplítea y van acompañadas por el nervio motor (nervio tibial). Cada cabeza puede movilizarse individualmente sobre su propio pedículo neurovascular.

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Colgajo inguinal.

Es un colgajo tipo cutáneo, y de patrón axial. Se apoya en la arteria circunfleja ilíaca superficial, que se origina de la arteria femoral, dos centímetros distales al ligamento inguinal. Es un colgajo muy útil para cobertura de la mano en urgencias y debe ser considerado un procedimiento básico para todo cirujano. Ha sido prácticamente abandonado como colgajo libre. Como colgajo pediculado se usa para: Cobertura de la extremidad superior. Cobertura de úlceras de presión trocantéreas.

Colgajo gracilis.

Colgajo de tipo muscular, musculocutáneo. pediculado, o libre.

Vascularización tipo II de Mathes y Nahai: el pedículo dominante es proximal acompañado por el nervio motor obturador. La arteria se origina de la arteria circunfleja femoral medial o directamente de la arteria femoral. La anatomía muscular muestra su origen en la sínfisis del pubis y su inserción en el cóndilo tibial medial.

Permite aportar una amplia paleta cutánea, salvo en su tercio distal, con mínima morbilidad de la zona donante. Sus indicaciones son:

a) Como colgajo libre: Cobertura de defectos de tejido blando, vascularizado por un pedículo proximal. Transferencia funcional: es probablemente la mejor transferencia muscular para restaurar la función de parálisis como la facial. b) Como colgajo pediculado: cobertura de zona inguinal, perineal y región

isquiática.

Colgajo lateral distal del muslo.

Colgajo de tipo cutáneo, de patrón axial o pediculado. Su vascularización es a expensas de ramas cutáneas que se originan de la primera colateral de la arteria poplítea y que emergen en el tejido subcutáneo, 10 cm proximal a la articulación de la rodilla (punto pivote). Las aplicaciones clínicas se relacionan con la cobertura del lado externo de la rodilla y cara anterior de la epífisis femoral.

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Colgajo sóleo.

Colgajo tipo muscular o pediculado. Su vascularización es tipo II de Mathes y Nahai. Ricamente vascularizado por las arterias tibial posterior y arteria peronea, que proporcionan los pedículos principales proximales, un importante pedículo a nivel medial y variables pedículos del 1/3 distal. El músculo entero puede sobrevivir con solo sus dos pedículos principales. Tiene su origen en la cara posterior de la cabeza y 1/3 superior del peroné y línea poplítea de la cara posterior de la tibia. Su inserción es en el calcáneo, a través del tendón de Aquiles.

La transferencia del sóleo es muy útil para la cobertura de defectos de la pierna, siendo de elección para la cobertura del tercio medio: El músculo entero, para defectos grandes pero cortos en longitud. Hemisóleo medial, para defectos estrechos pero que se extienden a lo largo de la cresta tibial.

Colgajo supramaleolar lateral.

Colgajo tipo fasciocutáneo o pediculado. Su vascularización se basa en la arcada anastomótica del tobillo, entre arteria peronea y arteria maleolar lateral anterior, rama de la arteria tibial anterior, y estas con la arteria tarsal lateral. La clave del colgajo se encuentra en que las ramas perforantes dan ramas cutáneas para el lateral de la pierna y éstas se anastomosan con la red vascular que acompaña al nervio peroneo superficial. Las indicaciones clínicas incluyen la cobertura de talón y región aquilea.

Colgajo plantar medial.

Colgajo tipo cutáneo, o pediculado. Su vascularización es a partir de la arteria plantar medial, que se origina de la arteria tibial posterior, cuya rama superficial aporta los vasos cutáneos, que surgen del espacio intermuscular entre el abductor del dedo gordo y el flexor corto de los dedos. La arteria se acompaña de una red venosa y el nervio plantar medial, que permite la obtención de un colgajo con sensibilidad conservada. Es ideal para la cobertura del talón, aunque la técnica es difícil. La alta calidad de la piel es adecuada para la reparación de áreas de apoyo del talón.

El éxito de los colgajos libres en la extremidad inferior requiere el cumplimiento de los mismos principios básicos que la reconstrucción con colgajos locales, es decir, desbridamiento adecuado, extirpación de tejidos necróticos y hueso avascular, fijación

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ósea rígida de los fragmentos óseos inestables y microanastomosis vasculares a vasos receptores adecuados. Para que el flujo sea el mayor posible se recomienda la sutura arterial al vaso de mayor calibre (termino-lateral) y más proximal disponible. El flujo debe ser anterógrado y las suturas terminolaterales oblicuas para mejorar la entrada de la sangre en el vaso, disminuye la formación de trombos y no sacrifica un eje vascular mayor (Godina 1979). Hay acuerdo que la sutura debe ser lo más alejado posible de la llamada “zona de lesión”, por lo que Acland denominó “enfermedad vascular postraumática”. Se trata de un cuadro que afecta a las paredes y fascias perivasculares de los grandes vasos de las extremidades en la zona próxima a la lesión. Para realizar las anastomosis vasculares es preciso alejarse hasta una zona donde los vasos no hayan sufrido por el traumatismo. Esta enfermedad vascular es especialmente evidente en las pseudoartrosis infectadas incluso en regiones aparentemente sanas. La sutura por lo tanto debe realizarse por lo menos a 7-9 centímetros, como valor aproximado, a la lesión y si es posible cambiar de compartimento. Por ejemplo en un defecto en el tercio medio de la tibia recurrir a los vasos poplíteos. De las tres arterias de la pierna la peronea es demasiado profunda y tiene peor acceso y la arteria tibial que discurre en el compartimento anterior más próxima al hueso y suele estar más afectada por la enfermedad vascular postraumática, especialmente en situaciones crónicas. Por eso nuestra preferencia como vaso receptor son los vasos poplíteos o la arteria tibial posterior en sutura termino-lateral para evitar eliminar un eje vascular mayor de la pierna. Sin embargo, es un tema controvertido, ya hay autores que recomiendan las suturas termino-terminal porque son más seguras cuando hay enfermedad tromboembólica o cirugía vascular previa. Cuando la arteria receptora es la tibial posterior es mejor hacerla termino-lateral, para preservar el eje arterial. En el caso de la tibial anterior se puede hacer termino-terminal o termino –lateral si hay diferencia importante de calibres. La vena receptora es también importante, para asegurar un correcto drenaje del colgajo. La vena receptora ideal debe ser anterior, para evitar ser comprimida en el decúbito, debe tener un calibre constante, ser de fácil disección y estar situada cerca de la zona de la anastomosis arterial. La vena que cumple todas estas características es la safena. Además de la safena interna se pueden utilizar la tibial anterior, tibial posterior, safena externa e incluso la poplítea.

En los casos en que no sea posible sutura próxima adecuada, podemos recurrir a dos maniobras: la utilización de puentes vasculares con injertos de vena en el mismo tiempo

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que el colgajo o la realización de un asa de safena en un primer tiempo para proporcionar unos vasos receptores sanos cercanos a la lesión y con un gran flujo vascular y un segundo tiempo con la colocación del colgajo. Hay que tener en cuenta el calibre y longitud del pedículo de cada colgajo y las características hemodinámicas del mismo, que lo harán más o menos tolerante a la realización de un puente vascular. Cuanto mayor es el flujo arterial del colgajo mejor tolera un puente venoso entre la arteria de su pedículo y la arteria de la zona receptora. Por tanto, son los colgajos libres musculares y musculocutaneos los que mejor toleran los puentes vasculares mientras que los colgajos cutáneos los que peor la toleran.

Cuando la cirugía es electiva es de utilidad la realización de una arteriografía preoperatoria. Esta determina la presencia de enfermedad ateroesclerótica proximal o distal, nos indica el estado y permeabilidad de los troncos distales, nos señala la presencia de fístulas postraumáticas y podemos hacernos una idea del estado de los vasos en la zona distal de la lesión, de más simple abordaje y comodidad para hacer las suturas. La arteriografía no debe suplantar en ningún caso a un análisis intraoperatorio de los vasos.

La elección del colgajo más adecuado dependerá de las características de la pérdida de sustancia, en especial de su extensión y profundidad. Los defectos pequeños pueden cubrirse con cualquier colgajo, pero un defecto extenso requiere un gran colgajo (dorsal ancho, paraescapular, recto del abdomen, gracilis, etc.). Cuando el defecto es cutáneo podemos utilizar un colgajo cutáneo o fasciocutáneo como el escapular, paraescapular, el antebraquial radial, el anterolateral del muslo pero cuando la pérdida de sustancia es más profunda requeriremos un colgajo muscular o musculocutáneo que rellene el espacio.

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Colgajo paraescapular para defecto medial tibia

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Colgajo osteoperióstico del fémur.

Su vascularización se basa en ramas articulares de la arteria genicular descendente, que se origina de la arteria femoral, justo proximal al hiato adductor. Sus aplicaciones clínicas generalmente, como colgajo libre: reconstrucción de defectos óseos y pseudoartrosis.

Transferencia vascularizada del peroné.

Colgajo de tipo óseo, osteomusculocutáneo, o colgajo libre, apoya su vascularización la arteria peronea nutre al hueso sobre la unión del 1/3 proximal y medio del peroné. El periostio y la inserción muscular contribuyen a la irrigación. La epífisis proximal es irrigada por una rama de la arteria recurrente tibial anterior. Entre sus aplicaciones clínicas se encuentran: la transferencia vascularizada de peroné es de máximo interés en la cirugía reconstructiva de los miembros. Ha probado su superioridad sobre otros métodos convencionales en la reconstrucción de grandes defectos óseos, especialmente con lecho pobremente vascularizado. Además la movilización del peroné no implica alteración funcional. Así las indicaciones son: Reconstrucción de grandes defectos óseos de los miembros. El beneficio es más marcado para defectos mayores de 5 cm. Transferencia compuesta, incluyendo el hemisóleo lateral o una paleta cutánea irrigada por la arteria peronea.

Referencias

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