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Vol. 5. N 2, Año 2001

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Vol. 5. N° 2, Año 2001

PLACENTA PREVIA. HOSPITAL "DR. ADOLFO PRINCE LARA': 1995-1999 Faneite, Pedro; González, María (1); Rivera, Clara (2);

Linares, Milagros (3); Faneite, Josmery (4) RESUMEN

Objetivo.

Estudiar la placenta previa, conocer su incidencia, determinar características y antecedentes relacionados, reconocer condiciones perinatales, y hacer las sugerencias para un mejor manejo.

Ambiente.

Departamento de Obstetricia y Ginecología, Hospital "Dr Adolfo Prince Lara", Puerto Cabello, Estado Carabobo, Venezuela.

Material y método.

Es un estudio retrospectivo, descriptivo observacional, analítico de 280 historias de pacientes con diagnóstico final de placenta previa, sin importar su grado, con diagnóstico clínico y lo ecográfico, y 21.252 nacimientos atendidos durante el período de 1995-1999. Resultados.

La incidencia de la placenta previa fue 1,31 % de los nacimientos, o sea 1 cada 76 nacimientos.

La edad materna predominante fue entre 20-34 años (77,13%), sin control prenatal (47%), motivo de ingreso la hemorragia genital (43,85%) y contracciones uterinas (29,64%). En antecedentes familiares destacó la hipertensión arterial (23,21 %) y diabetes (14,64%); en antecedentes personales la prematuridad (6,78%) y abortos a repetición (5%); el tipo de placenta baja (33,93%) y oclusiva total (28,22%). La mayoría fueron multigestas (63,93%), con edad de embarazo a término (62,5%), y resueltos con cesárea (68,58%). Predominaron neonatos masculinos (43,21 %), de peso entre 2.500 g y más (60,35%), índice Apgar 6 y menos (20,72%.). La mortalidad perinatal fue 22,12% (521235); la morbilidad materna global 53,58% (1501280), dominando la anemia 44,64% (1251280). No hubo muertes maternas.

Conclusión.

La placenta previa continúa siendo una patología clínica importante que contribuye con la mortalidad perinatal y morbilidad materna elevada, especialmente la anemia, lo que señala la necesidad de atacar estas facetas.

PALABRAS CLAVES: Placenta previa. Epidemiología. Estado perinatal. ABSTRACT

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Objective:

To carry out a study on placenta previa, to determine its incidence, characteristics and associated background, to identify perinatal conditions, and to offer suggestions for a better management.

(1) Departamento de Obstetricia y Ginecología, Hospital "Dr. Adolfo Prince Lara", Puerto Cabello, Estado Carabobo, Venezuela. Dirección: Urbanización Rancho Grande, Calle 45, Cruce Av. Bolívar. Puerto Cabello, Estado Carabobo. Dirección electrónica: faneitep@telcel.net.ve Fecha de Recibido: Septiembre 2000 - Fecha de Aprobado: Abril 2001

Setting:

Obstetrics and Gynecology Department, "Dr. Adolfo Prince Lara" Hospital. Puerto Cabello, Carabobo State, Venezuela

Materials and Methods:

This is a retrospective, observational descriptive and analytical study of 280 medical histories of patients with a final diagnosis of placenta previa, regardless of grade, with a clinical and/or ecographic diagnosis, and 21,252 births attended during a four-year period (1995-1999).

Results:

The incidence of placenta previa was of 1.31 %; that is, 1 out of 76 live births.

Predominant maternal age was 20-34 years (77.13%), 47% did not receive perinatal care, 43.85% had genital hemorrhage as the cause for admission and 29.64% were admitted due to uterine contractions. In family history, arterial hypertension (23.21 %) and diabetes (14.64%) were common. In medical history, prematurity (6.78%) and repeated miscarriages (5%), low placenta (33.93%) and total occlusive placenta (28.22%) were present. Most women were multigestas (63.93%), with full-term pregnancies (62.5%), C-sections (68.58%). Male neonates were predominant (43.21 %), birth weight 2.500 g and over (60.35%), Apgar 6 and less (20.22%). Perinatal mortality was 22.12% (52/235); total maternal morbidity was 53.58% (150/280), with a prevalence of anemia (44.64%). There were no maternal deaths.

Conclusion:

Placenta previa continues to be an important clinical pathology contributing to high perinatal mortality and maternal morbidity, specially from anemia, which indicates the peed to address these aspects.

KEY WORDS: placenta previa, epidemiology, perinatal state. INTRODUCCIÓN

Las patologías obstétricas asociadas a la placenta se han convertido en un campo de estudio apasionante, pues allí se encuentran ocultos con frecuencia factores de morbi-mortalidad que explican muertes fetoneonatales, y no pocas veces muertes maternas (1).

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Es la placenta previa una de las clásicamente referida; denominándose así aquella que por su inserción ocupa el segmento uterino inferior; tiene el inconveniente de que con la formación del segmento uterino inferior o con las contracciones uterinas se crea una zona de separación, produciendo un sangrado genital. Durante el embarazo, al distenderse el músculo uterino y encontrar la placenta anómalamente ubicada en el segmento inferior, ésta no puede acompañar esa elongación por tener distinta distensibilidad, en consecuencia se produce una rotura vascular interuteroplacentaria; durante el trabajo de parto se presenta sangrado por un mecanismo similar (2).

Hoy en día la ecografía se ha convertido en el método más simple y conveniente para el diagnóstico de la placenta previa. La exploración rutinaria de las embarazadas permite conocer con exactitud la ubicación placentaria, pudiendo ser previa en el primer trimestre en el 50% de las gestantes, muchos casos no presentan clínica sintomática, pero permiten al obstetra y paciente tomar medidas preventivas; sin embargo, con alguna frecuencia sorprende al clínico con una hemorragia ante o intra parto, obligándolo a tomar medidas de emergencia por la salud materno-fetal (3).

A pesar de ser una renombrada entidad obstétrica, son pocas las publicaciones sobre el tema en el país (4-6), la revisión más reciente es de 1962. Con frecuencia los libros describen sus características y aspectos clínicos, pero estos datos pudieran no estar totalmente acorde con la realidad local donde laboramos por falta de actualización periódica.

La placenta previa es factor etiológico de la mortalidad perinatal, es decir, contribuye activamente en el daño del producto del embarazo, lo corroboramos al analizar la mortalidad perinatal en sus dos componentes, la mortalidad fetal (7), y la neonatal (8).

Todo lo anterior nos motivó a estudiar la placenta previa, esto nos permite conocer la incidencia actual de la placenta previa, determinar antecedentes familiares y personales relacionados, reconocer condiciones perinatales y hacer las sugerencias pertinentes.

MATERIAL Y MÉTODO

Es un análisis en 280 pacientes asistidas en el hospital "Prince Lara" que han tenido como diagnóstico final placenta previa durante el período 1995-1999, en este lapso sucedieron 21.252 nacimientos.

Se trata de un estudio retrospectivo, descriptivo observacional, analítico de las historias de las pacientes con placenta previa, sin importar su grado, con diagnóstico clínico y/o ecográfico.

A cada una de ellas se les hizo una revisión detallada de las características personales, antecedentes, situación obstétrica y resultado perinatal, de los 280 casos 45 historias no tienen el resultado perinatal, 15 egresaron embarazadas y 30 no fueron registrados.

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Las variables se agrupan en características maternas (edad, control prenatal, motivo de ingreso), antecedentes (familiares, personales, tipos de placentas), situación obstétrica (gestación, edad de embarazo, resolución), estado neonatal (sexo, peso, índice de Apgar), resultado perinatal (morbilidad y mortalidad).

Todos los datos son recabados en fichas y resumidos en cuadros de distribución de frecuencia para el análisis respectivo.

RESULTADOS

La incidencia de la placenta previa fue 1,31% de los nacimientos durante el período estudiado, o sea 1 de cada 76 nacimientos. En el Cuadro N° 1 se presentan características maternas: edad, asistencia a control prenatal y patología ingreso. Podemos observar que la mayor incidencia se presentó en el grupo etario comprendido entre 20 y 34 años (77,13%), en un 47% no hubo control prenatal y el motivo de ingreso más frecuente fue la hemorragia genital (43,85%) y contracciones uterinas (29,64%).

Fuente: Archivos Historias Médicas del Hospital.

Los antecedentes se resumen en el Cuadro N° 2. En relación a los antecedentes familiares destacó la hipertensión arterial (23,21 %) y diabetes mellitus (14,64%); en los antecedentes personales vale la pena señalar a la prematuridad (6,78%) y abortos a repetición (5%); en cuanto al tipo de placenta la mayor incidencia fue de inserción baja (33,93%) y oclusiva total (28,22%).

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Fuente: Archivos Historias Médicas del Hospital.

En el Cuadro N° 3 se muestra la situación obstétrica. La mayoría de la pacientes fueron multigestas (63,93%), con edad de embarazo a término (62,5%) y de 28-36 semanas (27,86%), y resolviéndose obstétricamente con cesárea (68,58%).

Fuente: Archivos Historias Médicas del Hospital.

El estado neonatal de los recién nacidos se plasma en el Cuadro N° 4. Predominaron los neonatos masculinos (43,21 %), con peso entre 2500 g y más (60,35%), y la valoración del índice Apgar con 6 puntos y menos (20,72%).

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Fuente: Archivos Historias Médicas del Hospital.

El Cuadro N° 5 resume el resultado perinatal. La mortalidad perinatal fue de 22,12% (52/280), la fetal 13,61% (32/235) y la neonatal 8,51% (20/235). La morbilidad materna global fue 46,42% (130/280), predominando la patología de anemia (10 gramos o menos) 44,64% (125/280). No hubo muertes maternas en esta serie.

Fuente: Archivos Historias Médicas del Hospital. DISCUSIÓN

Estudiar la placenta previa ha resultado una novedad al iniciarse este siglo, pues la última publicación venezolana que ilustra sobre su incidencia y características data de hace 40 años (5), es por lo tanto fundamental que cada Centro Hospitalario analice su casuística

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con el fin de conocer su incidencia y repercusión perinatal, con lo cual se evaluaría la calidad asistencial y se establecerían las pautas correspondientes.

Esta patología se estudia usualmente con las patologías hemorrágicas del segundo y tercer trimestre de gestación, debe señalarse su participación en toda paciente sintomática con sangrado. Con el advenimiento de la ecografía y su uso casi rutinario en la mujer embarazada sin importar la edad de embarazo, se ha incrementado la posibilidad diagnóstica etiológica, desde el período de placentación hasta el final del embarazo (3); más aún, es posible hacer diagnóstico en pacientes asintomáticas y de esta manera orientar conductas preventivas y dar las advertencias pertinentes (9).

Este trabajo ha encontrado una incidencia de la PP de 1,31 % o 1 cada 76 nacimientos, esta cifra contrasta con lo referido por Rodríguez en su estudio realizado en la Maternidad Concepción Palacios durante el período 1943-1950 (5), empleando como método diagnóstico el tacto o la inspección, encontró 0,26% o 1 cada 376 casos asistidos, otros dan cifras 1 cada 200 o 300 embarazos (2). Por supuesto que toda incidencia varía con las características de la población estudiada, período analizado, métodos diagnósticos empleados, etc. En nuestro hospital se emplea la clínica como método inicial con comprobación ecográfica ulterior. Esto es lo que puede explicar una mayor similitud con trabajos más recientes y métodos semejantes (10).

La edad materna predominante fue en pacientes con edad reproductiva activa, 20-34 (67,13%), resultados semejantes encontró Lira y col (1 l), no coincidimos con otros que señalan grupos de edad mayor (2). Lamentablemente no se controló el embarazo en casi la mitad de las pacientes (47,5%), esto es un hallazgo en todas nuestras revisiones. El motivo de consulta más frecuente fue la hemorragia genital, presentándose en casi la mitad de la población revisada, seguida de contracciones uterinas en casi un tercio, esto ha sido señalado por otros autores (2, 12).

Con relación a los antecedentes familiares se evidenció predominio de la hipertensión arterial y diabetes mellitus, esta característica la hemos encontrado en otros trabajos previos, y parece que es propia de esta región.

En los antecedentes personales dominó la prematuridad, aborto a repetición, esto también lo encontró Hernández (13); resalta que en los antecedentes quirúrgicos los uterinos y curetajes tuvieron poca asociación, lo que contrasta con otras opiniones (11-15). El tipo de placenta previa más frecuente resultó la de inserción baja en un tercio de las pacientes (33,93%) y la centro oclusiva en más de una cuarta parte (28,22%), hallazgo similar a lo resumido por Lira y col (11).

La multiparidad resultó más relacionada con la placenta previa, lo cual ha sido ampliamente referido en publicaciones anteriores (2, 11, 12); la mayoría de las gestantes tuvieron embarazo a término (62,5%), y resueltos por cesárea (68,58%), esto se explica por la alta incidencia de placentas oclusivas (13,16).

En el producto de estas gestantes predominaron los neonatos masculinos, pero el efecto de la PP no se reflejó en el peso, la mayoría tuvo peso adecuado, no coincidimos con otros autores que mencionan prematurez y bajo peso (12, 13); nacieron deprimidos el

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20,72%, es decir, con valoración de índice de Apgar con 7 puntos y menos, uno de cada cinco, aquí vemos el efecto de deficiencia en la oxigenación ocasionado por la placenta previa.

La repercusión sobre la madre se ve reflejada por una morbilidad elevada en casi la mitad de las portadoras de PP (44,64%), concordamos con otros investigadores que reportan al proceso hemorrágico como el efecto más importante (11-13, 16, 17). Es conveniente señalar que encontramos una elevada mortalidad perinatal de 22,12%, lo que equivale a una muerte perinatal en cada cinco gestantes con placenta previa, esta cifra está acorde con otras series publicadas que 13) dan rangos entre 8,1 al 37% (11, 17).

En conclusión, podemos decir que la PP tiene una incidencia alta con serias repercusiones maternas, anemizándolas, elevando la intervención cesárea y con serios efectos feto-neonatales, lo que señala que se debe prestar una atención especial anti-anémica, extremar el cuidado en el período prenatal, evaluar la salud fetal y facilitar el cuidado intensivo neonatal.

BIBLIOGRAFÍA

1) De Lia J. La placenta en la práctica clínica. Clin Obstet Ginecol 1996; 3: 475-476. 2) Schwarcz R.; Duverges C.; Díaz G; Fescina R. (1995). Obstetricia. Quinta edición,

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10) Rasmussen S.; Albrechtsen S.; Dalker K. Obstetric history and risk of placenta previa. Acta Obstet Gynecol Scand 2000; 79: 502-507.

11) Lira J.; Cabral F.; Argueta M.; Karchmer S.; Ibarguengoitia F. Placenta previa análisis de 170 casos. Ginecol Obstet Méx 1995; 63: 175-180.

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13) Hernández J. Placenta previa, incidencia, algunas consideraciones y su repercusión en la morbimortalidad perinatal y materna. Rev Cuba Obstet Ginecol 1998; 24: 92-97.

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