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EXPOSICIÓN
ISRAEL Y TERRITORIOS OCUPADOS
El confl icto en Oriente Próximo sigue activo y
es una fuente constante de violaciones de los
derechos humanos.
12 temas sensibles.
35 paneles rígidos con medidas entre 70 cms. x 70 cms y 100 cms. x 70 cms.
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Medidas: 100 cms. x 70 cms. Medidas: 100 cms. x 70 cms.
BOMBARDEOS
El 27 de diciembre de 2008 las fuerzas israelíes lanzaron sobre la Franja de Gaza una ofensiva militar denominada «Operación Plomo Fundido». La operación se saldó con la muerte de unos 1400 palestinos, la mayoría de ellos civiles desarmados, entre los que hubo más de 300 menores. Durante la ofensiva, que duró 22 días, las fronteras de Gaza estuvieron completamente cerradas, por lo que la población civil quedó atrapada bajo los bombardeos que arrasaron extensas zonas y dejaron a millares de personas sin hogar. Las fuerzas israelíes atacaron reiteradamente ambulancias y equipos médicos, matando a varios de estos trabajadores cuando intentaban socorrer a personas heridas o recoger cadáveres. A todo ello se sumó la extrema escasez de alimentos, medicinas y artículos básicos –a causa del bloqueo activo israelí– que recrudecieron la crisis humanitaria en la Franja de Gaza.
Durante el mismo periodo, los ataques indiscriminados con cohetes y morteros desde Gaza por parte de grupos armados palestinos causaron la muerte de tres civiles israelíes e hirieron a varios, algunos de gravedad.
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Un hombre palestino contempla un ediƂ cio destruido durante los bombardeos de Gaza, enero de 2009. © Sharif Sarhan Fósforo blanco utilizado por las fuerzas militares israelíes sobre Rafah, Gaza, el 11 de enero de 2009. © Iyad El Baba/UNICEF-oPt
Los cuerpos de algunos miembros de la familia de al-Sammouni fueron rescatados dos semanas después de que la casa fuera bombardeada el 5 de enero de 2009. Murieron 31 personas de una misma familia. © AI
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C Medidas: 100 cms. x 70 cms.
TRANSFERENCIA DE ARMAS
Tanto Israel como los grupos armados palestinos han hecho uso de armas, municiones y otros materiales militares que han tenido como resultado graves violaciones del derecho internacional humanitario. Un ejemplo de ello es el uso por parte de Israel de fósforo blanco, una sustancia muy incendiaria con la que atacaron durante la “Operación Plomo Fundido” zonas residenciales densamente pobladas. Las autoridades israelíes negaron el uso de este material y permitieron que muchas personas heridas con quemaduras no recibieran el tratamiento adecuado a tiempo.
Israel es un importante fabricante de armas convencionales pero también las importa. Estados Unidos es con diferencia su principal proveedor. Hamás y otros grupos armados palestinos también adquieren armas pequeñas y ligeras, cohetes y componentes para cohetes a través de proveedores clandestinos.
Amnistía Internacional pide que se suspendan unilateralmente todas las transferencias de armas a Israel, Hamás y otros grupos palestinos armados, así como todas las que pudieran desviarse hacia ellos hasta que desaparezca el riesgo de que se utilicen para cometer violaciones graves del derecho internacional humanitario y abusos contra los derechos humanos.
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Imagen de restos de artillería israelí que fue utilizada durante los bombardeos de Gaza en enero de 2009. © AI Una niña palestina recoge del suelo restos de munición. © AP Graphics Bank
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C Medidas: 100 cms. x 70 cms.
LIBERTAD DE CIRCULACION
En Cisjordania, centenares de puestos de control y otras barreras impuestas por militares israelíes restringen la libertad de circulación de la población palestina y obstaculizan su acceso a los lugares de trabajo, los centros educativos y de salud y otros servicios. Israel continúa con la construcción de una valla/muro de 700 kilómetros de largo, que discurre en su mayor parte dentro del territorio de Cisjordania y separa a decenas de miles de agricultores palestinos de sus tierras. Para acceder a ellas se ven obligados a solicitar permisos que a menudo les deniegan. También se les niega el acceso a extensas zonas de Cisjordania próximas a asentamientos israelíes –establecidos y mantenidos en contra del derecho internacional–, y se les prohíbe o limita casi en su totalidad el acceso a más de 300 kilómetros de carreteras utilizadas por los colonos de Israel. El bloqueo de Gaza –impuesto por el Gobierno israelí desde que Hamás tomó el control del territorio en junio de 2007– ha provocado un desastre humanitario sin precedentes y mantiene atrapadas al millón y medio de personas que viven allí. Varios enfermos palestinos necesitados de tratamiento no disponible en Gaza, murieron mientras esperaban sus permisos para salir del territorio en 2009.
2 Un hombre palestino camina junto a la valla/muro en al-Ram, cerca de Jerusalén. © Reuters/Mahfouz Abu Turk 1 Una mujer embarazada en el puesto de control de Jubara, cerca de Tulkarem. © Machsom Watch
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IMPUNIDAD
A pesar de las graves violaciones del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad, documentadas por Naciones Unidas durante su misión de investigación sobre el conƃ icto en Gaza durante la “Operación Plomo Fundido”, ni Israel ni Hamás han llevado a cabo investigaciones independientes ni han procesado a los responsables de dichas violaciones. Para evitar la impunidad en el caso de que las medidas internas resulten ser inadecuadas o no se pongan en marcha, la ONU debe tomar medidas concretas para lograr la rendición de cuentas a través de mecanismos internacionales. Por otro lado, los Estados Partes de los Convenios de Ginebra de 1949 deben asumir su responsabilidad individual e iniciar investigaciones penales en tribunales nacionales sobre aquellos casos en los que haya pruebas suƂ cientes que evidencien graves violaciones de estos convenios.
En los abusos cometidos contra los palestinos por parte de soldados, miembros de las fuerzas de seguridad y colonos israelíes, la impunidad está siendo la norma; y la justicia, la excepción. Incluso las pocas investigaciones que se han iniciado sobre homicidios ilegítimos, agresiones físicas y ataques contra la propiedad han sido habitualmente cerradas por «falta de pruebas». En los escasos casos en los que el personal de seguridad israelí ha sido declarado culpable, los castigos han sido muy indulgentes.
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C Medidas: 100 cms. x 70 cms.
DESALOJOS FORZADOS Y
EXPANSIÓN DE ASENTAMIENTOS
ISRAELÍES ILEGALES
Desde que Israel ocupó Jerusalén Oriental y el resto de Cisjordania en 1967, las autoridades israelíes llevan años aplicando una política discriminatoria de demolición de viviendas palestinas. El Gobierno israelí conƂ sca tierras palestinas, les niega a ellos el permiso de construcción, pero autoriza la instalación de decenas de asentamientos israelíes en las tierras palestinas ocupadas. Estos asentamientos son ilegales, pues el derecho internacional prohíbe a las potencias ocupantes asentar a sus propios ciudadanos en los territorios que ocupan. Los palestinos, especialmente los que viven en el valle del Jordán, sufren especialmente esta presión. La mayor parte de la zona ha sido declarada por el ejército israelí “zona militar cerrada” y está siendo ocupada por unos 36 asentamientos israelíes.
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Una mujer palestina grita delante de un soldado israelí mientras un bulldozer destruye la casa de su vecino en el este de Jerusalén. © Reuters/Reinhard Krause La población civil palestina huye de los bulldozers israelíes. © Particular
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Medidas: 100 cms. x 70 cms. Medidas: 100 cms. x 70 cms.
DERECHO AL AGUA
Israel se ha apropiado y ocupa grandes extensiones de las tierras palestinas con abundante agua y prohíbe a los palestinos el acceso a ellas. Al aplicar el control de los recursos hídricos comunes, Israel aplica políticas discriminatorias que restringen la disponibilidad del agua en los Territorios Palestinos Ocupados. Esto le impide a la población civil palestina desarrollar una infraestructura hídrica efectiva en la zona. Les niega, además, la posibilidad de tener una vida digna y les diƂ culta sus opciones de desarrollo económico.
Los colonos, cuyo número asciende a alrededor de 450.000, tienen acceso a tanta o más agua que los 2,3 millones de personas que conforman la población palestina. Mientras que el consumo diario de agua palestino apenas alcanza los 70 litros por persona, el israelí es de más de 300 litros al día (cuatro veces superior). Entre 180.000 y 200.000 personas que viven en comunidades palestinas rurales no tienen acceso al agua corriente, y el ejército israelí con frecuencia les impide, incluso, recoger el agua de lluvia. Los colonos israelíes que viven en Cisjordania, en cambio, tienen cultivos de riego intensivo, exuberantes jardines y piscinas –pese a violar con ello el derecho internacional–.
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Una mujer palestina lava su ropa en el exterior, con agua recogida en tanques, al carecer de agua corriente en su hogar. © Shabtai Gold/IRIN
Arriba: Colonos israelíes disfrutan de la piscina en el asentamiento de Maaleh Adumim, establecido ilegalmente en la Cisjordania ocupada, violando el derecho internacional. © Angela Godfrey-Goldstein
Abajo: Depósito de agua vacío en Yiftlik, pueblo palestino del territorio ocupado del Valle del Jordán, cuyos habitantes viven de la agricultura pero tienen el acceso al agua cada vez más restringido. © AI
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C Medidas: 100 cms. x 70 cms.
TORTURA Y OTROS MALOS TRATOS
El Servicio General de Seguridad israelí tortura y maltrata, en particular durante los interrogatorios, a palestinos sospechosos de planear o realizar ataques armados. Para ello obligan a los detenidos a permanecer en dolorosas posturas en tensión durante largos periodos, les impiden dormir y les amenazan con causar daño a sus familias. Las palizas y otros malos tratos son habituales en el momento de la detención y posteriormente, así como durante los traslados de un lugar a otro. Ninguna de las denuncias de tortura iniciadas por el Servicio General de Seguridad ha sido juzgada, y en rara ocasión han acarreado medidas disciplinarias.
En la legislación israelí no existe el delito de tortura tal y como lo deƂ ne la Convención contra la Tortura. La “necesidad” es una justiƂ cación aceptada para su uso y se admiten las pruebas obtenidas bajo tortura en los juicios, a pesar de la prohibición absoluta establecida por la Convención.
En Israel se aplican, además, medidas que equivalen a tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes contra palestinos con prácticas como la detención sin juicio, la detención prolongada en régimen de incomunicación, la demolición de viviendas, las severas restricciones a la libertad de circulación y la negación de tratamiento médico, al no otorgar a los enfermos críticos los permisos necesarios para salir de Gaza.
2 Dos palestinos esposados y con los ojos vendados vigilados por un soldado israelí cerca de un puesto de control de las fuerzas de defensa de Israel. © Breaking the Silence 1 Muchacho palestino esposado y con los ojos vendados con soldados israelíes al fondo. © Breaking the Silence
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DETENCIONES ILEGALES
Un alto número de palestinos se encuentran detenidos sin cargo ni juicio en cárceles israelíes bajo un procedimiento llamado “detención administrativa”. Entre ellos hay casi 300 adultos y dos menores recluidos sin cargos ni juicio en virtud de órdenes militares de detención administrativa. Una Ley aprobada en 2002 permite a las autoridades israelíes mantener detenidos a estos palestinos bajo la clasiƂ cación de “combatientes ilegales”.
Algunos palestinos de los Territorios Ocupados, incluidos menores, son interrogados sin presencia de un abogado y juzgados por tribunales militares y no civiles. Muchos acaban siendo acusados de delitos contra la seguridad y sometidos a procedimientos que, a menudo, no cumplen las normas internacionales sobre juicios justos.
La mayoría de estos palestinos se hallan en prisiones de Israel, lo que constituye una violación del derecho internacional humanitario, que prohíbe el traslado de detenidos a territorios de la potencia ocupante. En la práctica es muy difícil o casi imposible que los detenidos reciban visitas de sus familias. Desde el bloqueo de Gaza, los palestinos no pueden viajar a Israel, por lo que cerca de 900 detenidos palestinos tienen denegadas esta clase de visitas –algunos incluso desde hace tres años–.
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C Medidas: 100 cms. x 70 cms.
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La investigadora de Amnistía Internacional, Donatella Rovera, recoge el testimonio de un hombre que perdió a sus hijos y también su hogar tras los ataques israelíes sobre Gaza en enero de 2009. © AI
La investigadora de Amnistía Internacional, Donatella Rovera, recoge testimonios de personas afectadas por los ataques israelíes sobre Gaza en enero de 2009. © AI
AMNISTÍA SOBRE EL TERRENO
Amnistía Internacional realiza misiones de investigación regularmente para recabar información sobre violaciones de derechos humanos en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados que después utiliza en sus informes. En ocasiones, la delegación de Amnistía Internacional incluye el trabajo de expertos externos a la organización que aportan su conocimiento sobre temas concretos.
La delegación también se reúne con organizaciones de derechos humanos y de otra índole, con víctimas y familiares, y con representantes internacionales en la zona. En la mayoría de los casos la delegación intenta reunirse con las autoridades del país –algo que no siempre logra– con el objetivo de cotejar la información sobre violaciones de derechos humanos que recaba, y así dar a las autoridades la oportunidad de tomar las medidas correctivas adecuadas y aportar la documentación pertinente.
Con la información recogida durante una misión de investigación y la que se recibe diariamente en la oƂ cina del Secretariado Internacional en Londres, el equipo de investigación de la organización desarrolla la estrategia de trabajo sobre Israel y Territorios Palestinos Ocupados, y pone en marcha la mayoría de las actividades sobre la región que desarrollan los miembros de Amnistía Internacional de todo el mundo.
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C Medidas: 100 cms. x 70 cms.
MUJERES
Las mujeres palestinas se ven afectadas de manera especial por un conƃ icto que ha deteriorado espectacularmente la situación de los derechos humanos en Cisjordania y la Franja de Gaza. Los niveles de pobreza y desempleo no tienen precedentes, y el aumento de los problemas de salud, derivados de los bloqueos y restricciones impuestas por Israel en los Territorios Palestinos Ocupados, han agravado las presiones y limitaciones a que están sometidas las mujeres en la sociedad patriarcal palestina. Pero sus diƂ cultades apenas reciben atención.
Las restricciones a la circulación impuestas por el ejército israelí, los bloqueos y los toques de queda también causan múltiples complicaciones para las mujeres palestinas a la hora, por ejemplo, de recibir atención médica. Tras la segunda intifada, a partir del año 2000, decenas de mujeres palestinas se han visto obligadas a dar a luz en controles junto a la carretera, y algunas, incluso, han perdido a sus bebés porque los soldados israelíes les han denegado el paso. Al mismo tiempo, la violencia contra las mujeres palestinas dentro de sus propias familias ha ido en aumento en los últimos años.
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Halima ‘Abidin, delante de su tienda de campaña, en la que vive desde que su casa en la Franja de Gaza fue destruida. © AI Imagen de una mujer y un niño sin hogar tras la destrucción de su casa en Gaza en enero de 2009. © AI
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C Medidas: 100 cms. x 70 cms.
MENORES
Los menores palestinos también sufren la restricción de movimiento impuesta en los Territorios Palestinos Ocupados. Por ejemplo, en repetidas ocasiones se deniegan permisos de salida a las madres y abuelas que acompañan a menores enfermos con cita para operarse en hospitales situados fuera de los Territorios Palestinos Ocupados. En otras ocasiones no se les permite salir del territorio a estudiantes con plaza y beca en el extranjero.
Por otra parte, los menores detenidos por las autoridades israelíes pueden ser interrogados sin estar presente un abogado o un familiar, además de poder ser acusados por tribunales militares. Su detención en cárceles en el interior de Israel impide o diƂ culta las visitas, ya que, en algunos casos, las autoridades israelíes niegan a sus padres y familiares los permisos de entrada a Israel.
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Menores en un colegio dirigido por la Organización Atfaluna para niños y niñas sordos. © Atfaluna Society for Deaf Children Colegio en Gaza bombardeado por Israel en enero de 2009. Dos niños murieron a consecuencia del ataque. © AI Una niña palestina corretea entre los escombros de algunos ediƂ cios bombardeados en Gaza en enero de 2009. © AI
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OBJETORES
DE CONCIENCIA
No todo el mundo en Israel está de acuerdo con la ocupación militar israelí de los Territorios Palestinos Ocupados. Entre las voces disidentes, están los objetores y objetoras de conciencia: jóvenes soldados y reservistas israelíes que se niegan a cumplir el servicio militar o a prestar servicio en los Territorios Palestinos Ocupados. En Israel, aquellos que se declaran objetores por motivos de conciencia y por creer que el ejército está cometiendo violaciones de derechos humanos pueden ser encarcelados. Sin embargo, a otros se les conceden prórrogas o se les exime de cumplir el servicio militar por motivos religiosos.
Amnistía Internacional cree que todas las personas tienen derecho a negarse a prestar servicio militar armado o a participar directa o indirectamente por razones de conciencia. Si son encarceladas únicamente por ello y no se les ofrece la oportunidad de cumplir un servicio civil sustitutorio de duración comparable, estas personas son consideradas presos de conciencia por la organización.
3 Raz Bar-David Varon, de 18 años, objetor de conciencia cumpliendo su tercer año de prisión por negarse a cumplir el servicio militar en Israel (13 agosto 2008). 2 Tamar Katz, de 19 años, objetor de conciencia cumpliendo su tercer año de prisión por negarse a cumplir el servicio militar en Israel (13 agosto 2008). 1 Yuval Oron-OƂ r, de 19 años, objetor de conciencia cumpliendo su tercer año de prisión por negarse a cumplir el servicio militar en Israel (13 agosto 2008).
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