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Contextos ceràmicsi cultura material d’èpocaaugustal a l’occident romà

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Contextos ceràmics

i cultura material d’època augustal a l’occident romà

Actes de la reunió celebrada a la Universitat de Barcelona els dies 15 i 16 d’abril de 2007 víctor revilla – Mercè roca (editors científics)

Contextos cerámicos y cultura material de época augustea

en el occidente romano

Actas de la reunión celebrada en la Universitat de Barcelona los días 15 y 16 de abril de 2007 víctor revilla – Mercè roca (editores científicos)

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edita:

en col·laboració:

primera edició: 2010

© dels autors: víctor revilla i Mercè roca impressió: art gràfiques canigó

c/ la Marca, 5, Figueres - tel. 972 50 89 97 Maquetació: Fotocomposició roger, sl

desenvolupament interactiu cd: roger.es

av. Marignane, 26, Figueres - tel. 972 50 99 21 d.l.: gi 1599-2010

isBn: 978-84-614-5337-5

Contextos ceràmics

i cultura material d’època augustal a l’occident romà

Actes de la reunió celebrada a la Universitat de Barcelona els dies 15 i 16 d’abril de 2007 víctor revilla – Mercè roca (editors científics)

Contextos cerámicos y cultura material de época augustea

en el occidente romano

Actas de la reunión celebrada en la Universitat de Barcelona los días 15 y 16 de abril de 2007 víctor revilla – Mercè roca (editores científicos)

queda expressament prohibida, sota les sancions establertes per la llei, la reproducció total o parcial d’aquesta obra sense l’autorització escrita dels titulars del copyright, tant si és feta per reprografia o per tractament informàtic com per qualsevol altre mitjà o procediment.

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introducción

víctor revilla, Mercè roca . . . 5 narbonne augustéenne

Corinne sánchez (Cnrs, uMr 5607, ausonius, Bordeaux 3) . . . 8 contextos d’època d’August procedents del fòrum de la ciutat romana d’empúries

Xavier aquilué i abadías, Marta santos retolaza, Joaquim tremoleda i trilla,

pere Castanyer i Masoliver (Museu d’arqueologia de Catalunya, empúries) . . . 36 contextos ceràmics augustals en jaciments rurals dels territoria de Emporiae i Gerunda:

Tolegassos, Serra de daró i Sant Pere de Montfullà Josep Casas i genover, Josep M. nolla i Brufau

(institut Català de recerca en patrimoni Cultural, universitat de girona) . . . 92 els contextos augustians de la cisterna romana del carrer Sant Francesc d’Assis (Mataró)

Carme puerta (Museu de Mataró) . . . 112 L’època d’August a la ciutat de Baetulo a través de l’estudi de dos contextos ceramològics

Montse Comas i solà, pepita padrós i Martí (Museu de Badalona) . . . 146 contextos ceràmics al voltant del moment fundacional de de Barcino: darreres intervencions

Jordi aguelo Mas, Cristina Belmonte santisteban, Joan Casas Blasi, Josefa Huertas arroyo . . . 171 cultura material y poblamiento en el territorio de Tarraco:

los contextos cerámicos de la villa del Vilarenc (calafell)

víctor revilla Calvo (universitat de Barcelona) . . . 198 Un contexto cerámico de fines del siglo i a.c. como relleno constructivo de un almacén portuario

localizado bajo el teatro romano de Tarragona

Joaquín ruíz de arbulo Bayona (universitat rovira i virgili), ricardo Mar (universitat rovira i virgili),

Mercé roca roumens (universitat de Barcelona), Montserrat diaz avellaneda (universitat de Barcelona) . . . 222 Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio

del renacer de la ciudad

albert ribera lacomba (siap, valència) . . . 262 contextos cerámicos de Carthago Nova

sebastián ramallo asensio (universidad de Murcia), antonio Murcia Muñoz, elena ruiz valderas,

Maria J. Madrid Balanza (Museo del teatro romano de Cartagena) . . . 294

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el foro altoimperial de Lucentum. contextos materiales de su fundación

antonio guilabert Mas, F. Javier Moltó poveda, Manuel olcina doménech, eva tendero porras

(Museo arqueológico de alicante) . . . 342 A modo de revisión. Los contextos cerámicos augusteos en Colonia Patricia Corduba

sonia vargas (universidad de Córdoba) . . . 373 Los primeros contextos romanos de Augusta emerita: el vertedero de los columbarios

José ramón Bello, Juana Márquez pérez (Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida) . . . 404 Bracarum oppidum Augusta. Os dados da cultura material

rui Morais (universidade do Minho) . . . 443 Magdalensberg. ceramica e contesti di epoca augustea

eleni schindler Kaudelka (Museo de Magdalensberg) . . . 462 Les produccions de terra sigillata indeterminada a la costa catalana: identificació

i proposta de classificació

Jaume Buxeda garrigós, Marisol Madrid (erauB, universitat de Barcelona) . . . 489 Una nova producció de terra sigillata d’època augustal: estudi arqueomètric de dos individus

procedents de la villa del Vilarenc (calafell, Tarragona)

Marisol Madrid, víctor revilla Calvo (erauB, universitat de Barcelona) . . . 515

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(L’ALcÚdiA, eLche)

ana María ronda feMenia, MercedeS tendero PorraS Museu d’elx

inTROdUcciÓn

el yacimiento de l’alcúdia (elche, alicante), antiguo solar de la Colonia Iulia Ilici Augusta1, comprende varios niveles superpuestos que corresponden a diferentes culturas entre las que destacan, como fases más importantes dentro del registro arqueológico, las épocas ibérica y romana.

a pesar de haber nacido como yacimiento emblemático al abrigo del hallazgo de la dama de elche, la singularidad de la Ilici romana radica en varios y trascendentes factores: su ubicación en un marco geográfico con excelentes tierras para el cultivo, su situación dentro de un territorio bien comunicado, tanto con el interior como por mar a través del Portus Ilicitanus, así como por las dimensiones del asentamiento, tradicionalmente calculado en unas 10 Ha., aunque no debemos perder de vista que, con toda seguridad, a partir de época romana se amplia considerablemente. estas características hacen de Ilici un hábitat adecuado para que prosperen los asentamientos prolongados y, con ello, una muy especial predisposición a la configuración de culturas transicionales con un marcado carácter diferenciador e incluso nos atreveríamos a decir innovador.

no debemos olvidar que una de las etapas más intensas a nivel creativo en l’alcúdia es la que a. ramos y r. ramos denominan “estrato e”, Periodo Ibérico-Púnico o Ibérico II, fechándolo entre el 228 ade hasta el año 43 ade. a esta fase, que se adentra en la época tardo republicana, pertenecen los grandes vasos con iconografía de aves, cánidos y personajes sagrados, ese particular mundo simbólico que dejó su impronta en la cerámica en unas fechas en las que, quizás, ya no se recordaba el origen de esa sociedad o los mitos que representaban.

en diferentes sondeos practicados en el yacimiento durante más de siete décadas2 se han localizado niveles arqueológicos relacionados con el período augusteo3. las zonas más estudiadas al respecto afectan a los sectores denominados 3F y 5F, excavados por alejandro y rafael ramos, ambos pertenecientes a dos domus que poseen las secuencias estratigráficas más amplias del yacimiento4. pero hemos de decir que también en otras zonas como el sector 4C o el 10e está documentado este periodo histórico (Fig.1.1).

atendiendo los antiguos caminos de la investigación, el “estrato d” es el que atañe al momento histórico que pretendemos rastrear, ya que abarcaría desde los años 42/43 a.n.e. aproximadamente al 50 d.n.e. el argumento esgrimido para la fecha inicial es la posible declaración de colonia romana en esas fechas tempranas5, aunque el mismo r. ramos no dejó de incluir la postura de M. grant6, quien afirmaba que la inscripción dedicada a Tito Statulio Tauro como gobernador de la ciudad (Fig.1.2) es del 29-28 a.n.e. y, que según la Lex Coloniae Genitivae Iulias, éste tuvo que ser necesariamente su fundador7, aunque g. alföldy zanja la cuestión al respecto basándose en una emisión ilicitana (Fig. 1.3) “que se fecha con toda probabilidad en el año 42 a.C. y atestigua que ilici, en este momento, ya obtuvo el status de colonia”8.

la datación para el final del periodo sobre la primera mitad del s. i d.n.e. corresponde a conclusiones sacadas de las excavaciones, ya que afirma que “en esas fechas se produjo en la ciudad un hecho extraordinario, guerra u otra causa que la destruyó”. si trasladamos esta descripción a los datos arqueológicos con que contamos en la actualidad, más al contrario que

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a una etapa de recesión, creemos que coincide con una fase de reestructuración urbanística de la ciudad, que coincidiría con el final de la dinastía julio-claudia y el inicio de la etapa flavia. es en esta época cuando, con toda probabilidad, se construyen los dos conjuntos termales documentados en ilici hasta la fecha, uno de ellos, el occidental, cabalgando sobre la muralla construida en el cambio de era, hecho que nos indica una falta de espacio físico que se percibe a través de soluciones edilicias que requieren una actividad constructiva planificada de antemano (ramos, tendero 2000).

respecto a la cerámica característica del periodo afirma que “la cerámica ibérica, con otras características y modalidades, convive con cerámica sigillata y presigillata primitiva”. en este punto queremos hacer ver un dato fundamental para en el estudio que llevamos a cabo: las cerámicas importadas son las que acompañan a las autóctonas, ya que la producción vascular en el yacimiento no retrocede ni un ápice, al contrario, se adapta, modifica y reinventa para la nueva población romana que está llegando e instalándose en la ciudad.

Éste es pues el vértice de atención sobre el que queremos gravitar en este estudio. sólo si comprendemos lo que supuso la aculturación romana en los grandes oppida ibéricos, como es nuestro caso, y rastreamos las huellas romanas en el urbanismo mimetizado, en los reinventados elementos arquitectónicos y, como no, en la adaptación del repertorio vascular de las cerámicas, quizás estemos más cerca de conocer la realidad cultural de los denominados contextos augusteos.

nOTAS SOBRe LA ALcUdiA: eL deVeniR deL yAciMienTO

en cuanto a la investigación arqueológica, la última andadura de l’alcúdia está representada por la adquisición del yacimiento por parte de la universidad de alicante, la cual incluía también la donación de su colección de materiales, creándose así la Fundación de investigación arqueológica l’alcúdia (Fuia). los objetivos de dicha Fundación no son otros que los de recoger, interpretar, reestudiar e ir avanzando los resultados de éstos a la comunidad científica, para colocar en el panorama de la investigación arqueológica actual la compleja realidad de la colonia Iulia.

pero somos conscientes que en el recorrido hay obstáculos que nos retrasan en la consecución de los objetivos trazados. por ejemplo, en muchas ocasiones nos resulta imposible asociar sin titubeos algunos de los materiales con la estratigrafía pertinente y, la muestra recogida, expuesta en las vitrinas del Museo Monográfico de l’alcúdia, a veces obedece más a una selección subjetiva que a la intención de mostrar conjuntos cerrados de un contexto determinado9. por otra parte, creemos indispensable atender al mensaje de esos materiales expuestos que, por su variedad y estado de conservación, nos transportan en cada etapa a un mundo rico en lo cotidiano y lo espiritual.

en este orden de cosas hemos de advertir que las piezas objeto del estudio son, mayoritariamente, hallazgos descontextualizados en excavaciones alejadas en el tiempo y realizadas con la metodología arqueológica propia de aquellos años. Éstos son pues portadores de una información restringida que sólo nos permite apuntar el cotejo con noticias de otras publicaciones. nuestras esperanzas de poder ofrecer datos nuevos, basados en las excavaciones de la muralla occidental, no han podido verse cumplidas, ya que en estas mismas fechas se ha finalizado el proceso de excavación. otros puntos del yacimiento como el sector 4C de las Casas ibéricas es objeto del estudio arqueológico llevado a cabo en las campañas docentes codirigidas con la universidad de alicante10, aunque ha sido en la última campaña de 2007 cuando se ha llegado a los niveles augusteos y por lo tanto, nos es imposible valorarlos adecuadamente en esta publicación.

eL MOMenTO hiSTÓRicO

Como venimos mencionando, la creación de la Colonia Iulia Ilici Augusta en el territorio provincial del conventhus Carthaginensis en la segunda mitad del siglo i a.n.e., supuso la culminación de un proceso de concentración socioeconómica en un territorio que venía desarrollándose desde el oppidum ibérico de Ilici. Factores determinantes para este proceso son el reparto colonial y las asignaciones territoriales, estimadas en cerca de 900 lotes de tierras11, así como la construcción del citado Portus Ilicitanus (santa pola, alicante).

la llegada de esta amplia población foránea es decisiva para comprender la evolución de la ciudad y de su territorio, ya que implica tanto un aumento demográfico como la promoción jurídica de sus ciudadanos, el crecimiento urbanístico y su monumentalización, así como la parcelación de sus campos y la reestructuración de las producciones locales.

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al respecto del urbanismo del momento, es necesario hacer referencia al mosaico de tradición helenística12 conocido como mosaico de Sailacos, compuesto por una decoración arquitectónica de muralla torreada al estilo helenístico y con nombres ibéricos escritos con grafía latina. en la misma casa, y en la habitación contigua, apareció un típico mosaico republicano de opus signinum con teselas blancas incrustadas, parecido a modelos similares encontrados en Lucemtum o Carthago Nova en la misma época (Fig.1.4).

en cuanto a la estratificación edilicia, el “nivel d” (ibero-romano) en el sector de la domus 5F, se nos describe a 0,38 cm de la superficie con un suelo de opus caementicium13 en su parte superior y el mosaico helenístico en la inferior a una cota de 0,95 cm de profundidad. además, la disposición de los muros de las habitaciones entre la fase constructiva del mosaico helenístico y la domus que se le superpone son casi coincidentes. todo ello nos está indicando que el desarrollo urbano en ilici es producto no sólo de la aceptación sino de la rápida asimilación de usos, costumbres e incluso de un nuevo idioma (Fig.1.5) factor cimentador de la Cultura romana en toda su extensión.

la importante actividad monetaria atestiguada con la implantación de la colonia14 es una prueba más de la frenética actividad socio-cultural que estamos describiendo. Ilici pasa así a ser una ciudad de primer orden económico y social, que va más allá de sus límites territoriales originales y que la comunica e interrelaciona con un amplio marco geográfico.

LAS PROdUcciOneS MOneTALeS de ILICI

del conjunto de monedas (706) recuperadas en Ilici15, ciento cuarenta son de época augustea y julio-claudia, lo que en valores porcentuales supone el 20,25% de toda la masa monetaria que circuló en la ciudad (Fig. 1.6)

de entre las emisiones provinciales, existe una preeminencia de la ceca de Carhtago Nova y de la ceca de Ilici, representada por 51 monedas, incluyendo las series más antiguas de época pompeyana.

la reestructuración urbana generó necesidades de financiación para la instalación del nuevo contingente poblacional, pero sobre todo resultaba imprescindible para la reorganización fiscal del territorio y para el reconocimiento social de esa ciudadanía romana que las nuevas élites difunden a través de la moneda. lo comprobamos por el volumen de los hallazgos, que crecen a partir de mediados del siglo i a.n.e. y, especialmente durante el reinado de augusto, como suele ocurrir en la mayoría de las civitatis.

es pues en los últimos años del período republicano y los primeros de la dinastía julio-claudia cuando la colonia produjo moneda, aproximadamente desde el año 42 a.n.e. y los últimos años del reinado de tiberio fueron seis las emisiones ilicitanas, tres de ellas en el período augusteo (Fig. 2.1).

la primera emisión16 se fecha poco después del año 42 a.n.e. es un semis de bronce con el nombre de dos magistrados posiblemente de origen itálico17, C. Salvius y Q. Terentius, douviri que, como ya hemos mencionado anteriormente, es la que parece datar el inicio de Ilici como colonia.

la segunda emisión es la de L. Manlius y T. Petronius, douviri, asociada a una cronología entre el 26 y el 19 a.n.e., ya que se fabrica con modelos de las acuñaciones de colonia Patricia; el reverso nos da pistas importantes sobre el origen militar de los colonos: signa, aquila y vexillum.

la tercera de las emisiones se sitúa en torno al año 12 a.n.e., y son dos douviri quinquenales, Q. Papirius Caro y Q. Terentius Montanus, funcionarios censales y responsables de la acuñación. lo trascendente de esta emisión es la representación en el reverso de un templo tretástilo en cuyo arquitrabe se lee Iunoni, la divina Juno, templo que se ha querido reconocer desde antiguo entre los restos arquitectónicos dispersos por la ciudad.

todos estos datos que hemos descrito se han fosilizado en las monedas y nos hablan de una nueva sociedad romanizada, del cambio que supuso la llegada de los colonos en la urdimbre social del viejo oppidum. vemos como los repobladores alcanzaron con facilidad los puestos de responsabilidad política, así como también podemos entrever la monumentalidad de la ciudad a través de la imagen de un templo.

LAS ceRáMicAS

el abundante registro cerámico de esta época indica una plena integración de Ilici en los circuitos comerciales mediterráneos, aunque no debemos olvidar que ese desarrollo va aparejado a las transformaciones internas de una sociedad avanzada que recibe, acoge, redefine y transforma el legado original.

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ánforas

al respecto de las ánforas de l’alcúdia correspondientes al período de augusto nos hemos basado en los estudios realizados por J. Molina y J.C. Márquez18. el primero de ellos defiende la teoría de que las relaciones comerciales en la zona vinculan el desarrollo histórico-comercial del vecino municipioum lucentinum (lucentum, alicante) con el de la colonia iulia. expone que la creación del portus ilicitanus en época augustea en fechas posteriores a la de ilici como colonia, así como la masiva llegada de productos importados a la misma desde su fundación, hacen pensar que tal vez la ensenada de lucentum actuara de centro receptor y distribuidor del valle del río vinalopó y de ilici durante los s. ii y i a.n.e, siendo así como “la dinámica comercial romana consolida su carácter mercantil y ampliamente monetarizado al amparo del productivo-expansionismo romano y la pax augusta”19.

los índices numéricos se realizaron sobre un total de 643 piezas, localizadas tanto en la exposición permanente como en los fondos de almacén. de éstas, las pertenecientes al momento augusteo, suponen un 15,25% del total, índice significativo para un corto período de 40 años. si le sumamos el 31,42% de ánforas del siglo i a.n.e. y las que completan el siglo i d.n.e., tenemos que casi el 56% del total de ánforas de l’alcúdia aparecen entre los siglos i ade y i dne (Fig. 2.2)

tipológicamente las ánforas importadas que llegan a ilici las hemos dividido en tres grupos que responden a criterios cronológicos:

1. dentro del primer grupo se encuentran las datadas en los siglos ii y i a.n.e. (pun-ebu 24, pun-ebu 18, dres. 1 y CCnn).

2. un segundo grupo que con las ánforas características del cambio de era hasta finales del siglo i d.n.e. (lam. 2 apula, Halt. 70, pasc. 1, dres. 7/11, dres. 25 apula, dres. 28 y dres. 2/4.

3. y el tercer y último grupo que abarca desde la segunda mitad del siglo i d.n.e., hasta primera mitad del siglo ii d.n.e.

con las formas dres.14, Belt. ii y gal. 4.

los indicadores nos pueden servir para comprobar que en los siglos ii y i a.n.e. se impone la masiva importación de productos itálicos. el tráfico marítimo se ha llegado a calificar “de dimensiones extraordinarias”20, estructurado con una clara finalidad: abastecer a los territorios ocupados o a los romanizados con poblaciones indígenas. Éste último sería nuestro caso, demostrado con la aparición en gran número de dr.1, como puede apreciarse en la figura 2.3.

en la época del principado, fue la estabilidad social y económica que trajo consigo la pax augusta la que dio pie a la descentralización productiva y, consecuentemente después, a la comercial. el nuevo sistema administrativo se amplió desde la metrópoli a los nuevos territorios, poblados ahora por ciudadanos –en nuestro caso mayoritariamente de procedencia itálica–que seasentaron en Ilici con motivo del reparto de lotes de tierras a veteranos de guerra21 (Fig. 3.1)

estos hechos hacen que, en un principio, la producción vinaria de roma necesite abrirse mercados nuevos para continuar abasteciendo a la propia población que ahora se está estableciendo en las áreas periféricas del incipiente imperio. esta población es la misma que evolucionará, precisamente en época de augusto, hacia el nacimiento de nuevos centros de producción de vino (la tarraconense, la Bética, la galia, etc.), dando paso en el periodo tardoaugusteo al auge de esos nuevos centros.

vemos como Ilici encaja perfectamente en este encuadre histórico, ya que el número de tipos de ánforas de diferentes procedencias como las béticas l.Ca 67, Ha.70, dr. 7/11, dr. 28 y la tarraconense pas. 1 en cuanto a las hispanas, estando incluidas en el diversificado grupo en un buen porcentaje las lam. 2 apulas del adriático. acaba el s. i d.n.e. con un repertorio mucho más exiguo: las béticas dr. 20 olearia y Beltrán ii, así como la gálica gauloise 4 (Fig. 2.3).

en resumen, que Ilici mantiene a lo largo de estas dos centurias una serie de intercambios comerciales ininterrumpidos con la Bética, mientras que va variando entre un momento republicano más enfocado al comercio itálico para en el momento augusteo sumarse rápidamente al fenómeno aperturista del desarrollismo económico de las provincias.

Las producciones de cocina

el proceso de aculturación fue acompañado por los objetos domésticos habituales a la nueva población, la vajilla de cocina o coquinatoria instrumenta se componía básicamente de ollas, pátinas y tapaderas. la alimentación romana de platos calientes se elaboraba en cazuelas o en sartenes llanas y poco profundas, identificadas como patinae donde se cocinaba el guiso del mismo nombre22.

observamos como estas producciones conocidas como de engobe interno rojo pompeyano, o cerámica de Cumas se convierte también para la alcudia en un buen aliado a la hora de detectar los niveles augusteos, ya que estos elementos siempre aparecen relacionados con las producciones de tsi que estudiaremos más adelante.

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TiPO TiPOLOgÍA TiPO de PASTA cROnOLOgÍA nº de PieZAS

r.p plato luni 1 nº 1 aguarod s. i a.n.e. hasta aug 4

r.p plato luni 2/4 nº 1 aguarod -50/ niveles auguste. 6

r.p plato luni 3 nº 2 aguarod -100/ 100 d.n.e. 4

r.p plato luni 5 nº 2 aguarod augus./ últimos decenios

s. i d.n.e. 10

r.p informes 59

CoM-it pátina torre taverner 4, 10 nº 6 aguarod Fin ii a.n.e./ -25 a.n.e. 1

CoM-it pátina Celsa vel, 8 nº 6 aguarod -100/ s. i d.n.e. 1

CoM-it pátina vegas 14 nº 6 aguarod -100/50 d.n.e. 14

CoM-it operculum vegas 16, 2 nº 2 aguarod -200/50 d.n.e. 6

CoM-it operculum CoM-it 7-B nº 2 aguarod -200/50 d.n.e. 2

CoM-it operculum Celsa 80.8145 nº 2 aguarod Fin s. ii a.n.e./ primer

decenio s. i d.n.e. 2

CoM-it Mortarium emporiae 36.2 nº 6 aguarod s. ii- i a.n.e 5

CoM-it Mortarium dramont 1 nº 2 aguarod Fin i a.n.e/ 50 2

CoM-it Mortarium dramont 2 nº 2 aguarod y p.loc 50/100 d.n.e. 2

CoM-it informes 160

Tabla 1. Cerámica Rojo pompeyano y COm-IT de la Alcudia.

las cerámicas itálicas de uso culinario, más conocidas como común itálicas (CoM-it), comienzan a llegar a ilici desde finales del s. siglo ii a.n.e. se detectan bien sus pastas porosas y con piroxenos como desgrasantes, siendo la forma más abundante el plato de borde bífido vegas 14 (Fig. 3.2).

respecto a los morteros itálicos observamos que tenemos todos los tipos en el yacimiento, desde la forma más antigua (emporiae 36.2) muy bien representada con 5 individuos23, así como el mortero augusteo por excelencia dramont 1 (Fig. 3.3) y dos fragmentos de la forma dramont 2, ambos con marcas de alfarero24.

resulta interesante que en otras zonas como el valle del ebro25 los contextos estudiados dan como resultado que algunas de las pastas analizadas de los recipientes con tipología itálica, imitan con pastas locales a los modelos originales, cuestión de fondo que implica la asunción no sólo de los recipientes de cocina sino de los gustos culinarios.

en las excavaciones que se están desarrollando en la actualidad con contextos del siglo i a.n.e.26 observamos que la presencia, tanto del rojo pompeyano como de las cerámicas comunes itálicas, es importante en los porcentajes de cerámica de cocina (cerca de un 25%), lo que nos está indicando que, independientemente de que el comercio establecido para otras materias de primer orden conlleve también la importación de estas vajillas de cocina, estos recipientes son demandados directamente por los mencionados colonos.

Ánforas con vino y cerámica idónea para cocinar los guisos propios, fueron objetos que con seguridad se hicieron muy pronto comunes no sólo para los foráneos27 si no también para las élites iberas ya muy romanizadas durante toda la fase republicana. su generalización al resto de población en el caso de la cerámica para cocinar sería rápido, ya que de todos los productos procedentes de las navis que llegaban con cargamento, sin lugar a dudas la cerámica de cocina sería la más económica y asequible.

La vajilla de mesa

dentro de los compartimentos estancos que los arqueólogos hacemos de los materiales aparecidos durante el proceso de excavación, y que últimamente se ha dado en definir como instrumentum domesticum28, la cerámica de mesa es el apartado más extenso y que más datos cronológicos nos aporta.

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La cerámica de barniz negro

la vajilla de barniz negro aparece en el yacimiento ya en época ibérica a modo de importaciones procedentes de los alfares de atenas. los testimonios de esta cerámica de lujo para los iberos, excepto un magnífico kylyx que se expone en el MaHe, son fragmentos sueltos de cráteras de figuras negras y rojas de gran calidad aparecidos en varios sondeos en los últimos niveles29.

al respecto de las producciones de cerámica campaniense, Ilici se muestra como un yacimiento muy rico, con gran diversidad de formas y procedencias. el estudio más completo es el de “la tienda del alfarero” de F. sala30, hecho sobre un total de 166 individuos encontrados en el sector 4C de las Casas ibéricas en la 26ª campaña de excavación del año 1960 por a. ramos Folqués, todos ellos en excelente estado de conservación, apilados y dispuestos como si estuviesen destinados a la venta.

los vasos importados se contabilizan como si de un inventario de almacén se tratara: 13 vasos de campaniense a media (lam. 27, 34, 50 y 55), cuarenta vasos del círculo de la B (lam. 1,2 3, 4,5 y 10) (Fig. 4.1), una jarra púnico- ebusitana eB-69, un bocal, tres opercula y cinco morteros (a los que ya hemos hecho alusión con anterioridad), todo ello acompañado por otros 66 vasos ibéricos tipo pithos y jarras pithoides con decoración pintada estilo elche, datándose el conjunto entre los siglos ii al i a.n.e. es curiosa la interpretación que la propia F. sala hace del conjunto años más tarde31, ya que para ella, y en el estado actual de la investigación32, el conjunto no formaría parte de una tienda, sino como parte del thesauros del santuario de la alcudia, redundando en el carácter ritual que tienen la mayoría de los vasos decorados estilo elche, exportados a otros yacimientos (tolmo de Minateda de Hellín, Fapegal en albufereta de alicante, villajoyosa, entre otros) para utilizarlos como urnas cinerarias, alcanzando muchas de ellas la plena época augustea.

también está mencionada la presencia de aretina de barniz negro en el “estrato d” datado desde mediados del s. i a.C. hasta mitad del s. i d.C., con una estampilla cuadrada y las letras q.af(ranivs)33, refiriéndose a una primitiva aretina de barniz negro. ya en su día a. ramos escribió sobre el tema en varios artículos34 alusivos al momento concreto de la transformación de las últimas cerámicas de barniz negro en sigillatas, tema que trataremos en el siguiente apartado.

Ilici no deja de recibir desde la península itálica todas y cada una de las “novedades” que en materia de vajilla estaban por llegar, y que hacia el año 20 a.n.e., y tras algún que otro “ensayo”, hizo que el barniz negro campaniense fuera relegado para iniciar la sólida andadura de la moda del barniz rojo en los viejos talleres aretinos.

La terra sigillata itálica

la aparición de las primeras terra sigillata de arezzo quedó reflejada en la ciudad desde los primeros momentos.

Como hemos dicho en el epígrafe del barniz negro, las primeras producciones se detectaron en el “estrato d” en cuyo periodo a partir de Augusto surge la terra sigillata entre las cerámicas de tradición ibérica (ramos Folqués 1969/70: 17) y, aunque la nomenclatura de presigillata dada a algún fragmento parece errónea35, si es útil la descripción que hace del resto de las sigillatas augusteas36.

Ilici es pues el yacimiento del país valenciano con mayor presencia de Terra Sigillata itálica, tanto de productos tempranos como tardíos, el que cuenta con mayor número de sellos de oficina de tsi (Fig. 4.2 y 4.3).

TiPOLOgiA SeLLO FORMA SeLLO OFicinA cenTRO

ett 1/pie B.1.2 atit / FiC 2 radiales, cuadrangular a. titius Figulus arezzo

ett 1pie B.1.1 C. se tr 2 radiales, rectangular C. sertorius arezzo

pie B. 1.5 -tti/- 1 radial fragmentado l. tettius y l.tettius Crito arezzo

pie B 1.5 C. sent 4 radiales, rectangular C. sentius lyon

ett. 4.2 (individuo) Cris / pini

/ Hil 1 central, rectangular

rodeado por círculo Crispinus, su trabajador Hil(arus-

ario?) Crespini arezzo

ett 13.3 ConspeCtus

(individuo) l. tet 1 central rectangular l. tettius y l. tettius Crito arezzo

Tabla 2. Sello de TSI.

(11)

asimismo, también es el que posee más variedad de formas, especialmente en época augustea, siendo un 30% del total de sigillatas de procedencia itálica.

TiPOLOgiA

cOnSPecTUS VARiAnTe cROnOLOgiA nº FRAg

1

1.1.1.

40 – 15 ane

4

pie B 1.1 4

pie B 1.2 5

pie B 1.4 1

pie B 1.5 3

pie B 1.7 3

2 2.1.2 15-10 ane 1

4 4.2.1 40-10 ane 1

5 5.1.1 30-15 ane 1

5.2.1 20-10 ane 15

8 8.1.1. 30ane-10 dne 2

11 11.1.2

15-1 ane 2

11.1.3 2

11.1.4 2

12

12.1.1 15 ane-15 dne 3

12.1.2 1

12.1.3 1

12.2.2 15 ane-15dne 3

12.3.2

15ane – 20 dne 5

12.4.1 2

12.4.2 1

12.5.1 2

13 13.2.1

20-1 ne

7

13.2.2 3

13.2.3 1

13.3.1 2

13.3.2 1

14 14.1.2 15ane – 1 dne 2

14.1.3 1

14.2.1 3

14.3.1 15 ane – 15dne 1

18 18.1.2

15 ane-30 dne

1

18.2.1 4

18.2.2 14

18.2.3 2

18.2.4 3

18.2.5 4

(12)

19 19.2.1 1-30 dne 7 equivale a 18.1 15 ane- 30 dne 6

20 20.1.2 10 ane- 50 dne 1

21 21.3.1 10-80 dne 4

21.5.1 1

22 22.1.1

15 ane-15 dne

6

22.1.2 6

22.1.3 4

22.1.4 6

22.5.2 1

24 24.1.3 10 ane -30dne 1

24.2.1 1

26 26.2.1 1-50 dne 5

31 31.1.2 1-30 dne 9

33 33.1.3 1-50 dne 21

38 38.3.1 20-1 ane 33

Tabla 3. Tipos de TSI propias del cambio de era en La Alcudia.

Como se deduce de los datos aportados, la casi la totalidad de los tipos de tsi están representados en el registro ilicitano, tanto en formas lisas como decoradas, cerradas como abiertas, podemos decir que en la colonia vivía una amplia clientela con poder adquisitivo suficiente para demandar todos y cada uno de los modelos que componían el servicio de mesa toscano.

por otra parte, si trasladamos a una gráfica comparativa los índices de sigillatas de ilici37 con los de otras ciudades hispanas como Saguntum, Valentia, Belo y Conimbriga, observamos como los picos de las producciones de tsi, tsg y tsH que llegan a Saguntum y a Ilici son muy semejantes (antiguos oppida indígenas), mientras que en Valentia la dinámica comercial y la llegada de productos parece distinta (Fig. 4.4).

esta rápida recepción de los productos de lujo como la tsi nos habla de nuevo de cómo los núcleos indígenas se infiltran de roma y su Cultura, cuestión ésta que consideramos que explica con claridad la política económica y social que desde la urbe se implanta sobre estos significados oppida, los cuales controlan a su vez y hacen de guardianes del antiguo territorium dependiente de ellos desde tiempos pretéritos. de este modo, roma se asegura no sólo el control de las diferentes provincias sino la demanda de sus productos.

las paredes finas

la denominada Cerámica de Paredes Finas que hacía la función de vaso en el servicio de mesa romano, es uno de los mejores indicadores de cronología en el período que estamos estudiando.

los vasos de pF comienzan a importarse desde la península itálica desde finales del s. ii a.n.e. así lo demuestra un ejemplar itálico importado de Mayet 1a (150/50 a.n.e.), procedente del sector 10e, y del “estrato e” (s. ii a la 1 mitad del s. i a.n.e.).

los formas augusteas están bien documentadas: el vasito Mayet iii.1 del 50 al 1 a.n.e. (Fig. 5.1), el Mayet viiiC del 50 al 1 a.n.e.(Fig. 5.5), asa de Mayet iX (Fig. 5.4), el vaso Mayet Xia del 50 a.n.e al 25 d.n.e (Fig. 5.3), el vasito monoansado Mayet Xiia del 25 a.n.e. al 50 d.n.e.(Fig. 5.2), el vaso troncocónico Mayet Xv del 30 a.n.e. al 15 d.n.e., el vaso con decoración vegetal geométrica incisa Mayet Xvi del 25 a.n.e. al 15 d.n.e., fragmentos de vasos Mayet XiX que aparecen

TiPOLOgiA

cOnSPecTUS VARiAnTe cROnOLOgiA nº FRAg

(13)

desde el 10 al 75 d.n.e., así como el vaso de cerámica común con decoración peinada Mayet XXiv, de cronología amplia, ya que se implanta en el 15 a.n.e. llegando al 50 d.n.e.

también es frecuente hallar fragmentos con los adornos propios de la época como es la decoración burilada (atl. Cii, nº 12), de espinas (atl. Ci, nº 10), y retícula (atl. Ci, nº 15), haces incisos (atl. Ci, nº 6) o cordones aplicados (atl. Cvi, nº 4), muchos de ellos de procedencia hispana.

es importante destacar que la forma Mayet X no la hemos podido documentar, aspecto que a priori podría parecer trivial, no lo es tanto si tenemos en cuenta que es la forma masivamente imitada por la cerámica ibérica decorada (Fig. 6.1) y muy característica y definitoria del los niveles augusteos en Ilici.

La cerámica ibérica recrea formas de la vajilla romana

las imitaciones de la vajilla de importación en el período que nos ocupa es el resultado de una antigua tradición cerámica que arranca desde la época ibérica clásica. por orden de aparición en el tiempo, primero se imitan formas de campaniense “a”, después de “B” y “C” y finalmente, con augusto, las paredes Finas.

estos tres productos son los que siempre se han relacionado con el mundo de las imitaciones, quedando como elementos de fabricación original y libre de la etiqueta “imitación”, el particular mundo de los olpes pintados de tradición ibérica38, adaptación de las jarras de cerámica común romana39, que se desarrollan desde el s. i d.n.e., y en concreto en Ilici, hasta bien avanzado el s. ii d.n.e.

las imitaciones de paredes Finas en época de augusto es un tema conocido y cada vez más estudiado40, pero creemos que muy necesitado de una síntesis, al menos en el área contestana. en el tradicional estudio de s. nordström sobre la cerámica ibérica pintada (nordström 1969; 1973), el vaso que recrea la forma Mayet X lo clasifica como FF 10, borde con borde exvasado. al hacer su clasificación, únicamente con parámetros formales, la llevó a incluirla junto a otro tipo de caliciforme grande que nada tenía que ver con estas formas, si bien es cierto que dibuja un ejemplar del Monastil y lo data, muy acertadamente, en el s. i d.n.e.

t. tortosa (tortosa 2004: 160) denomina estas recreaciones como tipo 12: Taza. Variante 1 sin cuello (Estilo II ilicitano), recogiendo siete vasos tipológicamente distintos, pero con cierto aire común, aunque el nº 120, lo encuadraríamos quizás como una recreación de una Mayet iX (Fig.6.2). la decoración pintada de estas formas se repite con flores estilizadas de trazos finos y líneas descendientes en los bordes que les dan cierta tridimensionalidad (Fig. 6.1). Como imitación de Mayet iX adscribe un único fragmento, el nº 127, tipo 14: Imitaciones de la forma IX de Mayet (Estilo II ilicitano). el asa imita de modo fiel las complicadas protuberancias de este vaso cerámico que a su vez copia modelos metálicos. el escaso fragmento de cuerpo al que está adherida el asa, está decorado con una hoja esgrafiada, decoración específica del cambio de era de la que ahora hablaremos (Fig. 6.7)

pero además en Ilici, a poco que nos detengamos a observar algunas de las cerámicas ibéricas pintadas del conocido

“estrato d”, podremos ver que muchas están recreando las decoraciones de las sigillatas aretinas. tenemos documentados pies de cálices itálicos del tipo r.1, r.2 y r.11, fragmentos de borde de r.1y r8; cuerpos de r5 decorados con navtilus, guirnaldas de hojas acorazonadas, héroes (trabajos de Hércules) y amorcillos, todo un mundo iconográfico nuevo, pero al mismo tiempo reconocible, de raíces clásicas, y plasmado con una clara vocación de atraer a una clientela muy romanizada ya que había dejado de comprar los productos que ofrecían los artesanos autóctonos41, posiblemente, los hijos y nietos de los grandes pintores de aves y cánidos del siglo anterior.

según r. ramos (ramos Fernández 1990), éste cuarto período de la cerámica ibérica se caracteriza por diferentes ejecuciones y soluciones de sus creaciones:

1. Las bandas de SSS… pasan a ser tema principal y único que decoran algunos vasos. las decoraciones en navtilus de la tsi guardan cierta semejanza con las bandas de sss, si bien es cierto que las sss ya se incluían en la etapa anterior, aunque siempre como motivo secundario dentro del friso central de los grandes pithoi (Fig. 6.3).

2. Surgió un nuevo motivo de hojas y tallos muy esquemáticos, y otros nuevos tipos pintados a tinta plana. las hojas de hiedra adquieren en esta etapa un naturalismo muy similar a las que envuelven el cuerpo de los cálices de tsi (Fig. 6.4 y 6.5).

3. Se realizó una nueva modalidad técnica consistente en realizar el dibujo por medio de técnicas esgrafiadas que siluetearon, o, en el caso de las hojas, marcaron sus nervios. esta técnica consiste en remarcar tanto los contornos como el interior del dibujo a tinta plana, con el fin de crear la ilusión óptica de que las figuras adquieren volumen.

parece pues que con este remarcado se perseguía el máximo parecido con las sigillatas, ya que los ejemplos más

(14)

significativos son precisamente un amorcillo portador de una caja (Fig. 6.6) del “estrato d” del sector 5F42 y las hojas de hiedra (Fig. 6.4).

4. Predominaron los finos reticulados como tema principal de decoración. la técnica del reticulado es muy común, tanto en tsi, como en pF (Mayet viii, iX, X, etc). la retícula adquiere un gran protagonismo junto a las estilizaciones vegetales. observamos que los estilizados animales pintados de época augustea (peces, pero sobre todo lepóridos), así como los estigmas de las flores que forman las cenefas medias del vaso, ya no se rellenan a tinta plana, si no que se les cubre con unos trazos finos formando retícula43 (Fig. 6.8).

un grupo de vasos con formas propias de la alcudia, nos va a servir para explicar lo anteriormente mencionado. el vaso Estilo II ilicitano, subtipo 4, troncocónico, nº 73 de t. tortosa44, es un modelo de reminiscencias romanas, ya que se asemeja a la tsi decorada r3.3, pero adaptada al gusto local, decorando el cuerpo del vaso con hojas estilizadas dispuestas en metopas pintadas45 (Fig. 7.2), características del cambio de era. Juan Manuel abascal (abascal 1992: 95) indica además que la existencia de esos motivos decorativos tan repetitivos en casi todos los vasos, contribuye a dar la impresión de que nos encontramos ante series de fabricación, lo que nos acerca aún más a la personalidad propia de la cerámica romana.

Mención aparte merece la pieza conocida como la crátera de ilici, pieza excepcional aparecida en la campaña 54ª del sector 5F en el año 1988, en el “estrato d” asociado al nombrado mosaico helenístico. tipológicamente está clasificado por t. tortosa como Crateriforme (Estilo II Ilicitano)46 (Fig. 7.1) y son abundantes las referencias bibliográficas sobre su decoración antropomorfa47 y su interpretación conceptual, ya que se trata con seguridad de un vaso de carácter ritual. su datación en el cambio de era viene a rubricar que su estructura básica se inspira en un vaso de tsi, posiblemente un híbrido entre el cuerpo de una r.3 y el pie de copa de la r.2., y mezclado además con unas asas serpentiformes de claras reminiscencias indígenas. el vaso en sí mismo explica a la perfección el sincretismo que se ha producido en la sociedad ibérica en el cambio de era que representa, como si del canto del cisne se tratara, su pasado, su presente y su incierto futuro, queriendo dejar memoria visual de su mundo agonizante.

cOncLUSiOneS

Hemos visto como la llegada de roma supuso un cambio en nuestras tierras, no de ruptura, sino de asimilación y transformación. Comenzó a sentirse gradualmente a partir de la segunda guerra púnica, heredando ésta las estructuras de gobierno bárquidas y sumando su predominio económico que ya venía ejerciendo con el comercio de las producciones campanas desde finales del s. iii a.n.e.

no sólo a través de la cerámica campaniense, sino también de la llegada masiva de ánforas de vino itálicas a partir del s. ii a.n.e., en desigual competencia con las púnicas e ibéricas como hemos comprobado en Ilici, así como la aparición de la terra sigillata a mediados del s. i a.n.e., son los puntos de anclaje materiales que nos permiten rastrear el establecimiento de la cultura romana.

pero también hemos visto como lo que denominamos “aculturación romana” vino de la mano de contingentes humanos numerosos, que arrastraban tras de sí costumbres culinarias, sociales y rituales, convirtiéndose en los nuevos clientes de su propia urbe. y cómo la sociedad ibérica, muy helenizada ya y muy receptiva a los productos romanos, se ve “invadida”

por éstos y ha de readaptarse con los mecanismos estilísticos y conceptuales que le son propios.

del estudio de las producciones de época augustea se deducen varias cuestiones de interés:

• Con la etapa augustea, culmina el período de desarrollo del enclave desde un importante oppidum ibérico hasta una de las ciudades más notables de la Hispania Citerior.

• el período que analizamos resulta, tanto en volumen como en calidad de los productos, una continuación del momento más álgido que detectamos en Ilici, gestado durante los momentos tardorrepublicanos y, por tanto, como embrión de lo que será la Colonia Iulia Ilici Augusta, la cual reestructurará su urbanismo como ciudad plenamente romana ya en época flavia, hacia la primera mitad del s. i d.n.e.

• la cultura material augustea en Ilici destaca por su gran cantidad y variedad de formas, demostrándonos a través de los productos importados un nivel de intercambio comercial elevado. pero asimismo, las formas cerámicas readaptadas formalmente, pero con decoraciones conceptuales totalmente propias de la iconografía ibérica con sus mitos y leyendas, nos hace vislumbrar un universo rico en matices que creemos está aún por estudiar.

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nOTeS

1. Mela 3.6: Sequens Illicitanus[sinus]Alonem habet, et Lucentiam, et, unde et nomen est, Illicen; Plin. Nat. 3. 19: …reliqua in hora flumen Tader, colonia inmunes Ilici, unde ilicitanus sinus. In eam contribuuntur Icositani; Itin Ant. 401. 3, entre Aspis y Thiar; Raven. 304. 17 tras Allon y 343.7 tras ad Leones, en ambos casos antes de Cartagena. por una noticia de paulus (Paulus 2 de cens. en Dig. 50. 15. 8) sabemos que en época severiana Ilici y Valentia disfrutaban del ius Italicus.

2. sobre las excavaciones de alejandro ramos Folqués en la ciudad, cf. ramos Folqués 1955, 107-133; 1956, 102-113; 1962a, 273-277; 1962b, 91-97;

1970; ramos Folqués, ramos Fernández 1976. en último término, ramos Fernández 1975; 1991, que recoge la amplia bibliografía debida a sus propios trabajos y a los de alejandro ramos Folqués; cf. llobregat 1972: 78-86. un elenco de todos los títulos puede verse en la bibliografía general de abascal y abad (2003: 251-252).

3. este estrato arqueológico es mencionado en varias publicaciones, de la que destacamos los trabajos de ramos Fernández (1975; 1983).

4. al respecto de la secuencia estratigráfica de l’alcúdia, a la que sonia gutiérrez denomina “De la “A” a la “B”: la estratigrafía imaginada” (gutiérrez 2004), la autora hace una acertada reflexión sobre el papel pionero que ésta tuvo dentro de la génesis y evolución de la incipiente ciencia arqueológica en españa. pero no deja de advertir que aquélla sufrió una “consagración acrítica”, lo que llevó en ocasiones a sus excavadores a un encorsetamiento poco flexible de la compleja realidad estratigráfica del yacimiento (llobregat Conesa 1972: 83).

(17)

5. Beltran 1945.

6. grant 1946.

7. las referencias más fiables y definitivas sobre el debate de la fecha fundacional de Ilici las encontramos en alföldy (2003: 37-45, notas 8-63) y abascal palazón (2004: 80).

8. alföldy 2003: 40.

9. las numerosas campañas arqueológicas practicadas en l’alcúdia, han dado como resultado una cantidad ingente de materiales. el museo, concebido en origen para exponer sólo las piezas más representativas derivó en un gran almacén expositivo ante la falta de espacio para depositar los hallazgos.

es así como, paradójicamente, la misma distribución museística nos sirve de guía orientativa a la hora de ubicar los materiales en un espacio concreto del yacimiento.

10. intervenciones arqueológicas de 2005, 2006 y 2007 dirigidas por l. abad, J. Moratalla, M. tendero.

11. datos numéricos propuestos por Mayer y olesti (2001).

12. Bibliografía específica sobre el mosaico helenístico de la alcudia: abad Casal 1985: 86-87; 2003; 2004; ramos Folqués 1966; 1975; ramos Fernández 1974; 1975; 1983; 1991; ramos, uroz 1992; siles 1978; untermann 1990.

13. Hemos de observar que al opus caementicium alejandro ramos lo describe como “ pavimento de trespol”, ya que esa era la denominación habitual que se le daba en el Campo de elche a una argamasa hecha de cal y gravilla, con la que se cubría la cubierta para formar un techo pisable. según cita de Brotons (1995):“tipo de cubierta de las terrazas de las casas hecha de la siguiente manera: cañizo, rasilla cerámica y mucha cal”.

14. ripollés 2004: 199.

15. abascal, alberola 2007.

16. la emisión fue reducida por que solo se conocen dos cuños en el anverso (ripollés, 2004: 200).

17. alföldy 2003: 50-51.

18. Márquez 1999; Molina 1997; 2004; Márquez, Molina 2001.

19. Molina 2004: 192.

20. Molina 1997: 229.

21. en las excavaciones del año 1996 del sector 5d, apareció una placa de bronce que contiene parte del catastro colonial con el reparto de lotes de tierras -de 13 iugera [yugadas(2.700 m2)]-cada uno a diez ciudadanos romanos.

22. Bats (1988) lo define como un guiso de pescado con verduras cuyos ingredientes habían sido previamente asados y desmenuzados, acabándose de cocer en la pátina condimentados con alguna salsa.

23. sala 1992: 81-83. estos morteros forman parte del conjunto cerámico conocido como “tienda del alfarero” de la alcudia como materiales de exportación, habiendo sido estudiados por la doctora F. sala en su tesina de licenciatura.

24. stMp... stat… y ...MarC.

25. aguarod 1995.

26. Muralla occidental de la alcudia, proyecto de excavación y restitución llevado a cabo por la Fuia con la la colaboración del Marq y la financiación del Área de obras de la diputación provincial de alicante. estudio en curso.

27. al respecto del tema menciona e. Huguet “la arqueología urbana de Valentia ha demostrado el alto grado de dependencia de sus primeros pobladores con su zona de origen, desde donde importan hasta las cerámicas de cocina” (Huguet 2008: 119).

28. sala 2003: 189-190.

29. ramos Folqués 1966: lam. viii. “estrato vi o F”, ibérico del s. v hasta finales del s. iii a.C.

30. sala 1992.

31. sala 2004: 186.

32. Hace referencia al estudio de H. Bonet para el poblado de sant Miquel de llíria (Bonet 1995) en una de las habitaciones en las que aparecieron la mayoría de los vasos decorados en estilo lliria-oliva, que formaba parte de un edificio de mayores dimensiones interpretado como templo por su parecido con estructuras religiosas semitas.

33. ramos Folqués 1962: fig. 1; Montesinos 1998: 182.

34. ramos Folqués 1962; 1969/70.

35. “la bibliografía ha venido indicando la presencia de presigillata en ilici, pero el estudio de dichas piezas nos inclina a adscribirlas como campanienses B y de las de exterior típico de tsi a formas arcaicas y precoces de goudineau de los tipos 2, 15 y 16” (Montesinos 1998: 182).

36. “surgen seguidamente las grandes páteras de pie bajo y ancho con la maraca de alfarero reproducida cuatro veces en el fondo del plato, en la parte interior del círculo, momento que podemos situar en la época de augusto” (ramos Folqués 1969: 23).

37. datos obtenidos de Montesinos (1998).

38. abascal 1986; 1987.

39. llobregat 1969.

40. estudios pormenorizados como el realizado en Lucentum (sala et al. 2007), contribuyen a nuevos replanteamientos en la investigación actual.

41. Las modificaciones no empiezan a verse hasta la segunda mitad del s. I a.C., cuando los productos aretinos introducen nuevas modas, nuevos precios, etc. Es en este instante preciso cuando la vajilla indígena se transforma y se adapta a las nuevas exigencias de la demanda (abascal 1992:

91). Más información sobre el tema en abascal 1988/89.

42. ramos Fernández 1975: lam. lXXiv, fig. 5, 153; 1983, 167.

43. el mejor ejemplo es el magnífico vaso conocido como “la danzarina”. ramos Fernández 1975: lam. lXXXii, 167.

44. t. tortosa (2004: 135) adscribe el romanizado modelo al plato dragg. 7 a y/o al vaso Mayet Xii de paredes Finas. Creemos que en ambos casos ninguna de las piezas se adapta al modelo en cuestión, a nuestro modo de ver, recrea una tsi decorada r3.3.

45. La presencia de elementos metopados en las cerámicas indígenas, responde ya a l gusto que impone la cerámica fina romana…se evidencia en la estilización de los motivos, en el esquematismo de los trazos y en la reducción del repertorio ornamental (abascal, J.M. 1992, p. 95).

46. tortosa 2004: 136.

47. ramos Fernández 1991;olmos 1996; tortosa 2004.

(18)

LÁmINA 1. Figura 1.1. Planimetría general del yacimiento por sectores.

Figura 1.2. Inscripción de Tito Statilio Tauro, posible fundador de la colonia.

Figura 1.3. Semis de Ilici acuñado por los douviri . C. Salvius y Q. Terentius Montanus. Anverso con simpulum, o quizás una sporta.

Reverso con manos apalmadas. Año 42 a.n.e.

Figura 1.4. Aparición del mosaico de teselas blancas en la habitación aneja al mosaico helenístico en las Domus 5F.

Figura 1.5. Fragmento de cerámica ibérica imitación de P. Finas (estrato D) con dibujo de pez y letras de grafía latina.

Figura 1.6. Se observa en la gráfica como el índice de hallazgos monetales es muy superior en Ilici en comparación con otros yacimientos de los alrededores, especialmente en época tardo republicana, al abrigo de la ciudad amiga de Carthago Nova.

(19)

LÁmINA 2. Figura 2.1. Diferentes emisiones monetales augusteas de Ilici.

Figura 2.2. Gráfico comparativo de los porcentajes de ánforas de época augustea con las del resto del periodo en Ilici.

Figura 2.3. Porcentajes de los tipos de ánforas de Ilici desde el s. II a.n.e. hasta el II d.n.e.

(20)

LÁmINA 3. Figura 3.1. Tabula de bronce con la distribución territorial.

Figura 3.2. Plato itálico Vegas 14 y tapadera Vegas 16.2.

Figura 3.3. Mortero itálico Dramont 1.

(21)

LÁmINA 4. Figura 4.1. Conjunto de barniz negro estudiado por F. Sala.

Figura 4.2. Ett. 4.4. Sello de Crispinivs. CRIS.PINI.HIL. Arezzo.

Figura 4.3. Base de plato de TSI con 4 sellos radiales C. SERT del taller lionés de C. SENTIUS.

Figura 4.4. Gráfica comparativa de los porcentajes de las TSI, TSG y TSH en Saguntum, Valentia, Ilici, Belo y Conimbriga.

(22)

LÁmINA 5. Figura 5.1. Mayet III.1 50/ 1 a.n.e.

Figura 5.2. Mayet XII A. -25/-50 a.n.e.

Figura 5.3. Mayet XI A. -50/-25 a.n.e.

Figura 5.4. Asa de Mayet IX -75/-25 a.n.e.

Figura 5.5. Mayet VIII. -50/-1 a.n.e.

(23)

LÁmINA 6. Figura 6.1. Mayet X de tradición ibérica.

Figura 6.2. Fondo interno de tacita ibérica imitación de Mayet IX con decoración vegetal esquematizada.

Figura 6.3. Vaso ibérico con decoración en “S” como motivo principal.

Figura 6.4. Comparativa de la decoración de hiedra de una cerámica ibérica y la decoración vegetal propia de los cálices de TSI.

Figura 6.5. Comparativa entre la decoración vegetal de las cerámicas ibéricas augusteas y la decoración vegetal de un cáliz de TSI Ett. R.5.1 (10 a.n.e./15 d.n.e.).

Figura 6.6. Comparativa de un fragmento de TSI decorada con amorcillo y recreación en cerámica ibérica de un amorcillo con finos trazos incisos que representan el relieve.

Figura 6.7. Asa ibérica que imita la copita de Paredes Finas tipo Mayet IX con decoración de hojas de hiedra incisas.

Figura 6.8. Vaso conocido como “la Danzarina” donde observamos la particular iconografía de animales con cuerpos reticulados.

(24)

LÁmINA 7. Figura 7.1. Vaso conocido como la “crátera de Ilici” con el perfil de dos rostros masculinos entre serpientes/basiliscos.

Figura 7.2. Vaso que recrea la TSI Ettlinger R3 con decoración vegetal metopada.

Referencias

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