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HACIA UNA VERDADERA UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA. Informe publicado el 25 de junio de 2012 I. CONSOLIDACIÓN DE LA UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA

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Traductores: María y Carlos G. CONSEJO EUROPEO EL PRESIDENTE Bruselas, 25 de junio de 2012 SN 25/12 LÍMITE

HACIA UNA VERDADERA UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA Informe publicado el 25 de junio de 2012

I. CONSOLIDACIÓN DE LA UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA

La unión económica y monetaria (UEM) se estableció para aportar prosperidad y estabilidad a Europa. Es una piedra angular de la Unión Europea. Hoy, la UEM se enfrenta a un desafío fundamental. Es necesario reforzarla para garantizar el bienestar económico y social.

El presente informe, elaborado por el Presidente del Consejo Europeo en colaboración con el Presidente de la Comisión, el Presidente del Eurogrupo y el Presidente del Banco Central Europeo, pretende desarrollar una visión de la UEM que garantice una estabilidad y prosperidad sostenidas. Y lo hace proponiendo una arquitectura firme y estable en términos financieros, fiscales, económicos y políticos, que apuntale la estrategia de empleo y crecimiento.

Una visión efectiva debe abordar los desafíos a los que se enfrenta la UEM a largo plazo. La zona euro es diversa y la elaboración de políticas a escala nacional es el método más eficaz para afrontar muchas decisiones económicas. Sin embargo, las políticas nacionales no pueden decidirse en aislamiento si sus efectos se propagan rápidamente por el resto de la zona euro. Por eso, las políticas nacionales deben reflejar íntegramente la pertenencia a una unión monetaria. Es fundamental mantener un nivel adecuado de competitividad, coordinación y convergencia para

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asegurar un crecimiento sostenible sin grandes desequilibrios. Eso debería permitir un conjunto adecuado de políticas con la política monetaria única en pro de la estabilidad de los precios.

Aun así, para garantizar la estabilidad y el crecimiento en la zona euro, los Estados Miembros deben actuar y coordinarse a partir de unas reglas comunes. Deben existir maneras de garantizar el cumplimiento cuando se producen efectos negativos para otros miembros de la UEM. Es imperativo para garantizar el nivel mínimo de convergencia necesario para el correcto funcionamiento de la UEM.

En general, una mayor integración de la UEM exigirá una base democrática más sólida y el apoyo generalizado de los ciudadanos. Por eso, es fundamental que el proceso hacia la realización de esta visión se base en una consulta amplia y participativa. Integración y legitimidad deben avanzar en paralelo.

La visión para el futuro de la gobernancia de la UEM que presentamos en este informe se centra en los Estados Miembros de la zona euro por su cualidad distintiva de compartir una moneda única. Sin embargo, el proceso hacia una mayor unión económica y monetaria debe caracterizarse por la apertura y la transparencia, y ser totalmente compatible con el mercado único en todos los sentidos.

La visión

Este informe propone la visión de una UEM estable y próspera, basada en cuatro grandes pilares:

- Un marco financiero integrado que garantice la estabilidad financiera en la zona euro en particular y minimice el coste de las quiebras bancarias para los ciudadanos europeos. Dicho marco eleva la responsabilidad de la supervisión a nivel europeo y ofrece mecanismos comunes de ayuda a los bancos y garantía de los depósitos de los consumidores.

- Un marco presupuestario integrado que garantice una política fiscal sólida a escala nacional y europea que incluya la coordinación, decisión conjunta, mayor vigilancia y medidas proporcionales de emisión de deuda. Dicho marco debe incluir también distintas formas de solidaridad fiscal.

- Un marco integrado de política económica con suficientes mecanismos para garantizar la implantación de políticas nacionales y europeas para el fomento de un crecimiento, empleo y competitividad sostenibles y compatibles con el correcto funcionamiento de la UEM. - Garantizar la legitimidad democrática y corresponsabilidad necesarias en la toma de

decisiones dentro de la UEM, a partir del ejercicio conjunto de la soberanía en las políticas comunes y solidaridad.

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Esos cuatro pilares ofrecen una arquitectura coherente y exhaustiva que deberá instalarse durante la próxima década. Todos ellos son necesarios para la estabilidad y prosperidad a largo plazo en la UEM, y exigirán una gran cantidad de trabajo en el futuro, con la inclusión de posibles cambios en los tratados de la UE en algún momento.

II. LOS GRANDES PILARES

1. Un marco financiero integrado

La crisis financiera ha destapado carencias estructurales en el marco institucional de estabilidad financiera. Resolver dichas carencias es de suma importancia para la zona euro, dadas las profundas interdependencias que resultan de la moneda única. Sin embargo, debe llevarse a cabo manteniendo la unidad e integridad del mercado único en el área de los servicios financieros. Por ello, el marco financiero integrado deberá abarcar a todos los Estados Miembros de la UE, aunque permitiendo diferenciaciones específicas entre los Estados Miembros de dentro y fuera de la eurozona en determinadas cuestiones del nuevo marco que estén vinculadas predominantemente con el funcionamiento de la unión monetaria y la estabilidad de la zona euro en lugar de con el mercado único.

Basado en un único código normativo, el marco financiero integrado debe contar con dos elementos básicos: una única supervisión bancaria europea y un marco común de garantía de depósitos y resolución.

La supervisión integrada es fundamental para garantizar la aplicación efectiva de unas normas prudenciales, control de riesgos y prevención de crisis en toda la UE. La arquitectura actual deberá evolucionar lo antes posible hacia un sistema único de supervisión bancaria europea a nivel europeo y nacional. El nivel europeo asumirá la responsabilidad última. Dicho sistema garantizará que la supervisión de los bancos de todos los Estados Miembros de la UE sea igualmente efectiva a la hora de reducir la probabilidad de quiebras bancarias y prevenir la necesidad de intervenciones mediante garantías conjuntas de depósitos o fondos de resolución. A tal fin, el nivel europeo asumirá la autoridad supervisora, con poderes preventivos de intervención aplicables a todos los bancos. Su implicación directa variará según el tamaño y la naturaleza de los bancos. Las posibilidades previstas en el Artículo 127(6) TFUE sobre la atribución al Banco Central Europeo de poderes de supervisión sobre los bancos de la zona euro deberán ser analizadas exhaustivamente.

A partir de las propuestas actuales y futuras de la Comisión, deberán proseguirse los trabajos sobre una garantía de depósitos y resolución:

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El plan de garantía europea de depósitos podría introducir una dimensión europea en los planes nacionales de garantía de depósitos respecto a los bancos sometidos a supervisión europea. Reforzaría la credibilidad de los acuerdos actuales y actuaría como una garantía importante y suficiente de los depósitos elegibles en todas las entidades de crédito.

El plan europeo de resolución, financiado principalmente mediante aportaciones de los bancos, puede ofrecer asistencia en la aplicación de las medidas de resolución de los bancos sometidos a la supervisión europea, con el fin de liquidar ordenadamente las entidades no viables, protegiendo de esa manera los fondos de los contribuyentes.

El plan de garantía de depósitos y fondo de resolución pueden establecerse bajo el control de una autoridad resolutoria común. Dicho plan reduciría ampliamente la necesidad de recurrir al plan de garantía. Aun así, la credibilidad de cualquier plan de garantía de depósitos exige el acceso a un respaldo financiero sólido. Por ello, en lo que concierne a la zona euro, el Mecanismo Europeo de Estabilidad podría actuar de respaldo fiscal ante la autoridad de resolución y garantía de depósitos.

2. Hacia un marco presupuestario integrado

La crisis financiera y de deuda ha subrayado los altos niveles de interdependencia especialmente en la zona euro. El tranquilo funcionamiento de la UME requiere no sólo la rápida y enérgica

ejecución de las medidas ya acordadas en el reforzado marco de gobernanza económica

(especialmente el Pacto de estabilidad y crecimiento y el Tratado de estabilidad, coordinación y gobernanza), sino también un paso cualitativo hacia una unión fiscal.

En un contexto, dentro de la zona euro, de cada vez mayor puesta en común de la toma de decisiones sobre presupuestos junto con una puesta en común proporcional de los riesgos, es

fundamental que haya mecanismos efectivos para prevenir y corregir políticas fiscales insostenibles en cada Estado Miembro. Con esta finalidad, podrían acordarse unos límites máximos en los

balances presupuestarios anuales y en los niveles de deuda soberana de los Estados Miembros. Bajo estas reglas, la emisión de deuda soberana por encima del nivel acordado debería justificarse y recibir permiso por adelantado. Posteriormente, la eurozona estaría en la posición de exigir cambios en las dotaciones presupuestarias si violan las normas fiscales, teniendo en cuenta la necesidad de garantizar la equidad social.

En una perspectiva a medio plazo, podría estudiarse la emisión de deuda común como un elemento de dicha unión fiscal y sujeta al avance de la integración fiscal. Los pasos hacia la introducción de

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obligaciones soberanas conjuntas y solidarias podrían valorarse siempre que haya un marco sólido de disciplina presupuestaria y competitividad que evite el riesgo moral y fomente la responsabilidad y el cumplimiento. El proceso hacia la emisión de deuda común debería estar basado en criterios y dividido en fases, conforme a los cuales el avance en la puesta en común de decisiones sobre los presupuestos estaría acompañado de pasos proporcionales hacia la puesta en común de los riesgos. Se han propuesto varias opciones para la emisión parcial de deuda común, como la puesta en común de algunos instrumentos de financiación a corto plazo con carácter condicional y limitado, o la reinversión gradual en un fondo de amortización. Podrían preverse también diferentes formas de solidaridad fiscal

Una unión fiscal de pleno derecho implicaría el desarrollo de una capacidad más fuerte a nivel europeo, capaz de gestionar interdependencias económicas, y en última instancia el desarrollo a nivel de la zona euro de un organismo fiscal, como un tesoro público. Además, deberán definirse el papel y las funciones adecuadas de un presupuesto central, incluida su articulación con los

presupuestos nacionales.

3. Hacia un marco integrado de política económica

En una unión económica, las políticas nacionales deberían orientarse hacia un crecimiento económico fuerte y sostenible y hacia el empleo al tiempo que promueven la cohesión social. También es necesaria una integración económica más sólida para fomentar la coordinación y la convergencia entre los países de la zona euro en distintos ámbitos de actuación, para abordar los desequilibrios, y para asegurar la capacidad de adaptarse a las perturbaciones y de competir en una economía mundial globalizada. Esto es fundamental para un funcionamiento fluido de la UME y es una contrapartida fundamental a los marcos fiscal y financiero.

Es importante, a partir de los principios que se dejaron claros en el semestre europeo y en el Pacto del euro, hacer que el marco de coordinación política tenga más capacidad ejecutiva para garantizar que la UME no se ponga en riesgo por políticas insostenibles. Ese marco sería especialmente importante en la orientación de políticas en áreas tales como la movilidad laboral o la coordinación fiscal.

Podrían tomarse allá donde fueran necesarias medidas para reforzar la capacidad política y administrativa de las instituciones nacionales y para fomentar la implicación nacional en las reformas, dado que esta es una condición esencial para la aplicación eficaz de reformas que aumenten el crecimiento.

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Las decisiones sobre los presupuestos nacionales están en el núcleo de las democracias

parlamentarias europeas. Avanzar hacia una toma de decisiones fiscales y económicas más integrada entre países requerirá por tanto de mecanismos fuertes para que esa toma de decisiones sea legítima y responsable. Es fundamental recabar el apoyo de la opinión pública para decisiones a nivel europeo que tendrán un impacto trascendental en la vida diaria de los ciudadanos.

Será primordial una implicación directa del parlamento europeo y de los parlamentos nacionales, en cuanto al método comunitario. El Protocolo nº1 del TFUE sobre el papel de los parlamentos

nacionales en la UE ofrece un marco apropiado para la cooperación interparlamentaria.

III- Siguientes pasos-Propuesta de un método de trabajo

Es necesario seguir trabajando para desarrollar una hoja de ruta específica y con plazos determinados con el objetivo de lograr una verdadera Unión Monetaria y Económica.

Podría presentarse un informe en el Consejo Europeo de Diciembre por parte del Presidente del Consejo Europeo en estrecha colaboración con el Presidente de la Comisión, el Presidente del Eurogrupo y el Presidente del Banco Central Europeo. Habrá consultas regulares e informales con los Estados Miembros y las instituciones de la UE. Un informe preliminar podría presentarse en octubre de 2012.

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