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LA IMPORTANCIA DE OÍR LA VOZ DE DIOS A TRAVÉS DE SU ÁNGEL

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Y continúen pasando todos una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

“LA IMPORTANCIA DE OÍR LA VOZ DE DIOS A TRAVÉS DE SU ÁNGEL.”

LA IMPORTANCIA

DE OÍR

LA VOZ DE DIOS

A TRAVÉS

DE SU ÁNGEL

Viernes, 14 de mayo 2010

Cancún, Quintana Roo, México

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NOTA AL LECTOR

Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto cualquier error en este escrito es estrictamente error de audición, transcripción e impresión; y no debe interpretarse como errores del Mensaje.

El texto contenido en esta Conferencia, puede ser verificado con las grabaciones del audio o del video.

Este folleto debe ser usado solamente para propósitos personales de estudio, hasta que sea publicado formalmente.

de todo corazón, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Cuando Juan el Bautista estuvo predicando y bautizando en el Jordán, allá en Judea, apareció Jesucristo, entró a las aguas del Jordán, y frente a Juan se colocó para que Juan lo bautizara, y Juan le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para yo te bautice?” Y Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia.” Y entonces lo bautizó. Si Cristo para cumplir toda justicia, convenía que fuera bautizado por Juan el Bautista, cuánto más nosotros conviene que seamos bautizados.

Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva Vida; por eso en el bautismo en agua en el Nombre del Señor la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.

Por lo tanto conociendo el simbolismo del bautismo en agua, pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.

Dejo con ustedes al ministro, reverendo Emilio Cárdenas Flores, para que les indique a ustedes cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y en cada nación y en cada ciudad dejo al ministro correspondiente para que haga en la misma forma.

Que las bendiciones de Cristo el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

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Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma. Creo en Tu primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados y por lo de todo ser humano, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, Te ruego Señor, tengas misericordia de mí, doy testimonio público de mi fe en Ti y te recibo como mi único y suficiente Salvador, te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en mí el nuevo nacimiento.

Quiero nacer en Tu Reino, quiero entran a Tu Reino, quiero vivir contigo eternamente en Tu Reino. Sálvame Señor. Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado y les ha recibido en Su Reino, por cuanto ustedes lo han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.

Recuerden que Él dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, porque escuché la predicación Su Evangelio, creí y lo recibí como mi Salvador. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón; por cuanto ustedes han creído

LA IMPORTANCIA DE OÍR

LA VOZ DE DIOS

A TRAVÉS DE SU ÁNGEL

Rev. William Soto Santiago Ph.D. Viernes, 14 de mayo 2010 Cancún, Quintana Roo, México

M

uy tardes o buenas noches, amables amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también.

Para esta ocasión leemos en la Escritura de Éxodo, capítulo 23, versos 20 al 23, donde nos dice de la siguiente manera, Dios hablando a través del profeta Moisés, a Moisés, y Moisés hablándole al pueblo, dice:

“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.

Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “LA IMPORTANCIA DE OÍR LA VOZ DE DIOS A TRAVÉS DE SU ÁNGEL.” Aquí tenemos en este tema tres partes muy importantes.

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“LA IMPORTANCIA DE OÍR LA VOZ DE DIOS A TRAVÉS DE SU ÁNGEL.”

Para poder comprender la importancia de oír la Voz de Dios a través de Su Ángel, entonces tenemos que saber quién es el Ángel del Señor, del cual habla en este pasaje que hemos leído.

Cuando le apareció este Ángel al profeta Moisés en el capítulo 3 del Éxodo, allá en el Sinaí, vean cómo le dice a Moisés, y luego veremos con más detalles quién es este Ángel, capitulo 3 del Éxodo, verso 1 en adelante, dice:

“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.

Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.

Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.

Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.

Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.”

Ahora, este Ángel le aparece a Moisés en una llama de fuego, en un árbol, en una zarza y le dice Dios, le dice Dios por medio del Ángel: “Yo soy el Dios de tu padre,” o sea, Dios de Amram padre de Moisés, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.

El misterio de Dios y de Su Ángel: el Ángel del Pacto, es que este Ángel es nada menos que Cristo, Cristo en Su Cuerpo

y los está llamando en este tiempo final; y tiene mucho pueblo en todas las naciones.

Por lo tanto, si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, tu nombre está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida, por lo cual has estado escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, has estado escuchando Su Voz, y si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, Él te está llamando para darte Vida eterna.

Todos queremos vivir eternamente, y por consiguiente todos necesitamos un Redentor, un Salvador, y solamente hay un Salvador y Su Nombre es SEÑOR JESUCRISTO, por lo tanto, todos necesitamos a Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador. Todavía vienen más personas que como ustedes quieren recibir a Cristo como Salvador, para que Cristo les dé Vida eterna; es Vida eterna lo que Cristo le da a todos los que lo reciben como único y suficiente Salvador.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Si falta alguna persona por venir, puede venir para que quede incluida en la oración que estaremos haciendo; y los que están en otras naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo; y los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador, recuerden que Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mí; y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.”

Si falta alguno por venir, puede pasar. Recuerden que todos necesitamos a Cristo, todos queremos vivir eternamente, todos queremos entrar al Reino de Dios. Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, los que están presentes y los que están en otras naciones, nuestros ojos cerrados, y los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, repitan conmigo esta oración:

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usted el nuevo nacimiento, y así nazca en el Reino de Cristo, entre al Reino de Dios, entre a la Vida eterna, pues todos queremos vivir eternamente; y ya hemos visto que no hay otra forma para obtener la Vida eterna, sino a través de Jesucristo nuestro Salvador.

Cristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” (San Juan, capítulo 14, verso 6). No hay otra forma para llegar a Dios, Cristo es el camino, Cristo es la verdad, y Cristo es la Vida eterna. Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen; y yo las conozco, y yo les doy Vida eterna, mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Eso está en San Juan, capítulo 10, versos 27 al 30).

Y ahora vean, las ovejas que el Padre le dio a Cristo para que las busque y les de Vida eterna, dice que escucharán Su Voz, la Voz de Dios, la Voz de Cristo por medio del Espíritu Santo hablando en Su Iglesia por medio de los instrumentos que Él tendría en medio de Su Iglesia a través de la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora estamos al final de la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo preparándonos para nuestra transformación, esperando que pronto entre al Cuerpo Místico de Cristo hasta el último elegido.

Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad de Cancún, y los está llamando en este tiempo final en el cual estamos viviendo, y también Él tiene, Dios tiene mucho pueblo en toda la República mexicana y los está llamando en este tiempo final, y el Reino de Cristo se está llenando de mexicanos y eso es una bendición grande para la República mexicana, pues los creyentes en Cristo oran por la República mexicana, para que Dios tenga misericordia de la República mexicana y envíe bendiciones del Cielo sobre toda la República mexicana; también Dios tiene mucho pueblo en toda la América Latina,

angelical; el Mesías antes de venir a la tierra en el Cuerpo de carne, vean, tenía Su Cuerpo angelical, es el Ángel del Pacto, y luego cuando le toca venir a la tierra en carne humana, sigue siendo el Ángel del Pacto para establecer un Nuevo Pacto con el pueblo de Dios, con la casa de Israel y con la casa de Judá. Ahora, podemos comprender las palabras de Cristo en San Juan, capítulo 8, versos 56 al 58, cuando dice Cristo a los judíos:

“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”

¿Cómo era Cristo antes de Abraham? Pues era el Ángel del Pacto, tan sencillo como eso; el mismo que le apareció a Adán, le apareció también a Abel, le aparecía a los diferentes profetas, y también a través de Sus profetas le hablaba al pueblo.

Ahora, podemos ver lo importante que es este el Ángel en el Programa Divino, es la imagen del Dios viviente, es el Verbo que era con Dios y era Dios y creó todas las cosas, o sea, Dios por medio de Su Ángel, Su Cuerpo angelical que es la imagen de Dios, la imagen visible de Dios antes de tener el velo de carne llamado Jesús, vean, es ese Ángel, es el Cuerpo angelical de Dios, es Cristo en Su Cuerpo angelical; y veamos lo que nos dice el apóstol San Pablo y el apóstol San Juan; el apóstol San Juan en el capítulo 1, versos 1 en adelante, dice:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

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En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”

Y luego, dice el verso 9 de este mismo capítulo 1 de San Juan:

“Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron (o sea, el pueblo hebreo).

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

Y ahora, el Verbo que era con Dios y era Dios, que es el Ángel del Pacto, se hizo carne, o sea, se hizo hombre de esta dimensión terrenal, de carne y hueso, y sangre, y vivió en medio del hebreo y tuvo por nombre Jesús, era el Verbo hecho carne, el Ángel del Pacto en medio del pueblo hebreo; y vino para establecer un Nuevo Pacto conforme a como estaba prometido.

Ahora, veamos Malaquías, capítulo 3, donde nos da más luz acerca de quién es el Mesías. Dice, capítulo 3, versos 1 al 2 de Malaquías:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí...”

Ese mensajero que sería enviado para preparar el camino al que lo enviaba, ese mensajero fue Juan el Bautista. Cristo dijo: “Él es aquel Elías que había de venir.” Él es aquel que dice la Escritura: “He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz,” (San Mateo, capítulo 11, versos 9 en adelante).

humanidad.

Por lo tanto, deseamos que Dios nos dé a todos oídos para oír la Voz de Dios en este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo, y que todos podamos decir: “Yo estoy escuchando la Voz de Dios en este tiempo final,” la Voz de Dios por medio del Ángel del Pacto, la Voz de Dios por medio del Espíritu Santo en la forma que Él tiene establecida para hablar en este tiempo final:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Esa es la forma para Cristo hablarle a Su pueblo y a toda la humanidad en el Día Postrero. A través de la predicación del Evangelio de la Gracia se da a conocer el ministerio de la primera Venida de Cristo y la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, para que todo aquel que escucha tenga la bendición de ver y sentir nacer la fe de Cristo en su alma, creer en Cristo y dar testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador.

Para eso es que hemos venido a este planeta Tierra: para escuchar la Voz de Dios, el Evangelio de Cristo y que nazca la fe de Cristo en nuestra alma y lo recibamos como nuestro único y suficiente Salvador, para que nos dé la Vida eterna; no hay otra forma para recibir la Vida eterna. Yo escuché Su Voz y recibí de Él la Vida eterna. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también.

Si hay alguna persona que todavía no lo ha recibido como Salvador, lo puede hacer en estos momentos, puede dar testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador y estaremos orando por usted, para lo cual puede pasar acá al frente y oraremos por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, sea bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en

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escuchando la Voz de Dios a través del Ángel del Señor Jesucristo en el Día Postrero, tan sencillo como eso. Así como a través de la historia bíblica la humanidad ha tenido la Voz de Dios por medio del Ángel del Pacto hablando por medio de los profetas que Él ha enviado, así estará el Espíritu Santo en el Día Postrero hablándole a Su Iglesia, al pueblo hebreo y a toda la humanidad; y hemos visto: “LA IMPORTANCIA DE OÍR LA VOZ DE DIOS A TRAVÉS DE SU ÁNGEL.”

Lo más importante que el ser humano tiene que oír es la Voz de Dios, por eso la Escritura dice en Apocalipsis, capítulo 2 y capítulo 3: “El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Porque hay muchas personas que pueden decir: “pero es que yo tengo oídos para oír,” sí, pero para oír la Voz de Dios, para oír lo que el Espíritu Santo está hablando, tiene que tener la persona oídos para oír la Voz de Dios.

Hay personas que tienen oídos, sí todos tienen oídos para oír, pero tienen oídos para oír lo que dice la televisión, lo que dice el teatro, lo que dice el cine, lo que dicen por acá otras personas, pero para oír la Voz de Dios, para oír la Voz de Dios tenemos que tener oídos ungidos con el Espíritu Santo para oír la Voz de Dios del tiempo en que estamos viviendo. ¿Recuerdan Jesús que en muchas ocasiones decía: “Si alguno tiene oídos... el que tiene oídos para oír, oiga”? Ahí en la parábola del trigo y la cizaña y otras parábolas Él habla acerca del que tenga oídos para oír, que oiga; ustedes lo encontraran en las Palabras de Jesucristo en diferentes ocasiones.

Ahora, podemos ver qué es lo más importante que una persona puede escuchar, ¿qué es? Escuchar la Voz de Dios, hay una forma en que viene la Voz de Dios para la humanidad, viene por medio del Espíritu Santo a través de un hombre en todas las ocasiones en que Dios le habla a la

Ahora, ya tenemos ahí identificado a Juan el Bautista como ese mensajero que sería enviado, y luego dice lo que vendrá después de él:

“... y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.”

Y ahora, ¿quién vendría después del precursor, después de Juan el Bautista?

“...vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros...”

O sea, viene el Señor, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, Dios el Padre, y el Ángel del Pacto, o sea, Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel del Dios, el Cuerpo angelical de Dios, o sea, que Dios viene con Su Cuerpo angelical a un velo de carne que nació a través de la virgen María; tan sencillo como eso; y eso sería la Venida del Señor para el pueblo hebreo, eso es llamado la primera Venida de Cristo; y todo fue sencillo, pero fue conforme a como estaba ya prometido.

Y ahora, podemos ver porqué Cristo es el Verbo que fue hecho carne, el Ángel del Pacto que fue hecho carne, fue hecho hombre de esta dimensión, antes de ser hecho hombre de esta dimensión de carne en la cual vivimos nosotros, antes de eso, pues era el Ángel del Pacto, un hombre de otra dimensión, de la dimensión de los ángeles, tan sencillo como eso.

Y ahora, por medio de Su Cuerpo de carne llevó a cabo el Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano, lo cual fue efectuado allá en la Cruz del Calvario; y de Sión, de Jerusalén ha salido el Nuevo Pacto para toda persona escrita en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, el Nuevo Pacto era para todo ser humano ha salido de Sión, de Jerusalén; así como salió el Pacto de la Ley para el pueblo hebreo, ¿de

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dónde? Del Monte Sinaí, ahora el Nuevo Pacto sale del Monte de Sión, o sea, de Jerusalén.

Por eso, cuando Cristo vino y estuvo tomando la última Cena con Sus discípulos, la Pascua, en la celebración de la Pascua, encontramos que antes del día de la Pascua se efectuaba el sacrificio del cordero pascual, como sucedió en Egipto, en el capítulo 12, versos 11 al 28 del Éxodo.

En la víspera de la Pascua se sacrificaba un cordero por cada familia para la preservación de la vida de los primogénitos de cada hogar hebreo; y así quedaba protegido el primogénito de cada familia hebrea; pero para los primogénitos escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero fue sacrificado el Cordero Pascual que es Cristo, en la Cruz del Calvario, para la preservación de la vida de esos primogénitos, para la preservación de esa Vida eterna, para poder vivir eternamente en el Reino de Dios con Cristo.

Lo único que hace esa labor de preservar la Vida, la Vida eterna a cada hijo e hija de Dios, es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, y con Su Sangre nos redimió, nos limpió de todo pecado y nos reconcilió con Dios para vivir no un año más sino eternamente, tan sencillo como eso.

Y ahora, viendo que el Ángel del Pacto es Cristo en Su Cuerpo angelical, y luego se hizo carne para establecer el Nuevo Pacto, ya podemos ver la Voz de quién es la que tenemos que escuchar: es la Voz de Cristo el Ángel del Pacto, a través del cual Dios hablaba desde ese Cuerpo angelical, y luego cuando se hizo carne continuó hablando por medio del Ángel del Pacto a través del Cuerpo físico del Ángel del Pacto.

Recuerden que Cristo es el Ángel del Pacto, por eso en la última Cena que tuvo con Sus discípulos, Él dijo tomando el pan y dando a Sus discípulos, dijo: “Comed de él todos, porque este es mi Cuerpo,” o sea, que tipificó en el pan Su

Evangelio del Reino es un mensaje dispensacional, por consiguiente es para toda la humanidad.

Y ahora, podemos ver la forma en que Dios estará hablando en medio de Su Iglesia y a través de Su Iglesia para toda la humanidad en nuestro tiempo, es la misma forma que siempre ha hablado: en medio de Su pueblo a través de un mensajero, de un profeta, de un hombre que ha tenido las dos conciencias juntas como las tuvo Moisés y demás profetas, como las tuvo Jesús también, las dos conciencias juntas, y por consiguiente no tiene necesidad de dormir para tener visiones, para tener contacto con Dios y así por el estilo.

De esas personas siempre hay muy pocos en el planeta Tierra, hay profetas de edades y hay profetas de dispensaciones, los profetas dispensacionales son los mayores y solamente Dios tiene siete profetas dispensacionales que son: Adán la Dispensación de la Inocencia, Set para la Dispensación de la Conciencia, ¿quién más? Noé para la Dispensación (¿de qué?) del Gobierno Humano, ¿y qué otro? Abraham para la cuarta dispensación, la Dispensación de Promesa, ¿cuál es el otro? Moisés para la dispensación quinta: la Dispensación de la Ley, y el sexto: Jesús para la Dispensación de la Gracia, la sexta dispensación.

Y para el Día Postrero, para la séptima dispensación, la Dispensación del Reino tendrá al Ángel del Señor Jesucristo el pueblo de Dios, escuchando la Voz de Dios por medio del Evangelio del Reino siendo predicado y que lo entrelazará con el Evangelio de la Gracia; ahí se hace el entrelace de la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia, y del Evangelio del Reino con el Evangelio de la Gracia, como Jesús hizo el entrelace de la Dispensación de la Gracia con la Dispensación de la Ley, y el mensaje de la Gracia con el mensaje de la Ley, tan sencillo como eso.

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Evangelio eterno como dice Apocalipsis, capítulo 14, verso 6 al 7, en donde nos muestra un mensajero, recuerden, que un mensajero es llamado también un ángel; capítulo 14, versos 6 al 7, dice:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”

Este mensajero viene con el Evangelio eterno que es el Evangelio del Reino, para predicarlo a los moradores de la tierra, o sea, si va a predicarlo a los moradores de la tierra, ¿dónde tiene que estar? Pues en la tierra; es un mensajero enviado por Dios con el Evangelio eterno que es el Evangelio del Reino y viene hablando acerca de Dios y recomendando a las personas que adoren a Dios, diciéndole a las personas que adoren a Dios, que busquen a Dios, y diciéndole a las personas que la hora del juicio divino, la hora de Su juicio ha llegado, anunciándoles, ¿qué? El juicio divino, los juicios divinos que han de caer sobre la humanidad durante el tiempo de la gran tribulación. Tan sencillo como eso.

O sea, que ese mensajero viene predicando las copas, las plagas y las trompetas, en palabras más claras: viene predicando acerca de todas esas cosas que han de suceder e identificando las que ya han sucedido.

Y ahora, si viene con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, pues tiene que ser, ¿qué? Un predicador, tan sencillo como eso. Tiene que tener un mensaje que sea para toda la humanidad; un mensaje dispensacional es para toda la humanidad, el mensaje del Evangelio de la Gracia es para toda la humanidad porque es un mensaje dispensacional, y el mensaje del Evangelio eterno, del

Cuerpo físico. Y tomando la copa de vino dio a Sus discípulos y dijo: “Tomad de ella todos, tomad de ella todos porque esta es mi Sangre del Nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”

Y ahora, la Sangre del Nuevo Pacto es la Sangre de Cristo, ya no es sangre de animalitos como fue con el Pacto que se efectuó allá en el Sinaí.

Y ahora, siendo Cristo el Ángel del Pacto, está estableciendo ahí en Jerusalén el Nuevo Pacto que Él prometio en Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36, el Nuevo Pacto que Él haría con la casa de Israel y con la casa de Judá. Y ahora, veamos aquí Hebreos, capítulo 1, versos 1 en adelante, donde dice:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”

Y ahora, Dios habló muchas veces a los padres hebreos por medio de los profetas, y dice:

“...en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, (o sea, por Jesucristo) a quien constituyó heredero de todo (Él es el heredero de los cielos y de la tierra), y por quien asimismo hizo el universo;”

¿Cómo hizo Dios el Universo? Pues por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, hablando a través de Él, del Ángel del Pacto que estaba en Su Cuerpo angelical, y luego pues se creó un Cuerpo de carne en el vientre de la virgen María, el cual nació a los nueve meses que es lo normal el nacimiento, y fue llamado Jesús. El Cuerpo angelical es la imagen de Dios, o sea, el Cuerpo angelical de Dios, y la semejanza física de Dios es el Cuerpo de carne llamado Jesús, el cual ya está glorificado.

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Y ahora, veamos, sigue diciendo San Pablo:

“...el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia...”

¿Ven? La imagen misma de la sustancia de Dios ¿quién es? Cristo, Cristo en Su Cuerpo angelical, ¿y la semejanza física? Pues el Cuerpo físico de Cristo, el Cuerpo de carne, el cual ya está glorificado:

“...y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.”

Y ahora, Cristo glorificado en Su Cuerpo se sentó a la diestra de Dios en el Cielo:

“...hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.”

Heredó el Nombre de Dios; porque el Nombre de Dios, ¿dónde está? En el Ángel de Dios que es Cristo en Su Cuerpo angelical allá en el Antiguo Testamento, y luego cuando se hace carne, pues Cristo sigue siendo Cristo ya con Su Cuerpo de carne también.

Y ahora, el Ángel del Pacto es llamado también el Espíritu Santo, porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, y el Cuerpo angelical de Dios es el Espíritu Santo, es un Cuerpo espiritual, o sea, que es el Cuerpo angelical, es el Espíritu un Cuerpo espiritual; por eso el Espíritu Santo es un Cuerpo angelical de otra dimensión.

Ahora, veamos lo que nos dice en Zacarías, capítulo 7, verso 11 al 12, dice:

“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu.”

16, dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”

Y ahora, el mismo Cristo es el que dice:

“Yo he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

La Voz de Cristo en medio de Su Iglesia viene a través del Ángel del Señor Jesucristo aquí en esta revelación apocalíptica; y ya sabemos que ese Ángel es un profeta, es un profeta dispensacional.

Para el Día Postrero estaremos escuchando la Voz de Cristo, la Voz de Dios por medio del Ángel del Señor Jesucristo, y estará dándonos a conocer, abriéndonos todos estos misterios, dándonos a conocer todas las cosas que deben suceder en este tiempo final, y todas esas cosas están aquí en el libro del Apocalipsis en estos símbolos apocalípticos, y él estará abriéndonos esos símbolos apocalípticos y estará mostrándonos a través de esos símbolos las cosas que han de suceder en este tiempo final; y también tomará las Cartas apostólicas, el Evangelio según San Mateo, según San Marcos, según San Lucas y según San Juan, y nos abrirá todas esas Escrituras que todavía no han sido dadas a conocer o abiertas al publico, y entonces entenderemos.

Por ejemplo: “Y será predicado este Evangelio del Reino para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.” Si tiene que ser predicado el Evangelio, tiene que haber un predicador, el Evangelio del Reino gira alrededor de la segunda Venida de Cristo, o sea, que tiene que ser un predicador que estará predicando el Evangelio de Cristo, el Evangelio del Reino, que es el Evangelio o las buenas noticias que giran a través de la segunda Venida de Cristo; y cuando veamos a ese hombre, a ese mensajero predicando el

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dice:

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.”

Este Ángel es un profeta dispensacional, y a través de ese Ángel, Cristo trae Su revelación para Su Iglesia; por eso encontramos en Apocalipsis, capítulo 19, una ocasión en que Juan el apóstol luego de escuchar al Ángel hablándole, quiere adorar al Ángel, y el Ángel se lo prohíbe. Capítulo 19, versos 9 al 10, dice:

“Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.

Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”

Y ahora, este Ángel no quiso recibir la adoración que Juan el apóstol quería ofrecerle, luego que el Ángel le había revelado estas cosas ahí en Apocalipsis 19, Juan quiso adorar al Ángel; si era Jesucristo, aceptaba la adoración, pero no era Jesucristo, era el Ángel del Señor Jesucristo. Apocalipsis, capítulo 22, verso 6 también en adelante, dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

Y ahora, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto, Dios ha enviado Su Ángel a Su Iglesia. Luego, encontramos que la Voz de Dios en medio de la Iglesia viene por medio de Dios, por medio de Cristo a través de Su Ángel en esta revelación apocalíptica. En el capítulo 22, verso

¿Por medio de quién hablaba Dios? Dios hablaba por medio de Su Espíritu. Y ahora, veamos:

“...para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu,

por medio de los profetas primeros.”

Y ahora, Dios por medio de Su Espíritu, Dios por medio del Ángel del Pacto, enviaba la Palabra para el pueblo, ¿cómo? A través de los profetas; en palabras más claras, por cuanto Dios no tenía Su Cuerpo de carne todavía, sino Su Cuerpo angelical, entonces usaba un cuerpo de carne de un profeta, a través de la historia de los profetas; en un tiempo usaba el cuerpo de carne de este Profeta, en otro tiempo más adelante usaba el cuerpo de carne de otro profeta, y así hablaba por medio de los profetas Dios a través de Su Espíritu, o sea, Dios a través del Ángel del Pacto, que es el Cuerpo espiritual de Dios, el Cuerpo angelical de Dios.

Y ahora, ya estamos comprendiendo este misterio del Ángel del Pacto, el cual es Jesucristo en Su Cuerpo angelical; por eso Jesucristo es la persona más importante de Dios en el Cielo y en la Tierra.

Y ahora, es por medio del Ángel del Pacto que viene la Voz de Dios para la raza humana, pero ha usado siempre velos de carne, usó los velos de carne llamados profetas en el Antiguo Testamento, y luego cuando Dios por medio del Ángel del Pacto, Dios por medio de Su Espíritu se creó en el vientre de la virgen María un Cuerpo de carne, creó en la virgen María, en el vientre de la virgen María, ahí creó la vida, fue multiplicándose hasta que se formó el Cuerpo que nació luego de nueve meses, y fue llamado Jesús, tan sencillo como eso.

Y ahora, cuando miramos a Jesucristo, Cristo decía: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre, el Padre y yo una cosa somos.” ¿Y cómo puede ser eso? Porque cuando se estaba viendo a Jesús, se estaba viendo el velo de carne donde Dios

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moraba, el Cuerpo de carne de Dios; y cuando en el Antiguo Testamento se veía el Ángel del Pacto, se estaba viendo el Cuerpo angelical de Dios.

Pero ahora en Cristo Jesús, en el Cuerpo de carne de Jesús, se está viendo a Dios en la parte física de carne, Él fue el Cuerpo de carne de Dios; pero adentro de ese Cuerpo está el Cuerpo angelical de Dios, y está Dios dentro de Su Cuerpo angelical, o sea, que se está viendo a Dios el Padre, al Ángel del Pacto que es el Espíritu Santo, y al velo de carne llamado Jesús, eso es la Plenitud de la Divinidad morando en medio del pueblo hebreo en un velo de carne, ahí tenemos a Dios el Padre, el Señor: “Y vendrá súbitamente a Su templo (¿quién?) El Señor (Dios el Padre), a quien vosotros buscáis, y el Ángel del Pacto, a quien deseáis vosotros.” Y ahí tenemos la Venida del Mesías.

La Venida del Mesías es la Venida de Dios el Padre, en Su Cuerpo angelical, vestido de un Cuerpo de carne llamado Jesús, tan sencillo como eso. Es como cuando usted viene, ¿y qué yo estoy viendo? Estoy viendo un velo de carne llamado del nombre que le pusieron a usted; pero si usted me dice: “Pero, yo soy alma viviente, usted no me está viendo a mí porque yo estoy dentro de ese cuerpo de carne; y yo tengo un cuerpo espirital llamado espíritu que está dentro también del cuerpo de carne; así que usted lo que está viendo es solamente mi cuerpo de carne.” Y así es, por eso la Escritura dice: “Nadie jamás ha visto a Dios, el unigénito Hijo que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer, le ha declarado.”

Es por medio del velo de carne que Dios se dio a conocer al pueblo hebreo en el cumplimiento de la primera Venida del Señor, es por medio del velo de carne que usted tiene que usted se da a conocer, se manifiesta en este planeta Tierra; pero las personas no lo pueden ver a usted que es alma viviente, no pueden ver el alma suya; alma viviente es lo que

angelical y es la imagen del Dios viviente, el Cuerpo angelical de Dios; y Cristo en Su Cuerpo de carne el cual ya está glorificado, es la semejanza física de Dios, donde mora Dios en toda Su Plenitud.

Y ahora, ya tenemos un cuadro claro de quién es el Ángel del Pacto y de cuál es la Voz de Dios para Su pueblo. Bajo la Dispensación de la Ley es el mensaje de la Ley con sus ordenanzas y leyes para todo Israel; bajo la Dispensación de la Gracia es el mensaje del Evangelio de la Gracia; para la Dispensación del Reino, es el mensaje del Evangelio del Reino, tan sencillo como eso; eso es lo que habla Dios por medio de Su Espíritu Santo a través de Sus mensajeros de cada dispensación, y eso es lo que trae Dios por medio de Su Espíritu a través del mensajero de cada dispensación; pero podemos ver que el mensajero siempre ha sido el Ángel del Pacto, en diferentes dispensaciones con diferentes instrumentos, mensajeros dispensacionales.

Y ahora, en el libro del Apocalipsis [capítulo 1] nos dice del verso 1 al 3:

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,

que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.”

Y ahora, aquí nos muestra que son bienaventurados los que leen y los que oyen las Palabras de esta profecía; este es un libro profético que ha sido escrito por Juan el apóstol, pero que el autor es el Señor Jesucristo, el cual ha enviado esta revelación y el cual se ha revelado por medio de Su Ángel,

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estado conmigo desde el principio.”

Y los discípulos los vemos predicando acerca de Cristo, ellos dando testimonio de Cristo, luego en el capítulo 16 de San Juan, versos 12 en adelante de San Juan (capítulo 16), dice:

“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad.”

Y ahora, ¿quién será el que guiará a toda la verdad a la Iglesia del Señor Jesucristo, a todos los creyentes en Cristo? El Espíritu Santo, el Ángel del Pacto en el cual está el Nombre de Dios, y del cual en el comienzo, en la lectura del Éxodo, capitulo 23, versos 20 al 23, dice:

“...oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”

En el Ángel del Pacto está el Nombre de Dios porque ese es el Cuerpo angelical de Dios, y dice:

“...porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”

O sea, es el Espíritu Santo el que ha profetizado siempre, el Ángel del Pacto, Él es el que ha dado a conocer las cosas que han de suceder; por medio de los profetas habló, profetizó las cosas que sucederían, y el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo sigue siendo el que revela, profetiza las cosas que han de suceder:

“El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”

Y ahora, podemos ver el misterio de Dios el Padre y de Cristo; es que el Ángel del Pacto es Cristo en Su Cuerpo

somos nosotros, pero tenemos un cuerpo físico y un cuerpo espiritual también.

Y cuando muere un creyente en Cristo, pues continúa viviendo en su cuerpo angelical, en el Paraíso que es la sexta dimensión, o sea, que para los creyentes en Cristo la muerte física no significa que terminó su vida cuando murió su cuerpo físico, lo que terminó fue la vida del cuerpo físico, pero continuamos viviendo en otra dimensión, en un cuerpo de otra dimensión, angelical.

Y en la resurrección de los muertos en Cristo los creyentes en Cristo regresarán con Cristo, resucitarán en cuerpos eternos, cuerpos glorificados, un nuevo cuerpo, y los que estemos vivos seremos transformados, y entonces todos seremos inmortales y jóvenes para toda la eternidad, con cuerpos glorificados iguales a Jesucristo nuestro Salvador, y ya no tendremos los problemas que tenemos en esta tierra.

Así que, todos tenemos problemas en esta tierra, unos más y otros menos, pero aunque sea un poquito; porque estamos en cuerpos temporeros, cuerpos mortales que se nos acaba la vida física a los 100 años o a los 90 años, y así por el estilo; pero estamos aquí en la tierra por un y para un propósito divino: para hacer contacto con la Vida eterna que es Cristo, escuchando el Evangelio de Cristo, naciendo la fe de Cristo en nuestra alma y dando testimonio público de nuestra fe en Cristo, recibiéndolo como nuestro único y suficiente Salvador; y entonces Cristo nos recibe en Su Reino, nos perdona y con Su Sangre nos limpia de todo pecado, somos bautizados en agua en Su Nombre, Cristo nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en nosotros el nuevo nacimiento.

Así hemos nacido del Agua y del Espíritu, del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, y así hemos sido restaurados a la Vida eterna, hemos sido reconciliados con Dios para vivir no un año más, sino por toda la eternidad.

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Y ahora, hemos visto que la Voz de Dios viene por medio del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo a través de Cristo cuando estuvo aquí en la tierra, así como sucedía antes de Jesucristo venir en carne humana, la Voz de Dios venía por medio del Espíritu Santo a través de los profetas; luego cuando se hizo carne el Ángel del Pacto, Dios por medio del Ángel del Pacto se hizo carne, entonces la Voz de Dios estaba viniendo por medio de Cristo; por eso Cristo decía: “Yo no hablo nada de mí mismo, el Padre que mora en mí, Él hace las obras.” Y ahora, Él también decía: “El Padre, mayor es que yo.”

Y ahora, encontramos que Cristo estuvo hablando pero no de Sí mismo, el velo de carne de sí mismo no estuvo hablando, sino que era Dios por medio de Su Espíritu Santo, Dios por medio del Ángel del Pacto en la persona de Jesús hablándole al pueblo hebreo, tan sencillo como eso; y luego Cristo al morir, resucitar y ascender al Cielo, Él había dicho que enviaría Su Espíritu Santo sobre toda carne, Él dijo que enviaría el Espíritu Santo, ¿y qué sería eso? El Ángel del Pacto, el Espíritu Santo volvería a estar en la tierra hablando a través de diferentes mensajeros.

San Pedro el Día de Pentecostés, fue instrumento del Espíritu Santo, del Ángel del Pacto hablando el Evangelio a todos lo que allí estaban presentes, eso era la Voz de Dios, era Dios hablando por medio de Su Espíritu Santo, Dios hablando por medio del Ángel del Pacto, a través de San Pedro. Y ahora, a través de un velo de carne; porque los velos de carne son los instrumentos físicos, humanos que Dios utiliza.

Y ahora, encontramos que luego habló a través de otros apóstoles y habló a través de San Pablo a los gentiles, habló el Evangelio de Cristo, la Palabra de Salvación y Vida eterna, y habló por medio de cada ángel mensajero de cada edad o etapa de la Iglesia; siempre ha sido Dios por medio de Su

Espíritu Santo hablando a través de un velo de carne. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele sus secretos a sus siervos, sus profetas.” (Amós, capítulo 3, verso 7).

Y ahora, para el Día Postrero encontramos que envió también como envió a Juan el Bautista como precursor de la primera Venida de Cristo, para la séptima etapa de la Iglesia entre los gentiles, envió el precursor de la segunda Venida de Cristo que fue el reverendo William Branham, tan sencillo como eso, para los que lo quieran recibir; para el Día Postrero continuará hablando el Señor.

Y ahora, encontramos también que Cristo nos dice en el capítulo 14, verso 26 de San Juan:

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”

Y ahora, ¿quién dice Jesucristo que va a ser enviado para enseñar todas las cosas a la Iglesia del Señor Jesucristo? Cristo dice que el Padre enviará en el Nombre de Jesucristo al Espíritu Santo, y el Espíritu Santo va a enseñar todas las cosas, ese es el maestro, fue el maestro también para Moisés, fue el maestro para los profetas, siempre ha sido el maestro para el pueblo de Dios; luego en el capítulo 15, verso 26 de San Juan también dice Cristo:

“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.”

O sea, que el Espíritu Santo va a estar hablando acerca de Jesucristo, ¿y qué es eso? A través de la predicación del Evangelio de Cristo, ¿qué es lo que se ha estado hablando? La primera Venida de Cristo y la Obra de Redención en la Cruz del Calvario con la muerte de Cristo siendo crucificado, ¿ven? Dando testimonio acerca de Jesucristo:

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