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Cuentos Futbol

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Academic year: 2021

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(1)

10 estrofas para un 10 A los 27 minutos Angel cabeceador

Apuntes acerca de una mala mujer Apuntes de futbol en Flores

Argentina 1 Brasil 0 Atajo Roma

Brillaras blanca y celeste Cambalache

Carta de un leproso para Apo Copenhague

Creo vieja que tu hija Cuento 19 de diciembre Cuento de Maradona De chilena

El 8 era mohasir

El apocalipsis segun el chato El arco de Noe

El castigo

El cielo de los Argentinos El cuadro de Raulito El golpe del hormiga El hijo del sheik El hincha El loco cansino

El negro palma me mato El penal mas largo del mundo El retorno de Vargas

El ultimo centro En paz descansa Es un sentimiento Felicitaciones ingeniero Gallardo Perez referi

Independiente, mi viejo y yo Insai derecho

Jorge, Danial y el gato La barrera

La hipotetica resurreccion de Baltazar Quiñonez La voz de Alejandro Apo

Las 12 a bragado

Lo raro empezo despues Los traidores

Memorias de un win derecho Motorola Muerete Ringo No te enloquesas Lalita Orlando el sucio Pichon de Cristo Pincha corazon

Por Achaval nadie dava dos mangos Promesa

(2)

Relatores

Reuniones de egresados Seños Pastoriza

Testimoño de Roberto Fontanarrosa Ultimo hombre

Un verano italiano

Una sonrisa exctamente asi Usted no me lo va a creer Vengan a ver

Viejo con arbolJose m pascual…. Al derrotado - Carlos Ferreira

La Cancha Interna - Roberto Perfumo Poemas De Mario Benedetti 2

Dedicatoria Del Principito La Pelota - Hector Negro

Pompeya Para Diego Era Paris - Alejandro Suatman El Patio De Las Pelotas Perdidas - Alejandro Dolina Milonga Para Borges - Horacio Ferrer

Hombres de futbol - Guillermo Ronou Pelota de 30 - Hector Gagliardi

10 Estrofas Para Un 10 - Hector Negro Un Poema Para Boca - Raul Lavié La Gloria De Ser Dificil - Juan Sasturain Poemas De Mario Benedetti

Al Polaco Goyeneche - Roberto Leiva Nunca jamas - Walter Saavedra La Barrera - Roberto Fontanarrosa Carta De Un Leproso Para Apo

Defensa De La Derrota - Roberto Fontanarrosa Buenos aires - Jorge Luis Borges

Apuntes Acerca De Una Mala Mujer - Sergio Ranieri Cambalache - Mario Benedetti

(3)

Goles - Antonio Dalmasetto

La Hipotetica Resurrección De Baltazar Quiñones - Eduardo Sacheri El Apocalipsis Segun El Chato - Eduardo Sacheri

Los Nombres - Roberto Fontanarrosa Orlando El Sucio - Osvaldo Soriano Los Traidores - Eduardo Sacheri Fotos Viejas - Eduardo Sacheri Vengan A Ver Y Poemas Para Diego Carreras secretas - Alejandro Dolina Iniciacion - Roberto Fontanarrosa

Tenemos Un Arquero Que Es Una Maravilla - Eduardo Maicas El Centro-Haft Que Soñaba - Rodolfo Braceli

Los Funerales De La Mama Grande - Gabriel Garcia Marquez Memoria De Un Wing Derecho - Roberto Fontanarrosa

Viejo Con Arbol - Roberto Fontanarrosa Relatores - Alejandro Dolina

Lo Raro Empezo Despues - Eduardo Sacheri Señor Labruna - Braceli

Semblanzas Tangueras. Elviro Lezama (Lezamita) - Roberto Fontanarrosa Ultimo hombre - Eduardo Sacheri

Milagro En Parque Chas - Inés Fernandez Moreno

---CD 1

01. Me van a tener que disculpar - Eduardo Sacheri 02. Esperandolo a Tito - Eduardo Sacheri

(4)

03. Viejo con Arbol - Apo y Brandoni (editado) - R. Fontanarrosa 04. El patio de las pelotas perdidas - Alejandro Dolina

05. Pelota de treinta - Héctor Gagliardi 06. Habla Jose Rafael Albretch

07. Habla Rafael Bielsa

08. La Barrera - Roberto Fontanarrosa

09. Mi viejo era el Caballero Rojo - Anécdota de Apo 10. El reparador de sueños - Silvio Rodríguez

11. Mis primeros zapatos de futbol - Un oyente 12. Cinema paradiso - Esteban Morgado

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Extra: Alejandro Apo y Sanjurjo canción a Maradona (esto lo tenes que escuchar si o si). http://www.mediafire.com/?bwbtmz9ntbt http://rapidshare.com/files/264853307/01._Vengan_a_ver__y_poema_de_Hec tor_Negro.mp3.html CD 2 01. La Promesa 02. Descansa en Paz 03. De Chilena 04. Independiente, mi viejo y yo http://rapidshare.com/files/193652803/CD2 CD 3

01. El Hincha - Mempo Giardinelli 02. Los Traidores - Eduardo Sacheri 03. Un saludo desde Viedma

04. El golpe del Hormiga - Sacheri

http://rapidshare.com/files/193657121/CD3 CD 4

(5)

01. Gol de Aldo Poy - Semifinal Campeonato del 71 02. 19 de Diciembre de 1971 - Roberto Fontanarrosa 03. Felicitaciones Ingeniero - Daniel Rearte

04. La Observacion de los Pajaros - R. Fontanarrosa 05. Fontanarrosa con el Papagayo - Anécdota 06. Milonga del Trovador - Jairo

http://rapidshare.com/files/193661100/CD4.rar CD 5

01. Antonio Roma hablando de Simeone

02. Roma ataja el penal a Delem (1962) - Relato de Muñoz 03. Atajo Roma - Aldo Riera

04. El castigo - Eduardo Sacheri 05. Nunca Jamas - Walter Saavedra

06. El tanque rojas deja el futbol - Evocación 07. La gloria de ser dificil - Juan Sasturain 08. Golazo de Rattin - Fioravanti

09. Un poema para Boca - Raúl Lavié

10. Maradona a River (1981) - Relato de Victor Hugo 11. Pompeya para Diego era Paris - Alejandro Swatman 12. Cafiero va a ver a Boca - Anecdota

13. Borges, Boca y Gardel - Horacio Salas

14. Boca 3 Borussia 0 - Titulo Mundial 1978 - Relatos de Muñoz 15. Guillermo hablando de Bianchi

16. Goles Final Boca-Milan 2003 - Relatos de Victor Hugo

17. Goles al Real Madrid - Intercontinental 2000 - Relatos de Fantino 18. Dieguitos y Mafaldas - Joaquín Sabina

19. La vuelta de Palermo, Golazo a River 2000 - Relatos de Fantino 20. Dale Bo Dale Bo...

(6)

http://rapidshare.com/files/193665557/CD5.rar CD 6

01. Ultimo Hombre - Eduardo Sacheri

02. El referi demasiado justo - Alejandro Dolina 03. El Pichon de Cristo - Roberto Fontanarrosa

04. La Hipotetica Resurreccion de Baltasar Quiñones - Eduardo Sacheri 05. Señor Labruna - Rodolfo Braceli

http://rapidshare.com/files/193670103/CD6.rar CD 7

01. El cuadro de Raulito - Sacheri 02. Beto y Luciano - El Puma Goity

03. Fontanarrosa y su pasion por el futbol 04. El mejor gol de la Historia (Muñoz) 05. Relatores - Alejandro Dolina

06. Gol de Burruchaga Mundial de 1989 - Relatos de Victor Hugo 07. Argentina Campeon del Mundo 1989 - Relatos de Victor Hugo

08. Las Manos del Goyco, Semifinal Italia 1990 - Relatos de Victor Hugo 09. Un Verano Italiano - Giana Nanini

10. Maradona a Grecia Mundial 1994 - Relatos de Victor Hugo 11. El Arco de Noe - Rodolfo Braceli

12. Cancion del Elegido - Silvio Rodriguez http://rapidshare.com/files/193674574/CD7.rar CD 8

01. El Apocalipsis segun el Chato - Eduardo Sacheri 02. Apuntes del Futbol en Flores - Alejandro Dolina 03. Lo raro empezo despues - Eduardo Sacheri 04. Saludo de un oyente

(7)

http://rapidshare.com/files/193679587/CD8.rar CD 9

01. Pase Alejandro a mi Casa 02. Motorola - Eduardo Sacheri

03. Golazo de Bochini a la Juventus - Relatos de Muñoz 04. Diez estrofas para un diez - Hector Negro (a Bochini) 05. Goles - Antonio Dalmasetto

06. La voz de Alejandro Apo - Fabián Salvioli 07. La pelota - Héctor Negro

08. Apuntes acerca de una mala mujer - Sergio Ranieri

09. Racing campeon mundial - Gol de Cardenas - Relatos de Fioravanti 10. Sergio Renan y su pasion por Racing

11. Rescate - Carlos Ferreira (sobre Onega) 12. La cancha interna - Roberto Perfumo

13. Carta de Soriano a Galeano (Sobre Sanfilippo) 14. Hombres de Futbol - Sergio Ronou

15. Domingos de Buenos Aires - Eladia Blazquez http://rapidshare.com/files/193684496/CD9.rar CD 10

01. Cortina de Todo con afecto 02. Usted no me lo va a creer 03. No te enloquesas Lalita 04. Jorge, Daniel y el gato 05. Los nombres

06. Memorias de un wing derecho 07. Seria Fantastico - Joan M. Serrat

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Umberto Eco y el fútbol, Peter Trifonas.

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El fútbol a sol y sombra, Eduardo Galeano

El mundo en un balón, cómo entender la globalización a través del fútbol, Franklin Foer. Fútbol, una religión en busca de dios,

Manuel Vásquez Montalván.

La vida es un balón redondo, Vladimir Dimitrijevic. Un pájaro redondo para jugar,

Galo Mora Witt. Fútbol y cultura,

Rubén Oliven y Arlei Damo. Entre las letras y el fútbol, Ricardo Vasconcellos Rosado. Todos los futbolistas se van al cielo, Pedro Badrán.

Mi Ecuador del alma, Roberto Bonafón.

Pelé, de la favela a la gloria, Miguel Méndez.

Yo soy el Diego, Diego Maradona. Yo quiero ser Raúl, José María Plaza.

LOS NOBEL DEL FUTBOL JORGE OMAR PÉREZ

Albert Camus y el Fútbol

Sí, lo jugué varios años en la Universidad de Argel. Me parece que fue ayer. Pero

cuando, en 1940, volví a calzarme los zapatos, me di cuenta de que no había sido

ayer. Antes de terminar el primer tiempo, tenía la lengua como uno de esos perros

con los que la gente se cruza a las dos de la tarde en Tizi - Ouzou. Fue, entonces,

hace bastante tiempo, en 1928 para adelante, supongo. Hice mi debut con el club

deportivo Montpensier. Sólo Dios sabe por qué, dado que yo vivía en Belcourt y el

equipo de Belcourt- Mustapha era el Gallia. Pero tenía un amigo, un tipo velludo,

que nadaba en el puerto conmigo y jugaba water-polo para Montpensier. Así es

como a veces la vida de una persona queda determinada. Montpensier jugaba a

menudo en los jardines de Manoeuvre, aparentemente por ninguna razón especial.

El césped tenía en su haber mas porrazos que la canilla de un centro forward

visitante del estadio de Alenda, Orán. Pronto aprendí que la pelota nunca viene

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hacia uno por donde uno espera que venga. Eso me ayudó mucho en la vida, sobre

todo en las grandes ciudades, donde la gente no suele ser siempre lo que se dice

derecha. Pero al cabo de un año de porrazos y Montpensier en el "Lycée" me

hicieron sentir avergonzado de mí mismo: un "universitario" debe jugar con la

Universidad de Argel, R.U.A. En ese periodo, el tipo velludo ya había salido de mi

vida. No nos habíamos peleado, sólo que ahora él prefería irse a nadar a Padovani

donde el agua no era tan "pura". Ni tampoco, para ser sinceros, eran ¨puros¨ sus

motivos. Personalmente, encontré que su motivo era ¨adorable¨, aunque ella

bailaba muy mal, lo que me pareia insoportable en un a mujer. ¿Es el hombre, o no

es, quien debe pisarle los dedos de los pies?El tipo velludo y yo prometimos volver

a vernos. Pero los años fueron pasando. Mucho después comencé a frecuentar el

restaurante de Padovani (por motives "puros") pero el tipo velludo se había casado

con su paralítica, quien seguramente le prohibía bañarse, como suele ocurrir.

¿Pero qué es lo que estaba diciendo? Ah sí, el R.U.A. Estaba encantado, lo

importante para mí era jugar. Me devoraba la impaciencia del domingo al jueves,

día de práctica, y del jueves al domingo, día del partido. Así fue como me uní a los

universitarios. Y allí estaba yo, golero del equipo juvenil. Sí, todo parecía muy

fácil. Pero no sabía que se acababa de establecer un vínculo de años, que abarcaría

cada estadio de la provincia, y que nunca tendría fin. No sabía entonces que veinte

años después, en las calles de París e incluso en Buenos Aires (sí, me ha sucedido) la

palabra R.U.A. mencionada por un amigo con el que tropecé, me haría saltar el

corazón tan tontamente como fuera posible. Y ya que estoy confesando mis

secretes, debo admitir que en París por ejemplo, voy a ver los partidos del Racing

Club, al que convertí en mi favorito solo

porque usan las mismas camisas que el R.U.A., azul con rayas blancas. También

debo decir que Racing tiene algunas de las mismas excentricidades que el R.U.A.

Juega "científicamente" pierde partidos que debería ganar. Parece que esto ahora

ha cambiado (eso es lo que me escriben de Argel), cambiado - pero no mucho- .

Despues de todo , era por eso que quería tanto a mi equipo, no solo por la alegría

de la victoria cuando estaba combinada con la fatiga que sigue al esfuerzo, sino

tambien por el estúpido deseo de Ilorar en las noches luego de cada derrota.

Como zaguero esta el "Grandote" - quiero decir Raymond Couard. Le dábamos

bastante trabajo, si mal no recuerdo. Jugábamos duro. Los estudiantes, los nenes

de papá, no escatiman nada. Pobres de nosotros -en todo sentido- ¡ muchos nos

burlábamos de la dureza de nuestros propios pies ! No teníamos más remedio que

admitirlo. Y teníamos que jugar "deportivamente", porque ésa era la dorada regla

del R.U.A., y "firmes", porque, cuando todo está dicho y hecho, un hombre es un

hombre. iDifícil compromiso! Eso no puede haber cambiado, estoy seguro. El

equipo más difícil era el Olympic Hussein Dey. El estadio quedaba detrás del

cementerio. Ellos nos hicieron notar, sin piedad, que podíamos tener acceso directo.

En cuanto a mí, jpobre golero!, vinieron por mi cadáver. Sin Roger ¡lo que hubiera

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sufrido! Estaba Boufarik, ese centro forward grande y gordo (enlre nosotros lo

Ilamabamos "Sandia") se excusaba con un: "Lo siento nenito" y una sonrisa

franciscana. No voy a seguir. Ya me excedí de mis Iímites. Y entonces, me pongo

reblandecido. Hasta en "Sandía" veo bondad. Además, seamos sinceros, bien que

esto era lo que habían enseñado. Y a esta altura, no quiero seguir bromeando.

Porque, después de muchos años en que el mundo me ha permitido

variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral v de las

obliaaciones de los hombres, se lo debo al fútbol, lo que aprendí con el R.U.A,

no puede morir. Preservémoslo. Preservemos esta gran y digna imagen de nuestra

juventud. Tambien estara vigilándolos a ustedes

Fuente: Revista La Maga/Extra.Literatura de la Pelota. Octubre 1996

¿Qué ingredientes tiene el fútbol para que convoque tantos intereses? Un análisis superficial nos podría llevar a la conclusión de que este deporte masivo despierta interés en masas amorfas que se unifican alrededor de ídolos construidos por el poder de los medios y de la publicidad. Pero nuestro asombro aumenta cuando encontramos que personajes notables, por ejemplo intelectuales de renombre han dedicado páginas elogiosas al fútbol. Y sus nombres son garantía de que no son individuos amorfos

perdidos en una masa, pues por sus escritos sabemos que están curados de ser ovejas sumisas que siguen al rebaño. Tal es el caso de Alberto Camus, o Edgar Morin, por ejemplo. Umberto Eco no ha sido indiferente al fenómeno y lo ha analizado desde su perspectiva de la cultura de masas.

Alberto Camus dedicó una bella página a este deporte la que tituló "Lo que debo al fútbol" la cual es citada insistentemente cuando se toca el tema. Según su afirmación el fútbol le inspiró su saber moral y de comportamiento de los hombres. Según Camus, entonces, en el fútbol podemos aprender tanto como de la filosofía práctica. Podríamos pensar que Camus dice esto desde una perspectiva en que el fútbol todavía no se había contaminado de la comercialización de la publicidad que ahora lo invade. Sin embargo, más recientemente Edgar Morin también le dedicó afirmaciones elogiosas como la que inspira el título de esta columna: "No veo el fútbol como una forma de alienación moderna, lo siento más bien como una poesía colectiva". Este filósofo y científico francés, quien preside la comisión que creó el consejo científico nacional francés para la reforma del pensamiento y de la

enseñanza, declaró a la prensa, en el reciente mundial de fútbol en ese país: "He anulado todas mis citas y mis compromisos durante el mundial para dedicarme a ver los partidos". Tal vez comparta la apreciación de Camus: "no hay un lugar de mayor felicidad humana que un estadio lleno de fútbol".

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El novelista checo Milán Kundera los acompaña en sus elogios: "creo que el fútbol es un pensamiento que se juega, y más con la cabeza que con los pies". Kundera acompañó al equipo francés, según el reportaje del

periodista y escritor Germán Santamaría, enviado especial para este evento del periódico El Tiempo de Bogotá, quien agrega esta poética frase: "tal vez ellos (los jugadores) tengan la hermosura y la tragedia de las mariposas, que vuelan tan, tan alto y tan bello pero que jamás pueden apreciar y admirarse en la belleza de su vuelo". Este periodista cita también a la octogenaria Francoise Sagan: "el fútbol me recuerda viejos e intensos amores, porque en ningún otro lugar como en el estadio se puede querer u odiar tanto a alguien".

El fútbol permite sacar a relucir la faceta lúdica del ser humano. Esa faceta que permite al niño empezar a construir su mundo simbólico y que no

debemos perder nunca. La faceta lúdica permite una gratificación individual o de grupo desinteresada. Pero también desarrolla necesidades de defensa individual y de especie. El juego es el principal elemento constructor de los esquemas de socialización y de respeto de reglas. Y el juego físico, el

deporte, en el que se emplea el cuerpo en sus mejores expresiones, no sólo físicas sino también pasionales debería contribuir a la estetización de la vida cotidiana. "Es algo bellísimo; al menos tan hermoso como el sexo, la

reflexión filosófica y los juegos de azar en que se apuestan frijolitos" al decir de U. Eco.

Pero el fútbol en su actual versión se ha desfigurado. No es juego para los jugadores profesionales, sino trabajo y tormento. Para el espectador tiene tanto de manía (de nuevo Eco) como el comportamiento de quien fuera domingo a domingo a ver parejas que hacen el amor o fingen hacerlo. En los equipos nos quieren hacer ver el símbolo de las nacionalidades y nos

apasionamos por ello, sin para mientes en que es un espectáculo montado para producir dividendos económicos. Ya no es tan importante en la

camiseta el nombre del país como el de las marcas que pagan por aparecer en las pantallas que las enfocan. Pero aún así, conserva su poesía. La poesía del cuerpo en acción que todos desearíamos tener. La poesía de la

plasticidad física. Y es este ingrediente de la poesía el que finalmente todavía salva al fútbol. Como finalmente salva la vida.

Instrucciones para jugar al futbol

La pelota puede estar quieta, como alma pensante que recibirá la

información de una dirección y ordenamiento de la persona que la patee o que la toque con la cabeza, como principio básico. Si está en movimiento, la

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bola añade una dificultad para el ejecutante, quien debe mantenerse atento en todo momento para que al intentar ponerle el pie en un costado no pierda el equilibrio y termine, en el mejor de los casos, en el césped. De inicio no se preocupe por la dirección, primero encuentre las zonas de sus pies con las que pueda golpear par que no se lastime, por aquello de que quiera pegar un puyazo; de esa forma, según cuenta la leyenda, Didí inventó la comba en los tiros libres, cuando Garrincha tenía una uña enterrada en el dedo gordo del pie y tuvo que pegarle con la zona interna para evitar dolores. Ha habido maestros para pegarle de esa forma como el inglés David Beckham o El maestro Benjamín Galindo, y no precisamente porque tenían las uñas enterradas, no vaya a salir demandado su servidor. Cuando domine el pateo de diferentes zonas de su pie, intente mandar a diferentes direcciones y distancias para enviar la bola, así mejorará su pase corto y largo, el disparo de media distancia, raso, alto… y cuando domine eso, añada todas sus habilidades con los pies en movimiento, porque

cuando el cuerpo ya no está detenido en un sitio, las caídas pueden ser más desastrosas. Una falta de coordinación provocará la burla de todos los compañeros de su equipo y ahí tendrá que leer el instructivo de psicología de cómo sanar su pensamiento de traumas y, créame querido lector, ese es más complicado de ejecutar.

Es necesario aclarar que el futbol no lo elige uno como el deporte que mejor practica, sino que es el mismo futbol el que elige a los que lo practicarán. No por nada, cuando una madre está embarazada y el bebé en el vientre patea, se dice que será futbolista. Y si pega muy duro, será un buen cobrador de tiros de media distancia o tal vez boxeador, lo importante es que el futbol siempre es impredecible.

Instrucciones para la fecha 1

La preparación para ver un juego de futbol es un preámbulo del desfogue de emociones. Si el momento previo, en el que colocó las cosas necesarias para ver un juego, no lo hizo de manera adecuada, el resultado de su vivencia no será la más placentera.

Por eso, si es usted casado, deberá esconder el control remoto del televisor desde cuarto días antes, recargar las baterías o comprar un juego de ellas para tenerlo listo el día del encuentro. Las llamadas telefónicas para invitar a los amigos nunca están de más, tampoco el emplear, por decir algo, una cuarta parte del refrigerador para la cerveza o el refresco. Las hieleras suplen esa parte de manera excepcional.

Otros aditamentos pueden ser chicharrones, guacamole, carne apache, tostadas, papas, palomitas, frijoles refritos, carne asada, chorizo asado, tortillas y no puede faltar una salsa picante de botellita.

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No olvide, por último, asegurarse que el juego será transmitido por

televisión, porque de no serlo así, todo terminará en una borrachera marca diablo en la que nadie se acordará que ese día había partido.

Con la choya

Úrgeme remedio para curar la gripa.

Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno

es la pierna izquierda. El otro es la pierna

derecha.

(Roberto Fontanarrosa)

TRIBUNA LIBRE EDGAR MORIN

El éxtasis histórico de Francia

ES evidente e incontestable que un gigantesco business gravita cada vez más en torno al fútbol y lo impregna por todas partes. Pero también el cine de Hollywood es un gigantesco business y eso no impide a algunos

cineastas realizar películas geniales, y, por muy asfixiante que sea su ambiente para numerosos artistas, la industria cinematográfica, lejos de asfixiar al arte del cine, le permite desarrollarse.

Era algo habitual que las elites intelectuales de los años 30-60 denunciasen el cine como la «diversión de los ilotas» y que los supuestos marxistas viesen en él a un nuevo opio del pueblo que impedía al proletariado acceder a la conciencia revolucionaria.

Por su parte, la actual elite intelectual denuncia que el horror futbolístico y su conversión al dios del dinero es como el nuevo opio que sirve para

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camuflar el paro y los demás problemas sociales. Pero como toda visión reductora, también ésta olvida lo evidente: el arte, el juego, la poesía y el amor.

El fútbol es un arte cuyas sutilezas son inteligibles y están al alcance del público de cualquier nivel. Como todo arte clásico, respeta las reglas que precisamente suscitan la habilidad y el talento dentro del marco de sus propias exigencias. Es cierto que las reglas hacen surgir numerosas

trampas, que se han multiplicado durante este Mundial (agarrones, codazos y zancadillas), pero éstas no han desnaturalizado el conjunto de los partidos de este Campeonato.

Arte y juego, el fútbol necesita una estrategia móvil y plural. El arte futbolístico se plasma en el terreno de juego no sólo cuando hay

integración, sino también cuando hay dialéctica entre el juego individual, enfocado al lucimiento personal, y el juego colectivo, en el que el individuo es sólo una pieza en todo el engranaje del conjunto. De ahí su permanente complejidad: ¿Qué debe hacer con el balón que tiene en los pies el jugador bien colocado? ¿Pasárselo a un compañero, corriendo el riesgo de que lo intercepten, o intentar la jugada personal, corriendo el riesgo de fallar? La estrategia del equipo debe elaborarse imaginando la estrategia del rival e implica también una contraestrategia. Cada equipo tiene que aplicarse no sólo en fabricar su propio juego, sino también en destruir el del rival. De hecho, las mejores ocasiones en un partido proceden de las faltas y de los errores cometidos por éste. Por último, la espera del gol es tan tensa y tan angustiosa, su consecución tan difícil y aleatoria, cuesta tantos esfuerzos y energías, que el gol desencadena, en el terreno de juego y en las gradas, un orgasmo colectivo violento y extático, lo que a su vez suscita entre los aficionados un torrente de amor hacia el goleador y hacia su equipo.

El fútbol bien jugado implica una técnica refinada, el arte de la

improvisación, la intuición y, en los momentos de máxima inspiración, una cuasitelepatía entre los compañeros de equipo, que se presentan ante la portería contraria sin dejarse ver. Pero ninguna estrategia elimina la vigencia todopoderosa del azar. Todo partido implica una serie de

casualidades, suerte y mala suerte. De ahí que algunos partidos mantengan la incertidumbre hasta el final. Francia tuvo baraka ante Italia, cuando el delantero italiano estrelló el balón en el travesaño; ante Croacia, con los dos goles inesperados del defensa Thuram, que sorprendieron a su mismo autor, que nunca había conseguido un gol en un Campeonato del Mundo; se

benefició, en la final, de dos tantos sorprendentes de un Zidane

acostumbrado a marcar con el pie, mientras que el equipo brasileño sufría las consecuencias de una crisis de desesperación amorosa de Ronaldo.

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El fútbol es, pues, un juego soberbio, en el que, como en todo gran juego, el arte y la suerte se combaten y se combinan. Evidentemente, las grandes victorias estéticas son menos frecuentes que los episodios aburridos y estériles, pero éstos hacen más preciados a aquéllos. ¡Y una vez conseguida la victoria, qué gran sentimiento de belleza, qué sensación de poesía vivida, cuánto entusiasmo!

¿Qué pasó en Francia con este Mundial? Antes de su inicio, una serie de corporaciones estaban dispuestas a sacrificar el Mundial en el altar de sus reivindicaciones laborales. Al principio, el interés y la pasión no superaban el círculo de los aficionados al fútbol. Pero al igual que se necesita tiempo para calentar un líquido hasta la temperatura de la ebullición, también fue

necesario el paso del tiempo para que el país comenzase a calentarse hasta alcanzar el paroxismo final. Hubo que superar los obstáculos de las

eliminatorias previas. De tal forma que la angustia, el suspense y la esperanza iban creciendo tras cada nuevo partido superado.

El estadio se fue convirtiendo, pues, poco a poco, en una gigantesca copa de amor ofrecida, regalada y mágica. Los espectadores, convertidos en actores, sintieron en su interior y comenzaron a exteriorizar

comportamientos cada vez más arcaicos: pintura de los colores nacionales en los rostros y en el cuerpo, onomatopeyas recitadas, cantos, ritmos, gritos, gestos rituales, como si de una ceremonia sagrada se tratase, olas tribalizando todo el estadio en un mismo temblor circulatorio. Y es que, sin duda, todo espectador sientió la necesidad de reencontrarse con su

naturaleza arcaica tan insistentemente controlada en la vida cotidiana. Una naturaleza que, como reacción a la prosa de esta vida, se expresa hoy en las múltiples fiestas de comunión que proliferan por todas partes.

La magia y la tribalización se extendieron progresivamente fuera del estadio. En un subidón pasional, cada vez más adolescentes de ambos sexos y cada vez más adultos se pintaron mejillas y frente de tricolor. Y a través de las televisiones de las casas, de los cafés, de las pantallas

gigantes de las calles, en las ciudades y en las aldeas, una parte cada vez mayor de la nación se sumaba a lo que iba adquiriendo caracteres de epopeya. La milagrosa victoria sobre Italia, la contundente victoria sobre Croacia amplificaron una espera obsesiva cada vez más llena de esperanza y de angustia. Y la obsesión fue en aumento, jaleada por los medios de comunicación, en cuyas páginas y programas el Mundial devoró a cualquier otra información. A medida que se iba precisando la esperanza de una victoria, Francia se convertía en el ombligo de un mundo mágicamente transformado en una aldea global lúdica, infantil y efímera.

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Y en aras de su generosidad, de los cabezazos geniales de Zidane, de las paradas increíbles de Barthez (dos tipos de hazañas individuales en el seno de un juego completamente colectivo) y, evidentemente, en aras de la suerte, Francia accedió por fin a una victoria jamás antes conseguida. Entonces, el orgasmo futbolístico de la victoria se transforma en una ola gigantesca de felicidad, en una verdadera ola nacional que se adueña de todo el país. La tribalización del estadio, en espera de la de toda la nación, se torna en comunión nacional y proporciona un intenso placer patriótico en el que el amor narcisista del propio yo se funde con el amor común y se confunde con el amor comunitario, que cambia la superación de uno mismo en un gran Nosotros.

De esta forma, todo pasa del nivel del estadio al nivel de la nación. En el primer nivel, el fútbol es una especie de campana de cristal en la que se crea, de una forma efímera, un gran momento de alegría, de identidad compartida, de poesía y de amor. Después, la gran comunión de la identidad se extiende fuera del estadio, más allá del momento del partido. Una

comunión que descubre y descubre un patriotismo profundo, encubierto, invisible, escondido, dormido, pero de pronto regenerado y revitalizado por el paso del tiempo. No es un acontecimiento estatal, político o social, sino un acontecimiento periférico, de carácter lúdico, que adopta una dimensión histórica. Este acontecimiento, al romper una capa de inercia, de

costumbres y de cotidianidad, hace surgir lo que era, a la vez, muy profundo e invisible: los fundamentos místicos y míticos de la pertenencia nacional. Hubo también un síndrome de revancha. La Francia siempre vencida en el Mundial accedía milagrosamente a la victoria y (¿quizá?) reencontraba en su memoria histórica los milagros de Bouvines, Valmy y la Marne. Pero por vez primera en su Historia, la comunión francesa no procedía de una victoria militar ni de una liberación nacional, ni de una gozosa explosión como la de las dos primeras semanas de Mayo del 68, sino, al igual que en Brasil, del deporte del fútbol, lo que podría hacer pensar que el Brasil vencido

brasileñizó a su vencedor. Y esta borrachera victoriosa estuvo, como en la mayoría de las competiciones futbolísticas, exenta de cualquier agresividad, de cualquier desprecio hacia el adversario, que nunca fue considerado como un enemigo. El patriotismo no se transformó en nacionalismo.

«Francia ha dejado de existir», se lamentaban los frentenacionalistas y los socialnacionalistas. Pero la que se reveló en los campeonatos mundiales fue la Francia de azul, blanco y rojo, un equipo multicolor con un tercio de cuyos héroes tiene nombre extranjero.

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Y todo esto, por una de esas felices coincidencias de la vida, tuvo lugar la antevíspera de un 14 de julio. La Marsellaise es entonada espontaneamente en el estadio y en las plazas públicas. Una Marsellaise del 12 que se

prolonga y se transforma en la Marsellaise del 14 de julio. Las dos fechas entraron en ósmosis y en simbiosis.

De esta forma y durante tres días, se produce una invasión y un predominio de la parte lúdica y estética de la vida en una gran parte de la población francesa y, correlativamente, se intensifica y generaliza fuera del estadio la comunión nacional que se vive durante los partidos. Algo que

inevitablemente sólo podía ser provisional. Porque, a partir del mismo miércoles, nos penetró insidiosamente la melancolía poscoital. Ya

comenzábamos a estar hartos y a ver hasta en la sopa los gloriosos goles de Thuram y de Zidane. Quizá por eso volvió la prosa de la vida y los

intelectuales abstractos se pusieron de nuevo manos a la obra, para

desmitificar el fútbol, el Mundial, el patriotismo vivido y la felicidad popular. Como siempre, desprecian en vez de comprender. Evidentemente, el éxtasis no podía durar. Pero seguirá siendo para siempre un momento de éxtasis en nuestra Historia.

Edgar Morin es sociólogo y filósofo. Su última obra publicada es el ensayo Mis demonios (Ed. Seuil).

El día en que ‘Gabo’ se hizo hincha del fútbol Por Gabriel García Márquez. Escritor

Y entonces resolví asistir al estadio. Como era un encuentro más sonado que todos los anteriores, tuve que irme temprano. Confieso que nunca en mi vida he llegado tan temprano a ninguna parte y que de ninguna tampoco he salido tan agotado. Alfonso y Germán no tomaron nunca la iniciativa de convertirme a esa religión dominical del fútbol, con todo y que ellos

debieron sospechar que alguna vez me iba a convertir en ese energúmeno, limpio de cualquier barniz que pueda ser considerado como el último rastro de civilización, que fui ayer en las graderías del municipal. El primer

instante de lucidez en que caí en la cuenta de que estaba convertido en un hincha intempestivo fue cuando advertí que durante toda mi vida había tenido algo de que muchas veces me había ufanado y que ayer me estorbaba de una manera inaceptable: el sentido del ridículo. Ahora me explico por qué esos caballeros habitualmente tan almidonados se sienten como un calamar en su tinta cuando se colocan, con todas las de la ley, su gorrita a varios colores.

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Es que con ese solo gesto, quedan automáticamente convertidos en otras personas, como si la gorrita no fuera sino el uniforme de una nueva

personalidad. No sé si mi matrícula de hincha esté todavía demasiado fresca para permitirme ciertas observaciones personales acerca del partido de ayer, pero como ya hemos quedado de acuerdo en que una de las

condiciones esenciales del hinchaje es la pérdida absoluta y aceptada del sentido del ridículo, voy a decir lo que vi –o lo que creí ver ayer tarde– para darme el lujo de empezar bien temprano a meter esas patas deportivas que bien guardadas me tenía. En primer término, me pareció que el Junior

dominó a Millonarios desde el primer momento. Si la línea blanca que divide la cancha en dos mitades significa algo, mi afirmación anterior es cierta, puesto que muy pocas veces pudo estar la bola, en el primer tiempo, dentro de la mitad correspondiente a la portería del Junior. (¿Qué tal va mi debut como comentarista de fútbol?).

ONCE PLUMAS

Por otra parte, si los jugadores del Junior no hubieran sido ciertamente jugadores sino escritores, me parece que el maestro Heleno habría sido un extraordinario autor de novelas policíacas. Su sentido del cálculo, sus

reposados movimientos de investigador y finalmente sus desenlaces rápidos y sorpresivos le otorgan suficientes méritos para ser el creador de un nuevo detective para la novelística de policía. Haroldo, por su parte, habría sido una especie de Marcelino Menéndez y Pelayo, con esa facilidad que tiene el brasileño para estar en todas partes a la vez y en todas ellas trabajando, atendiendo simultáneamente a once señores, como si de lo que se tratara no fuera de colocar un gol sino de escribir todos los mamotretos que don Marcelino escribiera. Berascochea habría sido, ni más ni menos, un autor fecundo, pero así hubiera escrito setecientos tomos, todos ellos habrían sido acerca de la importancia de las cabezas de alfiler. Y qué gran crítico de artes habría sido Dos Santos –que ayer se portó como cuatro– cortándole el paso a todos los escribidorcillos que pretendieran llegar, así fuera con los

mayores esfuerzos, a la portería de la inmortalidad. De Latour habría escrito versos. Inspirados poemas de largometraje, cosa que no podría decirse de Ary. Porque de Ary no puede decirse nada, ya que sus compañeros del Junior no le dieron oportunidad de demostrar al menos sus más modestas

condiciones literarias.

Y esto por no entrar con los Millonarios, cuyo gran Di Stéfano, si de algo sabe, es de retórica.

No creo haber perdido nada con este irrevocable ingreso que hoy hago – públicamente– a la santa hermandad de los hinchas. Lo único que deseo, ahora, es convertir a alguien. Y creo que va a ser a mi distinguido amigo, el doctor Adalberto Reyes, a quien voy a convidar a las graderías del Municipal

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en el primer partido de la segunda vuelta, con el propósito de que no siga siendo –desde el punto de vista deportivo– la oveja descarriada.

Este fin de semana será la séptima entrega de libros de cuentos de fútbol que se reparten en los estadios en forma gratuita durante las fechas de los torneos locales por iniciativa del Ministerio de Educación, la Secretaría de Deporte de la Nación y la AFA, y el auspicio del grupo Clarín y TyC Sports. En esta oportunidad le toca el turno a "La música de los domingos" de Liliana Heker, y "Mito y realidad del 2 a 0", de Eduardo Sacheri.

La movida cultural bajo el lema "Leer también es una pasión", que tiene el auspicio de la Fundación Noble-grupo Clarín, TyC Sports, Canal 13, radio Mitre y diario Olé, irrumpió en las canchas el domingo 8 de mayo con "El loco Cansino", de Fontanarrosa, y prosiguió con la dupla "La gloria de ser difícil", de Juan Sasturain y "La decisión del Dandi", de Hernán Firpo Luego salieron a la cancha "Gallardo Perez, referí", de Osvaldo Soriano; "Relatores", de Alejandro Dolina junto con "Un instante de gloria para el fútbol", de Cristian Garófalo, y también "Agnósticos y creyentes", de Osvaldo Bayer", acompañado por "La camiseta naranja", de Juan Pablo Berrmúdez.

El pasado fin de semana se repartieron los cuentos "Como una abuela Wing izquierdo, el enamorado", de Ariel Scher y "Talismanes y conjuros", del escritor uruguayo Eduardo Galeano. Además, hubo una yapa de lujo, "Picadito", del exquisito mediocampo formado por Quino-Fontanarrosa-Caloi, que hizo reir a los asistentes al partido Argentina-Brasil por las Eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006.

DIEZ ESTROFAS PARA UN DIEZ

QUIEN PODRA AGRADECERTE LA ALEGRIA? CUANTAS VOCES PRECISA EL VERSO MIO, PARA DECIR LA AGRESTE POESIA

QUE DIBUJA TU TRANCE DE BALDIO?

Y EL CHAPLIN QUE LLEVAS Y ESA ESTATURA DE GIGANTE PEQUEÑO , Y LA BURBUJA QUE SUELTA EL MALABAR DE TU DIABLURA, CUANDO METES UN"CAÑO" EN UNA AGUJA,

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CON QUE PAGAR TANTO GOZOSO INSTANTE?

QUE NOS DIERON, CHE BOCHA, A TODA ORQUESTA, LA PELOTA Y TUS PIES CALZANDO GUANTES?

SI HABRAS LLENADO TANTAS TARDES MUSTIAS LUJOSO DE ARABESCOS Y REFLEJOS

QUE DESATABAN NUDOS,MUFA,ANGUSTIAS O SACABAN UN GOL COMO UN CONEJO

LOS MAGISTRALES QUIEBRES DE CINTURA EL AMAGUE FELIZ,LA GRAN PIRUETA DE ESCONDER LA PELOTA,O LA LOCURA DE BORDAR MEDIA CANCHA CON GAMBETAS

Y LUEGO EL "BO...BOCHINI"COMO PREMIO BAJANDO DESDE EL GRITO DE LA HINCHADA CUANDO EN EL VERDE SE SOLTABA EL GENIO CHISPEANDO EL RESPLANDOR DE OTRA JUGADA

!GRANDE BOCHA...!VOS NO PASASTE AL BARDO SI HABRA QUE DARLE JUEGO A LA MEMORIA PARA DEJAR TU ESTIRPE A SU RESGUARDO SUBIENDO POR EL ROJO DE TU GLORIA

CUANDO NO SALGAS MAS ENTRE LOS ONCE SERAN LAS LAGRIMAS DE ROCIO

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LOS QUE EN EL PASTO LLOREN Y ALLI,ENTONCES: CON QUE SE LLENARA EL DOMINGO MIO?

CUANDO LA DIEZ DEL ROJO NO TE ABRIGUE YO BUSCARE EN LA TARDE DOMINGUERA EN LA FUNCION QUE,PESE A TODO SIGUE LA SEMILLA QUE SIEMBRA TU MADERA

BUSCARE POR POTREROS Y DISTANCIAS, EN LOS PICADOS DONDE FLORECISTES

Y HASTA QUE NO REENCUENTRE AQUELLA MAGIA AUNQUE NO SE ME NOTE,ANDARE TRISTE

Referencias

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