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La meta es el camino

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Academic year: 2017

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La Meta es el Camino

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Prólogo

El siguiente cuento es el resultado de una búsqueda empezada

hace un poco más de un año; en sus líneas el lector se

encontrará con el término fes, sobre el cual, para mejor

entendimiento, he escrito una breve explicación a

continuación: El plural de la palabra fe –fes- se acepta en

el momento que ésta pierde su carácter dogmático, ya no se

ésta haciendo mención a un todo poderoso omnipotente y

omnipresente. Al contrario, la mirada en ésta circunstancia

señala hacia lo mundano, hacia lo trivial; hacia el más

básico de los deseos, éste, que no entra en el terreno de lo

sexual, pero si, en el terreno en el que las pequeñeces de la

vida tienen su reino; en los momentos de ocio, de absurdo, de

insignificancia, en esos detalles que se viven a diario sin

que tengan ninguna importancia.

Son fes en la vida, en el día a día, en las cosas que nos

rodean; en una palabra: en las cosas con las que no pasa

nada. Una nada no en el término de vacío o de falta de algo,

sino una nada que en sí, es algo, pero nada más.

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Si yo fuera un hombre de medicina,

recetaría unas vacaciones

a cualquier paciente que considerase

su trabajo importante”

Bertrand Russell.

I.

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nuestro lugar; en el fondo del corral estaba el espacio necesario para todas las herramientas de trabajo.

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-Cada vez que el dialogo cesa, el mundo se desploma y salen a la superficie facetas extraordinarias de nosotros mismos, como si nuestras palabras las hubieran tenido bajo guardia. Eres como eres porque te dices a ti mismo que eres así.

Fragmento del libro: Relatos de Poder, de Carlos Castaneda.

Llegamos al parque, nos bajamos con la maquinaria lista para comenzar. En éste momento el conductor se baja y saca un papel del bolsillo de su camisa, es un dibujo del lugar dividido en una retícula, en donde estaba indicado la porción de pasto que cada uno tenía asignada, era un parque grande cada porción era alrededor de veinte por veinte metros cuadrados.

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totalmente distinto al resto, sus movimientos demostraban una inmensa fluidez y un gran control de la podadora. Utilizaba la técnica del semi-circulo que entre todas es la más común, pero la manera de abordarla era lo diferente, no había brusquedad ni afán en sus rotaciones, media-lunas perfectas una y otra vez como si fuera al ritmo del sonido de la podadora, pero claramente no el sonido angustioso que el resto oímos, sino el sonido de adentro, el sonido real de la podadora en su lugar, el sonido armonioso que el caos tiene en su centro. Así mismo, el rastro de su gesto se evidenciaba en el pasto, los dibujos que dejaba con sus rotaciones eran impresionantes, tenía una habilidad milimétrica de repetición que en el momento parecía infinita.

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algún momento ha cogido una podadora y se ha atrevido a cortar pasto estarán de acuerdo conmigo; se trataba de mi primer intento, no quise demorarlo más y comencé; mis semi-círculos eran una ridiculez, pereciera que la podadora me dominara a mi en vez de yo a ella; el pasto de mi porción nunca tuvo una oportunidad, mis cortes tenían una naturaleza absolutamente irregular: pedazos en los que llegué hasta la tierra, cortando en ocasiones la raíz, otros en los que pasaba la podadora por encima del pasto sin ni siquiera tocarlo, y otros, que combinaban las dos anteriores, en fin un completo desastre, mis cortes de alguna manera hacían que el pasto saltara casi todo en dirección de mi máscara, dificultándome todo aún más; todo esto sumado a que no podía sacármelo a él de la cabeza.

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no era afro-descendiente, de resto, entre bogotano, paisa, costeño, nariñense, boyacense, santandereano, tolimense y huilense podría ser de cualquiera. Pero eso no es lo que nos importa.

II. En principio

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simplemente no tenía la imaginación ni la creatividad, así que casi por descarte filosofía fue lo que estudió.

Un factor determinante sin ninguna duda fue su familia: su padre era dueño de un negocio del cual provenían todos sus ingresos. Se trataba de un pequeño bar, lo más parecido a un pub (a la colombiana). No se imaginen un pub en la zona rosa de la ciudad frecuentado por modelos y pequeños ejecutivos gastando sumas considerables de dinero, con una nómina de diez personas a más no poder por la cantidad de clientes con ganas de tomar, y cervezas de todo el mundo en el menú. Más bien era un lugar tranquilo, pequeño situado en el norte de Bogotá, en la calle 140, el cual servía almuerzos a tres mil, y pasadas las cinco de la tarde el menú era pizza y cerveza del barril, pero nacional. Música agradable dependiendo de la hora (entre más tarde mejor) y una serie de clientes conocidos de hace tiempo. Él tenía claro que tarde o temprano tendría que hacerse cargo del negocio.

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trabajo en el bar lo absorbía por completo, no era que se sintiera en la culmine de su vida, pero sí, a algo le sacaba gusto. El hacer lo que tenía que hacer; el tener claro que él era un pizzero y como tal hacía pizza, eso lo tranquilizaba, de algún modo siempre lo supo, pero sólo fue hasta ese momento que lo entendió y lo asumió. Levantarse todas las mañanas con la certeza de lo que va hacer en el resto del día lo mantenía contento, pero esa certeza en verdad nunca fue completa; es un trabajo angustioso, nunca se sabe si se podrá continuar o no, no depende de él, sino del cliente. Éste punto era algo contradictorio, es obvio que necesitaba de los clientes para poder subsistir, y que sin ellos el negocio simplemente desaparecería, pero era algo de lo que si pudiera desecharía; las conversaciones tediosas, los borrachos, la gente pidiéndole cerveza y pizza, todas cosas a las que simplemente no se adaptó nunca, hacía pizza porque era pizzero, el asunto de venderla prefería que alguien más se encargara de él.

-…mi padre, creo dijo que Bacon había escrito que si aprender es recordar, ignorar es de hecho haber olvidado.

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Necesitaba una situación distinta en la que no tuviera que hablar con nadie, al menos que él tomara la decisión; en la que su rutina fuera en verdad una en la que no hay que pensar porque ya está pensada, o mejor, en la que quisiera pensar, siendo ésta una que está hecha para lo contrario; poder pensar en las cosas que no se necesita pensar, y dejar de pensar en las que sí.

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Llegado a ésta forma el segundo peldaño basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento de descenso.

Fragmento del libro: Historias de Cronopios y de Famas; “Instrucciones para subir una

escalera”, de: Julio Cortázar.

Así que tomó la decisión de conseguirse otro trabajo, algo más por el estilo de su pensar y de su personalidad, algo en lo que se sintiera más cómodo. La naturaleza de su búsqueda en cuanto al oficio que quería para sí era una que no contaba con muchas alternativas: necesitaba un trabajo en el cual su interacción con alguna otra persona fuera lo más reducida posible (si es posible nula), quería algo en el que la rutina ya estuviera elaborada, nunca tuvo ganas o mejor expectativas de generar su propia rutina, recuerda que alguna vez un cliente con el que conversaba en el bar le dijo que si tanto quería algo así, por que no se iba a una plaza a tocar un instrumento, ganar algo de plata y nadie (bueno sólo la policía) le iba a joder la vida; consideraba que esa era una idea muy simple, irreverente, caprichosa y algo pretenciosa, como si la gente que pasara a su lado estuviera obligada a

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trabajo también debería ser uno en el cual la rutina fuera tal en la que el pensamiento esencial sea el propio: en el que lo que se piensa es en lo que se hace, en el momento en el que se hace, sin pensar más allá de las repercusiones que las acciones tengan, sin pensar en un fin ni en un final de sus actos, sino en el acto como tal continúa e infinitamente.

-La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta; lo que hay en él digno de ser amado es que es un tránsito y no un ocaso.

Fragmento del libro: Así habló Zaratustra, de: Nietzsche.

Su primer intento fue uno excelente, consiguió trabajo de barrendero. ¡Era perfecto! Estaba sólo, se trataba de una rutina como le interesaba, y su pensamiento se podía concentrar en su labor como tal. Al menos al principio.

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para que se quitara de la vía, lo devolvía inmediatamente al caos ordinario. Si no era eso, se trataba de los peatones cruzando la calle desde cualquier lugar, -que no pocas veces chocaron con él-, y no siendo suficiente su insulto, a veces un gesto corporal de inconformidad se llevó por parte de ellos. La situación no daba espera para el cambio, si he de cambiar, que sea lo que verdaderamente estoy buscando, por que para conformarme con algo cercano pero no certero,

prefiero entonces tener lo que tenía a lo que tengo –pensaba-.

Duró varios meses en ésta situación, para tener algo de posición de negociación. Una vez así, habló con su jefe; y no tardó mucho en cambiarle su horario, ahora trabajaría en las horas de la madrugada, cuando ya casi carros no hay (además del ocasional taxi, o si es fin de semana el ocasional borracho) y cuando ya no hay casi gente (además de las vendedoras de tintos y uno que otro habitante indeseado). La mejoría era considerable, eso lo mantuvo bien, pero el paso del tiempo vino con inconformidades, no era lo que esperaba; era lo suficientemente cerca para seguir intentándolo por ésta vía pero sentía que algo faltaba… tal vez algo en el

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de siempre, la gente. Por más que ahora no se topara con tantas personas, su trabajo lo entendía como uno en el que dependía también de la gente, de la cochinada de la gente, de la insensatez de la gente, de la suciedad de la sociedad y eso lo enfermaba. Necesitaba un espacio en el cual la gente dejara de ser el centro, sin convertirse en un ermitaño ya que lo consideraba aburrido (pensaba que una vez en otro lugar en el cual sólo se encuentre él con él tendría que elaborar su rutina, o esperar la muerte y ninguno de estos era su meta).

Aprovechando su horario nocturno-mañanero decidió, aprovechar las tardes, de todas formas nunca fue un gran durmiente. Su estrategia: la de siempre, comenzó a irse a pie a la casa, un recorrido nada despreciable de algo más de dos horas, que como destino siempre tuvo el parque de al lado de su hogar; ahí descansaba, tomaba el sol, y pensaba en como mejorar su situación. En como mejorar su problema.

-Yo amo a quien no pretende tener muchas virtudes, pues una virtud es más virtud que dos, ya que es un nudo más fuerte al que queda sujeto el destino fatal.

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III. Sus fes

Siempre he tenido clara la invitación que la vida nos ha entregado: de mantener sobre nuestros hombros toda forma de pensamiento de culpa de sentido de negación, de valores que en esencia se encuentran más allá de nuestro alcance, estos resultan en ocasiones ser más celestiales, que parados sobre la superficie de la tierra; pero el problema ni siquiera es ese, porque estos valores y acusaciones propias tienen su límite, su punto de explosión; un momento que llega en el que ya no se acepta más la invitación de la vida, en donde las prioridades comienzan a cambiar, en donde al menos aparentemente comienzo yo a tomar mis decisiones. Pero la vida tiene un doble juego: ésta, al entender la nueva conducta que genera, cordialmente me trae otra opción: me invita a poner los pies sobre la tierra, y mirar su realidad,

su verdadera realidad. Ésta realidad creada por los hombres

durante el paso incesante de la historia que ahora aparece como el modo de conducta del ser en el que se asume como tal y asume su vida. Ahora, ¿cómo puedo yo mirar la realidad verdadera, si estas verdades y realidades han sido construidas por los sentidos de culpa, la negación y los valores superiores creados por los individuos, que han

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permeado toda mi vida? ¡Si es que han sido ellos los constructores de la realidad!

¿Qué debo hacer? –pensaba- Si el problema entonces es no tener una realidad verdadera, si es no tener nada establecido ya que todo ha sido creado bajo estandartes (manipulados por individuos sin saber lo que hacían unos y otros sabiéndolo muy bien) que generaron en mi una realidad que me niego aceptar, el paso lógico siguiente será: negar la negación, negar los valores que me fueron entregados por la vida, negarlo todo y crear nuevos valores, nuevas afirmaciones y nuevos sentidos, sentidos humanos, hechos por humanos, para humanos.

Hubo una larga temporada en la que su pensamiento rondó alrededor de esta inquietud, le gustaba siempre el estar pensando en esto ya que significaba que tarde o temprano llegaría a algún lugar, o más bien a algún camino. Su problema no era el tiempo, se había dado cuenta que éste de pensarse constantemente sólo se convierte en una presión, así que lo desechó, dejó de ser parte de su vida. La organizó de tal manera que ésta se dividía no en noche y día cada una de doce horas, si no en noche y día cada una de rutinas

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distintas, estaba tan familiarizado con ellas que la hora y el tiempo se desvanecía ante su cotidianeidad. Luego de un rato encontró un agujero en su pensar:

Pero, ¿a quién estoy tratando de engañar? –pensó- si todo lo que me he inventado, todo lo que he cambiado, todo lo que he negado, todo lo que he hecho, ha sido hecho por mi; una persona creada y moldeada absolutamente por la vida, por la gente.

-Nada ha cambiado, porque se trata de la misma vida reactiva, de la misma esclavitud, que triunfaba a la sombra de los valores divinos y que triunfa ahora mediante los valores humanos. Se trata del mismo cargador, se pretende abarcar toda la realidad, pero solamente se abarca lo que ha quedado de los valores superiores.

Fragmento del libro: Nietzsche, por: Gilles Deleuze

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establecidos. –Todo ha sido en vano-. Ante ésta situación sólo queda una opción posible; la destrucción, pero no la destrucción de morir, eso nunca, sino la destrucción de su persona, de su ser, de su pensar, una destrucción activa.

Destruirse activamente es hacer que la negación se convierta en acción, llevando a la negación hasta sus últimas consecuencias en donde ya no cabe más negarse. Y como resultado lo que logra es: afirmarse; ¿pero qué es lo que afirma?, afirma a la vida, afirma a la tierra, la afirma en niveles no antes comprendidos, lo afirma como Ser que es: pero no como Ser-Uno-Individuo, si no como Ser-Múltiple que deviene lo múltiple.1

Una vez en ésta situación se da cuenta de que su panorama ha cambiado de manera importante, ya comprendía que era a lo que su transición y su cambio lo habían llevado. Decide entonces afirmar sus quereres. Pero bueno esto no es tan fácil; para afirmar algo era necesario que lo quisiera, quisiera de verdad tanto hasta el punto de quererlo para siempre y por siempre, ya en ésta etapa no existen los semiquereres, todo eso que alguna vez quiso pero sólo por una

1La idea se la debo a Deleuze, en Nietzsche. Ed. Arena Libros, Cap. II, La Filosofía. “Lo que el nihilismo

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vez ya deja de existir, y nunca retornará a él, pero todo aquello que quiera sea sus vicios, sus angustias o sus virtudes, debe quererlos lo suficiente para quererlos eternamente, porque estos y solo estos retornarán a su vida por siempre, pero no retornarán, como perezas o como vicios o cobardías, estos retornarán como algo distinto, porque volverían como activas y como fuerzas de afirmación.2 Así es, un retorno de su vida de su Ser, de lo que quiere en verdad, y lo que no, se desecha, un retorno absolutamente selectivo en donde solo regresa lo afirmado. No debe confundirse con un retorno de monotonía porque no lo es, es un retorno de alegría, de libertad; un retorno en donde lo negativo, la mala conciencia, el resentimiento y el pensamiento culposo no podrán volver jamás, no es un retorno de lo mismo y a lo mismo, sino un retorno de lo afirmado.

-No quería componer otro Quijote, -lo cual sería fácil- sino el Quijote. Inútil agregar que no encaró nunca una transcripción mecánica del original; no se proponía copiarlo. Su admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran –palabra por palabra y línea por línea- con las de Cervantes.

Fragmento del cuento: Pierre Menard, autor del Quijote, de: Jorge Luís Borges.

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IV. El cortador del parque

Había encontrado algo, algo por fin verdadero, algo libre. El proceso no fue ni fácil ni corto, además su entendimiento fue un entendimiento mediante el cual se iba actuando, aún, actuar era lo que restaba. Entendió también que no había marcha atrás, que el tiempo dedicado a su proceso de transmutación estaba en el pasado y no se vería una sola vez más, entendió que entre más metido se está en algo menos oportunidad se tiene de arrepentirse.

Su proceso hasta el momento no se había limitado al uso de las palabras o bien sea de los pensamientos. Eran por demás acciones, de eso se trataba. Cuando quiso negar, negaba, cuando quiso crear, creaba, cuando quiso destruir, destruía y luego que quiso afirmar, afirmaba. Todo éste proceder generó cambios en su vida de una manera además de importante increíble. Su pensar se convirtió en uno con mucha más claridad.

Se encontraba en el momento de afirmar para retornar. Pensaba en su rutina de todos los días: llegaba al trabajo a

la una de la mañana, luego de barrer hasta las nueve,

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retorno sería el parque, sería el pasto, sería la superficie, sería la repetición, sería el movimiento. Estas fueron sus afirmaciones, estas son sus virtudes.

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hacerle compañía, como si el retorno del parque fueran los cortadores tanto como el de los cortadores el parque.

Entonces era un hombre joven, y ya han pasado no pocos años. En todo éste tiempo ha retornado no solo a un parque, sino que el retorno se ha extendido a muchos alrededor de la ciudad, la aprehensión de sus quereres ha sido perfecta, libre y verdadera.

Durante todo el día no tuve oportunidad de hablarle, en parte por mi timidez, en parte por mi respeto, me estuve despierto toda la noche pensando en él, me dije que no podía perder la oportunidad de hablar con un personaje como éste, alguien con esa claridad, alguien que se encuentra tan cerca de lograrlo (o mejor tan cerca de lograr lo no-logrado). Me arreglé más temprano de lo común para asegurarme de llegar primero al trabajo y hablarle de una vez por todas, y así fue: pero él, no fue a trabajar. Supongo, que no quiso retornar a mí.

-Y como siempre todo ha de ser lo mismo, hágase un triángulo del esto, el eso y el aquello.

(Aquí se pone siempre un punto final, pero de todo punto -siempre también- nace una línea).

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BIBLIOGRAFÍA:

1) BORGES Jorge Luís, “Ficciones”, Alianza Editorial Emece, Madrid 1994.

2) BORGES Jorge Luís, “El libro de Arena”, Alianza Editorial, Madrid 1999.

3) CASTANEDA Carlos, “Relatos de Poder las lecciones de don Juan”, Fondo de Cultura Económica, Bogotá 2000.

4) CORTÁZAR Julio, “Rayuela”, Ediciones Cátedra, Madrid 2004.

5) CORTÁZAR Julio, “Cuentos de Cronopios y Famas” Distribuidora y editora Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, Bogotá 2005.

6) DELEUZE Gilles, “Nietzsche”, Editorial Libro de Arena, Madrid, 2000.

7) NIETZSCHE Friedrich, “El viajero y su sombra” Edicomunicación s.a. Barcelona 1994.

8) NIETZSCHE Friedrich, “Humano demasiado humano” volumen II, Editorial Akal, Madrid 1996.

9) NIETZSCHE Friedrich, “Así habló Zaratustra”, Edición Íntegra, Madrid 2000.

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11)ZALAMEA Eduardo, “Cuatro años a bordo de mi mismo”, Compañía Grancolombiana de editores. Bogotá.

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figura iba cambiando, de ser un pequeño robusto a un alto

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