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Personaje teatral y ficción novelesca en Don Juan

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Academic year: 2020

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(1)XV SIMPOSIO NACIONAL DE LA FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE PROFESORES DE ESPAÑOL Organiza: Ape De Castilla-La Mancha “Garcilaso De La Vega” Toledo, 1 Al 5 De Julio De 2015. Próximo Monográfico. enero-diciembre 2014. Próximo Monográfico. enero-diciembre. “IV CENTENARIO DE LA SEGUNDA PARTE DEL QUIJOTE”. 2014. enero-diciembre. 2014. Lengua y literatura españolas. “IV CENTENARIO DE LA SEGUNDA PARTE DEL QUIJOTE”. E. “El Arte de Narrar: De Rinconete y Cortadillo a Harry Potter” (pags. 52-100). Revista Cálamo FASPE nº 63. Monográfico. Los paisajes del alma en la literatura española. “IV CENTENARIO DE LA SEGUNDA PARTE DEL QUIJOTE”. char a andar cuesta siempre un poco cuando se deben iniciar nuevas andaduras. Por eso os llega con cierto retraso este número 63 de Cálamo, y por eso se muestra, excepcionalmente, como un único número que representa al año 2014. Hemos querido compensar esta excepcionalidad con una revista un poco más larga, en la que recuperamos el monográfico que quedó aplazado en el anterior número a causa del homenaje a Martín de Riquer, y cuyo tema es “El arte de narrar”: en él, y en el resto del volumen, se recogen interesantes artículos y colaboraciones que esperamos sean de vuestro agrado. Es nuestra intención recuperar la normalidad de dos números por año y ajustar estos a los semestres naturales. Para ello hemos decidido dedicar los dos monográficos del año 2015 a las dos celebraciones literarias más relevantes que tienen lugar en él: el cuarto centenario de la segunda parte del Quijote y el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Quedáis emplazados a colaborar en estos números futuros. Queremos aprovechar, también, para recordaros que este año tendrá lugar nuestro XV simposio nacional, que se celebrará en Toledo durante los días 1 al 3 de julio, con el tema “IV Centenario de la Segunda Parte del Quijote”, y que se completará con una excursión por la Mancha quijotesca, los días 4 y 5 de julio. Os invitamos a participar en este acto y a elaborar vuestras comunicaciones para el simposio. En el interior os incluimos un programa provisional y podréis ir viendo las novedades al respecto en nuestra página web (www.faspe.org) y en nuestro facebook..

(2) NORMAS PARA PRESENTACIÓN Y ENVÍO DE ORIGINALES Información básica índice Agradecemos a Anaya Educación su ayuda en la realización e impresión de la revista Cálamo-Faspe. Diálogos de la lengua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . MONOGRÁFICO: EL ARTE DE NARRAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . EL RINCÓN DEL TEATRO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . reseñas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . noticias de la asociación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 3 52 101 103 110. REVISTA CÁLAMO FASPE. DIRECTOR: Juan Carlos Pantoja Rivero (IES Alfonso X el Sabio, Toledo, y Universidad de Castilla-La Mancha). SECRETARIA: Lourdes Bravo Sánchez (IES Arturo Soria, Madrid). COMITÉ CIENTÍFICO Y ASESOR: Salvador Gutiérrez Ordóñez (Universidad de León). Aderrahmane Belaaichi (Universidad Rey Saúd, Arabia Saudí). Ramón Almela Pérez (Universidad de Murcia). Luis Alberto Hernando Cuadrado (Universidad Complutense). Javier Huerta Calvo (Universidad Complutense). Manuel Alvar Ezquerra (Universidad Complutense). Fernando Lázaro Mora (Universidad Complutense). Pedro Álvarez de Miranda Óscar Loureda Lamas (U. de Heidelberg, Alemania). (Universidad Autónoma de Madrid). Domingo Luis Hernández (La Laguna, Tenerife). Enrique Baena Peña (Universidad de Málaga). Luis Luque Toro (Universidad Ca´Foscari, Venecia). Hugo Óscar Bizzarri (Université de Fribourg, Suiza). José Martínez Alberto Blecua (Universidad Autónoma de Barcelona). (Modern Languages. The University of Texas-Pan American). José Manuel Blecua (Universidad Autónoma de Barcelona). Ignacio Bosque Muñoz (Universidad Complutense). Diego Martínez Torrón (Universidad de Córdoba). José Antonio Pascual (Universidad Carlos III). J. Jesús de Bustos Tovar (Universidad Complutense). Felipe B. Pedraza Jiménez (Universidad de Castilla-La Mancha). José Luis Calvo Carilla (Universidad de Zaragoza). Margarita Porcar Miralles (Universidad de Castellón). Patrick Charaudeau Antonio Rey Hazas (Universidad Autónoma de Madrid). (U. XIII de París y Centre d´Analyse du discourse). Luis Cortés Rodríguez (Universidad de Almería). Sara Robles Ávila (Universidad de Málaga). Antonio Cortijo Ocaña Ana Mª Rodado Ruiz (Universidad de Castilla-La Mancha). José Romera Castillo (UNED). (University of California, Santa Barbara). José Carlos Rovira (Universidad de Alicante). Francisco Crosas López (Universidad Castilla-La Mancha). Guillermo Rojo Sánchez Mª Teresa Echenique Elizondo (Universidad de Valencia). (Universidad de Santiago de Compostela). Inés Fernández Ordóñez Jesús Sánchez Lobato (Universidad Complutense). (Universidad Autónoma de Madrid). Carlos Galán Lorés (Presidente del Ateneo de Cantabria). Santos Sanz Villanueva (Universidad Complutense). Ramón Sarmiento González (Universidad J. Carlos I). Fernando García Lara (Universidad de Almería). Jorge Urrutia Gómez (Universidad Carlos III). Pilar García Moutón (CSIC). Carmen Vaquero Serrano (IES. Alfonso X de Toledo). José Luis Girón Alconchel (Universidad Complutense). Darío Villanueva Prieto (Universidad Santiago de Compostela). Ángel Gómez Moreno (Universidad Complutense). Juan Felipe Villar Dégano (Universidad Complutense). Leonardo Gómez Torrego (CSIC). José María Viña Liste (Universidad Santiago de Compostela). Felipe González Alcázar (Universidad Complutense). CONSEJO DE REDACCIÓN: Aragón: José Francés. Madrid: Pedro Hilario Silva y Juan de la Cruz Martín Sanz. Baleares: María de la Trinidad Sbert Haro. Navarra: Carmen Pinillos y Javier de Navascués. Canarias: Marcos Matías González y Zebensui Rodríguez Álvarez. País Vasco: Marcos Cadenato. Cantabria: Alejandro Fernández y Raquel Gutiérrez Sebastián. Faspe: Juan Carlos Pantoja Rivero, Laura Espí Jimeno, Santiago Castilla-La Mancha: Reyes Santiago Ostos y Beatriz González Gallego Sevilla Vallejo, Lourdes Bravo Sánchez, Ester García de la Rosa, Cataluña: Guillem Vallejo Forés y Francisco de Pedro. Pilar María Huerta Alonso, Patricia Iglesias Vilas, María Juan Galicia: Ana Luisa Posada Luaces y Aldo Daparte Jorge. Torres, Marina Martín Baz y Javier Pérez-Castilla Álvarez. REALIZACIÓN TÉCNICA: Diseño y Maquetación: Ecyma Ediciones S.L. FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE PROFESORES DE ESPAÑOL (FASPE): Correo electrónico: faspe61@yahoo.es. Página web: http://www.faspe.org Normas de publicación: penúltima página. Edita: Asociaciones de Profesores de Español Federadas: María Moliner, Aragón. Gaspar Melchor de Jovellanos, Baleares. Elio Antonio de Nebrija, Canarias. Gerardo Diego, Cantabria. Garcilaso de la Vega, Castilla-La Mancha. Juan Boscán, Cataluña. Álvaro Cunqueiro, Galicia. Francisco de Quevedo, Madrid. Julio Caro Baroja, Navarra. Miguel de Unamuno, País Vasco. ISSN: 1136-9493. Publicación cuatrimestral. Depósito legal: M-51944-2007. Las opiniones vertidas por los colaboradores de esta Revista no son necesariamente compartidas por los responsables de su publicación. Es este un espacio donde la voz de todos los profesionales de la lengua y literatura españolas tiene cabida, partiendo de que, desde su condición de atalayas del pensamiento hispano, poseen todo el derecho a que sus reflexiones y pensamientos sean escuchados por sus colegas; y también la obligación moral de compartirlos.. Revista Cálamo FASPE nº 63 • enero-diciembre 2014 • Página 2. Los trabajos se remitirán en soporte electrónico (Word para PC o procesador de textos compatible) al CORREO ELECTRÓNICO DE FASPE faspe61@yahoo.es La revista CÁLAMO FASPE está promovida y realizada por la Federación de Asociaciones de Profesores de Español y editada por el GRUPO ANAYA, situado en C/ J. Ignacio Luca de Tena, 15, 28027-Madrid. De la revista CÁLAMO FASPE se publican dos números al año: uno en abril-junio y otro en octubre-diciembre. Los autores pueden enviar originales durante todo el año, aunque se ruega que sea antes del 30 de abril y de octubre en cada caso. No se tendrá en cuenta ningún trabajo que no se ajuste a las normas establecidas. Los trabajos –en forma de artículos, reportajes, comentarios, entrevistas, reseñas, críticas, etc.– serán originales e inéditos. Los contenidos versarán sobre temas o aspectos relacionados con el conocimiento cultural, histórico, tradicional, artístico-literario y lingüístico, la investigación en lengua y literatura, la experiencia didáctica y metodológica, la difusión de la Lengua y de la Literatura Españolas dentro y fuera de España. Los autores son responsables del respeto del COPYRIGHT en el contenido, las citas y las reproducciones de materiales. Todo texto publicado en la revista Cálamo Faspe obliga a sus autores a no cederlo a terceros, sin la autorización previa de la revista.. Datos Obligatorios en los artículos originales. 1ª página: Nombre y apellidos, institución o centro de trabajo, actividad que desempeña, dirección postal, teléfono y correo electrónico. 2ª página: Título del trabajo en mayúscula (letra 14p), resumen en español y abstract en inglés o francés (unas 10 líneas) y una selección de palabras-clave debajo del resumen en español y del abstract en inglés o francés (letra 11p.). Aspectos formales de los trabajos. Extensión de los trabajos: ha de estar en relación con el alcance y el tratamiento del tema, aunque no han de sobrepasar las 10 páginas DIN A4. Procesador de textos: Word para PC o compatible. Tipo de letra: Times New Roman. Cuerpo de letra: Títulos de los trabajos en letra 14p. Epígrafes en 12p. dejando debajo una línea en blanco. Desarrollo del texto en letra 12p. Notas a pie de página en 10p. con indicación de subíndices numerados. Resalte de palabras o expresiones latinas o extranjeras: cursiva 11p. Justificación del texto a ambos márgenes con sangrado de párrafos e interlineado de 1 punto. Referencias bibliográficas: se recomienda que las referencias se introduzcan entre paréntesis dentro del propio texto, donde se indique autor, fecha de publicación y página o páginas; por ejemplo (Savater, 1998: 89-93). La referencia bibliográfica completa de la obra irá al final del trabajo. Signos gráficos: se utilizarán los signos gráficos, de puntuación y de acentuación siguiendo las normas de la Real Academia Española. Comillas: para citas textuales cor-. tas no sangradas e intercaladas en el texto. Si ocupan más de tres líneas deben sangrarse y transcribirse en letra 10 p. Corchetes: para indicar la supresión de fragmentos de texto en una cita, por ejemplo [...] y también para aclaraciones o restituciones en las citas textuales. Abreviaturas convencionalizadas: art. cit. (artículo citado); cap., caps. (capítulo, -s); cfr. (confróntese); coord/s (coordinador, -es); ed/s. (editor, -es): edit. (editorial); fasc/s (fascículo, -s); ibíd.. (ibídem); id. (ídem); loc. cit. (lugar citado); m/s (manuscrito/s); núm/s (número, -s); op. cit. (opus citatum, obra citada); pág./s (página, -s); sig/s. (siguiente, -s); t. (tomo); trad. (traducción); vol/s. (volumen,-es). Ilustraciones –cuadros, mapas, gráficos, tablas, figuras, imágenes, fotografías, etc.– se presentarán digitalizados con originales de buena calidad para ser reproducidos. Transliteraciones de alfabetos no latinos: se ajustarán a las normas establecidas en las revistas de cada especialidad. BIBLIOGRAFÍA: aparecerá al final del trabajo numerada alfabéticamente, siguiendo este orden en la citas bibliográficas completas: Libros y obras monográficas: apellidos y nombre del autor, fecha de primera edición entre paréntesis, título de la obra en cursiva separado por comas, lugar de publicación y nombre de la editorial, edición última utilizada. Por ejemplo: Alarcos Llorach, Emilio (1994): Gramática de la lengua Española, Madrid, Espasa Calpe. 3ª edición. Cela Trulock, Camilo José (1951): La Colmena, Madrid, Anaya, Col. Cátedra, 1989, edición de J. Urrutia. Capítulos de obras colectivas: apellidos y nombre del autor, separado por dos puntos el título del capítulo entre comillas, editor/es o coord./s de la obra, título de la obra en cursiva separado por comas, nombre de la editorial y lugar de publicación, edición última utilizada. Por ejemplo: Bosque Muñoz, Ignacio (1999): “El nombre común”, en I. Bosque y V. Demonte (dirs.), Gramática descriptiva de la lengua española, vol. I, págs. 3-75, Madrid, Espasa Calpe. Artículos publicados en revistas: apellidos y nombre, separados por dos puntos el título del artículo entre comillas, nombre de la revista en cursiva, vol, número, páginas que abarca el artículo, nombre de la editorial o institución, lugar, año de publicación y páginas que abarca el artículo. Por ejemplo: Cortijo Ocaña, Antonio: “Los chuetas, pueblo maldito, Religión y economía en los siglos XVI y XVIII”, en revista Cálamo Faspe, 54, Anaya, 2009, págs. 56-69. Material bibliográfico INFORMÁTICO o procedente de INTERNET: RAE, <http:www.rae.es> [fecha de consulta con el formato dd/mm/aaaa] INSTITUTO CERVANTES: http://cvc.cer vantes.es/obref/congresos/valladolid/ ponencias/nuevas_fronteras_del_es.. Valoración y selección de las aportaciones. Los artículos recibidos para la revista Cálamo Faspe se someten al informe de dos revisores y la publicación definitiva deberá incluir las posibles correcciones o modificaciones que estime oportunas el Consejo Científico. El Consejo de Redacción, una vez recibidos los informes pertinentes, decidirá la publicación o no de los trabajos.. Revista Cálamo FASPE nº 63 • enero-diciembre 2014 • Página 119.

(3) MONOGRÁFICO: EL ARTE DE NARRAR. personaje teatral y ficción novelesca en Don Juan Santiago Sevilla Vallejo. Centro Universitario Villanueva RESUMEN: Gonzalo Torrente Ballester se dio cuenta que la figura de don Juan se había convertido a largo del tiempo en un mito, pero el público comprendía poco la naturaleza de la fascinación que provocaba. En Don Juan, Gonzalo Torrente Ballester trae este mito a un supuesto escenario real. Un periodista se encuentra con el seductor y su criado, los cuales representan ante él unos papeles que no se sabe si son reales o son ficciones. Palabras clave: Realidad, imaginación, teatro, narrativa. ABSTRACT: Gonzalo Torrente Ballester realized that don Juan’s figure had become a myth along time, but public understood very little the nature of the fascination that he provoked. In Don Juan, Gonzalo Torrente Ballester brings this myth to a supposedly real scenery. A journalist comes across with the seducer and his servant, whom play roles in front of him, that it is unknown whether they are real or not. Keywords: Reality, imagination, theater, narrative.. Don. Juan es un personaje que la tradición literaria ha cargado de muchos significados. En sus distintas versiones, resulta trágico, a veces malvado, pero su personalidad es atractiva y poderosa. Es un seductor, un hombre de acción, que consigue sus deseos amorosos por encima de todos los obstáculos. Su vida tiene numerosas versiones, que le han convertido en parte del imaginario colectivo occidental (Zamora, 2010). Sin embargo, con el tiempo acabó por ser un personaje que el lector (o el público) percibía con distancia histórica. Torrente Ballester observó que, en su época, se seguía representando Don Juan Tenorio de Zorrilla, pero resultaba muy difícil que las nuevas generaciones comprendieran los motivos que mueven a su protagonista. Este don Juan se nutre de la visión romántica del amor y de otros excesos pasionales, que, ya se le admire, ya se le desprecie, quedaban fuera del mundo en que vivían los espectadores del siglo XX. Torrente Ballester percibió que psicológicamente el personaje no había sido explotado; por un lado, se sabía poco de su vida; por otro, se podían ver en el teatro las acciones que llevaba a cabo, pero no los caminos que le habían llevado hasta ellas. Torrente Ballester reescribió su historia, en la que nace en el siglo XVII, tiempo en que se escribe El burlador de Sevilla, y vive a lo largo de los siglos. En la obra de Torrente Ballester, un periodista se encuentra con él en el siglo XX y descubre que, a lo largo de su longeva vida,. don Juan ha perdido su juventud, sigue siendo un hombre atractivo, aunque su aspecto no es tan fresco como el del don Juan atribuido a Tirso de Molina o el de Zorrilla. En la obra de Torrente Ballester, don Juan sufre un proceso de degradación, especialmente en aquello que le hizo un mito. En la tradición literaria, se caracteriza por su capacidad de seducción; en cambio, en la obra de Torrente Ballester, es impotente. Solo tiene la palabra y su encanto para rendir a las mujeres, pero no puede consumar su deseo. De este modo, tiene lugar un proceso de desmitificación. Se lleva a cabo una parodia de don Juan, una «degradación» del personaje (Torrente Ballester, 1975: 7); a cambio, es mitificado en su hondura humana, como un hombre que no quiere el mal que provoca, pese a que su destino lo fuerza a repetir la misma historia con distintas mujeres (Sevilla, 2013). Don Juan es interesante por el modo con que el teatro invade la narración. En otras obras torrentinas aparecen elementos teatrales. Por ejemplo, en La Isla de los Jacintos Cortados, el narrador se refiere a su tarea con «la sensación, casi la convicción, de que estaba preparando un escenario» (266). Torrente Ballester recurre al elemento teatral para hacer presente el juego entre realidad y ficción. El don Juan de Torrente Ballester es un personaje desterrado. Debido a sus pecados, los hombres le rechazan. Abandona Sevilla para vivir en París, donde tampoco evita la soledad. Las únicas personas con las que se relaciona son. Revista Cálamo FASPE nº 63 • enero-diciembre 2014 • Página 77.

(4) MONOGRÁFICO: EL ARTE DE NARRAR personaje teatral y ficción novelesca en Don Juan las mujeres a las que seduce. Don Juan tampoco tiene acceso a ningún tipo de vida Eterna, sus pecados le han cerrado el Cielo y en el Infierno tampoco le quieren los familiares que, como él, también han pecado. De modo que vive indefinidamente como un fantasma, condenado a ser él mismo por toda la Eternidad (148). Don Juan y Leporello, su criado, se ven obligados a representar una y otra vez el drama de la vida del seductor por excelencia. En Don Juan aparecen personajes supuestamente ficticios que reivindican su carácter real; la representación (el juego ficcional) se confunde con la vida (los hechos reales) (Torrente Ballester, 1975: 33). La ficción permite que todos los personajes con forma humana se equiparen. En uno de sus ensayos, Torrente Ballester compara a Zeus y a don Juan. Si bien el primero es un Dios y el segundo es en principio un mortal, comparten su personalidad y función dentro del relato: «les gustan las mujeres y las conquistan» (Torrente Ballester, 1990: 583). Del mismo modo, los personajes supuestamente reales y ficticios pertenecen al mismo nivel, son entes hechos de palabras y, no obstante, vivos ficcionalmente: El personaje no es un simulacro de ser viviente. Es un ser imaginario. Un ego experimental […] Don Quijote es casi impensable como ser vivo. Sin embargo, en nuestra memoria, ¿Qué personaje está más vivo que él? […] la imaginación del lector completa automáticamente la del autor (Kundera, 1992: 45).. La ficción que representan don Juan, Leporello y sus amadas permite que siga vivo el mito de don Juan. Las obras literarias, incluidas las obras teatrales, ponen al lector (o espectador) «ante un texto vivo, vivido, que está tomando vida con nosotros y por nosotros» (Rodríguez, 2004: 40). Don. Juan permanece vivo mientras haya lectores (espectadores) que crean que él existe. Torrente Ballester explota la cooperación autor-lector dentro de sus textos de un modo particular. Es conocido que los textos exigen al lector renunciar a la incredulidad, a cambio de que la ficción le conduzca por su historia y le ofrezca. respuestas a las temáticas que trate. En cambio, el periodista que narra Don Juan se encuentra en una constante duda entre creer que don Juan de verdad existe y que es un farsante. Como lector quiere creerlo, pero su razón le hace rechazar lo que está experimentando y, en los momentos que pesa más su razón que su imaginación, se niega a jugar, poniendo en peligro la existencia de don Juan, igual que Traveler, el personaje de Rayuela, al que Oliveira le reprocha su incredulidad: «Los juegos se hacen solos, sos vos el que mete un palito para frenar la rueda» (Cortázar, 2006: 332). Torrente Ballester lleva al lector a creer que, de verdad, don Juan es un hombre real. La historia es relatada por un personaje que parece real, un periodista, que pudiera ser el mismo Torrente Ballester. Este personaje se encuentra con don Juan, directamente o a través de otros personajes; pero don Juan se mantiene como una imagen lejana, no toma la palabra, simplemente actúa. En cambio, más adelante, aparece en primera persona el relato de los acontecimientos que le han llevado a ser como aparece en el presente narrativo. Torrente Ballester altera el punto de vista, emplea una técnica de paralipsis, al principio omite toda focalización interna, para después ofrecer esa información (Genette, 1989: 249-252). De este modo, traslada la narración de un personaje supuestamente real a otro que, en principio no lo es, pero que se pretende que lo sea. Nuevamente, el juego está en la ambigüedad de no saber qué es real y qué es inventado: «En el Don Juan lo fantástico participa de la ambigüedad que hace que el narrador, en opinión del mismo Torrente, sea víctima, ya que está metido en un mundo que no se sabe si es verdad o mentira» (Loureiro, 1990: 320). El mismo periodista llega a dudar si él está viviendo dentro de una obra de teatro. En este sentido, Genaro J. Pérez señala que los personajes torrentinos tienen conciencia de sí mismos como personajes literarios: «Don Juan (1962), Torrente Ballester intensifica en sus personaje la conciencia de que son entes literarios a la vez que partes de la creación de un titiritero divino: el autor de la novela» (1988: 417). El periodista ha estudiado tanto las facetas literarias como los aspectos religiosos de don Juan. Revista Cálamo FASPE nº 63 • enero-diciembre 2014 • Página 78.

(5) MONOGRÁFICO: EL ARTE DE NARRAR personaje teatral y ficción novelesca en Don Juan y ha publicado varios artículos al respecto. Una tarde, va a una librería protestante, donde se encuentra con un hombre italiano vestido como un criado inglés. Le llama la atención la contradicción que hay entre su forma de ser vivaz y su vestimenta solemne. El narrador tiene la impresión de que este hombre pretende aparentar algo que no es: «llegué a creer que aquel sujeto no era verdadero, ni siquiera un verdadero italiano, sino un tipo disfrazado, una deliberada falsificación» (18). La extrañeza que siente el periodista va en aumento, porque, cuando se asombra de lo mucho que el criado sabe de Teología, este le dice que la estudió en Salamanca y nombra a sus profesores, los cuales pertenecen al siglo XVII. Esto ahonda la sensación que tiene de que es impostor hasta el siguiente extremo: «ahora tengo dudas acerca de su realidad. Si hubiera que definirlo de algún modo, diría que es un fantasma» (21). En este caso, la ficción irrumpe en la realidad del texto con tal violencia que amenaza con romper cualquier posible acto de credulidad. El periodista vuelve a encontrarse con el criado, el cual le propone conocer a su amo, con la condición de que no podrá hablar con él, tan solo verlo a unos metros. El periodista ve a don Juan, sin saber que lo es, y esta es su impresión: «sus movimientos y su figura me resultaron conocidos, aunque no pudiera identificarlos como de alguien próxima o amigo. Era muy elegante, con esa elegancia casi inasequible en que el traje, más que encubrir, expresa» (23). Si bien no es capaz de reconocerlo, don Juan representa, aunque algo avejentado, el mito del seductor. A lo largo de la obra, tanto el criado como don Juan invitan al narrador a que crea que la ficción que se cuenta en los relatos sobre don Juan es real. Le instan a que acoja la posibilidad de que convivan en su realidad elementos fantásticos propios de la ficción. Cuando el narrador se entera de que el criado se llama Leporello tiene la siguiente reacción: «La sensación de hallarme ante un embrollo marcadamente cómico desapareció en seguida, al comprender que no me hallaba ante él, sino metido en él» (25). Deduce que, si el criado se llama Leporello, el amo debe ser don Juan, como corresponde en la versión del. don Juan de Mozart. La intriga despierta la curiosidad del narrador y, paulatinamente, Leporello y don Juan le van metiendo dentro de la ficción que ellos crean. Desde este momento, no es un mero observador de una acción, sino que está inmerso en la historia que aquellos dos personajes quieren contarle. En un primer momento, el periodista se niega a creer que de verdad sean Leporello y don Juan. Su presencia amenaza la esfera realista, es imposible que los personajes ficticios convivan con los reales y es imposible que nadie viva indefinidamente desde el siglo XVII hasta el siglo XX en el que transcurre la acción. El periodista quiere creer que se trata de dos locos que actúan, pero la representación que llevan a cabo le resulta interesante: «La impostura […] es un modo de actuar en la realidad como otro cualquiera. Tiene sustancia propia […] cuando un hombre se convierte en impostor, la impostura elegida es reveladora» (26). De este modo, la ficción que llevan a cabo Leporello y don Juan se va haciendo real para el periodista, porque, por mucho que la tilde de falsa, cada vez la vive con más intensidad. Esto es un efecto del pacto de ficción, la Literatura, como cualquier otro juego, invita a la ilusión de la creencia en lo que se está viviendo (Huizinga, 2007: 21). Pese a todo, el narrador se duele por «aquella creciente, irracional creencia de que podían ser Leporello y don Juan Tenorio» (36). Las personas que entran en contacto con don Juan se convierten en personajes del drama que representa. Así por ejemplo, escoge como criada a una mujer cuyo carácter es adecuado para una obra dramática: «El día que llegó Marianne […] nada más ver sus ojos, nada más oír su áspera, su apasionante voz, pensé que un nuevo melodrama se nos había metido en casa. Y cuando tuve ocasión de estudiarla por dentro, me estremecí de regocijo» (43). Y, por la relación amorosa que ella mantiene con don Juan, se transforma de acuerdo a la visión romántica que tiene él del mundo. La convierte en una enamorada dispuesta al amor más entregado y, después, hace de Sonja, una estudiante de Literatura, una mujer despechada dispuesta a la venganza: «Hizo de Marianne un ser capaz de sacrifico, y de Sonja. Revista Cálamo FASPE nº 63 • enero-diciembre 2014 • Página 79.

(6) MONOGRÁFICO: EL ARTE DE NARRAR personaje teatral y ficción novelesca en Don Juan una homicida» (43-44). Don Juan maneja a ambas como un escritor a sus personajes, pone en ellas el carácter que quiere: «Don Juan creó los gérmenes, los sembró…» (44). En la mayor parte del texto don Juan está ausente, pero su acción carga los espacios de la ficción que está creando. Su casa está llena de la Historia que ha vivido los últimos tres siglos (39) y de su personalidad literaria. Así, el periodista siente que: «Allí podría escribirse una obra de arte, vivir episodios de un gran amor o sentir en soledad cómo la vida de uno está formada de la sustancia del tiempo» (46). El narrador percibe la influencia que el famoso seductor ejerce sobre él: «Llegué a sentirme como juguete en sus manos, o como personaje literario en las del novelista, que piensa y siente lo que el novelista quiere» (45). El narrador también es un personaje dentro del drama de don Juan. Sin embargo, trata de negar los elementos fantásticos, no se acaba de creer que verdaderamente el amo de Leporello sea don Juan y este, tal como dice, un demonio ocupando el cuerpo de un mancebo. Leporello le responde lo siguiente: «en usted se interfieren dos órdenes de la realidad» (47). El narrador quiere negar el orden fantástico, aunque al mismo tiempo le atrae, y se acoge al orden realista para no volverse loco, aunque, al mismo tiempo, le aburre su vida de periodista. Tanto el periodista como Sonja son lectores de don Juan antes de conocerlo. Ambos han leído sobre él y le han convertido en tema de reflexiones. El periodista ha escrito diversos artículos y Sonja le ha dedicado su tesis: «Don Juan. Un analyse du mythe» (55). Mientras estuvo con don Juan, Sonja se sintió identificada con un personaje teatral (60) y así le ocurre ahora al narrador. Don Juan se da a conocer a ambos porque vive a medio camino de las dos esferas: la realista y la fantástica. Él es un ser de ficción, que permanece vivo en la esfera realista en la medida que haya personas que crean en su historia. De este modo, Don Juan hace explícito el pacto de ficción, se produce desfamiliarización en cuanto que la realidad de don Juan puede que no sea como la que supuestamente tienen los otros personajes, que se pretende reales, sino es una. existencia literaria, aunque verdadera, porque la ficción es verdadera para el ser humano. Si bien don Juan nunca habló a Sonja de amor, la sedujo con su personalidad. Cuando la abandona, esta le dispara (71). Leporello le cuenta al narrador que él es en realidad un demonio, que ocupó el cuerpo de Leporello en el siglo XVII y, desde entonces, sirve a don Juan bajo forma humana (78-107). El narrador no puede sino aceptar que hay algo verdadero en la historia de don Juan y su criado, pero le dice a este que ha copiado su relato del Fausto de Goethe y lo valora en términos literarios. Leporello le responde que le contará el resto de la historia si consigue enamorar a Sonja (110), esta es la única forma de conseguir que ella se libere de la influencia de don Juan. No obstante, el poder de la ficción que ha creado el mítico seductor es muy difícil de romper y el narrador es incapaz de revertirlo: «Don Juan la ha hecho víctima de una experiencia literaria, y la literatura es mi terreno; pero el llanto de una mujer enamorada es demasiado real para que yo lo entienda» (115). Don Juan no puede tener relaciones sexuales, no puede ejercer su seducción en la esfera realista; sino que seduce la imaginación de sus amadas, las lleva a soñar un amor de ficción, propio de la esfera fantástica. Don Juan representa historias de amor con sus amadas, del mismo modo que un escritor crea ficciones, parecen reales pero no lo son. Sin embargo, la ficción es verdadera tanto para el periodista como Sonja. Cuando está don Juan en la casa, perciben en ella la fuerza de los amores que han pasado en ella, en el momento que este se marcha, comienza a desvanecerse la ilusión de la ficción: «Ahora tenía ante mis ojos una habitación vulgar, de muy buen gusto y pureza. Nada había sido tocado, pero algo se había evadido, algo que quizá nunca había estado allí» (118). Y, en el momento en que toman conciencia de cómo les ha manipulado don Juan, les parece que todo ha sido mentira: «Me inclino a creer que tanto usted como yo hemos sido víctimas de un embrujo» (119). Sonja siente grandes remordimientos por haber disparado a don Juan, pero cree que él es el culpable porque le señaló donde había una pisto-. Revista Cálamo FASPE nº 63 • enero-diciembre 2014 • Página 80.

(7) MONOGRÁFICO: EL ARTE DE NARRAR personaje teatral y ficción novelesca en Don Juan la; en cambio, no entiende el motivo que le llevó a actuar así. El periodista se lo explica de la siguiente forma: «Dar un final trágico a la aventura. Don Juan es aficionado a los finales trágicos» (123). Don Juan es un personaje trágico y, como no puede morir, se ve obligado a representar una y otra vez la misma situación: seduce a mujeres, las abandona y estas se vengan de él. Representa un mito que, en ocasiones, sufre desmitificación. Por mucho que siente el periodista el poder que tiene don Juan sobre él y sobre Sonja, trata de explicar la conducta del seductor de una forma racionalista, en función de criterios clínicos, lo cual le lleva a defender que se trata de un hombre que enloqueció al quedar impotente (124). En vista de que Sonja está obsesionada con don Juan, el periodista quiere alejarse del lío en que están inmersos. Se monta en un tren para Madrid, pero, antes de que arranque, Leporello lo convence para que regrese y lo lleva a la casa de don Juan. Cuando se acuesta, el periodista siente que no es él mismo por completo, sino que se introduce en él un cilindro que, en el sueño lo observa, y experimenta lo siguiente: «me hallaba como asomado a una ventana desde la que podría contemplar un panorama de recuerdos que no me pertenecían» (135). Igual que en otras obras torrentinas, la ficción invade al personaje, de modo que se difumina su propia personalidad para pasar al centro la del personaje ficticio. El periodista siente lo siguiente: …se me debilitaba la conciencia de mí mismo,. quedaba unida a mí por un recuerdo sutil, y si bien no llegué entonces a creer que fuera otra persona, es indudable que me sentía como ocupado por otro de nombre desconocido, de cuya vida unas horas se me recordaban con claridad e insistencia (137).. El periodista tiene un sueño como si él fuera don Juan, mientras que el alma de don Juan emigra, se traslada al primero para hacerle vivir una ficción (142). Se puede decir para concluir que, en el Don Juan, los personajes que conocen al famoso conquistador y a su criado dudan repetidas veces de si verdaderamente son quienes dicen que son. El periodista sigue teniendo la sensación de que son unos farsantes que llevan a cabo una representación teatral, personas que, por el motivo que sea, juegan a hacerse pasar por don Juan y Leporello. El mismo Leporello no aclara la cuestión en este sentido, pero da la clave para comprenderles. Él y su amo, como personajes surgidos por la ficción, son reales en la medida de que convenzan a otras personas de que son Leporello y don Juan: «Mi amo y yo, para creer que somos, respectivamente, don Juan y el diablo, intentamos que alguien lo crea. Y para que alguien lo crea, él se porta como don Juan y yo como un diablo» (148). El mensaje último de Don Juan es que es un personaje eterno, que forma parte del imaginario de nuestra sociedad, y en el texto se juega a que viva para siempre, mientras no decline la creencia en él (o la lectura de su ficción).. BIBLIOGRAFÍA Cortázar, Julio (2006): Rayuela, Madrid, Punto de lectura. Genette, Gérard (1989): Figuras III, Barcelona, Lumen. Huizinga, Johan (2007): Homo ludens, Madrid, Alianza. Kundera, Milan (1992): El arte de la novela, Barcelona, Tusquets. Loureiro, Ángel G (1990): Mentira y seducción: la trilogía fantástica de Torrente Ballester, Madrid, Castalia. Pérez, Genaro J.: «Metaficción de don Juan y Fragmentos de apocalipsis de Gonzalo Torrente Ballester», en Revista canadiense de estudios hispánicos, vol. XII, 3, primavera 1988, pp. 415-428. Rodríguez Ruiz, Jaime Alejandro (2004): Para el estudio y disfrute de las narraciones. Módulo de narratología.. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. http://www.sepancine. mx/attachments/Jaime_Rodrguez__Narratologa.pdf Sevilla Vallejo, Santiago: «Don Juan, el mito vivo en Gonzalo Torrente Ballester». Dicenda: Cuadernos de Filología Hispánica, 31, 2013, pp. 213-228. Torrente Ballester, Gonzalo (1975): El Quijote como juego. Madrid: Ediciones Guadarrama. _____(1990): Cotufas en el golfo. Barcelona: Destino. _____(1998): La Isla de los Jacintos Cortados. Madrid: Alianza, _____(2006): Don Juan. Madrid: Destino. Zamora Calvo, María Jesús (2010): «Orígenes del mito de don Juan». Centro Virtual Cervantes. Consultado el 05/11/2014.. Revista Cálamo FASPE nº 63 • enero-diciembre 2014 • Página 81.

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