RAQUEL
GUREVICH
Sociedades
y
territorios
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FONDO DE CULTURA. ECONÓMlc\
MÉ-XICO -ARGENTINA - BRASIL - CHILE - COLOMBLA.. - ESPAÑA
entender, si no, los paisajes sociales
y
culturales de estein
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o
de siglo. Có -mo posicionarse, sr no, frente a nuevas idenridades, nuevas localizaciones,nuevas tecnologías. en un mundo cada vez mis imerrelacionado
y
.
a la vez. fragrnen cado.Estamos pensando en una enseñanza de las ciencias sociales que tienda a
un compromiso de reciprocidad con un conjunto amplio de saberes y expe
-riencias, de responsabilidades, con la intención de tender a la construcción
de una sociedad en la que sea posible articular proyec(Qs personales
y
colec-tivos, y hacer un ejercicio más pleno de la palabra y la decisión. Así, enton
-ces, estamos perfilando una líoea que comunica las prácticas escolares con
un tipo de conocimiento compartido y abierto, comado como un entrama
-do de variados planos históricos, políticos
y
culturales.En este punto del camino, confluyen lospropósitos y el sentido de la en
-señanza de la geografía, plasmados de modo solidario en los contenidos que
se seleccionan para enseñar
y
en las intervenciones didácticas que se decide adoptar. No está de más insistir en que una agenda renovada de la geografía puede colaborar, dada su amplitud y diversificación temática, territorial y sectorial, en comprensión tanto de tendencias generales dd mundo actualcomo de rasgos específicos de un 'cierto lugar, una región, una ciudad, un
distrito. Precisamente en esos recortes territoriales se amplificarán para su
enseñanza los nuevos paisajes, las nuevas presentaciones de lourbano
y
de lorural, los nuevos roles del Estado, los nuevos lazos interperso nales. Como se
ve, las transformaciones operan a nivel de la socialización en general
y
tarn-biéri en los cambios subjetivos ya nivel de los habitantes, los trabajadores,
los estudiantes, los turistas, los comerciantes, los migran res, erc., según la
di-mensión de que se trate.
Estamos planteando una geografía plenamente situada en el campo de
las ciencias sociales, cómoda
y
legítimamente, no desde una perspectivare-tórica ni formal, sino más bien atenta a las consistencias e inco nsisreucias,
a las tensiones, a las polémicas
y
las rivalidades que pueblan la viday
lateoría social. Esta posición connota el abandono de un escenario de pos -tal, de acuerdos
y
relaciones inmutables, de datos naturalizan res (y no só-lo porque se refieran a un hecho natural, como la cantidad de lluvia caída en un área determinada), especialmente porque muchas veces esa miradafija yatemporal se traslada a situaciones propias del campo de la cultura y
la sociedad.
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entonces esraría dispuestay
dispc nible p'" ~ los principales temasy
problemas referidos alas nuevas configuraciones de las sociedades, los territorios y las culturas en laacrualidad, atendiendo a su dinám ica local-global. Al mismo tiempo tendría en la mira enriquecer los sa-beres
y
las experiencias del ámbito socioculrural contemporáneo, a fin deque tanto los estudiantes como los docentes podamos co nrexrualizar más r
e-flexiVamente nuestras prác icas cotidianas
y
específicas.Este posicionamiento exige discutir
y
poner al día enfoques conceptua-les y merodológicos, recuperar las biografías personales, revisar coricepcio
-nes }' atribuciones de sentido, a fin de plantear los temas territoriales}' arn-bienrales en el marco de las transformaciones sociales contemporáneas. De
allí que esta propuesta de trabajo en geografía sea una invitación para reEle-· xio nar acerca de temas como
la
progresivaarr
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cia
lizació
n de la naturaleza,la trama urbana del mundo, los nuevos modos de organización del trabajo,
las redes de comunicación e información,
y
acerca de cómo se conforman en la actualidad las identidades personalesy
sociales en diferentes ámbitoslocales y regionales.
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En-este apartado sepresema un conjunto seleccionado de losprincipales ras
-gos y características de las sociedades y los rerrirorics en la actualidad, cbn
la idea de establecer algunos ejes que permitan orientar laselección de con
-tenidos y estrategias de trabajo de una geografía contemporánea.
Complejidad
Las sociedades
y
los territorios en tiempos globales son complejos, en ranrose hallan constituidos eintervienen en ellos una multiplicidad de elementos
yfactores de distinta Índole. Esos elementos yfactores pueden ser de origen natural, social, político, económico, cultural, jurídico, tecnológico, étnico, religioso, entre otros.
Las referencias objetivas
y
subjetivas de los procesos sociales que se con-jugan en el mundo contemporáneo son múltiples, heterogéneas
y,
a lavez,p
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simultáneas. Las fmnteras temporales y espaciales se hallan expandidas; los
flujos rnigrarorios, intormácicos yfinancieros, cada vez más intensificados; y
las relaciones que sedesarrollan en [Ocioel globo -aunque de diferente pro
-cedencia- reconocen una lógica dominante que las reordena
y
disuelve alrrusrno tIempo.
Por supuesw que en épocas anteriores de la humanidad las sociedades y
los territorios también mostraban incrusraciones de arras culturas. Pero
in-sistimos, esos flLijos,por su alcance, por su intensidad y por su volumen,
nunca como ahora fueron can centrales en la política, laciencia, la recnolo
-gfay la cultura globales, sin por ello negar las profundas diferencias entre los
grados de recepción de las ideas, de las innovaciones yde las personas mi
s-mas en sociedades distintas (Appadurai, 2001).
La complejidad, entonces, alude alacantidad y ala diversidad de elerne
n-ros en juego, a la dinámica de funcionamiento, a la velocidad de los ca
m-bios y transformaciones ya las nuevas relaciones globales·que marcan lapro
-ducción de locotidiano. Por tanto, los estudios sociales yterritoriales darán
cuenca de archipiélagos de naciones
y
de grupos sociales, de mosaicos socio-demográficos diferenciados, más que de estampas congeladas. Esta situación
requerirá un análisis profundo por parte de grupos
y
comunidades, de in-formación, relatos, testimonios, estadísticas, y un caudal de imágenes cultu
-rales, sociales, érnicas, laborales, productivas y paisajísrícas diversas. Esta
complejidad -y sin intención de agotarla- capta de modo más fiel el rom
-pecabezas que caracteriza las condiciones de vida y de trabajo de las comu
-nidades que habitan un cierro rerrirorio.
La complejidad de los tiempos actuales también se asocia al ripo de pro
-blemas, de nudos, de cuestiones que atraviesan los distintos grupos sociales
ya la definición de la escala que adoptan dichos problemas según sea el a
l-cance de los fenómenos, procesos y acomecimientos en cuestión. Al mismo
tiempo, los ribetes de la complejidad parricularrnenre en los campos de la
ciencia, la tecnología y la política t10S enfrentan con frecuencia a grados
al-[Os, o relativamente altos, de aleatoriedad, de indeterminación, de azar, de
incertidumbre (Beck, 1998a).
Podemos decir, entonces, que los procesos complejos son rnultidimensio
-nales-en tanto abarcan al conjunto de las dimensiones de la vida social ya
sus múltiples interrelacioncs=. multiescalares -en (anca implican variadas es
-calas temporales yespaciales para suanálisis yresolución- y multijurisdiccio
-.~
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nales -al requerir para su gestión y gobierno de un conjunto amplio de ac
-rores. decisiones, regulaciones ynormas-o
Esta reestructuración de lavida de lassociedades
y
dela configuración delos territorios hace que las referencias alos sujetos ya
l
o
s
rerrirorios se reali-ce en plural, es decir, nos hace hablar de "sociedades, grupos, identidades,
culturas", mostrando asf un conjunro de indicios de la mulriplicidad
y
di-versidad de actores, acciones, escenarios, flsoflOmías, imaginarios, puntos de
vista, referencias.
Las consecuencias educativas de estas proposiciones son inestimables,
pues la complejidad de los problemas implicados
y
la de sus escalas de aná-lisis requieren, asu vez, de un pensamiento complejo. Las principales carac
-rerísricas de un pensamiento de este tipo
-y
volveremos más adelante sobreeste punro- son su 110 reduccionismo, su no linealidad, su no unicidad, la
rerlexividad ylaposibilidad de admitir
y
combinar pluralidad de voces, ten-dencias, condiciones, causas, azares y perspectivas.
Fragmentación, desigualdad, diferencia
El mundo
y
los territorios actuales están hechos de fragmenros, de trozos,cuya coralidad no se expresa en la suma de las partes que los componen, si
-no en una dinámica arriculadora y ala vez disgregadora de esos conjuntos
de zonas ylugares. Ivfuchos de estos fr3.gmentos de territorios seencuentran
esrrecharnenre unidos entre sf, a través de redes, materiales e inrnareriales,
que los hacen cornparrir elmundo en tiempo real. Otros, en cambio, seh
a-llan sin ningúriencramado, conformando bolsones de aislamiento, de po
-breza. de olvido y rnarginación.
Las desigualdades son cada vez más profundas en cuanto ade las p~
si-bilidades de vida y de trabajo de las personas en codo el mundo. La
bre-cha entre ladistribución y el consumo de bienes
y
servicios se perfila enprogresivo aumento, según lacondición social yel capital cultural de que
las personas dispongan, ya sea como rrabajadores, como consumidores o
ciudadanos.
Una g·eografía que ofrece resrirnonio y que da tiempo concreto en ela
u-la y brinda un espacio para el tratamiento de contenidos relacionados con
los grupos más desfavorecidos de las sociedades, los pobres y los excluidos,
no conforma una corriente crícica sólo en términos políticos progresiscas o
D
esterri torializaci
ón-
reterrito rializacióneride, el papel de 1" soberanías terriroriales. Los continuos mO"imim~ codo el mundo de personas, mercaderías, ideas, mensajes, informaciones
y
capital imprimen y marcan el modelado territorial: las empresas rransriacio-nales, diseminadas por doquier; produciendo bienes y servicios, los inrni-granw:, las compafíías de producción artística
y
cultural, el turismoy
los medios masivos de comunicación que llevany
traen escenasy
objetosrrans-locales a todo el planeta, Estos flujos hacen que lo nacional, lo global
y
lo local no permanezcan escindido s entre sí, sino que se yuxtapongan, se mez-clen, se articulen.La denominada desrerrirorializacióri del mundo se alimenta de esos mo-vimientos, de esos modos de organizar el trabajo y la producción que se re-piten más allá de las coordenadas fijas de una localización particular; tam-bién de las noticias y acontecimientos que se producen
y
expanden fuera de los límites territoriales de un cierto lugar y de los estratos especializados de consumo que se distribuyen por todo el mundo. En este escenario, las esca-las territoriales serelarivizan, ya que son cajas de resonancia que cobran sen-tido en función de las demás; así, por ejemplo, "lo nacional, en el nivel glo-bal funciona como local" (Ianni, 19%).Los
territorios, calificados en este sentido como dislocados o fuera delu-zar exizen nuevas lecturas acerca de cómo entender "el adentro y el afuera" b' D
de un determinado lugar o región; ya que quedan resignifIcadas las relacio-nes internas y externas, las relaciones inrer-inrra, el afuera y el adentro, los unos y los otros (Ortiz, 1996). De hecho, las nuevas relaciones entre lo glo-bal lo nacional v lo subnacional producen transformaciones estructurales, subjetivas e ideoíógicas que dan origen a nuevos derechos, almismo tiempo que modifican las vinculaciones entre territorio, identidad y ciudadanía
(Grillo, 1999).
Otros autores dan su voz de alerta acerca de las ideas sobre la desrerri-corializació n , postulando que la noción de rererritorialización seda más pertinente para capturar el movimiento de! mundo de hoy, ya que las lo-calizaciones y las distribuciones geográficas de los objetos y de las relacio-nes sociales están lejos de independizarse de los rasgos territoriales propios de cada uno de los lugares del globo. Hoy más que nunca, señalan, las di-ferencias hacen a los rerrirorios,
y
sus respectivas participaciones y funcio-nes dependen fuertemente de sus ofertas ambientales, productivas y cul-turales. En cada porción del planeta se revelan las posibilidades de!de aggiornarniento temático-disciplinar, sino que su ejercicio puede formar
a los jóvenes en la interrogació n y el cuesrio narnienro de uno de los rasgos más salientes del mundo contemporáneo.
Esta fragmentación que venimos describiendo no niega
la
línea envolven-te y prácticamente única, en términos récnico-operarivos, dominante en la actualidad, sinoque la acompaña de modo complementario: un mundo g!o-balizado yfragmentado a la vez (Santos, 1996a; García Canclini, 1999). Pa-ra e! estudio de los territorios, este rasgo es de suma importancia, ya que des-dibuja por completo las pinturas homogéneas y ordenadas que prescribían las geografías sistemáticas, continentales, regionales o nacionales. Ya no re-sulta válido aludir a rasgos arernporales y homogéneos de las regionesdel
planeta o asignar caractertsricas propias o autónomas a determinados luga-res. Desde luego no es igual la receptividad y la aceptación a lo foráneo en Japón, India o Venezuela, sin embargo son perfecrarnenre reconocibles ras-gos comunes en sus cambios tecnológicos y en el alto dinamismo producti-vo de los sectores líderes que atraviesan las froneeras de
los
Estados existen-tes, así como también coinciden en la forma que asume lafragmenración.encada una de las tres sociedades.
Pareciera que, cada vez más, debemos desarrollar una geografía escolar que invite a trabajar con situaciones de enseñanza que vinculen procesos ge-nerales -de encuadre, de contexto- con aquellas fracciones territoriales más pequeñas, más acotadas de la vida social y territorial cotidiana, afinando. la escala de análisis para detectar las diferencias microrregionales o microloca-les (Veirz, 1999). Nos parece que situamos en esos fragmentos, en esos re-tazos de rerriro rio, es una buena escala para trabajar en el aula, pues en ellos
se conjuga y se expresa la relación entre los rasgos sirlgulares y específicos de un lugar ylos determinados por las lógicas de los procesos globales contem-poráneos. Así, los territorios pueden ser analizados entre la diversidad y la homogeneización.
La mercantilizació n generalizada de [as relaciones sociales, la difusión de las innovaciones tecnológicas, así como la porosidad política y económica de los Estados nacionales, han conmovido fuertemente los ordenarnienros de base territorial, de filiación geográfica en su sentido más restringido y, por
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. /-1 mundo y se concret:an de modo singular, según las condiciones del lugar
de origen. En esre sentido, podría hablarse de descerrieorialización en el
orden global y de rererricorializaciórr en el orden local, considerarrdo am -bos órdenes de modo imerdependierue y en un esrada de inregración fLú
1-eional (Sancos, 1996b).
No se pretende aquí sinrerizar yarribar a una posrura que cierre la disc
u-sión; codo lo conrrario, nuestro propósico esrnostrar yelegir unas perspecri
-vasen plural para hacerlas dialogar entre sÍ. En esta dirección, podría pensa
r-se un eonjunw de situaciones de enseñanza que concemplara la perspectiva
desrerricorializada del mundo y otro que privilegiara la visión rererriroria. lizada; luego analizados compararivamence yderecrar semejanzas, lógic3.sde com plememariedad, difereflcias, áreas de iluminación para ciertos remas y as-pecros particulares, Ífrruces yposibilidades de cada conjunto. T;.!.r¡¡biénpodría presentarse un rema de enseñanza que albergara simultáneamente ambas po
-s icio nes, según la escala deanálisis que seseleccione: desrerri rorializació nae s-cala global y retcrriwrialización a escala local.
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Presemamos aconcinuación un conjunto de rasgos que pueden resultar út i-les para oriencar un proceso de enseñanza-aprendizaje del mundo social en los tiempos actuales. Desde ya que estos rasgos resultan solidarios con las ca -racterísticas enunciadas en el apartado anterior.
Coordenadas de la época
Si bien es~ierto que no existe un "ames y un después",
n
i
una sociedad pos -moderna, postindus[rial o posnacional que haya barrido un tipo de sociedadanterior, cambién es dable reconocer que muchos de los atribuws de lasocie -dad contemporánea se presenran "por primera vez", son inédirarrienre nuevos
y hacen diferencia con aquellos propios de un mundo con primacía cstata],
de incercambios y mensajes más restringidos, de tiempos no instamáneos.
El acrual sistema global inreractivo remite a un orden, una estética, una
intensidad y una velocidad nuevos en la historia de lahwnanidad. Lasoci
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1
dad contemporánea, definida por algunos como una megasociedad, deren
-(a una configuración especifica
y
particulary
no esmera continuidad de1
0
anterior. No es"más de lo mismo", ya que como nunca ames se comparcen a escala planeraria grandes conjuntos de objetes, patrones técnicos, símb o-los, rutinas
y
consumos cotidianos.La vida [,miliar
y
productiva de las comunidades de! mundo asisten, en un tiempo sincrónico hegemónico, a la declinación de la legitimidad de lasmatrices nacionales, al avance de las nuevas formas de organización supr a-nacionales, anuevos procesos de constitución de la subjetividad. Por supues
-ro que esras transformaciones son profundamenre desiguales, según las ea -racrerísricas de los rerrirorics donde rengan lugar, pero es innegable la
rransmuración de! mundo que nos precedió y son rotundos los quiebres con e! pasado. De allí que, más allá de las continuidades ene! hilo histórico y de las regularidades del proceso socioeconómico a escala mundial, resulte nec
e-sario incorporar al contenido mismo de laenseñanza las condiciones de la
co n rern po raneidad.
De ningún modo esta idea significa prescindir arbitrariamente de los contenidos históricos o clásicos, sino que intenta subrayar la importancia
pedagógica de seleccionar contenidos susceptibles de ser jugados para la comprensión de lo que ocurre. ¿Podríamos describir y comprender, por
ejemplo, los procesos de inversión, producción e industrialización de mi -nerales en Brasil o e! avance de! complejo oleaginosoexporrador de los años noventa en la Argentina al margen del proceso de rransnacio nalización de la economía o de los procesos de
capitaliza
c
ión
ycomercialización de bie-nes y servicios a escala mundial? 0, por dar orco ejemplo, ¿cómo encenderlas incrustacio nes de modernas tecnologías en una planración forestal o
agrícola de una región periférica de América Latina sinconsiderar la diná
-mica local-global?
Un ejercicio inreresanre que ellecro r puede realizar es ir cotejando en el inventario de contenidos a enseñar cuáles de ellos resisten la prueba de las
coordenadas de época o
si
éstos son elementos clave para su comprensión,aunque daren de otro momento histórico. No se trata de que los titulares de los diarios marquen la agenda de enseñanza, sino que los temas y
pre-guncas rodeen cuestiones relevantes de la agenda social, polírica, cultural, jurídica, ética, ambiental. En este sentido, las perspectivas históricas están