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El sentido del periodismo

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Academic year: 2017

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EL SEN TI D O D EL PERI OD I SM O

Reynaldo Claudio Góm ez Universidad Nacional de La Plat a ( Argent ina) cgom ez@perio.unlp.edu.ar

Parece im port ant e decir que t odo periodist a es un com unicador y, a la vez, aclarar que no t odos los com unicadores son periodist as. Es periodist a aquel que realiza la práct ica del periodism o, m ient ras que un com unicador puede realizar perfect am ent e su t area sin hacer periodism o.

Es m ás, dando unos pasos adelant e, se puede señalar que el concept o de Com unicador, sobre t odo en los ám bit os académ icos, alcanza t am bién a quien invest iga, analiza y produce t eorías acerca del cam po específico. Ese cam po, por supuest o, involucra al periodism o, pero t am bién a ot ras act ividades ligadas a la com unicación.

En t al sent ido, es oport uno revisar el sent ido del Periodism o com o inst rum ent o de la com unicación y, sim ult áneam ent e, com o práct ica social. Su valor com unicacional no est á en discusión en t ant o num erosas y variadas observaciones cient íficas dan cuent a acabadam ent e de su función y razón epist em ológica.

En la producción, el envío y la llegada del m at erial periodíst ico a la sociedad, hay un act or indisim ulable: los m edios de com unicación. Es im port ant e dest inar un breve espacio reflexivo al fact or que podem os denom inar com o m edios de com unicación m asivos, aunque no es ahora m at eria de est e análisis.

Vist os com o em presas privadas, el est udio de los m edios de com unicación m asivos no m erece ot ro t rat o que el que puede dedicarse a un sist em a de negocios. Ét ica y responsabilidad periodíst ica son cat egorías de análisis que, desde allí, sólo pueden ser observadas en un segundo plano.

La práct ica del periodism o perm anece act iva en esos m edios y goza de ¿buena? salud. Es que com o práct ica las variables que const it uyen la const rucción de la agenda periodíst ica, act ualm ent e, incluyen, en alt o grado, los condicionam ient os que producen las est rat egias de m ercado de los m edios.

En t al caso, la enseñanza del Periodism o no puede ni debe despoj arse de reconocer la inj erencia de los m edios; el enfoque de su enseñanza t iene que cent rarse en la form ación de profesionales concient es de las caract eríst icas de los m edios y t am bién de las consecuencias sociales que t al funcionam ient o produce t ant o en la práct ica periodíst ica com o en los com port am ient os sociales. Pero no únicam ent e en eso.

Es im port ant e que en la form ación de periodist as se consideren dos cuest iones básicas: el rol de act or social del periodism o y de los periodist as y su capacidad de pot encial t ransform ador de las condiciones de producción del Periodism o rum bo a la t ransform ación de la sociedad.

Un periodist a ya no puede ser vist o com o un m ero product or de not icias u opiniones, y m ucho m enos, puede m edirse su capacidad por la eficiencia con que cum ple su t area.

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hacia una sociedad m ás j ust a.

Las not icias no deben est ar al servicio del periodism o para su lucim ient o y el periodism o no t iene que convert irse en el siervo de las not icias sólo porque son int eresant es. Am bas m anifest aciones deben est ar al servicio de la t ransform ación social.

Es com ún observar que m uchos periodist as se j act an de seleccionar las not icias por “ la im port ancia” que a est as le confiere el im aginario social. De un am plio cúm ulo de inform aciones, los periodist as seleccionan unas pocas para su difusión en los m edios. Esa selección ( al fin y al cabo una elección) se realiza en la prioridad de difundir “ lo que le int eresa a la gent e” . Es un error. La “ gent e” no t iene “ un int erés” por la inform ación, salvo, claro, cuest iones específicas o t em át icas.

Un lect or no est á esperando una ent revist a a det erm inada personalidad, pero si se la ofrecen puede result arle “ int eresant e” . Ent onces, el periodist a t iene la m isión de llam ar la at ención de la opinión pública a part ir de propuest as que int eresen por su im port ancia int rínseca, y ella debe est ar siem pre ligada a la posibilidad de encender una t ransform ación social.

Por eso, la norm as pedagógicas que acaso fueron út iles hast a hace un t iem po para la form ación de periodist as deben ser t ransform adas según las necesidades sociales. Si ant eriorm ent e se pensaba en preparar un periodist a para que pudiera asum ir su t area según los cánones de eficiencia que dem anda el m ercado laboral específico, hoy es im prescindible form ar periodist as para la t ransform ación social.

En ese sent ido, no parece im port ant e, e n u n a pr im e r a e t a pa, pensar en la form ación de periodist as que escriban bien, hablen bien o act úen correct am ent e en cám ara. Es necesario que los periodist as sepan el det erm inant e rol que ocupan en la form ación de la opinión pública y, por ende, en los com port am ient os sociales.

El m a l pe r iodism o n o e s in ofe n sivo

El m al periodism o no es inofensivo. Proceder m al en periodism o, aún sin int ención de hacerlo así, provoca consecuencias y la hist oria de nuest ro país sabe bien de qué se t rat a ese error. ¿Qué es, ent onces, hacer buen periodism o? Hacer buen periodism o es reconocer la indisolubilidad ent re el rol del periodist a y su función social. De m anera que un buen periodist a es quien puede int erpret ar la realidad, ofrecer esa int erpret ación a la opinión pública y, a la vez, orient ar la necesidad de t ransform ar la sociedad.

Por eso, en prim era m edida, la enseñanza del periodism o debe dot ar al alum no de elem ent os para int erpret ar la realidad. Esos elem ent os est án en la lect ura de la realidad.

La realidad es una abst racción. Com ponerla, siquiera en su calidad nat uralm ent e precaria, im plica cont rast ar conocim ient os e inform aciones. Esas inform aciones provienen de las disciplinas cient íficas e inst rum ent os que dispuso el hom bre para ent ender el m undo. Por ello, cuant o m ás inform ación reúna y procese un alum no m ayor será su capacidad de análisis.

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avances en varios sent idos: prim ero, en disponer un espacio para pensar y, a la vez, para que se expresen esos pensam ient os; luego para que los alum nos adviert an que no exist en verdades únicas ni definit ivas y que t odas pueden ser aproxim aciones, en progreso, a la realidad.

Enseñar a pensar es, ent onces, la prim era fase. Est a fase t iene que est ar siem pre acom pañada del est ado de lect ura, en un cont rat o im plícit o en el cual deben reconocerse perm anent em ent e t ant o los aport es t eóricos com o la capacidad del alum no de analizar y concept ualizar experiencias personales.

Lograda esa capacidad de pensar, se puede int erpret ar la realidad para uno m ism o y para los dem ás. Nunca debe perderse de vist a el obj et ivo clave de la enseñanza y la práct ica del periodism o que es lograr la t ransform ación social. En efect o, la int erpret ación de la realidad, realizada a t ravés de la capacidad de pensar y la acum ulación crít ica de conocim ient o e inform ación, debe t ener un correlat o en la acción. La int erpret ación debe est ar en perm anent e est ado de t ensión y el alum no debe reconocer que su opinión est á ligada a las circunst ancias en las que hace su int erpret ación. La única verdad razonable es la necesidad de la t ransform ación social. El próxim o paso es la form ación de profesionales efect ivos a la t ransform ación social. Muchas veces, en aras de conducir la reflexión sobre el m undo, los docent es olvidan la necesaria form ación práct ica que requiere el ej ercicio periodíst ico. El proceso form at ivo puede fracasar cuando el periodist a no adquiere herram ient as para t ransm it ir convenient e e int eligent em ent e el result ado de su int erpret ación. Así, surgen profesionales del periodism o que int erpret an m uy bien los fenóm enos sociales, pero que dialogan m uy m al con la sociedad en la et apa de divulgación de la int erpret ación.

Hay lógicas que est án insert as en los denom inados “ cont rat os de lect ura” que el periodist a no puede obviar. A m enudo sucede que periodist as m uy bien inst ruidos ut ilizan un lenguaj e crípt ico para la sociedad o dan por sent adas condiciones que, suponen, la opinión pública sabe. Ent onces, fracasan. O, por el cont rario, pero con el m ism o efect o, encont ram os periodist as que desprecian las norm as del periodism o o son irrespet uosos de sus reglas y así dism inuyen el efect o del periodism o sobre la opinión pública, o anulan direct am ent e su capacidad.

Así, es im prescindible que al alum no se lo form e t am bién t écnicam ent e, para que su m ensaj e llegue y enseñe. Ahora sí, en est a et apa, es necesario que el periodist a escriba bien, hable bien y se m anej e convenient em ent e en cám ara.

Referencias

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