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Un libro prohibido El nombre de la rosa

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Academic year: 2020

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ANNUNZIATA ROSSI

r;n.

~ibro.p~~~.i~i~~

EL NOMBRE D

E

L

A

R

O A

L'ombrasuatomaeh'eradipartua... Dan te,Paraiso

El nombrede la TOsa se inscribe en uno de losfilones dela na-rrativa italiana más reciente, que hizo su apariciónen los se-senta y que constituye un fenómeno literario singularporque se trata de una serie de novelas ambientadas en la Edad Me-dia. No es la primera vez que el Medievo ha inspirado a na-rradores o artistas,En este mismo siglo hemos leídoNarcisoy Colmundo de Hermann Hesse y hace poco se ha puest o de moda la novela gótica -una de las tantas fuentesdeEl llOm-bre dela rosa- que recurre al Medievo como a un mundoleja -no y exótico que ofrece un marco,muyadecuado par a el cli-ma de terror,típicamente inglés,que sus autores desean sus-citar. Al contrario, Umberto Eco y los narradoresitali a nos se acercan al Medievo con un espíritu diferente:eseltiempo histórico que encierra los signos de nuestro tiempo y nos puede ayudar a descifrarlos. Lo cual podría significa r que sólo con"il senno di poi"se puede saber si un signo es signo.

De esas obras -siete u ocho-e, las más notables,y que presentan puntos de contacto conEl nombredela rosa,sonNon tichiameró piú padre de R.Bacchelli (cuyo protagon ista s Francisco de Asís, el santo que ha regresado triunfalm entea la narrativa de este siglo, y no sólo a la italiana); una pieza de teatro,Atoentura di unpooero cristiano de Ignazio Silone (que está ambientada también en la época post-franciscan a, épo-ca que conoció una proliferación impresionante de los movi-mientos religiosos, muchos de ellos desprendidos deltronco de los Frailes Menores), yen fin,JI quinto Vangelo,de Mario Pomilio (novela alegórica como alegórica fue toda la litera -tura medieval- que es la historia de la búsqueda de un ma-nuscrito, un misterioso quinto evangelio que completada los cuatro que ya tenemos y que contendría una verdad capital para toda la humanidad). En 1970 apareció otro libro muy inquietante,Medioevoprossimofuturo, de Roberto Vacca,que suscitó innumerables polémicas, en las que participó el mis-mo Umberto Eco.Se trata de un texto que enfatiza "a lgo que ya está ", la correspondencia entre el Medievo y el mun-do moderno. Sobre él, Eco publicó un largo ensayo,"El Me-dioevo é gia cominciato", en el que subrayaba esas corres-pondencias; por supuesto que no se trata de corresponden-cias exactas que empalmen.unacon otra, término con térmi-no,y lo advierte el mismo Eco en "Dalla periferia dell'Im pe-ro",sino de analogías,de convergencias.

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profun-Umbo ,IOEco

no sólo eso- , un dioertissement, unjuegointelectualque no excluye lapasión,en el que locómicoylo trágicoalternan o se conj ugan. Novela amena -como amenoestodolo que es -cribe Eco, hasta cuando enseñaalos estudiantesCómoescn -biruna tesisr ,no deja de ser una novelaáthese,aligual que Autodefede Canetti,con la que compa rte muchaspreo cupa-ciones. por ejemploacerca del saber"oculto",que esel tema ouno de sus temas centrales.

El Medievo. corrio protagonista de una novela que se mantiene en la línea de la literatura alegór icamedi eval, exi-geuna competencia intertextual que someteaduraprueb a al lectormedio. Tratándose deElnombredela rosa,que esun "corpus" medieval, la cooperación interpretati vapor parte del lector, de la que habla Eco en su obra teórica (Lectorin Fabula ).se vuelveardua. difícil, y dejarásiempre cierto mar -gen de incomprensión.El nombredelarosarequierede una cooperacióninterpretativa tan amplia que paracubrirtodos sus nivelessignificativos se necesitaría un"lector modelo". un verdadero "lobo"literario.en cuyocaso el goce seríapero fecto;de otra manera, precisa de dos lecturas -una de des-ciframientoyotra de"goce"- .Lasobras teóricas de Eco -de las cuales encontramos incorporadas en la novela lar-gas cita s- nos ayudarán a entender las intenciones de su au-tor:sobre todoApocalípticos

eint

egradosyDallaperiferiadell Im-pero.

En su novela-ensayo Eco introduce la trama policíaca que,como dice Jakson Carr,eselmás grande de los juegos de este mundo y hasta el mismo protagonista deEl nombrede la rosa sostendráque para él"el deleite más grandioso es de-vana r unabella e intrincada madeja".Además.el semiólogo italianorecurre a la novela policíaca porque en ella el signo es un factor determinante, Sin embargo. El nombre de la rosa no logra mantener el ritmo de la novela policiaca.'porque la acción está continuamente retardada por las largas diserta-ciones histórico-filosóficas. El ensayo disgrega un poco el hilode la trama,pero esa misma trama sensacionalista logra mantener despierta la atención del lector hacia el ensayo. Integrandola trama en la novela-ensayo. Eco parece lanzar un señuelo al lector común que.atraído por lo policiaco.se encontrará atrapado en ese universode signos que es la Edad Media.Será, sin embargo,ampliamente guiado en su viaje textual por el franciscano y semiólogoanteliteram Gui-llermo de Baskerville.Hay que rechazar la idea de queEco hayarecurrido a una trama sensacionalista para solicitar la difusión yel éxito comercial (y, si así fuera. el tiro merecería los dos pichones).Por otro lado, las razones del impresio-nante éxito masivo que recibió la novela de Eco no hay que busca rlassólo en el libro,sino en otros factores que el mismo Ecoestudia en su crítica de lostres niveles de cultura(Apo ca-lípticoseintegrados), en la disposición imitativa de las masas y en el mecanismo del "deseo según el otro"que, como bien dice R.Girard,la publicidad saber manejar hábilmente.

En el casode El nombredela rosaparecerían ser las convic-ciones personales las que han llevado a su autor a una espe-ciede desafío al lector común: "¡T ú puedes! (por supuesto, si quieres)". Umberto Eco desea involucrar a un público más amplio de lectores para que aprendan a leer,en los sig-nosde otros tiempos,los que nos conciernen: una operación

quepresenta -parecerá paradójico-coincidencias con la de

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una literatura"didáctica" en el sentido más alto del térmi- todos lados. A esa largalistade agravios se añade otro más: no. Al dirigirse"lo the happymany ", Eco no rebaja su mensa- la inquietud,unainquietudque se manifiesta anivel indi

vi-je, no lo empobrece, no recurre al paternalismo filisteo,no dualy social ,políticoyreligioso. Elhombre tiene conciencia supone encontrarse ante imbéciles incapaces de compren- de sus propiosmale s sinsaber como rehuirlos. Latradición der.Renuncia al esquematismo del"productor" de cultura pesa yes cuestionadayal mismo tiempo no se sabecomo li-masiva,y su novela,compleja y rica en significados ofrece berarse de ella y con qué sust ituirla.Lasviejas ideas cadu-diferentes niveles de cultura, uno de los cuales será siempre can yse modifican pero sin cambios esenciales:Mundus

se-accesible;el lector no culto pero interesado podrá llegar gra- nescit-el mundoenvejece- es elternadominantedel tiempo dual mente a todos.Se ha dicho que la posición de Umberto ylo encontramos a lolar godeEl nombrede/a Tosa,junto con Eco es afín a la de Dante.El poeta florentino asume en los la inquietudpresent e entodos susprotagonistas.

años juveniles deLavida nuevauna poética del saber iniciáti- Centralen lanovelade Eco esla luchaentre elPapado y ca que distingue al poeta del hombre común, pero sin ex- la Iglesia , y conella se mezcla n los movimientosfra ncisca-cluir a nadie de ese saber iniciático,ofreciéndolo a todos los nos que cr uza n deunlad o a otro dela penínsularamificá n-que quieran y puedan -por inteligencia y pasión- acceder dose en un sinnúme ro de corrientes que proliferany agluti-a él, sin poner límites"fuera de las limitaciones naturales" , nan pronto a toda la masa de desheredados:víctimas del sin rebajar el texto y sin que la preocupación de la accesibili- empobrecimiento eco nó mico,marginadosa los que hoy lla-dad influya en su complejilla-dad,dejándolo abierto a la lectu- mamas también "lurnpen", trán sfugas del ca mpo,herejes ra de quien se esfuerze y merezca entrar a un círculo cultural perseguidos por la Iglesia, etc. Forman muched umbres he-privilegiado. Así, glosará los capítulos más difíciles de La terogéneas que mantienen ala pení nsula enesta do de

efer-vida nueva pero nunca demasiado, porque "por lo demás vescencia.Hapasado sólo unsiglo desdela muerte delSanto -explica Dante- no me toca resolver toda duda, ya que mi y su recu erdoestá vivocomonunca.Ningúnsanto,en nin-lenguaje resultaría entonces inutil y verdaderamente supér- gun lugar del mundo,haconmovidoysacudido tantoa un fluo."2) De manera todavía más amplia actúa Dante en la pueblo, seha entrelaza do tant oco n 'u vida íntima.Influido

Divina Comedia, destinada a toda la humanidad cristiana. por las ideasdeJ oacch ino de Fiare,Franciscohabíad

esata-Para su comprensión manda a Cangrande della Scala una do un misti cismo apo.a lipticoyprotcsuu ario.Su idea l de la epístola en la que ofrece la célebre clave para una lectura po- pobreza, suexigen ia de que la Iglesia regresa ra alas

fuen-lisémicaen cuatro niveles. Los lectores tendrán acceso a la tesevánge licas,setra d ujeron,asu muerte,en re beldía ante

obra por los nivelespara los que su cultura los capacita y po- el poder ,que ponía enpeligro nosólo alcleroricoym unda-drán, conducidos por la pasión y el interés, llegar por grados no, sino qu' cu stio naba también el poder temp oral dela al nivel más alto -el de las cosas divinas-e: el anagógico. Iglesia."Lapobr la - xplicaBaskcrvillr a Adso-no s igni-Este último niveldesaparece en la novela de Eco o más bien ficatanto po eer un palacio,dinero,sinotenero no d recho queda sustituido a libertad del lector. s delegisla r sobre la'cosasterrenas,yesto nosexplica la

ra-E/ nombredela rosaestá ambientadaen Italia,a principios zón por la ual losrncnoriras hac n eljuego del empera dor del siglo XIV, precisamente en 1327. Estamos pues en las encontra delpap a do."

vísperas del Humanismo.Dante acaba de morir;el prehu- De ese trasfon do , Eco nosofreceuncua d ro impresiona n. manista Petrarca tiene 23 años y todavía no ha entrado en te, vivo,cr udoy grandioso.En esemismo ambiente Ign a zio

escena;Boccaccio, que escribirá esa nueva comedia que es el Silone hab ía situadosu AI·I·'(/l//U fl (J¡II/l!'UN' Ucnstumo,cuyo

Decamerán, es un adolescente de trece años que está haciendo tema estambiénlaluchaentrehombreypoder(más bien la

su aprendizaje de mercader en Nápoles, Marsilio de Padova resistenciadel hom br e anteelpod er).I'ero micntras Silone apenas ha terminado suDefensor pacis y Guillermo de Occam idealiza yena ltece losmovimient osdelos Povcrclli(una de y Michele de Cesena luchan para poner fin a la cruenta lu- las tantasramasque sehabl ad spre ndidodelosE

spiritua-cha entre Imperio e Iglesia que se disputan el poder sobre la les), Eco evita ent ra ren elámbito delas pasion esque c ie-humanidad cristiana. Ni Imperio ni Papado se dan cuenta gan, y observa, co n ojosimpertu rbab les,au nq uesin indife-de que las granindife-des instituciones medievales indife-declinan, y con rencia, rechazando on cuida do una visión esq uemá tica-ellas el universalismo político y la unidad de la "república mente maniqu eay respet and o lacomplej idaddeloshechos , chnstiana". Ahora las fuerzas nuevas son las monarquías na- con la miradaimpar cialdeunhisto r iad or.Porqu e los

rnovi-cionales, el estado moderno pues se apuntan las distinciones mientos religiososque habían nacido delsueñodeuna vida étnicas y nacionales que marcan la separación y la ruptura de evangélica,dela aspiració n hacia unmundo ideal encontra la comunidad cristiana. Las mismas lenguas vulgares .de una realidadviolenta,amen udo degeneraban en las posi--las románicas- desplazan a la lengua universal,el latín, y ciones opuestas alaque pred ica ba n:enla violencia yel sa-para la Edad Media, toda fragmentación, que significa rup- crilegio,cuando noenel sata nismoyenel delito.Loslimites

tura de unidad, es amenaza y confusión, pecado. Por eso la entre los opuestosson tan sutiles que uno puedeconverti rse confusión tiene el aspecto hórrido, bestial y primitivo de Sal- en otro y una visión maniquea llevasie mpre a monopolizar , vatore -uno de los protagonistas de la novela- quien habla la verdad al servicio del pod er ode su adversario.Deallí la una lengua híbrida,mezcla confusa de los"volgári" románi- intolerancia y la injusticia.El malyelbien no está n tan lejos cos sobre un fondo latino.Eco presenta magistralmente los uno de otro, aleccionaGuillermo deBasker ville a su d

iscípu-signos de este mundo en formación: de manera velada, sin lo Adso: no existe unaverdadabsolutaque no pueda trans-vislumbrarlos demasiado, porque son signos de signos por formarse en mentira ,no existealgobue no que no sea maloy.

venir, y por tanto difícilmente descifrables. viceversa.Ya en elJ/medioeoo¡gía arriuato,Ecohabí anotado La acción de la novela se desarrolla,pues, en uno de los que excitación místicayrito diabólico estáncercay observa-periodos más intrincados y desconcertantes de la historia. ba que Manson,el asesino de Sha ron Tat e,no esotra cosa Toda la sociedad europea está en fermento: epidemias, ca- que un monje que,como sus antepasados, se haexcedido en res tía, guerras, deudas para financiarlas, impuestos altísi- sus ritos satánicos.

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maravi-ViCIOtHugo

. /

sión:los leprosos eran el símbolo extremo de esos

margina-dos que habían venido apareciendo con la desintegración

del feudalismo. Francisco se daba cuenta de quetodas las

herejí as son banderas de la exclusión: "Rasga la herejía y

encontrará s al leproso".Y su principio de no-oposiciónal

mal le permitió no tomar posición encontra de losherejes.

Eco se acerca a Francisco con la pasión del laico. Ignora al

santoyveen él sólo una gran figura de la historia temporal.

De sus páginasy de las notacionesa lo largo de la novela

emerge un retrato,en escorzo,vívido e inolvidablede Fran

-cisco,librede todas las banalidadesdulzonasque la hag

io-gra fía haacum ulado a su alrededor.Yemergen también los

rasgos que nos explican el por qué de las afinidades delSa

n-tocon los inglesesquienes acudieron numerosos a su Orden:

su relacióncon la realidad,su interés hacia lo concreto, lo

individualy su rechazo a la abstracción,así como su fina

iro-nía,su risa,su sentidodel humor,que explotaamenudo en

elsentimiento desaforado y mediterráneode lo cósmico.

La defensa de los simples"que tienen la intuición de lo

in-dividual", constituye una de las afirmaciones más impor-tantes de Francisco y del franciscanismo."Los simples

tie-nenalgo más que los doctores,que suelen perderse en la

búsqueda de leyes muy generales" -dice Baskerville a

Ad-so - "porque tienen la intuición de loindividual"."Pero la intuición de lo individual, por sí sola, no basta" -continúa Basker viller - "para ser operativa necesita de la ciencia".

..Roger Bacon creía en la fuerza, en las necesidades, en las

invencionesespirituales de los simples". "No habría sido un

buen fra ncisca no si no hubiese pensado a menudo que

Nuestro Señor habla por boca de los pobres y de los

deshere-dad os,de losidiotas, de los analfabetos" -en fin,de esos

simples repre sentadosenElnombredelaTOsa por el estupendo

personaje de Salvatore. "Los simples descubren la verdad,

quizá más cier ta que la de los doctores de la Iglesia,pero

despuésladisipanen actos compulsivos porque no saben la doctrina.Su vida no está iluminada por el saber y el sentido

agudo delasdistinciones,y por eso terminan por ser

mani-pulados por el poderyse vuelven carne de matadero".¿Qué

hacer ?¿Darles la ciencia? ¿Qué ciencia? ¿La dela

bibliote-ca de Abbone ? Los maestros franciscanos -dice siempre

Guiller mo a Adso- habían meditado sobre este problema.

El granBuenaventura decía que la tarea de los sabios es

ex-presarcon claridadconceptual laverdad implícita de los

ac-tosde los simples..."Pero haytambién el peligro de que la

verdad de los simples se transforme en la verdad de los pode-rosos",yademá s de que Quodenimlaicali ruditatéturgescitnon

habet efecto sino fortuito(Bacon); en pocas palabras, de que la

experienciade los simples se traduzca en actos salvajes e

in-controla bles. (Muchas son las citas latinas en el texto,y sin

pedanterías, porque logran verosimilitud:es un monje

me-dievalquienrelata,y muy culto.)

Algunas pistas detectivescas

Elnombredela TOsaestá estructurada en siete capítulos a los

que corresponden siete delitos en cadena -uno por día - co

-rrespondientes a las siete trombas del Apocalipsis de San

Juan que, según la intención del asesino, manifestarían un

designio divino.Los delitos acontecen en la misteriosa

aba-día benedictinaque Eco describe con la pericia de un

histo-riador del arte y con la emoción de un artista. El

sueño-visión de Adso ante el gran bestiario de piedraque esla

fa-chada constituye una de las partes más bellas del libro,así

como la descripción del luminoso scriptorium y de la

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biblioteca-l aberinto encerra daensí mismaeinmersaen la os -curidad.Un planode la abadía acompañael libro,segú n la costum bre de lanovelapolicía cainglesa,que ofrecía siempre el plano del lugardel delito paraque el lectorsiguieralaspistas

del detective ypudiera inclusive adelantársele,

Elnarrador, Adso de Melk,un jovenbenedictino alemán,

seencu entraenviaj e de estudio en Italiaysu padre -en el

séq uito del emperador Ludovico el Bávaro- lo confía al

fra ncisca noinglésGuillermo de Baskerville,encargado por

el monarcade una misiónsumamenteimporta nte : negocia r

lapazentreImperioyPapado. Se dirigen ambosala abadía

benedictinaque acoge a los franciscanosperseguidos porla

Iglesia yen la que tendrá que realizarse un encuentroentre

las delegacion es delos dos Poderes . Al acercarse apar ece n unos monje sagitados,en evidente búsqueda de algoi nvisi-ble. Esaq uí donde Guiller mo de Baskerville da prueba de sus dotesabductivas,desconcertando a todos con sucapaci -dadpara"reconocer los signos en los que el mundo nosha -bla como un gran libro" . Guillermo indica gentilmente el

ca mino por donde ha desaparecido elinvisibleca ba llo,d

an-do de él una detallada descripción y revelando hasta su nombre. (Es evidente que este Baskerville noesun cu

alquie-ra y empeza mos asospecha r que alguienmuy importa ntese

oculta bajo su nombre).El abad Abbone,impresionado,le

confía una misióndelicada: investigarla muerte del joveny

hermoso minia tu rista Adelmo da Otranto encontra do

muerto en labarrancabajo el edificio de la biblioteca,donde

la lujuriadelaca rneyla lujuriadela mente parecen conj

u-garse comoca usa del delito. Ubertinoda Casale, person aje históricoque fue un representante del Pauperismo y Evan

-gelismo fra ncisca no, lo orienta hacia la "supe r bia della

mente"má sque alalujuriade la carne: "El mal en la aba -día búscalo en quien sabe demasiado, no en quien no sabe

nad a ".Guillermo de Baskervilleinicia su quiteen elsc

ripto-rium,que,juntocon la biblioteca,esel lugar más importante del convento .No hayque olvidarque los conventos ben ed ic

-tinostuvieron un fecundopapel cult ura l comoconse rvado-res de la tradi ción yproductores de libr osdurante todoel

Alto Medie vo y,en fase decreciente,hastacasiel sigloXIII. Los ama nuenses, miniaturistas,traductores ybiblioteca rios

eran intelectu alesque ocupabanun lugar muyimporta nte en la comunidad monástica. La escritura era entonces un

arte muydifícil. El libro - imagendel mundo- era un

obje-to sagra do, lujosamenteencuadernado eilustra do, que no

estabahechosólo para ser leído yconstituía, además,como diceLeGoff,un bieneconómico,algo comouna"oaisellepr

e-cieuse". Laescrituranoera personal ,como hoy,sino quer

es-pondíaa un modelo invariable que impedía la rapidez y se

realiza ba en elsilencio más absoluto .Latareaerapart

icu-larmentepenos a. Ese ambiente,dominado por la discip lin a yelaisla mie nto,propiciaba pasiones insatisfechas,celos, in-trigas, injusticias, rivalidades ylas llevaba aveces al pa

ro-xismo yhasta al delito. En elscnptorium,Guillermo encu en -traaun raropersonaje,otrodelos protagonistas de lano

ve-la:Jorgede Burgos,el viej o ciego ,dotado de una mem oria

prodigiosa -conocede memoria librosenteros- cuyo físico

y nombreparecen con toda evidencia moldeados en los de

JorgeLuisBorges. Elviejoirrumpe lanzandoana temascon -trala risa y la distorsión de lasimágenes (verbavanaautuisui

apta non loqui). Quedamos por un momento fra nca mente

conste rna dos:¿cómo puedeEco usartalirreverenci a ha cia

el Homerociegode nuestros tiempos?Pero elparecidoessó -loun guiño intencionadodelautor paradespist arnos yobl i-garnos areflexion a r. Lacontroversiaa dosvoces,entreB

ur-gos y Basker ville, nos revela la identidad del viejo monj e:

para ese personaje Eco seinspi ra en eldoctormellifluus Ber-nardode Clairvaut,el enemigo de la filosofíayperseguidor de Abelardo. El ataquede Jorge de Burgos encont ra de la risa yla simá genesvisua les(q ue eran la únicalecturade los anal fab etosde la época:pictura estlatcorumliteraturas, está t o-madode un texto deSan Bernardo, Apología ad Guillermum, y nos re~ite a una famosa diatriba que el viejo teólogohab ía

sostenidocon Suger, el abad deSain t Den is:unapoca líp tico

yun integra do anteliteramseenfrentan.Jorge S.Bernardoes un rígidoeintra nsigent e defensorde latrad ición,que cons id era

elconocimientocomo unacuriosi da dinfame(Bernardo es el

auto r de la fraseSarecolunt,utsciant- qu ieren saberconelsolo

fin de saber - que condena lacu rios ida dcomoelpeor peligro) y las discusionescomo"locuacida d ventosa".Jorge S.Bernar -do no ama el conocimiento a travé de la deformidad,demons

-tru osida descomo lasque adorna n la fachadade piedra de la

Iglesia.Guillermo,encambio,apruebala función catártica

que la identificaciónconelmal con lleva:

ElAreop a gita enseña-dicecon humildad- que Diossó

-lo puede ser nom b rado atra vésde las cosasmásdeformes .

y Huguesde Sain t Victor no recuerda que cua ndomás

disímiles lacom paraci ón, mjor rcv la lav rdad bajo el velo de figura horribl ind oro a • ym nos seplace la imagin ación en Ig carn a l, vi ndose asl obligada a descubrir lo' rnist rio qu ultan bajo larorp za de

lasima gen s.

Asíanatemat iza Bu rgo , con las mi ma spalabras con las

que un siglo antes ian Bern ardo impreca baen latín encon -tra de lanaturaleza diabólica dela imágene .

Ningunapá gina mejor que ésta - comenta Eco en Apoca -lípticoseintegrados-: podrla de hecho com unica rn os, a falta

de otros documen tos,la fascinación yla fuerza del bestia rio

ro má nicogótico".y sob rela fuerza uge tiva de esas i máge-nes,sobre su sensualidad, Eco no ofreceen Elnombrede la

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iglesiarománica:uno de los tantos sueños-visionesa los que estaban acostumbrados los hombres del Medievo y que pa-recen adecuarse a las observaciones de Eliot y Pound o, di-rectamente,a los sueños-visiones del Dante deLavida nueva. El tenervisiones, lo que hoy nos parece fruto de la sugestión ejercida sobre una naturaleza impresionable si no histérica, era considerado respetable en la Edad Media. "Era una é-poca en que los hombres -comentaT.S. Eliot- tenían to-davía visiones,y el tener visiones (...) era una manera de so-ñar más significativay disciplinada".A esa afirmación Eco da suimprimatur, porque Adso estará sujeto frecuentemente

a visiones ,y uno de esos sueños que narra con"cla ras

imá-genes visuales" -como diría Eliot - le servirá a Guillermo para penetrar en una de las salas del laberinto,el Finis Afri-cae.Baskerville se da cuenta de que alguíenho quiere que los monjes decidan solos (una mente perversa preside la defensa de la biblioteca, de donde ha desaparecido un libro escrito

en griego) y de que muere sólo quien tiene acceso a ese libro. La biblioteca de la abadía es un sitio consagrado al saber prohibido, defendida por espejos y hierbas, en donde la ciencia está usada no para iluminar sino para ocultar.Para entrar Guillermo encuentra resistencia porque su acceso es-tá permitido sólo al bibliotecario y aJorge de Burgos, que es el alma de la biblioteca y la defiende de cualquier intrusión,

como el Minotauro del laberinto de Creta,con el consenti-miento de Abbone-Minos. El mito regresa siempresub specie

temporis.Aboone,quien intuye en Guillermo un espíritu

crí-tico demasiado libre, lo amonesta para que descubra, pero si

es necesario encubra,ya que:

"A veces es indispensable probar la culpa de hombres que

deberían sobresalir por su santidad,de manera de elimi-nar la causa del mal sin que el culpable sea señalado al público desprecio. Si un pastor peca, debe de ser aislado de los otros pastores pero ¡ay! de las ovejas si empezaran a desconfiar de sus pastores". Luego Abbone explica:

"Porque no todas las verdades son para todos los oídos, notodas las mentiras pueden ser reconocidas como tales por un ánimo piadoso y los monjes, en fin, están en el scriptoriumpara realizar una obra precisa,para la cual de-ben leer.ciertos libros y no otros, y no para seguir cual-quier curiosidad insensata que los asalte, sea por debili-dad de la mente, sea por sugestión diabólica ".

Habla la autoridad,que sacrifica la verdad en nombre de la buena reputación del convento, y se sirve de falsas motiva-ciones para monopolizar la cultura.Pero si la autoridad pro-hibe, Baskerville, que piensa diferente, trasgrede, como buen franciscano y por añadidura inglés. Penetra en la bi-blioteca haciéndose seguir por Adso, dándole un ejemplo de libertad y anticonformismo.Porque el joven y disciplinado alemán tiene cierta tendencia al respeto acrítico a la autori-dad:el disciplinado Adso admira,al mismo tiempoteme, la largueza de miras de su maestro y se siente más a gusto escu-chando la lección autoritaria de Abbone:

Quien decideal nivel de interpretaciónycuál es el contex-to en el que aparezcan, es la aucontex-toridad.Sinautoridad no se podrían interpretar los signos multiformes que el mun-do despliega a-ntenuestros ojos pecadores y caería en los errores en que el diablo empuja al hombre.

Ya se dijo que el personaje principal deEl nombre dela rosa,es el franciscano inglés Guillermo de Baskerville, teólogo

impe-rial, discípulo de Bacon,ex estudiant ede Oxford, dotado de penetrante espíritu crítico ydeuna curios ida dcient ífica in-trépida. Ya desde los primeros capítulos nosdamoscuenta porsigna manifestade que estamos ante elgranGuiller mo de Occam, princepsnominaliumypad re del empirismo, directo antecesor deSherl oc k Holmes, cuyas historias nos ha narra-do Conan Doyle.La insistencia con que Eco ind ica la locali-zación del misterioso conventobenedicti no,en una zona del norte de Italia, imprecisa pero situada entre Conq ues y Pomposa y "con razona b le probabilidad entre Piamonte,

Liguriay Francia",esdecir , en linearecta con Aviñón, don-de vivía en esosañosOcca m,luc ha ndo con Michele da Ce-sena por la paz;esa insist en cia , y la edaddeBa skervilleque frisa en los cincu enta (Occam nació en 12!l0, fecha contro-vertida, pero lamá s ate ndib le),son la pista quebajo el nom-bre de 8askerv illepueda oculta rse elfilósofo Uccam, figura central del siglo XIV.Laconfro n tacióndetextos comp roba-ría la hipótesis.Dehech o, ala spregunt asde Adso de cómo pudo saber del caba llo, Baskerville ins tr uye a su discípulo con argumentacionestomad asde la obrade Uccam,que in-tercala con obser vacionesdive rtidas.comocua ndoel cá usti-co maestrosedirige a su disc ípul ocon benévola ironía:

Que elEsp írituSanto pon ga un pocodesa l en tu ca

bezo-ta, ¡hijomío! ¿Q ué otro nombre le habría puestosihasta

el gran Buridán,que está ,1 punto de ser rectorde París,

no encont ró otronombre másnatur.rl p,lr ,1 referirse a un

caballoher moso~

Las observacion s y prcgumas del obst inado e inquie to Adso llevará n a su maestro a enfrentarcon extrema claridad y sencillez aquelproblema de losunurtutlrsso b re loscuales los filósofos med ieva l sse hablan roto la ca beza por siglos. Así lo interro ga Adso:

Sin em ba rgo, uando leiste is lashuellasen I¡I nicv yen

las rama s aún no conoc lais a Hru ncllo.En cien o modo,

esa shuell asnoha bla ba n de lodoslos ca ba llos, o al menos de no todoslos aballosde aquella espe cie.¿:'lOo debe rla -mos decir, ento n e ,q u el libro de la n.uurnlczanos ha-bla sólo pores ncias, .omo cns ña n mucho steólogos in-signes ?

Muy docta ysenci lla m nrelecon tes taHaskc rvillr:

No exact amente.que rido Ad·0. Sin duda,aquel tipo de impronta nosha bla ba , siqu ieres,delcaba llocomouerbum

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fía, cuya conciliación había sido la preocupación principal de Santo Tomás.La filosofía desligada de la religión queda entonces abierta exclusivamente a los problemas del mun-do, del más acá, a cuyo conocimiento tienen derecho de ac-ceso todos los hombres, sin distinción; y es precisamente el derecho que la autoridad obstaculiza a lo largo de todo El

nombre de la rosa. La separación teología-filosofía implica, además, la separación entre el poder temporal yelpoder es-piritual:la supremacía temporal pertenece al Imperio (es decir,al estado); a la Iglesia pertenece sólo la administra-ción religiosa sin ninguna jurisdicadministra-ción y resultan por tanto ilegales la Inquisición y los procesosen contra de los "here-jes". En la polémica que surge duranteelencuentro entre las dos delegaciones en la abadía, Umberto Eco pone en boca de Baskerville no sólo las argumentaciones del nomina-lismo occamiano, sino la doctrina elaborada por Marsilio de Padua, el primer teórico de la soberanía popular.

Si pasamos al retrato físico que Eco hace de Guillermo por la interpósita persona de Adso, vemos cómo está clara-mente moldeado en el que Conan Doyle hace de Sherlock

.Holmes por la interpósita persona del Dr. Watson (y por

.cierto la pista hacia Conan Doyle está descubierta:el título de una de las obras del escritor inglés es El perro de

Baskeroi-lle). La descripción física que Adso hace de Guillermo co-rresponde exactamente, salvo unas ligeras variantes - ¡error de amanuense!-, a la que Watson hace de Holmes en las primeras páginas de Estudio enescarlata.

Pero el parecido entre los dos protagonistas no se limita a lo físico-psicológico. El método de investigación de Sherlock Holmes recuerda el método abductivo.practicado por Oc-cam.Veamos cómo Sherlock Holmes -siguiendo la huella de su ancestro Occam- alecciona al Dr. Watson acerca del método lógico:

Quien se guiara por la lógica, podría inferir de una gota de agua la posibilidad de la existencia de un Océano Atlántico,de un Niágara, sin necesidad de haberlos visto y oído hablar de ellos.Toda vida es, asimismo, una cade-na cuya cade-naturaleza conoceremos siempre que nos muestre uno de sus eslabones.

Hay, pues, que desarrollar la observación. El método lo es todo. Por supuesto el parecido no es identidad, y están de por medio algunos siglos. Por ejemplo, la vanidad de Bas-kerville aumenta en su descendiente. Porque si las debilida-des se agrandan, las grandebilida-des virtudebilida-des se empequeñecen. Po-dríamos decir que la figura gigante de Occam se empeque-ñece en la de Holmes. La búsqueda de la verdad que tenía que llevar a la liberación del hombre, la "curiosidad, en Holmes se limita a la patología del asesinato, a la búsqueda del asesino; puro juego de inteligencia, un.peligro que Adso había vislumbrado ya en Baskerville.

Podríamos dar más y más ejemplos de las citas incorpora-das a El nombre de la rosa. La descripción de Adso, que asiste en Florencia a la hoguera del menorita Miguel, está entera-mente tomada de un anónimo de finales del siglo XIV, Storia

déFra M ichele minorita; así como las palabras de Abbone

con-movido por la belleza de los utensilios sagrados, de la estéti-ca de Tomaso de Aquino. Recurre Eco alas cróniestéti-cas medie-vales (por ej.,la de Salimbene da Parma), a la novela gótica, a los sermones ytambiénal arte, a la iconogralla medieval y renacentista, etcétera.Así, el "mundo al revés", la gran me-táfora que se sobreentiende en toda la novela, no deriva sólo de los textos literarios medievales -algunos adynata tfloreba!

olim) de Adso son interpolaciones de los Carmina burana y de

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losclási~os- ,sino de la pintura de Brueghel el Viejo,cuyos

Proverbiosflamencos presentanun"m undo al revés":cada

pequeña escena del cuadro remite al gran tópico medieval

del"m u ndo al revés", en el que todo lo imposible se vuelve

posible. Asimismo,por algunos retratos,parece Eco insp

i-rarseen latradición iconográfica familiarizada con santos y anacoretas que maceranen el desierto o en la sombra de una celda las tentaciones de la carne. El estupendo retra to de Uberti no de Cas ale parece inspirado en los pintores del

Quattrocento-Cinquecento,en su segunda"maniera", en la et

a-pa final de su producción, que podríamos llamar medieval;

un Botticcell i"piagnone", secuaz de Savonarola, o también

el último Donatello, que abandona el clasicismo desu pr

i-mera obra por un expresionismo atormentado, fruto de una ansiedad de redenciónque llevaa la disolución de la carne, y

quetoma el lugar de aquel culto de la belleza que había sido la preocupación de sus primeras pinturasyesculturas (un

ejemplo: la escultura en madera de la Magdalena).Otros

retratos están tomados de la novela gótica inglesa:el del al

e-mán Malachiade Hildesheim está enteramente sacado dela célebre y satánica figura de Schedoni, el monje (cat ólico,

por supuesto )protagonista de la novelagóticaTheItalian, or

Theconfesional of the BlackPenitents(1797) de Mrs. A. Rad

elif-fe.Por supuesto,Malaquiaes sólo el pálido iniciador de esa

familia satánica de héroes fatales y superhombrescrim

ina-les que cruzan -desde G.B. Marino y Tasso hasta los r

o-mánticos- la literatura occidental, madurando en ese largo

viaje su naturaleza sádica de criminales que sucumben ante

lafascinacióndel mal:

...Su aspecto era impresionante.. . Era alto,muydelga do,

sus miembros grandesycarentes de gracia,ycomo

carni-naba a grandes trancos, envueltoen el hábito,negrode su

orden, había algo terrible en su apariencia.Algocasi so·

brehumano.La capucha, además,proyectaba sobrela lí·· vida palidez de su rostro y daba un carácter cercano alh o-rror a sus grandes ojos melancólicos.No era la suya la

me-lancolía de un corazón sentido,herido;parecía la

melan-colía de una naturaleza tétricayferoz...

Desde la solapa de su novela UmbertoEconos había in

for-mado que su libro no contenía nada suyo.De hecho nos e n-contramos ante una novela intertextual,construidacomoun

texto anónimo,aligualque en la Edad Media cuando la n

o-ción de autor casi no existía, el texto no era asociado con

ninguna idea de propiedad,y se desconocía la idea modern a

de autenticidad,de atribución o plagio de la obra.Es el puno

to de partida de las ideas teorizadas por Foucault (¿Quéi

m-porta quién habla?) o de la aserción de que lo esencial esla

literatura y no los autores (Borges).

El hecho queElnombre de la rosa sea una novela intertex-tualno disminuye sino que más bien pone bajo una luz más

lisonjerala obra de Eco. El "m ontaj e" de un material tan

enorme, sin salirse nunca del contexto medieval, quees el

hilo que une,que ensambla ese repertorio de citas en unaes·· tructura unitaria, es impresionante y requiere no sólo de

grandes conocimientos en todos los niveles sino de unacapa-:

cidad de relacionarlos, de una imaginación desaforada,de

una mente matemática yde un espíritu debricolage.Se trata

de untourdeforcegenial,que parece fruto de una creación e

s-pontánea más que de búsqueda programada. En fin, ese

montajede textos de diferentes épocasyde losmá~ varia~os orígenes es un "rebus", un rompecabeza,cuyas piezas

nin-gún lector podrá recomponer aisladamente (salvo, por

su-puesto,su autor); para ello serán necesarios muchos

lecto-bbone,que ya s

ospe-pide a Guillermo y le

ino -por

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parución.una 'cprr ión qu

la Eda d ~I dia, 'UIOd m r

mutacióndel 'a pila l: :1111 pI' upa iónpor eldinero

em-pi 'za él al> orb r la fu r14 vita l d Ihom br e,alejá ndolo d la larutm,

r

a rcando lor la ri dad fúnebre.Por eso la

ri da d inhumana I 1" Yl' ·haz. a u nemigalarisa ,

Ira re ora u tion da r , E. a paración la podemos

P rsonifi-a l' nPi rroU ro¡ rdon , I rio,laboriosom erca-d r queel fi nd u bi n d man ra d piada da, y en su

hijo, Fra n.is o d " 1 ,qu r haza o bienes y escoge la laettua

r

la libert id:1, ri P pular."Dondehaydinero no

hayri'a",dijo-"111Fr n i

() Irá el aint rpreu i6n ométodod ap roxima ción al

mu n do m di val lá un •utor ru o:M. Bajt in, cuyo libro,

LACIII / Il TOIlolmlar", la EdadMedIO )'t1IelRenacimiento,apa

reci-do n 1I:11i. n 196 ,fu p r la riti a litera ria"u na especie

de rnc nsaj n una bot JIa " ( 110llamóhalo Cal vino),un

m n aje muy actual p. ra un mundo como elnuestro en el

que las in tan ias r pre iva yarniautorita rias se enfren ta n

a las pre ione opu t . En el libro cita do que estudia la

obra d Rabela i - ¡otro fran iscano !- al autor ruso hace

una confronta ión funda menta l entre lo "serio" oficial y

dogmático y lo" ómic o" popular abierto a todo lo nuevo.

Lose rio med ieva l ofici lizado,unilateral(muydiferentea lo

serio delmu ndo antiguo que coexiste con locómico), repre

-senta un mundo limita do, relativo,jerá rq uico,in móvil, liga-dopue a la intimidación, Iterror,al miedo,a la resigna -ción,a la doci lidad ; en una palabra alamuerte.Yque nie -ga,comota l, el otro a pectoin epa rabiedelanatura leza

hu-ma na:locómico. la risa (q ue nadatienen quevercon lai

ro-nía y elsarca mo modern o, ólo negativosydest ru ctores).

Esa risa creativa que llevaal conocimie nt oya laverd a d es portanto peligrosa:ri a subver iva capazde vencerel miedo

cósmico yderrumbarelorden limitado,clasista, que no tie -neninguna corre pendenciaenelunive rso,ypor tantocon -trana tu ra l.La ocieda d medieval, temerosa delafuerza de

transformación de lo có mico, controlabala risalega lizá

ndo-la en determinadas circunstan cias y en fech as precisas,

como lasfiesta sde ca rnaval,delosloco s,etcétera,don dela

colectivida d podía libremente,atravésdellengu aj eprofa n

a-torio y de lasbufonadas , abolirel mundo oficialyopresor y, salien do de élaunque fueraporcort o plazo,crea r un mundo invertido,universal ,fuerade todajerarquización, enel que

locóm ico uníaal mundo"alto"y al mundo"baj o"en unse

-gundo mundo utópicoen el que triunfa ban laigu ald ad,la li-bertad,la abundancia.

Risa yseriedad encontramosporsepa ra do en Baskerville y Ads o deMelk.Lamofadora,irónica,audaz,perotambién

humana, libertad dejuiciode Basker ville,con trastacon la seriedadyla cautelosaobedienciadel joven benedi ctino,d e-linea d a como latente atributo de un carácter propiamente

alemá n. Adso observa esca ndalizado la "ineducataempina" de su maestroque se deja llevarpor sus impulsos. Cua n do,

por ejemplo, Adso se sorprendeporque Guillermo dispone

de su tiempo como si no tuviera que dar cuenta de ello a

Dios, aq uélle contesta intrépida y franciscanamente que la

belleza del cosmos está constituidanosólo por la unidad en

la varieda d,sino por lavariedad en la unidad. Laserieda d deljovenalemán - ybenedictino además- huele,en ciertos

momentos,a necrofilia, y no le permite entender el humoris

-mo del inglésque por añadidura se enorgullece de que sus paisanosestén medio locos."En mi tierra -observael

des-concerta do Adso-r , cuando se bromea, se dice algo y des-pués se ríe ruidosamente, para que todos participen en la broma" (y es un rasgo que apreciamos hoy también en el norteamericanomedio).

Seriedad yhumor separantambién a losdos protagon

is-tas antagónicos Baskerville/Burgos. Sin embargo, su en-frentamiento en la biblioteca es un enen-frentamiento de dos

adversarios dignos uno de otro, dos campeones-de fuerza igual , aunq ue de signo contrario (en toda novelapolicíaca,

detective yasesino deben estar -aun luchando- a la misma altura,si no ¿qu~gusto hay?)Ambos son portadores de dos

visiones,dosconcepciones más actuales quenunca.Por eso,

el desenmascaramientodelcrimen, que debería dar término ala tensión,llevarnos a lacatarsis final,nos da unacatarsis

momentánea ,porque si bien el protagonista libera a lac o-munidad delcr iminal, el crimen continúa y se perpetúa, es

-tá todavía entre nosotros.Y,se ha dicho,El nombredelarosa es un largocuestiona m iento acercade la maquinariadel po-der quese sirvedel saber"ocu lto" y del terror para mante-nersu misa a la grey. La bibliotecaprohibida terminará en llamas."Al furor higiénico,ascético"(Borges:"La bibliote-ca de Babel "),se debeotra vez la insensata perdición de mi-llonesde libros.Quizá ser devoradas por las llamas es el d

es-tino de todaslasgrandes bibliotecas,desde las realesde Al

e-jandríayde Montecassino,destruida ésta durante laúltima guerra,hasta las de ficción, de Canetti y Eco.En las llamas

desaparecen también el pusilánime Abbone-Minos y "el príncipe de las tinieblas" Burgos, Minotauro yAnticristo;

porque el Anticristo,el demonio que Burgos va ticinaen su gran sermón, responde exactamente al retrato de él mismo.

El Anticristo puede nacer de la misma piedad,del excesi vo

amor por Diosylaverd ad,asícomo el hereje nacedelsa nt o

yel endemoniado del vidente. En el Tiempo circular,Borges

narra de un téologo que consagratoda su vida a un here

siar-ca, lo vence en intrépidas polémicas, lo denuncia y lo hace

quemar;en el cielo descubre que el heresiarca y él forman una sola persona. El signo del Anticristo es para el franc

isca-no Roger Bacon lacorrupción del mundo, la debilitación de la sabiduría, para combatir los cuales sirve exactamente lo que Jorge niega: el saber,para mejorar el género humano,

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para estudiar los secretos de la naturaleza ("puedes comba-tir al Anticristo estudiando las virtudes curativas de las hier-bas, la naturaleza de las piedras, y hasta proyectando las máquinas voladoras ". Este Jorge-Anticristo que se erige en intérprete de la voluntad divina y como ángel exterminador,

proyecta y ejecuta la muerte para "salvar"a la humanidad cristiana, nos remite de manera automática a otros demo-nios y anticristos presentes en la literatura:los de Dosto-yevsky, por ejemplo. El Verchovenski deLosdemonioses otro maligno que quiere decidir por la humanidad, imponerle su salvación aun "a l precio de cien millones de cabezas".

La destrucción de la abadía benedictina es también sím-bolo de la destrucción, de la decadencia de la función cultu-ral que los conventos benedictinos ejercieron durante todo el alto Medievo y en parte del bajo Medievo.La cultura dejará de ser patrimonio de las abadías y la enseñanza pasará defi-nitivamente a las universidades, a las ciudades, a los centros urbanos. Además, la destrucción de la Abadía simboliza otro tipo de desintegración: la del sistema feudal, del que los conventos fueron pilares importantes. En este sentido, 1:;1 nombre dela rosa es la gran metáfora de un mundo

descarrila-do,"un mundo al revés" ,en el que todo lo imposible y pro-hibido se hace posible; y ese tópico-metáfora domina el tex-to en tex-todos sus niveles. Una vez rotex-to el equilibrio del modelo oficial, rígidamente jerárquico,todas las instituciones y las leyes que lo regían y que ya no funcionan se convierten en su opuesto:entran en eljuego las nuevas fuerzas sociales y sus presiones para tener cabida, no como ressino como signa,

dentro de la" sociedad de la que quedan fuera; y son presio-nes que se manifiestan brutal, pero vitalmente, generando caos, confusión, horror y desconcierto. El modelo oficial,

ineficiente y caduco, que se rige por la tiranía, degenera yse

convierte en antimodelo.Y el símbolo deEl nombredela rosa

es,por tanto,la Torre de Babel, un gran edificio que se de-rrumba y que de bello y armonioso se convierte en instru-mento de soberbia y tiranía, alrededor del cual se crean el pánico, la confusión y la catástrofe.El esfuerzo del hombre

para acercarse a Dios se desvía de su finalidad cuando la

búsqueda del poder sustituye la búsqueda de lo divino. En-tonces, la lengua común.iellatín que unía, se ramifica en muchas hablas que dividen.En ese gran mundo al revés, to-das las virtudes se convierten en vicios y viceversa: Dios en Diablo; la reverencia a la divinidad en blasfemia y satanis-mo; el ascetismo y la renuncia en lujuria;la biblioteca, lugar sagrado,imagen sagrada del universo, abierta al mundo,en lugar cerrado y maldito; el ciego-vidente en ciego-no viden-te; la Iglesia, comunidad de fieles, en enemiga; los pastores de la iglesia, en lobos; la paz, en guerra; el saber, de instru-mento de verdad, en instruinstru-mento de opresión; el loco, al cual nadie presta atención, en poseedor de la verdad, etcéte-ra.Cuando un sistema ha caducado y no funciona, empie-zan las que hoy llamamos disfunciones, y de la disfunción al caos y aI~rebeldía el paso es breve, advierte Eco, con cIara referencia al Imperio que nos gobierna hoy (y es el imperio norteamericano).Asistimos exactamente a la realización de la profecía bíblica, tal como la encontramos en el Génesis

(11, 1-9).

Hemos visto que El nombre de la rosa apunta a las

diferen-cias nacionales, étnicas, a las "idiosincradiferen-cias ", signos de la disgregación de la respublica christiana. Los "súbditos de

Dios"que habían permanecido unidos por la fe religiosa y la lengua común se separan ahora en italianos,españoles, in-gleses, alemanes, etcétera. El mismo Adso,que está en con-tra de la diversidadyen favor de la unidad y~el unive~sal.is­ mo (al cual permanecerán fieles y por largos Siglos los

italia-.... ..."""

(12)

se enfrentarán muchos escritores, por ejemplo Hermann

Hesse quien, según su acostumbrada dicotomía,la

personi-ficará en dos protagonistas de su Juegodeabalorios,Knecht

De Signori:dos instancias espirituales, dos polos no

opues-tos sino complementarios.Adso seguirá fundamentalmente

extraño a las enseñanzas tle Baskerville que le servirán sólo

negativamente, para no"empeñarse" con la vida.El amor a

la virtud, el deseo de su propia salvación,el miedo al peligro

de las tentaciones, que inflama al joven alemán lo mantie-nen alejado del peligroso camino del compromiso. Tomará el camino místico de la fe, rechazando la búsqueda y el co-nocimiento -que puede degenerar en el saber por el

saber-fiel a la línea del misticismo postechartiano:todas las

crea-turas son nada y todo lo que no es esencia es nada. La frase

final, en latín,nos demuestra -y no podía ser de otra

mane-ra- que la fe nominalista de Baskerville-Occarn ha dejado

en Adso una huella ambigua.Stat rosa pristinanomine,nomina

nuda tenemus: la rosa primigenia aparece aquí como una

pri-mera substancia, un modelo originario, el anteremde

plató-nica derivación: la Rosa de los beatos que se asoma desde el Empíreo en la tierra como una teofanía, manifestación

sen-sible de lo divino, lo Real por antonomasia.En ese

misterio-so final encontrarnos la única referencia al título que será

por tanto significativa. Sabemos que la rosa,la reina de las

flores, ocupa un lugar muy importante en el simbolismo pa-gano y cristiano y que ha acumulado a lo largo de la tradi-ción una fuerte carga semántica. Quizá debemos recurrir a

las novelas alegóricas de la Edad Media: a saber, Leroman de

la rosetraducida o más bien parafraseada por un Dante en el

Fiaresería el viaje iniciático de un trovador en el centro de un

jardín donde resalta la más bella de las rosas, para llegar a la cual el joven codicioso hace frente a todos los peligros. Esta rosa, de símbolo erótico, se transforma en la cándida Rosa

sempiterna de la Divinacomedia,meta del peregrinaje de fe y

búsqueda en el más allá, que Dante hace para encontrar el camino de la salvación para la humanidad y suya. En la no-vela de Eco, la rosa sempiterna parece transformarse en la rosa-esfera en cuyo centro se inscribe la biblioteca

laberínti-ca cuya forma octagonal recuerda el laberinto grabado enel

piso de la catedral de Amiens,y hay que añadir que esos

la-berintos medievales eran, entre otro, los sustitutos del

pere-grinaje a la Tierra Santa: el creyente que n~podía cumplir

el peregrinaje real, lo hacía recurriendo con su imaginación al laberinto hasta llegar a su centro (así que nuestro viaje textual, a lo largo de El nombre de la rosa, puede tener un valor igualmente iniciático). En el centro de la Rosa de la novela de Eco se oculta un "Príncipe de las Tinieblas", el Poder, que -lo hemos visto- pretende gobernarnos según su crite-rio del bien y del mal, y se sustituye en las decisiones de los hombres -que han nacido libres- so pretexto de que son incapaces de elegir su bien. El viaje de El nombre dela rosa es, pues, un viaje para desenmascarar el Poder, viaje en el que Baskerville hace de Virgilio a un Adso reacio que no se abandona confiado, como Dante, a su maestro. Lo sigue hasta el centro y, sin embargo, rechaza el camino y la bús-queda que le indica su guía. Libertad y verdad no son tan cómodas y pueden hasta ser una amenaza para la salvación personal. Para sustraerse a ese peligro, Adso escoge el

cami-no fácil de la renuncia.Se refugia en el monasterio de Melk,

donde resiste al Maligno, a las tentaciones de la carne, que se presentaban bajo el perfil inocente de algún novicio, como él mismo se había aparecido a Ubertino de Casale; y sabe-mos que renuncia y represión de los instintos pueden trans-formarse en sadomasoquismo y el misticismo puede presen-tarse convertido en odio, violencia y satanismo...

Referencias

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