EL RECINTO SAGRADO DE LAS MUSAS Profr. Óscar Cortés Jiménez
Vive tu memoria y asómbrate Jack Kerouac
El que habla se expone
La función primordial de un museo es exponer con características particulares y esenciales, conjugando los valores intrínsecos de lo expuesto que le otorga la antigüedad, la estética, la peculiaridad o el interés científico; y así los objetos “museables” adquieren un valor también extrínseco que es adquirido por el interés común. Históricamente los museos han expuesto objetos que son producto de la actividad humana y que por lo tanto son resultado de una serie de acciones en determinado contexto y que se exponen con fines de difusión y conservación.
A nivel cotidiano los sujetos de manera individual o colectivo (por ejemplo familiar) guardan objetos con valor estimativo para heredar, perpetuar e incluso difundir entre las personas más cercanas. Ahí están por ejemplo las colecciones fotográficas, los dientes o el mechón de cabellos de los hijos o los primeros juguetes de algunos de los miembros de la familia. De este modo podemos apreciar que cualquier objeto es portador de información y que por lo tanto materializa actos o hechos individuales o sociales. Los objetos no son copia de la realidad ni tampoco intentan reproducirla, son producto de una interacción y una representación que hace el sujeto, así como evidencia de las transformaciones perennes.
Ya sea en las colecciones privadas o públicas; con fines de conservación o de difusión, los objetos tienen relación con el coleccionista, pero al mismo tiempo a nivel intersubjetivo, también tiene relación con los visitantes, los cuales, a partir de su subjetividad van dimensionando lo expuesto y le otorgan a los objetos características particulares que se justifican por su relación con un paradigma que marca los propósitos y los fines del museo.
El que se exhibe muestra su propia historia
el “recinto sagrado de las musas”, esas nueve mujeres inspiradoras de las ciencias y las artes: Terpsícore (de la danza); Urania (de la astronomía); Clío (de la historia); Polimnia (de la pantomima); Euterpe (de la música); Erato (de la lírica coral); Melpómene (de la tragedia); Talía (de la comedia); Caliope (de la poesía épica). Las musas cumplían el ritual a ir al museo para ser inspiradoras de la belleza y el arte. En esta civilización el resguardo y la exhibición de las colecciones eran de tipo privado y el valor estético quedaba superado por el rigor de la creencia. En Egipto y Mesopotamia fue notorio que las colecciones artísticas aparecían en lugares muy exclusivos como las tumbas y los templos sagrados convirtiéndose de manera automática en exquisitos y fuera del alcance de los marginados. Se dice que en Alejandría existió un lugar llamado “museo” y que fue creado a sugerencia de Ptolomeo para demostrar el avance de las ciencias y el arte. Con el paso del tiempo este mismo sitio se convirtió en el lugar de reunión de los artistas en donde compartían para convivir, pero también para debatir. Durante la época romana nuevamente las colecciones privadas fueron muy renombradas, destacando sobre todo las de personajes de clases poderosas como Sila (conocido como el dictador perpetuo); Cicerón (el gran orador) y Julio César (el gran emperador). Estos lugares eran los preferidos para la meditación y el alejamiento de lo mundano; pero al mismo tiempo eran sitios restringidos y privados; para los latinos el museo se convirtió en galería, que desde el concepto de la arquitectura fueron sitios más espaciosos con numerosas ventanas y sostenida por una sola columna. Durante el medioevo la iglesia llegó a poseer la exclusividad de los museos con colecciones de determinadas obras artísticas muy selectas y aplicando criterios de exclusión; así las rudimentarias curadurías poseían fuertes rasgos de censura, mutilación e incluso ocultamiento. El Renacimiento trajo para los museos un nuevo impulso, destacando nuevamente las colecciones privadas como las de Médecis y Strozzi en la ciudad de Florencia y las de Montefeltro en Urbino. Fue hasta el siglo XVIII que nacen los museos en Europa con carácter público y no tan sólo para resguardar colecciones artísticas sino también para darles difusión pública. Fue así como surgieron el Museo Británico en 1753 y cuarenta años después el Louvre. Son éstos los cimientos del museo moderno.
la actualidad, lo que ha permitido calcular que existen aproximadamente mil museos en todo el país y cerca de dos centenares concentrados en la Ciudad de México con variedades expositivas.
Exhibir para aprender; exhibir para enseñar.
El museo como recurso se ha moldeado de acuerdo a las posiciones didácticas que se tengan al interior de las instituciones educativas. Así, la relación entre los museos y la escuela se ha visto afectada por las visiones que los docentes tengan de su función, de su visión de escuela y de sociedad; aunque también los puntos de vista se han diversificado desde el interior de los propios museos. Para la escuela las colecciones de los museos son extensiones que complementan el conocimiento generado en el aula; de modo que una buena parte de los visitantes son los estudiantes; por lo tanto la relación entre ambas instituciones resulta muy natural y como mediador la mayor parte de los museos cuentan con un departamento de servicios educativos. Esta instancia también genera propuestas didácticas propias para los visitantes, aunque no impacten sólo a los escolares sino también al público en general. Una mirada atrás nos muestra que a finales de la época colonial (1790) el Jardín Botánico realizaba ya visitas guiadas y en 1825 el Museo Nacional fue el primero en generar visitas guiadas para escolares. En 1906 las piezas exhibidas por el Museo Nacional son utilizadas de manera didáctica para el nivel superior. En 1947 el Museo Nacional de Artes Plásticas generaba visitas guiadas más vinculadas a los saberes generados por la escuela. Un momento importante lo constituye la creación de la galería conocida como Museo del Caracol en los años sesenta pues su surgimiento va acompañado de una visión de museografía didáctica con objetos pequeños para niños por medio de cicloramas que representan escenas de la historia de México. En 1964 el Museo Nacional de Antropología añade a sus visitas guiadas y escolares la capacitación de los maestros estrechando más el vínculo y permitiendo al docente convertirse en promotor y difusor. Dos décadas después el concepto de museopedagogía es el corazón que mueve las actividades de los museos surgiendo así una visión interactiva con los ya citados Papalote Museo del Niño y Universum.
paradigmática: desde una visión tradicional o bien emergente (ZAVALA, Lauro 2001):
Paradigma tradicional
- La visita al museo es una experiencia independiente a la escuela; por lo tanto forma parte de la educación informal.
- El propósito del museo es que sus visitantes obtengan conocimientos. -Lo más importante de una exposición es su contenido.
- El museo exhibe el significado de los objetos. - Las exposiciones pretenden la objetividad.
-La experiencia educativa ocurre cuando el visitante encuentra una explicación clara y convincente del mundo.
- El aprendizaje en el museo es unidireccional . - El que enseña en el museo es el experto.
-El museo tiene fronteras y sus experiencias sólo se viven dentro de él. - La enseñanza se convierte en la columna vertebral y el museo ofrece esa posibilidad a través de la transmisión.
-El visitante es un sujeto receptor, mecánico e inactivo. -Las respuestas que ofrece el museo son absolutas.
Paradigma emergente
- El museo es un espacio que tiene relación con la escuela a través de vasos comunicantes. La escuela puede estar dentro del museo y el museo dentro de la escuela.
- El propósito para visitar un museo es múltiple y es distinto en cada experiencia concreta.
- Lo esencial de una muestra es el diálogo que se produce entre la subjetividad del visitante y su propia experiencia.
- Los objetos expuestos están cargados contextualmente y ofrecen más información que lo aparente.
-El museo considera la intersubjetividad.
- El aprendizaje considera la participación activa del sujeto.
-La experiencia museográfica consiste en dirigir una mirada museográfica a cualquier espacio natural o social.
-Existe una relación entre el aprendizaje y la enseñanza.
-Existe un proceso que considera al sujeto como el responsable de su aprendizaje.
-El museo ofrece más preguntas que respuestas.
-La forma de exhibir no puede ser contraria a la forma en que el sujeto aprende.
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Mostrar para construir
Si la escuela tiene vasos comunicantes con los museos, el docente no puede supeditar su labor a ser un mero espectador. Más bien, el docente debe ser un mediador que considere los fines del museo y su vínculo con los propósitos educativos. El museo no tiene fronteras y sus exposiciones deben considerar que los objetos son los vínculos de una realidad que puede ser transformada y que sus visitantes son potencialmente transformadores. Los estudiantes no pueden ser simples sujetos pasivos que miran al museo como el espacio del saber absoluto, en donde las acciones se concretan a la reproducción de cédulas, que si bien en el museo fueron elaboradas con fines pedagógicos, para los visitantes inactivos quedan descontextualizadas.
Las actividades diseñadas por los docentes deben considerar que: -El museo es un espacio vinculado a la escuela
Se puede recurrir a un abanico de posibilidades para mirar a un objeto, considerando que los museos exponen con el argumento del interés común y el observador interactúa de muy diversos modos con lo exhibido. Para ello el maestro puede utilizar una pieza conocida por todos como una lata de Coca Cola. Se establecen tres dimensiones de observación por medio de preguntas: 1)El objeto en sí. Por medio de los sentidos los alumnos describen el objeto, con preguntas como: ¿Podría describir el objeto utilizando su sentido de la vista?; ¿A qué huele?; ¿A qué sabe?; ¿Qué sonidos se escuchan en el objeto? ¿Podría describir las características del objeto al tacto?
2) El objeto para sí .¿Para qué sirve este objeto? ¿Qué usos le damos cotidianamente? ¿Cómo se puede utilizar en la cocina? ¿Cómo se puede utilizar en la escuela? ¿Qué uso lúdico puede tener?, etc.
Estas preguntas pueden ser aplicables a cualquier objeto de exhibición; independientemente del tipo de museo, sea histórico, artístico, científico o lúdico.
Establecido este nivel preparatorio se pueden diseñar acciones como:
1) Elegir un objeto que sea constante en el museo y describir su evolución histórica.
2) Comparar alguna pieza con su contexto actual. 3) Organizar rallys temáticos,.
4) Escribir cuentos, historias, entrevistas, historietas de algunas piezas. 5) Recrear las piezas con material de uso cotidiano
Es necesario que el maestro considere:
-Que las visitas pasan por tres etapas: antes, durante y después.
- Tener claro el propósito de la visita y la vinculación con algún contenido. -Identificar los contenidos cognitivos, procedimentales y actitudinales de la visita.
-Diagnosticar lo que los alumnos ya saben, proyectar lo que quieren saber y los recursos que se necesitan.
-Potenciar el trabajo colaborativo y la autonomía.
- Realizar una visita previa para elaborar las actividades.
-El valor de la evaluación de modo que el alumno identifique el proceso de su propio descubrimiento, las relaciones entre los saberes recién adquiridos y los preexistentes y las conexiones del contenido con situaciones actuales y de su entorno próximo.
Una actividad de cierre puede ser que los alumnos puedan generar su propio museo de aula, de escuela o comunitario. La decisión del tipo de museo puede ser establecida por medio de asambleas y los propios alumnos se convierten en museógrafos, curadores, museólogos, etc. Son ellos quienes elaborarán las cédulas, quienes decidirán la selección y la distribución de las piezas. Con acciones como estas se pueden potencian nociones (entre otras) como:
Temporalidad: Sitúa sucesiones de imágenes u objetos según su cronología o analiza acciones que denoten una continuidad o cambios a través del tiempo. Simultaneidad: Constanta diversos fenómenos en los objetos que pueden ocurrir en un mismo tiempo.
Empatía: Explica, dibuja o escribe sobre las sensaciones que experimentan objetos o personas en determinadas circunstancias.
Causalidad: Establece relaciones lógicas de causa efecto a partir de un entorno social o natural.
Relación presente pasado: Compara al objeto o al sujeto con su presente o lo sitúa en el pasado a partir de los diversos cambios.
Realizado este recorrido sumamente apretado puede apreciarse que el museo se puede transformar para acercar al público y crear ese vínculo con la
escuela; pero también la escuela tiene la obligación de estrechar más esa relación y que para nada contradice los actuales enfoques de la educación básica.. La maestra Gloria Falcón ** ha sintetizado en tres enunciados los mitos recuperables de las experiencias de los escolares vistas desde la escuela, y que muchos de los maestros se han empeñado en acrecentar:
1)El museo es un recinto solemne que resguarda objetos extraños que no tienen que ver con nuestra realidad.
2)Lo más importante de un museo son los textos que acompañan a las piezas. 3) Un museo responde a todas las preguntas.
A modo de cierre
* El Papalote Museo del Niño fue creado en 1993 a instancia de la entonces esposa del presidente Salinas de Gortari quien se entusiasmó al conocer el Museo del Niño de Caracas Venezuela. Mientras que Universum tuvo como antecedente al extraordinario museo Exploratorium de la ciudad de San Francisco California. Universum fue creado en 1989.
** Antropóloga, asesora del Museo Nacional de las Culturas del INAH.
BIBLIOGRAFÍA
García Blanco, Ángela. Didáctica del museo. Ediciones de la Torre. Madrid 1994.
