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Territorios cartográficos : Ibagué, 1570 1931

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TERRITORIOS CARTOGRÁFICOS.

IBAGUÉ, 1570-1931

Andrés Francel

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Francel, Andrés

Territorios cartográficos : Ibagué, 1570-1931 / Andrés Francel. -- 1ª. Ed. -- Universidad del Tolima, 2019. 138 p. : il.

Contenido: 1570 : El territorio mítico -- 1601 : La diosa de la meseta -- 1635 : Una singularidad -- 1650 : La devastación -- 1707-1755 : El camino y las letras -- 1771 : Velocidad e inspiración -- Siglo XVIII : El camino a Ibagué desde Santafé -- 1783 : Ibagué como centro del mundo – 1800 : Ibagué en el sistema hídrico del río Magdalena – 1805 : Los ríos y los caminos -- 1826 : El cantón del Espinal -- 1827 : El enfoque vial -- 1843 : La terraza de Ibagué -- 1848 : Belalcázar y Alvarado -- 1897 : La perspectiva ideal -- 1901 : La Línea y el Magdalena.

ISBN: 978-958-5569-53-9

1. Arquitectura - Historia – Ibagué 2 Urbanismo – Colombia – Ibagué 3. Ordenamiento territorial - Ibagué I. Título

724 F815t

© Sello Editorial Universidad del Tolima, 2019

© Andrés Francel Delgado

Primera edición electrónica: ISBN electrónico: 978-958-5569-53-9 Número de páginas: 138

Ibagué-Tolima

Facultad de Tecnologías

Las huellas de san Jorge Patrimonio y territorio

E-ARC / Grupo de Investigación en Estudios de Arquitectura y Ciudad

publicaciones@ut.edu.co aefranceld@ut.edu.co

Impresión, diseño y diagramación por PROVEER PRODUCTOS Y SERVICIOS S.A.S

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Contenido

RESUMEN ...9

INTRODUCCIÓN ... 11

METODOLOGÍA ... 15

RESULTADOS ... 21

DISCUSIÓN ... 25

4.1. 1570 – El territorio mítico ...27

4.2. 1601 - La diosa de la meseta ...33

4.3. 1635 - Una singularidad ...36

4.4. 1650 – La devastación ...38

4.5. 1707-1755 – El camino y las letras ...40

4.6. 1771 – Velocidad e inspiración...57

4.7. Siglo XVIII - El camino a Ibagué desde Santafé ...60

4.8. 1783 – Ibagué como centro del mundo ...66

4.9. 1800 - Ibagué en el sistema hídrico del río Magdalena ...78

4.10. 1805 - Los ríos y los caminos ...82

4.11. 1826 - El cantón del Espinal ...88

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4.13. 1843 – La terraza de Ibagué ...99

4.14. 1848 – Belalcázar y Alvarado ...102

4.15. 1897 - La perspectiva ideal ...104

4.16. 1901 – La Línea y el Magdalena ...107

CONCLUSIONES ... 117

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Índice de Figuras

Figura 1. Modelo de comunicación cartográfica de Ratajski (1977). Vectorización propia (2017) sobre figura 1 de Schimalski

(2001, pág. 6). ...18

Figura 2. Traça chorographica de lo contenido en los tres braços que cerca de la ciudad de Popayan haze la cordillera de las Sierras que se continúan desde el Estrecho de Magallanes. Nieto, Juan (1570). ...27

Figura 3. Descripción de la Audiencia del Nuevo Reino. López de

Velasco, Juan (1601). ...33

Figura 4. Terra Firma et Novum Regnum Granatense et Popayán.

Janssonius, Joannes (1635). ...36

Figura 5. Amerique Meridionale. Sanson de Abbeville, Nicolás

(1650). ...38

Figura 6. Terra Firma oft Vasteland van Darien Veragua Cartagena en Nieuw Andalusie. Aa, Pieter van der (1707). ...40

Figura 7. Carte e la Terre Ferme Du Perou Du Bresil et du pais del

Amazones. Delisle, Guillaume (1708). ...42

Figura 8. Terre Ferme, Nouvelle Grenade et Popayan dans l'Amérique, suivant les memoires de ceux qui en ont fait la découverte, tout nouvellement mis au jour. Van der Aa, Pieter (1729). ...43

Figura 9. Amérique méridionale: publiée sous les auspices de Monseigneur le Duc d'Orleans. Anville, Jean Baptiste

Bourguignon d' (1748). ...44

Figura 10. Amazonia: terrafirma, part of Brasil and Peru. Herbert

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Figura 11. Mapa de los caminos a Ibagué. Francisco de Villanueva

(1771). Digitalización de Floriberto Cardona (2018). ...47

Figura 12. Vías entre Bogotá y Popayán, de acuerdo con el mapa de Francisco de Villanueva (1771). ...50

Figura 13. Rutas de correos de Santafé a Popayán por Neiva y por Cartago. Anónimo (1774). (AGN, Mapoteca 4, mapa 539 A). Digitalizado por Floriberto Cardona. ...52 Figura 14. Mapa que explica las líneas de correos de la República

formado por el jefe de la Comisión Corográfica coronel

Agustín Codazzi. Codazzi, Agustín (1853). ...54

Figura 15. Ensayo de una carta fiscal de los Estados Unidos de Colombia, construida y litografiada de orden del gobierno general. Ayala, Daniel (1874). ...55 Figura 16. Plano de las líneas telegráficas de la República de Colombia.

Fernández, Francisco J. (1908). ...56 Figura 17. Mapa telegráfico de la República de Colombia. Ministerio

de Relaciones Exteriores. Oficina de Longitudes. Editor:

Bogotá: Lit. Colombia (1925). ...57 Figura 18. Esquema general de vías del país. Colombia. Ministerio de

Obras Públicas (1934). ...58

Figura 19. Mapa del camino de Santa Fe a Ibagué, atravesando el río Magdalena. (S.a., Siglo XVIII). (Archivo General de la Nación, Mapoteca 4, mapa 234-A). Digitalizado por Floriberto

Cardona (2017). ...60

Figura 20. Pasos del camino de Santafé a Ibagué. ...62

Figura 21. Comparación y superposición entre el mapa de pasos entre Santafé e Ibagué del siglo XVIII con respecto a la geografía satelital. ...63

Figura 22. Terrenos para acortar camino. ...64

Figura 23. Carta corográfica del estado del Tolima, construida con los datos de la Comisión Corográfica i de orden del gobierno general. Ponce de León, Manuel; Paz, Manuel María (1864). ...65

Figura 24. Mapa de las plantaciones de tabaco en Ibagué y sus inmediaciones. Elaborado por Juan Ramírez de Arellano

(1783). ...66

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Figura 26. Localización de “La Mina” a 5 leguas de Ibagué, según el mapa de Juan Ramírez de Arellano (1783). Montaje propio a partir del “Mapa de ocurrencias minerales en el Tolima”, elaborado por Carlos Buitrago R., Joaquín A. Buenaventura A. y Carlos J. Vega O. (1974). ...72

Figura 27. Asentamiento del Tablazo”, según el mapa de Juan Ramírez de Arellano (1783), de acuerdo con la “Carta geográfica del Departamento del Tolima”, elaborada por la Oficina de Longitudes del Ministerio de Relaciones Exteriores de

Colombia (1927). ...73

Figura 28. Verificación del mapa de Leguas a Ibagué. Elaboración propia (2018), de acuerdo con el mapa de Juan Ramírez de Arellano (1783), sobre “Mapa del Departamento del Tolima”,

elaborado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, junto al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (1986). ...75

Figura 29. Comparación entre el mapa de Juan Ramírez de Arellano (1783) y el mapa de verificación de leguas. ...77

Figura 30. Mapa del río Magdalena desde Jagua hasta Honda. Francisco José de Caldas (1800). ...78

Figura 31. Océan atlantique occidental ou boréal. Anónimo (1803). ...80

Figura 32. Colombia and Guiana. Grigg, John (1830). ...81

Figura 33. Mapa de las riberas del río Magdalena. Trayecto del camino que unía a Neiva con Santafé de Bogotá, 1805” (s.a.). (Archivo General de la Nación, Mapoteca 4, mapa 294 A). Digitalizado por Floriberto Cardona (2017). ...82

Figura 34. Curso del Río Magdalena desde El Espinal a Honda.

Anónimo (1822). ...85

Figura 35. Provincia de Mariquita: Honda, Mariquita, Ibagué, La Palma. Anónimo (1825). ...87

Figura 36. Mapa del Cantón del Espinal, Tolima, 1828”. Presentado al Supremo Gobierno en 14 de enero de 1826 por Isidoro Carrizoza.(Archivo General de la Nación, Mapoteca 4, mapa

835 A). ...88

Figura 37. Amérique meridionale partie de la Colombie. N°4.

Vandermaelen, Philippe. Grabador: Ghiesbreght, H. (1827). ...91

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Figura 39. Colombia, dedicated to Colonel Belford Hinton Wilson, late Aid de Camp to the Liberator, Simon Bolivar by his

obliged servant. Arrowsmith, John (1834). ...95

Figura 40. Venezuela, New Grenada & Ecuador. Anónimo (1847). ...96

Figura 41. Mapa de la República de la Nueva Granada dedicado al

Barón de Humboldt. Acosta, Joaquín (1847). ...97

Figura 42. Map of the Republic of Colombia. Anónimo (1891). ...98

Figura 43. Croquis de la Provincia de Mariquita, formada por su actual gobernador Pastor Ospina. S.a. (1843). Digitalizado por

Floriberto Cardona (2018). ...99

Figura 44. Mapa del territorio de la Nueva Granada en el siglo XVI.

Acosta, Joaquín (1848). ...102

Figura 45. Mapa de la República de Colombia (Antigua Nueva

Granada). Giraldo Duque, Jesús María (1897). ...104

Figura 46. Montaña del Quindío. Vergara y Velasco, F. J. (1901). Nueva Geografía de Colombia. Bogotá: Archivo de la Economía Nacional, Banco de la República. ...107

Figura 47. Mapa del Río Magdalena”. Ministerio de Relaciones Exteriores. Oficina de Longitudes. Colaboradores: Garzón Nieto, Julio; Garavito A., Justino; Ucros D., Eugenio; Escobar Larrazabal, Melitón; Rozo M., Darío; Aparicio V., Tomás.

Editor. Instituto geográfico de Kummerly & Frey (1920). ...110

Figura 48. Plano general del Ferrocarril del Pacífico y algunas de sus conexiones. Compañía del Ferrocarril del Pacífico. Grabador: Corera B., Cipriano. Editor: Lit. Carvajal & Cía. Colaboradores: Arcila Uribe, Arturo; Vásquez Cobo, A. (1924). ...113

Figura 49. Colombia. International Map Company (1927). ...114

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Resumen

El análisis del territorio mediante el horizonte conceptual y metodológico de la cartología, conduce a la identificación de diversos niveles de estudio micro y macro regionales. Su abordaje se realiza mediante la observación de los mapas generales en los cuales figura la ciudad desde 1570 hasta 1931, para lo cual se restituyen las características ideológicas y sus materializaciones en el espacio geográfico. Las categorías de análisis corresponden con los abordajes conceptuales identificadas en cada contexto histórico, de modo que se estudian los mapas en sus dimensiones de documentos, piezas estéticas/técnicas de diseño, objetos arqueológicos a partir de los cuales puede interpretarse una sociedad, testimonios de ideas que permiten tomar decisiones sobre el ordenamiento territorial, elementos pedagógicos de difusión del conocimiento, construcción alternativa del patrimonio local y reflexión epistemológica narrativista. Esto implica una interpretación desde el significado toponómico de la ciudad y su paisaje, hasta la determinación de las dinámicas de poder que definen su actual radio de influencia.

Palabras clave

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l primer plano urbanístico que se ha encontrado de Ibagué, fue realizado en 1931, lo que constituye un vacío cartográfico de 381 años desde su fundación en 1550. Se planteó entonces una vía metodológica para comprender la ciudad desde su presencia en la cartografía general. Las implicaciones de esta orientación consisten en que la determinación del énfasis, la delimitación cronológica y el recorte espacial, se derivan de las cualidades de los mapas como entidades sintéticas del pensamiento y el ordenamiento territorial en épocas sucesivas.

Así, entonces, se construyó un estudio que abarca las representaciones de un territorio al cual pertenece la ciudad, que la excede y la explica. Existen, por lo tanto, interpretaciones sobre las configuraciones imaginarias y físicas de la ciudad desde las posibilidades condensadas en la representación cartográfica, que vincula los aspectos político-administrativos presentes en los mitos fundacionales, el diseño gráfico y los sistemas de ordenamiento territorial.

Como consecuencia y precaución, el análisis que se realiza sobre estos componentes, pretende recuperar la memoria de la ciudad dentro del contexto de la región del valle del Alto Magdalena, desde su configuración en 1550, hasta el momento en que se dibujó su primer plano urbanístico en 1931. Este vasto tiempo parte de la comprensión del entorno desde el sincretismo indígena-hispánico construido durante la colonia, hasta las lecturas de una época con criterios técnicos modernos.

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los mapas, en el sentido de gráficas del espacio, para el reconocimiento de las características y significados de la ciudad en diversos contextos y escalas. Por ello, uno de sus propósitos es la divulgación de los documentos cartográficos presentes en los archivos de la ciudad, la colección digital del Banco de la República, el Archivo General de la Nación de Colombia y la Biblioteca Digital de la Real Academia de la Historia de España.

Es importante reflexionar sobre la labor cartográfica, que tiene grados de independencia del cartógrafo, pero constituye un trabajo por encargo con algunos propósitos, por lo cual se constituyen en objetos políticos (Díaz Ángel, Muñoz Arbeláez, & Nieto Olarte, 2010).

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ebido a esta complejidad en la interpretación cartográfica del territorio, se escogió un horizonte teórico dentro del concepto de cartología, definida como una disciplina o “ciencia que estudia la expresión y transformación de la información física por medio de un mapa” (Schimalski, 2001, pág. 6; Ratajski, 1977). El proceso consta de tres etapas básicas: teoría de la transmisión cartográfica, conocimientos de mapas y métodos cartográficos.

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Figura 1. Modelo de comunicación cartográfica de Ratajski (1977). Vectorización propia (2017) sobre figura 1 de Schimalski (2001, pág. 6).

Se realizó un ajuste metodológico con enfoque histórico-artístico (Moreno Martín, 2014), para analizar los mapas desde el área de la arquitectura y el territorio, mediante la observación y comparación para la identificación de las ideas y contextos subyacentes. Se eligió una presentación cronológica, flexibilizada por la relación temática de algunas piezas cartográficas, que brinda algunas ventajas. La primera es que permite el inicio del libro mediante un proceso de reconstrucción mítica, gracias a la restitución de los conceptos territoriales condensados en fuentes diversas. De este modo, se resalta la importancia de reconocer las relaciones socio-físicas en el espacio que existió antes de la ciudad hispánica a través de las manifestaciones visuales y del análisis crítico de las apreciaciones hispánicas sobre las sociedades nativas.

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La tercera posibilidad es la de iniciar el estudio con el componente más

etéreo, más emocional o mágico, más ligado con la integralidad humana en su relación con la naturaleza dentro de la reflexión epistemológica narrativista (White, 2010). Luego se van observando los diversos grados de instrumentalización de la razón con propósitos claros en diversos momentos de la historia, por lo cual la cartografía es vista como la representación misma de la transformación de la cultura material, presente en el territorio que actualmente ocupa la ciudad.

Para acometer este estudio cartológico, es necesario el desarrollo del método filológico-documental (Moreno Martín, 2014), consistente en la búsqueda de documentos que permitan la reconstrucción del territorio al cual corresponde la representación estudiada. Se consultaron archivos de la biblioteca Darío Echandía del Banco de la República de Ibagué, el Archivo Histórico Municipal, la biblioteca virtual del Banco de la República de Colombia, y la biblioteca digital de la Real Academia de la Historia de España.

En ellos se revisaron todos los mapas y planos para identificar aquellos en los que figura Ibagué. Su ausencia implica también muchas reflexiones frente a los cambios de poder o de interpretación de los modelos productivos, pero la tarea sería interminable. En muchos casos, la información es repetitiva o no aporta novedades, por lo cual se dejó como constancia de la permanencia de ciertas características.

Posteriormente, se compararon los mapas del mismo año o años cercanos para identificar si sus diferencias eran relevantes y validaban su inclusión. Se verificó que no se repitieran datos o características en diversas décadas, debido a que algunos mapas fueron reeditados o perfeccionados sin cambios sustanciales, en lo que respecta al ámbito de estudio entre Honda, Popayán, Cartago y Bogotá. Se dio preminencia a los mapas singulares porque permiten la identificación de factores novedosos y rompen con algunas reiteraciones.

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tanto de la ciudad como del Departamento, y de las relaciones de poder en las zonas aferentes.

Las singularidades observadas en cada mapa se abordaron desde su aspecto artístico, simbólico, técnico y contextual, por lo cual están acompañadas de fuentes que incluyen tanto los cronistas de indias como estudios contemporáneos sobre las transformaciones productivas del territorio. Además, se aplicó en varios casos la técnica de superposición de cartografía histórica (Francel, 2017c), con el propósito de identificar transformaciones y convergencias en las diversas épocas abordadas.

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e identificaron 110 mapas en los que se encuentra Ibagué entre 1570 y 1931. 46 de ellos fueron seleccionados porque presentan datos relevantes, singulares o reiteraciones destacables. Ninguno de estos documentos describe características de la morfología urbana de Ibagué, pero permiten comprender la situación de la ciudad dentro de diversos contextos del gobierno colonial y republicano. Además, conducen a la explicación del nombre de la ciudad y del origen toponímico, o la palabra como fundamento para la identificación del territorio.

Como es previsible, muchos presentan inexactitudes de localización y toponimia, de acuerdo con su procedencia ideológica y el avance de los instrumentos y técnicas de representación cartográfica. Estas condiciones son reflejos de las interacciones de poder para la administración del territorio. Por este motivo, su enfoque mayoritario es el vial o de conectividad, por lo cual condensan datos para la interpretación del territorio como fenómeno productivo.

En estos 46 mapas se observan los cambios de poder universal y regional, de acuerdo con las entidades que los realizaron, el lenguaje y los códigos visuales utilizados. La magnitud de la representación de las poblaciones y sus elementos conectores, naturales e ingenieriles, constituyen un importante testimonio sobre la interpretación de la importancia de la ciudad en los diversos momentos de su existencia.

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de Fusagasugá, y el piedemonte de la cordillera central. Hacia el sur y hacia el norte, los elementos geográficos varían, pero se entienden como los cambios o transformaciones de poder entre Mariquita/Honda al norte, y Neiva al sur.

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4.1. 1570 – El territorio mítico

Figura 2. “Traça chorographica de lo contenido en los tres braços que cerca de la ciudad de Popayan haze la cordillera de las Sierras que se continúan desde el

Estrecho de Magallanes”. Nieto, Juan (1570).

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En 1570, veinte años después de la fundación de Ibagué, existe una representación cartográfica en la cual se encuentran muchos conceptos esenciales para la comprensión del territorio que se abordará en los sucesivos apartados temáticos [Figura 2]. En este mapa se observan Santafé, Tunja y Cartagena como las ciudades principales del Nuevo Reino de Granada. En un segundo nivel está Tocaima. Ibagué es representada en un tercer nivel con dimensiones similares a Popayán y Cartago. En cuarto nivel se encuentran Mariquita, Vitoria (en Caldas) y Santa Agueda (actual Fresno).

Sobre estas jerarquías es fundamental aclarar que la importancia de una ciudad dentro del esquema colonial no consistía en el número de sus habitantes sino en las funciones que cumplía (Fajardo Barragán, 2013). Esto explica que Ibagué tenga dimensiones gráficas mayores que otras ciudades más pobladas y ricas como Mariquita, y que tenga proporciones similares a Cartago, porque su función era de conexión comercial entre las cuencas del río Cauca y Magdalena. Como consecuencia, las ciudades alrededor estarían bajo su administración, como sucede con Mariquita, Santa Agueda y Victoria en el ámbito de Ibagué, y como se observa con Cáceres, Anserma, Buga y Cali en el radio de influencia de Cartago.

El protagonista del mapa es el río Magdalena, que simboliza tanto el ingreso del interior de Colombia al sistema mundial de comercio y cultura, como las consecuencias poblacionales de esa intención exportadora hacia la metrópoli, observada en la disminución sistemática de la población indígena, esclavizada y destinada a la boga o remado, cuyas consecuencias se observaron unas décadas después de la invasión, como tragedia miserable de la ruptura socio-cultural y la descomposición familiar de los remeros con respecto al programa civilizatorio basado en la evangelización (Fajardo Barragán, 2013).

Este sistema de ordenamiento del territorio, mediante el control de los cuerpos, soportado en una doctrina de dominación, es expresado claramente por Pedro Aguado al mencionar la importancia del camino entre Ibagué y Cartago, asegurando la necesidad de

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donde con más comodidad se tratasen y comunicasen los pueblos del Nuevo Reino con los de la Gobernación, de más de que por mano de los españoles que a ella poblasen serían los naturales doctrinados y puestos debajo del dominio de la Santa Madre Iglesia y darían la obediencia a S. M., y con ellos los reinos de su corona real se acrecentarían y las rentas y quintos reales serían más, porque la tierra tenía, según decían los que en ella y cerca de ella se habían hallado, grandes insignias y muestras de minas de oro y plata, de más de que serían los naturales reducidos a vivir políticamente y en razón y justicia y sin perjuicio unos de otros, y al contrario de como lo hacían, matándose y comiéndose (Aguado, 1906, pág. 332).

Además del ejercicio de dominación mediante concepciones raciales y religiosas, las expresiones pictóricas son fantásticas o idealizadas, como una fuente que representa el salto del Tequendama, un hombre caimán, una ballena y unas carabelas más grandes que ciudades en las costas. Al norte de Ibagué se encuentra un testimonio gráfico de la erupción del volcán nevado del Ruiz de 1570 (Global Volcanism Program, 2017). Hace parte de la influencia que tuvieron los fenómenos sísmicos y volcánicos sobre los pensadores del siglo XVI (Boixereu Vila, 2015, págs. 49-76) y permite una puerta para la interpretación de la conjunción de fenómenos geológicos con la asignación de funciones religiosas dentro de las creencias de los habitantes originarios (Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República, 1979).

Al “Bolcán” en erupción no se le ha asignado un nombre, pero es inevitable referirse a la grafía “y. Bágue”. La primera consideración es que el nombre de la ciudad corresponde a los “nombres propios” que le asignaban los pueblos indígenas (Simón, 1891, pág. 223). La segunda consideración es que este mapa fue elaborado en 1570 por Juan Nieto, comisionado por Juan de Castellanos para ilustrar sus Elegías de varones ilustres de Indias

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Esta primera grafía conduce a una lectura territorial en la cual coinciden los mitos, las migraciones y el origen comercial de la ciudad. En primera instancia, es inevitable la identificación de la diosa Bague como elemento referencial. “Bague responde en la mitología muisca al más antiguo sustrato mítico, posiblemente originado cuando algunas de las comunidades que luego formaron lo que hoy conocemos como pueblos muiscas, todavía no habían llegado a la sabana de Bogotá y se hallaban en la costa norte de Colombia” (Sánchez Jerez, 2008, págs. 12-13). Esta primera referencia, permite pensar en una deidad inicial, anterior a la configuración de las culturas precolombinas existentes a la llegada de los españoles, lo cual significa una interpretación del territorio como relación sagrada del hombre con la naturaleza, por lo cual se hace referencia a una deidad que habitó el mar, el altiplano y el valle interandino como “abuela de la creación” (Cifuentes Toro, 2014, pág. 4). Esto implica que “no era cosa, ni persona, ni árbol, ni piedra, ni algo que se pudiera ver y tocar. Ella era el pensamiento, la imaginación y la fuerza de lo que iba a venir” (Rozo Gauta, 1997, pág. 11), en: (Luzardo Romero, 2012, pág. 18).

La conjunción de estos elementos con el propósito del mapa, lleva a la observación del río Magdalena como ruta de ingreso de los hombres y con ellos de sus creencias. El río es creado por la diosa originaria, así como toda la naturaleza, y simultáneamente es el vehículo de ingreso de conciencia del pueblo sobre sus creencias. La diosa crea el río para que por él los hombres lleven la noticia de su existencia.

Esta visión anterior a la estructura precolombina, permite repensar el territorio en dimensiones diversas. Por ejemplo, Cardona (2008, pág. 14), notó la similitud entre el nombre de Ibagué con la población Ubaque en Cundinamarca, así como Paréz y González Almeida (1995, pág. 140) resaltan que Ubaté comparte raíces lingüísticas con Ibagué e Itagüí. A ello es necesario agregar que la terminación en “e” es inhabitual en los topónimos del actual departamento del Tolima, lo cual narra una estructura territorial diferente a la que encontraron los españoles.

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habitaron el territorio entre la sabana de Bogotá y la cordillera central y

permite identificar influencias mutuas mediante canales de comunicación que están en contravía o invisibilizadas por las macro-narraciones (Molina Hurtado, 2006).

Inclusive, se observa en las campañas de conquista de los españoles, el incentivo a la migración de los pueblos indígenas, que resultó reconfigurando territorios lingüísticos y comerciales. Una de estas experiencias se encuentra en la expedición que derivó en la fundación de Ibagué. A López de Galarza le “dieron poder para hacer y juntar la gente de a pie y de á caballo que para ello fuese menester y quisiese, y juntamente con esto le dieron poder para que pudiese encomendar los indios de las Provincias dichas en las personas y soldados que con él fuesen y se hallasen en la poblazón y pacificación del pueblo o pueblos que poblase” (Aguado, 1906, pág. 333)”. De modo que López de Galarza estuvo acompañado por españoles europeos y americanos e indígenas tradicionales y otros europeizados, lo cual facilitaba la interacción con otros grupos originarios y también la reinterpretación y fusión de expresiones y luego el sincretismo multicultural.

Además de las migraciones al interior de estas regiones de medianas dimensiones como el valle del Magdalena y la sabana de Bogotá, existió trashumancia de mayores latitudes para la construcción de una nueva sociedad. Un ejemplo de ello se encuentra en la condición de residentes y poseedores de tierras por parte de indígenas peruanos (yanaconas) en la vereda Chucuní de Ibagué durante el siglo XVI (Matallana Peláez, 2013). Estas tierras fueron entregadas a los indígenas que trajo Belalcázar del Perú como ayuda en sus campañas. Tales migraciones conducen a una lectura originaria del territorio más amplia que la de las divisiones político-administrativas anteriores y posteriores a la conquista española.

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condujeron a la confederación piajo/panche contra los españoles, y contra los demás indígenas, fragmenta el territorio a sus condiciones esenciales de vida en relación con el agua, de autodeterminación y de organización política, para la identificación del hombre y sus sociedades con la naturaleza. Por eso, algunos de estos pueblos tenían el nombre de sus valles, como los Matagaima, Anaima, Vilacaima, Chitanema, y Chinacataima (Aguado, 1906, págs. 342-349). Eso significa que todos y cada uno de esos hombres eran el río y el valle, la construcción social grupal y del individuo simultáneamente.

Después de queda establecida la marca de la ciudad en la geografía, continúa la construcción del territorio hispánico mediante la conexión del Nuevo Reino de Granada y la Provincia de Popayán, relación que designa la función de Ibagué dentro de la estructura comercial de Colombia. Después de realizar las ceremonias de fundación de Ibagué, López de Galarza sale a descubrir la Provincia de Toche, también escrita Tocha, y luego pasó a la provincia de Tocina, “que está junto al morro nevado” (Aguado, 1906, pág. 352). Este camino fue el originario camino del Quindío, que figura en varios mapas hasta principios del siglo XX, cuando la implementación de los ferrocarriles propulsa la decisión de la vía por Cajamarca y Armenia, en detrimento de la ruta entre Toche y Salento, como se verá en el apartado del mapa de 1901 [pág. 104] y de 1920 [pág. 107].

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4.2. 1601 - La diosa de la meseta

Figura 3. “Descripción de la Audiencia del Nuevo Reino”. López de Velasco, Juan (1601).

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El mapa que inaugura el siglo XVII fue elaborado por “el cosmógrafo e historiador español Juan López de Velasco […] nombrado ‘cosmógrafo chronista’ por Felipe II” (Biblioteca virtual del Banco de la República de Colombia, 1997). En el centro del territorio descrito se encuentra Plasencia, “Placencia” (Fernández de Medrano, 1688, pág. 94) o “Placentia nova […] fundada por Sebastián de Belalcázar en 1539 en la provincia de los Panches, a orillas del río Magdalena”, cuyo estado de destrucción se relata en 1771, cuando solo quedaban “algunas pobres casas” (Coleti, 1975, pág. 302) [Figura 3].

Ibagué se encuentra en el centro-sur de la Audiencia del Nuevo Reino de Granada, alineada horizontalmente con Cartago, al occidente, y Tocayma y Santafé al oriente. Mariquita, al norte, y el Valle de Neiva al sur, confinan el espacio a su alrededor. Esta ubicación sintetiza los movimientos de poder, consistente en el control de mercancías entre Santafé y Popayán, al punto de que la lengua pijao se convirtiera en un código comercial colonial entre los siglos XVI y XVII con incidencias en las ciudades de la cuenca del río Cauca (Paredes Cisneros, 2018).

La estructura de apropiación del territorio consistió en la repartición que realizó Hernán Venegas el 20 de marzo de 1544 sobre los terrenos comprendidos entre la desembocadura del río Lagunilla al norte y el río Saldaña al sur (Cardona, 2008, pág. 7). Esta apropiación precedente obligó a que la fundación de Ibagué en 1550 en predios de Antonio Portillo se considerara ilegal, y forzó su traslado en 1551 hacia su actual ubicación (Cardona, 2012). En consecuencia, el Saldaña es el río representado al sur de Ibagué en el mapa de 1601 y el río Lagunilla no se encuentra representado. En su lugar, se observa Mariquita al norte.

Existe una jerarquía urbana de Cartagena y Santa Marta en el “Mar del Norte” y Santafé en el interior. Las demás poblaciones tienen una segunda categoría general. Sin embargo, existe una grafía toponímica particular, consistente en la presencia de una contracción que precede al nombre de la ciudad en la forma “y.”Bague”. Es necesario anotar que las corrupciones

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interpretaciones lingüísticas traducidas a la caligrafía, permiten también

la interpretación de la historia de la ciudad en cuanto al encuentro de culturas. Acercarse al paisaje es acercarse al orden del mundo (Muñoz, 2011), del modo en que se realizó en el apartado anterior.

La abreviatura y.a se utiliza en el mapa para indicar isla (y[sl]a). Sin

embargo, para el caso de Ibagué, significa segunda, conformada por la representación numérica romana en minúsculas o unciales (ii) a la cual se alarga la segunda i en forma de jota (ij) que luego se unen caligráficamente en la forma de “y”, de acuerdo con las abreviaturas novohispanas (Vargas Valencia, 2013). De este modo, la abreviatura y.abague expresa que es la

segunda Ibagué, en atención a que fue refundada luego de su traslado por ocupar las tierras de Antonio Portillo y así la grafía es un testimonio de la historia fundacional de la ciudad.

A nivel lingüístico, Ibagué [ibá-guî] significa bajo el cielo, ciudad alta o acrópolis (Parés & González Almeida, 1995, págs. 13, 180, 291). Esto corresponde con el testimonio de los cronistas (Aguado, 1906; Simón, 1891), que refieren a Ibagué como el nombre con el que se conoció el territorio que habitaban los indígenas dirigidos por el cacique Laembiteme, donde se fundó la primera ciudad de 1550 (Aguado, 1906, pág. 338). Ibagué es entonces el topónimo con el que los habitantes originarios designaron a la meseta cerca de la cual se fundó la ciudad. Lo cual significa, a nivel geográfico, que Ibagué es la meseta o accidente orográfico que sirve como como hito, referente visual o primer elemento para la ordenación del territorio (Damonte Valencia, 2015 (Lynch, 1998)). Así, la meseta permite la ubicación en el valle del río Cutucumay, o río de oro en el lenguaje de los habitantes del valle de las lanzas (Combeima), que corresponde con el actual río Alvarado. En correspondencia, Combeima (el valle de las lanzas) es también lo que se observa desde la meseta, es decir, el territorio sobre el cual se ejerce un dominio visual.

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diosa) (Aranda Ortega, 2017; Ramírez Sendoya, 1952). De este modo, una síntesis de la poética del lugar (Bachelard, 2012), consiste en afirmar que Ibagué significa la diosa de la meseta que reina sobre el valle del río de oro.

4.3. 1635 - Una singularidad

Figura 4. « Terra Firma et Novum Regnum Granatense et Popayán”. Janssonius, Joannes (1635).

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Durante la primera mitad del siglo XVII se encontraron cinco mapas,

uno de 1633, dos de 1635, uno de 1640 y uno de 1646, con escasas diferencias. Se seleccionó el “Mapa de Tierra Firme, Nuevo Reino de Granada y Popayán, trazado por el cartógrafo alemán Joannes Janssonius en el año de 1635” (Biblioteca virtual del Banco de la República de Colombia, 1997), debido a que presenta un coloreado a mano con el cual se enfatizan algunas relaciones políticas, geográficas y comerciales [Figura 4].

Janssonius adjudicó un color ocre para alinear cuatro montes que marcan simultáneamente el camino entre Ibagué y Cartago, que se presenta como el más difícil, al comparar el del paramillo por Mariquita y el de Guanacas al sur. Todas las ciudades tienen una representación arquitectónica en fachada a manera de fusión entre el aspecto de un castillo medieval y una iglesia, hito central del proceso de cristianización hispánica o proyecto civilizatorio en América que buscó la cohesión socio-política mediante la homogenización cultural religiosa (Roselló Soberón, 2008), para la preservación de una dominación suave y dulce (Peire, 2013). Se codifican los nombres de algunos grupos aborígenes, y los Pijaos aparecen al suroccidente de San Sebastián de la Plata, lo cual coincide con el proceso de exterminio durante el siglo XVI y XVII.

Procede entonces recordar que Ibagué fue un lugar de guerra álgida en la que miles de indígenas pijaos se enfrentaron a las tropas combinadas del ejército español de Nueva Granada (Ortega Ricaurte & Bustos Losada, 1952). Y quedaron tan pocos al final de la guerra, “que no había vecinos para labrar la tierra ni explotar las minas que después se hallaron” (Aguado, 1906, pág. 354). El entorno de Ibagué fue un lugar estratégico para la residencia de los indígenas en los montes y el uso del río Magdalena como lugar de comercio (Jaramillo Uribe, 1964). De este modo, la ausencia de pueblos indígenas en la ribera del Magdalena se entiende como una expresión cartográfica del exterminio de los habitantes originarios para implementar el ordenamiento territorial hispánico.

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Permite también identificar que la terminación en é genera una excepcionalidad dentro del conjunto de ciudades alrededor, la mayoría de las cuales terminan en a, como Bogotá, Neyva, Onda, Tocayma, Palma. Esa singularidad lingüística es correspondiente con la singularidad de la meseta a la que hace referencia la palabra Ibagué, y a su resistencia bélica, así como a la unidad con el mito de la creación del mundo y la interpretación de diversas escalas territoriales.

4.4. 1650 – La devastación

Figura 5. “Amerique Meridionale”. Sanson de Abbeville, Nicolás (1650).

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“Nicolás Sansón (1600–1667) historiador y cartógrafo, conocido como

el padre de la cartografía francesa”, fue maestro de geografía de los reyes Luis XIV y Luis XIII, Ministro de Estado y encargado del observatorio de París (Biblioteca virtual del Banco de la República de Colombia, 1997). Su “Carta geográfica de América del sur”, delineada a color, es uno de los primeros trabajos cartográficos en indicar la división política administrativa del territorio americano para 1650. Contiene perfil de relieves sombreados, información hidrográfica que destaca el trazo del río Orinoco, el río Amazonas, el estuario del Río de la Plata y el legendario Lago Parima, lugar donde se creía ubicado El Dorado [Figura 5].

Presenta una jerarquía urbana dominada por Santa Fe de Bogotá, presentada por un círculo con dos torres laterales y una central mayor. En segundo nivel está Cartagena con un círculo y dos torres laterales. En tercer lugar, se encuentran Tocaima, Mariquita y Cartago con un círculo, una torre y una construcción baja. En cuarto nivel Ibagué con un círculo y en quinto nivel Neiva, San Sebastián de la Plata y la Villa de los Ángeles, ubicadas con un punto. Estas representaciones conducen a interpretar los centros poblados del Alto Magdalena como economías menos desarrolladas dentro del esquema colonial, de modo que el valle occidental del Magdalena, al sur de Mariquita, es representado como un territorio con uso comercial sin mayor importancia urbana.

Estas características coinciden con las observaciones de Ibagué como un territorio de indígenas hostiles, caníbales e ingobernables, que retrasaron la organización urbana hispánica hasta el establecimiento del Pueblo Nuevo del Espíritu Santo del Combeyma en 1627, con el propósito de agrupar mano de obra indígena para la reconstrucción de la ciudad de Ibagué (Guzmán, 1987, págs. 67-69). Inclusive, a finales de siglo, la ciudad seguía despoblada, hasta el punto de tener que legislar para obligar a la población a ocupar los solares vacíos (González Calle, 2006).

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4.5. 1707-1755 – El camino y las letras

Figura 6. “Terra Firma oft Vasteland van Darien Veragua Cartagena en Nieuw Andalusie”. Aa, Pieter van der (1707).

Fuente: (Biblioteca virtual del Banco de la República de Colombia, 1997). Número topográfico: H748. Dis-ponible en: http://babel.banrepcultural.org/cdm/singleitem/collection/p17054coll13/id/636/rec/595

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conexión fluida pero ilusoria entre el centro del país y la costa pacífica. Esta

inexactitud se suma a la ausencia de tildes, relacionada directamente con la nacionalidad del “librero, editor y geógrafo holandés Pierter van der Aa, autor de la ‘Colección de los viajes más memorables en las Indias Orientales y Occidentales’ (1707) y editor de la obra ‘Les delices de l’Espagne et du Portugal’ (1715)” (Biblioteca virtual del Banco de la República de Colombia, 1997) [Figura 6].

Durante este periodo, Ibagué continúa en la búsqueda de su avance material para la reconstrucción de la iglesia y la cárcel. Sin embargo, el dinero no se consiguió y los terremotos aportaron para la sucesiva ruina de la ciudad, que se extendió hasta mediados del siglo XIX (Guzmán, 1987, págs. 168-175). Además, el camino del Quindío fue durante mucho tiempo un tema de debate, que incluye la propuesta de López de Galarza para anular el paso por Anzoátegui para desquitarse de la denuncia de Portillo que le obligó a trasladar la ciudad (Cardona, 2012), pasando por las pugnas entre los representantes de Ibagué y Cartago por su conveniencia respecto a la captación de los recursos fiscales y la apropiación de tierras a lo largo del camino (Moreno de Ángel & Melo González, 1995), así como la preferencia del paso por Guanacas (Zuluaga Gómez, 2013, pág. 239).

Además, a finales del siglo XVIII el camino del Quindío no estaba terminado ni era la vía principal de comunicación entre Santafé y Popayán, por lo cual requirió de la promoción y recomendación de los directores de correos en el proceso de reestructuración de las rentas fiscales virreinales, como se observará en los mapas de 1771 y 1774. Esta característica permite afirmar la terminación del camino del Quindío hacia 1778, a pesar de su existencia desde mediados del siglo XVI, en correspondencia con las etapas de pacificación de Ibagué (Rodríguez Jaramillo, 2014).

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Figura 7. “Carte e la Terre Ferme Du Perou Du Bresil et du pais del Amazones". Delisle, Guillaume (1708).

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Figura 8. "Terre Ferme, Nouvelle Grenade et Popayan dans l'Amérique, suivant les memoires de ceux qui en ont fait la découverte, tout nouvellement mis au jour".

Van der Aa, Pieter (1729).

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Figura 9. “Amérique méridionale: publiée sous les auspices de Monseigneur le Duc d'Orleans". Anville, Jean Baptiste Bourguignon d' (1748).

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Figura 10. “Amazonia: terrafirma, part of Brasil and Peru”. Herbert Eugene Bolton (1755).

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Conforme a esta estas observaciones, puede afirmarse que el camino y las letras tienen una historia melliza, de modo que la concreción del camino del Quindío hacia 1778 y la estandarización de la grafía de la ciudad en 1783, conforman una entidad recíproca. Surge un hito temporal para la identificación del fenómeno de asentamiento total de la colonia hispana en la cordillera central, de modo que se concreta el camino para las mercancías y se estandariza el nombre para la ciudad.

Es inevitable que esta historia que involucra materia construida y letras, conduzca a la evocación de Borges y los conceptos sobre el tiempo único de herencia platónica, de modo que

[…] el hombre que ordenó la edificación de la casi infinita muralla china fue aquel primer emperador […] que asimismo dispuso que se quemaran todos los libros anteriores a él. Que las dos vastas operaciones -las quinientas a seiscientas leguas de piedra opuestas a los bárbaros, la rigurosa abolición de la historia, es decir del pasado- procedieran de una persona y fueran de algún modo sus atributos […] (Borges, 2006).

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4.6. 1771 – Velocidad e inspiración

Figura 11. Mapa de los caminos a Ibagué. Francisco de Villanueva (1771). Digitalización de Floriberto Cardona (2018).

Fuente: Planoteca de la biblioteca Darío Echandía del Banco de la República.

Este mapa, a manera de infografía colonial firmada el 7 de octubre de 1771, muestra cómo el camino de Bogotá a Popayán tarda 14 días al tomar la ruta de Ibagué, Cartago, Buga y Cali. Es presentado como el más cómodo para el correo y con menores costos, en comparación con la vía de Neiva-La Plata-Anapoima-Guayabal de la Mesa-Bogotá porque propone un viaje más confiable, con mayor conectividad y eficiencia del correo por la existencia de múltiples poblados alrededor. Además, indica el aprovechamiento de la cercanía de Ibagué con Honda para enviar el correo a cada ciudad sin necesidad de llevarlo primero hasta Santafé, lo cual retrasaba los tiempos de entrega.

Su contenido textual es el siguiente:

Señor don Antonio Ballador

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a Popayán, Cali, Buga, Toro, Anserma, Cartago y otras poblaciones, presento a Vuestra Majestad este mapa por el que verá que está mal dada esta providencia y que el correo debe correr por Ibagué por lo más útil al público y con menos costos y más utilidad, que le presento para su Gobierno.

De SantaFé a Ibagué 3 o 3 ½ días, de Ibagué a Cartago 4 días, de Cartago a Buga 1 ½, de Buga a Cali 1, de Cali a Popayán 4, que componen 14 días. Las cartas de todo el Chocó, Anserma, Toro y demás Lugarcitos, las deberá recoger unas en Cartago y otras en Cali, que son los dos puertos del citado Chocó, y de los demás lugares circunvecinos. Así mismo, me parece conveniente que las cartas que de todo lo referido fueren para Honda, deberán seguir a Ibagué sin venir a esta corte, pues el camino de Ibagué a Honda llega en menos de tres días sin la vuelta tan inmensa que darían por aquí.

Santafé, diciembre 7 de 1771. Un servidor de Vuestra Majestad, Francisco de Villanueva.

La fecha de 1771 corresponde con el contexto de 1769, cuando se incorporó definitivamente el transporte terrestre del correo de Indias a la corona española (Moreno Cabanillas, 2016). Desde 1514 habían sido administrados por particulares, hasta que, en 1770, José Antonio de Pando definió los itinerarios de todos los correos de Indias e inició el correo certificado (Santa María, 1987). Entre 1769 y 1772 se optimizaron los servicios postales que tenían alta informalidad para evitar las tasas legales (Pita Pico, 2016), de acuerdo con la necesidad de ordenar racionalmente un territorio caótico administrativamente (Ruiz Rivera, 1997).

En esta condición de optimización se enfoca el autor del mapa, Francisco de Villanueva, quien fue “regidor decano y administrador de correos de Ibagué” durante la tensión existente en 1793 para la composición del camino del Quindío con los peajes y privilegios de ocupación de tierra que solicitaban desde Cartago e Ibagué (Moreno de Ángel & Melo González, 1995).

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facilitar el desarrollo del camino del Quindío. Sin embargo, la “guerra de

independencia se encontrará con un camino tan fragoso, enmontado e intransitable, como lo fue durante la Colonia” (Moreno de Ángel & Melo González, 1995) e inclusive en la actualidad, con los problemas para la concreción de los tramos de la doble calzada de la Línea.

La técnica de tinta sobre papel, con las condiciones temporales y espaciales claras, dota al mapa de la objetividad necesaria para ser considerado en la toma de decisiones sobre la optimización de los correos en la Nueva Granada. Sin embargo, se observan varios defectos de planeación visual, en tanto que los textos y las gráficas se presionan mutuamente. Por este motivo, el cuerpo de texto superior comienza claramente el proceso de diagramación, luego el gráfico del camino, pero en el segundo cuerpo de texto, la primera línea de caligrafía desciende, presionada por la línea de camino entre Santafé y Honda. Inclusive, bajo la curva que conduce a la ciudad de Honda, se repite la expresión “que componen”, como error consciente del autor al estar resaltado en líneas horizontales. Esta tensión entre los textos y la gráfica, deforma en curva las seis líneas textuales a la izquierda que se estabilizan luego de la ubicación de la ciudad de Honda. Sin embargo, las líneas de texto a la derecha se descuelgan sin lograr la horizontalidad del primer cuerpo de texto.

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Figura 12.Vías entre Bogotá y Popayán, de acuerdo con el mapa de Francisco de Villanueva (1771).

Elaboración propia (2018), a partir de los datos de Google maps.

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Gelabert, Camacho, López Vilchez, Oliver Torrelló, & Ricart Ulldemolins,

2015, págs. 193-196).

Existe otro enfoque sobre la valoración gestual del mapa de Villanueva, en el cual podemos observar la presión entre la línea gráfica de Honda y la caligrafía, como un descubrimiento inspirado que modificó el plan inicial de la obra. De este modo, la ciudad de Honda surgió como una posibilidad para reforzar la importancia de Ibagué sin dejar cabos sueltos frente a la estructura política administrativa del virreinato. La anomalía en el mapa es una inspiración. La transmisión de esta idea sin que exista una versión corregida, presenta la importancia de la velocidad en la transmisión de la información para el ordenamiento del territorio mediante el servicio de correos, que utiliza la estructura de caminos, enlazada con el conocimiento de la geografía para hacer presencia gubernamental. También, muestra en esta misma dinámica la transformación en la jerarquía de las ciudades, de modo que centros de poder como Honda y Neiva, son desplazados por Ibagué con el criterio exclusivo de la eficiencia de las comunicaciones.

En 1774, tres años después de que Francisco de Villanueva entregara su representación sobre las ventajas del camino del Quindío, se dibuja un mapa que reitera la información e incorpora los textos de duración en días, a la longitud de los caminos. De modo que existe un cuerpo de texto de dos renglones exterior a la imagen, en el que se lee:

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Figura 13. “Rutas de correos de Santafé a Popayán por Neiva y por Cartago”. Anónimo (1774). (AGN, Mapoteca 4, mapa 539 A). Digitalizado por Floriberto

Cardona.

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Aquí, Ibagué se comporta como un lugar de conexión entre Mesa,

Neiva, Honda y Cartago. El camino de Santafé a Neiva dura 7 días, sin poblaciones intermedias. Pero, al pasar por Ibagué, el trayecto se divide en tres días desde Bogotá a Ibagué y cuatro de Ibagué a Neiva, lo cual permite un viaje más cómodo, además de recoger la correspondencia de Ibagué. El trayecto entre Ibagué y Popayán tarda 11 días pasando por Neiva o por Cartago, pero la relación de Cartago con la provincia del Chocó y las múltiples poblaciones ribereñas al Cauca como Cali, Toro, Tuluá, Buga, le brindan ventaja absoluta.

En la representación urbanística se encuentra una clara jerarquía de Santafé. Las demás ciudades representadas pertenecen a un único segundo nivel. La cruz latina enfatiza la función evangelizadora de las ciudades y la rosa marca el florecimiento de su territorio en el plan civilizatorio hispánico. Los caminos están marcados con una línea discontinua que inicia en Santafé, con lo cual el sentido es de alejamiento con un claro centro hegemónico de la capital del virreinato para la organización del territorio.

El río Magdalena tiene dos líneas discontinuas que lo delimitan, mientras que el Cauca es representado como una línea ondulante. En la parte superior del mapa, las ciudades de Popayán y Timaná propician el encuentro de los dos en su nacimiento. Esto le da un sentido al mapa, de acuerdo con la corriente de los ríos, que descienden sobre Santafé, y el Magdalena remata en Honda. Así, se crea un circuito que parte de Santafé y transcurre por los caminos, beneficiando el trayecto por la rivera del Cauca hasta llegar a Popayán, luego a Timaná y desde allí desciende el Magdalena, cuyo cauce se va abriendo hasta llegar a Honda. Un camino tortuoso conecta a la capital con el puerto y así se cierra el circuito.

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Figura 14. “Mapa que explica las líneas de correos de la República formado por el jefe de la Comisión Corográfica coronel Agustín Codazzi”. Codazzi, Agustín (1853).

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Figura 15. “Ensayo de una carta fiscal de los Estados Unidos de Colombia, construida y litografiada de orden del gobierno general". Ayala, Daniel (1874).

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Figura 16. “Plano de las líneas telegráficas de la República de Colombia”. Fernández, Francisco J. (1908).

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Figura 17. “Mapa telegráfico de la República de Colombia”. Ministerio de Relaciones Exteriores. Oficina de Longitudes. Editor: Bogotá: Lit. Colombia (1925).

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Figura 18. “Esquema general de vías del país”. Colombia. Ministerio de Obras Públicas (1934).

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En la década de los años treinta, el presidente Enrique Olaya Herrera dio

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4.7. Siglo XVIII - El camino a Ibagué

desde Santafé

Figura 19. Mapa del camino de Santa Fe a Ibagué, atravesando el río Magdalena. (S.a., Siglo XVIII). (Archivo General de la Nación, Mapoteca 4, mapa 234-A).

Digitalizado por Floriberto Cardona (2017).

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El mapa del camino o de los Pasos desde Santafé a Ibagué, elaborado

en el siglo XVIII por autor anónimo, permite la identificación de las lógicas hidrográficas para la conquista de un territorio. Una fuente hídrica con sus afluentes (o cuenca hidrográfica), es la estructura principal para que fluyan bienes y servicios que conectan ciudades, de modo que los caminos del agua en la tierra, se convierten en los caminos de los productos entre poblaciones (Kostof, 2004, pág. 25). En este mapa se observa el sustrato hídrico del comercio en la vía configurada por el río Bogotá y el Chipalo, como los canales para conectar transversalmente el río La Magdalena en los dos extremos de su valle central: Ibagué al occidente y Santafé al oriente.

Es importante resaltar que el camino hacia Ibagué se realiza en este mapa por el curso del río Chipalo, lo cual refuerza la tesis fundacional de Ibagué en los alrededores de Piedras y Alvarado, y su posterior desplazamiento por la cuenca del río hacia el lugar actual (Cardona, 2012). Ni el río Combeima ni el río Coello determinan el camino, y por lo tanto configuran otra dimensión del tránsito entre Santafé y Popayán, que posteriormente exploró López de Galarza en su venganza a Portillo (Francel, 2017a).

Desde la salida de Santafé, en el “pueblo y llano de Fontibón”, el camino se aleja del lecho del río Bogotá, pero continúa paralelo para evitar el paisaje escarpado, hasta encontrar el río Seco. Esto significa que un tercio del camino se recorre por cumbres, entre Fontibón y la Aguada del Copó, y dos tercios del camino siguen la orilla de los ríos. El criterio específico observado es la elección de la topografía más cómoda y la menor distancia posible. Este criterio permite identificar el camino entre Anapoima y Guataquí que cruza por el Copo y el actual Jerusalén en la margen del río Seco.

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paso por Tocaima” (Malaver S., 1994). El alto de Copó y el sitio de Apauta corresponden con veredas actuales del municipio de Tocaima (Alcaldía de Tocaima - Cundinamarca, 2018) y Guataquí (Alcaldía de Guataquí - Cundinamarca, 2015).

Los puntos del camino descritos en el mapa para cruzar el río Magdalena hacia Ibagué, son: 24. Río Seco, Último paro; 25. Paso real de Opia en la Magdalena; 26. Pueblo de las Piedras; 27. Pantano (que se formaría al sur de Piedras en el paso entre el río Opia y el Caño Seco en la vía hacia Ibagué); 28. Tierras de San Miguel (en el corregimiento de Doima y cuyo vestigio se halla en el nombre de su hospital); 29. Paso de la Agustina, Río Chipalo (cerca al cruce de las carreteras de Doima y Piedras a Ibagué); 30. Cerca de Piedras, tierras de La Agustina (que corresponde con la vereda Chucuní); 31. Quebradas Gutiérrez, Panelas y Ambalá; 32. Río Chipalo, último paso; 33. Ibagué [Figura 20].

Figura 20. Pasos del camino de Santafé a Ibagué.

Elaboración propia (2018) a partir de los datos del mapa del siglo XVIII de la planoteca de la biblioteca Darío Echandía del Banco de la República, sobre topografía de Google maps.

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Figura 21. Comparación y superposición entre el mapa de pasos entre Santafé e Ibagué del siglo XVIII con respecto a la geografía satelital.

Elaboración propia (2018).

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Figura 22. Terrenos para acortar camino.

Elaboración propia (2018) sobre topografía de Google maps, de acuerdo con las descripciones del mapa de pasos del siglo XVIII del Archivo General de la Nación.

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Figura 23. “Carta corográfica del estado del Tolima, construida con los datos de la Comisión Corográfica i de orden del gobierno general". Ponce de León, Manuel;

Paz, Manuel María (1864).

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Finalmente, el recorte espacial del mapa de 1864 evidencia las relaciones de poder mediante la influencia que ejercían las ciudades principales sobre su entorno, más allá de las divisiones político-administrativas. De este modo, las poblaciones del occidente del Estado de Cundinamarca, junto con sus detalles geográficos, emplazamientos y caminos, son representados como parte del radio de influencia de Ibagué, y no se incluyen detalles de otros estados. Esto significa que Ibagué, como estructura de control territorial, llegaba hasta el borde topográfico del Boquerón de Fusagasugá, en cuya cima comenzaba el ejercicio de poder directo de Santafé en el altiplano. Esta condición de poder y geografía se observa en el siguiente apartado, que aborda los ríos, las poblaciones y sus círculos de poder.

4.8. 1783 – Ibagué como centro del mundo

Figura 24. “Mapa de las plantaciones de tabaco en Ibagué y sus inmediaciones”. Elaborado por Juan Ramírez de Arellano (1783).

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El plano de 1783 tiene la siguiente inscripción:

Nota Primera: Los lugares en letra roja son los que se abastecen de tabaco de la Administración de la pantan de la ciudad de Ibagué.

Segunda: El valle de las Hermosas se abastece del estanco de Chaparral, y la Colorada y Ortega se abastecen del estanco de san Luis.

Tercera: La distancia que hay a cada uno de los lugares está con arreglo a leguas comunes a cómputo prudente y se representa por las líneas del semicírculo de puntos rojos. Las leguas que tienen desde Ibagué se hallan en números al pie en donde concluye la escala. Verbigracia, de Ibagué a la Mina hay 5 leguas. Este número se halla en su correspondiente semicírculo.

Ibagué, octubre 25 de 1783. Juan Ramírez de Arellano

Esta pieza cartográfica contiene expresiones de distancia con la legua como patrón de medición ajustado, aunque en la realidad su variación depende de muchos factores para considerarla una medida exacta (Garza Martínez, 2012). Presenta la dependencia y el ejercicio de poder mediante el abastecimiento de tabaco como mecanismo de producción controlado por el gobierno (Acevedo Tarazona & Torres Güiza, 2016). Muestra la configuración de un universo de poder colonial mediante la geometría del círculo como determinación de la influencia territorial de Ibagué (Gutiérrez, 2002). Por lo tanto, es un diseño sistémico que permite comprender la coherencia entre el entorno geográfico o natural, con primacía de la hidrografía, en relación con un centro de poder urbano alrededor del cual se localizan diversos centros poblados que están bajo su jurisdicción. Es un sistema gráfico panorámico que presenta los principios de administración del territorio mediante un esquema de relación entre las concepciones físicas e ideológicas, o esquema creativo de interpretación de la tierra (Brotton, 2014).

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un atentado durante la revolución de los comuneros el 26 de octubre de 1781 (Castaño Rueda, 2005). “El 3 de diciembre de 1776 Juan Félix Ramírez de Arellano fue nombrado director de la obra del camino de Tocaima a Flandes [que] quedó abierto el 7 de julio de 1777” (Alcaldía de Girardot, 2013). Estas características presentan a Ramírez de Arellano como un conocedor de la infraestructura y el sistema político virreinal en la provincia de Mariquita.

El contexto para el encuentro de Galán y Ramírez de Arellano consiste en la introducción de medidas que procuraron la modernización defensiva de la administración imperial durante el gobierno de Carlos III, de acuerdo a la desventaja que tenía la obsoleta monarquía española frente al poder creciente de Gran Bretaña. Estos cambios consistieron en la inserción del mercantilismo en las colonias americanas, mediante la abolición de los monopolios ineficientes y la creación de monopolios fiscalmente lucrativos como el del tabaco, el control directo de la corona sobre el sistema fiscal que estaba en manos de concesionarios particulares, la expulsión de los criollos de los altos cargos y la restricción de los poderes del virrey a lo político y militar, para que la figura del superintendente se encargara del erario y el regente de la administración de justicia (Phelan, 2011, págs. 3-7).

En este contexto, Ramírez de Arellano aparece como un militar español que ejercía un alto cargo gubernamental, casado con una criolla y padre de dos hijos neogranadinos. Su captura por las fuerzas comuneras significa que lo observaban como un chapetón anti criollo, y su liberación por José Antonio Galán indica la tolerancia criolla, mediada por intereses políticos. Así, el mapa es producto de la interpretación de un alto funcionario virreinal que se encontraba en medio de las disputas de poder entre españoles europeos y americanos.

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conveniencia de la frase “viva el rey y muera el mal gobierno” con la cual se

ejerció el poder sin el rey, pero con el espíritu de la conquista, e igualmente la rebelión contra la tiranía hispánica (Friede, 1960).

De acuerdo con estas condiciones político-administrativas, el plano de Juan Ramírez de Arellano presenta las relaciones de poder en el territorio que administraba. El semicírculo de influencia de la ciudad de Ibagué finaliza en los círculos de influencia de las ciudades de Honda y Neiva, lo cual determina su longitud entre los ríos Lagunilla y Saldaña. La amplitud del valle limita su influencia geográfica entre las cordilleras central y oriental.

El mapa se compone de las relaciones socio-físicas (Zusman, 2002), que configuran las redes de producción entre las ciudades del valle del alto Magdalena como territorios hidro-sociales (Damonte Valencia, 2015). Por ello, los elementos esenciales son los ríos, las poblaciones y las distancias. De estos tres principios se deduce la plataforma interpretativa del mundo colonial como una red hídrica preexistente, a lo largo de la cual emergen las ciudades para el control del territorio aferente y, en relación con los dos, se trazan los caminos para el ejercicio comercial que asegura los flujos de mercancías y poder.

Ningún otro accidente geográfico es codificado en el mapa, lo cual indica simultáneamente el predominio de las lógicas hidrográficas, y la expresión de una región correspondiente al valle del Alto Magdalena entre los ríos Lagunilla al noroccidente, Seco al nororiente, Anchique al suroccidente, y los alrededores de Alpujarra al suroriente. Esta configuración implica que la influencia de Ibagué perdura al cruzar el río Magdalena y llega cerca a Santafé, la ciudad capital del virreinato.

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del Alto Magdalena, o la tierra caliente al occidente de Santafé (Cuartas Coymat, 2003).

Tal configuración define en gran parte el territorio actual del departamento del Tolima, desde el río Recio al norte (izquierda en el mapa) hasta el río Saldaña al sur (derecha en el mapa) y el valle del Magdalena entre las cordilleras occidental y oriental. Además, se encuentra el ejercicio de poder indígena subyacente sobre la geografía, de modo que los límites de Santafé quedaron determinados por la tierra fría, ocupada por los Chibchas, luego de lo cual comenzaba la tierra caliente, habitada por los Panches (Mejía Pavony, 2012).

Hacia la margen suroriental (arriba a la derecha en el mapa) está Alpujarra. y hacia el nororiente (arriba a la izquierda) se encuentra el municipio de Bituima, en el actual departamento de Cundinamarca. Algunos lugares en el mapa no se encuentran en la actualidad, o su localización es imprecisa. Por ejemplo, el límite sur (a la derecha) es el “Valle de las Hermosas”. Su localización entre el río Saldaña y el Amoyá, y la presencia de una iglesia, coinciden con la consideración de las cuevas de Tuluní como sacristía e iglesia en tiempos coloniales (Gutiérrez de Alba J. M., 1871). Además, explican la ausencia de un núcleo urbano actual al ser un accidente geográfico en el que las consideraciones religiosas mediaron para asignarle una condición de santuario.

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Figura 1. Modelo de comunicación cartográfica de Ratajski (1977). Vectorización
Figura 2. “Traça chorographica de lo contenido en los tres braços que cerca de
Figura 3. “Descripción de la Audiencia del Nuevo Reino”. López de Velasco, Juan
Figura 4. « Terra Firma et Novum Regnum Granatense et Popayán”. Janssonius,
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Referencias

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